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Dedicatoria al duque de Béjar SIGUIENTE

Honre suave, generoso nudo
libertad de Fortuna perseguida,
que, a tu piedad Euterpe agradecida,
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su canoro dará dulce instrumento,
cuando la Fama no su trompa, al viento.

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La Soledad Primera y su dedicatoria fueron acabadas en 1613. Hasta unos años antes, Góngora había disfrutado de un cierto bienestar económico gracias a unas rentas que le había dejado su tío Francisco, si bien esta situación empezó a desmoronarse por varias razones: por una parte bajó la producción agrícola y esto hizo aumentar los precios, sin que sus rentas aumentaran por ello; por otra parte, Góngora cedió una parte importante de sus rentas a sus sobrinos Pedro y Luis; a esto hay que añadir que el poeta era aficionado al juego y de carácter más bien derrochador. En 1605 había muerto a los veinte años otro sobrino suyo, Francisco, en una riña callejera, y Góngora viajó a Madrid en 1609 para tratar de acelerar un proceso que su hermana Francisca había puesto contra los responsables de la muerte de su hijo. Volvió a Córdoba profundamente decepcionado de la corte. Fue entonces cuando escribió los tercetos que empiezan:

¡Mal haya el que en señores idolatra
y en Madrid desperdicia sus dineros,
si ha de hacer al salir una mohatra!

Arroyos de mi huerta lisonjeros
(¿lisonjeros?, mal dije, que sois claros),
Dios me saque de aquí y me deje veros.

(La mohatra era una operación fraudulenta de compra-venta que fue denunciada como responsable de la ruina de muchos agricultores de la época. El tercer verso significa "si al salir ha de admitir un trato por el que se le está estafando".)  En 1610 decidió despreocuparse de todo y consagrarse a la poesía, si bien la realidad no tardó en imponerse y empezó a plantearse la necesidad de viajar a Madrid para conseguir algunos ingresos adicionales. Es a esta situación a la que alude el verso 34: la independencia económica de Góngora se ve amenazada por la mala fortuna y solicita la ayuda del duque. No se sabe si el duque respondió a esta súplica, si bien lo cierto es que en 1617 Góngora recibió el título de "Capellán de Honor de Su Majestad" y se trasladó a vivir a Madrid.

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