Instituto Confucio
VOLUMEN 14 | Nº5 SEPTIEMBRE 2012
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LENGUA CHINA
Lograr una posición
destacada en el
organigrama de tu
empresa
Los estudiantes que aprenden chino
en la Escuela Oficial de Idiomas de
Valencia suponen un porcentaje muy
pequeño comparado con los de otros
idiomas más solicitados, como el inglés,
francés, alemán o portugués, pero están
igual de entusiasmados e incluso son
hasta más perseverantes. Al menos esto
es lo que defiende Yang Qing, directora
del Departamento de Chino y profesora
de dos grupos de intermedio y uno de
avanzado.
Lleva once años en España y cua-
tro en Valencia y está asombrada de la
creciente popularidad por estudiarlo.
“
Mucha gente en Valencia tiene interés
por la cultura china y muchos llegan
incluso con algún leve conocimiento
porque, por interés y afición, han estu-
diado algo”, defiende Yang. Sabe que
las situaciones económicas dispares que
viven ambos países es otra de las razones
de esta moda, “los hay que empiezan a
aprenderlo como un reto laboral más e
incluso sus propias empresas aquí tienen
clientes chinos y logran así una mejor
posición dentro de la misma y eso les
beneficia”.
A la hora de estudiarlo ve como en
todas las lenguas “muchos empiezan
pero no lo terminan, sin embargo quien
estudia chino dura más porque es un
idioma que atrapa”. Para los estudiantes
lo más complicado son los tonos y la
pronunciación, “más que memorizar los
caracteres”.
Nuria Bonastre es alumna de Yang
y da fe de ello, “En chino, una sílaba
puede tener hasta cuatro tonos y puede
cambiar el significado. Es lo que más
nos cuesta” y añade “soltarse a hablar
es complicado, nos da vergüenza por la
complejidad”. Está en el nivel avanzado
y le apasiona el idioma, le ha conquis-
tado. “Ánimo a la gente que duda en
estudiarlo y que le llame la atención que
pruebe”, bromea Yang “y para aquellos
que como Nuria tienen un buen nivel
que marchen a cualquier ciudad del
norte de China donde hay un lenguaje
más estándar, sin la influencia de los
dialectos del sur”. Pero tanto profesora
como alumna están de acuerdo en una
cosa, “hay que tener confianza, no es un
idioma sencillo como el inglés y hay que
dedicarle tiempo pero merece la pena”,
sentencia Nuria.
“
La pronunciación es lo que
más cuesta, ya que a veces las
diferencias son muy sutiles”
Erradicar el mito del
chino como lenguaje
complicado
Laura Sánchez tiene 28 años, es licen-
ciada en Periodismo y es de Madrid.
Está a punto de terminar un año de