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En 1501, el rey Federico I de
Nápoles contempló impotente cómo las tropas
francesas, capitaneadas por el rey Luis XII de Francia y César
Borgia, saqueaban Capua y
tomaban la capital napolitana, mientras las tropas
castellano-aragonesas,
capitaneadas por Gonzalo Fernández de Córdoba, ocupaban
Calabria y Tarento, donde fue hecho prisionero Fernando, el hijo de
Federico I, que fue enviado a Aragón. Luis
XII hizo así efectivo su título de rey de
Nápoles. Federico I trató de huir, pero finalmente
optó por entregarse a Luis XII, que le otorgó en
compensación el ducado de Anjou.
Después, César Borgia continuó sus conquistas
por Italia Central apropiándose del ducado de Urbino. Su padre, el Papa Alejandro
VI, le concedió el título de duque de Romaña.
César se dedicó entonces a organizar su ducado.
Creó una administración centralizada y empezó a
reparar los daños sufridos por sus ataques en ciudades y
fortalezas. Como arquitecto general al frente de esta
reconstrucción, contrató a Leonardo da Vinci.
Ese año los Reyes Católicos casaron a su hija Catalina
con Arturo, el príncipe
de Gales, hijo del rey Enrique VII de Inglaterra. Por su parte, el
emperador Maximiliano I casó a su hija Margarita con el duque Filiberto II
de Saboya.
Tras su estancia en Roma el año anterior, Nicolás
Copérnico continuaba en Bolonia sus estudios de derecho
canónico, además de los de griego, matemáticas y
astronomía, que estudiaba por su cuenta. Sin embargo, ese
año le escribió su tío Ukazs, el obispo de
Ermeland, anunciándole que había obtenido para él
una canonjía en la catedral de Frauenburg.
Copérnico quería continuar con sus estudios de
astronomía, así que, apenas hubo tomado posesión
de su cargo, pidió permiso a su tío para volver a Bolonia
a terminar sus estudios de derecho canónico. El obispo le
objetó que, una vez conseguida la canonjía, ya no
necesitaba tales estudios, y Copérnico no encontró
más opción que sugerir a su tío la posibilidad de
estudiar medicina en Padua. En efecto, la idea de que la catedral
contara con un "físico" (que pudiera en un futuro atender al
obispo y a los demás religiosos de la catedral) fue bien
recibida, y Copérnico obtuvo una ayuda económica para
estudiar medicina. Naturalmente, entre las asignaturas de medicina que
cursó en Padua se encontraba la astronomía. (La
elaboración de horóscopos y cartas astrales era un
método de diagnóstico utilizado por los mejores
físicos de la época.)
Miguel Ángel había dejado Roma para regresar a Florencia, y allí recibió un encargo del arzobispo de Siena, el cardenal Francesco Piccolomini, que le pedía varias estatuas en mármol para el llamado altar Piccolomini, de la catedral de Siena.
Ese año murió el rey Juan I de Polonia, que fue
sucedido por su hermano Alejandro, el gran duque de Lituania, ahora Alejandro I de Polonia. El gran
ducado de Lituania pasó a Segismundo,
el hermano menor del nuevo rey.
El rey Juan I de Dinamerca, Noruega y Suecia fue expulsado de este
último reino por los partidarios de Sten Gustafsson, el cual
volvió a ejercer la regencia.
El 21 de julio llegó a
Lisboa la expedición capitaneada por Pedro Álvares
Cabral. Según sus informes, las especias tan codiciadas en
Occidente no provenían de la India, sino que la India las
importaba a su vez de un territorio situado aún más al
este llamado Moluco. Los
portugueses se plantearon entonces si, para llegar a puntos tan
alejados por el este, no sería más rápido
dirigirse hacia el oeste, como Colón había conjeturado.
Tal vez Moluco no estuviera muy lejos de la "isla" de Brasil,
recientemente descubierta por Cabral. Para dilucidar la
cuestión, decidieron enviar una nueva expedición a
Brasil, que caía bajo la soberanía portuguesa por el
tratado de Tordesillas y, si luego desde allí llegaban a algo
interesante más al oeste... ya se renegociaría el
tratado. La expedición quedó al mando de Américo
Vespucio, que ya había explorado Brasil el año anterior,
y de João da Nova Castella,
que, como su nombre indica, era un castellano que había entrado
al servicio de Portugal. Tras una escala en las islas Cabo Verde,
alcanzaron Brasil en agosto. Desde
allí navegaron hacia el sur recorriendo la costa y comprobaron
que Brasil no era una isla, sino el extremo de un gran continente que
se interponía entre Europa y las Indias.
Mientras tanto, Gaspar Corte-Real
había dirigido una segunda expedición a Terranova. Esta
vez fue más allá y exploró una costa más al
oeste, donde capturó a unos indígenas que fueron llevados
como esclavos a Portugal en dos de las naves de la expedición.
Esto hizo que la nueva costa fuera conocida como Terra del Laboratore (Tierra de los
Esclavos), que en castellano se ha convertido en Labrador. El barco de Gaspar
Corte-Real no regresó.
La expedición de Rodrigo de Bastidas llegó hasta la región llamada Darién. Bastidas acuñó el anodino nombre de Tierra Firme para referirse a la costa continental situada al sur de las Antillas, desde la isla Margarita hasta Darién. Luego, un temporal le destrozó varias naves y el resto tuvo que refugiarse en Santo Domingo, donde el gobernador Bobadilla le abrió un proceso y se quedó con todo el botín que había obtenido en su viaje. En la expedición de Bastidas había participado un joven de veintiséis años llamado Vasco Núñez de Balboa, que se quedó en La Española al obtener la concesión de unas tierras. Bastidas, en cambio, regresó a Castilla, donde fue absuelto de las acusaciones de Bobadilla y recibió una pensión vitalicia. Sus quejas sobre el gobernador se unieron a las de Cristóbal Colón y lograron que los Reyes Católicos destituyeran a Bobadilla en septiembre. El 3 de noviembre nombraron como sustituto a Nicolás de Ovando.
La Confederación Helvética incorporó los
cantones de Basilea y Schaffhausen,
con lo que incluía ya a un total de doce cantones.
En Asia Central irrumpió una horda turca, los uzbekos, acaudillados por Saybani Jan, los cuales expulsaron
de
Samarkanda al timurí Zahir al-Din Báber, que se vio
obligado a llevar una vida errante enfrentándose con diversa
fortuna a los uzbekos.
En diciembre se casó por
tercera vez Lucrecia Borgia, a sus veintiún años. Su
nuevo esposo era Alfonso de Este,
primogénito del duque de Ferrara. Recientemente, Lucrecia
había
tenido un hijo de padre desconocido. Las malas lenguas dijeron que era
hijo de su abuelo, el Papa Alejandro VI.
El 1 de enero de 1502, una
expedición portuguesa llegó a una bahía de la
costa brasileña que fue tomada por la desembocadura de un
río, al que llamaron Rio de
Janeiro (Río de Enero), aunque lo cierto es que no
había tal río.
Tras muchas dificultades, Alonso de Ojeda se asoció con dos
mercaderes sevillanos, Juan de Vergara
y García de Ocampo,
para equipar cuatro barcos con los que hacer efectiva la
concesión que los Reyes Católicos le habían hecho
el año anterior. Con ellos zarpó del puerto de
Cádiz a principios de año.
Nicolás de Ovando llegó a La Española con la
misión de implantar la autoridad real sobre las distintas
facciones que se habían generado en la isla durante el gobierno
de Colón, fomentar la producción para que La
Española se bastase a sí misma y ayudar al
establecimiento de la Iglesia y la difusión de la fe cristiana.
Francisco de Bobadilla embarcó rumbo a Castilla, pero
murió al naufragar su barco.
Ovando trató con mano dura tanto a los europeos levantiscos
como a los indios que protestaban contra el trato que recibían
de los recién llegados. Introdujo el régimen de encomienda de indios, en virtud del
cual los indios, como súbditos castellanos, eran encomendados a
un castellano (el encomendero)
que cobraba de ellos los impuestos que, como castellanos, debían
a la Corona (y que los indios pagaban normalmente en forma de trabajo)
y, en lugar de transferir estos impuestos (o los rendimientos derivados
de ellos) a la Corona, el encomendero se comprometía a instruir
y evangelizar a sus encomendados. Técnicamente, el encomendero
no era dueño del indio o de sus tierras (salvo que recibiera las
tierras por otro tipo de concesión), sino únicamente de
su trabajo, sutileza que permitía a algunos eruditos distinguir
la encomienda de la esclavitud. Los encomendados trabajaban las tierras
y extraían oro de las minas, principalmente.
Ovando llegó a La Española acompañado de Juan Ponce de León, de
cuarenta y dos años, que en su juventud había sido paje
del que luego sería el rey Fernando el Católico y
había participado en la guerra de Granada. También le
acompañaban varios jóvenes que buscaban fortuna. Entre
ellos se encontraba Bartolomé
de Las Casas, de veintiocho años, hijo de un modesto
mercader que había participado en el segundo viaje de
Colón. Había estudiado latín y humanidades. En
cambio, Francisco Pizarro, a
sus veinticuatro años, ni siquiera sabía leer y escribir,
aunque eso no le había impedido guerrear con éxito en
Italia. Era hijo bastardo de un capitán castellano.
También iba a acompañarlos un joven de diecinueve
años, de familia noble, aunque no rica, que había
estudiado latín, gramática y leyes en Salamanca, aunque
no había llegado a graduarse. Se llamaba Hernán Cortés, pero un
accidente acaecido a raíz de un problema de los que
vestían faldas le
impidió embarcar.
Cada vez había más evidencias de que los territorios
descubiertos en Occidente no eran las Indias, pero el Almirante de la
Mar Océana se dispuso a emprender una cuarta expedición
que confirmaría definitivamente lo contrario. Zarpó el 9 de mayo, con rumbo a Juana (Cuba), que a
juicio de Colón era una provincia lejana de China, y desde
allí llegaría a la India. Más aún,
Colón anunció que regresaría a Castilla por
Oriente, esto es, dando la vuelta al mundo. En este viaje le
acompañaron su hermano Bartolomé y sus hijos Diego y
Hernando, que tenían ya veinticuatro y catorce años,
respectivamente. Su hermano menor, Diego, había ingresado en la
carrera eclesiástica y no vovería a embarcarse.
Tocó tierra en dos islas nuevas, a las que llamó
Martinica y Santa Lucía, al sur de la
Dominica y al norte de San Vicente. De ellas pasó a Dominica y a
San Juan, pero tuvo que pasar de largo por La Española, ya que
el gobernador Ovando le prohibió desembarcar.
Ese mismo mes, las cortes de Toledo juraron lealtad a Juana y su
marido, Felipe el Hermoso, como príncipes de Asturias, es decir,
herederos del reino de Castilla.
Mientras tanto, Américo Vespucio y João da Nova,
después de
haber avanzado desde Brasil hasta latitudes mucho más
meridionales que la del
cabo de Buena Esperanza sin que la costa cambiara de sentido,
decicieron regresar a Portugal. Durante el camino de regreso tropezaron
con una isla a la que llamaron Santa
Elena, situada entre Brasil y la costa africana, aproximadamente
a la mitad de distancia de África que de Brasil. Sus informes
convencieron a los portugueses de que para llegar a las Indias era
mejor la ruta oriental. Vasco da Gama partió de nuevo hacia la
India al mando de una flota de veinte navíos. Su misión
era desarticular el comercio musulmán en aguas orientales. Cerca
de Calicut empezó a cumplirla. Se conserva el relato de un
testigo presencial:
Interceptamos un barco que venía de La Meca con 380 hombres a bordo y muchas mujeres y niños. Aprehendimos 12.000 ducados y además nos hicimos con mercancías valoradas en más de 10.000 ducados. Incendiamos después el buque con los que a bordo estaban.
Al llegar a Calicut, Vasco da Gama exigió al príncipe
que expulsara a todos musulmanes de la ciudad como condición
previa para entablar negociaciones comerciales. El príncipe se
negó y los portugueses bombardearon la ciudad y bloquearon su
puerto.
Miguel Corte-Real
marchó a Terranova en busca de su hermano desaparecido, pero
tampoco regresó.
Un violento huracán destruyó la ciudad de Santo
Domingo, y el 5 de agosto
Nicolás de Ovando ordenó su reconstrucción en un
lugar cercano (su emplazamiento actual). Fue la primera ciudad
edificada siguiendo un esquema cuadriculado o de tablero de ajedrez.
Rechazado en La Española, Colón
bordeó la costa meridional de Cuba y luego tomó rumbo
sur. El 14 de agosto tocó
tierra en una costa que fue llamada Honduras,
al parecer por deformación de una palabra maya que significa
"lleno de agua". Desde allí siguió la costa hacia el sur,
buscando un paso que le permitiera llegar a la India. El 12 de septiembre dobló el cabo que
llamó Gracias a Dios.
Desde allí la costa descendía hacia el sur, pero el 18 de octubre llegó a un punto en
que giraba hacia el sureste. Finalmente, en la región que
llamó Veragua se
orientaba definitivamente hacia el este. Allí fundó la
ciudad de Santa María de
Belén.
Las cortes de Zaragoza juraron lealtad a Juana y a Felipe el Hermoso
como herederos de la Corona de Aragón, con la salvedad de que si
Fernando II tuviera un hijo varón de matrimonio legítimo,
quedaba anulado el juramento.
Desde Calicut, Vasco da Gama se dirigió a Cochin, donde
impuso las condiciones comerciales
que consideró oportunas y obligó al príncipe a
conceder autorización a
los portugueses para edificar factorías y fortificaciones
militares.
Mientras tanto, el príncipe de Calicut había reunido una
poderosa flota, y, al tener noticia de ello, Vasco da Gama
consideró que era buen momento para regresar a Portugal.
Venecia cobró su parte de la alianza que había establecido con Francia y Aragón cuando una flota conjunta de las tres potencias destrozó la flota del sultán otomano Bayaceto II. Pero las relaciones entre Francia y Aragón no tardaron en agriarse: el acuerdo pactado entre Luis XII y Fernando el Católico sobre el reparto de Nápoles estipulaba que el primero se quedaría con la parte norte y el segundo con la parte sur, pero la frontera no quedó bien delimitada, y así Francia y Aragón entraron en guerra por los territorios centrales. Los franceses obligaron a Gonzalo Fernández de Córdoba a encerrarse en Barletta, donde se dispuso a resistir a la espera de refuerzos.
Los señores italianos despojados de sus dominios por el duque
de Romaña, César Borgia, se aliaron con otros
señores que aún no habían corrido su misma suerte
pero podían correrla en cualquier momento. Para hacer frente a
esta coalición, el Papa Alejandro VI necesitaba dinero, pero
tuvo la suerte de que muriera el cardenal Ferrari, excepcionalmente
avaro y, en consecuencia, excepcionalmente rico. Alejandro VI
confiscó su fortuna y se la cedió a César. En Roma
se hizo célebre un epigrama sobre el difunto cardenal,
según el cual "la tierra
tenía su cuerpo y el Papa sus dineros, pero el infierno
poseía su alma". Las malas lenguas dijeron que
había muerto envenenado por el Papa. Por otra parte,
César Borgia propuso una alianza a la república de
Florencia. Los florentinos le enviaron como embajador al obispo de Volterra, que fue acompañado
por Nicolás Maquiavelo.
El príncipe elector de Brandeburgo Joaquín I se
casó con Isabel, hija
del rey Juan I de Dinamarca, a la vez que su hermana Ana se casaba con Federico, hermano de Juan I.
Ese año murió el soberano azteca
Ahuitzotl, que fue sucedido por su sobrino Moctezuma II, hijo de
Axayácatl.
En Inglaterra murió Arturo, el príncipe de Gales, con lo que el heredero de la corona inglesa pasó a ser su hermano Enrique.
También murió el padre de Alberto Durero, el cual tuvo
que hacerse cargo de su madre, inválida y casi ciega. Por esta
época empezó a pintar acuarelas de plantas y animales,
detalladas como si fueran láminas de historia natural. Entre
ellas destaca la Liebre.
La Comedia de Calisto y Melibea, pasó a titularse Tragicomedia de Calisto y Melibea a
partir de varias ediciones de este año, que incorporaban cinco
actos nuevos, haciendo un total de veintiuno.
El arzobispo de Siena, Francesco Piccolomini, encargó al
Pinturicchio la decoración de la librería
de la catedral de Siena, la llamada librería Piccolomini.
En Ardabil, en la orilla
occidental del mar Caspio, vivía un líder religioso
chiita llamado Haydar, cuyo
hijo, de apenas quince años, llamado Ismaíl, se las arregló
para agrupar en torno a él a los discípulos de su padre,
así como la unas tribus turcas llamadas Qizil Bas (cabezas rojas, es decir,
con turbante rojo). Gracias a ellas se apoderó de los
territorios dominados por la confederación del Carnero Negro y
se proclamó nada menos que sha
de Persia. A continuación se lanzó a darle pleno
sentido a este título conquistando Persia.
El kan de Crimea, Mengli Giray, destruyó Saray, la capital de la Horda de Oro, que se fragmentó en innumerables kanatos sin poder alguno. Esto supuso oficialmente la liberación de los principados rusos, aunque en la práctica disfrutaban ya de una total independencia desde hacía algunas décadas. Iván III el Grande, el gran príncipe de Moscú, llevaba dos años en guerra contra Lituania, y en 1503 obtuvo una victoria por la que el rey Alejandro I de Polonia tuvo que entregarle diecinueve ciudades y setenta territorios.
El rey Jacobo IV de Escocia se casó con Margarita, hija del rey Enrique VII
de Inglaterra.
Nicolás Copérnico marchó a la universidad de
Ferrara, donde obtuvo su doctorado en derecho canónico.
Pasó unos meses más en Ferrara y luego volvió a
Padua a proseguir sus estudios en medicina y astronomía.
Un joven de veintinueve años llamado Ludovico Ariosto terminó sus Carmina en latín y
seguía componiendo sus Rime
en italiano. Ese año fue acogido bajo la protección del
cardenal Ippolito de Este.
Vasco da Gama, de vuelta en Lisboa, a sus treinta y seis
años, se retiró de la navegación. El rey Manuel I
envió a Cochin a Alfonso de
Albuquerque, donde construyó un fuerte.
Vasqueanes Corte-Real dirigió
una expedición a Terranova en busca de sus dos hermanos
desaparecidos, pero no los encontró y regresó a Portugal.
Tras tantos fracasos consecutivos, los portugueses dejaron de
interesarse por Terranova.
Alonso de Ojeda había intentado establecer un asentamiento en
la
costa venezolana, pero el lugar elegido resultó ser una tierra
estéril,
faltaban víveres y los tiempos en que los indígenas
acogían amablemente
a los visitantes ya habían pasado. Cundió el descontento
y sus socios,
Ocampo y Vergara, lo hicieron prisionero y lo llevaron a La
Española.
Allí fue liberado, regresó a Castilla y allí
obtuvo una resolución
favorable en el pleito que entabló contra sus ex-socios.
Algo similar le ocurrió a Cristóbal Colón y sus
hombres, que
tuvieron que abandonar su asentamiento de Santa María de
Belén a causa
de la hostilidad de los indígenas. Navegaron hacia Cuba y por el
camino se encontraron con las islas Caimán.
Las cortes de Barcelona juraron lealtad a Juana y Felipe el Hermoso
como príncipes de Gerona, con la misma salvedad impuesta por las
cortes de Zaragoza el año anterior. Felipe marchó
entonces a Flandes, mientras que Juana se quedó en Castilla, y
allí tuvo en marzo a su
cuarto hijo, Fernando.
En abril llegaron los refuerzos
que esperaba Gonzalo Fernández de Córdoba. Aun con ellos,
se hallaba en inferioridad numérica respecto a los franceses,
así que optó por parapetarse en el pueblo de Ceriñola, situado sobre un
cerro y protegido por un foso, que reforzó con una empalizada.
El 23 de abril llegaron los
franceses, capitaneados por Luis
d'Aramagnac, el duque de Nemours, al que el rey Luis XII
había nombrado virrey de Nápoles. Lucharon frente al
pueblo hasta que el duque se encontró con el foso que le cortaba
el paso. Al tratar de rodear el obstáculo fue tomado por
sorpresa por los hombres de Fernández de Córdoba, que
obtuvieron una victoria completa. Tanto el duque de Nemours como el
comandante de su infantería murieron en la batalla. El resto del
ejército francés tuvo que refugiarse en Gaeta.
En Córcega estalló una revuelta contra el dominio
genovés, y Génova envió un ejército bajo el
mando del condotiero Andrea Doria.
El 18 de agosto murió el
Papa
Alejandro VI. Las circunstancias de su muerte dieron pábulo a
los rumores, pues él, su hijo César y el cardenal Corneto enfermaron tras una cena. Se
dijo que el Papa y su hijo habían tratado de envenenar al
cardenal, pero cometieron un error y los tres ingirieron el veneno.
El 22 de septiembre fue elegido
Papa el cardenal Francesco Piccolomini. Sobrino del Papa Pío II,
decidió adoptar el nombre de Pío
III. Así, durante unas semanas, la Iglesia tuvo otra vez
un Papa humanista, pero tenía ya sesenta y cuatro años y
murió el 18 de octubre. El 1 de noviembre fue elegido en su lugar el
cardenal Giuliano Della Rovere,
que adoptó el nombre de Julio
II.
Otros fallecidos ese año fueron:
En diciembre, un ejército
francés se dirigía a Gaeta en auxilio de las tropas
derrotadas en Ceriñola por Gonzalo Fernández de
Córdoba, sin embargo, éste le cortó el paso
atrincherando a sus hombres en el pueblo de Cintura, a la orilla del río Garigliano. Allí
esperó a recibir tres mil hombres de refuerzo, que acudieron
bajo el mando de Francisco de Albiano,
y con ellos cruzó el río. Tras varias horas de combate
encarnizado, los franceses huyeron también a Gaeta, aunque no
estaban en condiciones de auxiliar a nadie. Sus recientes victorias
valieron a Gonzalo Fernández de Córdoba el sobrenombre de
Gran Capitán. El 3 de enero de 1504 entró en Gaeta e
hizo proclamar al rey Fernando II de Aragón como rey de
Nápoles. Así tuvo que reconocerlo el rey Luis XII de
Francia en el tratado de Lyon, firmado el 31
de marzo. Ese mismo año murio Federico I, el rey que Luis
XII y Fernando II habían destronado. Su hijo Fernando
recibió el título de duque de Calabria.
A partir de ese momento, el rey Fernando II de Aragón
adoptó una actitud hostil y recelosa contra Gonzalo
Fernández de Córdoba. A menudo se ha atribuido esto a la
mera envidia, pero el rey Católico era demasiado buen
político para dejarse guiar por puerilidades. Había un
problema de fondo: La Corona de Aragón podía reivindicar
razonablemente su derecho al trono napolitano, pero lo cierto es que
Nápoles había sido conquistado por un ejército
esencialmente castellano, y ahora estaba en manos de castellanos. Sin
lugar a dudas, el Gran Capitán era un súbdito leal de
Fernando el Católico, pero ¿lo era en calidad de Fernando
II de Aragón o como Fernando V de Castilla? Si su esposa Isabel
I moría antes que él y su yerno Felipe el Hermoso era
reconocido rey de Castilla, ¿qué ocurriría con
Nápoles? Aunque Fernando II no podía prescindir de los
soldados castellanos, se propuso dejar Nápoles en manos de
gobernantes aragoneses, lo cual requería obviamente mucho tacto
y discreción.
El primer paso era sacar de Nápoles al Gran Capitán.
Para ello le ofreció el título de
maestre de la orden de Santiago a condición de que volviera a
Castilla, pero Fernández de Córdoba rehusó y
permaneció en Nápoles. Entonces le pidió que le
presentara cuentas detalladas de cómo había gastado los
fondos que el Estado le había proporcionado para la
campaña de Nápoles, y el Gran Capitán le
envió una lista en la que figuraban partidas tan curiosas como
éstas:
Éstas son las llamadas "cuentas
del Gran Capitán", forma proverbial de referirse, desde
entonces, a las cuentas amañadas más o menos
descaradamente.
El inquisidor general de Castilla y Aragón, Diego de Deza, fue nombrado arzobispo de Sevilla.
El Papa Julio II, enemigo de los Borgia, violando las promesas que
le había hecho, hizo detener a César Borgia en Ostia y lo
obligó a entregarle todas sus posesiones en la Romaña. En
abril, viendo en peligro su
seguridad, César decidió huir a Nápoles, pero
Gonzalo Fernández de Córdoba consideró más
conveniente mantener buenas relaciones con el Papa que con un fugitivo,
así que, tras llegar a un acuerdo con Julio II, hizo arrestar a
César y lo envió a Castilla, donde fue encarcelado.
Julio II decidió llevar adelante un antiguo proyecto ya
propuesto cincuenta años atrás por el Papa Nicolás
V, consistente la demolición de la vieja
basílica de San Pedro, del siglo IV y la construcción una
nueva en la que Julio II pretendía alzar su propio sepulcro. El
proyecto de San Pedro se lo encargó al
arquitecto Bramante, mientras que para el diseño de su sepulcro
llamó a Miguel Ángel. Sin embargo, como la
construcción del nuevo San Pedro llevaría su tiempo y era
precipitado empezar ya con el sepulcro, Julio II cambió el
encargo de Miguel Ángel y le propuso decorar la bóveda de
la capilla Sixtina. Mientras Bramante se encargaba de diseñar y
dirigir la construcción del andamiaje necesario, Miguel
Ángel
empezó a estudiar las técnicas de la pintura al fresco,
que nunca había practicado hasta entonces.
A sus veintiún años, Rafael se trasladó a
Florencia, después de haber pintado el óleo Los desposorios de la Virgen,
considerado la obra cumbre de su periodo de juventud. Ante un
monumental templo de fondo, en el que el artista hace gala de su
dominio de la perspectiva, se disponen los personajes en tres planos.
La escena recuerda a la Engrega de las llaves, que Perugino
pintó para la capilla Sixtina, pero la supera en el tratamiento
de la luz y la naturalidad de los personajes.
Por esta época, Luca Signorelli terminaba los frescos para la
capilla de San Bricio, en la
catedral de Orvieto, entre los
que destacan el Anticristo y Las postrimerías. Tras
acabar este trabajo, a sus sesenta años, se retiró a
Cortona, donde dirigió un mediocre taller provinciano.
Alberto Durero terminó un grabado en cobre titulado Adán y Eva, diseñada
sobre la base de complicados cálculos geométricos con
regla y compás.
En junio, Zahir al-Din
Báber pudo abandonar su vida errante al conquistar la ciudad de Kabul, que convirtió en su
cuartel general para hacer frente a los uzbekos.
Erasmo de Rotterdam publicó su Enchiridion, un opúsculo en
el que proponía una audaz reforma religiosa, aunque no tuvo
mucho eco. Unos meses después descubrió un manuscrito con
las Anotaciones al Nuevo Testamento, de Lorenzo Valla, en las que se
ponía en tela de juicio la versión de la Vulgata. Esto
entusiasmó a Erasmo, que durante un tiempo no pensó en
otra cosa que no fuera dedicarse a las letras sagradas.
Su amigo Thomas More mantuvo una agria disputa en el Parlamento con
el rey Enrique VII de Inglaterra, lo que lo obligó a retirarse
de la política.
El rey azteca Moctezuma II sufrió una deshonrosa derrota
frente a los tlaxcaltecas, el pueblo en el que los aztecas cazaban
tradicionalmente las víctimas que necesitaban para sus
sacrificios humanos. Además tuvo que hacer frente a un
año de hambre en su imperio. Mientras tanto Hernán
Cortés pudo finalmente viajar a La Española, donde
ejerció de escribano.
Ese año murió el rey de Bornu, Alí Gají,
que fue sucedido por su hijo Idris.
En los años siguientes logró reconquistar parcialmente lo
que había sido el imperio de Kanem.
También murió el duque Filiberto II de Saboya. No
dejó descendencia, así que fue sucedido por su
hermanastro Carlos III.
En Moldavia murió el príncipe Esteban III el Grande,
que fue
sucedido por su hijo Bogdán
III.
El
año anterior, el navegante Cristóbal Guerra había
cruzado el Atlántico una vez
más, pero esta vez no regresó.
El que sí que regresó fue Cristóbal
Colón, aunque por Occidente, por donde se había marchado,
y no por Oriente, por donde había
anunciado que lo haría.
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