ANTERIOR |
251 - 258 | SIGUIENTE |
Negras
pizarras entre blancos dedos ingenïosa hiere otra, que dudo que aun los peñascos la escucharan quedos. Al son, pues, deste rudo, sonoroso instrumento, |
255 |
lasciva el
movimiento, mas los ojos honesta, altera otra bailando la floresta. |