SANTILLANA DEL MAR

Mirando al Cantábrico

 

La villa de Santillana está íntimamente ligada al devenir histórico de su espléndida Colegiata de Santa María. Igualmente, la villa es conocida por albergar uno de los tesoros más importantes del arte rupestre del cuaternario, no en balde es llamada la Capilla Sixtina del arte cuaternario".

 

La edificación de la Colegiata se realizó a finales del siglo XI y principios del XII sobre los restos de otra primitiva basílica, del siglo IX y está localizada en el mismo Camino de Santiago, en la ruta costera. La Colegiata ha sido calificada como el primero y más importante de los exponentes del arte románico en Cantabria. En torno a la colegiata y su claustro se desarrolló el núcleo urbano de la villa, con las numerosas casonas y palacios que la rodean. La Colegiata, junto con su claustro, fue declarada Monumento Nacional en el año 1889. Su prestigio y patrimonio alcanzó tales cotas que en el siglo XII adquirió el rango de Iglesia Colegial y fue transformada en Colegiata.

 

Es muy posible, aunque no es del todo seguro, que antes de los agustinos se asentarán en el monasterio los monjes de la Orden de San Benito, durante los siglos de la Alta Edad Media. La existencia de claustro en vez de pórtico delata la existencia de una comunidad religiosa dedicada a las tareas contemplativas propias de los monjes. El claustro es el segundo elemento primordial después de la Iglesia y el verdadero eje de la vida monacal, que en Santa Juliana sustituye al pórtico. A partir del siglo XII se hicieron cargo de la Colegiata los canónigos de la orden de San Agustín, que se mantendrán hasta mediados del siglo XIX. Los monjes abandonan la regla benedictina para acceder a la de San Agustín convirtiéndose en un cabildo de canónigos, pero sin la sede episcopal, propia de una Iglesia Catedral.

 

Una vez pacificada la región y controladas las razzias musulmanas, la situación geográfica de Santillana propició su conversión en un verdadero foco de atracción de peregrinos, primero de camino a Oviedo y, posteriormente de camino a Santiago de Compostela. Dos de las rutas más antiguas hacían escala en Santillana, la ruta costera y la ruta marítima. El rey Fernando I concedió privilegios y exenciones reales al abad Juan, en el año 1043. Estas exenciones recogían el reconocimiento explícito de la amplia jurisdicción de la Iglesia Colegial con respecto a otras propiedades y territorios. En esta ocasión recibía territorios de Burgos. Este hecho indica el grado de reconocimiento y consideración que había adquirido ya el monasterio y su abad a mediados del siglo XI.

 

La expansión territorial de la Colegiata aumentó notablemente hasta el siglo XIII. En el año 1209, el rey Alfonso VII concedió el fuero a la villa, pasando el señorío de la ciudad al abad de Santa Juliana. La villa se convirtió en la capital de la merindad de las Asturias de Santillana y residencia del merino o representante real. Se creó un mercado semanal en la antigua plaza del mercado, hoy Plaza Mayor. No obstante, el aumento de propiedades y de jurisdicción del antiguo monasterio provocó ciertas tensiones con una nobleza laica deseosa de rentas y recelosa del poder del abad. El poder civil tuvo que intervenir para mediar entre estos y aquel. El siglo XIV marca el principio del fin de la abadía. En el siglo XIX finaliza el señorío  nobiliario y se levanta su ayuntamiento con sede en un palacio de su plaza mayor.

 

Entre las muestras más significativas de su arquitectura civil hemos de destacar las abundantes casonas nobiliarias que abundan en todo su término municipal como las de Dña. Leonor de la Vega, las casonas de Barreda, Bustamante, Tagle, Villa, Peredo, Polanco, Quevedo y los palacios de Velarde y Benemejís. De estas casonas de hidalguía y prosapía noble decía Ortega y Gasset: “lo grande no es su dimensión  sino su pretensión”.

 

No podemos abandonar nuestro recorrido por Santillana sin nombrar la esbeltez y primigenia belleza de sus conocidas Cuevas de Altamira, cuya sala principal ha recibido el nombre de la  “Capilla Sixtina del arte cuaternario”. Sin duda, merece especial atención y capítulo aparte de un nuevo recorrido de viajeros.

 

 * El presente trabajo forma parte de una serie de reportajes realizados para prensa con destino a SUPLEMENTOS DE VIAJEROS que editaron un gran número de medios prensa regionales de este país; entre otros ALERTA DE CANTABRIA, LANZA DE CIUDAD REAL, FAROS DE CARTAGENA, CEUTA Y MELILLA, PUBLICACIONES DEL SUR, DIARIO DE JEREZ, DIARIO DE CÁDIZ, FARO DE VIGO, GUADALAJARA 2000, etc

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