continuación: viene de la página 1 Los Principii di una Nuova Scienza muestran un valor desigual. Ofrecen intuiciones geniales e hipótesis arbitrarias. Sus mayores méritos son tres. El primero radica en su crítica a la exégesis ingenua de los mitos. Vico indica que los héroes y divinidades sólo representan símbolos o personificaciones de las ideas, sentimientos e intereses de los pueblos. Así niega cualquier tipo de validez a las leyendas que se refieren a las épocas primigenias de las civilizaciones antiguas de las que el ejemplo más acabado es el relato de la fundación de Roma por Rómulo y Remo. El segundo mérito de Gian-Battista Vico estriba en atribuir al Derecho un papel fundamental en la marcha de la Historia bien que lo haga en detrimento del Arte, la Filosofía y la Religión. El tercer mérito de Vico consiste en afirmar la existencia de un fondo racional y lógico en el desarrollo histórico de los pueblos. Ese sustrato serviría de base a todas las doctrinas filosóficas que se formularán posteriormente acerca del progreso humano. Tiene gran relevancia la periodización de la Historia que aparece en Principii di una Nuova Scienza . Vico dispone el núcleo de la Filosofía de la Historia en el sistema cíclico de los corsi y ricorsi. Según este sistema la vida de los pueblos se desarrolla siempre en forma cíclica: a guisa de eterno retorno. Gian-Battista Vico defiende que la vida de todas las naciones pasa de modo inexorable por tres etapas: divina o teocrática, heroica o fabulosa y humana o histórica. Nuestro autor postula que esos mismos períodos afectarían a otros mundos si existieran. La fase divina o teocrática es la época de los dioses y los mitos. Representa una edad oscura en cuyo decurso se emplea una lengua sagrada y jeroglífica. Durante la etapa divina o teocrática la autoridad aplica la justicia de manera implacable. La segunda fase es la heroica o fabulosa. Se trata de una edad de héroes y bárbaros donde florece un idioma poético enriquecido por las metáforas. En su desarrollo se perciba la equidad política pese a la naturaleza aún arbitraria de ciertas manifestaciones del poder. La tercera fase es la humana o histórica. La singularizan cuatro notas: el uso de un lenguaje literario o clásico, la organización de la vida social a base de la igualdad civil y el imperio de una monarquía bien constituida. Cuando la tercera fase concluye la decadencia adviene necesaria e inexorablemente. G.-B. Vico explica el declive de las culturas por dos causas: la corrupción interna y la pérdida de la independencia nacional. Cuando la decadencia se torna irreversible se disuelve el pueblo que la sufre. Encima de sus ruinas se erigen nuevos pueblos que han de recorrer por fuerza los períodos divino o teocrático, heroico o fabuloso y humano o histórico.
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