Pocos
podrían imaginar hoy que el cine danés dominó
el mercado europeo a comienzos del siglo XX. Sobre todo, debido
a la amplísima labor de la firma Nordisk Films,
con Ole Olsen al frente, que llegaría a cifras espectaculares:
nada menos que 143 películas lanzadas, por ejemplo, a lo
largo de 1915. La calidad técnica de sus producciones,
el buen dominio del melodrama popular y la presencia de estrellas
con fuerte gancho comercial - entre las que destacó Asta Nielsen,
lograron que la cinematografía de un pequeño país
como Dinamarca impusiera su ley durante una década en todo
el viejo Continente. Sólo la potencia financiera alemana
y la progresiva penetración de Hollywood en los circuitos
europeos, que culminaría al aprovechar el desgaste económico
originado por la I Guerra Mundial, iban a conseguir terminar con
aquel predominio. También de ese mismo momento es el inicio
de la carrera de uno de los grandes nombres del cine, Carl Theodor Dreyer,
cuya primera película data de 1918.
En la Suecia de 1911, el productor Carl Magnusson (1878-1948) y el operador de fotografía Julius Jaenzon crearon unos modernos estudios para la Svenska Biografteatern (fundada en 1907) en la isla de Liding (Estocolmo), que significaron el impulso definitivo al cine sueco. Anteriormente esta productora se había dedicado a las recreaciones folklóricas y bucólicas, Varmlanningarna (La gente de Varmland,1909), Fanrik Stals sagner (Los relatos del maestro Stal,1909), y Brollopet på Ulfasa (Boda en Ulfasa 1909) dirigidos por Carl Engdahl), y a realizar melodramas históricos como Regina och konungen Gustaf III Adolf (El rey Gustavo Adolfo III,1910) de Gustaf Muck Linden. Con los nuevos estudios la Svenska ganó en dinamismo, y se produjeron las divertidas aventuras por el mundo Kolingens galoscher (Las alpargatas de Kolingen,1911), y Tva svenska emigrenters, Aventyr i America (Dos suecos en America,1911) de Julius Jaenzon, así como melodramas tradicionales y adaptaciones de August Strindberg: Blott en drom (Solo un sueño,1911), Systarna (Las hermanas,1912), Froken Julie (La señorita Julie,1912) y Fadren (El padre,1912) dirigidos por Anna Hofman-Uddgren.
A diferencia de Dinamarca y Suecia, que
hicieron durante este periodo films de repercusión internacional,
la producción de Noruega y Finlandia fue mínima
y de ámbito local. En Noruega, la empresa de Hugo Hermansen
produjo la primera producción autóctona, titulada
Fiskerlivets farer (Peligros de la vida de un pescador,1908)
de Julius Jurtzon. Poco después, la International
Film Kompagni se atrevió con el melodrama social de
estilo danés Fattigdommens Forbandelse (La maldición
de la pobreza,1911) de Halfdan Nobel Roede. En Finlandia,
sólo se registró una productora, la Apollo Studio
de K. E. Stahlberg, que efectuó críticas
contra las injusticias sociales, en films como Salaviinanpolttjat
(Los destiladores clandestinos,1907) de Louis Sparre.