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LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA II
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En 1706, el rey Federico I de Prusia casó a su hijo Federico Guillermo con Sofía Dorotea, hija del príncipe elector Jorge I Luis de Hannover. El año anterior había fallecido Sofía Carlota, la madre de Federico Guillermo y hermana del príncipe elector.

El derrocado rey Augusto II de Polonia intentaba recuperar su trono, pero el rey Carlos XII de Suecia invadió Sajonia y forzó la paz de Altranstädt, en la que obtuvo la sumisión de Augusto II. Las victorias del joven rey sueco hicieron que los dos bandos de la guerra de sucesión española compitieran por captarlo para su causa.

Los cosacos del Don se rebelaron contra el zar Pedro I de Rusia. Su atamán, Bulavin, tomó Cherkask y amenazó Azov. Alexander Ménshikov, nombrado general el año anterior, obtuvo una victoria en Kalisz sobre los suecos.

Händel se trasladó a Florencia, donde dio a conocer su ópera Rodrigo. Ese año murió en Nuremberg el organista y compositor Johann Pachelbel.

En París trabajaba como organista para los jesuitas un joven de veintitrés años llamado Jean Philippe Rameau, que publicaba ahora su Primer libro de piezas para clave.

En la ciudad alemana de Jena estudiaba teología un joven de veintiún años llamado Johann Georg Neidhardt. Probablemente, había recibido alguna instrucción musical del organista de la universidad, Johann Nicolaus Bach. Ese año publicó un tratado titulado El mejor y más fácil temperamento en un monocordio. En él abordaba un problema fundamental en la teoría musical, y que ya había sido tratado por numerosos teóricos. La célebre escala musical de siete notas se basa en una construcción de Pitágoras que permite formar numerosos acordes, es decir, conjuntos de notas cuyas frecuencias guardan proporciones sencillas, lo cual se traduce en que al oído le suenan de forma especialmente armoniosa. Sin embargo, las "distancias" entre las notas de la escala pitagórica son desiguales, de modo que, por ejemplo, la "distancia" de un Re a un Mi es aproximadamente el doble de la distancia de un Mi a un Fa. El proceso matemático de generación de la escala pitagórica puede prolongarse de forma natural hasta obtener una escala con doce notas, en la cual, la distancia de cada nota a la siguiente es aproximadamente la misma, pero no exactamente. Todo esto era conocido desde hacía más de dos siglos, pero el problema que planteaba la escala pitagórica es que no permite las modulaciones o cambios de tonalidad. Una composición que suena "bien" se deforma cuando se intenta "trasladar" unas notas arriba o abajo en la escala, lo cual suponía una limitación seria, tanto para los compositores como para los intérpretes (que no podían, por ejemplo, adaptar sus interpretaciones a las necesidades de un cantante).

Numerosos autores habían tratado de paliar estos inconvenientes proponiendo afinaciones alternativas a la pitagórica que fueran más versátiles, si bien, con ellas, los problemas de la afinación pitagórica se mitigaban, pero no se eliminaban completamente. Además, requerían aumentar el número de notas, lo que las hacía aceptables para instrumentos de cuerda, pero no para instrumentos de teclado. En su tratado, Neidhardt propone la escala temperada, en la que las doce notas son equidistantes, lo cual hace que cualquier composición suene exactamente igual (sólo que más grave o más aguda) si se traslada unas notas arriba o abajo en la escala. A cambio, con la escala temperada no es posible formar ningún acorde "puro", sino que todos los acordes puros que proporcionan las distintas escalas no temperadas se transforman en aproximaciones razonables que el oído distingue con dificultad. Neidhardt obtuvo permiso para probar su afinación en el nuevo órgano de la iglesia de Jena, pero no tuvo éxito, la afinación de Bach se consideró preferible.

Leibniz logró un puesto de profesor de matemáticas en Halle para uno de sus discípulos: Christian von Wolff, que tenía ahora veintinueve años.

En 1707 se construyó en Inglaterra la primera máquina de vapor basada en las ideas del francés Denis Papin. Éste se encontraba en Kassel, donde acababa de construir el primer barco de vapor, con el que trató de llegar a Inglaterra, pero, al llegar a Hannover, unos marineros, temerosos de quedarse sin trabajo, destruyeron el artefacto. Papin tuvo que llegar a Inglaterra por medios más convencionales.

Un joven irlandés de veintidós años terminó sus estudios en el Trinity College de Dublín. De acuerdo con el reglamento del centro, junto con su título, recibió las órdenes sacerdotales anglicanas. Se llamaba George Berkeley, y no tardó en ser contratado en el propio Trinity College como profesor de teología, griego, latín y rudimentos de hebreo. Berkeley había destacado como estudiante de matemáticas y física, y estaba familiarizado con las obras de Newton y Locke. Su interés por la pedagogía se ve reflejado en su libro La aritmética demostrada sin recurrir al álgebra ni a la geometría.

Francisco II Rákóczi logró que el parlamento proclamara la deposición de los Austrias y la independencia de Hungría.

En Inglaterra, el conde de Peterborough se había convertido en el principal oponente a la guerra. El 6 de marzo, la reina Ana de Inglaterra, previa aprobación por los parlamentos respectivos, promulgó el Acta de unión, en virtud de la cual Inglaterra y Escocia dejaban de ser dos reinos unidos meramente por tener el mismo rey para convertirse en un único reino, con un único parlamento y un único sistema legal, que en lo sucesivo sería conocido como el Reino Unido de la Gran Bretaña. (La Gran Bretaña era el nombre geográfico de la isla compartida por Inglaterra y Escocia.) Entre los responsables de los delicados contactos diplomáticos previos a la promulgación de la unión, se encontraba Daniel Defoe.

El 7 de marzo se firmó el tratado de Milán, por el que España y Francia reconocían al emperador José I como duque de Milán.

El conde de Stanhope asumió el mando de las tropas británicas en Cataluña. Marchó entonces a Gran Bretaña para negociar con la reina y el parlamento la ayuda financiera que debían proporcionar al archiduque Carlos. De regreso a Cataluña, negoció a su vez con el archiduque y obtuvo en contrapartida un ventajoso tratado comercial.

El 28 de abril, el ejército del rey Felipe V de España, dirigido por el duque de Berwick, se enfrentó en Almansa al ejército del archiduque Carlos, dirigido por el conde de Galloway. Una maniobra envolvente de la caballería castellana aniquiló a los veinticinco mil hombres del archiduque, que tuvieron unas cinco mil bajas. En Valencia murió Antoni de Peguera.

Felipe V concedió al duque de Berwick los títulos de duque de Liria y de Jérica. Irónicamente, el ejército de Felipe V había sido conducido por un inglés renegado (el hijo del rey Jacobo II de Inglaterra), mientras que el del archiduque Carlos fue dirigido por un francés renegado (por hugonote). Fue una victoria decisiva, pues permitió a Felipe V dominar en poco tiempo los reinos de Aragón y Valencia. La ciudad de Játiva fue incendiada por su apoyo al archiduque. Los festejos por la victoria se unieron a los debidos al nacimiento de Luis, el primogénito de Felipe V.

El duque Felipe II de Orleans había sido destinado a España. No había llegado a tiempo para participar en la batalla de Almansa, pero después llevó a cabo una serie de brillantes campañas que terminaron con el sometimiento definitivo del reino de Valencia y el este de Cataluña.

El 29 de junio, Felipe V promulgó el decreto de Nueva planta, por el que suprimía todos los fueros, privilegios, prácticas y costumbres propias de ambos reinos. Desde entonces, el derecho debía reducirse "a las leyes de Castilla y al uso, práctica y forma de gobierno que se tiene y ha tenido en ella y en sus tribunales, sin diferencia alguna en nada". Numerosos valencianos y aragoneses emigraron a Cataluña, donde el archiduque Carlos vio aumentar vertiginosamente su popularidad. Ese año se casó con Isabel Cristina de Brunswick, que se reunió con él en Barcelona. Fuera de España, la situación era mucho más desfavorable para Felipe V y su abuelo: las tropas del archiduque entraron en Nápoles, que se rindió sin apenas lucha. El virrey de Nápoles, el marqués de Villena, fue hecho prisionero. El conde de Tessé logró que el príncipe Eugenio levantara el asedio de Toulón, en la Provenza. Aun así, Luis XIV, consideró prudente negociar con la Alianza y llegó a ofrecerles incluso que su nieto renunciara a la corona española. Sin embargo, cuando Felipe V se enteró de estos planes, alentado por la princesa de los Ursinos, escribió a Luis XIV:

... Ya que Dios ciñó mis sienes con la corona de España, la conservaré y defenderé mientras me quede una gota de sangre en las venas. Es un deber que me impone mi conciencia, mi honor, y el amor que profeso a mis súbditos.

Su decisión de no acatar las directrices francesas acabó con los recelos de buena parte de la corte española, y aumentó sensiblemente la lealtad de los castellanos hacia su rey, al que dieron el sobrenombre de Felipe V el Animoso. En diciembre, Lérida se rindió a las tropas de Felipe V.

El emperador José I tuvo que hacer concesiones a los protestantes de Silesia para evitar un enfrentamiento con el rey Carlos XII de Suecia. Quien no se preocupó de disgustar a Carlos XII fue el zar Pedro I de Rusia, que reanudó la ofensiva contra Suecia y, como respuesta, Carlos XII cruzó la frontera rusa, dispuesto a llegar hasta Moscú. Mientras tanto, la rebelión de los cosacos del Don había sido sofocada: el atamán Bulavin fue derrotado Vasili Dolgoruki y asesinado por sus propios soldados.

Ese año murió a los setenta años el organista y compositor Dietrich Buxtehude. Johann Sebastian Bach se casó con su prima María Bárbara Bach. Ese año compuso su primera sonata, la sonata pastoral. Händel viajó a Roma, donde conoció a Corelli y Alessandro Scarlatti, que acababa de ser nombrado maestro de capilla de Santa María la Mayor. Ese año compuso la ópera Il Mitridate Eupatore.

En la India murió el gran mogol Aurangzeb. Sus tres hijos se disputaron la sucesión. Cada uno se hizo fuerte en una parte del imperio con la intención de apoderarse del resto. Aurangzeb había dirigido en vano sucesivas campañas, costosas y devastadoras, con el fin de someter a los marattas. Su muerte marcó el fin de la conocida como guerra de los 27 años, pues eso fue lo que duró. Uno de los hijos de Aurangzeb, llamado Muhammad Azam Sah, se alió con Shahuji, hijo del difunto emperador maratta Sambhaji, que permanecía prisionero de los mongoles desde los siete años de edad (ahora tenía veintiséis) y que así obtuvo su libertad.

Por consejo de los jesuitas, el emperador Kangxi ordenó la elaboración de un atlas de China. Una misión de frailes capuchinos se estableció en el Tíbet.

En 1708, Malebranche publicó sus Conversaciones entre un filósofo cristiano y un filósofo chino sobre la existencia de Dios, que molestaron a los jesuitas debido a las críticas que llovían sobre ellos por las concesiones rituales que hacían a los chinos convertidos al cristianismo.

El zar Pedro I abolió la duma (un consejo aristocrático en el que la nobleza asesoraba al zar) y dividió sus dominios en ocho gobernaciones. Contra la invasión sueca, Pedro I estaba empleando una estrategia que crearía escuela en la historia futura de su país: no le presentaba batalla, sino que sus soldados arrasaban las tierras a medida que el rey Carlos XII de Suecia se acercaba hacia ellas. Con el apoyo sueco, el atamán Mazepa, al frente de los cosacos de Ucrania, se rebeló contra el dominio ruso. El zar hizo que el clero excomulgara a los rebeldes, lo cual no frenó a los cosacos, pero sí los privó del apoyo del campesinado ucraniano.

La nobleza húngara se enemistó con Francisco II Rákóczi, principalmente porque éste había prometido emancipar a los siervos. Se produjo una revuelta y el príncipe fue derrotado en Trencsén.

Perú sufrió un ataque de la flota británica.

El duque de Marlborough y el príncipe Eugenio derrotaron al duque de vendôme en Oudenaarde, lo que les garantizó el dominio sobre los Países Bajos, para, poco después, invadir Francia. El duque de Villars, que había estado combatiendo a los camisards sin haber llegado a ningún éxito definitivo, fue destinado al frente de los Alpes, que mantuvo con dificultad y sin poder evitar que Exiles y Fenestrelle cayeran en poder del príncipe Eugenio. Los británicos conquistaron Cerdeña. El conde de Tessé fue enviado como embajador a Roma con la misión de formar una liga de estados italianos contra el emperador, aunque no tuvo mucho éxito. También fracasó una expedición enviada a Gran Bretaña al frente de Jacobo Eduardo Estuardo, que acababa de cumplir los veinte años, con el propósito de recuperar la corona que se le había arrebatado a su padre, el rey Jacobo II. Ese año murió el duque de Noailles, que fue sucedido por su hijo Adrien Maurice.

En julio, las tropas del rey Felipe V de España tomaron Tortosa, a raíz de lo cual el conde de Stanhope entabló negociaciones secretas de paz con el duque Felipe II de Orleans, con quien había trabado amistad en París años atrás, pero Felipe V desautorizó los acuerdos y pidió a su abuelo, Luis XIV, que llamara al duque de regreso a Francia. Al parecer, Felipe II había intentado que el archiduque Carlos lo reconociera como rey de España. Desde ese momento, Luis XIV lo mantuvo apartado de la política y de la corte.

El emperador José I nombró mariscal jefe de sus ejércitos en España a Guido Wald Rudiger, conde von Starhemberg. Tenía ya cincuenta y un años. De joven había defendido Viena contra los turcos, luego había continuado luchando contra ellos en Hungría contribuyendo a su liberación, y recientemente había participado en las guerras que terminaron con la expulsión de los franceses de Italia.

El 29 de agosto, una expedición de franceses e indios atacó la ciudad de Haverhill, al norte de Boston, provocando una matanza indiscriminada en la que murieron cuarenta y ocho habitantes, entre hombres, mujeres y niños. Gran Bretaña estaba obteniendo victorias en Europa, y estaba en condiciones de destinar recursos a la defensa de sus colonias americanas, pero no lo hacía.

El rey Juan V de Portugal se casó con María Ana de Austria, la hermana del emperador José I y del archiduque Carlos de Austria.

Ese año murió sin descendencia el duque de Mantua, y el ducado quedó así definitivamente en poder de los Austrias, que ya lo dominaban de facto. El duque de Saboya se anexionó el Monferrato.

En septiembre, el conde de Stanhope se apoderó de la isla de Menorca, y amenazó al archiduque Carlos con retirarle la ayuda británica si no reconocía el dominio británico sobre la isla (que en principio era territorio español y el archiduque se consideraba rey de España).

George Berkeley empezó a redactar sus Comentarios filosóficos, una serie de apuntes en los que analiza las principales ideas de Locke, Descartes, Spinoza, Malebranche, Newton, Barrow y Hobbes, entre otros, y frente a los cuales contrapone sus propios puntos de vista.

Jonathan Swift publicó su parodia Argumento contra la abolición del cristianismo.

Johann Sebastian Bach entró al servicio del duque Guillermo Ernesto de Sajonia-Weimar en calidad de violinista y violista, si bien ejerció principalmente de organista. Ese año publicó Gott ist mein König, la única cantata que publicaría en su vida.

Alessandro Scarlatti dejó Roma para instalarse en Nápoles como maestro de la capilla real.

El papa Clemente XI condenó las Reflexiones morales de Pasquier Quesnel, una versión anotada del Nuevo Testamento que había publicado a finales del siglo anterior.

Federico Guillermo, el heredero de Prusia, tomó como médico personal a Friedrich Hoffmann, un profesor de la universidad de Halle cuyas teorías médicas se oponían a las de un colega suyo, Georg Ernst Stahl, que el año anterior había publicado su Theoria medica vera, uno de los libros más leídos de la época.

En 1709, el rey Carlos XII de Suecia, en su travesía por Rusia, había logrado reunirse con el atamán cosaco Mazepa. El invierno, el hambre y las enfermedades habían diezmado suficientemente su ejército como para que el zar Pedro I considerara que había llegado el momento de enfrentarse a él. El 27 de junio, Carlos XII y Mazepa fueron derrotados en Poltava por un moderno ejército de unos 42.000 rusos. Tras la batalla, ambos huyeron con apenas dos mil hombres y se refugiaron en territorio turco, donde fueron acogidos por el sultán Ahmed III. Mazepa murió poco después. El general Ménshikov fue nombrado mariscal de campo.

El rey Federico IV de Dinamarca aprovechó la derrota de su vecino para declarar de nuevo la guerra a Suecia. Por otra parte, el príncipe elector Federico Augusto de Sajonia, que había sido depuesto del trono polaco por Carlos XII, entró en Varsovia apoyado por tropas rusas, y Estanislao I tuvo que huir a Suecia, con lo que Federico Augusto volvió a ser reconocido como rey de Polonia.

Ese año murió el príncipe Manuel Filiberto de Carignan (el tío del príncipe Eugenio), que fue sucedido por su hijo Víctor Amadeo I.

Desde Nápoles, el emperador José I avanzó hacia el norte y llegó a Roma. Allí, el Papa Clemente XI, siguiendo la costumbre habitual de los papas cuando un ejército enemigo estaba a sus puertas, reconoció al archiduque Carlos como el rey Carlos III de España.

El duque de Villars fue enviado al frente de Flandes, pero no pudo contener el empuje del duque de Marlborough y del príncipe Eugenio, quienes lo derrotaron en Malplaquet el 11 de septiembre. No obstante, no fue una victoria rotunda. Durante un tiempo se creyó incluso que el duque había muerto en combate. Entre los soldados franceses se hizo popular una marcha con música pegadiza: Marlbrough s'en va-t-en guerre, en la que se relata con sorna cómo la viuda del general se pregunta cuándo volverá de la guerra su marido, hasta que le llega la noticia de su muerte y se celebra su entierro.

En octubre, Mons cayó en manos aliadas, y fue la primera de una larga sucesión de ciudades francesas que correrían la misma suerte en los meses siguientes. El duque de Vendôme fracasó en un intento de liberar Boufflers y cayó en desgracia. Luis XIV envió al neerlandés Anthonie Heinsius una propuesta de entablar negociaciones. El monasterio jansenista de Port Royal fue definitivamente destruido.

En España, el rey Juan V de Portugal fue derrotado en Caia. La flota británica atacó Perú por segunda vez.

Un físico alemán llamado Daniel Gabriel Fahrenheit, que se dedicaba a fabricar instrumental científico en Amsterdam, diseñó unos termómetros de alcohol graduados según la escala que hoy lleva su nombre.

El escepticismo religioso, cada vez más extendido, se había convertido en la máxima preocupación de George Berkeley. Los progresos de la física persuadían cada vez a más pensadores de que todo el mundo físico, incluida la mente humana, podía ser explicado a partir de las leyes elementales sobre el comportamiento de la materia y el movimiento. Es la doctrina filosófica conocida como materialismo, según la cual, lo único real es la materia, de modo que no existen almas, ni vida tras la muerte, ni dioses, etc. Para combatirlo, Berkeley empezó a preparar una tesis sobre el papel de la percepción en toda idea humana. Ese año publicó su Ensayo sobre una nueva teoría de la visión, que fue recibido fríamente en los ambientes académicos.

Joseph Addison y Richard Steele fundaron la revista literaria The tatler.

Un joven ingles de diecinueve años llamado Alexander Pope, inspirado por el bosque de Windor, junto al cual vivía, publicó un poema de estilo virgiliano titiulado Pastorales.

Händel estaba ahora en Venecia, donde obtuvo un gran éxito con su ópera Agrippina. Allí tuvo la ocasión de conocer a Domenico Scarlatti, Vivaldi y Albinoni.

Johann Sebastian Bach compuso una de sus obras más famosas: la Tocata y fuga en re menor.

En Bolonia murió el compositor y violinista Giuseppe Torelli. Acababa de publicar sus Concerti grossi con una Pastoral para la Navidad.

Un constructor de claves italiano llamado Bartolomeo Cristofori modificó el instrumento dotándolo de unos pequeños martillos que permitían que el sonido fuera más débil o más fuerte según la fuerza con la que se presionaba cada tecla. Llamó a su invento clavicembalo col piano e forte.

En Japón murió el shogun Tokugawa Tsunayoshi, que fue sucedido por su sobrino Tokugawa Ienobu. Su consejero Arai Hakuseki, erudito confuciano, suavizó el derecho penal. Las ciudades adquirieron gran prosperidad y de desarrolló la clase de los chonin (ciudadanos). Se acuñó una nueva moneda y las exportaciones de oro y plata fueron controladas. Hakuseki luchó contra las malversaciones de fondos y limitó drásticamente la importación de productos extranjeros, a la vez que fomentaba la exportación del arroz.

Finalmente, el Imperio Mongol de la India quedó bajo el control de Bahadur, uno de los hijos de Aurangzeb, que tenía ya sesenta y tres años. Éste se atrajo al maratta Shahuji y lo instó a reclamar el trono a su tía Tarabai y a su primo Shambaji II. Finalmente, Shahuji fue reconocido como emperador gracias a una hábil diplomacia.

El sha de Persia Husayn I tuvo que hacer frente a una insurrección de los afganos, capitaneados por el emir Mir Mahmud.

En 1710 se iniciaron las negociaciones de Geertruidenberg entre el rey Luis XIV de Francia y la Alianza. Los aliados presionaban al rey Luis XIV de Francia con condiciones cada vez más duras. El rey aceptó incluso pagar un subsidio a la Alianza como ayuda para luchar contra Felipe V de España, pero los aliados le exigieron que fuera él mismo quien expulsara a su nieto de España y entregara la corona al archiduque Carlos. Luis XIV no aceptó.

El rey Carlos XII de Suecia persuadió al sultán Ahmed III para que declarara la guerra a Rusia. El zar Pedro I firmó una alianza contra Turquía con los voivodas de Moldavia y Valaquia, mientras su ejército devastaba Finlandia. El rey Federico IV de Dinamarca fue derrotado por los suecos en Hälsinborg.

Händel fue nombrado maestro de capilla de la corte de Hannover.

Ese año se publicaron dos famosos libros de filosofía, la Teodicea de Leibniz y los Principios del conocimento humano, de Berkeley.

En la Teodicea, Leibniz desarrolla la parte de su sistema filosófico concerniente a la teología. Dado que los argumentos filosóficos de Leibniz en particular, y los de los teólogos en general, son meros juegos de palabras sin sentido preciso ni fundamento alguno, al estilo de los escolásticos o de los filósofos griegos, no merece la pena que detallemos el contenido de esta obra, pero debemos destacar una afirmación —presente ya en obras anteriores, pero que Leibniz expone aquí más detalladamente— que iba a ganar cierta fama por ser especialmente jocosa: Leibniz pretende refutar el argumento en virtud del cual, si realmente existe un Dios omnipotente, ha de ser necesariamente un dios cruel e inmoral, puesto que podría evitar las desgracias que acaecen a los seres humanos y no lo hace o, cuanto menos, ese dios debe ver a los hombres como criaturas insignificantes, del mismo modo como los hombres concebimos a las hormigas, a las que no nos importa matar inadvertidamente mientras caminamos, si tienen la desgracia de caer bajo nuestros pies. Para refutar esto, Leibniz sostiene que el mundo creado por Dios es el mejor de todos los mundos posibles. Su argumentación (cómo no) es pobre: un mal puede ser causa de un bien mayor, la existencia de las enfermedades nos hace gozar de la salud, gracias al pecado hemos tenido a Jesucristo, etc., además —por supuesto— de argumentos "filosóficos", es decir, de palabrería absurda como esta muestra:

Una relación igual hay entre esta o aquella acción de Dios, y esta o aquella pasión o recepción de la criatura que sólo se perfecciona en el curso ordinario de las cosas a medida de su receptividad, como se la llama. Y cuando se dice que la criatura depende de Dios en tanto que es y en tanto que ella obra, y que la conservación es una creación continua, es lo mismo que decir que Dios da siempre a la criatura y produce continuamente lo que hay en ella de positivo, de bueno y de perfecto, puesto que todo lo perfecto procede del padre de las luces; mientras que las imperfecciones y los defectos de las operaciones proceden de la limitación original que la criatura no ha podido menos de recibir en el primer origen de su existencia, por virtud de las razones ideales que la limitan. Porque Dios no podía darle todo sin hacer de ella un Dios; así que era preciso que hubiese diferentes grados en la perfección de las cosas, y que hubiera también limitaciones de todas clases.

El caso es que esta teoría de que vivimos en el mejor de los mundos posibles convirtió en proverbial el llamado optimismo leibniciano. Añadiremos únicamente que, en principio, no es descabellado sostener que nuestro mundo pueda ser el mejor de los mundos posibles, siempre y cuando haya razones para distinguir entre posible y concebible, pero la existencia de un Dios omnipotente, capaz, pues, de convertir en posible todo lo concebible, anula esta distinción.

Muy distintos son los Principios del conocimiento humano. A sus veinticinco años, George Berkeley había diseñado la primera teoría del conocimiento no sustentada en sofismas escolásticos. Esto no quiere decir, ni mucho menos, que fuera irrebatible. Sus argumentos pueden (y deben) ser cuestionados y criticados en muchos aspectos, pero, si son inocentes de algo, es de ser mera palabrería equívoca. Tampoco estamos afirmando que todos los escritos filosóficos previos fueran sofismas o mera palabrería. Sólo señalamos que la obra de Berkeley es el primer sistema filosófico íntegro en estas condiciones: Descartes marcó el camino, pero lo abandonó en cuanto se le complicaron las cosas; Spinoza fundamentó su sistema en pura palabrería escolástica y dejó los argumentos sustanciosos a modo de comentarios marginales esporádicos; Locke eliminó casi totalmente la herencia escolástica, pero, desde un punto de vista lógico, su Ensayo es un batiburrillo de ideas confusamente conectadas, y Leibniz es un caso perdido da capo a piè, por citar únicamente los autores más relevantes, que hemos comentado en páginas previas.

Berkeley denominó a su sistema inmaterialismo, pues lleva más allá el principio de Locke según el cual todo nuestro conocimiento proviene de la experiencia, para afirmar que todo nuestro conocimiento se reduce a nuestra experiencia, entendida como las ideas que aparecen en nuestra mente. Así, para Berkeley sólo existen tres clases de entes: las almas, cuya existencia consiste ni más ni menos en su capacidad de percibir, las ideas, cuya existencia consiste ni más ni menos en ser percibidas por las almas, y Dios, que es la causa de que las almas perciban ideas de forma coherente. En particular, la materia no tiene cabida en su sistema. Así, Berkeley encuenta una base para arremeter contra el materialismo y el ateísmo, pues éste era su propósito desde el primer momento. He aquí unos comentarios más detallados para el lector interesado.

Francis Nicholson y Peter Schuyler marcharon a Londres al frente de una comitiva para reclamar apoyo militar para las colonias británicas en Norteamérica. Como parte de su séquito llevaron a cinco indios iroqueses, que provocaron una gran expectación y tal vez fueron el principal "argumento" que les valió recibir la ayuda que solicitaban. En julio, cinco mil soldados británicos desembarcaron en América.

El duque de Marlborough conminó al conde de Stanhope a que abandonara su estrategia de chantajear constantemente al archiduque Carlos a cambio del apoyo británico y se implicara abiertamente en la guerra. Así, Stanhope se unió al austríaco Starhemberg y el 27 de julio derrotaron a los borbónicos en Almenara. El 20 de agosto volvieron a alcanzarlos cerca de Zaragoza, y descalabraron de tal modo a sus adversarios que el camino hacia Madrid quedó abierto para el archiduque. En realidad, Starhemberg y el archiduque Carlos eran partidarios de consolidar el dominio de Aragón y aislar a Felipe V de Francia, pero el conde de Stanhope volvió a su estrategia chantajista y manifestó que el ejército británico no seguiría otro camino sino el de Madrid. Felipe V se vio obligado a retirarse a Valladolid y el archiduque entró en la capital el 23 de septiembre, pero fue recibido con tal frialdad que llegó a decir: "Esta ciudad es un desierto".

Francis Nicholson condujo hacia el norte las tropas británicas que había llevado consigo a América y el 24 de septiembre una flota inició un asedio a la colonia francesa de Port Royal.

Los franceses fundaron la ciudad de Mobile, en Luisiana, en el golfo de México, a medio camino entre Florida y la desembocadura del Mississippi.

La población de la colonia de Carolina estaba dividida en dos zonas muy separadas entre sí: una alrededor de Albemarle, en el norte, cerca de Virginia, y otra alrededor de Charleston, en el sur. El norte tenía un vicegobernador que dependía del gobernador del sur, pero entre ambos núcleos había un territorio deshabitado (entiéndase: habitado por indios, concretamente, por la tribu de los tuscarora). Ese año los colonos fundaron Nueva Berna en mitad de ese territorio vacío.

Las cosas no le iban bien al duque de Marlborough. La reina Ana se había cansado de las intrusiones de lady Marlborough en los asuntos de estado y la sustituyó como confidente por una prima de la duquesa: Abigail Hill, lady Masham. Ése fue el principio de la caída en desgracia del duque. El siguiente revés fue que su principal apoyo estaba entre los whigs, pero en octubre los tories volvieron al poder. El nuevo jefe de gobierno pasó a ser Robert Harley, el conde de Oxford. El conde de Peterborough fue nombrado embajador en Viena. La oposición whig estuvo dirigida por Robert Walpole, el conde de Orford, hasta ese momento ministro de la guerra, y que ahora pasaba a ocupar el cargo de tesorero de la flota. Charles Spencer, yerno de Marlborough, hasta entonces secretario de estado, fue expulsado también del gobierno.

Port Royal no pudo restistir por más tiempo los bombardeos de la flota británica y el 16 de octubre se rindió. Los británicos le cambiaron el nombre por Annapolis Royal, en honor de la reina Ana.

Los aliados seguían avanzando en Francia. Habían ocupado las ciudades de Douai, Béthune, Saint Venant y Aire.  Pese a ello, Luis XIV envió a España al duque de Vendôme. Se acercaba el invierno y los condes de Starhemberg y Stanhope salieron de Madrid para acuartelar sus tropas en Cataluña. Stanhope quedó rezagado y Vendôme acudió rápidamente a cercarlo. Stanhope tuvo que refugiarse en Brihuega a la espera de que Starhemberg retrocediera en su ayuda. Vendôme precipitó el asalto a la ciudad y el 9 de diciembre se entabló una enconada batalla. A las ocho de la noche Stanhope se vio obligado a rendirse. Él y sus hombres fueron hechos prisioneros y llevados a Valladolid. Starhemberg llegó al día siguiente, y se encontró en Villaviciosa con el ejército de Vendôme en formación de ataque, por lo que se vio obligado a presentar batalla, pese a que sus 14.000 hombres eran superados por los 20.000 del enemigo. El ala derecha de la caballería borbónica, dirigida por el marqués de Valdecañas, atacó al ala izquierda aliada y se alejó para perseguirla. Los austríacos aprovecharon para atacar por el centro y Vendôme tuvo que retirarse. No obstante, pudo rehacer el centro de su frente, y el regreso inesperado de Valdecañas por la retaguardia de los austríacos puso fin a sus posibilidades ofensivas. El resultado del combate fue indeciso, pero Starhemberg decidió retirarse hacia Cataluña, por lo que en la práctica supuso una victoria para Vendôme. Mientras tanto, el duque de Noailles abrió un nuevo frente en el norte de Cataluña y puso sitio a Gerona. El archiduque tuvo que abandonar Madrid, donde Felipe V hizo una entrada triunfal.

En enero de 1711, Zaragoza se rindió ante el rey Felipe V de España. El 25 de enero el duque de Noailles tomó Gerona, y en poco tiempo, las posiciones del archiduque Carlos se redujeron a los alrededores de Barcelona.

El 3 de abril, Felipe V decretó una nueva organización para lo que había sido el reino de Aragón, que quedó bajo la autoridad de un capitán general, una audiencia y un administrador.

El rey Luis XIV de Francia, a sus setenta y tres años, se había convertido en uno de los reyes más longevos de la historia. Tanto era así que sobrevivió a su hijo: el Gran Delfín Luis murió el 14 de abril, a los cincuenta años, sin poder heredar el trono de Francia. Su hijo, el Delfín Luis, que tenía entonces veintinueve años, se convirtió en el nuevo heredero del rey Sol.

Más trascendencia tuvo la muerte del emperador José I, acaecida el 17 de abril. Dejó dos hijas, María Josefa, de doce años, y María Amalia, de diez, pero, de acuerdo con la disposición leopoldina, su heredero era su hermano, el archiduque Carlos.

Ese año murió también el príncipe de Orange, Juan Guillermo Friso, que fue sucedido por su hijo póstumo Guillermo IV.

Tras el éxito del año anterior en la toma de Port Royal, el gobierno británico se mostró dispuesto a enviar más efectivos a Norteamérica. Casi setenta barcos llegaron a Boston con más de cinco mil soldados a bordo. Con estos refuerzos, Francis Nicholson se dispuso a atacar Quebec. El plan era que Nicholson conduciría a sus hombres hasta el lago Champlain y atacaría Quebec al mismo tiempo que la flota atacaba desde el río San Lorenzo. Sin embargo, las tropas recién llegadas estaban bajo el mando del incompetente general John Hill, cuyo único mérito era ser hermano de una amiga de la reina Ana, y el almirante que dirigía la flota, sir Hovendon Walker, era igualmente inepto. La flota empezó a remontar el San Lorenzo, pero se perdió en medio de la niebla y diez barcos encallaron. Murieron unos setecientos hombres. Tras este suceso, Hill y Walker decidieron regresar, con lo que Nicholson, al ver que no llegaban los refuerzos, se vio obligado a retirarse también.

El duque de Marlborough cayó definitivamente en desgracia, perdió sus cargos y marchó a Alemania.

En las Transactions of the Royal Society of London se publicó un artículo en el que se acusaba a Leibniz de haber plagiado el cálculo diferencial ideado por sir Isaac Newton. Leibniz escribió una carta al autor, John Keill, defendiéndose de la acusación, pero Keill le contestó ratificando su punto de vista sobre el asunto.

En octubre, el archiduque Carlos dejó a su esposa en Barcelona y marchó a Viena, dispuesto a recibir la herencia de su hermano y, en efecto, no tuvo dificultad en convertirse en el emperador Carlos VI. Esto inquietó a los británicos, que, al igual que recelaban de que los Borbones establecieran una política conjunta hispano-francesa, ahora temían igualmente que Carlos VI reconstruyera el imperio de Carlos V. El conde de Peterborough propuso que Carlos VI cediera sus derechos sobre España al príncipe Eugenio de Saboya. El reciente ascenso de los tories al poder, que siempre habían sido contrarios a la guerra, favoreció también el espíritu negociador. Johnatan Swift, que era whig, cambió de bando y se hizo tory. Con el pseudónimo de Isaac Bickerstaff, publicó una serie de opúculos políticos, como La conducta de los aliados, que alcanzaron gran resonancia. En noviembre se iniciaron en Utrecht unas negociaciones para encontrar un final negociado a una guerra que duraba ya diez años.

En sustitución de la duma, abolida tres años atrás, el zar Pedro I de Rusia instituyó un senado formado por nueve miembros a los que él nombraba personalmente.

Francisco II Rákóczi, incapaz de dominar la situación en Hungría, marchó a Rusia a solicitar ayuda de Pedro I. En su ausencia, el general Sándor Károlyi firmó una paz de compromiso con los Austrias que consistía en que el emperador Carlos VI se comprometía a respetar los privilegios de la nobleza que Rákóczi había puesto en entredicho.

En Moldavia estalló una revuelta contra el imperio Otomano apoyada por el zar Pedro I, pero éste fue derrotado y tuvo que firmar el tratado de Falksen, que no fue especialmente duro para Rusia gracias a que el gran visir del sultán Ahmed III fue convenientemente sobornado. Aún así, Pedro I tuvo que devolver Azov a los turcos. Éstos cambiaron el régimen de gobierno de Moldavia, que fue confiado a griegos fanariotes. El vóivoda tradicional fue sustituido por un gobernador llamad hospodar, que significa "señor".

Los indios tuscarora veían cómo sus territorios eran invadidos por los colonos de Carolina, e incluso algunos de sus miembros fueron raptados y convertidos en esclavos. Finalmente, optaron por declarar la guerra o, mejor dicho, por no declararla, pues procedieron a atacar por sorpresa, según la costumbre india. El 22 de septiembre cayeron sobre Nueva Berna y mataron a unos doscientos colonos, entre ellos unos ochenta niños. El siguiente paso, siempre según la tradición, era esperar a que los colonos contraatacaran y mataran más o menos tantos indios como colonos habían muerto en el ataque multiplicados por diez. Sin embargo, cuando los colonos de Carolina solicitaron refuerzos a sus vecinos de Virginia para tal fin, ésta exigió ciertas cesiones territoriales, y el gobernador de Carolina se negó, por lo que Carolina tuvo que valerse por sí misma y esto retrasó el contraataque.

Robert Harley fundó una nueva compañía naviera británica: la South Sea Company.

Joseph Addison y Richard Steele fundaron una nueva revista literaria: The spectator, en la que crearon un personaje llamado Sir Roger de Coverley, conservador, bondadoso y excéntrico, que ilustraba la diferencia entre la vieja y la nueva Inglaterra.

Alexander Pope publicó un poema didáctico titulado Ensayo sobre la crítica, que le valió la amistad de Addison. En 1712 publicó El rizo robado, un poema heroico-cómico en el que describe la vida de los salones ingleses. Esta obra asentó definitivamente su reputación como escritor.

En Gran Bretaña, Robert Walpole, el líder de los whigs, fue acusado de corrupción por sus adversarios, expulsado del parlamento y encarcelado en la torre de Londres.

El 12 de febrero murió de viruela Adelaida de Saboya, la esposa del Delfín Luis, y el 12 de febrero murió el propio Delfin, de la misma enfermedad. El matrimonio había tenido tres hijos, que, en un alarde de originalidad, fueron llamados todos Luis. El primero había muerto antes del nacimiento de los otros dos: Luis, duque de Bretaña, de cinco años, ahora Delfín, y Luis, duque de Anjou, de dos. El 8 de marzo murió también el duque de Bretaña, con lo que el joven Luis de Anjou se convirtió en el Delfin, el heredero de su bisabuelo, el rey Luis XIV de Francia. Se cuenta que el rey recibió impertérrito el súbito desmoronamiento de su familia.

La muerte del Delfín frustró especialmente los proyectos de Louis de Rouvroy, el duque de Saint-Simon, quien, tras la muerte del Gran Delfín, había entrado al servicio de su hijo y había redactado para él un Proyecto de gobierno, en el que desarrollaba ideas de Fénelon.

El 12 de abril hubo una revuelta de esclavos en Nueva York, que fue aplastada sin dificultad. Veinte negros fueron ejecutados como represalia.

Finalmente, los colonos de Carolina pudieron organizarse y emprendieron la lucha contra los indios tuscaroras. Las dificultades de comunicación entre Charleston y Albemarle llevaron a la decisión de partir la colonia en dos. El 9 de mayo, Albemarle recibió un gobernador propio y se convirtió en la capital de Carolina del Norte, mientras que Charleston pasó a ser la capital de Carolina del Sur.

El 7 de junio, la colonia de Pennsylvania aprobó una ley que prohibia nuevas importaciones de esclavos.

El duque de Vendôme murió mientras preparaba un asalto contra Barcelona. El príncipe Eugenio de Saboya se disponía a atacar París, pero en julio fue derrotado en Denain por el duque de Villars, lo que permitió a Francia recuperar diversas plazas y mejorar un tanto su posición en las negociaciones que estaban teniendo lugar en Utrecht.

El rey Federico IV de Dinamarca fue derrotado nuevamente por los suecos, esta vez en Gadebuch.

En la India murió el Gran Mogol Bahadur Sah. Fue sucedido por Yahandar.

En Japón murió el shogun Tokugawa Ienobu, que fue sucedido por su hijo de tres años Tokugawa Ietsugu.

La guerra de sucesión española I
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