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ESTROFA LXII | SIGUIENTE |
Con vïolencia desgajó, infinita, la mayor punta de la excelsa roca, que al joven sobre quien la precipita urna es mucha, pirámide no poca. Con lágrimas la ninfa solicita las deidades del mar, que Acis invoca; concurren todas y el peñasco duro la sangre que exprimió, cristal fue puro. |
Los primeros versos describen magníficamente la furia del cíclope:
Con violencia desgajó, infinita,Polifemo lanza la roca, pero notemos que no se incide directamente sobre las consecuencias:
la mayor punta de la excelsa roca,
que al joven sobre quien la precipitaSe dice, ciertamente, que la roca alcanza a Acis, pero sólo se alude indirectamente a la muerte, a través de las palabras urna y pirámide. ¿Ha muerto Acis? Queda un vacío. Acis debería estar muerto, pero queda espacio para un milagro, para las súplicas de la pareja:
urna es mucha, pirámide no poca.
Con lágrimas la ninfa solicitaSe entiene que Acis invocaba a las deidades antes de que la roca lo aplastara. El presente se justifica por la rapidez con que ocurren los hechos. (Cf. la estrofa siguiente.)
las deidades del mar, que Acis invoca;
Es ahora cuando encontramos una cruda descripción del efecto de la roca, respaldado por el previsible hipérbaton:
concurren todas y el peñasco duroPuede resultar extraño que Acis acabe transformado en río, pero así acaba la fábula clásica. En el relato de Ovidio Galatea dice:
la sangre que exprimió, cristal fue puro.
at nos, quod fieri solum per fata licebat,(... pero nosotros hicimos cuanto los hados permitieron que se hiciera para que Acis recibiera la fuerza de sus abuelos ...)
fecimus, ut uires adsumeret Acis auitas, Metam. 13.885-13.886.
Así pues, la transformación de Acis en río fue todo lo que las
deidades pudieron hacer por el joven: transformar en agua clara
lo que era sangre.