![]() |
![]() |
2 |
![]() |
más
de tres días. Porque ya su penitencia, y su falta (aunque comiín norma sea
—así
siempre lo he oído— que ejemplarmente
castiguen
a los más destacados) no es de las peores:
¿Acaso merece advertencia privada? ¿Le llamaréis?
Pregúntase
mi alma, Othello amado,
qué podría haber que vos me pidierais, y os lo negara yo, o, como vos, vacilara. ¡ Se trata de Michael Cassio! Mirad, señor, que era él quien a cortejarme
os acompañaba, alabándoos frente a
mis reparos
si yo los hacía; y vos, ¡
tan
grande esfuerzo empleáis para perdonarle! ¡ Creedme!
Sería
yo capaz...
No he de negaros nada.
¿Sería
hacer que os recordase que olvidasteis poneros guantes?
¿O que os alimentarais o que usarais ropa de abrigo? ¿Lo sería si os recomendara hacer lo que sólo a vos beneficie?
¡ No, mi señor!
Pusiera a prueba vuestro amor, ya encontraríais causa
de mayor altura, de gran
dificultad y peso,
y que fuera arriesgado conceder.
Sólo os pido una cosa, ¡ concedédmela!
Necesito estar a solas conmigo mismo.
DESDÉMONA. ¿Cómo podría oponerme? Adiós, mi señor.
OTHELLO.
Adiós, Desdémona. Nos veremos de inmediato. DESDÉMONA. ¡ Vamos, Emilia! Haced como os diga el corazón,
que yo obedeceré en cualquier circunstancia.
Salen Desdémona y Emilia.
¡ Pero te amo! ¡ Confúndanse los cielos
si dejo de quererte!
|
70
|
80
90
|
![]() |
![]() |
2 |
![]() |