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Camino de vuelta se alza la tapia de nuestro refugio. Franqueada de cipreses nos da la bienvenida y nos levanta el telón sobre el sembrado de mármol fértil de vidas dedicadas a cultivar la tierra de historias.
Vamos Antonio, el Sol se cae y nosotros debemos sumergirnos una vez más en nuestro mundo perdido de la memoria de los niños.
La tierra húmeda recibe dulce nuestras pisadas, estamos en casa Antonio. Entremos y salgamos de nuevo. Ahora que nos sonríe la oscuridad del cielo y los mortales duermen.