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El 1 de junio de 1943 ocho
      cazabombarderos alemanes atacaron y derribaron un avión de
      transporte británico que había salido de Lisboa con destino a
      Bristol. Sus 17 ocupantes murieron, entre ellos el actor británico
      Leslie Howard. Se ha escrito mucho sobre lo sucedido. Es posible
      que los alemanes creyeran que Winston Churchill viajaba en ese
      avión. Y también se ha especulado sobre la posibilidad de que los
      servicios secretos británicos tuvieran información sobre el
      ataque, pero que no hubieran hecho nada para evitar que los
      alemanes descubrieran que el código ENIGMA no era seguro.
    
A causa de la presión alemana, los italianos cortaron toda
      colaboración con los chetniks en Yugoslavia. Recientemente
      habían sido expulsados de Herzegovina y los alemanes habían
      ocupado Mostar. Su bastión seguía siendo Montenegro, aunque sus
      posiciones se debilitaban cada vez más a medida que los partisanos
      ganaban fuerza.
    
Un barco hospital alemán (Birka) se hundió al norte de
      Noruega tras haber chocado con una mina lanzada por un submarino
      soviético. Murieron 115 personas.
    
Un carguero neerlandés (Salabangka) fue hundido por un
      submarino alemán en el océano Índico.
    
Un submarino estadounidense hundió un carguero japonés (Noborikawa
        Maru) en la costa japonesa.
    
La Luftwaffe hundió un submarino soviético en el Báltico,
      y la RAF hundió un submarino alemán en el Atlántico.
    
El 2 de junio un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Eika Maru) cerca
      de Macao.
    
Tras la revuelta del gueto de Varsovia, Himmler había decidido
      liquidar los guetos y concentrar a los judíos que pudieran ser
      útiles en campos de trabajo. Ese día las SS completaron la
      liquidación del gueto de Lwów. Sus últimos ocupantes fueron
      enviados al campo de concentración de Janowska. Los alemanes
      tuvieron que incendiar edificios para hacer salir a los judíos que
      se escondían en ellos. Sólo unos pocos pudieron esconderse con
      éxito en las alcantarillas. 
    
Destructores aliados hundieron un torpedero italiano (Castore)
      en el Mediterráneo. Murieron 79 de sus tripulantes y sobrevivieron
      alrededor de un centenar.
    
Ese día se estrenó en París Las moscas, una obra de
      teatro escrita por Jean-Paul Sartre. Ese año publicó también El
        ser y la nada, un ensayo en el que expone su filosofía
      existencialista. He aquí un fragmento:
    
Ahora nos es dado concluir. Desde nuestra introducción, habíamos descubierto la conciencia como una llamada al ser, y habíamos mostrado que el cogito remitía inmediatamente a un ser-en-sí objeto de la conciencia. Pero, después de descubrir el En-sí y el Para-si, nos había parecido difícil establecer un nexo entre ambos, y habíamos temido caer en un dualismo insuperable. Este dualismo nos amenaza, además, de otra manera: en efecto, en la medida en que puede decirse que el Para-si es, nos encontrábamos frente a dos modos de ser radicalmente distintos: el del Para-sí que tiene de ser lo que es, es decir, que es lo que no es y que no es lo que es, y el del En-sí, que es lo que es. Nos preguntábamos entonces si el descubrimiento de estos dos tipos de ser no terminaba en el establecimiento de un hiato que escindiera al Ser, como categoría general perteneciente a todos los existentes, en dos regiones incomunicables, en cada una de las cuales la noción de Ser debía ser tomada en una acepción originaria y singular. Nuestras investigaciones nos han permitido responder a la primera de esas preguntas: el Para-sí y el En-si están reunidos por una conexión sintética que no es otra que el propio Para-sí. El Para-sí, en efecto, no es sino la pura nihilización del En-si: es como un agujero de ser en el seno del Ser.
En eso se había convertido la filosofía del siglo XX. Sartre
      llevaba más de diez años conviviendo con una antigua compañera de
      estudios llamada Simone de Beauvoir. Ese año publicó su
      primera novela, La invitada, en la que describía mediante
      personajes ficticios sus relaciones amorosas con Sartre y con una
      alumna suya llamada Olga Kosakiewitz. Tuvo un gran éxito,
      que le valió la suspensión de su puesto como profesora
      universitaria, a raíz de una denuncia por incitación a la
      perversión de menores presentada por la madre de una de sus
      alumnas.
    
Ese día tres submarinos alemanes resultaron hundidos: uno al sur
      de Groenlandia, otro cerca de Daccar y otro cerca de la costa
      estadounidense.
    
El verano del año anterior, Abbot y Costello habían realizado una
      gira de un mes por los Estados Unidos para vender bonos de guerra,
      y se calcula que recaudaron 85 millones de dólares. De regreso
      rodaron dos películas Mi caballo murió y Pistoleros
        sin pistola, que se estrenaba ahora. Costello se encontraba
      en ese momento recuperándose de una fiebre reumática contraída
      durante una visita a una base militar hacía algo más de dos meses.
    
El 3 de junio la batalla del oeste de
      Hubei se dio por terminada. Los chinos la presentaron como una
      rotunda victoria, pero los observadores estadounidenses no eran
      tan optimista. Técnicamente había sido un empate en el que los
      chinos habían forzado una retirada japonesa a costa de un avance
      en forma de pinza que les había costado muchas bajas (más de
      30.000 soldados además de otros tantos civiles masacrados por los
      japoneses). Las bajas japonesas ascendían a unos 25.800 soldados.
    
Un submarino japonés hundió un carguero estadounidense (Montanan)
      en el océano Índico, cerca de la costa de Omán.
    
Un submarino británico hundió un petrolero alemán (Henri
        Desprez) en el Mediterráneo.
    
En Argel se creó el Comité Francés de Liberación Nacional,
      presidido conjuntamente por los generales de Gaulle y Giraud, con
      el propósito de unir todas las fuerzas francesas en guerra contra
      el Eje.
    
Un submarino alemán hundió un carguero griego (Boris) en
      el Atlántico.
    
Unos once marinos afirmaron ante la policía de Los Ángeles que un
      grupo de chicanos que vestían zoot-suits les había dado
      una paliza. La policía respondió con una serie de redadas.
    
Desde el golpe de Estado que había llevado a cabo el General
      Uriburu hacía ya trece años, Argentina había pasado por una
      sucesión de gobiernos surgidos de elecciones descaradamente
      amañadas para mantener el poder en manos de los conservadores
      (este periodo de la historia argentina se conoce con el nombre de
      la Década Infame). Sin embargo, con el paso del tiempo, la
      relación entre el gobierno y las fuerzas armadas se había ido
      deteriorando. El presidente actual, Ramón Castillo, se había
      enfrentado ya a varias conspiraciones, y otras más estaban en
      curso. Ese día aumentó la tensión entre el gobierno y el Ejército
      cuando Castillo destituyó a su ministro de defensa, el general Pedro
        Pablo Ramírez, porque se había entrevistado unos días atrás
      con un grupo de representantes de la Unión Cívica Radical,
      que le habían propuesto presentarse como candidato a las próximas
      elecciones al frente de una alianza entre el ala moderada del
      Partido Radical, el Partido Socialista y el Partido Demócrata
      Progresista, que podría ser apoyada también por los comunistas.
      Como esa alianza no era la que tenía que ganar las elecciones,
      Ramón Castillo destituyó al general, y a raíz de ello, el general
      Arturo Rawson, que llevaba un tiempo urdiendo una
      conspiración, se reunió ese mismo día con Ramírez y decidió actuar
      de inmediato, aunque fuera de forma un tanto improvisada, y dar un
      golpe de Estado justo al día siguiente.
    
El 4 de junio unos 45 aviones alemanes bombardearon la ciudad soviética de Gorki, donde lanzaron 289 bombas, la mayoría sobre una fábrica de automóviles que estaba usándose para fabricar tanques.
Un submarino británico hundió otro alemán en el mar de Noruega,
      mientras que la RAF hundió otro cerca de Gibraltar.
    
El rey Víctor Manuel III de Italia recibió a Dino Grandi,
      el presidente de la Cámara de los Fascios y las Corporaciones
      (la Cámara Baja italiana, que, junto con el Senado, formaba el
      Parlamento) y que durante 20 años había sido uno de los
      colaboradores más cercanos de Mussolini. Grandi tanteó al rey
      sobre la necesidad de que Italia abandonara el Eje y se uniera a
      los aliados. Comparó a Víctor Manuel III con su antepasado, el
      duque Víctor Amadeo II de Saboya, que salvó la dinastía cambiando
      su alianza con Fancia por una alianza con el Sacro Imperio Romano
      Germánico. El rey respondió que él era un monarca constitucional,
      y que no podía hacer nada sin la aprobación del Parlamento o del
      Gran Consejo del Fascismo, que llevaban años sin reunirse, así que
      le pidió a Grandi que le facilitara el camino activándolos. Grandi
      volvió a su ciudad, Bolonia, a la espera del momento adecuado.
    
The Times hizo pública ese día la muerte de Leslie Howard,
      y en la misma página figuraba también la lista de bajas habitual,
      que incluía la del mayor William Martin, el inexistente
      oficial cuyo cadáver había sido enviado a los alemanes como parte
      de la Operación Carne Picada. 
    
Mientras tanto Churchill se entrevistaba en Argel con de Gaulle y
      con Girard.
    
Unos 200 marinos montaron en unos 20 taxis y se dirigieron al
      barrio latino de Los Ángeles, donde empezaron a atrapar a todos
      los que se ponían a su alcance vistiendo zoot-suits, a los
      que les quitaban los trajes para luego quemarlos (a los trajes).
      Durante los días siguientes, acciones similares fueron secundadas
      por más marinos y también por civiles.
    
Los generales argentinos Arturo Rawson y Elbio Anaya,
      junto con los coroneles Emilio Ramírez y Fortunato
        Giovannoni y el teniente Tomás Adolfo Ducó, se
      sublevaron al frente de unos 8.000 soldados al noroeste de Buenos
      Aires, desde donde avanzaron hacia el centro de la ciudad. A la
      altura de la Escuela Mecánica de la Armada fueron atacados por
      tropas atrincheradas en ella, y el combate dejó 30 muertos y 100
      heridos. Tras la victoria de los sublevados, el presidente Ramón
      Castillo huyó a Uruguay y Arturo Rawson fue recibido en la Casa
      Rosada como nuevo presidente. Todas las fuerzas sociales apoyaron
      el golpe excepto los comunistas. Las embajadas británica y
      estadounidense lo celebraron, pero el embajador alemán ordenó
      quemar documentos confidenciales, por si acaso.
    
La noche del 5 de junio unos 80
      aviones alemanes bombardearon de nuevo la ciudad de Gorki. En el
      bombardeo de la noche anterior no habían logrado acceder a las
      plantas industriales, mientras que esta vez sí que lograron
      causarles considerables daños.
    
Los alemanes lograron sacar de una fundición en Minsk a unos 100
      judíos que llevaban meses atrincherados en ella. Los mataron a
      todos y así el gueto de Minsk desapareció definitivamente. Sólo se
      habían salvado unos 250 judíos que habían sido ayudados por la
      población "aria" de la ciudad.
    
Un carguero alemán (Altenfels) fue hundido por una
      torpedera noruega.
    
Un carguero británico (Dumra) fue hundido por un submarino
      alemán en el océano Índico.
    
La aviación británica hundió un submarino italiano en el
      Mediterráneo.
    
Pierre Laval anunció por radio que era necesario enviar otros
      200.000 franceses a Alemania para ayudar en la producción bélica.
    
La aviación estadounidense hundió un submarino alemán en el
      Atlántico.
    
En Los Ángeles, los cazadores de zoot-suiters se contaban
      ya por miles. Entraban en bares y otros establecimientos y
      atacaban a todos los chicanos que vestían zoot-suits. Unos
      entraron en un cine, atraparon a dos zoot-suiters, los
      llevaron ante la pantalla, delante de toda la audiencia, les
      quitaron el traje y se mearon en él. La policía tenía orden de no
      intervenir, aunque algunos agentes no la respetaban e intevenían
      apaleando también a algunos zoot-suiters. La prensa local
      alababa los disturbios, porque consideraban que estaban limpiando
      la ciudad de maleantes.
    
Arturo Rawson presentó a los líderes militares del golpe de
      Estado que acababa de tener lugar en Argentina los nombres de los
      ministros que integrarían su nuevo gobierno, entre los cuales
      figuraban tres amigos suyos ligados al régimen depuesto. Los
      militares los rechazaron de plano, y Rawson no dio su brazo a
      torcer.
    
El 6 de junio un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Shinei Maru) en
      el Pacífico.
    
Esa noche se produjo el más potente de los bombardeos alemanes
      sobre Gorki, con 157 aviones.
    
Un submarino alemán hundió un carguero estadounidense (William
        King) cerca de la costa sudafricana.
    
El Comité Francés de Liberación Nacional emitió un comunicado por
      radio en el que juraba que aboliría los "poderes arbitrarios"
      impuestos por el gobierno de Vichy y que restauraría todas las
      libertades francesas, las leyes de la República y el régimen
      republicano.
    
Ante el desacuerdo con los militares golpistas, el general Arturo
      Rawson presentó su dimisión como presidente golpista y fue
      sucedido por el general Pedro Pablo Ramírez.
    
El 7 de junio, en el ataque nocturno
      habitual a Gorki, participaron más de 50 aviones.
    
A principios de año, un miembro de la resistencia francesa, René
        Hardy, se había enamorado de una joven de 20 años llamada Lydie
        Bastien. Ésta no tardó en ganarse su plena confianza y tuvo
      acceso a los documentos más confidenciales. Pero Bastien tenía
      otro amante, el oficial de la Gestapo Harry Stengritt,
      quien pagaba su amor con joyas y diamantes incautadas a judíos.
      Ese día Hardy cayó en una trampa preparada por los alemanes con la
      ayuda de Bastien. Fue llevado a Lyon, donde Klaus Barbie dio una
      vuelta de tuerca a la situación. Llamó a Bastien e hizo que ésta
      se presentara ante Hardy llorando y asegurando que si no consentía
      en trabajar para Barbie ella y su familia también serían
      arrestadas. Hardy, con remordimientos por haber arrastrado a su
      amada al punto de mira de la Gestapo, accedió, y a partir
      de ese momento fue un agente doble.
    
Pedro Pablo Ramírez juró su cargo como nuevo presidente de
      Argentina. Formó un gobierno constituido exclusivamente por
      militares salvo en la cartera de Hacienda, en la que puso al
      abogado Jorge Santamarina. Rawson aceptó un puesto como
      embajador en Brasil, pero renunció al poco tiempo por su
      desacuerdo con las políticas del nuevo gobierno. Desde el mismo
      día del golpe de Estado, los militares se habían puesto a buscar y
      encarcelar dirigentes comunistas y sindicales.
    
El 8 de junio la munición almacenada
      en el acorazado japonés Mutsu estalló a causa del calor.
      La explosión mató a 1.222 personas.
    
Un submarino estadounidense hundió un carguero japonés (Kohoku
        Maru) en el Pacífico.
    
Los japoneses empezaron a evacuar la isla de Kiska, su último
      reducto en las Aleutianas, y su último reducto en el hemisferio
      occidental.
    
La campaña italiana contra los partisanos griegos seguía en
      marcha, y esa mañana un ejército de unos 3.500 italianos se
      dirigió contra las posiciones partisanas en la región de Porta.
      Sobre las 5:30, un destacamento griego disparó sobre la columna
      italiana desde lo alto de las montañas y luego se retiró hacia las
      alturas. Pronto se iniciaron combates en Petra y Mouzaki.
      Ambas partes usaron artillería pesada, y la aviación italiana
      intervino. Hacia el mediodía los italianos se retiraron de Porta
      dejando un destacamento, que poco después fue obligado a retirarse
      también. Contra Mouzaki tuvieron más éxito. Tomaron la ciudad, la
      saquearon y luego la incendiaron.
    
La isla italiana de Pantelleria, situada entre Túnez y Sicilia,
      estaba siendo sometida a un intenso bombardeo aéreo aliado desde
      hacía dos semanas. Ese día una flota formada por cinco cruceros,
      ocho destructores y tres torpederas bombardeó su puerto principal.
    
Finalmente, los mandos de la Marina Estadounidense intervinieron
      para reducir la caza de zoot-suiters en Los Ángeles,
      reteniendo a los militares en barracones y prohibiéndoles la
      entrada en la ciudad. Pero en todos los incidentes que se habían
      producido, la posición oficial de la Marina fue que que los
      marines habían desnudado y apaleado a los zoot-suiters
      siempre en defensa propia.
    
El 9 de junio Josip Broz Tito casi
      muere a causa de la explosión de una bomba alemana que estalló
      cerca de donde se encontraba. Un agente británico que se
      encontraba con él resultó muerto, pero Tito sólo fue herido en un
      brazo.
    
Los italianos recibieron refuerzos en Porta, donde llegaron a
      sumar unos 5.500 hombres. Los partisanos griegos recibieron
      también refuerzos de unos 60 hombres, con lo que ya eran unos 250.
      Al amanecer los italianos reanudaron su ataque con artillería y
      soporte aéreo, en un intento de implicar a los partisanos en dos
      frentes opuestos. El primer ataque fue rechazado, pero finalmente
      los italianos entraron en Porti, que fue incendiada. No
      obstante, todos los intentos de seguir avanzando fueron
      frustrados. En el sector septentrional tuvieron más éxito, pues
      capturaron las ciudades de Gorgyri y Xylopariko,
      para luego bordear las tropas partisanas en Dousikos, lo
      que obligó a éstas a retirarse hacia las montañas. Cuando la
      guarnición partisana en Dousikos se quedó sin munición, los
      italianos entraron en la ciudad y la incendiaron.
    
Por la tarde, viendo que los italianos amenazaban con rodear las
      posiciones partisanas, los comandantes del Ejército Popular de
      Liberación Nacional ordenaron la retirada general. Los italianos,
      ocupados incendiando Porta, perdieron contacto con los
      griegos en rápida retirada, que establecieron nuevas defensas en Dramizi.
      En los dos días de combates, los partisanos sólo habían tenido
      tres heridos, mientras que las bajas italianas eran de unos 300
      hombres, además de que habían perdido numerosos caballos y algunos
      aviones. Durante los días siguientes los italianos quemaron Vatsinia,
        Chania y Ropotania. Creyendo que las tropas griegas
      eran mucho más numerosas de lo que eran en realidad, los italianos
      no se atrevieron a adentrarse en las montañas y regresaron a sus
      bases. Los partisanos habían luchado en Porta más como un ejército
      que como guerrilleros, y los italianos se habían dado cuenta de
      ello, por lo que en el futuro las guarniciones italianas
      permanecieron en sus bases urbanas y no hicieron más intentos de
      enfrentarse a los partisanos.
    
La Abwehr, el servicio secreto alemán, arrestó en París
      al general  Charles Delestraint, uno de los
      principales dirigentes de la resistencia francesa. Fue sometido a
      50 horas de interrogatorio ininterrumpido y después enviado a una
      cárcel en Fresnes.
    
El 10 de junio un submarino
      estadounidense hundió un barco de suministro de petróleo japonés (Iro)
      cerca de la costa japonesa.
    
Entre 50 y 100 aviones alemanes bombardearon Gorki una vez más.
    
Ese día se estrenó El coronel Blimp, una película
      británica en la que Deborah Kerr interpreta los tres personajes
      femeninos protagonistas. Winston Churchill se había opuesto
      enérgicamente al rodaje de la película, no se sabe muy bien por
      qué. Ésta es probritánica, si bien con un toque irónico. Es
      posible que Churchill pensara que el protagonista era una parodia
      suya. Las objeciones por parte del gobierno desaparecieron en
      cuanto el ministro de Información vio una versión resumida, pero
      las de Churchill permanecieron. A causa de ello, la película tardó
      en estrenarse en el exterior, y cuando lo hizo fue en una versión
      reducida. La crítica la atacó duramente porque presenta como
      "bueno" a un alemán (un alemán contrario al nazismo, pero eso no
      importó) que además resulta ser más realista que el protagonista
      británico. Sin embargo, fue la cuarta película británica más
      taquillera del año y hoy está considerada como una de las diez
      mejores películas del cine británico.
    
Un submarino alemán hundió un petrolero estadounidense (Esso
        Gettysburg) en el Atlántico.
    
Alemania e Italia reconocieron el nuevo gobierno argentino, el
      único de toda América que aún mantenía relaciones con los países
      del Eje. Sin embargo, esa misma noche, el presidente Ramírez
      retiró los embajadores alemán e italiano el permiso para
      transmitir hasta 100 palabras cifradas a sus capitales
      respectivas.
    
El 11 de junio un barco de guerra
      estadounidense hundió un submarino japonés cerca de Alaska. Un
      submarino estadounidense hundió un carguero japonés (Jinbu Maru)
      en las Aleutianas. Otros submarinos estadounidenses hundieron
      también un transporte (Genoa Maru) y dos cargueros
      japoneses (Hide Maru y Seinan Maru) en el Pacífico.
    
La RAF bombardeó Düsseldrof y Münster en el mayor ataque
      aéreo llevado a cabo hasta entonces por los británicos. Mientras
      tanto la aviación estadounidense bombardeaba Wilhelmshaven y
      Cuxhaven con 225 aviones, de los cuales fueron derribados 85. En
      total lanzaron 462 toneladas de explosivos, lo que era también un
      récord para la aviación estadounidense.
    
Tras una hora de bombardeos, sos aliados desembarcaron en
      Pantelleria, e inmediatamente los italianos se rindieron.
      Churchill escribiría más adelante en sus memorias que la única
      baja de la operación fue un hombre golpeado por una mula. Unos
      11.000 italianos fueron hechos prisioneros.
    
La aviación británica hundió un submarino alemán cerca de
      Islandia.
    
Gran Bretaña y los Estados Unidos reconocieron el gobierno del
      general Ramírez en Argentina.
    
El 12 de junio un carguero alemán (Birgit)
      resultó hundido por un avión soviético en el estrecho de Kerch, en
      el mar Negro.
    
Un submarino alemán hundió un carguero neerlandés (Palima)
      cerca de Beirut.
    
Los militares alemanes seguían la costumbre de que los
      prisioneros de guerra de cada rama del ejército eran custodiados
      por militares de la misma rama. Así, el campo Stalag Luft III,
      situado cerca de la ciudad de Sagan (entonces parte de
      Alemania) estaba destinado a prisioneros de las fuerzas aéreas,
      principalmente oficiales, y estaba a cargo de la Luftwaffe,
      cuyos miembros tenían el mayor grado de civilización que podía
      esperarse de un nazi. Al mando del campo estaba el comandante Friedrich
        Wilhelm von Lindeiner-Wildau. Entre los prisioneros se
      encontraba el jefe de escuadrón británico Roger Joyce Bushell.
      Había protagonizado dos fugas anteriormente. En la primera, dos
      años atrás, había cortado la alambrada del campo en el que se
      encontraba y logró llegar hasta la frontera suiza, pero fue
      capturado poco antes de cruzarla por un guarda fronterizo. Unos
      meses más tarde, aprovechando que lo trasladaban a otro campo,
      logró saltar del tren en que lo llevaban y llegó hasta Praga,
      donde se puso en contacto con la resistencia. Desgraciadamente,
      fue capturado en una redada llevada a cabo a raíz del asesinato de
      Reinhard Heydrich. Cuando fue llevado al Stalag Luft III,
      no tardó en ser puesto al mando del Comité de fugas del
      campo. Ese día se llevó a cabo la fuga del despiojamiento,
      planeada por Bushell, aunque no participó en ella. Dos prisioneros
      disfrazados de guardias salieron por la puerta principal del campo
      seguidos de 24 oficiales que, supuestamente, eran llevados a un
      complejo cercano para ser despiojados. Otro grupo de seis
      oficiales escoltados por otro guardia falso trató de salir un poco
      más tarde, pero el pase falso que llevaban era un modelo antiguo y
      eso los delató. Los 26 que sí que habían logrado salir del campo
      fueron capturados a las pocas horas.
    
Un submarino británico hundió un carguero italiano (Bice)
      en el Adriático.
    
La isla italiana de Lampedusa se rindió a los aliados.
    
La aviación estadounidense hundió un submarino alemán en el
      Atlántico.
    
El 13 de junio un destructor
      estadounidense hundió un submarino japonés cerca de la costa de
      Alaska. Sus 101 ocupantes murieron.
    
Entre 50 y 80 aviones alemanes bombardearon Gorki por sexta vez.
    
La RAF hundió un carguero alemán (Emden) en el mar del
      Norte.
    
El 14 de junio la aviación aliada
      hundió un barco de pasajeros italiano (Hellenis) cuando
      estaba en reparaciones en el puerto de Nápoles.
    
Submarinos británicos hundieron un carguero alemán (Ringulv)
      y otro francés (Ste. Marguerite) cerca de Sicilia, otro
      carguero italiano (Rosandra) cerca de la costa albanesa y
      otro, también italiano (Valentino Coda) en el Adriático.
    
Dos submarinos alemanes resultaron hundidos en el Atlántico, uno
      a manos de un barco británico y otro de la RAF. 
    
En los Estados Unidos se celebraba el Día de la Bandera,
      y fue precisamente el día elegido por el Tribunal Supremo para
      hacer pública su resolución sobre el caso planteado por los Barnett,
      una familia de testogos de Jehovah cuyas hijas habían sido
      expulsadas de un colegio de Virginia Occidental por haberse negado
      a saludar a la bandera siguiendo las directrices de su padre. A
      pesar de que ya existía una sentencia del Tribunal Supremo
      ratificando la constitucionalidad de exigir a los niños el saludo
      a la bandera sin que pudieran oponerse objeciones de naturaleza
      religiosa, los Barnett llevaron el caso a los tribunales y esta
      vez la sentencia fue en el sentido opuesto, anteponiendo la
      libertad de pensamiento garantizada por la Primera enmienda.
      En la sentencia se leía:
    
Si hay una estrella fija en nuestra constelación constitucional es que ningún funcionario, de alto o bajo nivel, puede decidir qué es ortodoxo en política, nacionalismo, religión u otras materias opinables, ni forzar a los ciudadanos a confesar sus creencias de palabra o por sus actos.
El 15 de junio submarinos
      estadounidenses hundieron un petrolero militar japonés (Sanraku
        Maru) y dos cargueros (Koyo Maru y Shinju Maru)
      en el Pacífico.
    
El crucero alemán Michel hundió un carguero noruego (Høegh Silverdawn) también en el
      Pacífico, a medio camino entre África y Australia.
    
Un submarino alemán hundió un petrolero británico (Athelmonarch) cerca de la costa palestina.
La ciudad de Beaumont, en Texas, albergaba una importante
      industria bélica que proporcionaba buenos salarios en una época en
      la que muchos estadounidenses atravesaban dificultades económicas.
      En los últimos tres años, su población había crecido de 59.000
      hasta 80.000 personas, y esto había ocasionado tensiones entre sus
      habitantes, especialmente debido a que una parte sustancial de los
      recién llegados eran negros. El año anterior, Roosevelt había
      promulgado una orden por la que se eliminaba toda discriminación
      racial a la hora de acceder a empleos públicos, por lo que muchos
      negros habían conseguido trabajo en industrias estatales. La más
      importante en Beaumont era su astillero.
    
El día anterior, una mujer blanca había afirmado que había sido
      violada por un negro. La policía arrestó a varios sospechosos,
      pero la mujer no supo identificar cuál de todos era, si es que era
      alguno de ellos. La noticia dio que hablar entre los trabajadores
      del astillero, y pronto se inició una discusión entre blancos y
      negros. Finalmente, unos 2.000 trabajadores blancos de los
      astilleros, a los que se unieron otros 1.000 blancos más, se
      dirigieron hacia la cárcel donde estaban retenidos los
      sospechosos. Cuando llegaron hasta ella, ya eran casi 4.000.
      Cuando se les impidió el paso, se dividieron en pequeños grupos y
      asaltaron los barrios negros de los alrededores de la cárcel,
      donde destruyeron alrededor de un centenar de hogares. El alcalde
      llamó a la Guardia Nacional, que instauró la ley marcial. El
      alcalde ordenó el cierre de bares, parques y otros lugares de
      ocio, para evitar las agrupaciones multitudinarias. A los negros
      se les prohibió ir a trabajar.
    
El 16 de junio un submarino japonés
      hundió un transporte estadounidense (Portmar) de un convoy
      aliado cerca de la costa Australiana. Otro hundió un petrolero
      británico (San Ernesto) en el océano Índico.
    
Los alemanes dieron por terminada su campaña contra los
      partisanos de Tito en Yugoslavia. Los resultados no habían sido
      buenos. Tito había contado unos 7.000 muertos, aproximadamente la
      tercera parte de sus fuerzas, pero no había sido doblegado por los
      alemanes, y esto hizo que la población viera a los partisanos como
      una organización capaz de resistir el empuje de los nazis. Por
      ello, los nuevos alistamientos no tardaron en compensar las
      pérdidas. El oficial alemán que había estado a cargo de la
      operación, el general Rudolf Lüthers, escribió en su
      informe final que los "rebeldes comunistas" estaban "bien
        organizados, hábilmente dirigidos y con una moral de combate
        increíblemente alta". 
    
El último hospital judío que quedaba en Berlín había sido cerrado
      unos días atrás, y ahora sus 200 empleados y 300 pacientes fueron
      enviados a Theresienstadt.
    
Un submarino británico hundió un barco de pasajeros italiano (Terni)
      cerca de la costa de Sicilia. La aviación australiana hundió un
      submarino alemán cerca de Palestina.
    
Los disturbios contra mexicanos en Los Ángeles estaban decayendo,
      pero a cambio habían surgido otros similares en otras ciudades, no
      sólo de California, sino también de Texas y Arizona. Incluso se
      registraron incidentes contra latinos en ciudades del norte, como
      Detroit, Nueva York o Filadelfia. En Filadelfia los miembros de
      una banda de jazz que no tenían nada de mexicanos fueron
      apaleados porque llevaban puestos los zoot-suits que
      usaban en el escenario. Ese día Eleanor Roosevelt publicó un
      artículo en el que criticaba levemente los disturbios, y no tardó
      en ser contestada por un editorial en Los Angeles Times,
      donde se la acusaba de tener tendencias comunistas.
    
El 17 de junio la aviación australiana
      hundió un submarino japonés cerca de la costa de Nueva Gales del
      Sur. Un submarino estadounidense hundió un transporte japonés
      cerca de Rabaul.
    
El crucero alemán Michel hundió un petrolero noruego (Ferncastle)
      en el océano Índico, pero el naufragio que se cobró más víctimas
      ese día fue el de un transporte británico (Yoma) que fue
      hundido por un submarino alemán cerca de Libia, en el que murieron
      484 de sus 1.961 ocupantes.
    
En el Líbano se produjo una crisis cuando el presidente Ayoub
      Tabet modificó la proporción de escaños en el parlamento
      correspondientes a cristianos y musulmanes. Hasta esa fecha el 54%
      de los escaños estaban asignados a los cristianos, y tras la
      reforma el porcentaje subió al 59%. Durante las semanas siguientes
      se produjeron tumultos en diversas ciudades del país.
    
Ese día salió de Luxemburgo el último tren cargado de judíos con
      destino a Auschwitz. El gobernador alemán, Gustav Simon,
      declaró a Luxemburgo Judenfrei. 
    
Teniendo en cuenta los escasos logros que los generales Archibald
      Wavell y Claude Auchinleck habían conseguido en el norte de África
      antes de la llegada de Montgomery, el 18 de
        junio Churchill consideró prudente nombrarlos virrey y
      comandante en jefe de la India, respectivamente, para alejarlos
      discretamente de los campos de batalla en la próxima invasión de
      Italia.
    
El 19 de junio tres submarinos
      estadounidenses hundieron cuatro cargueros japoneses (Miyadomo
        Maru, Miyasho Maru, Sagami Maru y Tokiwa Maru) en
      varios puntos del Pacífico. Un submarino japonés hundió un
      carguero estadounidense (Henry Knox) en el océano Índico.
    
Con la aprobación del primer ministro japonés, Hideki Tōjō, en las Filipinas se
      formó el Comité Preparatorio para la Independencia Filipina,
      formado mayoritariamente por miembros de la Asamblea Nacional
      anterior a la guerra presididos por José Paciano Laurel y
        García, que empezó a preparar el borrador de una
      constitución.
    
La resistencia polaca estaba saboteando el proyecto de colonia
      alemana en Zamość con una eficacia mucho mayor que la que los
      nazis habían esperado. Ello había llevado a una escalada de
      atentados y represalias. Mientras tanto, la colonia estaba poco
      menos que paralizada. Ese día Hitler citó a Himmler en su casa de
      Obersalzberg, en Baviera, para una reunión secreta, en la que
      dispuso que los "bandidos" del Este de Europa (era su forma de
      referirse a la resistencia polaca) debían ser erradicados en los
      meses siguientes mediante la evacuación masiva de polacos.
    
En Roma tuvo se reunió el consejo de ministros italiano. El
      ministro de Comunicación, un poderoso empresario llamado Vittorio
        Cini, instó a Mussolini a encontrar el modo de sacar a
      Italia de la guerra. Tras la reunión presentó su dimisión. Varias
      personas leales a Mussolini, incluyendo su propio servicio
      secreto, advirtieron al dictador de que se estaban planeando
      diversas conjuras contra él, pero Mussolini nunca les dio crédito.
      Les contestaba que leían demasiadas novelas policíacas, o que
      tenían manía persecutoria.
    
La aviación estadounidense hundió un submarino italiano (Barbarigo)
      en el Atlántico. Un submarino alemán hundió un carguero brasileño
      (Pelotasóide) cerca de la costa brasileña.
    
El 20 de junio submarinos
      estadounidenses hundieron dos barcos de transporte de tropas
      japoneses (Meiten Maru y Shojin Maru)
    
Patrullas japonesas empezaron a tantear las posiciones
      australianas en la cordillera de Lababia, en Nueva Guinea,
      que fueron mantenidas con tan sólo 80 hombres.
    
Un submarino británico hundió un carguero italiano (Olbia)
      en el Mediterráneo.
    
Un submarino alemán fue hundido cerca de Groenlandia por la
      aviación estadounidense.
    
Ese día se levantó la ley marcial en Beaumont. En los disturbios
      habían muerto un hombre blanco y otro negro, y unas 50 personas
      habían resultado heridas. Otro negro moriría unos meses más tarde
      a causa de sus heridas. Pero ese mismo día surgieron nuevos
      disturbios en el otro extremo del país, en Detroit. La situación
      era similar a la de Beaumont, la próspera industria bélica había
      atraído muchos inmigrantes, parte de ellos negros. Recientemente,
      la Packard Motor Car Company había ascendido a tres
      empleados negros que trabajarían en sus líneas de ensamblaje
      juntamente con otros trabajadores blancos. Como respuesta, 25.000
      trabajadores blancos abandonaron sus puestos de trabajo en Packard
      amenazando así con frenar la producción bélica. Esa tarde se
      produjo una pelea entre grupos de jóvenes blancos y negros en una
      isla del río Detroit, en las afueras de la ciudad (era domingo, y
      la isla era un típico lugar de descanso del lugar). A medida
      pasaba la tarde y la gente regresaba a sus casas, la pelea se fue
      trasladando hacia el interior de la ciudad. Allí corrió el falso
      rumor entre los negros de que los blancos habían lanzado al agua a
      una mujer negra junto con su bebé. Como respuesta, los negros
      saquearon y destruyeron varias propiedades de blancos.
    
Entre los blancos corrió a su vez el igualmente falso rumor de
      que los negros habían violado a una mujer blanca, y así formaron
      otra muchedumbre que visitó los barrios negros de la ciudad
      apaleando a todos los negros que se ponían a su alcance.
      Finalmente, grandes grupos de blancos se enfrentaron a otros
      similares de negros en diversos puntos. Los disturbios se
      prolongaron durante varios días, en los que hubo saqueos e
      incendios de casas y comercios.
    
El 21 de junio la guarnición
      australiana en la cordillera de Lababia se encontró con que los
      japoneses habían cortado las líneas telefónicas. A lo largo del
      día rechazaron tres ataques. Por la noche recibieron un nuevo
      pelotón de refuerzo, con unos 70 hombres.
    
Unos 75 aviones alemanes bombardearon Gorki una vez más.
    
La Luftwafe atacó un carguero alemán (Foula) en el que
      cuatro marinos noruegos trataban de huir a la Unión Soviética. Dos
      de ellos murieron.
    
Hitler contaba con información cada vez más detallada sobre los
      planes aliados de invasión de Grecia. En Egipto se estaba
      posicionando el XII Ejército aliado, que contaba con 12
      divisiones cuyos movimientos podían ser rastreados gracias a
      diversos mensajes de radio interceptados y descifrados. Los
      aliados estaban reclutando intérpretes griegos, y habían comprado
      grandes cantidades de mapas de Grecia, y también estaban reuniendo
      moneda griega. Lo único que no sabían los alemanes es que todo
      esto era mentira. Se trataba de la Operación Barclay, un
      plan de diversión por el que los británicos habían logrado
      convencer a los alemanes de la existencia de un ejército fantasma.
      Como parte de este plan, se organizó también la Operación
        Animales, una campaña de sabotajes en el sur de Grecia por
      parte de la Dirección de Operaciones Especiales, en
      colaboración con la resistencia griega. Ese día, antes del
      amanecer, el Ejército Popular de Liberación Nacional voló cinco
      puentes de una línea ferroviaria en el sur de Grecia, inutilizando
      4 km de vía. Otros grupos volaron puentes en la región de Litochoro
      y en Petrana. Por la mañana, un centenar de partisanos
      tendió una emboscada a una columna de infantería alemana cuando
      pasaba por un desfiladero cerca de Sarantaporo. Tras ocho
      horas de intercambio de disparos, 11 alemanes resultaron muertos,
      97 se rindieron y 5 escaparon. El puente de Sarantaporo fue
      destruido junto con 64 coches y camiones de la columna capturada.
      La resistencia griega no tenía dónde retener a los alemanes, así
      que fueron asesinados unos días más tarde, tras haber sido
      interrogados.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (Brinksburn)
      cerca de Argelia.
    
Jean Moulin había convocado una reunión en la casa del doctor Frédéric
        Dugoujon en Caluire-et-Cuire (un suburbio de Lyon)
      con siete máximos dirigentes de la resistencia francesa, André
        Lassagne, Albert Lacaze, Emile Schwarzfeld,
      Bruno Larat, Claude Bouchinet-Serreules, Raymond
        Aubrac y Henry Aubry, para tratar sobre la reciente
      captura del general Delestraint. Bouchinet-Serreules no acudió,
      mientras que René Hardy se presentó a pesar de que no había sido
      convocado. Casualmente luego se presentaron también varios
      miembros de las SS que tampoco habían sido convocados y que
      capturaron a todos los presentes. Casualmente Hardy fue el único
      que no fue esposado, y casualmente logró escapar. Todos los
      alemanes iban armados con metralletas, pero apenas dispararon
      sobre él unos pocos tiros en su huida. Raymond Aubrac, se percató
      de todos estos detalles, y nunca dudó de que Hardy los había
      traicionado. Bouchinet-Serreules llegó tarde a la reunión y así se
      salvó de ser capturado. Al día siguiente informó a de Gaulle de lo
      sucedido y gracias a él se pudo mantener el Consejo nacional
        de la Resistencia como órgano superior de todas las
      organizaciones que luchaban contra la ocupación alemana.
    
Un submarino alemán hundió un carguero sueco (Venezia)
      cerca de Rio de Janeiro. 
    
La Cámara de Representantes de los Estados Unidos aprobó por
      unanimidad un presupuesto de 71.510.438.873 dólares para el
      Ejército de los Estados Unidos, el mayor prespuesto militar de la
      historia.
    
La Facultad de Medicina de Harvard había pedido permiso para
      admitir mujeres como alumnas, pero la dirección de la universidad
      denegó la petición.
    
El FBI interceptó un telegrama enviado desde la sede en Nueva
      York de la KGB por el que descubrieron que un científico
      estadounidense con nombre en clave "Quantum" se había
      reunido unos días antes con funcionarios de la embajada soviética
      y les había proporcionado información confidencial sobre el
      proceso de separación del isótopo uranio-235 del uranio natural,
      pero nunca pudo descubrirse la identidad de Quantum. Sólo
      más de 60 años más tarde, tras la caída de la Unión Soviética,
      pudo saberse que se trataba de Boris Podolsky, que había
      nacido en el Imperio Ruso, pero cuya familia había emigrado a los
      Estados Unidos en 1914, cuando él tenía 17 años. Es famoso
      especialmente por un trabajo conjunto con Albert Einstein y Nathan
        Rosen, en el que concibieron la llamada Paradoja de
        Einstein-Podolsky-Rosen, que pone de manifiesto uno de los
      aspectos de la mecánica cuántica más alejados de la física clásica
      newtoniana.
    
El senador Jack Tenney llegó a Los Ángeles con la misión
      de determinar si los disturbios contra los zoot-suits
      estaban instigados por agencias nazis que trataban de enturbiar
      las relaciones entre los Estados Unidos y los países
      latinoamericanos. Tenney no tardó en asegurar que así era, aunque
      no consideró necesario aportar prueba alguna que lo confirmara.
    
Los ataques japoneses contra la cordillera de Lababia se
      sucedían. El 22 de junio unos 1.500
      japoneses se enfrentaban a poco más de 100 australianos, pero
      todos sus ataques eran rechazados con la ayuda de la aviación
      australiana, que ametrallaba a los atacantes después de que la
      infantería marcara sus posiciones con bombas de humo.
    
Un submarino alemán hundió un petrolero de la Francia Libre (Lot)
      en en Atlántico.
    
Un destructor estadounidense hizo encallar un submarino japonés
      en la costa de Alaska. Murieron 87 de sus ocupantes.
    
El alcalde de Detroit y el gobernador de Michigan pidieron ayuda
      al gobierno federal. Roosevelt envió 6.000 soldados que ocuparon
      las calles de Detroit y pacificaron la ciudad. Para entonces
      habían muerto 24 personas, de las cuales 24 eran negros, y el
      número de heridos era de unos 600, de los que las tres cuartas
      partes eran negros. De los 1.800 arrestados, el 85% eran negros.
      La propaganda japonesa usó los disturbios para instar a los
      estadounidenses negros a no luchar por su país. Las potencias del
      Eje los usaron como muestra de la decadencia de Occidente.
    
El 23 de junio un submarino japonés
      hundió dos cargueros estadounidenses (Aludra y Deimos)
      cerca de las islas Salomón.
    
Los japoneses cesaron los ataques contra la cordillera de
      Lababia. En la operación habían contado 41 muertos y 131 heridos,
      frente a los 11 australianos muertos y 12 heridos.
    
Un destructor estadounidense desembarcó una avanzadilla en la
      isla de Woodlark, al norte de Nueva Guinea.
    
Un submarino alemán hundió un carguero soviético (Leningrado)
      en el mar Negro.
    
Ese día empezó la Operación Hombre-lobo al sur de Zamość.
      Tras bombardear la región con la artillería y la aviación, unos
      10.000 hombres, miembros de las SS y de la policía local,
      iniciaron una gigantesca redada en la que arrestaban,
      aterrorizaban y, si venía al caso, ejecutaban, a cuantos civiles
      polacos iban encontrando.
    
Por esas fechas los chetniks estaban perdiendo el control
      de Montenegro, y muchos de sus guerrilleros se unían a los
      partisanos.
    
Un submarino británico hundió un carguero italiano (Pomo)
      en el Mediterráneo.
    
Un nuevo convoy con 1.018 judíos salió del campo de concentración
      de Drancy, en Francia, con destino a Auschwitz. Sólo 72
      sobrevivirían a la guerra. Era ya el quincuagésimo quinto convoy
      que salía de Francia.
    
Unas elecciones generales en Irlanda permitieron a Éamon de
      Valera continuar al frente del gobierno, pero ahora gobernaba en
      minoría.
    
La aviación alemana hundió dos cargueros británicos (Shetland
      y Volturo) en el Atlántico.
    
El 24 de junio un submarino
      estadounidense hundió un petrolero japonés (Ose) cerca de
      la costa china. Un submarino japonés hundió un petrolero británico
      (British Venture) cerca de la costa iraní.
    
Otra avanzadilla de tropas estadounidenses fue desembarcada en la
      isla de Kiriwina, al norte de Nueva Guinea.
    
Una veintena de aviones estadounidenses bombardeó el aeropuerto
      de Thermi, en Grecia.
    
Baldur von Schirach era el máximo dirigente del partido
      nazi en Viena. Ese día discutió con Hitler porque le insistió en
      que era necesario firmar una paz con los aliados. Conservó su
      puesto, pero Hitler no volvió a dirigirle la palabra.
    
Mussolini pronunció un discurso en Roma en el que, en un momento
      dado dijo:
    
Es necesario que, apenas el enemigo intente desembarcar, sea detenido en la línea que los marinos llaman de "bagnasciuga".
Muchos italianos tuvieron que consultar el diccionario para
      tratar de entender qué era eso del "bagnasciuga"
      (literalmente "moja-seca"), y se encontraron con un concepto
      técnico que no tenía pies ni cabeza en la frase del Duce.
      En realidad Mussolini quería referirse a la zona donde el agua
      toca la arena en la playa, tal vez tratando de imitar el "lucharemos
        en las playas..." de Churchill, y a decir verdad, aunque al
      parecer no es el significado ortodoxo de la palabra, sí que hay
      precedentes de su uso en dicho sentido, tanto en textos literarios
      como científicos. Sin embargo, lo cierto es que "el discurso
        del bagnasciuga" dio que hablar, y Mussolini dio la
      impresión de haberse hecho un lío con las palabras. En una época
      en la que el político medio tenía unas dotes oratorias muchísimo
      mayores que las de los políticos actuales y, especialmente en el
      caso de un líder carismático como Mussolini, eso fue interpretado
      como un signo de decadencia.
    
En la ciudad británica de Bamber Bridge se produjo un
      altercado cuando unos policías militares blancos estadounidenses
      trataron de arrestar a un soldado negro, estadounidense también.
      Un primer enfrentamiento tenso pudo ser apaciguado, pero cuando el
      soldado se marchó con algunos compañeros, los policías militares
      pidieron refuerzos y salieron en su busca para arrestarlos. Se
      produjo entonces una pelea en la que hubo varios heridos y un
      soldado negro sufrió una herida leve de bala en el cuello. Cuando
      los heridos fueron trasladados a su base, corrió el rumor de que
      los policías militares planeaban disparar contra soldados negros.
      A medianoche llegaron varios coches con policías militares, que
      llevaban incluso una ametralladora. Muchos soldados, presos del
      pánico, asaltaron la armería de la base, se hicieron con fusiles y
      salieron a perseguir a los policías militares. Se produjo entonces
      un tiroteo en el que un soldado (negro) resultó muerto y otros dos
      heridos. También hubo dos policías militares (blancos) heridos.
      Posteriormente, un consejo de guerra condenaría a 32 soldados por
      amotinamiento, apropiación de armas, causar disturbios, y disparar
      contra policías militares. Las penas fueron rebajadas en
      apelación.
    
Fuerzas aliadas hundieron cuatro submarinos alemanes en distintos
      puntos del Atlántico.
    
El 25 de junio submarinos
      estadounidenses hundieron dos cargueros japoneses en el Pacífico (Iburi
        Maru y Shinryn Maru).
    
Unos 2.600 soldados estadounidenses desembarcaron en la isla de
      Woodlark. Los japoneses no hicieron nada más que enviar algunos
      vuelos de reconocimiento que lanzaron unas pocas bombas.
    
Los alemanes rechazaron un ataque contra un puente en la
      localidad griega de Bralos. Más tarde desactivaron un
      explosivo.
    
En la localidad polaca de Częstochowa, los nazis llevaban
      cerca de cuatro meses ejecutando paulatinamente a los judíos del
      gueto que consideraban inútiles (ancianos, niños,
      intelectuales...) hasta que finalmente la Organización de
        Luchadores Judíos se alzó en armas, escasas, pero armas al
      fin y al cabo. Levantaron barricadas en las calles y se
      enfrentaron a los sorprendidos alemanes.
    
Klaus Barbie fue informado de que uno de los arrestados en Caluire-et-Cuire era nada menos que Jean Moulin, y desde entonces el prisionero era llevado cada día al cuartel general de la Gestapo en Lyon para ser interrogado personalmente por Barbie. Sin embargo, Moulin no reveló información alguna a pesar de las torturas. Unos meses más tarde Hitler condecoró a Barbie con la Cruz de Hierro por la captura de Moulin.
A pesar del veto del presidente Roosevelt, el Congreso
      estadounidense aprobó la ley Smith-Connally, que permitía
      al gobierno federal intervenir las industrias relacionadas con la
      producción bélica cuando su producción se viera amenazada por
      huelgas. Roosevelt había argumentado que esa ley iba a fomentar
      los problemas laborales más que resolverlos.
    
El 26 de junio un submarino
      estadounidense hundió dos cargueros japoneses (Shozan Maru
      y Toyo Maru) cerca de la costa japonesa.
    
En los últimos meses, el número de submarinos alemanes hundidos
      por los aliados había aumentado espectacularmente. Por ello, más
      de 200 marinos alemanes, tripulantes de seis submarinos con base
      en Noruega se amotinaron y se negaron a embarcar. Los amotinados
      fueron arrestados y encarcelados en Oslo.
    
Radio Vaticano emitió un mensaje del papa Pío XII en el que
      afirmaba que "cualquiera que establezca distinciones entre los
        judíos y el resto de los hombres es un infiel que se encuentra
        en contradicción con las leyes de Dios. La paz en el mundo, el
        orden y la justicia estarán siempre comprometidos mientras los
        hombres ejerzan discriminaciones entre los miembros de la
        familia humana". Al parecer, el papa llevó a cabo exorcismos
      a distancia sobre Hitler, pues estaba convencido de que éste
      estaba poseído por el Diablo.
    
El estudiante belga Youra Livchitz había sido arrestado por la Gestapo
      un mes después de haber detenido el tren que transportaba judíos a
      Auschwitz. Sin embargo, había logrado noquear a su guardian y
      quitarle su uniforme, con el cual pudo salir del cuartel general
      de la Gestapo en Bruselas. Ahora el coche en el que
      viajaba con su hermano Alexander fue detenido por la
      policía, que encontró armas en él, así que ambos fueron arrestados
      de nuevo.
    
El gobierno yugoslavo en el exilio no estaba siendo muy
      eficiente. Las rivalidades entre servios y croatas habían impedido
      que el primer ministro, Slobodan Jovanović pudiera aprobar
      siquiera una declaración de los objetivos de su gobierno. Por otra
      parte, Jovanović seguía apostando por el apoyo a Mihailović cuando
      los británicos estaban empezando a considerar la posibilidad de
      apoyar a los partisanos de Tito. El anuncio de matrimonio del rey
      Pedro II con Alejandra de Grecia (hija póstuma del rey
      Alejandro I de Grecia), desencadenó una nueva crisis de gobierno
      que terminó con la dimisión de Jovanović. Fue sustituido por Miloš Trifunović.
      
El rey Jorge VI de Gran Bretaña visitó a las
        tropas británicas en Malta y en el norte de África.
      
La Bell Aircraft Company probó el Bell 30, el primer prototipo de helicóptero pensado para su comercialización, que había sido diseñado por el ingeniero Arthur Middleton Young.
El 27 de junio, ataques aliados a los
      aeropuertos griegos de Eleusina y Kalamaki mataron a 16 alemanes y
      a 32 griegos. Otras 59 personas resultaron heridas y 12 aviones
      fueron destruidos.
    
Un submarino alemán hundió un carguero griego (Michalios)
      en el Mediterráneo cerca de la costa Siria. Otro hundió un
      carguero estadounidense (Sebastian Cermeno) en el océano
      Índico.
    
Un caza estadounidense se incendió, el piloto se lanzó en
      paracaídas y el aparato cayó en una playa de California, donde
      explotó y dejó a 49 bañistas heridos, tres de ellos mortalmente.
    
El 28 de junio un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Shotoku Maru) en
      el Pacífico. Un submarino japonés hundió un carguero noruego (Dah
        Pah) en un puerto de Omán.
    
Al norte de Guadalcanal, tras las islas Russell, se encuentra la
      isla de Nueva Georgia, la mayor de las Islas Salomón bajo
      control japonés, y ahora un batallón de unos 500 soldados
      estadounidenses desembarcó en ella, caminaron por tierra hasta
      llegar al puerto de Viru, y allí expulsaron a unos 245
      japoneses que lo custodiaban. Las bajas fueron de 61 japoneses
      muertos frente a 13 estadounidenses. Posteriormente barcos
      estadounidenses accedieron al puerto.
    
Ocho explosivos detonaron a lo largo de una línea ferroviaria en
      el sur de Grecia.
    
Wernher von Braun había invitado a Hitler a presenciar una
      demostración de sus cohetes en la isla de Peenemünde. El primero
      se estrelló a poca distancia, pero el segundo recorrió más de 200
      km antes de caer al Báltico. Hitler no estaba muy impresionado.
      Decía que los cohetes eran meras bombas con un alcance algo mayor
      y un coste mucho mayor, pero a estas alturas necesitaba un "arma
      espectacular" que levantara la moral alemana, y no tenía más
      remedio que confiar en el entusiasmo de von Braun, que, a pesar de
      que sus cohetes distaban mucho de ser operativos, insistía en que
      lo estarían en breve. Hitler dio órdenes ese día de empezar a
      construir cuatro bases de lanzamiento de cohetes a lo largo del
      canal de la Mancha, equipados para resistir bombardeos.
    
En Auschwitz entraron en servicio cuatro nuevos crematorios. Los
      antiguos podían procesar hasta 340 cuerpos al día, mientras que
      los nuevos podían con 1.100 cada uno.
    
Entre los planes para la próxima invasión de Sicilia figuraba una
      acción para la que se necesitaban unos 40 planeadores adicionales,
      y el modelo estadounidense disponible en el norte de África no era
      adecuado. Los únicos disponibles se encontraban en Gran Bretaña y,
      tras un estudio del asunto, se aprobó transportar hasta Túnez 32
      planeadores remolcados por otros tantos bombarderos. Nunca se
      había hecho una travesía semejante. En cada planeador iban tres
      pilotos que se turnaban cada hora para evitar la fatiga y ese día
      llegaron los primeros a su destino. En total se perdieron cinco
      planeadores y tres bombarderos.
    
Un bombardeo estadounidense en Livorno hundió un crucero (Bari)
      y un carguero italiano (Campania).
    
Tras varios ataques "molestos" con pocos aviones llevados a cabo
      durante los días anteriores, Colonia fue bombardeada por 608
      aviones británicos.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (Vernon City)
      no lejos de la costa brasileña.
    
La ocupación japonesa de la isla de Nauru había llegado a una
      situación desproporcionada. Frente a los 1.848 nativos, habían
      llegado 2.388 militares japoneses y 1.500 trabajadores japoneses y
      coreanos. Las autoridades japonesas temían que, en caso de
      bloqueo, la isla apenas tendría recursos para alimentar a tanta
      gente, así que habían anunciado a los nativos que iban a ser
      deportados a otra isla. El 29 de junio
      600 nativos fueron embarcados y llevados a las islas Truk,
      que forman parte del archipiélago de las Carolinas.
    
Insurgentes griegos asesinaron a Adolf Ersfeld, el
      comandante de una unidad de la policía secreta alemana.
    
El papa Pío XII publicó la encíclica Mystici Corporis
        Christi, en la que condenaba las exclusiones por razón de
      raza o nacionalidad, el asesinato de discapacitados y las
      conversiones forzadas.
    
Un submarino británico hundió un carguero italiano (Bolzaneto)
      en el Mediterráneo.
    
Como parte de los suministros necesarios para la invasión de
      Sicilia, Eisenhower pidió que se le enviaran tres millones de
      botellas (llenas) de Coca-Cola junto con el equipo necesario para
      limpiarlas, rellenarlas y taparlas dos veces al mes.
    
El 30 de junio unas 2.250 tropas
      estadounidenses desembarcaron en Kiriwina sin oposición alguna. Al
      mismo tiempo se produjeron desembarcos en dos islas cercanas a
      Nueva Georgia: unos 6.000 hombres ocuparon Rendova y
      expulsaron a la guarnición de 120 japoneses que la custodiaba, la
      mitad de los cuales acabaron muertos frente a cuatro bajas
      estadounidenses. Al mismo tiempo, otros 1.000
        hombres desembarcaron en Vangunu, donde se enfrentaron a
        una guarnición japonesa de algo más de un centenar de soldados.
        Uno de los transportes usados en el desembarco de Rendova (USS
          McCawley) fue hundido por error por torpederas
        estadounidenses mientras regresaba a su base.
      
Mientras tanto, en Nueva Guinea, soldados de
        infantería australianos y estadounidenses desembarcaron en la
        bahía de Nassau, con el objetivo de establecer una
        cabeza de playa que acortara las líneas de suministro en un
        próximo ataque a Salamaua. El desembarco fue complicado, con una
        fuerte lluvia, mala visibilidad y el mar revuelto. Tras un breve
        enfrentamiento con los japoneses, aseguraron un perímetro
        alrededor del lugar de desembarco. Los japoneses esperaron la
        llegada de refuerzos y luego lanzaron varios ataques y trataron
        de infiltrarse, pero fueron rechazados y se retiraron antes del
        amanecer del día siguiente, tras haber perdido unos 50 hombres.
      
Mientras tanto un batallón australiano sin
        mucha experiencia de combate asaltó las posiciones japonesas en
        la cordillera de Bobdubi sin mucho éxito. Poco después
        recibieron 200 soldados de refuerzo.
       
La insurrección del gueto de Częstochowa fue sofocada. El
      cabecilla de los insurrectos, Mordechaj
          Zylberberg, se suicidó cuando los alemanes estaban a punto
        de capturar su bunker. Cerca de un millar de judíos
        habían muerto en la lucha, y ese mismo día otros 500 fueron
        quemados vivos o enterrados en escombros. Los que se rindieron,
        unos 3.900, fueron enviados a otros campos de trabajo. No
        obstante, el gueto de Częstochowa no
        se cerró, sino que los alemanes llevaron unos 10.000 judíos de
        otros campos unos meses más tarde. 
      
Dolores Ibárruri, la secretaria general del Partido Comunista de
      España en el exilio, envió a México a Jesús Hernández Tomás
      con la misión de organizar allí una delegación del PCE y, ya de
      paso, de liberar como fuera a Ramón Mercader, injustamente
      encarcelado por el asesinato de León Trotski (injustamente, no
      porque no fuera él el asesino, sino porque a ojos de una
      estalinista como Ibárruri, el asesinato de Trotski merecía una
      condecoración y no una pena de cárcel). Envió a Hernández para
      quitárselo de encima, porque no era exactamente un estalinista
      devoto como ella, y teniéndolo lejos lo tendría más fácil para
      hacerlo caer en desgracia. Pero, como no se fiaba de él, envió
      también a Francisco Antón para que lo vigilara. Antón
      había sido su amante y era estalinista convencido. En cuanto
      Hernández estuvo en México sin posibilidad de defenderse, Ibárruri
      empezó a chismorrear que éste pretendía socavar su autoridad,
      dividir al partido y desprestigiar a la Unión Soviética.
    
A Hernández le debemos algunas "perlas" sobre quién era Dolores
      Ibárruri. Por ejemplo, escribe cómo, ante la posibilidad de
      devolver a España a los niños españoles enviados a Rusia durante
      la guerra civil, la respuesta de Ibárruri fue:
    
No podemos devolverlos a sus padres convertidos en golfos y prostitutas, ni permitir que salgan de aquí como furibundos antisoviéticos.
El 1 de julio el general y primer
      ministro japonés Hideki Tōjō recibió un informe de más de tres mil
      páginas titulado Una investigación de la política global con
        la raza Yamato como núcleo. En un tono científico y
      académico, justificaba la expansión japonesa y explicaba que los
      japoneses, como el pueblo racialmente superior que eran, estaban
      destinados a regir en Asia eternamente, con las demás naciones
      supeditadas a su política paternal y benefactora. El informe
      calculaba la población japonesa que debía habitar incluso en
      territorios como Nueva Zelanda y Australia en el plazo de una
      década para "asegurar el espacio vital de la raza Yamato".
      La ideología subyacente era una curiosa mezcla de nazismo y
      confucianismo, aunque también apelaba a los escritos de Platón y
      Aristóteles, y a fuentes británicas.
    
El ministro de asuntos exteriores rumano Mihai Antonescu
      (sin parentesco cercano con el dictador Ion Antonescu) se reunió
      en Roma con Mussolini para tratar de que encabezara las
      negociaciones para que los países aliados con Alemania pudieran
      dejar el Eje. Pero Mussolini no se prestó a ponerle el cascabel al
      gato.
    
Una división alemana y dos regimientos italianos iniciaron una
      campaña contra los partisanos griegos cerca de Servia. 
    
Un submarino alemán hundió un carguero brasileño (Tutoya)
      cerca de la costa brasieña.
    
En abril del año anterior, un oficial alemán llamado Hans
        Peter Krug había escapado de un campo de concentración en
      Canadá, desde donde se había dirigido a Detroit. Allí recibió la
      ayuda de Max Stephan, nacido en Alemania, pero de
      nacionalidad estadounidense. Más tarde el FBI capturó a Krug y
      Stephan fue acusado de ayudar a un extranjero. El delito de ayudar
      a un prisionero de guerra evadido no figuraba entonces en el
      código penal, pero Stephan fue condenado a muerte por traición.
      Ahora, siete horas antes de que se ejecutara la sentencia, el
      presidente Roosevelt le conmutó la pena por la de cadena perpetua
      y, en efecto, permanecería encarcelado hasta su muerte, nueve años
      más tarde.
    
El 2 de julio submarinos japoneses
      hundieron un transporte japonés (Yoneyama Maru) y tres cargueros (Banshu
        Maru, Canton Maru y Isuzu Maru) en varios puntos del
      Pacífico.
    
Los estadounidenses llevaron a cabo un nuevo desembarco en Nueva
      Georgia, esta vez en la playa de Zanana, con la misión de
      avanzar hasta Munda, donde los japoneses tenían un
      aeropuerto.
    
Un submarino alemán hundió un barco de pasajeros británico (Hoihow)
      en el océano Índico. Murieron 145 de las 149 personas a bordo.
    
Ese día 50 prisioneros de guerra fueron asesinados en Vyrsodepseia,
      en Grecia, como represalia por el asesinato del comandante
      Ersfeld. Por la tarde un grupo de insurgentes tuvo una escaramuza
      con una patrulla alemana en Platamonas.
    
Submarinos alemanes hundieron un petrolero estadounidense (Bloody
        Marsh) y un carguero británico (Empire Kohinoor) en
      el Atlántico.
    
El 3 de julio un submarino
      estadounidense hundió dos cargueros japoneses (Anzan Maru y
      Kokuryu Maru) cerca de la costa China,
    
La guarnición japonesa de Vangunu había sido completamente
      aniquilada, con lo que la isla pasó a formar parte de la línea de
      suministros y de comunicaciones con las tropas desembarcadas en
      Nueva Georgia.
    
Los insurgentes griegos dispararon contra un coche alemán e
      hirieron a uno de sus ocupantes, y volaron una vía de tren en las
      afueras de Litochoro.
    
Esa noche 653 aviones bombardearon el área industrial de Colonia.
      Por primera vez, la Luftwaffe usó la táctica conocida como
      "Jabalí salvaje", consistente en iluminar con focos a los
      aviones atacantes para indicar su posición tanto a los aviones
      alemanes como a las baterías antiaéreas. Esto permitía emplear
      aviones no equipados para el combate nocturno. Para evitar que las
      baterías antiaéreas derribaran aviones alemanes, éstos nunca
      volaban por debajo de cierta altura convenida, y las baterías
      nunca disparaban por encima de dicha altura. Hasta entonces, las
      ciudades procuraban evitar toda señal luminosa para que los
      aviones atacantes no pudieran encontrar sus objetivos. En total
      derribaron 12 aviones.
    
La aviación británica hundió dos submarinos alemanes cerca de la
      costa atlántica española. Otro submarino alemán hundió un carguero
      estadounidense (Elihu B. Washburne) cerca de la costa
      brasileña.
    
El 4 de julio submarinos
      estadounidenses hundieron un transporte (Liverpool Maru) y
      dos cargueros japoneses (Koki Maru y Mikkyo Maru).
      
    
La cabeza de playa en la bahía de Nassau seguía bien defendida, y
      en los días precedentes habían llegado numerosos refuerzos. El
      número de soldados desembarcados llegaba ya a los 1.400, y en los
      días siguientes aún llegarían algunos más.
    
Mientras tanto, 4.600 soldados estadounidenses desembarcaban en
      Nueva Georgia, cubiertos por tres cruceros ligeros y cuatro
      destructores bajo el mando del contraalmirante Walden Lee
        Ainsworth. Otros 4.000 soldados desembarcaron en la isla de
      Kolombangara, al norte de Nueva Georgia, con la misión de
      cruzar en balsas el estrecho que las separa.
    
Hacía dos días que Subhar Chandra Bose había llegado a Singapur y
      ahora se ponía a la cabeza de la Liga para la Independencia de
        la India y del Ejército Nacional Indio. Su carisma
      logró que muchos civiles se alistaran, con lo que el ejército dejó
      de estar formado únicamente por prisioneros de guerra. Es famosa
      su frase: ¡Dadme sangre! Yo os daré libertad. 
    
Tras una serie de retrasos, finalmente los alemanes iniciaron la
      Operación Ciudadela, contra las tropas soviéticas en el
      saliente de Kursk. Sería la mayor batalla de tanques de la
      historia, pues los alemanes habían reunido casi 3.000, mientras
      que los soviéticos disponían de casi 5.000. Aun así, los alemanes
      contaban con dos divisones Panzer de menos, ya que Hitler
      las había movido a Grecia, junto con una tercera procedente de
      Francia, lo que ponía en evidencia que había mordido el anzuelo de
      las campañas de desinformación alidadas, como la operación carne
        picada, y esperaba una invasión aliada en Grecia. Con todo,
      la infantería ocupó algunas posiciones estratégicas para
      establecer puntos de observación y capturó algunos puestos de
      observación de la primera línea defensiva soviética. Hacia las
      16:00 tomaron la ciudad de Butovo y antes de medianoche
      ocupaban Gertsovka. 
    
Un submarino alemán hundió un carguero noruego (Breiviken)
      y otro griego (Michael Livanos) en la costa índica
      africana.
    
Los partisanos yugoslavos atacaron la fortaleza de Zvornik en
      Croacia y a lo largo de la noche lograron apoderarse de ella. Las
      fuerzas de la Ustacha huyeron cruzando el río Drina hasta
      Servia, y muchos murieron en el intento.
    
Un nuevo sabotaje por parte de la resistencia griega provocó el
      desacarrilamiento de un tren que transportaba municiones y, en la
      explosión subsiguiente, diez alemanes resultaron heridos. Mientras
      tanto, una guarnición alemana entre Katerini y Pyrgetos
      fue atacada. Los alemanes respondieron matando a diez prisioneros
      de guerra y destruyendo parte de Litochoro.
    
Un submarino alemán hundió un barco de transporte de tropas (City
        of Venice) y un carguero británico (St. Essylt) cerca
      de la costa de Argelia.
    
El general Władysław Sikorski regresaba de una inspección a las
      tropas polacas desplegadas en Oriente Medio cuando su avión se
      estrelló en el mar 16 segundos después de haber despegado de
      Gibraltar. Un oficial polaco que contempló el accidente desde el
      aeropuerto dijo entre lágrimas: ¡Es el final de Polonia!
      En efecto, Churchill tenía mucho que agradecer a Sikorski por su
      colaboración con los británicos en los primeros años de la guerra,
      pero con la entrada de los Estados Unidos y la Unión Soviética, la
      importancia de Polonia se había reducido notablemente y el sucesor
      de Sikorski, Stanisław Mikołajczyk, no tuvo ni de lejos la
      influencia que había tenido el general fallecido.
    
Un submarino alemán hundió un carguero brasileño (Pelotaslóide)
      cerca de la costa brasileña.
    
El 5 de julio un destructor japonés
      hundió el destructor estadounidense Strong cuando se
      retiraba tras haber cumplido su misión en el desembarco en Nueva
      Georgia llevado a cabo durante la noche.
    
El ataque alemán al sur de la base del saliente de Kursk tenía
      que sumarse otro ataque desde el norte, pero los soviéticos
      estaban al tanto de los planes alemanes y atacaron primero. A las
      2:00 Zhúkov tomó la iniciativa con un bombardeo de la artillería.
      Esperaba que con ello desbarataría el plan de ataque alemán, pero
      no causó daños graves ni ocasionó más que algunos retrasos en los
      planes alemanes. A las 5:00 los alemanes lanzaron su propio
      bombardeo de 80 minutos en el lado norte y de 50 en el lado sur. A
      las 5:30 se inició el avance principal con el apoyo de la
      aviación, a lo largo de un frente de 45 km. La aviación soviética
      lanzó un ataque sobre los aeropuertos alemanes, pero no causó
      daños graves y, por el contrario, las pérdidas fueron
      considerables (los soviéticos perdieron 176 aviones ese día,
      frente a 26 alemanes). Los alemanes penetraron casi 10 km en las
      líneas soviéticas y alcanzaron la segunda línea defensiva
      soviética, donde su avance fue frenado. Ese día contaron casi
      1.300 muertos y casi 6.000 heridos.
    
El balance de la operación ítalo-alemana contra los partisanos
      griegos fue de 16 pueblos quemados, 92 civiles muertos y el saqueo
      de grandes cantidades de ganado.
    
Un submarino italiano fue hundido en un bombardeo aliado a La
        Spezia. 
    
La aviación británica hundió un submarino alemán cerca de la
      costa atlántica española. Otro submarino alemán hundió un carguero
      estadounidense (Maltran) en el Caribe.
    
La flota del contraalmirante Ainsworth se estaba retirando hacia
      el mar del Coral para repostar cuando a la 1:06 del 6 de julio detectó una flota de diez
      destructores japoneses bajo el mando del contraalmirante Teruo
        Akiyama, que llevaba 2.600 soldados a la isla de
      Kolombangara, para después pasarlos a Nueva Georgia. A la 1:57 los
      estadounidenses abrieron fuego y lanzaron 612 bombas en 21
      minutos. El destructor Niizuki no tardó en hundirse con
      Akiyama a bordo. El crucero ligero estadounidense Helena
      había agotado su pólvora antidestellos, y se había visto obligada
      a usar pólvora antihumo, con lo que se iluminaba a sí mismo en
      cada disparo. Esto permitió a dos destructores japoneses lanzarle
      torpedos de largo alcance que hundieron el barco. El destructor Nagatsuki
      encalló y fue hundido al día siguiente por la aviación
      estadounidense, mientras que el Hatsuyuki resultó dañado.
      Ambas fuerzas se retiraron, pero un destructor japonés y dos
      estadounidenses se quedaron en la zona para rescatar náufragos. A
      las 5:00 el destructor Amagiri intercambió torpedos y
      disparos con uno de los destructores estadounidenses y se retiró
      dañado.
    
Los soviéticos lanzaron un contraataque en Kursk, tarde y mal
      coordinado. Unos 200 tanques se enfrentaron a los Panzer,
      de los cales 69 fueron destruidos y los restantes tuvieron que
      retirarse. Luego fueron los tanques alemanes los que atacaron la
      segunda línea defensiva soviética en Olkhovatka. Pero no
      pudieron romper las defensas soviéticas y sufrieron muchas bajas.
      Un ataque sobre Ponyri tampoco surtió efecto.
    
Un submarino alemán hundió un carguero griego (Hydraios)
      en el océano Índico.
    
Un submarino británico hundió un carguero italiano (Tripoli)
      en el Mediterráneo. Un submarino alemán hundió un carguero
      británico (Shahjehan) cerca de Libia.
    
El bey Muhammad VII de Túnez fue obligado a abdicar por las
      autoridades francesas y fue enviado al exilio, primero a Argelia,
      y luego al sur de Francia. Fue sucedido por su primo Muhammad
        VIII al-Amin, hijo del bey Muhammad VI.
    
Un piloto en misión de entrenamiento despegó esa noche de una
      base aérea en Texas para bombardear un objetivo simulado situado
      cerca de Conlen, pero se desorientó y acabó lanzando cinco
      bombas en Boise City, en Oklahoma. Aunque algunos
      edificios sufrieron daños, nadie resultó herido.
    
El 7 de julio los alemanes atacaron
      Ponyri y lograron tomar la mitad de la ciudad tras una intensa
      lucha casa por casa.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (Leana)
      cerca de la costa oriental africana.
    
Un submarino británico hundió un petrolero alemán (Wilhelmsburg)
      en el Egeo.
    
Las matanzas de polacos por parte del Ejército Insurgente
      Ucraniano se habían intensificado hasta convertirse en una
      auténtica limpieza étnica. El mes anterior uno de sus comandantes
      había difundido una orden secreta en la que se leía:
    
No obstante, los ucranianos mataban principalmente mujeres y niños. Dos delegados del Gobierno Polaco en el Exilio llegaron a Kustycze para tratar de llegar a un acuerdo con los ucranianos. Se encontraron con Jusif Stelmaszczuk, que inmediatamente los hizo arrestar.Debemos llevar a cabo una acción a gran escala para liquidar el elemento polaco. Ahora que los alemanes se retiran, deberíamos aprovechar este conveniente momento para liquidar la totalidad de la población masculina entre los 16 y los 60 años. No podemos perder esta lucha, y es necesario debilitar a las fuerzas polacas cueste lo que cueste. Los pueblos y asentamientos cercanos a los grandes bosques deben desaparecer de la faz de la Tierra.
La aviación estadounidense hundió un submarino alemán cerca de la
      costa portuguesa.
    
Un submarino alemán atacó a un convoy aliado y hundió tres
      cargueros estadounidenses cerca de la costa brasileña (James
        Robertson, Thomas Sinnickson y William Boyce Thompson).
      Otro hundió un carguero neerlandés (Poelau Roebiah) en el
      Caribe.
    
El 8 de julio un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Showa Maru) en el mar
      de Japón.
    
Los australianos habían ocupado la que llamaban la Loma de la
        Emboscada, desde donde amenazaban tanto la cordillera de
      Bobdubi como las líneas de suministro a las fuerzas japonesas en
      Mubo y Salamaua. Esto obligó a los japoneses a lanzar una serie de
      feroces contraataques en los días siguientes.
    
Un contraataque soviético expulsó a los alemanes de Ponyri, pero
      una sucesión de contraataques hizo que la ciudad cambiara de manos
      varias veces en los días siguientes. En el frente meridional una
      formación de tanques soviéticos fue barrida exclusivamente por
      aviones armados con cañones antitanques, algo que no había
      sucedido nunca antes en la historia. Los soviéticos perdieron más
      de 50 tanques. Al final del día los tanques alemanes habían
      avanzado 29 km y habían penetrado la segunda línea defensiva
      soviética.
    
Un submarino británico hundió un carguero italiano (Valfiorita)
      en el Mediterráneo.
    
Jean Moulin había entrado en coma a causa de las palizas
      recibidas y murió como resultado del daño cerebral.
    
La aviación aliada hundió dos submarinos alemanes en el
      Atlántico. Otro submarino alemán hundió un petrolero noruego (B.P.
        Newton) y un carguero estadounidense (Eldena).
    
Otro batallón de marines había desembarcado en el puerto de Viru,
      en Nueva Georgia, y para el 9 de julio
      los japoneses habían sido expulsados de la zona.
    
A las 18:00 despegaron de Túnez en grandes planeadores 2.075
      soldados británicos con siete jeeps, seis cañones
      antitanque y diez morteros, con la misión de llegar a Sicilia
      sobre la medianoche (los planeadores fueron remolcados casi todo
      el trayecto). Poco después, 18 aviones, seis de ellos equipados
      con inhibidores de radar, empezaron a recorrer la costa siciliana
      en la región de Siracusa. A las 21:00 55 aviones bombardearon el
      aeropuerto de Siracusa, como maniobra de distracción, donde
      causaron un gran número de bajas, incluyendo al comandante de la
      base naval de Siracusa, Giuseppe Gianotti. Luego se
      lanzaron 280 paracaídas con maniquíes al norte de la zona prevista
      para el aterrizaje auténtico. La operación fue más bien
      desastrosa, pues los planeadores encontraron fuertes vientos y
      mala visibilidad. Algunos fueron desenganchados antes de tiempo y
      65 de ellos (casi la mitad) cayeron al mar y 252 hombres murieron
      ahogados. De los restantes, sólo 12 planeadores aterrizaron en el
      lugar previsto. Otros 55 lo hicieron a 40 km de distancia,
      mientras que otros pocos fueron derribados o regresaron a Túnez
      sin haber podido desengancharse.
    
Un submarino alemán hundió un carguero estadounidense (Samuel
        Heintzelman) en el océano Índico. Otro hundió dos cargueros
      británicos (De la Salle y Manchester Citizen) de un
      convoy aliado cerca de la costa de Nigeria.
    
Aviones alemanes se disponían a bombardear algún punto del sur de
      Gran Bretaña y, por algún motivo, no pudieron alcanzar su
      objetivo. Algunos de ellos acabaron separados del resto. Un
      bombardero siguió el curso de una vía de ferrocarril y acabó
      llegando al pueblo de East Grinstead. Dio dos vueltas a la
      localidad y luego, a las 17:17, lanzó ocho bombas. Dos de ellas,
      una con espoleta retardada, cayeron en un cine, donde 184 personas
      estaban viendo un cortometraje previo a la película principal.
      Murieron 108, entre ellas muchos niños, así como unos 20 soldados
      canadienses estacionados en el pueblo, algunos estaban viendo la
      función y otros habían llegado luego para ayudar, cuando estalló
      la segunda bomba. Era raro que alguien del pueblo no conociera
      personalmente a alguien con un hijo muerto o herido por las
      bombas.
    
La aviación británica hundió un submarino alemán cerca de la
      costa portuguesa, y la estadounidense otro en la desembocadura del
      Amazonas.
    
Los congresistas estadounidenses se tomaron vacaciones por
      primera vez en los últimos cuatro años.
    
El 10 de julio un submarino
      estadounidense hundió un petrolero japonés (Kyokuyo Maru)
      cerca de la costa japonesa.
    
En el frente de Kursk, los alemanes tenían asegurada la mayor parte de Ponyri, pero los contraataques soviéticos continuaban. Las bajas en ambos bandos eran muy altas. Los ataques alemanes a Olkhovatka y la cercana Teploe resultaron todos infructuosos, incluyendo uno llevado a cabo ese día con unos 300 tanques apoyados por la aviación. Para entonces, los soviéticos habían detenido completamente el avance alemán en la parte norte del saliente de Kursk. En el sur, en cambio, los alemanes empezaban a cruzar el río Psel y se dirigían hacia Prokhorovka.
Un submarino alemán hundió un carguero estadounidense (Alice
        F. Palmer) en el océano Índico.
    
Tras tres días de intensas torturas, Jusif Stelmaszczuk ejecutó públicamente a los dos enviados polacos atando sus miembros a dos caballos para descuartizarlos.
Los chetniks, en colaboración con tropas italianas, mataron a 112 prisioneros de guerra croatas en Lovreć.
Mientras los planeadores británicos descendían en Sicilia, aviones estadounidenses lanzaban varias unidades de paracaidistas, pero el viento los había desviado de su ruta y acabaron dispersos a lo largo de la costa, entre Gela y Siracusa. Las tropas dispersas procuraron causar confusión entre las tropas italianas. Durante las primeras horas del día se iniciaron los desembarcos en 26 puntos principales de la costa siciliana, en un frente de 170 km. En total, el Séptimo Ejército de los Estados Unidos, bajo el mando del general Patton, y el Octavo Ejército británico, bajo el mando del general Montgomery, contaban con 160.000 hombres, 600 tanques y 1.800 cañones y en la operación participaron 2.590 buques. Cabe señalar que, incluso cuatro horas después de que se hubiera iniciado la invasión, aviones alemanes abandonaron Sicilia para reforzar Cerdeña. Hitler seguía convencido de que la invasión de Sicilia era un señuelo y que los aliados iban a invadir Grecia y Cerdeña.
Los combates más intensos se produjeron en la zona de Gela. La
      aviación aliada tenía previsto intervenir al amanecer, pero los
      aviones italianos llegaron antes y, sin contestación, atacaron a
      la flota estadounidense. A las 4:58 se hundía el destructor USS
        Maddox. Unos minutos más tarde, a las 5:01 llegaban los
      primeros aviones aliados. Una serie de contratiempos debidos
      esencialmente al mal tiempo y a la presencia de bancos de arena
      imprevistos fue compensada por la pobre respuesta italiana.
    
Un pelotón británico llegó a tomar un puente y rechazó todos los
      intentos italianos de recuperarlo. Otros paracaidistas acudieron
      atraídos por los disparos y a las 8:30 había 89 hombres
      defendiendo el puente.
    
Una columna de tanques italianos acompañados por infantería estuvo a punto de alcanzar las posiciones aliadas en Gela, pero a las 10:47 la armada estadounidense abrió fuego, destruyó varios tanques y dispersó al resto de las fuerzas italianas.
Fuerzas estadounidenses tomaron el puerto de Licata al precio de
      unas 100 bajas, entre muertos y heridos y luego rechazaron un
      contraataque. Sobre las 11:30 la posición estaba asegurada. Al
      mismo tiempo un batallón de infantería italiano con algo de
      artillería llegaba al puente retenido por los británicos. Cuatro
      horas más tarde sólo quedaban 18 británicos, que se quedaron sin
      munición y tuvieron que rendirse.
    
Al anochecer, las siete divisiones de asalto aliadas (tres
      estadounidenses, tres británicas y una canadiense) estaban
      firmemente establecidas en la costa. El puerto de Siracusa estaba
      en poder aliado y los temores de un ataque aéreo por parte del Eje
      se habían desvanecido. Los bombardeos de las semanas precedentes
      habían debilitado fuertemente la capacidad aérea del Eje en la
      zona, y la presencia constante de la aviación aliada con bases en
      Malta y Pantelleria mantuvo a la aviación enemiga relativamente
      bajo control. Por la noche la Luftwaffe hundió el
      barco-hospital de la Cruz Roja Talamba, que se encontraba
      a una prudente distancia de la costa siciliana, pero los 400
      heridos a bordo pudieron ser evacuados.
    
Un submarino alemán hundió un carguero sueco (Scandinavia)
      cerca de la Guayana Francesa. 
    
En la isla de Nauru había una colonia de leprosos. El 11 de julio los japoneses los subieron todos
      a bordo de un barco pesquero, lo remolcaron hasta mar abierto,
      cortaron la cuerda que lo unía al barco remolcador, dispararon con
      una ametralladora a sus ocupantes y lo hundieron a cañonazos. Si
      algún cuerpo en el agua daba señales de vida, lo remataban con
      fusiles. Así fue como un tifón acabó con la vida de los leprosos,
      según la versión oficial.
    
Un submarino estadounidense hundió un transporte japonés (Taiko
        Maru) en el mar de las Filipinas.
    
Unos 1.200 marines estadounidenses se hicieron con el control del
      puerto de Enogai, en Nueva Georgia, tras haber expulsado
      la guarnición de 400 soldados japoneses que la custodiaba, de los
      cuales unos 350 terminaron muertos. Las bajas estadounidenses
      fueron de 51 muertos.
    
En un ataque nocturno por sorpresa los alemanes lograron
      apoderarse de un puente sobre el Donets, a 18 km de
      
      Prokhorovka, lo que los ponía a un paso de encerrar todo un
      ejército soviético.
    
Un submarino alemán hundió un carguero griego (Mary Livanos)
      en el canal de Mozambique.
    
Esa noche la resistencia griega voló un puente cerca de Lamia
      mientras lo cruzaba una columna alemana. Veinticinco vagones con
      municiones fueron destruidos. Los británicos suspendieron su
      colaboración intensiva con la resistencia griega, pues su objetivo
      de hacer creer a Hitler que los aliados iban a invadir Grecia en
      lugar de Sicilia era difícil de sostener por más tiempo.
    
A las 3:00, el Ejército Insurgente Ucraniano inició una matanza
      de polacos a una escala nunca vista hasta entonces. Un total de
      167 ciudades y aldeas polacas fueron atacadas y sus habitantes
      fueron torturados y asesinados en masa. En Gurow sólo
      sobrevivieron 70 de un total de 480, en Orzeszyn murieron
      306 de un total de 340 polacos. En Sadowa sobrevivieron 20
      de 600, etc. Las matanzas continuaron durante los cinco días
      siguientes.
    
A las 2:00 desembarcaron en Sicilia los primeros tanques
      estadounidenses, pero no tardaron en quedarse atascados en la
      arena de la playa. A lo largo del día se sucedieron 14 ataques
      aéreos por parte del Eje. También se inició un ataque terrestre,
      los italianos por la orilla izquierda del río Gela y los
      alemanes por la orilla derecha. A las 6:40 los alemanes entraron
      en contacto con las fuerzas aliadas, que empezaron a retirarse
      hacia la cabeza de playa. A las 10:40 la armada empezó a disparar
      contra los tanques, que pronto tuvieron que enfrentarse también a
      los tanques estadounidenses. La armada se ocupó también de la
      infantería italiana, cuyos proyectiles acabaron con la mitad de
      las tropas. Muchos cuerpos quedaron colgando de los árboles. Los
      aliados tomaron 400 prisioneros entre los supervivientes. Uno de
      los bombardeos dañó a un carguero estadounidense (Robert Rowan)
      y la munición que transportaba estalló a las 17:30, pero el barco
      estaba anclado en aguas poco profundas y no se hundió, de modo que
      sus llamas mantuvieron su entorno iluminado facilitando los
      ataques nocturnos por parte de la aviación del Eje. La aviación
      alemana hundió también un carguero neerlandés (Baarn) y,
      por otra parte, torpederos británicos hundieron un submarino
      italiano (Flutto) en el estrecho de Messina y un submarino
      británico hundió un carguero alemán (Tell) en el
      Mediterráneo. Al final del día, los aliados controlaban nueve de
      los puertos principales de Sicilia, además del de Siracusa.
    
La aviación alemana atacó un pequeño convoy que transportaba
      tropas desde Gran Bretaña hasta el África Occidental cuando
      navegaba a la altura de Portugal. Los dos destructores de escolta
      no pudieron impedir que los dos transportes que formaban el convoy
      terminaran hundidos.
    
El 12 de julio un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Niitaka Maru)
      ante la costa japonesa. Otro hundió un submarino japonés cerca de
      la isla de Kolombangara. La aviación estadounidense hundió otros
      dos cargueros (Chikuzan Maru y Tairyo Maru) cerca
      de la costa vietnamita.
    
Habiendo fracasado en su intento de retomar la Loma de la
        Emboscada, los japoneses se vieron obligados a retirarse de
      Mubo, en Nueva Guinea.
    
Finalmente el ejército soviético lanzó un contraataque contra los
      alemanes en el saliente de Kursk. Lo llamaron la Operación
        Kutuzov, por el nombre del mariscal ruso que se enfrentó a
      Napoleón. Tras un intenso bombardeo de artillería, la infantería y
      los tanques avanzaron desde el norte y el noreste sobre las
      posiciones alemanas. Aunque los alemanes resistieron bien la
      acometida, la superioridad numérica soviética era abrumadora y
      finalmente se abrió una brecha por la que los soviéticos avanzaron
      23 km. Una división Panzer trató de cerrarla, pero fue
      rechazada. En el sur del saliente, los soviéticos atacaron a los
      alemanes en Prokhorovka con 616 tanques. Los alemanes contaban con
      casi 300, que se encontraron improvisadamente y así se entabló una
      de las mayores batallas de tanques de la historia. El resultado
      fue indeciso. Las bajas soviéticas fueron exorbitadas: casi 400
      tanques destruidos o dañados y 5.500 bajas. Los alemanes tuvieron
      más de 800 bajas y perdieron alrededor de 60 tanques, con lo que
      tuvieron que detener su avance. Stalin estaba furioso y mantuvo
      una conversación telefónica nada agradable con el general al
      mando, Pavel Rosmistrov, que estuvo a punto de acabar en
      un consejo de guerra.
    
Los alemanes mataron a 13 griegos acusados del atentado de Lamia.
    
Antes del amanecer en Sicilia había desembarcado ya el 90% de los
      efectivos previstos. A las 8:45, unas 27 horas después de lo
      planeado, los aliados capturaron el aeropuerto de Ponte Olivo.
      A las 17:00 el general Patton desembarcó para instalar su cuartel
      general en tierra. En cuanto el aeropuerto de Ponte Olivo fue
      declarado seguro, aviones estadounidenses empezaron a aterrizar en
      él para usarlo como base. Varias unidades italianas cubrían la
      retirada hacia el norte de las fuerzas alemanas. Los británicos
      fracasaron en un intento de desembarco en Augusta. 
    
Un destructor británico hundió un submarino alemán cerca de la
      costa argelina. Una torpedera hundió otro en el estrecho de
      Messina, y un tercero fue hundido por la aviación estadounidense
      cerca de la costa atlántica española. Por su parte, un submarino
      alemán hundió un carguero estadounidense (African Star)
      cerca de la costa brasileña.
    
A la 1:00 del 13 de julio la flota del
      contraalmirante Ainsworth, que vigilaba Nueva Georgia para
      proteger el puerto de playa establecido a principios de mes,
      estableció contacto por radar con una flota japonesa. Estaba
      compuesta por un crucero ligero y cinco destructores bajo el mando
      del contraalmirante Shunji Isaki, que transportaba 1.200
      soldados de refuerzo a Nueva Georgia. Ainsworth supuso que podía
      atacar a los japoneses por sorpresa, pero lo cierto es que éstos
      estaban al tanto de su presencia desde hacía al menos dos horas.
      Los destructores japoneses ya habían lanzado su mejor arma de
      guerra, los torpedos "tipo 93" de larga distancia (su radio de
      acción llegaba a los 40 km). Durante un tiempo, los
      estadounidenses no imaginaban que un torpedo pudiera ser lanzado
      desde una distancia superior a 10 km, por lo que atribuyeron a
      submarinos inexistentes muchos hundimientos.
    
El caso fue que Ainsworth ordenó a sus destructores que
      aceleraran para caer sobre la flota enemiga, pero sólo alcanzaron
      al Jintsū, el crucero en el que se encontraba
      Isaki, sobre el que concentraron el fuego y a la 1:45 se hundía
      casi con toda su tripulación, incluyendo al propio Isaki. Mientras
      tanto, cuatro de los destructores estadounidenses recibieron
      impactos de los torpedos lanzados previamente que los dañaron
      gravemente, hasta el punto de que uno de ellos, el Gwin,
      tuvo que darse por perdido y Ainsworth dio la orden de hundirlo.
      Otro de los destructores dañados estuvo fuera de combate durante
      el resto de la guerra. Por su parte, los destructores japoneses
      llegaron a su destino y pudieron desembarcar las tropas que
      transportaban.
    
Hitler se reunión con Erich von Manstein y con Günther von Kluge.
      Ante la operación Kutuzov y el desembarco aliado en Sicilia,
      siguiendo el criterio de Kluge y en contra del de Manstein, ordenó
      el cese de la operación Ciudadela y el repliegue de
      fuerzas hacia el Mediterráneo. No obstante, Manstein logró
      convencer a Hitler de que le permitiera destruir las reservas
      soviéticas al sur de Kursk antes de terminar la operación
        Ciudadela. 
    
Ese día fueron guillotinados en Munich Hurt Huber y Alexander
      Schmorell. Ese mismo día fueron juzgados otros cuatro estudiantes
      por su vinculación con la Rosa Blanca. El juez que llevó
      el caso no era el mismo que había juzgado a los dos ejecutados y
      desestimó los cargos más graves condenándolos únicamente por no
      haber denunciado una traición, con lo que las penas fueron muy
      leves.
    
En Sicilia, los británicos pudieron finalmente entrar en Augusta,
      aunque pasaría un día antes de que pudieran asegurarla frente a
      francotiradores y otros focos aislados de resistencia. Para
      entonces los aliados controlaban ya la tercera parte de la isla,
      su punta meridional.
    
A las 19:30 despegaron del Norte de África aviones que
      transportaban una brigada de paracaidistas seguidos de otros que
      remolcaban planeadores que transportaban a 77 hombres, 6 cañones
      antitanque y 19 jeeps. Su misión era tomar el puente Primosole,
      en Sicilia, sobre el río Simeto, aterrizando a ambos lados
      para formar una cabeza de puente que facilitara el avance aliado.
      El desempeño de los planeadores fue igual de lamentable que en la
      acción con la que se había iniciado el ataque a Sicilia: 33
      aviones se alejaron de la ruta prevista y acabaron sobrevolando un
      convoy aliado que esperaba un ataque aéreo, así que fueron
      confundidos con aviones del Eje y la escolta del convoy abrió
      fuego sobre ellos. Dos de los aviones chocaron entre sí mientras
      trataban de evitar el fuego antiaéreo y cayeron al mar. Otros dos
      fueron derribados y otros nueve quedaron tan dañados que tuvieron
      que regresar a su base. De los que llegaron a la costa de Sicilia,
      37 fueron derribados por el fuego antiaéreo italiano. Algunos
      pilotos, con poca experiencia, se negaron a seguir adelante. Uno
      de los oficiales británicos, al darse cuenta de que su avion
      volaba en círculos, tuvo que amenazar con disparar a los pilotos
      si no seguían adelante. Finalmente, sólo 39 aviones lograron
      lanzar a los paracaidistas en un radio de menos de un kilómetro de
      la zona prevista. Otros grupos cayeron a unos 19 km de distancia e
      incluso cuatro aviones lanzaron a sus paracaidistas en las laderas
      del Etna, 32 km al norte. De los que cayeron en el lugar correcto,
      cerca de un centenar fueron capturados por los alemanes en el
      mismo instante en que tocaron tierra.
    
Pese a todo 50 paracaidistas lograron organizarse, llegaron hasta
      el puente Primosole y lo tomaron antes de que los
      italianos lograran volarlo. Pronto acudieron otros 40
      paracaidistas, justo cuando los italianos estaban siendo
      apresados. Poco a poco fueron llegando más paracaidistas, hasta
      sumar unos 120 hombres, que empezaron a organizar un sistema
      defensivo. En cuanto a los planeadores, sólo cuatro pudieron
      aterrizar dos horas más tarde de lo previsto. El resto fue abatido
      por la artillería alemana. Los cuatro planeadores transportaban
      tres cañones antitanque y algunos hombres más, con lo que ya eran
      295 en total.
    
Mientras tanto, dos submarinos italianos (Acciaio y Nereide)
      resultaron hundidos cerca de Sicilia, uno a manos de un submarino
      y el segundo por dos destructores británicos. La aviación aliada
      hundió además un carguero alemán (Ste. Christophe) en la
      misma zona, mientras que la Luftwaffe hundió un carguero
      estadounidense (Timothy Pickering).
    
En el océano Atlántico, dos submarinos alemanes resultaron hundidos por la aviación aliada.
A las 4:00 del 14 de julio se inició
      la Operación Roland, el plan con el que von Manstein trató
      de terminar lo más dignamente posible la Operación Ciudadela
      en el saliente de Kursk. Los alemanes atacaron al suroeste de Pravorot
      y lograron desalojar los restos de un cuerpo de tanques soviético
      en Belenikhino, para lo cual fue necesario un combate casa
      por casa, e incluso cuerpo a cuerpo.
    
Un carguero estadounidense (Robert Bacon) resultó hundido
      por un submarino alemán ante la costa oriental africana.
    
Para entonces los británicos habían asegurado Augusta. El ataque
      de un batallón italiano que había logrado traspasar las líneas
      británicas y llegar a la ciudad fue rechazado.
    
Los paracaidistas que habían tomado el puente Primosole
      rechazaron varios ataques desde ambos lados del río, pero su
      situación era cada vez más precaria. La artillería de un crucero
      británico alivió temporalmente su situación, pero finalmente se
      vieron obligados a concentrarse primero en uno de los extremos del
      puente y luego a abandonarlo para desplazarse a una posición más
      segura. De los 295 hombres iniciales, había ya 115 bajas. Con la
      retirada, un hospital de campaña quedó en tierra de nadie, y un
      oficial italiano entró en él para comunicar al personal médico que
      a partir de ese momento eran prisioneros de guerra, pero como
      estaban atendiendo a pacientes de ambos bandos, se les permitió
      seguir trabajando. Mientras tanto, las tropas británicas se
      acercaban desde el sur. Al llegar la noche estaban a menos de 2 km
      de distancia, pero, a pesar de sus órdenes de avanzar a marchas
      forzadas, se detuvieron a pasar la noche.
    
A un regimiento estadounidense se le había encomendado la misión
      de capturar el aeropuerto de Santo Pietro, en Biscari,
      cerca de la costa siciliana. Eran tropas que nunca habían entrado
      en combate hasta entonces y su actuación en los dos días
      anteriores había sido tan pobre que se había planteado la
      posibilidad de relevar a su comandante, pero al final lo que se
      hizo fue enviar un supervisor. Sobre las 10:00, el sargento Horace
        T. West recibió órdenes de conducir a un grupo de 45
      prisioneros italianos y 3 alemanes hasta la retaguardia, fuera de
      la carretera, donde no fueran visibles, y retenerlos allí para ser
      interrogados posteriormente. El sargento West se alejó un par de
      kilómetros con los prisioneros y algunos soldados. Los prisioneros
      marchaban sin zapatos ni calcetines, algo habitual para evitar
      disuadirlos de la huida. Entonces ordenó que ocho o nueve de ellos
      fueran llevados al oficial de inteligencia para que los
      interrogara. Al resto los puso fuera de la carretera y a
      continuación pidió una ametralladora a uno de sus acompañantes.
      Cuando éste le preguntó para qué la quería, su respuesta fue que
      iba "a matar a los hijos de puta". Luego les dijo a los
      soldados que custodiaban a los prisioneros "daos la vuelta si
        no queréis verlo", y a continuación los ametralló a todos.
    
Sobre las 11:00 los estadounidenses empezaron a atacar el
      aeropuerto, donde francotiradores italianos provocaron numerosas
      bajas. El soldado Raymond C. Marlow logró pasar por un
      desfiladero  hasta encontrar un soldado italiano armado con
      un fusil. Marlow le gritó amenazándolo con su fusil y el italiano
      huyó y se metió en una trinchera. Al cabo de un par de minutos
      volvió a salir junto con otros 35 más, desarmados y algunos con
      ropa civil. Marlow los condujo a su campamento y afirmó a su
      sargento que había capturado a los francotiradores. Un intérprete
      les preguntó si habían actuado como francotiradores y no
      respondieron. Entonces el sargento preguntó a su oficial superior,
      el lugarteniente Hair, qué debía hacer con los prisioneros
      y éste a su vez preguntó al capitán John T. Compton. Éste
      preguntó a Hair si estaba seguro de que se trataba de los
      francotiradores y Hair respondió afirmativamente. Entonces Compton
      respondió sin dudarlo: fusílelos. Y así se hizo. Unos
      pocos prisioneros, cuando entendieron la situación, echaron a
      correr, y algunos se salvaron.
    
Cuando el general Omar Bradley informó al general Patton
      de que soldados estadounidenses habían matado a sangre fría entre
      50 y 70 prisioneros de guerra, Patton contestó que probablemente
      sería una exageración, y le sugirió que asegurara que los
      prisioneros eran francotiradores, o que habían intentado escapar,
      o algo así, porque lo contrario "apestaría" en la prensa y
      volvería locos a los civiles. En cualquier caso, los prisioneros
      estaban muertos y eso ya no tenía arreglo. Bradley no siguió la
      recomendación de Patton y más tarde le informó de que todo
      apuntaba a que habían sido asesinados sin provocación alguna por
      parte de los prisioneros. Entonces su respuesta fue: Procese a
        los bastardos. 
    
La aviación aliada hundió un carguero alemán (San Francisco)
      y otro italiano (Venezia) cerca de Sicilia.
    
El general Giraud había marchado a primeros de mes en un viaje a
      los Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña, con el propósito de
      conseguir armamento para el ejército francés. Esto dio a de Gaulle
      el protagonismo en exclusiva en las celebraciones del 14 de julio.
      Paulatinamente, los partidarios de Giraud fueron haciéndose
      gaullistas y, cuando Giraud regresó a Argel unas semanas más
      tarde, se encontró completamente aislado.
    
Ese día se estrenó Por quién doblan las campanas, basada
      en la novela de Ernest Hemingway, dirigida por Sam Wood y
      protagonizada por Gary Cooper e Ingrid Bergman. La acción
      transcurre durante la guerra civil española y los malos son los
      franquistas, así que la diplomacia española había tratado sin
      éxito de que se suspendiera el rodaje de la película o, al menos,
      de que se suprimieran o alteraran algunas escenas. Fue la película
      más taquillera del año.
    
La aviación estadounidense hundió un submarino alemán en el
      Atlántico.
    
El 15 de julio los soviéticos
      iniciaron la segunda fase de la operación Kutuzov. En ese momento
      estaban en combate más de 1.200.000 soldados soviéticos, con 2.409
      tanques y 26.379 cañones.
    
En Kursk, los alemanes habían obligado a los soviéticos a
      replegarse, pero habían fallado en un intento de rodear un
      ejército soviético, lo que había sido una victoria decisiva, al
      menos a corto plazo. Puesto que esto no había sucedido, y antes de
      que la situación empeorara, a finales del día llegaron nuevas
      órdenes de abortar la Operación Roland y retirarse al sur
      del río Psel.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (Empire Lake)
      cerca de Madagascar.
    
Los paracaidistas expulsados del puente Primosole oyeron
      fuego de tanques al sur y enviaron una patrulla a investigar. Así
      se encontraron con los tanques y la infantería británica que se
      había detenido la noche anterior y no tardaron en avanzar unidos.
      Los alemanes e italianos habían ocupado el puente y por la noche
      habían recibido refuerzos en paracaídas. El hospital militar
      capturado por los italianos fue liberado y ahora los heridos
      pudieron ser evacuados. Mientras tanto, varios intentos de retomar
      el puente fueron rechazados, mientras los alemanes trataban de
      volarlo haciendo estallar en él camiones cargados de explosivos,
      pero no lo consiguieron. Una serie de ataques sirvieron de
      distracción mientras dos compañías vadeaban el río en otro punto,
      lo que permitió establecer otra cabeza de puente. Finalmente, la
      infantería británica logró ocuparlo de nuevo. Técnicamente se
      trataba de una victoria aliada, aunque cuestionable en cuanto a
      que las bajas habían sido cuantiosas y la toma del puente no fue
      tan relevante como se había juzgado.
    
Un submarino británico hundió otro italiano (Remo) cerca
      de Sicilia.
    
El rey Víctor Manuel III se entrevistó con el mariscal Pietro
      Badoglio, que en los días previos había asegurado a sus amigos que
      iba a organizar un golpe de Estado con o sin el rey.  Víctor
      Manuel le dijo a Badoglio que tenía pensado convertirlo en el
      próximo jefe de gobierno, pero que no debía abogar por un
      armisticio, al menos de momento.
    
Tres submarinos alemanes fueron hundidos en el Atlántico, por la
      armada y la aviación aliada. Otro hundió un carguero británico (Harmonic)
      cerca de la costa brasileña.
    
El "Centro de reubicación de Tuke Lake", situado al norte
      del Estado de California, cerca de la frontera, fue transformado
      en el Centro de Segregación de Tule Lake, en el que se
      empezó a enviar a los ciudadanos estadounidenses de ascendencia
      japonesa considerados "desleales" o "conflictivos" por cualquier
      motivo. Uno de los métodos que se usaron para distinguir a los
      leales de los desleales fue hacerles una serie de preguntas sobre
      su lealtad. Los que respondían a todas con un sí sin matices
      fueron considerados leales (salvo que hubiera otros motivos para
      considerarlos desleales, claro) y los restantes fueron
      considerados desleales. Unos 6.500 de los ocupantes de Tuke Lake
      fueron considerados leales y fueron trasladados a otros campos.
      Por otra parte, unos 12.000 internos de diversos campos fueron
      considerados desleales y empezaron a ser trasladados a Tule Lake.
      
    
Desde Mubo, los australianos y estadounidenses siguieron
      avanzando en dirección a Samalaua, y el siguiente encuentro con
      los japoneses se produjo en el monte Tambu, donde el 16 de julio atacaron las posiciones
      japonesas y lograron asegurar parte de las laderas meridionales
      del monte. Los japoneses contraatacaron al anochecer, pero fueron
      rechazados con muchas bajas: perdieron unos 350 hombres sumando
      los ocho ataques que llevaron a cabo antes del amanecer. Los
      australianos contaron 12 muertos y 25 heridos.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (Fort
        Franklin) en el océano Índico, cerca de la isla de Reunión.
      El crucero alemán Mitchel hundió un carguero
      estadounidense (William F. Humphrey) cerca de la costa
      atlántica sudafricana.
    
Lo que quedaba de la aviación italiana se retiró de Sicilia a la
      Italia continental. En la primera semana de invasión se habían
      perdido 160 aviones italianos. Aviones aliados lanzaron octavillas
      en Italia en las que se leía "Morid por Mussolini y Hitler o
        vivid por Italia y la civilización." Ese día, Giuseppe
        Bastianini, el vicesecretario italiano de asuntos exteriores
      (el secretario era el propio Mussolini) fue a ver al Duce al Palazzo
        Venezia para mostrarle un telegrama que iba a enviar a
      Hitler con una queja por la falta de apoyo alemán en Sicilia.
      Mussolini lo aprobó y a continuación Bastianini le pidió permiso
      para entrar en conversaciones con los aliados. Mussolini accedió
      también, pero a condición de no verse involucrado directamente.
      Esa misma tarde Bastianini se vio con el cardenal Luigi
        Maglione, el Secretario de Estado del Vaticano, al que le
      entregó un documento con la posición italiana ante una posible
      salida de la guerra unilateral. Se acordó que Giovanni Fummi,
      el banquero del Vaticano, iría a Londres como emisario secreto del
      gobierno italiano. Mientras tanto, varias autoridades fascistas se
      encontraron con Mussolini y le pidieron que convocara el Gran
        Consejo del Fascismo, que no se reunía desde hacía casi
      cuatro años. Mussolini aceptó. Luego escribió una carta a Hitler
      pidiendo una entrevista para discutir la situación, pero nunca
      llegó a enviarla, porque Hitler se le adelantó y fue él quien le
      pidió una entrevista lo antes posible.
    
Un barco noruego (Bjørkhaug), que llevaba a bordo 1.800
      minas alemanas que habían sido retiradas por dragaminas, estalló
      en el puerto de Argel, matando a casi un millar de trabajadores.
    
Los alemanes organizaron una redada en París en la que capturaron a unos 13.000 judíos, entre ellos unos 4.000 niños, que fueron enviados a Drancy para su posterior deportación a Auschwitz.
Pierre Péteul había luchado por Francia en la Primera
      Guerra Mundial y había recibido varias condecoraciones. Luego se
      doctoró en teología en Roma, ingresó en la Orden Franciscana de
      los capuchinos y se asentó en Marsella, con el nombre de Marie-Benoît.
      Tras el estallino de la Segunda Guerra Mundial se dedicó a
      facilitar la huida de judíos franceses a España o Suiza. Para ello
      había convertido su convento en una imprenta en la que falsificaba
      pasaportes, partidas de bautismo y otros documentos que
      permitieran a los judíos eludir la persecución nazi. Tras la
      ocupación alemana de la Francia Libre vio imposible continuar su
      labor en Marsella y se trasladó a Niza, ocupada por los italianos.
      Allí logró que las autoridades italianas aceptaran el paso de
      judíos franceses a la zona de Francia controlada por Italia. Allí
      conoció a Angelo Donati, un banquero judío italiano que
      había elaborado un plan para evacuar por mar a unos 30.000 judíos
      hasta el norte de África, pero para ello necesitaba la cooperación
      del gobierno italiano, y Donati esperaba que el padre Marie-Benoît
      pudiera conseguirla a través de la Santa Sede. Ese día el
      franciscano se reunió con el papa Pío XII y le explicó lo que la
      policía francesa estaba haciendo con los judíos a la vez que le
      exponía el plan de Donati junto con otro proyecto propio de
      evacuar judíos a España. El papa se mostró interesado y afirmó que
      se ocuparía de ello.
    
Otra autoridad religiosa que falsificaba certificados bautismales
      para judíos era Dimitrios Papandreou, conocido como Damaskinos
        de Atenas, que era el arzobispo de Atenas (la máxima
      autoridad de la Iglesia Ortodoxa Griega). Damaskinos recomendaba a
      los clérigos que proporcionaran toda la ayuda posible a los
      judíos, ocultándolos cuando no fuera posible hacerlos pasar por
      cristianos. Recientemente había escrito una carta al primer
      ministro Konstantinos Logothetopoulos y a Günther Altenburg,
      la máxima autoridad alemana en Grecia, denunciando la deportación
      de judíos, y consiguió que 19 personalidades griegas la firmaran
      junto a él. Altenburg le respondió asegurando que los judíos eran
      no enviados a Polonia para ser exterminados, como decían las malas
      lenguas, sino para trabajar en fábricas ubicadas allí.
      Logothetopoulos no respondió. Damaskinos hizo pública su carta, y
      cuando un oficial de las SS amenazó con fusilarlo, su respuesta
      —en alusión al ahorcamiento del patriarca Gregorio V de
      Constantinopla por una multitud turca en 1821— fue:
    
De acuerdo con las tradiciones de la Iglesia Ortodoxa Griega, nuestros prelados son ahorcados, no fusilados. Por favor, ¡respete nuestras tradiciones!
Un submarino alemán hundió un carguero estadounidense (Richard
        Caswell) cerca de la costa brasileña. Otro resultó hundido
      por la aviación estadounidense en el Atlántico.
    
El 17 de julio la aviación
      estadounidense hundió un destructor japonés (Hatsuyuki)
      mientras estaba desembarcando suministros en Kahili, en
      las islas Salomón.
    
Mientras tanto, el avance estadounidense hacia Munda, en Nueva
      Georgia, estaba llevándose a cabo en las peores condiciones
      imaginables. Tanto los soldados como los oficiales tenían poca
      experiencia en combate, y el número de casos de lo que se conoce
      como "fatiga de combate" estaba siendo inusitadamente alto. De un
      total de 30.000 hombres, unos 1.000 habían tenido que ser
      evacuados por esta causa, y otros 1.700 habían acabado heridos o
      enfermos. Ese día los japoneses, bajo las órdenes del general Minoru
        Sasaki, iniciaron un ataque masivo por la retaguardia, pero
      no lograron más que infiltrarse en algunos puntos aislados sin
      causar daños graves.
    
Los alemanes habían completado la retirada que ponía fin a la Operación
        Roland, pero otra cosa era que los soviéticos lo aceptaran.
      Ese día iniciaron una ofensiva en la cuenca del Donets con más de
      270.000 hombres y 737 tanques y pronto abrieron una brecha en el
      frente de 20 km de ancho y 15 de profundidad. (Las reservas
      soviéticas resultaron ser muy superiores a las que los alemanes
      habían estimado.) Los soviéticos contaron con el apoyo de Adolf
      Hitler, que retrasó los planes con los que el Alto Mando alemán
      trató de contrarrestar la acometida.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (City of
        Canton) en la costa oriental africana.
    
El destructor italiano Scipione Africano había salido de
      Nápoles con órdenes de dirigirse a Tarento para no terminar
      bloqueado por los aliados. Esa noche logró atravesar con éxito el
      estrecho de Messina, resistiendo el ataque de varios torpederos
      británicos, así como de la artillería costera alemana e italiana,
      que desconocían su misión. Llegó a Tarento con algunos daños, pero
      en buenas condiciones. Mientras tanto los estadounidenses
      capturaban Porto Empedocle y Agrigento, y el general
      Montgomery atacaba hacia Catania, aunque sin éxito.
    
Wald Disnely publicó La victoria a través de la potencia aérea, un documental de 70 minutos que combina la imagen real con la animación y que ilustra las teorías del ruso nacionalizado estadounidense Alexander Nikolaievich Prokofiev de Seversky (que había abandonado Rusia a los 20 años, cuando estalló la revolución soviética). El año anterior había publicado un libro con el mismo título que se había convertido en el más vendido en el país. Disney quedó impresionado por los argumentos de Seversky sobre la importancia de la potencia aérea que decidió plasmarlos en un documental, el cual también tuvo un gran éxito de crítica y de taquilla.
Para el 18 de julio, la operación
        Kutuzov había devuelto a los alemanes a sus posiciones
      originales cuando iniciaron la Operación Ciudadela en
      Kursk.
    
Los aliados dominaban ya una tercera parte de la isla de Sicilia
      (la punta meridional hasta prácticamente el centro de la isla),
      así que nombraron al general Harold Alexander Gobernador Militar
      de Sicilia. Su primera actuación fue ordenar la disolución de
      todas las organizaciones fascistas.
    
La aviación británica hundió el submarino italiano Romolo
      cerca de Augusta, en Sicilia.
    
Un submarino alemán hundió un barco de pasajeros británico (Incomati)
      cerca de la costa de Nigeria. De las 223 personas a bordo, sólo
      murió una.
    
El 19 de julio los alemanes abrieron
      el campo de concentración de Varsovia sobre las ruinas de
      lo que había sido el gueto de Varsovia. Allí llevaron a unos
      cuantos prisioneros polacos y a judíos de otras partes con la
      misión de derruir los edificios que quedaban en pie para obligar a
      salir a los judíos de Varsovia que pudieran quedar escondidos
      entre las ruinas.
    
Montgomery decidió cancelar su ataque a Catania, ante la fuerte
      oposición con que se había encontrado y trató de presionar por el
      sector occidental.
    
Mussolini se entrevitó con Hitler en Feltre, en el norte
      de Italia. Entre los acompañantes del Duce estaban
      Bastianini y el general Vittorio Ambrosio, jefe de las
      fuerzas armadas, que antes de la reunión había recordado a
      Mussolini que su objetivo era sacar a Italia de la guerra en un
      máximo de 15 días. Sin embargo, Hitler empezó amonestando a
      Mussolini por la pobre actuación del ejército italiano, exigió
      medidas drásticas y seguidamente pasó a exponerle sus planes para
      detener la invasión aliada. Mussolini no supo cómo plantearle la
      posibilidad de que Italia abandonara la guerra. La reunión se
      interrumpió cuando un ayudante de Mussolini le informó de que en
      esos momentos Roma estaba siendo bombardeada por primera vez por
      la aviación aliada. Un total de 521 aviones causaron alrededor de
      2.000 víctimas. Desde las 11 hasta las 12, los aviones aliados
      habían bombardeado los astilleros y la fábrica de acero de San
        Lorenzo. En cuanto hubo cesado el bombardeo, el papa Pío XII
      acudió acompañado de un sacerdote de su confianza, Giovanni
        Battista Montini, hasta la basílica de San Lorenzo
      Extramuros, donde repartió dos millones de libras entre la
      multitud.  Por la tarde los aliados bombardearon el Scalo
        del Littorio, al norte de la ciudad, y el aeropuerto de Ciampino.
      
    
Cuando el encuentro entre Hitler y Mussolini se interrumpió para
      comer, Bastianini y Ambrosio volvieron a presionar al Duce
      para que le dijera a Hitler que Italia firmaría en breve una paz
      con los aliados. Mussolini respondió que llevaba meses atormentado
      por la duda de si era mejor abandonar la guerra o continuar en
      ella, aunque en realidad su problema era que no se atrevía a
      llevarle la contraria a Hitler. Al poco de reanudar el encuentro
      con Hitler después de comer, Mussolini volvió a interrumpirlo
      aduciendo que no se encontraba con fuerzas. Aunque estaba previsto
      que el encuentro durara tres días, un poco más tarde volvió a ver
      a Hitler para anunciarle que se volvía a Roma. Él mismo pilotó su
      avión, y llegó al anochecer. Desde el aire pudo ver el resplandor
      de los incendios en las zonas de la ciudad que habían sufrido el
      bombardeo aliado.
    
El Departamento de Guerra estadounidense ordenó que los
      prisioneros de guerra más problemáticos (dirigentes nazis, agentes
      de la Gestapo y radicales) fueran concentrados en el campo
      de prisioneros de guerra de Alva en Oklahoma.
    
La aviación estadounidense hundió un submarino alemán cerca de la
      costa brasileña.
    
El 20 de julio la aviación
      estadounidense hundió el destructor japonés Yūgure, cerca
      de Kolombangara, y a continuación también el Kiyonami, que
      había acudido a rescatar a los supervivientes.
    
Los marines estadounidenses fracasaron en un intento de ocupar el
      puerto de Bairoko, en Nueva Georgia. El ataque duró todo
      el día, pero al final los marines tuvieron que retirarse con unos
      50 muertos.
    
Mussolini se reunió dos veces con el general Ambrosio ese día, y
      en la segunda reunión le dijo que había decidido escribir una
      carta a Hitler explicando la necesidad de Italia de abandonar la
      guerra. Ambrosio estaba decepcionado por el comportamiento de
      Mussolini en su encuentro con Hitler el día anterior y le presentó
      su dimisión, pero Mussolini no la aceptó.
    
Un petrolero británico (Fort Pelly) explotó y se hundió
      tras un bombardeo enemigo en Augusta.
    
La aviación británica hundió un submarino alemán en el Atlántico.
    
En Nueva Guinea, en su avance hacia Samalaua, tropas australianas
      y estadounidenses habían ocupado Boisi, en la bahía de Tambu,
      pero pronto empezaron a recibir fuego japonés procedente de la cordillera
        Roosevelt, así que al día siguiente, el 21
        de julio, empezaron a atacar las posiciones japonesas en
      el lugar, pero la geografía facilitaba enormemente a los japoneses
      la defensa del lugar. Dos ataques aliados fueron rechazados ese
      día.
    
Un submarino estadounidense hundió un carguero japonés (Saipan
        Maru) cerca de las Filipinas.
    
Las autoridades alemanas en Yugoslavia anunciaron una recompensa
      de 100.000 marcos por la captura de Josip Broz Tito y otros tantos
      por la de Draža Mihailović.
    
Mussolini llamó a Carlo Scorza, el secretario del partido
      fascista, y le ordenó convocar el Gran Consejo del Fascismo para
      tres días más tarde, pero sin dar publicidad a la convocatoria.
      Ese mismo día Dino Grandi se vio con Scorza y le mostró un
      borrador de orden del día que había redactado para la
      convocatoria. Estaba dividido en tres partes. La primera era un
      largo llamamiento a la nación, en el que se alababa a las fuerzas
      armadas por su heroica resistencia a los invasores, la segunda
      pedía el restablecimiento de las leyes e instituciones anteriores
      al fascismo, y la parte final era un llamamiento al rey para que
      asumiera el poder civil y militar de acuerdo con lo dispuesto en
      la Constitución del Reino. Dino esperaba que la mayoría de los
      miembros del Gran Consejo del Fascismo no entendieran que,
      aprobando ese documento, estaban legitimando al rey para destituir
      a Mussolini. Así se lo explicó a Scorza y este le dio su apoyo.
    
Montgomery estaba consiguiendo ciertos avances contra Catania,
      pero dos contraataques italianos le hicieron perder el terreno
      ganado recientemente. En el oeste Patton avanzaba rápidamente
      hacia Palermo mientras los alemanes e italianos se retiraban hacia
      la punta septentrional de Sicilia. Ese día sus tropas derrotaron a
      las fuerzas italianas que cubrían la retirada de una división Panzer
      alemana, aunque al precio de unas 200 bajas.
    
La Luftwaffe hundió dos cargueros británicos (Empire
        Florizel y Ocean Virtue) en el puerto de Augusta.
    
La aviación estadounidense hundió un submarino alemán ante la
      costa brasileña.
    
El 22 de julio la aviación
      estadounidense hundió el portahidroaviones japonés Nisshin,
      cerca de la isla de Bougainville, del que sólo sobrevivieron 178
      de las 1.263 personas a bordo.
    
Tras muchas vicisitudes, los estadounidenses estaban en
      condiciones de lanzar un ataque sobre Munda, donde los japoneses
      tenían su aeropuerto en Nueva Georgia.
    
Los alemanes acabaron con los últimos 2.500 judíos que quedaban
      en el campo de concentración de Tarnopol, en Ucrania.
    
El presidente del Líbano, Ayoub Tabet, se vio finalmente obligado
      a dimitir a causa de los disturbios que seguían produciéndose en
      el país. Fue sucedido interinamente por Petro Trad, con el
      encargo de organizar nuevas elecciones.
    
Mussolini se reunió con el rey Víctor Manuel III, para informarle
      de su encuentro con Hitler. Le prometió que sacaría a Italia de la
      guerra para el 15 de septiembre. El rey mostró su conformidad,
      pero le recordó que en la conferencia de Casablanca los aliados se
      habían marcado como objetivo derrocar a Mussolini, de modo que, si
      no dimitía de sus cargos, cualquier acuerdo con los aliados sería
      prácticamente imposible. Mussolini no dio importancia a esta
      observación del rey y salió convencido de que contaba con el pleno
      apoyo del monarca. En la reunión le informó también de que había
      convocado el Gran Consejo del Fascismo. 
    
Luego Carlo Scorza mostró a Mussolini el orden del día que Grandi
      había preparado para la reunión del Gran Consejo. El Duce
      lo calificó de inadmisible y vil. Scorza preparó entonces
      otro orden del día similar al de Grandi, pero en el que pedía
      concentrar el poder, no en el rey, sino en el Partido Fascista.
    
Mientras tanto las fuerzas de Patton entraban en Palermo, en el
      norte de Sicilia, aislando con ello la punta occidental. Los
      habitantes de la ciudad recibieron a los estadounidenses con
      gritos de júbilo.
    
Dino Grandi tenía prevista una audiencia ante Mussolini por un
      tema intrascendente, cuya duración prevista era de 15 minutos. Sin
      embargo, duró hora y cuarto. Mussolini había pedido explicaciones
      a Grandi por el orden del día que había redactado, y éste trató de
      convencerlo de la necesidad de que dimitiera para evitar una
      catástrofe, y que el orden del día estaba pensado para facilitar
      el proceso y darle una salida digna: si el documento era aprobado,
      Mussolini podía dimitir para mostrar su infinita capacidad de
      sacrificio por Italia. Mussolini escuchó impasible los argumentos
      de Grandi y al final le reprendió afirmando que sus previsiones
      eran erróneas porque Alemania estaba a punto de producir un arma
      secreta definitiva. Probablemente, Hitler le habría dicho eso en
      su último encuentro. En efecto, desde el año anterior, cuando las
      cosas empezaron a ponerse mal para el Eje, Alemania no había
      dejado de anunciar diversas Wunderwaffen (armas
      milagrosas) que cambiarían el curso de la guerra. Existían,
      ciertamente, docenas de proyectos de tales armas, pero la mayoría
      nunca se llevaron a la práctica, o quedaron como meros prototipos,
      o fracasaron estrepitosamente. Otros que sí que fueron viables no
      eran tan "milagrosos" (algunos nuevos modelos de tanques,
      submarinos, bombas o rifles). Entre los más fantasiosos se
      encontraba el cañón solar, un espejo parabólico que sería
      puesto en órbita y podría concentrar la luz del sol sobre
      cualquier punto del planeta.
    
Al parecer, Mussolini no se inquietó por el plan de Grandi porque
      requería el apoyo del rey, y estaba convencido de que el rey no le
      iba a traicionar. No obstante, ese mismo día había recibido una
      petición de un grupo de senadores para que reuniera el Senado y la
      había denegado.
    
Mientras tanto, Grandi buscó varios colaboradores, entre ellos
      uno de los mejores juristas del país, que retocaron el orden del
      día para asegurar que su aprobación permitiría derrocar legalmente
      a Mussolini.
    
El 23 de julio un submarino japonés
      hundió un petrolero noruego (Alcides) en el océano Índico.
      Tres oficiales fueron capturados como prisioneros de guerra,
      mientras que el resto de los tripulantes fueron ametrallados en
      los botes salvavidas.
    
Destructores británicos hundieron un submarino italiano (Ascianghi),
      mientras que un submarino británico hundía un carguero italiano (Aderno).
    
Los aliados dominaban ya toda Sicilia salvo su punta nororiental.
      Los alemanes habían creado una fuerte línea de defensa al sur del
      Etna.
    
Tres submarinos alemanes resultaron hundidos en el Atlántico a
      manos de la marina y la aviación estadounidense.
    
La guarnición japonesa en la isla Wake seguía aislada por el
      bloqueo estadounidense y la aviación estadounidense la sometía a
      bombardeos periódicos. El 24 de julio
      sufrió un ataque masivo por parte de la aviación de un
      portaaviones estadounidense que pasaba por allí.
    
A las 17:00, los 28 miembros del Gran Consejo del Fascismo se
      reunieron a puerta cerrada y sin taquígrafos en la antesala del
      despacho de Mussolini en el palazzo Venezia. Grandi llevó consigo
      dos granadas de mano ocultas, pues estaba convencido de que no
      saldría del palacio con vida. Mussolini abrió la sesión con un
      discurso en el que resumió la situación del momento y anunció que
      estaba listo para trasladar el gobierno al valle del Po, y que el
      dilema que había que afrontar era el de ¿guerra o paz?
    
Tras varias intervenciones, le tocó el turno a Grandi, que leyó y
      explicó su documento, y terminó su discurso con una cita de
      Mussolini: Dejemos que mueran las facciones para que la nación
        viva. 
    
Más adelante habló Roberto Farinacci, que había redactado
      una variante del orden del día de Grandi y lo explicó diciendo
      que, mientras Grandi consideraba que Mussolini había traicionado a
      la Constitución, en realidad había traicionado al Fascismo, y que
      para ganar la guerra era necesario eliminar a los demócratas y
      liberales que todavía quedaban en el partido, así como a los
      militares, y estrechar la alianza con Alemania confiándole
      plenamente la dirección de la guerra.
    
Siguieron varias intervenciones hasta que se hicieron las 23:30.
      Entonces Mussolini dijo que, dado lo que se había prolongado la
      sesión, algunos camaradas le habían pedido interrumpirla hasta el
      día siguiente. Pero entonces Grandi pidió que se votara su orden
      del día, añadiendo que sería vergonzoso irse a dormir cuando los
      soldados italianos estaban muriendo por su patria. Los jerarcas
      fascistas estaban desconcertados. Eso de votar era algo que no
      habían hecho nunca. Todas las reuniones del Gran Consejo habían
      consistido en discusiones que finalmente eran resumidas por
      Mussolini, que anunciaba lo que el Gran Consejo había decidido.
      Mussolini accedió de mala gana y a medianoche la reunión se
      suspendió durante 10 minutos. Grandi aprovechó para recoger firmas
      en apoyo de su propuesta.
    
La aviación estadounidense hundió un submarino alemán cerca de la
      costa noruega, mientras que la aviación británica hundió otro
      cerca de la costa atlántica española.
    
Submarinos alemanes hundieron dos cargueros británicos (Fort
        Chilcotin y Henzada) cerca de la costa brasileña.
    
El 25 de julio submarinos
      estadounidenses hundieron un carguero japonés (Suwa Maru)
      en el Pacífico.
    
La Operación Hombre-Lobo contra los partisanos de la
      región de
      
      Zamość se había saldado con unas 32.000 personas evacuadas
      forzosamente de la zona, que fueron conducidas a un "campo de
      acogida" de Zamość, donde los "expertos raciales" de las SS
      encontraron 264 individuos "germanizables" y 29.214 personas aptas
      para el trabajo (forzado). En cuanto a los niños, unos 6.000, con
      edades comprendidas entre 4 y 14 años, fueron catalogados como
      racialmente aptos, y fueron enviados a Alemania para que se les
      sometiera a análisis más exhaustivos y, finalmente, fueran
      adoptados por familias alemanas. Otros 4.454 niños fueron
      considerados "no aptos", de los cuales, aproximadamente la mitad
      fueron enviados con sus madres al campo de Majdanek, donde
      finalmente se decidió exterminarlos y sus madres fueron enviadas a
      campos de trabajo. La otra mitad acabaron devolviéndola a las
      autoridades polacas. Muchos de los niños habían sufrido malos
      tratos o habían sido sometidos a experimentos "científicos".
    
A las 0:57 se inició el primer bombardeo de la llamada Operación
        Gomorra. Durante casi una hora, 791 bombarderos de la RAF
      atacaron el centro de Hamburgo. Por primera vez usaron reflectores
        antirradar, que no eran sino tiras de papel de aluminio que,
      lanzadas en paquetes, generaban en el radar la misma señal que un
      bombardero, con lo que inutilizaban completamente los radares
      enemigos. Los alemanes habían descubierto independientemente esa
      posibilidad, pero la habían silenciado para evitar que los
      británicos la usaran contra ellos, pues técnicamente no tenía
      ningún misterio. Los 40.000 bomberos que trataron de extinguir los
      incendios provocados por las bombas vieron dificultada su labor
      cuando se cortaron las comunicaciones telefónicas y los escombros
      bloqueaban el paso de sus vehículos.
    
El Gran Consejo del Fascismo seguía reunido. Después de varias
      intervenciones a favor y en contra del orden del día de Grandi,
      Mussolini pidió a los asistentes que meditaran su decisión, ya que
      si aprobaban el orden del día de Grandi eso significaría el fin
      del Fascismo. También advirtió sobre la ilusión de que los aliados
      se contentarían con ello, pues lo que perseguían realmente era
      acabar con Italia, que bajo su mandato se había hecho demasiado
      fuerte. Por último, añadió que si finalmente el rey renovaba su
      confianza en él, las consecuencias para los que hubieran apoyado
      el documento de Grandi serían nefastas.
    
En este punto Szorza sorprendió a todos presentando su propia
      versión del orden del día. La acompañó de una propuesta de nombrar
      tres ministros de la guerra y de interior, todos bajo la dirección
      de Mussolini, y concentrar el poder en las manos del Partido
      Fascista. Giacomo Suardo, el presidente del Senado,
      anunció que retiraba su apoyo al documento de Grandi y que, en su
      lugar, proponía la unificación de los tres documentos propuestos.
      Farinacci se negó a retirar su propuesta y a las 2:00 Mussolini
      dio por terminado el debate y ordenó a Scorza que diera paso a la
      votación. Como la propuesta de de Grandi era la que tenía más
      apoyos, se votó en primer lugar. El primero en votar fue Scorza,
      que dijo "no", pero el segundo fue el anciano mariscal Emilio de
      Bono, de 77 años, uno de los miembros históricos del partio, que
      dijo "sí", y con su voto arrastró a todos los indecisos. El
      resultado fue de 19 votos a favor, 8 en contra y la abstención de
      Suardo. Mussolini declaró el documento aprobado y preguntó quién
      le llevaría el resultado al rey. Grandi respondió: "Usted",
      y Mussolini le respondió: Usted ha provocado la crisis del
        régimen. Scorza trató de promover el tradicional "saluto
        al Duce", pero Mussolini lo detuvo.
    
Cuando se fueron todos, Mussolini se quedó a solas con Scorza,
      para discutir el valor legal del documento aprobado. Concluyeron
      que no era más que una recomendación al rey. Luego Mussolini
      telefoneó a su amante, Claretta Petacci, y, en una
      conversación que fue grabada, confesó que lo veía todo perdido.
      Seguidamente Scorza lo acompañó a Villa Torlonia, su
      residencia en Roma, donde lo esperaba su esposa Rachelle.
      Eran entonces las 3:00.
    
Grandi se encargó de que el rey fuera informado lo antes posible
      del acuerdo del Gran Consejo. La noticia le llegó a las 7:00. Tras
      haber leído el documento aprobado, llamó a Badoglio y le comunicó
      que iba a ser el sucesor de Mussolini.
    
Cuando Mussolini volvió a su despacho hizo llamar a Grandi, pero
      le dijeron que no estaba en Roma. Mussolini temió que pudiera
      estar contactando con los aliados para preparar un armisticio.
      Seguidamente llamó a la casa real para concertar una cita para ese
      mismo día. Esto inquietó al rey, que en un principio había
      previsto deponer a Mussolini la semana siguiente, pero cambió de
      idea y planeó arrestarlo ese mismo día.
    
Mientras tanto Mussolini se reunía con el embajador japonés, al
      que le pidió que transmitiera el primer ministro, el general Tojo,
      que hablara con Hitler y lo convenciera de la necesidad de llegar
      a un acuerdo con Stalin, pues de lo contrario Italia se vería
      obligada a abandonar el Eje.
    
Luego fue a visitar el barrio de San Lorenzo, para inspeccionar
      los daños causados por el reciente bombardeo aliado. De vuelta a
      Villa Torlonia y cuando se disponía para entrevistarse con el rey,
      su mujer le aconsejó que no acudiera. Le dijo: No volverás.
      Pero él replicó que el rey era su mejor amigo.
    
A las 16:40 un total de 80 bombarderos estadounidenses cayeron sobre Hamburgo, atacando unos astilleros y una fábrica de motores de avión. Sin embargo, los astilleros no sufrieron daños graves y el humo no dejó ver la fábrica. Eso sí, en el puerto tres submarinos fueron destruidos, al igual que un carguero (Weissesee), un barco de pasajeros (Vaterland) y un barco hospital (Fasan), así como un carguero noruego (Haakon Jarl).
A las 17:00 Mussolini llegaba a Villa Savoia, donde el
      rey le estaba esperando. Le llevó una copia del documento que
      Víctor Manuel III ya conocía, y trató de convencerlo de que no
      tenía ningún valor legal y que muchos de sus partidarios habían
      cambiado de opinión (muchos eran uno, pues, en efecto, esa mañana
      se había encontrado en su despacho una carta de Tullio
        Cianetti, uno de los que habían votado a favor, que se
      retractaba de su voto). El rey le respondió que el país estaba
      roto y que era necesario nombrar un nuevo jefe de gobierno, y que
      había pensado en el mariscal Badoglio. Mussolini le expresó sus
      temores por su futuro, pero el rey le aseguró que él mismo velaría
      por su seguridad y la de su familia. Luego lo acompañó hasta la
      puerta, donde lo esperaba el capitán Paul Vigneri, de los
      Carabinieri. Mussolini se dirigió hacia su coche, pero
      Vigneri le dijo que, por su seguridad, era mejor que se marchara
      de incóginito en una ambulancia dispuesta para ello. Mussolini
      replicó que no había ninguna necesidad, pero accedió y llegó a la
      ambulancia, donde había más policías. La ambulancia lo llevó a
      toda velocidad hasta un cuartel de los Carabinieri, donde
      recibió una carta amable de Badoglio, en la que explicaba la
      necesidad de custodiarlo y le preguntaba dónde quería que lo
      llevaran. Mussolini respondió que a su residencia de verano, en
      Romaña, a la vez que le decía que estaba deseando ayudarlo a él y
      a su nuevo gobierno en lo que estuviera en su mano.
    
Mientras tanto en Roma se habían cortado las líneas telefónicas y
      la policía tenía órdenes de arrestar a todos los líderes fascistas
      presentes en la capital. Scorza fue liberado poco después de su
      arresto pues aseguró que el Partido Fascista sería leal al nuevo
      gobierno. Lo mismo sucedió con Enzo Emilio Galbiati, el
      comandante en jefe de los Camisas Negras. También aseguró
      su lealtad al nuevo gobierno y fue puesto en libertad, pero
      Badoglio lo reemplazó en su cargo por un general del ejército.
      Toda la organización de los Camisas Negras fue integrada en el
      ejército y desapareció como entidad independiente.
    
A las 19:30 llegaron a Berlín las noticias sobre la destitución
      de Mussolini. Hitler se puso furioso. Farinacci había acudido a la
      embajada alemana en Roma y el embajador le propuso que organizara
      una marcha fascista que recuperara el poder y liberara a
      Mussolini. Farinacci se negó y pidió ser llevado a Alemania (pues
      los líderes fascistas más radicales, como él, estaban siendo
      encarcelados). Al poco tiempo estaba en Munich.
    
A las 22:45 la radio italiana anunció que el rey había aceptado
      la dimisión de Mussolini y que había nombrado como nuevo jefe de
      gobierno, primer ministro y secretario de Estado al mariscal
      Pietro Badoglio. Pero, por si alguien se hacía ilusiones, el
      comunicado terminó con las palabras: La guerra continúa.
        Italia cumple su palabra. Un periodista resumió así la
      reacción que se produjo en las calles de Roma:
    
El silencio de una noche de verano fue roto por canciones, gritos y clamores. Varias personas salieron del Café Aragno y subió por la via del Tritone gritando como locas: Ciudadanos, despertad, han arrestado a Mussolini, ¡Muerte a Mussolini!, ¡Abajo el fascismo! Sonó como la voz de un mudo que recupera el habla al cabo de veinte años. Las ventanas se iluminaron de repente, las puertas se abrieron, las casas se vaciaron, todos se abrazaban unos a otros, contándose noticias, con esos gestos simples y exuberantes propios de la gente embargada por la emoción. Los más impulsivos se abalanzan sobre los que todavía llevan el alfiler con la insignia fascista, se lo arrancan y lo pisotean, "fuera el bicho", gritaban. Columnas de gente iban a aclamar al rey en el Quirinal y a Badoglio en la via XX Settembre.
En toda Italia la gente se deshacía de los emblemas fascistas y
      arrancaban los pósters de propaganda de las paredes de las calles.
      La ausencia de violencia fue notable. Lo más que hacía la gente
      era arrancar los alfileres de las chaquetas de los fascistas y, a
      lo sumo, obligarlos a vitorear a Badoglio.
    
Los japoneses tenían unos 130 aviones en Nueva Guinea, y para
      ocuparse de ellos, los aliados habían construido su propio
      aeropuerto en Tsili Tsili. Para engañar a los japoneses,
      habían estado "construyendo" dos falsos aeropuertos en lugares
      próximos a las posiciones de la infantería japonesa, donde unos
      pocos operarios tenían órdenes de levantar mucho polvo. Así,
      mientras se construía el aeropuerto de Tsili Tsili, los japoneses
      estuvieron bombardeando los dos aeropuertos falsos. El 26 de julio llegaron al aeropuerto real los
      primeros aviones aliados.
    
Los alemanes se vieron obligados a avandonar su base de operaciones en Orel ante el avance soviético, pero la ciudad seguía en su poder.
Al mediodía, 71 aviones estadounidenses atacaron una base de submarinos en Hamburgo, mientras otros 54 bombardeaban Hanover. Los incendios provocados en Hanover quedaron sin control porque la mayor parte de los bomberos de la ciudad se habían trasladado a Hamburgo, para ayudar.
A las 2:45 una división de infantería alemana entró en Italia por
      los Alpes sin el consentimiento italiano, y pronto le siguieron
      otras dos, que aseguraron los pasos alpinos de la frontera
      franco-italiana. El general Rommel acababa de llegar a Grecia con
      la misión de prevenir el desembarco aliado del que Hitler seguía
      recelando, pero apenas llegó antes que la orden por la que debía
      volver a Berlín, donde se le puso al mando del ejército que ya
      había empezado a intervenir en Italia.
    
El gobierno proclamó el estado de emergencia y un toque de queda.
      En Milán se reunieron antiguos representantes de los partidos
      políticos abolidos por Mussolini.
    
Seis "Mosquitos" de la RAF atacaron Hamburgo esa noche para mantener la alarma. Otro ataque de la RAF a gran escala fue cancelado por los problemas que ocasionaría el humo que todavía producían los incendios, y en su lugar los 700 bombarderos fueron enviados contra Essen.
La Luftwaffe hundió dos cargueros británicos (El
        Argentino y Halizones) ante la costa portuguesa.
    
La aviación estadounidense hundió un submarino alemán en el
      Caribe.
    
El 27 de julio un submarino
      estadounidense hundió un submarino japonés en el Pacífico. Un
      submarino británico hundió un carguero francés (Château Yquem)
      en el Mediterráneo.
    
En Nueva Guinea, unos 100 soldados australianos y estadounidenses
      lograron llegar a la cima de la cordillera Roosevelt, pero tras
      duros combates fueron rechazados por los japoneses.
    
Badoglio reunió por primera vez a su consejo de ministros, en el
      que se acordó trasladar a Mussolini a una isla, así como la
      disolución del Partido Fascista, del Gran Consejo
        Fascista, de la Cámara de los Fascios y las
        Corporaciones y del Tribunal Especial para la Defensa
        del Estado. La reconstrucción de los partidos políticos fue
      prohibida. Ese mismo día tenía lugar en Roma una reunión de
      representantes de partidos políticos organizada por Ivanoe Bonomi.
      Mussolini fue llevado a Gaeta, donde una corveta lo llevó a la
      isla de Ponza, tratando de que nadie supiera de su
      paradero.
    
En las primeras horas del día la RAF había llevado a cabo
      un bombardeo sobre Hamburgo que apenas tuvo efectos debido a que
      una tormenta sobre el mar del Norte había obligado a muchos
      aviones a desprenderse de sus bombas. Sin embargo, esa noche, en
      condiciones climáticas totalmente favorables, la Operación Gomorra
      continuó con 787 aviones que aparecieron de nuevo sobre la ciudad
      alemana. Esta vez el bombardeo fue tan intenso que provocó una
      tormenta de fuego con vientos de hasta 240 km/h que alcanzaron
      temperaturas de 800o C y que derritieron el asfalto de
      las calles, así como el combustible de los barcos que había en el
      puerto. Murieron unas 30.000 personas y unas 14.000 quedaron sin
      hogar. Se perdieron 29 aviones. Temiendo nuevos ataques, más de un
      millón de habitantes de Hamburgo huyeron de la ciudad.
    
El 28 de julio la aviación
      estadounidense hundió dos destructores japoneses (Ariake y
      Mikazuki) cerca de Nueva Guinea. Un carguero (Tamishima
        Maru) fue hundido también cerca de la costa de Birmania.
    
Los australianos y estadounidenses no lograban progresos en el
      monte Tambu, en Nueva Guinea. Ese día llegaron 400 hombres de
      refuerzo que relevaron a parte de las tropas australianas. Un
      nuevo asalto a la cordillera Roosevelt terminó también en fracaso.
    
Ingvar Kamprad era un muchacho sueco de 17 años que vivía
      con sus padres en la granja Elmtaryd, en el pueblo de Agunnaryd.
      A los cinco años empezó un negocio de venta de cerillas, que
      amplió a los siete, cuando dispuso de una bicicleta. Descubrió que
      podía comprar cerillas muy baratas en grandes cantidades en
      Estocolmo y luego venderlas por unidades con un cierto margen de
      beneficios. Paulatinamente fue ampliando su negocio a la venta de
      pescado, adornos navideños, semillas, y luego bolígrafos y plumas.
      Recientemente su padre le había obsequiado con una suma de dinero
      por sus buenas notas, y con ellas decidió fundar una empresa de
      venta por correo. La registró con el nombre formado por sus
      iniciales, la de la granja de sus padres y la de su pueblo.
    
Ese mismo año habían empezado a venderse en Argentina los
      primeros bolígrafos comerciales. Habían sido diseñados por un
      periodista húngaro llamado László József Bíró, en
      colaboración con su hermano György, que era químico y
      contribuyó preparando una tinta con características adecuadas para
      el nuevo invento. Eran judíos, así que dos años atrás habían
      acompañado a su país a Juan Jorge Meyne, un amigo y socio
      argentino, para huir de los nazis, donde ahora se hacían llamar
      Ladislao y Jorge Biro. Allí habían patentado su invento y ahora se
      vendía con el nombre de birome (una mezcla de Biro y
      Meyne). La idea no era nueva. Un estadounidense llamado John
        Jacob Loud había presentado la primera patente de bolígrafo
      50 años atrás, y muchas otras se habían sucedido, pero el birome
      era el primer modelo lo suficientemente práctico como para ser
      comercializado.
    
El general Eisenhower transmitió un mensaje por radio a Italia en
      el que instaba a los italianos, tras haber derrocado a Mussolini,
      a abandonar el Eje. Aseguró que conseguirían la paz inmediatamente
      "y en las condiciones honorables que nuestros gobiernos ya os han
      ofrecido."
    
La aviación británica hundió un submarino alemán cerca de la
      costa atlántica española, y la estadounidense hundió otro en el
      Caribe. Otro submarino alemán hundió un petrolero neerlandés (Rosalia)
      en el Caribe.
    
Los últimos 5.000 japoneses que quedaban en la isla de Kiska
      fueron evacuados, en medio de una espesa niebla, con lo que las
      Aleutianas quedaron libres de presencia japonesa, si bien los
      estadounidenses no se enteraron. El día anterior dos buques de
      guerra estadounidenses habían disparado en la zona contra unos
      objetivos marcados por los radares que debieron de ser aves
      migratorias, porque no se encontró nada más.
    
El 29 de julio un submarino alemán
      hundió un carguero británico (Cornish City) no lejos de
      Madagascar.
    
Los soviéticos retomaron Bolkhov a los alemanes.
    
La Operación Gomorra continuó con un nuevo ataque llevado
      a cabo por 777 aviones que devastaron una zona residencial situada
      al norte de los barrios destrozados por los bombardeos
      precedentes.
    
Incapaz de tomar Catania, Montgomery apuntó hacia Adrano. Si capturaba esta ciudad, las fuerzas alemanas quedarían divididas en dos partes, una a cada lado del Etna. Ese día sus tropas tomaron Catenanuova y formaron una cabeza de puente sobre el río Dittaino.
Un submarino británico hundió otro italiano (Pietro Micca) en el
      Mediterráneo. La aviación británica hundió un submarino alemán
      cerca de la costa atlántica española.
    
El 30 de julio un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Ryuzan Maru) en
      el océano Índico.
    
Un nuevo ataque contra las posiciones japonesas en el monte Tambu
      fracasó una vez más.
    
Un submarino alemán hundió un petrolero soviético (Emba)
      en el mar Negro.
    
Finalmente el Alto Mando alemán logró poner en marcha un
      contraataque a la ofensiva soviética en la cuenca del Donets.
    
Ese día la cosecha de submarinos alemanes fue excelente: cinco
      resultaron hundidos en el Atlántico y un sexto en el Mediterráneo.
    
Ese día se estrenó Informe desde las Aleutianas, un
      documental de 47 minutos dirigido por John Huston en el que
      muestra la vida cotidiana de los soldados destinados en la isla de
      Akad.
    
El 31 de julio un submarino
      estadounidense hundió un barco japonés de transporte de aviones (Mogamigawa
        Maru).
    
Siguiendo órdenes del rey Víctor Manuel III de Italia, el duque
      Aimone de Aosta renunció a su título de rey de Croacia, territorio
      sobre el que nunca había puesto el pie. Así el Estado
      Independiente de Croacia pasó a ser una república. Nadie notó la
      diferencia.
    
Los estadounidenses iniciaron un ataque contra Troina,
      considerado uno de los puntos claves de la línea del Etna,
      establecida por los alemanes.
    
De Gaulle consiguió finalmente desembarazarse de Giraud y ser
      reconocido como la única autoridad política de la Francia Libre. A
      cambio, Giraud fue reconocido como la máxima autoridad militar.
    
La aviación brasileña hundió un submarino alemán ante sus costas.
    
El 1 de agosto murió el presidente
      chino Lin Sen, y el Comité Ejecutivo Central eligió inmediatamente
      a Chiang Kai-shek como su sucesor.
    
Los japoneses reconocieron a Birmania como Estado independiente,
      un nuevo integrande de la Esfera de Coprosperidad de la Gran
        Asia Oriental. Como jefe de Estado y de gobierno nombraron a
      Ba Maw, mientras que Aung San fue el ministro de la Guerra. 
    
La ofensiva alemana en la cuenca del Donets tuvo un éxito
      inmediato y cinco divisiones soviéticas quedaron acorraladas.
    
Un submarino alemán hundió un carguero neerlandés (Mangkalihat)
      en el océano Índico.
    
Los alemanes fusilaron a once monjas católicas en Nowogródek
      (Polonia). En dos ocasiones anteriores, las monjas habían
      manifestado que rezaban para que Dios se las llevara a ellas en
      lugar de a otros presos que, teóricamente, los alemanes habían
      pensado matar, pero que finalmente (milagrosamente) habían enviado
      a campos de trabajo o incluso, en algunos casos, liberado. Así que
      el fusilamiento se interpretó como que Dios había aceptado el
      trato.
    
De Egipto despegaron 178 aviones estadounidenses con la misión de
      bombardear nueve refinerías de petróleo en los alrededores de Ploiești,
      en Rumanía, para reducir sustancialmente el suministro de
      combustible con que contaban los alemanes. Varios incidentes
      hicieron que algunos aviones se estrellaran (uno en el propio
      despegue) y otros tuvieron que regresar a su base. Los alemanes no
      tardaron en detectar la formación, aunque desconocían su objetivo.
      La misión terminó siendo un fracaso. Muchos aviones cayeron bajo
      las defensas antiaéreas rumanas, y sólo 88 regresaron a la base,
      muchos de ellos con daños graves. Las bajas fueron de 660 pilotos.
      En cuanto a los resultados, fueron pobres. Alguna de las
      refinerías fue destrozada, pero el volumen de suministro de
      combustible y otros derivados del petróleo apenas se vio afectado.
    
Dino Grandi constató que el gobierno trababa de ocultar la
      contribución de los fascistas a la caída de Mussolini, así que se
      reunió a primera hora con los embajadores de España y Suecia, que
      estaban deseando tener información de primera mano de lo que
      estaba sucediendo, y Grandi se la facilitó con la única condición
      de que cuanto dijera tenía que ser publicado en la prensa.
    
El mariscal Albert 
      
      Kesselring, que estaba al mando de las fuerzas alemanas que
      combatían en Sicilia, acalló las protestas italianas a la entrada
      de tropas alemanas. Ese día una división de infantería alemana
      llegaba a La Spezia.
    
Montgomery empezó a moverse hacia Centuripe, que era el
      punto más meridional de las defensas alemanas alrededor de Adrano.
      Ese día los alemanes empezaron a evacuar equipamiento de Sicilia.
    
El carguero brasileño Bagé fue invitado a abandonar un
      convoy porque emitía demasiado humo, y poco después fue hundido
      por un submarino alemán. La aviación aliada hundió dos submarinos
      alemanes en el Atlántico, uno cerca de la costa española y otro de
      la francesa.
    
Una mujer negra, llamada Marjorie Polite, no encontró
      satisfactoria una habitación de un hotel de Nueva York y pidió que
      le devolvieran el dinero. Se le devolvió, pero a continuación
      pidió también que el ascensorista le devolviera el dólar que le
      había dado de propina, a lo que éste se negó, y entonces empezó a
      gritar en el vestíbulo del hotel. (Según otra versión, Polite
      salió borracha de una de las habitaciones.) Un policía blanco
      llamado James Collins la arrestó por "desorden público", y
      otra mujer negra, Florine Roberts, que había presenciado
      los hechos, intervino para exigirle a Collins que soltara a
      Polite. A su vez, esto hizo intervenir a Robert Bandy,
      hijo de la señora Roberts, que era soldado. Ambos se encararon con
      el policía y las versiones difieren sobre los hechos, pero la
      conclusión es que el policía disparó al soldado en un hombro. La
      herida era superficial, y Bandy fue llevado a un hospital, pero
      pronto se difundió por Harlem la noticia de que un policía blanco
      había matado a un soldado negro, y tanto el hospital como el hotel
      se vieron pronto rodeados de miles de negros protestando. Sobre
      las 22:30, alguien arrojó una botella desde un tejado vecino al
      hospital y entonces la muchedumbre se volvió violenta. Se
      dispersaron en grupos de entre 50 y 100 miembros que recorrieron
      Harlem saqueando tiendas de propietarios blancos. Los disturbios
      se prolongaron hasta la noche del día siguiente.
    
En su contraataque en la cuenca del Donets, el 2 de agosto los alemanes llegaron hasta el
      río Mius, tras haber causado un gran número de bajas a los
      soviéticos: 25.000 muertos o capturados, 74.000 heridos o enfermos
      y una gran cantidad de tanques y otras armas de asalto destruidas.
    
Casi 3.000 gitanos fueron gaseados en Auschwitz cuando se liquidó
      el campo que ocupaban.
    
En Treblinka, unos prisioneros lograron acceder a un arsenal
      mediante una llave que habían duplicado previamente. Tomaron una
      veintena de fusiles, otras tantas granadas de mano y varias
      pistolas y las sacaron disimuladamente en un carro. A las 15:45
      unos 700 judíos iniciaron una revuelta en la que incendiaron
      varios edificios e hicieron explotar un bidón de gasolina. Luego
      atacaron armados la entrada principal mientras otros trataban de
      saltar las vallas. Las ametralladoras de las torres de vigilancia
      hicieron estragos, pero unos 200 prisioneros lograron escapar. Sin
      embargo, a nadie se le había ocurrido cortar las líneas
      telefónicas, que hubiera ayudado bastante. Los alemanes pidieron
      refuerzos e inmediatamente se inició una cacería por todos los
      alrededores, que acabó con la mitad de los evadidos. Otros, no
      obstante, lograron escapar con la ayuda de los partisanos o
      incluso de meros civiles polacos. La revuelta no duró más de media
      hora, pero Franz Stangl, el comandante del campo, fue sustituido
      por Kurt Franz, al que los prisioneros apodaban "la
        Muñeca", porque tenía el aspecto de una niña inocente. Ahí
      terminaba la semejanza, porque la Muñeca acostumbraba a
      disparar a prisioneros por los motivos más nimios, o les lanzaba a
      su perro Barry para que los destrozara.
    
Después de que la prensa suiza publicara el testimonio de Grandi,
      éste se entrevistó con el rey y luego con el papa Pío XII. Les
      propuso ser enviado en secreto a Madrid, donde podría ponerse en
      contacto con su amigo Samuel Hoare, a la sazón embajador británico
      en España, con quien podría plantear las condiciones de una
      rendición italiana. Sin embargo, el gobierno retrasó la salida de
      Grandi manteniéndose en un estado de inactividad que desconcertó a
      los aliados.
    
Las tropas de Montgomery iniciaron su ataque a Centuripe mientras
      otra división de infantería alemana entraba en Italia y se dirigía
      a Savona.
    
La RAF hundió un carguero alemán (Fortuna) en el
      mar del Norte.
    
En el Atlántico, sólo un submarino alemán resultó hundido, esta
      vez por la aviación australiana y cerca de la costa española.
    
El 3 de agosto un submarino
      estadounidense hundió un transporte japonés cerca de Borneo.
    
Una vez recuperados de la acometida alemana en Kursk, ahora eran
      los soviéticos los que tomaban la iniciativa en el sector sur del
      saliente. Tras una andanada de artillería, se inició un crudo
      combate que los alemanes no pudieron resistir.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (City of Oran)
      en el océano Índico.
    
La caída de Mussolini llevó a los nacionalistas albaneses del
      Frente Nacional a firmar un acuerdo con sus enemigos comunistas en
      la llamada Conferencia de Mukje, para expulsar cuanto
      antes a los italianos de Albania. Sin embargo, este acuerdo no
      gustó nada al Partido Comunista de Yugoslavia, que lo calificó de
      contrarrevolucionario, entre otras cosas porque los
      nacionalistas albaneses consideraban que Kosovo era parte de
      Albania, y los yugoslavos sostenían que era parte de Yugoslavia,
      así que éstos expresaron sus quejas ante los comunistas albaneses,
      sobre los que tenían bastante influencia, y éstos no tardaron en
      retractarse, ya que de "contrarrevolucionario" a "fascista" sólo
      había un paso en la jerga comunista.
    
Los judíos del gueto de Będzin, en Polonia, habían
      contemplado cómo los alemanes los deportaban cada vez a un ritmo
      más rápido. Desde el año anterior habían unos 10.000 judíos habían
      sido llevados en trenes no se sabía adónde (a las cámaras de gas,
      de hecho), y hacía dos meses que se había evacuado a otros 5.000.
      En los últimos tres días los alemanes sacaron a otros 8.000. De
      los 30.000 judíos que había inicialmente en el gueto, sólo
      quedaban unos 2.000, debido a las deportaciones y a las muertes
      debidas a las malas condiciones de vida. Finalmente un grupo de
      judíos se rebeló y formó barricadas en las calles que resistieron
      durante varios días a los intentos alemanes de sofocarlos, hasta
      que se quedaron sin municiones y fueron aniquilados. Poco después
      el gueto entero fue liquidado.
    
A plena luz del día, 740 aviones se dirigieron contra Hamburgo
      una vez más, si bien el mal tiempo hizo que sólo una decena
      alcanzara su objetivo. Con este bombardeo se dio por concluida la
      Operación Gomorra. En total, se calcula que habían muerto
      unos 42.000 alemanes, otros 37.000 habían resultado heridos y
      cerca de un millón había abandonado la ciudad. Hitler había
      llegado a afirmar que si se producían más ataques como el de
      Hamburgo Alemania tendría que rendirse. De un total de 524 grandes
      fábricas, 183 habían sido destruidas, así como más de 4.000 de
      otras menores.
    
Un destructor estadounidense hundió un submarino italiano
      (Argento) en el Mediterráneo.
    
Una división alemana llegó a Italia procedente del frente
      oriental y se instaló entre Parma y Reggio Emilia. Otra procedente
      de Austria se situó entre Ravenna y Rimini.
    
Superando grandes dificultades, los británicos lograron tomar
      Centuripe a los alemanes. Esto puso en peligro Adrano y,
      aprovechando que los alemanes estaban ocupados reorganizando sus
      tropas, Montgomery lanzó un nuevo ataque sobre Catania.
    
Tras varios intentos infructuosos, dos batallones estadounidenses
      lograron tomar Monte Basilio, lo que permitiría flanquear
      las posiciones alemanas en Troina, pero de momento la situación
      era muy precaria, con los alemanes disparando desde los montes
      vecinos. No obstante, un intento alemán de recuperar la posición
      fue rechazado con ametralladoras. Entonces los alemanes atacaron
      las líneas de comunicación estadounidenses, de modo que sólo una
      parte de los suministros requeridos llegaban a Monte Basilio.
      Mientras tanto, los estadounidenses empezaron a presionar también
      la línea del Etna en San Fratello, en su extremo
      septentrional.
    
Ese día Patton visitó un hospital de campaña y felicitó a los
      heridos con los que habló. En un momento dado vio a un soldado que
      no aparentaba tener herida alguna. Le preguntó qué le pasaba y el
      soldado respondió que no estaba herido, sino nervioso (había sido
      diagnosticado de agotamiento), y añadió: supongo que no puedo
        soportarlo. Entonces Patton montó en cólera, lo abofeteó con
      sus guantes, lo cogió por las solapas y lo arrastró hasta la
      entrada de la tienda de campaña, desde donde lo arrojó fuera de
      una patada en la espalda, mientras gritaba: No admitáis a este
        hijo de puta, y pidió que lo devolvieran al frente: ¿Me
        oyes, bastardo sin agallas? vas a volver al frente. Luego se
      vio que el soldado estaba enfermo de malaria. Patton anotó en su
      diario: He conocido al único cobarde desertor que nunca haya
        visto en este ejército. Las compañías deberían ajustar cuentas
        con esta gente y, si eluden su deber, deberían ser juzgados por
        cobardía y fusilados. Un corresponsal de guerra oyó a Patton
      afirmar que eso de la "fatiga de combate" era una invención de
        los judíos.  
    
Del petrolero Olterra salieron nuevamente tres torpedos
      humanos para minar barcos anclados en Gibraltar. Dos cumplieron su
      misión sin problemas y pusieron sus minas sobre el petrolero
      noruego Thorshøvdi y sobre el carguero británico Stanridge,
      mientras que el que debía encargarse del estadounidense Harrison
        Grey Otis tuvo problemas y de repente se hundió 34 metros.
      Uno de sus dos tripulantes logró emerger cerca de su objetivo y
      puso las minas. Sin rastro de su compañero, logró poner en marcha
      el torpedo con dificultad y se alejó de allí. Su compañero se
      quedó esperando dos horas junto al barco y, al no tener ninguna
      noticia, gritó pidiendo ayuda. Los estadounidenses lo subieron a
      bordo y, sin necesidad de que confesara nada, entendieron que el
      barco había sido minado. Las minas estallaron justo cuando un buzo
      iba a entrar en el agua para inspeccionar el casco. Los tres
      barcos se hundieron llevándose consigo todo su cargamento.
    
Ese día fueron hundidos tres submarinos alemanes en el Atlántico,
      uno cerca de la costa Noruega (a manos de un submarino británico),
      otro cerca de la costa española (a manos de la aviación
      australiana y estadounidense) y el tercero cerca de la isla de
      Trinidad, en el Caribe.
    
El 4 de agosto los estadounidenses
      tomaron el aeropuerto japonés en Munda (Nueva Georgia).
    
Tras un día de duros combates, los soviéticos tomaron Orel a los
      alemanes, que se vieron obligados a retroceder hasta una nueva
      línea defensiva.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (Dalfram)
      cerca de Madagascar.
    
Un barco británico cargado con municiones (Fort La Montee)
      se incendió en Argel, estalló y destrozó el destructor británico HMS
        Arrow. 
    
Otra división de infantería alemana entró en Italia y se dirigió
      a Alessandria. 
    
Un bombardeo aliado sobre Nápoles hundió o dañó irreparablemente
      dos cargueros (Catania y Sant'Agata) y un barco de
      pasajeros italiano (Lombardia).
    
Los alemanes arrestaron a Jean Franklemon, uno de los estudiantes
      belgas que cuatro meses atrás ayudaron a escapar a algunos judíos
      que estaban siendo transportados a Auschwitz. Fue condenado a seis
      años de cárcel.
    
Los aliados (concretamente, la aviación canadiense) hundieron
      sólo un submarino alemán en el Atlántico ese día, cerca de
      Islandia.
    
El 5 de agosto un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Shoju Maru)
      cerca de Formosa.
    
Los soviéticos habían roto las líneas defensivas alemanas y ese
      día capturaron Belgorod, lo que suponía un avance de unos 60 km.
    
Un submarino alemán hundió un carguero griego (Efthalia Mari)
      en el océano Índico.
    
El gobierno sueco anunció que retiraba su consentimiento a que
      las tropas alemanas y cualquier material bélico viajaran por su
      red ferroviaria.
    
Los alemanes no podían retener Catania con Adrano amenazada, así
      que la abandonaron y ese día la ocuparon los británicos.
    
Las tropas estadounidenses en Monte Basilio andaban escasas de
      víveres y habían sufrido muchas bajas. Los alemanes atacaron de
      nuevo dispuestos a tomar la posición que amenazaba su línea de
      retirada. Durante el intenso combate, el soldado James William
        Reese llevó a su pelotón a una posición en la que podía
      disparar abiertamente contra la infantería alemana que se
      aproximaba y mantuvo un fuego continuado sobre los atacantes hasta
      que le quedó poca munición. Entonces ordenó a sus compañeros que
      se retiraran mientras él avanzaba aún más y destrozaba una
      ametralladora alemana con sus últimas rondas. Luego tomó su fusil
      y avanzó aún más hasta que fue abatido. Su acción contribuyó
      significativamente a que los estadounidenses mantuvieran su
      posición. Los alemanes también habían sufrido numerosas bajas en
      casi una semana de combates y, viendo que no podían asegurar por
      mucho tiempo su línea de retirada, optaron por abandonar Troina
      esa misma noche.
    
El padre Marie-Benoît estaba llevando a cabo su plan de enviar a
      España unos 2.600 judíos presuntamente de ascendencia española.
      Ese día recibió una carta del Vaticano en la que se le aseguraba
      que su proyecto de evacuar judíos a África estaba siendo
      estudiado, y que si necesitaban alguna aclaración adicional se
      pondrían en contacto con él.
    
A falta de que los aliados hundieran el submarino alemán del día,
      uno de ellos se hundió solo tras haber chocado con otro barco
      alemán en Memel.
    
El 6 de agosto la aviación japonesa
      hundió un carguero australiano (Macumba) ante la costa
      septentrional australiana.
    
 Los japoneses, previendo que, tras la caída de Munda, no podrían
      retener sus posiciones en Nueva Georgia por mucho tiempo,
      empezaron a concentrar tropas en la vecina Kolombangara. Esa
      noche, cuatro destructores japoneses se dirigían a Kolombangara,
      transportando 950 soldados y suministros. Era el cuarto convoy que
      enviaban a Vella en menos de un mes, y los anteriores habían
      llegado con éxito a su destino sin más que una leve oposición
      estadounidense al tercero de ellos. Insensatamente, las
      autoridades militares japonesas volvieron a seguir la misma ruta
      por cuarta vez, pero ahora los estadounidenses ya estaban
      aleccionados. Una flota de 6 destructores esperaba a la flota
      japonesa y en apenas 63 segundos lanzaron 24 torpedos, para luego
      retirarse y ponerse a salvo de los torpedos de largo alcance
      japoneses. Los torpedos hundieron tres de los destructores
      japoneses (Arashi, Hagikaze y Kawakaze), que fueron
      tomados por sorpresa. El cuarto recibió el impacto de un torpedo
      que no estalló, tras lo cual huyó sin esperar a recoger
      supervivientes. Murieron 1210 soldados japoneses y unos 300
      supervivientes pudieron llegar a la isla de Vella Lavella,
      desde donde fueron trasladados a Kolombangara.
    
Otros 1.200 soldados japoneses llegaron a la isla de Nauru, y ese
      mismo día los japoneses deportaron a las islas Truk a otros 600
      isleños, principalmente mujeres y niños.
    
Los alemanes empezaron el proceso de liquidación del gueto de
      Vilna, en Lituania. De sus 50.000 ocupantes, los primeros 1.000
      fueron enviados a Estonia.
    
En Sicilia, Adrano cayó en manos británicas.
    
Ese día tuvo lugar una reunión en Tarvisio entre Joachim
      von Ribbentrop y el ministro italiano de Asuntos Exteriores, a la
      que asistió también el general Ambrosio. La tensión y desconfianza
      mutua eran evidentes. Los italianos esperaban que las tropas
      alemanas que estaban entrando en Italia se dirigieran a Sicilia o,
      en todo caso, al sur de la península, para combatir a los aliados,
      pero los alemanes insistían en que se quedarían en el norte de
      Italia "como fuerza de reserva estratégica".
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (Fort Halkett)
      cerca de la costa brasileña.
    
A las 4:40 del 7 de agosto la
      artillería soviética empezó a descargar sobre el frente alemán en
      la región de Smolensk. A las 6:30 se inició el avance en dirección
      a Roslavl, pero encontraron una fuerte oposición. En todo
      el día no pudieron avanzar más de 4 km y ello empleando todos los
      recursos disponibles.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (Unvuma)
      en el océano Índico.
    
Un submarino británico hundió un carguero francés (Nantaise)
      en el mar Egeo.
    
Ante las deficiencias de seguridad de la isla de Ponza, Mussolini
      fue llevado a la isla La Maddalena (cerca de la costa de
      Cerdeña), pero la Gestapo le seguía la pista, con órdenes
      de Hitler de liberar al dictador.
    
Esa noche, mientras fuerzas estadounidenses tomaban una colina
      clave en el ataque contra San Fratello, otras tropas desembarcaron
      por sorpresa en Sant'Agata, unos pocos kilómetros por
      detrás de la línea del Etna. Los alemanes huyeron sin advertir a
      los italianos, así que la mayoría de los que cayeron prisioneros
      (más de mil) fueron italianos.
    
Un submarino alemán hundió un carguero estadounidense (Contractor)
      en el Mediterráneo, cerca de Cerdeña.
    
Un submarino alemán hundió un carguero noruego (Fernhill)
      en el Atlántico. Para compensar el descuido del día anterior, en
      que ningún submarino alemán resultó hundido en el Atlántico, ese
      día los aliados hundieron tres.
    
El 8 de agosto los japoneses
      trasladaron a Kolombangara casi todos sus efectivos en Nueva
      Georgia, dejando únicamente las tropas que defendían la zona de
      Bairoko.
    
Los soviéticos volvieron a atacar en Smolensk añadiendo un ataque
      simultáneo más al norte, hacia Yartzevo. Nuevamente, la
      enorme resistencia alemana apenas permitió un leve avance.
    
Avanzando desde Adrano, los británicos tomaron Bronte y,
      desde Troina, llegaron a Cesaro.
    
La aviación británica hundió un destructor italiano (Freccia)
      en el Mediterráneo.
    
Mientras tanto la Wehrmacht empezaba a ocupar la zona de
      Francia que hasta entonces había estado bajo control italiano.
    
El 9 de agosto un submarino estadounidense hundió un carguero japonés (Sekko Maru) cerca de Formosa.
Un submarino británico hundió un destructor italiano (Vincenzo
        Gioberti) cerca de La Spezia.
    
La aviación estadounidense sólo hundió un submarino alemán en el
      Atlántico.
    
El 10 de agosto un carguero japonés (Wakanoura
        Maru) fue hundido por un submarino estadounidense cerca de
      la costa japonesa.
    
Patton visitó de nuevo un hospital de campaña en Sicilia y de
      nuevo felicitó a los heridos que estaban pendientes de ingreso.
      Entonces se acercó a un soldado que estaba acurrucado y temblando,
      le preguntó cuál era el problema y éste respondió: Son mis
        nervios. Ya no puedo soportar los bombardeos. De nuevo
      Patton se enfureció, lo abofeteó y gritó: ¿Tus nervios?
        ¡demonios! ¡sólo eres un maldito cobarde! ¡Cállate ya ese
        maldito llanto! No dejaré a esos valientes que han sido heridos
        contemplando a este bastardo sentado aquí llorando. Lo
      abofeteó nuevamente y ordenó que no fuera admitido. Te quiero
        de vuelta al frente, donde te pueden disparar y matar, pero vas
        a luchar. Si no lo haces, te pondré ante un paredón y un pelotón
        de fusilamiento te matará a propósito. De hecho, debería
        dispararte yo mismo, maldito cobarde llorón. Entonces Patton
      sacó su pistola, lo que llevó al comandante del hospital a
      separarlos. Patton salió de la tienda gritando a los oficiales
      médicos que enviaran al soldado de vuelta al frente. Mientras
      seguía recorriendo el hospital no dejó de hablar del caso. No
        puedo evitarlo. Me hierve la sangre al pensar es un bastardo que
        está siendo mimado. No permitiré que esos bastardos cobardes
        estén merodeando por nuestros hospitales. Probablemente, en
        algún momento tendremos que fusilarlos, o criaremos una raza de
        imbéciles. 
    
El soldado se llamaba Paul G. Bennet, llevaba cuatro años en el
      ejército y no había tenido historial médico hasta hacía cuatro
      días, cuando un amigo suyo fue herido en combate. Había mostrado
      fiebre y síntomas de deshidratación, incluyendo fatiga, confusión
      y desgana. Él mismo había solicitado regresar a su unidad, pero
      los oficiales médicos no lo habían autorizado.
    
Un submarino británico hundió un carguero italiano (Asmara)
      en el Mediterráneo.
    
Božidar Purić fue nombrado primer ministro del gobierno
      yugoslavo en el exilio.
    
El 11 de agosto la aviación aliada
      hundió un carguero japonés (Jutoku Maru) en el Pacífico.
    
En Smolensk, los soviéticos habían ido avanzando muy lentamente,
      incorporando constantemente tropas de reserva al combate. Para
      esas fechas habían avanzado entre 15 y 25 km, según la zona, y el
      ataque se estancó.
    
Ese día, en el Festival de Salzburgo, se estrenó el Concierto
        para trompa número 2 de Richard Strauss.
    
En Sicilia, Patton trató de tender una nueva trampa a la división
      alemana que se le había escapado en San Fratello mediante un nuevo
      desembarco por sorpresa, esta vez en Brolo, que le cortó
      la retirada, pero las tropas desembarcadas no fueron suficientes
      para contener el ímpetu de los alemanes que lograron abrirse paso
      en su huida. Los alemanes empezaron a transportar hombres a gran
      escala desde Sicilia a la Italia continental a través de un
      estrecho de Messina fuertemente protegido por más de doscientos
      cañones antiaéreos. El mal tiempo disuadió a los aliados de
      arriesgar sus barcos en el estrecho.
    
Para compensar que el día anterior los aliados no habían hundido
      ningún submarino alemán en el Atlántico, ese día hundieron tres.
    
Ernst Lubitsch estrenó con gran éxito la comedia El cielo
        puede esperar. 
    
El 12 de agosto los alemanes
      pudieron detener el avance soviético desde Belgorod antes de que
      pudieran llegar a Járkov. Los soviéticos habían sufrido muchas
      bajas, como era habitual, y habían perdido 800 de los 1.112
      tanques con los que habían iniciado su ataque.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (Clan
        Macarthur) cerca de Madagascar.
    
El Frente Nacional albanés había dispuesto dos grupos de ocho
      minas a ambos lados de una carretera cerca de la ciudad de Kurtës.
      Poco después pasó un gran camión que transportaba tropas alemanas
      y que remolcaba un cañón. Entonces detonaron uno de los grupos de
      minas y dispararon contra los supervivientes mientras trataban de
      escapar por la carretera. Murieron 18 soldados alemanes, y los
      insurgentes se apropiaron del cañón. Una media hora más tarde se
      acercó un convoy de 23 camiones y el segundo grupo de minas
      estalló junto al primero de ellos, mientras los insurgentes
      disparaban con un cañón a los siguientes, dos de los cuales se
      incendiaron. En total, murieron entre 30 y 35 soldados alemanes,
      mientras que los albaneses no sufrieron bajas.
    
En una operación que apenas duró dos minutos, la resistencia
      polaca logró bloquear una calle en el centro de Varsovia cuando
      iba a pasar un camión alemán cargado de dinero, luego dispararon
      sobre los soldados que bajaron a despejar el camino, se llevaron
      el camión a una calle cercana, allí mataron al resto de alemanes
      que había en el camión y se llevaron el dinero, el equivalente a
      un millón de dólares de la época (unos 33 millones de dólares
      actuales). Los alemanes nunca llegaron a averiguar siquiera si el
      robo lo había cometido la resistencia polaca o simples
      delincuentes comunes, por lo que ni siquiera tomaron represalias
      sobre los civiles (que es lo que hubieran hecho de haber sabido
      que era obra de la resistencia).
    
El 13 de agosto un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Edo Maru) cerca
      de Formosa.
    
Tras un periodo de inactividad, los estadounidenses volvieron a
      atacar en la cordillera Roosevelt, en Nueva Guinea. Una patrulla
      había establecido un puesto avanzado que fue atacado por los
      japoneses durante la noche, pero sin éxito. Luego la artillería
      atacó las posiciones japonesas desde tres flancos y finalmente
      tres compañías avanzaron y lograron penetrar el frente por tres
      puntos.
    
Los soviéticos iniciaron una campaña contra los alemanes en la
      cuenca del Donets.
    
El frente en Sicilia había sido dividido en dos por el Etna. En
      la parte occidental, ese día los británicos tomaron Randazzo.
      
    
Los aliados habían dejado de bombardear Italia a la espera de que
      la caída de Mussolini se tradujera en un cambio de actitud por
      parte de Italia, pero en vista de que no había ningún cambio
      relevante, los bombardeos se reanudaron. La RAF lanzó
      bombas incendiarias sobre Milán y Turín a primeras horas de la
      mañana. A las 11:00, más de 300 aviones estadounidenses sometieron
      a Roma a un bombardeo de mayor intensidad que el del mes anterior,
      que provocó 502 muertes de civiles. También Berlín volvió a ser
      bombardeado y, por primera vez, Austria, cuando fue atacada una
      fábrica de armas al sur de Viena.
    
Un carguero británico fue bombardeado por la Luftwaffe en
      el Mediterráneo, cerca de Gibraltar. No se hundió, pero fue dado
      por irreparable.
    
El 14 de agosto los estadounidenses
      lograron situar cañones en una loma situada ante la cordillera
      Roosevelt, con lo que los japoneses no tardaron en huir a la
      selva. Mientras tanto, con la ayuda de la aviación, los
      australianos lograron desalojar a los japoneses de la que llamaban
      la Cordillera de los Cocoteros.
    
Mientras los japoneses acumulaban fuerzas en Kolombangara, al
      norte de Nueva Georgia, los estadounidenses habían decidido
      saltarse esta isla y pasar directamente a Vella Lavella,
      la isla situada justo a continuación, más al norte. Por la noche,
      la aviación japonesa atacó varias bases estadounidenses en Nueva
      Georgia, pero no detectó una flota formada por 19 destructores y
      dos cazasubmarinos que llevaba 4.600 soldados al puerto de Barakoma,
      en Vella Lavella.
    
Recorriendo una distancia 4.000 km, aviones australianos
      bombardearon por primera vez la isla de Borneo, donde atacaron las
      reservas de petróleo japonesas en Balikpapan.
    
Hitler había llamado a su presencia al zar Boris III de Bulgaria.
      Le habían llegado rumores de que había iniciado contactos secretos
      con los aliados. La reunión fue tensa. Hitler ordenó a Boris III
      que dispusiera sus tropas (que hasta entonces habían hecho bien
      poco) en un nuevo frente que obligara a los soviéticos a dividir
      sus efectivos, pero el zar se negó y salió de la reunión muy
      abatido.
    
Tras el segundo bombardeo de Roma, el gobierno italiano la declaró ciudad abierta, y se comprometió a eliminar todas sus defensas, bajo supervisión aliada, a cambio de que no volviera a ser bombardeada.
Corbetas italianas hundieron un submarino británico (HMS Sarracen) cerca de Córcega.
Ese día se estrenó la comedia musical Esto es el Ejército,
      dirigida por Michael Curtiz y protagonizada por Ronald Reagan y
      por una joven actriz de 18 años llamada Joan Agnes Theresa
        Sadie Brodel, que había adoptado el nombre artístico de Joan
        Leslie y que ya había interpretado algunos papeles
      relevantes en los últimos años. Fue la segunda película más
      taquillera del año y sería la película musical más taquillera de
      la historia durante más de una década. Sus beneficios fueron
      donados a una organización sin ánimo de lucro que atendía a los
      soldados estadounidenses.
    
El 15 de agosto los estadounidenses
      desembarcaron en Vella Lavella. Hacia el mediodía llegaron cazas
      japoneses, pero fueron alejados con fuego antiaéreo. Varios
      ataques posteriores a lo largo del día fueron rechazados también
      con pocas bajas. Los japoneses habían decidido no enviar más
      tropas a las Salomon y, en su lugar, su respuesta al desembarco
      aliado fue evacuar la isla desde Horaniu, en la costa
      noroccidental.
    
Ese día los japoneses bombardearon por primera vez el aeropuerto
      de Tsili Tsili, en Nueva Guinea, cuya existencia habían
      descubierto recientemente. Sin embargo, no causaron daños graves.
    
Poco antes de la media noche, una treintena de miembros de una
      organización de resistencia polaca había llegado a las afueras de
      la ciudad de Mittenheide, en Prusia, donde se dividieron
      en cinco grupos, cortaron las líneas telefónicas y empezaron
      atacando la casa de Herbert Opitz, un enviado especial de
      Himmler para erradicar a los polacos de la zona y que era uno de
      los objetivos principales de la operación. Lo mataron junto a su
      mujer y a sus hijos de 6 y 2 años. Allí se hicieron con varias
      armas, un coche y una moto. Luego entraron en la ciudad y atacaron
      la comisaría de policía, mientras otros grupos entraban otras
      casas habitadas por miembros del partido Nazi. Deliberadamente
      respetaron la casa de Hildegard Cramer von Laue, viuda de
      un oficial de la Wehrmacht que había destacado por el buen
      trato que daba a los polacos. El ataque terminó a las 2:00, cuando
      los polacos huyeron con un botín formado por diversas armas,
      municiones y uniformes alemanes. Durante los días siguientes
      estuvieron escondidos en los bosques antes de salir de Prusia, y
      ninguno de ellos fue capturado.
    
Un submarino británico hundió un petrolero italiano (Cesco)
      en el Adriático.
    
Rommel se reunió en Bolonia con autoridades militares italianas,
      y la desconfianza llegaba ya hasta el extremo de que los alemanes
      se negaron a probar la comida y la bebida que les ofrecían los
      italianos.
    
Más de 34.000 soldados estadounidenses y canadienses
      desembarcaron en la isla de Kiska dispuestos a desalojar a una
      guarnición japonesa que hacía semanas que se había ido. Pese a
      todo, los aliados sufrieron 313 bajas, debidas a fuego amigo,
      minas, "trampas cazabobos" (bombas camufladas como objetos
      inofensivos), enfermedades y accidentes.
    
El 16 de agosto los australianos
      ocuparon la cordillera de Komiatum y con ello cortaron la
      línea de suministros de los japoneses que defendían el monte
      Tambu.
    
Cuando los alemanes anunciaron que iban a cerrar el gueto de
      Białystok, varios centenares de judíos decidieron morir matando y
      se rebelaron con las armas que habían podido reunir hasta
      entonces.
    
Como represalia por las acciones de la resistencia griega, los
      alemanes mataron a 317 habitantes de la aldea de Kommeno,
      que a continuación fue incendiada. Gran parte de las víctimas
      fueron mujeres, niños y ancianos. Muchas mujeres fueron
      previamente violadas.
    
Rommel instaló su cuartel general junto al lago de Garda, al pie
      de los Alpes.
    
La aviación alemana hundió un carguero británico (Empire
        Kestrel) cerca de Argelia.
    
El 17 de agosto, antes del amanecer,
      180 aviones aliados bombardearon el aeropuerto japones de Wewak,
      en Nueva Guinea, junto con otros aeropuertos auxiliares. Mientras
      tanto los japoneses eran expulsados de la cordillera de Bobdubi,
      aunque durante los días siguientes trataron de recuperarla en una
      serie de contraataques.
    
Por la noche, una flota japonesa formada por 20 barcazas y barcos
      auxiliares escoltada por 4 destructores llegó al puerto de
      Horaniu, en Vella Lavella, para evacuar a las tropas japonesas
      presentes en la isla. A las 23:30 aviones aliados atacaron a la
      flota japonesa y desorganizaron los planes de evacuación.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (Empire
        Stanley) en el océano Índico.
    
Eliyahu Giladi era uno de los miembros más radicales de
      los Combatientes para la Libertad de Israel, pues insistía
      en planes que implicaban asesinar judíos civiles e incluso a
      algunos líderes sionistas, como David Ben-Gurión, así que uno de
      los dirigentes del grupo, Isaac Shamir, le aplicó su
      propia receta y lo hizo asesinar.
    
En Siria se habían celebrado elecciones que convirtieron en
      presidente a Shukri al-Quwati. 
    
El alzamiento en el gueto de Białystok no alteró el plan de
      deportación que los alemanes habían trazado y, mientras los
      rebeldes resistían en sus trincheras, unos 10.000 judíos fueron
      metidos en trenes con destno a Treblinka, Majdanek y Auschwitz.
      Unos 1.200 niños fueron separados y enviados en un tren a
      Theresienstadt junto algunas mujeres acompañantes, debido a que
      estaban negociando con los británicos la posibilidad de dejarlos
      marchar a Palestina a cambio de la liberación de prisioneros de
      guerra alemanes. Eso se les dijo a los padres, algunos de los
      cuales se desprendieron de sus hijos voluntariamente, con la
      esperanza de que así pudieran salvarse. Otros fueron forzados a
      separarse de sus hijos. Algunos niños se escaparon del tren
      tratando de reunirse con sus padres y fueron abatidos por
      auxiliares ucranianos.
    
Tras varios retrasos debidos al mal tiempo, la aviación
      estadounidense puso en práctica una misión que pretendía paralizar
      la producción de aviones alemanes. El objetivo principal era Regensburg,
      donde se localizaba la producción de los Messerschitt Bf 109,
      que constituían casi la mitad de los cazas de la Luftwaffe.
      Para dividir y confundir a las reservas alemanas se atacaría al
      mismo tiempo un segundo objetivo, Scheweinfurt, donde
      estaba centralizada casi toda la producción de cojinetes
      de Alemania. Además se llevaron a cabo varios ataques de diversión
      a diversos puntos de la costa francesa y neerlandesa, así como a
      varios campos de aviación de la Luftwaffe. La distancia de
      los objetivos principales quedaba fuera del alcance de los cazas,
      por lo que los 376 bombarderos encargados de la misión quedarían
      sin protección a partir de cierto punto del trayecto y,
      especialmente, durante el bombardeo.
    
Los daños provocados por los bombardeos fueron considerables
      (Albert Speer evaluó en un 34% la disminución de la producción),
      pero la falta de escoltas resultó ser catastrófica, pues las bajas
      fueron exorbitadas. Se perdieron 62 aviones y casi un centenar
      regresó con daños graves, hasta el punto de que muchos de ellos
      nunca volvieron a volar. Murieron 7 tripulantes, 21 resultaron
      heridos y otros 557 desaparecieron o fueron capturados. Por otra
      parte, Alemania pudo compensar los daños ampliando la producción
      de otras fábricas. Si los aliados hubieran podido realizar nuevos
      ataques, la situación hubiera sido más comprometida, pero con las
      bajas sufridas eso era imposible por el momento.
    
Esa noche los británicos llevaron a cabo otra operación de gran
      importancia estratégica. Sus servicios de inteligencia habían
      reunido suficiente información sobre la base de Peenemünde, donde
      Wernher von Braun estaba experimentando con sus cohetes como para
      considerar que era imprescindible sabotear el proyecto. Peenemünde
      estaba a 1.000 km de la base aérea británica más próxima, lejos
      del radio de alcance de los cazas y de la marcación de objetivos
      por ondas de radio, por lo que el bombardeo tenía que hacerse en
      una noche de luna llena y con buen tiempo para que los pilotos
      pudieran fijar manualmente los objetivos. Esa noche cumplía todos
      los requisitos y por ello se puso en marcha la Operación
        Hidra. A los pilotos no se les explicó qué había realmente
      en Peenemünde. En lugar de hablarles de cohetes, se les dijo que
      los alemanes estaban desarrollando un nuevo tipo de radar que
      mejoraría enormemente su capacidad defensiva nocturna.
    
La noche anterior las fuerzas de Patton entraron en Messina, y
      pocas horas después lo hicieron las de Montgomery, lo que ponía
      fin a la conquista de Sicilia. El coste de la operación fue de
      unos 5.500 muertos y 14.000 heridos en el bando aliado, y de 9.000
      muertos, 46.000 heridos y 127.000 prisioneros del Eje. Desde
      Messina, la artillería aliada alcanzaba a bombardear la Italia
      continental.
    
Los dos incidentes que Patton había mantenido con enfermos en sus
      visitas a los hospitales habían llegado hasta el general
      Eisenhower, quien ordenó que los hechos fueran investigados
      extraoficialmente y, a la vez, escribió una carta a Patton en la
      que se leía:
    
Entiendo claramente que a veces son necesarias medidas firmes y drásticas para asegurar los objetivos deseados. Pero esto no justifica la brutalidad, el abuso con los enfermos, ni la exhibición de un temperamento incontrolable frente a los subordinados. [...] Estoy convencido de que los servicios personales que ha prestado a los Estados Unidos y la causa aliada durante las últimas semanas son de un valor incalculable; pero, no obstante, si hay un elemento sustancial de verdad en las acusaciones que acompañan a esta carta, debo cuestionar tan seriamente su buen juicio y su autodisciplina como para plantearme serias dudas sobre su utilidad futura.
Eisenhower le aseguró que no quedaría ningún registro formal de
      lo sucedido salvo en sus propios archivos confidenciales, pero le
      sugirió que se disculpara con todos los involucrados.
    
Ese día se inició en Quebec una reunión secreta a la que
      asistieron Winston Churchill y el presidente Franklin Delano
      Roosevelt. Stalin había sido invitado, pero declinó el
      ofrecimiento "por razones militares". Por otra parte, Churchill
      había sugerido que el primer ministro canadiense, William Lyon
        Mackenzie King, interviniera en ella, pero Roosevelt se
      negó, así que King actuó como mero anfritrión.
    
A las 0:29 del 18 de agosto, cuatro
      destructores estadounidenses atacaron a la flota japonesa que
      estaba evacuando Vella Lavella, pero sólo hundieron algunos barcos
      auxiliares y dañaron levemente a dos destructores. A la 1:00 los
      japoneses se retiraron completando con éxito la misión de evacuar
      unos 9.000 hombres. No obstante, en la isla quedaban todavía
      varios cientos de soldados japoneses y los aliados decidieron
      arrinconarlos en el noroeste de la isla para luego eliminarlos.
    
Ante el riesgo de acabar rodeados, los japoneses se retiraron del
      monte Tambu, en Nueva Guinea.
    
La aviación estadounidense y australiana bombardeó de nuevo los
      aeropuertos japoneses en Nueva Guinea.
    
En el norte del saliente de Kursk, los soviéticos alcanzaron la
      nueva línea defensiva alemana, con lo que el frente se estabilizó
      de nuevo y así terminó la Operación Kutuzov. Fue una de
      las campañas más sangrientas de la batalla de Kursk. Los alemanes
      sufrieron más de 86.000 bajas, y los soviéticos contaron 112.000
      muertos y 317.000 heridos. En el sur, los alemanes iniciaban
      entonces un contraataque contra los recientes avances soviéticos.
    
Los alemanes llevaban cinco meses deportando griegos
      (principalmente judíos) desde Salónica hasta Auschwitz. Ese día se
      completó el proceso. En total, unos 46.000 griegos habían sido
      deportados y asesinados.
    
Apenas pasada la medianoche, llegó a Peenemünde la primera oleada
      de bombarderos encargados de la Operación Hidra. El ataque
      duró una media hora y fueron destruidos muchos de los edificios
      que albergaban al personal de la base, pero sólo murieron unos 170
      de sus 4.000 ocupantes, pues los refugios antiaéreos eran muy
      buenos. Aun así, dos ingenieros jefe murieron en el ataque.
      Algunas bombas arrojadas antes de que los objetivos estuvieran
      bien señalizados habían matado a unos 500 trabajadores forzados. A
      las 00:31 empezó a actuar la segunda oleada, que se centró en las
      fábricas, mientras que una tercera oleada se centró en las áreas
      de experimentación. La efectividad del bombardeo ha sido objeto de
      debate. Se especula sobre que pudo causar un retraso en las
      investigaciones de hasta dos meses.
    
En Berlín, Hans Jeschonnek, un alto oficial de la Luftwaffe,
      había ordenado a las defensas antiaéreas disparar contra 200 cazas
      alemanes creyendo que eran aviones aliados. Al enterarse del error
      se suicidó. Los nazis lo enterraron con todos los honores.
    
Churchill sorprendió al parlamento británico cuando anunció que
      había apelado a un tratado firmado con Portugal en 1373 para que
      el gobierno portugués autorizara a los aliados instalar bases
      navales y aéreas en las islas Azores. Obviamente, la razón por la
      que Oliveira Salazar había dado su consentimiento no era el
      tratado de 1373, sino simplemente que no podía rechazar la
      petición británica, tal y como andaban las cosas. A cambio, trató
      de conseguir que los británicos le suministraran armas para
      defenderse de un hipotético ataque alemán, así como la garantía de
      que la colonia de Timor Oriental, ocupada por los japoneses, sería
      devuelta a Portugal cuando acabara la guerra. El acuerdo permitía
      a los aliados extender el radio de acción de la aviación en la
      lucha contra los submarinos en el Atlántico y en la protección de
      los convoyes. De todos modos, los submarinos alemanes eran cada
      vez más difíciles de encontrar en el Atlántico, pero ese día la
      aviación británica encontró uno cerca de la costa senegalesa y lo
      hundió.
    
El 19 de agosto la aviación
      estadounidense junto con un dragaminas neozelandés hundieron un
      submarino japonés en el océano Índico.
    
El mariscal Hajime Sugiyama informó al emperador Hirohito
      de que el avance estadounidense en las islas Salomón no podía ser
      detenido. Hirohito estaba furioso: ¿Cuándo y dónde va a
        organizar un buen combate? ¿Y cuándo va a obtener una victoria
        decisiva? Mientras tanto, los medios de comunicación
      presentaban cada derrota al pueblo japonés como si se tratara de
      una gran victoria.
    
La cordillera de Bobdubi estaba ya sólidamente defendida por los
      australianos, que ya estaban preparando el paso siguiente en su
      avance hacia Salamaua.
    
En Lisboa Italia y los aliados iniciaron conversaciones secretas
      para tratar la posible rendición italiana. Tres generales
      italianos habían sido enviados independientemente a tal efecto, y
      lo primero que hicieron fue discutir entre ellos para decidir
      quién estaba al mando. Al final se decidió que el general Giuseppe
        Castellano dirigiría las negociaciones.
    
Franklin D. Roosevelt y Winston Churchill firmaron el Acuerdo
        de Quebec, un tratado secreto que estipulaba que los Estados
      Unidos y Gran Bretaña unificarían sus proyectos respectivos para
      la producción de armas nucleares, que ninguno de los dos países
      las emplearía contra el otro, ni contra terceros países sin el
      consentimiento mutuo, así como que ninguno de los dos países
      suministraría información sobre armas nucleares a terceros países
      sin consentimiento mutuo. Por último, el acuerdo señalaba que,
      dado que los Estados Unidos estaban asumiendo la mayor parte de
      los costes de la investigación sobre la energía atómica, el
      Presidente podría limitar los usos comerciales o industriales de
      ésta por parte de Gran Bretaña.
    
El 20 de agosto submarinos
      estadounidenses hundieron un barco de transporte de tropas (Seizan
        Maru) y dos cargueros japoneses (Fusei Maru y Steitai
        Maru) en el Pacífico. Un submarino neerlandés hundió un
      carguero más (Khosa Maru).
    
Japón y Tailandia firmaron un acuerdo por el que Japón transfería
      a Tailandia la administración de las provincias malayas de Kedah,
      Perlis, Kelantan y Terengganu, que Tailandia había cedido a Gran
      Bretaña en 1909.
    
La aviación británica hundió un submarino alemán en el océano
      Índico.
    
Un submarino soviético hundió un carguero búlgaro (Varna)
      en el mar Negro.
    
Los alemanes lograron encerrar partes de dos ejércitos
      soviéticos, incluyendo dos cuerpos de tanques, pero la bolsa
      formada era mucho más numerosa que las fuerzas alemanas, por lo
      que muchas unidades soviéticas lograron abrirse paso entre el
      cordón alemán, a costa de muchas bajas. Tras este fracaso, los
      soviéticos se concentraron en Járkov. Sin embargo, los alemanes,
      que vieron cómo los tanques soviéticos se iban agrupando, enviaron
      a la aviación, que lanzó sobre ellos bombas de dos toneladas,
      diseñadas para atacar buques acorazados. Los soviéticos entonces
      dispersaron sus tanques y lanzaron igualmente un ataque masivo sin
      importarles las numerosas bajas que la artillería alemana pudiera
      causar en ellos. La respuesta alemana fue efectiva, pero al precio
      de agotar prácticamente las escasas reservas que les quedaban,
      tanto de municiones como de personal. Apenas disponían de 4.000
      soldados de infantería, aproximadamente uno por cada 10 metros de
      frente.
    
Los judíos de Białystok lograron ofrecer cierta resistencia a los
      alemanes, pero ésta cesó en cuanto un tanque entró en el gueto y
      los alemanes empezaron a provocar incendios. Los líderes de la
      revuelta se suicidaron en sus trincheras en cuanto se quedaron sin
      municiones.
    
Ese día fue ejecutada en Berlín Rita Arnould, por su colaboración
      con la Orquesta Roja. 
    
Aviones estadounidenses y australianos bombardearon por tercera
      vez los aeropuertos japoneses en Nueva Guinea, y el 21 de agosto lo hicieron por cuarta y última
      vez. El balance total fue de cerca de 100 aviones destruidos, la
      mayoría en tierra, de un total de 130. En su avance hacia
      Salamaua, los australianos cruzaron el río Francisco. 
    
Ante la persistencia de los ataques soviéticos, Manstein autorizó
      la retirada de Járkov, sin tener en cuenta la insistencia de
      Hitler de que la ciudad debía ser defendida hasta el final.
    
El 22 de agosto los alemanes empezaron
      a salir de Járkov, mientras los soviéticos los atacaban desde tres
      lados distintos, luchando por mantener abierta su vía de escape.
      La aviación soviética ametrallaba las columnas alemanas que salían
      de la ciudad. Antes de abandonarla, se preocuparon de destruirla
      por completo, volando arsenales e incendiando edificios.
    
El 23 de agosto un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Ataka Maru) ante
      la costa de Japón.
    
 Los soviéticos entraron en Járkov. Terminó así la
      ofensiva soviética en el saliente de Kursk, con un balance
      (referido únicamente al último mes) de 71.000 muertos, 184.000
      heridos y 1.800 tanques destruidos. Las bajas alemanas, sin ser
      desproporcionadas como las soviéticas, también fueron grandes:
      casi 9.000 muertos, más de 16.000 heridos y 240 tanques perdidos.
Los soviéticos entraron en Járkov. Terminó así la
      ofensiva soviética en el saliente de Kursk, con un balance
      (referido únicamente al último mes) de 71.000 muertos, 184.000
      heridos y 1.800 tanques destruidos. Las bajas alemanas, sin ser
      desproporcionadas como las soviéticas, también fueron grandes:
      casi 9.000 muertos, más de 16.000 heridos y 240 tanques perdidos.
    
Las SS arrestaron a Karl-Otto Koch (entonces al frente del campo
      de exterminio de Majdanek) y a su esposa Ilse, la bruja de
      Buchenwald, que seguía en dicho campo. Los cargos contra ellos
      fueron de desfalco y de haber asesinado a prisioneros para
      encubrir sus delitos. La crueldad con la que habían tratado a los
      prisioneros bajo su custodia no interesó mucho a las autoridades.
      Ilse Koch había ordenado el asesinato de varios prisioneros para
      que fueran despellejados para conservar sus tatuajes, al parecer
      para ayudar al doctor Erich Wagner con su tesis sobre
      "tatuaje y criminalidad". Se decía que se había hecho una lámpara
      con la piel de los prisioneros, aunque ésta nunca fue hallada.
    
Los estadounidenses habían ido ocupando paulatinamente toda el
      área alrededor de Bairoko y, finalmente, tras dos semanas de duros
      combates, el 24 de agosto entraron en
      el puerto abandonado por los japoneses.
    
El tren con los niños de Białystok llegó a Theresienstadt y las
      acompañantes (excepto una muy joven que pudo hacerse pasar por una
      niña) fueron alojadas en otro tren hacia Auschwitz, donde una
      veintena fue seleccionada para trabajos forzados y las demás
      fueron gaseadas. Del tren, los niños fueron llevados a una sala
      para ducharse y desinfectarse, pero entre los mayores cundió el
      pánico y empezaron a gritar: ¡Gas, gas, gas! El personal
      que los atendía (que eran prisioneros del campo) tenía prohibido
      hablar con los niños, pero pudieron asegurarles que allí no había
      cámaras de gas, y se tranquilizaron cuando vieron que de las
      duchas salía agua. Luego fueron alojados en un campamento separado
      por una alambrada del resto de los prisioneros. Allí fueron
      relativamente bien tratados, con más comida de lo que era
      habitual, e incluso se permitió a 53 prisioneros checos
      voluntarios, que eran médicos y enfermeras, que accedieran hasta
      ellos para atenderlos (entre ellos estaba Ottla Kafka, la
      hermana menor del escritor, que tenía entonces 51 años).
    
Hitler nombró a Himmler ministro del Interior.
    
Los submarinos alemanes en el Atlántico estaban muy pacíficos
      últimamente y costaban de encontrar, pero ese día la aviación
      británica encontró y hundió uno, y la estadounidense otro.
    
Ese día terminó la Conferencia de Quebec. Los aliados habían
      empezado a discutir los planes para una invasión de Francia (Operación
        Overlord), aunque no descartaban la posibilidad de invadir
      Noruega y Finlandia (Operación Júpiter), si las defensas de
      la costa francesa resultaban ser excesivas. En el Mediterráneo se
      acordó la invasión inmediata de la Italia continental tras la
      reciente caída de Sicilia. El objetivo prioritario a medio plazo
      era sacar a Italia de la guerra. En los Balcanes se acordó seguir
      limitándose a proporcionar recursos a las guerrillas, mientras que
      en la lucha contra Japón se acordó intensificarla para agotar
      cuanto antes los recursos del enemigo. También se condenaron las
      atrocidades cometidas por los alemanes en Polonia.
    
Al sargento canadien Émile Couture (que tenía entonces 25
      años) se le encargó limpiar las salas donde habían tenido lugar
      las reuniones de la Conferencia de Quebec, y en una de ellas
      encontró una cartera de cuero en la que se leía en letras doradas:
      Churchill-Roosevelt, Conferencia de Quebec, 1943. Decidió
      quedársela como recuerdo, pero por la noche descubrió que en su
      interior había documentos que contenían planes casi completos para
      la Operación Overlord (la invasión de Francia). Consciente
      de la importancia de esos papeles, aplicó un protocolo de alta
      seguridad: ocultó la cartera debajo de su colchón, y la devolvió a
      la mañana siguiente.
    
El 25 de agosto un destructor
      estadounidense hundió un submarino japonés en el mar del Coral.
    
Witold Pilecki, el soldado polaco que se había infiltrado en
      Auschwitz, llegó a Varsovia, donde a través de la resistencia
      polaca envió un informe detallado a Londres de lo que había visto
      allí. Conocedor de primera mano del infierno que se vivía en el
      campo de exterminio, instó a la resistencia polaca a actuar
      inmediatamente para liberar a sus prisioneros, pero, después de
      perder a varios agentes en labores de reconocimiento de los
      alrededores del campo, se determinó que era imposible hacer nada
      sin la ayuda aliada.
    
Una nueva división de infantería alemana entró en Italia
      procedente de Dinamarca y se instaló en Friuli. Ya habían entrado
      más tropas alemanas en Italia que las que Hitler había negado a
      Mussolini en su última entrevista.
    
Destructores británicos encontraron un submarino alemán en el
      Atlántico y lo hundieron con cargas de profundidad.
    
Tras los últimos avances del ejército soviético, el frente
      oriental se había situado en una zona que los alemanes
      difícilmente podían mantener con sus fuerzas cada vez más
      desgastadas. Más hacia el oeste corría el Dniéper, donde a los
      alemanes les resultaría más fácil contener un posible ataque
      soviético. Ante esta tesitura, el Alto Mando soviético se planteó
      dos posibilidades: El mariscal Zhúkov proponía tomarse un tiempo
      para reagrupar fuerzas, encontrar uno o dos puntos débiles en el
      frente por los que penetrarlo profundamente, rodear las defensas
      alemanas para cortar los suministros a su vanguardia y así
      capturar fácilmente una gran extensión de territorio y un gran
      número de soldados enemigos. La segunda opción —para no dar tiempo
      a los alemanes a arrasar el territorio que sabían que no tardarían
      en tener que desalojar— era no esperar ni examinar el frente, sino
      atacar en todo él inmediatamente para forzar una retirada masiva,
      por lo menos hasta el Dniéper. Esta segunda opción produciría
      muchas más bajas en el Ejército Rojo, por lo que, lógicamente, era
      la preferida de Stalin, y así se hizo. El 26
        de agosto los soviéticos atacaron simultáneamente en un
      frente de 1.400 km que se extendía desde Smolensk hasta el mar de
      Azov. Los ejércitos involucrados sumaban 2.650.000 hombres, con
      2.400 tanques y 2.800 aviones. La Wehrmacht empezó a
      retroceder hacia el Dniéper tratando de retrasar al máximo el
      avance soviético.
    
Un submarino italiano hundió otro soviético en el mar Negro.
    
Un submarino alemán hundió dos cargueros estadounidenses (John
        Bell y Richard Henderson) y otro noruego (Christian
        Michelsen) de un convoy aliado en el Mediterráneo.
    
El 27 de agosto submarinos
      estadounidenses hundieron tres cargueros japoneses (Taifuku
        Maru, Meizan Maru y Tokai Maru) en el Pacífico.
    
Entre las islas de Nueva Georgia y Kolombangara se encuentra la
      isla de Arundel, todavía ocupada por los japoneses y donde
      los estadounidenses desembarcaron ese día.
    
La víspera del día que la Gestapo tenía previsto liberar
      a Mussolini de su cautiverio en La Maddalena, un hidroavión de la
      Cruz Roja lo sacó de la isla y lo llevó a Campo Imperatore,
      un hermoso parque de montaña situado en una meseta de los
      Apeninos, a la misma altura que Roma en la península italiana,
      pero más cerca del mar Adriático. Mussolini se cortó las venas,
      pero sólo se provocó heridas superficiales que fueron rápidamente
      controladas.
    
El general Castellano había regresado a Roma tras sus
      conversaciones con los aliados en Lisboa e informó de que los
      aliados pedían que se llevara a cabo una reunión en Sicilia. Para
      asegurar al máximo el secreto de las comunicaciones con los
      aliados, los italianos liberaron discretamente a un prisionero
      británico para que ejerciera de intermediario.
    
Submarinos británicos hundieron dos cargueros italianos (Città
        di Spezia y Rastrello) en el Mediterráneo.
    
Albert Lebrun, el destituido presidente de la República Francesa,
      seguía en Vizille. Los italianos habían dejado de custodiarlo y le
      habían aconsejado que huyera antes de que llegaran los alemanes.
      La resistencia francesa se había ofrecido a llevarlo a Argelia,
      pero el se negó, y finalmente los alemanes lo arrestaron y lo
      llevaron al castillo de Itter, en Austria, donde se reunió con
      varios políticos franceses, pero sólo estuvo unos meses, porque su
      salud empeoró y fue devuelto a Francia.
    
Joseph Darnand había ingresado en las SS, donde recibió el grado
      de teniente y juró lealtad a Hitler en la embajada alemana en
      París.
    
La aviación estadounidense encontró y hundió otro submarino
      alemán en el Atlántico.
    
Ese día se estrenó Alerta en el Rin, protagonizada por
      Bette Davis y el actor húngaro Pál Lukács, que había
      simplificado su nombre hasta Paul Lukas hacía unos 15
      años, cuando se estableció en los Estados Unidos. Había empezado
      como actor en la época del cine mudo, pero éste fue su primer
      papel de éxito.
    
El 28 de agosto un submarino alemán
      hundió un carguero soviético (Dikson) en el océano Glacial
      Ártico y otro fue hundido en la misma zona por un submarino
      soviético.
    
Ese día murió el zar Boris III de Bulgaria. Desde hacía cinco
      días, nueve días después de su viaje a Alemania para entrevistarse
      con Hitler, había empezado a padecer vómitos violentos, por lo que
      no tardó en plantearse la sospecha de que el zar podría haber sido
      envenenado, si bien nunca pudo probarse nada. La autopsia oficial
      indicó que el monarca padecía una trombosis coronaria, neumonía,
      edema pulmonar y edema cerebral, pero que había muerto de un
      ataque cardiaco, mucha enfermedad para alguien que hasta hacía
      unos días se mostraba perfectamente sano. Fue sucedido por su hijo
      de seis años, el zar Simeón II de Bulgaria, bajo la
      regencia de su tío, el príncipe Cirilo, el primer ministro
      Bogdan Filov y el ministro de defensa, el general Nikola
        Mikhov. 
    
Dinamarca había sido para Hitler un protectorado modelo, pero los
      reveses que estaba sufriendo en la guerra habían alentado a sus
      "protegidos" a declarar huelgas y causar disturbios en diversas
      ciudades. El gobierno danés se negaba a resolver los conflictos al
      estilo nazi, hasta que finalmente recibió un ultimátum que incluía
      estas demandas: Prohibición de las reuniones públicas,
      ilegalización las huelgas, declaración de un toque de queda,
      introducción de la censura bajo control alemán, creación de
      tribunales militares especiales y pena de muerte para los
      saboteadores. Además, la ciudad de Odense debía pagar una
      elevada multa por la muerte de un soldado alemán. Entre tanto, los
      alemanes tomaron algunos rehenes daneses por seguridad. El
      gobierno danés se negó a aceptar tales condiciones por lo que el
      general Hermann von Hanneken declaró la ley marcial. A las
      4:00 del 29 de agosto cada cuartel del
      ejército danés fue asaltada por sorpresa por soldados alemanes. La
      resistencia fue esporádica. En el cuartel de Næstved
      murieron dos soldados daneses, mientras que en una escuela militar
      de Copenhague murieron tres soldados alemanes. En el palacio
        de Sorgenfri, donde se encontraba la familia real, siete
      soldados alemanes murieron en una escaramuza, pero finalmente el
      rey Cristian X fue puesto bajo arresto, al igual que el primer
      ministro Erik Scavenius.
    
La Armada tenía órdenes desde 1041 de hundir los barcos en caso
      de que los alemanes quisieran apoderarse de ellos. A las 4:08
      llegó el aviso de que los alemanes se dirigían hacia las bases
      navales y a las 4:13 se produjo la primera explosión de las muchas
      con que los barcos de la frota danesa empezaron a ser hundidos. De
      los 52 buques de la flota danesa, 2 estaban en Groenlandia, 32
      fueron hundidos, 4 pudieron huir hasta Suecia y 14 fueron
      capturados por los alemanes. Murieron 9 marinos daneses y 10
      resultaron heridos.
    
En total unos 4.600 daneses fueron arrestados, unos 25 murieron y
      unos 50 resultaron heridos.
    
El 30 de agosto un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Taibun Maru) en
      el Pacífico.
    
Un submarino soviético hundió un carguero alemán (Thisbé)
      en el mar Negro, cerca de Estambul.
    
Patton se había entrevistado con los dos soldados a los que había
      abofeteado en sus visitas a los hospitales y les había pedido
      disculpas, o algo parecido (en su diario anotó que detestaba
      disculparse y volvió a argumentar que los soldados se merecían las
      reprimendas). El Séptimo Ejército que había dirigido Patton iba a
      dividirse: una parte se quedaría en Sicilia como guarnición, y
      otra parte se uniría al Quinto Ejército. En los últimos días
      Patton se había despedido individualmente de cada una de las
      divisiones que había dirigido con un discurso de 15 minutos en el
      que, en la parte final, se disculpaba por cualquier momento en el
      que hubiera sido demasiado duro con sus hombres, aludiendo
      vagamente a los dos incidentes. Cuando se acercó a esta parte
      final ante la tercera división de infantería, los soldados, que ya
      sabían lo que iba a decir, empezaron a cantar No, general, no,
        no... para que no tuviera que disculparse, y Patton se
      emocionó visiblemente. Eisenhower afirmó al general George
      Marshall que estaba convencido de que Patton refrenaría en el
      futuro su carácter porque su ansia de ser reconocido como un gran
      comandante militar suprimiría implacablemente cualquier rasgo que
      pudiera arriesgarlo. 
    
Barcos británicos encontraron otro submarino alemán cerca de las
      Azores y lo hundieron con cargas de profundidad.
    
El 31 de agosto un submarino
      estadounidense hundió dos cargueros japoneses (Kokko Maru y
      Shoto Maru) en el Pacífico. Un submarino japonés dañó un
      petrolero estadounidense (W.S. Rheem), que tuvo que ser
      hundido unos días más tarde.
    
El general Castellano llegó a Sicilia en avión y luego se
      trasladó en coche hasta Cassibile, donde se reunió con
      representantes de los aliados para negociar la rendición de
      Italia. Castellano exigía que los aliados se comprometieran a
      defender a Italia de la previsible reacción alemana, pero las
      garantías que le daban a ese respecto eran vagas. Además, los
      aliados no harían nada hasta que el acuerdo no estuviera firmado.
    
La aviación aliada bombardeó Pisa.
    
Un submarino británico hundió un petrolero italiano (Flegetone) en el Mediterráneo.
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