ANTERIOR |
EL
FIN DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL |
SIGUIENTE |
---|
El 1 de agosto de 1918 los aliados iniciaron un nuevo contraataque en el frente occidental que supuso un avance de unos 8 km.
La rebelión de Yaroslavl había fracasado en parte porque Sávinkov
se había equivocado sobre las fechas en las que los aliados habían
prometido enviar sus tropas. Restablecido el contacto, el capitán
Georgi Chaplin dio un golpe de Estado esa noche en el
puerto ártico de Arcángel al tiempo que los aliados
desembarcaban y, ya el 2 de agosto,
tomaban la ciudad. Se formó entonces una Administración
Suprema de la Región del Norte, bajo el mando conjunto de
Chaplin y el general británico Frederick Poole.
El 5 de agosto un submarino alemán
hundió un petrolero estadounidense frente a las costas de
Virginia.
El 6 de agosto los alemanes lograron
detener el avance aliado en el frente occidental, pero éstos
habían logrado una victoria sin precedentes que iba a resultar
decisiva. Foch fue ascendido a mariscal de Francia. Los alemanes
habían tenido 168.000 bajas y unos 30.000 habían caído
prisioneros. Todo apuntaba a que un esfuerzo adicional podría
quebrar definitivamente la resistencia alemana, y los aliados
tenían ya ultimados los planes para llevar adelante ese esfuerzo
final. Las tropas se estaban movilizando con el máximo secreto
para evitar que los alemanes pudieran predecir siquiera el lugar
por el que se iniciaría una ofensiva que no podían menos que
esperar.
Vladímir Kápel entró en Kazán, donde se apoderó de una gran
reserva de oro. Se trababa del último obstáculo importante antes
de atacar Moscú. Además, en las ciudades cercanas de Izhevsk
y Vótkinsk pudo reclutar a muchos nuevos soldados que
resultaron ser de los mejores combatientes de que dispuso el Komuch.
En las semanas siguientes a la toma de Kazán unas 1.000 personas
fueron ejecutadas.
EL 7 de agosto Marco Fidel Suárez sucedió a José Vicente Concha
como presidente de Colombia.
Las técnicas terroristas eran habituales entre los cabecillas de
los ejércitos blancos, a menudo "señores de la guerra" que obraban
con gran independencia. Por ejemplo, en el norte de Rusia, sobre
una población de unas 400.000 personas, más de 38.000 fueron
arrestadas, de las cuales unas 8.000 fueron ejecutadas y algunos
miles más murieron como consecuencia de torturas y enfermedades. A
la legión checoslovaca se le atribuyen unos 5.000 muertos por
actos terroristas. Los bolcheviques no se escandalizaron por estas
técnicas, sino que comprendieron su gran utilidad. El 8 de agosto Lenin escribía una carta en la
que decía:
Está claro que en Nizhhi se prepara una rebelión de los guardias blancos. Debemos ejercer todo el esfuerzo posible para que tres dictadores (usted, Markin, etc.) introduzcan inmediatamente de algún modo el terror de las masas, disparen y eliminen cientos de prostitutas, soldados borrachos, antiguos oficiales, etc. No se puede perder un minuto.
Mientras tanto, antes del amanecer, el mariscal Foch había
iniciado la batalla de Amiens, tras un breve bombardeo
previo que no diera tiempo a los alemanes a reorganizar sus
tropas. El factor sorpresa fue tal que los alemanes tardaron cinco
minutos en abrir fuego y lo hicieron hacia la zona donde había
empezado el ataque aliado, pero que ya había sido sobrepasada por
los soldados. La primera línea alemana fue rápidamente capturada,
y el frente avanzó casi 4 km. Ese día los alemanes perdieron unos
30.000 hombres, entre bajas y prisioneros. Unidades enteras se
negaron a combatir, y los a soldados que pretendían seguir
combatiendo se lo impedían sus camaradas. Además las líneas de
comunicación alemanas fueron gravemente dañadas. Ludendorff se
refirió a ese día como el día negro del ejército alemán,
no tanto por las pérdidas como por que la moral de los soldados se
redujo a mínimos, y varias divisiones empezaron a desertar. Al
final del día el frente había avanzado hasta 13 km en algunas
zonas. El 9 de agosto el avance
continuó a un ritmo menor.
Francia seguía luchando en Marruecos contra los zayanes. El mes
pasado éstos habían matado a un intérprete francés, y ahora, como
represalia, el coronel Paul Doury atacó a unos 1.500
zayanes, pero el encuentro resultó un desastre en el que perdió
238 soldados y mucho equipamiento.
El 11 de agosto Lenin envió este
telegrama:
¡Camaradas! El alzamiento de los kulaks en vuestros cinco distritos debe ser sofocado sin piedad. Debéis convertir a esa gente en un ejemplo. (1) Colgad (quiero decir públicamente, para que la gente lo vea) al menos a 100 kulaks, bastardos ricos y chupadores de sangre conocidos. (2) Publicad sus nombres. (3) Apropiaos de su grano. (4) Seleccionad rehenes según mis instrucciones del telegrama de ayer. Haced esto de modo que todos en varios kilómetros a la redonda lo vean, lo entiendan y tiemblen, y decidles que estamos matando a los kulaks sedientos de sangre y que continuaremos haciéndolo... Saludos, Lenin. P.D. Buscad gente con agallas.
Ese mismo día Serguéi Prokófiev llegaba a los Estados Unidos,
huyendo de la dictadura comunista. Tras un exitoso concierto en
Nueva York, obtuvo un contrato de la Asociación de Ópera de
Chicago para la producción de una nueva ópera. Serguéi
Rajmáninov también había huido de Rusia a finales del año
anterior, y ahora estaba instalado en París.
Máximo Gorki había colaborado con los bolcheviques desde su
regreso a Rusia, pero últimamente sus relaciones con ellos se
habían enfriado, entre otras cosas porque era editor de un
periódico que empezó a sufrir la censura estatal. Por esa época
publicó una serie de ensayos críticos en los que se leían lindezas
como que "Lenin y sus socios consideran admisible cometer toda
clase de crímenes", que Lenin era "un embaucador de
sangre fría que no repara ni en el honor ni en la vida del
proletariado".
El Consejo de Lituania había aprobado el proyecto de aceptar como
rey al conde Guillermo de Urach y el 12 de
agosto se le ofreció la corona formalmente. El conde
aceptó y propuso reinar con el nombre de Mindaugas II, que
era el nombre del primer rey lituano que recuerda la historia (y
que reinó en el siglo XIII). Sin embargo, Alemania no aceptó la
decisión y las relaciones se mantuvieron tensas.
A pesar de que los mencheviques se habían distanciado de las
actividades revolucionarias de los socialrevolucionarios, el 14 de agosto la guardia roja se presentó en
las oficinas del comité central menchevique e incautó todo el
material que encontró. Varios dirigentes habían sido ya detenidos
poco antes, y Mártov vivía en la clandestinidad.
El Komuch era cada vez más impopular en el territorio que
dominaba. Se veía obligado a requisar parte de las cosechas para
abastecer a las ciudades, imponiendo castigos a los campesinos que
se resistían a ellas. Además, el Komuch era cada vez más
retrógrado, se oponía a los soviets, que quería sustituir
por los antiguos zemstvos, e incluso llegó a usar antiguos
símbolos de la época zarista. En las últimas elecciones
municipales los partidarios del gobierno no obtuvieron más del 15%
de los votos. Por aquel momento el Komuch controlaba una
región con catorce millones de habitantes, pero a partir de ese
momento empezó a debilitarse: la legión checoslovaca se desintegró
en pequeñas bandas, algunas de las cuales se pasaron al bando
bolchevique.
Ante la amenaza de Kápel, Lenin dio prioridad al frente oriental,
y Trotski llegó a Sviiazhsk, a unos 25 km de Kazán, donde
logró frenar el avance blanco y la desbandada de los bolcheviques
locales. Visitó un campo en el que los bolcheviques habían reunido
a unos 15.000 jóvenes campesinos que no se habían presentado al
reclutamiento forzoso decretado por el gobierno y que eran
tratados como desertores. Trotski logró electrizarlos con un largo
discurso y pronto iniciaron su adiestramiento para combatir en el
Ejército Rojo. No obtante, Trotski autorizó la formación de
"unidades de bloqueo", es decir, unidades de la guardia roja que
permanecían en la retaguardia en cada combate con la misión de
disparar a cualquier soldado del Ejército Rojo que huyera sin que
se hubiera dado la orden de retirada.
También el Komuch empleaba medidas feroces contra los
desertores, pero con menos eficacia. Se acercaba la época de la
cosecha y muchos soldados no dudaban en abandonar el frente para
atender sus plantaciones, sin que les importara que el Ejército
Rojo estuviera cada vez más cerca y fuera cada vez más numeroso y
más disciplinado.
Japón había acordado con los aliados introducir 7.000 soldados en
Siberia como parte de una fuerza internacional, pero al final
había enviado 20.000 en una expedición independiente, lo que hizo
desconfiar a sus socios de sus intenciones en la zona. Estados
Unidos también envió tropas bajo el mando del general William
Sidney Graves, cuyas órdenes eran ayudar en la
evacuación de la legión checoslovaca y proteger los intereses
estadounidenses, sin intervenir en los asuntos internos rusos. Al
final los estadounidenses se dedicaron principalmente a vigilar a
los japoneses.
El 17 de agosto llegó a Bakú la ayuda
británica solicitada por la Dictadura del Caspio Central. Era una
fuerza de unos 1.400 hombres reunidos con dificultad por el
general Lionel Dunsterville. Había tenido que requisar
barcos rusos en el puerto persa de Anzali para llegar por el
Caspio hasta Bakú. En el barco sólo había banderas rojas
comunistas y antiguas banderas de la rusia zarista, y como no
estaba autorizado a usar ninguna de las dos ordenó izar la bandera
rusa boca abajo, con lo que se convertía en la bandera servia, que
era la de un país aliado. Dijo de sí mismo que era
un general británico en el Caspio, mar nunca antes surcado por barcos británicos, a bordo de un buque con el nombre de un presidente sudafricano y antiguo enemigo, a punto de partir de un puerto persa bajo bandera servia para socorrer de los turcos a un grupo de armenios en una ciudad revolucionaria rusa.
Dunsterville fue recibido entre aclamaciones, aunque decepcionó
que trajera tan pocos hombres. Lo peor fue que no logró que los
mencheviques de Bakú se organizaran con un mínimo de disciplina, y
mucho menos que lo admitieran como mando militar supremo. Sus
relaciones con el gobierno local fueron tensas. Su presencia
permitió el fusilamiento de algunos bolcheviques de la ciudad.
El 18 de agosto Denikin tomó
Ekaterinodar y los liberales redactaron una constitución que le
otorgaba poderes dictatoriales. Denikin vio crecer
espectacularmente el número de sus efectivs, que en unas pocas
semanas ascendió a 40.000 hombres, 100 cañones y 250
ametralladoras.
El 20 de agosto se registró en Brest,
el puerto al que llegaba la mitad de las tropas estadounidenses
destinadas a Francia, un caso de gripe mucho más mortífera que la
que unos meses antes se había detectado en Kansas. Al parecer, el
virus había sufrido una o varias mutaciones que hicieron que no
sólo afectara a niños y ancianos, como era habitual con la gripe,
sino también a jóvenes y adultos sanos, e incluso a perros y
gatos. Se calcula que murió entre el 10% y el 20% de los
infectados. El transporte de tropas ayudó a que se produjera una
epidemia mundial. De Francia pasó rápidamente a España donde, a
diferencia de lo que sucedía en los países en guerra, las noticias
sobre la gripe no fueron censuradas en la prensa, por lo que
durante un tiempo pareció que la epidemia afectaba a España más
intensamente que a otros países, y eso le valió el nombre de gripe
española.
El 21 de agosto los británicos lanzaron su ofensiva en Bapaume, al norte del Somme, los alemanes se vieron obligados a retroceder en un frente de 55 km. El 22 de agosto los británicos tomaban Albert.
El 26 de agosto los británicos
extendieron el frente del Somme otros 12 km, en lo que se conoce
como la segunda batalla de Arras.
Enver Bajá lanzó su primer gran ataque contra Bakú, pero los
defensores lograron mantener sus posiciones a pesar de andar
escasos de artillería. Los otomanos trataron de ocupar la colina Binadadi,
pero fueron rechazados.
Antón Denikin tomaba el puerto de Novorosíisk, en el mar
Negro. Ahora que controlaba un extenso territorio, Denikin tuvo
facilidades para organizarse y engrosar su ejército, que pronto
llegó a contar con 40.000 hombres, 100 cañones y 250
ametralladoras.
El gobierno de Denikin usó a los judíos como chivo expiatorio de
todo lo que iba mal. La prensa incitaba a la violencia contra los
judíos, un general invitó a la gente a armarse para extirpar "la
fuerza maligna que vive en los corazones de los
judeo-comunistas". En la pequeña ciudad de Fastov,
el Ejército de Voluntarios mató unos 1.500 judíos, principalmente
ancianos, mujeres y niños. Durante la guerra civil en el sur de
Rusia murieron más de 100.000 judíos.
Los militares estadounidenses recelaban de que Alemania pudiera
estar organizando desde México actos de sabotaje y espionaje, así
que las relaciones fronterizas se habían ido tensando últimamente.
El 27 de agosto un carpintero mexicano
llamado Ceferino Gil Lamadrid acababa de pasar la aduana
en dirección a México cuando un oficial estadounidense le ordenó
volver atrás para inspeccionar un voluminoso fardo que llevaba
consigo, ante la sospecha de que podría estar sacando armas del
país de contrabando. A pocos metros, los oficiales de aduanas
mexicanos le gritaban que no hiciera caso y siguiera adelante.
Lamadrid se quedó indeciso sin saber a quién hacer caso, cuando
otro oficial de aduanas estadounidense le apuntó con un rifle
insistiendo en que regresara. Entonces alguien disparó y Lamadrid
se tiró al suelo asustado. Los mexicanos creyeron que lo habían
matado y abrieron fuego, con lo que se inició la "batalla de
Ambos Nogales". Los estadounidenses cruzaron la frontera y
entraron en Nogales. El alcalde de la ciudad Félix Peñaloza,
ató un pañuelo blanco en la punta de su bastón y salió a la calle
pidiendo a los mexicanos que depusieran las armas, y recibió un
disparo de un estadounidense. Lo arrastraron a una farmacia
cercana pero murió a las pocas horas. La muerte del alcalde asustó
a los mexicanos, que trataron de negociar un alto el fuego, pero
les fue imposible entablar comunicación con los estadounidenses,
hasta que finalmente izaron una bandera blanca en el edificio más
alto del pueblo, la oficina de aduanas. Cuando los estadounidenses
la vieron cesaron los disparos. El conflicto se resolvió
diplomáticamente y los Estados Unidos abrieron una investigación
sobre lo sucedido.
Ese día Alemania firmaba un pacto con la República Socialista
Federativa Soviética de Rusia por la que se comprometía a ordenar
a los turcos que abandonaran su ataque contra Bakú a cambio de una
parte del petróleo que se extraía de la región. Sin embargo,
cuando Enver Bajá recibió la orden de suspender el ataque no hizo
caso y el 28 de agosto ordenó un fuerte
bombardeo que se prolongó hasta el día siguiente.
El 29 de agosto los otomanos lograron
ocupar unas colinas cerca de Bakú, infligiendo considerables bajas
a los defensores.
Mientras tanto los británicos tomaban Bapaume, en Francia.
Fanni Yefímovna Kaplán tenía 31 años y había sido
revolucionaria desde joven. Había participado en un atentado
anarquista contra el gobernador de Kiev y había sido enviada a
Siberia por el gobierno zarista. Fue liberada con la revolución y,
desencantada con la dictadura leninista, se había trasladado a Simferópol,
donde se había formado un gobierno antibolchevique. Sin embargo
los bolcheviques no tardaron en controlar la ciudad y disolvieron
sus instituciones. Kaplán, que trabajaba como funcionaria, se
quedó sin trabajo y marchó a Moscú. El 30 de
agosto Lenin salía de una fábrica en la que había dado un
discurso y cuando se disponía a entrar en su automóvil Kaplán le
gritó. Lenin se giró hacia ella y entonces ésta le disparó tres
veces: un disparo atravesó su abrigo e hirió a una mujer, otro le
impactó en el hombro izquierdo y otro en el pulmón izquierdo. Fue
trasladado inmediatamente al Kremlin y los médicos tuvieron que
atenderlo allí ante el temor de que hubiera más terroristas
dispuestos a terminar el trabajo.
Leonid Kannegisser era uno de los cadetes que había
defendido al gobierno provisional en el Palacio de Invierno al
inicio de la revolución bolchevique, ese mismo día disparó en la
cabeza a Moisei Uritsky, el jefe de la Cheka en
Petrogrado. Luego huyó en bicicleta, pero fue perseguido y
derribado, pero pudo salir corriendo y refugiarse en la embajada
británica. Salió poco después envuelto en un abrigo, pero fue
reconocido, se produjo un tiroteo con la guardia roja y finalmente
fue arrestado, torturado y finalmente ejecutado. Kannegisser
pertenecía a un grupo clandestino antibolchevique dirigido por su
primo Maximilian Filonenko, que a su vez mantenía
conexiones con Borís Sávinkov, de quien había partido el plan de
asesinar a Uritsky, si bien Kannegisser tenía además sus motivos
personales, ya que Uritsky había firmado la pena de muerte contra
varios oficiales del ejército, entre los cuales estaba el amante
de su asesino.
El 31 de agosto, antes del amanecer,
los autralianos cruzaron el Somme y tomaron el monte San
Quintín. Los alemanes se rindieron rápidamente, pero un
contraataque posterior les permitió retomar la cima. Sin embargo,
el 1 de septiembre los australianos lo
recuperaron a la vez que ocupaban la mayor parte de la ciudad de Péronne.
Los alemanes tuvieron que retirarse hasta la línea Hindemburg.
El 3 de septiembre fue ejecutada Fanni
Kaplán. Los dos atentados cometidos cuatro días antes fueron la
excusa perfecta para que los bolcheviques desencadenaran
abiertamente el terror rojo que llevaban ya un tiempo
poniendo en práctica. Tras los atentados, 1.300 "rehenes
burgueses" fueron asesinados por la Cheka en las prisiones
de Petrogrado y de Kronstad en los días siguientes. El primer
anuncio oficial se publicó en la revista Izvestia, bajo
el título de Llamamiento a la clase trabajadora, donde se
instaba a los trabajadores a aniquilar la hidra de la
contrarrevolución con el terror masivo. "Cualquiera que se
atreva a difundir el menor rumor contra el régimen soviético
será arrestado inmediatamente y enviado a un campo de
concentración".
Trotski escribió:
La burguesía es hoy una clase en decadencia... Nos vemos obligados a expulsarla, a destrozarla. El terror rojo es un arma utilizada contra una clase condenada a la destrucción que no desea perecer. Si el terror blanco sólo retarda el ascenso histórico del proletariado, el terror rojo acelera la destrucción de la burguesía.
El 5 de septiembre la Cheka publicó un
decreto que hacía oficiales las técnicas terroristas. A lo largo
de ese mes, en sólo doce de las provincias rusas, fueron
arrestados caso 49.000 desertores y más de 7.000 delincuentes, de
los cuales unos 1.800 fueron asesinados y más de 2.000 ejecutados
formalmente. Hay informes sobre toda clase de atrocidades: en
Odesa la Cheka ataba a tablones a oficiales del ejército blanco y
los introducía lentamente en hornos, o en tanques de agua
hirviendo. En Járkov era frecuente arrancar la piel o el cuero
cabelludo, en Vorónezh la Cheka hacía rodar a gente
desnuda dentro de barriles en los que se había clavado clavos de
modo que las puntas sobresalieran por dentro, en Dnipropetrovsk
hubo crucificaciones y lapidaciones a muerte, en Kremenchuk
algunos sacerdotes fueron empalados y algunos campesinos fueron
enterrados vivos, en Orel se echaba agua fría en la calle
sobre los cuerpos desnudos de las víctimas atadas, hasta que se
convertían en estatuas de hielo. Era habitual tomar como rehén a
algunos hombres para que sus esposas tuvieran que rescatarlos con
favores sexuales. La Cheka de Piatigorsk organizó un "día
del terror rojo" en el que ejecutó a 300 personas. En Kislovodsk,
a falta de una idea mejor, fueron asesinados todos los pacientes
del hospital. Huelgas masivas fueron sofocadas mediante técnicas
terroristas despiadadas.
El capitán Giorgi Chaplin había organizado un gobierno en la Administración
Suprema de la Región del Norte, presidido por Nikolái
Chaikovski, pero éste había formado un gabinete formado
enteramente por ministros socialistas, lo cual disgustaba a
Chaplin. Éste encontró una forma fácil de resolver la
inconveniencia, que era matar a Chaikovski, pero los diplomáticos
aliados tuvieron conocimiento de su intención, se lo comunicaron
al general Poole, el cual explicó a Chaplin que ir matando a
políticos no era el mejor modo de hacer las cosas. Chaplin
modificó ligeramente su plan. Esa noche 30 oficiales disfrazados
de soldados entraron en la casa en la que residían seis de los
ocho ministros del gobierno, los arrestaron y los deportaron a la
isla de Solovetski, donde tuvo que rescatarlos un buque
británico. En Arcángel se produjo una huelga general en apoyo de
los ministros.
H.G. Wells publicó Joan and Peter, the story of an
education, una crítica al sistema educativo británico.
Bretrand Russell había logrado finalmente que lo encarcelaran,
por haber pronunciado varias conferencias en contra de la entrada
de los Estados Unidos en la guerra. Durante su encierro de seis
meses escribió una Introducción a la filosofía matemática.
El 8 de septiembre regresaron a Arcángel los ministros deportados y Poole instó a Chaikovski a que remodelara su gobierno expulsando a sus ministros más radicales. Chaikovski dijo que sí, pero luego mantuvo su gobierno sin cambio alguno. El general Poole apoyó en todo momento las decisiones de Chaplin, sin embargo, acababan de llegar una 5.000 soldados estadounidenses y, ante la amenaza de retirarse si Poole no refrenaba a Chaplin, las relaciones de éste con el gobierno se suavizaron un poco.
Trotski había logrado concentrar unos 70.000 soldados en el
frente oriental, que el 10 se septiembre
arrebataron Kazán a las tropas blancas del Komuch. El 12 de septiembre los bolcheviques
recuperaban Simbirsk. Muchas tropas del Komuch se pasaron al bando
bolchevique.
Ese día los británicos atacaron Havrincourt, y antes del
anochecer estaba en sus manos. No fue una gran batalla, pero
evidenció que los alemanes estaban ofreciendo cada vez menos
resistencia. Mientras tanto, los estadounidenses iniciaron un
ataque en Saint-Mihiel, que fue el primero que organizaron
por sí mismos, con un pequeño refuerzo francés (550.000
estadounidenses y 48.000 franceses). Durante la organización de la
operación los estadounidenses emplearon por primera vez los
nombres en clave día D y hora H, para referirse al
momento previsto para el ataque. Los resultados fueron mejores que
los previstos, pues el frente en Saint-Mihiel era un saliente que
los alemanes ya habían dado por indefendible, así que cuando los
estadounidenses atacaron los pillaron en plena retirada, con la
artillería descolocada.
En la noche del 13 de septiembre los
turcos lanzaron un nuevo ataque sobre Bakú apoyados por los
azeríes, y no tardaron en abrirse paso por una de las puertas de
la muralla de la ciudad. Un contraataque detuvo su avance, pero el
14 de septiembre la situación era
insostenible para los defensores. Al anochecer Dunsterville
evacuaba la ciudad con rumbo a Anzali. Los armenios se apiñaban en
el puerto tratando de huir de la matanza que sabían les esperaba
en cuanto los turcos entraran en la ciudad.
Unos meses atrás, cuando París parecía peligrar ante la ofensiva
alemana, el general Guillaumat fue llamado a Francia, y fue
reemplazado en el frente de Macedonia por el general Franchet
d'Esperey. Éste planeó un gran ataque contra los búlgaros,
pero Francia se negó a autorizarlo si no contaba con el apoyo de
todos los aliados. Una vez desaparecida la amenaza alemana,
Guillaumat había visitado Londres y Roma para conseguir la
aprobación del plan de d'Esperey, que finalmente contaba con un
poderoso ejército de 195.000 franceses, 150.000 servios, 140.000
británicos, 140.000 griegos y 44.000 italianos, así como 6.000
miembro de la legión checoslovaca que habían sido evacuados de
Rusia y estaban deseosos de abrirse camino hasta Viena.
El ataque se inició en el valle del Vardar donde se
encontraban 550.000 búlgaros secundados por 18.000 alemanes. El 15 de septiembre los franceses y los servios
obtuvieron una victoria en Dobro Polje. Mientras tanto los
estadounidenses completaban la ocupación de todo el saliente de
Saint-Mihiel.
Los soldados turcos no entraron en Bakú hasta el 16 de septiembre, pero los musulmanes que
vivían en la ciudad habían iniciado el pillaje ya el día anterior.
Los no musulmanes fueron víctimas de robos, asesinatos y
violaciones en masa. Los muertos se contaron por decenas de miles.
Los alemanes trataron de contener a los turcos, pero fue en vano.
Ante el éxito en Havrincourt, los británicos se decidieron a
lanzar un nuevo ataque a pequeña escala, esta vez en Épehy,
que nuevamente tomaron sin dificultad, a pesar de que no llegó la
ayuda prometida por los franceses. Más de 11.000 alemanes fueron
hechos prisioneros. El frente estaba cada vez más cerca de la
línea Hindenburg.
El 18 de septiembre británicos,
griegos y franceses atacaron las posiciones búlgaras en el lago
Doiran, pero fueron rechazados.
El 19 de septiembre los británicos
iniciaron un tercer ataque en la orilla oriental del Jordán, esta
vez en Megiddo, con un frente de unos 100 km. La ofensiva pronto
abrió una brecha y la retaguardia turca se vio amenazada.
En Ufá se estaba celebrando una conferencia con la
finalidad de unificar todos los gobiernos rusos antibolcheviques.
En Omsk, el Gobierno Provisional Siberiano estaba entonces
centrando sus esfuerzos en combatir a su propio parlamento, más
que a los comunistas. El 21 de septiembre
varios ministros progresistas fueron arrestados bajo acusación de
conspirar contra el gobierno, dos de ellos consideraron una
pistola en su sien como una razón de peso para presentar su
dimisión y un tercero fue asesinado en las afueras de la ciudad.
Eliminados los ministros más progresistas, los conservadores
proclamaron la disolución de la duma, la cual llamó en su ayuda a
la legión checoslovaca, que liberó a los diputados que habían sido
arrestados.
Los franceses, usando lanzallamas, lograron finalmente desalojar
a los búlgaros de las fortalezas de Dobro Polje, con lo que
abrieron una brecha en el frente por la que entraron los servios,
que inmediatamente ocuparon Demir Kapija.
La ofensiva británica en Megiddo fue un éxito rotundo. El octavo
ejército turco fue aniquilado, y el séptimo, dirigido por Mustafa
Kemal, tuvo que retirarse desorganizadamente perseguido por los
británicos.
El 22 de septiembre el Kaiser
Guillermo II aprobó la formación del Ducado Unido del Báltico,
que comprendería las provincias arrebatadas a Rusia de Curlandia,
Letonia, Estonia y Livonia. Sería gobernado por un duque que no
sería un soberano independiente, sino que estaría supeditado al
Kaiser como sucedía en otros ducados alemanes. El candidato era Adolfo
Federico de Mecklemburgo. La capital estaría en Riga.
Tras muchas discusiones, el 23 de septiembre
la conferencia de Ufá acordó la formación de un Gobierno
Provisional de Todas las Rusias, formado por un directorio
de cinco miembros, socialistas y liberales, que resultaron ser el
socialrevolucionario Nikolái Avksentiev (presidente),
Niolái Chaikovski, como representante de la Administración
Suprema del Norte, Piotr Vologodski, el presidente
el Gobierno Provisional Siberiano, el liberal Nikolái Ástrov,
representante del gobierno de Denikin, y el general Vasili
Bóldirev, que sería el mando militar supremo. Sin embargo,
Chaikóvski rechazó su nombramiento y declaró que la Administración
Suprema del Norte permanecería independiente, y Ástrov
también comunicó que permanecería en el sur, junto a Denikin.
Fueron sustituidos por el socialrevolucionario Vladímir
Zenzínov, que había pertenecido al comité central del soviet
de Petrogrado, y el liberal Vladímir Vinográdov, antiguo
diputado de la duma imperial.
Mientras tanto los servios tomaban Veles, en Macedonia,
tras haber arrollado con algunas tropas alemanas. El 24 de septiembre el gobierno búlgaro
solicitó a los aliados un alto el fuego. El gobierno se veía
presionado cada vez más por el descontento de los campesinos, que
estaban hartos de la guerra, y de los soldados, muy
desmoralizados, y su hartazgo llegó al punto crítico cuando cayó
el frente de Macedonia. Para tratar de suavizar las tensiones, el
25 de septiembre el primer ministro
Malinov liberó a algunos presos políticos, entre ellos Aleksandar
Stamboliski, un diputado que había sido condenado a la pena
de muerte (luego conmutada por cadena perpetua) por criticar la
política del zar Fernando I.
El 26 de septiembre el general John
Persing inició la mayor ofensiva estadounidense en la guerra: la ofensiva
de Meuse-Argonne, en la que participaron 1.200.000
soldados, apoyados por los franceses. Su objetivo era capturar la
estación ferroviaria de Sedan, lo que rompería la línea de
comunicación del ejército alemán en Francia y en Flandes.
El 27 de septiembre los británicos
atacaron a su vez en el Canal del Norte.
Stamboliski había prometido calmar a los descontentos con el
gobierno búlgaro, pero apenas fue liberado estalló una revuelta de
soldados que huían del frente y se unió a los insurgentes, que ese
día proclamaron una república búlgara y lo nombraron presidente.
El 28 de septiembre belgas,
británicos, estadounidenses y franceses, bajo el mando del rey
Alberto I de Bélgica, atacaban las posiciones de Ludendorff en
Ypres y el 29 de septiembre británicos
y estadounidenses iniciaban una nueva ofensiva paralela en el canal
de San Quintín, en plena línea Hindenburg. Ludendorff
sugería además que se iniciara una reforma constitucional que
diera más poder al parlamento, porque esto era parte de lo que
había exigido el presidente estadounidense a principios de año
para apoyar una paz equitativa, sin vencedores ni vencidos.
En la ciudad belga de Spa, el general Ludendorff alemán
informó al Kaiser y al canciller, Georg von Hertling, de la
desesperada situación militar. Solicitó que se negociara un
armisticio, pues no podía garantizar que el frente occidental
resistiera 24 horas más. Desde Ypres, los aliados habían ocupado
numerosas ciudades belgas: Kortewilde, Zandvoode, Kruiseecke,
Becelaere, Zonnebeke, Poelcappelle, Schaap Baillie, St Yves,
Messines, Terhand y Dadizeele.
Mientras tanto los franceses tomaban Skopje, en Macedonia. El
ejército búlgaro se vio obligado a abandonar el valle del Vardar,
y se veía empujado por los servios hacia Sofía. Los británicos
notaron que las fortificaciones búlgaras en el lago Doiran estaban
muy silenciosas y, cuando avanzaron, se percataron de que los
búlgaros las habían abandonado, así que iniciaron un avance hacia
la frontera búlgara. Ese mismo día Bulgaria firmó con d'Esperey un
armisticio en Tesalónica por el que se ponía fin a su intervención
en la guerra y se comprometía a evacuar los territorios ocupados
en Grecia y Servia. Al mismo tiempo un grupo de soldados búlgaros
descontentos marchaba sobre Sofía y la ciudad tuvo que ser
defendida con la ayuda de algunas tropas leales al gobierno y
unidades alemanas. La rendición de Bulgaria implicaba que los
670.000 soldados aliados del general d'Esperey tenían el camino
expedito hacia Viena, por lo que la situación de Austria-Hungría
se volvía no menos desesperada que la alemana.
El primer ministro japonés, Terauchi Mastake, presentó su
dimisión tras una serie de revueltas que se habían extendido por
el país debido a la subida del precio del arroz. Fue sucedido por
Hara Takashi, que fue el primer gobernante japonés que no
pertenecía a la nobleza ni al ejército.
El canciller von Hertling no quiso saber nada de convertir a
Alemania en una monarquía parlamentaria, así que el 30 de septiembre presentó su dimisión.
Ese día el Senado estadounidense rechazó por dos votos la
propuesta de enmienda a la Constitución para legalizar el sufragio
femenino.
Los británicos entraron en Damasco. En su avance habían capturado
unos 20.000 prisioneros. El 1 de octubre
tomaron Beirut. Se inició entonces una persecución contra los
turcos y otomanos en continua retirada, que dio a los británicos
el control completo de Palestina, el Líbano y el sur de Siria. En
toda la campaña fue relevante la ayuda de los rebeldes árabes,
coordinados con los británicos a través de Lawrence de Arabia. Los
árabes eran poco dados a aceptar prisioneros y llevaron a cabo
auténticas matanzas de miles de turcos y alemanes.
Ese día terminó la batalla del Canal del Norte, en la que
los británicos habían rebasado muchas de las defensas de la línea
Hindenburg y habían dejado el camino abierto hacia Cambrai. La
lucha continuaba más al sur, en el canal de San Quintín,
donde el 2 de octubre los británicos
abrían una brecha de 17 km en la línea Hindenburg. Mientras tanto
los alemanes lograron frenar el avance aliado en Ypres, que había
movido el frente unos 29 km.
El general d'Esperey había solicitado que una flota aliada
atacara el puerto de Durazzo, en Albania, en poder de los
austro-húngaros, para evitar que los ejércitos de las potencias
centrales que se retiraban tras la rendición de Bulgaria pudieran
aprovisionarse. Los aliados reunieron más de medio centenar de
barcos, italianos, británicos, estadounidenses y australianos e
iniciaron un bombardeo desde unos 7 km de la costa. En el puerto
había tres buques de guerra austro-húngaros, que avanzaron y
retrocedieron varias veces para contraatacar, hasta que finalmente
fueron perseguidos y tuvieron que huir hacia el norte siguiendo la
costa. Cazasubmarinos estadounidenses se enfrentaron a dos
submarinos enemigos que tuvieron que retirarse con graves daños.
Tras perder todas sus defensas, los austro-húngaros tuvieron que
evacuar Durazzo.
El alzamiento de soldados búlgaros fue finalmente sofocado, pero
el gobierno pidió la abdicación del zar Fernando I como único
medio de evitar una revolución. Fernando I abdicó el 3 de octubre en su hijo Boris III,
de 34 años. Al anochecer marchó exiliado a Coburgo, en Alemania.
El Kaiser Guillermo II nombró como canciller al príncipe Maximiliano
de Baden con el encargo de negociar un armisticio con
los aliados y reformar el sistema de gobierno alemán. Ese mismo
día Maximiliano formó un gobierno en el que, por primera vez,
había dos socialdemócratas.
Ese día llegó a un cuartel estadounidense en la retaguardia del
frente de Meuse-Argonne una paloma mensajera. Una bomba había
estallado cerca de ella y la metralla le había entrado en el
pecho. Cayó al suelo por un momento, pero retomó el vuelo y llegó
a su destino ensangrentada, con un ojo inutilizado y una pata
sostenida apenas por un tendón. Llevaba un mensaje que decía: "Estamos
junto a la carretera paralela a 276.4. Nuestra propia artillería
está lanzando un bombardeo directamente sobre nosotros.
Por el amor del Cielo, párenlo." El mensaje lo enviaba el
mayor Charles Whittlesey, cuyo batallón había avanzado más
allá del frente el día anterior creyendo que le seguían otros
batallones por los flancos, pero éstos habían sido detenidos y sus
hombres habían quedado rodeados por los alemanes. El mensaje
permitió localizarlos y se iniciaron las operaciones para
rescatarlos. La paloma se llamaba Cher Ami, fue
condecorada con la Croix de Guerre por el ejército francés
y con una hoja de roble por el estadounidense. Murió ocho meses
después como consecuencia de las heridas. Tan pronto como paró el
bombardeo, el "batallón perdido" fue atacado por los alemanes, y
los estadounidenses resistieron en condiciones muy precarias.
El 4 de octubre el canciller
Maximiliano de Baden presentó una petición de armisticio ante el
presidente estadounidense, pero Wilson no lo aceptó de forma
inmediata, sino que respondió con varias notas diplomáticas
sucesivas en las que tanteó la disposición real de Alemania a dar
pasos significativos. En su primera nota pidió la retirada de
Alemania de las zonas ocupadas y el fin de la guerra submarina.
Las técnicas de Trostki de movilización forzosa habían engrosado
el Ejército Rojo de menos de 300.000 hombres que tenía cinco meses
atrás hasta más de un millón. Sus principales problemas eran
políticos y no militares. Trotski quiso poner al general zarista Pavel
Pavlovich Sytin al frente del ejército meridional, que debía
enfrentarse al Komuch, pero Stalin se negó a aceptar el
nombramiento y Sytin tuvo que regresar a Moscú para la indignación
de Trotski. Más tarde Lenin reuniría a Trotski y a Stalin con la
intención de reconciliarlos, pero el intento no surtió efecto.
El aviador francés Roland Garros, tras tres años de cautiverio,
había logrado escapar y estaba de nuevo en activo, pero el 5 de octubre fue derribado en las Ardenas y
no sobrevivió.
Pese a todo, la guerra contra el Komuch marchaba bien. El 6 de octubre los socialrevolucionarios
disolvieron el Komuch y huyeron a Ufá.
Alejandro Stamboliski fue nombrado primer ministro de Bulgaria,
secundado por la Unión Agraria Búlgara. Recientemente se había
formado un partido comunista búlgaro que no quiso aliarse con
Stamboliski, porque consideraba a la Unión Agraria como un partido
campesino burgués, y esperaba promover en breve una revolución
similar a la rusa.
El 7 de octubre el Ejército Rojo tomó
Samara.
A Ufá habían llegado también tres representantes de la
Administración Suprema de la Región del Norte. Finalmente,
Chaikovski había aceptado mantener relaciones con el Directorio de
Omsk, persuadido por el nuevo representante de los aliados, el
general británico Edmund Ironside, que resultó mucho más
conciliador que su antecesor, el general Poole. Ese día Chaikovski
anunció la formación de un nuevo gobierno, el Gobierno
Provisional de la Región Septentrional, formado por
ministros liberales, con el propio Chaikovski como único
socialista en la presidencia y la cartera de Exteriores.
El 8 de octubre unas unidades de
rescate lograron llegar hasta la posición del batallón del mayor
Whittlesey y rescató a los supervivientes. De algo más de 500
hombres, 197 habían muerto, 150 fueron capturados o dados por
desaparecidos y 194 pudieron ser rescatados.
Mientras tanto los británicos lanzaban un ataque sobre Cambrai.
Finlandia había logrado la independencia de Rusia gracias a la
ayuda militar alemana, y ahora debía pagar la factura. El 9 de octubre el parlamento finés se vio
obligado a proponer como rey de Finlandia al príncipe Federico
Carlos de Hesse-Kassel, que estaba casado con una hermana de
Kaiser Guillermo II.
Ese día llegaron a la estación de Omsk los miembros del
directorio elegido en Ufá. La estación estaba desierta. El
Gobierno Provisional Siberiano no había enviado a nadie a
recibirlos, ni les proporcionó alojamiento. La autoridad del
directorio fue escasa. Sus esfuerzos por conciliar las
aspiraciones de todas las posturas que teóricamente debían
apoyarlo lo llevó a no hacer gran cosa. Además en la práctica
quedó supeditado al Gobierno Provisional Siberiano, del que
dependía económicamente. En Ufá una parte de los miembros del
Komuch puestos en fuga por los bolcheviques formó un gobierno
supeditado al Directorio de Omsk, mientras que otra parte había
marchado a Ekaterimburgo, donde formó el Congreso de Miembros
de la Asamblea Constituyente.
El 10 de octubre terminó la batalla
del canal de San Quintín, cuando los británicos
consolidaron definitivamente la brecha que habían abierto en la
línea Hindenburg, despejando todas las ciudades fortificadas
alemanas de las proximidades. Al mismo tiempo caía Cambrai, mucho
antes de lo esperado.
El presidente chino Feng Guozhang tuvo que dimitir a causa de sus
escasas dotes como político. El primer ministro Duan Qirui había
aspirado a la presidencia, pero sus malos resultados en sus
intentos de someter el sur del país hicieron aconsejable que, a
pesar de que su camarilla dominaba el parlamento, se abstuviera de
proponerse y, en su lugar, apoyó a Xu Shichang, que era
civil, por lo que no tenía su propia camarilla de militares y
podía pasar por neutral. A los pocos días de su nombramiento logró
vencer la resistencia de los militares a entablar negociaciones
con el gobierno de Sun Yat-Sen, en el Sur.
Unos meses atrás, antes del armisticio, el ejército de Georgia
había ocupado la provincia de Lorri, de población
mayoritariamente armenia, para defenderla de los turcos, pero tras
el armisticio Georgia no había retirado sus tropas. El gobierno
georgiano propuso celebrar una reunión con representantes de
Georgia, Armenia, Azerbaiyán y la República de las Montañas del
Cáucaso Septentrional para resolver disputas fronterizas. Armenia
había aceptado en un principio, pero luego se había echado atrás.
La reunión se retrasó para tratar de que Armenia cambiara de idea,
pero finalmente se inició sin ella el 11 de
octubre.
El 14 de octubre, en el frente de
Meuse-Argonne, los estadounidenses iniciaron el asalto a la línea
Hindenburg en la batalla de Montfaucon, mientras
británicos, franceses y belgas lanzaban un nuevo ataque en el
norte, ahora contra Courtrai, ante un ejército alemán en constante
retirada.
El 16 de octubre empezaron las
primeras reuniones entre los aliados y las Potencias Centrales
para llegar a un armisticio. Al mismo tiempo se formaba un Consejo
Nacional de Eslovenos, Croatas y Servios en Zagreb (la
capital croata) que rechazó la propuesta del emperador Carlos I de
reformar el régimen político de los territorios eslavos dentro del
Estado dual austro-húngaro.
A lo largo del año los Estados Unidos habían intensificado la
lucha contra residentes extranjeros implicados en actividades
terroristas o revolucionarias. Meses antes las autoridades habían
allanado las oficinas de la Cronacca Sovversiva, de Luigi
Galleani, suprimieron la publicación, arrestaron a los editores y
se hicieron con los nombres y direcciones de varios miles de
suscriptores. Ahora se aprobaba la ley de exclusión de
anarquistas, contra la que Galleani y sus seguidores
protestaron enérgicamente. Galleani declaró: La deportación no
detendrá la tormenta que azota estas costas. La tormenta ha
llegado y pronto los alzará, los estrellará y los aniquilará a
todos ustedes a sangre y fuego... ¡nosotros los dinamitaremos!
En Haití había estallado una revuelta contra la ocupación
estadounidense, dirigida por Carlomagno Péralte. Los
rebeldes, unos 5.000, eran conocidos como cacos, e
iniciaron una guerra de guerrillas. Mientras tanto en Haití se
aprobaba una nueva constitución que eliminaba la prohibición
existente hasta entonces de que los extranjeros pudieran comprar
tierras.
El 17 de octubre los estadounidenses
habían atravesado la línea Hindenburg. En Bélgica, Thorout,
Ostende, Lille y Douai caían en manos aliadas.
El 18 de octubre un gobierno provisional checo proclamó en París la Declaración de Independencia Checoslovaca. Unos días antes los aliados habían reconocido a Masaryk como presidente provisional. Mientras tanto Alexandru Vaida-Voevod leía en el parlamento húngaro en Budapest una declaración de autodeterminación de Transilvania. La parte más occidental de Ucrania también estaba integrada en el Imperio Austro-Húngaro, y los diputados ucranianos formaron un Consejo Nacional Ucraniano. El mismo día el emperador Carlos I publicó un "Manifiesto a mis leales pueblos" en el que anunciaba una reordenación de Austria-Hungría en seis Estados federados. Sin embargo, los distintos comités nacionales que habían formado para entones las distintas etnias que integraban el Imperio estaban negociando con quien realmente necesitaban negociar: con los aliados. Unos 70.000 soldados transilvanos se reunieron en Viena para dirigirse desde allí a Transilvania bajo la dirección de Iuliu Manu. El Cuerpo de Voluntarios Transilvanos y Bucovinos del Ejército Austro-Húngaro publicó una respuesta al manifiesto del emperador en el que llamaban a la integración en el reino de Rumanía de Transilvania y otros territorios del imperio poblados mayoritariamente por rumanos.
El 19 de octubre los aliados, en su
avance a través de Bélgica, capturaban Brujas y Zeebrugge
y llegaban por primera vez a la frontera con los Países Bajos.
El 20 de octubre Charlie Chaplin
estrenó la segunda película producida para First National.
Fue un proyecto arriesgado, pues era una comedia sobre la guerra y
le advirtieron que podría ser mal recibida por el público, pero no
fue así: ¡Armas al hombro! tuvo un gran éxito tanto de
taquilla como de crítica. Una buena parte de la película resulta
ser un sueño en el que Chaplin captura en Francia al mismísimo
Kaiser y al príncipe heredero. No obstante, se eliminaron las
escenas que mostraban su vida de civil y su reclutamiento no del
todo voluntario, así como la escena final del sueño, en la que el
rey de Gran Bretaña y el presidente francés elogian su actuación.
La duración de la película terminó siendo de 45 minutos.
Unos meses antes Mary Pickford había firmado también un contrato
con la First National, tras haber rechazado renovar su
contrato con la Paramount. Ante su negativa, Zukor llegó a
ofrecerle 250.000 dólares, no ya por trabajar para él, sino por no
trabajar más en el cine.
El 21 de octubre llegó a Omsk una
delegación británica, que decepcionada con la falta de cooperación
entre el Gobierno Provisional Siberiano y el Directorio de Omsk
advirtió de que sólo recibirían ayuda aliada si cooperaban para
lograr un gobierno unificado de oposición a los bolcheviques.
Las fuerzas alemanas en el Cáucaso recibieron órdenes de evacuar
la zona.
El presidente Wilson rechazó las condiciones de paz propuestas
por Austria-Hungría. El 22 de octubre
hubo grandes manifestaciones en Zagreb en favor del Consejo
Nacional.
El 24 de octubre el presidente Wilson
emitió la tercera nota diplomática en la que ponía condiciones
para firmar un armisticio con Alemania. Entre líneas sugería que
el Kaiser debía abdicar. Ludendorff reaccionó cambiando de idea y
aconsejando que Alemania continuara la guerra.
Alexandru Marghiloman, el primer ministro rumano, había sido
elegido por su afinidad con Alemania para negociar un tratado de
paz lo más favorable posible, pero en la nueva tesitura urgía
cambiarlo por otro partidario de la Entente, y el rey Fernando I
eligió al general Constantin Coandă.
Ese día murió el compositor francés Charles Lecocq.
El 25 de octubre se formó un Consejo
Nacional Húngaro, que reclamó la independencia de Hungría y
el fin de la alianza con Alemania, junto con otras
reivindicaciones. Lo presidía Mihály Károlyi, un
aristócrata húngaro que había formado un partido político hasta
entonces minoritario, de tendencias de izquierda. Una multitud se
dirigió al palacio del archiduque José Augusto de Austria,
el representante del emperador en Hungría, para exigir que se
adoptaran las medidas reclamadas por el consejo. La policía
disparó y causó varias docenas de heridos.
Ludendorff había amenazado con dimitir si Alemania aceptaba las
condiciones que estaban exigiendo los aliados, y 26 de octubre el canciller von Baden le tomó
la palabra. Ludendoff huyó a Suecia con un pasaporte falso y fue
sustituido por el general Wilhelm Groener como la segunda
autoridad militar de Alemania, por debajo del mariscal Hindenburg.
Los británicos tomaron Alepo a los otomanos.
El emperador Carlos I visitó Hungría y luego regresó a Viena
acompañado de Károlyi, sopesando la posibilidad de nombrarlo
primer ministro de Hungría. El 27 de octubre
Károlyi regresó a Budapest y fue recibido por una multitud que
cantaba la Marsellesa.
El general Armando Diaz inició un nuevo ataque contra los
austro-húngaros en el río Piave y logró establecer una cabeza de
puente en el río por la que los soldados italianos empezaron a
atravesar el frente. El colapso del ejército austro-húngaro era
inminente y el 28 de octubre un grupo
de políticos checos tomó el poder pacíficamente y proclamó la
independencia de Checoslovaquia en Praga, tal y como unos días
antes había sido proclamada desde París.
El parlamento alemán aprobó los cambios constitucionales por los
que el canciller y sus ministros pasaban a estar subordinados al Reichstag,
y el mando militar se transfería del Kaiser al gobierno imperial.
Así el Imperio Alemán pasaba de ser una monarquía constitucional a
una monarquía parlamentaria. Estos cambios eran prácticamente todo
lo que el partido socialdemócrata alemán había estado persiguiendo
hasta entonces en el plano político.
El emperador Carlos I escribió de nuevo al presidente Wilson
proponiendo una paz separada y admitiendo el derecho de
autodeterminación de checoslovacos y yugoslavos. Mientras tanto,
una gran manifestación en Budapest reclamaba que el Consejo
Nacional Húngaro fuera reconocido como gobierno de Hungría por el
Imperio. Temiendo una revolución, hasta Esteban Tisza, el
más conservador de los políticos húngaros, representante de la
oligarquía, recomendó el nombramiento de Károlyi como primer
ministro.
El 29 de octubre los italianos
expulsaron a los austro-húngaros de la ciudad de Vittorio.
Poco después llegó la noticia de la proclamación de la
independencia de Checoslovaca, y los soldados checoslovacos del
ejército austro-húngaro amenazaron con amotinarse si se les
obligaba a seguir combatiendo. Al mismo tiempo se proclamaba en
Zagreb el Estado de los Eslovenos Croatas y Servios (que
no incluía a Servia, sino a los territorios del Imperio
Austro-Húngaro poblados por dichas nacionalidades). Esto a su vez
hizo que los soldados eslavos del ejército austro-húngaro se
negaran a seguir combatiendo en Italia.
En Budapest los dirigentes del partido socialdemócrata enviaron
agitadores a los cuarteles para ganarse el apoyo de los soldados.
Distribuyeron carteles que anunciaban que en breve llegarían
tropas con la misión de aplastar las reivindicaciones
nacionalistas, e instaron a los soldados a organizarse formando
consejos (es decir, lo que los rusos llamaban soviets).
Finalmente, el emperador decidió no nombrar primer ministro a
Károlyi y en su lugar eligió a János Hadik, que tenía fama
de hombre duro.
Unos días antes, el almirante alemán Franz von Hipper, al mando de la flota alemana de Kiel, por iniciativa propia, a pesar de que la rendición alemana era inminente, había despachado una orden para combatir a la Royal Navy en el canal de la Mancha. El descontento cundió entre los marineros, que no estaban dispuestos a ser sacrificados inútilmente cuando la guerra estaba ya perdida, y teniendo en cuenta además que un último ataque podría hacer que los cambios constitucionales que el país estaba adoptando perdieran credibilidad ante los aliados. Esa noche los marineros de tres barcos de guerra dejaron de obedecer órdenes y se negaron a levar anclas. Otros dos barcos se unieron a ellos y cometieron actos de sabotaje.
El 30 de octubre el Imperio Otomano
firmó con los aliados el armisticio de Mudros, por el que
se comprometía a abandonar todos sus territorio excepto Anatolia.
En el Cáucaso debía retirarse hasta sus posiciones previas a la
guerra. Unos días antes Enver Bajá había huido a Berlín.
El único militar otomano que se negó a acatar el armisticio de
Mudros fue Fahreddin Bajá, que estaba defendiendo Medina
frente al asedio de los árabes de Faisal ibn Hussein, a pesar de
que recibió la orden de entregar la ciudad de parte del mismo
sultán otomano.
Armando Diaz prosiguió su avance desde Vittorio, sin más
oposición que la de las tropas austriacas, pues las demás habían
desertado o se habían amotinado.
Varios buques de guerra alemanes apuntaron con su artillería a
los barcos amotinados y los rebeldes se rindieron, pero el plan de
ataque a Gran Bretaña tuvo que suspenderse porque el alto mando no
consideró que pudiera confiarse en los marineros.
Esa noche integrantes del Consejo de Soldados tomaron
pacíficamente diversos edificios oficiales de Budapest. Luego
marcharon a liberar a dos compañías de soldados que habían sido
arrestadas e iban a ser enviadas al frente. Los soldados que
custodiaban a las dos compañías se unieron a los manifestantes y
liberaron a los presos. Después los soldados se dirigieron a la
comandancia militar y, por el camino, se arrancaron los símbolos
imperiales de sus uniformes y en su lugar pusieron crisantemos,
por lo que los hechos de ese día fueron conocidos como la Revolución
de los Crisantemos. El comandante de la guarnición fue
detenido, los insurrectos tomaron la prisión militar y liberaron
algunos miembros del Consejo de Soldados que habían sido detenidos
por la policía días antes.
Los soviéticos no lograban resultados significativos ante el
Ejército de Voluntarios de Antón Denikin. Su acción más destacada
por esas fechas fue la toma de Stavropol, gracias a la
cual evitaron perder el contacto con Moscú.
La máxima autoridad militar en Budapest era el general Gëza
Lukachich von Somorja, que debería haber tratado de reprimir
la revuelta, pero se encontró con que la mayoría de sus soldados
simpatizaba con los sublevados y no se atrevió. En su lugar, ya en
la madrugada del 31 de octubre,
telefoneó al emperador Carlos I para comunicarle el éxito de la
revolución y solicitar instrucciones. También Hadik telefoneó al
emperador y le pidió permiso para dimitir a la vez que le sugería
nombrar a Károlyi en su lugar. Luego el emperador telefoneó al
archiduque José Augusto para que se reuniera con Károlyi y lo
nombrara primer ministro. Mientras Károlyi se reunía con Hadek y
el archiduque, los trabajadores declararon una huelga en apoyo de
Károlyi. Las calles de Budapest se llenaron de manifestantes que
agitaban crisantemos. Al amanecer se anunció el nombramiento de
Károlyi como primer ministro. Poco después un grupo de soldados
asesinaba a Esteban Tisza, que fue una de las pocas
víctimas de la revolución.
Para evitar que terminara en manos aliadas, el emperador Carlos I
cedió toda la flota austriaca al Estado de los Eslovenos, Croatas
y Servios. Con esto la flota dejó de participar en la guerra, pero
un grupo de sabotaje italiano, que desconocía el cambio, entró en
el puerto de Pola y, valíendose de un torpedo humano un
pequeño submarino que llevaba a dos buceadores sobre él, colocó
dos minas lapa en el Viribus unitis, el buque principal de
la flota. Los dos hombres fueron capturados y llevados a bordo del
barco, donde informaron de lo que habían hecho. El barco fue
evacuado, pero como la explosión no tuvo lugar a la hora prevista,
la tripulación volvió a la nave para buscar las bombas y
desactivarlas. Éstas estallaron un cuarto de hora más tarde de lo
previsto y mataron a varios cientos de marinos. El barco se
hundió.
Para entonces los estadounidenses ya dominaban todo el bosque
Argonne, pero los combates contra los alemanes continuaban.
El 1 de noviembre una delegación de
marineros de Kiel pidió que no se abriera un consejo de guerra
contra los amotinados unos días antes, pero su petición fue
rechazada.
El emperador Carlos I liberó de su juramento de lealtad a Mihály
Károlyi, a la vez que el archiduque José Augusto juraba lealtad al
nuevo gobierno húngaro. Mientras tanto en las calles se pedía que
el nuevo gobierno proclamase la república, pero Károlyi no quería
hacerlo sin consensuarlo antes con el emperador, y envió una
delegación a Viena para pedir la abdicación de Carlos I como rey
de Hungría.
En la Ucrania austro-húngara un grupo de militares tomó el
control de su capital, Leópolis, y proclamó la República
Popular de Ucrania Occidental. El nuevo gobierno, presidido
por Yevguén Petrushévich, reclamó su soberanía sobre un
extenso territorio, si bien en la práctica sólo controlaba una
parte de Galitzia, cuyas zonas urbanas estaban pobladas
principalmente por polacos, a los que la creación de una república
ucraniana les pilló por sorpresa. Inmediatamente surgieron
revueltas en varias ciudades.
Ese día Seguéi Rajmáninov llegaba a Nueva York. Al poco de llegar
la compañía Steinway le regaló un piano y en los cuatro
meses siguientes protagonizó unos cuarenta conciertos.
En Italia, los austriacos ya se habían retirado hasta los Alpes,
pero no llegaba ninguna orden de alto el fuego desde Viena, y los
italianos continuaron avanzando. El 2 de
noviembre entraban en el Trentino.
Los marineros de Kiel organizaron un consejo en el que
deliberaron sobre su estrategia. Contaban con armas suficientes
para iniciar una acción y sus demandas se extendieron rápidamente
entre las unidades de la Marina Imperial a lo largo del mar del
Norte, que no tardaron en amotinarse en su gran mayoría.
Viendo que Alemania estaba a punto de rendirse y que no iba a
estar en condiciones de imponer nada a sus vecinos, los lituanos
consideraron que ya no había necesidad de aceptar un rey alemán y,
más aún, que un rey alemán no facilitaría en nada sus futuras
relaciones con los aliados, así que el Consejo de Lituania canceló
la invitación al duque Guillermo para asumir la corona lituana.
Poco después se adoptó una constitución provisional que no se
pronunciaba sobre si el país sería monárquico o republicano.
El 3 de noviembre el local en el que
se reunían los marineros de Kiel fue clausurado, pero pasaron a
reunirse junto con obreros al aire libre. Un teniente ordenó
disparar contra los manifestantes y murieron nueve personas, pero
entonces un marinero mató al teniente.
Ante las presiones aliadas para que los antibolcheviques formaran
un frente unido, el Gobierno Provisional Siberiano accedió a
disolverse para ceder el mando al Directorio de Omsk, pero antes
sus miembros se aseguraron de poner a siete de sus miembros en el
consejo de ministros del directorio.
Mientras tanto los italianos tomaban Trieste. Ese día Austria
firmó un armisticio con Italia, que no entraría en vigor hasta el
día siguiente, así que los italianos avanzaron un poco más. Al
mismo tiempo se creaba en Transilvania un Consejo Rumano
Nacional Central que tomó el control de los centros de
gobierno locales, con lo que Transilvania se independizó de facto
de Hungría.
Esa noche se inició una lucha entre los habitantes polacos y
ucranianos de la ciudad de Przemysl, en la Galitzia
Austro-Húngara. Los polacos se hicieron fuertes en la mitad de la
ciudad y los ucranianos en la otra mitad.
El 4 de noviembre los marineros de
Kiel desarmaron a sus oficiales, ocuparon los barcos, liberaron a
los amotinados que habían sido arrestados y tomaron el control de
las instalaciones militares de Kiel y otros edificios públicos.
Los soldados que fueron enviados a sofocar la revuelta se unieron
a ellos. El puerto de Kiel estaba bajo el control de unos 40.000
soldados y obreros insurrectos. Delegaciones del consejo de
marineros se esparcieron por las principales ciudades alemanas.
Esa noche un diputado del partido socialdemócrata acudió a Kiel en
representación del nuevo gobierno. Habló con los sublevados y
logró convencerlos de que el nuevo gobierno los apoyaba y que la
rebelión no era necesaria. Sin embargo, en otras ciudades
surgieron nuevos "consejos de trabajadores y soldados" y
estallaron nuevos focos de insurrección.
Para entonces, el partido socialdemócrata alemán se había escindido en dos (algo similar a lo que había sucedido en Rusia con la separación entre bolcheviques y mencheviques). Por una parte estaba el Partido Socialdemócrata Independiente Alemán, que era partidario de negociar la paz inmediatamente y establecer un gobierno socialista, en el que el Estado controlara la industria, y el Partído Socialdemócrata Alemán (a veces llamado Partido Socialdemócrata Mayoritario Alemán, para distinguirlo del otro) que era partidario (por lo menos hasta hacía poco) de continuar la guerra y defendía un sistema de gobierno parlamentario.
En el frente occidental los aliados cruzaban el Sambre desde ese
momento su avance fue cada vez más rápido, de unos 8 km al día.
El 5 de noviembre los polacos de
Leópolis lograron el control de media ciudad, pero los ucranianos
rodearon sus posiciones.
El 7 de noviembre la rebelión de Kiel
se había extendido por todas las ciudades costeras, así como por
Hannover, Brunswick, Frankfurt y Múnich. La revuelta en
Munich había sido organizada por el socialdemócrata
independiente Kurt Eisner. El rey Luis III de Baviera se
vio obligado a marcharse con su familia y el 8 de noviembre Eisner proclamó la República
de Baviera. Mientras tanto un tren de cinco vagones había
entrado en Francia atravesando el frente occidental, escoltado por
el ejército francés a través del devastado Norte de Francia.
Transportaba a una delegación alemana encabezada por el
parlamentario Matthias Erzberger, cuyo destino era el tren
privado del general Foch, que esperaba junto al bosque de Compiègne.
Foch apareció el primer día a preguntar a los alemanes qué
querían, y ante la respuesta esperada —negociar un armisticio—
dejó la reunión en manos de sus negociadores.
El 9 de noviembre el primer ministro
servio, Nikola Pašic, en una reunión celebrada en Ginebra
reconoció el Estado de los Eslovenos, Croatas y Servios y se
comprometió a pedir a los demás países aliados que hicieran lo
mismo.
En España, el gobierno de concentración terminó cuando Antonio
Maura presentó su dimisión ante la imposibilidad de que el
parlamento aprobara sus presupuestos. A la salida del palacio real
declaró a los periodistas: Qué deprisa se ha acabado
esto ¿verdad? Ahora que venga otro más guapo que yo para
arreglarlo. El "guapo" fue Manuel García Prieto. El
embajador francés escribió a su gobierno: En el momento en que
todas las miradas se dirigen hacia el horizonte en que se
deciden los destinos del mundo los españoles continúan
dedicándose a sus pequeñas querellas intestinas.
En Alemania la revolución había llegado a Berlín. Para contener
posibles disturbios, el canciller von Baden había ordenado el
despliegue por la capital al cuarto regimiento de tiradores de
Naumburgo, pero cuando sus miembros recibieron las primeras
órdenes, enviaron una delegación al Partido Socialdemócrata para
pedir explicaciones. Allí encontraron al diputado Otto Wels,
que convenció a los soldados para que apoyaran al partido. En poco
tiempo, la mayor parte de los soldados presentes en Berlín estaban
bajo las órdenes del socialdemócrata Friedrich Ebert, que
llevaba meses pidiendo la abdicación del Kaiser. Ahora insistió en
su demanda y el canciller trató de convencer a Guillermo II —que
seguía en Bélgica— de que abdicara, y Guillermo II trató de
negociar de modo que pudiera abdicar como emperador, pero no como
rey de Prusia. Von Baden trató de hacerle ver que eso no era una
opción viable, pero Guillermo II se negó a ceder. En un principio,
el canciller planeó trasladarse a Spa para tratar de convencer a
Guillermo II personalmente, pero los acontecimientos iban
demasiado deprisa para permitir el viaje. Unilateralmente, anunció
que el Kaiser había abdicado, que su heredero había renunciado a
sus derechos y trató de organizar una regencia alrededor de otro
miembro de la familia Hohenzollern. Sin embargo, poco después el
socialdemócrata Philipp Scheidermann anunció en el
Parlamento la proclamación de la República Alemana y dos
horas más tarde, en el Palacio Real de Berlín, Karl Liebknecht, al
frente de la Liga Espartaquista, proclamó una República
Socialista Libre, de carácter comunista:
Los miembros del partido proclamamos la República Socialista Libre de Alemania, en la que no habrá más esclavos y en la que cada trabajador honrado recibirá la recompensa justa por su honesto trabajo. Las regla del capitalismo, que han convertido a Europa en un caos, han muerto.
Entonces el canciller von Baden presentó su dimisión y (en un
acto de legalidad dudosa) transfirió sus poderes a Ebert, al que
consideró en mejor situación para evitar que Alemania terminara en
la anarquía.
Mientras tanto el Kaiser Guillermo II había huido desde Bélgica a
los Países Bajos. Como en realidad no había abdicado, su huida era
técnicamente una deserción.
El general d'Esperey cruzó el Danubio y se dispuso a internarse
en Hungría. Entretanto, Rumanía decidió declarar de nuevo la
guerra a los Imperios Centrales.
Matthias Erzberger se enteró de la abdicación del Kaiser a través
de los periódicos de París que le mostraron los aliados. Ese mismo
día recibió un telegrama de Hindenburg que le autorizaba a firmar
el armisticio en las condiciones que los aliados impusieran y
después otro de Ebert en el mismo sentido. Los delegados alemanes
no pudieron negociar nada, salvo corregir algunas exigencias
imposibles (como entregar más submarinos de los que poseía la
flota imperial) o ampliar ligeramente los plazos para efectuar la
retirada de tropas. El 11 de noviembre
el general Foch apareció de nuevo para supervisar la firma, y así
terminó definitivamente la Primera Guerra Mundial. Entre
sus 35 artículos, las condiciones principales eran las siguientes:
La hora para el alto el fuego eran las 11 de la mañana, hora
francesa, y ambos bandos apuraron hasta el último minuto (e
incluso hasta el último segundo, pues los estadounidenses lanzaron
un proyectil de largo alcance en la zona de Verdún a las 10:57:30
instante calculado para que la bomba impactara a gran distancia
tras el frente alemán justo antes de las 11. Ese día hubo 10.944
bajas, de las cuales 2.738 fueron muertes. A las 10:45 murió el
francés Augustin Trébuchon, que recibió un disparo cuando
se disponía a anunciar a sus compañeros que tras el armisticio
habría sopa caliente. A las 10:59 murió el estadounidense Henry
Gunter, mientras cargaba contra unos alemanes atónitos, que
sabían que faltaba sólo un minuto para que el armisticio entrara
en vigor. La reacción en el frente pasadas las 11 fue en general
fría. En algunos lugares soldados alemanes se acercaron a las
trincheras aliadas, abrazaron a los soldados que allí había y se
marcharon. Lejos del frente, las reacciones fueron más eufóricas.
En París sonaron las campanas y unos 5.000 estudiantes se
reunieron ante el Palacio del Elíseo y "obligaron" al primer
ministro, Georges Clemenceau, a salir a un balcón desde donde
gritó un "Vive la France!" que fue repetido una y otra vez
por la multitud.
En total, la guerra había dejado unos 9 millones de muertos y
desaparecidos en cada bando. Contando los heridos, las bajas se
estiman en unos 16 millones en los imperios centrales y unos 22
millones entre los aliados.
Ese mismo día abdicaba el emperador Carlos I de Austria-Hungría,
si bien en su escrito no mencionaba en ningún momento la palabra
"abdicación", sino que decía que renunciaba a seguir participando
en la administración del Estado.
Apenas llegó la noticia del armisticio, en Lituania se formó un
gobierno provisional bajo la presidencia de Augustinas
Voldemaras.
Desde Arcángel, un ejército formado por británicos, estadounidenses, canadienses y rusos blancos había avanzado por el río Dvina y derrotó al Ejército Rojo en Tulgas.
El día anterior el polaco Józef Piłsudski había sido excarcelado
por los alemanes, y ahora llegaba a Varsovia donde, tras proclamar
la independencia de Polonia, fue reconocido como jefe del Estado y
comandante en jefe del ejército polaco, lo que en la práctica lo
convirtió en un dictador. Pronto negoció la salida de los alemanes
de Polonia, los cuales dejaron sus armas, con las que empezó a
organizar un ejército polaco. No obstante, desde Cracovia ya se
habían enviado algunas fuerzas hasta Przemysl para combatir a los
ucranianos, que el 12 de noviembre
fueron expulsados de la ciudad.
Ese día una Asamblea Nacional proclamaba la república de la
Austria Alemana, formada por los territorios del Imperio
Austro-Húngaro habitados por germanohablantes. Karl Seitz
y Karl Renner fueron nombrados presidente de la república
provisional y canciller provisional, respectivamente, y se redactó
un esbozo de constitución que en su primer artículo definía al
Estado como una república democrática, y en el segundo la
convertía en parte de la República Alemana. La mayor parte de los
austríacos consideraba que la unión con Alemania era necesaria
para una Austria que había perdido o estaba a punto de perder el
60% del territorio que hasta entonces había dominado.
En Alemania, el Consejo de Representantes del Pueblo publicó su
programa de gobierno. Se levantaba el estado de sitio y la
censura, se establecía el derecho a voto para hombres y mujeres
desde los 20 años de edad, se decretó la amnistía para todos los
prisioneros políticos y se promulgaron las libertades de
asociación, reunión y prensa.
Rumanía, manteniendo su reciente declaración de guerra, invadió
Hungría.
En Suiza el Comité de Olten había organizado varias huelgas que
finalmente culminaron en una huelga general. El comité envió al
gobierno una lista de nueve reivindicaciones, entre las que
figuraban el voto femenino y la jornada laboral de 48 horas. Fue
seguida por unos 400.000 obreros, aunque en la parte francófona la
huelga resultó eclipsada por las celebraciones del armisticio.
El conde Károlyi tuvo que viajar a Belgrado y el 13 de noviembre firmó con d'Esperey un
armisticio paralelo al que había firmado Austria. En él aceptó que
las tropas servias y francesas avanzaran para ocupar toda Croacia
y algunos territorios más, y además consintió que el ejército
rumano ocupara una parte de Transilvania. Esto fue una toda una
sorpresa para Károlyi, que en todo momento había procurado seguir
las directrices marcadas por los aliados con la convicción de que
éstos tratarían a Hungría como un país amigo igual que estaban
haciendo con otros integrantes del Imperio Austro-Húngaro que
estaban recibiendo el apoyo aliado (los transilvanos, los
checoslovacos y los yugoslavos). Pero para los aliados Hungría era
la segunda mitad de Austria-Hungría: uno de los países que les
había declarado la guerra.
El rey Luis III de Baviera liberó a sus funcionarios de su
juramento de lealtad al rey, lo que Eisner interpretó como una
abdicación. También abdicó ese día el rey Federico Augusto III de
Sajonia.
Alemania se había visto forzada a renunciar al tratado de
Brest-Litovsk, así que el gobierno de Moscú declaró no
considerarse ya sujeto a lo acordado en él.
Tropas británicas entraron en Constantinopla.
El dictador ucraniano Skoropadski, ante la pérdida del respaldo
alemán, trató de asegurar su permanencia en el poder negociando
con los aliados y con los rusos blancos. A éstos les prometió que
Ucrania se incorporaría a Rusia cuando los bolcheviques fueran
derrotados, lo que le granjeó la oposición de una gran parte de
los rumanos que preferían la independencia. La impopularidad de
estas medidas dio fuerza a la oposición, que formó un directorio
presidido por Volodímir Vinnichenko y Simon Petliura,
que la noche del 14 de noviembre
emitieron una proclama en la que negaron la autoridad de
Skoropadski y llamaron a un alzamiento contra él.
La Asamblea Nacional checoslovaca eligió como presidente a Tomáš Garrigue Masaryk, que formó su primer gobierno, presidido por Karel Kramář.
Por esta época había en Siberia unos 60.000 checoslovacos, 70.000
japoneses, 9.000 estadounidenses, 4.000 canadienses, 2.000
británicos y un número menor de franceses, italianos y polacos,
pero los únicos que combatían a los soviéticos eran los
checoslovacos. Los demás se limitaban a entrenar a los soldados de
los ejércitos antibolcheviques y a garantizar la seguridad de
diversas ciudades e instalaciones. Los japoneses aspiraban a
convertir a Siberia en un Estado independiente (lo más débil que
fuera posible) para que sirviera de pantalla frente a Rusia, y por
ello no tenían ningún interés en adentrarse en Rusia. El único que
deseaba acabar con los bolcheviques era el general británico, Alfred
Knox, pero la nula colaboración de sus socios hacía que sus
planes de combate fueran inviables.
El 15 de noviembre los sindicalistas
alemanes firmaron un acuerdo con los principales empresarios del
país por el que se comprometían a poner fin a las huelgas, a
asegurar una producción ordenada, a combatir la influencia de los
consejos e impedir la nacionalización de la industria a cambio de
una jornada laboral de ocho horas y de la formación de una
comisión de arbitraje que mediara en futuros conflictos y
supervisara la aplicación de los acuerdos salariales. El gobierno
convirtió en ley la jornada laboral de ocho horas, amplió la
seguridad social y de accidentes y estableció medidas de ayuda a
los desempleados.
El gobierno húngaro estaba negociando con el Consejo Nacional
Central Rumano (de Transilvania), pero ese día los transilvanos se
retiraron de las negociaciones y anunciaron que convocarían
elecciones y que las negociaciones las continuaría una delegación
que contara con el aval del respaldo popular, mientras el ejército
rumano estaba ocupando Transilvania, lo que proporcionaba un aval
más interesante.
El gobierno suizo había movilizado a unos 100.000 hombres con los
que logró que el Comité de Olten diera por terminada la huelga
general sin condiciones. Tanto movimiento de gente contribuyó a
expandir la gripe española, que afectó a más de 20.000 personas,
entre ellas unos 3.000 soldados. El temor que provocó una posible
revolución comunista en Suiza reforzó a la derecha, que creó una Federación
Patriótica Suiza contra los reformistas radicales.
El presidente brasileño Venceslau Brás fue sucedido por Delfim
Moreira. En realidad había sido elegido vicepresidente, pero
el presidente electo era Francisco de Paula Rodrigues Alves, que
había cogido la gripe española (y moriría unos meses más tarde a
causa de ella).
El 16 de noviembre se proclamó la República
Popular de Hungría, con Mihály Kárlolyi como primer
presidente.
Libre de la injerencia alemana, el estonio Konstantin Päts hizo
un llamamiento de voluntarios para organizar un ejército nacional.
El gobierno ruso de Moscú había organizado un ejército occidental que constaba de 19.000 hombres, pero que en pocos meses crecería hasta los 46.000, y que el 17 de noviembre empezó a avanzar hacia Bielorrusia y Ucrania siguiendo la retirada de las tropas alemanas. Su objetivo era recuperar el control sobre todos los territorios occidentales que habían formado parte del Imperio Ruso.
Ese día 1.000 soldados británicos desembarcaron en Bakú para
relevar a los otomanos en el control de la ciudad.
En el extremo sur de la península arábiga vivían los zaidíes,
una secta islámica que se había rebelado en numerosas ocasiones
contra el dominio otomano hasta que poco antes de que estallara la
guerra el sultán reconoció como cabeza espiritual y temporal de
los zaidíes al imán Yahya ibn al-Husayn, que a su
vez se reconoció vasallo de los turcos. Ahora acababan de llegar
las noticias de la rendición del Imperio Otomano y el 17 de noviembre al-Husayn, respaldado por
numerosos jefes tribales, se proclamó en Sanaa rey del
Yemen.
En Riga, la capital letona, se organizó el Consejo del
Pueblo, un parlamento de 40 miembros que eligió un gobierno
presidido por Kārlis Ulmanis, quien el 18
de noviembre proclamó la independencia de Letonia. Esto
suponía la suspensión del proyecto alemán de constituir el Ducado
Unido del Báltico.
Una asamblea revolucionaria proclamó la incorporación de
Montenegro al reino de Servia.
Un oficial cosaco, Iván Krasílnikov, arrestó a los
miembros socialrevolucionarios del directorio de Omsk junto con
otros dirigentes del partido. Los restantes miembros del gobierno
nombraron Gobernante Supremo al que hasta entonces era el ministro
de defensa, Aleksandr Kolchak. Éste se encontraba ausente,
en una inspección al frente, cuando tuvo lugar el golpe de Estado,
pero probablemente tenía conocimiento de lo que iba a suceder. El
golpe contó con el apoyo del general británico Knox. Los
británicos no participaron activamente, pero se engargaron de
"mantener el orden" evitando una posible reacción de los
socialrevolucionarios. Kolchak había contado desde el primer
momento con toda la confianza del general Knox. De hecho, antes de
que se produjera la revolución bolchevique, Kérenski lo había
enviado a los Estados Unidos y recientemente había regresado a
Sibera acompañado del propio Knox. En cambio, el general
estadounidense Graves no aprobaba a Kolchak, por considerarlo
demasiado conservador. Los socialrevolucionarios arrestados fueron
deportados. Los militares que participaron en el golpe fueron
ascendidos.
El directorio ucraniano había logrado el apoyo de la mayor parte
de las tropas del país, que empezaron a moverse hacia la capital,
donde Skoropadski contaba todavía con algunas unidades del
ejército alemán para su defensa.
El 19 de noviembre murió Joseph
Fielding Smith, sobrino del fundador del Negocio de Jesucristo
de los Santos de los Últimos Días, y el último
presidente que conoció al fundador. Tuvo cuarenta y tres hijos y
adoptó a algunos más. Su sucesor, Heber Jeddy Grant, se
dedicó con tenacidad a erradicar la poligamia de su Iglesia y a
mejorar sus relaciones con el gobierno estadounidense.
El 20 de noviembre, tras varias
semanas de asedio y lucha, el Ejército de Voluntarios logró tomar
la ciudad de Stavropol, aunque la mayor parte de los bolcheviques
había logrado romper el cerco para escapar.
Las fuerzas del directorio ucraniano habían tomado el control de
Járkov, Poltava y Rivne, y el 21 de noviembre pusieron bajo asedio a Kiev,
la capital.
Mientras tanto un ejército polaco rompía el cerco de los
ucranianos en Leópolis, entraba en la ciudad en auxilio de los
polacos asediados y saqueaba la parte ucraniana. Los judíos
especialmente perseguidos bajo acusación de haber colaborado con
los ucranianos, y constituyeron la tercera parte de las víctimas
del saqueo.
El 23 de noviembre representantes de
los aliados llegaron a Novorosíisk para reunirse con diversos
dirigentes blancos, a los que prometieron ayuda. Denikin pidió el
envío de veintidós divisiones aliadas y que se ralentizara el
repliegue alemán en Ucrania, para no dejarla indefensa ante los
bolcheviques.
El gobierno alemán promulgó una ley sobre jornadas laborales,
bajas por enfermedad y vacaciones pagadas.
Los alemanes que habían invadido Mozambique habían atravesado la colonia portuguesa y habían pasado a Rodesia, hasta que finalmente su comandante, Paul von Lettov-Vorbeck, recibió un telegrama en el que se le notificaba que se había firmado el armisticio. Se dirigió entonces a la ciudad de Abercorn y allí se rindió ante la guarnición británica.
El 24 de noviembre se fundó el Partido
de los Comunistas de Hungría. No se llamó "partido comunista
húngaro" porque la mayor parte de los trabajadores a los que
supuestamente representaba no eran de etnia húngara. Era un
partido minoritario al frente del cual estaba el periodista Béla
Kun.
Ese día la región de Syrmia, que en principio formaba
parte del Estado de los Eslovenos, Croatas y Servios, declaró su
anexión al reino de Servia, y el 25 de
noviembre hizo lo mismo la región de Voivodina.
Para entonces ya se había acordado que todo el Estado de los
Eslovenos, Croatas y Servios se uniría a Servia, y era cuestión de
días que se la unión se llevara a cabo en la práctica. El 26 de noviembre se hizo oficial la anexión
de Montenegro a Servia.
El 27 de noviembre Lars Johannes
Ingman fue nombrado primer ministro de Finlandia.
El 28 de noviembre una asamblea
elegida en la región de Bucovina acordó su anexión a Rumanía. En
Ucrania, Skoropadski proclamó la integración de Ucrania en el
"gran reino ruso", en un intento de recibir apoyo de los rusos
blancos frente a las fuerzas del directorio (que no eran
prosoviéticas, por lo que la actitud de Skoropadski era sólo un
intento de aferrarse al poder).
El Ejército Rojo cruzó la frontera con Estonia y atacó la ciudad
de Narva, defendida por un regimiento de infantería alemán
y por alumnos de enseñanza secundaria que habían formado una Liga
de Defensa de Estonia. Los rusos entraron el la ciudad el 29 de noviembre y organizaron una Comuna
de los trabajadores de Estonia, presidida por Jann
Anvelt. Los rusos quisieron presentar el conflicto como una
guerra civil estonia, pero la realidad era que apenas había
comunistas estonios, así que fue una intervención rusa en toda
regla. La comuna instauró un régimen de terror.
El 30 de noviembre abdicó el rey
Guillermo II de Wurtemberg.
El 1 de diciembre
el reino de Servia se anexionó definitivamente el Estado de los
Eslovenos, Croatas y Servios para convertirse en el Reino de
los Servios, Croatas y Eslovenos, aunque informalmente fue
conocido como Yugoslavia. El rey era oficialmente el hasta
entonces Pedro I de Servia, pero era el príncipe Alejandro el que
ejercía la regencia. Pedro I había pasado los primeros años de la
guerra entre varios balnearios servios. Sólo ocasionalmente visitó
el frente y finalmente había salido de Servia por Albania junto
con miles de refugiados servios, y se había instalado en la isla
griega de Corfú.
A lo largo del siglo XIX se había desarrollado un movimiento
independentista en Islandia que terminaba ahora con un acuerdo por
el que Dinamarca reconocía a Islandia como un Estado
independiente, un reino cuyo rey sería el mismo Cristián X de
Dinamarca. Además, Dinamarca dirigiría las relaciones exteriores
de Islandia.
Ese mismo día se inauguró en Alba Iulia la Asamblea
Nacional de Rumanos de Transilvania y Hungría, con 1.228
representantes de los territorios húngaros de etnia rumana y en
ella se decidió la unión de éstos con Rumanía.
Mientras tanto el Ejército Rojo cruzaba la frontera de Letonia.
El 3 de diciembre el ejército
británico entraba en Alemania, y posteriormente se unieron tropas
de ocupación francesas y estadounidenses, que se establecieron a
lo largo de la región de Renania.
En España los parlamentarios catalanes entregaron al presidente
del gobierno, Manuel García Prieto, un borrador de un estatuto de
autonomía para Cataluña promovido por Francesc Cambó. El gobierno
se dividió sobre si negociar o no con los catalanes y finalmente,
el 5 de diciembre García Prieto
dimitió, y fue sucedido por el conde de Romanones, que había sido
ministro en los dos gabinetes precedentes y era partidario de la
negociación.
Para mediados de mes estaba convocado en Berlín el Primer
Congreso General de los Consejos de Obreros y Soldados,
y Friedrich Ebert y Wilhelm Groener estaban planeando evitarlo con
la ayuda de las tropas que iban regresando del frente. El 6 de diciembre uno de los regimientos que
había recibido órdenes al respecto actuó antes de tiempo
disparando a una manifestación pacífica de "Guardias Rojos"
alemanes. Mataron a 16 personas.
Las tropas rumanas seguían avanzando por Transilvania con el visto bueno del ejército francés. El 7 de diciembre ocuparon Braşov.
El gobierno alemán transfirió formalmente la autoridad en Letonia
al gobierno nacional de Ulmanis.
Recientemente se había formado el Partido Comunista de
Lituania, que había decidido organizar una revolución
socialista en el país. Tras haber recibido financiación rusa, el 8 de diciembre organizó un gobierno
revolucionario presidido por Vincas Mickevičius-Kapsukas.
Las fuentes rusas afirman que se reunió en Vilnius, la capital,
pero es mucho más probable que el gobierno siguiera el avance del
Ejército Rojo, que todavía no había llegado hasta allí.
El 9 de diciembre los ucranianos
lanzaron un ataque sobre Przemysl con la intención de expulsar a
los polacos, pero éstos enviaron rápidamente refuerzos.
Los armenios de Lorri iniciaron una revuelta contra la ocupación
de Georgia.
En la víspera del día fijado para discutir en el parlamento la
propuesta de estatuto de autonomía para Cataluña, unas cien mil
personas se manifestaron en Madrid "en contra del separatismo". El
rey Alfonso XIII, que poco antes había alentado a Cambó a que
presentara el borrador, ahora manifestaba su solidaridad "con
los gestos patrióticos de las provincias castellanas".
Ese año se concedieron únicamente dos premios Nobel, curiosamente
a dos alemanes, y los dos habían firmado el Manifiesto de los
93, cuatro años atrás.
La entrega de los premios se pospuso al año siguiente a causa de
la guerra.
Henry Ford transfirió el control de su empresa a su hijo Edsel.
Por esa época, la mitad de los automóviles estadounidenses eran
del modelo Ford T.
El 12 de diciembre los armenios lograron apoderarse de la ciudad de Sanahin, en Lorri, tras un ataque sorpresa, e inmediatamente establecieron defensas. El embajador de Georgia propuso resolver el conflicto diplomáticamente, pero Armenia respondió con un ultimátum exigiendo a Georgia la retirada de sus tropas.
Mientras tanto las tropas rumanas ocupaban Sibiu, en Transilvania. El gobierno húngaro empezó a reclutar tropas para tratar de frenar a los rumanos, pero era demasiado tarde.
En Ucrania, el Directorio logró pactar la neutralidad de los alemanes, lo que le daba vía libre para atacar a Skoropadski en Kiev.
El ataque a los manifestantes de extrema izquierda sucedido unos
días atrás en Berlín había alertado a la Liga Espartaquista. Rosa
Luxemburg publicó un artículo en el periódico Banderas Rojas,
en el que proponía que los obreros berlineses desarmaran
pacíficamente a los soldados que iban regresando del frente, así
como la subordinación de los Consejos al gobierno revolucionario
paralelo al de Ebert.
Tras la oposición radical de los grandes partidos al proyecto de
estatuto catalán, Francesc Cambó y los demás diputados catalanes
abandonaron el parlamento. Algunos nacionalistas catalanes habían
organizado en París el Comité Nacional Catalán, por el que
pretendían participar en las negociaciones del acuerdo de paz que
terminaría oficialmente con la Primera Guerra Mundial, presentando
una demanda de autodeterminación similar a las que habían
presentado las distintas minorías étnicas del Imperio
Austro-Húngaro, al amparo de los catorce puntos de Wilson.
El 14 de diciembre dimitió Pavló Skoropadski. Permaneció unos días escondido en Kiev hasta que huyó disfrazado entre los alemanes que abandonaban la ciudad.
El príncipe Federico Carlos de Hesse-Kassel renunció al trono de Finlandia que los fineses habían tenido que concederle bajo la presión alemana.
Poco después de la firma del armisticio, el primer ministro británico, David Lloyd George, había convocado elecciones a las que los conservadores se presentaron en coalición con una parte de los liberales dirigida por Lloyd George, y obtuvieron una amplia mayoría que permitió a Lloyd George seguir al frente del gobierno.
Una huelga general depertó el temor de la agitación socialista e
hizo caer al gobierno de Coandă en Rumanía, que fue sucedido por
Ion Brătianu.
En Portugal había tenido lugar una huelga de campesinos en la que
José Júlio da Costa actuó como negociador ante las
autoridades. Se llegó a un acuerdo, pero el gobierno de Sidónio
Pais no lo aceptó y castigó severamente a los huelguistas. Da
Costa era de los que llamaban al dictador Pais "el
presidente-rey", lo cual, viniendo de un republicano, no era
ningún elogio. En contrapartida por las represalias contra los
huelguistas, da Costa esperó a Pais en la estación de Lisboa,
cuando se disponía a iniciar un viaje en tren, y desde la
distancia que le permitía el cordón policial, disparó dos tiros.
Uno le alcanzó en el brazo y el otro en el vientre, lo que le
causó la muerte. El poder quedó en manos del ministro de Marina, João
do Canto e Castro.
En Barcelona fueron recibidos con honores los diputados catalanes
que habían abandonado el parlamento español. Desde hacía unos días
que se producían en la ciudad manifestaciones y altercados entre
los nacionalistas y la policía y el ejército.
La Metropolitan Opera House de Nueva York estrenó Il
trittico, una agrupación de tres óperas en un acto de
Giacomo Puccini: Il tabarro, Suor Angelica y Gianni
Schicchi.
Los nacionalistas vascos habían apoyado las reivindicaciones
autonomistas catalanas, porque coincidían con sus propias
aspiraciones. El 15 de diciembre se
celebró una asamblea de los ayuntamientos de Vizcaya para tratar
el asunto, pero terminó en un altercado entre nacionalistas y no
nacionalistas.
El 16 de diciembre se inauguró en Berlín el Primer Congreso General de los Consejos de Obreros y Soldados de Alemania. Ebert no había logrado dispersar a los delegados, pues los soldados que llegaban del frente con los que esperaba contar no querían más que ir a sus casas a celebrar la Navidad con sus familias, y fue imposible contar con ellos, pero fue mejor así, porque la mayoría de los delegados resultaron ser socialdemócratas y no espartaquistas. Karl Liebknecht no logró que se aprobara ninguna de las resoluciones que proponía.
El gobierno comunista lituano, instalado en Daugavpils, publicó un manifiesto en el que proclamaba la República Socialista Soviética Lituana. Similarmente, el 17 de diciembre Pēteris Stučka proclamaba la República Socialista Soviética Letona.
Mientras tanto los polacos lograban repeler el ataque ucraniano en Przemysl.
El 18 de diciembre tropas francesas
ocuparos Odesa y Sebastopol, en la costa del mar Negro, con el
propósito de abastecer al Ejército de Voluntarios de Denikin.
El 19 de diciembre el Directorio ucraniano entró en Kiev, donde restableció la República Popular de Ucrania.
En Berlín, los delegados del Congreso de Consejos votó por 344
contra 98 en contra de la creación de un sistema de consejos
similar al de los soviets rusos como base de una nueva
constitución alemana. Por el contrario, se respaldó la decisión
del gobierno de Ebert de convocar lo antes posible una Asamblea
Constituyente. El único punto de discrepancia entre Ebert y
los acuerdos del congreso fue sobre el control del ejército. La
propuesta fue que los Consejos de Soldados nombraran a los
oficiales y eligieran a los altos mandos. Esto era contrario al
acuerdo secreto entre Ebert y Groener, y éstos empezaron a
reclutar un cuerpo de voluntarios leales para enfrentarse a la
supuesta amenaza bolchevique.
El 20 de diciembre se estrenó en
Madrid una de las obras de teatro más representadas de la
literatura española: La venganza de don Mendo, una parodia
del drama histórico escrita por Pedro Muñoz Seca, que
llevaba ya algunos años llenando teatros con sus comedias.
El 21 de diciembre llegó a Praga Tomáš
Garrigue Masaryk, el presidente electo de la República
Checoslovaca.
El presidente salvadoreño Carlos Meléndez renunció al cargo por
motivos de salud y fue sustituido como presidente provisional por
Alfonso Quiñónez.
El 22 de diciembre el ejército
ucraniano empezó a bombardear Leópolis.
Stojan Protić se convirtió en el primer primer ministro del Reino de los Servios, Croatas y Eslovenos.
El 23 de diciembre una división de la
marina se amotinó en Berlín a causa de una paga que se le debía.
Los marinos tomaron la cancillería, cortaron las líneas de
teléfono y tomaron como rehén al comandante Otto Wels,
responsable de que no se hubiera abonado la paga reclamada. Ebert
pudo ponerse en contacto con el alto mando militar, que se
encontraba en Kassel, a través de una línea telefónica secreta.
Creyó que los rebeldes apoyaban a la Liga Espartaquista, pero lo
cierto es que no tenían ninguna intención de derribar al gobierno
y sólo reclamaban su paga. A pesar de que Wels fue puesto en
libertad, Ebert dio orden de que el 24 de
diciembre tropas leales atacaran la cancillería. Sin
embargo, los marinos resistieron el ataque y las tropas leales
tuvieron que evacuar el centro de Berlín. Nuevamente, los
amotinados pudieron tumbar el gobierno y no lo hicieron.
Finalmente la revuelta fue sofocada gracias en gran medida a que
carecía de dirigentes.
El ejército rumano entró en Cluj, en Transilvania, sin
encontrar resistencia, al igual que en otras ciudades cercanas. El
rey Fernando I de Rumanía firmó el decreto que aprobaba la anexión
de Besarabia, Bucovina y Transilvania a Rumanía. Hungría inició
negociaciones con los aliados, así como con Checoslovaquia,
Hungría, Servia, Bulgaria y Rusia para fijar nuevas fronteras.
El ejército blanco de Kolchak, bajo el mando del checo Radola
Gajda, tomó Perm, donde se hizo con un sustancioso botín que
incluía una fábrica de armas.
El Ejército Rojo tomó la ciudad de Tartu, en Estonia.
Mientras tanto el ejército estonio había reclutado 600 oficiales y
11.000 voluntarios para oponerse al avance bolchevique. El
gobierno había obtenido ayuda de Finlandia, que suministró 5.000
rifles y 20 cañones junto con munición.
En el momento en que terminó la guerra, Albania se encontraba
ocupada por fuerzas de países diferentes: Italia controlaba la
mayor parte de su territorio, pero Grecia y Servia controlaban
algunas regiones. El 25 de diciembre se
inauguró el Congreso de Durazzo con el fin de organizar el
territorio. Particiaron 53 delegados de las distintas regiones de
Albania bajo ocupación italiana. Previamente a la inauguración del
congreso, el gobierno italiano había tratado de atar cabos para
que lo que saliera de él fuera la formación de un Congreso
Nacional Albanés bajo la tutela de Italia. Sin embargo, los
delegados no parecían estar dispuestos a acatar las directrices
italianas.
Para entonces el ejército armenio había llegado a unos 50 km de
Tiflis, la capital de Georgia, pero entonces intervinieron los
representantes aliados allí presentes y propusieron un marco para
poner fin a la guerra. Georgia lo aceptó y se decidió aplicarlo
con o sin el consentimiento de Armenia.
El 26 de diciembre Mykolas
Sleževičius sucedió a Augustinas Voldemaras como primer
ministro de Lituania. Ante la amenaza del Ejército Rojo se le
propuso asumir poderes dictatoriales, pero se negó a ello.
Inmediatamente hizo un llamamiento para reclutar voluntarios con
los que enfrentarse a los rusos.
Tras varios días de bombardeo, el 27 de
diciembre los ucranianos iniciaron un asalto a Leópolis,
pero los polacos lograron repelerlo.
El congreso de Durazzo se clausuró con el nombramiento de un gobierno provisional albanés con Turhan Përmeti como primer ministro.
La Organización Militar Polaca organizada por Piłsudski dejó de
ser una organización secreta para integrarse en el nuevo ejército
polaco. Hasta ese momento, la Polonia independiente era la parte
del antiguo reino polaco que había sido anexionada a Rusia, pero
ese día se produjo una insurrección en la "Gran Polonia", que era
la parte alemana. Se inició en la ciudad de Poznań,
tras un discurso patriótico de Ignacy Jan Paderewski, el cual
había tratado en vano de involucrar a Józef Piłsudski. Pronto se
formó una Guardia Ciudadana que se nutrió en gran parte de
veteranos de la guerra. Inmediatamente se produjeron réplicas en
otras ciudades.
El 29 de diciembre los
socialdemócratas independientes abandonaron el gobierno alemán en
protesta por la represión de la revuelta de los marinos ocurrida
la semana anterior. Al presidente Ebert no le podía haber salido
mejor la jugada: unos militares ponen en jaque a su gobierno y el
resultado fue que los socios políticos que no había tenido más
remedio que aceptar se van y le dejan las manos libres.
Los georgianos obtuvieron una victoria decisiva contra los
armenios en la batalla de Shulaveri.
El 30 de diciembre fracasó un intento
de negociación entre los polacos y las autoridades alemanas. Los
primeros controlaban ya más de una docena de ciudades. En Poznań
el sexto regimiento de granaderos fue acorralado en sus barracones
y, tras una negociación, se le permitió abandonar la ciudad con
sus armas. Los polacos rechazaron un ataque alemán a Gniezno.
La Liga Espartaquista inauguró un congreso en Berlín en el que
pasó a denominarse Partido Comunista de Alemania, lo que
suponía la ruptura definitiva con los socialdemócratas
independientes.
Tras varios intentos influctuosos, el 31 de
diciembre los británicos lograron imponer un alto el
fuego entre armenios y georgianos.
Ese día los alemanes se retiraron de Vilnius, la capital lituana, lo que la dejaba prácticamente indefensa ante los rusos. Al mismo tiempo un escuadrón de la armada británica llegaba a Tallinn, la capital de Estonia, para entregar 6500 rifles y algunas piezas de artillería. Además entregó dos destructores rusos que había capturado unos días antes mientras bombardeaban Tallinn.
La guerra civil rusa I |
Índice | El tratado de
Versalles |