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si era el motivo tu seguridad.
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LEAR.
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¡Fuera de aquí!
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KENT.
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Agudizad vuestra mirada, Lear, y dejadme que sea
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el verdadero blanco en vuestros ojos.
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LEAR.
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¡ Por Apolo!
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KENT.
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Por Apolo, Rey,
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en vano
invocas
a tus dioses.
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LEAR.
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¡ Villano, renegado!
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ALBANY
y
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CoRNWALL.
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Conteneos,
Señor.
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KENT.
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Mata a quienes te curan, y a la
podrida enfermedad
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paga tributo. Retráctate en tu decisión,
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si no, mientras haya un clamor en mi garganta
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dirá que haces mal.
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LEAR.
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¡ Escucha, renegado,
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por la obediencia que me debes, escúchame!
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Has intentado que rompiésemos un juramento
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algo que Nos jamás hubiésemos osado,
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y tu exceso de orgullo te lleva a interponerte
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entre nuestras sentencias y nuestro poder,
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lo que ni rango ni naturaleza pueden tolerar;
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y en ejercicio de la autoridad toma tu premio:
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te concedemos cinco días para prepararte
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contra las inclemencias de este mundo,
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y cuando llegue el sexto vuelve tu odiada espalda a nuestro
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(reino.
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Si luego de diez días, en nuestro territorio se encontrase
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tu cuerpo desterrado, en ese instante morirás.
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¡ Márchate ya, por Júpiter! Esto no, nunca se revocará.
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KENT.
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Buena suerte, mi rey, si así quieres mostrarte;
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la libertad vive fuera y el destierro aquí.
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