| ANTERIOR | LA
                  GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA I | SIGUIENTE | 
|---|
El 18 de enero de 1701, el príncipe elector de Brandeburgo fue coronado en Königsberg como el rey Federico I de Prusia. Allí formó una corte fastuosa, a imitación de Versalles.
Ese año murió el duque Felipe de Orleans, el
      hermano del rey Luis XIV de Francia, y fue sucedido por su hijo Felipe. Su viuda, Carlota
      Isabel, tenía una de las lenguas más afiladas de la
      corte. Escribió unas memorias en las que censuraba
      agriamente la corte francesa. A su marido lo pinta mediocre,
      egoísta e infiel. Sobre este último aspecto dice: "Todos los jóvenes y muchos
        viejos adolecen de este vicio [la homosexualidad] cualquier otra galantería es
        ridiculizada y sólo entre el pueblo se ama a las
        mujeres". De Mme. de Maintenon, la esposa de Luis XIV,
      dice: "ella lo vuelve duro y
        tiránico [al rey]  hasta un punto tal, que ya no tiene piedad de nada".
      Pero más interesante es su testimonio sobre la
      situación del pueblo llano, como cuando relata lo que
      sucedió un día en que se reunieron en la calle unos
      seis mil trabajadores:
    
pidiendo a grandes voces pan y dinero, como no tenían nada que darles, detuvieron a una mujer que se hacía notar por su insolencia y la pusieron en la picota. Entonces empezó el tumulto; arrancaron a la mujer de la picota y se pusieron a gritar: "¡Pillaje, pillaje!", y corrieron, en efecto, hacia las panaderías y saquearon las tiendas. Llamaron a los soldados de la guardia para disparar sobre la chusma; pero los revoltosos, al darse cuenta de que sólo disparaban con pólvora para asustarlos, gritaron: "Ataquémosles, no tienen plomo". Entonces los soldados se vieron obligados a matar a varios. Esto duró desde las cuatro de la madrugada hasta el mediodía.
Fenelon seguía albergando la esperanza de cambiar la
      actitud de la monarquía francesa, como se desprende de su Examen de conciencia de un rey,
      que escribió para el Delfin Luis.
    
Una expedición organizada por el jesuita italiano Juan
      María de Salvatierra confirmó que California era una
      península.
    
En Leipzig había iniciado sus estudios de derecho un joven
      de veinte años llamado Georg
        Philipp Telemann. Había estudiado música
      por su cuenta, y no dudó en abandonar sus estudios cuando
      se le ofreció un salario por componer dos cantatas
      mensuales para la iglesia de Santo Tomás.
    
En abril llegó a Madrid
      el duque Felipe de Anjou, que el 8 de
        mayo fue coronado como el rey Felipe V de España. Su abuelo, Luis XIV, lo
      había despedido diciéndole: Desde hoy en adelante, ambas
        naciones deben ser consideradas como si fuesen una sola.
      Entre sus acompañantes destacaban el que era su principal
      consejero, Charles Auguste
        d'Allonville, marqués de Louville, el confesor que le
      había designado su abuelo, el jesuita Guillaume Daubenton, el duque
      de Noailles, así como Marie–Anne
        de la Trémoille, conocida como la princesa degli Orsini, o de los Ursinos, porque
      había estado casada con Flavio
        degli Orsini, duque de Bracciano,
      fallecido tres años atrás. Previamente había
      estado casada con el príncipe de Chalais, con quien
      había vivido bastante tiempo en España. (La princesa
      tenía ya cincuenta y nueve años.) Durante su segundo
      matrimonio había ejercido labores diplomáticas en
      Roma, donde había entrado en contacto con el cardenal
      Portocarrero.
    
Luis XIV concertó el matrimonio de su nieto con María Luisa de Saboya,
      la hija de trece años del duque Víctor Amadeo II de
      Saboya. Felipe V fue a recibirla a Barcelona, y aprovechó
      la ocasión para convocar las cortes catalanas. Fue la
      primera vez desde hacía un siglo que una reunión de
      las cortes catalanas terminaba felizmente. El rey concedió
      buena parte de lo que se le pidió y las cortes fueron
      generosas con él. Mme. de Maintenon hizo que la princesa de
      los Ursinos fuera nombrada camarera de la reina María
      Luisa, con el encargo de dirigirla y tutelarla. La princesa
      empezó a introducir en la triste corte española la
      etiqueta, la moda y las costumbres de Versalles.
    
El rey francés había planeado el matrimonio para
      estrechar sus relaciones con el duque de Saboya, dada la
      importancia estratégica del ducado como acceso al norte de
      Italia. En efecto, mientras el resto de potencias europeas
      parecía aceptar el testamento del difunto Carlos II de
      España, el emperador Leopoldo I invocó un acuerdo firmado en 1059 (lo que
      se dice "ayer mismo") entre el Papa Nicolás II y Roberto
      Guiscardo —a la sazón duque de Apulia y Calabria
      (más o menos lo que ahora era el reino de Nápoles)—
      en virtud del cual éste se declaraba vasallo del Papa, y
      reconocía a la Santa Sede el derecho a nombrar sucesor
      cuando se extinguiera una dinastía. Con esta sólida
      base legal, envió un ejército a Italia bajo la
      dirección del príncipe Eugenio, con el
      propósito de conquistar el Milanesado (que lo tenía
      más cerca que Nápoles). La nobleza napolitana
      entró en negociaciones con el emperador y promovió
      una revuelta, a la que tuvo que hacer frente el duque de
      Medinaceli, que era entonces el virrey de Nápoles. Luis XIV
      envió una flota a Nápoles bajo el mando de Victor
        Marie d'Estrées y un ejército al norte de
      Italia bajo el mando del mariscal Villeroi, cuya ineptitud militar
      era cada vez más patente.
    
El capitán Kidd había sido llevado preso a
      Inglaterra, donde fue juzgado, condenado por piratería y
      ahorcado el 23 de mayo. Su
      recuerdo permaneció vivo durante bastante tiempo a causa de
      los rumores de que había enterrado parte de su tesoro en
      algún lugar de Long Island, y no faltaron aventureros
      dispuestos a encontrarlo.
    
También regresó a Inglaterra Daniel Defoe, donde
      obtuvo un gran éxito con su libelo El verdadero inglés. 
    
En Viena había cumplido veinticinco años Francisco
      Rákóczi, el nieto del príncipe de
      Transilvania Jorge II. Había sido educado por los jesuitas,
      bajo la protección del segundo esposo de su madre, y
      había llegado a ser nombrado príncipe del Imperio.
      Sin embargo, se descubrió que había entrado en
      negociaciones con el embajador francés en Viena, Claude Louis Hector, el duque
      de Villars, y fue
      encarcelado por ello. El duque de Villars fue invitado a volverse
      a Francia.
    
El rey Guillermo III de Inglaterra estaba gravemente enfermo, no
      tenía descendencia, y su cuñada Ana, la siguiente en
      la línea sucesoria, acababa de perder al último de
      los diecisiete hijos que había tenido con su esposo, el
      príncipe Jorge de Dinamarca. Esto planteaba un grave
      problema, ya que reforzaba las aspiraciones del derrocado Jacobo
      II a recuperar su corona (o a transmitírsela a su hijo
      católico, Jacobo Eduardo). Por ello, en junio, el parlamento inglés
      aprobó la Acta
        de establecimiento, por la que, a falta de herederos de
      Guillermo o de Ana, la corona recaería sobre Sofía,
      la prima de Jacobo II que se había casado con el que
      después se convertiría en el príncipe elector
      Ernesto Augusto I de Hannover, madre el actual príncipe
      elector, Jorge I Luis. El acta exigía además que
      todo soberano de Inglaterra perteneciera a la Iglesia Anglicana, y
      añadía numerosas disposiciones para que la eventual
      ascensión al trono de un monarca extranjero influyera en la
      política inglesa.
    

    
 El 8 de
        julio, el rey Carlos XII de Suecia derrotó cerca
      de Riga al ejército del rey Augusto II de Polonia. Se le
      presentaba así una oportunidad de firmar una paz ventajosa,
      pero, en su lugar, decidió invadir Polonia. Mientras tanto,
      el zar Pedro I de Rusia se había ocupado de tomar las
      medidas necesarias para reparar "el
        honor herido de la santa Rusia", tras su derrota en Narva
      del año anterior. Engrosó su ejército con una
      leva de 200.000 hombres y contrató expertos occidentales en
      armamento y metalurgia. Luego se lanzó a la conquista de Ingria, para lograr el acceso
      al Báltico.
El 8 de
        julio, el rey Carlos XII de Suecia derrotó cerca
      de Riga al ejército del rey Augusto II de Polonia. Se le
      presentaba así una oportunidad de firmar una paz ventajosa,
      pero, en su lugar, decidió invadir Polonia. Mientras tanto,
      el zar Pedro I de Rusia se había ocupado de tomar las
      medidas necesarias para reparar "el
        honor herido de la santa Rusia", tras su derrota en Narva
      del año anterior. Engrosó su ejército con una
      leva de 200.000 hombres y contrató expertos occidentales en
      armamento y metalurgia. Luego se lanzó a la conquista de Ingria, para lograr el acceso
      al Báltico.
    
El tratado de Ryswick, que había puesto fin a la guerra entre Francia e Inglaterra cuatro años atrás, no involucraba a los indios iroqueses, que habían seguido combatiendo por su cuenta a sus enemigos jurados, los colonos franceses del Canadá. Ahora, finalmente, los canadienses lograban firmar con ellos un tratado de paz. El 24 de julio fundaron la ciudad de Detroit.
El príncipe Eugenio había ocupado el ducado de Mantua, y el 1 de septiembre derrotó en Chiari al mariscal Villeroi.
El 7 de septiembre, el emperador Leopoldo I firmó la Gran alianza de La Haya con Inglaterra y los Países Bajos. Influyó en ello que Luis XIV se había negado a que su nieto Felipe V renunciara a sus eventuales derechos a la corona francesa.
El 22 de septiembre, el duque
      de Medinaceli sofocaba en Nápoles la conjura
      proaustríaca, pero fue sustituido como virrey por Juan Manuel Fernández Pacheco,
      el marqués de Villena.
      Mientras tanto, el joven Domenico Scarlatti era nombrado organista
      y compositor de la corte de Nápoles.
    
Luego murió el rey Jacobo II y, ya en 1702, Luis XIV reconoció a su hijo Jacobo
      Eduardo como el legítimo rey Jacobo III de Inglaterra.
    
Ahora Luis XIV tenía información de primera mano
      sobre la situación del gobierno de España y,
      escandalizado, decidió poner orden. Envió a Madrid a
      Jean Orry, señor de
      Vignory, en calidad de
      consejero de Felipe V, que pasaría a ejercer de
      superintendente del ejército y ministro de hacienda,
      así como al cardenal César
        d'Estrées, tío de Victor Marie
      d'Estrées, en calidad de embajador.
    
Juan Tomás Enríquez de Cabrera, el almirante de
      Castilla, que había sido cabecilla en la corte
      madrileña de los partidarios del archiduque Carlos hasta
      que el cardenal Portocarrero logró su destierro gracias al
      motín de los gatos,
      fue restituido en sus cargos y fue enviado como embajador a
      Francia (ingeniosa forma de tenerlo a la vez controlado y lejos de
      la corte), pero él marchó a Portugal y se puso a
      negociar con el rey Pedro II en favor de los austríacos.
    
María Ana de Neoburgo se vio obligada por deseo del rey a
      abandonar la corte y vivir en el alcázar de Toledo.
    
Un ejército francés ocupó el ducado de
      Lorena. El duque de Villeroi fue hecho prisionero en Cremona,
      así que en febrero fue
      reemplazado por el duque de Vendôme.
    
Ese año murió el duque Federico IV de
      Holstein-Gottorp, que fue sucedido por su hijo Carlos Federico, de dos
      años de edad, bajo la tutela de su tío Cristián Augusto. 
    
Desde la fundación de la colonia de Pennsylvania, los cuáqueros habían ido abandonando Jersey Oriental, hasta que llegó un punto en que decidieron desembarazarse de ella. El 17 de abril, Jersey Oriental y Jersey Occidental se unieron de nuevo en una sola colonia, que recuperó el nombre primitivo de Nueva Jersey.
Felipe V partió hacia Nápoles para dirigir
      personalmente la guerra contra los austríacos.
      Embarcó en Barcelona, tras protagonizar una despedida "made in Hollywood": su
      esposa, María Luisa, le dijo: "Soy la mujer de un soldado, de un soldado que va a la
        guerra", tras lo cual, rompiendo —para escándalo
      de los presentes— la rígida etiqueta de la corte
      española, se besaron apasionadamente. La reina, a sus
      catorce años, fue nombrada gobernadora y lugarteniente
      general del reino. Durante el regreso de Barcelona a Madrid
      aprovechó para inaugurar las cortes de Aragón.
      María Luisa de Saboya cumplió sus deberes con
      dedicación, aunque se cuenta que en cierta ocasión
      se lamentó: "La
        ocupación de gobernar es muy honrosa, pero muy poco
        divertida para una cabeza tan joven como la mía".
      
    
 Mientras Felipe V estaba aún
      embarcado, el 15 de mayo,
      Inglaterra y las Provincias Unidas declararon formalmente la
      guerra a Francia, y apoyaron al archiduque Carlos como
      pretendiente a la corona española. Así se
      inició oficialmente (aunque en la práctica
      había empezado el año anterior) la guerra de sucesión
        española. A los pocos días, el rey
      Guillermo III de Inglaterra moría a consecuencia de una
      caída de caballo. Como rey de Inglaterra, Escocia e
      Irlanda, fue sucedido, de acuerdo con lo previsto, por su
      cuñada, la reina Ana;
      el principado de Orange y sus otros títulos y derechos
      neerlandeses, pasaron al conde de Nassau Juan Guillermo Friso, que
      cumplía entonces los quince años. Sin embargo, la
      burguesía neerlandesa aprovechó la ocasión
      para retomar las riendas del gobierno frente al partido nobiliario
      representado por la casa de Orange. El poder pasó a manos
      del holandés Anthonie
        Heinsius, que había desempeñado un papel
      destacado en la firma de la Gran
        alianza de La Haya, el año anterior.
Mientras Felipe V estaba aún
      embarcado, el 15 de mayo,
      Inglaterra y las Provincias Unidas declararon formalmente la
      guerra a Francia, y apoyaron al archiduque Carlos como
      pretendiente a la corona española. Así se
      inició oficialmente (aunque en la práctica
      había empezado el año anterior) la guerra de sucesión
        española. A los pocos días, el rey
      Guillermo III de Inglaterra moría a consecuencia de una
      caída de caballo. Como rey de Inglaterra, Escocia e
      Irlanda, fue sucedido, de acuerdo con lo previsto, por su
      cuñada, la reina Ana;
      el principado de Orange y sus otros títulos y derechos
      neerlandeses, pasaron al conde de Nassau Juan Guillermo Friso, que
      cumplía entonces los quince años. Sin embargo, la
      burguesía neerlandesa aprovechó la ocasión
      para retomar las riendas del gobierno frente al partido nobiliario
      representado por la casa de Orange. El poder pasó a manos
      del holandés Anthonie
        Heinsius, que había desempeñado un papel
      destacado en la firma de la Gran
        alianza de La Haya, el año anterior.
    
También en Inglaterra se produjeron cambios
      políticos. Varios años de gobierno habían
      desgastado al partido tory,
      y poco antes de la muerte de Guillermo III, los whigs habían
      conquistado el parlamento. Tanto era así que el duque de
      Marlborough, que gozaba de gran influencia sobre la reina, pudo
      ponerse al frente del país, pero para ello tuvo que pasarse
      del partido tory al
      partido whig. La
      influencia del duque sobre la reina la ejercía en gran
      parte a través de su esposa, Sarah Churchill (nacida Jennings), que era desde hacía tiempo la
      principal confidente de la monarca.
    
En un discurso ante el parlamento, la reina Ana prometió
      dar todo su apoyo a la Iglesia de Inglaterra, y los puritanos se
      sintieron amenazados. Daniel Defoe se convirtió en su
      portavoz al publicar su libelo (de título irónico) El medio más eficaz para con
        los disidentes. Poco después fue encarcelado
      acusado de blasfemia.
    
El rey Carlos XII de Suecia tomó Varsovia.
    
El 15 de junio, el rey Felipe
      V de España llegó a Milán desde
      Nápoles, donde se puso al frente del ejército
      franco-español, hasta entonces a cargo del duque de
      Vendôme. El compositor Alessandro Scarlatti decidió
      también abandonar Nápoles junto con sus hijos, y
      marchó a Florencia.
    
El 17 de julio el rey Carlos
      XII de Suecia derrotó en Clissov
      al ejército polaco, que había recibido refuerzos
      sajones.
    
El 26 de julio Felipe V obtuvo
      una victoria en Santa Vittoria
      y el 14 de agosto
      derrotó al príncipe Eugenio en Luzzara. Mientras tanto, la
      flota angloneerlandesa hacía un intento de desembarcar en
      Cádiz, que resultó frustrado. Por esas fechas,
      Felipe V empezaba a padecer ataques de melancolía y
      depresión, durante los cuales se negaba a ver a nadie que
      no fuera su médico, su confesor o el marqués de
      Louville. En septiembre el rey
      regresaba a Milán.
    
Las noticias sobre la guerra llegaron a las colonias inglesas en
      América al mismo tiempo que las del fallecimiento del rey,
      así que allí la guerra fue conocida como la guerra de la reina Ana.
      Mientras las colonias del sur apenas habían sido afectadas
      por la guerra del rey Guillermo
      (porque el enemigo era únicamente Francia, cuyas colonias
      americanas estaban en el norte) ahora los ingleses americanos se
      veían amenazados tanto por Francia al norte como por
      España al sur. Las colonias sureñas fueron las
      primeras en tomar la iniciativa, cuando James Moore, el gobernador de Carolina,
      dirigió una expedición de colonos e indios contra
      San Agustín, la capital de Florida. La ciudad fue tomada y
      saqueada, pero los españoles resistieron en un fuerte hasta
      que la llegada de barcos españoles obligó a Moore a
      abandonar Florida. La empresa supuso un gran gasto para los
      ingleses y no les proporcionó ningún beneficio, al
      contrario, las finanzas de Carolina se hundieron durante
      algún tiempo.
    
En octubre, el duque de
      Villars derrotó al ejército imperial en Friedlingen, lo que le
      valió el título de mariscal de Francia. Mientras
      tanto, los hugonotes aprovecharon que los ejércitos reales
      estaban ocupados para iniciar una sublevación en las Cevenas. Eran conocidos
      como camisards, porque
      vestían camisas blancas para reconocerse entre ellos en sus
      ataques nocturnos. Pronto adoptaron como caudillo a Jean Cavalier, que se
      había instalado en Ginebra cuando los hugonotes fueron
      expulsados de Francia, pero que había regresado en cuanto
      tuvo noticia de la rebelión, y no tardó en demostrar
      grandes dotes como estratega.
    
El ejército sueco tomó Cracovia. Poco
      después, los rusos tomaron la fortaleza sueca de Nöteborg. 
    
Telemann fundó el Collegium
        musicum, una coral de estudiantes, y fue nombrado
      director de la ópera de Leipzig.
    
En enero de 1703 el rey Felipe
      V de España se encontraba de regreso en Madrid, donde se
      encontró un ambiente tenso, ya que una parte de la nobleza
      castellana estaba indignada de ver cómo era Luis XIV quien
      reinaba —de hecho— en España, a través de la
      camarilla de consejeros franceses de su nieto. En los primeros
      años, éstos se habían mantenido unidos, a la
      espectativa de cómo reaccionarían los
      españoles ante su presencia, pero las rencillas entre ellos
      eran cada vez más abiertas. Por una parte, el
      marqués de Louville se enfrentaba a la princesa de los
      Ursinos y, por otra, tanto Louville como la princesa
      coincidían en su odio hacia el embajador, el cardenal
      d'Estrées. Tratando de zanjar el problema, Luis XIV
      ordenó a d'Estrées y a Louville que regresaran a
      Francia. Por otra parte, envió al mariscal René de Froulay, el
      conde de Tessé. 
    
Las negociaciones de Juan Tomás Enriquez de Cabrera
      tuvieron éxito, y el rey Pedro II de Portugal prestó
      su apoyo al archiduque Carlos a cambio de la promesa de varias
      plazas españolas, entre ellas Badajoz y Vigo.
      Además, Pedro II firmó con los ingleses el tratado
      de Methuen, por el que
      abria las colonias portuguesas a los comerciantes ingleses.
    
También el duque Víctor Amadeo II de Saboya
      decidió cambiar de bando y, olvidando sus acuerdos con Luis
      XIV, selló una alianza con el emperador Leopoldo I,
      también con la promesa de incrementar sus dominios.
    
El emperador tuvo que ocuparse de un pequeño problema
      sucesorio, y es que sus dos hijos, José y Carlos,
      tenían únicamente descendencia femenina. En la
      llamada disposición
        leopoldina, estableció que, en ausencia de hijos
      varones, Carlos sucedería a José, pero las hijas de
      éste tendrían prioridad sobre las de aquél.
    
Francisco Rákóczi logró escaparse a Polonia,
      desde donde se puso en contacto con la nobleza húngara y en
      poco tiempo organizó una insurrección contra el
      dominio de los Austrias.
    
El atamán de Ucrania, Iván Stepánovich Mazepa, entró en negociaciones secretas con Augusto II ofreciéndole su apoyo contra Carlos XII a cambio de un subsiguiente apoyo para independizarse de Rusia.
El zar Pedro I había conquistado ya Ingria y Carelia, y
      estaba ocupándose de Estonia y Livonia. En la costa
      báltica, en la desembocadura del Nevá, empezó a edificar la ciudad de
      San Petersburgo, destinada
      a convertirse en el nexo entre Rusia y Europa occidental.
      Empleó para ello soldados, prisioneros suecos y otomanos, y
      a deportados fineses y estonios. El zar dejó el proyecto en
      manos de un amigo de la infancia: Alexander Danílovich Ménshikov, que
      fue nombrado gobernador de los territorios del báltico.
    
En junio, Daniel Defoe fue
      condenado a pagar una pesada multa y a ser puesto en la picota
      pública durante tres días, por blasfemo. Este
      castigo le valió una gran popularidad.
    
Un irlandés de treinta y un años, llamado Richard Steele, se
      inició en la comedia con The
        lying lover, basada en una obra de Corneille.
    
Ese año murieron los científicos ingleses Robert
      Hooke y John Wallis. Isaac Newton fue elegido presidente de la
      Royal Society.
    
También murió el escritor francés Charles
      Perrault.
    
En septiembre, el duque de
      Villars obtuvo una nueva victoria contra los alemanes en Höchstädt, en
      Baviera.
    
El 19 de noviembre
      murió en la Bastilla un misterioso personaje cuyo nombre se
      desconoce. Había entrado cinco años atrás,
      pero previamente había estado recluido en otras prisiones.
      Fue enterrado al día siguiente bajo el nombre de Marchiali, e inmediatamente
      fue destruido todo lo que había en su habitación.
      Siembre había sido tratado con grandes miramientos, pero lo
      que lo hace misterioso es que se le obligó en todo momento
      a llevar el rostro oculto tras una máscara de hierro, y por
      ello es conocido en la historia como el hombre de la Máscara de hierro. 
    
Una revuelta de los jenízaros obligó al
      sultán otomano Mustafá II a abdicar en favor de su
      hermano Ahmed III. 
    
Alessandro Scarlatti se instaló en Roma. En Venecia,
      Antonio Vivaldi fue ordenado sacerdote a los veinticinco
      años. Era conocido como il
        prete roso (el cura pelirrojo), pero no tardó en
      ser relevado de sus funciones, teóricamente por su mala
      salud, pero tal vez tuvo que ver que anteponía la
      música a sus obligaciones, y llegó en alguna
      ocasión a dejar "plantados" a sus feligreses en medio de la
      misa para anotar alguna idea inspirada que le acababa de venir a
      la mente. Ese mismo año fue nombrado maestro di violino, y luego maestro di coro en el Ospedale della Pietà,
      institución que acogía a muchachas huérfanas
      o abandonadas y les proporcionaba una educación.
    
Después de algunos viajes en los que completó su
      formación musical, Johann Sebastian Bach fue contratado
      como organista de San Bonifacio
      en Arnstadt, donde en 1704 compuso su primera cantata.
      Georg Philipp Telemann aceptó el puesto de organista 
      y director musical de la iglesia
        Nueva de Leipzig. El año anterior había
      llegado a Hamburgo un joven compositor sajón de dieciocho
      años llamado Georg
        Friedrich Händel, donde ahora, a sus diecinueve
      años, presentaba su Pasión
        según san Juan. 
    
El 29 de febrero, una partida
      de indios conducidos por franceses cayó sobre Deerfield, en Nueva
      Inglaterra, donde mataron a unas cincuenta personas y se llevaron
      prisioneras a unas cien. Como respuesta, una flota con setecientos
      hombres zarpó de Massachusetts con rumbo a Port Royal. Sin
      embargo, no supieron cómo abordarla y, después de
      rondarla durante algún tiempo, se volvieron igual que
      habían venido. Más aún, los franceses
      contraatacaron y tomaron algunas plazas que los ingleses
      mantenían en Terranova.
    
El 24 de abril empezó a
      publicarse el Boston
        newsletter, el primer periódico de las colonias
      inglesas en América.
    
En Maryland (la única colonia inglesa fundada por
      católicos) se prohibió el culto público a los
      católicos, aunque no hubo persecuciones.
    
El rey Carlos XII de Suecia expulsó de Polonia al rey
      Augusto II. Un noble polaco se presentó como candidato al
      trono y fue elegido con el apoyo del propio Carlos XII. Se
      convirtió así en el rey Estanislao I Leszczynski. Augusto II se
      retiró a su electorado de Sajonia y buscó la ayuda
      del zar Pedro I de Rusia.
    
Los austríacos fueron expulsados de Hungría, y
      Francisco Rákóczi fue proclamado príncipe
      soberano.
    
Daniel Defoe publicó su Himno
a
        la picota. Por estas fechas había pasado a
      trabajar para el político Robert
        Harley, que había influido en su
      excarcelación.
    
Un irlandés de treinta y siete años llamado Jonathan Swift publicó
      La batalla entre los libros,
      en la que toma partido por los antiguos contra los modernos, y el
      Cuento del tonel, en el
      que predica la reconciliación de las Iglesias.
    
Tras la muerte de Hooke, sucedida el año anterior, Newton
      se decidió a publicar su Óptica,
      cuyos resultados Hooke reclamaba como propios. Newton no pudo
      explicar algunas de sus observaciones con su teoría
      corpuscular, y tuvo que recurrir a la teoría ondulatoria de
      Huygens. 
    
Ese año murió el filósofo inglés John
      Locke. Leibniz acababa de terminar sus Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano, su
      réplica al Ensayo sobre
        el entendimiento humano de Locke, que, ante su
      fallecimiento, renunció a publicar. La obra está
      dividida en partes y capítulos de título
      análogo (cuando no idéntico) a los del Ensayo de Locke, si bien
      Leibniz le dio forma de diálogo entre dos personajes: Teófilo (amigo de
      Dios) representa a Leibniz (Teófilo es la versión
      griega de Gottfried, el nombre de Leibniz), mientras que Locke
      está representado por Filaletes
      (amigo de la verdad). El diálogo resulta bastante
      artificial, pues Filaletes
      recita, a menudo literalmente, pasajes enteros de la obra de Locke
      y Teófilo los comenta con relativa brevedad, por lo que, ni
      uno tiene ocasión de reaccionar ante las objeciones del
      otro, ni el otro tiene ocasión de exponer ordenadamente sus
      propios argumentos.
    
También murió el obispo Jacques Bénigne
      Bossuet, a los setenta y siete años. A causa de su
      impopularidad y de las tensiones que estaban generando en la corte
      española, Luis XIV hizo volver a Francia a la princesa de
      los Ursinos y a Jean Orry.
    
El archiduque Carlos no había cumplido aún los
      diecinueve años cuando se presentó en Portugal con
      doce mil soldados, con los que trató de entrar en
      España, aunque no tuvo éxito. Impidió su
      avance James Stuart FitzJames,
      el duque de Berwick, un
      hijo ilegítimo del rey Jacobo II de Inglaterra, que ahora
      estaba al servicio de Luis XIV.
    
En agosto, los ingleses
      tomaron Gibraltar, plaza que se consideraba inexpugnable y, por
      ello, estaba defendida por una guarnición muy reducida.
    
El 13 de agosto, el
      ejército inglés y austríaco, dirigido por el
      duque de Marlborough y el príncipe Eugenio, derrotó
      en Höchstädt
      al ejército francés, conducido por el mariscal Ferdinand de Marsin y por Camille d'Hostun, el conde de
      Tallart. El
      príncipe elector Maximiliano II de Baviera tuvo que
      retirarse a Francia, mientras sus estados eran repartidos entre
      Austria y el elector palatino, Juan Guillermo de Neoburgo.
    
Un poeta inglés de treinta y dos años, llamado Joseph Addison,
      compañero de estudios de Richard Steele, celebró las
      victorias de Marlborough con su poema La campaña. Se alistó en el
      partido whig e inició una brillante carrera
      política.
    
Los jesuitas habían logrado cierta influencia en China,
      pero hacían escasos progresos en sus intentos de difundir
      el catolicismo. Para tener alguna oportunidad se habían
      visto obligados a hacer algunas concesiones y adaptar el ritual
      católico a las tradiciones chinas. Así,
      permitían a los chinos que depositaran en los altares sus
      tablillas que representaban a sus antepasados, argumentando que
      tan sólo era una forma de recordar a los difuntos, algo
      totalmente compatible con la doctrina católica, pero los
      dominicos consideraban que adorar a los muertos era incompatible
      con el cristianismo. Finalmente, el Papa Clemente XI
      condenó el ritual chino. Ese año condenó
      también el jansenismo en la bula Vineam Domini. 
    
El año anterior, el teólogo jansenista Pasquier
      Quesnel (exiliado en los Países Bajos españoles)
      había sido encarcelado por orden del rey Felipe V, pero
      había logrado evadirse y ahora se instalaba en las
      Provincias Unidas, donde se dedicó a justificar a Arnauld y
      a su propia obra.
    
El dominio otomano sobre Mesopotamia era cada vez más
      débil, los turcos no eran capaces de proteger a la
      población de las incursiones de kurdos, beduinos y otros
      pueblos nómadas montañeses. En la última
      década, Bagdad se había sustraído a la
      autoridad del gobierno central. Ahora el sultán tuvo que
      admitir que el gobernador de Bagdad fuera elegido por la nobleza
      local. Estos gobernadores fueron conocidos como mamelucos (esclavos), pues,
      oficialmente, todos los súbditos del sultán eran sus
      esclavos.
    
Unos años atrás, un arqueólogo y orientalista francés llamado Antoine Galland había logrado un gran éxito con la publicación de un cuento que había traducido del árabe al francés a partir de un manuscrito que había hallado en Constantinopla. Su título era El cuento de Simbad el marino, y en vista de la gran acogida que tuvo entre el público francés, ahora publicaba los dos primeros volúmenes de su traducción de una colección de cuentos orientales muy antiguos: Las mil y una noches. Los fragmentos más antiguos de los que se tiene constancia se remontan al siglo IX. De esa época es un manuscrito árabe titulado El libro del cuento de las mil noches, que al parecer es una compilación de cuentos de origen muy diverso (persa, indio, árabe, mesopotámico, egipcio). En los años siguientes Galland fue publicando más tomos. El cuento de Simbad (aunque también es muy antiguo) no formaba parte de Las mil y una noches, pero Galland lo incluyó en el sexto de sus volúmenes. Tampoco se sabe muy bien el origen de algunos cuentos, como el de Aladino y la lámpara maravillosa, o el de Alí Babá y los cuarenta ladrones, que no figuran en ningún manuscrito árabe conocido. Galland afirmó haberlos recibido oralmente de un monje en Alepo. El número de cuentos de la colección varía mucho de unas ediciones a otras. Lo que todas las ediciones tienen en común es la historia de Scheherazade, que sirve de marco a los demás cuentos: El sultán Shahriar desposaba cada noche a una virgen para después mandarla matar, hasta que le tocó el turno a Scheherazade, quien logró salvar su vida cautivando la atención de su esposo con un cuento y esbozándole un segundo cuento que dejó pendiente para la noche siguiente, y cuando lo acabó le esbozó un tercero para la noche siguiente, y así durante mil y una noches, tras las cuales el sultán le perdonó la vida.
La colonia de Pennsylvania parecía decidida a aislarse lo
      más posible del exterior, y así, cedió los
      condados que poseía al sur de Nueva Jersey (lo que
      había sido antaño Nueva Suecia y que
      constituía su salida al mar), y los convirtió en una
      nueva colonia con el nombre de Delaware.
      Se formó una legislatura independiente que se reunió
      por primera vez el 22 de noviembre.
      Sin embargo, Delaware siguió reconociendo como propio al
      gobernador de Pennsylvania.
    
En 1705, el zar Pedro I de
      Rusia dominaba ya Estonia y Livonia. Por estas fechas Rusia
      contaba ya con un ejército regular nutrido de
      reclutamientos obligatorios.
    
Mazepa seguía conjurando con el fin de liberar a Ucrania
      de la tutela rusa. A su alianza con el rey de Polonia unía
      ahora otra con el rey Carlos XII de Suecia, que le prometió
      reconocer la independencia de Ucrania a cambio del apoyo de los
      cosacos contra Rusia.
    
Francisco II
        Rákóczi fue proclamado príncipe de
      la Confederación de los
        órdenes húngaros, que constituía la
      mayor parte de lo que había sido Hungría.
    
En América, los franceses estaban formando una cadena de
      fuertes que unían Canadá con Luisiana.
      Después de Kaskaskia
      y Cahokia, ahora fundaban
      Vincennes. 
    
La princesa de los Ursinos había regresado a
      España, y ahora se las arreglaba para que Jean Orry se
      reuniera con ella en Madrid.
    
Ese año murió el emperador Leopoldo I, y fue
      sucedido por su hijo José
        I, que tomó con más empeño que su
      padre la guerra contra Francia y en favor de su hermano Carlos
      como pretendiente al trono español.
    
El duque de Berwick regresó a Francia a luchar contra los
      camisards, con lo que las
      tropas francesas en España quedaron bajo el mando del conde
      de Tessé. Éste derrotó al conde de Galloway,
      que dirigía el ejército inglés enviado a
      Portugal y que había intentado asediar Badajoz.
    
Mientras tanto, el rey Pedro II de Portugal se las arregló
      para tomar Madrid en nombre del archiduque Carlos, pero no pudo
      retener la ciudad por mucho tiempo. Juan Tomás
      Enríquez de Cabrera había sido nombrado general de
      la caballería portuguesa, pero murió apenas se
      iniciaron las hostilidades en la frontera.
    
Por otra parte, Tessé fracasó en un intento de
      asediar Gibraltar.
    
En América, una expedición española dirigida
      por Baltasar García Ros,
      y en la que participaron indios de las reducciones
      jesuíticas, arrebató a los portugueses la ciudad de
      Sacramento.
    
Tras enemistarse con el elector de Baviera, el duque de Villars
      marchó a las Cevenas al frente de diez mil hombres para
      combatir a los camisards.
      El duque de Berwick regresó a la corte, donde fue nombrado
      mariscal.
    
Johann Sebastian Bach decidió viajar a pie desde Arnstad
      hasta Lübeck, para visitar a Dietrich Buxtehude, con la
      intención de mejorar su virtuosismo con el órgano y
      aprovechar sus consejos. Ciertamente, Buxtehude ejerció una
      gran influencia sobre el joven Bach.
    
En Hamburgo, Händel estrenó una de sus primeras
      óperas: Almira y Nero.
      Domenico Scarlatti, que acababa de cumplir veinte años, se
      instaló en Venecia.
    
Un catalán llamado Antoni
de
        Peguera i Aimeric trató sin éxito de
      sublevar Barcelona en favor del archiduque Carlos, y tuvo que huir
      a Italia y Viena, donde entró en negociaciones con los
      ingleses, las cuales culminaron el 20
        de junio con la firma de un tratado entre "el reino de Inglaterra y el ilustre
        y preclaro principado de Cataluña", en virtud del
      cual, una parte de la aristocracia catalana se comprometía
      a reconocer como rey al archiduque y a sumarse a la
      coalición contra Felipe V. En julio,
      la flota del archiduque salió de Lisboa con rumbo a
      Barcelona bajo el mando de Charles
        Mordaunt, el conde de Peterborough.
      
    
El príncipe Eugenio trató de unir sus tropas
      italianas a las del duque de Saboya, pero el 16 de agosto fue derrotado en Cassano por el duque de
      Vendôme. El emperador José I envió un
      ejército de refresco, pero el duque lo derrotó en Calcitano. 
    
El mismo día de la batalla de Cassano murió de
      tuberculosis el matemático Jacob Bernoulli. Su hermano
      Johann se dirigía a Basilea para optar a una cátedra
      de griego, pero al enterarse de la muerte de Jacob, cambió
      de planes y terminó ganando la cátedra que
      éste había ocupado.
    
La reina Ana de Inglaterra nombró caballero a sir Isaac
      Newton, que se convirtió en el primer científico que
      recibía este título.
    
Edmond Halley publicó su Synopsis astronomiae cometicae, en la que expuso
      una teoría sobre los cometas, según la cual eran
      cuerpos que giraban alrededor del Sol, como los planetas, y que
      seguían las mismas leyes que éstos. En especial,
      aplicó su teoría a un cometa que él mismo
      había observado veintitrés años atrás
      (el que hoy lleva su nombre), para el cual calculó su
      órbita y demostró que se trataba del mismo cometa
      que ya había sido observado, además de en 1682, en
      los años 1607, 1531 y 1456. En particular, obtuvo que el
      cometa tarda unos 76 años en dar una vuelta completa
      alrededor del Sol, por lo que pronosticó su regreso para
      fines de 1758 o principios de 1759.
    
El 22 de agosto el conde de
      Peterborough se encontraba ante Barcelona y comenzó un
      asedio que se prolongó hasta el 9
        de octubre. Peterborough prohibió saquear la
      ciudad, cosa que sorprendió a los catalanes, que no
      esperaban tal delicadeza de unos herejes. El archiduque
      entró en Barcelona y fue reconocido como el rey Carlos III de España.
      Convocó las cortes para el 5 de
        diciembre y poco después obtuvo la adhesión
      del reino de Valencia. En diversos puntos de Aragón se
      produjeron también sublevaciones en su favor. De este modo,
      la guerra de sucesión se convirtió en una guerra
      civil.
    
En 1706 murió el rey
      Pedro II de Portugal, que fue sucedido por su hijo Juan V, de diecisiete
      años.
    
El conde de Tessé trasladó las tropas francesas que
      luchaban en el frente portugués y en abril las tenía ante Barcelona, dispuestas
      para un asedio con el apoyo de la flota francesa, pero
      llegó la flota del archiduque y desbarató sus
      planes. El propio rey Felipe V tuvo que pasar a Francia para,
      desde allí, poder regresar a Madrid, pues el camino directo
      estaba cortado.
    
En mayo, el rey Luis XIV de
      Francia encomendó el ejército del frente
      neerlandés al duque de Villeroi, pero éste
      sufrió una estrepitosa derrota en Ramillies ante el duque de
      Marlborough, así que fue sustituido por el duque de
      Vendôme. Al frente de las tropas italianas puso a su
      sobrino, el duque Felipe II de Orleans.
    
La reina Ana de Inglaterra nombró embajador en la corte
      del archiduque Carlos al conde James
        de Stanhope, que intervino en la defensa de Barcelona
      ante un ataque de los partidarios del rey Felipe V. Éste
      había permanecido poco tiempo en Madrid, pues poco
      después de su entrada se vio obligado a marchar de nuevo
      ante el avance de las tropas angloportuguesas, capitaneadas por el
      conde de Galloway, que se dirigían a la capital desde
      Salamanca. En junio entraron en
      Madrid y poco después cayeron Toledo y Alcalá.
      Zaragoza también se proclamó leal al archiduque y la
      aristocracia castellana empezó a mostrar su adhesión
      al que parecía ser el inminente vencedor. Jean Orry
      optó por regresar a Francia.
    
Sin embargo, Felipe V compensó la falta de apoyo por parte
      de la nobleza con una reacción popular de los castellanos,
      que se rebelaron ante lo que consideraron un intento de catalanes,
      aragoneses y portugueses de imponerles un rey. Cuando Carlos
      intentó proclamarse rey en la plaza mayor, se encuentra con
      que el pueblo le grita "¡Viva
        Felipe!" Ingleses, portugueses y austríacos se
      vieron aislados en un país que les era hostil, donde
      cualquier soldado que se separaba de sus compañeros acababa
      acuchillado. El archiduque terminó huyendo de Madrid rumbo
      a Valencia, perseguido por su rival durante un buen trecho. El 5 de agosto Felipe V entraba de
      nuevo en Madrid, entre aclamaciones. En Toledo, Mariana de
      Neoburgo había recibido jubilosa a las tropas del
      archiduque, lo que, tras su retirada, le valió ser
      desterrada a Bayona por Felipe V.
    
En Valencia, el archiduque Carlos se encontró con que el
      conde de Peterborough se había olvidado de la guerra y, en
      su lugar, se dedicaba a asistir a corridas de toros y a leer el Quijote. Lo
      destituyó y lo envió de regreso a Inglaterra.
      Mientras las fuerzas del archiduque tomaban Murcia, Alicante, y
      las islas de Mallorca e Ibiza, en Madrid se celebraba a lo grande
      el anuncio de la futura maternidad de la reina María Luisa.
    
Adrien Maurice, el hijo
      del duque de Noailles, que tenía entonces veintiocho
      años, trató de tomar Barcelona a los
      austríacos, aunque no tuvo éxito: Antoni de Peguera
      había reorganizado el ejército catalán y,
      tras romper el asedio, llevó a cabo una brillante
      campaña en Aragón. Entre los últimos adeptos
      del archiduque estaba el conde de Oropesa, que ahora moría
      en Barcelona.
    
En Italia, el príncipe Eugenio logró finalmente
      unir su ejército al del duque de Saboya, y el 7 de septiembre levantó el
      sitio que los franceses mantenían sobre Turín. El 26 de septiembre conquistó
      Milán y poco después los franceses eran expulsados
      del norte de Italia.
    
| El mundo al final del
              siglo XVII | Índice | La guerra de
              sucesión española II |