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En 1751 Gran Bretaña prohibió a sus colonias americanas emitir papel moneda.
En la India, Robert Clive tomó Arcot a los franceses, lo que le
valió a Gran Bretaña el control de Carnatic, la región
sudoriental de la península.
Lawrence Washington, enfermo de tuberculosis, se trasladó
a
la isla de Barbados y se llevó consigo a su hermano George.
Éste enfermó de viruela y, desde entonces, tuvo la
cara
marcada por la enfermedad.
Ese año murieron:
En Venezuela, el enviado real Julián de Arriaga fue
relevado
y sustituido por Felipe
Ricardos,
que llegó acompañado de un ejército, con el
que
empezó a desalentar a los partidarios de Juan Francisco de
León.
El rey José I de Portugal nombró secretario de
estado
a Sebastião José
de
Carvalho e Melo,
que
empezó a tomar
medidas para fortalecer la monarquía e implantar en el
país el despotismo ilustrado.
El Papa Benedicto XIV condenó la masonería, y la
condena tuvo eco en España gracias al confesor del rey
Fernando
VI, que a la sazón era el jesuita Francisco Rávago,
miembro del
consejo de la Santa Inquisición.
Voltaire terminó El
siglo
de Luis XIV, en la que había trabajado durante
casi
veinte años. Fue concebida como una apología de Luis
XIV,
pero terminó convirtiéndose en una dura
crítica al
despotismo y al fanatismo. Su valor como tratado histórico
es
muy superior al de las obras de autores precedentes. Está
dividida en cuatro partes: historia política y militar,
historia
social y económica, corrientes científicas y
literarias
de la época e historia religiosa.
Charles Pinot Duclos publicó sus Consideraciones sobre las costumbres de
este siglo.
El 1 de julio se
publicó
el primer volumen de la Enciclopedia.
Causó gran escándalo y suscitó violentos
ataques
por parte de jansenistas, jesuitas, la alta aristocracia y los
parlamentarios. Por otra parte, el conde de Buffon la
calificó
como la quintaesencia del
conocimiento humano.
David Hume publicó una nueva reelaboración del
libro
tercero de su Tratado de la
naturaleza humana, ahora con el título de Investigación sobre los
principios
de la moral. Trató de conseguir una cátedra
de
lógica en Glasgow,
pero
no le fue concedida, de modo que se instaló en Edimburgo,
donde
escribió sus Diálogos
sobre
la religión natural, que no publicó. La
cátedra de lógica a la que había optado era
una
vacante que se había producido porque su titular (que no
tardaría en trabar amistad con Hume) había
renunciado a
ella al obtener otra de filosofía moral (teología
natural, ética, jurisprudencia y política) en la
misma
universidad. Se llamaba Adam
Smith.
El año anterior, Daniel Bernoulli logró cambiar su
puesto de profesor de fisiología en Basilea por una
cátedra de física. Ese año ganó el
premio
de la Academia de Ciencias de
París con un trabajo sobre las corrientes marinas.
Rameau estrenó su pastoral Acanto
y Céfiso.
En 1752 murió Luis, el duque de Orleans, que fue sucedido por su hijo Luis Felipe.
Benjamin Franklin seguía investigando las botellas de
Leiden.
La chispa que producían a veces al descargarse le
recordó
a los relámpagos, y conjeturó que éstos
debían de ser descargas eléctricas, de modo que las
nubes
actuarían como gigantescas botellas de Leiden. Para
comprobar su
teoría, un día de tormenta de junio
hizo volar una cometa de la que pendía un hilo conductor
conectado a una botella de Leiden. Esperó a que un rayo
descargara sobre ella y comprobó que la botella de Leiden
se había cargado. Así fue como Franklin
"embotelló" un rayo y demostró la naturaleza
eléctrica de las tormentas.
David Hume publicó sus Discursos
políticos, y poco después fue nombrado
bibliotecario de la Facultad de Derecho de Edimburgo. A partir de
ese
momento, se dedicó a los estudios históricos.
Al noroeste del golfo Pérsico se habían establecido
recientemente unos mercaderes, que fundaron un asentamiento al que
llamaron Kuwait (pequeño fuerte). Eligieron como
caudillo (con el título de jeque) a Sabah I bin Jaber,
quien se presentó ante el gobernador otomano de Iraq para
declarar su sumisión al sultán, si bien en la
práctica Kuwait gozó desde su fundación de
una completa autonomía.
El 1 de agosto, una
compañía itinerante de músicos italianos
representó en París el intermedio bufo La serva padrona, de
Pergolesi. Ya
se había representado en París seis años
atrás, sin llamar especialmente la opinión, pero
esta vez
se estrenó en la Academia
real
de música, y un grupo de académicos se
sintió escandalizado por semejante vulgaridad.
Surgió
así la llamada querella
de
los bufones, una guerra de panfletos entre los defensores
de la
tragedia lírica francesa y los simpatizantes de la
ópera
bufa italiana.
La Santa Inquisición incluyó El espíritu de las leyes,
de
Montesquieu, en el Índice
de libros prohibidos. En Francia se prohibió la Enciclopedia, aunque la
prohibición no tuvo ninguna consecuencia en la
práctica.
Rousseau estrenó su ópera Le devin du village. Voltaire
publicó el cuento Micromegas,
cuyo protagonista es un natural de un planeta de la estrella Sirio
que
visita la Tierra acompañado de un habitante del planeta
Saturno.
Si en Zadig desarrollaba
el
optimismo leibniziano, en Micromegas
se muestra más bien escéptico ante los sistemas
filosóficos, y ensalza la moderación de Locke. El
lector
interesado puede leer el texto
íntegro
con anotaciones.
En Gran Bretaña, el 2 de
septiembre fue seguido del 14
de
septiembre, con lo que adoptaba finalmente el calendario
gregoriano. En Filadelfia se creó el primer hospital
permanente
de las colonias británicas en América. En Virginia
murieron Lawrence Washington y su única hija.
En Venezuela, Felipe Ricardos terminó apresando a Juan
Francisco de León y su hijo Nicolás,
que fueron enviados a España para ser juzgados. Por otra
parte,
constituyó una junta que fijara el precio de los productos
previa consulta a los compradores y vendedores.
Los birmanos reunificaron su reino por tercera vez, ahora bajo la dinastía Konbaung.
Dos años atrás, España había cedido a
Portugal algunos territorios de Paraguay a cambio de la colonia de
Sacramento, pero los indios guaraníes que vivían en
ellos
se negaba a aceptar la soberanía portuguesa. Los jesuitas
los
apoyaron, y en 1753 se
inició
una guerra en la que hubieron de enfrentarse a los
ejércitos
coaligados de España y Portugal. En España, los
jesuitas
paraguayos contaron con el apoyo de Francisco Rávago, el
confesor del rey, que también pertenecía a la
Compañía. Ese mismo año, él y el
marqués de la Ensenada negociaron hábilmente en Roma
un
concordato en Roma por el que el rey obtenía el derecho de
nombrar 12 000 cargos eclesiásticos, mientras que el Papa
se
reservaba únicamente la provisión de 52 cargos.
El 14 de enero murió de
un
ataque al corazón el filósofo George Berkeley.
El conde de Buffon ingresó en la Academia Francesa, en la que
leyó un discurso titulado Discurso
sobre el estilo, en el que analizaba las
características
que debía tener el estilo de los textos de
divulgación
científica.
Diderot publicó Sobre
la
interpretación de la naturaleza. Rousseau
estrenó
su comedia Narcisse.
Además se involucró en la querella de los bufones publicando
un panfleto en defensa de la ópera bufa italiana, con el
título de Carta sobre la
música francesa. En realidad, la disputa se
había
generalizado a la cuestión de si la música italiana
era
superior o inferior a la francesa.
Rameau estrenó su ópera-ballet Los sibaritas y su pastoral Dafnis y Egleo.
La Santa Inquisición condenó la obra de Voltaire.
Por
esta época, sus relaciones con el rey Federico II de Prusia
se
habían vuelto turbulentas. Al parecer, todo empezó a
raíz de una disputa científica surgida dos
años
atrás entre Maupertuis, el director de la Academia de Berlin, y un
físico neerlandés llamado Samuel König, el cual
había afirmado que el principio
de
mínima acción, que Maupertuis reclamaba
como
descubrimiento propio, era falso y que, en cualquier caso, ya lo
había formulado Leibniz. Euler apoyó a Maupertuis, y
el
ambiente se enrareció aún más cuando el rey
propuso a D'Alembert que aceptara la presidencia de la Academia,
que
empezaba a recelar de Euler, pues le acusaba de utilizar sus ideas
sobre ecuaciones diferenciales sin atribuirle los créditos
oportunos. (En parte tenía razón, pero
también es
verdad que sus trabajos eran tan caóticos que a menudo
Euler
había optado por desarrollar sus ideas por sí mismo,
partiendo de cero.) Finalmente, Maupertuis logró que
König
fuera expulsado de la Academia
de
Berlín y, como Voltaire era amigo de König y
detestaba a Maupertuis, terminó enemistado con el monarca y
optó por abandonar su reino. Cuando se encontraba en
Frankfurt,
fue detenido por enviados de Federico II que le reclamaban un
libro de
poemas del monarca. A pesar de que lo devolvió, fue
retenido
junto con su sobrina, su secretario y sus criados, y sólo
pudieron marcharse después de "perder" parte de su equipaje
y de
pagar ciertas indemnizaciones por causas diversas.
El naturalista sueco Carl von Linneo publicó su tratado Species plantarum.
Ese año se estrenó la comedia La posadera, del autor
veneciano Carlo Goldoni,
que destaca por la
profundidad de sus personajes.
Los birmanos declararon la guerra a Siam, y empezaron
invadiendo el reino vecino de Vientiane, que no tuvo más
remedio
que declararse aliado de Birmania.
Benjamin Franklin sacó consecuencias de sus
investigaciones
sobre las botellas de Leiden y los fenómenos tormentosos. A
partir del hecho de que las botellas de Leiden se descargan
suavemente
cuando se les aproxima un conductor terminado en punta,
conjeturó que podrían evitarse que los rayos
descargaran
violentamente sobre la tierra disponiendo en lugares elevados
barras
metálicas unidas al suelo por un cable conductor.
Así la electricidad que acumulan las nubes se
descargaría suave y silenciosamente a través de
ellas y
no se producirían rayos. Publicó su idea en la
edición del Poor
Richard's
Almanac de ese año, con instrucciones precisas
sobre
cómo construir un pararrayos.
La idea fue recibida con escepticismo, pero la construcción
era
tan simple y los rayos eran tan temidos, que muchos la pusieron en
práctica, y así pudieron constatar que, ciertamente,
era
efectiva. En los años siguientes, los tejados de
Filadelfia,
Nueva York, Boston, etc. se llenaron de pararrayos. En julio, la universidad de Hardvard
otorgó a Franklin un título honorario y en septiembre la universidad de Yale hizo otro tanto.
El gobernador de Nueva Francia, el marqués de Duquesne, organizó una
expedición por el territorio de Ohio con la misión
de
construir fuertes y marcar el territorio como posesión
francesa,
frente a las pretensiones de los colonos británicos, que
estaban
empezando a instalarse en el territorio desde el este. El
gobernador de
Virginia, Robert Dinwiddie,
trató de conseguir apoyo del gobierno británico para
mantener a raya a los franceses, pero no obtuvo ninguna respuesta,
así que envió una pequeña expedición,
encabezada por George Washington, con la misión de conminar
a
los franceses a abandonar el territorio (pese a que no
disponía
de ninguna fuerza efectiva para lograrlo). Salió el 31 de octubre, acompañado
entre
otros por el explorador Christopher Gist.
De los informes de Dinwiddie, lo único que había
inquietato a la Junta
Británica de Comercio era el hecho de que los
franceses
habían empezado a entablar relaciones con los indios
iroqueses,
que hasta entonces era la única tribu que siempre se
había aliado con los británicos en contra de los
franceses, sin el apoyo de la cual las colonias británicas
quedarían seriamente amenazadas. Por ello, la Junta propuso que las
colonias
negociasen con los iroqueses para satisfacer todas las quejas que
los
indios pudieran tener.
Robert Clive dejó la India y regresó a Gran
Bretaña.
En noviembre, la Royal Society de Londres
concedió a Benjamin Franklin la medalla de oro Copley, la mayor
distinción que concedía esta institución.
Hasta el
rey Luis XV de Francia envió a Franklin una carta elogiosa.
Ese
año fue nombrado director general de Correos para todas las
colonias, y pronto convirtió en rentable lo que hasta ese
momento había sido una compañía deficitaria.
El 4 de diciembre, tras haber
recorrido unos 650 kilómetros, La expedición de
George
Washington llegó a un pequeño fuerte llamado Fort Le Boeuf, a unos 30
kilómetors al sur del lago Erie. El capitán
francés que estaba al mando trató con amabilidad a
los
visitantes, a los que proporcionó víveres y abrigo.
Recibió el mensaje del gobernador Dinwiddie y se
comprometió a hacérselo llegar a sus superiores,
aunque
también les dejó bien claro que los franceses
pensaban
ocupar todo el territorio de Ohio y que nada les detendría.
Washington regresó a Virginia con esta respuesta en un
viaje muy
accidentado durante el que cayó en un lago helado y
hubo
de
enfrentarse a indios hostiles.
A su regreso a Viriginia, Washington informó de un lugar
de
Ohio que sería especialmente adecuado para instalar un
fuerte,
en la confluencia de los ríos Allegheny
y Monongahela. Ya
había
allí algunos colonos virginianos, pero se necesitaba un
fuerte
que protegiera la región. El gobernador Dniwiddie
envió
un grupo de ciento sesenta hombres para construir el fuerte, con
Washington al frente, con el rango de teniente coronel. Partieron
en abril de 1754, pero cuando
se aproximaron
a la
zona, descubrieron que los franceses se les habían
adelantado.
También habían reconocido lo adecuado del lugar y el
17 de abril, tras expulsar a los
pocos
virginianos de la zona, habían fundado Fort Duquesne. Washington se
sintió frustrado y, como los indios de la zona estaban
molestos
con la incursión francesa y le ofrecieron su apoyo para
desalojarlos, decidió emprender una acción.
Continuó su marcha hasta llegar a un punto situado a unos
70
kilómetros de Fort Duquesne y allí fundó Fort Necessity, como base de
operaciones para preparar un ataque por sorpresa. Entre los
colonos
virginianos que recogió y el apoyo indio, contaba con unos
cuatrocientos hombres.
El 28 de mayo salió al
frente de un fuerte contingente y se encontró con un grupo
de
treinta franceses. Los franceses desconocían la presencia
de
Washington y, puesto que Gran Bretaña y Francia no estaban
en
guerra, nadie tenía derecho a disparar (o, por lo menos, no
por
sorpresa). Sin embargo, Washington —que tenía tan
sólo
veintidós años— se convenció a sí
mismo de
que los franceses eran espías y de que, si no eran
detenidos,
informarían a Fort Duquesne de la debilidad de Fort
Necessity y
frustrarían el ataque por sorpresa que estaba planeando.
Así pues, ordenó un ataque por sorpresa contra los
franceses, que estaban totalmente desprevenidos. Diez de ellos
murieron
(entre ellos su comandante, el señor de Jumonville) y los demás
fueron hechos prisioneros sin oponer resistencia.
El 19 de junio empezó
en
Nueva York el congreso de
Albany,
en el que las colonias abrieron negociaciones con los indios
iroqueses.
Acudieron representantes de siete colonias (las que veían a
los
iroqueses como una amenaza inmediata): Nueva York, Pennsylvania,
Maryland y las cuatro colonias de Nueva Inglaterra: Massachusetts,
New
Hampshire, Rhode Island y Connecticut. Había veinticinco
delegados coloniales y ciento cincuenta iroqueses, que fueron
halagados
con promesas, regalos y discursos. Además, se acordó
nombrar funcionarios encargados especialmente de las relaciones
con los
indios. Whilliam Johnson
fue
nombrado superintendente ante
los
indios, una especie de embajador ante los iroqueses. Era
un
irlandés que poseía tierras en el extremo oriental
de
Nueva York y llevaba ocho años relacionándose con
los
iroqueses. Se había ganado una gran reputación entre
estos haciendo de mediador en sus disputas con los colonos. Usaba
a
menudo ropas indias y había aprendido su lengua y sus
contumbres. Cuando murió su esposa europea, se casó
con
una mujer india. Estuvo en el cargo hasta el final de su vida, y
en
todo ese periodo los conflictos con los iroqueses fueron
mínimos. En particular, los colonos lograron su objetivo de
evitar que los iroqueses se aliaran con los franceses.
El marqués de la Ensenada seguía trabajando en su proyecto de reforma del sistema de contribución en Castilla, lo cual hacía crecer día a día el número de sus enemigos, que trataban de enemistarlo con el rey señalando, por ejemplo, que gastaba caudales públicos en construir "canales para riego, y otras cosas inútiles". La guerra contra los guaraníes de Paraguay fue la excusa definitiva con la que sus adversarios lograron hacerlo caer en desgracia, pues, se descubrió que su amigo, el jesuita Francisco Rávago, había instado a los jesuitas paraguayos a apoyar a los guaraníes, al tiempo que el primer ministro preparaba una armada en Cuba a espaldas del rey. El 20 de junio fue cesado de sus funciones y desterrado a Granada. No fue procesado gracias a la protección de la reina.
Entre los representantes de Pennsylvania en el congreso de Albany estaba
Benjamin Franklin, quien el 24 de
junio
presentó un proyecto de unificación colonial. Su
propuesta era que Gran Bretaña nombrara un gobernador con
autoridad sobre todas las colonias, que ejerciera el poder junto
con un
gran consejo de cuarenta
y
ocho miembros, al que las colonias enviarían delegados, en
número proporcional a la población de cada una.
Mientras tanto, los franceses de Fort Duquesne, habían
reaccionado al ataque de Washington. Fort Necessity fue asediado
por
quinientos franceses y cuatrocientos indios. La situación
del
fuerte británico era muy mala. Los franceses, protegidos
por los
bosques, se limitaron a impedir que los británicos
abandonaran
sus posiciones, hasta rendirlos por hambre. Esto sucedió el
3 de julio. Los franceses se
mostraron
dispuestos a dejar libres a todos los británicos a
condición de que Washington firmara un documento en el que
se
reconocía como responsable de la muerte (l'assassinat) del
señor de
Jumonville. Para que sus hombres quedaran libres, Washington
firmó, sin tener en cuenta que matar a un francés no
era
algo especialmente grave, pero reconocer oficialmente haberlo
hecho era
algo indigno e impropio en la conducta de un soldado
británico.
Tan lamentable suceso fue censurado incluso en Londres, y
Washington,
que sólo pudo poner como excusa que desconocía la
lengua
francesa y no sabía que assassinat
significaba asesinato, quedó humillado y abochornado.
El 10 de julio, el congreso de Albany aprobó la propuesta de unificación de Franklin, que fue enviada a Londres y a cada una de las colonias para su discusión. No obstante, no despertó ningún entusiasmo. Las colonias consideraban que otorgaba demasiados poderes a Gran Bretaña y Gran Bretaña consideraba que otorgaba demasiados poderes a las colonias.
Los progresos británicos en la India hicieron que Joseph
François Dupleix fuera reclamado a Francia.
Ese año murieron:
Condillac publicó su Tratado
de
las sensaciones, en el que considera las sensaciones como
la
única fuente de conocimiento, descartando el concepto de reflexión de Locke,
que
anteriormente había aceptado. Para Condillac las
sensaciones son
signos de los objetos exteriores, por lo que la realidad en
sí
es incognoscible.
David Hume publicó el primer volumen de su Historia de Inglaterra.
Samuel Richardson publicó su Historia de sir Charles Grandison,
en siete volúmenes. Si en sus novelas anteriores las
heroínas eran mujeres y los hombres eran más bien
canallas, en esta obra presenta el ideal masculino de la novela
prerromántica que él mismo había puesto en
boga.
Una orden británica estableció que cualquier oficial británico tenía autoridad superior a la de cualquier oficial de las colonias americanas, cualesquiera que fueran sus graduaciones respectivas. Ello motivó que George Washington, indignado, dimitiera del ejército. Compró Mount Vernon a la viuda de su hermanastro Lawrence y se retiró de la vida pública. La propiedad incluía dieciocho esclavos negros.
D'Alembert, en el artículo Diferencial
para el cuarto volumen de la Enciclopedia, incide en el concepto
de
límite y da por primera vez la definición moderna de
derivada de una función como límite del cociente de
incrementos. El 28 de noviembre
fue
admitido en la Academia
Francesa.
Rameau estrenó su ópera-ballet Anacreonte. En Viena, Gluck
estrenó su ópera Los
chinos.
Tras un viaje por Alemania, Voltaire llegó a Ginebra a finales de año. Ya en 1755, compró allí la casa de Les Délices y empezó a colaborar con la Enciclopedia. El año anterior, un publicista llamado Elie Fréron había fundado una revista titulada L'année littérarie desde la que sostuvo una tenaz polémica contra los enciclopedistas. Voltaire la llamaba L'âne littérarie (el burro literario). Por esas fechas apareció una edición "pirata" de La doncella de Orleans, un poema bufo sobre Juana de Arco que llevaba un tiempo circulando en versiones manuscritas. La versión estaba tan corrompida y adulterada que Voltaire no tardó en desautorizarla.
También Rousseau se instaló en Ginebra, su ciudad
natal, donde se declaró calvinista. Allí
publicó
su Discurso sobre el origen de
la
desigualdad, en el que sostiene que el origen de las
desigualdades entre los hombres es la propiedad privada, y que el
Estado, instituido para protegerla, se había convertido en
el
peor enemigo de aquellos a quienes debía proteger:
El primero que cercó un terreno diciendo "esto es mío" y encontró gentes bastante simples para creerlo, fue el verdadero fundador de la sociedad civil. ¡Qué de crímenes, guerras, muertes, miserias y horrores se habrían evitado al género humano si alguien, arrancando las vallas, hubiera gritado a sus semejantes: —Cuidad bien de no escuchar a este impostor! ¡Estáis perdidos si olvidáis que los frutos son de todos y la tierra de nadie!
Nadie podría decir: Yo gané esta tierra con mi trabajo. Yo la cerqué. —¿Pero quién os ha dado los términos? ¿En virtud de qué trabajo queréis remuneración? ¿Ignoráis que la multitud de vuestros hermanos perece y sufre por falta de lo que os sobra a vosotros?
Rousseau fue uno de los principales impulsores del mito del "buen
salvaje", según el cual el hombre en estado
natural es
bueno, y
es la sociedad el origen de todos los males. La mejor
réplica a
estas necedades sin fundamento se la dio Voltaire:
He recibido vuestro libro contra el género humano, y creo que agradará a las gentes, aunque sin corregirlas. No se puede pintar la sociedad con colores más sombríos, ni nunca se ha empleado tanto ingenio en desear que nos convirtamos en bestias. Leyendo vuestro libro dan ganas de andar a cuatro patas. Desgraciadamente, hace ya sesenta años que perdí esta costumbre y dejo, por lo tanto, la posición natural [la de cuadrúpedo] a los más dignos de ella que vos y que yo.
En París murió el barón de Montesquieu.
En Venecia, un joven de treinta años fue internado en la
prisión conocida como de
los
plomos acusado de haber organizado un ménage à quatre
entre
un abad, el embajador francés y dos monjas, así como
de
practicar la magia y tratar con personalidades extranjeras. Se
llamaba Giacomo Girolamo
Casanova.
María Teresa de Austria seguía preparándose
para arrebatar Silesia a Prusia. Su canciller de estado, el conde
Wenzel Anton von
Kaunitz-Rietberg,
era partidario de zanjar las antiguas rivalidades con Francia y
lograr
el apoyo francés contra Prusia. Mientras tanto, el rey
Federico
II de Prusia tanteaba la posibilidad de una alianza con el
príncipe elector de Hesse, es decir, con el rey Jorge II de
Gran
Bretaña. El primer ministro, el duque de Newcastle,
secundaba
los proyectos europeos del rey Jorge II, mientras que
William
Pitt era partidario de velar por los intereses coloniales en
América y en la India. Las recientes tensiones entre
franceses y
británicos en América le dieron pie a inicar ataques
contra los navíos mercantes franceses. A lo largo del
año
fueron capturados más de trescientos. Además,
envió dos regimientos a Virginia bajo el mando del general
Edward Braddock, que
había
combatido en los Países Bajos durante la guerra de
sucesión de Austria.
Braddock desembarcó en Virginia el 20
de febrero y no tardó en congeniar con George
Washington,
al que ofreció convertirse en su ayudante de campo con el
rango
de coronel, y éste no dudó en aceptar. El 14 de abril se puso en contacto con
los
gobernadores de seis colonias y, pese a que Gran Bretaña y
Francia seguían sin estar oficialmente en guerra,
empezó
a elaborar complicados planes de ataque contra el enemigo. No
tardó en desesperar de la ineficiencia de los colonos, que
se
retrasaban en el cumplimiento de los acuerdos, o simplemente no
los
cumplían. En muchos casos, fue víctima de
estafadores que
sólo buscaban obtener dinero fácil de las arcas
británicas. El único que proporcionó todo lo
prometido a su debido tiempo fue Benjamin Franklin, en nombre de
la
colonia de Pennsylvania. Braddock llegó a decir de
él que
era el único hombre honesto del continente.
En junio, un ejército
formado por 1.500 soldados británicos y 700 milicianos de
Virginia partió hacia Fort Duquesne a través de
territorios salvajes. Washington había sugerido a Braddock
que
aceptara la cooperación de tribus amigas indias, que
podían suministrar exploradores y guías, pero
éste
consideró que unos salvajes no podían ser de
utilidad
alguna a un ejército británico. El ejército
iba
excesivamente cargado y avanzaba muy lentamente, por lo que el 18 de junio, Washington
sugirió que
1.200 hombres se adelantaran con el equipo ligero, y así se
hizo. La avanzadilla contó con 450 virginianos bajo el mano
de
Washington. El 8 de julio
llegó al río Monongahela, a unos 13
kilómetros al
sur de Fort Duquesne.
Los franceses, que contaban con exploradores indios, estaban bien
informados de los avances británicos. Consciente de su
inferioridad numérica, su primera decisión fue la de
retirarse de Fort Duquesne, pero cierto capitan De Beaujeu sospechó a
partir
de los informes —y sospechó bien— que Braddock no
comprendía su situación. Todo apuntaba a que
dirigía su ejército como si se encontrara en las
llanuras
neerlandesas en vez de en los bosques de Pennsylvania. Por ello
pidió permiso para realizar un ataque de hostigamiento a
ver
qué ocurría. El 9 de
julio,
al frente de menos de la mitad de hombres que Braddock, atacaron a
los
británicos emboscados entre la vegetación. Los
británicos trataron de hacer lo mismo, per Braddock los
obligó a mantenerse en formación, con lo que se
convirtieron en un blanco fácil para unos enemigos a los
que no
podían ver. Tras tres horas de lucha, un tercio de los
soldados
británicos resultaron muertos o heridos (877 hombres,
incluyendo
a 63 de los 86 oficiales), mientras que las pérdidas
francesas
fueron de 60 hombres, todos indios, salvo 16 de ellos, entre los
que se
encontraba el propio De Beaujeu.
Nadie pudo acusar a Braddock de cobardía (la estupidez es
otro asunto), pues estuvo en primera línea de fuego en todo
momento y montó cuatro caballos que murieron del fuego
enemigo,
hasta que él mismo resultó herido. Washington
también perdió dos caballos y cuatro balas rozaron
su
uniforme, pero no recibió ni un rasguño. Cuando
Braddock
fue herido asumió el mando. Ordenó a sus hombres que
se
ocultaran entre la vegetación y luego organizó la
retirada. Braddock permanecía taciturno y, de vez en
cuando,
susurraba: "¿quién
lo
hubiera pensado?". Murió el 13
de julio.
Aunque la batalla del
río
Monongahela fue una estrepitosa derrota, para Washington
supuso
su encumbramiento. Fue recibido como un héroe y en agosto, a sus veintitrés
años, fue nombrado comandante en jefe de todas las fuerzas
de
Virginia.
Entre los muertos en el río Monongahela estaba el hijo de
William Shirley, el gobernador de Massachusetts, que fue nombrado
comandante en jefe de las fuerzas británicas en
América.
Organizó un ataque contra Fort
Niágara, entre los lagos de Ontario y Erie, pero
el mal
tiempo y las noticias de que los franceses habían recibido
refuerzos le hizo dar marcha atrás. Planeó entonces
un
ataque contra Crown Point,
al
sur del lago Champlain, y al frente de la expedición puso a
William Johnson, el supervisor de indios, que fue nombrado general
para
la ocasión. Contaba con 3.400 hombres, entre colonos de
Nueva
York e iroqueses, a los que se unieron 6.000 hombres de Nueva
Inglaterra, la mayoría de Massachusetts. A finales de mes,
Johnson se encontraba junto al lago que los franceses llamaban Saint Sacrement, y que
él
rebautizó como lago George,
en honor del rey, y éste es el nombre que tiene
actualmente.
Está situado a 65 kilómetros de Crown Point, pero
los
franceses avanzaban bajo el mando del general Ludwig August Dieskau, de
evidente
origen alemán. Johnson, enterado del avance del
ejército
francés, envió contra él un contingente de
mil
hombres, bajo el mando del general Ephraim
Williams. Los colonos lucharon bien, pero fueron
rechazados y
Williams murió. Cuando sus hombres en retirara llegaron al
campamento de Johnson, éste ordenó formar una
barrera de
árboles talados. Los franceses atacaron confiados, pero
ahora se
invirtió la situación del Monongahela: ellos estaban
al
descubierto y los británicos bien protegidos. Fueron
rechazados.
Dieskau fue herido y tomado prisionero.
Johnson había resultado herido en la batalla del lago
George,
y el mando lo tomó entonces el general Phineas Lymann, de
Connecticut, que,
tras la victoria, fue aclamado por los soldados, entre los que era
muy
popular. Sin embargo, Johnson omitió toda mención a
Lymann en su informe a Gran Bretaña, y él
asumió
todos los honores. Esto inició una rivalidad entre Johnson
y
Lymann que no tardó en convertirse en una rivalidad entre
Nueva
York y Connecticut, principalmente porque los neoyorquinos estaban
menos interesados que los colonos de Nueva Inglaterra en combatir
a los
franceses, más que nada porque muchos de ellos
mantenían
importantes relaciones comerciales con "el enemigo". Finalmente,
Johnson renunció a su cargo de oficial del ejército
y
volvió a Nueva York a ocuparse de los asuntos de los indios
y de
los suyos propios.
Euler publicó sus Institutiones
calculi
differentialis, que empiezan con un estudio del
cálculo de diferencias finitas. En esta obra emplea por
primera
vez la letra griega π para nombrar la proporción entre la
longitud y el diámetro de una circunferencia, así
como la
letra sigma mayúscula para representar sumatorios, etc.
El año anterior había recibido una carta en
latín de un joven de dieciocho años, cuyo padre
trabajaba
para el rey Carlos Manuel I de Cerdeña. Nacido en
Turín,
había sido bautizado como Giuseppe
Ludovico
Lagrangia, pero firmaba como Ludovico Lagrange. Había
estudiado matemáticas de forma autodidacta, y en su carta
comunicaba a Euler lo que consideraba como unos descubrimientos
suyos,
si bien él mismo advirtió al poco de enviarla que
tales
resultados aparecían ya en la correspondencia entre Johann
Bernoulli y Leibniz. Ahora, con fecha 12
de
agosto, le envió una nueva carta con nuevos
resultados
(sobre la curva tautócrona) y esta vez sí que eran
originales. En su respuesta, Euler se confesó impresionado
por
sus ideas. Algo más de un més más tarde, pese
a su
escasa edad, Lagrange fue contratado como profesor de
matemáticas en el Real
Colegio de Artillería de Turín.
Un químico británico de veintisiete años
llamado Joseph Black
llevaba
un año estudiando el dióxido de carbono y
demostró
que era un gas diferente del aire, aunque formaba parte del aire
en una
pequeña proporción. Obviamente, él no lo
llamaba
dióxido de carbono, sino aire
fijo. Ese año descubrió la magnesia, y observó
que la
calcinación de la calcita se producía con
pérdida
de peso.
Uno joven escocés de diecinueve años llamado James Watt había pasado
un
año el Londres aprendiendo a fabricar instrumentos de
precisión. Ahora volvía a Glasgow con la
intención
de abrir su propio taller, pero el gremio de herreros de la ciudad
se
lo prohibió porque no había pasado siete años
como
aprendiz, a pesar de que no existía en Escocia
ningún
fabricante de instrumentos de precisión.
A los treinta y un años, un filósofo alemán
se
doctoraba en su ciudad natal de Königsberg con su
disertación Acerca del
fuego.
Se llamaba Immanuel Kant,
y
era discípulo de Martin
Knutzen, que a su vez había sido discípulo
de
Wolff. Ese mismo año Kant publicó su Historia natural y teoría
general
del cielo, en la que trataba de explicar el origen del
mundo a
partir de una nebulosa primitiva. Estos y otros escritos similares
eran
meras divagaciones sin fundamento, en suma, lo que Leibniz, Wolff
y sus
seguidores llamaban filosofía.
Condillac publicó su Tratado
de
los animales, en el que refuta la teoría
cartesiana de
que los animales son autómatas.
Un escritor británico llamado Samuel Johnson consiguió la
fama con su publicación de un Diccionario
de la lengua inglesa en dos volúmenes, que
destacaba por
la claridad de las definiciones y por las numerosas autoridades a
las
que hacía referencia.
En Viena, Gluck estrenó la ópera La inocencia justificada.
El 1 de septiembre media
Lisboa
fue destruida por un intenso terremoto que acabó con la
vida de
más de sesenta mil personas. La noticia aterrorizó a
Europa, pues lo mismo que había sucedido en Lisboa
podía
ocurrir el día menos pensado en París, en Londres, o
en
cualquier otra ciudad, por poderosa y segura que pudiera parecer.
El
oro de Brasil permitió la rápida
reconstrucción de
la ciudad, dirigida por el secretario de estado Sebastião
José de Carvalho e Melo, que desde ese momento
dirigió la
política del país. Su influencia fue decisiva en la
caída en desgracia de Francisco Rávago, el confesor
del
rey Fernando VI de España, que siguió los pasos del
marqués de la Ensenada.
El insurgente venezolano Juan Francisco de León, tras haber pasado unos pocos meses encarcelado en España, había recibido autorización para alistarse en una expedición a África, al regreso de la cual, murió. Su hijo regresó a Venezuela y recuperó los bienes de su padre, que habían sido confiscados.
Gran Bretaña llevó a cabo una acción
más
para proteger sus colonias americanas. La colonia de Nueva Escocia
(lo
que había sido la Acadia francesa) no se consideraba segura
pese
a la reciente fundación de Halifax. Los colonos eran
mayoritariamente franceses y, con cada éxito de Francia, se
mostraban más partidarios de su antigua metrópoli.
Habiendo fracasado otras medidas más suaves, el coronel Charles Lawrence, gobernador
de
Nueva Escocia, exigió a sus colonos que juraran fidelidad a
Gran
Bretaña (lo que permitía procesarlos por
traición
ante cualquier acto subversivo) amenazando con la
deportación si
se negaban a ello. La mayoría de los colonos se negó
a
prestar juramento, así que el 8
de
octubre se inició un proceso de deportación
masiva
y sistemática, por el que entre seis mil u ocho mil acadios
fueron distribuidos por las restantes colonias americanas. Algunos
se
lo pensaron mejor y volvieron para prestar juramento, mientras que
otros viajaron más lejos de lo previsto y se instalaron en
Luisiana (que era territorio francés).
Robert Clive fue enviado de nuevo a la India, como gobernador del
fuerte de San David, en
Madrás. Sin embargo, la política procolonial de
William
Pitt no era apreciada en el gobierno y, privado de apoyos, se vio
obligado a dimitir de su ministerio.
Ese año se fundó la Universidad de Moscú. La
zarina Isabel la Clemente seguía soltera, pero no le
faltaban
amantes. El primer ministro polaco, Estanislao Poniatowski,
tenía un hijo de veintitrés años, llamado
también Estanislao,
que
ahora se convertía en amante de la gran duquesa Catalina,
la
esposa de Carlos Pedro Ulrico, sobrino y heredero de Isabel. Poco
después, el rey Augusto III de Polonia lo nombró
embajador en San Petersburgo.
A Córcega llegó Pasquale
Paoli, hijo de Giacinto
Paoli,
un colaborador del "rey" Teodoro, que hacía casi una
década había tratado de sustraer la isla al dominio
genovés. Giacinto había huido al exilio en
Nápoles
juntamente con su hijo, donde éste había seguido la
carrera militar. Ahora, nombrado general en jefe por sus
compatriotas
rebeldes, Pasquale detuvo a los genoveses en el litoral y
organizó un gobierno democrático en el interior.
El duque de Saint-Simon murió a los ochenta años.
En 1756, el derrocado zar
Iván VI de Rusia cumplió los
dieciséis años y fue encarcelado en la fortaleza de
Schlüsselburg.
Después de catorce años de lucha y de resitir los
embates de cuatro expediciones militares, el caudillo
indígena
peruano Atahualpa murió en circunstancias poco claras, y
esto
puso fin a la rebelión. También fue sofocada la
rebelión de los guaraníes del Paraguay.
En Venecia, Casanova logró evadirse de la prisión
con
la ayuda de un monje y marchó a París, donde
logró
introducirse en la corte del rey Luis XV.
Carlo Goldoni estrenó Il
campiello, una comedia que destaca por la vivacidad del
movimiento escénico.
Gluck estrenó en Viena su ópera El rey pastor y en Roma Antígona.
El cuarto violín de la capilla del príncipe arzobispo de Salzburgo se llamaba Leopold Mozart, y ese año publicó un método de violín titulado Versuch einer gründlichen Violinschule, que pronto se convirtió en una referencia básica de la época. Es autor también de gran cantidad de música instrumental y vocal.
Lagrange envió a Euler nuevas aplicaciones a la
mecánica de la teoría matemática que estaba
desarrollando. Era lo que más adelante Euler
bautizaría
como cálculo de
variaciones.
Impresionado, Euler logró que la Academia de Ciencias de Berlín
ofreciera a Lagrange un puesto mejor que el que actualmente
ocupaba en
Turín, pero Lagrange sólo quería tiempo libre
para
dedicarse a las matemáticas, y consideró que su
trabajo
de Turín era más adecuado para ese fin, así
que
rechazó la oferta.
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siete años |