ANTON VAN LEEUWENHOEK, EL PRIMER CAZADOR DE MICROBIOS 
Con frecuencia la Ciencia y la Técnica van de la mano, casi todos los avances científicos han sido el resultado de nuevos avances técnicos, esto es particularmente ilustrativo en lo referente al conocimiento de la célula. 
A la teoría celular se llegó gracias a una serie de descubrimientos científicos que estuvieron ligados a la mejora de la calidad de los microscopios. Uno de los pioneros en el estudio del mundo microscópico fue Anton van Leeuwenhoek.
Anton van Leeuwenhoek (1632-1723), comerciante de telas holandés, careció casi por completo de formación científica, pero estaba dotado de una gran curiosidad, paciencia y habilidad. Fue contemporáneo de Robert Hooke, descubridor de la célula.
Construyó como entretenimiento diminutas lentes biconvexas montadas sobre placas metálicas, que se sostenían muy cerca del ojo. A través de ellas podía observar objetos, que montaba sobre la cabeza de un alfiler, ampliándolos hasta trescientas veces.

Durante años y años se dedicó a examinar con sus microscopios todo lo que tenía a su alcance. Fue el primero que observó seres microscópicos vivos.
 


 
Descubrió, lo que él llamaría “animáculos”, y que en la actualidad se conocen como protozoos y bacterias. 
 

Se enfrentó a la teoría, por aquel entonces en vigor, de la generación espontánea demostrando que  gorgojos, pulgas y mejillones se desarrollaban a partir de huevos diminutos. 

Pionero en el descubrimiento de los glóbulos rojos, los espermatozoides, las bacterias y los ciclos vitales de los insectos.

También confirmó y desarrolló el descubrimiento de la red de capilares del italiano Marcello Malpighi. 


 
Durante varias décadas fue comunicando sus descubrimientos a la Royal Society de Londres a través de cartas con dibujos describiendo todas sus observaciones.
 
Con todo, Leeuwenhoek mantuvo en secreto el arte de construir sus lentes, y hasta que no se pudo disponer de buenos microscopios ópticos a principios del siglo XIX no se desarrolló la teoría celular cuyos principios fueron propuestos por M. Schleiden (1838)  y T. Schwan (1839)

 
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