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Del Oceano,
pues, antes sorbido y luego vomitado no lejos de un escollo coronado de secos juncos, de calientes plumas, |
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alga todo y
espumas, halló hospitalidad donde halló nido de Júpiter el ave. |
Notemos el contraste entre el plácido verso de
secos juncos, de calientes plumas, que describe el nido con los
versos restantes, de ritmo mucho más duro. También es
destacable
la concisión con la que Góngora describe el deplorable
estado
del náufrago: alga todo y espumas.