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LA BATALLA DE FRANCIA
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El 1 de enero de 1940 Gran Bretaña extendió el servicio militar obligatorio a todos los varones de entre 20 y 27 años.

Submarinos alemanes hundieron un carguero británico cerca de Irlanda y otro sueco en el mar del Norte. La aviación soviética hundió un carguero finlandés (Leo).

Los japoneses organizaron una ofensiva en la provincia china de Shanxi para liberar a sus fuerzas en Changzhi y Tunliu, rodeadas por los nacionalistas chinos. Empleó unos 10.000 soldados de infantería, con el apoyo de la caballería y la aviación. Los chinos ofrecieron resistencia y los combates produjeron numerosas bajas en ambos bandos. Por otra parte, en la región de Cantón, los chinos derrotaron a un ejército japonés que salió de Longxian y el 2 de enero tomaron la ciudad.

La aviación soviética hundió otro carguero finlandés (Thor).

El 3 de enero el ejército chino lanzó un ataque que se prolongó durante todo el día y que acorraló a los japoneses entre dos fuegos, hasta que tuvieron que retirarse con graves pérdidas a las afueras de Changzhi. Los chinos continuaron presionando sobre las fortalezas japonesas de la zona. En Cantón pusieron bajo asedio la ciudad de Yingde.

Los finlandeses seguían combatiendo a los soviéticos. En Suomussalmi empezaron a emplear con gran éxito una estrategia consistente en dividir a las fuerzas enemigas en grupos pequeños y aislarlos, para luego destruirlos separadamente.

Un submarino soviético chocó contra una mina en el Báltico y se hundió con toda su tripulación, unos 50 hombres. Un submarino alemán atacó un convoy cerca de la costa británica y hundió un carguero sueco.

El 4 de enero los chinos tomaron Guandu y el 5 de enero se hicieron con Qingtang y con Yingde. Por su parte, los japoneses tomaron Wangdian a la vez que emprendían un ataque cerca de Ping-chang-kuan.

Suecia y Noruega denegaron el permiso a los aliados a enviar tropas por su territorio en ayuda de Finlandia. No obstante, hubo más de 8.000 voluntarios suecos que acudieron a Finlandia a combatir a los soviéticos, junto con unos 700 noruegos y unos 1.000 daneses. También hubo voluntarios de Estonia, Italia y Hungría y otras nacionalidades.

En Turquía seguían produciéndose réplicas del terremoto sufrido a finales del año anterior. La cifra de muertos alcanzaba ya los 33.000, debido a que se sumaron tormentas e inundaciones.

Ramón Menéndez Pidal, el director de Academia de la Lengua, había dimitido el año anterior como protesta por el destino que habían corrido algunos de sus miembros, y el gobierno designó como nuevo director a José María Pemán, que tomó posesión del cargo el 6 de enero. Por disposición de Franco, las academias españolas volvieron a llevar el título de Real Academia, que la república les había retirado. Franco también había invitado a regresar a España a Manuel de Falla, al que ofreció una pensión vitalicia, pero éste rehusó y permaneció en Argentina.

Salvador Dalí dejó Francia y se instaló en los Estados Unidos. En palabras de George Orwell:

Cuando la guerra europea se acerca, él sólo se preocupa de una cosa: encontrar un lugar donde se coma bien y de donde se pueda escapar rápidamente en caso de que se acercase el peligro.

De esa época es su cuadro Mercado de esclavos (con aparición del busto invisible de Voltaire), en el que unas figuras lejanas pueden reinterpretarse como un busto situado sobre una mesa en primer plano. Por esa época muchos de sus antiguos camaradas surrealistas hablaban de él en pasado, como si ya hubiera muerto. Uno de ellos, el poeta André Breton, hizo con su nombre el anagrama Avida Dollars, para denunciar su pasión por el dinero.

El 7 de enero dos submarinos británicos fueron atacados por dragaminas alemanes cerca de Heligoland. Uno resultó hundido (HMS Undine) y otro (HMS Seahorse) fue capturado.

Ese día se estrenó 21 días juntos, un drama británico con guión de Graham Greene protagonizado por Vivien Leigh y Laurence Olivier, que eran amantes desde hacía un tiempo y ambos estaban tramitando el divorcio para casarse unos meses más tarde.

Los finlandeses habían destruido una división soviética entera en Suomussalmi. Además habían logrado capturar 43 tanques, 71 cañones, 260 camiones, más de mil caballos, 29 cañones anti-tanque y otras armas. El 8 de enero concluyó la batalla, en la que unos 11.500 finlandeses habían derrotado a unos 50.000 soviéticos mucho mejor equipados gracias esencialmente al buen conocimiento del terreno y de las malas condiciones climáticas.

Durante la noche, el ejército chino expulsó a los japoneses de Yangloudong, Puqi y Zhaoliqiao y derrotó a un ejército de refuerzo en Pai-hua-pu.

El 9 de enero un dragaminas alemán hundió un submarino británico en Heligoland. La aviación alemana hundió un barco de cabotaje británico (Gowrie) y dos cargueros (Oakgrove y Upminster).

El 10 de enero un avión alemán se perdió en la niebla y acabó estrellándose en la provincia belga de Mechelen. Sus dos ocupantes resultaron ilesos, pero cuando preguntando a un campesino se dieron cuenta de que no estaban en Alemania, uno de ellos, el mayor Helmuth Reinberger corrió hacia los restos del avión gritando que llevaba documentos secretos que tenían que ser destruidos de inmediato. Intentó quemarlos en unos arbustos, pero entonces llegaron dos guardias fronterizos, uno de los cuales, viendo el humo, se apresuró a rescatar los papeles. Ambos fueron llevados a un puesto fronterizo, donde un oficial belga, Arthur Roderique, puso los papeles medio quemados encima de la mesa e inició un interrogatorio. Entonces el piloto, el mayor Erich Hoenmanns, pidió ir al servicio para dar tiempo a Reinberger de destruir los documentos. Éste intentó quemarlos en una estufa, pero se quemó la mano al tratar de abrirla y ello alertó a Roderique, que a expensas de sufrir varias quemaduras en su mano, rescató de nuevo los documentos del fuego y los llevó a otra sala, fuera del alcance de los alemanes. Reinberger trató entonces de quitarle la pistola a un soldado belga, el cual lo tiró al suelo. Reinberger se puso a llorar explicando que había tratado de hacerse con la pistola para suicidarse.

Los documentos fueron enviados al alto mando militar. Hoenmanns no sabía qué parte de ellos había sobrevivido al fuego. El caso era que los documentos eran el Maletín amarillo, es decir, el plan alemán para una inminente invasión de los Países Bajos, y la información rescatada era más que suficiente, pero los belgas engañaron a los alemanes organizando un falso interrogatorio en el que exigieron a Hoenmanns que les explicara qué contenían sus papeles, dándole a entender que no habían sido capaces de sacar nada en claro de los restos recuperados.

Las autoridades belgas dudaron al principio de los documentos, pero, atando cabos con otros indicios, terminaron convenciéndose de que eran auténticos. En la parte rescatada no se indicaba la fecha del futuro ataque. El rey Leopoldo III informó ese mismo día a su ministro de Defensa y al comandante en jefe del ejército francés, el general Maurice Gamelin, aunque no se le informó sobre cómo se había obtenido la información (pues un país neutral no podía transmitir esa información a uno de los países beligerantes).

Un submarino alemán hundió un carguero noruego (Manx) en el mar del Norte.

El 11 de enero terminó la batalla del paso de Kunlun con una aplastante victoria china sobre los japoneses, la primera desde hacía más de un año.

Las elecciones presidenciales en Ecuador dieron como vencedor a Carlos Arroyo del Río, pero su principal adversario, Velasco Ibarra, acusó de fraude al gobierno presidido por Andrés Fernández de Córdova. Ibarra se dirigió a una base aérea desde la que protagonizó un intento de golpe de Estado, que fue duramente sofocado por el gobierno.

Un submarino alemán hundió un carguero noruego (Fredville) en el mar del Norte. La aviación hundió un pesquero británico y un carguero (Keynes).

Ese día se representó en Leningrado el ballet Romeo y Julieta, de Prokófiev, lo que constituía su estreno en la Unión Soviética. Fue un gran éxito que le valió al compositor el premio Stalin.

El 12 de enero los belgas permitieron que los mayores Hoenmanns y Reinberger se reunieran con delegados alemanes. La conversación fue grabada en secreto y se constató que en ella Hoenmanns aseguró a los alemanes que los documentos habían sido destruidos por el fuego y que los belgas no habían podido sacar nada en claro de los restos que habían rescatado. Al parecer, Hitler creyó esta versión y no modificó esencialmente sus planes. Mientras tanto Gamelin informaba a su Estado Mayor, que recibió la noticia con escepticismo, pero en cualquier caso se consideró que era una buena excusa para presionar a los belgas para que abandonaran la neutralidad y permitieran la entrada de tropas aliadas en su territorio. Las autoridades neerlandesas también fueron advertidas, pero su escepticismo fue aún mayor que el de los franceses.

Un submarino alemán torpedeó un petrolero danés (Danmark), que fue hundido, aunque la tripulación pudo ser evacuada. La aviación alemana hundió dos pesqueros británicos.

Noruega y Suecia rechazaron una nueva petición de Francia y Gran Bretaña de atravesar su territorio para llegar a Finlandia amparada en una resolución de la Sociedad de Naciones.

Ese día se estrenó El bazar de las sorpresas, una excelente comedia dirigida por Ernst Lubitsch y protagonizada por Margaret Sullavan y James Stewart.

El 13 de enero el agregado militar belga en Berlín envió un mensaje a su país en el que preguntaba si en el avión de Machelen había ordenes tácticas o parte de ellas, pues un "informador sincero" (que, no obstante, podría tener información errónea) le había dicho que el avión transportaba de Berlín a Colonia planes sobre un ataque al oeste y que, dado que habían caído en manos de los belgas, el plan se adelantaba hasta el día siguiente, para evitar contramedidas.

Un submarino alemán hundió un carguero sueco (Sylvia) en el mar del Norte. Un barco finlandés (Merivoimat) fue hundido por sus propias cargas de profundidad cuando trataba de atacar a un submarino soviético.

Los soviéticos seguían defendiendo Salla de las tropas finlandesas, y ese día ordenaron a las tropas circundantes que se retiraran hasta Märkäjärvi. A partir de ese momento el frente se estabilizó y los combates se redujeron a pequeñas escaramuzas e intercambio de disparos de artillería. El 14 de enero tropas finlandesas entraron en territorio soviético.

La organización fascista estadounidense Frente Cristiano se había hecho fuerte en Nueva York, donde a menudo los judíos eran hostigados por grupos violentos. Un sector importante de la prensa había iniciado una campaña contra el Frente. Ese día el FBI detuvo a 17 personas, casi todas ellas miembros de la organización, acusadas de conspiración para destruir el gobierno de los Estados Unidos. Teóricamente, pretendían robar armas y municiones para tal fin. Una prueba de lo avanzados que estaban sus planes fue que a uno de ellos le incautaron un viejo sable y un fusil de hacía casi 70 años. El juicio subsiguiente mostró que el Frente Cristiano era una panda de desequilibrados, y la organización no tardó en quedar desacreditada.

El rey Leopoldo III de Bélgica envió un emisario para hablar con Winston Churchill con una primera propuesta que podría llevar a su país a unirse a los aliados, pero parece ser que la información se fue distorsionando a medida que fue siendo transmitida, pues las autoridades francesas entendieron que era cuestión de horas y el general Gamelin envió un buen número de tropas a la frontera belga con instrucciones de cruzarla en cuanto recibieran la autorización oportuna. Sin embargo, los belgas cerraron la frontera y Gamelin se puso furioso. Incluso solicitó al primer ministro Daladier que le autorizara a entrar preventivamente en Bélgica violando su neutralidad, a lo que Daladier se negó en redondo. La invasión alemana prevista para ese día no se produjo, pero las condiciones meteorológicas eran muy malas, por lo que cabía la posibilidad de que se hubiera pospuesto por ese motivo. Por consiguiente, la incertidumbre continuaba.

Un carguero alemán fue hundido por un barco francés cerca de la costa atlántica española.

El 15 de enero se estrenó El pájaro azul, en technicolor, protagonizara por Shirley Temple, que pretendía ser la respuesta de la Twenty Century Fox a El mago de Oz, pero que resultó un fracaso de taquilla, al igual que la película siguiente de la joven actriz de doce años: Gente joven. Sus padres rescindieron el contrato con la productora y la matricularon en un colegio de lujo de Los Ángeles.

Un submarino alemán hundió un carguero neerlandés (Arendskerk), otro noruego (Fagerheim) y otro griego (Panachandros) cerca de la costa atlántica francesa.

Los alemanes habían cancelado el ataque a Bélgica debido al mal tiempo, pero también a que habían detectado que tanto los belgas como los neerlandeses habían declarado el estado de alerta, cosa que atribuyeron inmediatamente al accidente de Mechelen y finalmente, el 16 de enero Hitler canceló sine die la operación. Hoenmanns y Reinberger fueron juzgados in absentia en Alemania y condenados a muerte, por transportar documentos secretos en avión sin la autorización debida.

Una ola de frío azotaba a toda Europa. En Finlandia se llegó a registrar ese día una temperatura de 43 grados bajo cero. Muchos soldados soviéticos murieron de congelación. Por esas fechas empezaron a pintar de blanco sus tanques y a dotar a sus soldados de trajes de nieve blancos. La propaganda soviética se esforzaba por explicar al pueblo el fracaso del Ejército Rojo en Finlandia: que si el mal tiempo, que si el terreno complicado, que si la línea Mannerheim era mucho más fuerte que la línea Maginot, que si los Estados Unidos habían enviado a Finlandia un millar de sus mejores pilotos... El 17 de enero el Támesis se heló por primera vez desde hacía más de medio siglo. La Unión Soviética contraatacó en Finlandia con duros bombardeos. Durante toda la guerra, se registraron más de 2.000 ataques en más de 500 ciudades. La ciudad de Viipuri fue arrasada por más de 12.000 bombas, pero Pravda, no fuera a hacer honor a su nombre por una vez, insistía en que nunca se había bombardeado objetivos civiles, ni siquiera por accidente (las víctimas civiles fueron miles, entre ellas 957 muertos). El ministro Mólotov llegó a afirmar que los aviones soviéticos no lanzaban bombas sobre Finlandia, sino ayuda humanitaria. Por ello, los finlandeses bautizaron como cestas de pan Mólotov las bombas incendiarias que caían sobre Helsinki, y a su vez esto hizo que llamaran cóckteles Mólotov a las bombas incendiarias que lanzaban contra los tanques soviéticos.

Un submarino alemán hundió un carguero noruego (Enid) y otro británico (Polzella) en el mar del Norte.

El primer ministro japonés Nobuyuki Abe, sin el respaldo ni de los políticos ni de los militares, fue sustituido por el almirante Mitsumasa Yonai, un hombre de confianza del emperador Hirohito y partidario de una alianza con Gran Bretaña y los Estados Unidos en lugar de con Alemania e Italia.

Unos días atrás un jefe de la resistencia polaca había logrado escapar de los cuarteles de la Gestapo, y como reacción los nazis arrestaron varios cientos de personas en Varsovia, entre ellos 255 intelectuales judíos, y el 18 de enero los llevaron al bosque de Palmiry, donde fueron ametrallados.

Submarinos alemanes hundieron un carguero danés (Canadian Reefer), dos suecos (Foxen y Pajala).

Dinamarca, Noruega y Suecia ratificaron su neutralidad en la guerra.

El Papa Pío XII condenó los abusos cometidos por alemanes y soviéticos en Polonia, así como la agresión a Finlandia por la Unión Soviética. El New York Times publicó la noticia.

El 19 de enero un destructor británico (HMS Grenville) se hundió tras haber chocado contra una mina en el estuario del Támesis. Murieron 77 de sus tripulantes, aunque otros 108 fueron rescatados.

Submarinos alemanes hundieron un carguero sueco (Patria), otro francés (Quiberon) y otro noruego (Telnes). La aviación soviética hundió un carguero finlandés (Kaija).

Los finlandeses recuperaron la ciudad de Salla.

Los hermanos Samuel, Moses y Jerome Horwitz formaban un grupo de cómicos estadounidenses conocidos como Los tres chiflados. Llevaban casi dos décadas protagonizando cortometrajes, y ese día estrenaron You Nazty Spy!, la primera parodia de Hitler que autorizó Hollywood. El año anterior se había estrenado Confesiones de un espía nazi, en la que los nazis eran por primera vez los villanos de una película, y ahora pasaban del drama a la comedia.

El 20 de enero los soviéticos bombardearon Turku y Hanko, en Finlandia.

Submarinos alemanes hundieron un carguero griego (Ekatontarchos Dracoulis) y otro noruego (Miranda).

El 21 de enero un destructor británico (HMS Esmouth) fue hundido frente a las costas escocesas por un submarino alemán, que hundió también un carguero danés (Tekla). Otro hundió un carguero sueco (Andalusia).

Los soviéticos bombardearon Oulu, y los finlandeses respondieron bombardeando Kronstadt.

Los alemanes seguían ejecutando prisioneros en Palmiry. Ese día fueron 80 personas, entre ellas al menos 36 judíos. El 22 de enero el papa Pío XII pronunció un discurso radiofónico en el que condenaba las acciones de los alemanes en Polonia.

Submarinos alemanes hundiero un carguero sueco (Gothia) y tres noruegos (Segovia, Songa y Sydfold). El 23 de enero otros submarinos hundieron un carguero británico (Baltanglia) y dos noruegos (Pluto y Varild).

El 24 de enero se estrenó Las uvas de la ira, dirigida por John Ford, protagonizada por Henry Fonda y basada en la novela de John Steinbeck.

Submarinos alemanes hundieron un carguero francés (Alsacien) y otro noruego (Bisp). La aviación soviética hundió un carguero finlandés (Notung).

El 25 de enero submarinos alemanes hundieron dos cargueros noruegos (Biarritz y Gudveig), otro letón (Everne) y otro francés (Tourny).

El 26 de enero un barco de pasajeros británico chocó contra una mina y se hundió.

El gobierno alemán decretó pena de muerte para quienes sintonizaran emisoras de radio extranjeras. En Varsovia se prohibió a los judíos los rezos colectivos "para evitar epidemias".

Ese día fue juzgado Isaak Bábel, acusado de espionaje y terrorismo contra el gobierno soviético. Fue condenado a muerte y ejecutado el 27 de enero.

Un submarino alemán hundió dos cargueros daneses (England y Fredensborg) y dos noruegos (Faro y Hosanger) en el mar del Norte.

El 28 de enero los chinos tomaron Lucheng a los japoneses.

Submarinos alemanes hundieron dos cargueros griegos (Eleni Stathatou y Flora Nomicos).

El 29 de enero un submarino alemán hundió un carguero noruego (Eika). La viación alemana hundió dos cargueros británicos (Gripfast y Stanburn) y el buque faron East Dudgeon.

El 30 de enero un submarino alemán atacó un convoy aliado y hundió un carguero británico (Vaclite) y otro griego (Keramiai), pero la escolta del convoy logró hundirlo con cargas de profundidad. Otro submarino alemán se hundió al chocar contra un torpedero (también alemán). La aviación alemana hundió tres cargueros británicos (Bancrest, Giralda y Voreda).

El 31 de enero submarinos alemanes hundieron un carguero sueco (Fram), otro noruego (Start) y otro danés (Vidar).

El 1 de febrero el Ejército Rojo inició un ataque masivo contra la línea Mannerheim. En 24 horas fueron lanzadas unas 300.000 bombas. Tal vez hubiera sido más efectivo que el Ejército Rojo hubiera enviado a Finlandia a Dolores Ibárruri, para que les explicara a los finlandeses las delicias del yugo estalinista, pues esos días escribió:

Hablar del triunfo del socialismo sobre la sexta parte de la Tierra, escribir sobre el exuberante desarrollo de la agricultura en la Unión Soviética, un desarrollo no igualado por ningún otro país, admirar el asobroso crecimiento de la industria socialista y los impetuosos avances de los trabajadores, maravillarse ante los logros sin precedentes de la poderosa fuerza aérea soviética, del poderoso refuerzo de la armada soviética, describir las gloriosas hazañas del Ejército Rojo, liberador de pueblos, estudiar el marco maravilloso del enorme Estado socialista con sus múltiples nacionalidades unidas por los lazos inquebrantables de la amistad fraterna, observar el progreso de la ciencia, del arte y de la cultura de todos los pueblos soviéticos, la alegre vida de sus niños, mujeres, trabajadores, campesinos e intelectuales, la seguridad permanente de cadda uno y su fe en el futuro, conocer la vida diaria del socialismo y las heroicas acciones del pueblo soviético es ver a Stalin, citar a Stalin, encontrar a Stalin.

Los nazis fusilaron a unos 400 enfermos mentales polacos en Chelm. En total, ese año asesinaron al menos a 1.126 víctimas en 286 hospitales. No todos fueron fusilados. Algunos morían asfixiados en camiones sellados en los que las emisiones del tubo de escape eran redirigidas al interior.

Submarinos alemanes hundieron un barco de cabotaje británico (Ellen M) y un carguero sueco (Fram).

El 2 de febrero fue fusilado el actor y empresario soviético Vsevolod Meyerhold.

Submarinos alemanes hundieron un petrolero (Creofield) y dos cargueros británicos (Kavak y Portelet).

El 3 de febrero la aviación alemana hundió un dragaminas británico (HMS Sphinx) y un carguero noruego (Tempo). A su vez, la aviación británica derribó un avión alemán, que se estrelló cerca de Whitby.

Submarinos alemanes hundieron un carguero británico (Armanistan) y otro estonio (Reet).

El 4 de febrero, tras dos días de deliberaciones en Belgrado, los países firmantes del Pacto de los Balcanes (Grecia, Turquía, Rumanía y Yugoslavia) reafirmaron su neutralidad en la guerra.

Submarinos alemanes hundieron un carguero noruego (Hop), otro británico (Leo Dawson) y otro yugoslavo (Vid) en el mar del Norte.

Ese día fue ejecutado Nikolái Yezhov. Ningún medio de comunicación soviético informó sobre su juicio (en el que no hubo abogados, ni testigos, ni fiscal ni ninguna otra de esas cosas molestas que el acusado siempre había considerado superfluas cuando dirigía la NKVD) ni sobre su ejecución.

El 5 de febrero hubo manifestaciones y declaraciones de protesta en toda Irlanda por la condena a muerte de Peter Barnes y James Richards, los asesinos del IRA cuya ejecución estaba prevista para dentro de dos días. El gobierno irlandés pidió la conmutación de la pena.

Un submarino alemán atacó un convoy y hundió un carguero británico (Beaverburn), pero después fue hundido con cargas de profundidad por los barcos de escolta.

El 6 de febrero el IRA hizo estallar tres bombas, dos en Londres y una en Birmingham.

La aviación soviética hundió un barco de cabotaje sueco (Wirgo) en el Báltico.

El 7 de febrero Richards y Barnes (de 29 y 32 años, respectivamente) fueron ahorcados en la cárcel de Birmingham. En Irlanda se sucedieron las protestas. Simon Donnelly, un antiguo líder del IRA declaró ante una multitud:

Sabemos muy bien cómo queremos que acabe esta guerra. Queremos que el enemigo que ha mantenido sometido a nuestro pueblo durante 700 años, y que continúa vertiendo insultos sobre nosotros, sea derrotado sin piedad. Hasta que la República de Irlanda sea establecida, la juventud de Irlanda seguirá sacrificándose. Si el gobierno no pone fin al dominio extranjero, otros nos encargaremos de ello.

Ese día se estrenó Pinocho, el segundo largometraje animado de Walt Disney, cuyo coste de producción duplicaba al de Blancanieves. Obtuvo un gran éxito entre los críticos, pero no entre el público, y la recaudación no compensó ni la mitad de la inversión.

El general Antonio Escobar había sido condenado a muerte por un tribunal militar. Aunque altos dignatarios de la Iglesia Católica habían solicitado su indulto, Franco no accedió, y el 8 de febrero fue fusilado en Barcelona. El propio Escobar dirigió su ejecución.

Los nazis ordenaron que todos los judíos residentes en Łódź debían fijar su residencia en unos barrios determinados.

A causa de las protestas del Vaticano, apoyadas por el propio Mussolini, ese día fueron liberados del campo de concentración de Sachsenhausen un centenar de los profesores universitarios arrestados en Cracovia el año anterior (los que tenían más de 40 años y habían sobrevivido a las duras condiciones del campo). Los restantes fueron enviados poco después al campo de Dachau.

El 9 de febrero la aviación alemana hundió dos pesqueros armados británicos (HMT Fort Royal y HMT Robert Bowen).

El 10 de febrero los soviéticos iniciaron un plan de deportación de polacos a Rusia.

Los nazis ordenaron el cierre de todos los comercios judíos en Chequia.

Submarinos alemanes hundieron un carguero neerlandés (Burgedijk) y otro noruego (Silja). La aviación alemana hundió un pesquero británico.

El presidente Roosevelt recibió en las puertas de la Casa Blanca a unos 4.500 miembros del Congreso de la Juventud Americana, una asociación de jóvenes que pocos días antes había aprobado una resolución según la cual ofrecer ayuda a Finlandia era "un intento de forzar a los Estados Unidos a entrar en la guerra imperialista". Roosevelt les respondió que era algo grande que los jóvenes se interesaran tanto en la política como para reunirse en Washington, pero les ofreció unas palabras de "advertencia o, tal vez debería decir, de consejo". El consejo era que no aprobaran resoluciones sobre asuntos sobre los que no habían pensado suficiente o que tal vez no entendían del todo (una forma fina de poner en evidencia su necedad). Seguidamente afirmó que era un hecho que el 95% de los estadounidenses simpatizaban con el esfuerzo de los finlandeses por defender su tierra contra una invasión, y que los Estados Unidos deseaban ayudar económicamente a Finlandia, pero que pensar que eso llevaría a una guerra con la Unión Soviética era "uno de los pensamientos más tontos que jamás haya oído en mis 58 años de vida." Roosevelt les aconsejó que no condenaran únicamente el nazismo, sino cualquier forma de dictadura. Los tontos abuchearon a Rooselvent, pero ser abucheado por tontos reforzó su imagen pública, pues refutó las acusaciones que algunos vertían sobre él de simpatizar con el comunismo.

Ese día se estrenó El gato se gana el zapatazo, un cortometraje de dibujos animados protagonizado por un gato y un ratón. El gato se llamaba Jasper, y el ratón no tenía nombre, pero los animadores lo llamaban Jinx. Los directores eran William Hanna y Joseph Barbera y el corto fue distribuido a través de la Metro Goldwyn Mayer. En principio iba a ser un cortometraje aislado, y el jefe del estudio de animación de la Metro les sugirió a Hanna y Baberta que buscaran otros temas más originales que las típicas peleas entre un gato y un ratón, pero el éxito fue tal que finalmente les encargó una serie con Jasper y Jinx como protagonistas.

El 11 de febrero los soviéticos lanzaron su ataque principal sobre la línea Mannerheim. Contaban con unos 460.000 hombres, 3.350 piezas de artilería, 3.000 tanques y unos 1.300 aviones desplegados en el istmo de Carelia. Contra ellos, los finlandeses contaban con unos 150.000 hombres. Ese mismo día los finlandeses rechazaron una oferta de paz soviética a cambio de la entrega de la región de Carelia.

Alemania y la Unión Soviética firmaron en Moscú un acuerdo comercial por el que la Unión Soviética se comprometía a servir petróleo y otras materias primas a Alemania a cambio de material bélico, maquinaria y productos tecnológicos. De este modo Alemania burlaba el bloqueo aliado.

Submarinos alemanes hundieron un petrolero británico (Imperial Transport), un carguero estonio (Linda), otro sueco (Orania), otro noruego (Snestad) y dos pesqueros británicos.

El emperador chino Puyi visitó Japón con motivo del bismilésimo sexcentésimo aniversario de la mítica fundación del imperio, y allí leyó ante el emperador japonés un texto en el que le pedía permiso para venerar en China a los dioses sintoístas japoneses y convertir al sintoísmo en la religión oficial del Estado de Manchuria. El emperador Hirohito le expresó su beneplácito y lo obsequió con tres reliquias. (Puyi, que, evidementemente, había sido obligado por los japoneses a efectuar tal petición, escribiría más adelante: Creo que las tiendas de antigüedades de Pekín están llenas de objetos como esos. ¿Eran ésos un gran dios? ¿Eran ésos mis antepasados? Me deshice en lágrimas en el viaje de vuelta. Ese año Wanrong, la esposa de Puyi, tuvo una hija con el chófer de éste, y, como castigo, los japoneses —sin que Puyi se atreviera a oponerse— la obligaron a presenciar cómo los médicos envenenaban a la recién nacida. Desde entonces, Wanrong pasó la mayor parte del tiempo en un fumadero de opio. Puyi se sintió tan avergonzado por su cobardía que nunca consintió en hablar sobre el suceso.

El 12 de febrero los soviéticos lograron abrir una pequeña brecha en la línea Mannerheim, en la que inmediatamente concentraron sus fuerzas. Mientras tanto se iniciaban en Estocolmo negociaciones de paz entre Finlandia y la Unión Soviética.

Un submarino alemán fue hundido por un dragaminas británico. De los 17 tripulantes que sobrevivieron (otros 25 murieron) uno de ellos llevaba en sus bolsillos tres rotores de una máquina Enigma, que fueron enviados a la Escuela Gubernamental de Códigos y Cifrados para que fueran estudiados por el equipo de Alan Turing. Otros submarinos hundieron un carguero sueco (Dalarö) y dos noruegos (Nidarholm y Sangstad).

El 13 de febrero submarinos alemanes hundieron un carguero danés (Chastine Maersk) y otro sueco (Noma). Un crucero británico hundió un carguero alemán (Wakama) cerca de la costa brasileña.

El 14 de febrero Gran Bretaña anunció que en lo sucesivo sus barcos de pasajeros llevarían armamento, y Alemania respondió que en lo sucesivo los consideraría barcos de guerra.

Submarinos alemanes hundieron un petrolero (Gretafield) y dos cargueros británicos (Langleeford y Sultan Star) y un tercero danés (Martin Goldschmidt).

Cinco bombas explotaron en Birmingham.

El 15 de febrero los soviéticos rompieron la línea Mannerheim con la captura de Summa. El general Mannerheim ordenó el repliegue hasta la segunda línea defensiva.

Submarinos alemanes hundieron cuatro cargueros daneses (Aase, Maryland, Rhone y Sleipner) otro noruego (Steinstad) y un petrolero neerlandés (Den Haag).

La armada noruega inspeccionó por tres veces un barco mercante alemán, el Altmark, que navegaba por sus aguas territoriales, para asegurarse de que no estaba realizando ninguna operación bélica que violara la neutralidad del país nórdico. Los alemanes aseguraron en todo momento que únicamente transportaba suministros civiles a Alemania. Sin embargo, en sus bodegas ocultaba a 299 marinos británicos que habían sido capturados en diversos ataques realizados por el acorazado de bolsillo Graf Spee. Los marinos hacían ruido para que los noruegos advirtieran su presencia, pero los alemanes ponían en funcionamiento diversos aparatos que lo amortiguaran. Sin embargo, las autoridades británicas sospechaban de cuál era su auténtica carga, y cuando la RAF detectó el barco, alertó a la Royal Navy y el 16 de febrero el HMS Cossack se lanzó en su persecución. El Altmark se refugió en el fiordo de Jøssingfjord, pero no podía permanecer en él indefinidamente, así que por fin trató de escapar a toda máquina. El Cossack era más rápido y logró alcanzarlo y abordarlo, todavía en aguas noruegas. Los británicos, con armas de fuego y bayonetas, redujeron a la tripulación alemana y liberaron a los prisioneros.

Como todos los países de Europa Oriental, Bulgaria se encontraba en una encrucijada. El zar Boris III había declarado: Mis generales son germanófilos, mis diplomáticos anglófilos, la reina es italófila y mi pueblo rusófilo. Yo soy el único neutral en Bulgaria. Pero, tal y como iban las cosas, consideró más prudente asegurar las buenas relaciones con Alemania, y así cesó al primer ministro Kyoseivanov (anglófilo) por Bogdan Filov (germanófilo).

Un submarino alemán hundió dos cargueros suecos (Liana y Osmed) cerca de la costa británica. Un petrolero alemán (Altmark) encalló en Noruega mientras huía de un destructor británico.

Ese día se estrenó Estudiantes en Oxford, la primera película de Laurel y Hardy después de que éste volviera a ser contratado por Hal Roach. Unos meses después estrenarían Marinos a la fuerza. Sin embargo, Hardy logró convencer a Laurel para dejar a Roach y pasarse a la Fox.

El 17 de febrero Alemania acusó a Gran Bretaña de piratería, asesinato y gangsterismo a causa del incidente del Altmark y pidió una compensación a Noruega por no haber protegido el barco alemán dentro de sus aguas territoriales. A su vez, Noruega protestó ante Gran Bretaña por haber cometido un acto de guerra en sus aguas territoriales, violando así su neutralidad.

Se ha discutido la relevancia que tuvo el incidente del Altmark en los acontecimientos posteriores, pero en cualquier caso la situación era la siguiente: Alemania importaba una gran cantidad de hierro procedente del norte de Suecia. La ruta más segura consistía en transportar el mineral por tren hasta el golfo de Botnia, y desde allí llevarlo en barco a Alemania, pero esto sólo era posible entre mayo y noviembre, pues el medio año restante el golfo permanecía helado, y entonces había que llevar el mineral hasta Narvik, en la costa Noruega, para luego transportarlo en barco hacia el sur. Como Gran Bretaña había organizado un bloqueo naval, los alemanes solían valerse de subterfugios para viajar por aguas territoriales noruegas. Los aliados eran conscientes de ello y estaban planeando una operación Wilfred destinada a minar puntos estratégicos de las aguas territoriales noruegas para impedir el abastecimiento de Alemania, pero sabían que, de llevar adelante sus planes, Hitler ordenaría la invasión de Noruega y, tal vez, también de Suecia y Dinamarca. Por ello los aliados desarrollaron también un plan adicional para ocupar puntos estratégicos de Noruega en caso de invasión alemana.

Por su parte, Hitler también tenía entre sus planes una invasión de Noruega, si bien hasta entonces no había tenido prioridad. Aquí es donde interviene el incidente del Altmark, que según algunos analistas convenció a Hitler de que las rutas de abastecimiento a través de las aguas noruegas no eran fiables, y que era necesario ocupar el país. En cualquier caso, lo cierto era que Hitler ordenó acelerar los planes de invasión de Noruega, pero en parte esto se debió también a que el incidente de Mechelen le había llevado a adelantar sus planes de invasión de Francia y los Países Bajos, y ambas operaciones no podían hacerse al mismo tiempo. Las operaciones marítimas en los países nórdicos no podían posponerse al otoño, cuando los días se volvían excesivamente cortos, por lo que la invasión de Noruega debía ser la primera. Ese mismo día el general Erich von Manstein presentó a Hitler lo que se conoció como el Plan Manstein, el desarrollo detallado de las directrices dadas por el propio Hitler para invadir Francia y los Países Bajos.

Submarinos alemanes hundieron un carguero panameño (El Soñador), otro noruego (Kvernaas), otro griego (Odysseus), otro británico (Pyrrhus) y otro finlandés (Wilja).

El gobierno francés firmó un decreto por el que se privaba de la nacionalidad francesa a Maurice Thorez, el líder del Partido Comunista Francés que había huido a la Unión Soviética. Ahora se hacía llamar Ivanov.

El 18 de febrero un submarino alemán hundió un destructor británico (HMS Daring) junto a las islas Orcadas, al norte de Escocia. Murieron 157 de sus tripulantes. Por su parte, los finlandeses lograron destruir una bolsa de tropas soviéticas al norte del lago Ladoga, de las cuales unos 1.000 hombres murieron y otros 250 fueron tomados prisioneros.

Otros submarinos hundieron también un carguero neerlandés (Ameland), otro español (Banderas), otro griego (Ellin) y otro francés (PLM 15). La aviación soviética hundió tres cargueros finlandeses (Bore III, Bore IV y Rigel).

El 19 de febrero los finlandeses repelieron un ataque soviético sobre el lago helado Suvanto.

Un submarino alemán hundió un carguero británico (Tiberton) en el mar del Norte.

El 20 de febrero la aviación alemana hundió un pesquero armado británico (HMT Fifeshire).

El 21 de febrero Hitler autorizó la operación Wesserübung (la invasión de Noruega).

Un submarino alemán hundió un carguero neerlandés (Tara) cerca de la costa atlántica española.

El 22 de febrero Tenzin Gyatso, a sus cinco años, fue proclamado en Lhasa como decimocuarto Dalái Lama, bajo la tutela del regente Jamphel Yeshe Gyaltsen.

La marina alemana había puesto en marcha la operación Wikinger, que debía ocuparse de unos pesqueros británicos sospechosos de estar actuando como espías de los movimientos de los barcos de guerra alemanes, pero la falta de coordinación entre la marina y la aviación hizo que la flota entrara en combate contra un bombardero alemán y contra un inexistente submarino británico. El bombardero hundió un barco y otro que acudió en su rescate se hundió también tras chocar con una mina británica.

Submarinos alemanes hundieron dos cargueros británicos (Loch Maddy y British Endeavour).

El 23 de febrero un submarino alemán fue hundido por cargas de profundidad cerca de las Orcadas.

Dos explosiones provocaron trece heridos en Londres.

Ese día se estrenó Paso del Noroeste, la primera película de Spencer Tracy en Technicolor, dirigida por King Vidor, un drama histórico que tuvo bastante éxito, en contraste con el fracaso de su estreno anterior, Esta mujer es mía.

El 24 de febrero un submarino alemán atacó un convoy y hundió un carguero sueco (Santos), pero luego fue hundido por cargas de profundidad y torpedos. Un dragaminas alemán hundió cuatro pesqueros daneses en el mar del Norte.

El 25 de febrero tres destructores británicos hundieron un submarino alemán en el mar del Norte. Casi toda la tripulación fue capturada.

Los finlandeses iniciaron un ataque contra los soviéticos en el istmo de Carelia, cerca de la localidad de Honkaniemi.

En el Cáucaso, al norte de Georgia, se encuentra la región de Chechenia, una de las que más resistencia opuso en el pasado a integrarse en el Imperio Ruso. Dentro de la Unión Soviética había sido incluida en la República Autónoma Socialista Soviética de Chechenia-Ingushetia, con capital en Grozny. Desde hacía unos meses, un excomunista checheno llamado Hasan Israilov, con la ayuda de su hermano Hussein, estaba organizando una insurrección guerrillera contra los soviéticos, y los éxitos de los finlandeses lo llevaron a animar a sus compatriotas a rebelarse:

He decidido dirigir una guerra de liberación de mi pueblo. Entiendo bien que, no sólo en Chechenia-Ingushetia, sino en todas las naciones del Cáucaso, será difícil conseguir la libertad frente al pesado yugo del imperialismo rojo. Pero nuestra ferviente confianza en la justica y nuestra fe en el apoyo de los pueblos del Cáucaso amantes de la libertad y del mundo entero me mueven a tomar esta decisión, tal vez impertinente e inútil a vuestros ojos, pero, desde mis convicciones, el único paso histórico correcto. Los valientes finlandeses están demostrando que el Gran Imperio Esclavista es impotente frente a un pueblo pequeño, pero amante de la libertad. En el Cáucaso encontraréis una segunda Finlandia, y a nosotros nos seguirán otros pueblos oprimidos.

En unas semanas habían logrado apoderarse de varias ciudades en el distrito de Shatoysky tras lo cual organizaron un gobierno en Galanchozh, la ciudad natal de Israilov.

El 26 de febrero, en represalia por el asesinato de un oficial alemán en Leginowo (Polonia), los nazis tomaron 190 rehenes al azar en la ciudad y los llevaron al bosque de Palmiry, para su ejecución en masa.

El presidente Roosevelt había enviado a Europa al Subsecretario de Estado Sumner Welles para recabar información de primera mano de la posición de las naciones beligerantes. Su primera parada fue en Roma, donde se entrevistó primero con el conde Galeazzo Ciano, el ministro de asuntos exteriores italiano y yerno de Mussolini, al que halló muy hostil hacia Alemania, y luego con Benito Mussolini, al que encontró envejecido, lento y cansado, en contra de la apariencia que daba en las fotografías y los reportajes cinematográficos.

La batalla de Honkaniemi terminó en fracaso para los finlandeses. El plan de ataque había sido puesto en marcha precipitadamente, con menos fuerzas de las previstas, y además algunos tanques se habían averiado. El 27 de febrero el ataque tuvo que cancelarse con 33 bajas y seis tanques perdidos. Mientras tanto los soviéticos atacaban Viipuri, la segunda mayor ciudad de Finlandia.

En su exilio mexicano, León Trotski, a sus 61 años, parecía un apacible ancianito con achaques, pero ese día escribió lo que se conoce como el testamento de Trotski, en el que demostró que en su interíor seguía vivo el comunista fanático y sanguinario ante cuya presencia temblaban los pobres campesinos forzados a militar en el Ejército Rojo:

Si tuviera que vivir de nuevo trataría de evitar, por supuesto, este o aquel error, pero el rumbo principal de mi vida permanecería inalterado. Moriré como un revolucionario proletario, como un marxista, como un materialista dialéctico y, consecuentemente, como un ateo irreconciliable. Mi fe en el futuro comunista de la humanidad no es menos ardiente, de hecho es hoy más firme, que en los días de mi juventud.

Las investigaciones sobre física nuclear proporcionaron ese día un resultado en una dirección distinta a la relacionada con la fisión del uranio. Los físicos Martin David Kamen y Sam Ruben sintetizaron carbono-14, un isótopo radiactivo del carbono, bombardeando grafito en el acelerador de partículas de la universidad de Berkeley. Hasta entonces, la existencia del carbono-14 era sólo una conjetura, pero se sospechaba que podía crearse en las capas superiores de la atmósfera, por la interacción entre el nitrógeno y neutrones provenientes de la radiación solar. Ahora se pudo comprobar que su velocidad de desintegración era muy lenta, lo que que permitiría usarlo para rastrear el camino que sigue el carbono en algunas reacciones químicas complejas, como las de la fotosíntesis.

El 29 de febrero tuvo lugar la ceremonia de entrega de los óscars, presentada por Bob Hope. El óscar a la mejor película fue para Lo que el viento se llevó, que también recibió el óscar al mejor director (Víctor Fleming), a la mejor actriz (Vivien Leigh), a la mejor actriz secundaria (Hattie McDaniel) y otros cuatro más, ocho en total, más otros dos honoríficos. El óscar al mejor actor fue para Robert Donat en Adiós Mr. Chips. El hotel en el que se celebró la gala tenía una estricta política de no admitir negros, pero hizo una excepción para permitir la entrada de McDaniel, que, no obstante, tuvo que sentarse junto a sus acompañantes en una mesa especial en la parte trasera de la sala. Su representante artístico, que era blanco, se sentó en la misma mesa.

Un submarino alemán hundió un carguero italiano (Maria Rosa) en el mar del Norte.

El 1 de marzo tuvo lugar una persecución de judíos en Łódź que ayudó a concentrarlos en los barrios que los nazis habían reservado para ellos. Los alemanes empezaron a vallar la zona con cercos de madera y alambradas.

La restricción de inmigración judía a Palestina impuesta por Gran Bretaña había terminado, y ahora el Alto Comisionado Británico para Palestina promulgó un edicto por el que el territorio quedaba dividido en tres zonas: en la zona A, que comprendía el 63% de Palestina, estaba prohibido vender terrenos salvo a árabes palestinos, en la zona B, que comprendía un 32% del territorio, los árabes palestinos sólo podían vender tierras a otros árabes palestinos salvo exepciones que tenían que ser autorizadas por el Alto Comisionado. En la zona C la compraventa de tierras seguía siendo libre.

Un submarino alemán hundió un carguero italiano (Mirella) en el mar del Norte. La Luftwaffe hundió un carguero noruego (Vestfoss).

Sumner Welles se entrevistó en Berlín con Joachim von Ribbentrop, que no dejó de hablar durante dos horas seguidas. Welles concluyó que era estúpido y de ideas fijas. El 2 de marzo Welles se entrevistó con el propio Hitler, al que vio tranquilo y con buena salud. Sus ojos parecían cansados, pero lúcidos.

Un carguero británico (Domala) fue bombardeado por la Luftwaffe cerca de la isla de Wight, lo que costó la vida a 108 de sus 291 tripulantes. En el mismo ataque resultaron hundidos un barco de cabotaje neerlandés (Elziena) y un pesquero danés (Vihelmine). Submarinos alemanes hundieron un carguero sueco (Lagaholm) y otro neerlandés (Rijnstroom). Por su parte, tres cruceros británicos hundieron tres cargueros alemanes (Heidelberg, Troja y Wolfsburg), dos en el Caribe y el tercero cerca de Islandia.

Ese día se estrenó La cámara oculta de Elmer, un cortometraje de Looney Tunes en el que apareció por primera vez Elmer Gruñón, que era una versión rediseñada de un antiguo personaje conocido hasta entonces como Elmer Cabeza de Huevo. 

El 3 de marzo Welles se entrevistó con Hermann Göring, que expuso la tesis de que Gran Bretaña y Francia querían acabar con Alemania y habían provocado la guerra con tal fin, por lo que Alemania no tenía más opción que defenderse (era lo que Hitler había ordenado decir a todos los que se entrevistaran con Welles). El estadounidense lo encontró tan frío y grosero como los demás nazis, pero al menos vio en él cierta capacidad de análisis de las relaciones internacionales.

Un crucero británico hundió un barco de pasajeros alemán (Arucas) cerca de Islandia.

El 4 de marzo Kurt Gödel llegó al puerto de San Francisco tras un largo viaje desde Austria, pues su pánico a cruzar un Atlántico infestado de submarinos alemanes lo había llevado a atravesar la Unión Soviética, desde la que pasó a Japón y luego a los Estados Unidos por el Pacífico. Desde allí cruzó los Estados Unidos en tren hasta llegar a Nueva Jersey, donde aceptó una plaza en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton. Allí se hizo amigo de Einstein. No tardó en retomar sus investigaciones, y ese mismo año publicó una demostración de que el axioma de elección (en el que Zermelo se había basado para demostrar su principio de buena ordenación) y la hipótesis del continuo de Cantor eran consistentes con los demás axiomas de la matemática, es decir, que no era posible demostrar que fueran falsos. Otro recién llegado a Princeton desde Austria (aunque por un camino más directo) fue el físico Wolfgang Pauli.

Un submarino alemán hundió dos cargueros británicos (Pacific Reliance y Thurston).

El 5 de marzo el Ejército Rojo había superado en casi 15 km la línea Mannerheim y entraban en los suburbios de Viipuri. Al mismo tiempo establecía una cabeza de puente en la parte occidental del golfo de Viipuri. Los finlandeses pidieron un armisticio, pero los soviéticos lo rechazaron.

Un submarino alemán hundió un carguero neerlandés (Gutto) en el mar del Norte.

El 6 de marzo el IRA hizo estallar dos bombas en Londres.

Un crucero británico hundió un carguero alemán (Uruguay) cerca de Islandia.

El 7 de marzo llegó a Moscú la delegación finlandesa que iniciamente se había reunido con los soviéticos en Estocolmo.

Sumner Welles se entrevistó en París con el presidente Lebrun. Lo encontró afable, pero lamentó que se pasara buena parte de la entrevista contándole detalles irrelevantes sobre su vida. Después se entrevistó con el primer ministro Daladier, que insistió en que cualquier acuerdo de paz con Alemania requeriría como mínimo el restablecimiento de la independencia de Polonia y Chequia.

Un submarino alemán hundió un carguero neerlandés (Vecht) en el mar del Norte. La Luftwaffe hundió un pesquero belga.

Ese día murió el presidente dominicano Jacinto Peynado. Fue sucedido por el vicepresidente Manuel de Jesús Troncoso de la Concha, que siguió siendo interpretando el papel de títere de Trujillo.

Albert Einstein adoptó la nacionalidad estadounidense. Ese día escribió una segunda carta al presidente Roosevelt para alertarle nuevamente de que las investigaciones en física nuclear apuntaban cada vez más directamente a la posibilidad de fabricar armas de un poder destructivo desconocido hasta entonces. Por esas fechas dos científicos alemanes exiliados en Gran Bretaña, Otto Frisch y Rudolf Peierls, presentaron al gobierno británico un memorándum en el que explicaban con detalles técnicos cómo podría producirse una bomba nuclear:

El informe detallado adjunto trata sobre la posibilidad de construir una superbomba que utiliza la energía almacenada en los núcleos atómicos como fuente de energía. La energía liberada en la explosión de tal superbomba es equivalente a la producida por la explosión de unas mil toneladas de dinamita. Esta energía es liberada en un pequeño volumen, en la que, por un instante, produce una temperatura comparable a la del interior del Sol. El estallido destruiría la vida en una extensa área cuya extensión es difícil de estimar, pero que probablemente cubriría el centro de una gran ciudad. Además, parte de la energía liberada por la bomba produciría sustancias radiactivas, que emitirían radiaciones muy potentes y peligrosas. Los efectos de esas radiaciones son mayores justo tras la explosión, pero decaen sólo de forma gradual, de modo que incluso las personas que entren en el área afectada incluso días después de la explosión morirán también. Parte de esta radiactividad será transportada por el viento y extenderá la contaminación. Esto puede matar personas a varias millas de distancia en la dirección del viento.

El 9 de marzo un submarino alemán hundió tres cargueros británicos (Abbotsford, Akeld y Borthwick) y otros hundieron un pesquero irlandés y un carguero griego (P. Margaronis).

El 10 de marzo Joachim von Ribbentrop llegó a Roma para entrevistarse con Benito Mussolini. Ambos concertaron una próxima entrevista de Mussolini con Hitler para tratar sobre la posible entrada de Italia en la guerra.

Sumner Welles se entrevistó en Londres con el Secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Edward Wood, Lord Halifax.

El 11 de marzo dos barcos de guerra franceses zarparon de Toulon hacia Canadá cargados con 147 toneladas de oro pertenecientes a la reserva francesa, para mantenerlas a salvo en caso de invasión alemana.

Sumner Welles tomó el té con el rey Jorge VI de Gran Bretaña, que le expresó su esperanza de que no se emprendieran negociaciones de paz hasta que el régimen nazi no hubiera sido destruido. Después Welles se entrevistó con el primer ministro, Neville Chamberlain, que insistió también en la necesidad de que Alemania devolviera la independencia a Polonia y a Chequia.

El Papa Pío XII protestó ante Ribbentrop por el trato que estaban recibiendo los judíos en Alemania.

La aviación británica hundió un submarino alemán ante la costa alemana del mar del Norte. Fue el primer caso de un submarino hundido por un avión. Otro submarino alemán hundió un petrolero neerlandés (Eulota) cerca de la costa francesa.

El 12 de marzo se firmó el tratado de paz de Moscú entre Finlandia y la Unión Soviética. Finlandia tuvo que ceder una porción de territorio mayor que la que le reclamaba la Unión Soviética antes de la guerra: casi toda la región de Carelia, incluyendo Viipuri, los alrededores de Salla y las islas del golfo de Finlandia. Además, Finlandia debía ceder la península de Hanko a la Unión Soviética por treinta años y permitir que la URSS estableciera allí una base militar. En total, Finlandia cedía un 10% de la superficie del país. Con ello perdía sus centros industriales más importantes, así como la tercera parte de sus centrales hidroeléctricas. El tratado exigía además que Finlandia entregara todas las instalaciones y equipamento presente en los territorios cedidos, lo cual incluía 75 locomotoras, 2.000 vagones de tren, coches, camiones y barcos. La Unión Soviética no exigía que Finlandia evacuara la zona, pero ningún finlandés tenía tan poco cerebro como para querer convertirse en ciudadano soviético, así que el gobierno finlandés tuvo que hacerse cargo de la evacuación y reubicación de más de 400.000 habitantes, el 12% de la población.

La "República Democrática de Finlandia", que no había contado con ningún apoyo entre los finlandeses, se unió a la parte de Carelia que estaba ya en territorio ruso para formar la República Soviética Carelo-Finesa, integrada en la URSS.

La Suite sobre temas finlandeses de Shostakóvich se quedó sin estrenar. El compositor nunca habló sobre ella con nadie. El único testimonio al respecto es una carta que había escrito poco después de que le fuera encargada.

Sumner Welles se entrevistó con Winston Churchill. Fumaba un enorme puro, bebía un Whisky con soda —que Welles consideró que no era el primero ni el segundo del día— y estuvo dos horas hablando con una magnífica oratoria salpicada de toques de humor.

El 13 de marzo un submarino alemán se hundió al chocar contra una mina en el mar del Norte. Un crucero británico hundió un carguero alemán (La Coruña) cerca de Islandia.

El 14 de marzo se inició la evacuación de Carelia. Algunos finlandeses quemaban sus casas, para no dejárselas a los rusos.

Hermann Göring pidió a los alemanes que recolectaran objetos metálicos y los donaran al Estado como regalo para Hitler, en ocasión de su quincuagésimo primer aniversario.

Harry Lillis Crosby, conocido como Bing Crosby, llevaba una década compaginando su carrera como cantante con la de actor. Desde hacía tiempo colaboraba a menudo con Bob Hope en actuaciones en teatros y en la radio, y ahora estrenaban su primera película juntos: Camino a Singapur, coprotagonizada por Dorothy Lamour.

El 15 de marzo el rey Carlos II de Rumanía amnistió a los presos de la Guardia de Hierro a cambio de su lealtad.

Ese día Heinrich Himmler, el jefe de las SS afirmó: Todos los especialistas polacos serán explotados en nuestro complejo industrial militar. Luego todos los polacos desaparecerán de este mundo. Es imperativo que la gran nacion alemana considere la eliminación de todo el pueblo polaco como su tarea principal. Poco después, en un informe sobre la enseñanza en Polonia, diría: El único objetivo de esta escolarización es enseñarles la aritmética simple, nada más allá del número 500, escribir su propio nombre y la doctrina de que es ley divina obedecer a los alemanes. No creo que enseñarles a leer sea aconsejable.

Mickey Rooney sorprendió a la crítica con su interpretación en El joven Edison, bajo la dirección de Norman Taurog, que distaba mucho de la sobreactuación habitual en las comedias que había protagonizado hasta entonces. Ese año protagonizó junto a Judy Garland Andy Hardy tenorio, una nueva entrega de la serie de Andy Hardy, y Strike Up the Band, un musical con música de George Gershwin.

El 16 de marzo aviones alemanes atacaron a la flota británica en Scapa Flow, al norte de Escocia, y en el ataque se produjo la primera víctima civil británica.

Sumner Welles volvió a Roma, ahora para entrevistarse por la mañana con el rey Víctor Manuel III y por la tarde de nuevo con Mussolini, al que encontró mucho mejor que en su primera entrevista.

El ejército chino inició un contraataque con unos 28.000 hombres para retomar Wuyuan a los japoneses.

El 17 de marzo hubo una explosión cerca del Ayuntamiento de Paddington.

Un submarino alemán hundió un carguero danés (Argentina) cerca de la costa británica. La Luftwaffe hundió un pesquero Neerlandés.

El 18 de marzo Hitler se entrevistó con Mussolini en el Paso del Brennero, en la frontera austriaca. Mussolini aseguró a Hitler que Italia entraría en la guerra "en el momento oportuno".

Sumner Welles se entrevistó con el papa Pío XII.

Una bomba estalló en Londres, aunque no provocó heridos.

La aviación alemana hundió otro pesquero neerlandés.

Tanto Neville Chamberlain como Édouard Daladier fueron cuestionados por sus respectivos parlamentos en torno a si Gran Bretaña y Francia habían hecho todo lo posible por ayudar a Finlandia. En el caso de Daladier, el 20 de marzo cayó su gobierno y fue reemplazado por Paul Reynaud.

Un submarino alemán hundió un carguero danés (Bothal).

El 21 de marzo el gobierno francés compró los 165 litros de agua pesada disponibles en Noruega, necesarios para la investigación en energía nuclear.

Un submarino alemán hundió dos cargueros daneses (Algier y Christiansborg).

Desde finales del siglo precedente, las relaciones entre hindúes y musulmanes en la India Británica habían sido tensas. La principal asociación política hindú era el Congreso Nacional Indio, presidido por Jawaharial Nehru, y la de los musulmanes era la Liga Musulmana, presidida por Muhammad Ali Jinnah. Los británicos habían procurado armonizar los intereses de unos y otros con medidas diversas, como la elaboración de listas electorales separadas o la partición de provincias, como Bengala, en una zona de mayoría musulmana y otra de mayoría hindú. Recientemente, la Liga Musulmana había hecho un estudio de las condiciones de vida de los musulmanes en las regiones gobernadas por el Congreso Nacional Indio (7 de las 11 provincias indias)  y sus conclusiones fueron muy negativas. Por ello había empezado a cobrar fuerza una propuesta que había surgido hacía siete años: la formación de un Estado musulman independiente que comprendería las regiones nororiental y noroccidental de la India, de mayoría musulmana, acompañada de algunos ajustes en las fronteras y algunas migraciones para asegurar la homogeneidad de la población de cada Estado. El Congreso Nacional Indio llevaba ya muchos años negociando con Gran Bretaña la independencia de la India, y ahora, en una reunión en Lahore de la Liga Musulmana, el 23 de marzo se proclamó la Resolución de Lahore, en la que los musulmanes pedían a los británicos que, ese proceso de independización de la India, no se formara un Estado, sino dos, uno hindú y otro musulmán. Este proyecto de Estado musulmán tenía desde hacía años el modesto nombre de Pakistán (la tierra de los puros). Por ello la resolución no tardó en ser conocida como la Resolución de Pakistán. Los hindúes no aceptaban la idea. Nehru declaró: Todos los problemas palidecen hasta la insignificancia ante la última posición adoptada por los musulmanes en Lahore. Gandhi calificó la resolución de "desconcertante", pero admitió que los musulmanes tenían derecho a la autodeterminación.

Un submarino británico hundió un carguero alemán (Edmund Hugo Stinnes IV).

El 25 de marzo submarinos alemanes hundieron un carguero danés (Britta) y un petrolero británico (Daghestan).

El 26 de marzo otro submarino alemán hundió un carguero noruego (Cometa).

La noche del 28 de marzo la policía alemana entró en una casa en Varsovia donde se encontraba Józef Bruckner, el comandante de una organización secreta de resistencia llamada "Los lobos". Brucker y su ayudante dispararon sobre los policías y lograron escapar. Entonces los nazis arrestaron a 34 hombres que vivían en el mismo edificio (con edades comprendidas entre los 17 y los 60 años). Todos morirían en Palmiry un mes más tarde.

El 29 de marzo un mercante armado británico hundió un carguero alemán (Mimi Horn).

Wang Jingwei, el dirigente nacionalista chino que había disputado el poder a Chiang Kai-shek, aceptó una oferta de los japoneses y el 30 de marzo proclamó una nueva República de China con capital en Nankín, teóricamente con soberanía sobre todo el territorio chino, pero que en la práctica estaba limitada a las provincias de Kiangsu, Anhui y una parte de Zhejiang. En la práctica fue un Estado títere de los japoneses, al igual que el Estado de Manchuria, que fue reconocido por Wang. La policía japonesa se encargó de ejercer una fuerte censura en el territorio del nuevo Estado, así como de combatir toda oposición con toda clase de medios. Wang fue considerado en toda China como un traidor y no tuvo ninguna credibilidad en sus aspiraciones de presentar a su gobierno como el gobierno legítimo de China y a sí mismo como heredero de Sun Yat-sen.

Mientras tanto, incapaces de soportar la presión china, los japonseses se retiraban de Wuyuan. Además Chiang Kai-shek recibió ayuda británica a través de Birmania.

Francia y Gran Bretaña llevaban unos meses elaborando un plan para debilitar a la Unión Soviética, conocido como operación Pike, consistente en atacar desde Siria los pozos petrolíferos del Cáucaso, de los que la Unión Soviética obtenía el 90% de sus suministros. Los aliados calculaban que una interrupción a gran escala de dichos suministros podría colapsar la aviación soviética, así como su industria e incluso su agricultura, y a su vez debilitaría a Alemania, que dependía en gran medida de los suministros que recibía de su aliada, la Unión Soviética. Ese día se llevó a cabo una operación de espionaje aéreo. De una base aérea británica en Iraq despegó un avión preparado para tomar fotografías desde una gran altura. Estaba pintado con un camuflaje azul especialmente diseñado para pasar desapercibido. Permaneció una hora sobre territorio soviético y después regresó a su base.

El poeta Miguel Hernández había sido condenado a muerte, pero la intervención de algunos amigos permitió que la pena le fuera conmutada por la de 30 años de cárcel. Por esa época había en España unos 250.000 presos, de los cuales sólo 103.000 lo estaban por sentencia judicial. El resto estaba a la espera de juicio.

El 31 de marzo el primer ministro iraquí Nuri al-Said (probritánico) fue reemplazado por el proalemán Rashid Ali al-Gaylani.

El 1 de abril 48 bombarderos británicos y 89 franceses se concentraron en Iraq y Siria para llevar a cabo la operación Pike. El plan era bombardear en primer lugar Grozny, donde el factor sorpresa sería más importante, y en segundo lugar Baku y Batum, que eran mucho más accesibles al estar a orillas del mar. Para los pozos petrolíferos se usarían bombas incendiarias, mientras que los tanques de almacenamiento serían destruidos con explosivos convencionales. La campaña duraría tres meses.

Como respuesta al asesinato de dos soldados alemanes en Varsovia, unos 100 prisioneros fueron ejecutados en el bosque de Palmiry.

Francisco Franco firmó un decreto que establecía la construcción en las afueras de Madrid de El valle de los caídos, un complejo monumental destinado a honrar la memoria de "los caídos en la gloriosa cruzada" que fue el alzamiento contra la república española. En la construcción trabajaron numerosos presos, que —además de un salario— obtenían cinco días de reducción de condena por cada día trabajado. El gobierno de Franco usó esta fórmula para aliviar el grave problema que suponía tener las cárceles abarrotadas de presos políticos. Las condiciones de trabajo eran duras, pero muchos presos las consideraron preferibles a permanecer en las cárceles (la participación era voluntaria). Existen muchas controversias sobre el número de presos que participaron en las obras, y sobre sus condiciones laborales, mortalidad, etc. No fue el único proyecto de obras públicas en el que se usaron presos, y parece que las condiciones laborales en El valle de los caídos fueron mejores que en otros lugares, dado el interés que tenía el gobierno en usarlo con fines propagandísticos.

El presidente filipino, Manuel L. Quezón, autorizó la publicación de una gramática y un diccionario de tagalo, la lengua original de las islas, a la vez que se decretaba la obligatoriedad de la enseñanza del idioma a partir del curso académico siguiente. En otro orden de cosas, el gobierno filipino estaba llevando a cabo una reforma agraria que no contentó a nadie. Miles de terratenientes habían sido expulsados de sus tierras y esto había provocado un grave conflicto rural.

El 2 de abril un submarino alemán hundió un carguero finlandés en el mar del Norte.

Guerrilleros chinos tomaron Wuyuan, que ya había sido abandonada por los japoneses. La operación terminó el 3 de abril con la recuperación de Xishanzui por la caballería china.

En Francia, 44 diputados comunistas fueron condenados por traición a penas de entre 2 y 5 años de cárcel.

Gan Bretaña estaba a punto de poner en práctica la operación Wilfred, por la que minarían aguas noruegas para impedir el paso de barcos alemanes que burlaban el bloqueo naval. Por su parte, los alemanes iniciaron las maniobras preliminares de la operación Weserübung (Ejercicio en el Wesser) para invadir Dinamarca y Noruega. El conocimiento que cada parte tenía de los planes enemigos era parcial. Ese día la inteligencia británica recibió información de una actividad inusual en varios puertos alemanes, por lo que los británicos enviaron a la zona 16 submarinos como preliminares de sus propios planes de invasión de Noruega para no dejarla en manos de los nazis. Además tres cruceros empezaron a embarcar tropas para ser enviadas a Noruega en caso de necesidad.

La aviación alemana hundió dos pesqueros británicos.

Hacía un mes que Stalin había autorizado una operación para exterminar a unos 25.700 polacos acusados de "nacionalistas y contrarrevolucionarios" y que estaban retenidos en campos de concentración de Ucrania y Bielorrusia. El principal punto de ejecución fue el bosque de Katyn, donde el 4 de abril llegaron 390 prisioneros. Los verdugos se quejaron de que no daban abasto a matar tanta gente en un mismo día, así que en los días siguientes las remesas de prisioneros no superaron las 250 personas. Todos eran asesinados con armas y munición alemanas, con la idea de culpar a los alemanes en caso de necesidad, en un futuro. El 5 de abril los cuarteles de la NKVD en Járkov se convirtieron en otro centro de ejecución habitual.

Ese día una gran flota británica zarpó rumbo a las costas noruegas, en parte para desplegar dos campos de minas, en parte como prevención en caso de un ataque alemán.

Por otro lado, siguiendo con los preparativos de la operación Pike, un avión de reconocimiento británico salió de Iraq y sobrevoló Turquía hasta llegar a Batumi, en Georgia, para fotografiar las instalaciones soviéticas, pero esta vez el avión fue detectado y tuvo que enfrentarse al fuego antiaéreo, así como a la persecución por parte de un avión soviético. No obstante, pudo escapar con éxito y ahora los aliados tenían toda la información que necesitaban para emprender un ataque preciso.

El 6 de abril zarpó el grueso de la flota alemana destinada contra Noruega.

Un submarino alemán hundió un carguero noruego (Navarra) cerca de las costas británicas.

El 7 de abril hubo una tormenta de nieve en el norte que favoreció que el avance alemán pasara inadvertido. Pese a ello, la RAF detectó la presencia de barcos enemigos y envió un escuadrón contra ellos, que no logró causar ningún daño relevante, pero los aviones volvieron para informar de que las fuerzas alemanas eran mayores de lo previsto. Los británicos pensaron que Alemania estaba tratando de romper el bloqueo.

El 8 de abril los británicos informaron a Noruega de que se disponían a desplegar minas en sus aguas territoriales, a la vez que transmitieron por radio a todo el mundo las razones por las que tomaban dicha medida, juntamente con la ubicación de los campos, para evitar accidentes. El gobierno noruego protestó enérgicamente, pero para entonces la flota alemana ya estaba llegando a las costas noruegas y las minas carecían de importancia. Ese mismo día un submarino polaco hundió un carguero alemán que transportaba tropas, caballos y tanques hacia Noruega. Los pocos supervivientes dijeron a los pescadores noruegos que los rescataron que se dirigían a la ciudad noruega de Bergen para protegerla de los británicos. Unas horas más tarde, otros dos barcos alemanes fueron hundidos en la misma zona. Para entonces los británicos ya empezaban a sospechar que los alemanes no se proponían meramente romper el bloqueo británico. Esa noche el Parlamento noruego celebró una sesión extraordinaria y ordenó una movilización parcial del ejército.

Mientras tanto barcos alemanes fueron detectados en el fiordo de Oslo. Un submarino polaco hundió un barco alemán de transporte de tropas (Rio de Janeiro). Un guardacoestas noruego (Pol III) trató de interceptar la flota invasora, pero resultó hundido por las baterías alemanas. Catorce marineros noruegos fueron capturados y otro —que ya estaba herido— murió ahogado, convirtiéndose así en la primera víctima noruega de la guerra. La flota alemana continuó su camino hacia Oslo. Un destructor británico (HMS Glowworm) resultó hundido mientras trataba de embestir a un crucero alemán. Murieron 115 de sus 149 tripulantes. Un petrolero alemán (Posidonia) fue hundido por un submarino británico.

En las primeras horas del 9 de abril otra flota alemana llegaba al fiordo de Narvik, donde capturó tres patrulleras noruegas. Una de ellas logró transmitir un mensaje de alerta antes de ser capturada. Un contingente alemán desembarcó y capturó una base de suministros en Elvegårdsmoen. A las 4:15 la flota alemana se encontró con el Eidsvold, uno de los dos barcos de guerra que protegían la costa de Narvik. Tras recibir un disparo de advertencia, los alemanes enviaron un oficial a negociar. Al mismo tiempo otro basco alemán atracó en el puerto de Egersund, donde estaba el buque de guerra Skarv. El oficial de guardia creyó que el barco que había llegado era otro destructor noruego, así que los alemanes abordaron el buque por sorpresa y arrestaron a su tripulación. Luego se hicieron con el control del puerto y así el resto de la flota pudo entrar sin problemas.

Mientras tanto la infantería alemana cruzaba la frontera danesa por Sæd, Rens, Padborg y Krusaa, mientras la marina desembarcaba tropas en Lillebælt. A las 4:20 un minador alemán escoltado por un rompehielos y dos barcos patrulla entró en el puerto de Copenhague. El embajador alemán se reunió con el ministro de asuntos exteriores danés y le informó de que el ejército alemán estaba ocupando Dinamarca para protegerla de un ataque aliado. Exigió que cesara toda resistencia y que, en caso contrario, Copenhague sería bombardeada.

La fortaleza de Oscarsborg formaba parte de las defensas de Oslo. Al mando estaba el coronel Birger Eriksen, que vio cómo se acercaba una flota desconocida y, sin tener una idea clara de lo que estaba sucediendo, a las 4:21 ordenó abrir fuego contra ella. Cuando un suboficial cuestionó su decisión respondió con una frase que se hizo célebre: O me condecorarán o me formarán un consejo de guerra. ¡Fuego! Con ello estaba violando las ordenanzas que prescribían unos disparos de advertencia, pero Eriksen arguiría más adelante, que la flota ya habría recibido tal advertencia en la fortaleza que había rebasado a la entrada del fiordo de Oslo. La artillería noruega provocó un grave incendio en el Blücher, el primer barco de la flota enemiga. Pese a ello, éste pudo destruir una batería costera cuando pasó frente a ella. Los noruegos oyeron a la tripulación del barco cantar Deutschland, Deutschland über alles, y sólo entonces supieron la identidad de los atacantes. A las 4:35 Eriksen fue informado de que se enfrentaba a la marina alemana.

El enviado alemán explicó al capitán del Eidsvold, Odd Isaachsen Willoch, que los alemanes habían acudido como amigos, pero que los noruegos tenían que entregar sus buques de guerra a los alemanes. El capitán Willoch pidió permiso para consultar a su superior, el capitán Per Askim, que estaba al frente del Norge. El enviado alemán se negó, pero otro oficial del Eidsvold ya había informado a Askim de lo que sucedía y éste había dado la orden de ataque. El Eidsvold se había vuelto hacia el buque alemán más cercano y se dirigía hacia él a toda máquina, pero los alemanes lanzaron dos torpedos que partieron el barco en dos. A las 4:37 se había hundido con casi toda su tripulación. Murieron 175 marineros y sólo hubo ocho supervivientes.

A las 4:40, la flota que seguía al Blücher recibió órdenes de dar media vuelta y volver a la entrada del fiordo de Oslo. Los alemanes creían que el Blücher había chocado con una mina y que el avance no era seguro.

Las explosiones que habían hunido el Eidsvold se habían oído desde el Norge, pero nadie sabía lo que había sucedido hasta que el capitán Askim se encontró de frente con la flota alemana. A las 4:45 ordenó abrir fuego.

El primer enfrentamiento de la Wehrmacht con las fuerzas danesas se produjo a las 4:50 en Lundtoftbjerg, donde los alemanes forzaron a retroceder a un pelotón antitanque y luego a un temible pelotón de cliclistas.

Tras intercambiar varias andanadas, el Norge fue alcanzado por una salva de torpedos y se hundió en apenas un minuto. Murieron 101 marineros, y otros 90 sobrevivieron al naufragio. Destruidos los dos buques de guerra, los alemanes pudieron entrar en el puerto de Narvik sin oposición.

A las 5:00 paracaidistas alemanes tomaron el puente de Storstrøm, que conecta las islas danesas de Falster y Masnedø. Los alemanes esperaban una fuerte resistencia en una fortaleza situada en ésta, pero para su sorpresa se encontraron con que en ella sólo había un oficial y dos ayudantes.

La flota británica enviada a Noruega había encontrado a dos buques de guerra alemanes hacía horas ante las costas de las islas Lofoten, pero el mal tiempo había impedido un enfrentamiento hasta que a las 5:05 los británicos abrieron fuego.

A las 5:18 los alemanes desembarcaron en Copenhague y capturaron su ciudadela sin disparar un solo tiro. Desde allí se dirigieron al palacio real. Mientras tanto, aviones alemanes lanzaban sobre la ciudad panfletos con el título OPROP! (que pretendía ser Opraab!, manifiesto en danés). En ellos se explicaba entre faltas de ortografía y palabras en noruego que la invasión alemana era una protección de la neutralidad de Dinamarca y Noruega contra la agresión británica, y exhortaba a la población a no ofrecer resistencia mientras se negociaba con las autoridades.

A las 5:25 la aviación alemana llegó a Værløse, donde estaban los cuatro escuadrones de que disponía el ejército danés. Habían recibido órdenes de repartirse por el país, pero todavía no habían sido ejecutadas. La Luftwaffe destruyó 11 aviones y dañó otros 14 mientras trataban de despegar.

A las 5:30 una unidad danesa detuvo el avance de una columna alemana en Hokkeruppero finalmente los alemanes, con apoyo aéreo, lograron rodear y capturar a los daneses.

A las 5:35 un destacamento de la flota alemana que se dirigía hacia Oslo se presentó ante el puerto de Horten e inició un desembarco, pero pronto fue atacado por buques noruegos y finalmente tuvo que retirarse.

El Blücher fue torpedeado desde otra fortaleza noruega y a las 5:50 el incendio que seguía activo en el barco alcanzó un depósito de munición y provocó una gran explosión que terminó por hundirlo.

A las 6:00 capitulaba el gobierno danés, ante la amenaza de que los aviones alemanes dejaran de lanzar papeles para lanzar bombas sobre Copenhague.

A las 6:15 cientos de paracaidistas alemanes aterrizaron en Aalborg, la principal ciudad danesa al norte de Jutlandia. Allí se hicieron con el control de su aeropuerto, en el que ese mismo día se produjeron más de 200 aterrizajes y despegues, principalmente como apoyo a la invasión de Noruega. Mientras tanto la marina alemana desembarcaba tropas en distintos puntos de la costa danesa.

El combate en Lofoten se había interrumpido durante 20 minutos por el mal tiempo, pero a las 6:20 se reanudó, con un intercambio de disparos que no produjo daño a ninguno de los dos bandos.

A las 6:30 tanques alemanes rechazaron a tres pelotones daneses que les bloqueaban el paso en Bjergskov. Al mismo tiempo otro grupo de soldados daneses puso en aprietos a los alemanes en Bredevad, pero finalmente tuvieron que rendirse.

A las 7:17 la flota alemana huyó de la británica en las islas Lofoten. Aunque había sido derrotada, los alemanes consideraron el encuentro como una victoria estratégica, pues habían mantenido a la flota británica alejada de Narvik.

A las 7:30 otro barco alemán trató de entrar en el puerto de Horten, pero de nuevo se vio obligado a retirarse.

A las 7:50 los alemanes llegaban a la ciudad de Haderslev, donde los daneses ofrecieron resistencia hasta que recibieron órdenes de rendirse desde Copenhaghe.

A las 8:30, con varias horas de retraso según el plan previsto, un buque alemán llegó al puerto de Arendal, al sur de Noruega, pero pudo ocuparlo sin apenas resistencia.

A las 8:35 finalmente los alemanes lograron rendir el puerto de Horten, que fue ocupado por unos 50 soldados.

Unos 2.000 soldados alemanes ocuparon la ciudad de Bergen y capturaron importantes arsenales. Las tropas noruegas tuvieron que retirarse hacia el este, tras volar dos puentes ferroviarios. Las fortificaciones noruegas de Kristiansand ofrecieron más resistencia a la invasión, pero a las 11:00 los alemanes habían capturado la ciudad.

Dado que los alemanes podían llegar en cualquier momento hasta Oslo, la familia real y el gobierno se retiraron a la ciudad cercana de Elverum. Allí el parlamento dio plenos poderes al gobierno hasta que pudiera volver a reunirse. Un agente alemán se puso en contacto con Vidkun Quisling, el líder de un partido fascista noruego, y le aseguró que Hitler lo respaldaría si organizaba un gobierno alternativo. Quisling reaccionó inmediatamente acusando al gobierno de haber huido (aunque estaba ejerciendo sus funciones apenas a 50 km).

La aviación alemana había iniciado un ataque sobre la fortaleza de Oscarsborg, hasta inutilizar poco a poco su artillería.

El rey Cristian X de Dinamarca era también rey de Islandia, aunque la isla tenía su propio gobierno independiente, salvo en lo tocante a la política exterior. El gobierno británico envió un mensaje al gobierno islandés en el que Gran Bretaña ofrecía su ayuda para que Islandia pudiera conservar su independencia e invitaba a Islandia a unirse a Gran Bretaña en la guerra "como beligerante y aliado". Islandia, que no tenía ejército, rechazó la oferta.

Mientras tanto fuerzas alemanas entraron en Oslo a través de su aeropuerto. A las 17:30 la radio pública dejó de emitir. A las 19:30 Quisling se presentó en los estudios de la radio noruega para anunciar la formación de un nuevo gobierno con él como primer ministro. Sin embargo, la policía local se negó a acatar sus órdenes. A las 22:00 Quisling emitió un comunicado de radio similar, pero no consiguió que los ciudadanos de Oslo se lo tomaran en serio.

Por su parte, Hitler proclamaba ese día lo que llamó el Gran Imperio Alemán.

Un barco noruego hundió un petrolero alemán que llevaba combustible a la flota. Esa noche un submarino británico hundió un crucero alemán que salía de Kristiansand.

A la 1:30 del 10 de abril unos 100 soldados alemanes marchaban por la carretera que llevaba de Oslo a Elverum con la intención de capturar al rey Haakon VII y a su gobierno, pero al pasar junto a la granja de Midtskogen se encontraron el paso bloqueado. Allí fueron atacados por un grupo de soldados y milicianos noruegos y, tras varias horas de combate, tuvieron que retirarse y regresar a Oslo.

A las 4:30 la flota británica entró por sorpresa en el puerto de Narvik, donde hundió dos destructores alemanes, dañó gravemente a otro y provocó daños menores en otros dos. Además torpedeó los barcos mercantes que había en el puerto y hundió 11 de ellos. Al abandonar el puerto, la flota británica se encontró con tres destructores alemanes que salían de un fiordo cercano. Se entabló un combate en el que dos destructores británicos fueron hundidos y un tercero sufrió daños graves. Los barcos británicos huyeron sin que los alemanes los persiguieran por falta de combustible.

Tras haber pactado un alto el fuego unas horas antes, el coronel Eriksen rindió la fortaleza de Oscarsborg.

En la ciudad de Egersund cundió el rumor de que iba a ser bombardeada por los británicos y, a pesar de los intentos de los alemanes de restablecer el orden, prácticamente todos los noruegos huyeron al campo, de modo que, por unos días, en la ciudad se quedaron los alemanes y algunos trabajadores municipales. Episodios similares se dieron en otras ciudades ese mismo día, como en Arendal y la propia Oslo. Nunca se ha sabido cuál fue el origen de esos rumores.

En realidad, la RAF bombardeó el puerto de Bergen, y logró hundir un crucero ligero. Otro bombardeo en el puerto de Trondheim no obtuvo resultados relevantes.

El parlamento islandés declaró que el rey Cristian X no estaba en condiciones de desempeñar sus deberes constitucionales y se las asignó al gobierno de Islandia, junto con todas las demás atribuciones que hasta el momento había tenido el rey de Dinamarca.

El embajador alemán en Noruega, Kurt Bräuer, solicitó una entrevista con el rey Haakon VII, y fue recibido en Elverun. Bräuer exigió al rey en nombre de Hitler que ordenada el cese de toda resistencia y que reconociera a Vidkun Quisling como primer ministro. Esto supondría legalizar la invasión alemana. Bräuer le puso como ejemplo a seguir el de su hermano, el rey Cristian X de Dinamarca, que se había rendido el primer día de la invasión y se había prestado a colaborar. Haakon VII respondió que no estaba autorizado a tomar tales decisiones sin consultar al gobierno (lo cual no era cierto).

Un poco más tarde, Haakon VII se reunión con el gobierno noruego en Nybergsund, al que transmitió el ultimátum alemán. Puso la decisión en manos del gobierno, pero dejó claro que si el gobierno decidía aceptarlo, él abdicaría para no tener que sancionar la decisión. Alentados por el monarca, sus ministros dedicieron oponerse al nombramiento de Quisling, y así se lo comunicó Haakon VII a Bräuer telefónicamente. El gobierno decidió dispersarse por razones de seguridad, y uno de sus últimos decretos fue encomendar el mando supremo del ejército al general Otto Ruge, en sustitución del general Kristian Laake, de 65 años, que había sido muy criticado por su actuación durante la invasión, y que estaba considerado como un derrotista. Le encomendaron la misión de defender el país, pero era evidente que, con los alemanes en poder de las principales ciudades, los puertos y los aeropuertos, expulsarlos sería imposible, y la única estrategia viable era ganar tiempo para que los aliados pudieran actuar (esos mismos aliados a los que Noruega no había querido ayudar unos meses atrás para defender a Finlandia).

La respuesta de Churchill al informe Frisch-Peierls fue la creación de un comité científico, conocido como comité MAUD, que ese día se reunió por primera vez. El nombre tiene una curiosa historia. No es un acrónimo, sino que tiene su origen en un telegrama que Niels Bohr había enviado a Frisch desde Dinamarca poco después de la invasión alemana. Terminaba con las extrañas palabras: Tell Cockcroft and Maud Ray Kent. Durante un tiempo, los británicos creyeron que se trataba de alguna clave secreta relacionada con la energía nuclear, aunque unos años más tarde un sorprendido Bohr aclararía que sólo pretendía que se informara del contenido del telegrama a Maud Ray y a John Cockcroft, los criados que cuidaban una casa que el físico tenía en Gran Bretaña. Ray era de Kent.

El 11 de abril la Luftwaffe bombardeó Nybergsund durante dos horas en un intento de acabar con el rey Haakon VII y su gobierno. La frontera sueca estaba a unos 25 km, pero el gobierno sueco proclamó que encarcelaría al rey si entraba en su territorio. El rey y sus ministros pudieron escapar por los bosques cubiertos de nieve y se dirigieron hacia Molde.

Un barco de guerra británico dañó un crucero alemán, dejándolo fuera de servicio durante un año. Winston Churchill pronunció un largo discurso ante el Parlamento Británico en el que justificó la Operación Wilfred, negando las pretensiones alemanas de que la invasión de Noruega había sido una reacción ante la actuación británica.

El 12 de abril se estrenó la que resultó ser la película más taquillera del año y la primera que Alfred Hitchcock dirigía en los Estados Unidos. Era Rebeca, protagonizada por Laurence Olivier y Jean Fontaine.

Dos destructores británicos llegaron al puerto de Tórshavn, en las islas Faroe, que pertenecían a Dinamarca, pero todavía no habían sido ocupadas por los alemanes. El Parlamento local se reunión y un grupo independentista trató de aprovechar la situación para declarar la independencia de las Faroe, pero su propuesta fue rechazada. También se produjo un desembarco británico en Åndalsnes, en la costa noruega. El 13 de abril llegó otro crucero británico y unos 250 marines desembarcaron. Las autoridades danesas mostraron cierta reticencia a la presencia británica, pero no mostraron oposición, y las relaciones entre británicos y daneses fueron cordiales en todo momento.

Ese día la flota británica volvió a presentarse en Narvik, donde ocho destructores alemanes estaban casi inoperantes debido a la falta de combustible y municiones. De uno de los barcos británicos despegó un avión que hundió un submarino que custodiaba el puerto. Luego se inició una batalla en la que los británicos hundieron tres destructores enemigos, mientras que los otros cinco fueron hundidos por sus propios tripulantes, para evitar que cayeran en manos británicas. En total, los alemanes perdieron un millar de hombres en la batalla.

El presidente Rooselvelt condenó la invasión de Dinamarca y Noruega, mientras que Suecia ratificó su neutralidad.

Desde primeros de febrero, la Unión Soviética había deportado a Rusia unos 220.000 polacos. Ahora se iniciaba una segunda oleada de deportaciones, que en poco más de tres días fueron deportados otros 300.000, que fueron enviados principalmente a Kazajistán. La Polonia soviética, repartida ahora entre Ucrania y Bielorrusia, estaba sometida a una brutal asimilación: además de las deportaciones y arrestos injustificados de cualquiera que pudiera considerarse contrario al comunismo, se impuso el ucraniano y el bielorruso como las únicas lenguas oficiales, se cambió el nombre de las calles, se destruyó todo monumento que recordara la historia de Polonia, se quemaron las librerías, se clausuraron las editoriales, la escuela se empleó para el adoctrinamiento comunista, se prohibió toda forma de educación religiosa, e incluso se prohibió que las iglesias tañeran sus campanas. Al principio de la ocupación, los soviéticos habían desposeído a los grandes terratenientes, que fueron enviados a los gulags, y habían repartido las tierras entre los campesinos pobres, pero la alegría de éstos se desvaneció en cuanto vino la colectivización, por la que los campesinos eran forzados a entregar gratis al gobierno toda la cosecha, que no debía ser nunca inferior a unas cuotas prefijadas. Eso ya no gustó a nadie. Las universidades Polacas habían sido cerradas, pero ahora abrían de nuevo sus puertas, pero con profesores traídos de Ucrania para impartir cursos sobre langua y literatura rusa, y pseudociencias como el marxismo-leninismo, el materialismo dialéctico e histórico, etc. La filología polaca quedaba prohibida, naturalmente.

Algo similar sucedía en la Polonia alemana: se cerraban las iglesias católicas, los sacerdotes y otros religiosos eran arrestados y asesinados o deportados, etc. Por estas fechas terminaron las ejecuciones nazis en Wielka Piaśnica. Se calcula que hubo tres oleadas de ejecuciones. La primera afectó a unos 2.000 polacos, la segunda a más de 10.000 polacos, checos y alemanes de origen polaco. La tercera consistió en unos 1.200 enfermos mentales. Ahora los alemanes se dedicaban a plantar arbustos sobre las fosas para disimular su presencia, y durante los años siguientes prohibieron el acceso a la zona.

El 14 de abril unos 3.000 soldados noruegos desertaron cruzando la frontera sueca y fueron internados en campos de concentración. Poco después, dos batallones se rendían a los alemanes en Kongsberg. Por otro lado, ese día se constituyó el Grupo de Arendal, la primera organización clandestina de resistencia noruega a la ocupación alemana.

El ejército alemán se marcó como prioridad unir sus fuerzas en Oslo con las que tenía en Trondheim. Y para ello inició un avance hacia el sur desde Oslo. La primera ciudad noruega que cayó en poder alemán durante este avance fue Hønefoss. Por otra parte, para contrarrestar el desembarco británico en Åndalsnes, una compañía de paracaidistas fue lanzada cerca de Dombås, con la misión de hacerse con el control de la línea ferroviaria y la carretera que unían Oslo con Trondheim. Era un día nuboso y la operación se llevó a cabo con escasa visibilidad. Así, los alemanes no se percataron a tiempo de que en la zona había un campamento temporal de un regimiento de infantería noruego que disparó sobre los aviones alemanes, que derribaron ocho de un total de 15. De un total de 185 paracaidistas, sólo 63 pudieron reagruparse tras tomar tierra. Los demás habían muerto o el viento los había dispersado. El oficial al mando, Herbert Schmidt, tuvo que apoderarse de un taxi y meter en él tantos hombres como cupieron para llegar cuanto antes a su objetivo. Por el camino se encontraron con dos camiones que transportaban soldados noruegos, y se produjo un tiroteo en el que Schmidt resultó herido.

Cuando las autoridades noruegas tuvieron noticia de la presencia alemana en Dombås, se dio orden de evacuar la reserva nacional de oro que había sido trasladada de Oslo a Lillehammer, de modo que se cargó en un tren con destino a Åndalsnes, donde los británicos podrían sacarla del país. El rey Haakon VII y su heredero, el príncipe Olav, se encontraban entonces en Dovre, a unos 30 minutos del grupo de paracaidistas más cercano, así que tuvieron que ser escoltados lejos de la zona.

Una pequeña partida de marines británicos desembarcó cerca de Namsos, que se apresuró a tomar posiciones preparando el terreno para más desembarcos. En el norte, marines británicos desembarcaban en Harstad, cerca de Narvik, donde organizaron un cuartel general. Desde allí deplegaron tres batallones entre Sjøvegan, Skånland y Bogen.

Los británicos también interceptaron otro petrolero que llevaba combustible la la flota alemana en Noruega. Era el segundo petrolero que no llegaba a su destino, lo que complicaba gravemente la logística de los nazis.

A las 5:30 del 15 de abril, los alemanes atacaron posiciones noruegas que defendían la estación de ferrocarriles de Hegra y varios puentes. Pillados por sorpresa, los noruegos tuvieron que retirarse a la fortaleza de Hegra, desde la que la artillería cubrió la retirada. Cinco noruegos  resultaron muertos y otros ocho cayeron prisioneros. En total unos 250 voluntarios quedaron rodeados por los alemanes en Hegra, que sufrió varios bombardeos ese mismo día. Uno de los aviones fue derribado.

En su avance desde Oslo, los alemanes ocuparon Haugsbygd. Los paracaidistas lanzados sobre Dombås cumplieron parte de su misión cuando volaron la línea ferroviaria entre Oslo y Trondheim en tres puntos. Sin embargo, los noruegos repararon los daños rápidamente, y al día siguiente ya circulaban los trenes de nuevo. Los noruegos lanzaron un ataque con el objeto de asegurar una vía de escape para el rey Haakon VII y sus ministros, pero los alemanes les tendieron una emboscada y capturaron a 28 noruegos.

Una división noruega de unos 2.000 hombres se rindió a los alemanes en Setesdal.

Hitler escribió una carta a Vidkun Quisling agradeciéndole sus servicios, pero comunicándole que ya no lo reconocía como primer ministro noruego. Un primer ministro títere sólo tiene algún valor cuando tiene un cierto número de partidarios en su país, pero Quisling sólo se había ganado la fama de traidor incompetente, y eso no ayudaba en nada a los intereses alemanes. Para entonces, el tribunal supremo noruego había organizado en Oslo un Consejo de Administración que hiciera las veces de gobierno en los territorios ocupados, y Hitler aspiraba a llegar a un acuerdo con él. Ese día, The Times publicó un editorial titulado "Quislings por todas partes", a raíz del cual el apellido Quisling pasó a emplearse en Gran Bretaña como sinónimo de traidor.

En Bolivia se celebraron elecciones presidenciales en las que se había decidido que fuera ganador el general Enrique Peñaranda.

Barcos británicos hundieron un submarino alemán y entre sus restos se recuperaron documentos con códigos y disposiciones que fueron de gran utilidad. El 16 de abril la aviación alemana empezó a bombardear las posiciones británicas en Harstad, pero las defensas antiaéreas desempeñaron bien su papel.

Los alemanes tenían ya rodeada la fortaleza de Hegra y la bombardeaban desde tierra y desde el aire. Para seguir avanzando desde Haugsbygd, emplearon tanques por primera vez en Noruega. Sus oponentes no tenían armas anti-tanque, así que no pudieron impedirles el paso. En Dombås los noruegos recibieron refuerzos. En un momento dado en las posiciones alemanas se vio una bandera blanca, y Schmidt envió a uno de los prisioneros del día anterior para pedir la rendición de los noruegos. El prisionero afirmó que Schmidt le había dicho que, si no se aceptaba su propuesta, mataría a los demás prisioneros, aunque es probable que esto fuera un error de traducción, y que lo que Schmidt dijo o quiso decir era que no estaba en condiciones de protegerlos de la artillería noruega. Los noruegos enviaron a un prisionero alemán con una respuesta negativa y proponiendo a su vez la rendición de los alemanes. Schmidt prolongó las negociaciones para ganar tiempo para que llegaran refuerzos. Cuando fracasaron las negociaciones, una tormenta de nieve permitió a los alemanes contraatacar y romper su encierro. Se dirigieron entonces hacia Dovre.

Ese día varias unidades noruegas lograron capturar 45 soldados alemanes en varios lugares.

Esa noche más de 1.200 soldados británicos desembarcaron en Namsos bajo el mando del lugarteniente Sir Adrian Carton De Wiart, que logró que sus movimientos pasaran inadvertidos a los alemanes. Su objetivo último era expulsar a los alemanes de Trondheim.

Mussolini recibió un mensaje de Winston Churchil en el que le pedía que permaneciera neutral en la guerra.

En su camino hacia Dovre, los hombres de Herbert Schmidt se encontraron un puente bloqueado por 25 noruegos, pero, ya el 17 de abril, pudieron abrirse paso en un ataque nocturno con granadas de mano. Al amanecer encontraron una granja en la que atrincherarse. Desde allí resistieron algunos ataques de los noruegos, aunque éstos perdieron bastante tiempo bombardeando posiciones vacías, pues no sabían que todos los paracaidistas se habían concentrado en la granja.

Ese día se produjo un nuevo desembarco británico en Åndalsnes, favorecido por una intensa colaboración por parte de los noruegos. Los alemanes llevaron a cabo sin éxito una carga sobre la fortaleza de Hegra. Habían cortado la electricidad y el teléfono, de modo que a partir de ese momento los sitiados no disponían más que de velas y nueve lámparas de aceite como iluminación.

De Wiart recibió más refuerzos en Namsos, aunque el desembarco tuvo que hacerse precipitadamente por la llegada de aviones alemanes, así que muchos soldados se quedaron sin parte de su equipo.

Un submarino alemán hundió un carguero británico (Swainby) en el mar del Norte.

El 18 de abril los alemanes lanzaron un segundo ataque contra la fortaleza de Hegra, pero también terminó en fracaso, y varias unidades acabaron disparándose entre sí por error. Por la tarde dos médicos noruegos se presentaron ante el oficial alemán al mando y pidieron permiso para evacuar a los heridos. Uno se quedó como rehén, y al otro se le permitió llegar a la fortaleza y volvió con diez heridos, nueve noruegos y un prisionero alemán.

Un submarino británico hundió un barco alemán de transporte de tropas (Hamm) cerca de la costa danesa, mientras que otro (HMS Sterlet) fue hundido por dragaminas alemanes.

Walter Weber y Hans Joachim von Braunmühl,  dos ingenieros que trabajaban para una emisora de radio local alemana analizaron un magnetófono que, sin que se supiera por qué, realizaba grabaciones con una calidad muy superior a la usual, y descubrieron que una avería al receptor del aparato llegaba una corriente eléctrica que grababa un ultrasonido inaudible, pero que tenía el efecto observado sobre la calidad de la grabación. No tardaron en diseñar un magnetófono que incluía este efecto y que proporcionó una calidad suficiente para grabar música.

Habiendo recibido refuerzos, los alemanes lanzaron un ataque contra la granja en la que estaban atrincherados los paracaidistas de Schmidt, que estaban quedándose sin municiones. Pese a ello, por la noche Schmidt rechazó una propuesta de rendición. Los noruegos recibieron un imponente mortero británico con que dieron los buenos días a los alemanes a las 6:00 del 19 de abril. Poco después llegó un avión alemán dispuesto a arrojar suministros a Schmidt, pero se retiró cuando éste le informó por radio que se disponía a rendirse. Schmidt quiso negociar los términos de la rendición, pero los noruegos le dieron 10 minutos para rendirse incondicionalmente, cosa que hizo a los 9 minutos y medio. De la granja salieron 45 hombres, seis de ellos heridos, y fueron llevados en tren hasta Dombås.

El 19 de abril, bajo fuego enemigo, dos batallones franceses desembarcaron en Namsos. El 20 de abril la aviación alemana bombardeó la ciudad, que fue gravemente dañada. De Wiart se movió hacia el interior y se unió a una división noruega. Las reservas de oro de Noruega llegaron a Åndalsnes y los británicos accedieron a evacuarlas.

El 21 de abril De Wiart estaba cerca de Verdal, a mitad de camino entre Namsos y Trondheim. Los alemanes también estaban penetrando hacia el interior desde Trondheim y su vanguardia había llegado a Verdal. Se produjo un combate y, aunque los alemanes estaban mejor equipados, noruegos y británicos lograron rechazarlos. No obstante, se enfrentaban sólo a la vanguardia alemana. Los efectivos alemanes en la zona eran muy superiores. Mientras tanto la Luftwaffe destruía la base que los británicos habían levantado en Steinkjer, a la vez que dejaban a unos 1.800 civiles noruegos sin casa.

El 22 de abril Mussolini recibió un mensaje de Paul Reynaud en el que le pedía que permaneciera neutral en la guerra.

El 24 de abril, tropas noruegas atacaron las posiciones alemanas en Gragangen, cerca de Narvik. Los alemanes rechazaron el ataque, pero decidieron replegarse hacia Narvik. A causa del mal tiempo, los noruegos no se dieron cuenta y no ocuparon la ciudad. Por el contrario, se detuvieron en Gratangsbotn para descansar, y no tomaron las precauciones necesarias. Los alemanes aprovecharon la ocasión y contraatacaron usando a noruegos como escudos humanos. Mataron a 34 soldados, hirieron a 64 y otros 130 fueron hechos prisioneros.

Los alemanes organizaron el Reichskommissariat für die besetzten norwegischen Gebiete (Comisariado del Reich para los territorios noruegos ocupados), que se convirtió en el gobierno de facto de la parte de Noruega bajo su control. Estaba presidido por Josef Antonius Heinrich Terboven, que respondía directamente ante Hitler.

Mussolini recibió un mensaje del Papa Pío XII en el que le pedía que permaneciera neutral en la guerra.

Un crucero alemán hundió un carguero británico (Haxby) en el Caribe.

Un escuadrón de la RAF instaló una base en el lago helado Lesjaskogsvatnet, pero la aviación alemana lo aniquiló el 25 de abril. Ese día zarpó un barco de Åndalsnes con una parte de las reservas de oro noruegas. El resto no pudo ser embarcado porque se acercaba el ejército alemán y a causa de nuevos bombardeos. Por ello fue cargado en casi 30 camiones y llevado a Molde, donde se encontraba el rey Haakon VII y su gobierno.

La Luftwaffe hundió un barco hospital noruego (Brand IV), un torpedero (Trygg) y tres pesqueros armados británicos (HMS Bradman, HMT Hamond y HMT Larwood).

Einstein escribió una tercera carta a Roosevelt insistiendo en la urgencia de fomentar la investigación en física nuclear.

El 26 de abril los alemanes tomaron la ciudad de Voss, que era el centro de la resistencia noruega en el sur del país. El general William Steffens se llevó sus tropas hacia el norte.

Mussolini recibió un mensaje del presidente Roosevelt en el que le pedía que permaneciera neutral en la guerra.

El 27 de abril se reunió por segunda vez el Comité Asesor sobre el Uranio de los Estados Unidos para analizar los avances sobre la posibilidad de crear una bomba nuclear. Contó con la presencia de Enrico Fermi, Leo Szilard y Eugene Wigner, entre otros. Einstein fue invitado a asitir, pero declinó la invitación. En los meses anteriores, físicos estadounidenses habían logrado separar los distintos isótopos del Uranio, U-234, U-235 y U-238, y todo apuntaba a que el uranio 235 era el único capaz de fisionarse por un bombardeo de neutrones lentos. Lyman James Briggs, el físico al que Roosevelt había elegido como director del comité, había llegado a la conclusión de que no sería posible generar una reacción en cadena si no se partía de uranio 235 o, mejor dicho, de uranio en el que el isótopo 235 fuera predominante, cuando dicho isótopo constituye apenas el 0.7% del uranio natural. Por ello consideró fundamental desarrollar las técnicas de separación de isótopos que permitieran producir uranio enriquecido, es decir, uranio con un alto porcentaje del isótopo 235.

El 28 de abril los aliados consideraron que era imposible mantener sus posiciones en el centro y el sur de Noruega, y ordenaron retirar todas las tropas para concentrarse en el norte, en Narvik. Sir Adrian De Wiart recibió órdenes de evacuar Namsos. Por otra parte, refuerzos franceses desembarcaron cerca de Narvik. La aviación alemana bombardeó los puertos de Kristiansund y Molde. El 29 de abril se repitieron los ataques y el rey Haakon VII fue evacuado en barco hacia Tromsø en un crucero británico junto con parte de las reservas de oro que no habían podido ser embarcadas. No obstante, ante la amenaza de otro bombardeo alemán, el capitán del crucero no quiso esperar hasta que todo el oro estuviera cargado y un vapor continuó cargando cajas hasta el mismo momento en que llegaron los aviones alemanes. Las pocas cajas que quedaron se transportaron en camiones hasta Gjemnes, para cargarlas allí en el vapor, ya lejos de los alemanes. Sin embargo, el barco fue atacado varias veces por la aviación alemana, por lo que tuvo que atracar y el oro se pasó a cinco barcos pesqueros, que pudieron llegar hasta Gjemnes sin llamar la atención y fueron ellos los que recogieron las cajas que llegaron por carretera para llevarlas a Tromsø.

El 30 de abril el general Steffens recibió un mensaje del general Ruge en el que le comunicaba la retirada de los aliados. Sin posibilidades de recibir refuerzos, el 1 de mayo Steffens ordenó a sus hombres que se dispersaran. Los barcos británicos que debían evacuar Namsos fueron bombardeados mientras cruzaban el mar del Norte, y tuvieron que resguardarse en un banco de niebla. Los aliados abandonaron Åndalsnes, con lo que todo el sur de Noruega quedaba ya enteramente a expensas de los alemanes. En el centro ya sólo resistía la fortaleza de Hegra y otros 300 soldados en Vinjesvingen. El rey Haakon VII llegó a Tromsø, y allí se estableció provisionalmente la capital del país. Por la noche llegó el general Steffens.

A lo largo de los últimos dos meses, los alemanes habían ido levantando un cerco de madera y alambre de espinas alrededor de los barrios judíos de Łódź. Ahora lo cerraron prohibiendo dejando encerrados en su interior a unos 164.000 judíos. Fue el primer gueto de Polonia. Cualquier judío que fuera encontrado fuera del recinto podía ser ejecutado en el acto.

Tratando de reaccionar a los reveses que japón estaba teniendo en China últimamente, el ejército imperial inició una ofensiva a gran escala en Zaoyang. Su propósito era atacar varias fortalezas chinas para forzar a Chiang Kai-shek a presentar batalla y aniquilar así al grueso de sus fuerzas mediante un ataque en varios frentes.

Los barcos británicos en Noruega sufrían duros ataques por parte de la aviación alemana. El Arab había sufrido 31 ataques en los últimos cinco días, hasta el 2 de mayo. La flota que debía evacuar Namsos, a pesar de que navegaba peligrosamente de banco de niebla en banco de niebla, fue bombardeada aprovechando que los mástiles más altos quedaban fuera de la niebla. Cuando llegaron a Namsos la niebla se disipó y se encontraron con una ciudad en llamas. Iniciar la evacuación al descubierto era suicida, así que la flota se retiró de nuevo hacia la niebla, esperando el momento oportuno.

El 3 de mayo la guarnición de la fortaleza de Hegra empezó a destruir su artillería para preparar su rendición. Tres voluntarios suecos fueron ayudados a regresar a su país a través de los bosques. Los pesqueros que transportaban la parte del tesoro noruego que no habían podido cargar los británicos llegaron a un puerto seguro en Trøndelag. Allí el oro se trasvasó a dos pesqueros mayores.

Un carguero británico (Scientist) fue hundido en el Atlántico Sur por un crucero alemán.

A las 22:30 se inició finalmente la evacuación de los 5.500 soldados que De Wiart tenía perparados para ello, mientras la retaguardia impedía a la infantería alemana entrar en la ciudad. Ya en la madrugada del 4 de mayo el combate se interrumpió bruscamente y los últimos británicos se lanzaron a la carrera a embarcar en el último barco. En cuanto amaneció, la aviación alemana detectó los barcos y no dejó de bombardearlos hasta el mediodía. Un destructor francés (Bison) fue hundido y los barcos británicos dieron media vuelta para rescatar a los supervivientes, que estaban siendo ametrallados desde el aire. Como consecuencia, otro destructor fue hundido también. Por otra parte, un destructor polaco (Grom) fue hundido por la aviación alemana en las costas noruegas.

Un oficial de las SS llamado Rudolf Höss llegó a su nuevo destino, un campo de concentración que acababa de ser puesto en funcionamiento en el sur de Polonia, en la localidad de Auschwitz. Sus primeros internos fueron 30 delincuentes comunes que ejercerían como kapos, es decir, como funcionarios de bajo rango encargados de vigilar a los demás reclusos desde dentro a cambio de ciertos privilegios. Höss había estado destinado antes en el campo de Dachau, de donde importó, entre otras cosas, el famoso lema que figuraba a la entrada: "El trabajo os hará libres". A la sazón Dachau estaba abarrotado principalmente de prisioneros polacos. Los prisioneros estaban clasificados por sus "delitos" (ser judío, testigo de Jehovah, homosexual, idiota, extranjero, etc.) o por el organismo que los había arrestado (la Gestapo, tribunales ordinarios, la policía criminal, etc.). Las leyes raciales de Nuremberg habían sido endurecidas, de modo que no sólo era delito casarse o tener relaciones sexuales con judíos, sino también saludarlos con un beso o un abrazo. La propaganda nazi estaba teniendo éxito en Alemania y, si al principio muchos alemanes vieron como algo insólito la obsesión antisemita, ahora ya estaba asumido que no habían de relacionarse con judíos de ningún modo.

Similarmente, el proyecto gubernamental de "eutanasia" para deficientes mentales y otros seres inferiores estaba ya plenamente aceptado por la mayor parte de los médicos alemanes. Como el departamento gubernamental encargado de su organización se había instalado en la Tiergartenstraße 4 de Berlín, el proyecto se conocía ahora con el nombre de Acción T4. Las enfermeras ponían más objeciones, pero no tenían muchas posibilidades de oponerse en la práctica. Después de que a primeros de año se probara con éxito el envenenamiento con monóxido de carbono en el Centro de Eutanasia de Brandeburgo, el sistema se estaba empleando sistemáticamente en varios centros. Se calcula que la T4 acabó con unas 35.000 personas sólo ese año. La principal oposición venía de los familiares de los afectados y de algunos círculos religiosos. Los alemanes empezaron a retirar a sus parientes de asilos y hospitales, aunque fuera con un elevado sacrificio económico. Algunos médicos (no muchos) empezaron a alterar sus diagnósticos para asegurarse de que sus pacientes no cumplieran los criterios de la T4. Incluso algunos nazis escribieron cartas de protesta a la Cancillería o al Ministerio de Justicia.

La guarnición de la fortaleza de Hegra destruyó su propia artillería y demás armamento, y a las 5:25 de la mañana del 5 de mayo alzaron una bandera blanca. Unas horas más tarde los alemanes la ocupaban. Los noruegos fueron enviados a un campo de concentración donde fueron puestos a construir una carretera, pero estaban tan débiles que no llegaron a avanzar nada en su trabajo, pese a las amenazas de los nazis. A finales de mes recibieron la noticia de que Adolf Hitler en persona había ordenado su puesta en libertad como acto de reconciliación.

Tras haber resistido eficazmente un intenso ataque alemán los últimos días, la guarnición de Vinjesvingen también se rindió ese día. Mientras tanto las tropas de De Wiart llegaban a la costa británica. Aunque el rey permanecía en Noruega, ese día se instauró en Londres un gobierno noruego en el exilio.

El terrorista irlandés Seán Russell había dejado los Estados Unidos para viajar a Alemania, con el objetivo de llegar a acuerdos con los nazis para combatir a su enemigo común: Gran Bretaña.

El príncipe heredero Humberto de Italia estaba casado con María José de Bélgica, hermana del rey Leopoldo III de Bélgica, y el 6 de mayo el papa Pío XII le comunicó que agentes del Vaticano habían tenido noticias de que Hitler planeaba una inminente invasión de los Países Bajos. Ese mismo día una columna motorizada alemana fue avistada en la región belga de Ardenas, pero el ejército belga no respondió.

Winston Churchill, como primer lord del Almirantazgo, planteó al cabinete de guerra británico la necesidad de situar bases navales en Islandia para asegurar el control británico sobre el Atlántico Norte. Afirmó que si se llevaban a cabo negociaciones con el gobierno islandés, los alemanes se enterarían y actuarían primero. Por ello aconsejó presentarse por sorpresa y negociar luego. Su idea fue aprobada.

El Comité Olímpico Internacional declaró suspendidos los juegos olímpicos que debían celebrarse ese año en Tokyo.

El 7 de mayo se inició un debate en el parlamento británico sobre la guerra en Noruega, en el que Neville Chamberlain recibió graves críticas sobre su actuación. Uno de los discursos más famosos fue el de Leo Amery, (conservador, como Chamberlain), que dijo:

Voy a citar otras palabras. Lo hago con gran renuencia, porque me dirijo a viejos amigos y compañeros míos, pero son palabras que me parecen aplicables a la situación actual. Esto es lo que Cromwell dijo al Parlamento Largo cuando consideró que ya no era adecuado para dirigir los asuntos de la nación: "Habéis estado sentados demasiado tiempo aquí para lo que hayáis podido hacer de bueno. Marchaos, digo, acabemos con esto. En nombre de Dios, ¡Marchaos!

El 8 de mayo continuaba el debate en Londres, y David Lloyd George tomó la palabra a Chamberlain cuando éste habló de la necesidad de sacrificio, y afirmó que el sacrificio que más necesitaba el país en esos momentos era su renuncia al cargo de primer ministro. Una moción de censura contra Chamberlain fue rechazada por un margen no muy amplio, con un gran número de abstenciones en el propio partido conservador, por lo que la posición del primer ministro era muy débil.

Rafael Ángel Calderón Guardia fue elegido presidente de Costa Rica, con el apoyo de su antecesor, León Cortés.

Una brigada polaca desembarcó en Podhale, con la intenciín de atacar Narvik. El oro noruego fue reunido finalmente en Tromsø. Una vez dominado el sur y el centro de Noruega, los alemanes habían empezado a avanzar hacia el norte, hacia Grong. El 9 de mayo obligaron a retirarse a los defensores de Fellingfors, que se replegaron hacia Mosjøen.

Un submarino alemán hundió otro francés (Doris) en el mar del Norte. Un petrolero alemán (Corrientes) fue saboteado y hundido por buzos franceses en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria.

Gran Bretaña elevó la edad de reclutamiento hasta los 36 años. El día anterior había zarpado hacia Islandia la flota encargada de ocuparla. La operación había sido planeada de forma muy apresurada. Los mapas eran pocos y poco exactos. Alguno estaba trazado de memoria. Nadie en la expedición hablaba islandés. Muchos de los marines carecían de experiencia. Muchos se marearon y uno incluso se suicidó durante el viaje. A la 1:47 del 10 de mayo de uno de los barcos despegó un avión de reconocimiento. Tenía órdenes de no sobrevolar Reikiavik, pero por error terminó dando varias vueltas sobre la capital. Esto alertó a los islandeses, sobre todo porque no había aviones en Islandia. En especial alertó al cónsul alemán, que, después de inspeccionar la costa con unos prismáticos, comprendió lo que estaba sucediendo y se apresuró a destruir documentos y trató de hablar por teléfono con el ministro de asuntos exteriores islandés, aunque sin éxito.

Movimientos de tropas alemanas cerca de la frontera con Luxemburgo alertaron al gobierno. Luxemburgo poseía una línea defensiva conocida como la línea Schuster, que consistía principalmente en bloques de hormigón, rejas de hierro en los puentes y bloqueos de carreteras. A las 3:15 se ordenó cerrar todos los puentes y todas las carreteras que conducían a Alemania.

Sobre las 4:00 la Luftwaffe empezó a bombardear los aeropuertos belgas. Según fuentes alemanas, a lo largo del día destruyeron 30 aviones en tierra y derribaron 14 en el aire, más dos bombarderos británicos, con unas pérdidas de 10 aviones alemanes.

A las 4:35 tres divisiones panzer cruzaban la frontera de Luxemburgo sin hallar gran resistencia. Sólo se encontraron algunos puentes volados y algunas minas, pero las rejas de hierro fueron derribadas y los bloqueos de carretera fueron volados con explosivos, sin que perturbaran en nada el avance.

A las 5:00 un barco británico atracó en el puerto de Reikiavik y desembarcó a unos 400 marines, ante la curiosidad de los islandeses. El cónsul británico había sido advertido de antemano y estaba presente, al igual que un contingente de la policía islandesa, que no opuso resistencia alguna. De hecho, el cónsul dijo al jefe de la policía: "¿Le importaría hacer que la gente se retire un poco hacia atrás, para que los soldados puedan bajar del destructor?", y la respuesta fue "Por supuesto." El jefe de la policía trató de hablar con el capitán del destructor, pero su petición no fue atendida. Entonces habló con el Primer Ministro islandés, que le ordenó no interferir con las tropas británicas y evitar conflictos entre ellas y los islandeses. Algunos lugareños protestaron por la presencia británica. Un islandés le quitó el rifle a un marine, le metió un cigarrillo por el cañón y se lo devolvió. Un oficial reprendió al marine. Los británicos se apresuraron a tomar todos los medios de comunicación para evitar que las noticias de la invasión pudieran llegar a Alemania. Al mismo tiempo lograron penetrar en el consulado alemán mediante el sistema de llamar a la puerta y esperar a que el cónsul abriera. Éste recordó a los británicos de Islandia era un país neutral, y los británicos le recordaron a su vez que Dinamarca también lo había sido.

Un punto estratégico para la ocupación de Bélgica era el fuerte Eben-Emael, en la frontera entre Bélgica y los Países Bajos, al sur de Maastricht. Para asegurarse el éxito de la ocupación, los alemanes emplearon una táctica inusitada: usaron 42 planeadores sin motor, que fueron remolcados por aviones hasta unos 30 km del objetivo, y a partir de allí descendieron en absoluto silencio, cargados con 493 soldados. Sin embargo, los aviones fueron detectados después de haber soltado a los planeadores, por lo que el efecto sorpresa no fue exactamente el previsto. Los aterrizajes se produjeron a partir de las 5:15. Según lo dispuesto, algunos aterrizaron cerca de puentes y otros puntos estratégicos, y otro grupo aterrizó en el interior del perímetro del fuerte Eben-Emael. Inmediatamente colocaron explosivos para inutilizar la artillería, especialmente la que podría destruir los puentes. La guarnición belga acabó atrincherada en el fuerte sin posibilidades de actuar. De este modo, los alemanes habían abierto una brecha en las defensas belgas justo por el punto considerado más fuerte.

Aviones alemanes violaron el espacio aéreo neerlandés. Al principio parecía que simplemente atravesaban el país en dirección a Gran Bretaña, pero cuando llegaron al mar del Norte dieron media vuelta y sobre las 6:00 empezaron a bombardear los aeropuertos de Ypenburg, Ockenburg y Valkenburg, que rodean La Haya. Buena parte de los aviones neerlandeses fue destruida en tierra, y muchos de los que lograron despegar fueron derribados en combate aéreo. Luego los alemanes empezaron a lanzar paracaidistas en las cercanías de los aeropuertos. Las baterías antiaéreas neerlandesas derribaron varios de los transportes. Ocupados los aeropuertos, los alemanes trataron de atacar la Haya, pero fueron detenidos por la resistencia neerlandesa.

La gran duquesa Carlota de Luxemburgo abandonó su palacio junto con su familia y se dirigió a Redange, junto a la frontera francesa. A las 7:45 pasó a Francia.

A las 8:00 el ejército francés cruzó las fronteras de Bélgica y Luxemburgo para detener el avance alemán.

Mientras tanto doce hidroaviones alemanes amerizaban en el Nuevo Mosa (un río que se segrega del Rin y que atraviesa la ciudad de Rotterdam) y unos 80 soldados desembarcaron en ambas orillas del río para apoderarse de varios puentes protegidos apenas por unos pocos policías neerlandeses. Desde allí se dirigieron a tomar los puentes de Rotterdam. A las 9:00 entraron en combate con los neerlandeses que defendían los puentes, que se rindieron cuando se quedaron sin munición. Luego tomaron posiciones en el norte de la Noordereiland (una isla en el río). Allí ocuparon algunos edificios, expulsaron a los neerlandeses de edificios vecinos y se produjo un estancamiento. En las partes de la ciudad bajo control alemán la relación con los lugareños fue tranquila. Podía verse a soldados alemanes haciendo cola ordenadamente para comprar chocolate, y otros productos inaccesibles en Alemania, a causa del bloqueo.

Una avanzadilla alemana que se dirigía hacia Mosjøen sufrió una emboscada preparada por los británicos y perdió unos 50 hombres. No obstante, un contraataque posterior obligó a británicos y noruegos a replegarse en Mosjøen.

A las 12:00 los alemanes habían ocupado la capital luxemburguesa. El gobierno, así como los embajadores belga y francés, habían tratado de huir, pero los alemanes los habían interceptado y los habían obligado a regresar a la ciudad.

Mientras tanto los neerlandeses habían expulsado a los alemanes del aeropuerto de Ypenburg, pero se atrincheraron en los bosques cercanos. Cuando los neerlandeses dejaron de acosarlos, se dirigieron a Rotterdam. Los alemanes también habían sido desalojados del aeropuerto de Valkenburg. Sobre las 17:30 los neerlandeses habían reforzado sus posiciones y los invasores se habían tenido que retirar a la propia ciudad de Valkenburg. El intento alemán de capturar La Haya había fracasado. Además de haber perdido numerosos hombres al ser derribados los aviones que los transportaban, unos 1.600 soldados habían sido hechos prisioneros, de los cuales 1.200 fueron enviados a Gran Bretaña como prisioneros de guerra. Los supervivientes habían quedado en gran parte dispersos y estaban tratando de reagruparse.

A las 18:00 Neville Chamberlain se presentó en el palacio de Buckingham y presentó su dimisión como primer ministro británico. Él mismo sugirió al rey el nombre de su sucesor, Winston Churchill, que recibió el encargo de formar un gobierno de coalición. El día anterior, Paul Reynaud también había presentado su dimisión como Presidente del Consejo de Ministros de Francia, pero, en vista de los sucesos que estaban aconteciendo, el presidente Lebrun lo convenció de que no era el momento de dejar el cargo vacante, así que se retractó.

La reina Guillermina de los Países Bajos había salido de La Haya en un crucero británico. Su intención era dirigirse a la provincia de Zelanda, pero el capitán del barco le explicó que la zona estaba siendo bombardeada y que era imposible desembarcar allí, por lo que tuvo que ser llevada a Londres (aunque hay quien afirma que esto es una historia inventada posteriormente para maquillar la actitud de la reina, que desde el principio quiso huir a Londres lo antes posible).

Una división de paracaidistas y otra de tanques (con 343 vehículos) se encontró con una feroz resistencia en Maastricht, que tras unos sangrientos combates tuvo que rendirse a los alemanes, para los que era un objetivo vital de cara a la entrada en Francia.

En Noruega los alemanes lograron un avance espectacular mediante un desembarco en el fiordo que llevaba hasta la ciudad de Mo i Rana, que fue reforzado con hombres y suministros llevados con hidroaviones. Un pelotón de noruegos fue rápidamente rechazado.

Por la noche Alemania controlaba todo el territorio de Luxemburgo salvo la región más meridional. En Bélgica, los franceses habían logrado frenar parcialmente el avance alemán, pero no habían podido perseguirlos en su huida y era cuestión de tiempo que se reorganizaran. En los Países Bajos los neerlandeses tuvieron que abandonar su línea de defensa en Brabante Septentrional hasta el canal Zuid-Willemsvaart, que conecta las ciudades de Maastricht y 's-Hertogenbosch.

El gobierno islandés protestó ante el gobierno británico por haber violado flagrantemente su neutralidad, y señalando que esperaba una compensación por el daño sufrido. El gobierno británico respondió que Islandia sería debidamente compensada, que no interferiría en los asuntos internos islandeses y que las fuerzas británicas se retirarían en cuanto terminara la guerra. Los islandeses se resignaron y cooperaron de facto con los británicos, si bien oficialmente se siguieron declarando neutrales.

Groenlandia era una colonia danesa, pero Alemania no mostró ningún interés por ella y Gran Bretaña se limitó a destruir las bases noruegas que había en su costa, lo que provocó una protesta de los Estados Unidos. Las autoridades locales se declararon independientes y no atendieron ninguna de las instrucciones que recibían por radio del gobierno danés controlado por los nazis.

Ese día se estrenó Edison, el hombre, una biografía de Thomas Edison protagonizada por Spencer Tracy, que recibió elogios por su interpretación, pero a la vez fue muy criticada por la falta de rigor histórico.

En las primeras horas del 11 de mayo los alemanes atacaron las defensas exteriores de la ciudad neerlandesa de Rhenen, en la colina de Grebbeberg. La artillería inutilizó las líneas telefónicas. Al amanecer se inició el primer asalto.

A las 12:30 se rindió la guarnición del fuerte Eben-Emael, en Bélgica, que había sufrido 60 muertos y 40 heridos, frente a 6 muertos y 19 heridos entre las tropas alemanas. Esto permitió avanzar a los tanques alemanes, que llegaron hasta Tongeren.

Churchill ofreción asilo en Gran Bretaña al Kaiser Guillermo II, exiliado en los Países Bajos, pero éste rechazó la oferta.

Barcos británicos y franceses ocuparon las islas de Curaçao y Aruba, en las Antillas Neerlandesas. Un carguero alemán (Antilla) fue hundido para evitar su captura. Un submarino alemán hundió un carguero británico (Tringa) y otro estonio (Vilu) en el mar del Norte.

A Zelanda cinco regimientos de infantería franceses seguidos de varios barcos de guerra franceses y británicos. Éstos fueron atacados por bombarderos alemanes, y después hubo también combates aéreos. Franceses y neerlandeses fracasaron en contener el avance alemán por el oeste. En Rotterdam tampoco pudieron desalojar la cabeza de puente alemana en la orilla septentrional del Mosa. Sobre las 13:00 los alemanes cruzaban el canal Zuid-Willemsvaart.

Los alemanes controlaban ya todo el territorio de Luxemburgo y establecieron un gobierno militar, con el que colaboraron satisfactoriamente las autoridades locales.

A las 18:00 las defensas exteriores de Grebbeberg se rindieron. Los franceses se enfrentaron a los alemanes en Tilburgo, pero tuvieron que retirarse hasta Amberes, en Bélgica.

Ese día se abrió de nuevo la Exposición Universal de Nueva York. El

El 12 de mayo tuvo lugar un ataque anfibio del ejército noruego apoyado por la Legión Extranjera francesa, que desembarcó con cinco tanques ligeros. Los franceses tomaron Bjerkvik y avanzaron hacia el este y el sur, mientras los alemanes se retiraban. El plan preveía que polacos y los noruegos cortaran la retirada a los alemanes por tierra, pero la coordinación entre los oficiales al mando no fue buena del todo y eso hizo que quedara un hueco por el que pudieron escapar.

Los paracaidistas que habían sido expulsados de los aeropuertos neerlandeses de Ypenburg y Ockenburg se agruparon en Overschie, al noroeste de Rotterdam. En Zelanda la aviación alemana bombardeó repetidas veces el puerto de Vlissingen, provocando graves daños en las instalaciones y hundiendo cuatro barcos. Mientras tanto llegaban cada vez más soldados que huían del avance alemán en la región de Brabante Septentrional, al este de Zelanda. Más al norte, los alemanes se acercaban a Amsterdam. En Rhenen seguían tratando de coupar la colina de Grebbeberg. Tras un intenso bombardeo, a las 12:40 iniciaron un ataque a la fortaleza Hoornwerk, cuyos defensores tenían poca munición y terminaron rindiéndose. Esto les permitió rebasar en algunas zonas la segunda línea defensiva de la colina. A las 16:00 los alemanes se enfrentaban con los neerlandeses en la cima, pero fueron rechazados.

En Bélgica los alemanes atacaron Hannut (al este de Bruselas) con más de 600 tanques. Un ejército franco-belga se dispuso a detenerlos en lo que sería la mayor batalla de tanques librada hasta el momento. Sin embargo, este avance no era más que una maniobra de distracción para atraer los máximos efectivos aliados. El plan alemán era penetrar en Francia a través de Luxemburgo y el sur de Bélgica. Los franceses pensaban que el bosque de las Ardenas era impenetrable, y que un ejército de tanques jamás podría atravesarlo, por lo que la zona apenas estaba defendida. Sin embargo, al anochecer la varnguardia del ejército alemán surgió del bosque y ocupó la ciudad de Sedán sin oposición alguna. Detrás le seguía el grueso de un poderoso ejército de 60.000 hombres, con 771 tanques y el apoyo de casi 1.500 aviones, bajo las órdenes de Heinz Guderian. El paso siguiente para los alemanes era cruzar el Mosa (que atraviesa Sedán) y para los aliados, evitarlo.

A primeras horas del 13 de mayo una division Panzer avanzó desde Sedán hacia el sur, para atacar un paso cerca de Wadelincourt. Otra se dispuso a cruzar el Mosa por Donchery y otra por Gaulier. La Luftwaffe organizó una serie de bombardeos que se prolongó durante horas, como nunca antes se había visto. Las bombas inutiliaron una parte de la artillería francesa, desorganizaron el frente y sembraron el pánico entre los franceses.

Winston Churchill pronunció su primer discurso ante el Parlamento Británico. Con la invasión de Dinamarca y Noruega, la "guerra de broma" se había convertido ya en una broma bastante pesada, pero con la invasión de Bélgica, Luxemburdo y los Países Bajos, que claramente era una mera antesala para la invasión de Francia y —a medio o largo plazo— de Gran Bretaña, la "guerra de broma" había terminado definitivamente, y así lo enfatizó el nuevo primer ministro:

Diré a esta Cámara, tal como le dije a aquellos que se han unido a este Gobierno: No tengo nada que ofrecer, sino sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor. Tenemos ante nosotros una prueba de la naturaleza más penosa. Tenemos ante nosotros muchos, muchos largos meses de lucha y de sufrimiento. Me preguntáis: ¿cuál es vuestra política? Os lo diré: hacer la guerra por mar, tierra y aire con toda nuestra potencia y con toda la fuerza que Dios nos pueda dar; hacer la guerra contra una tiranía monstruosa, nunca superada en el oscuro y triste catálogo del crimen humano. Esa es nuestra política. Preguntaréis: ¿cuál es nuestro objetivo? Puedo responderos con una palabra: victoria, victoria a toda costa, victoria a pesar del terror, victoria por largo y duro que sea el camino, porque sin victoria no hay supervivencia. Que quede claro: no habrá supervivencia para el Imperio Británico, no habrá supervivencia para todo lo que el Imperio Británico ha defendido, no habrá supervivencia para el estímulo y el impulso de todas las generaciones, para que la humanidad avance hacia sus metas.

Ese día llegaron a Londres la reina Guillermina de los Países Bajos y su gobierno, que se convirtió en el gobierno de los Países Bajos en el exilio. La reina mantuvo una relación cada vez más tensa con el primer ministro, Dirk Jan de Geer. Éste consideraba que los aliados iban a perder la guerra y era partidario de negociar una paz por separado con los alemanes. La reina, en cambio, no quería tratos con el archienemigo de la humanidad, que así calificó a Hitler, e intrigó hasta destituir al primer ministro.

A las afueras de Rotterdam los alemanes recibieron los primeros tanques, pero habían visto actuar a los cañones antitanque neerlandeses y no se atrevían a usarlos sin que la aviación aniquilara primero la artillería enemiga. En Grebbeberg los bombardeos habían desmoralizado a los soldados neerlandeses, muchos de los cuales abandonaron sus posiciones. Un capitán que por la mañana había solicitado víveres para 600 hombres se encontró con que a las 16:00 sólo tenía 15 hombres consigo.

La aviación alemana atacó la fortaleza Kornwerderzand, que protegía el Afsluitdijk, el dique que separa las provincias de Holanda Septentrional y Frisia. Sin embargo, los neerlandeses contaban con una potente artillería antiaérea con la que consiguieron que cuatro aviones alemanes cayeran al mar. Después trataron de debilitar la fortaleza con fuego de mortero, pero los daños no fueron graves. Un intento de abortar la fortaleza avanzando en bicicletas por el estrecho dique tampoco dio resultado, pues los asaltantes no tenían cómo resguardarse de las ametralladoras de los defensores.

Todavía bajo un intenso bombardeo, los soldados alemanes empezaron a cruzar el Mosa en lanchas hinchables para asegurar cabezas de puente en la orilla occidental del Mosa.

Cuando los alemanes finalmente traspasaron las últimas defensas de Grebbeberg los oficiales neerlandeses ordenaron la retirada de seis divisiones a una nueva línea defensiva, ya que en sus posiciones actuales ya no tenían la retaguardia asegurada. La retirada se hizo rápidamente ese mismo día, hasta pasada la medianoche, pero los alemanes no se dieron cuenta hasta la mañana siguiente.

En Hannut los franceses tuvieron que retroceder hacia Bruselas y formaron una nueva línea defensiva alrededor de Geombloux, donde recibieron refuerzos. Habían inutilizado bastantes tanques de los alemanes, pero cuando éstos se apoderaron del campo de batalla pudieron recuperar y reparar muchos de ellos.

A las 19:00 cundió el pánico en el frente francés a la altura de Bulson, a causa de un falso rumor de que los tanques alemanes habían cruzado el Mosa y llegaban por la retaguardia. Los soldados huyeron y crearon un agujero en las líneas defensivas. Para entonces los alemanes estaban destruyendo los búnkers franceses cercanos al Mosa. La RAF recibió órdenes de volar los puentes que estaban construyendo los alemanes para que sus tanques pudieran cruzar el río, pero la Luftwaffe dominaba el cielo, la mayor parte de los aviones aliados fueron destruidos y no pudieron evitar que al terminar el día los alemanes tuvieran un puente bien defendido y dispuesto para el cruce de los tanques.

El 14 de mayo, en Zelanda, los franceses se retiraron de Bergen op Zoom, abandonando varos tanques y suministros, lo que a su vez forzó la retirada de varias unidades neerlandesas. Luego los franceses intentaron un contraataque en Huijbergen, pero la maniobra resultó un fracaso y los alemanes se hicieron con centenares de prisioneros, tanto franceses como neerlandeses.

En Sedán, los franceses estaban haciendo un esfuerzo enorme por reorganizarse y lanzar un contraataque, pero los tanques alemanes ya estaban cruzando el Mosa y tomaban posiciones en la orilla occidental.
Esa mañana Hitler, considerando que los Países Bajos estaban ofreciendo más resistencia de la prevista, había dado órdenes de vencerla lo antes posible, por cualquier medio. El general Rudolph Schmidt, que dirigía el ataque a Rotterdam, había planeado para ese día un ataque con tanques y lanzallamas para el que había solicitado apoyo aéreo de la Luftwaffe, de la que requería un bombardeo estratétigo de las defensas enemigas. Sin embargo, desde Berlín se cambió la petición por la de un bombardeo masivo e indiscriminado si la ciudad no se rendía inmediatamente. Al ser informado, Schmidt envió tres emisarios con un ultimátum para el comandante neerlandés de Rotterdam. Éste, tras consultar a sus superiores, respondió con objeciones formales: pedía un ultimátum debidamente firmado con el nombre y el rango del oficial que lo emitía. Schmidt ordenó un aplazamiento del bombardeo y redactó un ultimátum más formal debidamente firmado, pero mientras el oficial encargado de remitirlo estaba en camino, la aviación alemana apareció sobre Rotterdam a la hora prevista inicialmente, las 13:20.
El centro de la ciudad, un área de unos 2.6 km2, fue completamente arrasado. Murieron unas 1.000 personas y otras 85.000 quedaron sin hogar. En el resto de la ciudad se propagaron incendios que arreciaron los días siguientes, debido al viento. Las defensas neerlandesas no fueron muy afectadas, pero ni falta que hacía. A las 15:50 se rindió la ciudad. Poco después, el conmandante neerlandés en Utrecht recibía un ultimátum alemán mientra sobre la ciudad llovían octavillas en las que se avisaba de que sólo la rendición evitaría que la ciudad compartiera el destino de Varsovia. El comandante en jefe del ejército neerlandés era el general Henri Gerard Winkelman, quien concluyó que la nueva política bélica alemana era arrasar cada ciudad que no se rindiera, y los neerlandeses no tenían aviación suficiente para repeler un bombardeo masivo. Por ello a las 16:50 dio la orden a todas las unidades de destruir sus armas y rendirse a la unidad alemana más próxima. A las 19:00 Winkelman informó por radio a los neerlandeses de la capitulación, y así se enteraron también los alemanes, que hasta el momento no habían recibido notificación alguna.

En Bélgica, los últimos combates de la batalla de Hannut tuvieron lugar en Perwez, en cuyos bosques habían resistido algunas unidades francesas. Luego los alemanes se habían lanzado sobre la línea defensiva de Gembloux, pero el balance final no fue concluyente. Las divisones panzer alemanas sufrieron graves pérdidas, y las defensas franco-belgas sufrieron daños, pero resistieron la acometida. En cualquier caso, la actuación alemana sirvió para mantener fuezas francesas lejos de Sedán, donde al final del día los alemanes ya habían abierto una brecha irreparable y se habían extendido hasta ocupar una amplia zona.

La mañana del 15 de mayo Paul Reynauld telefoneó a Winston Churchill y le dijo: "Hemos sido derrotados, nos han vapuleado, hemos perdido la batalla". Churchill le recordó que, en la Primera Guerra Mundial, siempre que los alemanes rompieron los frentes aliados terminaron siendo detenidos. Churchill envió un mensaje a Roosevelt pidiendo que le alquilara durante un año unos cuarenta o cincuenta viejos destructores, así como aviones, artillería antiaérea y acero.

A las 10:15 se firmó la capitulación de los Países Bajos, que no incluía la provincia de Zelanda, donde los neerlandeses seguían combatiendo a los alemanes con el apoyo de los aliados. No obstante, la noche anterior se habían producido numerosas deserciones, que ahora iban en aumento, cuando la aviación alemana inició una oleada de bombardeos. En la isla de Tholen los neerlandeses se negaron a rendirse ante un negociador alemán, y posteriormente, la artillería puso en fuga a la infantería alemana cuando trató de invadirla. Más al sur, tras haber superado dos líneas de defensa consecutivas, el avance alemán se detuvo en el canal de Zuid-Baveland, marcado en el mapa con una línea negra.

El derrocado emperador Guillermo II envió un telegrama a Hitler en el que le decía: "Mi Führer, le felicito y espero que bajo su maravillosa dirección la monarquía alemana sea completamente restaurada". Hitler se quedó atónito al leerlo, se enfureció y exclamó: ¡Menudo idiota!

Hasta ese momento, la RAF había respetado la orden de bombardear únicamente objetivos militares e infraestructuras de valor militar (puertos, líneas ferroviarias, etc.) Sin embargo, tras el bombardeo de Rotterdam, esta orden fue revocada y esa misma noche la RAF bombardeó objetivos en el Ruhr, que incluían plantas petrolíferas e instalaciones industriales, como altos hornos, fácilmente identificables de noche, por la luz que ellos mismos emitían.

Mientras tanto los alemanes aprovecharon la brecha abierta en el frente francés el día anterior para avanzar rápidamente hacia el noroeste con la intención de llegar al canal de la Mancha y aislar una importante bolsa de fuerzas aliadas. Ese mismo día el noveno ejército francés se rindió entero cuando los alemanes lo rebasaron por el sur. Varias fortalezas francesas se rindieron también al verse atacadas por la retaguardia. Hacia el sur, el principal punto de resistencia francesa fue Stonne.

La universidad de Oxford comunicó a António de Oliveira Salazar, el primer ministro portugués, que le había sido concedido un doctorado honoris causa en derecho civil. Fue el primero de varios actos de adulación encaminados a que Portugal se mantuviera neutral en la guerra, pues estaba claro que, si entraba, sería del lado alemán.

El 16 de mayo Winston Churchill vistió París para entrevistarse personalmente con Paul Reynaud. Allí comprendió la gravedad de la situación cuando vio que el gobierno francés estaba quemando archivos y preparando la evacuación de la capital. Ambos recibieron al general Gamelin, al que Churchill preguntó: ¿dónde está la reserva estratégica?, pensando en las fuerzas que habían salvado París durante la Primera Guerra Mundial, y la respuesta de Gamelin fue: "Ya no hay reservas". Churchill recordaría más adelante ese instante como el más impactante de su vida. A continuación le preguntó que dónde y cuándo proponía contraatacar, y la respuesta de Gamelin fue: Inferioridad numérica, inferioridad de equipamiento, inferioridad de métodos. En realidad había una división armada de reserva que ese mismo día intentó un contraataque en Saint-Quentin, Aisne, pero fue aniquilada por una división Panzer. En la invasión de Francia destacó la séptima división panzer, conocida como la división fantasma, por la rapidez de sus movimientos, que hacía que incluso el alto mando alemán desconociera a veces su paradero. Estaba dirigida por el general Johannes Erwin Eugen Rommel. Ese día llegó hasta Avesnes y, contraviniendo órdenes, siguió avanzando hacia Cateau.

Roosevelt respondió a la petició de Churchill indicando que el alquiler de los destructores requeriría una autorización del Congreso, pero aceptando en general el resto de sus peticiones.

Antes del amanecer, algunas fuerzas alemanas habían logrado cruzar el canal de Zuid-Baveland, y pronto forzaron la retirada francesa a una línea posterior. Igualmente, la isla de Tholen había tenido que ser evacuada durante la noche para reforzar la isla de Schouwen-Duiveland, que al final del día fue abandonada también. En Bélgica los ailados estaban resistiendo bien la acometida alemana, pero la amenaza de que sus fuerzas acabaran siendo rodeadas por el avance alemán desde Sedán obligó a abandonar gradualmente sus posiciones. Así los belgas se quedaron solos defendiendo Amberes, y Bruselas quedó expuesta cuando los franceses se retiraron de Gembloux. El gobiero belga abandonó Bruselas para refugiarse en Ostende.

Hitler aprobó la "Operación Extraordinaria de Pacificación", cuya finalidad era erradicar la clase intelectual polaca. Durante las semanas siguientes, la policía alemana arrestó a unos 30.000 polacos en las ciudades principales del país, y fueron internados en diversas cárceles para luego ser ejecutados o enviados a campos de concentración. Por su parte, a los comunistas les inquietaba que alguien pudiera pensar que los nazis los aventajaban en salvajismo, así que, en poco más de un mes, en el bosque de Katyn habían liquidado a casi 4.500 polacos, en Mednoye fueron enterrados en fosas comunes más de 6.000 prisioneros de guerra, y en los cuarteles de la NKVD en Járkov fueron ejecutados sistemáticamente casi 4.000 más. Además, la NKVD había registrado los destinatarios de la correspondencia de los ejecutados, y usó la información para arrestar a más de 60.000 personas (en un 80% mujeres y niños), que fueron deportadas a Kazajistán.

Ese día se estrenó Hermanos contra hermanos, dirigida por Michael Curtiz y protagonizada por Errol Flynn, con un bigotudo Humphrey Bogart en un papel secundario.

El 17 de mayo, a las 4:14, la cuarta división acorazada francesa, bajo el mando del coronel Charles de Gaulle, avanzó hacia Montcornet, donde Guderian tenía su cuartel general, rodenó la ciudad y se enfrentó a la primera división panzer alemana. A lo largo del día obtuvo varios éxitos, pero cuando acudió la Luftwaffe se vio obligado a retroceder a sus posiciones iniciales para no ser rodeado. Rommel destruyó un cuerpo de la armada francesa y se jactó de haber hecho 10.000 prisioneros con tan sólo 36 bajas. Guderian estaba encantado con él, pero Hitler estaba cada vez más nervioso. Pensaba que el avance en Francia se estaba llevando a cabo demasiado deprisa, y que eso podría dar lugar a un error que arruinara toda la campaña. El general Ewald von Kleist tuvo una tensa reunión con Guderian en la que le reprochó que hubiera desobedecido las instrucciones de Berlín llevando a cabo un avance tan precipitado. Guderian se ofreció a dejar el mando de la operación, pero finalmente la intervención del general Gerd von Rundstedt, que era la máxima autoridad del ejército alemán en Francia, permitió que siguiera en su puesto a cambio de comprometerse a adoptar ciertas precauciones. A partir de ese momento Guderian falseó los informes sobre su situación en cada momento.

En Noruega los alemanes iniciaron un ataque contra las posiciones aliadas en Stien, a unos 5 km al oeste de Mo i Rana. En Bélgica entraron en Charleroi y luego en Bruselas. En Zelanda bombardearon Middelburg, en una operación sólo superada por el bombardeo de Rotterdam. Unos 600 edificios fueron destruidos y unas 800 personas quedaron sin hogar. Los incendios no pudieron ser apagados hasta últimas horas del día siguiente. Unas horas más tarde Zelanda capitulaba, aunque la rendición se firmó ya el 18 de mayo. La única región no ocupada era Zeeuws-Vlaanderen, donde las tropas neerlandesas se dispusieron a ser evacuadas a Ostende antes de que llegaran los alemanes. Ese día cayó Amberes.

En Francia, Rommel se acercó a Cambrai, ordenó a sus tanques que se movieran levantando todo el polvo que fuera posible, y así hizo creer a los soldados que defendían la ciudad que se acercaba una fuerza mucho más numerosa que la mera "división fantasma". Esto hizo que abandonaran sus posiciones y Rommel entró en Cambrai sin encontrar resistencia. Mientras tanto Guderian capturaba Saint-Quentin.

En Noruega, el lugarteniente Thomas Byrnard Trappes-Lomax, que estaba al mando de la guarnición aliada en Mo i Rana, aunque acababa de recibir órdenes de defender su posición a toda costa, decidió que la situación era insostenible y emprendió una huida precipitada en la que abandonó una gran cantidad de material valioso.

Paul Reynaud reorganizó su gobierno. Él mismo asumió el ministerio de la Guerra, que hasta entonces ocupaba Édouard Daladier, y nonbró Vicepresidente del Consejo de Ministros al mariscal Philippe Pétain, que tenía ya 84 años, pero era considerado un héroe de la Primera Guerra Mundial. Hasta entonces había ejercido de embajador en España.

El 19 de mayo os alemanes atacaron por la retaguardia una fortificación aislada de la Línea Maginot cercana a Sedán. Los 107 soldados que la defendían murieron en el combate. Tras haber recibido refuerzos, de Gaulle atacó de nuevo a los alemanes y los obligó a abandonar Caumont. La operación no sirvió de mucho a largo plazo, pero fue una de las pocas victorias que consiguieron los franceses ante el avance alemán.

Desde el año anterior, el gobierno belga había adoptado la precaución de trasladar sus reservas de oro a bancos estadounidenses. Cuando empezó la invasión alemana todavía quedaban 40 toneladas de oro en el país, que ahora embarcaban en Ostende rumbo a Gran Bretaña.

Guderian recibió autorización para continuar su avance y derrotó a dos divisiones británicas en el Somme. Mientras tanto otras divisiones alemanas ponian bajo asedio a Amiens, a orillas del Somme, y Rommel hacía lo propio con Arras. La fuerza expedicionaria británica en Francia estaba bajo el mando del mariscal John Vereker, Lord Gort, que descubrió que los alemanes estaban a punto de llegar al canal de La Mancha y que los franceses no estaban en condiciones de hacer nada para evitarlo, así que dio órdenes de que todas las fuerzas británicas en Bélgica y Francia se retiraran hacia los puertos de Ostende, Brujas y Dunkerque. Sin embargo, su criterio no fue compartido en Londres, que le envió la orden de atacar hacia el suroeste y reunirse con el grueso de las fuerzas francesas (aunque en realidad el grueso de las fuerzas francesas estaba al norte).

Algo similar sucedió en Francia. Esa noche Paul Reynaud destituyó al general Gamelin como comandante en jefe del ejército, y en su lugar nombró al mariscal Maxime Weygand, que acababa de llegar de Siria y anunció que su primera misión sería dormir bien esa noche. En la mañana del 20 de mayo Gamelin ordenó a las tropas situadas en Bélgica y el norte de Francia que se abrieran paso como pudieran hacia el sur para no quedar aisladas, pero, una vez cumplida su misión de reposo, Weygand anuló la orden, ordenó a las tropas del norte que contraatacaran en el frente del Somme y se dedicó a hacer visitas de cortesía en París.

Entre tanto, los tanques de Rommel llegaban a Abbeville, y una unidad de reconocimiento alcanzaba Noyelles-sur-Mer, en el canal de La Mancha. El ejército francés había sido partido en dos, y la Fuerza Expedicionaria Británica había quedado aislada. El cerco era estrecho, pero la Luftwaffe se encargó de defenderlo hasta que la infantería lo consolidara.

Seán Russell empezó a ser entrenado por los servicios de inteligencia nazis, que le enseñaron entre otras cosas a camuflar explosivos como objetos cotidianos, y otras técnicas de sabotaje.

Siguiendo las órdenes que había recibido, Lord Gort dispuso que lo que en principio iba a ser una pequeña operación destinada a liberar la guarnición que estaba siendo asediada en Arras se convirtiera en un plan mucho más ambicioso ejecutado conjuntamente con los franceses. El 21 de mayo el general Harold Franklyn atacó con 2.000 soldados y 74 tanques las posiciones de Rommel, que contaba con más de 5.000 hombres (tal vez el doble) y 225 tanques. En primer lugar atacaron los británicos, que lograron ciertos éxitos iniciales, si bien no pudieron romper las líneas de defensa enemigas y terminaron retirándose perseguidos por los alemanes. La persecución se interrumpió cuando atacaron los franceses, que provocaron unas 300 bajas en las filas alemanas, además de hacer otros 400 prisioneros. No obstante, los alemanes entraron en Arras, y también en Amiens.

Paul Reynaud compareció ante el parlamento, donce acusó de graves errores al Estado Mayor francés. Respecto a la situación del país, dijo: ¡Francia no puede morir! ¡Si hace falta un milagro para salvar a Francia, yo creo en milagros, porque yo creo en Francia!

En principio, el éxito aliado en la batalla de Arras había sido moderado, pero había tenido un efecto psicológico notable sobre el alto mando alemán, que llevaba ya tiempo preocupado ante la posibilidad de cometer un error fatal, y creyó que en Arras se había estado a punto de cometerlo. El ataque aliado había sido tan potente que los alemanes creían haber sido atacados por una fuerza mucho más numerosa. El 22 de mayo Hitler ordenaba que las unidades móviles debían limitarse a operaciones alrededor de Arras y que la infantería debía operar únicamente al este de la ciudad. Sin embargo, Guderian y los demás oficiales presentes en Francia discrepaban de los criterios de Berlín, entendiendo que el peligro no era sufrir un ataque catastrófico, sino permitir que los aliados salieran del área en la que estaban confinados y fueran evacuados por mar. Tras mucho insistir, a las 12:40 las tropas alemanas recibieron autorización para alejarse de Arras, y Rommel envió sendas divisiones hacia el norte, una a Calais, otra a Boulogne-sur-Mer y otra a Dunkerque.

Efectivamente, el plan británico era evacuar sus tropas cuanto antes, y convencieron al rey Leopoldo III de Bélgica para que redistribuyera sus tropas, desamparando buena parte del poco territorio que controlaba, para proteger la retirada británica. El monarca aceptó a regañadientes, pues comprendía que Bélgica estaba perdida sin el apoyo británico. Winston Churchill se presentó en el frente y dio instrucciones que no fueron acatadas, porque eran claramente inviables. Tras cinco días de asedio, cayeron dos fortificaciones que defendían Lieja.

A las 17:00 los alemanes empezaron a atacar el puerto de Boulogne, pero fueron rechazados al cabo de una hora. Varios ataques se sucedieron a lo largo del día. Unos 80 bombarderos de la RAF colaboraron en la defensa del puerto. En Calais sólo se produjeron algunas escaramuzas ese día.

El 23 de mayo, una hora antes del amanecer, los alemanes tomaron Fort de la Crèche, al norte de Boulogne. Los británicos se apresuraron a enviar refuerzos para tapar la brecha. Finalmente los alemanes lograron empujar a los defensores al interior de la ciudad. Barcos británicos lograron entrar en el puerto, desde donde bombardeaban las posiciones alemanas. Un ataque de la Luftwaffe sobre el puerto de Boulogne fue interceptado por la RAF. No obstante, a las 18:00 los británicos recibieron la orden de embarcar y evacuar la zona. Varios barcos estaban en camino para tal fin. El embarque tuvo que hacerse bajo constante fuego enemigo. En Calais los alemanes también estaban lanzando potentes ataques, a la vez que maniobraban para rodear la ciudad.

Mientras tanto los franceses trataron de atacar desde el sur las líneas alemanas entre Ardennes y Calais, pero no lograron ningún avance. En Bélgica los alemanes capturaban Terneuzen, y Gante, mientras los belgas retrocedían.

El coronel Charles de Gaulle fue ascendido a general de brigada.

En Noruega, Trappes-Lomax había continuado huyendo de los alemanes desobedeciendo varias veces órdenes de organizar una línea defensiva que contuviera el avance enemigo. Con ello había impedido a los aliados organizar a tiempo las defensas de Storjord, que tuvo que ser abandonada. Ese día fue relevado del mando. El lugarteniente Hugh Stockwell recibió órdenes de contener el avance alemñan en Pothus para organizar una posición sólida en Finneid, donde una cadena de lagos y un glaciar proporcionaban una sólida barrera natural.

Antoine de Saint-Exupéry, que desde el año anterior era capitán del ejército del aire francés, sobrevoló Arras cuando una división panzer entraba en la ciudad. Su avión fue acribillado por las baterías antiaéreas, pero el piloto logró llegar a su base en Nangis con todo el pasaje sano y salvo, lo que le valió una condecoración.

Aunque, a la sazón, el lugar más peligroso para un comunista era, sin duda, la Unión Soviética, lo cierto era que los comunistas tampoco estaban a salvo en el resto del mundo, ni siquiera lejos de los países comunistas. En la madrugada del 24 de mayo un grupo de unos veinte pistoleros encabezado por su cuñado, el pintor David Alfaro Siqueiros, entró en la casa de Trotski en México y protagonizó un tiroteo que, no obstante, fue repelido por los guardaespaldas del antiguo líder comunista, que salió ileso. Por supuesto, los atacantes eran también comunistas —matar a quienes piensan diferente es parte de la esencia del comunismo, y en eso el propio Trotski estaba de acuerdo— y la operación había sido organizada desde Moscú por la NKVD.

Tanto Churchill como el general Weygand estaban decididos a romper el frente alemán. Los belgas no podían dar crédito. Los alemanes acababan de abrir una brecha entre las fuerzas británicas y las belgas entre Ypres y Menen, lo cual amenazaba con derrumbar toda la línea defensiva belga. Sin consultar a los franceses ni pedir permiso alguno, Gort envió inmediatamente dos divisiones de infantería a cubrir la brecha, renunciando con ello a todo ataque hacia el sur. Esto fue aprovechado por los alemanes, que con cuatro divisiones obligaron a los británicos a replegarse a Kortrijk, sobre el río Lys, que nace en la frontera franco-belga y fluye hacia el este hasta Gante, donde desemboca en el Escalda. Los belgas se apresuraron a enviar refuerzos, y un ataque belga capturó a 200 soldados alemanes. El gobierno belga decidió abandonar el país y refugiarse en Francia. El primer ministro, Hubert Pierlot, se entrevistó con el rey Leopoldo III y le aconsejó que le acompañara al exilio, a lo cual se negó rotundamente. Los ministros entendieron que el rey estaba dispuesto a establecer un nuevo gobierno bajo la dirección de Hitler, lo que podría constituir una traición, mientras que el rey consideraba que si abandonaba el país podría ser tachado de desertor.

Hitler visitó el cuartel general del general von Rundstedt en Charleville, en la frontera franco-belga, y entonces ocurrió algo insólito. Von Rundstedt y otros oficiales le sugirieron detener el avance hacia Dunkerque, al parecer, para evitar que los tanques quedaran atrapados en los pantanos de Flandes, y Hitler dio su aprobación, que fue respetada escrupulosamente, pues se presentó como una orden directa del Führer. Se ha discutido mucho sobre qué llevó a los alemanes a tomar semejante decisión, pues lo cierto es que fue un gravísimo error y, por supuesto, una bendición para los británicos, que no tardaron en enterarse (la orden fue transmitida sin codificar y la RAF la captó a las 12:42) y no dudaron en aprovechar las circunstancias para convertir a Dunkerque en el punto principal para la evacuación de sus tropas.

En Boulogne los británicos seguían embarcando tropas, mientras rechazaban sucesivos ataques alemanes. Dos barcos franceses protegían la operación, pero fueron dañados por la aviación alemana y uno de ellos acabó hundido. Por la noche un centenar de soldados franceses trató de romper el cerco y abrirse paso hacia Dunkerque, pero sin éxito. En Calais los aliados resistían en mejores condiciones, hasta el punto de que rechazaron varias ofertas de rendición.

Aunque la situación de los aliados en el norte de Noruega no era mala, el cariz de los acontecimientos en Francia llevaron al gobierno británico —pese a la oposición de Churchill— a ordenar la elaboración de un plan de evacuación, que debía mantenerse en secreto todo el tiempo posible, para evitar toda interferencia alemana. Un ataque a Narvik serviría de pantalla a la retirada.

Ese día se estrenó en Madrid Eloísa está debajo de un almendro, una de las comedias más famosas de Enrique Jardiel Poncela.

Jacinto Benavente había sido homenajeado en Madrid durante la guerra civil, pero ahora afirmaba que sus simpatías con la república habían sido ofrecidas bajo amenaza de muerte. Ese año estrenó Lo increíble, en la que mostraba su sincera adhesión al régimen franquista.

A la 1:00 del 25 de mayo se rindió Boulogne-sur-Mer. Los alemanes apresaron a 5.000 soldados aliados, la mayoría franceses, pues todos los británicos habían sido evacuados por mar, excepto 200 soldados que no habían entendido las órdenes de evacuación y fueron dejados atrás por error. La evacuación de los británicos recibió muchas críticas, pues había sido hecha sin avisar a los franceses. Más adelante, Churchill la calificaría de "lamentable". En cambio, en Calais, los aliados rechazaron nuevamente una alto el fuego propuesto por los alemanes.

Ese día terminó la batalla de Stonne con la retirada de los franceses. La ciudad había cambiado de manos diecisiete veces en diez días. Para los alemanes había sido un infierno, pues contaron 3.000 muertos y 23.500 heridos. Los franceses, en cambio, tuvieron 1.000 muertos y 6.500 heridos.

El rey Leopoldo III de Bélgica envió un telegrama al rey Jorge VI de Gran Bretaña en el que le anunciaba que pronto tendría que rendirse. Dos regimientos belgas se rindieron a los alemanes sin el consentimiento de sus superiores. Algunos soldados llegaron a disparar contra los oficiales que trataban de impedirlo. Los británicos empezaron a evacuar el frente del río Lys hacia Dunkerque mientras los belgas resistían sin más propósito que cubrirles la retirada.

El oro noruego zarpó ese día hacia Gran Bretaña desde Harstad.

El 26 de mayo el frente belga en el río Lys se estaba volviendo insostenible. A duras penas podían mantener Izegem, Nevele y Ronsele, y ya habían abandonado Passchendaele y Zonnebeke. Todas las reservas belgas estaban en activo. Los británicos se ocupaban ya únicamente de abrir una vía de escape hacia Dunkerque. Gort dispuso que una división tomara posiciones en un canal que unía Ypres con Comines para detener el avance alemán desde Bélgica. A las 15:30 Hitler emitió una nueva orden por la que autorizaba de nuevo a las divisiones panzer a atacar Dunkerque, aunque el avance no se produciría hasta el día siguiente.

En el frente del Lys, concretamente en la localidad de Vinkt, se produjeron los primeros crímenes de guerra de los nazis en Europa Occidental. Al parecer, unos soldados alemanes creyeron estar siendo atacados por francotiradores civiles (cuando en realidad se enfrentaban a una división de tiradores belgas que se había infiltrado en sus líneas). Como consecuencia, empezaron a usar a civiles como escudos humanos.

La aviación alemana había hecho estragos en Calais durante toda la mañana, lo que permitió a la infantería romper una línea de defensa tras otra hasta que a las 16:00 se rindió la fortaleza. La mayor parte de los soldados británicos habían sido evacuados hasta Dunkerque, junto con unos 200 franceses heridos. El resto, unos 3.500 británicos y unos 16.000 franceses, belgas y neerlandeses, fueron hechos prisioneros.

Mussolini se reunió con la cúpula militar italiana en Roma y expuso que Italia tenía que entrar pronto en la guerra si quería ocupar un lugar en la conferencia de paz en la que se repartiera el botín. El comandante en jefe de la Armada, el mariscal Pietro Badoglio, le explicó que el país no estaba preparado, que ni siquiera contaban con suficientes camisas para todos los soldados necesarios. Mussolini respondió: La Historia no puede medirse por el número de camisas.

A las 23:30 comenzó la Operación Dinamo, que debía transportar a Gran Bretaña la Fuerza Expedicionaria Británica desde Dunkerque. La Royal Navy había dispuesto una flota de 40 destructores y 130 barcos mercantes.

El gobierno belga, reunido en París, declaró al rey Leopoldo III incapacitado para reinar y acordó continuar la guerra contra Alemania.

A las 6:00 del 27 de mayo franceses y británicos atacaron las posiciones alemanas en Abbeville desde el sur. No hubo mucha coordinación y muchos tanques fallaron por falta de mantenimiento. Aun así, mantuvieron ocupadas a las tropas de Guderian.

El ejército belga empezó a colapsarse. Las vías férras estaban inutilizadas, las carreteras abarrotadas con un millón y medio de refugiados que habían huido de la zona ocupada, y había escasez de comida y otros recursos. Los soldados empezaban a destruir su artillería a medida que se iban quedando sin munición. A las 11:00 los alemanes rompieron la última línea de defensa en varios puntos. La única ciudad importante que no estaba ya en poder de los alemanes era Brujas.

Esa mañana, los alemanes habían matado a tres civiles en Vinkt sin ninguna razón aparente. Sobre las 15:00 la ciudad cayó en su poder, tras hacer una redada, mataron a los ancianos que encontraron, y luego a algunos civiles más en varios incidentes. En total, 111 civiles murieron ese día.

Otro crimen de guerra se produjo cuando unos soldados británicos que se abrían paso hacia Dunkerque se quedaron aislados de su unidad y terminaron refugiándose en una granja en la aldea Le Paradis. Allí fueron atacados por una unidad alemana y se rindieron al quedarse sin municiones. Fueron apresados, puestos en fila y ametrallados sin más. Luego remataron con bayonetas a los supervivientes. Murieron 97 soldados, pero dos lograron sobrevivir fingiéndose muertos. Uno de ello logró arrastrar al otro hasta el campo y allí permanecieron tres días escondidos, comiendo patatas crudas y bebiendo en charcos. Una granjera y su hijo los descubrieron, y arriesgaron sus vidas ocultándolos. Más tarde serían apresados por los alemanes, pero entonces recibieron un trato más digno.

Mientras británicos y franceses se dirigían hacia Dunkerque como podían, la aviación alemana lanzaba bombas y papeles con un mapa de la zona y un texto en inglés y en francés que decía:

¡Soldados! Miren el mapa: ¡Esta es su situación real! Sus tropas están completamente rodeadas. ¡Dejen de luchar! ¡Depongan las armas!

Los soldados agradecieron los papeles, pues —según declararon— andaban escasos de papel higiénico.

La Operación Dinamo logró evacuar ese día 28.000 soldados británicos. Los que aguardaban para embarcar estaban expuestos a los bombardeos enemigos, a pesar de que la RAF estaba haciendo un gran esfuerzo por protegerlos.

El general Oscar Michiels, jefe del Estado Mayor belga, recomendó al rey Leopoldo III que enviara un representante a negociar un alto el fuego con los alemanes. Así se podría ganar más o menos el mismo tiempo para proteger a los aliados que combatiendo, pero ahorrándose un alto coste de vidas humanas. A las 17:00 el rey accedió.

Los alemanes habían lanzado un fuerte ataque en Ypres por la mañana, pero a media tarde los británicos lograron contraatacar manteniéndolos a raya.

Churchill se enteró de la petición de paz del rey Leopoldo III y envió un telegrama al almirante Sir Roger Keyes, que estaba en contacto con el monarca:

Incluso si el ejército belga tiene que deponer las armas, hay 200.000 belgas en edad militar en Francia y muchos más recursos de los que Bélgica tenía en 1914 con los que continuar luchando. Con su decisión el rey está dividiendo la nación y entregándola a la protección de Hitler. Por favor, transmita estas consideraciones al rey y trate de hacerle ver las desastrosas consecuencias para los aliados y para Bélgica de su decisión actual.

El expresidente  estadounidense Herbert Hoover pronunció un discurso por radio en el que argumentaba la necesidad de un programa de defensa fuerte:

Se pueden dar razones por las que esta guerra no alcanzará las costas estadounidenses. Cualquiera que sea el resultado en Europa, o cualesquiera que sean las intenciones de los señores de la guerra europeos, esto no es el problema que pretendo analizar. Lo que los Estados Unidos necesitan es unas defensas que hagan que ninguna nación europea piense en cruzar estas tres mil millas de océano de ningún modo. Tenemos que asegurarnos de que tales pensamientos peligrosos nunca surgirán en sus mentes. Queremos un cartel de "No pisar la hierba" con un perro feroz bien a la vista.

A las 20:00 el rey Leopoldo III ordenó la retirada de todas las tropas. A las 22:00 llegó la respuesta alemana: El Führer exige que las armas sean depuestas incondicionalmente.

Esa noche la Luftwaffe bombardeó Bodø, en Noruega, destrozando 420 edificios y dejando a unas 5.000 personas sin hogar. Hubo 12 muertos. Los británicos abandonaron Finneid para situarse en Fauske, más cerca de Bodø, para facilitar así la evacuación. Finneid siguió defendido por un batallón noruego.

Ese día los físicos estadounidenses Edwin McMillan y Philip Abelson publicaron un artículo titulado El elemento radiactivo 93, en el que informaban de que habían sintetizado un nuevo elemento radiactivo más pesado que el uranio, bombardeando éste con neutrones en el acelerador de partículas de la universidad de Berkeley, en California. El uranio era hasta entonces el último elemento conocido de la tabla periódica, y varios físicos habían afirmado anteriormente haber encontrado el elemento 93, si bien sus conclusiones habían resultado ser incorrectas. En su artículo, McMillan y Abelson no propusieron un nombre para el nuevo elemento, pero poco después propusieron el de Neptunio, porque Neptuno es el planeta siguiente a Urano en el Sistema Solar.

Por esas mismas fechas Dale Raymond Corson, Kenneth Ross MacKenzie y Emilio Segré, también en la universidad de Berkeley, habían sintetizado el elemento 85, el penúltimo hueco que quedaba en la tabla periódica (el último era el correspondiente al elemento 61), en esta caso bombardeando bismuto con partículas alfa. Si embargo, ni siquiera le dieron nombre, pues consideraron que sintetizar unos pocos átomos de un elemento que además era radiactivo y no tardaba en desintegrarse en otros elementos no podía considerarse el "descubrimiento" de un nuevo elemento.

A las 23:00 el rey Leopoldo III accedió a rendirse incondicionalmente y estableció el alto el fuego para las 4:00 del 28 de mayo. A las 6:00 se dirigió a sus soldados:

Abocados inesperadamente a una guerra de violencia nunca vista, habéis luchado valerosamente para defender vuestra patria paso a paso. Agotados por una lucha ininterrumpida contra un enemigo muy superior en número y material, os habéis visto obligados a rendiros. La Historia narrará que el Ejército cumplió plenamente con su deber. Nuestro honor está a salvo. Esta violenta lucha, estas noches sin dormir, no pueden haber sido en vano. Os exijo que no os sintáis descorazonados, sino que os comportéis con dignidad. Que vuestra actitud y vuestra disciplina continúen para ganaros la estima de los extranjeros. Yo no os abandonaré en vuestro infortunio. Velaré por vuestro futuro y el de vuestras familias. Mañana empezaremos a trabajar con la firme intención de levantar nuestro país de sus ruinas.

La opinión pública internacional se cebó en la rendición del monarca belga. La prensa británica se refirió a él como "el rey traidor" o "el rey rata". Un grupo de refugiados belgas en París puso un cartel en una estatua del rey Alberto I de Bélgica refiriéndose a su hijo como su "indigno sucesor". Incluso el gobierno belga, trasladado a Londres la noche anterior, la declaró inconstitucional. El primer ministro, Hubert Pierlot, pronunció un discurso por radio en el que dijo:

Dejando de lado el consejo unánime y formal del Gobierno, el rey ha abierto negociaciones por separado y está tratando con el enemigo. Bélgica se quedará estupefacta de que el rey haya roto el vínculo que lo unía a su pueblo... el rey, habiéndose puesto bajo el control del enemigo, no es apto para reinar.

Paul Reynaud también lo acusó de traición en un discurso radiofónico, pero no dejaba de haber cierta hipocresía en la reacción aliada (o desconocimiento, en el caso de la opinión pública en general) dado que la situación de Bélgica era realmente insostenible (como también la de Francia), y Leopoldo III había dedicado los últimos esfuerzos de sus tropas a cubrir la retirada aliada. Una prueba de que los belgas habían resistido hasta el límite era que de las 80.000 bajas que habían sufrido a lo largo de toda la guerra, la mitad se concentraba en los tres días anteriores a la rendición. Otra cosa era que si Bélgica y los Países Bajos no hubieran permanecido neutrales hasta que no tuvieron opción, es muy probable que la amenaza nazi hubiera podido eliminarse con un coste infinitamente menor.

La respuesta oficial del gobierno británico fue mucho más moderada, en gran parte por la defensa del papel desempeñado por el ejército belga que Sir Roger Keyes hizo en el Parlamento ese mismo día.

Aun tras la capitulción belga, los alemanes mataron a otros 9 civiles en Vinkt.

El papa Pío XII escribió cartas al rey Leopoldo III de Bélgica, a reina Guillermina de los Países Bajos y a la gran duquesa Carlota de Luxemburgo, en las que les expresaba su solidaridad. Cuando Mussolini conoció la existencia de estas cartas protestó ante el Vaticano por haber tomado partido contra aliados italianos. No obstante, las cartas no hablaban de "invasión" ni condenaban explícitamente a Alemania. Realmente, el Papa nunca había condenado abiertamente la invasión de Polonia ni los demás abusos perpetrados por Alemania o la Unión Soviética, lo cual desencadenó una polémica en torno a su actuación. Él mismo y sus defensores arguían que condenar expresamente a estos países podría poner en peligro a los católicos que vivían en ellos, o en los territorios invadidos, y al clero en particular, mientras que sus detractores lo interpretaron como una falta de implicación por parte del pontífice.

Hacía un par de meses que Viacheslav Mólotov había expresado la voluntad del gobierno soviético de "mejorar las relaciones con los Estados Bálticos", que era una forma fina de decir "ocuparlos". Desde entonces, la prensa soviética no había dejado de criticar al gobierno de Letonia, y la NKVD organizó una serie de huelgas en Riga y Liepāja, si bien no logró que cuajara una huelga general. Ahora el embajador lituano en Moscú recibía una nota de Mólotov en la que le hablaba de un supuesto secuestro de tres soldados soviéticos en Vilna, que habían sido torturados para que revelaran secretos militares, y que uno de ellos había sido asesinado, mientras que los otros dos habían logrado escapar. El supuesto asesinado era un desertor soviético que se había suicidado cuando la policía lituana lo acorraló. No obstante, el gobierno lituano se apresuró a facilitar la formación de una comisión conjunta que investigara lo sucedido, pero cuando se pidió a Moscú información adicional: testimonios, fotografías, etc. Moscú se negó a tratar más sobre el asunto. Las autoridades soviéticas afirmaron que Lituania estaba tratando de volcar las responsabilidades sobre la Unión Soviética.

La rendición de los belgas había creado una brecha de 32 km por el este en las líneas aliadas que protegían Dunkerque, que los británicos se apresuraron a cubrir, lo que los obligó a contener a los alemanes en Nieuwpoort.

Los británicos se estaban retirando con éxito hacia Dunkerque, pero los franceses, que habían iniciado la retirada desde más lejos, iban algo rezagados. Un ejército francés quedó acorralado en Lille. Algunos intentos de abrirse paso hacia el norte fracasaron. Ese día 17.804 soldados llegaron a Gran Bretaña desde Dunkerque.

Alrededor de un centenar de soldados británicos se vieron rodeados en Wormhoudt y se rindieron. Los alemanes los llevaron a un cobertizo y, por el camino, dispararon a algunos heridos que no podían seguir la marcha. Cuando los tuvieron dentro del cobertizo lanzaron varias granadas de mano al interior, que no causaron muchas bajas gracias a que dos suboficiales, el sargento Stanley Moore y el sarento mayor Augustus Jennings, se arrojaron sobre ellas para que sus cuerpos contuvieran el efecto de la explosión. Entonces los alemanes empezaron a sacarlos en grupos de cinco para disparar sobre ellos, pero como el procedimiento era muy lento, terminaron disparando al interior del cobertizo. Algunos británicos lograron escapar, y otros sobrevieron pasando por muertos. En total murieron 80 y se salvaron otros 15.

De Gaulle atacó de nuevo a los alemanes en Abbeville, esta vez con mucho más éxito. Sus tropas se acercaron por ambos lados del Somme a una de las cabezas de puente alemanas y terminaron apoderándose de ella, por lo que parte del ejército alemán tuvo que retrocecer para no ser rodeado. El resultado fue que el área de Francia ocupada por los alemanes se redujo en una sexta parte. De Gaulle hizo más de 400 prisioneros. Al anochecer, ni los mandos franceses ni los alemanes tenían información clara de la situación. De haberla tenido, de Gaulle hubiera podido continuar su ataque, pues su posición era muy ventajosa, y haber logrado un éxito mucho mayor, pero ordenó detener el ataque hasta el amanecer, y esto permitió a los alemanes reorganizarse.

A las 23:40, la armada británica inició un bombardeo sobre Narvik, que fue seguido de un desembarco y un ataque terrestre por parte de franceses y noruegos desde el norte, mientras los polacos avanzaban desde el sur. A las 7:00 del 29 de mayo los alemanes abandonaban la ciudad. La aviación alemana inició rápidamente una racha de bombardeos.

El austriaco Arthur Seyß-Inquart, que había estado al frente de la Austria ocupada antes de la anexión, se convertía ahora en la máxima autoridad civil en los Países Bajos, con el propio Hitler como su superior inmediato.

Los franceses avanzaron con éxito en Abbeville hasta las 14:00, cuando solicitaron apoyo aéreo para acallar la artillería alemana, pero éste no llegó hasta las 20:00. En ese tiempo los alemanes se reorganizaron y lograron retomar la iniciativa.

Esa noche la flota británica empezó a evacuar el puerto noruego de Bodø sin que los alemanes lo advirtieran, ayudados por la niebla, que impedía volar a la Luftwaffe. En Dunkerque fueron evacuados 47.310 soldados británicos, si bien tres destructores resultaron hundidos. Por ello al día siguiente, el 30 de mayo, el Almirantazgo ordenó retirar de Dunkerque todos los destructores modernos y dejar únicamente 18 más antiguos. Pese a ello, la cifra de evacuados aumentó a 53.823 hombres, entre los que se incluían los primeros franceses. Para entonces todas las tropas británicas y la mitad de las francesas estaban ya dentro de las líneas de defensa de Dunkerque.

El gobierno británico se planteó la posibilidad de abandonar la guerra, pero Winston Churchill logró que prevaleciera su criterio a pesar de los enérgicos argumentos de Chamberlain y Lord Halifax.

El 31 de mayo los alemanes casi habían atravesado Nieuwpoort, y un batallón británico tuvo que poner orden disparando sobre algunos soldados que huían y llevando al frente a otros a punta de bayoneta, pero al final lograron repeler el asalto alemán. Un bombardeo de la RAF acabó con los preparativos de un contraataque alemán. En Dunkerque, 68.014 hombres fueron evacuados, entre ellos Lord Gort.

Ese día se rindió el ejército francés que defendía Lille. Casi 40.000 hombres fueron hechos prisioneros, pero habían tenido ocupados a más de 100.000 soldados franceses, lo que fue vital para que la evacuación de Dunkerque pudiera prolongarse más días de los previstos. En total, hasta ese momento se habían evacuado 165.000 hombres. En una reunión en París, Reynaud discutió con Churchill sobre la disparidad en el número de británicos y franceses evacuados en Dunkerque.

El frente en Abbeville se mantenía, pero la ofensiva francesa se había detenido. En tres días, los franceses habían perdido 105 tanques, si bien habían reducido a la mitad de su extensión la cabeza de puente alemana.

Esa noche terminó la evacuación británica en Bodø. Sólo el 1 de junio los británicos comunicaron al gobierno noruego su decisión de abandonar completamente el país. Ese día 64.429 soldados fueron evacuados de Dunkerque. Ya sólo quedaban 4.000 británicos por evacuar. La aviación alemana hundió un destructor francés.

La aviación alemana bombardeó Lyon y Marsella. En Marsella hubo 32 civiles muertos y unos 60 heridos.

El 2 de junio los franceses empezaron a retirarse lentamente hacia Dunkerque. Debido a los continuos ataques aéreos, a partir de ese momento sólo se continuó evacuando soldados por la noche. Ese día se transportaron 26.256 franceses.

Por primera vez desde el inicio de la guerra, Hitler pisó territorio francés y visitó el Memorial Nacional canadiense de Vimy, un monumento dedicado a las víctimas canadienses de la Primera Guerra Mundial que la prensa canadiense decía que los alemanes habían destruido. Las fotos que publicaron los periódicos alemanes lo desmintieron.

El 3 de junio los alemanes estaban ya a 3 km de Dunkerque. Mientras tanto, más de un millar de aviones alemanes salieron con rumbo a París en lo que se llamó la Operación Paula, que pretendía liquidar la fuerza aérea francesa. Sin embargo, la inteligencia británica pudo avisar a los franceses con tiempo suficiente para tomar contramedidas. París fue bombardeado y los alemanes aseguraron haber destruido 75 aviones franceses en vuelo y otros 400 en tierra, así como numerosas fábricas. Sin embargo, los daños materiales fueron muy inferiores. En cambio, el bombardeo provocó 254 muertos y 652 heridos. Todos los aeropuertos franceses volverían a estar operativos 48 horas más tarde.

Los aliados empezaron a evacuar Narvik.

Un submarino alemán hundió un carguero finlandés (Snabb) cerca de la costa atlántica española.

El Tribunal Supremo de los Estados Unidos sentenció que en los colegios se podía obligar a los alumnos a saludar a la bandera y prestar el juramento de lealtad sin que pueda alegarse objeción por motivos religiosos (el caso que se juzgaba era el un testigo de Jehovah cuyo hijo había sido expulsado de su colegio por negarse a saludar la bandera y cuya tienda había sido boicoteada por los vecinos del pueblo —mayoritariamente católicos—, hasta que tuvo que cerrar por falta de clientes).

Aprovechando la precaria situación de Francia, España ocupó el territorio de Tánger, que hasta la fecha era considerado territorio internacional. Ese mismo día Franco escribía a Hitler:

Querido Führer: En el momento en que los ejércitos alemanes bajo su dirección están conduciendo la mayor batalla de la historia a un final victorioso, me gustaría expresarle mi admiración y entusiasmo y el de mi pueblo, que observa con profunda emoción el glorioso curso de la lucha que ellos consideran propia. [...] No necesito asegurarle lo grande que es mi deseo de no permanecer al margen de sus cuitas y lo grande que es para mi satisfacción al presentarle en toda ocasión servicios que usted estima como valiosos.

El 4 de junio una nueva embestida francesa en Abbeville terminó en fracaso, y al final del día los franceses estaban de nuevo en sus posiciones iniciales. Mientras tanto, muchos civiles abandonaban sus hogares por miedo a la llegada de los alemanes. La ciudad de Chartres pasó de 23.000 a 800 habitantes, la de Lille de 200.000 a 20.000, mientras las ciudades del sur, como Burdeos, veían aumentar su población vertiginosamente.

En los últimos días, 75.000 franceses habían sido evacuados de Dunkerque, pero cuando los alemanes alcanzaron el puerto todavía quedaban otros 40.000, que tuvieron que rendirse. En total, habían sido evacuados 338.226 soldados, de los cuales más de 200.000 fueron británicos y el resto franceses, además de unos pocos belgas. Los británicos habían perdido unos 68.000 soldados en Francia, así como una gran cantidad de tanques y otro equipamiento. Cuando planearon la operación, los británicos no pensaban que podrían evacuar a todas sus tropas. Diversos factores contribuyeron al éxito, desde el propio Hitler, que detuvo el avance sobre Dunkerque durante unos días que resultaron decisivos, como los belgas, que contuvieron a los alemanes por el este, como los franceses que resistieron en Lille, así como los que contuvieron el avance alemán hasta el último momento.

Los miles de prisioneros de guerra franceses fueron llevados a marchas forzadas a campos de concentración en Alemania. El trato que recibieron durante el trayecto fue brutal. Los franceses dejaban cántaros con agua en las cunetas de las carreteras para que los prisioneros pudieran beber, pero los alemanes los volcaban a patadas.

Ese día Churchill informó de la situación al Parlamento británico, en el que evitó todo triunfalismo sobre Dunkerque: "Debemos cuidar mucho de no atribuir a este rescate las características de una victoria. Las guerras no se ganan con evacuaciones." La parte final de su alocución fue repetida por un locutor en la radio esa noche, y su impacto fue enorme:

Tengo la confianza plena de que si todos cumplen con su deber, si no se descuida nada, y si se hace todo lo mejor posible, tal como se está haciendo, demostraremos una vez más que somos capaces de defender nuestra isla, de soportar la tormenta de guerra, y de sobrevivir a la amenaza de la tiranía, si es necesario durante años, si es necesario solos. En cualquier caso, eso es lo que trataremos de hacer. Ésta es la determinación del Gobierno de Su Majestad, cada uno de sus miembros. Ésa es la voluntad del Parlamento y de la nación. El Imperio Británico y la República Francesa, unidos entre sí en su causa y en su necesidad, defenderán hasta la muerte su tierra natal, ayudándose mutuamente como buenos camaradas en la medida de sus fuerzas.

A pesar de que grandes extensiones de Europa y muchos Estados antiguos y famosos han caído o pueden caer en manos de la Gestapo y de todo el odioso aparato del gobierno nazi, nosotros no flaquearemos ni fracasaremos. Seguiremos hasta el final. Lucharemos en Francia, lucharemos en los mares y océanos, lucharemos con creciente confianza y fuerza creciente en el aire, defenderemos nuestra isla, sea cual sea el coste. Lucharemos en las playas, lucharemos en los campos de desembarco, lucharemos en los campos y en las calles, lucharemos en las colinas; Nunca nos rendiremos. Y si —aunque no lo creo ni por un momento— esta isla o una gran parte de ella fuera subyugada y sometida al hambre, entonces nuestro Imperio de ultramar, armado y custodiado por la flota británica, asumiría la lucha, hasta que, cuando Dios lo considere oportuno, el Nuevo Mundo, con todo su poder y fortaleza, salga al rescate y la liberación del Viejo.

Se dice que, poco después de pronunciar su discurso, Churchill murmuró a un amigo: Y lucharemos con culos de botellas rotas, porque maldita sea si tenemos otra cosa.

Aunque la evacuación de Dunkerque fue una grave negligencia del ejército alemán, Hitler la presentó ante la opinión pública como un tremendo éxito. El 5 de junio dijo en un discurso:

¡Dunkerque ha caído! 40.000 soldados ingleses y franceses son todo lo que queda de los que habían sido grandes ejércitos. Hemos capturado cantidades inconmensurables de material. La mayor batalla de la historia del mundo ha terminado.

A partir de ese día, como era de esperar, las tropas alemanas empezarona presionar hacia el sur, en dirección a París. La aviación francesa derribó 40 aparatos alemanes, mientras que sólo 15 aviones propios fueron abatidos. Reynaud nombró a de Gaulle Subsecretario de Estado para la defensa nacional y la guerra, con la oposición de Weygand y Petain.

El gobierno británico prohibió las huelgas.

Un submarino alemán hundió un barco de cabotaje británico (Stancor).

El 6 de junio los franceses frenaron el avance alemán en Oisemont, aunque en Ailette tuvieron que retroceder. Pese a ello, en dos días los alemanes no lograron ningún progreso relevante. Habían intentado cruzar el Aisne, pero Weygand logró impedirlo. En Amiens fueron rechazados varias veces por la artillería francesa. La situación empezó a cambiar el 7 de junio, cuando los panzers destruyeron una división de infantería francesa al sur de Peronne, a la vez que se rompía el frente en Poix-de-Picardie.

Esa noche un único avión francés logró bombardear Berlín. Dio unas cuantas vueltas para que pareciera que eran varios aviones y luego lanzó su carga sobre unas fábricas.

Submarinos alemanes hundieron un mercante armado (HMS Carinthia) y dos cargueros (Eros y Francis Massey) británicos en el océano Atlántico.

Los soviéticos habían acusado nuevamente a Lituania del secuestro de tres de sus soldados, y el ministro de asuntos exteriores se había ofrecido a viajar a Moscú para tratar el asunto, pero los soviéticos dijeron que sólo aceptarían como interlocutor al primer ministro, Antanas Merkys, que ese día llegaba a la capital soviética para reunirse con Mólotov y escuchar esas y nuevas acusaciones sin fundamento alguno.

Bob Hope estrenó El castillo maldito, otra comedia de terror, y una de las muchas películas en las que Anthony Quinn interpretaba un papel secundario.

Edward G. Robinson estrenó la comedia La tumba de los gangsters. Sus otras dos películas de ese año fueron biográficas: La bala mágica del doctor Ehrlich y Una comunicación de Reuter's. En la primera interpreta al premio Nobel Paul Ehrlich y en la segunda al empresario Paul Julius von Reuter. En la comedia intervenía como secundario Humphrey Bogart.

El rey Haakon VII de Noruega fue evacuado desde Tromsø. Tanto el rey como su heredero, el príncipe Olaf, se plantearon la posibilidad de permanecer en Noruega, pero los británicos se lo desaconsejaron. El príncipe sugirió que él podría quedarse, pero, dado que su padre tenía ya 68 años, lo persuadieron de que lo acompañara para evitar los problemas que supondría que el rey pudiera fallecer mientras él estaba bajo el control de los nazis. La operación salió cara, pues, ya el 8 de junio, dos buques de guerra alemanes destruyeron un portaaviones británico y dos destructores noruegos. Los buques alemanes iban a participar en la Operación Juno, que pretendía atacar Harstad para que los aliados tuvieran que desviar fuerzas desde Narvik, pero al final no hubo ocasión de llevarla a cabo, pues los alemanes descubrieron finalmente que ambas ciudades estaban siendo evacuadas el mismo día en que terminó la evacuación, así que improvisaron un cambio de plan y atacaron a los barcos escoltaban la evacuación.

Ese día de Gaulle visió a Weyland y, cuando le mostró su voluntad de seguir luchando, Weyland se rió. Consideraba que Francia estaba perdida y que, una vez derrotada, los británicos no tardarían en rendirse. Esperaba que, tras un armisticio, los alemanes le permitirían conservar un ejército lo suficientemente grande como para "mantener el orden" en Francia.

El 9 de junio los alemanes cruzaron el Sena y tomaron Rouen. También lograron establecer varias cabezas de puente sobre el Aisne.

De Gaulle voló a Londres, donde se entrevistó con Churchill por primera vez, y le planteó la posibilidad de transportar a medio millón de franceses hasta las colonias del norte de África, así como crear un reducto libre en Bretaña.

Un submarino alemán hundió un carguero finlandés (Margareta) en el océano Atlántico.

En una segunda entrevista con Antanas Merkys, Mólotov acusó al gobierno lituano de conspirar con Letonia y Estonia para establecer una alianza militar secreta contraria a los pactos firmados con la Unión Soviética.

Una multitud de unas 2.500 personas quemó una iglesia de los testigos de Jehovah en Kennebunkport (Maine), en los Estados Unidos.

Los alemanes avanzaban también por la costa norte francesa, así que el 10 de junio los británicos comenzaron a evacuar desde Le Havre al resto de sus tropas en el norte del país. Fue la llamada Operación Cycle.

A las 16:30 el conde Ciano presentó al embajador francés en Roma una declaración de guerra, y a las 16:45 hizo lo propio ante el embajador británico. Según Ciano, el embajador francés se alarmó ostensiblemente al recibir la noticia, mientras que el británico la recibió "sin pestañear".

Sin el apoyo aliado, el ejército noruego no tenía posibilidades de resistir a los alemanes, así a las 17:00 se firmó la capitulación.

A las 18:00 Mussolini compareció para declarar que había llevado al país a la guerra "para rectificar fronteras marítimas". Italia no estaba preparada para la guerra, pero unos días antes Mussolini le había dicho al mariscal Pietro Badoglio: Sólo necesito unos pocos miles de muertos [italianos] para estar en condiciones de sentarme en la conferencia de paz como un hombre que ha luchado. Tropas italianas en el África Oriental Italiana atacaron la frontera del Sudán británico a la vez que la aviación bombardeaba algunos fuertes. En Gran Bretaña hubo tumultos en los que se lanzaron piedras contra los comercios italianos. Esa noche los franceses destruyeron con explosivos las líneas de comunicación con Italia.

En una reunión del gobierno, de Gaulle, secundado por Reynaud propuso una defensa a ultranza de París, pero Weygand y Petain eran partidarios de la rendición, y eran las máximas autoridades militares, así que finalmente se acordó declarar a París ciudad abierta, es decir, que anunciar a los alemanes que, si lograban alcanzarla, no sería defendida, para evitar así que fuera bombardeada y sufriera daños irreparables. Alrededor de las 23:00 Reynaud y de Gaulle salieron de París hacia Tours.

El 11 de junio el rey Víctor Manuel III de Italia proclamó a Mussolini como "comandante supremo de todas las fuerzas armadas en activo en todos los frentes", una atribución que le correspondía al monarca, según la constitución.

El resto del gobierno francés salió de París hacia Tours. A las 19:00, Churchill y Reynaud, junto con varios miembros de sus gobiernos respectivos y asesores militares, se reunieron en el castillo de Muguet, cerca de Briare. Churchill sugirió que los franceses debían iniciar una guerra de guerrillas contra los alemanes. Reynaud y de Gaulle se mostraron partidarios de continuar la guerra desde África o, como sugería de Gaulle, desde Bretaña, si era posible mantenerla libre, pero Weygand afirmó que sólo podía garantizar que el frente resistiera un día más. El espíritu combativo de de Gaulle impresionó a los británicos. Churchill y de Gaulle concebían la situación a escala mundial, mientras que Weygand consideraba que la situación era un episodio más del ciclo de relaciones franco-alemanas que se había iniciado en 1870, cuando los alemanes invadieron Francia y derrocaron a Napoleón III. Se acordó trasladar el gobierno a Burdeos, a pesar de que de Gaulle prefería Quimper, en Bretaña.

Un submarino alemán hundió dos cargueros griegos (Mount Hymettus y Violando N Goulandris) frente a la costa atlántica española.

La RAF bombardeó el aeropuerto italiano de El Adem, en Libia. Unas horas más tarde los italianos bombardeaban la isla británica de Malta. Hubo diez oleadas ese día, que se prolongaron en los días siguientes, especialmente sobre los puertos, en un intento de evitar que la isla fuera aprovisionada.

El 12 de junio, antes del amanecer, aviones británicos bombardearon Turín y Génova. Mataron a 15 civiles sin producir ningún daño relevante en las industrias italianas.

Tropas francesas cruzaron la frontera italiana por los Alpes y protagonizaron una escaramuza con los italianos en el paso Maddalena. Un soldado italiano resultó muerto y otros dos quedaron heridos.

La conferencia de Briare terminó sin mucho consenso entre franceses y británicos, pero Churchill obtuvo al menos el compromiso de que el gobierno no tomaría ninguna decisión de rendición sin informar previamente a los británicos. Churchill prometió que Gran Bretaña restauraría a Francia "en toda su dignidad y grandeza".

Aviones italianos bombardearon el norte de Túnez.

Rommel llegó a El Havre, pero, en lugar de atacar, retrocedió y encerró en Saint-Valery-en-Caux a 46.000 soldados británicos y franceses que se dirigían hacia el puerto para ser evacuados. 2.137 británicos y 1.184 franceses pudieron ser embarcados, pero el resto, entre ellos unos 6.000 británicos, fueron hechos prisioneros. Esa noche más de 11.000 británicos fueron evacuados desde Le Havre, la totalidad de los presentes.

Submarinos alemanes hundieron tres cargueros británicos (Barbara Marie, Earlspark y Willowbank) en el Atlántico.

El 13 de junio, antes de regresar a Gran Bretaña, Churchill y sus acompañantes mantuvieron otra reunión con de Gaulle y otros militares franceses en Tours, pero no se llegó a nada nuevo. La mayor preocupación del primer ministro británico era que la flota francesa no cayera en manos alemanas.

Mussolini ofreció a los alemanes enviar una división armada al frente francés a cambio de artilería, pero su oferta fue rechazada.

Esa tarde llegó a Burdeos el gobierno francés. Weygand hizo pública la declaración de París como ciudad abierta. Se prohibía toda acción bélica contra los alemanes en el interior de la ciudad. Los alemanes capturaban mientras tanto Saint-Dizier y Troyes.

Un submarino alemán hundió un mercante armado británico (HMS Scotstoun) en el Atlántico.

A las 4:26 del 14 de junio la armada francesa bombardeó varios puntos de la costa italiana: unos tanques de petróleo en Vado Ligure, una siderúrgica en Savona y una planta de producción de gas a patir de carbón en Sestri Ponente.

A las 7:30 se firmó un alto el fuego para los alrededores de París, bajo la amenaza alemana de bombardear la ciudad. Poco después se retiraban las banderas francesas de las fachadas para ser sustituidas por banderas con la cruz gamada. Los alemanes entraron en París sin oposición. Fue una entrada silenciosa, pues dos millones de parisinos habían huido de la ciudad y todas las tiendas estaban cerradas. Los que se quedaron pudieron comprobar que los alemanes se comportaron muy educadamente en todo momento. Poco después establecieron un toque de queda que prohibía circular por las calles entre las 21 y las 5 horas. La hora de París se ajustó a la de Berlín. El empeerador Guillermo II envió un telegrama a Hitler que decía: Enhorabuena, ha vencido con mis tropas.

Submarinos alemanes hundieron un mercante británico (Balmoralwood) y dos griegos (Antonis Georgandis y Moung Myrto) en el Atlántico.

Ese día se estrenó La hora fatal, dirigida por Frank Borzage y protagonizada por Margaret Sullavan y James Stewart. Un drama anti-nazi ambientado en la alemania de 1933, cuando Hitler ascendió al poder.

En el bosque de Palmiry tuvo lugar la primera matanza relacionada con la "Operación extraordinaria de pacificación", en la que los nazis asesinaros a 20 polacos. Al campo de concentración de Auschwitz llegaron los primeros presos ordinarios: 728 polacos, principalmente niños, estudiantes y soldados procedentes de la saturada cárcel de Tarnów.

La Unión Soviética bloqueó los puertos de Estonia y dos bombarderos derribaron un avión de pasajeros finlandés que transportaba tres valijas diplomáticas de las embajadas estadounidenses en Tallin, Riga y Helsinki (las capitales de Estonia, Letonia y Finlandia). Un diplomático estadounidense resultó muerto (la autoría soviética no se supo en el momento, por lo que no hubo reacciones oficiales). Justo antes de la medianoche, Mólotov presentó un ultimátum al ministro de asuntos exteriores lituano, que se encontraba en Moscú. Las exigencias eran:

  1. Que el ministro del interior y el director del Departamento de Seguridad del Estado fueran juzgados por el secuestro de los soldados soviéticos (el primero había dimitido ya y el segundo había sido cesado en un intento de complacer a los soviéticos).
  2. Que se formar un nuevo gobierno "más adecuado" para respetar el Pacto de Asistencia Mutua.
  3. Que se permitiera entrar en Lituana a un "número suficiente" de soldados soviéticos.

El plazo terminaba a las diez de la mañana del día siguiente. El gobierno se reunió urgentemente, aunque todos creían que, fuera cual fuera la respuesta que dieran, los soviéticos invadirían el país. No obstante, se equivocaban al pensar que los comunistas podían actuar con tan poca mala fe. En realidad ya estaban provocando incidentes en la frontera para que la menor reacción justificara una invasión. De todos modos, decidieron aceptar el ultimátum sin la menor protesta. Ya el 15 de junio, así se lo comunicaron a los soviéticos, junto con el nombre de un posible nuevo primer ministro, pero al mediodía llegó un comunicado de Moscú en el que se indicaba que el candidato propuesto no era aceptable, sino que debía elegirse bajo la supervisión de un enviado de Mólotov. Así, Merkys continuó como primer ministro. Más aún, a partr de ese día ejerció también como presidente de la República de facto, porque Antanas Smetona delegó en él sus atribuciones y a las 15:00 huyó a Alemania con su familia, al mismo tiempo que el Ejército Rojo invadía el país. Rápidamente los soviéticos llegaron a la frontera con Letonia, mataron a tres guardas fronterizos y a tres civiles y tomaron otros 10 guardas y 27 civiles como rehenes, que fueron llevados a la Unión Soviética.

Hasta el momento Alemania había enviado a Francia dos grupos de ejército: el que entró a través de Bélgica y los Países Bajos y el que entró por Sedán. Ahora un tercer grupo iniciaba la operación Tigre, un asalto a la línea Maginot a lo largo del Rin. La línea Maginot contaba entonces con muy pocos defensores, muy inferiores en número a las fuerzas invasoras. Ese día los alemanes tomaron la fortaleza de Verdún, que nunca pudieron tomar en la Primera Guerra Mundial.

De Gaulle marchó a Rennes para estudiar la viabilidad de organizar un reducto bretón. Ese mismo día embarcó hacia Gran Bretaña para negociar la ayuda británica para el transporte de tropas a África.

Los británicos iniciaron la operación Ariel, para evacuar todas sus tropas en francia a través de los distintos puertos de la costa atlántica. Los primeros fueron los de Cherbourg y St Malo.

Submarinos alemanes hundieron un mercante armado británico (HMS Andania) cerca de Islandia, y dos cargueros de un convoy que cruzaba el Atlántico, uno canadiense (Erik Boye) y otro noruego (Italia).

La aviación italiana bombardeó Córcega, y el 16 de junio se repitió la acción. Tres de los aviones fueron derribados. Un barco de guerra francés obligó a emerger a un submarino italiano para luego hundirlo de una embestida.

La opción de rendirse a los alemanes se imponía en los ministros de Reynaud. Como éste no estaba dispuesto a aceptarla, presentó su dimisión al presidente Lebrun, que la aceptó y lo sustituyó —a propuesta del propio Reynaud— por Petain, que formó un gobierno integrado exclusivamente por partidarios del armisticio. El nuevo ministro de asuntos exteriores ya se había puesto en contacto el día anterior con el embajador español para pedirle que se pusiera en contacto con Berlín para preguntar cuáles serían las condiciones de una rendición. Todos los aviones en condiciones de cubrir la distancia necesaria, fueron evacuados a África.

Aristides de Sousa Mendes era cónsul de Portugal en Burdeos. El año anterior había otorgado un visado a un profesor austriaco contraviniendo los criterios establecidos por su gobierno, hacía tres meses había expedido otro para un comunista español y luego había llegado a falsificar un pasaporte portugués para un desertor luxemburgués. Ese día emitió 40 visados a diversos solicitantes.

Siguiendo con la operación Ariel, la flota británica empezó a evacuar soldados en St. Nazaire y Nantes. La aviación alemana atacó el puerto, aunque no logró causar daños graves.

Letonia y Estonia recibieron ultimátums similares al que había recibido Lituania, pero sólo con un plazo de ocho horas. Sin otra opción, ambos países se rindieron sin lucha. En pocos días, medio millón de soldados soviéticos entraron en los países bálticos.

Un submarino británico (HMS Grampus) fue hundido cerca de Sicilia por cuatro torpederos italianos. Un submarino italiano hundió un petrolero noruego (James Stove) en el mar Rojo. Un submarino alemán hundio un carguero británico (Wellington Star) cerca de la costa atlántica española. Una patrullera francesa hundió un carguero alemán (Königsberg) por la misma zona.

La policía de Lichfield (Illinois) tuvo que encarcelar a los 60 testigos de Jehovah del pueblo para protegerlos de sus vecinos.

A las 3:00 del 17 de junio los ayudantes de Hitler se encontraron con un dilema. Había llegado la petición de Petain de negociar la paz, y el problema era si debían o no despertar al Führer. Al final su ayuda de cámara se atrevió, y Hitler no se mostró sorprendido. Hacía días que esperaba la noticia.

Mussolini recibió a su vez a través del Vaticano la oferta de rendición de Francia, y ese mismo día salió en tren hacia Munich para entrevistarse con Hitler.

De Gaulle había regresado de Gran Bretaña el día anterior, según lo previsto, pero se había encontrado por sorpresa con el gobierno derrotista de Petain, que parecía ansioso de ganarse la confianza de Hitler. No era descabellado temer por su seguridad, así que, tras visitar a Reynaud, a las 9:00 voló de nuevo a Gran Bretaña en un avión británico. No había recibido ninguna orden para emprender dicho viaje, por lo que técnicamente estaba desertando.

Sobre las 10:00, tres aviones alemanes alcanzaron en Rennes un tren que transportaba municiones y otros que transportaban soldados y refugiados. En total murieron unas 800 personas.

La operación Tigre progresaba lentamente, pero progresaba. Las fortalezas francesas iban cayendo una a una. Por otra parte, Guderian llegó hasta la frontera suiza desde la retaguardia francesa, con lo que la línea Maginot quedó aislada del resto de Francia.

Mientras tanto Aristides de Sousa Mendes empezaba a repartir visados a cualquiera que se los pidiera, sin hacer preguntas. Cuando recibió quejas desde Lisboa dijo: Si hay que desobedecer, prefiero que sea a una orden humana que a una divina. Enseguida empezó a colaborar con él el diplomático español Eduardo Propper de Callejón. Había llegado a Burdeos hacía poco, procedente de París. Allí se encontró con que el cónsul español había huido de la ciudad, mientras miles de franceses hacían cola ante el consulado con la esperanza de conseguir un visado. Propper abrió el consulado y llegó a expedir en unos días más de 30.000 visados que autorizaban a los portadores a atravesar España con destino a Portugal.

La huida del presidente lituano dejaba un vacío legal que el primer ministro Merkys solventó anunciando que lo había destituido (aunque no tenía atribuciones constitucionales para ello) y que pasaba a ocupar el cargo. De acuerdo con las exigencias del ultimátum, hizo arrestar a los presuntos responsables del presunto secuestro de los presuntos soldados presuntamente soviéticos y transfirió tanto el cargo de presidente como el de primer ministro a Justas Paleckis, que contaba con el visto bueno de los comunistas lituanos. Unos días más tarde Merkys trataría de huir a Suecia, pero sería arrestado y deportado con su familia a la Unión Soviética. El día de su nombramiento, Pakeckis dio la impresión de no saber muy bien qué hacer, pero al día siguiente ya tenía un programa de gobierno justo a medida de los intereseses soviéticos. Algo similar sucedió en Letonia, donde el presidente Kārlis Ulmanis nombró primer ministro al títere Augusts Kirhenšteins.

A las 15:00 de Gaulle se entrevistaba en Londres con Churchill, y planearon que el general francés emitiera un mensaje por radio animando a los franceses a resistir a los alemanes, pero consideraron oportuno esperar a que Petain anunciara su propósito de rendirse. Esto se produjo horas más tarde.

Durante la evacuación de St. Nazaire, la aviación alemana bombardeó al Lancastria, un buque abarrotado de soldados y civiles que terminó hundiéndose. Los pilotos alemanes vieron que del barco salían manchas de petróleo y lanzaron bengalas para incendiarlas, con lo que muchos de los que se habían arrojado al agua murieron abrasados. Se salvaron unas 2.500 personas, pero más de 3.500 hombres, mujeres y niños fallecieron. Jamás se habían perdido tantas vidas en un naufragio de un barco británico. Churchill ordenó no difundir la noticia. Ese día se inició la evacuación en el puerto de La Pallice.

Los italianos bombardearon el centro de Marsella, causando 143 muertos y 136 heridos. También atacaron Túnez.

Submarinos alemanes hundieron un barco de pasajeros fancés (Champlain) y un carguero griego (Elpis) en el Atlántico. Un barco francés embistió y hundió un submarino italiano (Provana) frente a la costa de Argelia.

El 18 de junio, los alemanes entraban en Le Mans, Belfort, Metz y Dijon. 560 alumnos de la escuela de caballería de Saumur, junto con otros 1.600 soldados de diversa procedencia, trataron de impedir que unos 40.000 alemanes cruzaran el Loira. El arrojo de los estudiantes impresionó a los alemanes, aunque, naturalmente, fueron derrotados.

Mussolini y Hitler se vieron en Munich. El Duce llevaba una lista del botín de guerra que quería reclamar a los franceses (quería ocupar Francia hasta el Ródano, apropiarse de la flota francesa y anexionar a Italia Niza, Córcega y Saboya, pero Hitler no mostró ningún interés en discutir el asunto. Además, se negó a que Mussolini participara en las negociaciones de paz con Francia al lado de Alemania. Debía negociar sus condiciones independientemente.

A las 3:39 Winston Churchill compareció ante el Parlamento para informar del curso de la guerra. Su discurso terminó así:

Vayan las cosas como vayan en Francia, o con el gobierno francés, o con otro gobierno francés, en esta isla y en el Imperio Británico nunca perderemos nuestro sentido de camaradería con el pueblo francés. Si estamos llamados a sufrir lo que ellos han sufrido, los imitaremos en su valor, y si la victoria final recompensa nuestros esfuerzos, ellos compartirán nuestras ganancias, ya lo creo que sí. Y la libertad les será devuelta a todos ellos. No debemos disminuir un ápice nuestras justas demandas. Checos, polacos, noruegos, neerlandeses, belgas, todos los que han unido sus causas a la nuestra deben ser resarcidos.
Lo que el general Weygand ha llamado la Batalla de Francia ha terminado... la Batalla de Gran Bretaña está a punto de empezar. De esta batalla depende la supervivencia de la civilización cristiana. De ella depende nuestro propio estilo de vida británico, y la continuidad de nuestras instituciones y nuestro imperio. Toda la furia y el poder del enemigo se volverá pronto contra nosotros. Hitler sabe que tendrá que derrotarnos en esta isla o perderá la guerra. Si podemos resistirlo, toda Europa podrá ser liberada y la vida del mundo podrá avanzar hacia amplias y soleadas cimas.
Pero si perdemos, entonces el mundo entero, incluidos los Estados Unidos, incluyendo todo lo que hemos conocido y hemos protegido, se hundirá en el abismo de una nueva edad oscura, que será más siniestra y tal vez más duradera por las luces de la ciencia perversa. Así que consagrémonos a nuestros deberes y comportémonos de tal modo que si el Imperio Británico y su Mancomunidad duran mil años más, la gente pueda decir Ésta fue su mejor hora.

Hitler no se planteó en ningún momento la posibilidad de atacar Suecia, porque no le hacía ninguna falta. Con la ocupación de Noruega, Suecia y Finlandia quedaban encerradas entre la Unión Soviética y el Tercer Reich, así que no tenían más remedio que colaborar con alguno de los dos. Puesto que el comercio marítimo sueco quedaba en manos de la marina alemana, Suecia accedió ese día a firmar un acuerdo por el que permitía el paso de soldados alemanes desarmados y de material militar por su territorio.

Tras más de mes y medio de combates, los chinos lograron detener el ataque japonés en Zaoyang, donde los japoneses tuvieron más de 30.000 bajas, aunque trataron de disimularlas.

Ese día terminó la evacuación en Cherbourg y St Malo. En total, 30.630 hombres en Cherbourg y 21.474 en St. Malo, sin ninguna pérdida humana ni material. Cuando Rommel entró en la ciudad a las 4.30, no encontró en ella ni un solo británico.

A las 19:00 Charles de Gaulle pronunció un discurso en la BBC en el que animó a los franceses a no aceptar la capitulación del gobierno y continuar luchando contra los alemanes:

[...] Esta guerra no se limita al triste territorio de nuestro país. Esta guerra no se decidió en la Batalla de Francia. Esta guerra es una guerra mundial. Todos los errores, todos los retrasos, todas los sufrimientos no impiden que haya, en el universo, todos los medios necesarios para aplastar un día a nuestros enemigos. Aplastados hoy por la fuerza mecánica, podemos vencer en el futuro con una fuerza mecánica superior. El destino del mundo está en juego. [...]

El discurso no tuvo mucha audiencia, y la BBC no se molestó en grabarlo, pero fue reproducido por varios periódicos franceses.

Frédéric Joliot Curie envió a dos de sus colaboradores a Gran Bretaña, en parte por su propia seguridad, ya que tenían ascendencia judía, y en parte para proteger sus descubrimientos sobre energía nuclear. Además de documentos y su conocimiento de primera mano de las investigaciones de Curie, llevaron consigo 200 kg de agua pesada.

De Nantes salieron dos convoyes esa noche con destino a Plymouth. Uno de los barcos, con 2.000 hombres a bordo, fue atacado por un avión alemán, pero los soldados lograron acertar en la cabina. El avión rompió las puntas de los mástiles y la antena antes de estrellarse en el mar ante los gritos de júbilo de los pasajeros.

Submarinos alemanes hundieron un carguero noruego (Altair), un carguero finlandés (Sarmatia) y dos pesqueros españoles frente a la costa británica.

El Irgún había llegado a la conclusión que la situación de los judíos en Europa era mucho peor que en Palestina, así que decretó un alto el fuego en su batalla particular contra Gran Bretaña, y se dispuso a ayudar a ésta en la guerra contra los nazis y sus aliados. Ese día los británicos amnistiaron a varios terroristas, como Hanoch Kalai.

En Nueva Jersey tuvo lugar una manifestación conjunta del Ku Klux Klan y la Liga Germanoamericana, una asociación de estadounidenses de origen alemán que hacía propaganda en favor de la Alemania nazi. Para estas fechas, el Klan era ya una reliquia del pasado, que se estaba reduciendo a pequeños grupos sin conexión entre sí que, no obstante, podían linchar a algún negro de vez en cuando por tratar de convencer a otros de que votaran, y cosas así.

Cinco testigos de Johovah fueron apaleados en Rawlins (Wyoming).

El 19 de junio terminó la evacuación de Brest, que fue tomada por los alemanes a las 19:00, en cuanto terminó la evacuación. El cuerpo diplomático británico abandonó Burdeos, junto con el gobierno polaco en el exilio. Su primer ministro, Władysław Sikorski, se entrevistó con Churchill y le prometió el apoyo de las fuerzas polacas hasta la victoria final. El general ordenó a todas las fuerzas polacas presentes en Francia que no se rindieran, sino que trataran de huir a Suiza, a Gran Bretaña o a África.

De Gaulle volvió a hablar por radio en la BBC, y esta vez negó abiertamente la legitimidad del gobierno de Burdeos, que estaba dispuesto a negociar la rendición ante Alemania, e instó a las tropas francesas en el norte de África a no aceptar las órdenes de Burdeos. El ministerio de asuntos exteriores británico protestó ante Churchill por estas declaraciones, ya que estaba tratando de negociar con el gobierno francés aspectos tan delicados como el futuro de la flota francesa.

De Gaulle telegrafió al general Charles Noguès, que estaba al mando de las fuerzas francesas en Marruecos, ofreciéndole servir bajo sus órdenes o cooperar de algún otro modo. Noguès, aunque estaba decepcionado con el anuncio del armisticio, no aceptó, e impidió que la prensa del nore de África publicara un manifiesto de de Gaulle. Éste envió también un telegrama a Weygand ofreciéndose a servir bajo sus órdenes, pero Weygand también rechazó la propuesta.

Juan Negrín ofreció a Manuel Azaña una plaza vacante en el barco que iba a transportarlo a México desde Francia, pero Azaña no pudo realizar el viaje por razones de salud.

Submarinos alemanes hundieron un carguero griego (Adamandios Georgandis), dos cargueros británicos (Baron Loundoun y British Monarch), otro yugoslavo (Labud), otro noruego (Tudor), un petrolero francés (Brumaire) y un barco de pasajeros belga (Ville de Namur). Un destructor italiano hundió un submarino britanico (HMS Orpheus) frente a la costa de Libia. Torpederos alemanes hundieron otro carguero británico (Roseburn) en el mar del Norte.

Japón hizo una "petición" al gobernador general de la Indochina Francesa, Georges Catroux, que en realidad era un ultimátum, por el que todas las líneas de suministro a China debían ser cerradas, y que un equipo de inspección formado por 40 hombres bajo la dirección del general Issaku Nishihara se encargaría de confirmarlo. Catroux recibió informes de que el ejército y la marina japonesa estaban maniobrando de forma amenazadora.

El 20 de junio los alemanes tomaron Lyon, mientras la Luftwaffe bombardeaba Burdeos.

Aristides de Sousa Mendes se había trasladado a Bayona, donde continuaba expidiendo visados al por mayor. Mientras tanto, la embajada británica en Lisboa había enviado una queja al ministerio de Asuntos Exteriores porque el cónsul portugués en Burdeos (Sousa) había estado retrasando la concesión de visados a ciudadanos británicos para cobrarles tasas adicionales por expedirlos en horas extraordinarias.

El presidente letón, Kārlis Ulmanis, tuvo que aceptar un gobierno designado desde Moscú. Muchos comunistas tuvieron que ser excarcelados y ese día organizaron un desfile de acción de gracias en honor a Stalin.

La flota británica evacuó a cuantos hombres pudo en Bayona y luego zarpó hacia St Jean-de-Luz.

El gobierno francés pidió a Italia iniciar negociaciones de paz. Tras haber consultado a Burdeos, Catroux aceptó el ultimátum japonés y en una semana se encargó de que dejaran de circular los trenes que llevaban a China suministros de parte de los aliados.

Ese día tuvo lugar una de las matanzas en Palmiry mejor documentadas. Los nazis llevaron al bosque a 358 prisioneros desde Pawiak, entre los que figuraban políticos, militares, deportistas, abogados, pintores, escritores, una actriz, etc. Entre ellos estaba, por ejemplo, Janusz Kusociński, el ganador de la carrera de 10.000 metros en las olimpiadas de 1932.

Mientras tanto, Hitler aprobaba unas directrices de Himmler por las que se debía iniciar un proceso de secuestro de niños polacos para buscar entre ellos descendientes de arios que pudieran ser germanizados. Se calcula que unos 200.000 niños serían secuestrados en los años siguientes.

Submarinos alemanes hundieron un carguero griego (Adamantinos), dos británicos (Empire Conveyor y Otterpool), otro sueco (Tilia Gorthon) y un petrolero neerlandés (Moordrecht). Un submarino británico hundió otro italiano (Diamante) frente a las costas de Libia.

Esa noche el ejército italiano inició un ataque sobre la frontera francesa en los Alpes, pero los franceses lo rechazaron fácilmente a pesar de su inferioridad numérica.

Reginal Victor Jones era un joven doctor en física de 29 años a quien el gobierno británico había encargado el estudio de la tecnología alemana. Analizando los restos de un bombardero alemán derribado, se percató de que lo que en principio era un sensor de señales electromagnéticas diseñado para como ayuda para el aterrizaje era mucho más sensible de lo necesario para tal función. Jones conjeturó que así podía ser empleado como ayuda para localizar los objetivos de los bombardeos. En efecto, se trataba del sistema que los alemanes llamaban Knickebein (el nombre de un cuervo mágico de la mitología alemana), por el que dos antenas emitían señales desde dos puntos distintos marcando dos líneas que se cruzaban en el objetivo del bombardeo. El sensor en el avion detectaba la intersección de ambas líneas y así le indicaba al piloto cuándo debía lanzar las bombas. Jones mencionó esta posibilidad a Churchill, quien ordenó que se investigara. Muchos eran escépticos sobre que algo así pudiera funcionar, pero el 21 de junio, Jones logró convencer a los responsables necesarios de la RAF de que permitieran despegar un avión equipado con un receptor estadounidense de radioaficionado que habían comprado en una tienda de Londres, con instrucciones de detectar impulsos electromagnéticos. Al cabo de un rato, el avión encontró un haz de impulsos que procedía de Cléveris, y más tarde se encontró el segundo haz procedente de Stollberg. La intersección de ambos haces se encontraba sobre la fábrica de motores de la Rolls-Royce en Derby.

Jones recibió una copia del Informe Oslo, el informe anónimo que había sido recibido en la embajada de Oslo el año anterior. En general, había sido recibido con escepticismo, porque era "demasiado bueno para ser verdad", pero Jones consideró que, a pesar de algunas inexactitudes, los detalles técnicos eran correctos. En un informe al respecto escribió:

Una revisión cuidadosa de todo el informe deja solo dos posibles conclusiones: (1) que ha sido enviado para persuadirnos que los alemanes están tan avanzados como nosotros o (2) que la fuente es genuinamente desafecta al régimen alemán y deseaba decirnos todo lo que sabía. La precisión general de la información, la entrega gratuita de la espoleta y el hecho de que la fuente no haya hecho ningún esfuerzo, hasta donde se conoce, por explotar el asunto, junto con el subsecuente curso de la guerra y nuestro reciente conocimiento del Knickebein, pesa fuertemente a favor de la segunda conclusión. Parece, entonces, que la fuente es confiable y manifiestamente competente.

La opinión de Jones fue decisiva, y el informe fue estudiado a fondo, y se convirtió en una fuente valiosísima de información para el diseño de contramedidas ante los avences tecnológicos alemanes.

Italia lanzó un ataque contra la frontera francesa en los Alpes bajo la dirección del príncipe Humberto de Saboya, el heredero del rey Víctor Manuel III. Un total de 32 divisiones con 80.000 hombres penetraron unos kilómetros en territorio francés. La aviación italiana bombardeó un destructor francés, pero no dio en el blanco.

Hitler había elegido un lugar muy significativo para llevar a cabo las negociaciones de paz con Francia: El bosque de Compiègne, donde se había firmado el armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial. William Shirer, un periodista estadounidense, relató así el momento en que Hitler vio el monumento conmemorativo (en el que se mostraba un águila imperial alemana atravesada por una gran espada):

[...] Vi detenerse al Führer, lo vi mirar al monumento... Entonces leyó la inscripción en el gran bloque de granito en el centro del claro: "Aquí, el 11 de noviembre de 1918, sucumbió el orgullo criminal del Imperio Alemán... derrotado por los pueblos libres que había tratado de esclavizar." Busqué la expresión de la cara de Hitler. Estoy a menos de 50 metros de él y lo veo a través de mis gafas como si estuviera ante mí. He visto esa cara muchas veces en los grandes momentos de su vida, ¡pero hoy...! Está ardiendo de desprecio, de ira, de odio, de venganza, de triunfo. Se aleja del monumento y se esfuerza por hacer de su gesto una obra maestra del desprecio. Vuelve a mirarlo despectivo, irritado... de repente, como si su cara no estuviera expresando completamente sus sentimientos, puso su cuerpo entero en armonía con su estado de ánimo. Rápidamente pone las manos en las caderas, arquea los hombros y separa sus pies en un magnífico gesto de desafío, de ardiente desprecio.

El vagón de tren que fue usado en su momento para las negociacioes había sido sacado de un museo para situarlo en el mismo lugar donde había estado situado en 1918. Sobre las 3:15, Hitler se sentó en la misma silla en que se había sentado el mariscal Foch, y después de escuchar la lectura del preámbulo, se levantó y se marchó para expresar su desprecio hacia los negociadores franceses. Las negociaciones las dirigió en su lugar el mariscal Wilhelm Keitel.

Konstantin Päts tuvo que nombrar primer ministro de Estonia al comunista Johannes Vares. En Tallin hubo cierta resistencia al cambio de gobierno, que dio lugar a dos muertos estonios y 10 soviéticos. En los días siguientes, Päts tuvo que firmar una serie de decretos que incluían una nueva ley electoral de candidaturas únicas (la única forma en que los comunistas podían ganar unas elecciones).

El rey Carlos II de Rumanía, después de haber contemplado con horror la alianza germano-soviética, se encontraba ahora con el hundimiento de los aliados, por los que había apostado para resistir las presiones de sus vecinos. Puestos a buscar un nuevo amparo, consideró que el menos malo era la Italia fascista, así que el partido único, el Frente de Renacimiento Nacional, que teóricamente era fascista, pero en la práctica era un simple refugio para políticos corruptos, fue reconvertido en un nuevo partido con auténtica vocación fascista, con el nombre de Partido de la Nación.

Jean-Paul Sartre servía como meteorólogo en el ejército francés, cuando fue capturado por los alemanes en Padoux. Fue trasladado a un campo de detención en Alemania, en el que convivió con otros 25.000 prisioneros.

Submarinos alemanes hundieron un carguero neerlandés (Berenice), un mercante armado británico (HMS Cape Howe), un carguero finlandés (Hilda), otro belga (Luxembourg) y dos petroleros británicos (San Fernando y Yarraville).

El 22 de junio los alemanes entraron en La Rochelle, pero todas las instalaciones portuarias habían sido voladas. Los italianos tomaron Mentón, pero allí los franceses detuvieron su avance. La armada francesa bombardeó Cagliari (en Cerdeña) y Trapani (en Sicilia), donde murieron 20 civiles.

A las 6:36 se firmó el armisticio entre Francia y Alemania. Como incluso algún general alemán se permitió observar, era menos duro que el armisticio que Alemania tuvo que firmar al término de la Primera Guerra Mundial. El acuerdo establecía que Alsacia y Lorena se reincorporaban a Alemania, toda la costa atlántica quedaba bajo la administración militar alemana, otra amplia zona permanecería bajo ocupación alemana y la mitad sur del país, salvo la costa atlántica, sería la "zona libre", administrada directamente por el gobierno francés. El ejército francés en la zona libre quedaba reducido a 10.000 hombres, sin artillería pesada o aviación de guerra. El imperio colonial francés quedaba bajo la administración directa del gobierno francés. Francia debería sufragar los gastos de mantenimiento del ejército de ocupación, estimados en 400 millones de francos al día. Los refugiados huidos de Alemania o Austria debían ser entregados a las autoridades alemanas. Además, Francia no debía entregar su flota, pero sus barcos debían acudir a sus puertos habituales de amarre en tiempos de paz. El alto el fuego entraría en vigor tres días más tarde.

Las razones de tanta "generosidad" por parte de Hitler eran, por una parte, que su objetivo prioritario era poner condiciones que los franceses pudieran aceptar para abandonar la guerra, y así poder volverse contra una Gran Bretaña aislada. La ocupación parcial fomentaba la impresión de que el armisticio era algo provisional: muchos franceses entendieron que Alemania se reservaba el control de los puertos franceses como forma de debilitar a Gran Bretaña, y que los alemanes se retirarían en cuanto los británicos se rindieran. Por eso mismo no se dio gran importancia a otra cláusula que decía que los prisioneros de guerra franceses continuarían retenidos hasta que se firmara un tratado de paz, es decir —se suponía— hasta la rendición de Gran Bretaña, que no tardaría mucho en producirse. Las colonias quedaban en manos del gobierno de Francés para evitar que cuajara la idea de de Gaulle de continuar la guerra desde ellas. Similarmente, Hitler permitió que Francia conservara su flota porque de otro modo hubiera sido muy difícil impedir que los barcos zarparan y se unieran a los británicos antes que entregarse a los alemanes.

Hitler estaba eufórico. Había calculado que alrededor de un millón de alemanes morirían en la conquista de Francia y, sin embargo, ésta se había realizado en el breve lapso de seis semanas con tan sólo 27.000 muertos, 18.400 desaparecidos y 111.000 heridos, apenas un tercio de las bajas alemanas en la batalla de Verdun, en la Primera Guerra Mundial. Por su parte, Francia contaba entonces 92.000 muertos y más de 200.000 heridos.

A las 20:00 de Gaulle habló nuevamente por radio para denunciar el armisticio. Esta vez, su audiencia en Francia fue mucho mayor:

El honor, el sentido común, y el interés del país requieren que todos los franceses libres, donde quiera que estén, continúen luchando como mejor puedan. [...] Es, pues, necesario reunir la mayor fuerza francesa posible allí donde sea posible. Todo lo que pueda reunirse mediante elementos militares y todos los elementos potenciales para la producción de armamento deben ser organizados allí donde existan. Yo, el general de Gaulle, estoy asumiendo esta tarea nacional aquí, en Inglaterra. Yo convoco a todos los franceses en servicio en tierra, mar y en las fuerzas aéreas, convoco a los ingenieros francedes y a los trabajadores cualificados de la industria armamentística que estén en territorio británico o tengan los medios de llegar hasta aquí para que vengan y se unan a mí.

Los japoneses presentaron más exigencias a Georges Catroux. La frontera China debía ser cerrada completamente, y se debía dar acceso a la armada japonesa al puerto chino de Guangzhouwan, a la sazón bajo administración francesa.

Submarinos alemanes hundieron dos cargueros (Crux y Randsfjord) y un petrolero (Eli Knudsen) noruegos, otro francés (Monique) y un carguero griego (Neion). Un submarino italiano hundió un carguero sueco (Elgo) ante la costa de Túnez.

En Parco (Wyoming) un testigo de Jehovah fue embreado y emplumado. En total, se informó de que unos 1.500 testigos de Jehovah habían sido agredidos en más de 300 localidades estadounidenses. Cuando un periodista preguntó a un sheriff  por qué estaban echando a los testigos de la ciudad, su respuesta fue: Son traidores, lo ha dicho el Tribunal Supremo, ¿no se ha enterado? Numerosos editoriales condenaron la decisión del Tribunal Supremo que había desencadenado esta persecución hacia los testigos de Jehovah. La propia Eleanor Roosevelt hizo un llamamiento público a la calma.

El 23 de junio aviones italianos que pretendían bombardear la artillería francesa en Cap Martin, se equivocaron y bombardearon la artillería italiana en Capo Mortola, a 10 km de distancia. Más éxito tuvieron bombardeando la base británica de Alejandría, en Egipto. Por su parte, los franceses bombardearon Palermo, dejando 25 muertos civiles.

Hitler viajó en tren a París, donde visitó la Torre Eiffel, el Arco de Triunfo, y la tumba de Napoleón.

A las 15:00 una delegación francesa llegó a Roma a bordo de tres aviones alemanes, con el propósito de negociar la paz. La primera reunión tuvo lugar a las 19:30. Después de que los italianos expusieran sus exigencias, los franceses pidieron un aplazamiento para consultar a su gobierno, así que la reunión se aplazó hasta el día siguiente. Después de haber conocido las exigencias alemanas, Mussolini había rebajado considerablemente las suyas, pero Hitler le indicó que las exigencias italianas le parecían muy suaves. Furioso, el Duce trató de endurecerlas, pero sus asesores lo convencieron de que ya era demasiado tarde para eso.

El gobierno de Burdeos declaró retirado al general de Gaulle, con rango de coronel. El gobierno británico denunció el armisticio como un incumplimiento del acuerdo anglofrancés firmado en marzo, y anunció que ya no consideraba al gobierno de Burdeos como el de un Estado independiente. También mencionó el plan de establecer un Comité Nacional Francés en el exilio, aunque sin nombrar a de Gaulle.

António de Oliveira Salazar destituyó a Aristides de Sousa Mendes, pero el cónsul siguió repartiendo visados a todos los que se encontraba camino a Hendaya. Cuando estuvo de vuelta en Lisboa, fue sancionado con una reducción de su sueldo a la mitad durante un año, algo meramente simbólico, pues se le podría haber juzgado por falsificación de documentos y por otros delitos que nunca fueron investigados.

Destructores británicos hundieron un submarino italiano (Torricelli) en el mar Rojo.

En Moscú Prokófiev pudo estrenar finalmente su ópera Semyon Kotko. Tuvo un gran éxito, más por su contenido propagandístico prosoviético que por la calidad de la música.

A las 2:00 del 24 de junio se inició la operación Collar, por la que 115 militares británicos divididos en cuatro grupos desembarcaron en cuatro playas francesas en Pas-de-Calais. Tenían 80 minutos para realizar un reconocimiento de la costa, y capturar prisioneros alemanes que pudieran facilitar información. Sin embargo, los soldados estaban mal entrenados y mal equipados, y todo lo que "lograron" fue matar a dos centinelas alemanes.

A las 19:15 se firmó el armisticio francoitaliano, que entraría en vigor poco después de la medianoche, al mismo tiempo que el armisticio francoalemán. Incluía el establecimiento de una zona desmilitarizada de una profundidad de 50 km en el lado francés de la frontera alpina. La zona de ocupación italiana se reducía al territorio conquistado por los italianos: menos de un millar de kilómetros cuadrados alrededor de Menton.

Un submarino alemán hundió un carguero panameño (Cathrine) cerca de Irlanda. Torpederos alemanes hundieron un petrolero (Albuera) y un barco de cabotaje británico (Kingfisher). Un buque de guerra británico embistió y hundió un submarino italiano (Galvani) en el golfo de Omán.

En los Estados Unidos era año de elecciones presidenciales, y ese día se reunió en Filadelfia la convención del Partido Republicano para elegir a su candidato. La elección iba a ser disputada, porque había tres candidatos fuertes y apenas 300 de los 1.000 delegados se había pronunciado en favor de alguno de ellos. De hecho, los dos más carismáticos eran abiertamente aislacionistas, es decir, que se oponían rotundamente a que los Estados Unidos se involucraran en la guerra europea. Hasta antes de la caída de Francia, el aislacionismo podría haber triunfado en unas elecciones presidenciales, pero ahora la opinión pública mostraba cada vez más simpatías hacia Gran Bretaña. En estas circunstancias, muchos presagiaban que de la convención saldría un candidato inesperado. La convención republicana fue la primera transmitida en directo por la televisión estadounidense.

El gobierno tailandés seguía promulgando "mandatos culturales" destinados a modernizar el país. Ese año promulgó un decreto que instaba a la población a ejercer un trabajo estable, otro que reformaba el himno nacional (abreviándolo y cambiando la palabra Siam por Tailandia) y otro que instaba a la población a aprender a leer y escribir el tailandés, y a enseñar a quienes no supieran.

El 25 de junio Hitler se dirigió a la nación alemana, elogiando al ejército por su victoria y ordenando que todas las banderas fueran expuestas durante diez días y que las campanas de las iglesias tocaran durante una semana. A los soldados alemanes se les proporcionó libros con vocabulario y frases básicas en inglés.

Aunque el ejército francés tenía órdenes de deponer las armas, y así lo hizo en la mayor parte de los casos, varias fortalezas de la línea Maginot se negaron a deponer las armas. A las 14:00 terminó oficialmente la operación Ariel. Un total de 191.870 militares y más de 30.000 civiles habían sido evacuados. No obstante, la flota británica siguió llevando a cabo evacuaciones de forma extraoficial en los puertos del Mediterráneo, aunque con mucha mayor dificultad, dado que ahora la Luftwaffe volaba sin restricciones sobre el cielo francés.

Un submarino alemán hundió un petrolero (Saranac) y un carguero (Windsorwood) de un convoy británico en el Atlántico.

Hitler ordenó destruir el monumento conmemorativo de Compiègne. Sólo quedó en pie la estatua del mariscal Foch, que Hitler quiso conservar para que "contemplara" la devastación del monumento. El vagón donde se firmó la capitulación alemana en 1918 y la francesa en 1940 fue llevado a Alemania como botín de guerra.

Cuatro años atrás, la princesa Juliana de los Países Bajos, que entonces tenía 27 años, se había casado con el conde Bernardo Leopoldo Federico Eberhard Julio Kurt Carlos Godofredo Pedro de Lippe-Biesterfeld, de 25. Había pertenecido al partido nazi y había mantenido unas relaciones formales con Hitler, aunque éste en cierta ocasión lo había calificado en privado de "completo idiota". Sin embargo, con su matrimonio había cambiado drásticamente su lealtad. Durante la invasión de los Países Bajos, metralleta en mano, había organizado a los guardias del palacio real para que dispararan a los aviones alemanes. Luego había huido a Gran Bretaña con la familia real y había solicitado el ingreso en los servicios de inteligencia británicos, cosa que no fue posible porque un alemán de pasado nazi hubiera desentonado un poco allí. Ese día habló en una emisión internacional de la BBC refiriéndose a Hitler como el tirano alemán y expresando su confianza en que Gran Bretaña derrotaría al Tercer Reich.

En vista del poco éxito que Vidkun Quisling estaba teniendo como títere nazi en Noruega, el comisario Terboven lo obligó a dimitir de la presidencia de su partido y lo envió a Alemania.

El rey Carlos II de Rumanía llegó a un acuerdo con, Horia Sima, uno de los líderes más radicales de la Guardia de Hierro, que fue invitada a unirse al Partido de la Nación.

Las autoridades soviéticas constataron que algunos trabajadores cometían adrede faltas que conllevaban el despido para optar así a otro trabajo más apetecible, así que el 26 de junio se promulgó una nueva ley por la que las sanciones por absentismo laboral dejaban de ser civiles y pasaban a ser penales. El trabajador que faltara injustificadamente 20 minutos a sus obligaciones ya no sería despedido, sino encarcelado de dos a cuatro meses, y durante seis meses se le reduciría el salario en un 25%, pero luego tendría que volver a ocupar su puesto de trabajo. Quedaba prohibido que un trabajador renunciara a su trabajo. Sólo podía ser trasladado a otro por decisión de los gerentes o por causas mayores que los incapacitaran para seguir ejerciéndolo. Ya de paso, se incrementaba la jornada laboral, para que los trabajadores pudieran disfrutar más tiempo de las ventajas del comunismo. Los salarios, desde 1928 hasta el momento, habían disminuido en términos reales un 50%, las huelgas estaban prohibidas...

Pero Stalin consideraba que no tenía todavía bastantes trabajadores a los que amargar la vida, así que el ultimátum de la semana fue para el embajador rumano en Moscú, al que se le exigió la cesión de Besarabia y el norte de Bukovina. El 27 de junio los rumanos propusieron negociar, pero Mólotov explicó que las alternativas eran la cesión o la guerra, y planteó un segundo ultimátum. El rey Carlos II se reunió con su primer ministro, Gheorghe Tătărescu, y con el ministro de asuntos exteriores, y luego con los embajadores italiano y alemán. El rey les expresó su deseo de no ceder ante la Unión Soviética, pero los embajadores lo instaron a replantear su actitud "en nombre de la paz" (Alemania e Italia querían una Rumanía estable que les proporcionara petróleo y otros recursos, no una Rumanía en guerra.)

El ejército alemán completó la ocupación de Francia llegando a la frontera española. Gran Bretaña anunció un bloqueo a toda la costa Europea, desde la francesa hasta la noruega.

El parlamento noruego escribió una carta al rey Haakon VII pidiéndole que abdicara.

Un submarino alemán hundió un petrolero neerlandés (Leticia) y un carguero noruego (Lenda). Un destructor italiano hundió el submarino británico HMS Orpheus.

El 28 de junio Rumanía accedió a las exigencias soviéticas, y el Ejército Rojo inició inmediatamente la ocupación. Naturalmente, cualquier rumano mínimamente informado hubiera elegido vivir en el infierno antes que en la URSS si le hubieran dado a elegir, así que casi 70.000 personas abandonaron sus hogares para trasladarse a la parte no cedida del país.

Churchill había tratado en vano de ponerse en contacto con las autoridades francesas del norte de África, así que reconoció a Charles de Gaulle como el líder de la Francia Libre, con la esperanza de que él pudiera tener más éxito, aunque siguió manteniendo contactos con el gobierno de Burdeos.

Tras seis votaciones, los republicanos estadounidenses eligieron como candidato a Wendell Wilkie, un antiguo demócrata, que incluso había votado por Roosevelt en la convención demócrata de 1932 y que era partidario declarado de ayudar a los aliados. Por lo demás, no tenía apenas experiencia política, pero era muy popular. Las gradas de la convención estaban llenas de seguidores que gritaban "¡Queremos a Wilkie!" En las votaciones sucesivas había ido ganando cada vez más apoyos hasta lograr la victoria.

El archipiélago de las islas del Canal se encuentra cerca de la costa francesa, pero es una dependencia británica. Ese día las dos islas principales, Jersey y Guernsey, sufrieron bombardeos por parte de la aviación alemana y contaron 42 muertos. En ejército británico había abandonado las islas hacía ya unos días, pero los alemanes no lo sabían.

El gobernador italiano de Libia, Italo Balbo, murió cuando el avión en que viajaba fue abatido por por una batería antiaérea. Como cabía esperar, dada la eficiencia que estaba demostrando el ejército italiano, la batería era italiana, que confundió su avión con un bombardero británico porque llegó a Tobruk poco después de un bombardeo. El hecho de que el avión estuviera aterrizando no hizo sospechar a los artilleros. Hubo rumores de que Mussolini había ordenado matarlo, pero no, fue pura ineptitud. Balbo fue reemplazado por Rodolfo Graziani.

Siete cruceros británicos escoltaban a tres convoyes que viajaban de Malta y de Creta hacia Alejandría. En el camino se encontraron con un covoy italiano que se dirigía hacia Tobruk escoltado por tres destructures. A las 18:30 los británicos dispararon contra los barcos italianos, que emprendieron la huida. Viendo que no podían dejar atrás a los británicos, uno de los destructores (el Espero) se detuvo para permitir que los otros dos escaparan. Lanzó una cortina de humo y emprendió maniobras evasivas, pero finalmente fue hundido. Eso sí, los británicos emplearon para ello una cantidad exorbitada de munición, que obligó a posponer por dos semanas el envío de varios convoyes, hasta que pudo recibirse más munición. Los destructores británicos acabaron también con un submarino italiano (Argonauta), y la aviación hundió dos de los cargueros (Anfitrite y Maria).

Unos días antes, Sir Miles Lampson había instado al rey Faruq I de Egipto a destituir al primer ministro Ali Maher Pasha, porque simpatizaba abiertamente con el Eje, y que nombrara en su lugar a Nahas Pasha. El rey accedió a lo primero, pero se negó a nombrar a Nahas Pasha alegando que "tenía muchos proyectos bolcheviques". En su lugar nombró a Hassan Sabry Pasha, al que Lampson consideró aceptable.

El 29 de junio el gobierno francés se trasladó de Burdeos (en la Francia ocupada) a Clermont-Ferrand, más o menos al centro del país, en la zona libre, naturalmente. Ese día llegó a Hanói la comisión de inspección que Japón había impuesto a los franceses.

Submarinos alemanes hundieron un mercante armado (HMS Edgehill) y un carguero británico (Empire Toucan). Dos submarinos italianos resultaron hundidos en el Mediterráneo, uno (Uebi Scebeli) por destructores británicos y otro (Rubino) por la aviación.

El presidente de Estonia Konstantin Päts fue puesto en arresto domiciliario. El 30 de junio el ministro de asuntos exteriores lituano visitó a Mólotov en Moscú, quien le dijo abiertamente estas estremecedoras palabras:

Debería usted fijarse en la realidad y comprender que en el futuro las naciones pequeñas tendrán que desaparecer. Su Lituania, junto con las otras naciones del Báltico, incluyendo Finlandia, tendrán que unirse a la gloriosa familia de la Unión Soviética. Así que ustedes deberían empezar a familiarizar a su pueblo con el sistema soviético, que en el futuro reinará en todas partes, a lo largo de toda Europa, en algunos sitios se pondrá en práctica antes, como en las naciones del Báltico, y en otros más tarde.

Los soviéticos habían completado la ocupación de Besarabia y, ya de paso, sin mediar explicación alguna, invadió también la región de Hertza, que formaba parte del territorio rumano más antiguo.

Un submarino alemán hundió un carguero noruego (Belmoira), otro griego (Frangoula B Goulandris) y otro estonio (Merkur). Otros hundieron además un carguero británico (Avelona Star) y otro griego (Georgios Kyriakides).

Para entonces los seguidores de Charles de Gaulle no podía decirse que fueran muchos: tres coroneles, una docena de capitanes, un jurista, tres batallones de legionarios que habían aceptado quedarse en Gran Bretaña (la mayoría de los evacuados habían decidido regresar a Francia) y una secretaria. El pequeño archipiélago de las Nuevas Hébridas era la única colonia francesa que lo había reconocido. No obstante, ese día recibió la adhesión del almirante Émile Muselier, a quien el 1 de julio (a falta de más alternativas) de Gaulle nombró comandante en jefe de las Fuerzas Navales de la Francia Libre y, provisionalmente, también de su fuerza aérea. Ese mismo día Muselier hizo un llamamiento a marineros y pilotos. Ese mismo día de Gaulle creó una red de espionaje y sabotaje que no tardó en establecer redes clandestinas en Francia.

Los alemanes estaban preparando una invasión de las islas del Canal, hasta que finalmente se convencieron de que estaban desmilitarizadas, por lo que fueron ocupadas sin violencia. No tenían más valor estratégico que el propagandístico, pues ahora los alemanes podían decir que habían ocupado territorio británico.

Submarinos alemanes hundieron dos barcos de un convoy británico en el Atlántico.

Aviones italianos bombardearon Palestina.

El "Gobierno del Pueblo" de Lituania disolvió el parlamento y anunció unas elecciones para formar un "Parlamento del Pueblo".

El gobierno francés consideró que Clermont era demasiado pequeño y se trasladó a Vichy.

Antoine de Saint Exupéry marchó a Nueva York con la intención de promover la entrada en la guerra de los Estados Unidos.

La Segunda Guerra Mundial
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