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En el Estado mexicano de Coahuila-Texas se estaban produciendo
      unos
      sucesos que hacían patentes las diferencias culturales
      entre los
      estadounidenses y los mexicanos, o los latinoamericanos en
      general: en
      Latinoamérica cualquier
      descontento daba lugar a una revuelta armada dirigida por unos
      líderes autoproclamados y cuyos intereses dudosamente
      respondían al interés general, y cualquier intento
      de
      formar una asamblea representativa era desvirtuado por toda clase
      de
      arbitrariedades. Los colonos estadounidenses en Texas, en cambio,
      habían
      prodecido según sus costumbres democráticas: se
      habían rebelado contra los abusos de autoridad, se
      habían
      calmado en cuanto fueron subsanados, y luego, con más
      tranquilidad,
      habían formado una convención limpia y
      modélica
      para discutir los problemas civilizada y moderadamente, y ahora
      trataban de canalizar sus quejas respetando escrupulosamente las
      leyes.
      De hecho, poco después de que se hubiera clausurado la
      convención de Texas, el gobernador del departamento de
      Béxar, Ramón
        Músquiz, declaró que ésta
      había sido
      ilegal, pues la Constitución
      mexicana establecía que los ciudadanos debían
      presentar
      sus
      peticiones a través de los ayuntamientos, y no directamente
      al
      congreso. Consecuentemente, Stephen F. Austin rectificó el
      protocolo y en 1833 se
      reunió
      con los políticos mexicanos de San
      Antonio de Béxar para llegar a un acuerdo. Los mexicanos
      convinieron en que las resoluciones de los colonos eran justas y
      convenientes para todos, pero insistieron en que el procedimiento
      no
      era el correcto. Por ello, Austin pidió al ayuntamiento de
      San
      Antonio que redactara una petición en términos
      similares
      a las resoluciones de la convención de Texas —que
      contó
      con el apoyo de Músquiz— y que la hiciera llegar al
      congreso de
      acuerdo con la ley. No obstante, Austin manifestó a los
      políticos mexicanos de San Antonio que si el congreso no
      discutía las resoluciones en un plazo de varios meses, los
      texanos constituirían su propio gobierno estatal, y que
      declararían a Texas independiente de Coahuila, si no de
      México. En suma, los estadounidenses trataban de agotar
      todos
      los recursos legales para canalizar unas reivindicaciones
      razonables, y
      sin duda se conformarían si el gobierno mexicano, tras
      haberlas
      estudiado, les aceptara algunas y les denegara razonadamente
      otras, y
      sólo amenazaban con la secesión en el caso de que el
      gobierno mexicano no estuviera a la altura de las circunstancias.
      Es
      cierto que entre los colonos mexicanos había radicales que
      propugnaban la independencia de Texas sin más
      preámbulos,
      pero, como era habitual en la sociedad estadounidense, las
      posturas
      radicales eran rechazadas mayoritariamente mientras las posturas
      moderadas parecían viables.
    
En los Estados Unidos se estaba produciendo un conflicto
      análogo al de Texas. El Estado de Carolina del Sur estaba
      dispuesto a abandonar la unión si no se anulaban las leyes
      de
      aranceles impuestas por el gobierno federal. El 16 de enero el presidente Jackson
      presentó ante el Congreso su proyecto de Ley de uso de la fuerza, que
      lo
      facultaba para recaudar los aranceles a punta de bayoneta si era
      necesario.
    
El 6 de febrero el
      príncipe Otón de Baviera, que aún no
      había
      cumplido los dieciocho años, fue reconocido como rey Otón I de Grecia. Se
      formó un consejo de regencia integrado por políticos
      bávaros, bajo la presidencia del conde Josef Ludwig von Armansperg,
      el
      ministro de finanzas del reino de Baviera. La capital del reino se
      estableció en Atenas, principalmente por razones
      históricas, ya que la ciudad era entonces muy
      pequeña y
      su población no llegaba a los 5.000 habitantes. El consejo
      de
      regencia trató de reorganizar el país, y sus medidas
      fueron muy impopulares, especialmente la subida de impuestos. El
      nuevo
      rey no se preocupó en absoluto por adaptarse a las
      costumbres
      locales. Aunque los tratados establecían que sus hijos
      deberían ser educados en la religión ortodoxa, el
      mantuvo
      su catolicismo. Los griegos lo veían como un hereje. Por
      otra
      parte, el consejo de regencia declaró unilateralmente la
      independencia de la Iglesia
        Ortodoxa
        Griega respecto del patriarcado de Constantinopla,
      acusado de
      estar bajo control turco. 
    
El problema que el rey Luis Felipe I de Francia tenía con
      respecto a la duquesa de Berry se resolvió solo cuando
      corrió el rumor de que estaba embarazada. El 29 de febrero un periódico
      francés publicó una declaración de la duquesa
      en
      la
      que afirmaba haberse casado en secreto durante su breve estancia
      en
      Italia con el conde Hector
        Lucchesi-Palli. La teoría de tal matrimonio
      secreto no
      convenció mucho, y se empezó a cuestionar incluso
      que el
      "rey" Enrique V fuera realmente hijo de su padre.
    
El Congreso de los Estados Unidos aprobó la Ley de uso de la fuerza y
      Jackson
      la firmó el 2 de marzo,
      ahora
      bien, ese mismo día firmó una nueva ley de aranceles
      mucho más suave pactada con representantes de Carolina del
      Sur,
      de modo que dicho Estado podía retirar su ordenanza de
      anulación sobre la base de que sus peticiones habían
      sido
      atendidas. El 4 de marzo
      Jackson
      inauguró su segundo mandato, y el 15
        de marzo Carolina del Sur retiró su ordenanza de
      anulación, con lo que el conflicto se había resuelto
      dialogadamente: el gobierno federal no había admitido los
      planteamientos radicales de Carolina del Sur, pero había
      atendido lo esencial de su reclamación.
    
El ex gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas,
      tenía
      dispuesta su expedición contra los indios. Estaba dividida
      en
      tres columnas que paulatinamente se fueron adentrando en lo que
      los
      rioplatenses llamaban "el
        desierto",
      es decir la región deshabitada (= habitada por indios). El
      16 de marzo la
      columna central derrotó al cacique Yanquetruz, que tuvo que
      retirarse dejando 160 muertos, entre ellos dos de sus hijos. Las
      familias de los indios quedaron a merced de los rioplatenses.
    
El 18 de marzo Carolina del
      Sur
      decidió pronunciar la última palabra sobre el asunto
      de
      la anulación y "anuló" la Ley de uso de la fuerza. Dado que
      Jackson ya no tenía ninguna necesidad de apelar a dicha
      ley, no
      contestó la acción de Carolina del Sur y así
      terminó el conflicto. 
    
El año anterior el gobierno de los Estados Unidos
      había empezado a negociar el traslado al oeste de los
      indios
      semínolas, que vivían en el territorio de Florida.
      Los
      jefes de la siete tribus más importantes habían
      visitado
      el Territorio Indio y se habían entrevistado con los creeks, que iban a ser sus
      vecinos,
      y ahora, el 28 de marzo,
      firmaban un
      documento en el
      que declaraban que las nuevas tierras les parecían
      aceptables.
      Sin embargo, cuando regresaron a Florida varios de ellos afirmaron
      que no habían firmado el documento o que habían sido
      forzados a firmarlo, y que, en cualquier caso, que no
      tenían
      autoridad para decidir un traslado en nombre de todas las tribus
      semínolas.
    
El 30 de marzo otra de las
      columnas rioplatenses enviadas contra los indios encontró a
      Yanquetruz en un campamento donde, a pesar de que los indios
      rehuyeron
      el combate, tomó 250 prisioneros y les confiscó
      10.000
      ovejas y varios cientos de vacas y caballos.
    
Francisco de Paula Santander fue reelegido como presidente de Nueva Granada por un periodo de cuatro años.
La capital del Estado de Coahuila y Texas se trasladó de Saltillo a Monclova, más lejos de
      Texas.
      El 1 de abril los colonos
      estadounidenses en Texas inauguraron una nueva convención
      en San
      Felipe de Austin para discutir las medidas a adoptar, ya que las
      resoluciones que habían adoptado en la convención
      del
      año pasado no habían sido atendidas aún por
      el
      gobierno mexicano. Entre las voces que más se oyeron estuvo
      la
      de Samuel Huston, un
      estadounidense recién llegado a Texas. Había sido
      gobernador del Estado de Tennessee y protegido del presidente
      Jackson.
      Tres años atrás, tras ser abandonado por su esposa,
      había decidido abandonar la política y se
      había
      trasladado al territorio de Arkansas,
      al oeste del Mississippi, al norte del Estado de Luisiana.
      Allí
      los cherokees lo habían aceptado en su comunidad. El
      año
      anterior, mientras estaba en Washington para protestar por ciertos
      abusos del gobierno hacia los cherokees, se enzarzó en una
      reyerta en la calle con el congresista William
        Stambery, al que golpeó con su bastón.
      Éste, como respuesta, sacó una pistola y le
      disparó, aunque erró el tiro, pero después lo
      denunció por haber iniciado la agresión. En el
      juicio fue
      declarado culpable, pero sus amistades lograron que fuera
      condenado
      únicamente a una amonestación. Stambery apeló
      la
      sentencia y finalmente fue condenado a pagar una multa de 500$. No
      obstante, Houston decidió abandonar el país y no
      pagó.
    
En la convención texana, Houston abogó firmemente
      por
      declarar la independencia de Texas. Hay quien sospecha que Houston
      fue
      enviado por Jackson con esa misión, pero no hay pruebas de
      ello.
      Entre los radicales se encontraban también James Bowie, que
      no
      había sido elegido como representante para la
      elección
      anterior, y William Harris
        Wharton,
      que fue nombrado presidente de la convención. Éstos
      resucitaron un viejo eslógan de la revolución
      estadounidense: ningún
        impuesto sin representación, en alusión a
      que el
      gobierno mexicano había establecido impuestos a los texanos
      sin
      que éstos hubieran tenido ninguna representación en
      el
      congreso que los aprobó (lo cual era falso: había
      dos
      representantes elegidos en el Estado de Coahuila y Texas). No
      obstante,
      aunque los radicales fueron los que más se hicieron
      oír
      al principio, lo cierto es que eran una minoría en la
      convención, y lo que se acordó fue exigir que Texas
      que
      convirtiera en un Estado separado de Coahuila en el seno de la
      federación mexicana. Con este fin, redactaron una
      Constitución basada en la del Estado de Massachusetts, que
      había servido también como modelo para los Estados
      de
      Luisiana, Misuri y Tennessee, entre otros. La normativa
      incluía
      también algunos aspectos de la legislación mexicana
      y
      otros que eran revolucionarios incluso para la legislación
      estadounidense, como la prohibición de la prisión
      por
      deudas.
    
Los radicales propusieron adoptar unilateralmente las decisiones,
      pero se impuso la opinión mayoritaria de que debían
      ser
      presentadas al congreso mexicano para su aprobación. La
      convención se clausuró el 13
        de abril, y Austin se dirigió a San Antonio para
      iniciar
      el procedimiento que hiciera llegar al congreso las resoluciones
      de la
      convención.
    
El presidente Jackson ordenó que Halcón Negro y los
      otros jefes indios capturados el año anterior fueran
      transportados a Washington, y causaron una gran expectación
      en
      todas las ciudades por las que pasaron. Después fueron
      destinados a una prisión en Virginia, donde sólo
      estuvieron unas semanas, durante las que posaron para numerosos
      artistas. Luego fueron devueltos al oeste en un barco de vapor que
      hizo
      escala en las ciudades más importantes del país:
      Nueva
      York, Baltimore, Filadelfia, donde los indios fueron exhibidos
      ante las
      multitudes que se acercaban para contemplarlos. Las reacciones en
      el
      oeste fueron muy distintas. En ciudades como Detroit se quemaron
      efigies de los prisioneros.
    
El 24 de abril se
      celebró
      el matrimonio entre el príncipe Federico
        Augusto, hijo del rey Maximiliano II de Sajonia, y María Ana de Baviera,
      hermana
      del rey Luis I de Baviera. 
    
El 6 de mayo Jackson fue
      atacado
      en Virginia por Robert B.
        Randolf,
      que había sido expulsado de la marina por orden de Jackson
      acusado de desfalco. Randolf golpeó a Jackson y
      salió
      huyendo perseguido por varios amigos del presidente, entre ellos
      Washington Irving. Jackson renunció a presentar cargos. 
    
El 10 de mayo la duquesa de
      Berry, todavía en prisión, dio a luz una niña
      que
      no sobrevivió al parto. El descrédito de la duquesa
      ya
      era completo y el presunto padre de la criatura, el conde
      Lucchesi-Palli, era conocido en toda Francia como "san José". 
    
Las elecciones presidenciales en México dieron la victoria
      a
      Antonio López de Santa Anna, que tomó
      posesión de
      su cargo el 16 de mayo. 
    
El 21 de mayo los
      Países
      Bajos aceptaron un armisticio indefinido con Bélgica.
    
El 25 de mayo se aprobó
      una
      nueva constitución en Chile, de carácter
      conservador, que
      dotaba de mucha autoridad al presidente, a la sazón
      José
      Joaquín Prieto.
    
Mientras las otras dos columnas rioplatenses enviadas contra los
      indios regresaron tan pronto como consiguieron una victoria
      sonada, la
      dirigida por Rosas seguía adelante. El 26 de mayo una de sus divisiones
      atacó al cacique Payllerén,
      que resultó muerto junto con 24 indios.
    
Las tribus sauk y fox que no habían seguido a
      Halcón
      Negro en su guerra sufrieron igualmente represalias. El 1 de junio fueron obligadas a vender
      territorios como indemnización por la guerra y desplazarse
      hacia
      el oeste, dejando abierto a la colonización estadounidense
      el
      territorio de Iowa, al
      norte
      de Misuri y al oeste de Illinois.
    
El 3 de junio Santa Anna
      cayó enfermo y dejó la presidencia de México
      de
      forma interina en manos de su vicepresidente, Valentín Gómez
        Farías,
      que inició una serie de reformas liberales. La primera
      consistió en la nacionalización de los bienes de los
      descendientes de Hernán Cortés, que fueron
      destinados a
      la educación. 
    
El 7 de junio el gran duque de
      Toscana Leopoldo II se casó con María Antonieta,
      hermana
      del rey Fernando II de las Dos Sicilias.
    
El 8 de junio la duquesa de
      Berry
      salió de Francia con dirección a Palermo. La
      oposición pidió cuentas al rey sobre por qué
      no
      había sido sometida a juicio, pero Luis Felipe I pudo
      responder
      sin excesivo embarazo que hay circunstancias
raras,
        extremadamente raras sin duda, en las que un gobierno debe, bajo
        su responsabilidad, [...] poner
        el interés del país por encima del cumplimiento de
        las
        leyes. 
    
El 30 de junio la
      expedición de Rosas llegó a la isla de Choele Choel, en el río
      Negro, expulsó a
      los indios
      que había en ella tomando 200 prisioneros e instaló
      allí un campamento. Unos días después una
      expedición que salió del campamento mató a
      los
      caciques Millao y Pichiloncoy junto con 57
      indios, e
      hizo prisionero al cacique Payné
      con 6 guerreros y más de 70 mujeres. 
    
El emperador Pedro I de Brasil dejando Oporto bajo asedio,
      salió
      al frente
      de una expedición marítima que desembarcó al
      sur
      del país. En julio
      tomaba
      Lisboa. 
    
El 3 de julio los rioplatenses
      exterminaron la tribu del cacique Chocorí,
      aunque éste logró escapar. 
    
El 5 de julio murió
      Joseph
      Nicéphore Niépce. Su socio, Daguerre, continuaba
      investigando para mejorar la técnica fotográfica que
      aquél había desarrollado.
    
Ante la amenaza de Mehmet Alí, el 8
        de julio el sultán otomano Mahmut II no tuvo
      más
      remedio que firmar con los rusos el tratado de Unkiar-Skelessi, por el que en
      la
      práctica, el Imperio Otomano se convertía en un
      protectorado ruso. Oficialmente, el tratado establecía que
      ambos
      países se ofrecerían ayuda mutua en caso de ser
      atacados
      por una potencia extranjera, pero una cláusula secreta
      eximía a los otomanos de envíar soldados en defensa
      de
      los rusos a cambio de cerrar el estrecho de los Dardanelos a
      cualquier
      barco no ruso en caso de que Rusia fuera atacada. Cuando Mehmet
      Alí se enteró de este pacto negoció con el
      sultán. Su ejército se retiró de Anatolia y a
      cambio Mehmet fue reconocido como gobernador de Siria y de Arabia,
      así como de la isla de Creta.
    
Esta vez, Austin no contó con ningún apoyo de los
      mexicanos residentes en Texas
      y tuvo que marchar sólo a la Ciudad de México para
      presentar las reclamaciones de los colonos estadounidenses. Por
      esas
      fechas la epidemia de
      cólera que se había extendido por Europa
      había
      llegado a Texas y ahora empezaba a manifestarse en la capital
      mexicana.
      Así, cuando Austin llegó a la Ciudad de
      México el 18 de julio, 
      se encontró con
      que el congreso había suspendido sus sesiones a causa de la
      epidemia, y decidió permanecer en la ciudad hasta que la
      vida
      política volviera a la normalidad.
    
Los absolutistas portugueses abandonaron el asedio de Oporto,
      para
      pasar poco después a asediar Lisboa el 25 de agosto. 
    
El 28 de agosto Gran
      Bretaña prohibió la esclavitud en sus colonias. Ya
      hacía tiempo que en Gran Bretaña se oían
      voces a
      favor de esta medida, pero la reciente rebelión de esclavos
      en
      Jamaica contribuyó al paso final. No obstante, la mayor
      parte de
      los esclavos británicos pasaron al status de aprendices, que
      venía a ser lo mismo que esclavo, sólo que por un
      periodo
      de tiempo limitado entre cuatro y seis años.
    
El asunto de la anulación había dejado en segundo plano el del Banco de los Estados Unidos. Una vez resuelto el primero, el presidente Jackson, de acuerdo con lo prometido en su campaña electoral, se dispuso a destruir el Banco, antes incluso de los dos años que faltaban para que expirase su carta constitucional. Para ello decidió retirar los depósitos gubernamentales y repartirlos entre los bancos de los distintos Estados, donde supuestamente serían usados siguiendo políticas económicas distintas, acordes a las necesidades de cada uno de ellos. Su secretario del Tesoro, Louis McLane, se opuso tajantemente a dicha medida, y Jackson lo sustituyó por William John Duane, pero, para la exasperación de Jackson, éste también se opuso, y el presidente no tuvo incoveniente en cambiar inmediatamente de secretario. El 23 de septiembre nombró a Robert Brooke Taney, hasta entonces su secretario de Justicia, que estaba claramente a favor de la medida, e incluso le había urgido a llevarla adelante. Una semana más tarde Taney retiró los fondos del Banco, con lo cual éste se redujo a una entidad moribunda sin capacidad alguna.
El 29 de septiembre el rey
      Fernando VII de España y sus súbditos pasaron a
      mejor
      vida (éstos en sentido literal). La reina María
      Cristina
      se convirtió en regente de su hija, la nueva reina Isabel I, que tenía
      apenas
      tres años de edad. El 1 de
        octubre,
      en Abrantes (Portugal) el
      hermano de Fernando VII publicó un mainifiesto en el que
      exigía ser reconocido como rey de España y amenazaba
      con
      procesar a cuantos se negaran a ello tan pronto como tuviera el
      control
      efectivo del Estado. El 4 de octubre
      el primer ministro Cea Bermúdez publicó un
      manifiesto
      suscrito por la regente en el que anunciaba su intención de
      continuar la política anterior, sin alinearse ni con los
      carlistas ni con los liberales.
    
El 5 de octubre los
      rioplatenses
      de Rosas atacaron el campamento del cacique Cayupán, matando 20
      guerreros
      y 5 mujeres, y haciendo 76 prisioneros. 
    
El 6 de octubre el general
      retirado Santos Ladrón de
        Cegama fue el primero en proclamar rey de España a
      Carlos
      V y el 7 de octubre se puso al
      frente de un grupo de soldados carlistas sublevados en
      Logroño,
      que condujo a Navarra (su provincia natal), donde obtuvo algunos
      refuerzos. No obstante, fue derrotado y apresado en Los Arcos por un
      ejército
      salido de Pamplona. Este incidente se considera el inicio de la primera guerra carlista.
      Pocos
      días después se produjeron levantamientos similares
      en
      distintos puntos del país.
    
El 10 de octubre los liberales
      portugueses libraron a Lisboa del asedio y forzaron a los
      absolutistas
      a retirarse hacia Santarem. 
    
En Buenos Aires, los federalistas se habían dividido en
      dos
      facciones: los apostólicos,
      que secundaban a Rosas y criticaban al gobernador González
      Balcarce, y los cismáticos,
      que pretendían dotar a las Provincias Unidas de una
      constitución federalista. A la sazón, no
      existía
      ningún marco legal que relacionara a las distintas
      provincias,
      sino que las relaciones entre ellas eran el reflejo de las
      relaciones
      entre los distintos caudillos que las controlaban. Cuando
      terminó la guerra civil, Rosas se opuso a todo intento de
      organizar un estado federal. Los
      apostólicos fundaron una Sociedad
Popular
        Restauradora, que organizó toda clase de ataques
      en la prensa, motines y disturbios variados contra el gobierno y
      los
      cismáticos. La crisis llegó a su punto candente
      cuando se
      llevó a juicio a un periódico titulado El reformador de las leyes.
      Éste era también el sobrenombre que daban a Rosas
      sus
      partidarios, por lo que los apostólicos se las arreglaron
      para
      confundir a los bonaerenses y darles a entender que el juicio era
      contra Rosas. El resultado fue un motín que estalló
      el 11 de octubre en el que se
      exigía
      la renuncia del gobernador y que Rosas no fuera juzgado.
    
El 13 de octubre fue fusilado
      en
      Pamplona el general carlista Ladrón de Cegama.
    
El presidente de Ecuador, Juan José Flores, pidió
      al
      Congreso que le otorgara "facultades extraordinarias", es decir,
      que lo
      nombrara dictador, ante lo cual se encontró con una
      enérgica oposición encabezada por Vicente Rocafuerte. Flores
      ordenó su captura y su destierro, pero un grupo de
      militares lo
      liberó y el 20 de octubre
      se
      puso al frente de un alzamiento militar que dio inicio a una
      guerra
      civil.
    
El 27 de octubre Santa Anna se
      puso nuevamente al frente del gobierno de México.
    
González Balcarce confiaba en que Rosas, que seguía
      al
      frente de la campaña contra los indios, apoyaría la
      legalidad, pero finalmente llegó una carta suya en la que
      daba
      la razón a los sediciosos. Comprendiendo que en cuanto
      Rosas
      regresara asumiría el poder sin contemplaciones,
      González
      Balcarce dimitió el 4 de
        noviembre.
      Esperando el regreso de Rosas, se nombró gobernador
      interino a
      Juan José Viamonte, que no se había pronunciado por
      ninguna de las facciones, pero esto hacía que careciera de
      todo
      apoyo. A partir de ese momento la Sociedad
        Popular Restauradora se dedicó a intimidar a sus
      enemigos
      políticos con toda clase de agresiones. Pronto se
      organizó un brazo armado conocido como La Mazorca, cuyos miembros
      entraban
      en las casas de los cismáticos y les explicaban que no eran
      bien
      vistos en la ciudad.
    
El 13 de noviembre se
      presentó con un ejército ante Burgos el cura
      Jerónimo Merino, el ex guerrillero de la guerra de la
      Independencia, dispuesto a sublevar a la ciudad en favor del rey
      Carlos
      V. En Navarra se habían sofocado la mayor parte de
      alzamientos
      carlistas, pero el 14 de noviembre
      un reducido grupo de rebeldes eligió como jefe al general
      retirado Tomás de
        Zumalacárregui, que se encontró con unos
      2.500
      hombres mal equipados, pero empezó a organizar un
      ejército con gran eficiencia.
    
A instancias de Austin, el 21 de
        noviembre el congreso mexicano permitió de nuevo
      la
      inmigración
      de estadounidenses a Texas.
    
El 30 de noviembre el gobierno
      español puso en vigor una división del Estado en 49
      provincias, que coincide salvo pequeños cambios con la
      división actual. El criterio era el mismo que había
      llevado en su día a delimitar los departamentos franceses:
      que
      desde cualquier punto de una provincia se pudiera llegar en un
      día a su capital y que albergaran entre 100.000 y 400.000
      habitantes.
    
Charles Fourier convenció a un tal Baudet Dulary para que
      ofreciera un
      terreno de su propidad para poner en marcha uno de los falansterios de su
      invención. La organización de la comunidad de
      obreros
      quedó a cargo de Victor
        Considerant, uno de los más fervientes
      discípulos
      de Fourier. El falansterio
      empezó a funcionar en otoño, con unas 1.100
      personas,
      pero al llegar el invierno se redujeron a 200, en parte por la
      insalubridad de las construcciones y en parte por el frío.
      Un
      mes más tarde el proyecto fue abandonado.
    
El 15 de diciembre Santa Anna
      decidió que estaba más cómodo como presidente
      en
      excedencia que como presidente en ejercicio, así que
      volvió a poner al vicepresidente Gómez Farías
      al
      frente
      del gobierno y se retiró a sus posesiones en Veracruz.
      Gómez Farías continuó con sus reformas
      liberales:
      nacionalizó
      algunas propiedades eclesiásticas y declaró
      voluntario el
      diezmo que
      cada mexicano estaba obligado a pagar a la Iglesia. También
      suprimió la
      censura religiosa y abolió la pena de muerte por delitos
      políticos. Reorganizó el sistema educativo mexicano,
      creó la Biblioteca Nacional y estableció una ley por
      la
      que el patronato, es
      decir,
      el derecho a nombrar curas, obispos y arzobispos que había
      detentado la Corona española, pasaba ahora a ser un derecho
      de
      la nación.
    
Austin fue arrestado y encarcelado, teóricamente bajo
      sospecha de traición, pero nunca se formularon cargos
      contra
      él. Que un representante político de un Estado fuera
      a la
      capital a negociar ciertas reivindicaciones y, como respuesta,
      fuera
      encarcelado sin ninguna garantía legal, era algo
      inconcebible
      para la mentalidad de un estadounidense, de modo que el malestar
      en
      Texas aumentó considerablemente.
    
El presidente peruano Agustín Gamarra era blanco de las
      acusaciones de los liberales, que denunciaban su gobierno
      dictatorial
      al margen de la Constitución. Finalmente, cuando se
      acercaba el
      fin de su legislatura, decidió convocar una Convención Nacional
      para que
      le hicira una Constitución a medida. También
      convocó a los colegios electorales para la elección
      de un
      nuevo presidente, pero muchos de los colegios se negaron a
      colaborar y
      no eligieron representantes. Por ello, se encomendó a la Convención Nacional
      que
      eligiera un presidente provisional. La Convención estaba
      dominada por los liberales, al frente de los cuales estaba el
      clérigo Francisco Javier
        de
        Luna Pizarro, y 20 de
        diciembre
      fue elegido Luis José de
        Orbegoso, un militar débil y manejable, que no era
      el
      candidato que Gamarra había previsto: Pedro Pablo Bermúdez.
      Respetuoso con el concepto latinoamericano de la democracia,
      Gamarra
      procedió a cumplir con su obligación moral de
      alzarse en
      armas
      contra Orbegoso.
    
El zar Nicolás I había visitado ese año
      Austria
      y Prusia. En las ceremonias, el rey de Prusia era saludado con una
      traducción al alemán del himno británico God save the king (Heil dir im Siegerkranz, que
      a su
      vez era una adaptación de una letra escrita para el rey
      Cristián VII de Dinamarca), y el zar con la correspondiente
      traducción al ruso, Боже, Царя храни!,
      (Bózhe, Tsariá jraní, Dios salve al zar),
      realizada hacía ya dieciocho años por el poeta Vasili Zhukovski, que
      además
      había convertido su traducción del himno en la
      segunda
      estrofa de un poema titulado Oración
de
        los rusos. Por el contrario, el emperador
      austríaco
      Francisco I contaba con su propio himno, con una magnífica
      música de Haydn: Gott
        erhalte
        Franz den Kaiser. El zar debió de juzgar
      deplorable que
      su himno
      fuera de segunda mano, así que encargó al
      compositor Alekséi Lvov,
      que formaba parte de su comitiva, que compusiera uno nuevo
      genuinamente
      ruso. Lvov puso música a la primera estrofa de la Oración de los rusos y
      el 25 de diciembre
      presentó el que se
      convirtió desde ese momento en el nuevo himno de Rusia:
    
| Боже, Царя храни! | Bózhe, Tsariá jraní! | ¡Dios salve al Zar! | 
El 1 de enero de 1834
      entró en vigor la Union
        Aduanera de la Confederación Alemana, es decir, la
      supresión de aranceles en el comercio alemán. Fue
      una
      iniciativa prusiana a la que no quisieron sumarse ni Austria ni
      los
      estados del noroeste dependientes de Hannover. Además de
      Prusia,
      comprendía a Baviera, Sajonia, Württenberg y los
      estados de
      Turingia. 
    
En los Estados Unidos, los antijacksonianos unieron sus fuerzas y
      crearon un nuevo partido que agrupó a los republicanos
      nacionales y a los antimasones. Puesto que pretendían
      combatir
      la excesiva autoridad de Andrew Jackson, al que caricaturizaban
      como el
      "rey Andrés", decidieron que el nuevo partido se
      llamaría
      partido whig, puesto que
      en
      Gran Bretaña era el partido opuesto al partido
      monárquico
      de los tories. Esta
      denominación sugería que los demócratas
      jacksonianos eran tories,
      nombre despectivo que durante la guerra de la Independencia se
      había dado a
      los realistas.
    
Mientras Luis José de Orbegoso se refugiaba en el Callao,
      el 4
        de enero Pedro Pablo Bermúdez se autoproclamaba legislador supremo provisional del
        Perú. Estalló así una guerra civil,
      pero
      Gamarra terminó siendo derrotado y desterrado a Chile.
    
El 15 de enero Cea
      Bermúdez fue sustituido como primer ministro español
      por
      el liberal moderado Francisco
        Martínez de la Rosa, tras lo cual emigró a
      Francia. Francisco Espoz y Mina fue nombrado virrey de Navarra, y
      encargado de dirigir la lucha contra los carlistas en el norte.
    
El 28 de enero Juan Manuel de
      Rosas dio por terminada su campaña contra los indios e
      inició el regreso a Buenos Aires. Su misión
      había
      sido todo un éxito: los límites de la provincia de
      Buenos
      Aires se habían extendido sobre territorio indio y los
      indígenas habían recibido tal varapalo que se
      abstuvieron
      de molestar a los bonaerenses durante muchos años. Un mes
      antes
      un periódico bonaerense había publicado el balance
      de
      3.200 indios muertos, 1.200 prisioneros y unos 1.000 cristianos
      rescatados del cautiverio indio. Gran parte del territorio
      conquistado
      a los indios fue repartido entre los soldados que habían
      participado en la expedición.
    
En el Estado de Maryland se había formado la Maryland State Colonization Society,
      con el fin de embarcar hacia Liberia los negros libres que
      vivían en el Estado y que así lo desearan. La nueva
      compañía actuó con independencia de la American Colonization Society,
      que
      gestionaba la colonia de Liberia, y el 12
de
        febrereo fundó su propio asentamiento un poco
      más al sur, que fue conocido como Maryland en África o Maryland en Liberia. 
    
El 28 de febrero el canadiense
      Louis-Joseph Papineau
      presentó en la asamblea legislativa del Canadá
      Inferior
      una reelaboración de la lista de agravios que seis
      años
      atrás había enviado a Londres, conocida ahora como
      las noventa y dos resoluciones.
      Éstas fueron aprobadas y enviadas nuevamente a Londres. En
      ellas
      se insistía en la lealtad a la Corona Británica,
      pero se
      exigía que el gobierno de la provincia fuera elegido
      democráticamente en lugar de ser nombrado por el
      gobernador. A
      la espera de una respuesta, la asamblea legislativa hacía
      lo que
      podía para oponerse al gobierno colonial a la vez que
      trataba de
      evitar una rebelión abierta.
    
El presidente centroamericano, José Francisco
      Morazán,
      trasladó la capital de la federación de Guatemala a
      Sonsonate y, poco
      después, a
      San Salvador. Ese año hubo elecciones presidenciales, que
      dieron
      como vencedor por escaso margen a José Cecilio del Valle,
      lo que
      reflejaba una cierta oposición a las reformas liberales de
      Morazán. Sin embargo, del Valle murió el 2 de marzo antes de poder tomar
      posesión. El vicepresidente José
        Gregorio Salazar y Castro gobernó como presidente
      interino hasta la celebración de nuevas elecciones.
    
Tomás de Zumalacárregui había asaltado un
      convoy de armas con el que mejoró el equipamiento de su
      ejército. Tras haber salido de Navarra al frente de unos
      3.000
      hombres, el 16 de marzo se
      dispuso a
      atacar Vitoria. Sin embargo, le falló el apoyo que esperaba
      desde el interior de la ciudad y tuvo que retirarse. Sus hombres
      habían capturado a unos doscientos milicianos de un grupo
      que se
      hacía llamar los Celadores
        de
        Álava, que habían sido transportados a
      Heredia.
      Éstos se habían rendido en Gamarra después de
      haber sido
      abandonados por sus oficiales y de haber sufrido unas treinta
      bajas. Se
      les había prometido respetar sus vidas, pero cuando
      Zumalacárregui tuvo noticia de su captura ordenó que
      fueran fusilados al día siguiente, el 17
        de marzo, siguiendo una estrategia de infundir terror
      entre sus
      enemigos.
    
La estancia en prisión había aumentado los delirios
      del saintsimoniano Enfantin. El 22 de
        marzo
      se embarcó rumbo a Egipto para encontrar la sacerdotisa con
      la
      que tenía que casarse para unir el Oriente al Occidente.
      Mehmet
      Alí acogió con interés sus proyectos
      espectaculares, el mayor de los cuales era construir un canal que
      uniera el mar Mediterráneo al mar Rojo. No obstante Mehmet
      Alí estaba más interesado en construir una presa, y
      Enfantín hizo llamar a amigos suyos ingenieros para que
      dirigieran los trabajos. Sin embargo, en las canteras se
      desató
      una epidemia de peste y Enfantín marchó
      inmediatamente al
      Alto Egipto, donde adquirió mala reputación por sus
      relaciones con las mujeres. 
    
En abril el senado de los
      Estados
      Unidos ratificó el tratado firmado por los semínolas
      el
      año anterior y se dispuso a exigir su cumplimiento, de modo
      que
      los indios tenían que trasladarse de Florida a Alabama en
      un
      plazo de tres años desde el momento en que fue firmado el
      tratado, es decir, antes de dos años.
    
El gobierno francés estaba preparando una ley contra las
      asociaciones no autorizadas, cuyo principal objetivo era la Sociedad de los Derechos del Hombre,
      la principal asociación republicana del país. Sin
      embargo, los republicanos lograron convencer a los artesanos de la
      seda
      de Lyon de que dicha ley era una amenaza para sus asociaciones
      gremiales. Nadie se esperaba una segunda rebelión en Lyon,
      pues
      el ramo de la producción de seda estaba en plena
      expansión, pero los patrones consideraban que dicha
      expansión había aumentado excesivamente el sueldo de
      sus
      asalariados, por lo que pretendían ponerse de acuerdo para
      reducir los salarios, y esto permitió a los republicanos
      canalizar en su favor las reclamaciones de los artesanos. El 9 de abril, el mismo día que
      se
      votaba la ley sobre asociaciones, estalló la revuelta
      lyonesa.
      Los rebeldes dictaban "órdene del día" fechadas
      según el calendario republicano. El ejército
      disparaba
      contra la multitud desarmada, las calles se llenaban de
      barricadas.
      Finalmente el ejército optó por la estrategia de
      salir de
      la ciudad para rodearla y volverla a tomar unos días
      más
      tarde.
    
El 10 de abril el primer
      ministro
      español, Francisco Martínez de la Rosa,
      promulgó
      el Estatuto Real, una
      especie
      de constitución, aunque formalmente era más bien una
      "carta otorgada" por la
      reina, que
      pretendía contentar tanto a los absolutistas como a los
      liberales. Establecía un parlamento bicameral, con unos Estamentos de próceres,
      integrados por los grandes de España y los elegidos por el
      rey,
      con carácter vitalicio, y una cámara de Procuradores, elegidos por un
      censo
      de votantes que incluía únicamente al 0.15 por cien
      de la
      población. De todos modos, las cámaras no
      podían
      debatir ningún asunto que no fuera propuesto por el rey y
      éste tenía derecho de veto.
    
Los republicanos franceses trataron de extender a otros
      departamentos la insurrección de Lyon, pero su éxito
      fue
      escaso. El pulso decisivo con el gobierno se libró en
      París. Como medida de prevención, 150 de los
      principales
      miembros de la Sociedad de los
        Derechos del Hombre fueron encarcelados, y La tribuna de los departamentos,
      su
      virulento diario, fue prohibido. Sin embargo, el 13 de abril empezaron a formarse
      barricadas en las calles de la capital. El ejército
      reaccionó inmediatamente. Una casa desde la que se
      produjeron
      disparos fue tomada a punta de bayoneta y todos sus habitantes,
      hombres, mujeres, niños y ancianos, fueron asesinados. 
    
El 15 de abril el
      ejército
      francés controlaba la ciudad de Lyon. Se calcula que hubo
      unos
      600 insurgentes muertos además de unos 10.000 prisioneros.
    
El 22 de abril el emperador
      Pedro
      I de Brasil formó una Cuádruple
        Alianza entre Portugal, España, Gran
      Bretaña y
      Francia para derrocar a su hermano Miguel I del trono
      portugués
      e impedir que Carlos V accediera al trono español.
    
Las reformas liberales del presidente Gómez Farías
      habían escandalizado a los convervadores mexicanos, que no
      dudaron en apelar a Santa Anna. El 24
        de
        abril dio un golpe de estado y, tras haber gobernado el
      país con el apoyo de los liberales, ahora pasaba a hacerlo
      a la
      cabeza de los conservadores. Gómez Farías tuvo que
      marchar al
      exilio. Al principio Santa Anna atendió algunas de las
      reivindicaciones de los texanos: les concedió un
      escaño
      adicional en el congreso, un colono estadounidense fue nombrado
      fiscal
      general, se instauró en Texas el sistema de juicios con
      jurado y
      se autorizó el inglés como segundo idioma. Sin
      embargo,
      luego empezó a recelar y a oír las voces más
      conservadoras, lo que lo llevó a disolver algunas
      legislaturas
      estatales y desarmar milicias estatales.
    
El embajador mexicano en Francia era a la sazón Lorenzo de
      Zavala. Había participado en el gobierno de Vicente
      Guerrero,
      pero tras el golpe de estado de Bustamante había tenido que
      huir
      a los Estdos Unidos. Bajo la presidencia de Gómez
      Farías
      se
      había reincorporado en la política mexicana. Ahora
      pubicaba un libro titulado Viaje
        a
        los Estados Unidos, en el que narra sus experiencias en
      Norteamérica y analiza las distintas facetas de la sociedad
      estadounidense: política, religión, economía,
      el
      ejército, las penitenciarías, etc. En el
      prólogo
      explica el propósito de su libro:
    
[...] porque he creído que nada puede dar lecciones más útiles de política a mis conciudadanos que el conocimiento de las costumbres, usos, hábitos y gobierno de los Estados Unidos, cuyas instituciones han copiado servilmente.
Y su tesis principal es que la razón de fondo por la que
      los
      Estados Unidos eran un país próspero —y
      México no—
      hay que buscarla en las diferencias de carácter entre los
      habitantes de una y otra nación:
    
En él encontrarán una descripción verdadera del pueblo que sus legisladores han querido imitar, un pueblo laborioso, activo, reflexivo, circunspecto, religioso en medio de la multiplicidad de sectas, tolerante, avaro, libre, orgulloso y perseverante. El mexicano es ligero, perezoso, intolerante, generoso y casi pródigo, vano, guerrero, supersticioso, ignorante y enemigo de todo yugo. El norteamericano trabaja, el mexicano se divierte; el primero gasta lo menos que puede, el segundo hasta lo que no tiene; aquél lleva a efecto las empresas más arduas hasta su conclusión, éste las abandona a los primeros pasos; el uno vive en su casa, la adorna, la amuebla, la preserva de las inclemencias; el otro pasa su tiempo en la calle, huye de la habitación, y en un suelo en donde no hay estaciones poco cuida del lugar de su descanso. En los Estados del norte todos son propietarios y tienden a aumentar su fortuna; en México los pocos que hay la descuidan y algunos la dilapidan. Al hablar así debe entenderse que hay honorables excepciones, y que especialmente entre la gente de educación se encuentran virtudes sociales y domésticas muy recomendables. También hay en los Estados Unidos personas pródigas, perezosas y despreciables, pero no es ésta la regla general.
Obviamente, Zavala era consciente de que su libro no iba a gustar a sus paisanos:
Parece que oigo a algunos de mis paisanos gritar: ¡Qué horror! ved cómo nos desacredita este indigno mexicano, y nos presenta a la vista de los pueblos civilizados. [...] ¿Queréis que no se diga? Enmendaos. Quitad esos ochenta y siete días de fiesta del año que dedicáis al juego, a la embriaguez y a los placeres. Acumulad capitales para vuestra decente manutención y la de vuestras familias, para dar garantías de vuestro interés en la conservación del orden social: tolerad las opiniones de los demás, sed indulgentes con los que no creen lo que vosotros creéis, dejad a los huéspedes de vuestro país ejercer libremente su industria, cualquiera que sea, y adorar al supremo Autor del Universo conforme a su conciencia, dedicaos al trabajo útil: componed vuestros caminos, levantad casas para vivir como racionales, vestid a vuestros hijos y a vuestras esposas con decencia, no excitéis tumultos para apoderaros de lo ajeno, por último, vivid del fruto de vuestro trabajo y entonces seréis dignos de la libertad y de los elogios de los hombres sensatos e imparciales.
De todos modos, publicado en Francia y en español, no tuvo
      muchos lectores y sólo recientemente ha sido
      "redescubierto"
      como un agudo análisis, tal vez el primero, de la sociedad
      estadounidense de la época. Recogemos aquí
      sus conclusiones principales.
    
El 19 de mayo los nobles de
      las
      ciudades de Nablus, Hebrón y Jerusalén, organizados
      por Qasim Al-Ahmad,
      comunicaron a los
      oficiales egipcios que ocupaban Siria que los clanes árabes
      del
      sur de Siria no estaban dispuestos a suministrar más
      soldados al
      ejército egipcio. Mehmet Alí había nombrado
      gobernador de Siria a su hijo Ibrahim, el cual, al ser informado,
      envió un ejército a las ciudades rebeldes, las
      cuales
      contaron con el apoyo de los otomanos.
    
El 20 de mayo murió en
      París el marqués de La Fayette. En los Estados
      Unidos las
      dos cámaras del Congreso le dispensaron los mismos honores
      fúnebres que a George Washington. Fue enterrado el 22 de mayo con tierra estadounidense
      traída expresamente para tal efecto. El gobierno
      francés
      había cercenado de tal modo la dirección del partido
      republicano que en su funeral no se produjo incidente alguno.
    
El 26 de mayo el rey Miguel I
      de
      Portugal capituló en la batalla de Évora Monte y
      aceptó exiliarse en Austria. La reina María II
      recuperó el trono y se anuló el
      matrimonio con su tío. Mientras tanto la política
      brasileña durante la minoría de edad del emperador
      Pedro
      II era prácticamente la de una república. El consejo
      de
      regencia tenía escaso poder, y el parlamento lo dominaba
      una
      mayoría liberal que, no obstante, se dividía en
      varias
      facciones. Los "republicanos" o "exaltados" eran una
      minoría
      radical, a la que se oponían los "moderados", que a su vez
      eran
      una coalición de dos partidos, los "nativistas", dirigidos
      por
      el cura Diogo Antonio
        Feijó,
      y el "bloque de Coímbra" (llamado así porque sus
      principales miembros eran licenciados por la universidad de
      Coímbra), dirigidos por Pedro
de
        Araújo Lima. El único vínculo entre
      estos dos partidos era su voluntad de convertir a Brasil en una
      federación de Estados y su oposición a Pedro I. Al
      margen
      de éstos estaban los "restoracionistas", que propugnaban el
      regreso de Pedro I como regente de su hijo.
    
El general griego Theodoros Kolokotronis fue acusado de
      traición por oponerse a la regencia bávara y el 7 de junio fue condenado a muerte,
      aunque
      posteriormente le fue otorgado el perdón.
    
El rey Luis Felipe I de Francia aprovechó la reciente
      purga
      de republicanos para convocar elecciones y renovar el parlamento.
      Las
      votaciones se llevaron a cabo el 21 de
        junio
      y, ciertamente, los republicanos no obtuvieron ningún
      representante. Aun así, la oposición moderada obtuvo
      más de la tercera parte de los escaños.
    
El 13 de julio el general
      ecuatoriano José
        Félix
        Valdivieso dejó de acatar el mando de Vicente
      Rocafuerte
      (que era civil) y se proclamó jefe supremo de Ecuador.
    
Aunque el primer ministro británico, Charles Grey,
      había moderado últimamente su actividad
      política,
      no se llevaba bien con el rey Guillermo IV, principalmente por el
      apoyo
      que otorgaba a los católicos irlandeses. Finalmente, el 16 de julio acabó dimitiendo
      de su
      cargo. Fue sustituido por le más moderado de los whigs de su gabinete, William Lamb, vizconde de Melbourne. 
    
Similarmente, el mariscal Soult, primer ministro de Francia, no
      contaba con la
      simpatía de los ministros de Luis Felipe I, que lo acusaban
      de
      obtuso y maleducado. A través de ciertas intrigas
      éstos
      lo forzaron a presentar su dimisión el 18 de julio, pero el rey lo
      sustituyó por otro del mismo estilo: el mariscal Étienne Maurice Gérard,
      el héroe de la reciente campaña belga.
    
El parlamento británico aprobó una enmienda a la Poor law que instauraba los
      trabajos forzados para los niños indigentes.
    
El 4 de agosto el
      ejército
      de Ibrahim Bajá tomó y saqueó Hebrón,
      acción que puso fin a la revuelta de los árabes del
      sur
      de Siria.
    
Finalmente, el 12 de agosto el
      parlamento brasileño aprobó una reforma de la
      constitución para descentralizar el gobierno y conceder
      mayor
      poder político a las provincias. 
    
El presidente ecuatoriano Juan José Flores logró
      acorralar a su rival Rocafuerte, pero, en lugar de ajusticiarlo,
      se
      unió a él contra Valdivieso. El 10 de septiembre Rocafuerte fue aclamado
      como presidente de Ecuador y puso a Flores al frente del
      ejército.
    
El 24 de septiembre
      murió
      de tuberculosis el emperador Pedro I de Brasil, a la edad de 35
      años. Murió en el palacio que Queluz, cerca de
      Lisboa,
      donde había nacido. La noticia de su muerte hizo que en
      Brasil
      los restoracionistas se unieran a los liberales "de
      Coímbra", lo
      que a su vez hizo que éstos se distanciaran de los
      nativistas,
      más afines a los republicanos.
    
Con Rosas en Buenos Aires, el gobernador Viamonte se vio obligado
      a
      dimitir. Al principio su dimisión fue rechazada, porque
      nadie
      quería el
      cargo. Rosas insistía en que no podía aceptarlo sin
      poderes
      extraordinarios. Finalmente, el 1 de
        octubre
      fue obligado a aceptarlo Manuel
        Vicente Maza. 
    
Los indios semínolas comunicaron a Wiley Thompson, el
      representante del
      gobierno, que no tenían intención de moverse de
      Florida y
      que no se sentían obligados por el tratado firmado por sus
      jefes
      el año anterior, ya que éste había sido
      firmado
      bajo presiones y engaños.
    
El 23 de octubre murió
      el
      Sha de Persia Fath Alí. Se dice que tuvo 158 esposas que le
      dieron 260 hijos. Sin embargo, su primogénito había
      muerto el año anterior, así que fue sucedido por su
      nieto
      Mohammad Sha. 
    
El exiliado Juan Antonio Lavalleja invadió Uruguay con la
      ayuda del bonaerense Juan Manuel de Rosas, pero fue derrotado y
      expulsado de nuevo. Ese año terminaba el mandato del
      presidente
      Rivera. Para evitar que en las elecciones triunfaran los
      partidarios de
      Lavalleja propuso como candidato a la presidencia a Manuel Oribe, viejo amigo de
      Lavalleja que, no obstante, no había participado en sus dos
      intentos de golpe de estado. Oribe ganó las elecciones y
      asumió el mando el 24 de
        octubre,
      pero previamente Rivera se había nombrado a sí mismo
      Comandante General de
        Campaña,
      lo cual le confería una autoridad militar con gran
      independencia
      del presidente.
    
El 27 de octubre
      Zumalacárregui tendió una emboscada en Alegría de Álava
      a un
      ejército isabelino que trataba de capturar al rey Carlos V.
      Así capturó varias piezas de artillería y
      luego
      hizo fusilar a los oficiales enemigos. Una parte del
      ejército
      derrotado había llegado hasta la población de Arrieta y se había
      encerrado
      en la iglesia. Joaquín de
        Osma,
      el comandante general de las tropas isabelinas en las provincias
      vascas, se puso al frente de unos 3.000 hombres para acudir en su
      auxilio. Sin embargo, Zumalacárregui eligió
      cuidadosamente un campo de batalla para enfrentarse a Osma y el 28 de octubre lo derrotó en
      la Acción de la venta de
        Echavarri.
      
    
El primer ministro francés, el mariscal Gérard, se
      opuso abiertamente al rey Luis Felipe I al insistir en su
      petición de indulto para los procesados por la pasada
      revuelta
      de Lyon, y el 29 de octubre
      terminó presentando su dimisión. Se evidenciaba
      así una crisis ministerial que no iba a resolverse a corto
      plazo. El 10 de noviembre el
      rey
      nombró primer ministro a Hugues-Bernard
        Maret, el duque de Bassano,
      un personaje muy impopular, de setenta y un años, cubierto
      de
      deudas, del que Talleyrand decía: Sólo hay alguien más bestia
        que M. Maret, y es el duque de Bassano. El resultado fue
      que sus
      ministros dimitieron en bloque el 13
        de
        noviembre, sin advertir a Maret.
    
En Gran Bretaña también hubo una atípica
      crisis
      ministerial. Se originó cuando un miembro del gabinete de
      Melbourne, John Charles Spencer,
      el ministro de Hacienda, heredó un título
      nobiliario, lo
      que le permitió pasar de la Cámara
        de los Comunes a la Cámara
de
        los Lores y, como era tradición que el ministro de
      Hacienda perteneciera a la Cámara
de
        los Comunes, se esperaba que el rey nombrara un
      sustituto,
      pero Guillermo IV aprovechó la circunstancia para renovar
      completamente el gobierno y ofreció el puesto de primer
      ministro
      al duque de Wellington. No obstante, éste rechazó la
      oferta y sugirió el nombre de sir Robert Peel, que a la
      sazón
      estaba en Italia y no podía rechazar la papeleta de
      encabezar un
      gobierno tory con un
      Parlamento en el que los whigs
      tenían la mayoría. El 14
        de
        noviembre sir Robert Peel fue nombrado primer ministro y
      Wellington ejerció el poder de forma interina hasta su
      regreso
      de Italia. Ésta fue la última vez en la historia en
      que
      un rey británico nombró un primer ministro en contra
      de
      la voluntad del Parlamento.
    
En Francia, el 18
        de noviembre Luis Felipe I nombró primer ministro
      a Édouard Adolphe
        Mortier. La
      elección tampoco fue del agrado de la oposición, que
      acusó al rey de poner a un títere al frente del
      gobierno
      para ejercer personalmente el poder.
    
Paganini, durante su estancia en París, cayó
      enfermo
      de tuberculosis pulmonar. Se recuperó relativamente pronto,
      pero
      desde entonces empezó a cancelar conciertos con frecuencia
      por
      razones de salud, que iban desde resfriados hasta
      depresión.
      Berlioz cuenta que un día fue a verle para explicarle que
      poseía una maravillosa viola Stradivarius y que le
      gustaría usarla en un concierto, pero que no conocía
      ninguna obra con un papel de solista para la viola. Berlioz le
      objetó que él no sabía tocar la viola y le
      sugirió que sería mejor que la compusiera él
      mismo, pero Paganini le replicó que tras su enfermedad no
      tenía ánimos para componer e insistió en su
      propuesta. Berlioz aceptó, pero las ideas que se le
      ocurrieron
      no correspondían a un concierto para viola propiamente
      dicho,
      sino que la viola se integraba con la orquesta sin llegar a
      imponerse a
      ella. Cuando Paganini vio los primeros esbozos quedó
      decepcionado, no quería pausas, quería que la viola
      sonara en todo momento. Se marchó y no le volvió a
      hablar
      del asunto. El 23 de noviembre
      Berlioz estrenó Harlold
        en
        Italia, sinfonía para viola y orquesta basada en Las peregrinaciones de Childe
        Harold,
      de Byron. Paganini no asistió al estreno porque
      había
      partido hacia Génova dos meses antes, dando por finalizada
      su
      carrera como concertista. Allí se dedicó a publicar
      sus
      composiciones y métodos de violín.
    
Liszt presentó la que puede considerarse sus primeras
      obras
      de
      madurez: sus Años de
        peregrinaje y sus Armonías
poéticas
        y religiosas, basadas en el poema
      homónimo de Lamartine.
    
Schumann se había enamorado de una violinista de
      dieciséis años (él tenía veinticuatro)
      llamada Ernestine von Fricken,
      para la que compuso su colección de escenas para piano
      titulada Carnaval. No
      obstante,
      rompería con ella a finales de año.
    
El 10 de diciembre sir Robert
      Peel se puso al frente del gobierno británico. Incapaz de
      gobernar con una mayoría whig
      en el parlamento, convocó nuevas elecciones.
    
El 12 de diciembre
      Zumalacárregui se había propuesto tender otra trampa
      al
      ejército isabelino dirigido por Luis
        Fernández de Córdova. Pretendía
      adoptar la
      estrategia de Aníbal en Cannas, es decir, había
      ordenado a
      la parte central de su ejército que se retirara para formar
      una
      U que terminara rodeando al ejército enemigo.
      Fernández
      de Córdova estaba dispuesto a caer en la trampa, pero el
      jefe de
      su vanguardia, el general Marcelino
de
        Oraá, mucho más experimentado,
      decidió
      desobedecer las órdenes y atacar en Mendaza el flanco izquierdo
      carlista. Ante su acción inesperada, Zumalacárregui
      trató de reaccionar, pero sus tropas acabaron
      desorganizadas y
      huyendo en desbandada. El 15 de
        diciembre
      se produjo un nuevo enfrentamiento en Las
        Arguijas. No era el campo de batalla previsto por
      Fernández de Córdova, pues Zumalacárregui se
      las
      arregló para desbaratar sus planes, y el resultado fue una
      dispersión de los enfrentamientos que resultaron indecisos
      y
      terminaron cuando Zumalacárregui optó por la
      retirada.
    
El rey Minh Mang de Vietnam logró derrotar a los siameses
      mientras mantenía ponía bajo asedio la ciudad de
      Saigón, último reducto de la rebelión que
      había estallado en el sur del país. De este modo,
      Camboya
      siguió siendo vasalla de Vietnam.
    
El rey Ang Chan II de Camboya murió de disentería y
      su
      hija Ang Mey de veinte
      años fue reconocida como reina, si bien permaneció
      prácticamente secuestrada en su palacio por el embajador de
      Vietnam, quien ejercía el poder de facto. Pronto empezó a
      mostrar síntomas de locura.
    
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