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LA GUERRA ENTRE MÉXICO Y LOS ESTADOS UNIDOS II
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Manuel Oribe seguía manteniendo bajo asedio la capital uruguaya al frente de su propio gobierno. Fructuoso Rivera trató de llevar una campaña contra los partidarios de Oribe en el interior del país, pero en enero de 1847 fue derrotado en la batalla del Cerro de las Ánimas.

En Persia, el profeta Siyyid Alí Muhammad Shirazi, conocido como el Bab, estaba ganando cada vez más adeptos, pero, tras la muerte del gobernador de Isfahan, su principal protector, los clérigos de la provincia intrigaron ante el sha Mohammad Sha para que actuara contra él. El sha ordenó al Bab que se presentara en Teherán.

El coronel Kearny y el comodoro Stockton unieron sus fuerzas y se dispusieron a retomar Los Ángeles. El 8 de enero, mientras el ejército estadounidense cruzaba el río San Gabriel, fue atacado por el ejército del general Flores. Sin embargo, la artillería californiana no fue efectiva, por la mala calidad de su pólvora y la falta de municiones. Los estadounidenses cruzaron el río con sólo seis bajas y pusieron en fuga a Flores. El 9 de enero Flores sufrió una nueva derrota en La Mesa y abandonó California esa misma noche, tras transferir el mando a Andrés Pico. El 10 de enero los estadounidenses tomaron Los Ángeles y Archibald Gillespie pudo izar la misma bandera que el año anterior se había visto obligado a arriar.

Mientras tanto, el presidente Mexicano Valentín Gómez Farías estaba tratando de encontrar recursos para financiar la guerra, y el 11 de enero promulgó una ley de desamortización de bienes eclesiásticos que puso al clero en su contra.

La situación del proletariado británico que Marx y Engels denunciaban en sus escritos se extendía por Europa a medida que se extendía la revolución industrial. En Francia eran frecuentes las jornadas laborales de 14 horas diarias, con salarios miserables de 20 céntimos diarios y sin derecho a ninguna clase de vacaciones. Se calcula que en Francia había unos 250.000 mendigos y unos tres millones de personas inscritas en instituciones de beneficencia. Sin embargo, mientras en Gran Bretaña se estaban aprobando paulatinamente leyes de protección para los trabajadores (ese mismo año se aprobó una que limitaba la jornada laboral a 10 horas), en Francia había tan sólo una ley a ese respecto, que tenía ya seis años, y que prohibía trabajar a los niños menores de ocho años y trabajar de noche a los menores de trece, si bien rara vez se respetaba. Por otra parte la legislación francesa negaba a los obreros el derecho de huelga o de asociación, al contrario que la ley británica. Desde el año anterior Francia vivía una de las crisis económicas recurrentes del "capitalimo salvaje" de la época, agravada por la plaga que afectaba al cultivo de la patata y otros alimentos, que se estaba extendiendo desde Gran Bretaña por toda Europa. El 13 de enero se produjo una revuelta en Buzançais, donde un grupo de hambrientos se hizo con un cargamento de trigo. El gobierno del rey Luis Felipe I respondió con energía: veintiséis aldeanos fueron arrestados, de los cuales tres fueron guillotinados y el resto enviado a trabajos forzados.

Mientras tanto los disidentes de la Asociación por la derogación se reunieron en Dublín y formaron una nueva asociación a la que llamaron Confederación Irlandesa. Pronto llegó a reunir unos 10.000 miembros, pero casi todos pertenecían a las clases más humildes de la sociedad, hasta el punto de que la tarifa de inscripción se redujo a una aportación voluntaria, y los fundadores se comprometieron a sufragar los gastos de su propio bolsillo si fuera necesario. La clase media guardó las distancias y el clero mostró hostilidad hacia la Confederación.

Ese mismo día John C. Frémont y Andrés Pico firmaban el tratado de Cahuenga, por el que los californianos abandonaban sus armas y se comprometían a no volver a luchar contra los estadounidenses, así como a obedecer su legislación. A cambio se les reconocía los mismos derechos que a cualquier otro estadounidense. Los prisioneros de ambos bandos fueron liberados. Así terminaron las hostilidades en California. El 16 de enero Robert F. Stockton nombró a Frémont gobernador de California.

Kearny había dejado el ejército de Nuevo México bajo el mando del coronel Sterlin Price, el cual a su vez había nombrado gobernador a Charles Bent. Éste había tratado de convencer, primero a Price y luego a sus superiores, de la necesidad de obligar a los soldados a tratar con respeto a los mexicanos, pues de lo contrario vaticinaba una revuelta. Ya a finales del año anterior se había descubierto un proyecto de alzamiento que había tenido que ser postpuesto, pero el 19 de enero la revuelta estalló finalmente en Don Fernando de Taos, bajo la dirección del mexicano Pablo Montoya y del indio Tomás Romero. Los rebeldes acudieron a la casa del gobernador (que residía en Taos, a pesar de que su despacho como gobernador estaba en Santa Fe), tiraron la puerta abajo, dispararon flechas sobre él y le arrancaron la cabellera delante de su mujer y sus hijos. Seguidamente arrancaron también las cabelleras del Scheriff y otras autoridades. El 20 de enero unos quinientos hombres, entre mexicanos e indios, protagonizaron ataques similares en Arroyo Hondo y en Mora, en los que murieron unos quince estadounidenses, entre ellos un grupo de comerciantes que viajaban a Misuri.

Ese mismo día el parlamento venezolano reconoció a José Tadeo Monagas como presidente de la república, si bien la rebelión iniciada por Francisco José Rangel se había extendido por diversas provincias y contaba con varios cabecillas, como Ezequiel Zamora, los hermanos Manuel María y Juan Bautista Echendia, o Rafael Flores. Éste último no tardó en ser capturado y ejecutado.

Los estadounidenses reaccionaron con rapidez ante el alzamiento de Nuevo México. El coronel Price reclutó un ejército de unos 400 hombres y se dirigió hacia Taos. Por el camino, el 24 de enero, Price se encontró con unos 1.500 rebeldes en lo alto de una colina. A pesar de su mala posición atacó y los puso en fuga tras matar a treinta y seis de ellos en la batalla de La Cañada. (Su ejército contó sólo dos bajas.) Mientras tanto, un destacamento de 80 soldados trataba de capturar a unos 200 rebeldes que seguían en Mora. No lo consiguieron y, tras tres horas de escaramuzas por las calles del pueblo, tuvieron que retirarse, pero dejaron unos 25 muertos entre las filas enemigas, mientras que de los estadounidenses sólo murió el oficial al mando, el capitán Israel R. Hendley.

El comandante supremo del ejército de los Estados Unidos era a la sazón el general Winfield Scott. Sin embargo, el presidente Polk se había abstenido de hacerlo intervenir en la guerra contra México porque era un whig, y temía que se convirtiera para los whigs en lo que Andrew Jackson había sido para los demócratas o, más claramente, temía que los wighs pudieran elegirlo como candidato para las próximas elecciones presidenciales y privaran así a Polk de un segundo mandato. Por eso había enviado en su lugar a Taylor, que nunca había expresado sus opiniones políticas. (De hecho, nunca había participado en unas elecciones.) Cuando Polk se enteró de que Taylor había pactado una tregua de dos meses, se enfureció, pues los whigs tenían cada vez más poder político (en las elecciones del año anterior para la renovación de la cámara de representantes los whigs habían conseguido la mayoría), y estaban usando la guerra en su contra. Si la guerra no terminaba antes de las elecciones del año siguiente, las posibilidades de Polk para la reelección serían muy escasas. Para colmo, los whigs estaban empezando a plantearse el elegir a Taylor como su próximo candidato para la presidencia. Ante esta situación, Polk consideró preferible enviar a Scott para reducir la popularidad que estaba adquiriendo Tayor. Scott consideraba que para derrotar a México era necesario ocupar su capital, y que sería difícil llegar a ella desde Monterrey, que dista 1.300 km de la Ciudad de México. Su propuesta era dirigirse por mar hasta Veracruz, que está a sólo 400 km de la capital, y desde allí avanzar hacia ésta. Polk había autorizado el plan y, más aún, había ordenado a Taylor que enviara el grueso de su ejército a Veracruz y permanecer en Monterrey a la defensiva. Así, su propósito de privar a Taylor de sus laureles se hizo evidente, y los whigs empezaron a presentar al general como un mártir.

Los mexicanos habían interceptado un mensaje de Scott a Taylor en el que le notificaba la orden de Polk de entregarle nueve mil de sus hombres, con lo que Santa Anna se enteró de que Taylor quedaría en Monterrey con menos de cinco mil soldados. El 28 de enero, mientras Scott se dirigía a Veracruz, Santa Anna partió hacia Monterrey con un ejército de quince mil hombres.

Ese mismo día dimitió el primer ministro español Francisco Javier de Istúriz. El general Francisco Serrano se había convertido en amante de la reina Isabel II y había influido sobre ella para que permitiera el regreso de algunos líderes liberales, los cuales finalmente se habían impuesto en el parlamento y habían provocado la caída de Istúriz, que fue sucedido por el marqués Carlos Martínez de Irujo, también moderado, pero que intentó llevar adelante una política conciliadora con los liberales.

Los rebeldes ahuyentados por Price en La Cañada habían acampado en el Paso del Embudo, un desfiladero por el que no podía llevarse la artillería o los carros, así que Price envió tres compañías a enfrentarse a ellos. La batalla del Paso del Embudo, librada el 29 de enero, fue un éxito total para los estadounidenses. Sus bajas fueron un muerto y un herido, mientras que los rebeldes contaron veinte muertos y sesenta heridos, y nuevamente tuvieron que retirarse, esta vez hasta Taos.

El 30 de enero la tuberculosis acabó con la vida de Virginia, la esposa de Edgar Allan Poe. El autor siguió al cortejo fúnebre envuelto en su vieja capa de cadete, que durante meses había sido el único abrigo de la cama de su esposa. Este suceso desestabilizó aún más al ya de por sí inestable Poe.

El 1 de febrero los estadounidenses regresaron a Mora, esta vez con doscientos hombres y dos obuses. Tras un breve enfrentamiento, los rebeldes huyeron a los montes, y los estadounidenses incendiaron la ciudad y los campos de trigo que la rodeaban en venganza por la muerte del capitán Hendley.

El 3 de febrero Price entró en Taos, y encontró a los rebeldes atrincherados en una ciudadela fortificada. Instaló la artillería e inició un asedio. Al tercer día los rebeldes estaban acorralados en una iglesia. Price hizo un agujero en la puerta de un cañonazo, acercó el cañón y lo disparó cargado de metralla por el agujero, tras lo cual los rebeldes se rindieron. En total hizo unos 400 prisioneros, pero cerca de un millar había escapado a las montañas.

Ese mismo día murió en París Marie Duplessis, a los veintitrés años, velada por su marido, que hacía semanas que no se apartaba de la cabecera de su cama. Alejandro Dumas había marchado a España con su padre para asistir al matrimonio del duque Antonio de Orleans, y aún seguía allí. Poco después publicaba su primer trabajo literario: un libro de poemas titulado Pecados de Juventud, en el que dedicó a Marie una elegía titulada MD, en la que se lee:

Pauvre fille! on m’a dit qu’à votre heure dernière,
Un seul homme était là pour vous fermer les yeux,
Et que, sur le chemin qui mène au cimetière,
Vos amis d’autrefois étaient réduits à deux!
¡Pobre niña! Me dijeron que en vuestra última hora,
Un solo hombre estaba allí para cerraros los ojos,
Y que en el camino que lleva al cementerio,
Vuestros amigos de otrora ¡se habían reducido a dos!

En efecto, al entierro sólo acudieron su marido, el conde Perregaux, y el embajador ruso von Stackelberg.

En dos años, los franceses habían vencido toda la resistencia de los tahitianos y el 9 de febrero la reina Pomare IV aceptó regresar a Tahití y gobernar bajo el protectorado francés.

El 12 de febrero Juan Lindo fue elegido presidente de Honduras.

La salvedad de Wilmot fue propuesta nuevamente en el Congreso de los Estados Unidos y, tras una semana de intensos debates, el resultado fue el mismo que el del año anterior: el 15 de febrero la Cámara de Representantes la aprobó y el Senado la rechazó.

El 16 de febrero tuvo lugar la primera acción destacada de los guerrilleros carlistas en España, cuando una partida dirigida por el cura Benet Tristany entró en Cervera para hacerse con dinero y municiones. Algunos historiadores toman este suceso como el inicio de la Segunda Guerra Carlista.

El 21 de febrero Taylor fue informado de la cercanía del ejército de Santa Anna (que se había reducido a unos 10.000 hombres a causa de las deserciones durante la marcha). Inmediatamente, Taylor se atrincheró en el rancho de Buena Vista, situado a unos 65 km de Monterrey. Santa Anna pensó que los estadounidenses se retiraban, por lo que el 22 de febrero les pidió que se rindieran. Sin embargo, esa idea nunca había pasado por la cabeza de Taylor y así le fue comunicado. Santa Anna atacó al amanecer del 23 de febrero. La batalla de Buena Vista se prolongó hasta el anochecer. Los mexicanos, superiores en número, lograron algunas victorias locales sobre los estadounidenses, pero Santa Anna se dio cuenta de que no podía romper las líneas enemigas, que se recomponían bajo la eficiente dirección de Taylor, y cada acometida le suponía muchas bajas. Al finalizar el día había perdido casi cuatro mil hombres entre muertos, heridos, prisioneros y desaparecidos. Las bajas de Taylor eran poco más de setecientas. Pero a Santa Anna se le ocurrió una forma muy astuta de ganar la batalla: afirmarlo. Durante la noche, declaró que el enfrentamiento había sido una victoria y se retiró con sus hombres a marchas forzadas no fuera que al día siguiente su "victoria" no lo pareciera tanto. La fama de Taylor creció como la espuma.

Valentín Gómez Farías había dispuesto que varios regimientos se dirigieran a Veracruz para defenderlo del inminente ataque estadounidense, pero algunos oficiales consideraron que era un momento tan bueno como cualquier otro para dar un golpe de estado. El 27 de febrero el general Matías de la Peña Barragán se rebeló contra el gobierno pidiendo que Santa Anna asumiera la presidencia y que se derogaran las leyes de amortización.

Mientras tanto, Alexander Doniphan seguía su marcha hacia Chihuahua con unos mil hombres. Pensaba cruzar el río Sacramento por un vado, pero ese mismo día se enteró de que estaba protegido por un ejército mexicano de unos 4.000 hombres. El 28 de febrero Doniphan inició un ataque muy bien calculado y logró cruzar el río y tomar la artillería mexicana. Al cabo de menos de una hora los mexicanos huían en desbandada.

Ese mismo día moría el presidente haitiano Jean-Baptiste Riché. Al parecer murió envenenado, pues pretendía llevar adelante reformas políticas similares a las que he costaron el puesto a su predecesor, Jean-Louis Pierrot. La clase dirigente haitiana estaba harta de presidentes con ideas propias, así que esta vez buscó un sucesor que ofreciera garantías de no tener grandes iniciativas: el general Faustin-Élie Sououque, un antiguo esclavo de sesenta y cinco años de escasa educación.

El 1 de marzo el ejército gubernamental venezolano derrotó decisivamente al ejército de los rebeldes Rangel y Zamora en el sitio del Pagüito.

El 2 de marzo Doniphan entraba en Chihuahua.

Entre las especulaciones sobre por qué Santa Anna huyó de Buena Vista, una de ellas afirma que el general recibió noticias del golpe de estado que se estaba fraguando en su favor, y quiso regresar a la capital cuanto antes. En cualquier caso, el 9 de marzo envió un mensaje a Gómez Farías en el que le comunicaba que estaba dispuesto a asumir el gobierno para acabar con los disturbios. Mientras tanto, el general Scott ponía bajo asedio a Veracruz, que, a causa del oportuno estado de rebelión que vivía México, contaba con poco más de 3.000 hombres para defenderse de los 12.000 estadounidenses que la sitiaban.

Justo José de Urquiza estaba tratando de llegar a un nuevo acuerdo similar al tratado de Alcaraz que había firmado el año anterior con el gobernador de Corrientes, Juan Madariaga, pero que Juan Manuel de Rosas había rechazado. Sin embargo, el 10 de marzo Madariaga dio por cerradas las conversaciones sin haber llegado a un consenso.

El 14 de marzo una patrulla mató a Francisco José Rangel. Fue decapitado y su cabeza fue llevada a Caracas.

El 21 de marzo Santa Anna prestó juramento como presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

El emperador vietnamita Thieu Tri había encarcelado a varios misioneros católicos que se obstinaban en entrar ilegalmente en el país tras haber sido expulsados. El 23 de marzo una flota de guerra francesa llegó a las costas vietnamitas para exigir garantías de seguridad para los ciudadanos franceses y el cese de la persecución de misioneros. Por una cuestión de orgullo, los funcionarios no hicieron llegar a los franceses la respuesta del emperador, y la flota empezó a destruir sistemáticamente los fuertes costeros y las naves vietnamitas. La respuesta del emperador fue considerar a los misioneros cristianos como espías extranjeros y ordenar su ejecución inmediata.

El 25 de marzo fue capturado el rebelde venezolano Ezequiel Zamora. Fue juzgado y condenado a muerte, pero el presidente Monagas le conmutó la pena capital por la de diez años de prisión.

Scott recibió informes de que Santa Anna se dirigía a Veracruz con un ejército, así que intensificó el ataque sobre la ciudad y la sometió a un bombardeo continuo. El 25 de marzo una comisión de notables pidió una tregua para que las mujeres y los niños pudieran abandonar la ciudad, pero Scott no podía perder el tiempo y el bombardeo continuó. Esa misma noche los mexicanos se ofrecieron para negociar la rendición, que tuvo lugar el 29 de marzo. Los estadounidenses contaron apenas 13 muertos y 55 heridos, mientras que entre los mexicanos hubo casi 800 muertos, la mitad de ellos civiles. No obstante, entre los soldados estadounidenses se declaró un brote de fiebre amarilla.

El 2 de abril Santa Anna cedió la presidencia de México al general Pedro María de Anaya.

Mientras tanto los estadounidenses capturaban a Pablo Montoya y Tomás Romero, los cabecillas de la revuelta de Nuevo México. El indio Romero fue asesinado en su celda por un soldado antes de ser juzgado, mientras que Montoya fue juzgado y ahorcado el 6 de abril. En total hubo 21 ahorcamientos públicos.

El 18 de abril los ejércitos de Santa Anna y Scott se enfrentaron en la batalla de Cerro Gordo. Santa Anna contaba con unos 7.000 hombres, mientras que Scott tenía algo más de 8.000. Los estadounidenses barrieron a los mexicanos, que acabaron con un millar de bajas y unos 3.000 hombres hechos prisioneros. Las bajas estadounidenses fueron moderadas. Al mismo tiempo, el comodoro Mattew Perry hacía progresos en el bloqueo del golfo de México. Ese mismo día tomó el puerto de Tuxpan.

En mayo se produjeron las últimas acciones de los revolucionarios venezolanos, tras las cuales la rebelión quedó totalmente extinguida.

El jefe supremo de Costa Rica, José María Alfaro Zamora, promulgó una constitución y convocó elecciones, en las que fue derrotado por José María Castro Madriz, que el 8 de mayo paso a ser el nuevo presidente de Costa Rica.

El 15 de mayo Scott entraba en Puebla, a 120 km de la capital mexicana, sin encontrar resistencia alguna. Allí se dispuso a reorganizar su ejército y esperar refuerzos. Ante el fracaso del ejército, el presidente Anaya había autorizado la formación de guerrillas que trataran de hostigar en lo posible a los enemigos.

Ese mismo día murió en Génova el irlandés Daniel O'Connell, en el transcurso de una peregrinación a Roma.

El año anterior un médico húngaro llamado Ignaz Semmelweis había sido contratado como auxiliar en la primera clínica de obstetricial del Hospital General de Viena. El hospital tenía dos clínicas, que atendían gratuitamente a mujeres embarazadas que no podían hacerse cargo de sus hijos (en muchos casos eran prostitutas o mujeres de baja condición social que habían concebido un hijo ilegítimo). Era una medida destinada a evitar el infanticidio de hijos no deseados. A cambio de los servicios gratuitos, las mujeres consentían en participar como pacientes en las prácticas de los estudiantes de medicina. Era bien conocido que la cantidad de mujeres que morían en la primera clínica a consecuencia de la fiebre puerperal era mucho mayor que en la segunda. Las nuevas pacientes eran asignadas un día a una clínica y al día siguiente al otro (con lo que la asignación resultaba totalmente aleatoria), pero Semmelweis contaba haber visto mujeres arrodilladas suplicando que no las inscribieran en la primera. Algunas incluso preferían tener a sus hijos en la calle. La diferencia era de un 10% de muertes en la primera clínica frente a un 4% en la segunda. Semmelweis estaba intrigado (o más bien obsesionado) por explicar esa diferencia. De hecho, los casos de fiebre puerperal en las mujeres que tenían a sus hijos en la calle era incluso menor que en ambas clínicas. Semmelweis trató de encontrar diferencias significativas entre ambas clínicas y sólo encontró una: en la primera se entrenaban los estudiantes de medicina, mientras que en la segunda lo hacían las matronas. Ese año, un médico amigo suyo llamado Jakob Kolletschka murió poco después de haberse cortado con un bisturí mientras realizaba una autopsia, y su cadáver mostró características similares a los de las mujeres que morían de fiebre puerperal. Esto llevó a Semmelweis a conjeturar que los estudiantes de medicina transmitían algún género de "partículas cadavéricas" de los cadáveres que examinaban en las autopsias a las pacientes que examinaban en la clínica. Entonces obligó a los estudiantes a lavarse las manos antes de entrar en la clínica con hipoclorito de calcio. La mortalidad del més de abril había sido del 18%, mientras que en junio pasó a ser del 2.2%, en julio del 1.2%, en agosto del 1.9% y al año siguiente hubo dos meses con mortalidad nula.

El carlista Benet Tristany, tras haber sufrido algunas derrotas, fue capturado con sus principales colaboradores, y todos ellos fueron fusilados el 17 de mayo. Sin embargo, el número de guerrilleros carlistas había ido aumentando a lo largo del año, y a la sazón se calcula que había unos 4.000. A ellos se enfrentaba el general Manuel Pavía al frente de un ejército regular de unos 40.000 hombres.

El 20 de mayo Santa Anna retomó la presidencia de México.

Los rebeldes de Nuevo México se habían reorganizado y el 26 de mayo unos quinientos de ellos, entre mexicanos e indios, tendieron una emboscada a unos 200 soldados en marcha por un desfiladero llamado Red River Canyon. Los estadounidenses repelieron el ataque con mínimas bajas, y los rebeldes intentaron una nueva acometida al día siguiente, pero también fueron rechazados dejando al menos 17 muertos, frente a los 5 muertos y 9 heridos en sus propias filas.

Karl Marx había creado en Bruselas un Comité de correspondencia comunista, integrado por quince hombres, pero en junio se unió con una sociedad secreta londinense llamada Liga de los justos, que había sido fundada en París por trabajadores alemanes hacía once años, pero que había tenido que trasladarse a Gran Bretaña y ahora contaba con cerca de un millar de miembros en varios países, incluidos algunos de Latinoamérica. La unión se realizó en un congreso celebrado en Londres, al que acudió Engels. En él se decidió cambiar el nombre de la liga por el de Liga comunista. Además, Engels convenció a los representantes para que cambiaran el lema de la Liga de los justos (que era "Todos los hombres son hermanos") por una frase de Marx: ¡Trabajadores de todos los países, uníos!  Marx introdujo algunas reformas, como la de suprimir lo que el llamaba "autoritarismo supersticioso", en referencia a los rituales más o menos teatrales que acostumbraban a celebrar las sociedades secretas.

El 16 de junio, tras dos días de operaciones, Mattew Perry tomó el puerto de Tabasco, con lo que los estadounidenses controlaban ya todos los puertos relevantes del golfo de México.

El 6 de julio un destacamento de unos 60 soldados estadounidenses se presentó en Las Vegas (Nuevo México) en busca de unos milicianos rebeldes que habían matado a tres soldados unos días antes. La ciudad estaba defendida por una cantidad indeterminada de rebeldes, pero al cabo de quince minutos de combate se habían dado a la fuga dejando unos cincuenta prisioneros. Tras el combate, los estadounidenses encontraron los cadáveres de los tres soldados que buscaban, incendiaron algunos edificios como represalia y abandonaron la ciudad con los prisioneros, que fueron llevados a Santa Fe. Seis de ellos serían ahorcados al mes siguiente.

En Francia había estallado un escándalo político, cuando salió a la luz que, cuatro años atrás, el general Amédée Despans-Cubières (ex-ministro de la guerra del rey Luis Felipe I) había sobornado al entonces ministro de trabajos públicos, Jean-Baptiste Teste, para que le concediera la explotación de una mina de sal. El 8 de julio ambos ex-ministros y otros implicados acudieron a declarar ante la Cámara de los Pares por decisión del rey.

Luis Felipe I había prohibido las reuniones de liberales y demócratas, pero la oposición empezó a organizar reuniones bajo el inocente nombre de "banquetes", el primero de los cuales se celebró en París el 9 de julio, con 1.200 "invitados", entre los que había 86 diputados. Los "banquetes" se celebraban abiertamente, incluso con una orquesta de acompañamiento durante la comida (cada invitado se pagaba la suya). Al terminar la comida empezaban los "discursos", que los convertían en auténticas reuniones políticas.

Ese mismo día unos 200 rebeldes de Nuevo México atacaron a una guarnición estadounidense en Cienega Creek, que se vio obligada a retirarse a las afueras. Los rebeldes localizaron su nueva posición y volvieron a atacar, entablándose así un sangriento combate del que los estadounidenses resultaron vencedores. Fue el último incidente bélico que tuvo lugar en Nuevo México. Los rebeldes se desalentaron y abandonaron la lucha.

El 17 de julio el general Despans-Cubières fue condenado a la degradación cívica y a pagar una multa de 10.000 francos, mientras que Jean-Baptiste Teste fue condenado a tres años de prisión, la devolución al Estado de los 94.000 francos del soborno y al pago del mismo importe al hospicio de París.

Con la Alta California ya pacificada, las fuerzas estadounidenses pasaron a ocupar posiciones estratégicas en la Baja California. El 21 de julio una compañía de voluntarios de Nueva York desembarcó en La Paz (en la costa oriental de la península de California) sin encontrarse resistencia alguna, y poco después se ocupó también San José del Cabo, en el sur de la península.

Ese mismo día España reconoció la independencia de Bolivia.

El 22 de julio se inauguró la Dieta de Nacaome, en Honduras, con representantes de El Salvador, Honduras y Nicaragua, en un nuevo intento de formar un estado centroamericano unificado. Se invitó a participar a Costa Rica y Guatemala, pero no aceptaron.

Al llegar la primavera, Brigham Young había salido del campamento de invierno con una parte de los mormones constituyendo así la vanguardia de su migración hacia el oeste. Como muchos de sus seguidores, había contraído la llamada fiebre de las montañas, y viajaba en una carreta de enfermos. El 24 de julio llegó al valle del Lago Salado, en territorio mexicano, y al verlo dijo: Éste es el lugar, vayamos a él. Durante los días siguientes empezaron a roturar la tierra, construir un sistema de irrigación y a plantar patatas y nabos. Ésos fueron los comienzos de la que con el tiempo sería Salt Lake City. Por esas fechas terminaba el servicio del batallón mormón. No había librado ninguna batalla (excepto una contra unos toros salvajes en su marcha hacia Nuevo México), pero había colaborado eficientemente en las labores de ocupación. Unos pocos se realistaron por seis meses más, otros se quedaron en California y otros partieron hacia Salt Lake City.

Mientras tanto, muchos mormones rigdonitas se sintieron defraudados con su nuevo líder y uno de ellos, William, Earl M'Lellin, convenció a David Whitmer para que se declarara sucesor de Joseph Smith en Kirtland. Muchos rigdonitas se hicieron entonces whitmeritas, entre ellos Martin Harris. Sin embargo, Whitmer nunca puso mucho entusiasmo en el proyecto y su Iglesia no tardó en disolverse.

Aunque la esclavitud estaba prohibida en México, los indios vivían en un estado de servidumbre que en nada se diferenciaba de la esclavitud. Entre los peor parados estaban los indios mayas, que vivían en la península del Yucatán. Todos estaban endeudados con los terratenientes para los que trabajaban. Tenían que comprar la comida y otros bienes en mercados de sus señores a los precios fijados por éstos. Ningún indio podía abandonar la tierra de su señor sin saldar su deuda —cosa imposible— y las deudas se transmitían de padres a hijos, con lo que todos nacían ya endeudados. La península de Yucatán se hallaba en estado de rebeldía contra México, y en las guerras contra los ejércitos gubernamentales los mayas eran usados como "carne de cañón". Todas estas circunstancias llevaron a algunos caciques mayas a fraguar una revuelta. El 26 de julio fue ahorcado Manuel Antonio Ay, uno de los líderes rebeldes, tras un juicio sumarísimo en el que se le hizo confesar que, en efecto, planeaba una revuelta.

Ese mismo día el gobernador de Liberia, Joseph Jenkins Roberts, tras haber celebrado un referéndum, proclamó la independencia de la colonia. No se trataba de un acto de rebeldía contra los Estados Unidos, sino todo lo contrario. La American Colonization Society hacía años que había quebrado y Liberia era una carga económica para los Estados Unidos, así que éstos realizaron todos los preparativos necesarios para que los afroamericanos proclamaran su independencia. En total había unos 3.000 colonos, quienes promulgaron una Constitución similar a la de los Estados Unidos en la que los indígenas liberianos (que constituían el 95% de la población) no tenían derecho al voto. En efecto, los americoliberianos habían asimilado completamente la cultura estadounidense, hablaban inglés, vivían como estadounidenses y construían casas e iglesias similares a las estadounidenses, y trataban a los nativos como los estadounidenses sureños trataban a los negros. No era una cuestión de racismo (puesto que los americoliberianos eran tan negros como los nativos, o a lo sumo un poco menos), sino de cultura: los nativos eran unos salvajes testarudos que pretendían mantener su modo primitivo de vida, sus lenguas grotescas y sus falsas religiones animistas. No obstante, la colonia de Maryland en Liberia no se unió a la nueva república, sino que siguió dependiendo de la Maryland Colonization Company, pues a ésta le interesaba mantener el monopolio comercial con la zona.

El 30 de julio el maya Cecilio Chi se rebeló en Tepich (Yucatán), donde ordenó la muerte de todos los blancos.  Jacinto Pat se unió a la revuelta desde el sur. La primera reacción del gobierno fue matar caciques mayas arbitrariamente, aunque no tuvieran ninguna implicación en la revuelta.

El general Scott se encontraba en un dilema: sabía que los méxicanos no tardarían en cortar la larga línea de comunicación que lo conectaba con Veracruz, con lo que debía decidir si las reforzaba o si continuaba su avance renunciando a la comunicación. A la vista de la facilidad con la que había avanzado hasta el momento, optó por lo primero y el 7 de agosto continuó su marcha hacia la Ciudad de México.

El coronel Kearny consideraba que, de acuerdo con las órdenes recibidas, le correspondía a él ocupar el cargo de gobernador de California, y no al coronel John C. Fréemont. Solicitó una confirmación a Washington y, una vez la recibió, instó a Frémont a cederle el mando. Éste se resistió y, cuando Kearny perdió la paciencia, lo mandó arrestar y lo envió a Washington para ser juzgado en un consejo de guerra. Allí fue declarado culpable de amotinamiento, desobediencia a un oficial superior y mala conducta. No obstante, el presidente Polk, si bien consideró adecuada la sentencia, le conmutó la pena de expulsión del ejército con deshonor en agradecimiento a los servicios prestados. Poco después estaba de nuevo en California, donde compró un rancho.

El 10 de agosto la flota estadounidense en el Pacífico recibió órdenes de descender hacia el sur para bloquear Mazatlán y otros puertos de la costa oeste por los que México podía recibir suministros.

El año anterior una flota francesa había entregado a las autoridades coreanas una carta en la que pedía explicaciones por la muerte de Pierre Maubant y los otros dos misioneros franceses ejecutados nueve años atrás. En ella se indicaba que un año después los franceses volverían para recibir una respuesta. En su respuesta, el gobierno coreano explicó que los misioneros habían sido condenados según las leyes coreanas, pues "sus acciones eran más criminales que las de los homicidas y los incendiarios". El capitán Lapierre, al mando de la expedición francesa, rebatió los argumentos coreanos y advirtió que cualquier francés que en un futuro fuera arrestado en Corea debía ser enviado a Pekín, y que en caso contrario el país debería atenerse a las consecuencias.

El 17 de agosto Scott se encontraba ante los suburbios meridionales de la capital mexicana. Contaba con unos 8.500 hombres y el 19 de agosto se enfrentó a unos 5.000 mexicanos bajo el mando del general Gabriel Valencia en la batalla de Padierna, que fue un cúmulo de torpezas por parte mexicana contrastada por la brillante actuación de Scott. Santa Anna se encontraba cerca con más hombres, pero no envió ningún refuerzo a Valencia. Los mexicanos tuvieron que retroceder hasta el convento de Santa María de Churubusco, donde el general Anaya tomó el mando. Al descontar muertos, heridos y desertores, sólo quedaban unos 1.300 hombres, mientras que el ejército de Scott estaba prácticamente intacto. No obstante, a los mexicanos se unió el batallón de San Patricio, un grupo de irlandeses que habían desertado del ejército estadounidense por causas poco claras (hay quien dice que en el ejército no se les dejaba celebrar misa los domingos, o que eran discriminados por su religión católica, o simplemente que simpatizaron con los mexicanos por ser católicos también). El 20 de agosto se produjo un nuevo enfrentamiento, que terminó cuando, tras un duro combate, los estadounidenses entraron en el convento. El general Anaya fue hecho prisionero y se cuenta que, cuando un oficial le pidió que entregara las municiones de que dispusiera, respondió: Si hubiera parque (municiones), no estarían ustedes aquí. Los desertores del batallón de San Patricio fueron juzgados, algunos fueron ahorcados y a otros se les marcó con hierro candente en la mejilla una D de desertores.

El 24 de agosto se suicidó en prisión el duque Carlos de Choiseul-Praslin, que una semana antes había sido detenido por la policía de París por haber matado a su esposa con un cuchillo, por desavenencias matrimoniales. La oposición al rey Luis Felipe I usó el asunto para censurar la corrupción de las costumbres de la alta sociedad que rodeaba al monarca. Incluso se llegó a insinuar que el suicidio había sido fingido por el gobierno para dejar escapar al duque en secreto.

El 3 de septiembre la reina Isabel II de España firmó un decreto por el que el general Espartero podía regresar de su exilio en Gran Bretaña y, más aún, lo nombraba senador. No obstante, Espartero no regresó de momento, porque poco después fue nombrado embajador de España en Gran Bretaña.

El 8 de septiembre Scott se encontraba en los campos de Molino de Rey, a 3 km de las murallas de la Ciudad de México, al frente de un destacamento de unos 2.800 soldados. Allí le esperaba atrincherado un ejército de unos 4.000 mexicanos, que sufrió una nueva derrota.

El siguiente obstáculo que tuvo que superar Scott para llegar a la Ciudad de México fue el castillo de Chapultepec, un colegio militar donde Santa Anna había dispuesto unos 4000 soldados de infantería bajo la dirección de Nicolás Bravo. Esta vez Scott contaba con 13.000 soldados, que el 13 de septiembre le proporcionaron una nueva victoria. Entre las bajas mexicanas estuvieron seis cadetes de entre 14 y 18 años que pidieron permiso para quedarse en el castillo cuando fue desalojado por el ejército y que son recordados como los Niños héroes de Chapultepec. Nicolás Bravo fue hecho prisionero. Esa misma noche los estadounidenses entraban en la capital mexicana. El 14 de septiembre tuvieron que luchar en las calles de la ciudad y al llegar la noche Gómez Farías se rindió y la bandera estadounidense ondeó en la Ciudad de México. Santa Anna había huido de la ciudad camino de Puebla, donde ese mismo día el general Joaquín Rea pedía la rendición de la guarnición que Scott había dejado. Ante la negativa, inició un asedio. El 15 de septiembre el congreso mexicano nombró presidente provisional al presidente del Tribunal Supremo, Manuel de la Peña y Peña.

El 22 de septiembre Santa Anna llegó a Puebla y solicitó nuevamente la rendición de la plaza, y nuevamente los estadounidenses se negaron en redondo.

El 30 de septiembre un buque estadounidense entró bajo bandera británica al puerto de Mulege, en la costa oriental de la península de California y, un vez anclado en el puerto, izó la bandera estadounidense. El 1 de octubre el capitán exigió a las autoridades de la ciudad que depusieran las armas, que se comprometieran a mantenerse neutrales y que no tuvieran ningún contacto conl la costa oriental del golfo de California. La mayor autoridad militar mexicana en Mulege era el capitán Manuel Pineda, al frente de unos doscientos milicianos, que respondió protestando por el uso de la bandera británica para entrar en el puerto y negándose a acatar las exigencias estadounidenses. Tras esta respuesta, una partida de soldados desembarcó al tiempo que la artillería bombardeaba el puerto y, sin mucha dificultad, expulsaron a todos los milicianos. Unos días después el puerto mexicano de Guaymas cayó en poder de los estadounidenses.

Las pugnas y tensiones entre moderados y liberales habían hecho que, a lo largo del año, España hubiera tenido cuatro primeros ministros sucesivos, todos del partido moderado, y el 4 de octubre Narváez se convirtió en el quinto.

El 5 de octubre Joseph Jenkins Roberts ganó las primeras elecciones presidenciales liberianas.

El 7 de octubre la Dieta de Nacaome aprobó un convenio para crear un gobierno centroamericano provisional y convocar una asamblea constituyente, pero El Salvador no lo ratificó y quedó sin efecto.

El general Scott envió al general Joseph Lane con 3.000 hombres para liberar a Puebla del asedio de los mexicanos. El 8 de octubre sus espías le informaron de que Santa Anna se había marchado de Puebla con casi la mitad del ejército de Rea, y que se encontraba en Huamantla, camino de Veracruz. El 9 de octubre la vanguardia de Lane, dirigida por el capitán Samuel Walker atacó a los mexicanos en dicha ciudad, pero Santa Anna dirigió un contraataque que mantuvo a raya a los estadounidenses y Walker murió. Más tarde llegó Lane con el grueso del ejército y expulsó a los mexicanos de Huamantla. Cuando se enteró de la muerte de Walker dio permiso a sus hombres para que incendiaran y saquearan la ciudad. Poco después Manuel de la Peña entregaba el mando del ejército (que hasta el momento había detentado Santa Anna) a José Joaquín de Herrera. Santa Anna se exilió en Nueva Granada.

A principios de año, Samuel Walker había encargado a Samuel Colt la fabricación de 1.000 revólveres. Hacía tiempo que Colt había cerrado su fábrica de armas, pero creó un nuevo diseño de revólver en colaboración con Walker y encargó su fabricación a Eli Whitner Blake, sobrino del inventor de la desmotadora, que había abandonado sus estudios de derecho para colaborar con su tío en su fábrica de armas. Tras la muerte de su tío se asoció con sus dos hermanos y, además de armas, fabricaba cerraduras, bisagras y otros mecanismos de diseño propio que habían patentado. Whitner fabricó los mil nuevos colts Walker solicitados, y pronto tuvo que satisfacer un nuevo pedido de otros mil. Colt recibió 10 dólares por cada pieza vendida.

El 12 de octubre Lane dispersó a los soldados que asediaban Puebla.

En noviembre se celebró en Londres el segundo congreso de la Liga Comunista, al que asistieron Marx y Engels, los cuales recibieron el encargo de redactar un manifiesto que expresara los objetivos de la organización. Ese año Marx publicó en París y Bruselas La miseria de la filosofía, en alusión a la obra de Proudhon, La filosofía de la miseria, y en él rebate los argumentos económicos y filosóficos del autor francés.

El 4 de noviembre murió el compositor Felix Mendelsohnn de una apoplejía a los 48 años de edad.

Ese mismo día murió el emperador vietnamita Thieu Tri. Fue sucedido por su hijo Tu Duc, que era más radical que su padre en su aversión a toda innovación y a toda influencia extranjera. No obstante, no hizo efectiva la orden que había dictado su padre de ejecutar a todos los misioneros católicos.

El 16 de noviembre Manuel Pineda, al frente de unos 300 milicianos, trató de arrebatar La Paz a los estadounidenses, pero tuvo que desistir al segundo día. Por esas fechas los estadounidenses ocuparon el puerto de Mazatlán.

El 20 de noviembre murió el príncipe elector Guillermo II de Hesse-Kassel. Fue sucedido por su hijo Federico Guillermo, que ya llevaba más de diez años como regente. El nuevo príncipe elector planeó un golpe de estado para abolir la constitución y aumentar su poder, pero no contó con el apoyo del ejército y su proyecto no prosperó.

Mientras tanto Manuel Pineda enviaba a unos 150 milicianos a retomar San José del Cabo, pero nuevamente el intento fue abandonado al segundo día.

En Argentina, tras la ruptura de las negociaciones entre Juan Madariaga y Justo José de Urquiza, éste pidió instrucciones a Juan Manuel de Rosas, quien le ordenó atacar de nuevo a Madariaga. Urquiza trató de retrasar en lo posible el enfrentamiento, pues confiaba en convencer a Rosas de que aceptara un acuerdo de paz, pero llegó un punto en que Rosas podría ver como un desafío la dilación, y así el 27 de noviembre Urquiza y Madariaga se enfrentaron en la batalla de Vences. Urquiza obtuvo un éxito completo. Los correntinos contaron 700 muertos, más los que fueron degollados y fusilados después de haberse rendido. Madariaga y sus allegados tuvieron que huir al Paraguay, desde donde luego pasaron a Brasil. En corrientes se reunió de nuevo la legislatura federal que Madariaga había disuelto y ésta eligió como gobernador a Benjamín Virasoro, quien colaboró completamente con Rosas, de modo que el caudillo bonaerense era finalmente acatado por todas las provincias Argentinas (salvo el Paraguay, al que Rosas también consideraba como tal).

Mientras tanto Manuel Pineda lograba poner bajo asedio la ciudad de La Paz con 500 milicianos. Ese mismo día lanzó un ataque contra la guarnición estadounidense, pero resultó en un nuevo fracaso.

El 29 de noviembre la colonia polaca en París celebró el decimoséptimo aniversario de la insurrección polaca contra Rusia. El ruso Mijaíl Bakunin fue invitado a pronunciar un discurso, en el que afirmó que la emancipación de Polonia sería también la emancipación de Rusia, e instó a los polacos a salvar a Rusia combatiéndola. Predicó un alzamiento en rusia de campesinos y soldados unidos con la juventud para derribar el poder del zar. La embajada rusa presentó una queja y, poco después, Bakunin fue expulsado de Francia. Marchó a Bruselas a reunirse con Marx.

El uruguayo Fructuoso Rivera había iniciado unas negociaciones con Manuel Oribe sin el consentimiento del gobierno, por lo que el 4 de diciembre fue arrestado y deportado al Brasil en un buque francés "por todo el tiempo que dure la presente guerra".

El 7 de diciembre, en su informe anual ante el Congreso, el presidente Polk afirmó:

Poco después del inicio de la guerra, Nuevo México y las Californias fueron ocupadas por nuestras fuerzas. Nuestros oficiales militares y navales recibieron órdenes de conquistarlas y retenerlas en espera de lo que disponga un tratado de paz. Esas provincias están ahora indiscutiblemente en nuestro poder y así lo han estado durante varios meses. La resistencia por parte de México se ha reducido a un mínimo [...] Estoy satisfecho de que nunca tendrán que ser devueltas a México.

El "mínimo de resistencia" era principalmente el infatigable Manuel Pineda, que tenía La Paz bajo asedio, pero el asedio duró lo que tardó en llegar un buque de guerra estadounidense. El 8 de diciembre, al verlo venir, Pineda ordenó la retirada a sus hombres.

Seis grandes terratenientes irlandeses habían sido asesinados a tiros, así como otros propietarios menores, por lo que el parlamento aprobó una ley que permitía actuar más enérgicamente contra estas acciones y se enviaron a Irlanda tropas adicionales.

El 17 de diciembre murió María Luisa de Austría, la que fuera segunda esposa de Napoleón I. El congreso de Viena le había concedido el ducado de Parma, con carácter vitalicio pero no hereditario. Según lo previsto, el duque de Lucca (hijo del duque Carlos I de Parma) recuperó el ducado como Carlos II.

Después de haber librado algunos combates contra los franceses, el argelino Abd al-Qádir se había visto obligado a refugiarse en Marruecos, pero el sultán Abd al-Rahmán estaba aliado con Francia y logró expulsarlo de su territorio. El 21 de diciembre, de nuevo en Argelia, se vio perseguido por los franceses y envió una carta ofreciendo su rendición a cambio de que se le permitiera retirarse a Alejandría o a Acre. El general Louis de Lamoricière aceptó esta condición.

En Bolivia, varios caudillos disputaban la presidencia a José Ballivián. Los más importantes eran el ex presidente José Miguel de Velasco y Manuel Isidoro Belzu. Éste se dirigía hacia la capital al frente de un ejército. Ballivián, viéndose incapaz de detenerlo, renunció a la presidencia el 23 de diciembre, cedió el mando al presidente del consejo de Estado, Eusebio Guilarte Vera y huyó a Chile (y de ahí a Brasil) antes de que Belzu lo capturara.

Ese mismo día Emma Smith se casó con el mayor Lewis Crum Bidamon, que no era mormón. Vivieron en la entonces casi desértica Nauvoo.

El 24 de diciembre Abd al-Qádir se entregó a los franceses. El gobernador general de Argelia, Enrique de Orleans, ratificó el compromiso de enviarlo a Alejandría o a Acre, aunque era necesaria la aprobación de su padre, el rey Luis Felipe I. Abd al-Qádir insistió en abandonar Argelia lo antes posible y se le ofreció ser llevado a Francia provisionalmente ese mismo día. Así, el emir embarcó junto con su séquito, formado por 61 hombres, 21 mujeres y 15 niños (entre ellos su madre, sus tres esposas y sus dos hijos).

En diversas ciudades de Francia (París, Orleans, L'ille, Dijon, Amiens, Ruen)  se habían celebrado ya casi 70 "banquetes" que habían llegado a reunir entre todos a unos 17.000 "invitados" de todas las tendencias políticas. Los "invitados" se oponían a la política del gobierno y propugnaban, entre otras cosas, una reforma electoral que aumentara el censo de votantes. Durante unos meses fueron tolerados, pero el 25 de diciembre el gobierno los prohibío.

El 27 de diciembre Brigham Young ya había reorganizado el Negocio de los Santos de los Últimos Días en Salt Lake City, con él mismo como presidente, por supuesto. Para esa fecha, cerca de 2.000 mormones habían completado el trayecto desde el campamento de invierno en Iowa hasta Salt Lake City, en México, y aún quedaban muchos más que emprenderían el viaje al pasar el invierno.

El 28 de diciembre se inauguró una nueva legislatura en Francia, y el discurso del rey Luis Felipe I, que rechazaba toda reforma, relanzó la campaña de los banquetes, aunque ahora fueran ilegales.

El 29 de diciembre Abd al-Qádir desembarcó en Toulon y fue puesto en cuarentena.

En Suiza se descubrió que, dos años atrás, siete cantones católicos habían formado una alianza secreta llamada Sonderbund (alianza particular) y que ahora ésta intentaba aliarse con Austria. El parlamento suizo, dominado por protestantes radicalmente contrarios a los católicos, exigió la disolución de la Sonderbund, pero los cantones que la integraban se negaron a acatar la orden y el ejército intervino en una mini guerra civil que, al parecer, dejó menos de un centenar de muertos, pero en la que los protestantes lograron imponerse, expulsaron a los jesuitas de territorio suizo y empezaron a preparar una nueva constitución más centralista.

El Bab había pasado unos meses en un campo cercano a Teherán sin que se le diera ocasión de ver al Sha, que había reclamado su presencia. El primer ministro hizo que fuera llevado a Tabriz, donde fue encarcelado. Poco después fue trasladado a una fortaleza cercana a la frontera turca. Allí empezó a escribir el llamado Bayán persa, en el que se identifica a sí mismo con el duodécimo imán que esperaban los chiitas, y declara derogada la ley islámica, que debía ser sustituida por la ley babista. Todo el libro (que quedaría incompleto) gira alrededor de "Aquel a quien Dios pondrá de manifiesto", que es un nuevo profeta que estaba por venir.

Samuel Morse hizo una demostración de su telégrafo ante el sultán Abdulmecit I, que le otorgó la patente de su invento para el Imperio Otomano.

Un profesor de química de la universidad de Turín llamado Ascanio Sobrero sintetizó por primera vez una sustancia química, un líquido, al que llamó piroglicerina, aunque más tarde se le dio el nombre de nitroglicerina. Se trataba de un potente explosivo muy difícil de controlar, pues cualquier movimiento brusco bastaba para hacerla explotar con una potencia muy superior a la de la pólvora. Sobrero desaconsejó enérgicamente su uso, tanto en cartas privadas como en un artículo en un periódico, debido a su enorme peligro.

Un joven médico llamado Hermann von Helmholtz, había estudiado algunos trabajos de física en relación con un estudio sobre el metabolismo muscular, y ahora publicaba un tratado titulado Sobre la conservación de la fuerza, en el que postulaba que la energía mecánica, el calor, la luz, la electricidad y el magnetismo eran manifestaciones de una misma "fuerza" (hoy diríamos energía). Así, se considera que von Helmholtz fue el primero en enunciar el principio de conservación de la energía en toda su generalidad. En su trabajo citaba a Joule, pero no a von Mayer, lo que alimentó la controversia que ya existía entre ambos sobre la prioridad en el establecimiento de la equivalencia entre calor y trabajo. Ese año Joule presentó su teoría en Oxford ante varios científicos eminentes, entre los cuales se encontraban Michael Faraday, George Gabriel Stokes (autor de importantes contribuciones a la mecánica de fluidos y al estudio de la aberración de la luz) y el joven William Thompson, que se mostró escéptico ante las ideas de Joule. Éste trataba de desacreditar la teoría del calórico, según la cual el calor era una sustancia que se transmite entre los cuerpos, y con ella la termodinámica desarrollada por Carnot y Clapeyron, que se fundaba en aquélla. Sin embargo Thompson se dio cuenta de que la termodinámica tenía una razonable base experimental y se dedicó a diseñar nuevos experimentos que la confirmaran. Ya en 1848 extendió la teoría de Carnot-Clapeyron para conjeturar que debía existir una temperatura mínima, un cero absoluto. Sin embargo, al mismo tiempo empezó a dudar de la teoría del calórico y se planteó la posibilidad de que las teorías de Joule fueran compatibles con la termodinámica.

Ese año una muchedumbre incendió el templo que los mormones habían dejado en Nauvoo.

El presidente de Haití, Faustin Soulouque, resultó tener más carácter del que se le había supuesto y llevó adelante una política en favor de los negros frente a los mulatos. Ese año se hizo nombrar presidente vitalicio.

En Somalia murió el sultán Yusuf Mahamud Ibrahim, que fue sucedido por su hijo Ahmed Yusuf.

Alejandro Dumas hijo publicó su novela La dama de las camelias, en la que presenta una versión muy idealizada de la relación que había mantenido con Marie Duplessis, convertida en Margherite Gautier, mientras que él mismo se identifica con el personaje de sus mismas iniciales: Armand Duval. Pronto fue adaptada como obra de teatro y tuvo un gran éxito, lo que le animó a proseguir su carrera como dramaturgo.

Charles Dickens terminó la publicación por entregas de su novela Dombey and son, iniciada dos años atrás.

Robert Schumann compuso su única ópera Genoveva. Su propósito era abolir los recitativos, a los que consideraba una interrupción del fluir de la música.

John Stuart Mill publicó sus Principios de economía política, considerado como una de las obras más importantes de economía política del siglo XIX.

El astrónomo estadounidense William Cranch Bond, de la universidad de Harvard y su hijo George Philipps Bond descubrieron un nuevo satélite de Saturno, que dos días después fue descubierto independientemente por el británico William Lassell, que le dio el nombre de Hiperión.

El físico francés Hippolyte Fizeau redescubrió el efecto Doppler, por el que la luz emitida por un cuerpo en movimiento se ve más rojiza si se aleja del observador y más violácea si se acerca a él. Esto ya lo había predicho Christian Doppler seis años atrás, pero Fiezeau hizo una observación adicional que, al menos en teoría, permitiría medir la velocidad con la que las estrellas se acercan o se alejan de la Tierra: el espectro de la luz procedente de cada estrella presenta unas líneas oscuras, las llamadas líneas de Fraunhofer, que indican que ciertos colores muy precisos no están presentes en ella. Estas líneas no son exactamente las mismas en todas las estrellas, pero hay ciertos patrones que se repiten en todas ellas. Fizeau observó que, en una estrella que se acerca o se aleja de la Tierra, esas líneas de Frauhofer estarán desplazadas hacia el rojo o el violeta respecto a las que aparecen en el Sol, y midiendo dicho desplazamiento se puede calcular la velocidad con la que la estrella se acerca o se aleja.

La guerra entre México y los Estados Unidos I
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