continuación: viene de la página 1 El país está lleno de facciosos; el hombre que va a trabajar lleva un escudo. Ya puede crecer el Nilo, ya no se cultiva, todos dicen: No sabemos lo que sucederá al país . El hombre mata al hermano nacido de la misma madre. Los caminos están acechados. La maleza se llena de gente que aguarda a que venga aquél que regresa al atardecer para quitarle su carga; molido a garrotazos, es muerto vergonzosamente. Los rebaños vagan al azar, nadie los reúne. Los que poseen vestidos andan en andrajos. Los grandes se emplean en los almacenes. Las damas que reposaban en las camas de su esposo duermen sobre pieles; sufren como si fueran criadas. Las amas de casa dicen: ¡Ah, si tuviéramos algo para comer! . Las mujeres sufren por sus ropas viejas y sus corazones se avergüenzan cuando se las saluda. Las mujeres nobles sufren hambre. Ellas ofrecen a sus hijos sobre las camas. Cada uno se lleva los animales que marca con su nombre. Todo lo que ayer se veía ha desaparecido. El país está abandonado como un campo segado. Por todas partes se destruyen las cosechas. Faltan vestidos, especias, aceite. La suciedad cubre la tierra; ya no existen vestidos blancos. Todo el mundo dice: Ya no hay nada . Los almacenes han sido destruidos y sus guardianes muertos. Se come hierba y se bebe agua. Se quita el alimento de la boca de los cerdos, tanta es el hambre que hay. Los hombres disminuyen. Por todas partes se ve al hombre derribar a su hermano. Los muertos son lanzados al río; el Nilo es un sepulcro. Las mujeres son estériles, ya no tienen hijos. Grandes y chicos exclaman: ¡Quisiera morir! ; los niños dicen: Mi padre no debiera haberme dado vida . Vamos , dicen los ujieres, entreguémonos al saqueo . Los archivos de la sala de justicia son robados; los secretos divulgados...las oficinas públicas violadas, las declaraciones robadas; por ello los siervos se transforman en dueños de siervos. Los funcionarios son muertos; sus escritos, robados; los escritos desaparecen. Los víveres de Egipto son del primero que llega y dice: Aquí estoy, esto es mío. La casa del rey ya no tiene rentas. Las leyes de la sala de justicia son lanzadas al vestíbulo. Se las pisotea en la plaza pública; los pobres las maltrataban en las calles...La gran sala de justicia es de quien entra en ella. Los pobres van y vienen por la sala de audiencias. Suceden cosas nunca vistas; el Rey es raptado por los pobres. La pirámide está vacía de su anterior contenido. Algunos hombres sin fe y sin ley han despojado al país de la realeza y el palacio real se destruyó en una hora. La justicia está contigo, pero lo que tú propagas por el país es la confusión, ordena pues que se te rindan cuentas. Ningún funcionario está en su puesto; es como un rebaño atemorizado y sin pastor. Los jefes del país huyen porque ya no tienen ocupación. Cuando el director de la ciudad se desplaza, ya no tiene escolta.
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