Hauch, A.W.
Adam Wilhelm Hauch (1755-1838). Oficial de caballería del ejército danés que dirigió sus pasos hacia el estudio de la química y, al igual que otros muchos compatriotas de su tiempo, realizó un largo viaje por Europa, donde pudo contactar con los principales químicos del momento. Su holgada posición económica le permitió además reunir una de las principales colecciones de instrumentos científicos del norte de Europa, con la que pudo desarrollar un importante trabajo de investigación y ensenanza. La combinación de ambos elementos le llevó a ocupar importantes cargos académicos y políticos, entre ellos el de presidente de la Real Academia de Ciencias de Dinamarca.
Hauch se interesó desde un principio por las espectaculares pero polémicas experiencias sobre el análisis y la síntesis del agua, que pudo contemplar directamente durante su estancia en París. Algunos químicos alemanes defensores de la teoría del flogisto interpretaban estas experiencias afirmando que el agua, como elemento, constituía la parte esencial de todos los fluidos elásticos, de modo que lo que Lavoisier consideraba como la síntesis del agua, a partir de aire inflamable y aire vital, no era otra cosa que la condensación del agua ya existente en estas dos formas de aire. Del mismo modo, la supuesta descomposición del agua no era más que una simple evaporación de este líquido elemental, que pasaba al estado gaseoso al ser calentada. Hauch no entró en esta discusión acerca del carácter elemental del aire y sobre la naturaleza de los gases supuestamente producidos o combinados. Su interés estaba en los experimentos que se habían realizado y en los resultados obtenidos. En concreto, Hauch preparó una larga serie de experiencias en las que el vapor de agua se hacía pasar a través de tubos incandescentes de diferentes tipos de materiales. Se trataba de ver si el resultado del proceso era independiente de los materiales en contacto con el vapor de agua o no, para lo que, durante más de cinco meses, realizó experimentos en los que se hacía pasar el vapor a través de tubos de oro, plata, zinc, cobre, plomo, porcelana, cristal, etc. Observó que sólo cuando el vapor pasaba a través de tubos de cobre, hierro o carbón se desprendía el gas conocido como aire inflamable, lo cual podía interpretarse como una prueba a favor de las tesis antiflogísticas, pero no fue así en el caso de Hauch.
El químico danés vio en este resultado una razón más para seguir disenando experimentos que mostraran si el aire inflamable producido procedía del agua o de los cuerpos con los que el vapor reaccionaba. Hauch tampoco utilizó los balances de masa cuantitativos, que según Lavoisier y sus seguidores demostraban que se trataba de una verdadera descomposición, pues para Hauch como para muchos otros químicos formados en una tradición eminentemente cualitativa, el peso no era un indicador determinante a la hora de identificar las sustancias. Las experiencias de Hauch fueron publicadas en las principales revistas europeas y rápidamente pasaron a engrosar el arsenal de argumentos que los participantes en las disputas utilizaban. En lugar de participar en ellos, Hauch prefirió dedicarse a realizar una nueva serie de experimentos, en esta ocasión para estudiar la supuesta síntesis del agua. Se trataba ahora de averiguar si era cierto que, como afirmaban van Marum, Cavendish o Priestley, al reaccionar los aires inflamable y desflogisticado se producía un líquido ácido, o, como opinaban Fourcroy, Vauquelin, Monge y el propio Lavoisier, no debía obtenerse más que agua pura. Hauch se ocupó en esta ocasión del diseno de un equipo experimental más sencillo y barato que el utilizado por Lavoisier, modificando los gasómetros en la línea marcada por los modelos más sencillos de van Marum. De nuevo sus experimentos fueron publicados, pero Hauch se abstuvo en todo momento de pronunciarse por una u otra interpretación, pensando que lo importante en esos momentos era seguir aportando pruebas y mejorando los procedimientos para obtenerlas.