2

98
Bui~óN.
Sí. Y yo me acostaré a mediodía.
GLOUCESTER. Acercaos, amigo. ¿Dónde está el rey, mi dueño?
Ki~Nr.
Aquí, señor. Mas no le molestéis; le ha abandonado el
[juicio.
GLOUCESTER.
Amigo, yo os lo ruego, tomadio en vuestros brazos.
He oído que hay un complot de muerte contra él. Hay preparada una litera; colocadie en ella, y dirigíos a Dover, amigo, donde encontraréis asilo y protección. Tomad a vuestro dueño. Si tardáis media hora, vuestra vida, la suya y la de todo aquél que piensa en defenderle están perdidas ciertamente. Tomadie, y seguidme, que yo os conduciré, pronto, a un lugar para aprovisionaros.
KENT.
Oprimida la naturaleza duerme.
Este reposo podría servir de bálsamo para los nervios rotos que, si no se presentan mejores circunstancias, tendrán difícil cura. Ven, ayúdame
a llevar a tu amo. No te quedes atrás. GLOUCESTER. ¡ Vamos, en marcha!
Salen [Kent, Gloucester, y el bufón].

EDGAR.
Cuando vemos a nuestros superiores llevar nuestro dolor.
apenas si pensamos que nuestras miserias sean nuestros
[enemigos.
Quien sufre solo, sufre más en la mente renunciando a libertad y a imágenes felices; pero la mente descuida un sufrimiento tal
cuando la pena tiene compañeros, y el sufrimiento, com[pañía.
¡ Qué ligero y soportable mi dolor parece ahora, cuando lo que a mí me doblega hace al rey inclinarse! ¡Tuvo hijos como yo tuve padre! ¡Fuera, Tom!. Atención a los ruidos, y quítate el disfraz cuando los falsos juicios que te ensucian con pensamiento
[errado

2