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                  GUERRA DE LA VENDÉE | SIGUIENTE | 
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A principios de 1793, el
      gobierno
      francés había decretado una
      leva forzosa de 300.000 hombres, pero un grupo de hombres reunidos
      para
      ser informados del proceso manifestaron su negativa a enrolarse.
      Las
      protestas se repitieron el 10 de marzo
      en diversas localidades, la misma fecha en la que la
      Convención
      nacional decretó la constitución de un Tribunal criminal extraordinario,
      más conocido como Tribunal
        revolucionario, que juzgaría sin posibilidad de
      apelación a todos los sospechosos de actuar contra la
      revolución. Como acusador público fue elegido Antoine Quentin Fouquier de Tinville,
      primo de Camille Desmoulins. En los departamentos se organizaron comités de vigilancia,
      que
      otorgaban cartas cívicas
      a los buenos ciudadanos, y hacían detener a los sospechosos
      de
      no ser tan buenos.
    
El 11 de marzo una multitud de
      unos 6.000 hombres dispersó en Machecoul
      a un centenar de guardias nacionales y se dedicó a matar y
      desvalijar a quienes tachaban de "patriotas", es decir, de quienes
      desempeñaban funciones públicas al servicio de la
      república. El 12 de marzo
      se
      produce una sublevación similar en Anjou, donde más
      de
      600 hombres se reunieron y la guardia nacional disparó
      contra
      ellos matando a varias decenas y dispersando al resto, pero al
      día siguiente, el 13 de marzo,
      más de 300 hombres dirigidos por Jacques Cathelineau se dirigieron al
      castillo de Jallais
      tomando
      como escudos a
      algunos patriotas que habían capturado. En diez minutos
      tomaron el castillo y se hicieron con tres cañones, el
      más grande de los cuales fue bautizado como la Marie-Jeanne. El 15 de marzo Cathelineau llevó
      a
      15.000 hombres y
      la Marijuana a la
      pequeña ciudad de Cholet.
      Un emisario exigió a los patriotas la rendición de
      la
      plaza, pero el comandante consideró que con sus 580
      guardias
      nacionales podía hacer frente a 15.000 campesinos armados
      con
      hoces. Sin embargo, en unas horas los rebeldes saquearon la
      ciudad. En
      los días
      posteriores se llegaron a agrupar unos 35.000 rebeldes, que
      formaron un
      auténtico ejército
        vendeano (por la Vendée,
      que era el nombre de la región donde se estaban produciendo
      la
      mayoría de las revueltas). Los vendeanos se
      dirigieron contra Chalonnes-sur-Loire,
      donde los republicanos concentraron 4.000 hombres y cinco
      cañones. No obstante, los miembros del ayuntamiento
      decidieron
      rendir la ciudad. El paso siguiente que cabía esperar en
      los
      rebeldes era tomar Angers, pero los campesinos (que lo
      querían esencialmente era no ser soldados) decidieron
      disolverse
      y regresar a
      sus casas.
    
El 17 de marzo se
      reunió
      por primera vez en Maguncia la Convención
nacional
        alemana del Rhin, el primer parlamento
      democrático elegido en Alemania, y órgano
      legislativo de
      la República de Maguncia,
      que la declaró independiente del Sacro Imperio Romano
      Germánico.
    
El 18 de marzo el
      ejército francés dirigido por el general Dumouriez
      fue
      derrotado en Neerwinden,
      en
      los Países Bajos austríacos. Los franceses perdieron
      unos
      4.000 hombres.
    
La Convención nacional decidió tomar la
      iniciativa contra los insurrectos de la Vendée, y
      reunió
      un ejército de 2.200 soldados, 100
      jinetes y 8 cañones, que intentó llevar hasta
      Nantes. El 17 de marzo
      dispersaron a algunos
      campesinos, pero, la noche del 19 de
        marzo,
      los republicanos fueron atacados por sorpresa y puestos en fuga en
      desbandada. A finales de mes, los vendeanos contaban con tres
      ejércitos de 40.000, 10.000 y 15.000 hombres,
      respectivamente,
      bastante mal equipados y mal coordinados, pero suficientes como
      para
      preocupar a la Convención nacional y para que la revuelta
      de la
      Vendée pueda considerarse como una pequeña guerra
      civil.
    
El 22 de marzo unos 4.000
      vendeanos salieron de Machecoul para atacar la ciudad de Pornic, que tomaron sin
      dificultad y
      se dieron al saqueo, pero más tarde llegaron unos 200
      soldados
      republicanos que pillaron a los campesinos por sorpresa y
      desorganizados, y los pusieron en fuga, aunque algunos fueron
      capturados
      y fusilados poco después. En Machecoul, algunos patriotas
      fueron
      ejecutados también como represalia. Entonces, los vendeanos
      buscaron a François-Athanase
de
        Charette de La Contrie, un militar de treinta años
      que
      había luchado en la guerra de independencia de los Estados
      Unidos, y le pidieron que aceptara dirigirlos. Charette
      aceptó y
      el 27 de marzo se
      dirigió a
      Pornic con 8.000 hombres, que volvieron a tomar Pornic sin que los
      republicanos pudieran hacer nada para evitarlo esta vez. Por otra
      parte,
      Charette impidió el saqueo.
    
En general Dumouriez arrestó a los
      enviados de la Convención nacional que debían
      investigar
      su actuación en Neerwinden y los entregó a los
      austríacos.
      Después trató de convencer a sus tropas de que
      marcharan
      sobre París para derrocar el gobierno revolucionario, pero
      su
      intento fracasó y el 5 de abril
      tuvo que huir a territorio austríaco
      junto con Luis Felipe y
      Antonio de Orleans, hijos
      de Felipe
      Igualdad.
    
Sospechoso de ser amigo de Dumouriez, el corso Pasquale Paoli fue
      declarado traidor a la patria y llamado a París, pero Paoli
      se
      rebeló contra Francia y buscó el apoyo
      británico.
    
Desde principios de año, Marat había librado una batalla política contra los brissotinos, a los que acusaba de ser enemigos encubiertos del republicanismo. (Se habían opuesto a la ejecución de Luis XVI así como a la constitución del tribunal revolucionario. Además, el traidor Dumouriez era brissotino.) Ese mismo día, Marat instó al Club de los jacobinos a solicitar la destitución de los diputados de la Convención que habían votado en favor de consultar al pueblo si el rey Luis XVI debía ser ejecutado.
La derrota de neerwinden y la insurección de la
      Vendée
      llevaron a la Convención nacional a tomar medidas de
      excepción. El 6 de abril
      se
      nombró un Comité
        de
        salvación pública, formado por nueve de sus
      miembros con la
      autoridad necesaria para agilizar las decisiones de gobierno. Los
      componentes del Comité tenían competencias durante
      tan
      sólo un mes, pero el periodo era renovable. Entre sus nueve
      miembros iniciales figuraba Danton, que en la práctica
      dominó a los restantes. Sus declaraciones no podían
      ser
      más inquietantes: La
        salvación del pueblo —dijo— requiere grandes medios y medidas
        terribles.
      
    
El 8 de abril llegó a
      los
      Estados Unidos un embajador del gobierno francés, el
      "ciudadano"
      Edmond Charles Genet.
      Desembarcó en Charleston, y desde allí, con la
      colaboración del gobernador de Carolina del Sur, se
      dedicó a organizar expediciones al sur contra los
      españoles y al norte contra los británicos.
    
Un ejército republicano de 4.000 hombres se dispuso a
      combatir a los sublevados de la Vendée, y el 11 de abril se encontró en Chemillé con un
      contingente de 6.000 hombres dirigidos por Cathelineau. La batalla
      se
      prolongó desde el mediodía hasta el
      anochecer, cuando finalmente los republicanos tuvieron que
      retirarse,
      aunque
      habían sufrido menos bajas que los vendeanos.
    
El 13 de abril los brissotinos
      denunciaron a Marat por haber conspirado contra ellos para lograr
      su
      destitución, y la Convención nacional acordó
      detenerlo y enviarlo al tribunal revolucionario. Ese mismo
      día,
      en el Poitou, unos 3.000 vendeanos armados con hoces y unos pocos
      fusiles, se enfrentaron a un ejército republicano de 2.500
      hombres en Les Aubiers.
      Se
      dice que el general de los vendeanos, Henri
        de La Rochejaquelein, gritó a sus hombres: Si avanzo, seguidme, si retrocedo
        matadme,
        si muero vengadme. Los republicanos, tomados por
      sorpresa, se
      asustaron y no tardaron en huir. Los vendeanos se hicieron con
      numerosas armas y municiones.
    
El 14 de abril un
      ejército de 32.000 hombres, principalmente prusianos,
      rodeó Maguncia, que seguía bajo el poder de los
      franceses. 
    
El 15 de abril 35 de las 48 secciones revolucionarias (o
      distritos) de París presentaron ante la Convención
      nacional una petición de destitución de 22 diputados
      brissotinos.
    
El 17 de abril un
      ejército
      español bajo el mando del general Antonio Ricardos
      invadió el
      Rosellón.
    
En la ciudad de Vezins
      se
      encontraba un ejército republicano de 5.000 hombres, de los
      cuales, 2.000 fueron enviados en auxilio de dos
      compañías
      de granaderos rodeadas en un castillo próximo, pero unos
      10.000
      vendeanos se lanzaron sobre ellos el 19
        de
        abril, bajo la dirección del marqués Charles Artus de Bonchamps y
      de Maurice Joseph Louis Gigost
        d'Elbée,
      y los hicieron volver a Vezins, de donde fueron expulsados
      a su vez con cerca de un millar de bajas. Bonchamps había
      participado en la guerra de independencia de los Estados Unidos.
    
En los Estados Unidos, las posiciones respecto de la
      revolución francesa estaban divididas. Los federalistas
      eran
      probritánicos, mientras que los republicanos
      demócratas
      eran profranceses. Éstos arguían que Estados Unidos
      estaba en deuda con Francia por la ayuda que este país
      había prestado a la revolución americana, mientras
      que
      los federalistas consideraban que la ayuda se la había
      proporcionado el rey Luis XVI, no el gobierno republicano. Este
      punto
      de vista no era descabellado, pues, ciertamente, muchos de los
      franceses que habían luchado en la guerra de independencia
      norteamericana ahora luchaban contra la república francesa
      o
      eran perseguidos por ella.
    
Frente a estas discrepancias, Washington adoptó una
      solución intermedia. Afirmó que la alianza con
      Francia
      —en caso de existir— comprometía a los Estados Unidos a
      ayudarla
      en caso de que fuera atacada, pero, como había sido Francia
      quien había declarado la guerra a Gran Bretaña, los
      Estados Unidos podían declararse neutrales sin faltar a su
      presunto compromiso. Y así lo hizo: el 22 de abril, Washington proclamó la
      neutralidad de los Estados Unidos, al mismo tiempo que
      reconocía
      al gobierno revolucionario francés.
    
Ese mismo día, los vendeanos
      obtuvieron una nueva victoria en Beaupréau,
      dirigidos por Bonchamps, donde murieron 900 republicanos y otros
      1.200
      cayeron prisioneros. Pero
      ese mismo día Charette tuvo que abandonar Machecoul con
      más de 2.000 hombres ante el ataque de un ejército
      republicano de 2.700 soldados.
    
El tribunal revolucionario absolvió a Marat, que el 24 de abril regresó a la
      Convención nacional dispuesto a seguir combatiendo a los
      brissotinos con un renovado apoyo popular. 
    
Tras su derrota en Machecoul, Charette se había refugiado
      junto con veinte de sus hombres en Lege,
      donde el 30 de abril fue
      atacado por
      un ejército republicano de 600 soldados. Pero Charette
      había logrado reunir unos 1.500 hombres, con los que puso
      en
      fuga a los atacantes, que perdieron cien hombres y sus dos
      cañones.
    
El 5 de mayo unos 20.000
      vendeanos se presentaron ante la ciudad de Thouars dirigidos por
      Cathelineau,
      Bonchamps y La Rochejaquelein. Para acceder a ella
      debían cruzar el río Thuet,
      en cuyos puentes se habían apostado los republicanos. Tras
      seis
      horas de lucha infructuosa, Louis-Marie
de
        Salgues, el marqués de Lescure, que a sus veintisiete
      años participaba por primera vez en una batalla, se
      adelantó solo hasta el puente de Vrines bajo el fuego enemigo y
      animó a sus hombres a seguirlo. Los vendeanos cruzaron el
      puente
      a la vez que algunos jinetes vadeaban el río y
      sorprendían a los republicanos por la retaguardia. Unas
      horas
      después los vendeanos entraban en la ciudad donde se
      apoderaron
      de armas y municiones, aunque esta vez no hubo saqueos ni
      matanzas. El 13 de mayo unos
      12.000
      vendeanos atacaron La
        Châtaigneraie, que estaba defendida por unos 3.000
      republicanos, los cuales abandonaron la ciudad con 500 bajas al
      cabo de
      dos horas de combate.
    
El 16 de mayo 10.000 vendeanos
      provistos de treinta cañones se presentaron ante Fontenay-le-Compte, que los
      republicanos habían rebautizado como Fontenay-le-Peuple, donde se
      encontraban 6.000 soldados republicanos. Durante la batalla, los
      republicanos lograron rodear las líneas enemigas y atacar a
      los
      vendeanos por la retaguardia, y además llegaron 2.000
      soldados
      más de refuerzo, con lo que los vendeanos se vieron
      obligados a
      huir perdiendo su artillería, incluida la famosa "Marijuana". 
    
El ciudadano Genet permanecía ajeno a las reticencias del
      gobierno estadounidense hacia la revolución francesa.
      Mientras
      estuvo en territorio republicano demócrata, sólo
      oyó elogios y discursos entusiastas, pero cuando
      llegó a
      Filadelfia y se entrevistó con Washington el 18 de mayo, se encontró con
      una
      fría acogida. Washington le recordó que los Estados
      Unidos eran neutrales, y que muchas de las acciones que Genet
      estaba
      llevando a cabo desde su territorio ponían en entredicho la
      neutralidad.
    
El 18 de mayo Ricardos
      derrotó al ejército francés en la batalla de
      Mas Deu, consolidando la
      ocupación del Rosellón. Mientras tanto, el
      brissotino Élie
        Guadet denunciaba a la comuna
de
        París (el gobierno revolucionario de la capital
      francesa), a cuyos dirigentes calificaba de "autoridades anárquicas,
        ávidas de dinero y de poder", y propuso su
      disolución inmediata.
    
Ese mismo día murió Timur Sah, el rey de
      Afganistán, que fue sucedido por su quinto hijo, Zaman Sah. 
    
El 21 de mayo los brissotinos lograron que la Convención aprobara la formación de la que se llamó Comisión de los doce, encargada de supervisar los arrestos llevados a cabo por la comuna de París (el gobierno revolucionario de la capital francesa) y de informar a la Convención de todos los casos de conspiración contra la libertad en el interior de la República. La comisión contó con una mayoría de brissotinos, que tuvieron así un medio de defenderse de los arrestos arbitrarios a los que era propensa la comuna., a la vez que una herramienta para hacer lo propio con sus adversarios.
Otro ejército de la coalición había invadido
      Francia por el norte. El 23 de mayo,
      el duque Federico de York
      (el
      segundo hijo del rey Jorge III de Gran Bretaña) al mando de
      un
      ejército de británicos y austríacos,
      derrotó a los franceses en la batalla de Famars. 
    
El 24 de mayo la
      Comisión
      de los doce ordenó el arresto del periodista y
      político Jacques-René
        Hébert, perteneciente al club de los cordeliers,
      que secundaba a Marat en sus denuncias contra los
      brissotinos.
    
Las tensiones entre jacobinos y brissotinos en la
      Convención nacional iban en aumento. El 27 de mayo Marat
      exigió la disolución de la Comisión de los
      doce, y
      aprovechando que ya era de noche y que faltaban muchos brissotinos
      en
      la sala, los jacobinos logran que la Convención
      decretara la puesta en libertad de todos los detenidos por la
      Comisión. Cuando al día siguiente, el 28 de mayo, los ausentes se
      enteraron del
      decreto, protestaron enérgicamente y exigieron que fuera
      retirado. Tras un acalorado debate, una votación
      decidió
      que, en efecto, el decreto debía ser retirado.
    
El 31 de mayo la comuna de
      París organizó una revuelta, y una multitud se
      presentó ante la Convención nacional para exigir,
      entre
      otras reivindicaciones, la destitución de los diputados
      brissotinos y la supresión de la Comisión de los
      doce. La
      convención, siguiendo el consejo de la Comisión de
      salvación pública y a pesar de la
      intervención
      enérgica de Robespierre (que había incitado a la
      sublevación) decidió suprimir la Comisión de
      los
      doce, pero no el cese de los diputados brissotinos.
    
El 2 de junio, en una nueva
      insurrección, 80.000 hombres de la guardia nacional,
      dirigidos
      por François Hanriot,
      rodearon la Convención nacional y exigieron nuevamente la
      destitución de los diputados brissotinos. Tras un breve
      debate,
      los miembros de la Convención trataron de abandonar el
      recinto,
      pero Hanriot gritó: ¡Artilleros,
a
        vuestros puestos! y así, los diputados
      comprendieron
      cuán justo era que volvieran a la sala de sesiones y
      decretaran
      el arresto domiciliario de 29 diputados brissotinos, entre ellos
      el
      propio Brissot. La
      Convención nacional quedó así en manos de los
      jacobinos.
    
La caída de los brissotinos en la Convención
      nacional
      suscitó numerosas revueltas en las provincias, conocidas
      como insurrecciones
        federalistas. Ese
      mismo día en Marsella se formó un Comité general que
      dispersó a los jacobinos y apresó a sus cabecillas.
    
La ciudad de Lyon se había rebelado contra las autoridades
      republicanas cuatro días atrás, no por nada
      relacionado
      con los brissotinos en particular, sino porque sus habitantes
      estaban
      hasta las gónadas (por ser finos) de tribunales
      revolucionarios,
      arrestos, decapitaciones y otros abusos de poder. Sin embargo,
      pronto
      se adhirió a la causa brissotina y empezó a
      organizar
      revueltas en los departamentos vecinos, sobre todo en el Franco
      Condado. 
    
Por supuesto, uno de los departamentos más virulentos
      contra
      la deposición de los brissotinos fue La Gironda, de donde
      provenían muchos de ellos. El 7
        de
        junio organizó un ejército.
    
El 9 de junio los franceses
      obtuvieron una victoria frente a los austríacos en la
      batalla de
      Arlon, en los
      Países
      Bajos. Ese mismo día, 12.000 soldados republicanos fueron
      derrotados una vez más en Saumur
      por unos 30.000 vendeanos dirigidos por Cathelineau y La
      Rochejaquelein. En las prisiones de Saumur, los vendeanos
      enconraron al
      general Pierre Quetineau,
      que
      había sido encarcelado por su derrota en Thouars, el mes
      pasado.
      Lescure le ofreció la posibilidad de quedarse con los
      vendeanos
      sin necesidad de unirse a su causa, pero Quetineau rechazó
      la
      oferta, en parte por sus convicciones, en parte para evitar que su
      familia sufriera represalias. Las rebeliones brissotinas
      habían
      dado alas a los monárquicos, y ahora el ejército
      vendeano
      se hacía llamar ejército
católico
        y real. Ese mismo día Olympe de Gouges
      dirigió al presidente de la Convención Nacional una
      carta
      en la que expresaba su indignación por el arresto de los
      diputados brissotinos, medida que atentaba contra los principios
      democráticos.
    
El 11 de junio Charette, al
      frente de unos 12.000 vendeanos, logró arrebatar Machecoul,
      que
      estaba defendida por unos 2.500 soldados republicanos.
    
El 17 de junio el
      ejército de la coalición, tras una serie de
      tentativas
      fracasadas, empezó a bombardear Maguncia.
    
El 24 de junio la
      Convención nacional aprobó finalmente la nueva Constitución de la
      República Francesa, que después fue aprobada por
      sufragio
      universal.
    
El 28 de junio un
      ejército realista trató de tomar la ciudad de Luçon, pero unos 150
      soldados
      republicanos desertores que se habían unido a los realistas
      decidieron cambiar nuevamente de bando y sembraron tal
      confusión
      que los realistas terminaron huyendo al caer la noche, perseguidos
      por
      los republicanos. Al día siguiente, el 29 de junio, un ejército de
      más de 40.000 realistas con 20 cañones trató
      de
      dar un golpe decisivo tomando Nantes, lo cual, tal vez, les
      habría permitido marchar sobre París. La batalla
      duró desde el amanecer hasta que llegó la noche, y
      finalmente los realistas tuvieron que retirarse con más de
      un
      millar de bajas, entre ellas el general Cathelineau, que
      resultó
      gravemente herido. El 30 de junio,
      el
      general François-Joseph
        Westermann, al mando de 4.000 soldados republicanos,
      atacó la ciudad de Parthenay,
      en poder de los realistas bajo el mando de Lescure, quienes,
      sorprendidos, se dieron pronto a la fuga. Unos 2.000 prisioneros
      liberados se unieron a las filas de Westermann. Al enterarse de lo
      sucedido en Parthenay, La Rochejaquelein deja Saumur para acudir
      en
      ayuda de Lescure. Entre ambos reunen 5.000 hombres, que se
      encuentran
      de nuevo con Westermann el 3 de julio,
      que amenazaba Châtillon, la "capital" vendeana. El encuentro
      se
      produjo en Moulin-aux-Chèvres,
      y al cabo de dos horas de combate los realistas se dispersaron.
      Unas
      horas después Westermann tomaba Châtillon. Los
      dirigentes
      realistas huyeron a Cholet. El 5 de
        julio,
      los realistas reunieron 25.000 hombres para recuperar
      Châtillon.
      La "Marijuana" dio la señal para empezar el combate y esta
      vez
      los realistas obtuvieron una victoria aplastante. Westermann pudo
      huir
      hasta Parthenay con 500 jinetes, pero 4.500 de sus hombres
      murieron, ya
      en combate, ya asesinados por los realistas, que estaban un tanto
      molestos con Westermann, porque esos días había
      incendiado numerosas propiedades en la región. Otros 1.000
      soldados republicanos fueron hechos prisioneros.
    
Los federalistas de Normandía y de Bretaña
      organizaron
      un ejército de 3.000 hombres en Caen,
      que pretendía atacar París, pero el 13 de julio se encontró con
      un
      ejército de 4.000 republicanos en Brécourt. Allí
      éstos dispararon su artillería y los federalistas se
      dispersaron presos del pánico. Ningún bando
      sufrió
      ninguna baja.
    
El 13 de julio Marat se
      encontraba escribiendo en la bañera, donde pasaba largos
      periodos de tiempo debido a su enfermedad cutánea, cuando
      recibió la visita de una joven aristócrata
      brissotina
      llamada Charlotte Corday,
      que
      se declaró dispuesta a revelarle los nombres de algunos
      conspiradores brissotinos, aunque lo que hizo en realidad fue
      asesinarlo clavándole
      un puñal. David pintó a raíz del suceso un
      cuadro
      que gozaría de gran fama en los meses siguientes (incluso
      se
      encargó a sus discípulos que hiceran copias
      propagandísticas). Se trata de La
        muerte de Marat. 
    
El 14 de julio murió el
      general realista Jacques Cathelineau, a consecuencia de las
      heridas que
      había sufrido en Nantes.
    
El ejército francés había penetrado en Anjou
      (foco de la revuelta vendeana) provocando tantos saqueos y
      matanzas que
      su propio general, Jacques
        Marquerite
        Pilotte  de La Barollière, pidió ser
      relevado
      del mando. El 15 de julio fue
      atacado en Martigné-Briand
      por un ejército de 15.000 realistas, pero unos errores de
      maniobra que sembraron la confusión entre ellos terminaron
      por
      dispersarlos.
    
El 17
        de julio fue decapitada Charlotte Corday.
    
La Barollière se había establecido en Villiers,
      pero
      el 18 de julio tuvo que huir
      cuando
      la ciudad fue atacada por 10.000 realistas dirigidos por oficiales
      secundarios, pues los principales generales realistas se
      encontraban en
      Châtillon decidiendo quién sucedería a
      Cathelineau
      como generalísimo del ejército católico y
      real. El
      elegido fue Maurice d'Elbée.
    
Después de un largo asedio, los ejércitos aliados entraron en Maguncia el 22 de julio y disolvieron la república.
El 25 de julio unos 1500
      realistas atacaron Saint-Philbert-du-Pont-Charrault,
      pero fueron rechazados y los republicanos se apoderaron de
      Chantonnay.
      Ese mismo día Danton se
      convirtió en el presidente de la Convención nacional
      y el
      27 de julio Robespierre
      pasó a
      formar parte del Comité de salvación nacional.
      Gracias
      a su popularidad, no tardó en convertirse en la
      máxima
      autoridad en Francia. Arguyendo que las circunstancias así
      lo
      requerían, logró que el Comité y la
      Convención nacional secundaran todas sus decisiones. Otra
      incorporación al Comité fue la del general Lazare Nicolas Marguerite Carnot,
      que inmediatamente se dispuso a reorganizar el ejército.
    
Los realistas reunieron 15.000 hombres para recuperar Chantonnay,
      pero los republicanos la abandonaron tras haberla incendiado. Los
      realistas los persiguieron y se encontraron el 30 de julio frente a Luçon,
      pero
      finalmente los republicanos pusieron en fuga a los realistas.
    
El 2 de agosto Caen se
      rindió a los republicanos, que el 9
        de agosto se dispusieron a asediar Lyon. 
    
El 8 de agosto, la
      Convención nacional promulgó un decreto por el que
      se
      suprimían todas las academias reales francesas, entre ellas
      la
      Academia de Ciencias de París. Se mantuvo la
      comisión de
      pesos y medidas, pero pronto fueron expulsados de ella Laplace,
      Lavoisier, Coulomb y varios más porque sus integrantes
      debían destacar "por sus
        virtudes republicanas y odio a los reyes". Por esa
      época.
      Laplace y Coulomb habían dejado la capital francesa
      continuar
      sus investigaciones en el campo.
    
El 10 de agosto la
      Convención nacional decretó que la aplicación
      de
      la Constitución se suspendía hasta que llegara la
      paz. El
      12 de agosto, Robespierre se
      declara
      en la Convención partidario de las medidas
      drásticas:
    
¡Que la espada de la ley, planeando con terrible rapidez sobre la cabeza de los conspiradores, sacuda de terror a sus cómplices! ¡Que estos grandes ejemplos acaben con las sediciones por el terror que inspirarán a todos los enemigos de la Patria!
El 14 de agosto los realistas
      y
      los republicanos se enfrentaron de nuevo frente a Luçon.
      Esta
      vez eran 35.000 contra 6.000, pero los republicanos vencieron una
      vez
      más dejando unos 3.000 muertos y 2.000 heridos entre sus
      adversarios, que además perdieron los 17 cañones que
      habían llevado a la batalla.
    
El ciudadano Genet había seguido estimulando a los
      norteamericanos a realizar acciones bélicas contra
      británicos y españoles, y cuando fue amonestado
      nuevamente por ello, amenazó con apelar al pueblo
      norteamericano
      pasando por encima de Washington. No era consciente de que estaba
      en
      los Estados Unidos, y que para los estadounidenses, la idea
      francesa de
      oponer "el pueblo norteamericano" a "el presidente de los Estados
      Unidos" era una contradicción. Thomas Jefferson no
      tardó
      en reconocer que las acciones de Genet estaban perjudicando a los
      intereses de los republicanos demócratas, y sugirió
      que
      Genet fuera expulsado del país. El 23
        de agosto, Washington pidió a Francia que llamase
      de
      vuelta a Genet, y Francia hizo más que eso: envió un
      nuevo embajador que llevaba una orden de arresto contra él,
      porque era brissotino. Genet, viendo que su cabeza no
      permanecería mucho tiempo pegada a su tronco en caso de
      volver a
      Francia, pidió asilo político y Washington se lo
      concedió. Se instaló en Nueva York, donde se
      casó
      con la hija del gobernador Clinton y adquirió la
      nacionalidad
      estadounidense.
    
En Francia, el general Carnot
      dispuso una leva masiva que aumentó el número de
      soldados
      franceses hasta 550.000, frente a los 270.000 registrados el
      año
      anterior.
    
En la ciudad de Toulon,
      en
      la
      costa mediterránea francesa, los brissotinos se
      habían
      impuesto sobre
      los jacobinos, pero finalmente fueron los realistas los que se
      hicieron
      con el control de la ciudad. Recientemente, un ejército
      republicano dirigido por el general Jean
        François Carteaux había sofocado la
      rebelión realista de Marsella, así como otras en
      Aviñón y en Ollioules,
      así que los realistas de Toulon (situada sobre la costa
      mediterránea) solicitaron ayuda británica, y el 28 de agosto fue enviada una flota
      bajo el
      mando del almirante Samuel Hood,
      al frente de unos 13.000 soldados británicos,
      españoles,
      napolitanos, sardos y piamonteses.
    
En Santo Domingo, los esclavos negros rebelados contra Francia
      contaban con el apoyo de los españoles (que ocupaban la
      parte
      oriental de la isla) y de Gran Bretaña. Su cabecilla era
      conocido como Toussaint
        Louverture,
      por su habilidad para abrir brechas en las líneas enemigas.
      El 29 de agosto,
      difundió panfletos en
      los que se leía:
    
Hermanos y amigos. Soy Toussaint Louverture. Quizás el conocimiento de mi nombre haya llegado hasta vosotros. He iniciado la venganza de mi raza. Quiero que la libertad y la igualdad reinen en Santo Domingo. Trabajo para que existan. Uníos, hermanos, y luchad conmigo por la misma causa. Arrancad de raíz conmigo el árbol de la esclavitud. Vuestro muy humilde y muy obediente servidor, Toussaint Louverture, General de los ejércitos del rey, para el bien público.
Ese mismo día, el gobernador francés
      de Santo Domingo abolió la esclavitud para evitar que los
      esclavos continuaran uniéndose a las filas de Toussaint.
    
El 3 y el 4 de septiembre los sans-culottes
      invadieron de nuevo la sala de reunión de la Asamblea
      Legislativa, y los diputados se vieron obligados a prometer que
      redactarían y aprobarían leyes que demostraran la
      culpabilidad de todos los sospechosos de intrigar contra la
      república.
    
El 5 de septiembre 18.000
      realistas derrotaron a 8.000 republicanos en Chantonnay, tras lo
      cual
      se apoderaron también de Puybelliard.
      
    
Entre el 6 y el 8 de septiembre, el ejército
      francés se enfrentó al británico en Hondschoote, al norte de
      Francia, y
      el resultado fue que 40.000 franceses derrotaron a 24.000
      británicos, que además se vieron obligados a
      abandonar el
      asedio de Dunquerque. Ese mismo día el general Carteaux
      llegó a Toulon, dispuesto a someter a los realistas.
    
El 13 de septiembre, el
      ejército francés derrotó en Méribel al del rey
      Víctor Amadeo II de Cerdeña.
    
El 17 de septiembre la
      Convención nacional aprobó la Ley de sospechosos, que
      permitía detener como tales a "quienes,
        sea por su conducta, sea por sus relaciones, sea por sus
        propósitos o por sus escritos, se muestren partidarios de
        la
        tiranía o del federalismo y enemigos de la libertad,
        quienes no
        puedan justificar de la forma descrita por el decreto del pasado
        21 de
        marzo sus medios de subsistencia y el cumplimiento de sus
        deberes
        cívicos, aquellos a quienes no se les haya concedido los
        certificados de civismo, los funcionarios públicos
        suspendidos o
        destituidos de sus funciones por la Convencion nacional o por
        sus
        comisarios y no reincorporados, quienes antes eran nobles, junto
        con
        sus maridos, esposas, padres, madres, hijos o hijas, hermanos o
        hermanas, y representantes de emigrados, quienes no han
        manifestado
        constantemente su adhesión a la Revolución,
        quienes han
        emigrado en el intervalo entre el 1 de julio de 1789 hasta la
        publicación del 30 de marzo de 1792, aunque hubieran
        vuelto a
        Francia en el plazo prescrito por este decreto." 
    
Se institucionalizaba así lo que se conoce como el periodo
      del Terror en la
      Revolución francesa, durante el cual miles de personas
      fueron
      decapitadas. Por esta época, la luisette había recibido toda
      suerte de nombres (como el de corbata
del
        Capeto, tras la ejecución de Luis XVI), aunque
      finalmente prevaleció el de guillotina,
      por el doctor Guillotin, que había propuesto su empleo,
      aunque a
      éste no le hizo ninguna gracia que su apellido se vinculara
      así con semejante instrumento de ejecución.
    
Una ley estableció que todos los extranjeros nacidos en
      países enemigos fueran arrestados y que sus propiedades
      fueran
      confiscadas. Esto incluía, entre muchos otros, a Lagrange,
      nacido en Turín (en el ducado de Saboya), pero Lavoisier
      intervino para que se hiciera una excepción.
    
El 18 de septiembre Carteaux
      inició el asedio de Toulon. Su jefe de artillería
      había resultado herido en Ollioules, y los representantes
      de la
      Convención Nacional, entre los que se encontraba Augustin Robespierre, hermano
      de
      Maximilien, le impusieron como sustituto al joven capitán
      Buonaparte, amigo de Augustin, a pesar de que no se llevaba
      bien con Carteaux.
    
Ese mismo día los
      republicanos trataron de asestar un duro golpe a los realistas con
      un
      ejército de 17.000 hombres. El enfrentamiento se produjo
      frente
      a Coron, pero 12.000
      realistas
      hicieron fracasar sus planes. Los republicanos perdieron 5.000
      hombres
      entre muertos y prisioneros, además de 24 cañones.
      Simultáneamente, otros 20.000 realistas derrotaron a 6.000
      republicanos en Tiffauges.
      El 19 de septiembre, 18.000
      republicanos bajo
      el mando del general Charles
        Duhoux
        de Hauterive fueron derrotados en Pont-Barré por 9.000
      realistas dirigidos por Pierre
        Duhoux
        de Hauterive, sobrino del anterior.
    
El 21 de septiembre, 15.000
      realistas dirigidos por Lescure y Charette pillaron por sorpresa y
      pusieron en fuga a un ejército de 6.000 soldados
      republicanos en
      Montaigu. Las
      pérdidas
      fueron escasas (unos 400 muertos), pero el general Jean-Michel Beysser,
      sospechoso de
      brissotino, fue llamado a París. Lescure y Charette
      debían entonces unir sus fuerzas a las de d'Elbée y
      Bonchamps, que el 22 de septiembre
      planeaba atacar a un ejército en Clisson que marchaba hacia Nantes.
      Sin embargo, Charette decidió atacar a los republicanos en
      Saint-Fulgent.
      Envió un
      mensajero para que d'Elbée retrasara el ataque, pero no
      llegó a tiempo y d'Elbée atacó con 7.000
      hombres a
      un ejército de 14.000 sin que los refuerzos llegaran en el
      momento crucial para atacar por la retaguardia. A consecuencia de
      ello,
      los vendeanos tuvieron que retirarse con unas 900 bajas. Ese mismo
      día, el ejército francés sufrió una
      derrota
      frente a los españoles en Truillás.
      
    
Buonaparte había ideado un plan para capturar
      varios fuertes realistas, pero Carteaux, reticente, le
      asignó
      sólo un pequeño destacamento y el resultado fue un
      fracaso. El 1 de octubre la
      flota
      del almirante Hood llegó finalmente al puerto de Toulon y
      los
      realistas le entregaron la ciudad. Ese mismo día la
      Convención nacional aprobaba la Ley de destrucción de La
        Vendée, por la que se autorizaba al
      ejército a
      incendiar cualquier localidad de la región. 
    
Los británicos, informados del intento de ataque
      republicano,
      construyeron un nuevo fuerte llamado Fort
        Mulgrave, que consideraron inexpugnable y por ello se
      referían a él como "el
        pequeño Gibraltar". 
    
El 2 de octubre, Jean-Michel
      Beysser fue encarcelado acusado de traición.
    
El 3 de octubre murió
      Fletcher Christian, el que había dirigido el motín
      del Bounty. Al parecer,
      murió
      junto con otros de los amotinados en un enfrentamiento contra los
      indígenas de las islas Pitcairn, donde se habían
      alojado.
    
El 6 de octubre se produjo un
      nuevo enfrentamiento entre vendeanos y republicanos en Treize-Septiers. Tras dos
      horas de
      combate, la llegada de un segundo ejército republicano de
      refuerzo dio a éstos la victoria.
    
El 9 de octubre Lyon se
      rindió a los republicanos. Al mismo tiempo, un
      ejército
      de 11.000 republicanos derrotó en
      Moulins-aux-Chèvres a
      6.000 realistas dirigidos por Lescure y La Rochejaquelein, que
      trataban
      de evitar que los republicanos llegaran a Châtillon. Poco
      después la capital vendeana fue incendiada. El 10 de octubre los generales
      realistas se
      reunieron y decidieron que tenían que recuperar
      Châtillon
      a toda costa. Reunieron 18.000 hombres y el 11
        de octubre lograron su objetivo. Los republicanos
      huyeron, pero
      Westermann retrasó la retirada y, durante la noche,
      volvió a atacar por sorpresa y ordenó incendiar la
      ciudad. Al cabo de dos horas de combate, Westermann
      constató que
      la mayor parte de sus hombres había muerto y ordenó
      la
      retirada, pero Châtillon estaba completamente arrasada. Los
      vendeanos tuvieron que abandonar las ruinas y marchar a Mortagne. 
    
Junto a la costa de la Vendée se encuentra la isla de Noirmoutier, que es una
      auténtica isla cuando la marea está alta, pero que
      está unida a tierra por el passage
        du Gois cuando está baja. Los vendeanos
      consideraban que
      tomar la isla les facilitaría recibir ayuda
      británica, y
      sus habitantes eran partidarios de la causa vendeana, así
      que el
      12 de octubre, a la una de la
      madrugada, Charette condujo a unos 3.000 hombres por el pasaje que
      conducía a la isla. Unas semanas antes había
      intentado
      una operación similar, pero sus hombres habían
      terminado
      huyendo. Ahora había hecho cálculos para que la
      marea
      subiera cuando estuvieran cerca de la isla, de modo que
      sólo
      pudieran huir hacia adelante. Así, viendo que no
      tenían
      opción, los vendeanos lograron poner en fuga a los 800
      republicanos que había en la isla, que se refugiaron en el
      castillo de Noirmoutier
      y, poco
      después, se rindieron.
    
El 13 de octubre los
      republicanos
      incendiaron Clisson y el 14 de octubre
      Tiffauges. El 15 de octubre
      llegaron
      a Mortagne, y la encontraron abandonada, excepto por 1.500
      prisioneros
      que los vendeanos habían dejado encerrados. D'Elbée
      desplegó 25.000 hombres y se enfrentó a unos 15.000
      republicanos cerca del castillo de La
        Tremblaye. Cuando Lescure fue herido de bala en la
      cabeza, los
      vendeanos, creyéndolo muerto, se dieron a la fuga y se
      refugiaron en Cholet, pero tuvieron que huir de nuevo hasta Beaupréau cuando les
      alcanzaron los republicanos. D'Elbée había enviado
      un
      correo a Charette pidiéndole que atacara por la
      retaguardia,
      pero no hubo respuesta.
    
Charette había dejado una guarnición en Noirmoutier
      y
      había marchado llevándose los prisioneros
      republicanos,
      que fueron recluidos en Bouin.
      Sin embargo, entre ellos se reconoció a algunos miembros de
      un
      regimiento que había cometido ejecuciones sumarias en
      Machecoul
      unos
      meses atrás. Tomando como pretexto unas revueltas entre los
      prisioneros, el oficial encargado de su custodia hizo fusilar a
      unos
      200 soldados republicanos: los responsables de las ejecuciones y
      muchos
      otros que nada tenían que ver con ellas.
    
Entre tanto, un ejército francés de 45.000 hombres
      se
      enfrentó al
      austríaco, compuesto por 21.000 soldados, en la llanura de
      Wattignies. Durante dos
      horas, ambos
      ejércitos lucharon en un frente de casi 20
      kilómetros. Al
      día siguiente prosiguieron los combates, hasta que los
      austríacos fueron completamente derrotados. El general
      Carnot
      recibió el sobrenombre de "El
        organizador de la victoria". Ese mismo
      día, el 16 de octubre,
      fue
      guillotinada en París la reina María Antonieta, a la
      que
      el fiscal Fouquier-Tinville había calificado en su proceso
      de "enemiga declarada de la
        nación
        francesa". El "rey" Luis XVII siguió en
      prisión.
    
Mientras tanto, el ejército republicano llegó a
      Beaupréau, y sus generales se reunieron para elaborar un
      plan de
      ataque. Esperaron refuerzos hasta contar con 25.000 hombres. Los
      generales vendeanos también se reunieron para estudiar la
      situación. Contaban con 40.000 hombres, pero apenas
      tenían armas y municiones. Finalmente decidieron atacar
      Cholet.
      El 17 de octubre, al
      mediodía, los dos ejércitos entraron en combate
      junto a
      Cholet. Los republicanos retrocedieron y trataron de refugiarse en
      la
      ciudad, con lo que la batalla continuó en sus calles.
      Allí, los republicanos lograron rodear a los vendeanos,
      quienes,
      creyendo que un nuevo ejército republicano los atacaba por
      sorpresa, se dieron a la fuga. D'Elbée y Bonchamps cayeron
      heridos casi al mismo tiempo. Se transmitió la consigna de
      huir
      atravesando el Loira, hacia Bretaña, aunque D'Elbée
      fue
      llevado hacia Noirmoutier. 
    
Las barcas vendeanas cruzaban el Loira una y otra vez, para
      transportar, no sólo a los soldados, sino también a
      mujeres, niños y heridos que habían acudido huyendo
      de
      las represalias republicanas. Tenían consigo a unos 5.000
      prisioneros republicanos, con los que no sabían qué
      hacer. Todos coincidían en que era necesario fusilarlos,
      pero
      ningún oficial quería dar la orden. Los soldados los
      encerraron por su cuenta en una iglesia y llevaron los
      cañones
      dispuestos a volarlos por los aires. Sin embargo, Bonchamps, en su
      lecho de muerte, se enteró de lo que estaba sucediendo y
      ordenó a su ayudante que obtuviera el perdón para
      los
      prisioneros. Le dijo: Amigo
        mío, esta será seguramente la última orden
        que os
        dé. Aseguradme que se cumplirá. Y
      éste fue
      a donde estaban los soldados y les gritó: "Perdón para los prisioneros,
        Bonchamps lo ordena, Bonchamps moribundo así lo quiere".
      Y la popularidad de Bonchamps entre sus soldados salvó la
      vida a
      los prisioneros. Bonchamps murió el 18
        de octubre. Cuando los republicanos llegaron al Loira, se
      encontraron con que todos los vendeanos habían cruzado el
      río en un tiempo récord. Habían perdido unos
      8.000
      soldados, D'Elbée estaba lejos, de camino a Noirmoutier,
      Bonchamps había muerto y Lescure estaba gravemente herido.
      
    
El 19 de octubre Buonaparte,
      ascendido a jefe de batallón, organizó una
      batería
      de artillería en las colinas que circundaban la ciudad de
      Toulon.
    
Los realistas tomaron Varades
      y el 19 de octubre sus
      oficiales se
      reunieron para estudiar la situación. Cuando propusieron a
      Lescure que sustituyera a D'Elbée,
      éste rehusó por sus heridas, y finalmente fue La
      Rochejaquelein quien
      quedó al mando, con sólo 21 años. Fue
      recibido un
      mensaje de los británicos que les prometían ayuda a
      condición de que se hicieran con el control de un puerto.
      Como
      objetivo prioritario se fijó el de sublevar a la
      Bretaña
      y a Maine, donde la causa realista contaba con numerosos
      partidarios.
      Sus expectativas se vieron confirmadas cuando el 22 de octubre La Rochejaquelein, al
      mando
      de 20.000 hombres, puso en fuga ante Laval
      a un ejército de 15.000 republicanos, que opuso escasa
      resistencia. Además, la población local
      simpatizó
      con los realistas. Numerosas bandas locales que combatían
      al
      gobierno republicano por motivos similares se unieron a los
      vendeanos,
      entre ellas la de los hermanos Jean,
Pierre,
        François y René
        Cottereau, que antes de la revolución se dedicaban
      al
      contrabando de sal. El primero de ellos era conocido por el apodo
      de Chouan (el taciturno),
      heredado de
      su padre, por lo que sus seguidores eran conocidos como los Chouans. 
    
El 23 de octubre unos
      ochocientos bretones, capitaneados por Jean Chouan y por Aimé Picquet de Boisguy,
      que
      había sido miembro de la Asociación bretona (aunque
      a la
      sazón tenía diecisiete años), decidieron que
      al
      día siguiente asaltarían La
        Gavelle para proveerse de armas. La población
      estaba
      protegida por unos 200 soldados, pero por la noche llegó un
      ejército de unos 1.800 hombres, parte de los que
      habían
      huido de Laval. Sin tener esta información, el 24 de octubre los Chouans atacaron La Gavelle
      por
      tres puntos distintos. Los republicanos creyendo que les atacaba
      todo
      el ejército vendeano, se rindieron rápidamente y
      fueron
      hechos prisioneros casi en su totalidad (sólo unos 200
      pudieron
      huir). Los Chouans
      consiguieron un gran número de fusiles y algunos caballos.
      
    
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