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Instituto Confucio
VOLUMEN 13 | Nº4 JULIO 2012
COMUNIDAD GLOBAL
de e s t i l o y
decoración oriental –dragones y estelas en
mandarín incluidos–. Hasta el minarete
es una pagoda de corta altura. El con-
junto es probablemente un caso único
de síntesis arquitectónica. Una bomba
japonesa obligó a hacer algunas reformas
en el patio central, por lo demás, pocos
cambios desde el siglo X.
Serán los pabellones milenarios o los
jardines frescos o el ahora silenciado bulli-
cio urbano; como sea, la Gran Mezquita
es un lugar extasiante. Y no se debe con-
cluir la visita sin pensar un instante en los
procelosos tiempos a los que ha sobrevivi-
do este templo desde el siglo VIII.
Xuanzang y el Vellocino
del Budismo
A Xuanzang se le ve imponente, un titán,
en su estatua de bronce mientras personas
de edad hacen ejercicio y practican
tàijí
;
gente madrugadora, una alarde del domi-
nio del tiempo y de la energía. Los ope-
rarios de limpieza están dando la última
pulida –innecesaria– a un largo parque
con alameda que asciende suavemente
hasta la Gran Pagoda de la Oca Salvaje.
La Ruta de la Seda es un camino de mer-
caderes y de ejércitos, sí, pero también
de peregrinos y de corrientes religiosas. Y
Xuanzang es quizás el peregrino más no-
table de todos los tiempos.
Los mercaderes abrieron los caminos
que unen el Valle del Ganges y el corazón
de China. Y por ellos penetró el budismo.
En el siglo VII se vivía un gran fervor reli-
gioso en el Imperio Tang, pero las fuentes
del budismo eran lejanas y su lengua de
concepción, el sánscrito, está en las antí-
podas del chino. Por ello, el budismo en
China padecía de nudos, desviaciones y
lagunas doctrinales que el monje Xuan-
zang decidió resolver recorriendo los
caminos de la Ruta de la Seda en busca
de las fuentes del budismo, dispersas en
monasterios de Asia Central y de la India.
Y todo ello, ¡sin permiso del emperador!
Su viaje es una hazaña que le lleva de
Xi’an a Samarcanda y de ahí hasta el sur
de la India predicando, copiando sutras,
colectando reliquias. Dieciséis años des-
pués regresa a Xi’an en loor de multitu-
des. Entonces se recluye en el Templo
de la Gran Pagoda de la Oca
Salvaje al frente de un equipo
de estudiosos dispuestos a
traducir el canon budista al
chino. La hazaña se convierte
así en una proeza cultural:
buena parte de todo lo que se
ha traducido del sánscrito al
chino se debe a Xuanzang. El
budismo quizás sea la mayor
aportación de la Ruta de la
Seda a China –con permiso de
los metales preciosos– y la Gran
Pagoda de la Oca Salvaje de
Xi’an es su magnífico símbolo.
Rostros de la Periferia
Todo esto y otras cosas ve el
viajero que sigue una razonable
guía de la próspera Xi’an. Lo que
probablemente no verá es la pe-
riferia en la que nos aventuramos
en busca de un taller de pólvora
que no encontraríamos. El trayecto es
un descenso a la infraurbe. En China el
desarrollo es colosal, festivo y autocons-
ciente. Pero en los alrededores de Xi’an
encuentras una legión de seres humanos
asombrados de la presencia extranjera
que trabajan y cocinan a pie de carretera,
envueltos en una atmósfera de industria y
camión pesado. Puede que nunca hayan
visitado los centros comerciales de Xi’an.
Argonautas de las Asias
Recuperamos el rastro de la Ruta de la
Seda en Xi’an que nos conduce amable-
mente hacia su salida. Visto lo visto, hay
que salir a los caminos que más allá del
corredor del Gansú se adentran en los
desiertos y conducen a Asia Central.
Junto a una de las puertas occidenta-
les de las murallas de Xi’an han levanta-
do un conjunto escultórico de arenisca.
Representa una pequeña caravana de
mercaderes multinacional, una minia-
tura si pensamos que las caravanas eran
verdaderas ciudades en movimiento con
hasta mil camellos. Es el pequeño
homenaje que la ciudad le hace a esos
mercaderes que fueron un poco como
argonautas de las diversas Asias: la orien-
tal, la central, la indostánica y la bizanti-
na. Carecen de identidad pero existieron
y viajaron. Y al viajar movilizaron una
increíble cantidad de energía histórica:
el mundo giró y las civilizaciones con él.
Sea lo que sea que seamos hoy en día,
tiene mucho que ver con la antigua Ruta
de la Seda.
n
大雁塔
Gran Pagoda de la Oca Salvaje.
大清真寺内的省心楼
Pagoda en el interior de la GranMezquita.
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