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¡Oh bienaventurado
albergue, a cualquier hora!
Tus umbrales ignora
la Adulación, sirena
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de reales palacios cuya arena
besó ya tanto leño,
trofeos dulces de un canoro sueño;
no a la Soberbia está aquí la Mentira
dorándole los pies en cuanto gira
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la esfera de sus plumas,
ni de los rayos baja a las espumas
Favor de cera alado.
¡Oh bienaventurado
albergue, a cualquier hora!
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Comentarios:

En este pasaje Góngora es capaz de condensar una amarga y minuciosa crítica hacia las costumbres de la corte gracias a las eficientes alusiones a mitos y creencias populares. A diferencia de lo que sucede con muchos de sus imitadores, estas alusiones no son meros adornos cultos y superfluos, sino que en manos de Góngora se convierten en una poderosa técnica expresiva que desborda ingenio y oportunidad.

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