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LAURETA


Tu dulcísimo clamor
tanto en un cajero pierde,
que ni posa en rama verde,
ni en árbol que tenga flor.
1083
Laureta continúa la metáfora planteada por Isabela al equipararse a una tórtola. Las tórtolas se posan en una rama para amarse, pero que Isabela ame a alguien que no es de su condición le impide posarse en una rama, es decir, le impide tener a Camilo. Literalmente: Tu canto desmerece tanto al dirigirse a un cajero que no encuentra donde posarse.
ISABELA


Quien ama aunque no convenga,
tanto pierde en lo que ama,
que ni posa en verde rama,
ni en árbol que flores tenga.
1087
Isabela le da la razón a Laureta en que su amor tiene un futuro difícil.
LAURETA


Si un criado ha de costar
tanto, tan necio cuidado
es amar a hombre criado
como a hombre por criar.
1091
Si conquistar a un criado ha de costar tanto, igual de insensato es amar a un criado que a un malcriado. Tal y como está expresado, admite una doble lectura maliciosa según la cual es insensato amar a cualquiera.
ISABELA


Laureta, quiero que entiendas
que de aquella misma suerte
que estima prendas la Muerte,
el Amor estima prendas.
1095
Prendas tiene aquí el sentido de "garantías", de presentes destinados a conseguir el favor del Amor o de la Muerte. Dice Isabela que el Amor estima (valora) las prendas igual que lo hace la Muerte, es decir, que no las valora en absoluto, que no es posible comprar el amor del mismo modo que no es posible comprar a la muerte para conservar la vida.
Y puedes muy bien decir
que su guadaña y sus flechas,
si de madera son hechas,
son de varas de medir:
1099
Una vara de medir era una vara de longitud fija (algo menos de un metro), llamada también "vara" y que se usaba para medir. Cuando alguien mide algo, el resultado es objetivo, sin que nadie pueda cambiarlo a su gusto. Igualmente, el Amor y la Muerte usan sus flechas y su guadaña imparcialmente, sin tener en cuenta los deseos de los hombres.
porque los dos de una guisa
ese respeto han guardado
a las canas del brocado
que a los vellos de la frisa.
1103
El brocado es un tejido lujoso, adornado con hilo de plata, plateado como las canas de los ancianos, mientras que la frisa es un tejido barato de lana con pelos, comparables al vello de los jóvenes. Así, con los dos tejidos, Góngora dice simultáneamente que el Amor y la Muerte guardan el mismo respeto de una misma manera a jóvenes y viejos, ricos y pobres.
LAURETA


No te niego que es galán
y gentilhombre Camilo

Isabela está diciendo que su amor por Camilo es lo que le corresponde por lo que él es, independientemente de su condición social, y Laureta le concede que es guapo y cortés.
ISABELA


Dilo muchas veces, dilo.


LAURETA


Las piedras te lo dirán,
1107
Hasta las piedras, que no hablan, se verán obligadas a reconocerlo.
Y él te lo dirá mejor
con sus desvíos ahora,

Desvíos son desdenes, desplantes. Laureta le recuerda a Isabela que eso es lo único que obtiene de él.
ISABELA


¿Qué?, ¿viene acá?


LAURETA


                                Sí, señora.


ISABELA


Favorézcame el amor.
1111


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