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El 5 de enero de 1814
      Agustín de Iturbide derrotó a los insurgentes
      mexicanos en la batalla de Puruarán,
      en la que Mariano Matamoros fue hecho prisionero.
    
El 6 de enero el
      ejército neogranadino de Antonio Nariño
      derrotó a los realistas en Calibío. 
    
El 11 de enero el rey
      Joaquín de Nápoles (es decir, Murat) firmó
      una alianza secreta con Austria, traicionando así a
      Napoleón.
    
El príncipe heredero Carlos Juan de Suecia estaba a punto
      de invadir Dinamarca, ante lo cual, el 14
        de enero el rey Federico VI aceptó firmar el
      tratado de Kiel, por el
      que Dinamarca cedía Noruega a Suecia (aunque Groenlandia e
      Islandia, que habían sido noruegas antes de su unión
      con Dinamarca, continuaron siendo danesas).
    
El 19 de enero Napoleón
      restituyó al Papa Pío VII los Estados Pontificios y
      le permitió abandonar Fontainebleau, cosa que hizo unos
      días más tarde.
    
José Gervasio Artigas estaba indignado porque los diputados que había enviado a la Asamblea Constituyente de Buenos Aires no habían sido reconocidos y, en su lugar, habían sido aceptados como representantes de la Banda Oriental otros elegidos en el campamento del general Rondeau, quien había cuidado de que fueran contrarios a Artigas. Por ello, el 20 de enero decidió abandonar el asedio a Montevideo. En principio lo único que hizo fue marcharse él, pero poco después, sus soldados decidieron seguirlo, y así quedó abierto un importante sector del cerco a la ciudad. No obstante, los realistas no reaccionaron y Rondeau tuvo ocasión de reorganizar sus efectivos para cubrir la laguna.
El 24 de enero el rey Federico
      VI de Dinamarca escribió una carta a su primo Cristián Federico, al
      que el año anterior había designado como virrey de
      Noruega, para que rindiera a los suecos las fortalezas fronterizas
      y regresara a Dinamarca. Sin embargo, Cristián Federico no
      hizo pública la carta y mantuvo las fortalezas, dispuesto a
      instigar el nacionalismo noruego contra los suecos.
    

Los ejércitos aliados habían penetrado en Francia
      por el norte. El 27 de enero
      Napoleón derrotó en Saint-Dizier al ejército
      prusiano dirigido por el mariscal Gebhard Leberecht von Blücher. 
    
Ese día murió el filósofo Johann Gottlieb
      Fichte.
    
El dictador chileno José Miguel Carrera comprendió
      que para mantenerse en el poder debía entregar a O'Higgins
      el mando del ejército, y así lo hizo el 28 de enero. 
    
El 29 de enero Napoleón
      volvió a derrotar a Blücher en Brienne-le-Château. Sin
      embargo, éste recibió pronto refuerzos y
      convirtió sus 25.000 hombres en 170.000, mientras que
      napoleón apenas pudo sumar unos pocos miles a sus 30.000.
    
El 30 de enero, tras haber
      recorrido Noruega y comprobado que existía una fuerte
      voluntad de luchar contra los suecos, el príncipe
      Cristián Federico reunió a una serie de consejeros
      que estuvieron de acuerdo en que el rey Federico VI no
      tenía derecho a ceder Noruega a Suecia, de modo que
      continuaba siendo el rey legítimo y, en caso de renunciar a
      su derecho, la soberanía recaía en el pueblo
      noruego.
    
Ese mismo día Manuel Belgrano fue relevado del mando del
      ejército del Norte y sustituido por José de San
      Martín. Éste envió a la frontera
      septentrional a Martín
        Miguel de Güemes, que logró mantener a raya
      al ejército realista de Pezuela. Belgrano fue enviado como
      embajador a Gran Bretaña.
    
El triunvirato que gobernaba las Provincias Unidas del Río
      de la Plata no funcionaba con mucha eficiencia, principalmente
      porque dos de sus miembros, Rodríguez Peña y
      Álvarez Jonte seguían las directrices de la logia
      Lautaro, mientras que Paso era moderado y se enfrentaba con
      frecuencia a sus dos colegas. Por ello, y apoyándose en
      cierto descontento general frente a la política del
      triunvirato, el general Carlos
        María de Alvear (apoyado por la logia Lautaro)
      instó a la asamblea constituyente a elegir un poder
      ejecutivo unipersonal. El 31 de enero
      fue elegido Director Supremo de
las
      Provincias Unidas del Río de la Plata Gervasio Antonio de Posadas
      (casualmente era primo de la madre de Alvear), junto con un Consejo de Estado integrado
      por nueve personas. Posadas nombró gobernador de Cuyo a
      José de San Martín, quien se dispuso desde
      allí a organizar una nueva expedición a Perú.
    
Mientras tanto, en Chile desembarcaba un contingente
      español llegado desde Perú bajo el mando del
      brigadier Gabino Gaínza.
      No contaba con más de novecientos hombres, pero pronto los
      vio incrementados con varios miles de indios.
    
El 1 de febrero Blücher
      derrotó a Napoleón en La Rothière. 
    
El 2 de febrero los
      periódicos noruegos publicaron la noticia de la
      cesión a Suecia, y el pueblo se mostró partidario de
      luchar contra ello.
    
Los realistas venezolanos habían encontrado un caudillo
      caristmático en el militar español José Tomás Boves.
      Cuando estalló el movimiento independentista se
      había unido a los revolucionarios, pero, acusado de ciertos
      delitos, fue encarcelado y azotado, así que se pasó
      al bando realista. Desde finales del año anterior, actuando
      de forma independiente, sin atender las órdenes de sus
      superiores, empezó a organizar un ejército y el 3 de febrero derrotó a los
      republicanos en La Puerta.
      
    
Ese día fue fusilado el insurgente mexicano Mariano
      Matamoros. José María Morelos había propuesto
      canjearlo por doscientos prisioneros realistas, pero su oferta fue
      desestimada.
    
El 8 de febrero el
      príncipe Carlos Juan de Suecia amenazó con enviar un
      ejército a Noruega y someterla a un bloqueo naval, y
      prometió aceptar una constitución si Noruega
      aceptaba la unión con Suecia.
    
El 10 de febrero el
      ejército de Napoleón cayó sobre el
      ejército ruso del general Olsufiev en Champaubert. Los rusos no eran
      más de 4.500 hombres, de los cuales unos 3.000 acabaron
      hechos prisioneros. El 11 de febrero
      Napoleón derrotó en Montmirail a un ejército ruso-prusiano que
      le doblaba en número.
    
José Gervasio Artigas estaba actuando por su cuenta en la
      Banda Oriental, por lo que el director supremo rioplatense,
      Gervasio Antonio de Posadas, firmó un decreto por el que lo
      declaraba traidor a la patria y ofrecía una recompensa por
      su captura vivo o muerto.
    
El 12 de febrero
      Napoleón derrotó a la retaguardia de Blücher en
      Château-Thierry. 
    
Ese mismo día, los republicanos de Venezuela lograron
      detener el avance de Boves derrotándolo en las calles de la
      ciudad de La Victoria. El
      ejército republicano engrosado precipitadamente por el
      general José Félix
        Ribas, reclutando sobre todo a jóvenes
      estudiantes. El combate se prolongó durante todo el
      día y los republicanos consiguieron el triunfo gracias a la
      llegada en el último momento de un contingente de
      caballería bajo el mando de Vicente Campo Elías. 
    
El 14 de febrero, en un nuevo
      enfrentamiento, esta vez en Vauchamps,
      Napoleón hizo retroceder una vez más al
      ejército de Blücher. Mientras tanto, los
      austríacos entraron en Montereau
      y saquearon la ciudad. El 15 de
        febrero Wellington derrotó a un ejército
      francés en Garris.
      
    
El 16 de febrero una asamblea
      de notables opuesta a la soberanía sueca proclamó
      regente de Noruega al príncipe Cristián Federico.
    
El 17 de febrero el mariscal
      Victor derrotó en Mormant
      a un ejército formado por soldados rusos y del reino de
      Wurtemberg. El 18 de febrero
      Napoleón derrotó en Montereau al rey Federico I de
      Wurtemberg, y el 19 de febrero
      recuperó la ciudad.
    
El 22 de febrero, José Gervasio Artigas derrotó en El Espinillo a un ejército enviado contra él por el director Gervasio Antonio de Posadas. Los realistas de Montevideo trataron de ganarse entonces a Artigas para su causa y le hicieron toda clase de ofertas, pero él las rechazó.
El 27 de febrero Wellington
      derrotó al mariscal Soult en Orthez. Los franceses tuvieron
      que huir desordenadamente, cruzaron el río Luy de Béarn y volaron
      el puente tras ellos para evitar ser perseguidos. Mientras tanto
      los austríacos derrotaban a los franceses en la batalla de
      Bar-sur-Aube. 
    
Ese día se estrenó en Viena la octava sinfonía de
      Beethoven, que fue interpretada junto con la séptima.
      Beethoven estuvo al frente de la orquesta, pero por estas fechas
      ya estaba completamente sordo, y los músicos tuvieron que
      prescindir de sus gestos y seguir al primer violín. El
      público aplaudió más la séptima, que
      el año anterior había pasado inadvertida al lado de
      La victoria de Wellington.
      Beethoven se enfureció porque, a su juicio, la octava era
      mejor.
    
El 28 de febrero José
      Tomás Boves inició un asedio a la ciudad de San Mateo, defendida por
      Simón Bolívar. 
    
En Chile, Gabino Gaínza envió 200 hombres a tomar
      la ciudad de Talca. Se presentaron el 3
        de marzo y exigieron la rendición de la plaza bajo
      amenaza de pasarla a cuchillo. Desde la ciudad se envió una
      petición de auxilio a O'Higgins, y los realistas atacaron
      antes de que llegara y tomaron la plaza. El 4 de marzo, otro contingente de Gaínza
      apresó al dictador José Miguel Carrera, junto con
      uno de sus hermanos.
    
El 7 de marzo Napoleón,
      en considerable inferioridad numérica, derrotó una
      vez más a Blücher en Craone.
      Los prusianos se retiraron a Laon,
      y Napoleón le dio alcance al anochecer de 8 de marzo. Se produjeron algunos
      enfrentamientos, pero la batalla principal se libró al
      día siguiente, el 9 de marzo,
      tras la cual Napoleón tuvo que retirarse, aunque los
      prusianos no estaban en condiciones de perseguirlo.
    
Ese mismo día, una embajada danesa exigió al rey
      Federico VI de Dinamarca que privara al príncipe
      Cristián Federico de sus derechos de sucesión a la
      corona danesa a menos que éste dejara de apoyar la
      independencia de Noruega. Unos días después el
      gobierno sueco respondió que Suecia no podía evacuar
      unos puestos fronterizos que no estaban en su poder y que no
      apoyaba en modo alguno la independencia noruega. No obstante, no
      se dijo nada sobre desheredar a Cristián Federico.
    
El director rioplatense Gervasio Antonio de Posadas
      organizó a instancias de su sobrino, Carlos María de
      Alvear, una flota que puso bajo el mando del irlandés William Brown (o Guillermo Brown, como era
      conocido en América), que el 11
        de marzo lanzó un ataque contra la isla Martín García,
      situada en el estuario del Río de la Plata y que estaba en
      poder de los realistas, pero el ataque fue rechazado.
    
El 12 de marzo Napoleón
      derrotó a un ejército ruso-prusiano que había
      tomado Reims y recuperó la ciudad.
    
El 14 de marzo llegó a
      España el rey Fernando VII. 
    
Ese mismo día, tras la captura de Carrera, la Junta de
      Gobierno chilena nombró Dictador
Supremo
        de Chile a Francisco de
        la Lastra. 
    
El 15 de marzo la flota de
      Guillermo Brown logró apoderarse de la isla Martín
      García.
    
El 19 de marzo Napoleón
      se propuso liberar Arcis-sur-Aube,
      tomada por los austríacos, pero esta vez fue derrotado, y
      la derrota no fue todo lo grave que podría haber sido
      porque a los austríacos les faltó iniciativa,
      intimidados por el emperador francés. Finalmente,
      prusianos, austríacos y rusos unieron sus efectivos hasta
      formar un ejército de 200.000 hombres dispuesto a marchar
      sobre París. El 25 de marzo
      derrotaron en La Fère-Champenoise a 20.000 franceses,
      aunque Napoleón no estaba presente.
    
Ese mismo día Boves decidió abandonar el asedio de
      San Mateo, ante las noticias de que se acercaba un importane
      ejército republicano.
    
El general Andrew Jackson había estado entrenando un
      ejército de milicianos con el que enfrentarse a los palos rojos. El 27 de mayo, al frente de unos 2.000
      soldados de infantería, 700 de caballería y unos 600
      aliados indios, atacó a un millar de gerreros palo rojo en Horseshoe Bend, en el
      territorio de Mississippi
      (el ocupado a España entre el Estado de Luisiana y
      Florida). Los creeks
      fueron rodeados y, tras cinco horas de batalla, la mitad estaban
      muertos y el resto murió mientras trataba de escapar.
      Sólo sobrevivieron unos 150. Por su parte, Jackson
      contó 47 muertos y 159 heridos entre sus soldados. 
    
El 29 de marzo los realistas
      derrotaron en Chile al ejército revolucionario en Concha Rayada. 
    
Ese mismo día los aliados se presentaron ante
      París, defendido por José Bonaparte. Ante él,
      el zar Alejandro I de Rusia y el rey Federico Guillermo III de
      Prusia. 
    
El estadounidense James Wilkinson, consciente del desastre de su
      campaña del año anterior, sabía que iba a ser
      relevado del mando, así que empezó a planear toda
      clase de proyectos inviables para mejorar su imagen. Finalmente
      dio con una operación que podía llevar a termino:
      recuperar el fortín de Lacolle, que estaba defendido por
      unos 80 soldados británicos. Para ello marchó con
      4.000 soldados y el 30 de marzo
      intentó un ataque, pero resultó infructuoso, en
      parte porque los británicos utilizaron un arma nueva para
      los estadounidenses: los cohetes
        Congreve (inventados diez años atrás por
      sir William Congreve a
      partir de armas similares usadas por los indios del sultanato de
      Mysore), que eran cohetes de los que se usan habitualmente en
      pirotecnia, pero con una cabeza explosiva o incendiaria, y en
      parte porque los estadounidenses quedaron expuestos al fuego de la
      flota británica que llegó por el río Lacolle. 
    
Mientras tanto, los aliados lanzaron su ataque definitivo sobre
      París, que se prolongó hasta el 31 de marzo, cuando el zar pidió la
      rendición de Francia en términos generosos: ofrezco la paz a Francia en lugar de
        su destrucción. Poco después Talleyrand
      ofreció al zar las llaves de la ciudad de París.
      Talleyrand había colaborado en el golpe de Estado que dio
      el poder a Napoleón y ahora lograba convertirse en el
      mediador entre los aliados y el Senado. El 1 de abril formó un gobierno provisional y
      el 2 de abril el Senado depuso
      a Napoleón y ofreció el trono de Francia a Luis
      XVIII, el hermano de Luis XVI, que vivía exiliado en Gran
      Bretaña.
    
El mariscal Soult se había refugiado en Toulouse, y el 4 de abril Wellington se dispuso a
      asediar la ciudad. Mientras tanto, Napoleón se
      proponía marchar sobre París, pero sus mariscales,
      dirigidos por Ney, se le amotinaron. El emperador afirmó
      que el ejército le seguiría, pero Ney le
      replicó que el ejército seguiría a sus
      generales. Napoleón se enteró además de que
      el Senado lo había destronado, así que se
      refugió en Fontainebleau y propuso abdicar en su hijo. Sin
      embargo, los aliados rechazaron su propuesta y le exigieron la
      abdicación incondicional. El 6
        de abril Napoleón escribió:
    
Habiendo declarado las potencias aliadas que el Emperador Napoleón es el único obstáculo para el restablecimiento de una paz general en Europa, el Emperador Napoleón, fiel a su juramento, declara que renuncia en su nombre y el de los suyos a los tronos de Francia e Italia, y que no hay ningún sacrificio personal, ni siquiera el de su propia vida, que no esté dispuesto a hacer por el interés de Francia.
El 8 de abril el chileno
      O'Higgins derrotó en Quechereguas
      a Gabino Gaínza, que se vio obligado a volverse a Talca. 
    
El 10 de abril Wellington se
      dispuso a tomar Toulouse al asalto. Fracasó en su intento,
      pero por la noche Soult recibió un comunicado oficial de
      París en el que se le informaba de la rendición de
      Napoleón y, ante estas noticias, consideró que no
      tenía sentido continuar la lucha y se rindió.
      También el mariscal Suchet, que seguía en
      España, se enteró de la abdicación del
      Emperador y evacuó la península Ibérica, que
      quedó finalmente libre de soldados franceses.
    
Ese mismo día se formó una asamblea constituyente
      en Cristiania, la capital Noruega (la antigua Oslo). A primeros de
      mes, el rey Federico VI de Dinamarca había escrito una
      carta a Cristián Federico pidiéndole que abandonara
      la causa noruega y regresara a Dinamarca. Mencionó incluso
      la posibilidad de verse obligado a desheredarlo, pero
      Cristián Federico no hizo caso. Una embajada enviada a Gran
      Bretaña solicitando el reconocimiento de la independencia
      noruega no tuvo ningún éxito (incluso el enviado fue
      encarcelado unos días por una antigua deuda pendiente, de
      otra época en la que había sido embajador
      danés en Londres).
    
El 11 de abril se firmó
      el Tratado de Fontainebleau, por el que Napoleón renunciaba
      a los derechos de soberanía de todos los territorios bajo
      su dominio con excepción de la isla de Elba (frente a la costa
      italiana, entre Italia y Córcega), a la que debería
      retirarse con un séquito de 400 personas para su servicio.
      La emperatriz María Luisa recibiría los ducados de
      Parma, Placencia y Guastalla, que a su muerte pasarían a su
      hijo Napoleón. 
    
Ese día el estadounidense James Wilkinson fue relevado del
      mando y un consejo de guerra lo absolvió de varios cargos
      de negligencia y mala conducta.
    
El 12 de abril Napoleón
      trató de envenenarse con una píldora que llevaba
      colgada del cuello desde que un día estuvo a punto de ser
      capturado durante la campaña de Rusia. Sin embargo, la
      píldora estaba "caducada" y sólo le produjo un mal
      rato.
    
El 16 de abril el rey Fernando
      VII entraba en Valencia, donde le esperaba un representante del
      consejo de regencia con el texto de la constitución de
      Cádiz, la cual no lo reconocía como rey hasta que no
      la hubiera jurado. También se encontraba un diputado
      contrario a la constitución con un manifiesto firmado por
      sesenta y nueve diputados que opinaban igualmente. Era el llamado
      Manifiesto de los Persas,
      que solicitaba del rey la disolución de las Cortes de
      Cádiz y la restauración de una monarquía
      absolutista. El nombre del manifiesto proviene de una
      alusión del mismo al hecho de que los antiguos persas
      tenían cinco días de anarquía tras la muerte
      del rey, y los absolutistas comparaban esos cinco días con
      el liberalismo imperante. Así pues, España estaba
      dividida entre absolutistas
      (partidarios de una monarquía absoluta) y liberales (partidarios de una
      monarquía constitucional).  El 17 de abril, el general Francisco Javier de
      Elío invitó al monarca a recobrar "sus derechos" y
      puso sus tropas a su disposición.
    
El 20 de abril Napoleón
      salió de Fontainebleau hacia su destierro.
    
Ese mismo día, aprovechando que la flota realista
      había abandonado Montevideo, la flota de Guillermo Brown
      cerró el puerto de la ciudad con lo que el bloqueo
      pasó a ser completo.
    
Ante la imposibilidad de reducir a Artigas por la fuerza,
      Gervasio Antonio de Posadas envió parlamentarios que el 23 de abril llegaron a un acuerdo
      con el militar. Buenos Aires revocaba su condena a muerte y
      reconocía la independencia de la Banda Oriental y la
      provincia de Entre Ríos. 
    
El 28 de abril Napoleón
      se embarcó en una fragata inglesa rumbo a la isla de Elba.
      
    
El gobierno provisional francés había preparado una
      Constitución que debía firmar el rey Luis XVIII,
      pero el 2 de mayo éste
      se negó a firmarla. Sus palabras fueron:
    
Habiendo leído el proyecto de Constitución ideado por el Senado, veo que las bases son buenas, pero que muchos artículos parecen redactados con precipitación y, tal como están, no pueden ser leyes fundamentales del Estado.
El 3 de mayo entró en
      París.
    
Ese mismo día el dictador chileno Francisco de la Lastra
      firmó con Gabino Gaínza el tratado de Lircay, en cuyos
      dieciséis artículos los "revolucionarios"
      reconocían su lealtad al rey Fernando VII, se
      comprometían a ayudar a España en la medida de sus
      posibilidades y a enviar diputados a las Cortes de Cádiz.
      Además reconocían nuevamente la bandera
      española en lugar de otra que habían ideado el
      año anterior. En el preámbulo se condenaba sin
      nombrarlos a los hermanos Carrera culpables de la ruina del reino. 
    
El 4 de mayo el rey Fernando
      VII de España restableció la monarquía
      absoluta. Respecto a la constitución de Cádiz y los
      decretos de las cortes declaró que eran nulos y sin ningún valor ni
        efecto, ahora ni en tiempo alguno, como si no hubiesen pasado
        jamás tales actos y se quitasen de enmedio del tiempo.
      El 5 de mayo salió de
      Valencia en una marcha triunfal hacia Madrid. La multitud aclamaba
      a un rey al que le había dado el sobrenombre de El Deseado, y los
      constitucionalistas no tuvieron nada que hacer ante tal clamor
      popular. El 10 de mayo fueron
      disueltas las Cortes. "El Deseado" restableció las antiguas
      instituciones, entre ellas la Santa Inquisición,
      nombró un gobierno de incompetentes sin más
      mérito que merecer su confianza y desplegó una
      cruenta represión contra los liberales y, sobre todo,
      contra los afrancesados que habían apoyado a José
      Bonaparte, el hermano de su otrora bienamado Napoleón, y a
      los que se había comprometido a respetar en el tratado de
      Valençay.
    
Durante la guerra de la independencia, Francisco de Goya
      pintó una serie de grabados titulada Los desastres de la guerra.
      Ahora pintaba algunas escenas patrióticas famosas, como La carga de los mamelucos, o
      Los fusilamientos del tres de
        mayo, así como varios retratos de Fernando VII.
    
El 11 de mayo el
      marqués de Wellington fue nombrado duque de Wellington, como
      reconocimiento a su campaña contra Napoleón.
    
Al enterarse de que la flota rioplatense estaba bloqueando
      Montevideo, la flota realista se apresuró a volver, y el 14 de mayo se inició un
      combate naval que se prolongó durante tres días,
      tras los cuales los rioplatenses obtuvieron la victoria:
      incendiaron dos barcos, capturaron otros tres, y de los restantes,
      parte entró en el puerto y parte huyó hacia
      España.
    
José de San Martín, alegando motivos de salud,
      renunció a la dirección del ejército del
      norte, y el director Posadas aprovechó para sustituirlo por
      José Rondeau, dejando así a su sobrino Carlos
      María de Alvear la dirección del asedio a
      Montevideo. De este modo, tras la inminente caída de la
      ciudad, Alvear se llevaría el mérito de una
      operación ejecutada por Rondeau.
    
El 17 de mayo la asamblea
      constituyente noruega aprobó la constitución. Aunque
      fue firmada con fecha del día siguiente, es esta fecha la
      que aún hoy se celebra en Noruega como día de la
        Constitución. Ésta prescribía una
      monarquía constitucional, cuyo primer rey sería
      Cristián Federico, pero declaraba al luteranismo como
      religión nacional, y exigía que el rey la profesara,
      lo cual excluía al príncipe Carlos Juan de Suecia,
      que era católico (recordemos que era el mariscal
      francés Bernadotte). Ya puestos, prohibía la entrada
      en el país a judíos y jesuitas. Por lo demás,
      establecía un parlamento bicameral con una cláusula
      que exigía que los dos tercios de su composición
      fueran diputados elegidos en distritos rurales (la cláusula de los
        granjeros). El 22 de mayo
      el nuevo rey noruego entró triunfante en Cristiania.
    
El 23 de mayo Beethoven
      presentó una nueva versión de su ópera Fidelio con numerosas
      revisiones, en particular con una nueva obertura. Finalmente, la
      ópera fue aclamada y desde entonces no ha dejado de figurar
      entre las óperas más representadas. Al estreno
      asistió un joven músico de diecisiete años
      llamado Franz Schubert,
      que había tenido que vender sus libros de texto para
      comprar la entrada. Schuber había recibido clases de
      música desde los cinco años, hasta que Antonio
      Salieri se interesó por él y empezó a darle
      clases particulares. Su padre era maestro en una escuela
      parroquial, y por esas fechas Schubert empezó a trabajar en
      dicha escuela dando clases a los niños más
      pequeños. Entre las obras compuestas hasta el momento
      destaca su primera
        sinfonía, acabada el año anterior, que es
      una pieza impecable, asombrosa en alguien de su edad. A la
      sazón estaba trabajando en su segunda sinfonía. 
    
El 24 de mayo el Papa
      Pío VII entró triunfalmente en Roma.
    
José de San Martín había enviado al coronel
      Ignacio Warnes a tomar la
      ciudad de Santa Cruz de la
        Sierra, en el Alto Perú, misión que
      llevó a término tras derrotar a los realistas en la
      batalla de Florida, el 25 de mayo. 
    
El 30 de mayo se firmó
      el tratado de París,
      que ponía fin oficialmente a la guerra entre Francia y la sexta coalición. Las
      fronteras de Francia volvieron a ser las que tenía cuando
      fue ejecutado Luis XVI. La confederación del Rin fue
      oficialmente disuelta, de modo que los diferentes Estados alemanes
      fueron declarados independientes.
    
El 4 de junio el rey Luis
      XVIII de Francia otorgó una carta constitucional, según la cual la
      soberanía reside en él por derecho divino, se
      reservaba el poder ejecutivo y admitía dos cámaras
      legislativas, la cámara
        de los Diputados, elegidos cada siete años por
      sufragio censitario (es decir, sólo podían ser
      electores los que pagaran una cierta cantidad de inpuestos, que
      tenía que ser aún mayor para ser elegido), y la cámara de los Pares,
      elegidos por el rey con carácter hereditario. Las
      cámaras podían proponer leyes al monarca, pero era
      éste quien tenía que aprobarlas. El rey fechó
      la carta en el "año
        decimoséptimo de mi reinado", de modo que se
      consideraba rey de Francia desde el mismo momento en que
      murió el joven Luis XVII.
    
El duque Luis Felipe de Orleans regresó a Francia, donde
      le fue restituida la inmensa fortuna de los Orleans.
    
El 15 de junio Boves
      derrotó a Simón Bolívar en la segunda batalla de La Puerta.
      
    
Totalmente bloqueada por tierra y por mar, el 20 de junio Montevideo se
      rindió a los rioplatenses y el 22
        de junio Carlos María de Alvear entraba en la
      ciudad.
    
El 30 de junio llegaron a
      Cristiania emisarios de Rusia, Prusia, Austria y Gran
      Bretaña, que al día siguiente se presentaron ante el
      parlamento, donde el emisario ruso explicó que si Noruega
      no se sometía a Suecia entraría en guerra con
      Europa. El rey Cristián Federico alegó que el pueblo
      noruego tenía derecho a determinar su destino, y el
      delegado austríaco hizo un comentario famoso: ¿El pueblo?
        ¿Qué tiene que decir el pueblo contra la voluntad
        de sus gobernantes? Eso sería poner el mundo cabeza
        abajo. 
    
El virrey del Perú, Fernando de Abascal, no
      reconoció el tratado de Lircay, sino que procesó a
      Gaínza por haber hecho concesiones para las que no estaba
      autorizado. Inmediatamente envió un nuevo contingente a
      Chile, esta vez bajo el mando de Mariano Osorio, que
      desembarcó en la costa chilena el 2 de julio. 
    
El 3 de julio un
      ejército estadounidense bajo el mando del general Jacob Brown se
      presentó ante Fort Erie,
      junto al Niágara, y la guarnición británica
      que lo defendía se rindió sin presentar batalla.
      Desde esta nueva base, Brown avanzó por el Niágara y
      el 5 de julio derrotó a
      los británicos junto a la ciudad de Chippawa. Los
      británicos se vieron obligados a replegarse sobre Fort George. 
    
Boves tenía abierto el camino hacia Caracas.
      Bolívar pensó en un principio en resistir hasta la
      muerte, pero, como sus escasos efectivos indicaban que la muerte
      sería rápida, cambió de idea y optó
      por abandonar la capital y retirarse hacia el este. Salió
      el 7 de julio y muchos civiles
      (hombres, mujeres y niños) optaron por seguirle por temor a
      las represalias de Boves. Ese mismo día los realistas
      entraron en Caracas y realizaron una matanza (siguiendo la misma
      política de guerra a muerte iniciada por Bolívar).
    
Antonio Nariño fue capturado por los realistas en Pasto y enviado a
      España, donde fue encarcelado.
    
El director Gervasio Antonio de Posadas no reconoció el
      tratado firmado con Artigas, que tuvo que ser renegociado, pero el
      9 de julio se llegó a un
      acuerdo similar salvo que Buenos Aires reconocía la
      independencia de la Banda Oriental, pero no de la provincia de
      Entre Ríos. En consecuencia, los rioplatenses
      entregarían a Artigas la ciudad de Montevideo. Sin embargo,
      Alvear se negó a evacuar la ciudad, con lo que la guerra
      continuó.
    
El poeta Percy Brisshe Shelley había pasado una temporada
      en Irlanda colaborando con otros independentistas en la
      elaboración de panfletos, hasta que los conflictos con las
      autoridades lo habían llevado a regresar a Londres.
      Allí entabló contacto con el escritor William
      Godwin. Bajo su influencia había escrito La reina Mab: un poema
        filosófico. Ahora Shelley se fugaba a Suiza con Mary Wollstonecraft Godwin, la
      hija de dieciséis años de Godwin, abandonando a su
      esposa. Unas semanas después, sin dinero y con Mary
      embarazada, regresaron a Londres, pero Godwin (quien, como
      filósofo, había defendido el amor libre) les
      retiró la palabra, como cuatro años atrás
      había hecho el padre de Shelley. 
    
"La autora de Sentido y sensibilidad y Orgullo y prejuicio"
      publicó su tercera novela, Mansfield Park. A
      diferencia de las dos anteriores, no era una obra de juventud,
      sino que Jane Austen la había empezado dos años
      atrás. El editor no confió mucho en esta nueva obra,
      y nuevamente se negó a comprar los derechos y, en su lugar,
      hizo pagar a la autora los costes de la edición. No
      obstante, y pese a la competencia de Waverley y otras
      obras de éxito, como El corsario, de Lord Byron
      (del que se vendieron diez mil ejemplares en un año), la
      novela se vendió bien y reportó más
      beneficios que las novelas precedentes.
    
El 15 de julio la
      delegación de las potencias aliadas abandonó
      Noruega. El rey Cristián Federico había ofrecido
      incluso renunciar al trono noruego siempre y cuando se reconociera
      al país su derecho a decidir su futuro. También
      propuso negociar la unión con Suecia sobre la base de la
      constitución noruega, posibilidad que los delegados se
      avinieron a proponer al rey de Suecia.
    
El 19 de julio murió el
      explorador británico Matthew Flinders. 
    
En Kuwait murió el jeque Abdullah I. Se le atribuye la
      construcción de una muralla defensiva, así como la
      extensión de las actividades comerciales con la India e
      Iraq. También fue bajo su reinado cuando se entablaron las
      primeras relaciones con la Compañía Británica
      de las Indias Orientales. Fue sucedido por su hijo Jaber I
        Al-Sabah. Los británicos afirmaron entonces que su
      padre había consentido en convertir a Kuwait en un
      protectorado británico, pero Jaber I no reconoció
      tal supuesta decisión.
    
El 22 de julio el
      príncipe Carlos Juan de Suecia se entrevistó con la
      delegación proveniente de Noruega, la cual le
      aconsejó atender a la propuesta de negociación de
      Cristián Federico. Sin embargo, Carlos Juan se
      mostró indignado y aseguró que sólo
      aceptaría la rendición incondicional.
    
El dictador chileno José Miguel Carrera había
      logrado evadirse del cautiverio al que lo tenían sometido
      los españoles y, tras ser perseguido durante dos meses por
      Francisco de la Lastra, el 23 de julio
      lo derrocó con un nuevo golpe de Estado que le
      permitió nombrar una nueva Junta de Gobierno. Sin embargo,
      una parte de los miembros de la Junta depuesta escapó y
      pidió a Bernardo O'Higgins que derrocara a Carrera. 
    
El 25 de julio Jacob Brown se
      enfrentó nuevamente a los británicos en Lundy's Lane. Tras un
      día de sangriento combate, ambos ejércitos estaban
      agotados y habían sufrido pérdidas similares. Los
      británicos se retiraron durante la noche y regresaron a Fort George, mientras que los
      estadounidenses se marcharon al día siguiente,
      después de recoger las armas abandonadas por el enemigo. En
      su marcha destruyeron diversos fuertes británicos, puentes,
      etc.
    
El 26 de julio, un
      pequeño ataque naval sueco abrió las hostilidades
      contra Noruega. Unos días después, el
      ejército sueco invadió el país vecino. 
    
El 3 de agosto la ciudad de
      Cuzco se rebelaba contra la soberanía española. Los
      revolucionarios, dirigidos por José
        Angulo, emitieron una proclama en la que invitaban al
      Perú a alzarse en armas y formaron una Junta gubernativa.
      
El 4 de agosto los
      británicos contraatacaron y pusieron bajo asedio a Jacob
      Brown en Fort Erie. 
    
El 7 de agosto, mediante la
      bula Sollicitudo omnium
        ecclesiarum, el Papa Pío VII restauró la Compañía de
        Jesús. Los jesuitas habían sobrevivido
      principalmente en Rusia, y a la sazón estaban dirigidos por
      el polaco Tadeusz Brzozowski,
      al que el Papa nombraba ahora general de la orden.
    
El 9 de agosto Andrew Jackson
      firmó el tratado de Fort
        Jackson que ponía fin a la guerra creek. Completamente
      destrozados en la batalla de Horseshoe
        Bend, los creek no tuvieron más opción que
      aceptar las condiciones de Jackson, que consistían en la
      cesión de 89.000 kilómetros cuadrados de tierra en
      el territorio de Mississippi, más de la mitad del
      territorio que ocupaban desde siempre los creeks. En estas condiciones
      Jackson no tuvo en cuenta para nada que la guerra se había
      librado únicamente contra una parte de los creeks, mientras
      que otra había sido aliada de los Estados Unidos. Unos
      7.700 kilómetros cuadrados del territorio incautado fueron
      cedidos a los indios cherokees,
      que habían luchado junto a Jackson. (El jefe cherokee Junaluska le había
      salvado la vida en la batalla de Horseshoe Bend.) 
    
El 14 de agosto la
      convención de Moss
      declaró un alto el fuego entre Suecia y Noruega. Se
      firmó un principio de acuerdo en que Noruega
      aceptaría la soberanía del rey Carlos XIII de
      Suecia, aunque conservaría sus propias instituciones y su
      constitución (modificada en lo imprescindible para
      posibilitar la unión), y que el rey Carlos Federico
      debería abandonar todas sus aspiraciones al trono noruego y
      abandonar el país. Todo esto debía ser ratificado
      por el parlamento noruego.
    
Los continuados ataques de Boves hacia sus seguidores hizo que
      Bolívar se dispusiera a hacerle frente el 17 de agosto junto a Aragua de Barcelona, con el
      fin de retrasar el avance realista y salvar el mayor número
      posible de refugiados. Sin embargo, el encuentro fue una nueva
      victoria para Boves. La segunda república venezolana estaba
      prácticamente acabada y sólo quedaban algunos
      ejércitos republicanos arrinconados en el este del
      país luchando por la causa. Bolívar decidió
      volver a Nueva Granada.
    
 La rendición de Napoleón
      había permitido a los británicos emplear más
      efectivos en la guerra contra los Estados Unidos. El gobernador de
      Canadá, George Prevost, recibió órdenes de
      lanzar un masivo ataque hacia el sur al frente de 11.000 veteranos
      de las guerras napoleónicas. Mientras tanto, una brigada
      bajo el mando del mayor Robert
        Ross, formada por veteranos de l ejército de
      Wellington, sería transportada a la bahía de
      Chesapeake (al fondo de la cual se encuentra Washington D.C.) a
      modo de maniobra de distracción. El 19 de agosto desembarcó en Benedict, en Maryland, a
      cuarenta kilómetros de Washington. El 24 de agosto llegó a Bladensburg, a ocho
      kilómetros de Washington, donde le esperaba William Henry Winder al frente
      de un ejército de unos 7.000 hombres, aunque casi todos
      ellos eran milicianos sin apenas instrucción y reunidos
      precipitadamente. Tras un breve combate, se dispersaron y dejaron
      a los británicos el camino abierto hacia la capital
      estadounidense.
La rendición de Napoleón
      había permitido a los británicos emplear más
      efectivos en la guerra contra los Estados Unidos. El gobernador de
      Canadá, George Prevost, recibió órdenes de
      lanzar un masivo ataque hacia el sur al frente de 11.000 veteranos
      de las guerras napoleónicas. Mientras tanto, una brigada
      bajo el mando del mayor Robert
        Ross, formada por veteranos de l ejército de
      Wellington, sería transportada a la bahía de
      Chesapeake (al fondo de la cual se encuentra Washington D.C.) a
      modo de maniobra de distracción. El 19 de agosto desembarcó en Benedict, en Maryland, a
      cuarenta kilómetros de Washington. El 24 de agosto llegó a Bladensburg, a ocho
      kilómetros de Washington, donde le esperaba William Henry Winder al frente
      de un ejército de unos 7.000 hombres, aunque casi todos
      ellos eran milicianos sin apenas instrucción y reunidos
      precipitadamente. Tras un breve combate, se dispersaron y dejaron
      a los británicos el camino abierto hacia la capital
      estadounidense.
Ross envió a la ciudad un grupo de soldados con bandera
      blanca, pero fueron tiroteados desde un edificio. Entonces
      entró el ejército, incendió el edificio y la
      bandera británica fue izada en Washington. Después
      prendieron fuego al edificio del Senado y al de la Cámara
      de Representantes. Después se dirigieron a la residencia
      del Presidente de los Estados Unidos. Allí encontraron
      preparada una cena para 40 comensales. Se la tomaron, cometieron
      algún saqueo e incendiaron el edificio. También
      destruyeron el edificio del Tesoro de los Estados Unidos, y
      algunos edificios públicos más. El 25 de agosto un violento
      huracán (acompañado de lluvias que extinguieron los
      incencios) obligó a los británicos a volver a sus
      barcos. Los británicos no dañaron ningún
      edificio privado. Por lo visto, Ross tenía órdenes
      de incenciar edificios públicos como represalia por los
      incendios de York cometidos el año anterior. El presidente
      Madison, que había abandonado la ciudad, regresó tan
      pronto se marcharon los británicos. Sólo por un
      estrecho margen, el Congreso decidió reconstruir la
      capital, en lugar de trasladarla a otra parte más
      resguardada. El secretario de guerra, John Armstrong, fue cesado por su falta de
      previsión que había dejado a Washington
      prácticamente sin protección alguna.
    
El 26 de agosto el chileno
      Bernardo O'Higgins se enfrentó bajo bandera española
      en Las Tres Acequias al
      ejército enviado por José Miguel Carrera bajo el
      mando de su hermano Luis
        Carrera. Los hombres de O'Higgins acabaron en desbandada,
      aunque Carrera no los persiguió.
    
Mientras tanto, los independentistas cuzqueños tomaron la
      ciudad de Puno, donde
      asesinaron a garrotazos y pedradas a dieciocho españoles.
    
El 28 de agosto, unas naves
      enviadas por Robert Ross con órdenes de remontar el
      río Potomak llegaron a la ciudad de Alejandría, en
      Virginia. El consejo de la ciudad acordó enviar emisarios
      con bandera blanca para pactar la rendición. El 29 de agosto los británicos
      ocuparon Alejandría y confiscaron varios barcos con
      provisiones y otras mercancías de valor.
    
El 30 de agosto el rey Carlos
      XIII de Suecia se proclamó rey de Noruega. 
    
Esa noche, una fragata británica bajo el mando de sir Peter Parker tomó
      tierra en Caulk's Field,
      cerca de Fairlee, en
      Maryland. Su misión era impedir que las milicias
      estadounidenses cruzaran a la otra orilla de la bahía para
      defender Baltimore, que era el próximo objetivo
      británico. Sin embargo, poco después de medianoche,
      ya  el 31 de agosto, la
      milicia derrotó a los invasores provocando una treintena de
      muertos y heridos. Entre los fallecidos estaba el propio Parker.
      Los estadounidenses apenas tuvieron bajas. El 2 de septiembre los británicos abandonaron
      Alejandría. 
    
Cuando O'Higgins tuvo noticia de la llegada de las tropas
      realistas de Osorio y de que el virrey del Perú no
      reconocía el tratado de Lircay, en cuyo nombre él
      estaba actuando, propuso a JOsé Miguel Carrera posponer sus
      disensiones y unir sus esfuerzos contra los españoles. El 4 de septiembre firmaron un
      documento de reconciliación y Carrera puso a O'Higgins al
      mando de una División de su ejército.
    
De acuerdo con lo previsto, George Prevost avanzó con su
      ejército hacia los Estados Unidos. El 6 de septiembre llegó a Plattsburgh, a a orillas del
      lago Champlain, en el Estado de Nueva York, y allí se
      dispuso a esperar que su flota en el lago, bajo el mando del
      capitán George Downie,
      eliminara a la flota estadounidense, bajo el mando de Thomas McDonough. Éste
      la había dispuesto en un estrecho canal, de modo que, para
      llegar a Plattsburg, tenía que pasar a cien metros de los
      barcos norteamericanos.
    
La flotilla enviada a Alejandría se vio retenida a causa
      de la artillería dispuesta a orillas del Potomak por orden
      de James Monroe, a la sazón secretario de Estado y que
      hacía de secretario de guerra en funciones. Finalmente se
      las arregló para cruzar el fuego enemigo y el 9 de septiembre se reunió con
      el grueso de la flota británica en la bahía de
      Chesapeake, que llevava varios días esperándola.
    
El 11 de septiembre la flota
      británica del lago Champlain se atrevió a descender
      para enfrentarse a la estadounidense en Plasttsburgh y, tras
      varias horas de bombardeo en las que la flota de McDonough
      maniobró con gran habilidad, quedó destrozada. Al
      enterarse de ello, Prevost, que apenas había iniciado el
      combate por tierra, ordenó la retirada, pese a las
      protestas de sus subordinados. Los estadounidenses dominaron
      así el lago Champlain y, como consecuencia de ello, los
      británicos tuvieron que retirarse hasta Canadá,
      abandonando todo el territorio estadounidense ocupado hasta
      entonces.
    
El 12 de septiembre la flota
      británica de Robert Ross desembarcó en North Point, a
      dieciséis kilómetros de Baltimore. El general Samuel Smith había
      tenido tiempo de levantar fortificaciones y organizar a la
      milicia. Envió un contingente a su encuentro y el resultado
      fue muy distinto al de Bladensburg: los británicos tuvieron
      que retirarse con muchas bajas, entre ellas el propio Ross, que
      resultó muerto y fue reemplazado por sir Arthur Brooke. La noche del 13 de septiembre la flota
      británica avanzó para acercarse cuanto pudo al
      puerto de Baltimore, defendido por los milicianos desde Fort McHenry. Se
      inició entonces un bombardeo que duró toda la noche.
      Al amanecer, el 14 de septiembre,
      la deteriorada bandera estadounidense de Fort McHenry fue sustituida por otra nueva y
      flamante. Los británicos, viendo que el bombardeo no
      había debilitado sensiblemente las defensas
      estadounidenses, se retiraron.
    
Mientras tanto, la flota británica atacaba por un tercer
      frente: Fort Bowyer,
      cerca de Mobile, en el golfo de México. Ese día Los
      estadounidenses lograron rechazar un desembarco. Los intentos se
      prolongaron dos días más, pero el resultado fue el
      mismo y los británicos se retiraron con intención de
      atacar Nueva Orleans.
    
En uno de los barcos británicos que bombardeaban Baltimore
      se encontraba un abogado estadounidense llamado Francis Scott Key, que estaba
      negociando la liberación del doctor William Beanes, un anciano
      médico tomado como rehén en Washington. Al amanecer,
      el médico le preguntó ansiosamente: Dime, ¿sigué
        ahí la bandera?, a lo que Key pudo responderle
      afirmativamente. El 15 de septiembre,
      todavía en el barco británico, Key trató de
      expresar la emoción del momento con un poema de cuatro
      estrofas al que tituló La
        defensa de Fort McHenry. La primera estrofa dice:
    
| O! say can you see by the dawn's early light What so proudly we hailed at the twilight's last gleaming? Whose broad stripes and bright stars through the perilous fight, O'er the ramparts we watched were so gallantly streaming? And the rockets' red glare, The bombs bursting in air,Gave proof through the night that our flag was still there. O! say does that star-spangled banner yet wave O'er the land of the free and the home of the brave? | ¡Oh, di!,
            ¿puedes ver, con la primera luz de la aurora, Lo que con tanto orgullo saludamos en el último destello del crepúsculo, Cuyas amplias franjas y brillantes estrellas, durante la peligrosa lucha, sobre las murallas observábamos ondear tan gallardamente?  Y el rojo fulgor de los
              cohetes,  Las bombas estallando en el
              aire,Dieron prueba en la noche de que nuestra bandera aún
            estaba allí. ¡Oh, di!, ¿sigue ondeando esa bandera estrellada Sobre la tierra del libre y el hogar del valiente? | 
Cuando el juez Joseph H.
        Nicholson, el cuñado de Key, conoció el
      poema, se dio cuenta de que encajaba con la música de "La canción
        anacreóntica", compuesta treinta y cinco
      años atrás por un compositor británico
      llamado John Strafford Smith
      (que a la sazón tenía sesenta y cuatro años)
      y que era el himno oficial de la Sociedad anacreóntica, un club de
      caballeros londinenses aficionados a la música. La primera
      estrofa dice:
    
| To Anacreon in Heav'n, where he sat in full glee, A few sons of Harmony send a petition: That He their inspirer and patron would be; When this answer arriv'd from the jolly old Grecian: «Voice, fiddle, and
              flute, No longer be mute,I'll lend you my name and inspire you to boot, And, besides, I'll instruct you like me, to intwine The myrtle of Venus with Bacchus's vine». | A Anacreonte en el cielo,
            donde estaba sentado lleno de júbilo, Unos hijos de la Armonía le enviaron una petición: Que él fuera su inspirador y protector, Cuando esta respuesta llegó del divertido anciano griego: «Voz, violín y
              flauta, No estéis mudos nunca
              más,Yo os prestaré mi nombre y os inspiraré para
            empezar, Y además os enseñaré a combinar como yo El mirto de Venus con la viña de Baco». | 
El 17 de septiembre (el mismo
      día que los británicos abandonaban la bahía
      de Chesapeake), Nicholson hizo imprimir y distribuir varias copias
      del poema.
    
La caída de Nariño dio nuevas alas a los
      federalistas de Nueva Granada. El 19
        de septiembre Camilo Torres Tenorio se reunió con
      Simón Bolívar y ambos proyectaron devolver a las
      Provincias Unidas de Nueva Granada su estructura federal, para lo
      que Bolívar deberá someter a los centralistas de
      Bogotá. Bolívar no era precisamente federalista,
      pero consideró que, en aquellas circunsancias, el
      federalismo era preferible a la desunión entre centralistas
      y federalistas.
    
El 20 de septiembre dos
      periódicos de Baltimore publicaron el poema de Key con una
      nota que decía: Música:
Anacreonte
        en el cielo. La canción se fue haciendo popular
      paulatinamente, y hoy es el himno de los Estados Unidos.
    
El 21 de septiembre, tras una
      serie de infructuosos ataques, los británicos abandonaron
      el asedio de Fort Erie.
      
    
El ejército cuzqueño, desde Puno se dirigió
      a La Paz, y la tomó y la saqueó el 24 de septiembre tras dos
      días de asedio.
    
El guerrillero español Francisco Javier Mina había
      sido liberado de su cautiverio en París con la llegada de
      los aliados. De regreso a España, el 25 de septiembre dirigió junto con su
      tío Francisco Espoz y Mina un intento de golpe de Estado en
      Pamplona, contra el absolutismo del rey Fernando VII, pero
      fracasaron y tuvieron que huir a Francia.
    
El virrey del Perú, Fernando de Abascal, envió un
      ejército que se enfrentó en Huanta al ejército
      cuzqueño el 30 de septiembre,
      en una batalla que se prolongó durante tres días en
      la que los realistas obtuvieron la victoria.
    
El 1 de octubre el rey Carlos
      IV de España abdicó nuevamente en su hijo Fernando
      VII a cambio de una suma de dinero. Se instaló entonces en
      Roma, en la corte papal.
    
Ese mismo día se inauguró el Congreso de Viena, con el
      propósito reorganizar Europa tras la derrota de
      Napoleón. Austria estaba representada por Klemes Wenzel, el
      príncipe von Metternich,
      que era el ministro de asuntos exteriores y principal consejero
      del emperador Francisco I. Las principales naciones participantes,
      además de Austria, eran Gran Bretaña, Rusia
      (representada por el propio zar Alejandro I), Francia
      (representada por Talleyrand), Prusia, España, Portugal,
      Suecia, Dinamarca, Suiza (con una delegación por cada
      cantón), los Estados Pontificios, Baviera, Würtemberg
      y Hanover (el rey Jorge III de Gran Bretaña se había
      negado a reconocer la disolución del Sacro Imperio y
      seguía ostentando el título de Elector de Hanover).
      El rey Federico Guillermo III de Prusia estuvo también en
      Viena durante el congreso, si bien no fue oficialmente el
      representante de su país. Pero en realidad todo estado
      europeo envió su representante a Viena, y en total
      había más de doscientas representaciones, a las que
      había que sumar representaciones de organizaciones
      religiosas (como las abadías), ciudades, e incluso
      había una representación de editores alemanes que
      reclamaban una ley de derechos de autor y libertad de prensa.
    
Talleyrand fue tratado al principio como un apestado, pero a las
      pocas semanas, su talento, su urbanidad y su audacia lo
      convirtieron en el portavoz de todas las pequeñas potencias
      que aspiraban a obtener concesiones de las grandes y no
      sabían cómo, en especial, respaldaron a Talleyrand
      todos los nobles desposeídos de sus dominios en los
      últimos años, de los que había más de
      medio centenar en Viena, en persona o representados por otros.
    
El duque Fernando III de Toscana (el hermano del emperador
      Francisco I) recuperó su ducado. 
    
Los representantes servios no daban descanso a los rusos,
      solicitando que abogaran por la independencia de Servia. El
      independentista Karagjorgje fue liberado por los austríacos
      y marchó a Rusia.
    
En Chile se libró la batalla de Rancagua. El tratado de Lircay había
      llevado a disolver numerosos ejércitos revolucionarios, por
      lo que los chilenos se encontraron prácticamente indefensos
      ante la acometida de Manuel Osorio, que avanzaba a toda prisa
      hacia Santiago. Bernardo O'Higgins trató de hacerle frente
      con los escasos hombres que pudo reunir (unos 900), pero nada pudo
      hacer frente a los 4.500 hombres de Osorio. No obstante, la
      batalla se prolongó hasta el día siguiente, el 2 de octubre, cuando los chilenos
      apenas contaban con dos centenares de hombres en condiciones de
      combatir. Los realistas saquearon Rancagua con tal crudeza que
      algunos realistas chilenos empezaron a cuestionarse sus
      simpatías. 
    
En Paraguay, el cónsul José Gaspar Rodriguez de
      Francia predominaba claramente sobre su colega, Fulgencio Yegros,
      hasta que el 3 de octubre hizo
      que un congreso destituyera a Yegros y lo nombrara a él
      dictador por un periodo de cinco años.
    
Carlos María de Alvear había salido de Montevideo
      al frente de un ejército para someter a José
      Gervasio Artigas, y el 6 de octubre
      una parte de este ejercito, bajo el mando del coronel Manuel Dorrego, atacó
      por sorpresa un campamento artiguista en Marmarajá bajo el mando
      de Fernando Otorgués,
      que tuvo que huir hasta Brasil perseguido por los rioplatenses.
    
El 10 de octubre el rey
      Cristián Federico de Noruega abdicó y marchó
      a Dinamarca. Allí, al igual que en las principales
      potencias europeas, fue visto con gran recelo por haber respaldado
      las aspiraciones democráticas de los noruegos.
    
José Miguel Carrera dirigió el éxodo hacia
      las Provincias Unidas del Río de la Plata de una multitud
      de revolucionarios, entre ellos O'Higgins, que temían
      represalias de los realistas. El 11 de
        octubre se enfrentó a los realistas en la llamada
      batalla de Los Papeles,
      mientras protegía la retaguardia de los refugiados durante
      el paso de los Andes. En realidad, la represión realista no
      fue muy grave. Mariano Osorio asumió la gobernación
      de Chile, deportó a algunos revolucionarios y luego, en
      general, adoptó una actitud conciliadora.
    
Francisco Espoz y Mina, junto con su sobrino Francisco Javier
      Mina y otros españole exiliados en Francia habían
      sido detenidos y llevados a Burdeos. Ese mismo día
      llegó una delegación dispuesta a llevárselos
      a España para ser juzgados por traición, pero el rey
      Luis XVIII les reconoció el derecho de asilo y de este modo
      se libraron de una muerte segura. 
    
El 12 de octubre el Congreso
      de Viena decidió que el electorado de Hannover se
      convirtiera en el Reino de
        Hannover. 
    
El 17 de octubre los
      refugiados chilenos llegaron a Cuyo. José de San
      Martín había enviado algunas tropas bajo las
      órdenes de Juan Gregorio
        de las Heras para ayudar a los chilenos contra los
      realistas, pero éste se retiró por falta de
      entendimiento con los chilenos y, cuando San Martín lo
      volvió a enviar, llegó cuando ya había
      acabado la batalla de Rancagua y no pudo más que proteger
      el éxodo de los refugiados a través de los Andes.
      San Martín mantuvo relaciones cordiales con O'Higgins, pero
      no así con Carrera, al que terminó arrestando y
      enviando preso a Buenos Aires. No obstante, allí Carrera
      obtuvo el apoyo de Carlos María de Alvear, al que
      había conocido en Cádiz y era enemigo de San
      Martín.
    
Un ejército de refuerzo llegó a Fort Erie bajo el
      mando del general George Izard,
      con el que los efectivos estadounidenses ascendieron a unos 6.300
      hombres. El 19 de octubre
      Izard, al frente de un destacamento, tomó Cook's Mills y destruyó
      algunas provisiones británicas, aunque, temiendo que los
      británicos cortaran su retirada mediante un desembarco
      desde el lago Ontario, regresó inmediatamente a Fort Erie.
    
En México, el congreso de Chilpacingo, trasladado a la
      ciudad de Apatzingán
      por la persecución realista, promulgó el 22 de octubre el Decreto constitucional para la
        libertad de la América mexicana, una
      constittución similar a la de Cádiz, pero que
      definía un sistema de gobierno republicano.
    
El reino nepalí continuaba su política
      expansionista a costa de la India, y el gobernador
      británico, el marqués Francis Rawdon-Hastings, decidió intervenir
      militarmente, y el 1 de noviembre
      declaró la guerra al Nepal. 
    
Joaquín de la Pezuela envió contra los
      independentistas cuzqueños un ejército de 1.500
      fusileros con numerosos indios como auxiliares, todos bajo el
      mando de Juan Ramírez de
        Orozco. El 2 de noviembre
      los realistas obtuvieron la victoria de Achocalla y al día siguiente entraron en La
      Paz. Allí ejecutaron a más de un centenar de
      rebeldes.
    
El 4 de noviembre el
      parlamento noruego aprobó las modificaciones necesarias de
      la constitución y "eligió" a Carlos XIII como rey de
      Noruega.
    
Andrew Jackson había decidido (desatendiendo
      órdenes) que era conveniente expulsar a los
      británicos de la ciudad española de Pensacola, en Florida. Para
      ello estableció una base en Mobile y y el 6 de noviembre invadió
      Florida y se presentó ante Pensacola con 4.000 soldados de
      infantería. Exigió al gobernador de la ciudad, Mateo Fernández Manrique,
      que expulsara a los británicos de los fuertes que rodeaban
      la ciudad, los cuales serían ocupados por tropas
      estadounidenses hasta que fueran relevadas por tropas
      españolas, cuya misión sería asegurar la
      neutralidad de España en la guerra entre los Estados Unidos
      y Gran Bretaña. El gobernador se negó. El 7 de noviembre Jackson atacó
      y el gobernador aceptó las condiciones. No obstante, los
      británicos se atrincheraron en uno de los fuertes, Fort Barrancas. Jackson se
      propuso tomarlo al día siguiente, el 8 de noviembre, pero los británicos lo
      volaron antes de su ataque, y después abandonaron
      definitivamente Pensacola. 
    
El 10 de noviembre el
      ejército cuzqueño dirigido por Mateo Pumacahua derrotó
      a los realistas en La Apacheta,
      tras lo cual entró en Arequipa.
      
    
El 15 de noviembre Camilo
      Torres Tenorio fue elegido presidente de las Provincias Unidas de
      Nueva Granada, en sustitución de Antonio Nariño.
    
El 21 de noviembre, ante la
      falta de apoyo naval para asegurar un avance, Jacob Brown
      abandonó Fort Erie
      para volver al lado estadounidense del río.
    
El cuzqueño Pumacahua abandonó Arequipa ante el
      avance del ejército realista de Ramírez de Orozco.
      El 30 de noviembre los
      habitantes de la ciudad se reunieron para proclamar su lealtad a
      la Corona Española.
    
El 2 de diciembre murió
      en el manicomio el marqués de Sade. 
    
El 5 de diciembre los
      realistas venezolanos bajo el mando de José Tomás
      Boves obtuvieron una nueva victoria frente a los republicanos de
      José Félix Ribas en la batalla de Urica, pero Boves murió
      atravesado de un lanzazo.
    
Ese mismo día Ramírez de Orozco entraba en
      Arequipa. Allí ejecutó a algunos independentistas y,
      en represalia, José Angulo ejecutó en cuzco a sus
      dos principales prisioneros de guerra, el mariscal Picoaga y el intendente Moscoso. 
    
El 10 de diciembre
      Simón Bolívar entró en Bogotá y la
      obligó a someterse al congreso de las Provincias Unidas de
      Nueva Granada.
    
El 11 de diciembre el
      último ejército republicano de Venezuela (con apenas
      medio centenar de hombres) fue derrotado en Maturín por un
      ejército realista de 5.000 hombres dirigido por Francisco Tomás Morales.
      
    
El 12 de diciembre la flota
      británica inició el ataque a Nueva Orleans. Por la
      mañana, unos 1.800 soldados desembarcaron bajo las
      órdenes del general John
        Keane a 14 kilómetros de Nueva Orleans.
      Podría haber avanzado por la orilla del río y tomado
      fácilmente la ciudad, pero decidió esperar
      refuerzos. Se dice que cuando Jackson se enteró de la
      posición de los invasores, exclamó: "Por el Dios Eterno que no
        dormirán en nuestro suelo". Por la tarde
      lanzó un ataque por sorpresa que obligó a los
      británicos a retroceder y retrasar el ataque a la ciudad.
      Esto permitió a los británicos fortificar los
      accesos.
    
El 15 de diciembre se
      reunieron en Hartford
      representantes de los cinco Estados de Nueva Inglaterra para
      preparar una propuesta conjunta de enmiendas a la
      Constitución que, en caso de no ser satisfechas,
      podrían llevar a dichos Estados a abandonar la
      Unión. 
    
Desde finales del año anterior, Gran Bretaña y los
      Estados Unidos habían mantenido conversaciones encaminadas
      a poner fin a la guerra. Tras la rendición de
      Napoleón, la predisposición de los estadounidenses
      para llegar a un acuerdo creció a la par que
      decrecía la británica. Las noticias del incendio de
      Washington aumentaron las exigencias británicas, pero poco
      después llegaron las noticias del fracaso en el lago
      Champlain y la cosa cambió. El gobierno británico
      consultó al marqués de Wellington y le propuso
      hacerse cargo de la guerra, pero Wellington contestó que si
      los estadounidenses dominaban los lagos no había nada que
      hacer, y sugirió llegar a un acuerdo que conservara el status quo ante bellum.
      Así se hizo, y el 24 de
        diciembre se firmó el tratado de Gante en dichos términos: se
      devolvían los prisioneros de guerra y las fronteras
      quedaban como antes de la guerra. Técnicamente, aquí
      terminaba la llamada guerra de
        1812, pero nadie en América podía saberlo,
      y en América se seguía combatiendo en Nueva Orleans:
      El 28 de diciembre los
      británicos hicieron algunos ataques exploratorios, para
      valorar las defensas estadounidenses. El 1 de enero de 1815 llegó el grueso de la
      flota británica e inició un ataque hasta quedarse
      sin munición, lo que obligó a suspender
      temporalmente las acciones.
    
Mientras tanto, la Convención
de
        Hartford seguía reuniéndose, y el 5 de enero aprobó su
      propuesta de enmiendas a la Constitución, que
      incluía diversas restricciones sobre el gobierno federal,
      como la exigencia de una mayoría cualificada de dos tercios
      para declarar una guerra, limitaciones a los reclutamientos y
      embargos militares, restricción de derechos para los
      ciudadanos de origen extranjero, etc. También
      exigían limitación del cargo de presidente a un
      único mandato, así como que cada presidente
      debía de ser de un Estado diferente al de su predecesor.
      (Hasta entonces, todos los presidentes excepto Adams habían
      sido de virginianos.) Se nombró una delegación
      presidida por Harrison-Gray Otis
      para presentar en Washington las reclamaciones.
    
El 8 de enero los
      británicos lanzaron el ataque definitivo a Nueva Orleans,
      pero las fortificaciones estadounidenses resultaron efectivas y
      tuvieron que retirarse tras un breve combate. Los
      británicos siguieron atacando otros puntos de la costa de
      Luisiana.
    
Cuando José Rondeau tenía todo dispuesto para
      invadir el Alto Perú al frente del Ejército del
      Norte, recibió la noticia de que el director Posadas lo
      había destituido en favor de su sobrino, Carlos
      María de Alvear. Varios oficiales se sublevaron y Alvear se
      vio obligado a volver a Buenos Aires. El 9 de enero, viendo que su autoridad real era
      prácticamente nula, Posadas dimitió y fue sucedido
      por Alvear, que tenía entonces veinticinco años.
      Instauró una férrea dictadura y se dedicó a
      perseguir a sus detractores. En la Banda Oriental, el rioplatense
      Manuel Dorrego  atacó el 10
        de enero con 800 hombres el campamento principal de
      José Gervasio Artigas, en el que se encontraban 1.500
      hombres. El resultado de la batalla de Guayabos fue una victoria para los artiguistas,
      que pronto se vio reforzada por nuevos éxitos.
    
El 27 de enero los
      independentistas de Cuzco se enfrentaron nuevamente a los
      realistas en Matará,
      y fueron nuevamente derrotados.
    
El 12 de febrero tuvo lugar la
      última acción de la frota británica en la
      guerra contra los Estados Unidos, que fue la captura de Fort Bowyer, pues dos
      días después fue informada de la firma del tratado de Gante. 
    
Por estas fechas llegó a Washington la comisión nombrada por la Convención de Hartford. El secretismo con que se habían realizado las reuniones, teniendo en cuenta que eran tiempos de guerra, levantaron sobre la conferencia sospechas de traición. Otis no prestó atención a tales rumores, y confiaba en avasallar al presidente Madison apoyándose en el fracaso de la guerra que había declarado a Gran Bretaña, pero cuando llegaron las noticias de la victoria de Nueva Orleans primero, y de la firma del tratado de Gante poco después, todas sus posibilidades se esfumaron. Tanto la Convención de Hartford como el partido Federalista en general quedaron desprestigiados por su oposición a la guerra rayana en la traición.
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