FE DE ERRATAS 4 (en el Mundo Obrero de noviembre 2018)

Rafael Pla López (suplente del Comité Central del PCE)

1. La mirada de las hermanas Mirabal ante el fascismo, el racismo y la misoginia, por Nora García Nieves (página 2).

La autora pone como un ejemplo de violencias “pastillas anticonceptivas llenas de hormonas”. No sé si ello es un caso de feminismo “posmoderno”, pero sí parece exento de memoria feminista. Habrá que recordar que al final del franquismo y el principio de la transición una de las reivindicaciones feministas era el derecho al uso de pastillas anticonceptivas (abreviadamente llamadas “la píldora”) para poder ejercer su libertad sexual evitando embarazos indeseados.

Ciertamente, las pastillas anticonceptivas (como casi todos los medicamentos) pueden tener efectos colaterales negativos, pero también efectos colaterales positivos (pueden leerse artículos al respecto en http://www.15a20.com.mx/amor-sexualidad-salud/efectos-hormonales-de-las-pastillas-anticonceptivas y http://www.pikaramagazine.com/2014/10/anticoncepcion-hormonal-lo-que-nos-venden-y-no-nos-cuentan/ ). Pero en todo caso su efecto en el cuerpo de la mujer es menos agresivo que el de un aborto, cuyo derecho es reivindicado actualmente por el movimiento feminista en todo el mundo.

Y hay que ser prudentes en distinguir lo que es violencia de lo que no lo es, porque si no se puede caer en aberraciones como la del juez Llarena. Ciertamente, sería violencia forzar a una mujer a tomar la píldora o abortar en contra de su voluntad. Pero no lo es si es producto de su libre decisión, de acuerdo con el lema “las mujeres parimos, las mujeres decidimos”.

2. Mala pareja, buen padre: la falacia patriarcal, por Arantza García (página 2).

Leo en este artículo “expuesto/a la violencia” y no entiendo porqué hay una barra “/ “, hasta que encuentro que el artículo está lleno de barras, presumiblemente en aras de un lenguaje inclusivo respecto al género.

Hay quienes discuten que la barra sea un buen método para tal lenguaje inclusivo (recuerdo una antigua camarada que decía que no quería que la enviaran al otro lado de la barra), prefiriendo otros métodos, como la duplicidad de términos (en ese caso, “expuesto o expuesta”), el uso de un signo neutro como la arroba @ o, cuando es posible, el uso de terminos genéricos (por ejemplo, “persona” en vez de “hombre o mujer”, “infancia” en vez de “niños o niñas”, “progenitor” en vez de “padre o madre”, etc.).

Pero en todo caso hay que cuidar que la barra se utilice correctamente (en ese caso, “expuesto/a a la violencia”). La no repetición de la “a” es claramente un error tipográfico.

3. Mujeres: sujeto y predicado, por Patricia Castro (página 3).

Leo el artículo intentando entender el significado del título. Pero lo único que encuentro es frases como “Por replantear hasta han replanteado el concepto de mujer” referida al “movimiento posmoderno” o “Aunque el término mujer pueda ser más amplio que en otros tiempos, en la gran mayoría de casos sigue significando lo mismo”. Leo hasta el final del artículo buscando una explicación sobre el contenido del referido cambio del concepto de mujer, pero no encuentro nada que vaya más allá de esos circunloquios.

Puedo colegir que se refiere a las mujeres trans, pero en tal caso está mal planteado: no sólo hay mujeres trans (que han pasado de hombre a mujer) sino también hombres trans (que han pasado de mujer a hombre), de modo que si el término en unos casos se amplía en otros se reduce.

En todo caso, si se quiere hablar del cambio entre el concepto de “mujer” como sexo biológico o como rol social de género, debería explicitarse. Además de tener en cuenta a quienes se definen como intersexuales negándose a definirse dentro de la dualidad hombre-mujer. Lo cual, en la lucha por la igualdad, debería ser el objetivo final, de modo que las personas no se definan por el color del pelo, el color de la piel o sus genitales.

4. Maquillaje turco, condolencias y dramas personales, por Nora García Nieves (página 4).

Leo en el artículo “GREVIO (siglas en inglés de Grupo de Expertas en la lucha contra la violencia contra la mujer del Consejo de Europa)” e intento entender cómo se construyen esas siglas “en inglés”. Pero dado que no aparece la “W” de “Women”=”Mujer” en inglés, entiendo que las siglas se construyen tomando “GR” de “Grupo”, “E” de “Expertas” y “VIO” de “violencia”. Pero en tan caso las siglas pueden ser tanto “en inglés” como en castellano, catalán o francés. De modo que la referencia a “siglas en inglés” sobra.

Dice el artículo más adelante, en la siguiente página, que “El feminismo es un arma para despertar conciencias, para reconocernos mujeres, pero también para reconocernos negras, gitanas”, etc, Pero también el machismo reconoce a las mujeres (y el racismo a las negras o gitanas) para discriminarlas. Y por otra parte, quien se considere intersexual no asumirá reconocerse como mujer, sin por ello dejar de ser feminista. De modo que no veo que tal reconocimiento sea de por sí un signo de feminismo.

5. 25-N, una oportunidad para una ley abolicionista, por Cristina Simó (página 5).

La erratas que encuentro en este artículo son principalmente tipográficas. Ciertamente, el término “abolicionista” puede cuestionarse, en tanto que pueda abolirse una ley o una norma, pero no una realidad social como la prostitución, que lo que tendría que ser es erradicada. No obstante, el uso del término “abolición” como sinónimo de “erradicación” referido a la prostitución se ha extendido tanto que lo que habría que requerir es que dicha acepción sea recogida en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y en otros diccionarios, como el del Institut d’Estudis Catalans.

Pero en el artículo se habla del “discurso de la defensa de las trabajadoras del sexo” y de “las ‘putas’/trabajadoras sexuales (como se hacen autodenominar)”. Parece adecuado poner “putas” entre comillas, debido al uso denigratorio de dicho término, y denominarlas mejor “mujeres prostituidas”, como también se hace en el artículo, para subrayar su carácter de víctimas. Pero habría que entrecomillar también “trabajadoras del sexo” y “trabajadoras sexuales” para subrayar que la prostitución no es un trabajo.

Por otra parte, en el artículo se habla también de “Los hombres prostituyentes o mal llamados clientes”. Y no se entiende porqué están “mal llamados” clientes: la prostitución no es un trabajo, pero sí es un negocio, y los negocios tienen clientes. De hecho, más adelante se habla de la Proposición de Ley Orgánica de Izquierda Unida “con varias modificaciones legales para abolir la prostitución, con la penalización de los clientes”. Eso sí, a dichos clientes sí puede llamárseles también puteros, sin comillas, en tanto se quiere penalizarlos. Teniendo en cuenta que los hombres prostituyentes son tanto los puteros como los proxenetas, es decir, quienes pagan por la prostitución y quienes se lucran con ella. Ahora bien, hay que recordar que también hay mujeres proxenetas, y por tanto prostituyentes, aunque se las denomine habitualmente con el galicismo “madames” o el literario “celestinas”.

Dice el artículo que “no es fácil multar a los prostituidores sin disponer de una legislación abolicionista, puesto que en España la prostitución sólo está penada si hay proxenetismo”. De hecho, por mucha legislación abolicionista que haya puede ser difícil multar a puteros que no sean clientes de un negocio, dado que no puede prohibirse que una mujer prostituida tenga sexo en un domicilio privado, y puede ser complicado comprobar si ha habido una contraprestación económica por él. A fin de cuentas, ello no sería muy distinto del caso de una mujer que se case no por amor, sino para obtener seguridad económica, lo cual debería considerarse también una forma de prostitución, aunque sea monógama.

Lo que el artículo describe brillantemente es el hecho de que las mujeres prostituidas con puteros “no disfrutan con ellos, no los desean, solo quieren su dinero, por lo que implica comprar una violación”. Ello es aplicable a toda forma de prostitución, y debería implicar no sólo su penalización cuando sea constatable, sino la vergüenza social, incluso para quienes se consideren machistas.

6. Construyendo alegría, por Constantino Bértolo (página 8)

El artículo parece querer desarrollar la tesis 11 de Marx sobre Feuerbach, “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. Pero, en su diálogo imaginario con Marx, le atribuye la siguiente declaración: “Nunca pretendí hacer filosofía, antropología o sociología y si me apuras ni siquiera economía”. Y Marx nunca habría dicho eso. Debemos recordar que su formación académica inicial fue sobre filosofía, redactando una tesis doctoral sobre Demócrito. Y posteriormente se dedicó al estudio de la economía, con la redacción de lo que se considera su obra cumbre, “El capital (crítica de la Economía Política)”. Eso sí, quizá no pretendiera hacer antropología. Quien se dedicó a ello fue más bien Engels, con su “Origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”.

7. Adelante Andalucía será lo que el pueblo andaluz quiera que sea”, entrevista a Ernesto Alba (página 9)

En el transcurso de la entrevista declara “En el actual contexto tenemos la responsabilidad de dar un golpe en el talón de Aquiles del régimen del 78. Susana Díaz representa el sostén del proceso restaurador, si golpeamos su gobierno se abrirá una nueva ventana de oportunidad en el resto del Estado”. Y ciertamente, ello parece una predicción ajustada de lo que ha ocurrido en las Elecciones Autonómicas de Andalucía. Pero el corolario siguiente, “Ruptura democrática para avanzar a la III República Federal Española”, está en las antípodas de lo que realmente ha ocurrido, que más bien apunta a una ruptura antidemocrática para retroceder al franquismo.

Debemos recordar que Vox no es un partido del régimen del 78, sino más bien del régimen franquista, que entre otras cosas propone acabar con las Autonomías. Y que siendo la ola feminista en buena parte una respuesta a la ola del maltrato contra las mujeres, Vox es claramente el partido de los maltratadores, que propone la derogación de la Ley contra la Violencia de Género, la cual, con todas sus deficiencias, fue aprobada en su día por consenso de todas las fuerzas parlamentarias.

Ciertamente, es comprensible la falta de previsión de la fuerza de la irrupción de Vox en el Parlamento de Andalucía, que a fin de cuentas ni ellos mismos preveían. Pero es sorprendente que a lo largo de la entrevista se presente como único adversario al PSOE de Susana Díaz, ignorando también a la derecha del PP y C’s, y olvidando que en el mejor escenario posible, el “sorpasso” de Adelante Andalucía al PSOE, Adelante Andalucía sólo habría podido gobernar con el apoyo del PSOE encabezado en Andalucía por Susana Díaz.

Y antes de estas elecciones ya había indicios de ruptura antidemocrática. De hecho, la obtención de la presidencia del PP por Pablo Casado puede considerarse una tal ruptura del régimen del 78 frente a Soraya Sáez de Santamaría, que de alguna manera encarnaba dicho régimen. Y si la aplicación (abusiva y dudosamente constitucional) del artículo 155 a Catalunya puede considerarse también una ruptura del régimen autonómico del 78, Casado propugna volverlo a aplicar con mayor extensión, y aunque no proponga a eliminación de las Autonomías sí propone su vaciamiento, privándoles de las competencias en educación y salud, y también la ilegalización de los comunistas, volviendo a antes del “Sábado Santo Rojo” del 9 de abril de 1977.

Singularmente, justo en la anterior página de Mundo Obrero Sol Sánchez realizaba un lúcido análisis de lo que se nos venía encima, concluyendo que “por insignificantes que parezcan, cuando coinciden en el tiempo con esa atmósfera propicia para el odio y con la creación de un determinado estado de opinión, surgen monstruos. Y la historia nos ha enseñado que a los monstruos no es buena idea tomárselos a broma”.

No se trata, claro de renunciar a perseguir una ruptura democrática que abra un proceso constituyente que pueda conducir a una República Federal de orientación socialista. Pero habrá que combinarlo, como han declarado tras las elecciones andaluzas los principales dirigentes de IU, el PCE y Podemos, y como adelantaba José Luis Centella Gómez en la página 19, con la unidad democrática frente al fascismo.

8. 40 años de transición hacia la democracia, por Alberto Garzón (página 11).

No tengo nada que objetar al contenido del artículo, pero sí a su revisión tipográfica: el primer párrafo aparece repetido dentro del segundo párrafo. Cabe suponer que el error ha consistido en hacer un “copiar y pegar” en vez de “cortar y pegar”.

9. La Batalla del Jarama, Senderos de momoria, caminos de libertad, por Manu Castro (El Mono Azul, página 4).

Se trata claramente de una errata gramatical. El artículo termina con la siguiente frase: “soñar con la justicia social y la igualdad entre los hombres y entre las mujeres”. Supongo que el autor no soñará únicamente con la igualdad “entre los hombres” y “entre las mujeres”, sino también con la igualdad entre los hombres y las mujeres.

10. La verdad de la guerra, por Mariano Asenjo (El Mono Azul, página 8)

No es una errata atribuible al autor, sino una consecuencia del desfase temporal entre la redacción del artículo y su lectura. Cuando escribe “las sanciones y barreras comerciales de Trump no son una mera disputa comercial, sino una ofensiva directa contra el desarrollo y ascenso chino, ello podría ejemplificarse, ya en diciembre, con la aberrante petición de extradición de la directora financiera de Huawei por comerciar con Irán, y la vergonzosa sumisión de Canadá al dictatorial emperador Trump encarcelando a dicha directora (podéis leer “Huawei: la guerra comercial 2.0, por Oscar Ugartache, en https://www.alainet.org/es/articulo/196990).

Por cierto, constatamos que en el “Suplemento cultural de Mundo Obrero” cabe cualquier cosa. Debe entenderse, claro, que todo es cultura. Bueno, igual podría hablarse del Mundo Obrero como “Suplemento político de El Mono Azul”. Claro que también podría decirse, como hace Manuel Vilas en la página siguiente, que “Todo acto que realizamos es político”.

11. Andalucía, por Felipe Alcaraz (El Mono Azul, página 7).

Leemos aquí que “La estrategia transformadora es bien sencilla (…): cambiar el modelo productivo (…). Hablamos, por tanto, de una ruptura epistemológica”. No sé si la referencia a la ruptura epistemológica (recordemos que se denomina “epistemología” a la teoría de la ciencia o del conocimiento) pretende justificar la inclusión del artículo en un Suplemento Cultural, pero habría que recordar que tal ruptura hace referencia a la superestructura, mientras que el modelo productivo corresponde a la infraestructura. De modo que un cambio de modelo productivo no es una ruptura epistemológica, aunque pueda requerirla como condición previa.

Y al final del artículo leemos “O estancamiento y cronificación del mismo, o izquierda y programa de cambio”. Pero desgraciadamente la realidad ha demostrado que dicha disyuntiva era incompleta: había una tercera opción, un giro a la derecha, que es lo que se ha producido. Para entenderlo quizá hubiera hecho falta también una ruptura epistemológica. Y quizá podría contribuir a ello la lectura de un artículo científico que redacté en 1996, y que puede encontrarse en https://t.co/KCQ3xaaUnP.

12. El día de mañana’, por Jack el Decorador (El Mono Azul, página 7)

Habla el artículo de “un inmigrante que llega a la Barcelona de finales de los sesenta desde el opresor mundo de las provincias franquistas”. Pero hay que recordar que a finales de los sesenta Barcelona era también una provincia franquista, como por otro lado deja claro el resto del artículo.

13. El 27-O congregó en Madrid a miles de activistas contra los recortes y la precariedad, por Lola G. Toledano (página 15).

El artículo es realista y nada triunfalista. Merece, con todo, un par de anotaciones.

La primera no es una errata del artículo, sino de los taxistas mencionados. Se habla de “una caravana de taxis en lucha contra la proletarización del colectivo”. En tal caso resulta claro que no se consideran parte del proletariado. Y ciertamente sólo lo serían los taxistas asalariados, pero no aquellos que sin trabajar para una empresa conducen taxis de su propiedad. Tomemos nota para no confundirnos. Contrasta, por cierto, con lo que reivindican en Vall Companys “exigiendo su contratación como trabajadoras y trabajadores por cuenta ajena”, según explica Javier Chamorro en la página 18.

Pero sí es una errata la frase “#VuelveElPCE a tener cortejo propio”, como si antes del XX Congreso no lo tuviéramos. Singularmente, se hace referencia a la Marxa de la Dignidad del 22 de marzo de 2014, donde el PCE tuvo un nutrido cortejo propio, que puede verse en https://www.youtube.com/watch?time_continue=180&v=y3aRnRgIq-M y aquí al lado a partir del minuto 3.

14. “La movida fue un movimiento político, militante, dogmático y panfletario en defensa de la sociedad de consumo”, entrevista a Víctor Lenore (página 22).

El entrevistado dice muchas cosas razonables, pero otras que lo son menos. Así, cuando declara que “La familia comienza a parecer una institución opresora” parece olvidar y desconocer lo que dijo de la familia Friedrich Engels en “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”, ya en el siglo XIX: sin perjuicio de defender los lazos afectivos familiares, no hay que ignorar el carácter patriarcal que ha tenido la familia durante milenios.

Y cuando afirma, generalizando, queTodo lo que llamamos moderno, estar a la última, contemporáneo, vanguardista, rompedor, transgresor, es destruir lazo social, ser mejores que los demás, fomentar el individualismo” hay que puntualizar que si por un lado hay conductas “transgresoras” que pueden ser neoliberales (como los úteros de alquiler), patriarcales (como los supuestos “sindicatos” de prostitutas) o fascistas, también hay conductas trangresoras que son comunistas, ecologistas, anticapitalistas, antipatriarcales, antimilitaristas o republicanas, que algunos hemos practicado desde hace décadas. Se diría que una cierta aversión a la “diversidad” que algunos califican como “trampa” le impide ver la riqueza de los movimientos contestatarios antisistema. Debo decir que yo, miembro de la generación del 68, vi la “movida” de los 80 como algo muy lejano, pero participé activamente en el movimiento 15M, transgresor donde los hubiera.

Asimismo, cuando afirma que “se insiste tanto en la creatividad como concepto, porque es un justificante de la desigualdad”, hay que recordar que algunos hemos luchado desde los años 70 por una renovación pedagógica que fomente la creatividad de todo el mundo, cuestionando que sea exclusiva de una élite.

Y cuando dice que “estaba muy de moda el copyleft, se hizo apología de las nuevas tecnologías y ahí se olvidó la izquierda totalmente de las cuestiones materiales” hay que recordar que la defensa del “copyleft”, y en general del software libre, es esencial en la lucha contra el dominio capitalista de las nuevas tecnologías informáticas y por la libre circulación de una información que siempre tiene un soporte material pero no tiene que estar dominada por los propietarios de los medios materiales de producción. Claro que cuando afirma que “Internet será un LSD estético pero es una pesadilla material” muestra una aversión a Internet que espero que no explique la supresión de mi sección en el Mundo Obrero impreso (por cierto, todavía estoy esperando que se publique en el Mundo Obrero digital el artículo que envié el 12 de octubre y que puede encontrarse en https://www.uv.es/pla/mo/18octubre.html ).