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| Estos,
pues, dos babilonios vecinos nacieron mucho, y tanto, que una pared de oídos no muy agudos |
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| en los
años de su infancia oyó a las cunas los tumbos, a los niños los gorjeos y a las amas los arrullos. |
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| Oyólos
y aquellos días tan bien la audiencia le supo, que años después se hizo rajas en servicio suyo. |
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| En el
ínterin nos digan los mal formados rasguños de los pinceles de un ganso sus dos hermosos dibujos: |
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