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                  FIN DE LA REPÚBLICA ESPAÑOLA | SIGUIENTE | 
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El 5 de enero de 1936 murió Ramón
      María del Valle-Inclán.
    
El dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo cambió
      modestamente el nombre de Santo Domingo por el de Ciudad
        Trujillo. 
    
Jawaharlal_Nehru fue elegido presidente del Congreso Nacional
      Indio, y esto supuso la vuelta a la política de Mahatma Gandhi,
      que insistió en que el objetivo prioritario debía ser la
      independencia de la India, y no especular sobre la forma de
      gobierno que adoptaría una India independiente, si bien aceptó que
      el Congreso marcara como objetivo instaurar el socialismo en el
      país.
    
El 11 de enero el Bloque Nacional, un
      partido nacionalista sirio, se reunió en homenaje a uno de sus
      líderes, que había fallecido unos meses atrás. En el acto se
      pronunciaron diversos discursos contra la ocupación francesa del
      país. Poco después, las autoridades francesas cerraron la sede del
      Bloque Nacional en Damasco y arrestaron a dos de sus líderes.
    
El ras Desta Damtew había organizado un ejército
      etíope que avanzaba hacia las posiciones ocupadas por el general
      Rodolfo Graziani. Éste había recibido órdenes de mantenerse a la
      defensiva, pero se había puesto en contacto directamente con
      Mussolini para pedirle permiso para organizar un ataque. Mussolini
      le había respondido que le autorizaba a emprender un ataque
      moderado si era estrictamente necesario, lo que Graziani
      interpretó como un simple "sí". El 12 de enero
      hizo que su aviación lanzara dos toneladas de gas mostaza sobre el
      ejército etíope que avanzaba hacia él.
    
José María Gil Robles había formado un Frente Nacional
        Contrarrevolucionario que agrupó a la CEDA con otros
      partidos de derechas para las próximas elecciones generales en
      España. El 14 de enero se entrevistó
      con José Antonio Primo de Rivera para negociar la incorporación de
      la Falange Española a la coalición y en principio llegaron a un
      acuerdo por el que la Falange tenía garantizadas tres actas de
      diputado y otras tres posibles en función de los resultados que se
      obtuvieran en las urnas. Sin embargo, el 15 de
        enero Primo de Rivera comunicó a Gil Robles que la
      dirección de la Falange no había aceptado el acuerdo, y
      conversaciones posteriores tampoco llegaron a nada, con lo que
      finalmente se quedó en que la Falange concurriría a las elecciones
      de forma independiente.
    
Por el contrario, ese mismo día se firmaba la coalición entre los
      principales partidos de izquierda, principalmente el PSOE, que
      firmó también en nombre del Partido Comunista de España y otras
      formaciones, y la Izquierda Republicana de Manuel Azaña. La
      coalición fue conocida extraoficialmente como Frente Popular,
      por analogía con la coalición que se había establecido en Francia
      y que había recibido el beneplácito de la Internacional Comunista
      (hasta entonces, los comunistas españoles habían considerado a los
      socialistas como enemigos de la revolución). Sin embargo, resulta
      difícil creer que los comunistas aceptaran realmente los términos
      del programa electoral de la coalición, que era esencialmente el
      del partido de Azaña, pues en él se negaban explícitamente las
      principales aspiraciones del programa comunista: no a la
      nacionalización de la tierra y su entrega gratuita a los
      campesinos, no a la nacionalización de la banca, no a la
      supremacía política de la clase obrera... En su lugar, el programa
      insistía en impulsar un gobierno democrático en libertad que
      promoviera el interés público y el progreso social, lo que exigía
      una serie de reformas fundamentales en la agricultura, la
      industria, el sistema bancario, etc.
    
En Etiopía, los ataques aéreos combinados con el cansancio de una
      larga marcha por el desierto, junto con brotes de malaria y
      disentería, hicieron que, cuando el ras Desta encontró finalmente
      a las tropas del general Graziani que avanzaban hacia él, sus
      tropas no estuvieran en condiciones de combatir. Pese a todo,
      trataron de resistir en la zona donde los ríos Ganale Dorya
      y Dawa confluyen para formar el río Juba. Por ello
      los italianos llamaron al encuentro "la batalla de los tres
        ríos".  Los etíopes no tardaron en huir, pero fueron
      perseguidos por los italianos, que además bloquearon los pozos de
      agua de las inmediaciones.
    
El 18 de enero murió el escritor
      británico Rudyard Kipling. 
    
Mussolini había ordenado al mariscal Pietro Badoglio, el máximo
      responsable del ejército italiano en Etiopía, que suspendiera
      temporalmente el uso de armas químicas debido a que se iba a
      celebrar una reunión de la Sociedad de Naciones. Badoglio no hizo
      caso, y el 19 de enero Mussolini volvió
      a autorizar su uso en un telegrama que decía: Autorizo a
        Vuestra Excelencia a emplear todos los medios de guerra, digo
        todos, tanto aéreos como terrestres. Máxima decisión. No
      obstante, el uso de tales medios se mantuvo en secreto, y los
      pocos medios que lo denunciaron en Italia fueron tratados de
      "antiitalianos" por el gobierno fascista.
    
El 20 de enero Badoglio lanzó un
      ataque con 70.000 hombres en la provincia etíope de Tembien
      al que se opusieron otros tantos etíopes comandados por el ras Kassa
        Haile Darge y el ras Seyoum Mengesha. 
    
Ese día, tras varios de convalecencia, murió el rey Jorge V de
      Gran Bretaña. El jefe del gabinete de médicos que lo atendía era Lord
        Dawson de Penn, quien anotó en su diario personal que había
      administrado al monarca una inyección letal de cocaína y morfina,
      para preservar la dignidad del rey para evitar la tensión en la
      familia y para que su muerte pudiera ser anunciada en la edición
      matutina de The Times, en lugar de en otras
      publicaciones vespertinas menos apropiadas. Fue sucedido por su
      hijo Eduardo VIII. Tenía entonces 42 años, pero, a juicio
      de su secretario privado, "por alguna razón hereditaria o
        fisiológica, su desarrollo mental normal se detuvo en seco al
        llegar a la adolescencia". En una ocasión Jorge V había
      declarado: Después de mi muerte, el chico se arruinará en 12
        meses. Era mujeriego, y en los últimos años había mantenido
      relaciones con varias mujeres casadas. Su amante por aquel
      entonces era la estadounidense Bessie Wallis Warfield,
      que se había casado con un piloto de la armada de los Estados
      Unidos, del cual se había divorciado para casarse con Ernest
        Aldrich Simpson, un estadounidense nacionalizado británico
      que tenía un alto cargo en una empresa naviera. Por ello su nombre
      actual era Wallis Simpson y al parecer tenía completamente
      dominado al nuevo monarca.
    
En respuesta a las represalias francesas, el Bloque Nacional
      había convocado una huelga general en Siria que se inició en
      Damasco, Homs, Hama y Alepo, y en los días siguientes se extendió
      a todas las grandes ciudades sirias. La desobediencia civil
      paralizó completamente el país. Las autoridades francesas
      respondieron apelando al ejército, que arrestó a unas 3.000
      personas y envió al exilio a algunos líderes del Bloque Nacional.
    
Mientras tanto Émile Eddé tomaba posesión como presidente
      del Líbano.
    
Ese día se estrenó El rayo invisible, protagonizada por
      Boris Karloff y Bela Lugosi. Karloff estrenó ese año cinco
      películas, entre ellas The Walking Dead, dirigida por
      Michael Curtiz, que no trataba sobre zombies, sino sobre
      un hombre condenado a muerte por error que es resucitado por un
      médico y se venga de los que provocaron su condena. En cambio, la
      carrera profesional de Lugosi no era tan boyante, entre otras
      cosas porque los productores preferían a Karloff para los papeles
      que podrían ser adecuados para él. A partir de ese momento
      trabajaría principalmente en series de cortometrajes.
    
La crisis provocada por la propuesta del pacto Laval-Hoare
      provocó finalmente la caída del presidente del Consejo de
      Ministros francés, Pierre Laval, que el 24 de
        enero fue sustituido por Albert Sarraut. 
    
Tras cuatro días de intensos combates, el ejército etíope se
      retiró de la batalla de Tembien con relativamente pocas bajas,
      unos 8.000 hombres. El ejército italiano tampoco había sufrido
      graves daños, pero el mariscal Badoglio no había conseguido su
      propósito de infligir una grave derrota a su enemigo. Mientras
      tanto en el sur, el general Graziani no quería ser menos que
      Badoglio y, a pesar de que el ejército del ras Desta ya estaba
      completamente desmantelado, ese día dio la orden al máximo
      responsable de su fuerza aérea de "quemar y destruir todo lo
        inflamable y destructible [...] bombardee los bosques
        vecinos con gas y materiales incendiarios".  El ras
      logró huir en mula hasta Adis Abeba. 
    
El 26 de enero se celebraron
      elecciones generales en Grecia, y el partido liberal de
      Eleftherios Venizelos consiguió 126 de los 300 escaños. El
      parlamento quedaba dividido en dos grandes bloques, con 142
      escaños para los republicanos (que incluían los 126 del Partido
      Liberal) y 143 de partidos monárquicos, liderados por Panagis
      Tsaldaris, lo que convertía en decisivos los 15 escaños que había
      conseguido el Partido Comunista, que no estaba dispuesto a
      colaborar con ninguno de los dos bloques, de modo que la política
      griega se paralizó. Como no se podía formar gobierno, Konstantinos
      Demertzis continuó como primer ministro en funciones.
    
Ese día se encontró en Cleveland el cuerpo desmembrado de quien
      fue identificada como Florence Polillo. Su cabeza nunca
      fue encontrada.
    
Dimitri Shostakóvich fue invitado a una representación en el
      teatro Boshói de su ópera Lady Macbeth de Mtsensk, a la
      cual asistió el propio Stalin, pero se marchó del teatro antes de
      que acabara. Dos días después, el 28 de enero,
      el Pravda publicaba un editorial titulado: Confusión
        en vez de música: sobre la ópera Lady Macbeth de Mtsensk,
      que calificaba a la obra como basta, primitiva y vulgar, una
        cacofonía de música nerviosa, convulsiva y espasmódica y, lo
      que aún era peor, la trataba de "innovación pequeño-burguesa".
      El hecho de que hubiera recibido buenas críticas en el extranjero
      era una prueba de su carácter antisoviético que agradaba al
        gusto pervertido de los burgueses. El compositor no tenía
      conciencia de clase. Era un artista introspectivo que desatendía
      las demandas de la cultura soviética y no se preocupaba por sus
      audiencias. Además el artículo contenía una velada amenaza: El
        poder que tiene la buena música de calar en las masas ha
        sido sacrificado a un intento formalista pequeño-burgués
        de crear originalidad a través de payasadas baratas. Es un juego
        de puro ingenio que puede terminar muy mal.
      Inmediatamente, las representaciones de la ópera en la Unión
      Soviética se hicieron cada vez más infrecuentes hasta que terminó
      siendo prohibida. Quienes la habían elogiado no tardaron en
      descubrir lo tontamente confundidos que habían estado, y
      Shostakóvich dejó de recibir encargos.
    
El 30 de enero se estrenó la comedia
      romántica La próxima vez que amemos, protagonizada por Margaret
        Sullavan, quien insistió en que su coprotagonista fuera el
      aún principiante James Stewart, con quien ensayó incansablemente
      potenciando su estilo personal y consiguió aumentar su propia
      autoestima como actor.
    
La "proeza" del minero Stajánov había suscitado una competición
      entre los trabajadores soviéticos que las autoridades se
      preocuparon de potenciar y que fue conocida como "movimiento
        estajanovista". Así, el 1 de febrero
      se informó de que le minero Nikita Izotov había elevado la
      marca establecida por Stajánov (102 toneladas de carbon extraídas
      en un turno) a 607 toneladas. Existen serias sospechas de que
      ambos resultados fueron fraudulentos (al parecer, a Stajánov le
      habían ayudado otros cinco mineros), pero los esfuerzos
      extraordinarios de los infelices que trataron de imitarlos
      fueron reales.
    
Ese día terminaba el mandato de Tiburcio Carías Andino como
      presidente de Honduras, y la constitución no permitía una
      reelección, pero previendo esto había convocado una asamblea
      constituyente que le elaborara la típica constitución a medida, en
      la que se había suprimido la limitación de mandatos, éstos se
      ampliaban de cuatro a seis años y, ya de paso, por si pudiera
      hacer falta, se restauraba la pena de muerte. Durante los meses
      siguientes hubo varios intentos de rebelarse contra el dictador,
      pero todos fueron cruentamente sofocados. Muchos oponentes
      políticos de Carías fueron encarcelados y torturados. Otros fueron
      obligados a trabajar encadenados en las calles de Tegucigalpa.
    
Ese día se estrenó el musical Rose Marie, basado en un
      famoso musical de Broadway, bajo la dirección de W.S. Van Dyke y
      protagonizado por Jeanette MacDonald, con un papel secundario para
      David Niven.
    
El 2 de febrero la Falange Española
      celebró un mitin en Madrid en el que presentó su himno, compuesto
      un par de meses atrás por el músico Juan Tellería. La
      letra había sido ideada por la que llamaron "escuadra de
        poetas", con José Antonio Primo de Rivera a la cabeza. Decía
      así:
    
| Cara al Sol con la camisa nueva, qué tú bordaste en rojo ayer, me hallará la muerte si me lleva y no te vuelvo a ver. | Volverán banderas victoriosas al paso alegre de la paz y traerán prendidas cinco rosas las flechas de mi haz. | 
| Formaré junto a mis compañeros que hacen guardia sobre los luceros, impasible el ademán, y están presentes en nuestro afán. | Volverá a reír la primavera que por cielo, tierra y mar se espera. ¡Arriba, escuadras, a vencer, que en España empieza a amanecer! | 
| Si te dicen que caí, me fui al puesto que tengo allí. | 
Hacía unos meses que Thomas Edmund Dewey había sido
      nombrado fiscal del Estado de Nueva York, y ahora iniciaba una
      redada policial contra 200 burdeles de Brooklyn y Manhattan. Diez
      hombres y cien mujeres fueron arrestados, pero al contrario que en
      otras ocasiones, los detenidos no fueron puestos en libertad al
      poco tiempo, sino que fueron llevados a los tribunales donde los
      jueces impusieron fianzas muy por encima de las posibilidades de
      las prostitutas. 
    
El economista John Maynard Keynes publicó su obra cumbre: La
        teoría general del empleo, el interés y el dinero. En ella
      contradecía los principios de la economía clásica (liberal) según
      la cual la economía de un país alcanza espontáneamente su
      equilibrio óptimo, de modo que todo intento de inflir en ella
      mediante legislación artificial (imponiendo aranceles, fijando
      precios, etc.) termina siendo contraproducente. Por el contrario,
      Keynes afirmaba que la acción del Estado puede ser decisiva,
      especialmente en situaciones de crisis, para promover la creación
      de empleo, el incremento del consumo y, en general, el crecimiento
      de la economía, a través de políticas adecuadas de impuestos, de
      inversión pública etc. Keynes argumentaba que incluso puede ser
      conveniente que el Estado aumente el déficit público para alcanzar
      ciertos objetivos económicos. Con ello iba más allá de los
      asesores económicos del presidente estadounidense Franklin Delano
      Roosevelt, pues los diseñadores del New Deal insistían en
      cuadrar los presupuestos para no incurrir en déficit.
      Naturalmente, Keynes llevaba ya algunos años defendiendo este
      punto de vista. Dos años atrás había visitado la Casa Blanca para
      convencer a Roosevelt de la conveniencia de incrementar el déficit
      público, pero Roosevelt, después de la entrevista, confesó que no
      había entendido nada. La obra de Keynes sentó las bases de la macroeconomía
      moderna. Keynes realizó un gran esfuerzo en los años siguientes y
      gradualmente sus puntos de vista fueron ganando partidarios, hasta
      el punto de que se habla de una revolución keynesiana. 
    
El 5 de febrero se estrenó Tiempos
        modernos, dirigida, producida, escrita y protagonizada por
      Charlie Chaplin. Había tardado más de un año en rodarla (un tiempo
      mucho mayor del habitual en esa época), y en un principio había
      planeado que fuera su primera película sonora, pero pronto rehízo
      sus bocetos y finalmente la película fue muda con música y efectos
      de sonido. Las críticas fueron buenas, la taquilla en los Estados
      Unidos no tanto, pero su éxito fuera del país hizo que fuera
      rentable. La película es una crítica al capitalismo y denuncia la
      penosa situación de muchos obreros durante la gran depresión.
      Fue la primera película de Chaplin con claro contenido político y
      social, si bien el actor y director quiso quitarle importancia a
      este hecho.
    
Laurel y Hardy estrenaron dos largometrajes ese año: La chica
        bohemia y Nuestros parientes. Buster Keaton seguía
      rodando cortos para Educational Pictures. Ese año estrenó cinco,
      tres de ellos bajo su propia dirección.
    
Tras la conclusión de la Guerra del Chaco, el presidente
      paraguayo Eusebio Ayala había licenciado muchos soldados debido a
      la crisis económica. Muchos quedaron en paro y sin ninguna clase
      de ayuda del gobierno. El mandato de Ayala estaba a punto de
      concluir y el general José Félix Estigarribia se perfilaba como su
      posible sucesor. El coronel Rafael Franco se puso al frente de una
      campaña contra él, apoyado por muchos veteranos y oficiales del
      ejército. Ayala fue acusado de pretender prolongar su mandato con
      la ayuda de Estigarribia, y a éste, por su parte, se le imputaron
      diversas negligencias durante la conducción de la guerra.
      Finalmente, el 6 de febrero Franco fue
      arrestado y exiliado a Buenos Aires acusado de conspirar contra el
      gobierno.
    
Pravda publicó un editorial titulado Falsedad en
        ballet, en el que arremetía contra La limpia corriente,
      el ballet de Shostakóvich que hasta el momento había tenido buena
      aceptación tanto en Lenigrado como en Moscú. El compositor fue
      calificado de charlatán, vendedor de formalismo estético.
      
    
Ese día se estrenó El bosque petrificado, una película de
      cine negro protagonizada por Bette Davis, y que fue el primer gran
      éxito de Humphrey Bogart. Davis no estaba satisfecha con las
      películas que le asignaba la Warner Bros., que consideraba
      mediocres, y aceptó un contrato con una productora británica, lo
      que suponía violar el contrato que tenía firmado con la Warner,
      razón por la cual se trasladó a Canadá. Fue llevada a juicio y en
      él calificó su contrato como "esclavitud". El abogado de la
      productora replicó que si alguien quería ponerlo en servidumbre
      perpetua por 1.350 dólares a la semana, estaba dispuesto a
      considerarlo. La prensa presentó a Davis como ingrata. La actriz
      perdió el juicio y tuvo que regresar a Hollywood arruinada. En
      cuanto a Bogart, tampoco estaba satisfecho con los papeles de
      "serie B" que le asignaba la Warner, pero se quejaba menos. Ese
      año apareció en otras cuatro películas, a menudo interpretando
      papeles de gangster. 
    
El 7 de febrero se estrenó La vía
        láctea, una comedia en la que Harold Lloyd interpreta a un
      tímido lechero que noquea accidentalmente a un boxeador
      profesional y al que convencen para que abandone su empleo y se
      dedique al boxeo.
    
El 10 de febrero el mariscal Badoglio
      atacó a los 80.000 etíopes del ras Mulugeta Yeggazu en Amba
        Aradam, que constituían el principal obstáculo para llegar a
      la capital Adis Abeba. Las fuerzas italianas eran ligeramente
      inferiores en número, pero contaban con 5.000 ametralladoras, 280
      piezas de artillería y 170 aviones, frente a las 400
      ametralladoras de los etíopes, 18 viejos cañones y unos pocos
      cañones antiaéreos.
    
El 12 de febrero terminó en Francia el juicio contra Mijo Kralj y los otros dos arrestados por los asesinatos de Marsella cometidos dos años atrás, Zvonimir Pospišil y Milan Rajić. Los tres fueron condenados a cadena perpetua con trabajos forzados. Pavelić y otros dos inculpados que Italia no había querido extraditar fueron condenados a muerte in absentia. Las autoridades francesas habían presionado a la reina María, la viuda de Alejandro I, para que no testificara, y el fiscal se limitó a presentar pruebas contra Hungría sin referencia alguna al papel que había representado Italia en la preparación de los asesinatos y en el apoyo posterior a los terroristas.
Gracias a la información que le proporcionó la aviación, el
      mariscal Badoglio pudo maniobrar para encerrar completamente a las
      fuerzas del ras Mulugeta sin que éstas se dieran cuenta hasta el
      amanecer del 15 de febrero, cuando el
      cerco ya se había cerrado a su alrededor. Los etíopes respondieron
      con un furioso ataque, pero la artillería y la aviación italianas
      se impusieron sin dificultad. Finalmente los etíopes lograron
      romper el cerco por un punto y huyeron perseguidos por la aviación
      italiana, que lanzó toneladas de gas mostaza sobre ellos en los
      cuatro días siguientes.
    
Ante la posibilidad de que la izquierda ganara las elecciones
      generales en España, diversos sectores de la derecha trataron de
      incitar a las máximas autoridades militares a que dieran un golpe
      de Estado antes de que se celebraran. Uno de los más solicitados
      fue el Jefe del Estado Mayor, el general Francisco Franco, pero
      éste se mostró evasivo en todo momento. José Antonio Primo de
      Rivera, tras una entrevista con el general en la que éste
      respondió a las insinuaciones de colaborar en un golpe con poco
      más que anécdotas militares, salió exasperado, y dijo: "Mi
        padre, con todos sus defectos, con su desorientación política,
        era otra cosa. Tenía humanidad, decisión y nobleza. Pero estas
        gentes..." Al parecer, con José Calvo Sotelo, Franco fue más
      explícito, y cuando éste le pidió directamente que organizara un
      golpe de Estado respondió: "Yo lo que creo es que, en
        resumidas cuentas, el Ejército debe soportar lo que salga de las
        urnas". Franco nunca daría explicaciones sobre qué pensaba
      realmente en esos momentos. Sus palabras pueden reflejar que
      todavía confiaba en el sistema republicano o, más bien, que no
      quería arriesgarse en un golpe de Estado que pudiera arruinar su
      brillante carrera militar, como le había sucedido a Sanjurjo y a
      otros generales.
    
Las elecciones tuvieron lugar finalmente en la fecha prevista, el
      16 de febrero. Los resultados eran
      provisionales, pues el sistema electoral exigía realizar una
      segunda vuelta en algunas circunscripciones donde no hubiera
      mayorías claras. La participación fue del 76% del censo (la más
      alta desde el establecimiento de la república). El sistema de
      listas abiertas hace difícil determinar cuántos candidatos votaron
      preferentemente a un partido u otro y las estimaciones varían un
      poco según la fuente, pero aproximadamente un 48% de los votantes
      se decantó por los partidos de izquierda, un 6% por los de centro
      y un 46% por los de derechas. No obstante, en el reparto de
      escaños la izquierda se vio ampliamente favorecida: sobre un total
      de 473 escaños, el Frente Popular obtuvo 262, de los cuales 88
      correspondían al Partido Socialista, 79 a la Izquierda Republicana
      (de Azaña), 34 a la Unión Republicana (coalición liderada por
      Diego Martínez Barrio) y 14 al Partido Comunista. Por su parte, la
      derecha obtuvo 133 escaños, de los cuales 101 correspondían a la
      CEDA. La caída más espectacular había sido la del Partido
      Republicano Radical, de Alejandro Lerroux, que había pasado de
      tener 102 diputados a sólo 6. Por su parte, la Falange Española,
      que representaba al fascismo, no había obtenido más que el 0.5% de
      los votos, y no obtuvo representación parlamentaria.
    
Esa noche un grupo de militares paraguayos dirigidos por los
      lugartenientes Federico Wenman y Camildo Recalde
      tomaron Asunción y tras horas de combate contra la policía el
      presidente Ayala se rindió ante Recalde. El general Estigarribia
      voló hasta Asunción desde su cuartel general en el Chaco, pero fue
      arrestado a su llegada en el mismo aeropuerto.
    
En la madrugada del 17 de febrero,
      apenas se conocieron los resultados electorales, José María Gil
      Robles instó al presidente de gobierno en funciones, Manuel
      Portela Valladares, a que declarase el estado de guerra y anulase
      los comicios (lo mismo que había intentado Azaña tras el triunfo
      de la derecha en las elecciones anteriores), y el propio general
      Franco presionó al ministro de Guerra para que implantara la ley
      marcial. Horas más tarde se reunía el gobierno en funciones, que
      se limitó a declarar el estado de alarma durante ocho días, ante
      la posibilidad de que se produjeran disturbios. Por su parte
      Franco envió órdenes a los distintos gobernadores militares de
      España y varias regiones declararon el estado de guerra. Esto
      podía interpretarse como un conato de golpe de Estado que
      finalmente fracasó, principalmente por la negativa a colaborar del
      general Sebastián Pozas, el director de la Guardia Civil,
      y del general Miguel Núñez de Prado, el jefe de la
      policía. Sin embargo, Franco había actuado con la ambigüedad
      suficiente para no verse implicado. Cuando por la tarde fue
      recibido por Portela Valladares le indicó que le ofrecía su apoyo
      y el del ejército ante los peligros que constituía un posible
      gobierno del Frente Popular.
    
La noche misma de las elecciones españolas se habían producido
      algunos disturbios en la celebración de la victoria del Frente
      Popular, y sobre todo en las cárceles, pues el programa electoral
      del Frente Popular incluía la liberación de los presos políticos.
      Ese mismo día se presentó en la cárcel de Oviedo Dolóres
        Ibárruri, recién elegida diputada por el Partido Comunista
      de España. Era conocida por el sobrenombre de La Pasionaria,
      que era el pseudónimo que había empleado en una serie de artículos
      periodísticos. Según sus propias palabras, se dirigió "al
        despacho del Director, que había huido presa del pánico, porque
        se había comportado como un auténtico criminal ante los presos
        internados tras la revolución de Octubre de 1934, y allí
        encontré al administrador, al que le dije: déme las
        llaves, porque los presos debes ser puestos en libertad
        hoy mismo. El respondió: no he recibido orden alguna. Y lo
        contesté: Soy miembro del parlamento de la república, y le exijo
        que me entregue las llaves inmediatamente para liberar a los
        presos. Me las dio y le aseguro que fue el día más
        emocionante de mi vida de activista. Abría las celdas gritando:
        ¡Camaradas, todo el mundo fuera! Verdaderamente emocionante. No
        esperé a ocupar mi escaño o a que se promulgara la orden de
        excarcelación. Razoné: Hemos concurrido con la promesa de
        liberar a los presos de la revolución de 1934, hemos ganado,
        luego hoy los presos salen libres." Sin embargo, en muchas
      cárceles los presos comunes fueron liberados conjuntamente con los
      presos políticos, lo que causó una considerable alarma social.
    
King Fetures Syndicate era una agencia de prensa creada
      hacía más de dos décadas por William Randolph Hearst que
      distribuía tiras cómicas en numerosos periódicos estadounidenses.
      Ese día publicó la primera tira de un nuevo personaje: El
        Fantasma, con guión de Lee Falk y dibujos de varios
      artistas, entre ellos Ray Moore. Se trata de un misterioso
      hombre enmascarado que vestía un traje ceñido, que inauguró la
      estética de muchos futuros superhéroes.
    
El presidente del gobierno en funciones, Manuel Portela
      Valladares debía permanecer en su puesto hasta la celebración de
      la segunda vuelta de las elecciones, pero se encontró con que si
      movilizaba al ejército para contener los disturbios que se estaban
      produciendo en las calles podría dar a los golpistas la
      oportunidad que estaban esperando, y la alternativa era permanecer
      impasible ante las alteraciones del orden público. Por ello
      resolvió presentar su dimisión anticipadamente, y el 19 de febrero Manuel Azaña tuvo que formar
      gobierno antes de que se hubieran constituido las Cortes.
    
El coronel Rafael Franco regresó a Paraguay de su corto exilio en
      Argentina y los golpistas lo reconocieron como nuevo presidente
      del gobierno.
    
El 20 de febrero se estrenó Sigamos
        la flota, protagonizada por Fred Astaire y Ginger Rogers.
      Fue un gran éxito de taquilla, aunque Astaire no encajaba muy bien
      en su papel de marinero.
    
Entre las primeras medidas que adoptó el nuevo gobierno de Azaña
      estuvo la liberación de los presos, que fue aprobada por la
      diputación permanente de las cortes el 21 de
        febrero. El decreto supuso la excarcelación de unos
      30.000 presos, entre políticos y comunes. Entre ellos fueron
      liberados Lluís Companys y los demás miembros del gobierno de la
      Generalidad de Cataluña que habían sido arrestados el año
      anterior. Por esas fechas, unos 80.000 campesinos convocados por
      el sindicato socialista Federación Nacional de los
        Trabajadores de la Tierra (FNTT) se lanzaron a ocupar las
      fincas de las que habían sido desalojados por el gobierno
      anterior, sin el amparo de ninguna legislación.
    
Azaña también ordenó la reposición de los alcaldes y concejales
      de izquierdas que habían sido suspendidos por el gobierno anterior
      y sustituidos por comisiones gestoras. Por otra parte, alejó a los
      generales que pudieran suponer una amenaza para la seguridad de la
      república: Franco fue destituido como jefe del Estado Mayor y
      destinado a las Canarias, medida que él consideró como un
      humillante destierro; el general Emilio Mola fue destinado
      a Pamplona y otros muchos generales pasaron a la reserva.
    
Pedro Albizu Campos había organizado una organización paramilitar
      en Puerto Rico conocida como El ejército de Liberación de
        Puerto Rico, cuyos miembros eran conocidos también como Cadetes
        de la República. El 23 de febrero
      dos de sus miembros, Hiram Rosado y Elías Beauchamp,
      asesinaron cuando salía de la iglesia al coronel Elisha
        Francis Riggs, que era la máxima autoridad a la que
      respondía la policía puertorriqueña, como venganza por la muerte
      de cuatro estudiantes nacionalistas ocurrida unos meses atrás. Los
      asesinos fueron arrestados y llevados a una comisaría, donde
      fueron asesinados a su vez sin más protocolo. Al parecer, el jefe
      de la comisaría informó a un coronel del ejército de lo sucedido,
      éste preguntó si los asesinos seguían vivos, y la pregunta fue
      interpretada como una orden de ejecución.
    
El 26 de febrero se rebeló una facción
      del ejército japonés, convencida de que el Emperador estaba
      rodeado de traidores que coartaban su autoridad en detrimento del
      país.  Los golpistas se dividieron en varios grupos que
      tenían como objetivo asesinar a distintas personalidades de la
      política japonesa. La rebelión estaba dirigida por el capitán Kiyosada
        Koda. Un grupo se dirigió a la residencia del primer
      ministro, Keisuke Okada, y los guardias fueron obligados a abrir
      la puerta. Ya dentro del edificio, cuatro policías dispararon a
      los intrusos e hirieron a seis de ellos antes de ser abatidos,
      pero los disparos alertaron al primer ministro. Su cuñado lo
      convenció para que se escondiera, y poco después fue asesinado
      debido a su parecido con Okada. Los golpistas quedaron convencidos
      de que habían cumplido su misión.
    
Otro grupo tomó el control del Ministerio de la Guerra y unos
      representantes se presentaron ante el ministro, pero no para
      asesinarlo, sino para leerle un manifiesto y entregarle una lista
      de peticiones, entre ellas la destitución de algunos oficiales y
      el arresto de otros.
    
La mayor parte de los intentos de asesinato fracasaron por unas
      causas u otras, pero el ministro de Finanzas Korekiyo
        Takahashi fue degollado con una espada, el almirante Makoto
        Saitō y el Inspector General de Educación Militar, Jotaro
        Watanabe, fueron asesinados en sus casas. El Gran Chambelán,
      el barón Kantarō Suzuki, recibió varios disparos, pero
      sobrevivió.
    
Creyendo muerto al primer ministro, el ministro del interior, Fumio
        Goto, se nombró a sí mismo primer ministro de forma
      excepcional y declaró la ley marcial. Por la tarde el ejército
      envió un comunicado a los rebeldes que resultó bastante confuso,
      pues decía:
    
El capitán Koda quedó convencido de que el ejército lo apoyaba y
      se negó a rendirse si no se satisfacían sus exigencias.
    
Los italianos habían sobornado a una tribu etíope local para que
      atacara a los etíopes que huían de Amba Aradam. Una partida de
      esta tribu mató en combate al hijo del ras Mulugeta, cuyo cuerpo
      fue mutilado posteriormente. Cuando el ras se enteró de este hecho
      abandonó su huida y retrocedió para vengar a su hijo, pero el 27 de febrero murió ametrallado por un avión
      italiano. Ese día el ras Seyoum, atacó con 40.000 hombres las
      posiciones italianas del mariscal Badoglio en Tembien. Desde las 8
      de la mañana hassta las 4 de la tarde, la artillería italiana
      rechazó una oleada tras otra de guerreros armados casi
      exclusivamente con espadas y bastones. Cuando la frecuencia de los
      ataques disminuyó, los italianos contraatacaron con bombarderos
      mientras la infantería intentó rodear a los etíopes, que
      terminaron huyendo y dejaron más de un millar de cadáveres en el
      campo de batalla. El total de bajas llegó a los 8.000 hombres,
      frente a unos 600 en el bando italiano.
    
Después de que el primer ministro japonés Keisuke Okada fuera
      hallado con vida y de que el Emperador amenazara con ocuparse
      directamente de los rebeldes, el ejército accedió a ordenar
      drásticamente la rendición de los rebeldes, ya en la madrugada del
      28 de febrero. Okada se reunió con el
      emperador y un gran número de tropas leales fueron llevadas a
      Tokio, donde tomaron posiciones.
    
El gobierno de Manuel Azaña decretó que las empresas estaban
      obligadas a readmitir a los trabajadores que habían despedido el
      año anterior por motivos políticos y sindicales, así como a
      indemnizarlos por los sueldos no percibidos.
    
El ras Kassa no había participado en la segunda batalla de
      Tembien, pese a encontrarse cerca del lugar. Las maniobras de
      persecución de las tropas del ras Seyoum que huían de la batalla
      permitieron a los italianos rodear a ambos ejércitos. El cerco se
      completó el 29 de febrero y, aunque
      numerosos etíopes lograron escapar de él, lo hicieron totalmente
      desmoralizados. El ras Kassa y el ras Seyoun lograron reunirse con
      el emperador Haile Sellassie I en su cuartel general en Quorom,
      sin más compañía que sus respectivas guardias personales. Ese
      mismo día Badoglio lanzó un ataque en Shire contra el ras
      Imru Haile Selassie, primo del emperador, que contaba con
      unos 23.500 soldados y que, en vista de los resultados de las
      batallas precedentes, ya había iniciado la retirada. Se inició una
      persecución por un terreno muy inhóspito en la que se produjeron
      algunos encuentros esporádicos.
    
Lluís Companys recuperó la presidencia de la Generalidad de
      Cataluña.
    
Unas horas antes de que venciera el ultimátum dado a los rebeldes
      japoneses, unos bombarderos sobrevolaron sus posiciones arrojando
      panfletos en los que urgían a la rendición. Los mensajes tuvieron
      éxito, y al mediodía sólo la casa del primer ministro y un hotel
      seguían bajo el control de los golpistas. A éstos se les dio la
      oportunidad de suicidarse según la tradición japonesa, pero sólo
      uno de los rebeldes la aceptó. Los demás prefirieron entregarse.
    
Los franceses no conseguían apaciguar Siria. En algunas
      ocasiones, el ejército había llegado a disparar contra
      muchedumbres, causando decenas de muertos. Los disturbios habían
      generado a su vez manifestaciones solidarias en Iraq, el Líbano,
      Palestina y Jordania. Incluso en la propia Francia el Frente
      Popular exigía un cambio drástico en la política del gobierno.
      Finalmente el 2 de marzo las
      autoridades francesas se avinieron a negociar con el Bloque
      Nacional.
    
El ejército italiano entró en contacto con la retaguardia del ras
      Imru, pero cuando la artillería y la aviación estuvieron
      dispuestas para atacar los etíopes ya habían huido. No obstante,
      el 3 de marzo la aviación italiana
      empezó a lanzar bombas explosivas e incenciarias sobre el ejército
      del ras Imru mientras cruzaba el río Tekezé. Cuando logró
      cruzarlo, los etíopes se encontraron con una lluvia de gas
      mostaza. El resultado fue un gran número de bajas, que incluían
      unos 4.000 muertos. La mayor parte del ejército se desbandó y el
      ras Imry quedó con apenas 10.000 hombres, aunque la mayoría
      desertaron en cuanto tuvieron ocasión y sus fuerzas pronto se
      redujeron a unos 300 hombres. Destruidos los ejércitos de Imru,
      Mulugeta y Kassa, Badoglio pudo centrarse finalmente en el avance
      sobre Adis Abeba.
    
El 5 de marzo Frank Capra presentó la
      gala de entrega de los premios de la Academia de Ciencias y Artes
      Cinematográficas. El premio a la mejor película fue para Rebelión
        a Bordo, el premio al mejor director lo recibió John Ford
      por El delator, el premio al mejor actor fue para Victor
        McLaglen, también por su papel en El delator, y el
      premio a la mejor actriz fue para Bette Davis por Peligroso.
      
    
Los franceses habían llegado a un acuerdo finalmente con los
      nacionalistas sirios. Liberaron a los detenidos durante los
      disturbios y garantizaron la amnistía para los exiliados, y el 6 de marzo la huelga general fue
      desconvocada.
    
El primer ministro yugoslavo Milan Stojadinović salió ileso de un intento de asesinato en el Parlamento.
El sábado 7 de marzo, sin previo
      aviso, tropas alemanas ocuparon las instalaciones militares
      abandonadas de Renania, lo que suponía una nueva violación del
      tratado de Versalles, que había declarado a Renania zona
      desmilitarizada. Esta acción ponía el Rin bajo control alemán, lo
      que suponía una importante ventaja estratégica en caso de una
      invasión de Francia por parte de Alemania o viceversa. Cuando las
      tropas alemanas entraron en Colonia, se formaron grandes
      multitudes que vitorearon a los soldados y algunos lanzaron flores
      a su paso. El cardenal Karl Joseph Schulte ofició una misa
      en la catedral de Colonia para celebrar que Hitler hubiera traído
      de vuelta al ejército.
    
Inmediatamente, Checoslovaquia y Polonia comunicaban a Francia
      por vías diplomáticas y militares que apoyarían cualquier
      respuesta francesa. En realidad las tropas alemanas eran escasas
      (unos 30.000 hombres) y tenían orden de retirarse si eran atacadas
      por las fuerzas fronterizas francesas. Muchos analistas (incluso
      militares alemanes de la época) consideran que si Francia hubiera
      intervenido y las tropas alemanas se hubieran retirado (como no
      podía haber sido de otro modo) Hitler habría quedado desacreditado
      ante el ejército —muchos oficiales consideraron insensata la
      ocupación de Renania— y la opinión pública alemana, y su gobierno
      habría caído casi con total seguridad. Pero Francia no hizo nada.
      El ministro de defensa francés aseguró que 300.000 soldados
      alemanes habían entrado en Renania, y que el alto mando requería
      1.200.000 soldados para expulsarlos, además de las tropas de
      defensa de las fortificaciones y la preparación de una
      movilización general. En realidad, el gobierno consideraba que
      Francia no estaba económicamente preparada para mantener una
      guerra contra Alemania. En el gobierno austriaco cundió el pánico,
      pues todo apuntaba a que Austria sería el próximo objetivo del Führer.
      
    
Ese mismo día Hitler comunicó al Reichstag la
      remilitarización de Renania y anunció que ofrecería el regreso de
      Alemania a la Sociedad de Naciones, la firma de un pacto para
      prohibir los bombardeos aéreos como medio de guerra y la firma de
      un pacto de no agresión entre Francia y Alemania si las demás
      potencias aceptaban la remilitarización. Presentó la acción como
      una necesidad defensiva que en ningún modo debía verse como una
      amenaza para nadie.
    
En España, un grupo de jornaleros de la FNTT se manifestaba
      pacíficamente el 8 de marzo en Escalona
      cuando alguien disparó contra ellos desde un bar. Entonces
      intervino la Guardia Civil, que mató a cuatro manifestantes e
      hirió a otros tantos. El país estaba viviendo una oleada de
      huelgas como nunca se había visto en la historia de la Segunda
      República. Después de que muchos trabajadores hubieran sido
      readmitidos por obligación legal en sus antiguas empresas, los
      sindicatos se encontraron en una posición de fuerza y presentaron
      exigencias laborales que los patronos consideraron desorbitadas.
      En el curso de las huelgas los sindicatos amenazaban con una
      "revolución". No hay evidencias de que estuvieran preparando
      realmente ninguna revolución como las que habían intentado
      anteriormente, pero muchos españoles empezaron a ver una amenaza
      en una posible revolución comunista.
    
Ese mismo día se celebró en Madrid una reunión de varios
      generales, entre ellos Emilio Mola, Joaquín Fanjul y
      Francisco Franco, que planearon organizar un alzamiento militar
      que derribara el gobierno del Frente Popular y "restableciera
        el orden en el interior y el prestigio internacional de España".
      El gobierno lo ejercería una junta militar presidida por el
      general Sanjurjo, que continuaba exiliado en Portugal.
    
Francia había solicitado el apoyo británico para mostrar una
      reacción conjunta ante la remilitarización de Renania. El primer
      ministro británico Stanley Baldwin no consideró que la situación
      requiriera trabajar en domingo y retrasó hasta el 9 de marzo la reunión con los representantes
      franceses. Sin embargo, dicha reunión no dio ningún fruto, porque
      los británicos prefirieron mantener su política de apaciguar a
      Alemania, y por ello Francia tampoco emprendió ninguna medida. De
      hecho, la opinión pública británica veía razonable que Alemania
      ocupara militarmente un territorio que le pertenecía, y
      consideraba injusto el tratado de Versalles. Algo similar sucedía
      en los Estados Unidos. El presidente Roosevelt se fue de pesca a
      Florida durante unos días para que los periodistas no pudieran
      preguntarle si su gobierno planeaba tomar alguna medida ante la
      remilitarización de Renania. Representantes de la Sociedad de
      Naciones se reunieron en Londres y el único que abogó por imponer
      sanciones a Alemania fue el representante soviético. La mayor
      parte de los países consideraron que imponer sanciones económicas
      a Alemania sería desastroso para sus propias economías. Se invitó
      a Hitler a proponer un nuevo plan para la seguridad de Europa, ya
      que estaba violando todos los tratados al respecto, y Hitler
      respondió con una propuesta de un tratado de no agresión con
      Francia y Gran Bretaña que sería válido durante 25 años, pero
      cuando el gobierno Británico le pidió que desarrollara esa idea no
      recibió respuesta. Tras años de trabajo, Francia estaba terminando
      por esas fechas la Línea Maginot, (aunque André Maginot
      había muerto hacía cuatro años, sin ver completado su proyecto).
    
Dadas las simpatías que el intento de golpe de Estado inspiraba en buena parte del ejército japonés, el primer ministro Keisude Okada fue sustituido por Kōki Hirota, que se encargó de contentar a los militares.
Aunque la Falange Española había recibido muy pocos votos en las
      últimas elecciones, el triunfo del Frente Popular hizo que muchos
      jóvenes militantes de la CEDA se pasaran a sus filas, descontentas
      con la moderación del partido de Gil Robles. En las calles de
      Madrid y de otras capitales españolas aumentaron los
      enfrentamientos entre falangistas y militantes de partidos de
      izquierda. El 12 de marzo un falangista
      atentó contra el catedrático de Derecho y militante socialista Luis
        Jiménez de Asúa, en el que salió ileso, pero no así su
      escolta, el policía Jesús Gisbert, que resultó muerto. El
      13 de marzo, durante el entierro del
      policía, se convocó una manifestación contra el fascismo y se
      produjeron graves disturbios, incluido el típico incendio de dos
      iglesias.
    
Ese día se estrenó El camino del pino solitario, dirigida
      por Henry Hathaway y protagonizada por Henry Fonda. Fue la primera
      producción que usó en exteriores la última versión de Technicolor.
      Los resultados fueron impresionantes, pero aun así no se extendió
      mucho su empleo, entre otras cosas porque requería cámaras mucho
      más grandes y caras, así como una mayor iluminación, que volvía
      los rodajes poco menos que insoportables, por el calor de los
      focos.
    
El 14 de marzo José Antonio Primo de
      Rivera fue encarcelado junto con los principales dirigentes de la
      Falange, por posesión ilícita de armas.
    
Tas haberse celebrado la segunda vuelta de las elecciones, el 15 de marzo se celebró una sesión
      preparatoria de las Cortes españolas, presidida provisionalmente
      por el diputado de más edad, que resultó ser el monárquico Ramón
        de Carranza. Los diputados del Frente Popular lanzaron
      gritos de ¡Viva la república!, insultaron a Carranza, y
      los comunistas y parte de los socialistas cantaron la
      Internacional. Luego se presentaron una serie de recursos sobre
      presuntas irregularidades en el proceso electoral, de modo que 269
      actas de diputados fueron puestas en cuestión. Se formó entonces
      una comisión de actas para analizar los recursos presidida
      por el socialista Indalecio Prieto, de modo que durante las
      semanas siguientes las Cortes no se ocuparían prácticamente de
      ningún otro asunto.
    
El 16 de marzo fue tiroteada en Madrid
      la casa del líder socialista Francisco Largo Caballero.
    
El 18 de marzo murió en París
      Eleftherios Venizelos.
    
El 19 de marzo fue detenido en
      Valladolid el falangista Onésimo Redondo.
    
El emperador etíope Haile Selassie I había concentrado su
      ejército en Quorom, donde se habían reunido con él Ras Kassa Haile
      Darge y el Ras Seyum Mangasha. En total contaba con unos 31.000
      hombres mejor armados que otros ejércitos etíopes, pues contaba
      incluso con un regimiento de artillería, aunque su poderío era
      modesto en comparación con el armamento italiano. El 21 de marzo el emperador envió un mensaje
      por radio a su esposa, en el que decía:
    
Puesto que confiamos en nuestro Creador y esperamos Su ayuda, habiendo decidido avanzar y ocupar las fortificaciones y, puesto que Dios es nuestra única ayuda, confía esta decisión en secreto al obispo, a los ministros y a los dignatarios, y ofreced a Dios nuestras fervientes oraciones.
Pero el emperador hubiera hecho mejor en dudar más de si Dios oía
      sus fervientes oraciones que en dar por hecho que el mariscal
      Badoglio no las oía, porque la inteligencia italiana interceptaba
      la mayor parte de las transmisiones por radio etíopes. Así
      alertado, Badoglio canceló un plan de ataque que estaba preparando
      para adoptar una estrategia defensiva en Maychew, donde
      reunió 40.000 hombres, más otros tantos de reserva en las
      proximidades.
    
Ese día murió en París el compositor ruso Alexander Glazunov.
    
Los italianos empezaron a bombardear las ciudades de Harar y Jijiga
      en Etiopía, hasta que las redujeron a ruinas. 
    
Ese día se estrenó El gran Ziegfeld, un drama musical
      protagonizado por William Powell y Myrna Loy. Fue la segunda
      película más taquillera del año. Incluía grandiosos y sofisticados
      números musicales, en uno de los cuales intervenían hasta 180
      intérpretes, entre cantantes, bailarines y músicos, y su rodaje
      requirió varias semanas.
    
El 25 de marzo unos pistoleros
      asesinaron en Oviedo a Alfredo Martínez García-Argüelles,
      que había sido ministro de Justicia, Trabajo y Sanidad el año
      anterior.
    
En España, la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra
      organizó un movimiento de ocupación de fincas a gran escala en
      Badajoz, donde, a partir del 26 de marzo,
      unos 60.000 jornaleros ocuparon y empezaron a trabajar unas dos
      mil propiedades. El gobierno seguía trabajando en una ley que
      legalizara esta clase de hechos consumados. Sin embargo, de
      momento las Cortes estaban muy ocupadas analizando las presuntas
      irregularidades de las últimas elecciones.
    
La remilitarización de Renania había llevado la popularidad de
      Hitler a extremos insospechados. El Führer estaba
      dispuesto a sacarle partido, así que convocó un referéndum en el
      que los alemanes sólo tenían que responder sí o no a la pregunta
      de si aprobaban la medida y, ya de paso, si aprobaban una lista de
      parlamentarios para el Reichstag, formada exclusivamente
      por nazis y algún que otro "invitado" nominalmente independiente.
      El principal acto electoral de la campaña electoral que organizó
      el gobierno fue un viaje de cuatro días de un nuevo dirigible, el
      Hindenburg, que recorrió Alemania acompañado del Graf
        Zeppelin. Su estructura estaba hecha de duraluminio, medía
      245 metros de largo y 41 de diámetro, con capacidad para 50
      pasajeros y 61 tripulantes. La compañía Zeppelin se había
      visto obligada a presentar así su nueva aeronave. El comandante
      del Hindenburg, deseoso de impresionar a los políticos y
      periodistas que habían acudido a presenciar el despegue en Löwenthal,
      inició la maniobra en la hora prevista a pesar de que el viento
      era muy desfavorable, y el resultado fue que la aleta vertical
      inferior del aparato golpeara el suelo y fuera arrastrada por él,
      lo que provocó algunos daños que obligaron a que el Graf
        Zeppelin iniciara la travesía en solitario hasta que el Hindenburg,
      tras una reparación provisional, pudo unirse a él unas horas más
      tarde. Durante cuatro días, ambos dirigibles lanzaron octavillas
      de propaganda nazi y transmitieron música militar, consignas
      políticas y discursos políticos a través de grandes altavoces.
    
El 29 de marzo se celebró el
      referéndum alemán. El Hindenburg y el Graf Zeppelin
      terminaron su viaje propagandístico sobrevolando Renania y sus
      pasajeros votaron durante el vuelo. La participación fue del 99% y
      un 98.8% de los votantes aprobó (sin más intimidación que la
      imprescindible) la remilitarización de Renania y la nueva
      composición del Reichstag. De todos modos, intimidaciones
      aparte, no cabe duda de que una gran parte de los alemanes apoyaba
      a Hitler en aquel momento.
    
Unos años atrás, con los beneficios que le había proporcionado la
      edición de su Mein Kampf, Hitler había comprado el
      apartamento alpino que hasta entonces había tenido alquilado y
      ahora acababa de terminar unas obras de ampliación, tras las
      cuales fue rebautizado como el Berghof (la casa de
      montaña). Su hermanastra Angela había dejado su empleo de ama de
      llaves, en parte porque no aprobaba la relación de Hitler con Eva
      Braun. El entorno de Hitler empezaba a ver a Braun como
      "intocable".
    
Las Cortes españolas seguían debatiendo los presuntos fraudes
      electorales de las últimas elecciones. Se había acordado repetir
      las elecciones en algunos distritos de Cuenca y el 31 de marzo se acordó repetirlas en toda la
      provincia de Granada. Se ha discutido mucho sobre la limpieza de
      las elecciones de febrero, pero los historiadores están de acuerdo
      en que el triunfo del Frente Popular fue real. Más adelante Niceto
      Alcalá Zamora acusaría al Frente Popular de haberse apropiado de
      las actas para alterarlas la misma noche de las elecciones y
      aseguró que el triunfo de la izquierda fue un fraude espectacular.
      Sin embargo, no es eso lo que se deduce de la lectura de las actas
      parlamentarias, en las que la izquierda dio datos minuciosos de
      cómo la CEDA por una parte, y el gobierno de Portela Valladares
      por otra, influyeron deshonestamente tanto en la campaña electoral
      como en las votaciones mismas, a los que la derecha respondió casi
      en todos los casos con generalidades o formalismos, sin rebatir
      los hechos. Entre los hechos denunciados se encontraba la compra
      de votos, amenazas de despedir a jornaleros, obligación de votar
      con papeletas marcadas, para que se supiera a quién se estaba
      votando, intimidación por parte de pistoleros, o incluso de la
      Guardia Civil para alejar a ciertos votantes de las urnas, o
      incluso a notarios e interventores, se detectaron muchos casos en
      los que el número de votantes superaba al de los censados si se
      descontaban los fallecidos, se dieron detalles de secuestro de
      actas en Galicia que fueron modificadas en beneficio de la
      derecha, o de actas que llegaron en blanco a los gobernadores
      provinciales para que las rellenaran a conveniencia, etc. En el
      caso concreto de Granada se denunció, entre otras cosas, que el
      gobierno había repartido delegados por toda la provincia para
      intervenir en los resultados electorales, que en los días previos
      a las elecciones se concedió una cantidad inusitada de licencias
      de armas y se repartieron grandes cantidades de ellas, se
      organizaron bandas de escopeteros encargados de alejar a los
      votantes de izquierda, se encarceló a muchos de los notarios
      contratados por la izquierda, etc. Como resultado, en una larga
      lista de municipios la izquierda obtuvo increíblemente 0 votos. La
      derecha no respondió nada a tales acusaciones, pues ese día los
      principales partidos de derechas decidieron ausentarse del
      parlamento afirmando que la comisión de actas estaba actuando
      arbitrariamente.
    
Frente a estas acusaciones, Indalecio Prieto defendió la
      honestidad de la comisión, señaló que ésta había dado por buenos
      los resultados de varias provincias como Toledo o Zaragoza, donde
      la derecha había resultado vencedora, teniendo la convicción de
      que había habido un fraude sustancial, pero careciendo de pruebas
      para demostrarlo, entre otras cosas porque los partidos de
      izquierda no tenían dinero suficiente para pagar notarios que
      estuvieran presentes en cada distrito electoral. En cuanto a la
      retirada de la derecha, afirmó que habría sido oportuna tras el
      debate si sus argumentos no hubieran sido atendidos, pero que
      retirarse del debate inmediatamente después de haber lanzado la
      acusación de parcialidad sólo podía interpretarse como un intento
      de alentar una conspiración difundiendo falsos rumores de fraude
      electoral en su contra.
    
Ese día, a las seis menos cuarto de la mañana, el ejército etíope
      atacó las posiciones italianas en Maychew en un ataque que se
      prolongó ininterrumpidamente durante trece horas. Al principio los
      etíopes consiguieron cierta ventaja, que fue contrarrestada por la
      aviación italiana, las bombas y el gas mostaza (que provocó la
      muerte de unos 11.000 soldados). Al final de la batalla Haile
      Selassie ordenó un ataque masivo a la desesperada en todos los
      frentes, y los etíopes fueron rechazados en todos los frentes.
    
El 1 de abril la Columna rápida del África Oriental (una columna de unos 4.000 camisas negras transportados en camiones bajo la dirección del general Achille Starace) tomó Gondar en Etiopía.
El 3 de abril las Cortes españolas
      dejaron zanjada la cuestión de la revisión de los resultados
      electorales, pero la actividad legislativa siguió paralizada
      porque inmediatamente la izquierda propuso la destitución del
      presidente, Niceto Alcalá Zamora. Se basaba para ello en el
      artículo 81 de la constitución, que decía:
    
El presidente podrá disolver las Cortes hasta dos veces como máximo durante su mandato cuando lo estime necesario [...] En el caso de segunda disolución, el primer acto de las nuevas Cortes será examinar y resolver la necesidad del decreto de disolución de las anteriores. El voto desfavorable de la mayoría absoluta de las Cortes llevará aneja la destitución del presidente.
El debate se centró en primer lugar en si este artículo era
      aplicable, porque había quien objetaba que la primera disolución
      no debía contarse, porque era la disolución de las Cortes
      Constituyentes, que por lo tanto eran anteriores a la
      Constitución. Ni la izquierda ni la derecha querían a Alcalá
      Zamora como presidente: la izquierda porque había destituido a
      Azaña tres años atrás, y la derecha por haber aceptado los últimos
      resultados electorales y haber entregado el gobierno al Frente
      Popular.
    
Pedro Albizu y otros nacionalistas puertorriqueños (entre ellos
      varios Cadetes de la República) fueron acusados de conspirar
      contra el Gobierno de los Estados Unidos. Un jurado formado por
      puertorriqueños los declaró inocentes por 7 votos contra 5, pero
      el juez ordenó la repetición del juicio con otro jurado, esta vez
      formado por estadounidenses, y el veredicto fue de culpabilidad.
      Albizu fue condenado a 11 años de cárcel. En los años siguientes
      hubo varias críticas al proceso, pero la apelación de la sentencia
      fue rechazada.
    
Varias de las prostitutas arrestadas por la redada de Dewey
      empezaron a denunciar a Lucky Luciano como el organizador de la
      red de prostitución a la que pertenecían, como medio para salir de
      la cárcel. En los últimos 20 años Luciano había sido detenido 25
      veces, con acusaciones de juego ilegal, amenazas, robos, etc.,
      pero nunca había estado en la cárcel. Hacía una semana había
      recibido un chivatazo de que la policía iba a arrestarlo, así que
      huyó del Estado, pero un detective lo reconoció en Hot Springs
      (Arkansas) y finalmente fue arrestado.
    
Ese día fue ejecutado en la silla eléctrica Bruno Hauptmann,
      acusado del secuestro y asesinato del hijo de Charles Lindbergh.
      Éste se había marchado en secreto con su familia a finales del año
      anterior, huyendo de la atención mediática.
    
Achille Starace llegó al lago Tana, en la frontera con el
      Sudán Británico. El emperador Haile Selassie I ordenó la retirada
      de su ejército de Maychew. Ésta empezó de forma ordenada, pero al
      cabo de unas horas empezaron a sufrir ataques de tribus etíopes
      que colaboraban con los italianos a las que se sumó la aviación
      italiana. Finalmente llegaron a Quorom, desde donde, ya el 4 de abril, partieron hacia el lago Ashangi.
      Durante la travesía continuaron los hostigamientos por tierra y
      por aire. Llegaron al lago y los sedientos soldados bebieron de
      sus aguas sin saber que habían sido envenenadas por la aviación
      italiana. Unas horas más tarde, Haile Selassie I contempló cómo
      una buena parte de sus hombres yacían muertos a orillas del lago.
    
El fiscal Dewey presentó contra Lucky Luciano 60 cargos de
      obligación a la prostitución. Los abogados de Luciano empezaron
      una lucha legal para evitar que fuera extraditado desde Arkansas.
    
El 7 de abril se produjo el debate
      sobre la destitución de Niceto Alcalá Zamora. José María Gil
      Robles reprochó al Frente Popular que trataran de emplear el
      artículo 81, cuando era evidente que la disolución de las Cortes
      había sido oportuna, ya que las nuevas elecciones habían cambiado
      sustancialmente la composición del parlamento, lo que confirmaba
      que las precedentes no representaban ya la voluntad popular. Por
      el contrario, Gil Robles afirmaba que la propuesta de destitución
      debía seguir el artículo 82, que daba potestad a las Cortes para
      tal acción, si bien el procedimiento requería un plebiscito y
      podía terminar con una nueva disolución de las Cortes en caso de
      fracaso, cosa que a la izquierda no le interesaba, naturalmente.
      Finalmente las Cortes aprobaron la destitución de Alcalá Zamora y
      el presidente de las Cortes, Diego Martínez Barrio, ocupó la
      presidencia de forma interina y a su vez fue sucedido como
      presidente de las Cortes por Luiz Jiménez de Asúa.
    
Veinte militares y ocho policías se presentaron por la noche en
      la hacienda de Plutarco Elías Calles, lo sacaron de la cama y le
      comunicaron que al día siguiente debía tomar un avión a los
      Estados Unidos. El 10 de abril fue
      conducido al aeropuerto al igual que algunos de sus partidarios y
      así fue desterrado para instalarse en San Diego, en el Estado de
      California.
    
Ese día se estrenó Nuestro hogar en la Luna, una
      comedia sobre el matrimonio protagonizada por Henry Fonda y
      Margaret Sullavan, que curiosamente habían estado casados durante
      casi tres años, aunque se habían divorciado hacía ya tres. Aunque
      su ocasional relación laboral los había llevado a plantearse si se
      casaban de nuevo, al final decidieron no hacerlo y Fonda se
      volvería a casar unos meses más tarde. La película fue un fracaso.
    
El presidente de Letonia, Alberts Kviesis encontró un método de
      elección de su sucesor que ahorraba el molesto proceso electoral:
      decretó que el primer ministro Kārlis Ulmanis sería el elegido,
      combinando los dos cargos, decreto que se hizo efectivo el 11 de abril. Ulmanis estableció una
      dictadura fascista también libre de adornos: no creó un partido
      único gubernamental, ni un parlamento títere, ni siquiera una
      ideología a su medida. Simplemente prohibió toda clase de
      actividad política y organizó un sistema de cámaras profesionales
      de carácter consultivo. Reprimió con dureza tanto a los
      partidarios del nazismo como del comunismo. Nacionalizó varias
      industrias y aplicó una política económica y comercial que resultó
      bastante exitosa, hasta el punto de que Letonia alcanzó un alto
      nivel de vida sin rastro de la Gran Depresión que seguía afectando
      a todos los países de su entorno. Bajo su gobierno se promovió una
      intensa política educativa que disminuyó drásticamente el
      analfabetismo, a la vez que se usó para asimilar otras culturas
      distintas de la letona. No obstante, no empleó ningún tipo de
      violencia contra las minorías étnicas.
    
La Paramount había despedido a Josef von Sterberg, lo que supuso
      el fin de su colaboración con Marlene Dietrich. Ese día se estrenó
      Deseo, dirigida por Frank Borzage y protagonizada por
      Dietrich y Gary Cooper. Dietrich dijo que era la única película de
      la que no tenía que avergonzarse. Unos meses después estrenaría El
        jardín de Alá, su primera película en color.
    
El emperador Haile Selassie I se dirigía a Dessie, donde
      se encontraba su heredero, el príncipe Asfaw Wossen, pero
      el 12 de abril decidió emplear una
      nueva táctica de guerra contra los italianos: se separó de su
      ejército acompañado de un pequeño séquito para pasar tres días
      rezando en el santuario de Lalibella. 
    
El 13 de abril unos pistoleros
      falangistas asesinaron al juez Manuel Pedregal, que dos
      días antes había condenado al asesino del escolta de Luis Jiménez
      de Asúa.
    
El primer ministro griego Konstantinos Demertzis murió
      súbitamente de un infarto de miocardio. Fue sucedido por el
      general Ioannis Metaxás. 
    
El coronel Ernesto Montagne Markholz, hasta el momento
      ministro de Educación, asumió provisionalmente la presidencia del
      gobierno peruano y convocó elecciones presidenciales.
    
El 14 de abril se celebró un desfile
      militar en Madrid en conmemoración del quinto aniversario de la
      República, y durante su transcurso estalló una bomba junto a la
      tribuna en la que se encontraban el presidente de la república
      Diego Martínez Barrio y el presidente del gobierno, Manuel Azaña.
      La bomba no causó daños personales, pero a continuación se
      produjeron varios disparos que hirieron a varios espectadores y
      provocaron la muerte de un alférez de la Guardia Civil que asistía
      vestido de paisano. En otros puntos del recorrido se produjeron
      también disparos contra la comitiva, que fueron respondidos y
      terminaron con seis muertos y tres heridos. Uno de los muertos era
      el estudiante Ángel Saenz de Heredia, primo de José
      Antonio Primo de Rivera. Izquierdas y derechas se acusaron
      mutuamente de lo sucedido. Entre los heridos se encontraba el
      estudiante carlista José Llaguno Acha, que recibió un
      disparo del teniente de la Guardia de Asalto José del Castillo
        Saenz de Tejada (uno de cuyos hombres había matado a Saenz
      de Heredia), que estuvo a punto de ser linchado, pero los guardias
      bajo su mando lo pudieron sacar del lugar. Dos años atrás,
      Castillo había estado al mando de una sección de morteros enviada
      a Asturias para reprimir la revolución de octubre, y había sido
      sometido a un consejo de guerra por haberse negado a disparar
      contra los obreros afirmando "Yo no tiro sobre el pueblo".
      Fue condenado por ello a un año de cárcel.
    
En los últimos cinco años, la población judía en Palestina se
      había duplicado, lo cual generaba cada vez más recelos y
      fricciones entre la población musulmana. El 15
        de abril un convoy de camiones fue asaltado y dos
      conductores judíos recibieron disparos. Uno murió en el acto y el
      segundo moriría unos días más tarde.
    
Haile Selassie I se reunió de nuevo con su ejército y fue
      informado de que Dessie estaba en poder de los italianos, pues su
      hijo la había abandonado sin lucha. Entonces decidió dirigirse a Worra
        Illu, pero pronto recibió noticias de que también estaba en
      poder de los italianos. Finalmente se encaminó a Fikke. 
    
Ese día presentó Manuel Azaña su programa de gobierno ante las
      Cortes. La lectura del Diario de Sesiones ilustra muy bien la
      situación política del momento. He aquí una
        versión resumida y comentada. 
    
El 16 de abril se estrenó El
        secreto de vivir, una comedia romántica dirigida por Frank
      Capra y protagonizada por Gary Cooper. Fue un gran éxito que
      superó incluso a Sucedió una noche. Cooper interpreta a un
      aldeano de buen corazón que recibe inesperadamente una gigantesca
      herencia. Capra continuaba con su reciente estilo de impregnar a
      sus películas con mensajes de buena voluntad, de que el bien es
      recompensado, etc.
    
Ese día dos paramilitares judíos mataron a dos trabajadores
      árabes mientras dormían en una cabaña cerca de Petah Tikva,
      como venganza por el ataque a los camioneros sucedido el día
      anterior. El 17 de abril, en el funeral
      de uno de los camioneros, los nacionalistas judíos provocaron
      destrozos y pegaron a algunos niños árabes que encontraron.
    
Lucky Luciano había sido finalmente extraditado y el 18 de abril llegaba a Nueva York después de
      un traslado en el que se adoptaron grandes medidas de seguridad.
      Inmediatamente fue encarcelado sin fianza.
    
El 19 de abril los árabes de Palestina
      llamaron a una huelga general. En los días siguientes se
      produjeron disturbios en Jaffa y Tel Aviv que provocaron la muerte
      de 16 judíos y 5 árabes.
    
El 20 de abril el mariscal Badoglio
      llegó a Dessie e instaló allí su cuartel general que le serviría
      de base para marchar sobre Adis Abeba, la capital etíope.
    
La política represiva del general Peyrouton en Túnez sólo había
      aumentado la inestabilidad del protectorado francés, así que el
      gobierno lo había sustituido por el diplomático Armand Guillon,
      quien trató de llegar a un entendimiento y el 23
        de abril liberó a los presos políticos, que a la sazón
      eran 46 neodestourianos, 12 comunistas y 3 destourianos. 
    
El general Graziani había iniciado un avance en tres columnas
      hacia las posiciones que defendía el Ras Nasibu Zeamanuel,
      en Ogaden, la región oriental de Etiopía. El avance se produjo sin
      encontrar gran resistencia hasta que ese día llegó a la línea
      defensiva establecida por los etíopes. Éstos iniciaron un ataque
      al amanecer del día siguiente, el 24 de abril.
      El combate se prolongó durante varios días en los que ambas partes
      avanzaron y retrocedieron varias veces.
    
El 25 de abril los etíopes empezaron a
      ceder terreno en la batalla de Ogaden. 
    
En Palestina se creó el Alto Comité Árabe, que pasó a dirigir las
      protestas de la población palestina contra la presencia judía y
      británica. Sus reclamaciones principales eran la prohibició de la
      inmigración judía, la prohibición del traspaso de tierras de
      árabes a judíos y el establecimiento de un gobierno nacional
      palestino. Los británicos respondieron imponiendo multas a las
      ciudades conflictivas. Con la excusa de una renovación urbana se
      demolieron cientos de casas de habitantes árabes de Jaffa y más de
      un millar en los pueblos circundantes. Los británicos autorizaron
      a los judíos a abrir un puerto en Tel Aviv que compitió con el
      puerto de Jaffa, paralizado por la huelga.
    
En Mongolia se iniciaron juicios contra sacerdotes budistas
      acusados de "arruinar el prestigio de la religión" por sus
      actividades contrarrevolucionarias y de espionaje para los
      japoneses. En total se celebraron cinco juicios públicos ese año.
      Muchos de los acusados fueron condenados a muerte, y otros a
      diversas penas de cárcel.
    
El 26 de abril el mariscal Badoglio
      inició la Marcha de la Voluntad de Hierro, desde Dessie
      hacia Addis Abeba. No había fuerzas enemigas que pudieran
      oponérsele, así que fue organizada más como un acto de propaganda
      fascista que como una maniobra militar. Unos 12.000 soldados
      avanzaron en 1.785 coches y camiones y algunos tanques.
    
El 28 de abril murió el rey Fuad I de
      Egipto. Fue sucedido por su hijo Faruq, de 16 años, que
      teóricamente estaba estudiando en Gran Bretaña, pero que en
      realidad pasaba su tiempo yendo de compras, jugando al fútbol y
      visitando restaurantes y burdeles.
    
Mientras tanto el emperador Haile Selassie I, con quemaduras en
      un brazo causadas por los gases italianos, se presentó en la
      embajada francesa en Adis Abeba para informar al embajador de que
      no estaba en condiciones de defender la capital por más tiempo y
      que iba a sacar del país a su esposa y a sus hijos. Su destino
      final sería un monasterio copto en Palestina, pero pidió que
      fueran acogidos temporalmente en la Somalia francesa y el
      embajador no puso objeciones. Después se reunió con su Estado
      Mayor, que le informó de que el único ejército que quedaba estaba
      luchando en Ogaden contra el general Graziani, pero que no
      resistiría mucho tiempo. El 30 de abril
      el Ras Nasibu se retiraba hacia Harar.
    
Ese día el Frente Popular designó a Manuel Azaña como candidato a
      la presidencia de la república.
    
El emperador Haile Selassie I se entrevistó con el embajador británico. Le explicó que Gran Bretaña le había animado con muchas palabras y promesas, pero que le había proporcionado muy pocas armas, todas las cuales habían sido pagadas debidamente. Insistió en que había arriesgado su vida por Etiopía confiando en la Sociedad de Naciones, y le preguntó si Gran Bretaña iba a ayudarle ahora en un momento de tanta necesidad. Poco después abandonaba la embajada decepcionado. Ordenó trasladar el gobierno a Gore y el 2 de mayo salió hacia el exilio. La capital etíope cayó en la anarquía. Una multitud asaltó el palacio imperial y los extranjeros tuvieron que refugiarse en la embajada británica. Se produjeron saqueos, especialmente a las propiedades de los europeos. Algunos funcionarios trataron de defender el oro del emperador con ametralladoras, pero fueron arrollados y les cortaron las manos, ya que no soltaban sus armas.
Repetidas las elecciones impugnadas, en la composición definitiva
      de las Cortes españolas el Frente Popular pasó de tener 262 a 288
      escaños, principalmente a costa de la CEDA, que de 101 diputados
      se quedó con 88.
    
Ese día se estrenó en Madrid Morirse es un error, una de
      las comedias más famosas de Enrique Jardiel Poncela (a la que unos
      años más tarde le cambiaría el título por el de Cuatro
        corazones con freno y marcha atrás.) 
    
En el Congreso Confederal del sindicato anarquista CNT, celebrado
      en Zaragoza, se ofreció a la Unión General de Trabajadores (el
      sindicato del Partido Socialista) una alianza para "destruir
      completamente el régimen político y social vigente", pero la UGT
      no aceptó porque supondría la ruptura del Frente Popular.
    
Solicitado por las autoridades soviéticas, Serguéi Prokófiev se
      instaló finalmente en Moscú. Había recibido el encargo de componer
      una pieza sinfónica para niños. La idea cautivó su interés y la
      tuvo lista en cuatro días. Se trataba de Pedro y el lobo,
      un cuento para narrador y orquesta. En el estreno en Moscú no tuvo
      mucha audiencia. También le habían encargado un ballet y había
      compuesto Romeo y julieta, pero no conseguía estrenarlo en
      la Unión Soviética, en parte porque había alterado el final para
      que fuera feliz y no trágico, cosa que desconcertaba a las
      autoridades culturales soviéticas, y en parte porque la adaptación
      del drama de Shakespeare la había realizado Adrian Piotrovsky,
      que era también el libretista de La limpia corriente, al
      que Pravda había hecho copartícipe de las críticas a
      Shostakóvich calificándolo de "modernista degenerado", y ningún
      director teatral quería arriesgarse a ser enviado a un campo de
      trabajo por colaborar con degenerados. De momento tuvo que
      conformarse con estrenar dos suites con fragmentos del ballet.
    
 Al anochecer del 4 de mayo la
      vanguardia del ejército italiano llegaba a las afueras de Adis
      Abeba. El 5 de mayo las fuerzas del
      general Badoglio entraban en la capital en medio de una intensa
      lluvia y restablecían el orden. Badoglio se dirigió a la embajada
      italiana, donde se lanzaron vivas al rey Víctor Manuel III y a
      Mussolini. Cuando las noticias de la toma de Adis Abeba llegaron a
      Roma cundió la euforia en la ciudad, y Mussolini tuvo que salir
      diez veces a saludar desde el balcón de su palacio a la
      muchedumbre que lo vitoreaba.
    
En apenas unos meses de mandato, el presidente paraguayo Rafael Franco había introducido reformas sustanciales en su país: había fijado la jornada laboral en 8 horas diarias, había convertido al domingo en día de descanso obligatorio, había introducido las vacaciones pagadas, había obligado a que los salarios se pagaran con dinero (y no con vales u otras artimañas de los patrones) y ahora su gobierno aprobaba una reforma agraria por la que se distribuyeron unas 200.000 hectáreas de tierra entre unas 10.000 familias de agricultores.
El 6 de mayo llegó Egipto el rey Faruq
      I. Fue recibido por una multitud que gritaba "¡Viva el rey del
        Nilo!, ¡Viva el rey de Egipto y Sudán!" Se estableció un
      consejo de regencia controlado por los británicos. Las relaciones
      del joven monarca con el Alto Comisionado Británico, Sir Miles
        Lampson, fueron tensas desde el primer momento, pues
      Lampson, que tenía entonces 55 años y era el prototipo de inglés
      victoriano, veía al rey como un adolescente malcriado e ignorante
      —que es lo que era— y no podía disimularlo.
    
Mussolini anunció el fin de la guerra de Etiopía y el
      renacimiento del Imperio. Hasta entonces, en las fechas de los
      documentos oficiales italianos, además del año del calendario en
      uso, se indicaba también el año "de la era fascista" y a partir de
      ese momento empezó a contarse también los años a partir de "la
      fundación del Imperio", así, por ejemplo, 1936 pasaba a indicarse
      como el "año 1936, XIV de la Era Fascista, I del Imperio". 
    
El 7 de mayo el rey Víctor Manuel III
      de Italia condecoró a Mussolini con la Gran Cruz de la
        Orden Militar de Saboya, y destacó que había "organizado,
        dirigido y vencido en la mayor guerra colonial que recoge la
        Historia". 
    
El 8 de mayo fue nombrado primer
      ministro de Egipto Mostafa El-Nahas, que estaba al frente
      del partido Wafd, el más popular del país desde su
      fundación, hacía ya más de una década, y que originalmente había
      sido antibritánico, pero ante la amenaza de que Mussolini ocupara
      Egipto como había hecho con Etiopía, lo había convertido en
      probritánico. Cada vez que había gobernado, el Wafd se
      había caracterizado por un alto grado de corrupción y nepotismo,
      pero a pesar de ello seguía presentándose como el único
      representante del pueblo de Egipto. Por ello veía como una amenaza
      la sorprendente popularidad de que disfrutaba el joven rey Faruq
      I. El monarca sabía cómo cultivar el amor de su pueblo: aparentaba
      ser un musulmán devoto, realizaba giras en las que arrojaba
      monedas de oro al pueblo, etc. Su animadversión hacia Lampson se
      extendió a los británicos y a su vez al Wafd. De momento,
      siendo menor de edad, no podía hacer mucho, pero apuntaba maneras,
      pues había despedido a los criados británicos de su padre y, en
      cambio, había conservado a los italianos.
    
Ese día tomó posesión como presidente de Costa Rica León
        Cortés Castro. 
    
El 9 de mayo el rey Víctor Manuel III
      de Italia fue coronado como Emperador de Etiopía.
    
Tras haberse celebrado las elecciones de compromisarios que
      establecía la constitución, el 10 de mayo
      Manuel Azaña fue elegido presidente de la República Española. 
    
Manuel Azaña quiso ceder la presidencia del Consejo de Ministros
      al socialista Indalecio Prieto, que representaba la opción
      moderada en su partido, pero se encontró con la oposición frontal
      de Francisco Largo Caballero, cuya estrategia era esperar el
      desgaste del gobierno republicano para formar un gobierno
      exclusivamente socialista. Así pues, el 13 de mayo fue Santiago
        Casares Quiroga, uno de los más estrechos
      colaboradores de Azaña, el que fue investido en el cargo, al
      frente de un gobierno exclusivamente republicano, sin
      representantes socialistas ni comunistas.
    
Francisco Largo Caballero tenía el pleno apoyo del sindicato
      socialista UGT, así como de las Juventudes Socialistas, que se
      referían a él como el Lenin Español. Éstas estaban cada
      vez más radicalizadas y recientemente habían confluido con las Juventudes
        Comunistas para formar las Juventudes Socialistas
        Unificadas, bajo la dirección del socialista Santiago
        Carrillo, de 21 años, que recientemente había realizado un
      viaje a Moscú para negociar la unión de ambas organizaciones
      juveniles bajo el arbitraje soviético.
    
El 12 de mayo se organizó el Gobierno
      Militar Mongol, en la Mongolia Interior china, con el príncipe
      Demchugdongrub como Jefe de Estado y con el apoyo militar de los
      japoneses, que desde el Estado de Manchuria aceptaron
      inmediatamente la invitación de colaborar en la defensa del nuevo
      Estado ante la amenaza china. En principio el nuevo Estado sólo
      controlaba la parte más oriental de la Mongolia Interior.
    
En Polonia se habían producido en las últimas semanas varias
      huelgas y manifestaciones comunistas que habían sido reprimidas
      con dureza por el gobierno de Zyndram-Kościałkowski. Esto minó su
      popularidad hasta que el 15 de mayo el
      presidente Mościcki lo destituyó y nombró en su lugar al general Felicjan
        Sławoj Składkowski. No obstante, Zyndram-Kościałkowski ocupó
      el ministerio de Trabajo en el nuevo gobierno.
    
Nnamdi Azikiwe había nacido en Nigeria. Su padre trabajaba
      como conserje para la administración británica. Empezó sus
      estudios primarios en una misión católica alemana en Onitsha,
      luego pasó a otra anglicana y, tras un breve periodo en Lagos,
      los completó de nuevo en un colegio de Onitsha. Sus buenos
      resultados le permitieron obtener inmediatamente un puesto de
      maestro. Luego su padre fue destinado a Calabar y allí
      empezó la enseñanza secundaria en un instituto fundado por una
      misión presbiteriana escocesa, que terminaría en otro instituto en
      Lagos. Allí un profesor lo convenció para cursar estudios
      universitarios en los Estados Unidos. Tras algunas vicisitudes
      para llevar a cabo el viaje, logró cursar dos años en una escuela
      preparatoria de Virginia Occidental y finalmente, a sus 23 años,
      pudo matricularse en la Universidad Howard de Washington
      D.C. Dos años después pasó a la Universidad Lincoln de
      Pennsylvania, donde se graduó en Ciencias Políticas. A
      continuación cursó simultáneamente un máster en religión en la Universidad
        Lincoln y otro en antropología en la Universidad de
        Pennsylvania. A los 30 años regresó a Lagos, pero, incapaz
      de conseguir allí un trabajo acorde a sus estudios, acabó
      aceptando una oferta de un empresario de la Costa de Oro, para
      dirigir el African Morning Post, un diario en Accra.
      Allí pudo trabajar con libertad y él mismo contrató una parte
      importante de su plantilla. Pronto empezó a publicar artículos muy
      críticos con el gobierno colonial británico y con la elite
      africana que colaboraba con los británicos. Ese día el diario
      publicó un artículo de Isaac Theophilus Akunna Wallace-Johnson,
      un periodista nacido en Sierra Leona que había fundado el primer
      sindicato de Nigeria y que se había creado admiradores y
      detractores en Accra por una serie de discursos, artículos y
      poemas marxistas y anticolonialistas. El artículo se titulaba
        ¿Tiene un dios el africano?, y en él se leía:
    
Personalmente, creo que el europeo tiene un dios en el que cree y que representa en sus iglesias a lo largo de África. Cree en un dios cuyo nombre es Engaño. Cree en un dios cuya ley es: Vosotros, los fuertes, debéis debilitar al débil. Vosotros, los europeos "civilizados", debéis "civilizar" a los africanos "bárbaros" con ametralladoras. Vosotros, los europeos "cristianos" debéis "cristianizar"a los africanos "paganos" con bombas, gases venenosos, etc.
La Guerra del Chaco había tenido consecuencias más graves en
      Bolivia que en Paraguay, donde los militares culpaban a los
      políticos de la derrota, y finalmente las tensiones estallaron el
      16 de mayo, cuando un golpe de Estado
      dirigido por el mayor Germán Busch Becerra derrocó al
      presidente José Luis Tejada, que tuvo que marchar exiliado a
      Chile.
    
El 17 de mayo murió Panagis Tsaldaris,
      que hasta entonces había dirigido la oposición en Grecia al
      gobierno de Ioannis Metaxás. Éste pudo entonces aumentar
      sensiblemente su radio de influencia.
    
El 19 de mayo se constituyó en
      Portugal la Mocidade Portuguesa, una organización juvenil
      de corte fascista a la que estaban obligados a afiliarse todos los
      niños varones portugueses desde los siete a los catorce años, en
      el seno de la cual aprendían a desarrollar el "culto al jefe" y el
      espíritu militar.
    
En Cuba se celebraron elecciones presidenciales que dieron la
      victoria al alcalde de La Habana, Miguel Mariano Gómez,
      que el 20 de mayo asumió la
      presidencia.
    
El 22 de mayo se constituyó en Bolivia
      una junta cívico-militar presidida por el coronel David Toro.
    
Emilio Mola se había puesto a la cabeza de la organización del
      golpe de Estado que la derecha planeaba en España, con el nombre
      en clave de El Director. El plan seguía siendo transferir
      el poder a una junta militar presidida por Sanjurjo. El 25 de mayo Mola difundió entre los
      conjurados la primera de una serie de "instrucciones reservadas",
      en la que indicaba que tras el golpe se debía desencadenar una
      represión cruenta que impidiera cualquier intento de oposición:
    
Se tendrá en cuenta que la acción ha de ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo, que es fuerte y bien organizado. Desde luego, serán encarcelados todos los directivos de los partidos políticos, sociedades o sindicatos no afectos al movimiento, aplicándoles castigos ejemplares a dichos individuos para estrangular los movimientos de rebeldía o huelgas.
El 26 de mayo Guatemala se retiró de
      la Sociedad de Naciones.
    
El 27 de mayo zarpó de Southhampton en
      su viaje inaugural con destino a Nueva York el Queen Mary,
      el mayor transatlántico de la época, con 776 camarotes de primera
      clase, 784 de segunda clase y 579 de tercera clase.
    
El 28 de mayo se estrenó El rey
        hace una escapada, una comedia ligera dirigida por Josef von
      Sternberg que trataba sobre el matrimonio entre el emperador
      Francisco José I de Austria y la princesa Isabel (Sissí).
    
En España los disturbios en las áreas rurales eran aún de mayor
      intensidad que en las urbanas. Mientras el gobierno ultimaba su
      propuesta de reforma agraria, las huelgas agrarias se sucedían una
      tras otra y a menudo se producían incidentes sangrientos. Uno de
      los más graves se produjo en 29 de mayo
      en Yeste, donde unos campesinos fueron detenidos al tratar
      de talar unos árboles de una propiedad privada. Murieron un
      guardia y 17 campesinos, varios de ellos asesinados a sangre fría.
    
Fritz Lang terminó emigrando a los Estados Unidos, donde había
      firmado un contrato con la Metro-Goldwyn-Mayer, y ese día estrenó
      su primera película rodada en Hollywood, Furia,
      protagonizada por Spencer Tracy, que representa a un hombre
      acusado injustamente de un delito al que una multitud intenta
      linchar, y es dado por muerto, aunque en realidad pudo escapar, y
      permanece oculto mientras se juzga por (su) asesinato a los
      responsables del linchamiento.
    
Entre los problemas a los que se enfrentaba el general Mola en su preparación del golpe de Estado se encontraba la indecisión del general Franco, al que sus colegas apodaban por eso mismo "Miss Islas Canarias". En cierta ocasión, ante el entusiasmo que trataba de transmitirle otro general, Franco respondió "Estás realmente equivocado, va a ser enormemente difícil y muy sangriento. No contamos con todo el ejército, la intervención de la Guardia Civil se considera dudosa y muchos oficiales se pondrán del lado de la autoridad constitucional, algunos porque es más cómodo; otros, a causa de sus convicciones. No se debe olvidar de que el soldado que se rebela contra la autoridad constitucional nunca puede echarse atrás ni rendirse, porque será fusilado sin pensárselo dos veces". El 30 de mayo fue enviado un emisario a las Canarias para tratar de decantarlo definitivamente. Mola estaba molesto con tanta cautela, pues consideraba que la participación de Franco era indispensable, por el prestigio que tenía ante el Ejército y la derecha española.
Los rumores de golpe de Estado circulaban por España (e incluso
      por el Parlamento) desde hacía tiempo, pero el gobierno no acababa
      de darles crédito. Ante las sospechas que recayeron sobre el
      general Mola, el presidente del Consejo de Ministros, Santiago
      Casares Quiroga, envió por sorpresa a Pamplona el 3 de junio varios camiones cargados de
      policías para realizar un minucioso registro bajo el pretexto de
      investigar el tráfico de armas a través de la frontera francesa,
      pero Mola fue informado a tiempo y pudo ocultar toda evidencia de
      la conspiración.
    
El 1 de junio los territorios
      africanos de Somalia, Eritrea y Etiopía fueron reorganizados con
      el nombre de África Oriental Italiana, dividida en seis
      provincias: Amara, Eritrea, Gala y Sidama, Harar, Shoá y Somalia.
    
La huelga general seguía en Palestina, acompañada de toda clase
      de disturbios y acciones de guerrilla contra objetivos británicos
      y judíos. Las autoridades británicas fueron aumentando las
      represalias: registros sin autorización judicial, palizas,
      confiscación de propiedades, deportaciones, latigazos, ... Incluso
      armaron y entrenaron a unidades judías como policía auxiliar.
      Además la Haganá, que contaba ya con 10.000 hombres en activo y
      más de 40.000 reservistas, incrementó sus acciones contra los
      insurgentes. Sin embargo, nada de esto amedrentaba a los árabes.
      Se intentó enemistar a los activistas con la población que los
      amparaba castigando indiscriminadamente a los habitantes de los
      lugares donde se producían actos violentos o de sabotaje, en los
      registros en busca de armas se provocaban destrozos, se robaban
      joyas y se arrancaban páginas del Corán, pero el efecto fue el
      opuesto: la población se solidarizó con los rebeldes. El 2 de junio los árabes trataron de
      descarrilar un tren, lo que obligó a vigilar las vías férreas. En
      los meses siguientes llegaron 20.000 nuevos soldados británicos a
      Palestina, para reforzar los 14.500 que ya estaban presentes.
    
Las elecciones generales francesas dieron la mayoría absoluta al
      Frente Popular, y el 4 de junio el
      socialista Léon Blum fue nombrado primer ministro. Los
      comunistas se negaron a participar en el gobierno.
    
En Etiopía seguía habiendo oposición a la ocupación italiana, y
      Mussolini fue tajante sobre que debía sofocarse a cualquier
      precio. En un telegrama fechado el 5 de junio
      el Duce decía: A su excelencia Graziani. Todos los
        rebeldes hechos prisioneros deben ser ejecutados. Mussolini.
      
    
En un suburbio de Cleveland se encontró otro cadáver decapitado.
      Esta vez se localizó la cabeza, pero la víctima no pudo ser
      identificada. Al parecer se trataba de un vagabundo. La autopsia
      indicó que había sido decapitado estando vivo. La prensa hablaba
      ya de El Asesino de los Torsos de Cliveland. Elliot Ness
      había sido pueto al frente de la investigación.
    
En una de sus "instrucciones reservadas" el general Mola proponía
      para después del golpe de Estado una dictadura militar
      republicana, es decir, sin restauración monárquica, a lo cual se
      oponían radicalmente los carlistas.
    
El 6 de junio I.T.A. Wallace-Johnson y
      Nnamdi Azikiwe fueron arrestados por el artículo que el primero
      había escrito y el segundo había publicado unos días antes.
      Aziwike fue condenado a seis meses de cárcel, si bien la sentencia
      fue anulada en apelación, mientras que Wallace-Johnson fue
      condenado a una multa de 50 libras. La propaganda del caso le
      benefició considerablemente. El año anterior había fundado la Liga
        de la Juventud de África Occidental, y durante su proceso el
      número de afiliados aumentó en más de 1.500 personas.
    
El general Mola había logrado implicar en el golpe de Estado a
      generales republicanos como Gonzalo Queipo de Llano,
      cuyo cargo en la Inspección General de Carabineros le permitía
      viajar por toda España sin despertar sospechas. A su vez, éste
      logró la incorporación a la conspiración del general Miguel
        Cabanellas, que el 7 de junio se
      entrevistó con Mola en Zaragoza y acordaron medidas para dominar a
      "la gran masa sindicalista" tras el golpe.
    
Desde la victoria electoral del Frente Popular en Francia se
      habían producido unas 12.000 huelgas. Ante el temor de una
      revolución comunista, los empresarios no se atrevieron a usar la
      fuerza y negociaron. Esa noche se firmaron en el Hotel
        Matignon de París los llamados Acuerdos de Matignon,
      entre la organización patronal Confederación general de la
        producción francesa, el sindicato Confederación general
        del trabajo, y el gobierno de Léon Blum. La patronal
      aceptaba entre otras cosas contratos colectivos de trabajo, el
      derecho a la afiliación sindical, el derecho de huelga, subidas
      salariales y las vacaciones pagadas. La prensa de derechas había
      desatado una dura campaña contra el Frente Popular y, aprovechando
      que Léon Blum era judío, la aderezó con una buena dosis de
      antisemitismo.
    
El 9 de junio Anastasio Somoza dio un
      golpe de Estado en Nicaragua. Obligó a dimitir al presidente
      Sacasa e instaló en el poder a un presidente títere: Carlos
        Alberto Brenes. 
    
Ese día se inauguró en Cleveland la Convención Nacional
      Republicana para elegir el candidato del partido a la presidencia
      de los Estados Unidos. En la primera votación resultó elegido por
      amplia mayoría el millonario Alfred Landon, gobernador de
      Kansas. Como candidato a vicepresidente se eligió a Frank Knox.
      
    
El 11 de junio se aprobó en España una
      nueva ley de reforma agraria que esencialmente ponía en vigor de
      nuevo la que estuvo vigente durante el primer bienio de la
      República y que había sido abolida tras el triunfo electoral de la
      derecha. Con esta ley se regularizaban las decenas de miles de
      asentamientos de campesinos que el gobierno había venido haciendo
      por decreto desde su constitución tras las últimas elecciones. Sin
      embargo, los propietarios trataban de sabotear la nueva ley y
      preferían paralizar las labores agrícolas antes que aceptar los
      salarios y los términos de los contratos que planteaban el
      gobierno y los sindicatos agrícolas.
    
Mussolini ascendió a mariscal a Rodolfo Graziani y lo nombró
      gobernador del África Oriental Italiana.
    
El 14 de junio murió el escritor
      británico G.K. Chesterton.
    
En represalia por la violencia árabe, el 16
        de junio destruyeron con gelignita más de 200 edificios
      en la ciudad de Jaffa, dejando a unos 6.000 árabes sin hogar. Ésa
      fue la actuación más radical que llevaron a cabo los británicos
      durante la revuelta, aunque era frecuente que impusieran castigos
      colectivos, en forma de multas, confiscación de ganado y
      destrucción de casas.
    
El Parlamento español abordó una vez más el problema del orden
      público y tanto José María Gil Robles como José Calvo Sotelo
      denunciaron que España se encontraba próxima a la anarquía.
      Exageraban un tanto, pero su objetivo era predisponer
      favorablemente a la opinión pública hacia el golpe de Estado que
      se estaba fraguando (aunque Gil Robles afirmaría más adelante que
      él no estaba al corriente). El más atrevido fue Calvo Sotelo, que
      en sus intervenciones ensalzó el fascismo, denunció el mal trato
      que el Ejército y la Guardia Civil estaban recibiendo por parte
      del gobierno e incluso llegó a afirmar que todo militar en su sano
      juicio estaría dispuesto a sublevarse para salvar a España de la
      anarquía. El presidente del Consejo de Ministros, Santiago Casares
      Quiroga, le contestó muy indignado, pero Calvo Sotelo supo
      aprovechar sus dotes oratorias para usar la réplica en su
      provecho. El lector puede examinar aquí los
        detalles del debate, que son interesantes. Al terminar la
      sesión, a los diputados del Frente Popular no les quedaba duda de
      la inminencia del golpe de Estado, y el miedo empezó a cundir
      entre algunos de ellos.
    
El 17 de junio la policía alemana fue
      reorganizada bajo el mando de Heinrich Himmler, que a su vez
      respondía directamente ante Hitler. Se dividió en dos grupos: la Ordnungspolizei
      (policía de orden), que era la policía ordinaria, y la Sicherheitspolizei
      (policía de seguridad), dividida a su vez en la Geheime
        Staatspolizei (la policía secreta del Estado, más conocida
      por el acrónimo Gestapo) y la Kriminalpolizei (la
      policía criminal, aunque las otras no eran menos criminales).
    
El 18 de junio murió el escritor
      soviético Máximo Gorki. Stalin fue uno de los que llevaron a
      hombros su ataúd en su funeral.
    
El 23 de junio el general Francisco
      Franco envió una carta a Santiago Casares Quiroga, Presidente del
      Consejo de Ministros y Ministro de la Guerra, cuyo contenido,
      deliberadamente ambiguo, puede interpretarse de muchas formas, así
      que conviene leerla para juzgarla. Hay
      quien la interpreta como un signo de lealtad de Franco hacia la
      república, y quienes ven un intento de cubrirse las espaldas en
      caso de que el golpe de Estado fracasara. Por esas fechas Franco
      no había confirmado a los golpistas que podían contar con él.
      Casares Quiroga no le respondió.
    
El 26 de junio se estrenó San
        Francisco, la que se convertiría en la película más
      taquillera del año, en la que se recreaba el gran terremoto que
      sufrió la ciudad treinta años atrás. La dirigieron W.S. Van Dyke y
      D.W. Griffith, y en el reparto figuraban Clark Gable, Jeanette
      MacDonald y Spencer Tracy. El papel de Tracy era pequeño, pero,
      junto con Furia, supuso su lanzamiento a la fama, a pesar
      de que llevaba años ofreciendo interpretaciones de gran calidad.
      Gable estrenó otras tres películas ese año: las comedias Su
        mujer y su secretaria (con Jean Harlow, Myrna Loy y James
      Stewart) y Caín y Mabel, así como Amor sobre la
        marcha, con Joan Crawford.
    
El 27 de junio Nicaragua se retiró de
      la Sociedad de Naciones.
    
El anarquista Alexander Berkman vivía con escasos recursos en
      Niza y estaba enfermo desde hacía unos meses. Finalmente el 28 de junio se suicidó. Intentó dispararse
      al corazón, pero la bala le atravesó el estómago y un pulmón para
      alojarse en la columna vertebral, por lo que se quedó paralítico
      durante unas horas hasta que entró en coma y murió.
    
Desde la cárcel, José Antonio Primo de Rivera había enviado una
      circular a todas las juntas territoriales falangistas en las que
      ordenaba que no se sumaran a proyectos en los que la Falange no
      fuera considerada "como un cuerpo total de doctrina, ni como una
      fuerza en camino de asumir por entero la dirección del Estado". No
      obstante, cinco días más tarde, el 29 de junio,
      envió otras dos en las que instaba a los falangistas a apoyar sin
      reparos el golpe de Estado y a ponerse bajo las órdenes de las
      autoridades militares.
    
La Sociedad de Naciones se estaba planteando levantar las
      sanciones económicas que había impuesto a Italia a consecuencia de
      la invasión de Etiopía. El 30 de junio
      Haile Selassie I fue recibido en Ginebra en la Asamblea de la
      Sociedad de Naciones. El presidente lo presentó como Su
        majestad imperial el emperador de Etiopía, y en ese punto
      unos periodistas italianos profirieron burlas e insultos contra
      él, pero el presidente de la asamblea, el rumano Nicolae
        Titulescu, se puso en pie y gritó: Muestren la salida a
        los salvajes. Además de denunciar las numerosas violaciones
      de los tratados internacionales que había cometido Italia,
      solicitó ayuda económica para expulsar a los italianos de su
      territorio y, como mínimo, que se mantuvieran las sanciones contra
      Italia. Su discurso es otro de
      los varios documentos de interés que ofrece este año, y recibió
      grandes aplausos en la Asamblea. Eso sí, con los aplausos se agotó
      todo su reconocimiento, pues para Gran Bretaña y Francia era
      prioritario no dar motivos a Mussolini para aliarse con Hitler.
      Desde Ginebra, el emperador se exilió en Gran Bretaña.
    
Ese día se publicó en los Estados Unidos una novela que pronto batió récords de ventas. Se titulaba Lo que el viento se llevó. Era la primera novela que publicaba la periodista Margaret Mitchell, y había tardado diez años en terminarla (ocupaba más de mil páginas). Antes de fin de año ya se había vendido más de un millón de ejemplares y apenas unos días después de su publicación la Metro-Goldwyn-Mayer ya había comprado los derechos para hacer una película por 50.000 dólares, una cantidad inusitada en la época.
El 1 de julio hubo una nueva sesión
      tumultuosa en el Parlamento español, en la que José Calvo Sotelo
      hizo una apología directa del fascismo por la que recibió una
      amenaza de muerte del socialista Ángel Galarza. He aquí algunos fragmentos de las actas del diario de
        sesiones. Ese día el general Mola envió la última de sus
      directrices secretas, en la que hacía constar el apoyo al golpe de
      los principales partidos políticos de derechas. La fecha del
      alzamiento estaba fijada en la madrugada del 19 de julio. Franco
      debía de haber llegado a algún compromiso, pues ese día se
      presentó ante Mola un plan por el que se alquilaría un avión que
      trasladaría a Franco desde las Canarias hasta Marruecos. El único
      cabo suelto era el de los carlistas. En su directriz Mola
      calificaba sus peticiones de inadmisibles. Los carlistas
      pretendían que el alzamiento se produjera bajo la bandera bicolor
      monárquica, mientras que Mola pensaba usar la bandera tricolor
      republicana, pero las discrepancias relevantes tenían que ver con
      las exigencias de los carlistas sobre el régimen que se
      implantaría tras el golpe. El núcleo del plan de Mola consistía en
      atacar Madrid con las guarniciones de Valencia, Zaragoza, Burgos y
      Valladolid.
    
El 4 de julio la Sociedad de Naciones
      aprobó levantar las sanciones económicas a Italia decretadas a
      raíz de la invasión de Etiopía.
    
Las tropas italianas seguían combatiendo la resistencia que
      encontraban en Etiopía. El 8 de julio
      Mussolini envió el telegrama siguiente al general Graziani:
    
A Su Excelencia Graziani. He autorizado una vez más a Su Excelencia a iniciar y dirigir sistemáticamente políticas de terror y de exterminio de los rebeldes y de la población cómplice. Sin la lex talionis no se puede curar la infección a tiempo. Espero confirmación. Mussolini.
El 9 de julio se produjo la ruptura
      definitiva entre el general Mola y Manuel Fal Conde, que
      era el líder de los carlistas en España (el pretendiente, Alfonso
      Carlos I, que tenía ya 87 años, estaba exiliado en Viena).
    
El 10 de julio Honduras se retiró de
      la Sociedad de Naciones.
    
El 11 de julio Austria y Alemania
      firmaron un tratado de amistad que fue conocido como el "Pacto
      entre caballeros". Fue propiciado por Mussolini, que había
      señalado al canciller austriaco, Kurt Schuschnigg, que la guerra
      contra Etiopía impedía a Italia proteger a Austria frente a una
      agresión alemana, con lo que sugería mejorar las relaciones entre
      ambos países. Por el tratado, Alemania reconocía la independencia
      austriaca, renunciando a incorporarla al Tercer Reich, y
      cada país se comprometía a no interferir en la política interna
      del otro. Una parte del acuerdo no se hizo pública, y establecía
      entre otras cosas que Austria otorgaría la amnistía a los presos
      nazis. En efecto, unos 17.000 presos fueron liberados y unos
      12.000 juicios que estaban en proceso fueron anulados.
    
Tomás Domínguez Arévalo, el conde de Rodezno, el jefe de
      los carlistas en Navarra, se había puesto en contacto con el
      general Mola para sugerirle que, ante la falta de acuerdo con la
      dirección nacional del carlismo, se pusiera en contacto
      directamente con los "requetés" navarros (los boinas rojas, los
      paramilitares carlistas). El 12 de julio
      éstos comunicaron a Mola que estaban dispuestos a sublevarse. Sin
      embargo, ese mismo día Franco envió un mensaje cifrado a Mola en
      el que le comunicó que no participaría en el golpe alegando
      "geografía poco extensa", es decir, que no había suficientes
      apoyos. Mola se puso furioso.
    
Ese día se inauguró el campo de concentración de Sachsenhausen,
      cerca de Berlín, con sus 50 primeros prisioneros, principalmente
      presos políticos.
    
Trece oficiales que habían participado en el intento de golpe de
      Estado en Japón fueron fusilados tras haber sido juzgados en
      secreto bajo el amparo de la ley marcial que todavía estaba en
      vigor.
    
El teniente José del Castillo se había convertido en blanco de
      las milicias de extrema derecha. Sus superiores le habían ofrecido
      trasladarlo fuera de Madrid, pero se había negado. Ya había
      sufrido dos intentos de asesinato y las milicias de las Juventudes
      Socialistas lo escoltaban sin que él lo supiera. Ese día una
      militante socialista le comunicó unos rumores según los cuales
      iban a intentar asesinarlo esa noche. Él no hizo caso, hizo vida
      normal y, a las 10 de la noche, cuando se dirigía al cuartel,
      cuatro pistoleros (falangistas según unas fuentes, carlistas según
      otras) dispararon sobre él. En la capilla ardiente, instalada en
      su cuartel, se reunieron varios amigos del difunto, policías,
      miembros de las juventudes socialistas y el oficial de la Guardia
      Civil Fernando Condés. Un grupo de policías se quejaron
      del asesinato al ministro de la Gobiernación, Juan Moles,
      y le pidieron permiso para arrestar a unos cuantos falangistas.
      Moles aceptó, pero exigió que sólo se detuviera a personas
      fichadas y que serían entregadas a "la autoridad competente". Así,
      ya en la madrugada del 13 de julio, del
      cuartel de la Guardia de Asalto salieron varias camionetas con
      listas de falangistas que debían ser detenidos. En una de ellas
      iba Condés con varios miembros de las milicias socialistas, que se
      dirigieron al domicilio de un falangista, pero la dirección
      resultó ser falsa. Entonces uno propuso arrestar a Antonio
      Goicoechea, el líder de Rrenovación Española, pero no estaba en su
      domicilio. Otro propuso entonces ir por José María Gil Robles,
      pero al llegar a su domicilio les dijeron que estaba veraneando en
      Biarritz. Luego alguien recordó que en la calle por la que estaban
      pasando vivía José Calvo Sotelo, y decidieron ir por él.
    
A las 3 de la madrugada, Condés y algunos de sus compañeros
      entraron en su casa y le pidieron que les acompañase a la sede de
      la Dirección General de Seguridad. Calvo Sotelo, sorprendido,
      dijo: ¿Detenido?, ¿pero por qué?, ¿y mi inmunidad
        parlamentaria?, ¿y la inviolabilidad del domicilio? ¡Soy
        diputado y me protege la constitución! Condés se identificó
      como oficial de la Guardia Civil, lo cual tranquilizó a Calvo
      Sotelo, que finalmente accedió a acompañarlo. Se despidió de su
      familia y prometió telefonear en cuanto llegara, "a no ser que
        estos señores se me lleven para darme cuatro tiros". Durante
      el trayecto, el miliciano socialista Luis Cuenca le
      disparó dos tiros inesperadamente. Sin saber qué hacer, dejaron su
      cuerpo en el depósito de cadáveres. A las ocho y media de la
      mañana Fernando Condés se presentó en la sede del PSOE y pidió
      hablar con algún dirigente del partido. El primero que encontró
      fue el diputado Juan Simeón Vidarte, al que le explicó lo
      que había pasado. Condés, aterrorizado, preguntó si debía
      entregarse, pero Condés le aconsejó que se escondiera. Luego llegó
      Indalecio Prieto. Condés afirmó que estaba pensando en suicidarse,
      pero Prieto le respondió: Suicidarse sería una estupidez. Van
        a sobrarle ocasiones de sacrificar su vida heroicamente en la
        lucha que, de modo ineludible, comenzará pronto, dentro de días
        o dentro de horas. Prieto visitó al presidente del Consejo
      de Ministros, Santiago Casares Quiroga, y le pidió que
      distribuyera armas entre los trabajadores, ante la amenaza de un
      pronunciamiento. Casares se negó.
    
El 14 de julio Condés, Cuenca y otros
      que iban en la camioneta cuando fue asesinado Calvo Sotelo fueron
      detenidos por la policía e interrogados. Al entierro acudieron el
      vicepresidente y el secretario de las Cortes, que fueron
      abucheados, e incluso atacados, por los asistentes. Luego algunos
      de los asistentes marcharon en manifestación hacia el centro de
      Madrid, y se produjeron disturbios entre falangistas y la policía.
      Hubo disparos que dejaron cinco muertos y más de treinta heridos.
      Se sabía que Calvo Sotelo había muerto bajo custodia policial, y
      la derecha se encargó de difundir el rumor de que el asesinato
      había sido ordenado por el gobierno. En palabras de un primo y
      ayudante de Francisco Franco: "Con gran indignación, mi primo
        afirmó que ya no se podía esperar más y que perdía por completo
        la esperanza de que el gobierno cambiase de conducta al realizar
        este crimen de Estado, asesinando alevosamente a un diputado de
        la nación valiéndose de la fuerza de orden público a su
        servicio". Ese mismo día Emilio Mola recibía otro mensaje de
      Franco en el que le comunicaba que se reincorporaba a la
      conspiración.
    
Manuel Azaña, a propuesta del presidente de las Cortes y con el
      consentimiento del gobierno, había promulgado un decreto por el
      que se suspendían las sesiones parlamentarias durante ocho días,
      pero como iba a terminar el plazo de vigencia del estado de
      alarma, la Diputación Permanente de las Cortes fue convocada para
      el 15 de julio para aprobar su
      renovación. La policía estaba desplegada por toda la capital
      española. Un representante de Renovación Española, el partido de
      Calvo Sotelo, presentó una nota en la que anunciaba que se
      retiraba del Parlamento. José María Gil Robles pronunció un
      discurso en el que reveló que unos días antes Calvo Sotelo le
      había comunicado que le había sido cambiada la escolta, y que la
      nueva había recibido órdenes de que en caso de atentado contra él
      no interviniera. Otro diputado corroboró el hecho. Además, recordó
      las amenazas de muerte que Calvo Sotelo había recibido en el
      parlamento por parte de la comunista Dolores Ibárruri y del
      socialista Ángel Galarza. Acusó al gobierno de tener
      responsabilidad en el asesinato (no a los ministros republicanos,
      pero sí a posibles subordinados, socialistas o comunistas). Tal
      vez consciente de que el muerto bien podría haber sido él, su
      discurso fue subiendo de tono hasta terminar así:
    
Después de esto, pocas palabras voy a tener que pronunciar en el día de hoy; quizá muy pocas palabras más hayamos de pronunciar en el Parlamento. Todos los días, por parte de los grupos de la mayoría, por parte de los periódicos inspirados por vosotros, hay la excitación, la amenaza, la conminación a que hay que aplastar al adversario, a que hay que realizar con él una política de exterminio. A diario la estáis practicando: muertos, heridos, atropellos, coacciones, multas, violencias... Este periodo vuestro será el periodo máximo de vergüenza de un régimen, de un sistema y de una Nación. Nosotros estamos pensando muy seriamente que no podemos volver a las Cortes a discutir una enmienda, un voto particular, un proyecto más o menos avanzado que presentéis, porque eso en cierto modo es decir a la opinión pública que aquí todo es normal, que aquí la oposición cumple su papel, que éste es el juego corriente de los sistemas políticos. No; el Parlamento está ya a cien leguas de la opinión nacional; hay un abismo entre la farsa que representa el Parlamento y la honda y gravísima tragedia nacional.
Nosotros no estamos dispuestos a que continúe esa farsa. Vosotros podéis continuar; sé que vais a hacer una política de persecución, de exterminio y de violencia de todo lo que signifique derechas. Os engañáis profundamente: cuanto mayor sea la violencia, mayor será la reacción; por cada uno de los muertos, surgirá otro combatiente. Tened la seguridad —esto ha sido la ley constante de todas las colectividades humanas— de que vosotros, que estáis fraguando la violencia, seréis las primeras víctimas de ella. Muy vulgar por muy conocida, pero no menos exacta, es la frase de que las revoluciones son como Saturno, que devoran a sus propios hijos. Ahora estáis muy tranquilos porque veis que cae el adversario. ¡Ya llegará un día en que la misma violencia que habéis desatado se volverá contra vosotros! (Un Sr. Diputado: Ya llegó en octubre.) De lo de octubre hablaremos, que estoy deseando hablar. Lo único que hacéis vosotros con lo de octubre es estar todos los días paliando ante las masas el fracaso de vuestra política: cuando al obrero no le dais pan, lo que hacéis es darle unos cuantos latiguillos sobre octubre. ¡Dadle un poco más de pan y un poco menos de literatura! (Otro Sr. Diputado: ¿Por qué no se lo ha dado el Sr. Gil Robles con dos años que ha estado en el Poder?) Atendimos a los obreros mucho más que vosotros. El paro ha aumentado extraordinariamente en vuestras manos. Y dentro de poco vosotros seréis en España el Gobierno del Frente Popular del hambre y de la miseria, como ahora lo sois de la vergüenza, del fango y de la sangre. Nada más.
El 16 de julio un irlandés llamado Jerome
        Brannigan sacó un revólver cargado cuando el rey Eduardo
      VIII de Gran Bretaña cabalgaba cerca del palacio de Buckingham. La
      policía vio el arma, se abalanzó sobre él y lo detuvo antes de que
      pudiera disparar. 
    
Mihai Stelescu, el líder de la Cruzada del Rumanismo, se
      recuperaba en un hospital de una apendicectomía cuando un
      escuadrón de la Guardia de Hierro, formado por diez estudiantes de
      teología, entró en el centro y lo acribillaron con unos 200
      disparos. Luego los asesinos salieron del hospital sin que nadie
      les opusiera resistencia y se entregaron a la policía. Aseguraron
      que su líder, Corneliu Zelea Codreanu, no estaba informado de sus
      planes, pero no resultó muy creíble. En cualquier caso éste los
      condecoró durante su encarcelamiento.
    
Ese día el general Domingo Batet se entrevistó con su amigo y
      subordinado Emilio Mola en el monasterio de Irache, en Navarra, y
      le preguntó abiertamente si estaba implicado en la sublevación
      militar de que todo el mundo hablaba. Mola le dio su palabra de
      honor de que no tenía nada que ver. Batet le creyó e informó al
      Gobierno de la lealtad de Mola.
    
En Venezuela se aprobó una nueva constitución que derribaba el aparato legal construido durante la dictadura de Juan Vicente Gómez.
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