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La ninfa, pues, la sonorosa plata
bullir sintió del arroyuelo apenas,
cuando, a los verdes márgenes ingrata,
segur se hizo de sus azucenas.
Huyera, mas tan frío se desata
un temor perezoso por sus venas,
que a la precisa fuga, al presto vuelo,
grillos de nieve fue, plumas de hielo.

Comentarios:

Los cuatro primeros versos describen magníficamente el sobresalto de la ninfa al creerse descubierta. Observemos el rápido verso:

segur se hizo de sus azucenas.
donde las sílabas entre los dos acentos extremos pasan a la carrera. Los cuatro últimos versos captan minuciosamente la mente de Galatea:
Huyera, mas tan frío se desata
un temor perezoso por sus venas,
que a la precisa fuga, al presto vuelo,
grillos de nieve fue, plumas de hielo.
Al levantarse no ve a nadie, y esto la asusta y la paraliza de temor. Se siente helada. Tendría que darse a la fuga (una fuga precisa, necesaria), pero el temor es como unos grillos para sus piernas; tendría que echar a volar, pero el temor es como unas plumas heladas, con las que no se puede volar. Notemos además que "nieve" y "hielo" describen los pies helados (paralizados) de Galatea a la vez que su blancura. Si miramos los pies de Galatea, no vemos sino el color blanco de su piel. Es como si Galatea tuviera unos grillos de nieve o unas plumas de hielo que no se ven porque no de distinguen del blanco de su piel.

El hecho de que un mero soplo de viento pueda poner a Galatea en este lamentable estado es una muestra del drama que vive la ninfa.

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