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ESTROFA XXXIV | SIGUIENTE |
como la ninfa bella, compitiendo con el garzón dormido en cortesía, no solo para, mas el dulce estruendo del lento arroyo enmudecer querría. A pesar luego de las ramas, viendo colorido el bosquejo que ya había en su imaginación Cupido hecho con el pincel que le clavó su pecho, |