ANTERIOR
ESTROFA X SIGUIENTE

Cercado es — cuanto más capaz, más lleno —
de la fruta el zurrón, casi abortada,
que el tardo otoño deja al blando seno
de la piadosa hierba encomendada:
la delicada serba, a quien el heno
rugas le da en la cuna, la opilada
camuesa, que el color pierde amarillo
en tomando el acero del cuchillo.

Comentarios:

La descripción de Polifemo ha experimentado un cambio radical. Tras la estrofa anterior, de transición, en ésta ya no queda nada de violento o monstruoso. Hay todavía una hipérbole: el zurrón de Polifemo es tan grande como un cercado, pero toda la descripción corresponde a la del zurrón de un esmerado hortelano conocedor de su oficio. Los versos son claros, la sintaxis llana, todos los términos de la descripción connotan ternura y dedicación. Los últimos versos contienen incluso una comparación simpática en la que la paja se equipara en varios aspectos a una tutora que protege y cuida a sus pupilas. Observemos la antítesis avara / pródiga: la paja es avara [con el mundo] porque no cede las peras, pero es generosa [con las peras] porque las cuida.

Cuando Góngora envió el manuscrito del Polifemo a su amigo Pedro de Valencia, éste le aconsejó modificar los cuatro últimos versos de esta estrofa porque contenían un chiste inapropiado para un poema serio y dramático como el que nos ocupa. Góngora siguió su consejo y los sustituyó por éstos:

la serba, a quien le da rugas el heno;
la pera, de quien fue cuna dorada
la rubia paja y, pálida tutora,
la niega avara y pródiga la dora.

La paja es pálida tutora porque es amarilla y, en efecto, la tutora típica es una mujer pálida y seria que protege celosamente a sus pupilas de pretendientes indeseados mientras las ayuda a madurar. Igualmente, la paja, niega [= no concede, retiene] a las peras al tiempo que las dora [= las hace madurar].

ANTERIOR
ÍNDICE
SIGUIENTE