ANTERIOR
447 - 465 SIGUIENTE

El promontorio que Éolo sus rocas
candados hizo de otras nuevas grutas
para el Austro, de alas nunca enjutas,
para el Cierzo, espirante por cien bocas
450
doblaste alegre y tu obstinada entena
cabo lo hizo de esperanza buena.
Tantos luego astronómicos presagios
frustrados, tanta náutica doctrina,
debajo aun de la zona más vecina
455
al Sol calmas vencidas y naufragios,
los reinos de la Aurora al fin besaste,
cuyos purpúreos senos perlas netas,
cuyas minas secretas
hoy te guardan su más precioso engaste.
460
La aromática selva penetraste
que al pájaro de Arabia, cuyo vuelo
arco alado es del cielo,
no corvo más tendido,
pira le erige y le construye nido.
465
Comentarios:

La Codicia sigue siendo el sujeto de todas las frases, pero ahora en segunda persona.

ANTERIOR
ÍNDICE
SIGUIENTE