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Marino joven, las cerúleas sienes
del más tierno coral ciñe Palemo,
rico de cuantos la agua engendra bienes,
del faro odioso al promontorio extremo;
mas en la gracia igual, si en los desdenes
perdonado algo más que Polifemo,
de la que, aún no lo oyó y, calzada plumas,
tantas flores pisó como él espumas.
De púrpura y de nieve
florida la cabeza coronado,
a dulces pasos mueve,
sin honda ni cayado,
el Buen Pastor en ti su hato amado.                 (Fray Luis de León)

Comentarios:

Si Glauco era un pretendiente guapo, Palemo es un pretendiente feo, pero rico y entregado a los lujos:

Marino joven, las cerúleas sienes
del más tierno coral ciñe Palemo,
El vocabulario es culto y de lo más refinado. Aunque no lo parezca, "joven" era una de esas palabras exóticas que a Góngora le gustaba importar del latín, igual de exótica que "cerúleo". El caso es que una cuajó y la otra no. Igual que en la estrofa V el cultismo "caliginoso" sugería oscuridad, aquí los cultismos sugieren pedantería y afectación. La riqueza de Palemo también es descrita con cierta retórica afectada, parece que estemos oyendo al propio Palemo jactarse de su dinero:
rico de cuantos la agua engendra bienes,
del faro odioso al promontorio extremo;
Pero a Galatea le impresiona tan poco el dinero de Palemo como la sensualidad de Glauco. Los dos últimos versos combinan elegantemente expresiones poéticas con un fino humor:
mas en la gracia igual, si en los desdenes
perdonado algo más que Polifemo,
de la que, aún no lo oyó y, calzada plumas,
tantas flores pisó como él espumas.
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