Sellar
del
fuego quiso regalado
los gulosos estómagos el
rubio
imitador suave de la cera,
quesillo dulcemente apremïado |
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de
rústica, vaquera,
blanca, hermosa mano, cuyas venas
la distinguieron de la leche apenas;
mas ni la encarcelada nuez esquiva
ni el membrillo pudieran anudado, |
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si la
sabrosa oliva
no serenara el bacanal diluvio. |
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- Prosificación: Regalado
del [por el] fuego, quiso sellar los estómagos el rubio imitador
suave de la cera, [el] quesillo dulcemente apremiado de [por
una] mano
rústica, vaquera, blanca, hermosa, cuyas venas apenas la
distinguieron
de la leche; mas ni la esquiva nuez encarcelada ni el membrillo
anudado
pudieran [sellar los estómagos] si la sabrosa oliva no serenara
el bacanal diluvio.
- Observaciones: "Sellar el
estómago"
era una expresión corriente para referirse a los alimentos que
dan
por terminada una comida. "Regalado" significa aquí "derretido".
Viene del latin regelare (deshelar). Les sirvieron como postre
queso
asado o, como se decía entonces, "quesillos asaderos", que
tienen
el color y la consistencia de la cera caliente. Apremiado es
"prensado"
por una mano rústica (pero blanca), vaquera (pero hermosa), tan
blanca que sólo las venas hacían que se distinguiera un
poco
de la leche. El quesillo pretendía cerrar la comida, pero no lo
consiguió, ni tampoco la nuez (encarcelada en su cáscara
y esquiva por lo que cuesta de abrir), ni tampoco el membrillo.
Por
membrillo
hay que entender "conserva de membrillo" aunque el adjetivo
"anudado"
haga
pensar en un membrillo crudo (incomible), pero esto es una
metonimia
típica
en Góngora, como cuando llama árboles a los barcos. Los
invitados
asistieron a un diluvio de comida (un diluvio bacanal, en
alusión
a las fiestas en honor de Baco, en las que se servía comida y
bebida
en abundancia desmesurada), y las olivas fueron las últimas
gotas
de ese diluvio. Puede decirse así que las olivas serenaron el
diluvio.
Hay que notar también la alusión al ramo de olivo que la
paloma llevó a Noé anunciando el final del diluvio, un
pequeño juego de palabras con el que Góngora sugiere las
risas y el buen humor que sin duda acompañaron la comida.
Comentarios:
Los versos 873-882 forman la única rima de todo
el poema (rubio/diluvio) separada por ocho
versos intermedios. Sólo hay dos rimas más separadas que
ésta. Es una rima que "se hace esperar", como el final de la
comida.
Se esperaba que la comida terminara con el rubio
quesillo, pero se prolongó con las nueces, y el membrillo, y las
olivas, y éstas, por fin, serenaron el diluvio.
La comida parecía que no iba a terminar nunca igual que
parecía
que la pareja del verso 873 no iba a llegar nunca, pero la pareja
llegó,
mucho más tarde de lo habitual, al mismo tiempo que
terminó
la comida.