Instituto Confucio
VOLUMEN 12 | Nº3 MAYO 2012
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PERSONAJE
un barrio nuevo y moderno, con tiendas
y coches caros por todas partes. Es como
un milagro, una situación singular en el
mundo. Por lo tanto, puedo decir que he
visto todos estos cambios en China sin
salir de Sanlitun.
Después de estar tantos años en Chi-
na, por supuesto, he hecho una pequeña
contribución que no merece la pena
mencionar ahora. De todos modos,
cuando el ex presidente español José Luis
Rodríguez Zapatero vino a China en
abril de 2010 y se entrevistó por primera
vez con el primer ministro chino, Wen
Jiabao, la primera cosa que el mandatario
chino le dijo a su homólogo español fue:
“España es el mejor amigo de China en
Europa”. Estuve aquí en 1989, momento
difícil para China, y España le tendió una
mano al Gobierno chino en ese momen-
to. El que fuera ministro de Relaciones
Exteriores de China en aquel entonces,
Qian Qichen, escribió en sus memorias
que el único país europeo que no criticó
al Gobierno chino tras lo ocurrido en la
plaza de Tian’anmen fue precisamente
España, acción que China nunca lo olvi-
dará.
Por su parte, Juan Antonio Samaranch
fue una persona muy importante que
fortaleció nuestra relación con el pueblo
chino. Recuerdo que hace unos años
se realizó una encuesta por todo el país
preguntando quiénes eran los mejores
amigos extranjeros de China. Resultó que
Samaranch ocupó el tercer lugar. Los dos
primeros eran Norman Bethune, un viejo
médico canadiense en la década de 1930,
y John Rabe, un comerciante alemán que
vivió en Nanjing también por esa época y
que salvó de la muerte a muchos chinos
durante la invasión japonesa. Estos dos
héroes debieron morir hace ya mucho,
así que en el momento de la encuesta
Samaranch era la persona más querida
por el pueblo chino y que seguía todavía
con vida.
—Señor Bregolat, ¿cree usted que
China tiene características comunes
con España en lo referente a las cos-
tumbres y a la cultura?
—A simple vista, los chinos y los espa-
ñoles parecemos muy diferentes. Estamos
muy lejos los unos de los otros, y nuestra
historia y cultura también han seguido
diferentes caminos. Todo parece muy dis-
tante entre los dos pueblos, pero cuando
miramos más de cerca, nos damos cuenta
de que realmente no somos tan distintos,
especialmente en cuanto a las relaciones
personales.
A los chinos les gusta mucho España
y la mayoría de los que la han visitado
desean volver otra vez. De hecho, el 65
por ciento de todos los turistas que recibe
nuestro país cada año ya nos han visitado
con anterioridad, y más del 40 por ciento
de ellos han estado en España al menos
en diez ocasiones. Esto significa que les
gusta lo que ven y que les ha parecido
“Valencia está más
vinculada con China
que cualquier otra
parte de España.
Tenéis los fuegos
artificiales, los
petardos y el arroz.”
1.
Hútòng
(
胡同
) es una palabra china que se utiliza en el norte del país para indicar los callejones estrechos del centro de las ciudades originariamente construidos por los
mongoles.