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ESTROFA XXXIX SIGUIENTE

Más agradable y menos zahareña,
al mancebo levanta venturoso,
dulce ya, concediéndole, y risueña,
paces no al sueño, treguas sí al reposo.
Lo cóncavo hacía de una peña
a un fresco sitïal dosel umbroso,
y verdes celosías unas hiedras,
trepando troncos y abrazando piedras.

Comentarios:

Finalmente Galatea decide mostrarse amable, pero ello no significa que se hayan disipado sus inquietudes. Al contrario, las está disimulando, pues en su interior sigue confusa, como lo muestra el confuso verso:

paces no al sueño, treguas sí al reposo.
En la segunda mitad de la estrofa da comienzo la escena del idilio de Acis y Galatea. Éste es el pasaje en el que la narración adopta un estilo más cinematográfico. Aquí la cámara empieza un movimiento que parte de la pequeña cueva que cobija a los amantes:
Lo cóncavo hacía de una peña
a un fresco sitial dosel umbroso,
y verdes celosías unas hiedras,
trepando troncos y abrazando piedras.
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