VIVIENDA ROMANA DEL S. I d.c: CASA DE PERISTILO
La
casa no es un espacio cerrado sino que se abre a la naturaleza
reservando
al jardín un espacio mayor. De este contacto
con la naturaleza se extrae no sólo una estética
sino también una religión y una filosofía
propias. ATRIO: Es el corazón de la casa. La planta se ordena simétrica en torno a él. Se trata de un patio situado delante de la habitación principal o tablinium. El atrio es cubierto, pero posee una abertura o compluvium hacia la que descienden las vertientes del techo. A nivel del suelo y bajo el compluvium, el impluvium recibía el agua de lluvia; dos canalizaciones partían de él: una hacia la cisterna, cuyo orificio estaba adornada de un brocal redondo, otro hacia la calle, sobre la que desagua el sobrante. ALA: Son dos habitaciones a los lados. En ellas se colocan imágenes de los antepasados. Tenían múltiples utilidades sirviendo igual de comedor que de ropero. TABLINIUM: Se trata de la habitación más grande de la casa, abierta totalmente al atrio pero separada de éste por puertas o cortinas. En un principio se utilizaba como habitación de los padres, conteniendo el lecho conyugal. Más tarde se convirtió en una sala de recepción, donde el señor de la casa recibía a los clientes y los que quería alejar de la intimidad de su casa. CUBICULUM: Se trata de pequeños dormitorios. JARDÍN-PERISTILO: Tras el tablinium y el triclinium se abre el peristilo con el jardín en el centro. Se trata de un patio porticado para el esparcimiento. TRICLINIUM: Se trata del comedor. Los romanos adoptaron la costumbre griega de “echarse a comer”, por lo que esta habitación hubo de adaptarse a la presencia de los lechos. Aunque sin poderles asignar un lugar fijo están “los servicios”, esto es, las habitaciones que albergan la cocina y baños. La cocina se instalaba en un recinto pequeño. Ollas y cacerolas se colocaban sobre trípodes de hierro. Había un pequeño hogar y sobre él una ventana para la salida del humo. La mediocridad de las cocinas hace suponer que no hubieran grandes lujos en la mesa. Los retretes se situaban próximos a la cocina y situados en el trayecto de las aguas sucias. En general, el baño es pequeño y se compone de un trepidarium y un caldarium, es decir, de dos salas. La primera tibia y la segunda caliente. Los interiores de las casas estaban ricamente decorados, las paredes recubiertas de yeso pintado, los suelos de mosaicos, eran verdaderos museos imaginarios. Fuente:
Investigación propia |