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                  CRISIS DE LOS SUDETES | SIGUIENTE | 
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Los republicanos no pudieron superar la defensa nacional en Gandesa, eficientemente organizada por Yagüe, y el 2 de agosto de 1938 empezaron a cavar trincheras para asegurar el territorio que habían ganado al sur del Ebro. La infantería republicana estaba indignada porque la aviación no había acudido a bombardear las posiciones nacionales. Las autoridades republicanas ordenaron el fusilamiento de los oficiales que permitieran retiradas sin órdenes expresas de sus superiores, y en varias ocasiones fueron fusilados oficiales y soldados por este motivo.
Mientras tanto, el gobierno de Negrín envió una carta al Vaticano
      en la que expresaba "el deseo sincero y ardiente" del
      gobierno de la República de "normalizar el restablecimiento
        del culto público, el regreso de los sacerdotes a sus parroquias
        y aun el regreso del eminentísimo Metropolitano [el cardenal
      Vidal y Barraquer], a quien se le darían todas las garantías
        convenientes y se le tendrían todas las consideraciones y
        honores correspondientes a su altísima dignidad". También
      manifestaba el deseo del gobierno de restablecer las relaciones
      diplomáticas con la Santa Sede. La respuesta del Vaticano a tanto
      cinismo fue evasiva.
    
El poeta soviético Osip Mandelstam fue condenado a cinco años de
      trabajos forzados en un gulag, acusado de las típicas
      actividades contrarrevolucionarias. El poeta Boris Pasternak
      estuvo a punto de seguir un destino similar, pero el propio Stalin
      lo tachó de la lista diciendo: Ése vive en las nubes, no lo
        toquéis. 
    
Gran Bretaña había sugerido a Edvard Beneš, el presidente
      checoslovaco, que pidiera un mediador, y el 3
        de agosto llegó a Praga Lord Walter Runciman, con
      instrucciones de persuadir a Beneš para que admitiera un plan que
      fuera aceptable para los alemanes de los Sudetes. Mientras tanto
      Hitler había situado 750.000 soldados a lo largo de la frontera
      con Checoslovaquia, teóricamente como parte de unas maniobras.
    
Los japoneses ocuparon las regiones de Taihu, Susong
      y Huangmei. 
    
Temiendo ser encasillado en sus papeles de espadachín, tras el
      éxito de Robin Hood, Errol Flynn había convencido a los
      directivos de la Warner Bros. para que le asignaran un
      papel cómico, y así el 4 de agosto se
      estrenó El hombre propone, coprotagonizada también
      por Olivia de Havilland. Sin embargo, no tuvo mucho éxito y la
      productora se convenció de que a Flynn había que asignarle papeles
      de acción. Unos meses más tarde Olivia de Haviland protagonizaría
      otra comedia romántica, Difícil de obtener, que tampoco le
      dio posibilidades de lucirse como actriz.
    
El 5 de agosto se estrenó Alexander's Ragtime Band, que resultó ser la película más taquillera del año. Estaba dirigida por Henry King y protagonizada por Tyrone Power. La película recorre la historia del jazz desde principios de siglo.
El 6 de agosto los nacionales lanzaron
      una contraofensiva sobre el sector occidental del terreno que los
      republicanos habían ganado al sur del Ebro. Éstos no tardaron en
      replegarse sobre la cabeza de puente, pero los puentes no pudieron
      resistir la avalancha de hombres y se desarmaron. Los soldados que
      no pudieron cruzar a la otra orilla fueron hechos prisioneros. El
      sector central, en cambio, se mantuvo en sus posiciones.
    
El campo de concentración de Dachau estaba ya completamente
      terminado y el 7 de agosto un grupo de
      prisioneros fue llevado desde allí al pueblo austriaco de Mauthausen
      para levantar un nuevo campo de trabajo, que a finales de año
      contaba ya con un millar de prisioneros. Aunque estuvo en todo
      momento controlado por el Estado alemán, fue fundado por una
      empresa privada para la explotación de las minas de granito de la
      zona.
    
El presidente colombiano, Alfonso López Plumarejo había
      emprendido una serie de reformas en constante oposición con los
      sectores más conservadores del país, respaldados por la Iglesia
      Católica. En particular, había decretado la primera reforma
      agraria del país y había emprendido una reforma universitaria que
      después extendió a todos los niveles de la enseñanza. Las
      elecciones presidenciales dieron la victoria a Eduardo Santos,
      también del Partido Liberal, pero del sector moderado
    
El 10 de agosto, tras un nuevo
      desembarco, los japoneses pusieron bajo asedio la ciudad de Ruichang.
      
    
El general Alberto Enríquez, después de haber reorganizado la
      política ecuatoriano, renunció a su cargo de Jefe Supremo y la
      Asamblea Nacional Constituyente nombró presidente provisional a Manuel
        María Borrero. 
    
El 11 de agosto el ejército nacional
      inició una nueva ofensiva en el frente del Ebro que fue haciendo
      retroceder muy lentamente las posiciones republicanas.
    
Ese día dimitieron dos ministros del gabinete de Juan Negrín:
      Manuel de Irujo, del Partido Nacionalista Vasco y Jaime
        Ayguadé, de Esquerra Republicana de Catalunya, que se
      oponían a la creación de la Dirección General de Industrias,
      a través de la cual las industrias catalanas escapaban del control
      de la Generalidad de Cataluña para depender del Ministerio de
      Defensa. Negrín sustituyó al vasco por otro vasco y al catalán por
      otro catalán, pero eligió dos firmes partidarios de su política de
      resistir a toda costa. De este modo la posición de Negrín quedó
      reforzada. De hecho, el presidente Azaña había tratado de
      aprovechar la crisis de gobierno para destituir a Negrín y
      sustituirlo por el también socialista Julián Besteiro,
      pero éste logró que diversas unidades del frente del Ebro le
      enviaran telegramas de apoyo, y con ello frustró el intento.
    
Al respecto de los esfuerzos británicos por llegar a una solución
      negociada a la crisis de los Sudetes (que suponía en la práctica
      ceder a todas las pretensiones alemanas), Winston Churchill
      escribió una carta al ex primer ministro David Lloyd George en la
      que le decía: A Inglaterra se le ha permitido elegir entre
        guerra y vergüenza. Ha elegido vergüenza, y tendrá la guerra.
      
    
El 14 de agosto los republicanos
      tuvieron que replegarse sobre Corbera, pero después de
      haber ofrecido una tenaz resistencia que dejó un gran número de
      bajas en ambos bandos. La batalla del Ebro se estaba convirtiendo
      en una guerra de desgaste en la que los nacionales pagaban un
      precio muy alto por cada pequeño avance.
    
A principios de año la Paramount había estrenado la
      última entrega de una serie de películas titulada "The big
        broadcast" (la gran emisión) en las que muchos actores
      interpretaban diversos números musicales. Uno de los números, la
      canción Thanks for the memory, interpretada por Bob
        Hope y Shirley Ross se hizo especialmente popular.
      Hasta entonces, Bob Hope (cuyo nombre real era Leslie Towns
        Hope) había interpretado sólo papeles secundarios, pero este
      éxito llevó a la Paramount a ofrecerle el papel
      protagonista junto a Martha Raye en la comedia Dame un
        marinero, que fue estrenada ese día. Poco después se
      estrenaría otra película que fue titulada precisamente Thanks
        for the memory, junto a Shirley Ross, para explotar más
      abiertamente el éxito de la canción. La melodía se convertiría
      desde entonces en una especie de "firma" de Bob Hope, que
      aparecería con variaciones en muchas de sus películas posteriores.
    
Mientras en Bolivia el tratado sobre el Chaco había sido aprobado
      por el congreso, en Paraguay fue sometido a referéndum el 15 de agosto, y fue ratificado por el 91% de
      los votos.
    
El dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo convocó unas
      elecciones para elegir como nuevo presidente títere al que hasta
      entonces había sido su vicepresidente, Jacinto Peynado,
      que recibió el 100% de los votos. Trujillo estaba amasando una
      gran fortuna por el método de comprar fincas y empresas a precios
      muy bajos gracias a que nadie podía negarse a vendérselas, y así
      logró incluso el monopolio en algunos sectores, como la producción
      de carne y leche. Por entonces sus ingresos superaban los 1.5
      millones de dólares anuales.
    
El 16 de agosto fueron encontrados en
      un vertedero de Cleveland dos cuerpos decapitados, uno masculino y
      otro femenino. El femenino debía de llevar muerto entre cuatro y
      seis meses, mientras que el masculino tenía un par de meses más.
      Fueron las últimas víctimas reconocidas del asesino de los
        torsos de Cleveland. En total se le atribuyen doce víctimas,
      aunque hay algunas otras posibles. Elliot Ness nunca consiguió
      encontrar al asesino. Hubo unos 60 detenidos, pero todos tuvieron
      que ser puestos en libertad por falta de pruebas.
    
El 19 de agosto Yagüe lanzó una nueva
      ofensiva en el frente del Ebro. Una vez más, los nacionales
      lograron avanzar unos pocos kilómetros al precio de un gran número
      de bajas.
    
Laurel y Hardy estrenaron dos largometrajes ese año: Besos y
        quesos y Cabezas de chorlito. 
    
El 20 de agosto una división japonesa
      trató de socorrer a otra que había sido rodeada por los chinos en
      Lushan, y al no lograr rebasar el cerco lanzaron gases
      venenosos, pese a lo cual los chinos lograron repeler el ataque.
    
Sheng Shikai, el gobernador de la provincia teóricamente china de
      Xinjiang, viajó en secreto a Moscú y se afilió al Partido
      Comunista de Toda la Unión.
    
El 21 de agosto representantes de la "Pequeña Entente", formada por Checoslovaquia, Rumanía y Yugoslavia, se reunieron en Bled (en Yugoslavia) junto con representantes de Hungría, y acordaron rescindir las restricciones sobre rearme impuestas a Hungría por el Tratado de Trianon, al término de la Primera Guerra Mundial, así como el compromiso de las cuatro naciones de renunciar a la violencia en sus relaciones mutuas. Aunque la prensa francesa alabó el acuerdo, en realidad éste era más débil de lo que parecía. Algunas diferencias entre los países firmantes se habían recogido en acuerdos bilaterales a los que algunas partes habían dado su visto bueno, pero no los habían firmado, y en esos acuerdos se veía que Checoslovaquia quedaba aislada. En particular, Hungría y Checoslovaquia mantenían una disputa sobre la minoría húngara que vivía en territorio checoslovaco.
En los últimos meses dos destacados oficiales soviéticos habían
      desertado, Nikolái Yezhov, temiendo que se le responsabilizara de
      no haber estado al corriente, tardó en informar a Stalin, lo que
      debilitó aún más su posición. El 22 de agosto
      Stalin le impuso como lugarteniente a Lavrenti Beria, su
      nuevo hombre de confianza.
    
El 23 de agosto el primer ministro
      húngaro, Béla Imrédy, se entrevistó con Hitler, que estaba furioso
      por el Acuerdo de Bled, y concertaron una reunión en Berlín.
    
El 24 de agosto los japoneses tomaron
      Ruichang.
    
El 25 de agosto, el ministro de
      asuntos exteriores alemán preguntó a su homólogo húngaro, Kálman
        Kánya, por las intenciones de su país en caso de una guerra
      entre Alemania y Checoslovaquia. Kánya dejó claro que Hungría no
      se consideraba obligada a defender a Checoslovaquia en virtud del
      acuerdo de Bled, que simplemente le había servido para facilitar
      un proceso de rearme que ya había emprendido clandestinamente. Por
      el contrario, aseguró a Alemania que el ejército húngaro estaría
      en condiciones de entrar en combate en poco más de un mes (cosa
      que no era cierta y no se la creía ninguna de las dos partes),
      pero lo que importaba a Alemania era la actitud favorable de
      Hungría, que estaba interesada en beneficiarse de un eventual
      desmembramiento de Checoslovaquia para recuperar parte de los
      territorios que había perdido al terminar la Primera Guerra
      Mundial. Pero, como el propio Hitler dijo a Kánya, "quien
        quiere sentarse a la mesa debe al menos ayudar en la cocina".
      Poco después el primer ministro Imrédy dio un giro radical a su
      política probritánica para declararse germanófilo convencido.
    
El destructor republicano José Luis Díez había zarpado de
      Francia para regresar a la base naval de Cartagena. Su comandante,
      Juan Antonio Castro, había rechazado un soborno del
      gobierno franquista para que llevara el barco a algún puerto de la
      zona nacional fingiendo una avería o que lo hundiese. El momento
      más delicado de la travesía era el paso del estrecho de Gibraltar.
      Se llevó a cabo a toda máquina la noche del 26
        de agosto, tras haber disfrazado el barco para que se
      confundiera con otro británico. Sin embargo, la flota nacional lo
      estaba esperando y abrió fuego sobre él, hasta que tuvo que
      refugiarse en Gibraltar. Al otro lado del estrecho le estaba
      esperando una flotilla de barcos republicanos para escoltarlo
      hasta Cartagena, pero no intervino en el combate.
    
El Irgún hizo estallar una tonelada de dinamita en un mercado de
      Jaffa, lo que dejó un total de 24 muertos. Los atentados contra
      judíos habían aumentado con las actividades del Irgún. En los dos
      últimos meses estaba habiendo una media de 50 judíos muertos al
      mes, tasa que se mantendría en los dos meses siguientes. Por el
      contrario, en los nueve meses anteriores la media había sido de 7
      judíos muertos al mes. Las autoridades británicas apenas
      molestaban a los judíos, mientras que no dejaban de tomar
      represalias contra los árabes. En Nablus casi 5.000 hombres fueron
      arrestados e interrogados uno tras otro. Mientras estaban
      detenidos se registró la ciudad. Cada vez que un detenido era
      liberado se lo marcaba con un sello en la piel. Para evitar
      atentados, los soldados británicos solían colocar rehenes árabes a
      los capós de sus camiones o en pequeñas plataformas en la parte
      delantera de sus trenes, advirtiéndoles que les dispararían si
      trataban de escapar. Los soldados no tenían muchos miramientos con
      estos rehenes. No era raro que al terminar un viaje un camión
      frenara bruscamente para provocar la caída del rehén que viajaba
      sobre él, y si tenía mala suerte, podía acabar atropellado por el
      camión que venía detrás. Pero la represión británica no estaba
      dando frutos y la situación parecía cada vez más fuera de control.
      El mes anterior habían llegado refuerzos desde Egipto y se
      esperaban más procedentes de Gran Bretaña. Por otra parte los
      británicos contaban con el apoyo de "bandas de paz", que eran
      grupos de árabes que colaboraban con británicos y judíos contra
      los rebeldes. Las más numerosas estaban dirigidas por Raghib
        al-Nashashibi, miembro de una de las familias árabes más
      influyentes en Palestina, y que había sido alcalde de Jerusalén
      hasta hacía cuatro años.
    
El 28 de agosto los chinos recuperaron
      Taihu, pero al mismo tiempo los japoneses capturaban Liuan.
      
    
El 29 de agosto Béla Kun fue ejecutado
      en un Gulag. 
    
James Stewart estrenó cuatro películas ese año: Ingratitud, Ardid femenino (junto a Ginger Rogers), El ángel fracasado y Vive como quieras. La última, dirigida por Frank Capra, fue la quinta más taquillera del año. Ginger Rogers protagonizó otras dos películas: Lo mejor de la vida, junto a Douglas Fairbanks Jr., y Amanda, junto a Fred Astaire, estrenada el 2 de septiembre, y que fue la primera película Astair-Rogers que ocasionó pérdidas a la productora.
El 2 de septiembre el presidente
      checoslovaco, Edvard Beneš, presentó una propuesta que aceptaba
      casi todas las exigencias del programa de Carlsbad. 
    
El 3 de septiembre Yagüe, tras haber
      reorganizado sus fuerzas, lanzó una nueva ofensiva en el frente
      del Ebro, y nuevamente dio lugar a un avance reducido al precio de
      muchas vidas. No obstante, la posición de Gandesa era ahora más
      sólida y los republicanos perdieron Corbera. Franco usaba la
      aviación alemana e italiana para bombardear continuamente los
      pontones sobre el Ebro, pero la estrategia era muy mala: las
      bombas sólo producían daños locales que los ingenieros
      republicanos se apresuraban a reparar, a menudo antes incluso de
      que terminara el bombardeo. A Mussolini le enfurecían los informes
      que le llegaban sobre las decisiones de Franco. Tras haber
      recuperado en un mes unos 200 km2 perdidos en un día,
      el frente del Ebro se estabilizó.
    
Ese día, en la casa del sindicalista Alfred Rosmer, en
      las afueras de París, se fundó la Cuarta Internacional,
      que Trotski había estado promoviendo durante los últimos años, en
      presencia de delegados de la mayoría de los países de Europa y de
      Norteamérica. Representantes asiáticos y sudamericanos hubo menos,
      por los costes del viaje. La principal resolución que se aprobó
      fue el Programa Transicional. Según Trotski, los partidos
      socialdemócratas se habían limitado a exigir el "programa mínimo"
      del comunismo que el capitalismo podía conceder sin que le
      supusiera ningún serio inconveniente, reservándose las
      reivindicaciones más profundas "para los discursos dominicales".
      Por el contrario, el programa transicional debía contener
      reivindicaciones en teoría viables para el capitalismo, pero que
      éste no estará dispuesto a conceder, como el aumento gradual y
      automático de los salarios en proporción a la inflación, la
      creación de sistemas públicos de sanidad, educación, etc., la
      reducción de las jornadas laborales como medio de combatir el
      desempleo, etc. La estrategia era lograr que los trabajadores
      vieran que el capitalismo no iba a estar dispuesto a procurar el
      bienestar del proletariado, con lo que posibilitaría el ascenso al
      poder del proletariado (en principio por vías democráticas) y la
      puesta en práctica del programa completo de la Cuarta
      Internacional. 
    
Georg von Trapp había destacado en la Primera Guerra Mundial como
      capitán del submarino austriaco U-14, con el que había hundido
      once barcos aliados en un año. Al terminar la guerra, Austria se
      quedó sin costa y sin flota, así que von Trapp se había quedado
      sin empleo, aunque no lo necesitaba, pues estaba casado con una
      rica heredera, Agatha Whitehead. Ésta había fallecido
      hacía ya 16 años, dejándolo viudo y con siete hijos (dos niños y
      cinco niñas). Unos años más tarde, la segunda de sus hijas cayó
      enferma y no podía ir al colegio, así que von Trapp contrató a una
      novicia de un monasterio cercano para que fuera su tutora. Se
      llamaba Maria Augusta Kutschera, y pronto empezó a
      encargarse del cuidado de todos sus hijos. Un año más tarde se
      casaron (cuando él tenía 47 años y ella 22) y tuvieron dos hijas
      más. La menor, Eleonore, tenía ahora siete años, pero
      Maria estaba de nuevo embarazada. Hacía tres años, von Trapp
      cometió el error de retirar gran parte de su fortuna del banco
      británico donde la tenía depositada para ingresarla en un banco
      austiaco, con la intención de ayudar a una amiga banquera. El
      banco quebró y la familia quedó en la ruina, así que Maria von
      Trapp formó un coro con sus hijos y empezó a ganar algo de dinero
      participando en diversos festivales y en programas de radio.
      Pronto adquirieron cierta notoriedad en Austria, e incluso ese
      verano se habían entrevistado con Hitler en un restaurante de
      Munich. Quizá eso influyó en que von Trapp recibiera una oferta
      para incorporarse a la marina alemana, una oferta de las que no
      podían rechazarse, pero von Trapp la rechazó, eso sí, con la
      prudencia de marcharse inmediatamente a Italia con su familia,
      para desde allí exiliarse en los Estados Unidos. Ese mismo año
      hicieron su primera gira por el país y por Canadá, con el nombre
      de El coro de la familia Trapp. 
    
En Chile existía desde hacía seis años un partido nacionalsocialista, que se había aliado con otros partidos afines en la Alianza Popular Libertadora, bajo el liderazgo del general Carlos Ibáñez del Campo. Para que no faltara de nada, el Partido Comunista de Chile también había formado un Frente Popular con opciones de victoria en las elecciones que iban a celebrarse dentro de apenas dos meses, bajo el liderazgo de Pedro Aguirre Cerda. Frente a ambos candidatos estaba el respaldado por el presidente Alessandri, Gustavo Ross Santa María. El 4 de septiembre unos 10.000 nazis se congregaron en las calles de Santiago de Chile en una Marcha de la Victoria. Al partido no le podía faltar su organización paramilitar, conocida como las Tropas Nacistas de Asalto.
El 5 de septiembre treinta y dos
      "nacistas", bajo el mando del teniente de las TNA Gerardo
        Gallmeyer Klotze, tomaron la Caja del Seguro Obrero. El
      portero trató de impedirlo y llamó la atención de un cabo de
      carabineros que pasaba por la calle, el cual, pensando que se
      trataba de un atraco, sacó su pistola, pero los nacistas
      dispararon sobre él y murió a los pocos minutos. Los asaltantes
      montaron barricadas en las escaleras del séptimo piso y apresaron
      a los funcionarios del duodécimo. Otro grupo de nacistas invadió
      una emisora de radio y se apoderó de un micrófono para lanzar el
      mensaje: ¡Ha comenzado la revolución!, mientras que otros
      ocupaban el edificio central de la Universidad de Chile y tomaban
      varios rehenes, entre ellos el rector, Juvenal Hernández Jaque.
      
    
El presidente Alessandri ordenó sofocar la revuelta y así, en una
      ocasión en la que Gallmeyer se asomó por una ventana del edificio
      de la Caja del Seguro Obrero, recibió un tiro en la cabeza. Hacia
      la una de la tarde se produjo un tiroteo en la universidad. El
      ejército llevó artillería con la que se disparó a las puertas del
      edifici. Murieron cuatro de los asaltantes y otros tres quedaron
      heridos, hasta que los soldados los remataron después de que se
      hubieran rendido. Poco después se rindieron y se les hizo pasar
      ante el edificio de la Caja del Seguro Obrero. Cuando llegó el
      ejército, los atrincherados creyeron que iban a apoyarlos, hasta
      que vieron que los soldados se unían a la policía e iniciaban el
      asalto al edificio. Los nacistas sacados de la universidad fueron
      introducidos en los pisos inferiores, y cuando se rindieron los
      que aún resistían en los pisos superiores, todos ellos fueron
      reunidos y fusilados, junto con un funcionario que trabajaba en el
      edificio, y que fue confundido con uno de los asaltantes. De los
      63 nacistas que habían protagonizado el incidente, sólo
      sobrevivieron cuatro. Carlos Ibáñez del Campo se entregó a las
      autoridades, donde fue detenido. Renunció a su candidatura a las
      elecciones presidenciales y apoyó a Aguirre Cerda, para luego
      partir al exilio.
    
Ese día se inauguró el décimo congreso del Partido Nacional
      Socialista Alemán, con el título de "Congreso de la Gran
        Alemania", pues la propaganda se centró en la anexión de
      Austria y en la posibilidad de anexión de los Sudetes.
    
Mussolini publicó un decreto con "medidas para a defensa de
        la raza en la escuela fascista", que prohibía a los judíos
      ejercer la enseñanza. Esto llevó a numerosos intelectuales a
      emigrar, como fue el caso del físico Enrico Fermi (que no era
      judío, pero su esposa sí), o del economista Franco Modigliani,
      que marcharon a los Estados Unidos. Otros dedicieron quedarse en
      Italia, pero perdieron sus cátedras. Fue el caso del matemático Tullio
        Levi-Civita, que, junto con su ya fallecido maestro, Gregorio
        Ricci-Curbastro, había desarrollado el cálculo tensorial en
      que a su vez se había basado Einstein para desarrollar su teoría
      de la relatividad general. Ahora tenía 65 años y quedó aislado del
      mundo científico. Einstein presentó su dimisión como miembro de la
      Accademia dei Lincei, de Roma. En las semanas siguientes el
      gobierno italiano publicaría otra serie de disposiciones racistas
      adicionales.
    
Es probable que Nicolái Bujarin aceptara los cargos que lo
      llevaron ante el pelotón de fusilamiento en gran parte bajo
      amenazas de represalias contra su familia, pero la NKVD no
      consideró que su confesión fuera motivo para dejar de cumplir una
      amenaza. Ese día fue detenida Anna Larina, la viuda de
      Bujarin, que se vio obligada a abandonar a su hijo de un año.
      Permanecería unos 20 años en distintos campos de trabajo, donde no
      se la obligó a trabajar, sino que se la mantuvo en continuo
      aislamiento, sin nada que hacer, sin acceso a libros ni a ninguna
      clase de actividad. Se enteró del asesinato de su esposo
      comunicándose con otros prisioneros mediante golpes en las
      paredes.
    
El 6 de septiembre murió Alfonso de
      Borbón, el hijo del derrocado rey Alfonso XIII de España, que
      había renunciado a sus derechos sucesorios para casarse con una
      cubana. (El matrimonio había durado cuatro años y, dos meses
      después de divorciarse, Alfonso se había vuelto a casar con otra
      cubana.) La muerte fue consecuencia de un accidente de automóvil,
      que en principio no fue grave, pero le provocó una hemorragia
      interna que no pudo cortarse a causa de su hemofilia.
    
Cuatro soldados británicos murieron en Palestina cuando su coche
      blindado pasó sobre un campo de minas. En represalia, la cercana
      ciudad de Al-Bassa fue reducida a cenizas. Los soldados
      metieron a unos 50 árabes en un autobús y los forzaron a lanzarse
      sobre el campo de minas, con lo que muchos de ellos acabaron
      muertos. Los habitantes de Al-Bassa fueron obligados a cavar una
      zanja y a arrojar en ella los cadáveres.
    
Los japoneses tomaron Gushi.
Las concesiones a los alemanes de los Sudetes que había hecho el
      presidente Beneš, eran muy generosas, pero los alemanes de los
      Sudetes tenían instrucciones de Hitler de evitar un acuerdo, así
      que el 7 de septiembre convocaron una
      manifestación de protesta en Ostrava que provocó una
      intervención policial en la que dos parlamentarios del Partido
      Alemán de los Sudetes fueron arrestados.
    
Al norte de Siria, la franja costera del Estado de Alepo,
      conocida como el Sanjak de Alejandreta, tenía una gran
      cantidad de población turca, y Atatürk nunca había dejado de
      reclamar la soberanía turca sobre el territorio. En principio se
      había previsto realizar un referéndum en la región, en vista de lo
      cual Turquía había hecho cruzar la frontera a decenas de miles de
      turcos para inscribirse en el censo. Sin embargo, al final el
      asunto se resolvió diplomáticamente y la región se convirtió en el
      Estado independiente de Hatay (nombre acuñado por Atatürk
      en referencia a los antiguos hititas). Así, su absorción por
      Turquía era sólo una cuestión de tiempo, mientras que Francia
      podía desentenderse del asunto sin dar la imagen de que Turquía le
      había ganado el pulso.
    
Mickey Rooney había estrenado ese año dos nuevas entregas de la serie de Andy Hardy (la tercera y la cuarta, ésta en compañía de Judy Garland), otras dos comedias en las que interpretaba papeles secundarios y un drama junto a Freddie Bartholomew, pero el papel que lo encumbró como actor dramático fue el que interpretó en La ciudad de los muchachos, junto a Spencer Tracy, bajo la dirección de Norman Taurog, que se estrenó el 9 de septiembre y fue la tercera película más taquillera del año. Spencer Tracy interpretaba a Edward Joseph Flanagan, un sacerdote católico que existía realmente y había fundado en Nebraska un orfanato llamado La ciudad de los muchachos, en el que estaba llevando a cabo una excelente labor de reinserción social de jóvenes marginados. Unas semanas más tarde Mickey Rooney estrenaría otras dos películas, entre ellas la quinta entrega de Andy Hardy.
El 10 de septiembre todas las unidades
      del Freiwilliger Schutzdienst recibieron órdenes de
      iniciar grandes manifestaciones que a su vez dieron lugar a
      incidentes con heridos, tanto entre la policía checoslovaca como
      entre sus propios miembros.
    
El 11 de septiembre 38 comercios
      checoslovacos y judíos de la ciudad de Cheb fueron
      saqueados por los alemanes. En distintas ciudades fueron atacadas
      escuelas y varias autoridades checoslovacas, así como alemanes
      contrarios al fascismo.
    
Los alemanes de los Sudetes usaron los incidentes ocurridos en Ostrava junto con otros ocurridos en su imaginación para sabotear las negociaciones con el gobierno checoslovaco. El 12 de septiembre, en su discurso de clausura del décimo congreso del partido nazi dijo al respecto:
No estoy pidiendo que se permita a Alemania oprimir a tres millones y medio de franceses, ni estoy pidiendo que tres millones y medio de ingleses queden a nuestra merced. Simplemente estoy pidiendo que termine la opresión de tres millones y medio de alemanes en Checoslovaquia y que se ejerza el inalienable derecho de autodeterminación.
El 13 de septiembre los alemanes de
      los Sudetes rompieron las negociaciones con el gobierno
      checoslovaco y en los días siguientes se produjeron graves
      disturbios en las calles. Ese mismo día el primer ministro
      británico, Neville Chamberlain, solicitó una entrevista a Hitler
      para tratar de resolver el problema pacíficamente.
    
El gobierno checoslovaco había dado órdenes a la policía de no
      intervenir frente a los disturbios que estaban provocando los
      alemanes para no darles nuevas excusas, pero los rebeldes estaban
      expulsando autoridades checoslovacas de las ciudades fronterizas
      con Alemania y sustituyéndolas por alemanes. Ya se habían contado
      13 muertos y varios heridos, entre ellos cuatro policías en Habartov,
      lo que llevó finalmente a la declaración de la ley marcial en
      varios distritos. El 14 de septiembre
      murieron 13 policías o militares checoslovacos y 10 alemanes y en
      total hubo unos 75 heridos entre ambas partes. No obstante, el
      ejército checoslovaco logró sofocar la revuelta. Los principales
      dirigentres del Partido Alemán de los Sudetes huyeron a Alemania.
    
El 15 de septiembre la radio alemana
      retransmitió un mensaje de Konrad Henlein (que estaba en Alemania,
      pero se dijo que hablaba desde Checoslovaquia) en el que pedía
      públicamente a Alemania que ocupara los Sudetes. Mientras tanto
      Chamberlain llegaba en avión a Alemania y se entrevistaba con
      Hitler en su residencia de Berchtesgaden. Hitler insistió en que
      los alemanes de los Sudetes estaban siendo masacrados por los
      checoslovacos y que se les debía permitir ejercer su derecho de
      autodeterminación nacional que llevaría a la anexión de la región
      a Alemania si ése resultaba ser su deseo. Después de tres horas de
      discusión, Chamberlain regresó a Gran Bretaña para discutir la
      situación con su gabinete.
    
Alemania se estaba preparando para la guerra, y ese día anunció a
      Franco que suspendía temporalmente sus envíos de ayuda militar.
      Mientras tanto, el frente del Ebro seguía estancado.
    
El 16 de septiembre el primer ministro
      francés, Édouard Daladier voló a Londres para tratar con Neville
      Chamberlain la crisis de los Sudetes. Mientras tanto el gobierno
      checoslovaco ilegalizaba el Partido Alemán de los Sudetes y el Freiwilliger
        Schutzdienst. Ese día organizaron su propio servicio de
      inteligencia.
    
Los japoneses tomaron Shang. 
    
Ese día se estrenó con gran éxito El irresistible,
      protagonizada por Clark Gable y Myrna Loy, que era por aquel
      entonces una de las actrices mejor pagadas de Hollywood.
    
Muchos de los miembros del Freiwilliger Schutzdienst que
      habían pasado a Alemania estaban siendo incorporados al ejército
      alemán, pero el 17 de septiembre Hitler
      ordenó la formación de los Sudetendeutsches Freikorps,
      (cuerpos independientes de los Sudetes), una organización
      paramilitar que pudiera considerarse técnicamente independiente de
      Alemania, organizada "espontáneamente" por checoslovacos de etnia
      alemana. Fue puesta nominalmente bajo la dirección de Konrad
      Henlein, pero fue un oficial de la Wehrmacht, Friedrich
        Köchling, quien estuvo al mando de facto. La nueva
      organización (que en la práctica difería poco del ilegalizado Freiwilliger
        Schutzdienst). En pocos días llegó a contar con 26.000
      miembros, divididos en compañías de entre 150 y 200 hombres
      emplazados en las ciudades alemanas fronterizas con Checoslovaquia
      y que estaban recibiendo entrenamiento del ejército alemán.
    
El 18 de septiembre Mussolini declaró
      públicamente su apoyo a Alemania en la crisis de los Sudetes. Esa
      noche un grupo de miembros de los Sudetendeutsches Freikorps
      cruzó la frontera checoslovaca y atacó una aduana en Aš
      con armas de fuego y granadas de mano. La policía checoslovaca se
      atrincheró y no disparó para evitar que algunas balas pudieran
      cruzar la frontera y provocar un incidente diplomático. Dos
      policías acabaron heridos. Un incidente similar sucedió en Bilá
        Voda. 
    
El 19 de septiembre se produjeron seis
      asaltos a puestos de aduana checoslovacos por parte de los Sudetendeutsches
        Freikorps. 
    
Tras diez días de lucha, los japoneses dominaban el río Amarillo.
    
El 20 de septiembre el gobierno
      franquista aprobó una Ley de Enseñanza Media que garantizaba a la
      Iglesia Católica una completa autonomía en materia educativa.
    
Konrad Heinlein emitió una orden por la que instaba a las
      unidades de los Sudetendeutsches Freikorps a realizar al
      menos 10 incursiones en Checoslovaquia antes del amanecer del 21 de septiembre. En dicho plazo se
      produjeron varios incidentes. En Nové Vilémovice fue
      asaltada una comisaría de policía y un agente resultó muerto en un
      tiroteo. En Bartulovice fue asaltada una aduana y el único
      oficial que no huyó fue secuestrado y llevado a un campo de
      concentración alemán. En Habartice fue rechazado un ataque
      que dejó cuatro heridos entre las autoridades checoslovacas y tres
      entre los asaltantes.
    
El Comité de No Intervención había aprobado un plan para sacar de
      España a los combatientes internacionales y, en un intento de
      conseguir una mediación internacional que diera una salida
      honorable a la ya derrotada república española, Juan Negrin
      anunció ante la Sociedad de Naciones la retirada unilateral de los
      combatientes de las Brigadas Internacionales.
    
Ese día se estrenó El hotel de los líos, la única
      película protagonizada por los hermanos Marx que no había sido
      escrita específicamente para ellos. Zeppo Marx, que había dejado
      el grupo hacía años, ahora era el representante de sus hermanos, y
      les había conseguido un contrato para la RKO, pero la película
      tuvo pérdidas y tras la experiencia los cómicos regresaron a la Metro-Goldwyn-Mayer.
      
    
Por la noche, la radio alemana retransmitió la noticia falsa de
      que el gobierno checoslovaco había aceptado ceder a Alemania la
      región de los Sudetes. El 22 de septiembre
      las ciudades con mayoría étnica alemana amanecieron llenas de
      banderas nazis y retratos de Hitler y los Sudetendeutsches
        Freikorps multiplicaron sus ataques.
    
Aunque la noticia había sido inventada, lo cierto es que ese
      mismo día el gobierno checoslovaco claudicó ante el consejo de
      Francia y Gran Bretaña de que aceptara las demandas alemanas para
      evitar una guerra. Así se lo comunió personalmente a un atónito
      Adolf Hitler el primer ministro británico Neville Chamberlain. El
      Führer, creyendo no haber entendido bien, preguntó: ¿Eso
        significa que los aliados han acordado con la aprobación de
        Praga la anexión de los Sudetes a Alemania? Chamberlain
      respondió: Exactamente, pero Hitler negó con la cabeza y
      dijo abiertamente que quería desmantelar Checoslovaquia y que sus
      territorios fueran repartidos entre Alemania, Polonia y Hungría. Y
      le dejó claro que lo tomaba o lo dejaba, pues durante los últimos
      días los asesinatos de alemanes por parte de las fuerzas
      checoslovacas habían creado una situación insoportable para
      alemania. Para presionar a Chamberlain, Hitler había preparado que
      durante la entrevista entrara uno de sus ayudantes para informarle
      de nuevos asesinatos de alemanes en Checoslovaquia. Entonces
      Hitler exclamó: Vengaré a cada uno de ellos. Los checos tienen
        que ser destruidos. Sin embargo, después de que Chamberlain
      se marchara Hitler quedó preocupado por si se había excedido en
      sus exigencias, así que telefoneó al primer ministro británico a
      su hotel y le comunicó que aceptaría la anexión de los Sudetes
      siempre y cuando Checoslovaquia garantizara que los territorios
      con mayoría alemana fueran evacuados por la población no alemana
      antes de las ocho de la mañana del 26 de septiembre. Chamberlain
      logró que ampliara el ultimátum hasta el 1 de octubre y que se
      comprometiera a respetar la futura frontera checoslovaca sin
      exigir más gananciar territoriales.
    
En Javorník más de un centenar de miembros de los Freikorps
      secuetraron a 15 oficiales checoslovacos, que acabaron en un campo
      de concentración alemán. Algunos soldados que habían huido de
      Javorník formaron un frente entre las localidades de Vápenná,
       Supíkovice y Rejvíz, donde resistieron varios
      ataques de los Freikorps, que dejaron un muerto y seis
      heridos. En Černá Voda dos policías checoslovacos fueron
      linchados, y cuando otros acudieron en su auxilio se produjo un
      tiroteo en el que dos alemanes resultaron heridos. En Mikulovice
      una patrulla fronteriza checoslovaca fue víctima de una emboscada
      y estuvieron a punto de ser llevados en tren a Alemania, pero
      pudieron escapar saltando a un tren que pasaba en dirección
      opuesta. En Bernartice otros 20 policías y guardas
      fronterizos fueron secuestrados y llevados a un campo de
      concentración alemán. La misma suerte corrieron otros 15 oficiales
      checoslovacos en Bilá Voda y 10 más en Zlaté Hory. En Liptaň
      una multitud armada con ametralladoras alemanas asaltó un cuartel
      de policía. Tres asaltantes resultaron muertos, pero finalmente
      los seis policías que había en el cuartel fueron capturados,
      linchados y enterrados en una fosa común. En Vidnava los Freikorps
      lincharon dos oficiales checoslovacos, y luego también a un
      alemán, que era comunista. Más tarde bloquearon una vía de
      ferrocarril y, cuando un tren se detuvo, lo atacaron con
      ametralladoras y granadas. Los ocupantes huyeron y un civil
      resultó muerto, dos soldados checoslovacos y varios civiles
      heridos fueron capturados y enviados a Alemania. En Frýdlant
      los Freikorps ocuparon varios edificios en los que
      desplegaron banderas nazis, pero cuando llegó el ejército y
      anunció que consideraría hostil a todo el que llevara una
      esvástica, los alemanes recogieron sus banderas y abandonaron la
      ciudad. En Dolní Podluží dos policías resultaron muertos.
    
Las concesiones del gobierno causaron indignación entre la
      población checoslovaca. Ese mismo día se convocó una
      multitudinaria manifestación de protesta en Praga en la que se
      exigía al gobierno que adoptara una postura militar fuerte en
      defensa de la integridad territorial. El primer ministro, Milan
      Hodža, presentó su dimisión, y el presidente Beneš logró convencer
      al general Jan Syrový para que aceptara encabezar un
      gobierno de concentración nacional. Syrový insistió en que él era
      un soldado, no un político, y que carecía de la experiencia y
      cualificación necesarias para el cargo, pero Beneš le dijo que lo
      tomara como una orden, y finalmente el 23 de
        septiembre aceptó el cargo de primer ministro, a la vez
      que el de ministro de Defensa. Inmediatamente emitió un decreto de
      movilización. La Unión Soviética anunció que apoyaría a
      Checoslovaquia en caso de guerra contra Alemania, pero el
      presidente Beneš no estaba dispuesto a entrar en guerra sin el
      apoyo de las potencias occidentales, pues —sabiamente— temía que,
      aunque Alemania fuera derrotada en una futura guerra, si su único
      aliado era la Unión Soviética nada podría librar al país de una
      dictadura comunista. El decreto de movilización forzaba a
      alistarse en el ejército a todos los checoslovacos en edad de
      hacerlo, lo cual incluía a los de etnia alemana, pero éstos
      optaron mayoritariamente por desertar y engrosar las filas de los
      Freikorps. 
    
Dos alemanes entraron en un puesto de aduanas en Srbská
      para realizar unos trámites y, mientras el policía que lo atendía
      le daba la espalda, disparó sobre él. Inmediatamente ambos
      dispararon sobre los otros dos policías presentes en la sala.
      Luego cruzaron la frontera alemana protegidos por el fuego de
      otros miembros de los Freikorps. 
    
El 24 de septiembre Chamberlain se
      entrevistó una vez más con Hitler, esta vez en Bad Godesberg,
      para presentarle un plan de paz que culminaría con la anexión de
      los Sudetes a Alemania. Sin embargo, Hitler rechazó las
      condiciones que él mismo había propuesto en la última entrevista
      y, en cambio, exigió la ocupación inmediata del territorio por
      parte del ejército alemán. En lugar de negociar, entregó a la
      delegación británica el conocido como Memorándum de Godesberg,
      en el que proponía la entrada del ejército alemán el 1 de octubre
      y la celebración de un plebiscito bajo supervisión alemana y
      checoslovaca, aunque no especificaba la extensión exacta de
      territorio en el cual tendría lugar. Checoslovaquia tendría que
      reconocer la cesión no más tarde del 28 de septiembre sin
      negociaciones entre Praga y Berlín, sin ninguna comisión
      internacional que supervisara el proceso y sin plebiscitos previos
      a la cesión. También anunciaba que Alemania no descartaría la
      guerra mientras las reclamaciones contra Checoslovaquia de Polonia
      y Hungría no fueran satisfechas. Chamberlain protestó de lo que en
      la práctica era un ultimátum al gobierno checoslovaco, pues Hitler
      indicaba que si éste no aceptaba sus condiciones en la fecha
      estipulada del 28 de septiembre, ocuparía los Sudetes por la
      fuerza, pero Hitler le señaló que el documento se titulaba
      "memorándum", no "ultimátum". 
    
La división japonesa que los chinos mantenían rodeada en Lushan
      logró romper el cerco, pero terminó rodeada de nuevo. El ejército
      japonés no lograba llegar en su auxilio y la aviación empezó a
      lanzar bombas incendiarias sobre las posiciones chinas, que
      causaron muchas bajas.
    
El 26 de septiembre Chamberlain
      escribió una carta a Hitler en la que declaraba que los aliados
      deseaban una resolución pacífica a la crisis de los Sudetes, pero
      esa misma noche, Hitler, en un discurso, insistió en la fecha del
      28 de septiembre a las dos de la tarde como límite para que
      Checoslovaquia aceptara sus exigencias si no quería enfrentarse a
      una guerra.
    
La prepotencia de Hitler había reforzado las voces de los
      británicos y franceses que considereaban necesario pararle los
      pies aunque fuera al precio de una guerra. No obstante,
      Chamberlain seguía defendiendo su política de apaciguamiento. En
      un discurso por radio el 27 de septiembre
      dijo: Qué horrible, qué fantástico, que increíble es pensar
        que tendríamos que estar cavando trincheras y entrenándonos con
        máscaras antigás aquí a causa de una disputa en un país lejano
        entre gentes de las que no sabemos nada. 
    
El 28 de septiembre a las 10 de la
      mañana, cuatro horas antes de que expirara el ultimátum de Hitler
      y sin que Checoslovaquia lo hubiera aceptado, el embajador
      británico en Italia solicitó una entrevista urgente con el
      ministro de asuntos exteriores y le pidió que solicitara en su
      nombre a Mussolini que entrara en las negociaciones y que
      convenciera a Hitler para que aplazara el ultimátum. A las once
      Mussolini aceptó la petición y telefoneó a su embajador en
      Alemania, al que le dio las instrucciones siguientes: Ve a ver
        al Führer ahora mismo y dile que, pase lo que pase, estaré de su
        lado, pero que le pido una prórroga de 24 horas antes de iniciar
        hostilidade. Mientras tanto estudiaré qué puede hacerse para
        resolver el problema. Hitler recibió el mensaje mientras
      trataba con el embajador francés, al cual le dijo: Mi buen
        amigo, Benito Mussolini, me ha pedido retrasar 24 horas las
        órdenes de movilización del ejército alemán, y he aceptado. Por
        supuesto, no se trata de ninguna concesión, pues la fecha para
        la invasión estaba fijada para el 1 de octubre. Chamberlain
      transmitió su agradecimiento a Mussolini y lo invitó a una reunión
      a celebrar el día siguiente entre Gran Bretaña, Francia, Alemania
      e Italia para tratar la cuestión antes de la nueva fecha límite
      admitida por Hitler. Mussolini aceptó, al igual que Hitler, que no
      puso más condición que la garantía de que Mussolini asistiría
      también.
    
Mientras tanto Checoslovaquia anunciaba que no aceptaba el
      memorándum de Godesberg, lo que llevó a la movilización de 600.000
      soldados por parte de Francia. La Royal Navy también se
      movilizó.
    
El 29 de septiembre se celebró en
      Munich la reunión entre Adolf Hitler, Benito Mussolini, Neville
      Chamberlain y Édouard Daladier. A la una y media de la madrugada
      del día siguiente, el 30 de septiembre,
      se llegó finalmente a un acuerdo (aunque fue firmado con fecha del
      día anterior) que oficialmente fue presentado por Mussolini, pero
      que en realidad había sido redactado por el ministerio de Asuntos
      Exteriores alemán, y que era casi idéntico al memorándum de
      Godesberg. El ejército alemán entraría en los Sudetes el 10 de
      octubre y una comisión internacional decidiría sobre otras
      regiones de Checoslovaquia con población alemana. Por otra parte,
      se daba a Checoslovaquia un plazo de tres meses para resolver
      mediante conversaciones bilaterales las reivindicaciones de las
      minorías húngara y polaca en su territorio. En otro caso serían
      las cuatro potencias firmantes del acuerdo de Munich las que
      resolverían las disputas.
    
Gran Bretaña y Francia informaron al gobierno checoslovaco de que sus únicas opciones eran ceder los Sudetes o enfrentarse a una guerra contra Alemania sin la ayuda occidental. Syrový y Beneš no tuvieron más opción que aceptar. En un discurso a la nación, Syrový explicó que Checoslovaquia no había tenido opción, pues sin el apoyo británico o francés el país estaba en inferioridad numérica y cualquier conflicto habría dado lugar a muchísimas bajas. Hemos sido abandonados. Estamos solos, dijo.
Después de un breve descanso, Neville se entrevistó nuevamente
      con Hitler y le propuso firmar un tratado de paz entre Gran
      Bretaña y Alemania. Hitler no puso objeciones. Sin embargo, en
      cuanto Chamberlain se marcho, exclamó furioso: "Caballeros,
        ésta ha sido mi primera conferencia internacional y puedo
        asegurarles que será la última". En efecto, para Hitler la
      negociación había sido un fracaso. No había tenido más remedio que
      aceptar el acuerdo, porque contemplaba todo lo que había pedido,
      pero lo que él había deseado era que no hubiera habido acuerdo y
      así invadir Checoslovaquia y partirla a su conveniencia. De
      Chamberlain dijo que era "un impertinente entrometido que
        hablaba la ridícula jerga de una democracia pasada de moda".
      Stalin tampoco estaba satisfecho. Tanto la Unión Soviética como
      Francia tenían tratados de ayuda mutua con Checoslovaquia, y
      Stalin se sintió traicionado. Además temió que en un futuro las
      potencias occidentales pudieran intentar una jugada similar contra
      la Unión Soviética, y repartírsela con Alemania. Por otra parte,
      Chamberlain fue recibido como un héroe en Gran Bretaña y la
      revista Time nombró a Hitler hombre del año por el
      acuerdo. No obstante, también hubo muchos críticos que denunciaron
      lo vergonzoso que era el acuerdo y las consecuencias que tendría.
    
El acuerdo de Munich fue muy relevante para la guerra civil
      española. La política de resistencia a toda costa que defendía
      Juan Negrín se fundamentaba en dar tiempo a que se iniciara una
      guerra en Europa, de modo que Franco se vería obligado a apoyar a
      Hitler y Gran Bretaña y Francia se verían, por consiguiente,
      obligadas a apoyar a la República. Sin embargo, los acuerdos de
      Munich alejaban la posibilidad de una declaración de guerra
      inminente, por ello la política de Negrín cambió sustancialmente
      y, a partir de ese momento defendió la resistencia a toda costa
      (la diferencia sustancial era que su política pasó de ser
      miserable a ser a la vez miserable y estúpida).
    
El 1 de octubre Checoslovaquia y
      Alemania firmaron el tratado por el que los Sudetes pasaban a
      formar parte de Alemania. Ese mismo día las tropas alemanas
      entraron en la región. Unos 115.000 checoslovacos y unos 30.000
      alemanes (judíos, comunistas, socialdemócratas) huyeron de los
      Sudetes a lo que quedó de Checoslovaquia. Al entregar los Sudetes,
      Checoslovaquia perdía la red de fortificaciones que la protegían
      de Alemania, con lo que en el futuro quedaba prácticamente
      indefensa ante una invasión. Alemania ganaba también importantes
      recursos naturales. Mientras tanto el gobierno polaco lanzaba un
      ultimátum a Checoslovaquia exigiendo la entrega de la región de Zaolzie
      (con un 36% de población de etnia polaca) en 24 horas. Sabiendo
      que Polonia contaría con el apoyo de Alemania, no hubo negativa
      posible y ese mismo día la región fue ocupada también por el
      ejército polaco.
    
Franco sabía que había ganado tiempo, pero que tenía que ganar la
      guerra cuanto antes. Las ofensivas en el frente del Ebro se habían
      intensificado los últimos días, pero sólo conseguían pequeños
      avances a un alto precio. El 2 de octubre
      el frente se volvió a estabilizar.
    
Un grupo de unos 70 árabes armados irrumpió en un barrio judío de
      la ciudad de Tiberíades y prendieron fuego a numerosos
      edificios, incluyendo la sinagoga. Dejaron 19 judíos muertos,
      muchos de ellos niños. Los que no habían sido víctimas del fuego
      habían sido apuñalados hasta la muerte.
    
El 4 de octubre fue ejecutado Nikolái
        Nekarsov. Era traductor y escritor en esperanto, y esto fue
      lo que lo delató como organizador cabecilla de una "organización
        fascista, terrorista y de espionaje de esperantistas" (suena
      ridículo, pero así fue).
    
El 5 de octubre dimitió el presidente
      checoslovaco Edvard Beneš, y el primer ministro Syrový lo
      sustituyó provisionalmente mientras se organizaba una elección
      presidencial. Unas semanas más tarde Beneš marchó al exilio en
      Gran Bretaña.
    
Winston Churchill pronunció un discurso en la Cámara de los
      Comunes en el que denunciaba el tratado de Munich: Francia y
        Gran Bretaña tenían que elegir entre guerra y deshonra. Han
        elegido deshonra y tendrán guerra. 
    
Un contingente del ejército húngaro cruzó la frontera
      checoslovaca y atacó posiciones defendidas por el ejército
      checoslovaco cerca de Jesenské, pero se retiraron cuando
      llegaron refuerzos checoslovacos, que mataron a nueve húngaros y
      capturaron algunos prisioneros.
    
Los japoneses tomaron Ruoxi. 
    
Mientras Bela Lugosi seguía rodando seriales, a Boris Karloff no
      le faltaban papeles en su género. Ese año estrenó La amenaza
        invisible y Mr. Wong, detective. Sin embargo, su
      popularidad creció cuando un empresario de California decidió
      exhibir conjuntamente Drácula y Frankenstein, y
      tuvo tal éxito que organizó sesiones extraordinarias a las que
      invitó al actor, que impresionó a los espectadores, muchos de los
      cuales no conocían sus películas. La Universal comprendió
      que ahí había negocio y volvió a contratar a Lugosi. Más adelante
      diría: Se lo debo todo al hombrecillo del Teatro Regina.
        Estaba muerto y me de devolvió a la vida. Ciertamente,
      Lugosi tenía muy arraigado su papel de vampiro.
    
No sólo los húngaros y los polacos planeaban aprovecharse de la
      débil situación en la que había quedado Checoslovaquia, sino que
      los propios eslovacos la aprovecharon para exigir un gobierno
      autónomo para Eslovaquia, que fue aprobado el 6
        de octubre y estuvo presidido por Jozef Tiso. 
    
Ese día Francia y Alemania firmaron en París un pacto de no
      agresión.
    
El 7 de octubre el cardenal Theodor
      Innitzer convocó una jornada de oración en la Catedral de San
      Estaban, en Viena, a la que acudieron casi 9.000 fieles, y en su
      sermón afirmó que debemos confesar nuestra fe en Jesucristo,
        nuestro guía (en alemán dijo Führer), lo cual provocó la
      indignación de los nazis.
    
Los chinos lanzaron un fiero ataque sobre las tropas japonesas
      que estaban aisladas en Lushan.
    
Alfred Hitchcock estrenó Alarma en el expreso, que se
      convirtió en la película británica más taquillera hasta el
      momento.
    
El ejército húngaro trató de cruzar el Danubio cerca de Štúrovo, pero la operación fracasó. En Hungría se acababa de reorganizar una antigua formación paramilitar conocida como los Rongyos Gárda, cuyos miembros cruzaron la frontera checoslovaca para entrar en la Rutenia Carpática y el 8 de octubre volaron un puente. La región estaba dividida entre partidarios de los rusos y de los ucranianos, pero ambos se pusieron de acuerdo para establecer un gobierno autónomo, que fue proclamado ese mismo día con Andriy Borody como primer ministro.
Un centenar de miembros de las Juventudes Hitlerianas atacó la
      sede arzobispal de Innitzer.
    
Ese día se estrenó Pigmalión, una película británica
      basada en la obra de Bernard Shaw, dirigida y protagonizada por
      Leslie Howard. 
    
El 9 de octubre se iniciaron en Komárno
      las negociaciones bilaterales entre Checoslovaquia y Hungría sobre
      las minorías húngaras en territorio checoslovaco. Los
      representantes húngaros presentaron una propuesta de cambios
      territoriales que afectaban a las regiones con mayoría étnica
      húngara, pero también a otras donde la población húngara no
      llegaba al 50%, en las que pedían que se celebraran plebiscitos.
    
El 10 de octubre los chinos habían
      aniquilado cuatro regimientos japoneses en Lushan, provocando unas
      30.000 bajas, entre muertos y prisioneros, en el ejercito enemigo,
      de un total de 47.000 soldados.
    
El 12 de octubre José Antonio Aguirre
      y Lluís Companys presentaron al gobierno británico sendos
      memorándums firmados respectivamente por "el presidente de
      Euskadi" y "el presidente de Cataluña", en los que pretendían que
      Gran Bretaña los apoyara para crear dos Estados más o menos
      independientes. Un mes más tarde la propuesta hablaba ya
      abiertamente de dos Estados independientes, un Estado vasco
      protegido por Gran Bretaña y un Estado catalán protegido por
      Francia. Ninguna de las dos fue aceptada.
    
El 13 de octubre se estancaron las
      negociaciones entre Hungría y Checoslovaquia y el ejército húngaro
      recibió órdenes de movilización parcial. El gobierno checoslovaco
      declaró la ley marcial en la zona fronteriza. Según el tratado de
      Munich, eran las cuatro potencias firmantes las que tendrían que
      resolver el conflicto. El ex primer ministro húngaro, Kálmán
      Darányi, comunicó personalmente a Hitler que Hungría estaba lista
      para enfrentarse a Checoslovaquia, pero, para su sorpresa, Hitler
      le respondió que si Hungría declarara la guerra al país vecino no
      recibiría ayuda de nadie. En su lugar, Hitler ofreció la mediación
      alemana en las negociaciones, de lo que se encargaría Joachim
        von Ribbentrop, el ministro alemán de Asuntos Exteriores.
      Ribbentrop y Darányi confeccionaron un mapa con una nueva frontera
      entre Hungría y Checoslovaquia (la línea Ribbentrop), que ese
      mismo día le fue presentada al primer ministro checoslovaco.
    
Mientras tanto Italia estaba presionando a Francia para que le
      hiciera ciertas concesiones: un puerto libre en Djibuti, el
      control de la línea ferroviaria entre Adis Abeba y Djibuti, la
      participación italiana en la gestión de la Compañía del Canal de
      Suez, una forma de condominio francoitaliano sobre Túnez y la
      conservación de la cultura italiana en Córcega. Francia rechazó
      toda concesión al considerar que lo que realmente pretendía
      Mussolini era apropiarse de Niza, Córcega, Túnez y Djibuti, aunque
      en principio planteara peticiones más débiles.
    
Después del gran éxito que había tenido Jezabel, Bette
      Davis se había negado a aceptar varios papeles que le habían
      ofrecido y que consideraba mediocres, se quedó sin sueldo hasta
      que aceptó protagonizar Las hermanas junto a Errol Flynn.
      El drama se estrenó el 14 de octubre y
      la crítica elogió la actuación de Davis, mientras que el papel de
      Flynn pasó más bien desapercibido, una señal más de que lo suyo
      eran las películas de acción.
    
El FBI había estado investigando una red de espías nazis
      organizada en los Estados Unidos, pero los sospechosos principales
      habían huido del país debido a que habían sido advertidos por el
      encargado de la investigación, Leon George Turrou, que el
      año anterior había sido despedido del FBI y posteriormente había
      filtrado información a la prensa neoyorkina. Ahora se celebraba el
      juicio contra los pocos arrestados, y el testimonio de Turrou fue
      puesto en duda con acusaciones de que había tratado de hacerse
      rico vendiendo información y aceptando sobornos. Turrou había sido
      tal vez el primer agente del FBI en usar un polígrafo en sus
      interrogatorios.
    
El 15 de octubre rebeldes árabes se
      apoderaron del casco antiguo de Jerusalén, donde levantaron
      barricadas en las puertas de la muralla y se parapetaron. Los
      británicos forzaron la entrada unos días más tarde, matando a 19
      rebeldes.
    
Richard Strauss estrenó en Dresde su ópera en un acto Dafne.,
      bajo la dirección de Karl Böhm, amigo personal del
      compositor y nazi entusiasta. La obra no tuvo mucho éxito.
    
El 17 de octubre causó sensación en
      Barcelona que cuatro ministros del gobierno republicano
      participaran en un entierro católico de un oficial vasco.
    
Polonia propuso una partición de la Rutenia Carpática entre
      Hungría, Polonia y Rumanía. Sin embargo, Rumanía rechazó la
      propuesta e incluso ofreció ayuda militar a Checoslovaquia. Por su
      parte los húngaros trataron de convencer a los representantes del
      gobierno autónomo de la región para que promovieran su anexión a
      Hungría. Al mismo tiempo, líderes nacionalistas eslovacos se
      reunían con Hitler, que estaba dispuesto a apoyar a una Eslovaquia
      independiente si Alemania se quedaba con el resto de
      Checoslovaquia.
    
El 18 de octubre se estrenó Escucha,
        querida, una comedia musical protagonizada por Judy Garland
      y Freddie Bartholomew. También fue la fecha del estreno del ballet
      Billy el Niño, de Aaron Copland, que se convirtió en su
      primer gran éxito, que a su vez despertó el interés por El
        Salón México. 
    
El 19 de octubre fue fusilada la
      pianista Khadija Gayibova, acusada de espionaje. Había
      sido arrestada dos días antes y su juicio duró unos 15 minutos.
    
El 22 de octubre Checoslovaquia aceptó
      la línea Ribbentrop, con la esperanza de que Alemania e Italia
      respetarían y harían respetar las nuevas fronteras. Sin embargo,
      Hungría dejó de respaldar la propuesta, y Darányi acusó a
      Ribbentrop de no haberlo consultado cuando estableció la
      propuesta, cosa que el ministro alemán negó. El resultado fue que
      Alemania renunció a su papel de mediador. Entonces Hungría propuso
      que los territorios que Checoslovaquia había aceptado ceder fueran
      traspasados inmediatamente, y que luego negociarían sobre el
      resto, pero Checoslovaquia no podía aceptar semejante propuesta,
      pues suponía ceder a Hungría sus fortalezas defensivas, con lo que
      quedaría expuesta a posteriores ataques. Por consiguiente, no tuvo
      más remedio que apelar al arbitraje internacional, pero Gran
      Bretaña y Francia ya habían pasado a considerar que Checoslovaquia
      formaba parte de la esfera de influencia alemana y no estaban
      interesadas en el asunto, por lo que el arbitraje quedaba en manos
      de Alemania y, a lo sumo, se podría tratar de conseguir la
      influencia de Italia.
    
Los japoneses capturaron Huangpo.
    
El tratado de Versalles había entregado a Polonia el "corredor
        polaco", que proporcionaba a Polonia una salida al mar al
      precio de dejar incomunicada a Prusia Oriental del resto de
      Alemania. En él se encontraba además la Ciudad Libre de Danzig,
      que tenía el status de Ciudad-Estado independiente, aunque
      vinculada aduaneramente a Polonia. Hitler venía reivindicando el
      corredor polaco desde el año anterior, pero fue el 24 de octubre cuando el gobierno alemán
      solicitó oficialmente a Polonia la devolución de Danzig y el
      permiso para tender una línea férrea y una carretera a través del
      corredor polaco con un estatuto de extraterritorialidad (es decir,
      que fueran considerados territorio alemán dentro de Polonia). El
      gobierno polaco se negó a aceptar tales pretensiones.
    
Representantes del gobierno de la Rutenia Carpática propusieron un plebiscito sobre la anexión de la región a Hungría y el 25 de octubre el primer ministro Borody fue arrestado en Praga, mientras que el ministro de Asuntos Exteriores del gobierno autónomo, el obispo Avgustyn Ivanovych Voloshyn, fue nombrado primer ministro en su lugar. Voloshyn estaba dispuesto a considerar la cesión a lo sumo de los territorios étnicamente húngaros, y en cualquier caso descartaba un plebiscito.
En los últimos meses, los nazis habían estado arrestando judíos
      de origen polaco y ahora empezaban a expulsarlos obligándolos a
      cruzar ilegalmente la frontera polaca. Polonia aceptó a unos 4.000
      refugiados, pero otros 8.000 quedaron en tierra de nadie. Habían
      sido obligados a abandonar sus casas de repente sin llevar nada
      más que lo que les cupiera en una maleta. Sus posesiones fueron
      saqueadas por las autoridades nazis locales y por sus vecinos.
      Habían sido transportados en camiones hasta la frontera y ahora
      estaban en un campo de refugiados en condiciones tan penosas que
      algunos trataron de regresar a Alemania y fueron acribillados por
      los guardias fronterizos.
    
La entrada de los japoneses en Wuhan era inminente, así que los
      chinos la abandonaron. Un gran número de heridos y refugiados
      concurrió entonces en la ciudad de Changsha, que pasó de
      300.000 a 500.000 habitantes en pocos días. El 26
        de octubre los japoneses entraban en Wuhan, poniendo fin
      a una campaña en la que habían perdido unos 140.000 hombres
      (aunque los chinos habían perdido 400.000). Pero los japoneses no
      habían logrado su objetivo de aniquilar el grueso del ejército
      chino y, por el contrario, el desgaste sufrido los obligó a
      paralizar su ofensiva. Trataron de forzar la rendición de Chang
      Kai-shek, pero éste se negó a negociar si las tropas japonesas no
      abandonaban los territorios que habían invadido.
    
 El 28 de octubre las Brigadas
      Internacionales desfilaron por última vez en Barcelona, en un acto
      encabezado por el presidente de la República, Manuel Azaña y por
      el presidente del gobierno, Juan Negrín, al que asistieron unas
      250.000 personas. En Valencia y Madrid hubo actos de homenaje
      similares. Algunos brigadistas se encontraron en una situación
      comprometida. Era el caso de los italianos, alemanes, austriacos,
      suizos, búlgaros y canadienses. En los tres primeros casos por
      razones obvias, y en los otros porque serían juzgados por haber
      salido del país sin autorización para combatir en un ejército
      extranjero. La Unión Soviética acogió a algunos de ellos, pero
      sólo a los que eran líderes comunistas destacados. A los
      comunistas "proletarios" les ofreció en todo caso ayuda para
      permanecer en el exilio en terceros países. Por esas fechas
      Mussolini retiró unos 10.000 soldados del Corpo di Truppe
        Volontarie como gesto de buena voluntad hacia el Comité de
      No Intervención, pero otros 30.000 siguieron combatiendo en la
      zona nacional.
    
Ese día se estrenó Suez, una película protagonizada por
      Tyrone Power, que interpreta el papel de Ferdinand de Lesseps.
    
El 29 de octubre Checoslovaquia y
      Hungría solicitaron oficialmente el arbitraje de Alemania e Italia
      sobre sus disputas fronterizas y se comprometieron a acatar la
      decisión que resultara. Para entonces Hungría ya había convencido
      a Mussolini para que defendiera sus intereses ante Hitler.
    
El 30 de octubre el ejército nacional
      inició una gran contraofensiva en el frente de Ebro. Durante tres
      horas tuvo lugar un intenso bombardeo por tierra y aire, y luego
      llegó un centenar de cazas republicanos, con lo que se produjo el
      mayor enfrentamiento aéreo de toda la batalla del Ebro. Luego
      intervino la infantería y, tras todo un día de combate, los
      nacionales se habían apoderado de toda la red de defensa
      republicana.
    
Aunque todo apuntaba a que Gustavo Ross iba a ganar las
      elecciones presidenciales chilenas, la situación había cambiado a
      raíz de la matanza que llevó a cabo la policía por órdenes del
      gobierno en la Caja del Seguro Obrero. El Frente Popular obtuvo la
      victoria por un estrecho margen.
    
Esa noche un objeto cilíndrico cayó del cielo en Nueva Jersey.
      Ante una multitud que se había acercado creyendo que se trataba de
      un meteorito, el cilindro se abrió y de él salió una criatura que
      incineró a la mayoría de los presentes con unos rayos caloríficos.
      Ya hacía un rato que la radio estaba advirtiendo de unas extrañas
      explosiones detectadas en la superficie de Marte. Aunque varios
      científicos rechazaron la posibilidad de que hubiera vida en
      Marte, la información que iba llegando apuntaba cada vez más
      inequívocamente a que la Tierra estaba siendo invadida por los
      marcianos. La milicia del Estado de Nueva Jersey declaró la ley
      marcial y atacó el cilindro, pero de él empezaron a salir unos
      artefactos de tres patas que destruían todo a su paso. Pronto
      llegaron noticias de que cilindros similares estaban aterrizando
      en todo el país. Tras un angustioso silencio, en la emisora que
      estaba retransmitiendo estos sucesos se oyeron estas sorprendentes
      palabras:
    
Están escuchando una presentación de la CBS de Orson Welles y el Mercury Theatre on the Air, en una dramatización original de La guerra de los mundos, de H.G. Wells. La retransmisión continuará tras un breve intermedio.
Para entonces, la emisora estaba llena de policías y periodistas.
      La obra de Wells había sido adaptada en forma de noticiario, y
      algunos estadounidenses habían creído que se trataba de un
      noticiario real. Al parecer pocos se habían creído lo de los
      marcianos, pero pensaban que se trataba de un ataque alemán o de
      una catástrofe natural. Durante los días siguientes, los
      periódicos hablaron de histeria colectiva, estampidas de gente,
      accidentes de tráfico, suicidios, pero parece que el impacto que
      tuvo la retransmisión fue considerablemente exagerado. De todos
      modos, por si acaso, antes de dejar entrar a la policía, el
      personal de la emisora se dedicó a destruir todos los guiones de
      la retransmisión y todas las grabaciones.
    
El responsable del programa, Orson Welles, era un joven actor y director teatral de 23 años que el año anterior había fundado su propia compañía, el Mercury Theatre, de la que hacía unos meses había creado una versión radiofónica, el Mercury Theatre on the Air, que en julio había emitido su primer programa, una adaptación de Drácula. La guerra de los mundos efue su decimoséptima producción, precedida entre otras de La isla del tesoro, Historia de dos ciudades, Los 39 escalones, El conde de Monte Cristo, El hombre que era Jueves, Julio, César, Sherlock Holmes, Oliver Twist, o La vuelta al mundo en 80 días, que había sido emitida la semana anterior. El incidente dio la vuelta al mundo y Welles adquirió una fama que no había tenido hasta entonces. Unos días más tarde, hasta Hitler aludió a lo sucedido en un discurso en Munich (como ejemplo de la decadencia a la que conduce la democracia).
El 2 de noviembre se resolvió en Viena
      el arbitraje entre Hungría y Checoslovaquia. Ésta tenía que ceder
      caso 12.000 km2 de terreno con más de un millón de
      habitantes. Sólo una parte meridional de Rutenia estaba en la
      región cedida. El resto siguió formando parte de Checoslovaquia.
      La decisión no satisfico a los paramilitares húngaros, y los Rongyos
        Gárda protagonizarían numerosos incidentes en la frontera
      durante los meses siguientes.
    
Tras un rápido avance, el 3 de noviembre
      las tropas de Yagüe llegaron al Ebro.
    
Alegando que los judíos se habían mostrado favorables a la
      anexión de Eslovaquia a Hungría, el 4 de
        noviembre, antes de que se hiciera efectiva la ocupación
      de los territorios cedidos a Hungría, Jozef Tiso deportó a unos
      7.500 judíos eslovacos al territorio que pronto sería húngaro. Sin
      embargo, las autoridades húngaras se negaron a aceptarlos y
      terminaron pasando el invierno en un campamento en condiciones
      deplorables.
    
El 7 de noviembre el grueso del
      ejército republicano se veía obligado a replegarse hacia el norte
      y cruzar el Ebro. Todavía quedaban algunos focos de resistencia
      republicana en el margen meridional, que se convirtieron en el
      centro de los ataques nacionales.
    
El frente de Córdoba había permanecido bastante inactivo durante
      el último año, pero recientemente habían tenido lugar algunos
      bombardeos tanto por parte nacional como republicana. El más
      destacado se produjo cuando tres aviones republicanos bombardearon
      la población de Cabra, que estaba alejada del frente y no
      tenía ningún interés militar. El ataque fue dirigido contra la
      población civil y causó 109 muertos y más de 200 heridos. La
      propaganda franquista sacó todo el partido posible a la "cobarde e
      inhumana agresión", sin mencionar, naturalmente, que la aviación
      nacional había realizado bombardeos con la misma finalidad
      terrorista en numerosas ocasiones.
    
Herschel Grynszpan era un joven de 17 años que vivía con
      su tío en París. Hacía cuatro días había recibido una postal de su
      padre, Sendel Grynszpan, que le explicaba cómo había sido
      llevado a la frontera polaca con el resto de su familia y
      abandonado a su suerte, sin dinero, y le preguntaba si podía
      enviarles algo. Ese día, Herschel se dirigió a la embajada alemana
      y pidió ver a algún oficial. Fue recibido por el diplomático Ernst
        vom Rath, sobre el que disparó cinco veces. El joven judío
      no intentó escapar y fue arrestado inmediatamente. Confesó haber
      disparado en respuesta a lo que los alemanes estaban haciendo a
      los judíos. Llevaba encima una postal dirigida a sus padres, que
      decía:
    
Con la ayuda de Dios. Queridos padres, no podía haber hecho otra cosa. Que Dios me perdone. Se me parte el corazón cuando oigo hablar de vuestra tragedia y de la de los 12.000 judíos. Debo protestar de manera que el mundo entero oiga mi protesta, y eso es lo que haré. Perdonadme.
El 8 de noviembre unas elecciones en
      Esolvaquia dieron casi la totalidad de los votos al Partido
        Eslovaco de Unidad Nacional, de Jozef Tiso, con lo que
      Eslovaquia se convirtió en un Estado de partido único con una gran
      autonomía dentro de Checoslovaquia.
    
Probablemente, el joven Grynszpan no habría hecho lo que hizo si
      hubiera sabido que Ernst vom Rath estaba siendo investigado por la
      Gestapo al no ser considerado políticamente fiable. De hecho, en
      varias ocasiones había manifestado opiniones contrarias al
      nazismo, en gran parte por el trato que los nazis daban a los
      judíos. Pero una vez convertido en víctima de un judío, su
      situación cambió. Hitler envió a París a sus dos mejores médicos,
      uno de ellos su médico personal y fue casi póstumamente ascendido
      de un modesto puesto de funcionario en la embajada francesa a
      Cónsul Legal de Primera Clase. Sin embargo, nada pudo hacerse por
      su vida y murió el 9 de noviembre. La
      noticia le llegó a Hitler sobre las 8:30 de la norche, cuando
      estaba celebrando el decimoquinto aniversario de su intento
      fallido de golpe de Estado, y abandonó la sala sin dar su discurso
      habitual. En su lugar habló Goebbels, que, al respecto de la
      noticia, dijo: El Führer ha decidido que el partido no debe
        organizar manifestaciones, pero que en la medida en que surjan
        espontáneamente, no deben ser dificultadas. Todo el mundo
      entendió que había que organizar extraoficialmente una persecución
      de judíos. Sobre las 10:30 empezaron los primeros disturbios en
      las principales ciudades del Reich. Aunque los
      protagonistas eran miembros de una u otra organización nazi,
      actuaron vestidos de paisano, armados con martillos y hachas.
    
El primer estreno de Cole Porter tras haberse repuesto de su
      accidente había sido You Never Know, que no tuvo mucho
      éxito, pero posteriormente había estenado en New Haven Leave
        it to me!, ambientada en la Unión Soviética, con una
      intervención al final del propio Stalin. Comunistas y nazis eran
      parodiados por igual. Esta obra sí tuvo una gran aceptación y ese
      día se estrenó en Broadway, en lo que fue el debut de un
      joven actor de 26 años llamado Eugene Curran Kelly, más
      conocido como Gene Kelly. Entre las principales piezas de
      la obra figuran Get Out of Town y My Heart Belongs to
        Daddy. 
    
En las primeras horas de la madrugada del 10
        de noviembre Reinhard Heydrich, el director de la
      Gestapo, envió un telegrama urgente a la policía y a las SA con
      instrucciones de actuación ante los disturbios. Había que proteger
      los comercios y las propiedades de los extranjeros (incluso si
      eran judíos) y de los no judíos, pero no había que interferir
      mientras no se violaran estas directrices. La policía recibió
      también instruccions de apoderarse de los archivos de las
      sinagogas y de arrestar preferentemente judíos varones y sanos,
      que no sean demasiado viejos (pensando en su posible traslado a
      campos de trabajo). Al día siguiente, el signo más visible por
      todas partes de la violencia eran los escaparates rotos de los
      comercios judíos (unos 7.500 en total), por lo que la persecución
      fue conocida como la noche de los cristales rotos. Unas
      200 sinagogas fueron dañadas y, en la mayor parte de los casos,
      destruidas. Las pocas que se salvaron debieron su suerte a su
      vecindad con residencias de no judíos, lo que impidió
      incendiarlas. Muchos judíos fueron apaleados hasta morir y unos
      30.000 fueron arrestados y llevados a campos de concentración.
      Muchos de ellos fueron liberados al cabo de tres meses con la
      condición de que abandonaran Alemania. Contando los que murieron
      en los campos de concentración, se calcula que el número de
      víctimas de la noche de los cristales rotos fue de unos 2.000 o
      2.500 judíos. En estos datos no se incluye a Austria, donde la
      mayoría de las 904 sinagogas de Viena fueron total o parcialmente
      destruidas. En toda Austria el total fue de unas 1900. Un millón
      de judíos fueron arrestados y más de 8.000 comercios judíos fueron
      destruidos. Un periodista estadounidense destinado en Berlín
      escribió:
       
La ley de las masas ha imperado en Berlín durante la tarde y la noche, y hordas de gamberros se han entregado a una orgía de destrucción He visto varios brotes antijudíos en Alemania durante los últimos cinco años, pero nunca nada tan nauseabundo como esto. El odio racial y la histeria parecían haberse apoderado de la gente, por lo demás, decente. Vi mujeres vestidas a la moda aplaudiendo y gritando de júbilo, mientras que respetables madres de clase media sostenían a sus niños para que vieran la "diversión".
Otto Hahn viajó a Estocolmo, donde tuvo ocasión de entrevistarse
      con su exayudante Lise Meitner y con Niels Bohr. Les explicó que
      sus últimas investigaciones le estaban dejando perplejo, pues
      después de bombardear uranio con neutrones se encontraba entre los
      productos de su experimento un elemento químico que podía ser
      bario o radio, y ninguno de los dos encajaba con lo que se sabía
      hasta entonces. El radio era una explicación poisible, aunque
      sorprendente e improbable, pues requería que cada átomo de uranio
      hubiera emitido dos partículas alfa, mientras que la presencia de
      bario se consideraba absurda.
    
Los republicanos abandonaron las últimas posiciones que mantenían
      al sur del Ebro y empezaron a organizar su retirada.
    
Ese día murió el presidente turco Mustafa Kemal Atatürk. Fue
      sucedido por Mustafa İsmet, a quien Atatürk había otorgado el
      apellido İnönü, por la localidad que defendió durante la
      guerra greco-turca que siguió a la Primera Guerra Mundial. İnönü
      fomentó un culto póstumo a Atatürk que prevalecería durante todo
      el siglo, a la par que las reformas que introdujo en su país.
    
El 11 de noviembre Goebbels acabó con
      los disturbios, pero la violencia contra los judíos continuó en
      los campos de concentración. El gobierno alemán tomó las medidas
      oportunas para compensar los daños causados: los seis millones de
      marcos que los judíos podían reclamar a las compañías de seguros
      por los daños sufridos se abonarían al Estado en concepto de
      "daños a la nación alemana", además, se impuso una multa colectiva
      de un billón de marcos por la muerte de vom Rath. Esta suma fue
      pagada mayoritariamente mediante la confiscación de propiedades de
      judíos. Nuevas leyes prohibieron a los judíos poseer negocios,
      conducir, ir al cine, visitar bibliotecas, llevar armas, etc. En
      los meses siguientes, unos 115.000 judíos emigraron de Alemania.
    
Hitler dio ese día un largo discurso ante un grupo de periodistas
      en el que no hizo la menor alusión a los cristales rotos. La
      prensa recibió instrucciones de referirse a los sucesos como de
      carácter local, sin entrar en detalles sobre casos concretos. No
      obstante, dentro de las dificultades que los alemanes tenían para
      poder expresarlo, hay muchos testimonios de que una gran parte de
      la sociedad condenó los hechos. La noche de los cristales rotos
      contribuyó en gran parte a cambiar la imagen que la opinión
      pública mundial tenía del nazismo. Hasta entonces había por igual
      partidarios, detractores e indiferentes al mismo, pero fue a
      partir de ese momento cuando el nazismo empezó a causar rechazo en
      cualquier individuo con dos dedos de frente. (Por supuesto, en el
      futuro iban a ocurrir sucesos aún más graves que reforzarían este
      giro en la opinión pública.)
    
Hacía unos meses Leni Riefenstahl había estrenado su película
      documental Olympia, sobre los juegos olímpicos celebrados
      en Berlín, que había recibido numerosos premios. A la sazón la
      directora se encontraba en una gira de promoción por los Estados
      Unidos, pero, cuando llegaron las noticias sobre la noche de
        los cristales rotos, fue invitada a abandonar el país.
    
Sorprendentemente, no sucedió lo mismo con el comunismo. A pesar
      de que la noche de los cristales rotos fue una travesura inocente
      en comparación con los procesos de exterminio que estaban teniendo
      lugar en la Unión Soviética, el comunismo gozaría de buena prensa
      durante décadas, sin que nunca le faltara un ejército de
      defensores que en apariencia eran personas decentes y con un
      cerebro en buenas condiciones.
    
El padre Charles Coughlin era un sacerdote católico
      canadiense que vivía en Detroit, donde se había convertido en uno
      de los primeros radiopredicadores, y había llegado a alcanzar unos
      cuarenta millones de oyentes. Además ese año había empezado a
      editar el periódico Justicia Social. Al principio había
      sido partidario de Roosevelt y su New Deal, pero en un
      momento dado decidió que había traicionado los intereses de las
      clases necesitadas y se convirtió en uno de sus mayores
      detractores. Sus prédicas condenaban el comunismo y el
      capitalismo, que eran ambos productos del sionismo. La idea era
      disparatada, pero no nueva: es lo que Hitler venía diciendo desde
      siempre. Y, en efecto, Counghlin copiaba casi liteeralmente muchos
      textos de la propaganda nazi para sus discursos. Sobre la noche de
      los cristales rotos afirmó que "cuando pongamos las manos
        sobre los judíos de los Estados Unidos, pensarán que el trato
        recibido en Alemania no fue nada". El gobierno de Roosevelt
      puso limitaciones a los medios de difusión de Coughlin,
      prohibiéndole emitir contenidos que incitasen a la violencia o al
      odio racial, por lo que el sacerdote tuvo que comprar espacios
      publicitarios para seguir emitiendo, lo que le salía bastante
      caro, por lo que su influencia se redujo. Igualmente, el gobierno
      le prohibió distribuir su periódico mediante el servicio postal
      público, con el mismo resultado. Por esas fechas Coughlin ya había
      perdido muchos seguidores. Y en Roma ya no sabían qué hacer para
      silenciar a un sacerdote que contravenía abiertamente la doctrina
      anti nazi que Pío XI había establecido en su encíclica Mit
        brennender Sorge. 
    
Por esas fechas se fundó en Nueva York el Frente Cristiano,
      una organización dispuesta a llevar a la práctica las ideas de
      Coughlin. Vendían su periódico, organizaban boicots a negocios
      judíos, organzaban manifestaciones, condenabas a los judíos, se
      burlaban de Roosevelt, ensalzaban a Hitler y a Franco y hacían, en
      general, todas esas cosas que hacían los fascistas.
    
La República Española no sólo había perdido la batalla del Ebro,
      sino que las perdidas de material habían sido tan grandes que a
      duras penas estaba en condiciones de superar un previsible futuro
      ataque a Cataluña. Ese día, Juan Negrín escribió una carta a
      Stalin solicitando más material bélico. Stalin dijo que enviaría
      siete barcos con armamento, pero finalmente sólo enviaría dos que
      no llegarían a España, a causa de impedimentos del gobierno
      francés.
    
Lo cierto era que Stalin ya no estaba interesado en la guerra
      española, en parte porque tenía claro que iba a perderse, y en
      parte porque ya se había apoderado de todo el "oro de Moscú".
      Negrín había firmado un total de 19 órdenes de venta por las que
      la República había obtenido 469.8 millones de dólares, de los
      cuales la Unión Soviética se había quedado con 131.6, en parte en
      concepto de comisiones por transporte, depósito, fundición,
      refinado, etc., y el resto cobrando cantidades abusivas por todo
      el material bélico proporcionado. En realidad hay una completa
      ausencia documental sobre el modo en que se gestionó el oro, y
      siguen existiendo polémicas sobre qué fue de él, pero lo cierto es
      que por esta época ya no quedaba nada, y con él la República
      perdió todas sus opciones de conseguir crédito internacional. Si
      bien toda España sufría inflación por la escasez de bienes,
      mientras los precios en la España nacional se habían incrementado
      un 40%, en la España republicana lo habían hecho un 1500%. En
      realidad casi nadie en la España republicana aceptaba el dinero
      como forma de pago, y menos aún cuando se dijo que si ganaban los
      nacionales el dinero republicano carecería de valor. Los
      intercambios económicos se producian mediante trueques. El Estado
      tenía que repartir gratuitamente alimentos racionados a la
      población.
    
El ejército húngaro había ocupado ya la región cedida por
      Checoslovaquia y ese día el regente Miklós Horthy entró
      solemnemente montado en un caballo blanco en Košice, la
      principal ciudad recuperada de las pérdidas territoriales que
      Hungría había sufrido tras la Primera Guerra Mundial.
    
Ese día se estrenó Al doblar la esquina, la tercera
      película de Shirley Temple del año, que había sido precedida por Rebecca
        de Sunnybrook Farm y La pequeña Miss Broadway. Fue
      la primera película de la actriz que acusó un descenso en los
      ingresos de taquilla. Las críticas de sus dos últimas
      interpretaciones fueron también menos efusivas de lo habitual.
    
Ante el temor de que los japoneses pudieran tomar Changhsa,
      Chiang Kai-shek se planteo la posibilidad de incendiar la ciudad.
      Se había organizado un equipo de incendiarios que fue distribuido
      por la ciudad con orden de actuar si veían llamas en cierto
      edificio. El día 13 de noviembre se
      produjo un incendio en un hospital militar cercano al lugar
      convenido. Se ignora si fue un accidente o una modificación de la
      señal convenida, pero los incendiarios cumplieron sus órdenes. La
      ciudad ardió durante cinco días y unos 30.000 habitantes perdieron
      la vida tratando de escapar. Sin embargo, los japoneses no
      lanzaron ningún ataque ese año.
    
El 15 de noviembre una delegación de
      judíos y cuáqueros británicos se presentó ante el primer ministro
      británico, Neville Chamberlain, para solicitar diversas medidas de
      protección hacia los judíos alemanes, entre las que se encontraba
      la acogida temporal de niños judíos. Chamberlain llevó la
      propuesta al parlamento al día siguiente.
    
Ese día se reunió la Comisión Ejecutiva del Partido Socialista
      Obrero Español, en la que Julián Besteiro afirmó abiertamente que
      "la guerra ha estado inspirada, dirigida y fomentada por los
        comunistas", que Negrín era  un "agente de los
        comunistas" y que "si la guerra se ganara, España sería
        comunista". Ante este "descubrimiento", Besteiro propuso
      romper el Frente Popular, y desvincular la República del Partido
      Comunista de España y de la Unión Soviética para ganar el apoyo de
      Gran Bretaña. Besteiro pensaba, en efecto, que la falta de apoyo
      de Gran Bretaña y Francia se debía a que veían a la República
      Española como un títere soviético. Esto era bastante inexacto: por
      una parte, aunque los políticos más perspicaces, como Winston
      Churchill, sí que habían diagnosticado correctamente que apoyar a
      la República era apoyar al comunismo, no era una visión
      generalizada, ya que la propaganda antifascista cuajaba mejor que
      la propaganda anticomunista, y por otra parte, la causa real de la
      no injerencia de Gran Bretaña y Francia era la política de
      apaciguamiento con la que intentaban desesperadamente evitar que
      Hitler hiciera estallar una nueva guerra en Europa.
    
Julio Álvarez del Vayo, ministro de Estado de Negrín, le
      contestó que la alianza con la Unión Soviética había sido
      inevitable ante la falta de apoyos exteriores.
    
El 16 de noviembre las últimas
      unidades republicanas cruzaban el Ebro, con lo que terminaba
      definitivamente la Batalla del Ebro. Se calcula que había
      provocado unos 6.500 muertos en el bando nacional y más de 10.000
      en el republicano.
    
Ese día Israel Pliner fue sustituido al frente de la GULAG por Gleb
        Vasilievich Filaretov. Poco después, siguiendo la tradición,
      Pliner fue arrestado.
    
El 17 de noviembre se publicó la
      principal ley racial italiana, que restringía sus derechos
      civiles, les impedía trabajar para el Estado así como el acceso a
      la enseñanza superior. Los libros escritos por judíos quedaban
      también prohibidos. La sociedad italiana se manifestó más
      abiertamente que la alemana contra el antisemitismo. Incluso
      algunos fascistas mostraron su oposición.
    
Ese día el politburó aprobó una moción que, aunque
      aprobaba las operaciones de represión en masa de los dos últimos
      años —lo contrario hubiera supuesto reprobar a Stalin— por alguna
      extraña razón condenaba los excesos cometidos, como el uso de
      falsas pruebas, los juicios por motivos nimios o la acusación de
      inocentes —de lo cual podía responsabilizarse a Yezhov, aunque de
      momento no se lo nombraba—. De este modo Stalin enpezaba a poner
      fin a la Gran Purga a la vez que preparaba el terreno para que
      todas las culpas recayeran sobre Yezhov.
    
Gary Cooper estrenó El vaquero y la dama, una comedia
      romántica ambientada en el Oeste y que se convirtió en el cuarto
      fracaso consecutivo de taquilla para el actor.
    
El 19 de noviembre Julián Besteiro se
      entrevistó con Manuel Azaña en un intento de que destituyera a
      Negrín, pero Azaña no lo vio viable y el socialista quedó bastante
      decepcionado. Unos días más tarde Besteiro se entrevistaba con el
      coronel Segismundo Casado, el jefe del Ejército del
      Centro, la unidad menos afín al Partido Comunista del ejército
      republicano, para pedirle su colaboración en su propósito de
      buscar una salida negociada a la guerra. Unas semanas antes,
      Casado ya se había reunido con el general José Miaja en un intento
      de que expulsara a los comunistas del gobierno de Madrid para
      facilitar una negociación con los nacionales. Negrín se había
      opuesto rotundamente, y ello convenció a Casado de que cualquier
      intento de negociación de la paz pasaba por derribar a Negrín. Su
      obsesión por resistir no tenía ya ningún apoyo entre la población
      civil, que a medida que los nacionales ganaban territorio perdían
      posibilidades de abastecimiento, por lo que el racionamiento de
      los alimentos se hacía cada vez más duro y los precios en el
      mercado negro eran cada vez más desorbitados. En Madrid se
      produjeron manifestaciones de madres que pedían leche para sus
      hijos, y aparecieron pasquines que decían: "si no dais de
        comer, rendirse". Los comunistas estaban alcanzando en
      España los niveles de impopularidad que tenían en Rusia, entre
      otras cosas porque las organizaciones del Frente Popular tenían
      sus propias cadenas de abastecimiento, por lo que sus milicianos y
      afiliados fueron menos afectados por la escasez de alimentos. La
      "quinta columna" era cada vez más visible, y cada vez había más
      francotiradores que se entretenían disparando a milicianos
      republicanos desde los tejados.
    
El 20 de noviembre, en el aniversario
      de la muerte en una cárcel de Alicante de José Antonio Primo de
      Rivera, cuatro aviones italianos arrojaron sobre la cárcel ramos
      de flores envueltos en papeles que decían:
    
La Aviación Nacional, en nombre y representación del pueblo español, dedica este tributo de flores arrojadas desde las alturas a la memoria eterna del primero de los camaradas de la Falange, JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA, Capitán de nuestras Escuadras de caídos, creador y profeta de nuestro Movimiento, asesinado por las hordas marxistas en la prisión de Alicante el 20 de noviembre de 1936 cuando en España empezaba a amanecer. JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA. ¡PRESENTE! ¡ARRIBA ESPAÑA!
El 23 de noviembre Yezhov tuvo una
      larga reunión con Stalin, tras la cual presentó su dimisión como
      máximo responsable del NKVD, en la cual le sucedió Beria, como
      estaba previsto. En cambio, conservó su puesto como comisario de
      Transporte Fluvial y Marítimo.
    
La cesión que Gran Bretaña y Francia habían hecho ante Alemania
      en la crisis de los Sudetes había inquietado al rey Carlos II de
      Rumanía, que hasta entonces había tratado de mantener estrechas
      relaciones con Francia, y ahora se temía que en breve toda Europa
      Oriental quedaría bajo la influencia alemana. Por ello, el 24 de noviembre Carlos II se entrevistó con
      Hitler en un intento de mejorar las relaciones bilaterales entre
      ambos países. Hitler pidió a Carlos II que liberara a Codreanu y
      lo nombrara primer ministro, algo que el rey no estaba dispuesto a
      hacer.
    
Desde hacía unos meses, la Guardia de Hierro había emprendido una
      campaña de atentados terroristas en Rumanía, a la que Carlos II
      había respondido dando permiso a la policía para arrestar sin
      orden previa a cualquier miembro de la organización y a ejecutar
      sumariamente a quienes hubieran sido encontrados en posesión de
      armas. El mismo día que el monarca se entrevistaba con Hitler,
      miembros de la Guardia de Hierro asesinaron a un pariente del
      ministro de Interior, Armand Calinescu, acérrimo enemigo
      de la organización.
    
El 28 de noviembre Shostakóvich
      estrenó en Moscú la Suite para Orquesta de Jazz número 2.
      
    
La noche del 29 de noviembre Corneliu
      Zelea Codreanu y otros líderes de la Guardia de Hierro fueron
      metidos en un vehículo, supuestamente para ser trasladados a otra
      cárcel, pero durante el trayecto fueron estrangulados y luego
      tiroteados "mientras intentaban escapar". La prensa alemana
      recibió muy mal la noticia, que la calificó como una victoria de
      los judíos, pero Alemania necesitaba el petróleo rumano y el
      gobierno hizo que se olvidara el incidente.
    
Celebradas elecciones, el 30 de noviembre
      Emil Hácha tomó posesión como presidente de Checoslovaquia.
      El 1 de diciembre formó un nuevo
      gobierno con Rudolf Beran como primer ministro.
    
Ese día Polonia decidió ocupar 226 km2 de territorio
      del norte de Eslovaquia., con más de 4.000 habitantes.
    
La ejecución de Shumyatsky y todas las culpas que habían recaído
      sobre él le había dado a Eisenstein una nueva oportunidad para
      congraciarse con las autoridades comunistas, y por la cuenta que
      le traía esta vez no se equivocó: bajo una estrecha supervisión
      gubernamental, rodó Alexánder Nevski, que se convirtió en
      la primera película que terminaba en diez años. Por precaución,
      durante el rodaje había publicado un artículo en el que explicaba
      su proyecto a la vez que trazaba un paralelismo entre Nevski y
      Stalin. El propio dictador había supervisado la película antes de
      su estreno y había dado su aprobación. Fue un éxito de taquilla y
      de crítica, tanto en la Unión Soviética como en el extranjero. La
      música fue compuesta por Serguéi Prokófiev, que también necesitaba
      con urgencia una reconciliación con las autoridades comunistas. La
      escena más famosa de la película (tanto por su realización como
      por la música) es la batalla sobre el lago Peipus (en la que el
      clímax se produce cuando se rompe la capa de hielo), que ha
      servido de inspiración a numerosas películas posteriores. Unos
      años más tarde Eisenstein sería galardonado con la Orden de
        Lenin y el premio Stalin por este trabajo. La
      calidad de la banda sonora de Alexánder Nevski no era muy
      buena, pero Prokófiev adaptó la mayor parte de su música en forma
      de cantata, que también tuvo un gran éxito en las salas de
      concierto.
    
En pocos días se había organizado en Gran Bretaña el Movimiento
        para el cuidado de niños alemanes, que se encargó de buscar
      hogares de acogida para niños judíos, así como de transportarlos
      desde Alemania. Mientras tanto, en Alemania diversas
      organizaciones de voluntarios trabajaron contra reloj para
      elaborar listas de prioridad, para evacuar primero a los más
      necesitados: niños en campos de concentración, huérfanos o hijos
      de padres sin capacidad para mantenerlos, etc. El 2 de diciembre llegaron a Gran Bretaña los
      primeros 200 niños. En los nueve meses siguientes llegarían unos
      10.000.
    
El presidente provisional de Ecuador, Manuel María Borrero, se
      había visto envuelto en una pugna política por la presidencia
      definitiva en cuanto fuera proclamada la nueva constitución. Su
      principal adversario era Francisco Arízaga Luque, hasta
      que cansado de la situación Borrero dimitió y la Asamblea se
      enzarzó en una pugna entre los partidarios de Arízaga y los de Aurelio
        Mosquera Narváez, que finalmente fue elegido presidente
      constitucional gracias al apoyo en último extremo de los
      socialistas.
    
El 4 de diciembre se celebraron
      elecciones en los Sudetes, en las que el 97.32% de la población
      votó a favor del Partido Nacional Socialista Obrero Alemán. Cerca
      de medio millón de alemanes de los Sudetes se había unido al
      partido nazi (un 17.34% de la población, frente a la media del
      7.85% de todo el Tercer Reich).
    
El Pazo de Meirás es una casa señorial que había
      pertenecido a la escritora Emilia Pardo Bazán. En 1936 su hijo y
      su nieto fueron asesinados por milicianos anarquistas, y la
      propiedad quedó en manos de Blanca Quiroga de Pardo Bazán
      (hija de la escritora) y de Manuela Esteban-Collantes
      (viuda de su hijo asesinado). Ambas acordaron donar el pazo a la
      Compañía de Jesús, pero con unas condiciones que éstos no
      aceptaron. Entonces las autoridades franquistas de La Coruña
      decidieron regalárselo a Franco como residencia de verano. La
      propiedad fue comprada a las herederas en unas condiciones
      dudosas, pues en cuanto se cerró la operación se les impidió el
      acceso al edificio incluso para recoger sus pertenencias. Se formó
      una comisión para recaudar fondos para acondicionar la mansión,
      para lo cual se emplearon técnicas como requisar parte del salario
      de funcionarios e incluso de trabajadores de empresas privadas, y
      los ayuntamientos de la provincia fueron obligados a aportar como
      mínimo el 5% de la recaudación del impuesto de contribución
      urbana. Además se instó a los ayuntamientos a organizar comisiones
      para "visitar personalmente a sus convecinos para que nadie
        pueda mañana considerarse postergado si su deseo es contribuir
        con su grano de arena para el Pazo del Caudillo". También se
      expropiaron algunos terrenos colindantes. El 5
        de diciembre le fue entregada a Franco la propiedad ya
      rehabilitada.
    
El 6 de diciembre se firmó en París un
      pacto franco-alemán de no agresión.
    
El 8 de diciembre el gobierno
      republicano continuó su tardía política de peloteo hacia la
      Iglesia Católica creando el Comisariado de Cultos de la
        República, encargado de proteger la libertad religiosa y de
      cultos. Para entonces, el culto público seguía estando prohibido.
    
El actor Edward G. Robinson se estaba distinguiendo por sus
      críticas en público al fascismo y al nazismo. El 9 de diciembre se reunión en su casa un
      comité que firmó una Declaración de independencia democrática
      en la que se instaba al boicot de los productos alemanes.
    
El 10 de diciembre se firmó un tratado
      de cooperación económica entre Alemania y Rumanía.
    
Ese día se celebró, como cada año, la ceremonia de entrega de los
      Premios Nobel.
    
Alan Turing obtuvo su doctorado en la Universidad de Princetown bajo la dirección de Alonzo Church. Poco después regresó a Gran Bretaña y se integró en una organización gubernamental sobre descifrado de códigos, donde empezó a trabajar sobre el código Enigma que habían empleado los alemanes durante la Primera Guerra Mundial y que seguían empleando entonces.
El primer ministro siamés, Phraya Phahon, se había visto envuelto
      en un escándalo el año anterior, con respecto a la venta a altos
      oficiales de propiedades de la casa real por precios inferiores a
      su valor de mercado. En las últimas elecciones sus partidarios
      habían quedado en minoría y una crisis presupuestaria forzó
      finalmente su dimisión. El 13 de diciembre
      fue sucedido por el mariscal Plaek Phiburnsongkhram. 
    
El 15 de diciembre se instituyó el Frente
        de Renacimiento Nacional, el único partido político legal en
      Rumanía, con el que el rey Carlos II trataba de conseguir respaldo
      popular.
    
El 16 de diciembre fue ejecutado el
      poeta georgiano Titsian Tabidze, por una acusación de
      traición que confesó bajo la tortura justa y necesaria. En la
      lista de los cómplices a los que delató se encontraba el poeta
      georgiano Besarion Zakarias dze Gabashvill, conocido por
      el pseudónimo de Besiki. A ojos del NKVD, que hubiera
      muerto en 1791 no hacía menos peligrosa su actividad
      antisoviética.
    
Ese día la aviación republicana bombardeó el aeródromo de Cenia,
      donde la Legión Cóndor estaba concentrando sus efectivos de cara a
      una invasión de Cataluña. Siete aviones alemanes fueron destruidos
      en tierra, pero la artillería antiaérea derribó dos aviones
      republicanos.
    
Otto Hahn y Fritz Strassmann realizaron un experimento
      que mostraba concluyentemente que tras el bombardeo de uranio con
      neutrones se obtenía bario como parte de los productos
      resultantes, fenómeno que no se parecía a nada visto hasta
      entonces.
    
El 22 de diciembre unos pescadores
      capturaron un pez muy raro a unos 60 metros de profundidad en la
      desembocadura del río Chalumna, en el sur de África. Medía
      metro y medio de longitud y pesaba unos 50 kg. Acabó en la
      Universidad Rhodes de Grahamstowm, en la República de
      Sudáfrica, y allí determinaron que se trataba de un celacanto,
      lo que era especialmente interesante, porque los últimos que se
      conocían habían muerto hacía unos 350 millones de años y se
      consideraba que la especie estaba extinguida.
    
El 23 de diciembre las tropas
      carlistas y las del Corpo di Truppe Volontarie atacaban las
      posiciones republicanas en varios puntos a lo largo del río Segre,
      a unos 20 km de su confluencia con el Ebro. Lograron cruzar el río
      y los soldados republicanos se encontraron con que sus oficiales
      los abandonaban y huían. El gobierno republicano envió al general
      Enrique Líster, que había estado al frente de las tropas
      republicanas en la batalla de Teruel y en el intento de contener
      el subsiguiente avance nacional por Aragón. Una vez más, Líster
      logró frenar el avance nacional, pero sus posibilidades de
      resistencia eran limitadas. Algunos miembros de las Brigadas
      Internacionales que todavía no habían sido evacuados de España se
      prestaron a reconstruir sus batallones. Negrín se opuso a ello,
      pero los líderes comunistas los alentaron a combatir.
    
Matvei Berman, el que estuviera hasta el año anterior al frente
      de la GULAG, fue expulsado del Partido Comunista Soviético, y al
      día siguiente, el 24 de diciembre, fue
      arrestado por pertenencia a una de las miles de organizaciones de
      terrorismo y sabotaje imaginarias que proliferaban en la Unión
      Soviética.
    
Pedro Aguirre Cerda tomó posesión como presidente de Chile.
    
Ese día se estrenó El escuadrón de la muerte, un remake
      de otra película del mismo título que se había estrenado hacía
      ocho años, ambientada en la Primera Guerra Mundial, y ahora
      protagonizada por Errol Flynn. Al contrario que sus dos películas
      precedentes, esta vez obtuvo buenas críticas y buena recaudación.
      David Niven interpretaba un papel destacado, al igual que en La
        octava esposa de Barbazul y en otras dos películas
      estrenadas ese año.
    
Un golpe de Estado en Iraq derrocó al primer ministro Jamil
      al-Midfai y el 25 de diciembre Nuri
        al-Said, que ya había sido primer ministro con el rey Faisal
      I, volvió de nuevo al poder. Por esas fechas Turquía ya había
      sofocado la rebelión kurda en Dersim.
    
El 27 de diciembre murió en un gulag
      de una enfermedad no especificada el poeta soviético Osip
      Mandelstam.
    
El 30 de diciembre salió de Gibraltar
      el destructor republicano José Luis Díez, pero agentes
      nacionales presentes en la colonia británica habían avisado con
      bengalas de su salida, y la flota nacional lo estaba esperando. El
      barco fue alcanzado y embarrancó en la playa. Un barco británico
      ahuyentó a los nacionales, rescató a la tripulación y remolcó el
      barco de nuevo al puerto de Gibraltar. La tripulación fue
      internada en una prisión militar en malas condiciones por la que
      Juan Negrín se quejó ante el gobierno britanico.
    
El ballet de Prokóviev Romeo y Julieta no había podido
      estrenarse en la Unión Soviética, aunque se habían interpretado
      algunas suites, de modo que su estreno mundial tuvo lugar ese día
      en Brno, en Checoslovaquia.
    
El 31 de diciembre fue bombardeada Barcelona, donde se produjeron 50 muertos y cerca de un centenar de heridos.
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