este honorable tribunal, que echó a patadas al pobre rey, su padre.
BUFÓN.
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Acercaós, señora. ¿Es vuestro nombre Gonerili?
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BuFÓN.
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Perdonad, os confundí con un asiento.
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LEAR.
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He aquí otra, cuyos perversos ojos nos proclaman
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de qué materia es su corazón. ¡ Detenedia! ¡ Hierro y fuego! ¡ A las armas! ¡ Ah, también corrupción! Falso juez, por qué la dejas escapar?
EDGAR.
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¡ Benditos sean tus cinco sentidos!
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KENT.
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¡ Tened piedad, Señor! ¿Dónde está ahora la paciencia
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de la que tanto presumíais?
EDGAR.
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Tanto sufren mis lágrimas por él
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[Aparte.]
que arruinan mi disfraz.
LEAR.
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Hasta los mismos perros,
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Tray, Blanch y Sweetheart, vedio, me ladran.
EDGAR.
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Tom les embestirá. ¡ Atrás perros!
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Sea su boca blanca o negra diente que muerde envenena, mastín, braguete, bastardo, dogo, español, lebrel, galgo, rabilargo o rabicorto gemirán de cualquier modo pues si embisto de cabeza todos huyen como bestias.
¡ Do, de, de, de. Sese! ¡ Adelante! ¡ A fiestas, ferias y mercados! Tom Pobre, tu cuerno está vacío.
LEAR.
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¡ Que se despedace a Regan, para que veamos qué es lo que
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alimenta su corazón! ¿Qué hay en la naturaleza que así endurece ese corazón? Vos, sire, os tomo como uno de mis cien caballeros; si bien no me complace de qué guisa vais. Vos diréis que es persa; sin embargo, cambiáosla.
Entra Gloucester.
KENT.
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Mi buen Señor, yaced aquí y descansad un poco.
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LEÁR.
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¡ Silencio! ¡ No hagáis ruido! ¡ Corred las cortinas: así,
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eso! Cenaremos por la mañana.
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