1

97
este honorable tribunal, que echó a patadas al pobre rey, su padre.
BUFÓN.
Acercaós, señora. ¿Es vuestro nombre Gonerili?
LEAR.
No puede negarlo.
BuFÓN.
Perdonad, os confundí con un asiento.
LEAR.
He aquí otra, cuyos perversos ojos nos proclaman
de qué materia es su corazón. ¡ Detenedia! ¡ Hierro y fuego! ¡ A las armas! ¡ Ah, también corrupción! Falso juez, por qué la dejas escapar?
EDGAR.
¡ Benditos sean tus cinco sentidos!
KENT.
¡ Tened piedad, Señor! ¿Dónde está ahora la paciencia
de la que tanto presumíais?
EDGAR.
Tanto sufren mis lágrimas por él
[Aparte.] que arruinan mi disfraz.
LEAR.
Hasta los mismos perros,
Tray, Blanch y Sweetheart, vedio, me ladran.
EDGAR.
Tom les embestirá. ¡ Atrás perros!
Sea su boca blanca o negra diente que muerde envenena, mastín, braguete, bastardo, dogo, español, lebrel, galgo, rabilargo o rabicorto gemirán de cualquier modo pues si embisto de cabeza todos huyen como bestias.
¡ Do, de, de, de. Sese! ¡ Adelante! ¡ A fiestas, ferias y mercados! Tom Pobre, tu cuerno está vacío.
LEAR.
¡ Que se despedace a Regan, para que veamos qué es lo que
alimenta su corazón! ¿Qué hay en la naturaleza que así endurece ese corazón? Vos, sire, os tomo como uno de mis cien caballeros; si bien no me complace de qué guisa vais. Vos diréis que es persa; sin embargo, cambiáosla.

Entra Gloucester.
KENT.
Mi buen Señor, yaced aquí y descansad un poco.
LEÁR.
¡ Silencio! ¡ No hagáis ruido! ¡ Corred las cortinas: así,
eso! Cenaremos por la mañana.

1