Priestley, J.

Joseph Priestley (1733-1804) orientó su formación inicial hacia la teología y pronto adquirió una excelente formación en lenguas clásicas y modernas. Al mismo tiempo, Priestley se interesó por un amplio espectro de materias y escribió sobre una gran variedad de temas, que incluyeron desde asuntos teológicos y políticos hasta importantes obras sobre la electricidad o la química. Sus primeras investigaciones sobre los aires se produjeron en 1766 en el marco de sus estudios sobre la electricidad, que darían lugar a conocidas publicaciones en este tema. No obstante, su primer trabajo plenamente relacionado con los fluidos elásticos estuvo dedicado a los métodos de fabricación de aguas minerales efervescentes mediante el uso del aire fijo. Probablemente conoció los trabajos de Black a través de la obra del cirujano irlandés David MacBride, que había sugerido el uso del aire fijo para combatir el escorbuto, una enfermedad que diezmaba a los marineros que se aventuraban a realizar largos viajes. Priestley sugirió un aparato para facilitar el proceso de absorción del aire fijo en el agua, de modo que pudiera ser empleado en alta mar para curar esta peligrosa enfermedad y comunicó sus resultados al almirantazgo británico que lo ensayó en algunos de sus barcos. El método consistía en producir aire fijo mediante la acción de un ácido sobre materiales calizos disueltos en agua. Gracias a una vejiga flexible, el aire fijo así formado se transportaba a un recipiente donde era mezclado con agua.

Joseph Priestley

La fama que alcanzó Priestley con su procedimiento para imitar las aguas minerales efervescentes se vio superada por la publicación de sus posteriores " experimentos y observaciones sobre diferentes tipos de aire" (Experiments and Observations on Different Kinds of Airs) que lo transformaron en uno de los más famosos investigadores de la época, tal y como veremos en el capítulo siguiente. Su principal contribución no provino sólo de su pericia experimental sino también de su habilidad para construir una interpretación verosímil de los nuevos hallazgos basada en procesos de adición o eliminación del flogisto del aire. De este modo, durante los anos setenta del siglo XVIII, Priestley empleó la teoría del flogisto para explicar experiencias desconocidas para Stahl, dando lugar a un esquema interpretativo que difería sustancialmente del ideado por este médico alemán a principio del siglo. La dificultad actual para comprender esta nueva versión de la teoría del flogisto radica en que Priestley, al contrario que Lavoisier, nunca publicó un libro de texto o una obra de síntesis, donde diera una formulación coherente de su interpretación. Por el contrario, sus aportaciones teóricas se encuentran mezcladas con innumerables observaciones y experiencias, todo ello convenientemente aderezado con una retórica empirista que, a menudo, oscurece las innovaciones teóricas que realizó. A través de estos trabajos, Priestley se transformó en el principal líder europeo de las investigaciones sobre los nuevos tipos de aires en los anos setenta del siglo XVIII.