- Prosificación: El
melancólico vacío de este, pues, bostezo formidable de la
tierra es a Polifemo, horror de aquella sierra, choza bárbara,
albergue umbrío y redil espacioso donde encierra cuanto cabrío
esconde las cumbres ásperas de los montes: copia bella que un
silbo junta y un peñasco sella.
- Observaciones: "Melancolía"
significa en griego "bilis negra", secreción que los médicos
antiguos creían que generaba la tristeza. Posiblemente, al
calificar de melancólico el interior de la cueva de Polifemo,
Góngora quería expresar lo que hoy en día expresaríamos más
bien con "deprimente" o que genera desasosiego.
Cabrío es ganado cabrío. El ganado de Polifemo es tanto que
esconde (oculta, cubre completamente) las cumbres de los
montes.
Copia bella ha de entenderse como bello número, un gran
número.
Los pastores guían a las cabras con silbidos. En cuanto
Polifemo silba, sus cabras se reúnen y entran en su cueva, que
después el cíclope cierra con la roca.
Comentarios:
De repente nos sorprende un terremoto: es Polifemo que regresa a
su cueva. La sintaxis se desmorona, todo tiembla, los versos se
encabalgan (es decir, las pausas naturales en la frase no se
corresponden con los finales de verso), hay un enorme hipérbaton
que, a cambio, distribuye casi uniformemente los acentos, como los
pasos de un gigante:
De este, pues, formidable de la
tierra
bostezo, el melancólico vacío...
Hay además una metáfora atrevida: la entrada de la cueva es un
melancólico bostezo de la tierra. Los pasos rítmicos continúan en
los versos siguientes, pero más sincopados aún, donde aparece
finalmente la causa: Polifemo. La cueva es su hogar y su redil. Su
rebaño es descrito con una hipérbole y uno de los hipérbatos más
violentos de todo el poema, que separa a "cuanto" de "cabrío" y a
"las cumbres ásperas" de "de los montes", además de dejar al final
el verbo "esconde":
a Polifemo, horror de aquella sierra,
bárbara choza es, albergue umbrío
y redil espacioso donde encierra
cuanto las cumbres ásperas cabrío
de los montes esconde...
Es prácticamente imposible leer estos versos por primera vez y no
pensar que debería decir "las cumbres ásperas esconden", pero es
que la frase está completamente destartalada: un trozo de sujeto
(cuanto), un trozo de complemento directo que parece el sujeto
(las cumbres ásperas), el resto del sujeto (cabrío), el resto del
complemento directo (de los montes) y finalmente el verbo
(esconde). Tenemos aquí un magnífico ejemplo del valor expresivo
de los hipérbatos y las hipérboles: el terremoto lingüístico
refuerza el terremoto que provoca la llegada de Polifemo, como lo
reforzaría una música de fondo sincopada si se tratara de una
película.
La imagen final del cíclope moviendo la pesada roca para cerrar la
cueva no es menos violenta:
...copia
bella
que un silbo junta y un peñasco
sella.