| ANTERIOR | LA
                  RENDICIÓN DE ALEMANIA | SIGUIENTE | 
|---|
Al inicio de 1945 los estadounidenses
      encontraban cada vez más dificultades a la hora de hundir barcos y
      derribar aviones japoneses, principalmente por su escasez. El
      avance aliado por el Pacífico había puesto recientemente a Japón
      dentro del radio de alcance de los bombarderos aliados, si bien
      los fuertes vientos y en ocasiones el mal tiempo (no las defensas
      japonesas) habían reducido al mínimo el impacto de los bombardeos
      llevados a cabo durante el último mes. No obstante, los
      estadounidenses llevaban ya un tiempo almacenando bombas
      incendiarias en las islas Marianas, mientras trataban de resolver
      los problemas técnicos necesarios para estar en condiciones de
      informar a la población japonesa del auténtico estado de la
      guerra.
    
El Estado Mayor japonés sabía que el avance del general MacArthur
      en las Filipinas era imparable, y en cuanto las perdieran, todo el
      sistema defensivo del archipiélago japonés se iba a ver
      comprometido. Ante la falta de otros recursos, los militares
      japoneses estaban tratando de aprovechar uno que parecía
      inagotable: la estupidez de sus soldados. Al principio, el
      programa "viento divino" (kamikaze) había contado con un
      gran número de voluntarios entusiastas y, por si alguno no lo era
      tanto, se habían elaborado manuales de entrenamiento que, además
      de dar detalles técnicos sobre cómo debía proceder un kamikaze
      para maximizar sus probabilidades de éxito, se les orientaba sobre
      cómo debían concebir su inmolación:
    
Cuando elimines todos los pensamientos sobre la vida y la muerte, podrás ignorar totalmente tu vida terrenal. Esto también te permitirá concentrar tu atención en erradicar al enemigo con una determinación inquebrantable, mientras refuerzas tu excelencia en las técnicas de vuelo.
Los manuales explicaban qué partes de un barco eran preferibles
      como objetivo, y daban instrucciones detalladas, como no cerrar
      los ojos en los instantes previos al impacto, y además, justo en
      el instante del impacto, había que gritar hissatsu a pleno
      pulmón, que significa algo así como ¡muerte segura! 
    
Pero los japoneses podían ser tontos, pero no tanto. Al poco
      tiempo el entusiasmo fue cada vez más difícil de encontrar. En
      palabras de un periodista japonés:
    
Es mentira que partieran llenos de valor y alegría, gritando "¡larga vida al emperador!" Eran ovejas camino del matadero. Todos miraban hacia abajo y se tambaleaban. Algunos no podían tenerse en pie y tenían que ser arrastrados y empujados dentro del avión por los soldados de mantenimiento.
Esto obligó a cambiar las técnicas de entrenamiento. En lugar de
      ensalzar lo glorioso que era morir por la patria, se optó por
      convertir en un infierno la vida de los futuros kamikazes,
      para que vieran su sacrificio como una forma de escape y
      dignificación. En palabras de uno de los pilotos que sufrieron el
      entrenamiento:
    
Este "entrenamiento" brutal estaba justificado por la idea de que inculcaría un "espíritu de lucha de soldado", pero las palizas diarias y los castigos corporales eliminaron el patriotismo entre muchos pilotos.
Los kamikazes podían regresar a la base si no encontraban
      un blanco adecuado. De hecho, se les recomendaba no malgastar su
      vida a la ligera, pero si uno regresaba nueve veces, no tenía una
      décima oportunidad, sino que le esperaba un pelotón de
      fusilamiento.
    
MacArthur había dejado a los australianos las operaciones en los
      territorios que habían perdido ya su importancia estratégica, como
      Nueva Guinea o la isla de Bougainville. Tras los últimos combates
      librados en ella los días anteriores, el 1 de
        enero exploradores australianos se encontraron con que
      los japoneses habían abandonado la zona. Encontraron los cadáveres
      de 34 japoneses, aunque había más en zonas prácticamente
      inaccesibles. Un único soldado japonés fue hecho prisionero.
      Durante las semanas siguientes avanzaron hacia la zona de la isla
      donde se concentraban las fuerzas japonesas, que trataron de
      evitar todo enfrentamiento todo el tiempo que pudieron.
    
Otra de las técnicas originales que habían decidido usar los
      japoneses eran los globos bomba, cuya efectividad era ligeramente
      mayor de la que creían. Ese día la revista Newsweek
      publicó un artículo titulado El misterio de los globos,
      pero inmediatamente el departamento de censura estadounidense
      envió una nota a los periódicos y emisoras de radio pidiendo que
      no difundieran noticias sobre globos bomba. El objetivo no era
      ocultarlo a los estadounidenses, sino a los japoneses, y funcionó
      bien. La única información que recibieron sobre la efectividad de
      la operación fue que un globo había llegado a Wyoming y había
      aterrizado sin estallar.
    
El Ejército Rojo también avanzaba imparable por Europa, y detrás
      del frente los comunistas se las arreglaban para hacerse con el
      control político de los territorios ocupados a través de
      "gobiernos legítimos" que nadie había legitimado, y cuyas primeras
      medidas eran siempre deportar a la Unión Soviética a cualquier
      adversario político. Ese mismo día Gran Bretaña se negó a
      reconocer al Comité Polaco de Liberación Nacional como
      gobierno legítimo de Polonia.
    
El ejército alemán tenía centenares de miles de hombres aislados
      en Curlandia y otros más en Budapest. Desesperado, Hitler ordenó
      un ataque para liberar la capital húngara de los soviéticos que se
      inició la misma noche de Año Nuevo. Tropas alemanas atacaron
      desorganizadamente el cerco soviético tratando de encontrar puntos
      débiles. Tropas de las SS lograron penetrar hasta las afueras de
      la ciudad y trataron de contactar con las fuerzas alemanas
      cercadas.
    
En su tradicional mensaje de Año Nuevo, transmitido por radio,
      Hitler habló durante 26 minutos sin dar información alguna sobre
      la situación de la guerra. Al respecto sólo dijo que la guerra
      continuaría hasta la victoria. La prensa extranjera especuló sobre
      si el discurso había sido en directo o estaba grabado, e incluso
      si se trataba de la voz de Hitler o no.
    
La noche precedente el ejército alemán había iniciado una
      ofensiva por sorpresa en Alsacia y Lorena en la que Hitler se lo
      jugaba todo. Sin preparación previa por parte de de la artillería,
      cinco compañías (unos 22.000 hombres) atacaron las posiciones
      estadounidenses en los bosques, a la vez que un ataque secundario
      tenía lugar contra Estrasburgo. Eisenhower ordenó retirar las
      tropas aliadas de Alsacia, lo que dejaría a Estrasburgo indefensa
      ante los alemanes. De Gaulle se negó rotundamente, considerando la
      defensa de Estrasburgo una cuestión de honor. De Gaulle arguyó que
      miles de centenares de miles de alsacianos sufrirían represalias
      por parte de los alemanes, además de que sería desmoralizador para
      las propias fuerzas estadounidenses que habían contado muchas
      bajas asegurando la zona. Churchill apoyó a de Gaulle y, tras una
      áspera discusión, Eisenhower anuló la orden de retirada.
    
Al amanecer, la Luftwaffe inició una serie de ataques
      simultáneos contra los principales campos de aviación aliados en
      Bélgica, los Países Bajos y el este de Francia, hasta un total de
      dieciséis de ellos. A las 8:30 se inició el ataque sobre Maldegem
      y Ursel, en Bélgica. A las 9:02 otras dos unidades
      cruzaron el frente por Malmedy y se dirigieron contra la base de Sint-Truiden.
      A las 9:10 otras unidades atacaron dos aeropuertos de Bruselas. A
      las 9:12 otra unidad apareció sobre el campo de aviación de Heesch,
      en los Países Bajos, pero no sabían que se encontraba allí, porque
      había sido construido hacía muy poco, y en realidad estaban
      buscando el de Volkel, pero no lo encontraron. A las 9:25
      empezó el ataque sobre un campo de aviación en Amberes y poco
      después fue atacado otro en Woensdrecht. En Francia otra
      unidad atacó la base aéra de Metz-Frescaty, a las 9:15
      fueron atacados Le Culot y Ophoven, en Bélgica.
      Parte de los aviones que debían atacar Asch acabó en
      Ophoven por error. Los últimos objetivos fueron Gilze-Rijen
      y Eindhoven.
    
Los resultados de estos ataques fueron variados. Algunas bases
      apenas sufrieron daños y en otras fueron destruidos muchos
      aviones. Las cifras exactas están disputadas, pues parece que los
      británicos y los estadounidenses trataron de disimular la magnitud
      de los daños. Las estimaciones más recientes hablan de 305 aviones
      destruidos y 190 dañados en tierra, además de 15 derribados y unos
      10 dañados en vuelo. Pero, a pesar del éxito momentáneo, esa
      operación supuso el fin de la Luftwafe. Ya en ella se notó
      la inexperiencia de un buen número de los pilotos implicados, y
      algunos de los más experimentados perdieron la vida ese día, como
      Günther Specht. Se estima que los alemanes perdieron 280
      aviones y otros 65 resultaron dañados. Unos 143 pilotos murieron,
      21 resultaron heridos y 70 fueron hechos prisioneros. La Luftwaffe
      ya no estaría en condiciones de llevar a cabo ninguna otra
      operación de gran envergadura, y así el objetivo de negar a los
      aliados la superioridad aérea no se logró en absoluto. Pese a
      todas las pérdidas sufridas, ahora la aviación aliada ya no tenía
      rival.
    
Las noticias sobre los crímenes de guerra que los alemanes
      estaban cometiendo en Las Ardenas se habían transmitido de boca en
      boca entre los soldados aliados, y finalmente, en la localidad
      belga de Chenogne, se produjo una respuesta cuando
      soldados de una división acorazada estadounidense ametrallaron a
      unos 80 soldados alemanes que habían capturado. En realidad éste
      es un caso masivo que llamó más la atención, pero parece ser que
      algunos oficiales de alta graduación habían dado órdenes verbales
      de que no había que tomar prisioneros y, para algunas unidades del
      ejército estadounidense, matar prisioneros de las SS era algo
      rutinario desde hacía unas semanas. Meses más tarde Eisenhower
      ordenaría una investigación sobre lo sucedido en Chenogne, pero la
      guerra había terminado, la división involucrada no cooperó en
      absoluto y no se llegó a esclarecer lo sucedido. En el diario del
      general Patton se menciona el asesinato de unos cincuenta alemanes
      a la vez que expresa su deseo de que el asunto pueda ocultarse.
    
De Gaulle decretó la nacionalización de la empresa Renault, por
      su colaboración con la Alemania Nazi. La decisión fue
      especialmente polémica, porque en su testamento Renault había
      legado su fábrica a sus 40.000 trabajadores, así que era a ellos a
      quienes se les estaba expropiando.
    
El 2 de enero la aviación
      estadounidense atacó un convoy japonés en San Fernando
      (Luzón) y hundió cinco cargueros (Hakka Maru, Hishigata Maru,
        Koryo Maru, Shirokawa Maru y Taishen Maru), un
      transporte (Meiru Maru), en el que murieron 60 tripulantes
      y 400 pasajeros, y un barco de escolta. Submarinos estadounidenses
      hundieron también un carguero (Daian Maru) en el mar de
      Java y un barco-almacén de lanchas de desembarco (Shinshu Maru)
      en el que murieron 239 soldados y 33 tripulantes.
    
De Calcuta despegaron 46 bombarderos estadounidenses que atacaron
      un puente ferroviario cerca de Bangkok y otros objetivos en la
      zona.
    
La RAF bombardeó lanzó más de dos toneladas de bombas
      sobre Nuremberg y otras tantas sobre Ludvigshafen. El 90%
      del centro medieval de Nuremberg fue destruido.
    
Los alemanes tomaron Reipertswiller y Wissembourg,
      en Alsacia.
    
La psicosis ante los posibles espías alemanes omnipresentes en
      Las Ardenas no terminaba. Ese día dos soldados estadounidenses
      fueron abatidos ante la sospecha de que eran espías.
    
En los Estados Unidos se permitió el regreso a la costa oeste de
      los ciudadanos de origen japonés. La decisión se había retrasado
      para que no interfiriera con la campaña presidencial.
    
El 3 de enero la aviación
      estadounidense hundió cuatro cargueros japoneses (Kawauchi
        Maru, Kinrei Maru, Sanni Maru y Ume Maru) en la
      costa de Formosa. Otros dos (Shoto Maru y Yaei Maru)
      fueron hundidos por un submarino estadounidense.
    
La aviación estadounidense bombardeó Nagoya con bombas
      incendiarias. El resultado fue modesto. Se desataron varios
      incendios, pero no tardaron en ser controlados.
    
Un mercante japonés dañó un submarino británico en el océano
      Índico (HMS Shakespeare), que finalmente fue hundido por la
      aviación.
    
Los británicos invadieron la isla birmana de Akyab, donde
      los japoneses ofrecieron poca resistencia.
    
Cuatro divisiones soviéticas rechazaron el intento alemán de
      romper el cerco de Budapest, cuando los atacantes estaban apenas a
      25 km del centro de la ciudad.
    
Los comunistas griegos estaban siendo aniquilados en Atenas,
      pero, a pesar de los esfuerzos de Churchill, Yorgos Papandréu
      presentó su dimisión como primer ministro y fue sucedido por el
      general Nikólaos Plastiras, que seguía exiliado en Francia desde
      hacía una década, pero que contaba con la aceptación de la mayoría
      de las fuerzas políticas griegas, incluidos los comunistas.
    
Un submarino alemán destruyó un carguero británico (Henry
        Miller) en el Mediterráneo.
    
Mihailović ordenó la concentración en Bosnia de sus escasas fuerzas, a la vez que trataba de convencer a cuantos milicianos yugoslavos podía de que se unieran a él. Su plan era resistir hasta la llegada de los británicos y estadounidenses para evitar que los comunistas acabaran dominando el país.
Ese día se inició el contraataque de Montgomery en Las Ardenas,
      cuando a las 13:00 un batallón de paracaidistas británicos atacó
      la ciudad belga de Bure. La resistencia alemana fue enorme
      y hubo que enviar refuerzos. A las 17:00 los británicos ocupaban
      la mitad de la ciudad apoyados por tanques y por la artillería.
    
El 4 de enero un avión kamikaze
      se estrelló al sur de la isla filipina de Mindoro contra un
      carguero estadounidense (Lewis L. Dyche) que transportaba
      explosivos. Se produjo una detonación que mató a toda su
      tripulación y dañó a otros barcos cercanos. Otro ataque kamikaze
      dañó un portaaviones de escolta (USS Ommaney Bay) enel mar
      de Sulu, que tuvo que ser hundido.
    
En las Filipinas el teniente Robert Lapham, que no había aceptado
      la rendición estadounidense en las Filipinas dos años atrás,
      seguía dirigiendo una guerrilla que contaba con más de 13.000
      filipinos. A mediados del año anterior había recibido transmisores
      de radio con los que enviaba información a Australia. Ahora,
      habiendo recibido órdenes del mando estadounidense, inició una
      campaña de ataques en Luzón como preparación para un desembarco
      inminente.
    
La aviación estadounidense atacó Formosa. 
    
Tres portaaviones británicos escoltados por cuatro cruceros y
      ocho destructores atacaron las instalaciones petroleras de Pangkalan
        Brandan, en Sumatra. La misión tuvo un éxito moderado, a
      pesar de que muchos pilotos de cazas abandonaron su misión de
      proteger a los bombarderos para dedicarse a perseguir cazas
      japoneses, que era más divertido.
    
Una torpedera alemana embistió y hundió con cargas de profundidad
      un submarino soviético en la bahía de Danzig.
    
Los estadounidenses tuvieron que replegarse al este del río
      Móder, un afluente del Rin. Por la noche más batallones alemanes
      cruzaron el Rin en Gambsheim y establecieron una cabeza de
      puente.
    
Los británicos que ocupaban Bure estaban resistiendo un
      contraataque alemán tras otro. Ya había habido varios el día
      anterior y ese día hubo cuatro más. La ciudad estaba prácticamente
      en ruinas, pero los alemanes resistían entre ellas. Algunos
      tanques alemanes seguían activos por las calles. Una compañía
      británica de infantería llegó como refuerzo.
    
Un submarino alemán atacó un convoy aliado en el Atlántico y
      hundió dos cargueros, uno canadiense (Nipiwan Park) y otro
      noruego (Polarland) cerca de Halifax.
    
El 5 de enero la aviación de la marina
      estadounidense provocó una explosión en un destructor japonés (Momi)
      que se hundió con toda su tripulación. Ocho barcos estadounidenses
      recibieron impactos de aviones kamikazes, pero ninguno
      sufrió daños graves.
    
La República del Turquestán Oriental hizo una proclamación por la
      que se proponía erradicar a los chinos de su territorio a la vez
      que anunciaba relaciones cordiales con la Unión Soviética. Para
      entonces los soviéticos ya se habían encargado de organizar en
      Kulja una policía secreta encargada de eliminar toda oposición
      política. La represión incluyó matanzas de chinos, a las que los
      chinos respondieron con torturas y mutilaciones de prisioneros
      rebeldes.
    
Las tropas británicas bajo el mando del general William Slim
      perseguían a los japoneses, que se retiraron a la orilla oriental
      del río Irrawaddy, en Birmania.
    
Turquía rompió sus relaciones diplomáticas con Japón.
    
 La aviación británica bombardeó un tren postal
      alemán que se dirigía a Linz, y así se llevó a cabo la primera
      misión de la llamada Operación Cornflakes. Además de
      bombas, los aviones lanzaron bolsas de correo idénticas a las que
      usaba el servicio de correos alemán, que contenían unas 3.800
      cartas falsificadas dirigidas a miles de ciudadanos particulares,
      que simulaban ser cartas de propaganda, y lo eran, pero de
      propaganda antinazi. Cuando los restos del tren fueron recogidos,
      las cartas falsas se mezclaron con las auténticas que transportaba
      el tren y fueron distribuidas por el servicio de correo alemán. La
      operación había requerido un gran esfuerzo de inteligencia sobre
      el funcionamiento del sistema de correos, el aspecto de los
      sellos, bolsas, etc., así como la obtención de más de un millón de
      direcciones particulares, sacadas principalmente de guías
      telefónicas. Las fuentes habían sido países neutrales, prisioneros
      de guerra, exiliados alemanes, etc. La falsificación de los sellos
      con la cara de Hitler era de gran calidad, pero en algunas
      versiones los británicos se habían tomado la libertad de eliminar
      la carne de la mandíbula, y habían cambiado la leyenda Deutsches
        Reich (Imperio Alemán) por Futsches Reich (Imperio
      en ruinas). Se calcula que un 50% de las cartas distribuidas en
      las distintas misiones que se llevaron a cabo llegaron a sus
      destinatarios.
La aviación británica bombardeó un tren postal
      alemán que se dirigía a Linz, y así se llevó a cabo la primera
      misión de la llamada Operación Cornflakes. Además de
      bombas, los aviones lanzaron bolsas de correo idénticas a las que
      usaba el servicio de correos alemán, que contenían unas 3.800
      cartas falsificadas dirigidas a miles de ciudadanos particulares,
      que simulaban ser cartas de propaganda, y lo eran, pero de
      propaganda antinazi. Cuando los restos del tren fueron recogidos,
      las cartas falsas se mezclaron con las auténticas que transportaba
      el tren y fueron distribuidas por el servicio de correo alemán. La
      operación había requerido un gran esfuerzo de inteligencia sobre
      el funcionamiento del sistema de correos, el aspecto de los
      sellos, bolsas, etc., así como la obtención de más de un millón de
      direcciones particulares, sacadas principalmente de guías
      telefónicas. Las fuentes habían sido países neutrales, prisioneros
      de guerra, exiliados alemanes, etc. La falsificación de los sellos
      con la cara de Hitler era de gran calidad, pero en algunas
      versiones los británicos se habían tomado la libertad de eliminar
      la carne de la mandíbula, y habían cambiado la leyenda Deutsches
        Reich (Imperio Alemán) por Futsches Reich (Imperio
      en ruinas). Se calcula que un 50% de las cartas distribuidas en
      las distintas misiones que se llevaron a cabo llegaron a sus
      destinatarios.
    
Un ataque al amanecer expulsó de Bure al grueso de las fuerzas alemanas. Algunos tanques alemanes permanecieron, pero a las 21:00 el último punto de resistencia fue eliminado. Las bajas aliadas fueron de unos 250 muertos y heridos y 16 tanques habían sido destruidos, frente a unas 500 bajas alemanas y 11 tanques.
El 6 de enero una flota estadounidense
      de más de 875 barcos empezó a bombardear la costa del golfo de Lingayen,
      al norte de Luzón. La aviación hundió cuatro cargueros japoneses (Iyasaka
        Maru, Kyodo Maru, Nanko Maru y Nanshin Maru) y tres
      petroleros (Kyoei Maru No3, No6 y No10) cerca de
      Luzón, y también resultó dañado un destructor (Hinoki)
      cerca de Manila, que sería hundido al día siguiente por
      destructores estadounidenses. Por su parte, en un contraataque
      japonés, aviones kamikazes dañaron dos acorazados
      estadounidenses, dos cruceros y cuatro destructores. Sólo resultó
      hundido un antiguo destructor estadounidense (USS Lang) que
      había sido reconvertido en dragaminas.
    
En la isla de Luzón se encontraba el campo de prisioneros de Cabanatuan.
      Tras la rendición de las Filipinas había llegado a albergar 8.000
      prisioneros estadounidenses, pero los capacitados para trabajar
      habían sido trasladados campos de trabajo, principalmente en
      China. En Cabanatuan quedaban principalmente enfermos. Las
      condiciones de vida en el campo eran relativamente buenas. Los
      prisioneros recibían dos comidas al día, y tenían facilidades para
      conseguir comida clandestina adicional, mediante robos, sobornos,
      cultivando huertos, matando ratones, serpientes, etc.) Incluso la
      resistencia filipina les proporcionaba quinina para la malaria, lo
      que salvó muchas vidas. Un grupo de prisioneros había logrado
      introducir una radio en el campo, llevando una pieza cada uno. Los
      prisioneros podían jugar al béisbol o al ping pong, disponían de
      una biblioteca con unos 3.000 libros (proporcionada por la Cruz
      Roja) y hasta podían ver alguna película de vez en cuando. También
      podían enviar postales a sus parientes, aunque, naturalmente,
      pasaban por una censura previa. Lo peor eran los intentos de fuga.
      Había habido muchos y las represiones eran brutales. En una
      ocasión cuatro prisioneros que habían tratado de escapar fueron
      golpeados ante el resto, obligados a cavar su propia fosa y luego
      ejecutados. Los japoneses dividieron a los prisioneros en grupos
      de diez y colgaron carteles advirtiendo que si alguno trataba de
      huir, todo su grupo sería ejecutado. Ese día se produjo una
      situación insólita: tras haber recalcado que cualquiera que
      intentara escapar sería ejecutado, todos los guardias abandonaron
      el campo. Los prisioneros no se atrevieron a escapar, porque
      sospechaban que los japoneses querían cerrar el campo y sólo
      pretendían tener una excusa para matar a todos los prisioneros.
      Eso sí: no tardaron en arramblar con toda la comida que
      encontraron, y suministros variados.
    
Submarinos estadounidenses hundieron un petrolero japonés (Tarakan
        Maru) cerca de la costa china y otro (Nichiei Maru)
      cerca de Malasia.
    
El mariscal británico Harold Alexander llegó a Atenas, donde los
      comunistas seguían resistiendo.
    
En Auschwitz, Edith Frank había sido destinada a la cámara de
      gas, pero había logrado escabullirse y había permanecido escondida
      en un lugar del campo, donde le suministraban comida, pero se
      negaba a tomarla para enviársela a sus hijas. Finalmente murió de
      inanición.
    
Torpederas noruegas hundieron un carguero alemán (Dora Fritzen)
      en Askvoll. 
    
El presidente Roosevelt no pudo leer en directo su discurso sobre
      el Estado de la Unión, y en su lugar lo envió al Congreso por
      escrito y leyó un resumen por radio. El final fue:
    
El año de 1945 puede y debe ver el comienzo sustancial de la organización de la paz mundial. Esta organización debe ser el cumplimiento de la promesa por la que los hombres han luchado y muerto en esta guerra. Debe ser la justificación de todos los sacrificios que se han hecho, de toda la terrible miseria que este mundo ha sufrido. Los estadounidenses de hoy, junto con nuestros aliados, estamos haciendo historia, y espero que sea mejor historia que la que se ha hecho antes. Rezamos para ser dignos de las oportunidades ilimitadas que Dios nos ha dado.
El 7 de enero un submarino estadounidense hundió un guardacostas japonés en el mar interior de Seto, que separa las islas japonesas de Honshu, Shikoku y Kyushu. El el golfo de Lingayen la aviación japonesa hundió dos antiguos destructores estadounidenses reconvertidos en dragaminas (USS Hovey y USS Palmer).
Eugene Nielsen, un soldado que el mes anterior había
      logrado escapar de la matanza del campo de prisioneros de Palawan,
      logró ponerse en contacto con los servicios de inteligencia
      estadounidenses y relató lo sucedido. Esto hizo cundir la
      preocupación por el destino que podrían correr en breve los
      ocupantes de campos similares y se empezaron a discutir
      posibilidades de rescate.
    
Esa noche, 654 aviones británicos bombardearon Munich.
    
Torpederas noruegas hundieron un carguero alemán (Viola)
      en Moster. 
    
Hitler dio la orden de retirar todas las fuerzas alemanas de Las
      Ardenas, poniendo fin así a toda acción ofensiva en la zona, para
      concentrar los esfuerzos en Alsacia.
    
El 8 de enero dos submarinos
      estadounidenses atacaron un convoy japonés en el Pacífico y
      hundieron tres cargueros (Anyo Maru, Meiho Maru y Tatsuyo
        Maru) y otros tantos petroleros (Hikoshima Maru, Manju
        Maru y Sanyo Maru). Otro submarino hundió un
      carguero (Daigo Maru) cerca de Corea.
    
La guerrilla del teniente Lapham estaba teniendo un éxito enorme
      en Luzón. Sólo el batallón bajo el mando del sargento Ray C. Hunt
      había matado en los últimos días a más de 3.000 soldados
      japoneses, en una serie de emboscadas y de incursiones. Mientras
      tanto, la flota estadounidense seguía bombardeando la costa del
      golfo de Lingayen. Desde los barcos se pudo apreciar cómo en
      cierta zona un grupo de filipinos había organizado una especie de
      desfile con banderas estadounidenses y filipinas. Se ordenó que el
      fuego evitara el lugar. Aviones kamikazes impactaron en
      siete barcos estadounidenses, pero sólo un crucero y un
      portaaviones de escolta sufrieron daños relevantes.
    
La aviación estadounidense bombardeó una planta de construcción
      de aviones en Tokio.
    
Los alemanes acumulaban tropas en Alsacia y cruzaron el Rin por
      quince puntos. La ciudad de Hatten, punto de paso obligado
      para llegar a Estrasburgo, se vio atacada.
    
La aviación británica hundió un barco de pasajeros noruego (Fusa)
      cerca de la costa noruega.
    
A las 7:00 del 9 de enero la flota
      estadounidense retomó el bombardeo del golfo de Lingayen, pero
      esta vez era el preludio del desembarco, que empezó a las 9:30,
      con escasa oposición japonesa. Unos 68.000 soldados bajo el mando
      del general Walter Krueger empezaron a tomar tierra.
      Krueger no tardó en ponerse en contacto con Robert Lapham, cuyos
      guerrilleros se integraron pronto en el ejército estadounidense
      formando un regimiento de infantería.
    
La aviación estadounidense hundió un carguero (Fukuyama Maru)
      y un buque de escolta japonés en Formosa, dos cargueros (Hokoku
        Maru y Ume Maru) en Keelung, otro (Nanshin Maru)
      en Luzón, un petrolero (Kuroshio Maru) en Takao y otro (Kaiho
        Maru) en la isla de Pescadores. Finalmente, otro carguero (Hisagawa
        Maru) fue hundido con 2.200 soldados japoneses y sus 86
      tripulantes. Aviones kamikazes provocaron daños en un
      crucero (USS Columbia) y en un acorazado (USS
        Mississippi). Otro crucero y un destructor también
      recibieron impactos, pero sin consecuencias graves.
    
Un guardacostas soviético hundió un submarino alemán en el mar
      Báltico.
    
El primer ministro estonio, Jüri Uluots, que se había librado de
      la "liberación" de su país por los soviéticos, había llegado hacía
      poco tiempo a Suiza, pero murió de un cáncer de estómago. Le
      sucedió August Rei, que era el miembro del gobierno de más
      edad.
    
Torpederas noruegas hundieron un carguero alemán (Nikolaifleet)
      en la costa noruega.
    
Después de que las fuerzas de Patton hubieran roto el cerco a
      Bastoña, los soldados habían esperado un relevo, pero en su lugar
      habían recibido órdenes de atacar. Ese día recapturaron Recogne.
      
    
Un submarino alemán hundió ante la costa de Marruecos un buque de
      escolta francés (L'Enjoue) de un convoy aliado.
    
Un submarino alemán destruyó un carguero estadounidense (Jonas
        Lie) en el canal de La Mancha.
    
Ese día se estrenó Esta noche y todas las noches, un musical
      protagonizado por Rita Hayworth, que por segundo año consecutivo
      se situaría entre las actrices más taquilleras.
    
El 10 de enero un submarino
      estadounidense hundió un buque de escolta japonés que se hundió
      con sus 170 tripulantes. En el golfo de Lingayen un ataque
      kamikaze dañó dos barcos estadounidenses, pero no de gravedad. Por
      otra parte, los japoneses seguían buscando formas originales de
      suicidarse. Tras el relativo éxito de los kamikazes y el
      menos efectivo método de los torpedos suicidas, ahora unas lanchas
      torpederas suicidas se estrellaron contra varios buques de
      desembarco estadounidenses en el golfo de Lingayen. Dos resultaron
      hundidas y otra pudo llegar a tierra y ser reparada. En teoría no
      eran suicidas, porque los pilotos tenían permitido lanzar las dos
      cargas de profundidad que llevaban y dar media vuelta, pero las
      posibilidades de salir vivos eran tan insignificantes que pocos
      pilotos sobrevivieron. Algunos modelos requerían dos tripulantes.
      El sargento Hunt y sus hombres se encontraron con las fuerzas
      estadounidenses que habían desembarcado en Luzón.
    
Los británicos capturaron Gangaw en Birmania.
    
Abdul Hamid Karami fue nombrado Primer Ministro del
      Líbano.
    
Un carguero británico (Blackheath) fue dañado por un
      submarino alemán en el Mediterráneo, y acabó encallando en la
      costa de Marruecos, destrozado.
    
En la Ciudad de México se reunieron 72 de los que habían sido
      diputados en la última legislatura de la Segunda República
      Española. En total había 205 en el exilio, otros 104 vivían en
      España, 88 habían muerto en la guerra civil y 88 habían sido
      fusilados por uno u otro bando. Los que asistieron fueron pocos y
      mal avenidos, pues los socialistas estaban divididos entre
      prietistas, negrinistas y caballeristas (según si eran fieles a
      Indalecio Prieto, a Juan Negrín o a Francisco Largo Caballero).
      Teóricamente, el presidente de la república en el exilio era Juan
      Negrín, que de Francia se había trasladado a Londres. En España,
      el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el
        Comunismo le había impuesto en ausencia la pena máxima de 30
      años de cárcel, así que no sabemos cuál habría sido la pena si
      hubiera sido masón o comunista. Cuatro años atrás, su padre había
      sido encarcelado acusado del delito de ser padre de Juan Negrín.
      Estuvo en prisión poco tiempo, pero había muerto poco después de
      su salida de la cárcel. Los comunistas, por su parte, que estaban
      organizando guerrillas en España y pretendían seguir la táctica
      estalinista de crear un gobierno autoproclamado que, llegado el
      momento, pudiera erigirse en "legítimo" sin permiso de nadie, se
      vieron completamente aislados entre los exiliados. Los prietistas
      no querían siquiera que fueran admitidos en las sesiones de las
      cortes. Ante esta tesitura, dieron un giro y reconocieron la
      legitimidad del gobierno republicano en el exilio, y se mostraron
      dispuestos a participar en las cortes, por odiosa que les
      resultara la democracia burguesa. Los nacionalistas vascos también
      acabaron fracturados entre los partidarios y los contrarios a la
      asistencia. Al final todo quedó en nada, pues los prietistas
      arguyeron que no había quorum y la reunión siguiente que
      debía tener lugar una semana más tarde fue aplazada sine die.
      
    
Según informes que indicaban que varios barcos japoneses dañados
      en las Filipinas estaban siendo reparados en Singapur, a las 8:20
      del 11 de enero se inició un bombardeo
      aliado por parte de una flota de bombarderos que habían despegado
      de la India a medianoche. Aunque habían salido 47, sólo 27
      llegaron a su objetivo y no hicieron mucho daño. Los restantes
      tuvieron que desviarse a causa del intenso fuego antiaéreo japonés
      en el Estrecho de Johor, y tuvieron que conformarse con bombardear
      Penang en Malasia, Mergui en Birmania y otros
      blancos secundarios, también con poco éxito. Dos de los aviones
      fueron abatidos.
    
Tras tres años de arduo trabajo, se puso en servicio una
      carretera que unía Ledo (en el extremo oriental de la
      India) con Kunming (en China) a través de Birmania. Había
      sido construida por unos 15.000 soldados estadounidenses
      (mayoritariamente negros) y 35.000 trabajadores locales. Unos
      1.100 estadounidenses murieron durante la construcción y, como la
      longitud total era de 1.079 millas, se resumió el coste en la
      frase "un hombre, una milla". Los militares estadounidenses habían
      mostrado mucho más entusiasmo en el proyecto que los británicos.
      Churchill no creyó que pudiera acabarse antes de que terminara la
      guerra.
    
Los comunistas griegos evacuaron finalmente Atenas, pero se
      llevaron consigo miles de rehenes, muchos de los cuales murieron
      de frío o por la dureza de la marcha. Por su parte, los británicos
      habían capturado a unos 13.000 comunistas, que fueron llevados a
      campos de concentración.
    
En un nuevo intento de romper el bloqueo de Budapest, los
      alemanes se acercaron al aeropuerto de Ferihegy, pero los
      soviéticos detuvieron su avance y al día siguiente Hitler dio la
      orden de retirada. En la ciudad, los alemanes subsistían como
      podían, comiéndose incluso sus caballos.
    
Un carguero alemán (Bahia Camarones) fue hundido por la
      artillería costera desde Noruega.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (Normandy
        Coast) y otro estadounidense (Roanoke) cerca de
      Irlanda.
    
Dos días atrás, el grueso de la Tercera Flota estadounidense, que
      cubría el desembarco en Luzón, había entrado en el mar del Sur de
      China sin que los japoneses hubieran advertido el movimiento. Los
      estadounidenses habían resistido incluso el impulso de atacar un
      enorme convoy japones de unos 100 barcos que se dirigía a Formosa
      bordeando China para no revelar su posición. Tras algunos retrasos
      por el mal tiempo y la necesidad de repostar de los destructores,
      el 12 de enero, antes del amanecer,
      despegaron aviones para localizar barcos japoneses. A las 7:31
      despegaron los primeros aviones de combate. Los japoneses todavía
      no habían detectado la flota. El primer blanco fue un convoy que
      navegaba cerca de Quy Nhơn, en Vietnam. Fueron hundidos un
      petrolero y dos destructores de escolta. Otro convoy fue atacado
      cerca de Cape St.Jacques y dos cargueros, tres petroleros
      y tres destructores de escolta fueron hundidos u obligados a
      encallar. En Saigón fueron hundidos dos cargueros y un petrolero y
      muchos otros barcos resultaron dañados. También fueron atacados
      varios campos de aviación, almacenes y depósitos de petróleo, así
      como vías férreas y puentes. En total resultaron hundidos 46
      barcos japoneses, y 15 aviones y 20 hidroaviones japoneses fueron
      abatidos. No abatieron más porque apenas había. Otros 77 aviones
      fueron destruidos en tierra. Los estadounidenses perdieron 23
      aviones. Las autoridades coloniales francesas se negaron a
      entregar a los japoneses los pilotos que se habían visto obligados
      a descender en paracaídas y los escoltaron hasta la frontera
      china. La población civil también ayudó a varios pilotos, de modo
      que la mayoría de los pilotos abatidos acabó regresando a los
      Estados Unidos desde China.
    
En Luzón habían desembarcado ya unos 175.000 soldados, que habían
      formado una cabeza de playa de 32 km de largo y el general Oscar
        Griswold había iniciado el avance hacia Manila. Krueger
      estaba preocupado porque su flanco derecho estaba mal defendido y
      sería vulnerable a un ataque japonés, pero los japoneses nunca
      atacaron. Mientras tanto los barcos estadounidenses en el golfo de
      Lingayen seguían sufriendo ataques kamikazes. Ocho de
      ellos sufrieron impactos de distinta gravedad (dos destructores,
      cuatro cargueros y dos buques de desembarco de tanques), aunque
      ninguno resultó hundido.
    
Cuando se hundió el carguero Daigo Maru, cuatro días
      atrás, 49 de sus tripulantes habían sobrevivido en botes
      salvavidas, y ahora llegaban a la costa China, aunque 16 habían
      muerto durante la travesía. Allí fueron capturados por soldados
      chinos, pero lograron amotinarse y hacerse con el control del
      barco en que los metieron. Finalmente fueron rodeados pos tropas
      comunistas chinas y todos los japoneses menos uno prefirieron
      suicidarse antes que entregarse.
    
Un submarino japonés lanzó torpedos pilotados suicidas contra los
      barcos estadounidenses anclados en Ulithi, en las islas
      Carolinas. Uno fue destruido con cargas de profundidad, pero los
      otros dañaron un barco de almacenamiento de municiones y hundieron
      un buque de desembarco de tropas provocando tres muertes.
    
Tropas británicas desembarcaron en la península de Arakan,
      que corre paralela a la costa de Birmania. Avanzaron tierra
      adentro hasta que encontraron fuerzas japonesas que les disparaban
      desde una colina.
    
La Unión soviética inició dos grandes ofensivas contra Alemania,
      una en el Vístula, con más de dos millones de soldados, y otra en
      el Ondava, en Eslovaquia, con unos 600.000 soldados,
      soviéticos, rumanos y checos. A las 4:35 la artillería empezó a
      bombardear una cabeza de puente en Baranow, que aniquiló
      las fuerzas alemanas en la zona. Unas horas más tarde empezaba el
      bombardeo en el Ondava, y a las 8:15 se inició el avance de la
      infantería. En el Vístula, tras varios ataques de tanteo, a las
      10:00 tuvo lugar un segundo bombardeo y a las 14:00 empezaron a
      avanzar los tanques. Para entonces los alemanes habían perdido las
      dos terceras partes de su antillería y la cuarta parte de sus
      tropas.
    
Una flota británica destruyó un carguero alemán (Charlotte)
      cerca de la costa noruega, y fue abandonado a la deriva. La RAF
      hundió otro carguero (Ilona Siemers) en Bergen.
    
A las 3:38 del 13 de enero se produjo
      un terremoto de intensidad 6.8 en la escala Richter con epicentro
      en la bahía de Mikawa, en Japón. Las autoridades japonesas
      trataron de ocultar la noticia, lo que dificultó las labores de
      rescate y aumentó el número de víctimas mortales, que fueron de
      más de 2.300 personas.
    
La flota estadounidense en el mar del Sur de China se retiró para
      evitar un tifón, así como a los aviones de exploración japoneses,
      y se situó en un punto adecuado para interceptar cualquier flota
      japonesa que tratara de llegar al golfo de Lingayen desde el norte
      o desde el sur. Mientras tanto los destructores eran abastecidos
      de combustible con dificultad, debido al intenso oleaje. Ese día
      tuvieron lugar los últimos ataques kamikazes en el golfo
      de Lingayen, que afectaron a un destructor de escolta y a otros
      dos barcos menores. Los tres sufrieron daños graves, pero no
      resultaron hundidos.
    
Un destructor estadounidense hundió un submarino japonés entre
      Ulithi y Eniwetok.
    
En Arakan los británicos atacaron las posiciones japonesas con
      tanques y aviones. Los japoneses decidieron resistir hasta la
      muerte y murieron. Durante los días siguientes los británicos
      estuvieron limpiando la zona de japoneses dispersos.
    
En Moscú se entrenó, bajo la dirección del compositor, la Quinta
        Sinfonía de Prokófiev. Fue un gran éxito, que, unido a la
      banda sonora de la película Ivan el Terrible y a su octava
      sonata para piano, que se estrenaría a finales de año, convirtió a
      Prokófiev en el compositor soviético más popular del momento.
    
Por si las dos ofensivas que la Unión Soviética había lanzado el
      día anterior les sabían a poco a los alemanes, ahora se iniciaba
      una tercera, con más de un millón y medio de soldados adicionales,
      3.000 tanques, otros tantos aviones y 25.000 cañones, contra
      Prusia Oriental. Por primera vez el Ejército Rojo amenazaba el
      territorio que había sido secularmente alemán, antes de la
      expansión del Tercer Reich. La ofensiva se inició con un
      intenso bombardeo, pero la resistencia alemana fue superior a lo
      esperado y los soviéticos apenas avanzaron 1.5 km a lo largo del
      día.
    
Un grupo de noruegos entrenados en Gran Bretaña voló un puente
      por el que pasaba un ferrocarril en Snåsa, y unas horas
      más tarde un tren militar alemán que no detectó el sabotaje se
      precipitó al río. Murieron entre 70 y 80 personas, entre ellas dos
      noruegos, y más de un centenar resultaron heridas. La RAF hundió
      un carguero noruego en Homborsund.
    
Desde Bastoña, los estadounidenses tomaron Foy, pero encontraron
      una fuerte resistencia en el camino hacia Bourcy, pues en
      esa zona operaba lo mejor que quedaba del ejército alemán.
    
El 14 de enero la aviación
      estadounidense bombardeó de nuevo las fábricas militares de
      Nagoya, en Japón.
    
Una división india estableció una cabeza de puente sobre el río Irrawaddy
      cerca de Thabeikkyin, en Birmania.
    
La aviación soviética hundió un carguero alemán (Mimi Horn II)
      en el Báltico.
    
En el frente del Vístula los soviéticos habían cruzado el río Nida
      y avanzaban hacia Radomsko y el río Warta. En
      Prusia Oriental parecía que la ofensiva soviética iba a fracasar.
      Los soviéticos trataban de cruzar el Narev.
    
Los británicos iniciaron la operación Blackcock en los
      Países Bajos para liberar el triángulo formado por las ciudades
      neerlandesas de Roermond y Sittard y la ciudad
      alemana de Heinsberg.
    
Un submarino alemán hundió dos petroleros británicos (Athelviking
      y British Freedom) y un carguero estadounidense (Martin
        van Buren) cerca de Halifax.
    
La flota estadounidense seguía en el mar del Sur de China, entre
      Formosa y Hong Kong, y el 15 de enero a
      las 7:30 envió su aviación contra Formosa y la costa china. El mal
      tiempo frustró algunos ataques, pero aun así un carguero (Enoshima
        Maru), un petrolero (Mirii Maru) y un destructor (Hatakaze)
      resultaron hundidos en Takao, otro destructor (Tsuga) en
      Magong, y otros barcos más en otros puntos del mar del Sur de
      China: dos cargueros (Horei Maru y Kuiyo Maru) y un
      petrolero (Harima Maru). Un total de 16 aviones japoneses
      fueron abatidos, y otros 18 fueron destruidos en tierra. Por su
      parte, los estadounidenses perdieron 12 aviones. A las 16:44 los
      portaaviones maniobraron para ponerse en situación de bombardear
      Hong Kong al día siguiente.
    
En Luzón se produjo un segundo desembarco, a 72 km al sur de
      Manila.
    
Los británicos establecieron una segunda cabeza de puente en el
      río Irrawaddy, unos 32 km al sur de la establecida el día
      anterior. Los japoneses trataron en vano de recuperarlas durante
      varios días con duros ataques.
    
Finalmente se firmó un alto el fuego entre los británicos y los
      comunistas griegos, que aceptaron retirarse de Patras y Salónica y
      a desmovilizarse en el Peloponeso.
    
En Polonia los soviéticos tomaron Kielce, cruzaron el río Pilica y atacaron hacia Radom, Łódź y Poznan. En Eslovaquia el Ejército Rojo rompió el frente y punto avanzar 18 km en pocos días.
La RAF hundió un carguero alemán (Claus Rickmers)
      en Lervik (Noruega).
    
En su avance desde Bastoña, los estadounidenses tomaron Noville.
      Después de que Gerd von Runstedt hubiera obtenido el debido
      permiso de Hitler, los alemanes se retiraban precipitadamente de
      Las Ardenas, abandonando el frente. Hitler mantuvo una última
      reunión con von Rundstedt y Model, a los que dio instrucciones de
      resistir la acometida aliada todo el tiempo posible, y acto
      seguido marchó en tren rumbo a Berlín, para ocuparse de la
      ofensiva soviética.
    
Un submarino alemán hundió un petrolero británico (Maja)
      cerca de la costa irlandesa. Otro dañó un portaaviones (HMS
        Thane) entre Irlanda y Escocia, que no llegó a hundirse,
      pero fue declarado irreparable.
    
Orange C. Dickey era agente de la División de
      Investigación Criminal del Ejército de los Estados Unidos. Tras el
      arresto en Italia de Vito Genovese el año anterior, había
      descubierto que tenía causas pendientes en el Estado de Nueva York
      y había iniciado una investigación para procesarlo. Rechazó los
      250.000 dólares que Genovese le ofreció a cambio de dejarlo en
      paz, y no atendió a los "consejos" de sus superiores para
      abandonar el caso. Finalmente Genovese llegó a Nueva York y Dickey
      lo acusó del asesinato de Ferdinand Boccia, sucedido doce años
      atrás. El mismo día de su llegada, uno de los testigos que tenían
      que declarar contra él, Peter LaTempa, había pedido
      protección y había sido alojado en una celda en una cárcel
      neoyorquina, pero ahora apareció  muerto en ella, envenenado.
      LaTempa sufría de cálculos biliares y tomaba unas pastillas. Al
      parecer alguien las había manipulado y, según la autopsia, había
      ingerido veneno suficiente para matar ocho caballos. Nunca se supo
      quién fue el asesino.
    
A las 7:32 del 16 de enero se inició
      el ataque sobre Hong Kong de la flota estadounidense. La ciudad
      fue bombardeada por 138 aviones por la mañana y por otros 158 por
      la tarde. Cinco petroleros de un convoy que se había desviado para
      evitar la flota resultaron hundidos. El aeropuerto de Hong Kong
      también resultó dañado, y todos los aviones que había en él fueron
      destruidos en tierra. También sufrieron daños varios puertos y
      líneas ferroviarias, así como varios blancos secundarios. La
      colonia portuguesa de Macao también fue atacada. Aunque
      teóricamente era neutral, desde hacía dos años había "consejeros"
      japoneses en ella. Otros grupos de aviones atacaron otras ciudades
      y un gran número de bases aéreas a lo largo de la costa china,
      pero encontraron pocos aviones.
    
Los estadounidenses perdieron ese día 22 aviones en combate y
      otros 27 en accidentes. Al menos cuatro pilotos fueron capturados
      después de que sus aviones fueran derribados en Hong Kong. Otros
      siete lograron abrirse camino hasta la parte de China bajo control
      aliado.
    
Un destructor soviético (Dejatelnyi) resultó hundido en el
      Ártico en combate contra un submarino alemán.
    
Un submarino soviético hundió un carguero alemán (Henrietta
        Shulze) cerca de Liepaja, en Letonia.
    
En Polonia el ejército alemán que había resistido las acometidas
      soviéticas en los alrededors de Kielce empezó a retirarse. Más al
      sur, los soviéticos tomaron Radom. El coronel Bogislaw von
        Bonin autorizó la retirada de las fuerzas alemanas en
      Varsovia, desobedeciendo las órdenes explícitas de Hitler.
    
En Eslovaquia los soviéticos habían logrado avanzar 18 km en pocos días. Ahora tomaban Jasło.
Saboteadores noruegos hundieron un barco alemán de transporte de
      tropas (Donau) en Oslofjord.
    
Desde Noville los estadounidenses pasaron a Rachamps. 
    
Destructores estadounidenses hundieron un submarino alemán cerca
      de las Azores.
    
Un batallón de infantería australiano llevaba varios días
      avanzando hacia el norte por la isla de Bougainville sin encontrar
      oposición japonesa, hasta que finalmente el 17
        de enero una patrulla encontró unas cabañas ocupadas por
      japoneses. Se produjo un enfrentamiento en el que los japoneses
      fueron expulsados de las cabañas y uno de ellos resultó muerto.
    
Dos de los integrantes de la operación Rimau, tras haber
      recorrido más de 3.000 km camino a Australia, fueron capturados
      por los japoneses. Ambos morirían unos meses más tarde en un campo
      de concentración, uno de sus heridas y otro de hambre.
    
En Borneo, un bombardeo aliado había destruido un aeropuerto que
      habían construido los japoneses usando prisioneros de guerra como
      mano de obra esclava. La mayoría de ellos había muerto y quedaban
      unos 1.900. Temiendo un próximo desembarco, los japoneses
      decidieron trasladar a los prisioneros del campo de Sandakan hacia
      el interior de la isla, hacia un pueblo en las montañas llamado Ranau.
      Se iniciaron así una serie de marchas de la muerte. En la primera,
      que duró nueve días, los 470 prisioneros trasladados recibieron
      comida para cuatro. Los que no podían seguir avanzando eran
      asesinados o se les abandonaba en el camino para que murieran. Al
      llegar a Ranau se les obligó a construir un campamento y fueron
      hacinados en chozas, donde la mayoría acabó enfermando y muriendo
      de malaria.
    
El ejército soviético entró finalmente en una Varsovia reducida a
      ruinas (un 85% de los edificios estaba destruido). Hitler recibió
      la noticia con furia y destituyó a dos de sus generales. El avance
      soviético desde el Vístula estaba resultando tan exitoso que al
      mariscal Iván Kónev se le asignaron nuevos objetivos, pues los
      previstos inicialmente estaban a punto de cumplirse. Los
      soviéticos superaban a los alemanes cinco a uno en tropas y seis a
      uno en artillería y en tanques.
    
Los soviéticos también habían llegado a Budapest, ese día Hitler
      autorizó a las tropas alemanas que defendían la ciudad retirarse
      de Pest para defender Buda. Los cinco puentes sobre el Danubio que
      unían las dos antiguas ciudades se congestionaron con el ingente
      número de civiles y militares que huían de los soviéticos.
    
Ese día, el general Rodión Malinovsky, que estaba al
      mando de las fuerzas soviéticas en Budapest, llamó al diplomático
      sueco Raoul Wallenberg a su cuartel general en Debrecen.
      Wallemberg creyó ingenuamente que los soviéticos no serían más
      peligrosos que los nazis, y aprovechó la ocasión para llevar
      consigo toda la información disponible sobre Auschwitz para instar
      al general a que el campo fuera liberado cuanto antes (o, al
      menos, ocupado por los soviéticos). A un colaborador le dijo: Voy
      a ver a Malinowski... si voy como invitado o como prisionero,
        aún no lo sé. Pero no tardó en saberlo. Malinowski lo acusó
      de ser un espía estadounidense y no se volvió a saber de él.
    
Ante el avance soviético, los alemanes ordenaron la evacuación de
      Auschwitz. Unos 58.000 prisioneros fueron saliendo gradualmente
      para marchar hacia el oeste. Algunos fueron transportados en tren,
      pero otros tuvieron que caminar a pie a temperaturas bajo cero. El
      doctor Josef Mengele fue trasladado al campo de concentración de Gross-Rosen.
      
    
Un tren que transportaba 250 judíos que habían sido rechazados en
      una mina polaca acabó en Brünnlitz, donde estaba la fábrica de
      Oskar Schindler. Los vagones no podían abrirse porque las
      cerraduras estaban congeladas, y un trabajador de la fábrica tuvo
      que emplear un soplete. En el interior doce personas habían muerto
      y el resto no estaba en condiciones de trabajar. Schlinder estaba
      en Cracovia, pero su esposa llevó a todos los judíos a su fábrica,
      donde improvisó un hospital para atenderlos. Mientras tanto,
      Schlinder seguía sobornando funcionarios para evitar que tocaran a
      sus trabajadores.
    
Un bombardeo estadounidense sobre Hamburgo destruyó cinco
      submarinos alemanes y ocho cargueros.
    
Los dos regimientos que habían estado cercados en Bastoña tomaron
      finalmente Bourcy. Los aliados declararon que la batalla de Las
      Ardenas había terminado. Mientras tanto en Alsacia había no menos
      de diez divisiones alemanas y los combates eran muy violentos,
      llegando al cuerpo a cuerpo en ocasiones.
    
Ese día, un grupo de pilotos alemanes veteranos se insubordinó
      contra Herman Göring, principalmente a causa del mal uso que se
      había dado a la aviación en el contraataque en Las Ardenas, que
      había provocado la práctica aniquilación de la Luftwaffe.
      Göring sospechó —acertadamente— que el organizador había sido Adolf
        Galland, con quien ya había mantenido algunas disputas
      previas. Himmler era partidario de juzgarlo por traición, mientras
      las SS y la Gestapo estaban investigando sus contactos.
      Pero Galland caía bien a Hitler, el cual, cuando se enteró del
      asunto, ordenó "poner fin inmediatamente a esa tontería",
      de modo que Göring y Himmler tuvieron que buscar una forma
      diplomática de resolver el asunto.
    
El 18 de enero los japoneses
      inauguraron un nuevo centro de entrenamiento de pilotos kamikazes
      en Formosa, ya que las bases en las Filipinas se habían vuelto
      inseguras ante el avance estadounidense.
    
Las tropas soviéticas llegaron a Łódź, en Polonia. El Comité
      Polaco de Liberación Nacional se trasladó de Lublin a Varsovia,
      para convertirse definitivamente en el típico "gobierno legítimo"
      comunista que nadie había legitimado. El día anterior las tropas
      soviéticas habían entrado en Chełmno, y ahora los alemanes
      evacuaban el campo de exterminio situado en sus cercanías. Para
      entonces la mayor parte de los cadáveres de prisioneros habían
      sido incinerados y la mitad de los 80 judíos encargados del
      trabajo habían sido ejecutados. Ese mismo día ejecutaron a los que
      quedaban y los camiones que habían sido usados para envenenar a
      los prisioneros salieron en dirección a Berlín.
    
Mientras tanto en Budapest los alemanes volaron los puentes sobre
      el Danubio, ante las protestas de los oficiales húngaros. El
      ejército alemán inició una nueva ofensiva para romper el cerco de
      Budapest. Con un buen apoyo aéreo, lograron sorprender a los
      soviéticos y al final del día habían abierto una brecha de 30 km
      de ancho y 60 km de profundidad. 
    
En Esolvaquia los alemanes habían formado una línea defensiva en
      el río Ondava, y ahora se enfrentaban a una ofensiva soviética que
      los obligó a retroceder 22 km.
    
El 19 de enero un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Usa Maru) en
      Shanghái.
    
Un bombardeo estadounidense causó daños graves en una fábrica de
      aviones de Kwasaki en Akashi, en Japón. Las
      autoridades japonesas ordenaron a la población civil que no se
      encendiera ninguna luz a partir de las 22:00 y organizaron grupos
      de civiles de apoyo a los bomberos, que se veían desbordados en
      los bombardeos. Desde las islas Bonin era posible prevenir
      por lo general con una hora de anticipación la llegada de aviones
      estadounidenses, que era anunciada mediante sirenas.
    
El mal tiempo impedía a la flota estadounidense llevar a cabo más
      ataques en el mar del Sur de China. El suministro de combustible
      había sido prácticamente imposible hasta ese mismo día. La
      propaganda japonesa anunciaba que la flota estadounidense estaba
      rodeada y que sería destruida en cuanto tratara de abandonar el
      mar del Sur de China.
    
Tras dos días de combates, los australianos rechazaron un
      enérgico contraataque japonés en Bougainville. Los japoneses
      tuvieron que retirarse hasta la cordillera Tsimba, donde
      tenían dispuesto un sistema defensivo. Los australianos capturaron
      bastantes cañones y municiones. Un pelotón fue enviado a rodear
      las posiciones avanzadas japonesas y llegó hasta la aldea de Kunamatoro,
      donde había entre 30 y 50 japoneses. Tras 10 minutos de combate ya
      no quedaba ninguno: 14 habían muerto, 5 estaban heridos y el resto
      había huido. Al anochecer los australianos se retiraron de la
      aldea.
    
La aviación japonesa hundió un submarino británico (HMS Porpoise) en el estrecho de Malaca.
En Polonia los soviéticos tomaron Łódź, Cracovia, Mława y
      Włocławek. En Prusia Oriental tomaron Tilsit. En el
      gueto de Łódź sólo quedaban 877 judíos, de los cuales 12 eran
      niños. De los 223.000 judíos que había habido en la ciudad antes
      de la llegada de los alemanes, sólo 10.000 seguían vivos en otros
      lugares. En Eslovaquia los soviéticos tomaron Bardejov, Svidník,
      Prešov y Košice.
    
Con la entrada de los soviéticos en Varsovia, el general Leopold
      Okulicki comprendió que ya no había ninguna esperanza de que
      Polonia pudiera ser liberada. Okulicki había sido arrestado cuatro
      años atrás y había sido torturado en varias prisiones soviéticas.
      En sus propias palabras: En comparación con la NKVD, los
        métodos de la Gestapo son un juego de niños. Poco después se
      había firmado el acuerdo entre la Unión Soviética y el gobierno
      polaco en el exilio que le permitió marchar a Gran Bretaña, donde
      había reicibido entrenamiento antes de regresar a Polonia para
      combatir a los nazis. Ahora ordenaba la disolución de la
      resistencia polaca, pues veía que continuar la lucha sólo
      provocaría muertes innecesarias.
    
El coronel von Bonin fue arrestado por la Gestapo y enviado a un campo de concentración. Hitler ordenó que ninguna división o unidad del ejército de mayores dimensiones se retirara de sus posiciones sin su aprobación personal.
En su avance hacia Budapest, los tanques alemanes alcanzaron el
      Danubio en Dunapentele. Durante día y medio no hubo tropas
      soviéticas entre la vanguardia alemana y la guarnición que
      resistía en Pest.
    
Agatha Christie estrenó su obra de teatro Cita con la muerte,
      basada en su novela del mismo título.
    
El 20 de enero un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Hidaka Maru) en
      el Pacífico.
    
Los australianos iniciaron un ataque a las posiciones japonesas
      en la cordillera de Tsimba en Bougainville.
    
El ejército chino capturó Muse, en Birmania.
    
Representantes del gobierno húngaro presidido por el general Béla
      Miklós firmaron un armisticio en Moscú. Desde ese momento el país
      pasó a formar parte de los Aliados.
    
En Prusia Oriental la ofensiva soviética estaba estancada. En los
      primeros cinco días de ataque el Ejército Rojo apenas había
      avanzado 20 km, y con muchas bajas. El mariscal Konstantin
        Rokossovsky recibió órdenes de desviar la ofensiva hacia Elbing,
      lo que pilló a los alemanes por sorpresa.
    
En Polonia los soviéticos entraron en lo que había sido el más
      antiguo de los campos de exterminio nazis, el de Chełmno. Sólo
      encontraron allí a un chico judío de 15 años con una herida de
      bala en la cabeza, que había sobrevivido a su propia ejecución. Se
      calcula que los nazis habían matado allí a unas 340.000 personas.
      También llegaron a lo que había sido el campo de concentración de
      Cracovia-Płaszow, pero allí no quedaba nada. Sólo un descampado.
      Todos los cadáveres previamente enterrados en fosas comunes habían
      sido inhumados e incinerados.
    
Vidkun Quisling visitó a Hitler acompañado de Josef Terboven, el
      gobernador militar impuesto por Hitler en Noruega. Quisling le
      prometió a Hitler el apoyo noruego, a cambio de poder negociar la
      paz con los soviéticos independientemente del Reich en los
      territorios del norte del país que estaban siendo invadidos por
      los soviéticos. Sin embargo, Hitler se negó y le informó de que su
      plan era llevar a cabo una política de tierra quemada, y que
      ejecutaría a los civiles que se negaran a ser evacuados de los
      territorios en peligro de caer en poder de los soviéticos. Más
      tarde, Quisling no pudo evitar echarse a llorar cuando le contó la
      visita a un amigo. Comprendía que su imagen de traidor por
      antonomasia era ya indeleble.
    
Los soviéticos lograron interponerse entre Budapest y la fuerza
      de rescate alemana gracias al traslado de un cuerpo de caballería
      con 100 tanques, 360 piezas de artillería, tres regimientos de
      cañones antitanque y seis regimientos de artillería en una
      extenuante marcha de 60 km, aprovechando que los alemanes habían
      sufrido muchas bajas en su avance.
    
En los Países Bajos los británicos atacaron la ciudad de Sint
        Joost, que fue liberada tras cuatro horas de combate. Más de
      cien soldados alemanes murieron en su defensa y unos 60 fueron
      hechos prisioneros.
    
En Alsacia los estadounidenses se vieron obligados a abandonar Hatten
      y Rittershofen, pero esa noche se estabilizó el frente
      sobre el río Moder. La ofensiva alemana no había logrado
      liberar la bolsa de Colmar, que se había formado a finales del año
      anterior con la liberación de Estrasburgo. Eisenhower había
      encomendado su liquidación al ejército francés y ese día se inició
      la ofensiva. Antes del anochecer fueron liberadas Lutterbach,
      Pfastatt, Bourtzwiller, Illzach y Kingersheim.
      Por la noche los alemanes contraatacaron.
    
Franklin Delano Roosevelt inauguró su cuarto mandato como
      presidente de los Estados Unidos, esta vez con Harry Truman como
      vicepresidente.
    
El 21 de enero la flota estadounidense
      atacó de nuevo los puertos y bases aéreas de Formosa. Diez
      mercantes japoneses resultaron hundidos en Takao. El portaaviones
      ligero USS Langley recibió el impacto de dos bombas de
      pequeño tamaño arrojadas desde un avión japonés, y el portaaviones
      Ticonderoga fue gravemente dañado por el impacto de dos kamikazes.
      El destructor Maddox también sufrió el impacto de un kamikaze,
      pero los daños fueron leves. Por otro lado, el portaaviones USS
        Hancock sufrió daños graves cuando uno de sus aviones que
      acababa de aterrizar dejó caer sobre la cubierta una de sus
      bombas, que explotó en la cubierta de vuelo. El Hancock y
      el Ticonderoga tuvieron que retirarse para ser reparados.
    
El acorazado británico Queen Elizabeth y el crucero Phoebe
      abrieron fuego contra las defensas costeras de la isla birmana de
      Ramree, mientras aviones de la RAF bombardeaban las
      playas. Una hora después desembarcaba una brigada india que no
      encontró oposición y aseguró una cabeza de playa al oeste de Kyaukpyu.
    
En Prusia Oriental los soviéticos tomaron Gumbinnen. Los alemanes empezaron a derruir el monumento que conmemorava la victoria alemana en Tannenberg, durante la Primera Guerra Mundial, para que no fuera profanado por los soviéticos. En Polonia las fuerzas soviéticas cruzaron el río Warthen y se aproximaron a Poznań.
Los alemanes, en su avance hacia Budapest, habían ocupado 400 km2
      de terreno, una superficie comparable al territorio ocupado al
      principio de la ofensiva de Las Ardenas, a finales del año
      anterior. La Luftwaffe atacaba constantemente las
      posiciones soviéticas, y lograron que cundiera el pánico. Unos
      40.000 soldados soviéticos y abundante material bélico fueron
      trasladados a la orilla oriental del Danubio para evitar que
      cayeran en manos alemanas.
    
Ese día Hungría declaró la guerra a Alemania.
    
Un submarino alemán hundió un carguero noruego (Galatea)
      en el canal de La Mancha. Destructores británicos hundieron otro
      submarino en el océano Atlántico, cerca de la costa británica.
    
El 22 de enero la flota estadounidense
      en el mar del Sur de China atacó las islas Ryukyu, que forman un
      arco entre Formosa y Japón. Después la incursión se dio por
      terminada y la flota regresó a su base en Ulithi.
    
En la península de Arakan, en Birmania, los británicos avanzaban
      lentamente, debido a la falta de carreteras. Habían tomado Kantha,
      como paso previo a la toma de Kangaw. Para cortar la
      retirada a los japoneses, ese día se produjo un desembarco a unos
      3 km al sur de Kangaw. No hubo bombardeo previo por parte de la
      armada o de la aviación para pillar a los japoneses por sorpresa.
      Durante los días siguientes los británicos fueron tomando los
      objetivos previstos sin apenas oposición.
    
En la isla de Ramree los británicos ocuparon Kyaukpyu.
    
En Prusia Oriental los soviéticos lograron capturar la ciudad de
      Allenstein, en el flanco derecho alemán, amenazando la
      retaguardia.
    
Tras intensos combates, los alemanes capturaron la ciudad húngara
      de Székesfehérvár, que era clave en las líneas de
      comunicación soviéticas en Budapest.
    
La RAF destruyó una fábrica de hidrógeno líquido en Alblasserdam,
      en los Países Bajos, que los alemanes usaban para los cohetes V-2.
    
Más tropas francesas y una división de infantería estadounidense
      se unieron al ataque a la bolsa de Colmar, en Alsacia. Los
      estadounidenses cruzaron el río Ill (I-L-L) y rodearon
      Colmar por el norte. Mientras tanto los franceses atacaban hacia
      el Rin.
    
El 23 de enero destructores
      estadounidenses hundieron un submarino japonés cerca de las islas
      Carolinas. Submarinos estadounidenses hundieron un carguero
      japonés (Daikyo Maru) cerca de la costa china y otro (Taian
        Maru) cerca de Palau.
    
En Birmania una división india tomó Myinmu.
    
El ejército soviético lanzó un ataque contra la bolsa de
      Curlandia y logró tomar a los alemanes unas cabezas de puente en
      los ríos Bārta and Vārtāja, pero los alemanes
      lograron expulsarlos de sus nuevas posiciones.
    
En Polonia el Ejército Rojo alcanzó el Óder entre Oppeln
      y Steinau. Ese día Alemania empezó la evacuación del
      personal civil y militar de Curlandia, Prusia Oriental y el
      corredor polaco. La operación recibió el nombre de Operación
        Aníbal. 
    
Adolf Galland dejó su puesto en la Luftwaffe
      supuestamente por motivos de salud, y fue sustituido por Gordon
        Gollob, que no se llevaba bien con Galland y empezó a buscar
      pruebas contra éste, a menudo con acusaciones falsas, según la
      cuales Galland era adicto al juego, mujeriego y que había
      dispuesto de aviones de la Luftwaffe para uso privado.
    
Ese día fue ahorcado Helmuth von Moltke, teóricamente por su
      participación en el último atentado contra Hitler. No pudo
      probarse su implicación, pero el juez Roland Freisler no se dejaba
      amedrentar por esos tecnicismos y lo condenó a muerte igualmente,
      por unas conversaciones que había tenido con unos amigos sobre el
      futuro de Alemania, que Freisler calificó como alta traición.
    
También fue ahorcado, por la misma causa Erwin Plank,
      hijo del físico Max Plank. Éste había suplicado en vano a Hitler
      que le conmutara la pena por otra de cárcel.
    
Los estadounidenses capturaron St Vith, con lo que se dio por
      terminada la batalla de Las Ardenas (aunque su conclusión ya había
      sido anunciada días antes). Las bajas estadounidenses habían sido
      de 19.000 muertos, 47.500 heridos y 23.000 desaparecidos. Fue la
      batalla más sangrienta que afrontaron los estadounidenses en
      Europa. Los británicos sufrieron 200 muertos y unos 1.200 heridos.
      Por su parte, las bajas alemanas fueron de 12.600 muertos, 38.600
      heridos y 30.500 desaparecidos.
    
En Alsacia los alemanes todavía trataban de rechazar el avance
      estadounidense, y la aviación bombardeó Gries, Weitbruch
      y Kaltenhouse, pero los estadounidenses no cedieron
      terreno.
    
Torpederas alemanas hundieron un carguero británico (Halo)
      en el mar del Norte. Otro noruego (Vigsnes) resultó hundido
      por un submarino en el mar de Irlanda.
    
El 24 de enero submarinos
      estadounidenses hundieron un carguero japonés (Taiman Maru)
      en el mar del Sur de China y un destructor (Shigure) en el
      golfo de Siam.
    
Más de un centenar de aviones británicos bombardearon una
      refinería japonesa cerca de Palembang, en Sumatra. El bombardeo
      fue un éxito, pero se perdieron 32 aviones.
    
Las fuerzas del mariscal Rokossovsky llegaron a la laguna del Vístula y aislaron un ejército alemán y varias divisiones de otro en una nueva bolsa alrededor de Heiligenbeil. El oficial al mando ya había alertado de esta posibilidad cinco días atrás, pero Hitler no había consentido en llevar a cabo una retirada. Mientras tanto, unos 100.000 soldados soviéticos y unos 5.000 polacos empezaron a atacar la ciudad de Poznań, en la que se encontraban unos 40.000 soldados alemanes. La ciudad estaba defendida por un anillo de 18 fortalezas, rodeadas de fosos y búnqueres revestidos de casi un metro de hormigón.
Tras haber sufrido bombardeos durnate cinco dias, los británicos
      liberaron la ciudad neerlandesa de Montfort. Un total de
      186 civiles habían muerto a causa de los bombardeos, muchos de
      ellos entre las ruinas de sus casas.
    
En Alsacia los alemanes trataron de rodear el bosque de Haguenau
      para expulsar a los estadounidenses sin enfrentarse directamente a
      ellos. Se produjeron violentos combates que llegaron al
      enfrentamiento cuerpo a cuerpo.
    
El 25 de enero un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Malay Maru) en
      el mar de la China Oriental.
    
La flota estadounidense bombardeó la isla de Iwo Jima.
    
Tras varios intentos infructuosos de expulsar a los japoneses de
      la cordillera de Tsimba, los australianos intentaron rodearla
      cruzando el río Genga, infestado de cocodrilos, y
      estableciendo una cabeza de puente. Para mantener abiertas las
      comunicaciones con la retaguardia tuvieron que patrullar
      continuamente la ruta. Durante los días siguientes los japoneses
      amenazarían la cabeza de puente con una serie de ataques poco
      menos que suicidas.
    
En la isla de Ramree los británicos ocuparon Mayin.
    
Ante la aproximación de los soviéticos, los alemanes dinamitaron
      y abandonaron la Guarida del Lobo, el búnquer desde el que
      Hitler había dirigido la invasión de la Unión Soviética cuatro
      años antes.
    
Hitler tomó importantes decisiones para detener el avance
      soviético. Dispuso que el Grupo de Ejércitos Norte (el que
      había quedado aislado en Curlandia) pasara a llamarse Grupo de
        Ejércitos Curlandia, el Grupo de Ejércitos Central
      (el que había quedado aislado en Heiligenbeil) pasaría a llamarse
      Grupo de Ejércitos Norte, y el Grupo de Ejércitos A
      pasaría a llamarse Grupo de Ejércitos Central. Además, en
      Polonia formó el Grupo de Ejércitos Vístula, pero no tuvo
      mejor idea que ponerlo bajo el mando de Himmler, que no tenía
      ninguna experiencia militar. Tal vez pensó que con estos cambios
      los soviéticos quedarían paralizados por el desconcierto de no
      estar seguros de cómo se llamaba cada grupo de ejércitos.
    
La aviación británica hundió un carguero noruego (Bjergfin)
      y dos alemanes (Ilse Fritzen y Pergamon) cerca de
      la costa noruega.
    
En Alsacia los alemanes lanzaron un nuevo contraataque y lograron
      cruzar el río Moder entre Kaltenhouse y Haguenau.
      Tras duros combates, estadounidenses y alemanes quedaron
      parapetados en las orillas opuestas del río. Mientras llegaban
      refuerzos estadounidenses procedentes de Las Ardenas, los alemanes
      recibieron la orden de Hitler de abandonar la operación y
      replegarse. Poco después muchas de las fuerzas serían transferidas
      al este, para defender el Óder frente al avance soviético.
    
Ese día se estrenó El regreso de aquel hombre, la quinta
      entrega de la serie que se había iniciado con La cena de los
        acusados, protagonizada por William Powell y Myrna Loy. La
      actriz había rechazado el papel tres años atrás, porque acababa de
      casarse y no estaba interesada en su carrera cinematográfica en
      esos momentos, pero ahora se acababa de divorciar y aceptó el
      trabajo. La productora había pensado en sustituirla en su papel,
      pero los seguidores de la saga se habían mostrado radicalmente
      opuestos a que nadie más encarnara su personaje, así que la oferta
      seguía en pie. En su primer día en el estudio todos (encargados de
      vestuario, maquillaje, etc.) acudieron a saludarla efusivamente.
      Como las entregas precedentes, fue un éxito de taquilla.
    
El 26 de enero marines británicos
      desembarcaron en la isla de Cheduba, a unos 10 km de la
      isla de Ramree, en Birmania.
    
Durante el último mes los alemanes habían llevado a cabo un
      contraataque que había hecho retroceder con muchas bajas al
      ejército Yugoslavo, pero finalmente el frente se estabilizó. Los
      soviéticos también pudieron frenar el avance alemán hacia
      Budapest, cuando sólo faltaban 25 km para entrar en contacto con
      la bolsa aislada en la capital húngara. Los defensores de Budapest
      pidieron permiso para abandonar la ciudad y abrirse paso hasta las
      líneas alemanas, pero Hitler se negó. Su objetivo era recuperar
      Budapest, no abandonarla.
    
En Lituania, por esas fechas los soviéticos habían matado a 659
      miembros del Ejército de Liberación de Lituania y habían
      arrestado a otros 753.
    
En Prusia Oriental las tropas alemanas aisladas habían avanzado a
      marchas forzadas acompañadas por miles de civiles en medio de un
      invierno gélido hasta Elbing, esperando encontrar una ruta de
      escape, pero el ejército soviético bloqueaba el paso al este de la
      ciudad. Esa noche algunas tropas lograron romper el cerco, pero en
      los días siguientes fueron rodeadas de nuevo.
    
En Poznań los soviéticos tomaron dos de las fortalezas que
      rodeaban la ciudad, lo que les permitió entrar en el anillo
      intermedio y atacar las restantes desde atrás.
    
Los soviéticos entraron también en Przyszowice, una
      ciudad polaca situada junto a la frontera con Alemania. Para
      celebrarlo, incendiaron varias docenas de casas y se entretuvieron
      disparando a quienes trataban de apagar el fuego. Las víctimas
      fueron principalmente varones adultos, pero también hubo mujeres,
      niños y ancianos, entre 10 días y 78 años. Entre las víctimas
      estaban cuatro prisioneros de Auschwitz que habían logrado escapar
      el día anterior durante las marchas de evacuación del campo.
    
Unidades de infantería y tanques alemanes en la bolsa de Colmar
      salieron de Riedwihr y atacaron a una compañía
      estadounidense. El teniente Audie Murphy ordenó a sus
      hombres que se replegaran en el bosque y se montó en un destructor
      de tanques en llamas a la vez que pedía una barrera de artillería
      sobre su propia posición. Luego los alemanes fueron atacados por
      cazabombarderos que aprovecharon un hueco en las nubes sobre el
      campo de batalla. Finalmente tuvieron que replegarse hacia Holtzwihr.
      Murphy sería condecorado por su acción. Ese mismo día los
      estadounidenses capturaron Riedwihr.
    
Ese día se estrenó ¡Objetivo, Birmania!, considerada un
      clásico del cine bélico, dirigida por Raoul Walsh y protagonizada
      por Errol Flynn. Tuvo un gran éxito en los Estados Unidos y, sobre
      todo, en Francia, pero en Gran Bretaña no tardó en selr retirada.
      Winston Churchill estaba indignado, pues la guerra en Birmania
      corría a cargo casi exclusivamente de británicos, indios y otros
      miembros de la Commonwealth, y en la película parecía que
      los británicos no pintaban nada.
    
Después de que su población hubiera sido evacuada por mar, el 27 de enero los alemanes abandonaron la
      ciudad de Memel que había permanecido varios meses bajo asedio.
    
Un ejército soviético entró en el campo de exterminio de
      Auschwitz. La mayoría de los prisioneros habían sido evacuados,
      pero todavía quedaban unos 7.000 vivos y unos 600 cadáveres. Uno
      de los soldados soviéticos que entró en uno de los barracones
      relató así el momento:
    
Otros soldados estaban diciendo a los presos: ¡Sois libres, camaradas!, pero no respondían, así que lo intentó en ruso, polaco, alemán y ucraniano. Luego lo intentó en yiddish. Creían que los estaba provocando y empezaron a esconderse. Sólo cuando les dije: "No tengan miedo, soy judío y coronel del ejército soviético. Hemos venido a liberaros" [...] finalmente, como si la barrera se hubiera derrumbado, se precipitaron hacia nosotros gritando, cayendo de rodillas, besándonos los abrigos y abrazando nuestras piernas.
Entre los restos en el campo se encontraron 7.000 kg de cabello
      humano, que se estimó que procedían de unas 140.000 personas
      distintas. En ellos se encontraron restos de ácido prúsico, el
      ingrediente principal del Zyklon B que se usaba en las cámaras de
      gas.
    
Los soviéticos también encontraron los restos abandonados de La
guarida
        del lobo. 
    
Tras haber detenido el intento de rescate alemanes, los
      soviéticos reanudaron su ofensiva contra la bolsa de soldados
      alemanes que defendían Budapest.
    
En los Países Bajos se dio por concluida la operación
        Blackcock, habiéndose cumplido todos sus objetivos. Todo el
      triángulo entre Roermond, Sittard y Heinsberg había sido liberado,
      salvo una pequeña zona al sur de Roermond. Se calcula que la
      operación costó unas 1.200 bajas aliadas, frente a unas 2.000
      alemanas.
    
Los estadounidenses liberaron Holtzwihr, en la bolsa de Colmar.
    
Un submarino alemán destruyó un petrolero noruego (Solør) que navegaba por el Canal
        de San Jorge, que separa Gran Bretaña de Irlanda. La escolta
      del convoy en el que viajaba logró hundir otro submarino en la
      zona.
    
El 28 de enero un submarino
      estadounidense hundió un transporte japonés (Sanuki Maru) y
      un barco de escolta (Kume) al noreste de Shanghái. En el
      transporte murieron 330 marinos japoneses.
    
Los prisioneros del campo de Cabanatuan habían permanecido solos
      un par de semanas, durante las cuales sólo algunas unidades
      japonesas habían pasado por el campo para alojarse en el curso de
      sus desplazamientos, sin prestar atención a los prisioneros salvo
      para pedirles comida. Luego habían llegado más tropas que
      restauraron el orden en el campo. Corría el rumor de que los
      japoneses planeaban ejecutarlos a todos. Lo mismo sospechaba
      Robert Lapham, que había propuesto al general Krueger una
      operación para liberar el campo. Estimaba que habría unos 300
      soldados japoneses en el campo propiamente dicho, unos 1.000 en
      las proximidades y unos 5.000 en la ciudad de Cabanatuan. Krueger
      había autorizado la operación y así, tras haber estudiado
      fotografías aéreas del lugar y de haber recopilado información de
      guerrilleros, a las  5:00 un equipo de 133 hombres bajo el
      mando del teniente coronel Henry Mucci salió de Guimba
      y se infiltró en las líneas japonesas poco después de las 14:00.
      Guiados por guerrilleros filipinos, avanzaron por praderas
      abiertas para evitar las patrullas japonesas. Otros guerrilleros
      iban por delante para poner bozales a los perros y enjaular gallos
      en las zonas habitadas cercanas para evitar que los animales
      pudieran alertar a los japoneses de la presencia de extraños.
    
En Birmania, por la noche los británicos atacaron Kangaw y
      lograron expulsar a los japoneses.
    
A las 4:28 salían de Memel las últimas unidades alemanas. Los
      soviéticos entraron en el puerto unas horas más tarde, con lo que
      completaron la ocupación de Lituania. Se calcula que unos 70.000
      lituanos acompañaron a los alemanes en su retirada, y finalmente
      terminaron asentándose en países diversos, la mayoría en los
      Estados Unidos. De entre los que se quedaron en Lituania, los
      soviéticos alistaron unos 80.000 soldados, aunque muchos lituanos
      evitaron el alistamiento uniéndose a los partisanos que combatían
      la ocupación soviética.
    
En Polonia los soviéticos ocuparon Katowice y Leszno.
    
En Poznań el comandante alemán fue reemplazado por el general de
      brigada Ernst Mattern, un nazi entusiasta que impuso una
      disciplina draconiana a la guarnición. Algunos alemanes que
      trataron de rendirse fueron abatidos por sus superiores.
    
Las tropas alemanas que habían tratado de llegar hasta Budapest
      iniciaron la retirada.
    
Aunque Hitler nunca había confiado en el general Andréi Vlásov,
      pues había manifestado su propósito de convertir a Rusia en un
      país democrático, la desesperación del momento le llevó a aceptar
      que los hombres de Vlásov formaran un ejército aliado,
      independiente de la Wehrmacht (el Ejército Ruso de
      Liberación) que contaba con una única división que fue destinada a
      defender el frente del Óder. Para entonces, Vlásov había logrado
      reclutar unos 300.000 hombres entre desertores del Ejército Rojo,
      voluntarios y prisioneros de guerra.
    
Vlásov era de los que veían al nazismo como un mal menor frente
      al comunismo. No comulgaba para nada con el ideario nazi, e
      incluso se sabe que ocultó a nueve judíos frente a las SS. Su
      interés por que sus hombres constituyeran un ejército
      independiente era facilitar la posibilidad de rendirse a los
      aliados occidentales y así evitar la represión soviética.
    
Albert Speer contó que a finales del año anterior había hablado
      con el director de orquesta Wilhelm Furtwängler, quien le preguntó
      si había posibilidades de que Alemania ganara la guerra. Speer le
      contestó que no, y le aconsejó que huyera a Suiza, porque la Gestapo
      andaba tras su pista. En efecto, Furtwängler mantenía relaciones
      con miembros de la resistencia alemana, y al parecer tuvo noticia
      de los planes de atentar contra Hitler el 20 de julio, si bien no
      participó en la conjuración. Poco antes había sido eliminado de la
      lista de artistas exentos del servicio militar por ser
      considerados insustituibles. Ahora, tras un concierto en Viena,
      siguió el consejo del ministro nazi, al parecer, cuando estaba a
      pocas horas de ser arrestado.
    
Un submarino soviético hundió un carguero danés (Viborg)
      en Rügenwalde (Alemania).
    
En Alsacia los franceses tomaron Grussenheim con muchas
      bajas.
    
El 29 de enero submarinos
      estadounidenses hundieron un transporte japonés (Clyde Maru)
      cerca de Formosa. En él murieron 972 soldados y 127 tripulantes.
    
Del millar de prisioneros de guerra que habían sobrevivido al
      naufragio del Oryoku Maru, a finales del año anterior,
      unos 900 habían llegado a Formosa y desde allí unos 550
      sobrevivieron al viaje que los llevó a Japón. Los médicos
      japoneses quedaron impresionados por el lamentable estado de los
      prisioneros. Otros 150 morirían en Japón y Corea durante los meses
      siguientes.
    
Henry Mucci y sus hombres llegaron a unos 8 km al norte del campo
      de Cabanatuan y se informaron de la situación, especialmente
      gracias a los 200 guerrilleros del capitán Juan Pajota,
      que tenían muy buen conocimiento sobre la actividad japonesa,
      sobre el terreno y sobre los habitantes de la zona. Pajota
      insistió en que no era buen momento para un ataque, porque una
      división japonesa se estaba retirando hacia el norte y pasaría por
      una carretera cercana al campo. Era mejor esperar a que pasara.
      Mucci aceptó posponer la operación e informó a su cuartel general
      por radio.
    
Mientras tanto una división estadounidense desembarcó en Luzón,
      cerca de San Narciso, sin encontrar oposición japonesa.
      Desde allí se propusieron tomar un aeropuerto cercano, pero al
      llegar se encontraron con que guerrilleros filipinos bajo el mando
      del capitán Ramón Magsaysay lo habían ocupado hacía tres
      días.
    
En Bougainville los japoneses seguían atacando las posiciones australianas en la cordillera de Tsimba. Ahora lanzaban un ataque a gran escala que logró romper por un punto las defensas australianas. Sin embargo, tras unas horas de combate, la incursión fue rechazada.
Los británicos atacaron una refinería de petróleo en Soengei
        Gerong, en Sumatra. Los pilotos contaron 30 aviones
      japoneses derribados en el aire y otros 38 destruidos en tierra.
      Los británicos perdieron 16 aviones.
    
Los soviéticos iniciaron un ataque contra Königsberg. Mientras
      tanto el primer barco de vapor con evacuados del cercano puerto de
      Pillau transportó 1.800 civiles y 1.200 soldados heridos
      hasta territorio seguro. La aviación soviética dañó un submarino
      alemán en Königsberg, que tuvo que ser hundido.
    
Tras la ejecución de Sophie y Hans Scholl y Christoph Probst, dos
      años atrás, un amigo de los dos primeros, Hans Conrad Leipelt,
      que tenía entonces 21 años, recibió una copia de uno de los
      panfletos de La Rosa Blanca y, junto a Marie-Luise
        Jahn, las copió con una máquina de escribir y las distribuyó
      en Hamburgo entre sus familiares y amigos. Unos meses más tarde,
      ambos fueron denunciados por recaudar fondos para la viuda del
      profesor Kurt Huber, y fueron arrestados junto a otros 19
      activisas. El año anterior Leipelt había sido condenado a muerte,
      mientras que a Jahn le asignaron 12 años de trabajos forzados.
      Ahora se ejecutaba la sentencia. Leipelt fue guillotinado en la
      prisión de Stadelheim.
    
El 30 de enero un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Issei Maru)
      cerca de la costa japonesa.
    
A las 11:30, dos exploradores estadounidenses disfrazados de
      filipinos entraron en una cabaña situada a unos 270 metros del
      campo de concentración de Cabanatuan, y establecieron un puesto de
      observación desde el que informaron de numerosos detalles de las
      instalaciones y de la actividad japonesa. El día anterior, dos
      niños filipinos habían tirado piedras al lado del campo ocupado
      por los prisioneros con mensajes que decían "Estad preparados
        para salir", pero los prisioneros pensaron que era una broma
      y no hicieron caso. A las 18:00 un avión pilotado por el capitán Kenneth
Schrieber
      y el teniente Bonnie Rucks despegó y se dirigió al
      campo de concentración. Allí Schrieber apagó un motor a intervalos
      simulando que el avión tenía problemas y simuló intentos
      desesperados por realizar un aterrizaje forzoso que tuvo
      entretenidos durante 20 minutos a los soldados japoneses del
      campo. Mientras tanto, los rangers estadounidenses se
      arrastraban hacia el recinto y cortaron las líneas telefónicas. A
      las 19:40 los estadounidenses dispararon contra todas las torres
      de vigilancia y las trincheras del campo. El candado de la puerta
      principal fue roto de un disparo y se provocó un tiroteo para
      atraer a los guardias, mientras los prisioneros eran evacuados por
      la parte trasera. Al principio, éstos se resistieron pensando que
      era una trampa organizada por los japoneses. Algunos de ellos
      tuvieron que ser obligados a salir por la fuerza, e incluso
      llevados a hombros. Luego fueron transportados en carros tirados
      por búfalos.
    
Mientras tanto, los guerrilleros de Juan Pajota volaron un puente
      que impidió a las tropas japonesas cercanas dirigirse al
      campamento. En realidad el puente no quedó destruido, pero el
      agujero impidió el paso de tanques y vehículos pesados, y los
      soldados pudieron ser contenidos con un tiroteo. A las 20:15 una
      bengala indicó que todos los prisioneros estaban fuera del campo y
      que empezaba la retirada. A las 20:40 otra bengala indicó que
      todos los prisioneros habían cruzado el río Pampanga, por
      lo que los guerrilleros podían dejar de contener a los japoneses.
      Era más fácil decirlo que hacerlo, y no pudieron retirarse hasta
      las 22:00, cuando los japoneses dejaron de atacar el puente. La
      aviación bombardeaba y mantenía a raya a las tropas japonesas que
      seguían el rastro de los evadidos. Para entonces habían llegado a
      Plateros, donde no había guarnición japonesa y allí
      pudieron descansar media hora. El balance fue de dos soldados
      muertos (uno por fuego amigo) y cuatro heridos, que fueron
      atendidos en un hospital improvisado. También se descubrió que
      faltaba Edwin Rose, un prisionero británico sordo que se
      había quedado dormido y no se había enterado del rescate. A las
      22:30 reemprendieron la marcha, mientras los guerrilleros
      filipinos trataban de conseguir más carros de bueyes para
      transportar a los prisioneros sin fuerzas para caminar. Algunos rangers,
      que no habían dormido más de seis horas en tres días, tuvieron que
      tomar anfetaminas para permanecer despiertos. En un momento dado
      fueron detenidos por el Hukbalahap, las guerrillas
      comunistas, que se negaban a dejarles pasar. Cuando un enviado de
      Mucci les dijo que les estaban persiguiendo los japoneses y que no
      tardarían en llegar, los comunistas consintieron en dejar paso
      libre a los estadounidenses, pero no a los guerrilleros de Pajota.
      Entonces Mucci, furioso, volvió a enviar a su emisario explicando
      que iba a llamar por radio a la aviación para convertir su
      campamento en picadillo comunista. Lo cierto es que su radio
      estaba estropeada, pero los comunistas mordieron el anzuelo y —por
      un tiempo— dejaron de estorbar.
    
Mientras tanto, las fuerzas desembarcadas en San Narciso tomaron
      el puerto de Olongapo y la Isla Grande en la bahía
      de Subic. Sólo hubo una baja, y no fue responsabilidad de los
      japoneses, sino que se trató de un soldado corneado por un toro
      furioso.
    
Un submarino soviético hundió un barco de transporte de pasajeros
      alemán (Wilhelm Gustloff), que transportaba a más de 10.000
      civiles y personal militar evacuado de Polonia con rumbo a Kiel.
      Murieron unas 9.500 personas, algunas directamente por la
      explosión, otras durante los disturbios que se produjeron durante
      el proceso de evacuación del barco y muchos más congelados en el
      agua helada del Báltico. Unas 1.200 personas pudieron ser
      rescatadas. Es posiblemente el naufragio con mayor número de
      víctimas de la historia.
    
Ese día Hitler pronunció un discurso que fue retransmitido por
      radio con motivo del duodécimo aniversario de su ascenso al poder.
      Una vez más instó al pueblo alemán a mantener el espíritu de
      resistencia, pero no inspiró mucha confianza. Ese mismo día Albert
      Speer le informó que, con la pérdida ante los soviéticos de la
      región industrial de la Alta Silesia, era imposible mantener el
      suministro de armas y municiones. Hitler respondió que no le
      gustaba recibir malas noticias y le ordenó que no informara a
      nadie de ello.
    
En Italia el gobierno de Ivanoe Bonomi estableció el derecho de
      voto de las mujeres. Bajo el gobierno de Mussolini las mujeres
      sólo habían visto reconocido su derecho a voto en las elecciones
      locales (claro que, para las elecciones generales, era Mussolini
      el que establecía de antemano los ganadores, así que importaba
      poco que las mujeres votaran o no).
    
Ese día se inició la Conferencia de Malta, en el que
      representantes británicos y estadounidenses se reunieron para
      preparar la conferencia de Yalta, en la que Churchill y
      Roosevelt se iban a reunir con Stalin unos días más tarde.
    
El frente occidental estaba de nuevo donde había estado antes de
      que se iniciara la batalla de las Ardenas.
    
El 31 de enero un submarino
      estadounidense hundió dos petroleros japoneses (Daietsu Maru
      y Enki Maru) ante la costa de Vietnam.
    
La aviación estadounidense hundió un destructor japonés (Ume)
      al sur de Formosa. Destructores estadounidenses hundieron un
      submarino japonés cerca de la isla filipina de Mindoro. Por su
      parte, lanchas torpederas suicidas hundieron un cazasubmarinos
      estadounidense cerca de Luzón.
    
A las 8:00 Mucci pudo finalmente ponerse en contacto por radio
      con su cuartel general, desde donde recibió instrucciones de
      dirigirse a Talavera, una ciudad que acababa de ser
      capturada por los estadounidenses y que se encontraba a 18 km de
      su posición. Allí los prisioneros liberados pudieron ser montados
      en camiones y transportados hasta Guimba, donde fueron
      despiojados, duchados y recibieron ropa limpia. Ese día Edwin Rose
      despertó y se encontró solo en el campamento. Tranquilamente, se
      afeitó, se puso la ropa limpia que había guardado para el día en
      que fuera rescatado y salió del campamento. Afortunadamente fue
      encontrado por unos guerrilleros que lograron informar a los
      estadounidenses para que enviaran un destructor de tanques a
      recogerlo. En total habían sido liberados 489 prisioneros de
      guerra y 33 civiles. Otros dos prisioneros habían muerto. Uno de
      un ataque al corazón en el mismo momento en que estaba siendo
      liberado, otro murió al poco de llegar a Talavera. Se calcula que
      más de medio millar de japoneses (tal vez un millar) murieron
      durante la operación. Los prisioneros rescatados informaron de los
      crímenes de guerra cometidos por los japoneses en Bataán y en
      Corregidor, lo que aumentó drásticamente el apoyo de la opinión
      pública occidental a la guerra contra Japón.
    
Para entonces las tropas desembarcadas en San Narciso habían
      liberado toda la provincia de Zambales, y las fuerzas
      japonesas se habían replegado a la península de Bataán. En el
      istmo habían construido una red de fortalezas conectadas con
      túneles y trincheras. Para los estadounidenses, liberar Bataán
      tenía un gran valor psicológico, pues allí se había rendido tres
      años antes el ejército estadounidense destinado en las Filipinas.
    
En Birmania a las 5:45 los japoneses atacaron por sorpresa a un
      regimiento de infantería británico en una colina en Arakan, cerca
      de Kangaw. En una zona había tres tanques que fueron víctimas de
      ataques suicidas: ingenieros japoneses se abrieron paso en
      combates cuerpo a cuerpo y luego treparon sobre ellos portando
      cargas explosivas que hicieron estallar. Así destruyeron dos de
      los tanques tanques. A las 9:30 los británicos lanzaron un
      contraataque que resultó fallido, al cual siguieron varios más.
      Sólo a las 17:00 los japoneses empezaron a retirarse de la colina,
      pero un último contraataque británico al anochecer fue rechazado
      de nuevo. A lo largo del día los japoneses habían arrojado unas
      700 bombas sobre la colina en disputa.
    
El campo de concentración de Stuthof, en Polonia, había sido
      evacuado ante el avance soviético. Sus prisioneros fueron
      obligados a marchar hasta Palmnicken, pero sólo 3.000 de
      los 13.000 que salieron acabaron llegando a su destino. Ahora las
      SS querían deshacerse de los que quedaban, y su primera idea fue
      meterlos en un túnel de una mina y sellar la entrada, pero el
      dueño de la mina, Hans Feyerabend, se negó y afirmó que
      mientras él viviera no se mataría a nadie en su mina. Feyerabend
      ya no vivía. No está claro si se suicidó o "lo suicidaron", pero
      para entonces las SS habían optado por un plan más simple:
      llevaron a los prisioneros al mar y los obligaron a punta de
      pistola a meterse en el agua sin dejar de avanzar. Sólo 33
      prisioneros sobrevivieron.
    
Una unidad del Ejército Rojo cruzó la superficie helada del Óder
      y tomó la ciudad alemana de Kienitz, a unos 80 km de
      Berlín. Por el oeste, tropas canadienses capturaron, tras varios
      días de combates, la ciudad neerlandesa de Kapelsche Veer,
      sobre el Mosa, los franceses tomaron Elsenheim y Marckolsheim,
      y los estadounidenses Widensolen, estrechando aún más la
      bolsa de Colmar.
    
A las 10:04 fue fusilado en Francia el soldado estadounidense
      Eddie Slovik, que tenía entonces 24 años. A los soldados que lo
      llevaron ante el pelotón de fusilamiento les dijo:
    
No me fusilan por haber desertado del Ejército de los Estados Unidos; otros miles lo han hecho. Es que necesitan dar ejemplo con alguien y me han elegido a mí porque soy un exconvicto. Yo robaba cosas cuando era un niño, y por eso me fusilan. Me fusilan por el pan y los chicles que robé cuando tenía 12 años.
Fue el primer soldado estadounidense condenado a muerte por
      deserción desde la Guerra Civil. Durante la Segunda Guerra Mundial
      un total de 2.864 soldados fueron juzgados por deserción y 49
      fueron condenados a muerte por ello, pero en los otros 48 casos la
      sentencia fue conmutada por una autoridad militar de mayor rango.
      Por otro lado, un total de 102 soldados estadounidenses fueron
      fusilados por crímenes de violación o de asesinato de civiles sin
      provocación previa. Aparte de que Solvik no sólo había robado pan
      y chicles (por ejemplo, en una ocasión robó un coche y lo estrelló
      mientras conducía borracho), lo que lo llevó a la muerte no fue su
      condición de exconvicto, sino el cinismo propio de un delincuente
      habitual con el que quiso conducir su caso: no quiso ser un
      prófugo, quiso ser juzgado y condenado cuanto antes, se aseguró de
      autoinculparse para agilizar el juicio, rechazó diversas ofertas
      de sobreseimiento, y no se molestó en defenderse, pues su
      propósito era convertir en un mero trámite el cambio de su
      servicio militar por unos años de cárcel, con la perspectiva de
      que las condenas se anularían una vez terminada la guerra. El
      propio Eisenhower convino en que el precedente que hubiera sentado
      permitir que se saliera con la suya habría sido nefasto. De las
      once balas que dispararon contra él (la costumbre era que, de los
      doce fusiles, uno estuviera cargado con una bala de fogueo) las
      once impactaron en su cuerpo, es decir, que ninguno de los
      soldados del pelotón prefirió errar el tiro a propósito. Su viuda
      pidió a los siete presidentes de los Estados Unidos que siguieron
      a Roosevelt (entre ellos estaría el propio Eisenhower) que
      anularan la sentencia, pero ninguno de ellos accedería.
    
Tras haber avanzado sin dificultad unos 5 km, el 1 de febrero los estadounidenses se
      encontraron con la primera fortaleza japonesa que defendía la
      entrada a la península de Bataán. El avance se detuvo y se
      iniciaron duros combates en los que los estadounidenses no
      acababan de tener información suficiente sobre la disposición de
      las defensas japonesas.
    
En la cordillera de Tsimba, en Bougainville, los australianos
      organizaron un contraataque que causó 30 bajas a los japoneses.
    
Singapur fue bombardeada por 112 aviones británicos. La base
      naval japonesa resultó gravemente dañada. Algunos de los aviones
      se desviaron para atacar otros objetivos en Panang y Martaban.
      Un caza japonés abatió un bombardero británico, y otro fue
      destruido en un aterrizaje forzoso.
    
Ecuador declaró la guerra a Alemania y a Japón y autorizó a los
      Estados Unidos a usar la isla de Baltra (en las Galápagos) como
      base naval.
    
Por esas fechas se publicó en los Estados Unidos una nueva novela
      de Agatha Christie, con el título de Muerte recreada, si
      bien a finales de año se publicaría en Gran Bretaña con el título
      original de Cianuro espumoso. Ese mismo mes se publicó Reencuentros,
      una novela de John Steinbeck
    
El 2 de febrero submarinos
      estadounidenses hundieron un petrolero japonés (Nanshin Maru)
      y un barco de escolta cerca de Malasia.
    
En el diario Pravda apareció un artículo sobre Auschwitz,
      pero sin muchos detalles. Ni siquiera se mencionaba a los judíos,
      sino meramente a "víctimas del fascismo". 
    
El Alto Mando soviético dio por terminada la ofensiva del
      Vístula-Óder, que había llevado al Ejército Rojo hasta la frontera
      entre Polonia y Alemania. Sin embargo, el norte de Polonia
      (Pomerania) y el sur (la Baja Silesia) seguían bajo control alemán
      y era necesario asegurar los flancos antes de continuar hacia
      Berlín, así que el avance se detuvo momentáneamente.
    
Ese día fue ahorcado Carl Friedrich Goerdeler, el que fuera
      alcalde de Leipzig. Poco después del ascenso de los nazis al poder
      se convenció del peligro que suponía el nazismo y viajó por el
      mundo alertando sobre él. Incluso había llegado a reunirse con
      Winston Churchill. Luego se implicó en diversos intentos de
      atentados contra Hitler, incluido el del 20 de julio del año
      anterior, por el que finalmente fue arrestado, torturado durante
      meses y condenado a muerte por el "Tribunal Popular" de 
      Roland Freiser. Dejó una carta que terminaba con la frase: Pido
al
        mundo que acepte nuestro martirio como disculpa para el pueblo
        alemán. 
    
En Alsacia los estadounidenses liberaron Andolsheim.
      Tropas francesas y estadounidenses lograron entrar en Colmar y
      pasaron los días siguientes limpiándola de alemanes.
    
Roosevelt llegó a Malta, pero esquivó toda discusión con
      Churchill o con Anthony Eden sobre una posible postura común ante
      Stalin. Poco después saldrían en avión hacia Yalta, en Crimea
      junto con las delegaciones de sus países respectivos, casi 700
      personas, que ocuparon 25 aviones. Se había propuesto celebrar la
      reunión en Malta, Chipre o Atenas, pero Stalin había rechazado
      todas las propuestas, tal vez por miedo a salir de la Unión
      Soviética o simplemente por miedo a volar. 
    
El 3 de febrero fuerzas
      estadounidenses capturaron un puente sobre el río Tullahan,
      que los separaba de Manila. Por la tarde lograron entrar en la
      capital filipina, pero apenas pudieron avanzar por sus calles
      antes de encontrarse con fuertes defensas japonesas.
    
Las delegaciones británica y estadounidense llegaron a Yalta,
      donde Roosevelt y Churchill fueron recibidos por Viacheslav
      Mólotov (el comisario de Asuntos Exteriores). Stalin estaba de
      camino, en tren.
    
La fuerza aérea estadounidense envió 1.500 bombarderos a Berlín
      protegidos por 1.000 cazas, que arrojaron más de 2.000 toneladas
      de bombas sobre la ciudad. Fue el mayor bombardeo que había
      sufrido la ciudad en toda su historia. Causó 2.894 muertos y unos
      20.000 heridos. Unas 120.000 personas se quedaron sin hogar.
      Varios sectores de la ciudad quedaron reducidos a escombros. Un
      gran incendio se fue expandiendo por el viento y tardaría cuatro
      días en ser sofocado. La falta de suministros hizo que las
      defensas antiaéreas alemanas sólo pudieran derribar 36 aviones.
      Entre los edificios afectados estuvo la Cancillería del Reich,
      el cuartel general de la Gestapo y la sede del Tribunal
del
        Pueblo. Allí el juez Roland Freisler estaba juzgando al
      tenienteo Fabian von Schlabrendorff, que había participado
      en el complot del 20 de julio. Sabiendo que no tenía nada que
      perder, Schlabrendorff se había mostrado en todo momento
      desafiante, y Freisler llegó a decirle que lo iba a mandar
        directamente al infierno, a lo que Schabrendorff le
      respondió que con gusto le permitía ir delante. Se produjo
      entonces el aviso del bombardeo, pero los aviones llegaron antes
      de que hubiera dado tiempo a evacuar la sala. Freisler sería
      encontrado muerto bajo una columna con el expediente de
      Schlabrendorff en su mano. Se dice que nadie lamentó su muerte.
      Sus dos hijos se cambiaron el apellido poco después. Tras la
      destrucción de la sede de la Cancillería, Hitler pasó a vivir casi
      exclusivamente en el búnker de dos plantas situado bajo el jardín
      del edificio. Schlabrendorff sobrevivió.
    
Fragatas británicas hundieron un submarino alemán ante la costa
      noruega.
    
En la reducción de la bolsa de Colmar los estadounidenses tomaron
      Biesheim tras un día de combates. Otras unidades francesas
      y estadounidenses estaban despejando de alemanes las zonas
      liberadas en los últimos días.
    
El 4 de febrero un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Tairai Maru) en
      el mar Amarillo. La aviación japonesa hundió un submarino
      estadounidense (USS Barbel) en las Filipinas.
    
La aviación estadounidense bombardeó la ciudad japonesa de Kobe,
      la sexta más poblada del país, con más de un millón de habitantes.
      Sus casas estaban hechas mayoritariamente de madera, así que se
      lanzaron principalmente bombas incendiarias que causaron graves
      daños. Las fabricas principales también acusaron el bombardeo.
    
Una división de infantería estadounidense liberó a más de mil
      prisioneros de guerra que se encontraban en una cárcel de Manila,
      previamente abandonada por los japoneses, mientras otros rodeaban
      lo que había sido el campus de la Universidad de Santo Tomás,
      ahora convertida en otro campo de concentración. Más tropas iban
      llegando a las afueras de la ciudad por otros sectores, pero no
      lograban penetrar en ella, pues había japoneses atrincherados por
      todas partes. Al mando en la ciudad estaba el general Tomoyuki
        Yamashita, que ordenó destruir todos los puentes e
      instalaciones vitales de la ciudad.
    
Stalin llegó a Yalta y empezó visitando a Churchill. Ambos
      convinieron en que la derrota alemana era inminente, a lo que
      Churchill añadió que eso era más claro aún después de que Hitler
      hubiera destituido a varios de sus mejores generales.
    
Luego Stalin visitó a Roosevelt acompañado de Mólotov. El
      presidente estadounidense expresó su indignación ante la
      destrucción apreciable que la guerra había ocasionado en Crimea.
      Al parecer, llegó a decirle : Espero que proponga de nuevo un
        brindis por la ejecución de 50.000 oficiales del ejército
        alemán, en referencia al brindis que Stalin había hecho
      durante la conferencia de Teherán y que había llevado a Churchill
      a levantarse y marcharse de la sala. Stalin respondió que la
      destrucción de Crimea no era nada comparada con la de Ucrania.
    
Luego hablaron del papel de Francia en la guerra y la postguerra.
      Stalin afirmó que de Gaulle era poco realista, pues reclamaba
      derechos iguales a los de la Unión Soviética, los Estados Unidos y
      Gran Bretaña, cuando —según él— Francia había hecho muy poco en la
      guerra. Roosevelt, a quien tampoco le caía bien de Gaulle, comentó
      que en la conferencia de El Cairo se había comparado con Juana de
      Arco. Ambos estuvieron de acuerdo en conceder a Francia una zona
      de ocupación en Alemania por mera "amabilidad".
    
El caso era que de Gaulle no había sido invitado a Yalta, y el
      general francés nunca perdonó la afrenta. La atribuyó a la
      animadversión que Roosevelt sentía hacia él, pero lo cierto es que
      Stalin también había puesto objeciones a su presencia. A las 17:00
      se inició la primera reunión, en la que hubo un total de 28
      participantes. Stalin estuvo acompañado de Mólotov, Churchill de
      Eden y Roosevelt del general Marshall. Antes de las 19:00 la
      reunión terminó y Eden anotó en su diario que el ambiente había
      sido de cooperación. Más tarde hubo una cena en la que comieron
      caviar con pollo frito. Churchill y Roosevelt le confesaron a
      Stalin que a sus espaldas lo llamaban "Tío Joe", y Mólotov
      respondió que sus servicios de inteligencia ya le habían
      comunicado esto hacía dos años. También se habló del destino de
      Polonia, y Eden manifestaría más tarde que le había escandalizado
      el desprecio con que Stalin concebía a los países pequeños.
    
Un submarino soviético hundió un petrolero alemán (Hiddensee)
      en el Báltico.
    
Rudolf Hess seguía preso en Gran Bretaña, donde daba muestras de
      desequilibrio mental. Ese se clavó un cuchillo, aunque las heridas
      que se provocó fueron leves. Desanimado por las noticias de que
      Alemania estaba perdiendo la guerra, pasó una semana sin comer, y
      sólo aceptó la comida ante la amenaza de ser alimentado por la
      fuerza.
    
Fragatas británicas hundieron un submarino alemán cerca de
      Irlanda.
    
Ese día se completó la liberación de Bélgica.
    
El 5 de febrero los defensores del
      campo de concentración de Santo Tomás negociaron con los
      estadounidenses liberar a los prisioneros que habían tomado como
      rehenes a cambio de que los dejaran salir portando únicamente
      armas individuales y les dejaran vía libre hasta una zona al sur
      de la ciudad. Los japoneses no sabían que esa zona estaba bajo
      control estadounidense, así que los estadounidenses aceptaron el
      trato, los dejaron salir tranquilamente respetando lo acordado, y
      luego los japoneses fueron tiroteados por las fuerzas que se
      encontraban en su lugar de destino. Varios murieron y el resto fue
      apresado.
    
Tropas británicas se acercaron a Pakokku, en Birmania,
      con la misión de establecer una cabeza de puente en el río Irrawaddy.
      Los japoneses les bombardearon desde Kahnla, una aldea
      situada en la orilla opuesta del río. Un ataque a la aldea de Kahnia
      terminó con unos 30 japoneses muertos y muchos heridos.
    
En la segunda reunión plenaria de la Conferencia de Yalta se abordó la cuestión del destino de Alemania tras la guerra. Una comisión conjunta previa ya había acordado una partición provisional en tres áreas de ocupación, aunque se podría crear una cuarta para Francia. Stalin propuso el desmembramiento definitivo de Alemania, a lo que Churchill se opuso, considerando que era mejor posponer la decisión hasta el final de la guerra. Roosevelt sugirió dividir Alemania en cinco o siete Estados.
Luego se abordó la cuestión de si Francia tendría su propia zona
      de ocupación. Churchill se mostró dispuesto a ceder a Francia
      parte de la zona que se le asignara a Gran Bretaña, pues,
      previendo lo que iba a pasar, quería forjar una alianza sólida con
      Francia contra el avance del comunismo al oeste de Alemania.
      Stalin se negó, probablemente porque adivinaba las intenciones de
      Churchill, y Roosevelt propuso ceder una zona a Francia, pero sin
      darle acceso al órgano que gobernaría Alemania. No obstante,
      cuando Roosevelt anunció casualmente que los Estados Unidos no
      tenían intención de permanecer en Europa más de dos años, Stalin
      se apresuró a aceptar su propuesta sobre Francia.
    
Luego se abordó la cuestión de las indemnizaciones de guerra que
      debería pagar Alemania. Stalin reclamó 10.000 millones de dólares
      para la Unión Soviética, pero Churchill señaló que las altas
      indemnizaciones que se había hecho pagar a Alemania tras la
      Primera Guerra Mundial habían tenido nefastas consecuencias.
      Roosevelt sugirió dejar suficiente industria a Alemania como para
      autoabastecerse, pero sin llegar a un nivel de desarrollo superior
      al de la Unión Soviética.
    
Fuerzas soviéticas cruzaron el río Oder en Brzeg.
    
En el campo de concentración de Ravensbrück fue ejecutada
      Violette Szabo, junto con otras agentes británicas.
    
Un submarino alemán hundió un carguero estadounidense (Henry
        B. Plant) en el canal de La Mancha.
    
Ecuador declaró la guerra a Japón.
    
El 6 de febrero submarinos
      estadounidenses hundieron un petrolero japonés (Engen Maru)
      en el mar del Sur de China y un transporte (Shohei Maru) en
      el mar Amarillo.
    
El general MacArthur anunció que Manila había caído y que 5.000
      prisioneros de guerra habían sido liberados, pero no tardaría en
      tener que retractarse. Los japoneses seguían resistiendo en la
      mayor parte de la ciudad. Los estadounidenses capturaron ese día
      varias fuentes de suministro de agua.
    
Tras un bombardeo que había durado un día completo, a las 9:00
      los australianos atacaron las posiciones japonesas en la
      cordillera de Tsimba, en Bougainville. Tres pelotones asaltaron la
      montaña desde puntos distintos apoyados por la artillería y la
      aviación. A las 11:30 los japoneses estaban rodeados. Los
      australianos contaron 9 muertos y 20 heridos.
    
Un submarino alemán hundió un carguero estadounidense (Peter
        Silvester) en el océano Índico.
    
En la tercera reunión plenaria de la Conferencia de Yalta se
      abordó la organización de las Naciones Unidas. Entre otros temas,
      se tocó también el caso de Polonia. Churchill expresó su deseo de
      que la nueva Polonia fuera un Estado libre e independiente. Stalin
      pronunció una de sus frases más cómicas:
    
Todos dicen que soy un dictador, pero tengo suficiente sentimiento democrático para no establecer un gobierno polaco sin polacos.
Churchill respondió que el gobierno comunista polaco establecido
      por los soviéticos no representaba ni a la tercera parte de la
      población, pero ese detalle ya excedía el sentimiento democrático
      de Stalin. Posteriormente Roosevelt escribió una carta a Stalin en
      la que expresó su negativa a reconocer el gobierno polaco
      comunista y solicitó llevar inmediatamente a Yalta a
      representantes de este gobierno y también del gobierno polaco en
      el exilio.
    
En la bolsa de Colmar, los estadounidenses tomaron la ciudad
      fortificada de Neuf-Brisach, gracias a la ayuda de un
      adulto y dos niños que mostraron a los estadounidenses unas
      entradas no defendidas.
    
Los partisanos yugoslavos expulsaron a la Ustacha de la ciudad de
      Široki Brijeg, en Herzegovina. Como consecuencia, los
      alemanes tuvieron que replegar el frente hasta Mostar.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (Everleigh)
      en el canal de La Mancha.
    
En Francia seguía su curso la llamada depuración legal.
      Ese día fue ejecutado Robert Brasillach, un periodista y
      escritor francés de 35 años que había encarnado el arquetipo de
      fascista durante la guerra. Desde el semanario que dirigía, había
      llamado al asesinato de políticos de izquierda, a la ejecución
      sumarísima de los miembros de la resistencia capturados, había
      publicado nombres y direcciones de judíos ocultos... Se declaraba
      admirador de José Antonio Primo de Rivera y del falangismo
      español, mientras que el Mein Kampf lo describió como
      "una obra maestra del cretinismo". Tras la liberación de París se
      escondió y escribió en su diario: Los judíos han vivido en
        armarios durante cuatro años, ¿por qué no imitarlos? Pero
      finalmente salió para librar a su madre de la cárcel, y entonces
      fue arrestado. Cuando fue condenado a muerte sus palabras fueron:
      Es un honor. Un grupo de escritores (algunos de izquierdas)
      firmaron una petición de indulto que dirigieron a de Gaulle, pero
      éste la rechazó. Sus últimas palabras antes de ser fusilado
      fueron: ¡Viva Francia, de todos modos! 
    
Para evitar un destino similar, el escritor Belga Georges Simenon
      había huido a Canadá. Sus éxitos literarios, e incluso
      cinematográficos, durante la ocupación habían suscitado una
      investigación. 
    
El 7 de febrero submarinos
      estadounidenses hundieron un carguero japonés (Okinoyama Maru)
      en el mar de la China Oriental, un petrolero (Daigyo Maru)
      cerca de Saigón y un barco de escolta cerca de la costa
      vietnamita.
    
El general MacArthur entró en Manila, a pesar de que la mayor
      parte de la ciudad seguía en manos de los japoneses.
    
En la cordillera de Tsimba, los japoneses lanzaron una carga
        banzai que fue rechazada por los australianos, pero que les
      permitió abrir una vía de escape. Pese a ello, mantuvieron un
      pequeño grupo de soldados defendiendo la posición.
    
En Birmania los británicos llegaron hasta la ciudad de Ramree,
      donde los japoneses ofrecieron resistencia.
    
Los soviéticos tomaron una estación de ferrocarril al sur de
      Buda.
    
Paraguay declaró la guerra a Alemania y a Japón.
    
Tras casi una semana de duros combates y al precio de muchas
      bajas, el 8 de febrero los
      estadounidenses habían logrado superar las defensas japonesas que
      les impedían el paso a la península de Bataán. Tras unos días de
      limpieza de la zona, unos 2.400 de los 2.800 japoneses destinados
      en la zona estaban muertos. Los estadounidenses sólo hicieron 25
      prisioneros.
    
Los comunistas filipinos estaban resultando cada vez más
      molestos, así que los estadounidenses arrestaron a sus cabecillas
      más relevantes, casi 20 en total, entre los que se encontraba su
      líder, Luis Taruc y su mano derecha, Casto Alejandrino.
    
El Ejército Rojo inició una ofensiva contra las posiciones
      alemanas en la Baja Silesia. Tras 50 minutos de bombardeo a cargo
      de la artillería, a las 6:00 se inició el avance, y al final del
      día los soviéticos habían penetrado unos 60 km en las líneas
      alemanas.
    
Mientras tanto 50.000 soldados británicos y estadounidenses con
      500 tanques atacaron en el frente occidental en una extensa área a
      lo largo de los ríos Rin y Mosa.
    
El 9 de febrero un ataque aéreo
      expulsó de la cordillera de Tsimba a los últimos japoneses que la
      defendían.
    
En Birmania los británicos tomaron la ciudad de Ramree.
    
El general Guderian pidió a Himmler que dispusiera un ataque
      desde Pomerania contra el flanco septentrional del ejército
      soviético en un plazo máximo de una semana. pero Himmler respondió
      que no estaba en condiciones de concretar una fecha. Guderian
      comprendió que simplemente Himmler no tenía ni idea de qué hacer y
      concentraba sus esfuerzos en disimularlo. No obstante, desde que
      Hitler lo había puesto al frente del Grupo de Ejércitos
        Vístula, Himmler se empleaba a fondo en su trabajo, al que
      dedicaba nada menos que unas cuatro horas diarias, siempre después
      de su masaje diario y sin perdonar una larga siesta después de
      comer. Se había instalado en un tren que rara vez abandonaba, sin
      radio ni apenas mapas y con una única línea telefónica, ideal para
      que no le molestaran con detalles técnicos desde los distintos
      puntos del frente.
    
El crucero alemán Almirante Scheer había llegado a la costa de
      Prusia Oriental y empezó a bombardear las posiciones alemanas en
      la península de Sambia.
    
En el frente occidental, los alemanes trataron de frenar el
      avance aliado en el frente occidental destruyendo varias presas en
      el Rur. El nivel del río fue aumentando rápidamente y durante dos
      semanas buena parte del valle del Rur quedó inundada. Entre tanto
      Hitler prohibió al mariscal Gerd von Rundstedt que retrocediera,
      arguyendo que ello sólo retrasaría un enfrentamiento inevitable.
      Sin embargo, ni las inundaciones y los densos bosques de la zona
      detuvieron el avance aliado.
    
Dos cazas británicos detectaron un destructor alemán que estaba
      siendo remolcado a lo largo de la costa noruega para ser reparado
      de los daños al haber encallado dos días antes. Pasado el
      mediodia, más de 40 aviones fueron enviados en su persecución. Sin
      embargo, los alemanes sabían que habían sido detectados y se
      habían preparado para un ataque. El barco había sido llevado al
      interior de un fiordo, donde podía ser bien defendido por varios
      barcos de escolta. La batalla se inició a las 16:10 y poco después
      aparecieron 112 cazas alemanes. A las 16:25 los aviones aliados se
      retiraron. Para entonces, los barcos alemanes habían derribado
      siete de ellos y los aviones otros tres. Muchos de los aviones
      supervivientes estaban dañados, y algunos tuvieron que tomar
      tierra sin disponer de tren de aterrizaje. Los barcos alemanes
      apenas sufrieron daños.
    
La ruta noruega se había convertido en la principal ruta de
      abastecimiento de Alemania, por lo que los británicos estaban
      destinando más recursos a interrumpirla. Ese díaun  submarino
      británico hundió otro alemán en la zona. Fue la única vez en la
      historia que un submarino ha hundido a otro estando ambos
      completamente sumergidos.
    
En Francia ya no quedaba nada de la bolsa de Colmar. Todas las
      tropas alemanas estaban ya al oeste del Rin.
    
Tras algunas victorias menores, el 10 de
        febrero los británicos lanzaron el ataque principal sobre
      el río Irrawaddy. Aunque tuvo que realizarse sin apoyo aéreo por
      el mal tiempo, por la tarde se había establecido una cabeza de
      puente. Por la noche los japoneses lanzaron seis contraataques,
      pero ninguno tuvo éxito.
    
El día anterior había zarpado de Pillau el SS General von
        Steuben, que llevaba más de 4.000 pasajeros alemanes,
      principalmente personal militar, que estaba siendo evacuado de
      Prusia Oriental. Poco después de la medianoche fue hundido por un
      submarino soviético. Murieron 3.608 de sus ocupantes.
    
El 11 de febrero un submarino
      estadounidense hundió otro japonés cerca de Luzón.
    
Tras varios días de intensos combates los estadounidenses
      pudieron capturar una central eléctrica que abastecía a Manila
      situada en la isla de Provisor. Ese día cayeron las
      últimas defensas exteriores japonesas de la capital, con lo que
      ésta quedó completamente rodeada. En el interior los japoneses
      habían logrado contener con cierta eficacia a los soldados de
      infantería estadounidense armados con lanzallamas, granadas y bazookas,
      pero ahora llegaban con tanques, destructores de tanques y
      lanzadores de obuses, que causaban estragos indistintamente entre
      los japoneses y la población civil. Sin embargo, la mayor amenaza
      para los civiles no eran las bombas estadounidenses, como no podía
      ser de otra manera. Unos días antes los japoneses habían recibido
      esta orden:
    
Los estadounidenses que han penetrado en Manila cuentan cono unas 1000 tropas, y hay además varios miles de soldados Filipinos del Ejército de la Mancomunidad y las guerrillas organizadas. Todas las mujeres y los niños se han convertido en guerrillas. Todos los presentes en el campo de batalla excepto el personal militar japonés, civiles japoneses y las unidades especiales de construcción deben morir.
Durante la batalla, los japoneses ejecutaron a unos 54.000
      filipinos al norte de Manila, incluyendo niños, en diversas
      ciudades. A las mujeres embarazadas las mataban a menudo
      abriéndoles el vientre. El hotel Bayview, en Manila, fue
      elegido como "centro de violaciones". Allí fueron llevadas unas
      400 mujeres y niñas filipinas procedentes de uno de los barrios
      ricos de la ciudad, algunas de 12 y 14 años, donde los militares
      japoneses se turnaban para violarlas. Unos 20 soldados japoneses
      violaron a una joven y luego le cortaron los senos. Uno de ellos
      los cogió y se los puso en el pecho diciendo que era una mujer
      entre las risas de los demás. Luego la rociaron con gasolina junto
      con otras dos mujeres y las quemaron vivas. Éstas son sólo algunas
      muestras de la cultura japonesa de la época.
    
Los australianos liberaron Mosigetta, en la isla de
      Bougainville.
    
Un submarino británico hundió un carguero japonés (Nanshin
        Maru) en el estrecho de Malaca.
    
En Birmania la aviación japonesa daño y dejó fuera de servicio a
      un destructor británico (HMS Pathfinder).
    
Ese día terminó la conferencia de Yalta. Churchill, Roosevelt y
      Stalin firmaron una declaración conjunta con proyectos para cuando
      acabara la guerra y para el mantenimiento de la paz en lo
      sucesivo. El acuerdo contemplaba organizar elecciones democráticas
      en todos los territorios europeos liberados y celebrar una
      conferencia en San Francisco para organizar las Naciones Unidas.
      También se anunció que sólo los países que a 1 de marzo estuvieran
      en guerra contra Alemania y Japón serían admitidos en las Naciones
      Unidas.
    
Alemania sería dividida en cuatro partes, cada una bajo el
      control de uno de los aliados: Gran Bretaña, los Estados Unidos,
      Francia y la Unión Soviética. Además, el país sería
      desmilitarizado y se le exigiría una indemnización de guerra que
      fue fijada inicialmente en 20.000 millones de dólares. Polonia
      quedaría bajo un "Gobierno Provisional de Unidad Nacional" que
      debería convocar elecciones libres, con voto secreto, tan pronto
      como fuera posible. La Unión Soviética se anexionaría la parte
      oriental del país y, a cambio, se entregaría a Polonia una franja
      occidental que durante siglos había sido alemana. La Unión
      Soviética se comprometía a entrar en guerra contra Japón en un
      plazo de tres meses tras la rendición alemana. A cambio recibiría
      las islas Sajalín y las Kuriles.
    
El comunicado de Yalta reafirmó a Hitler en que la rendición no
      era una opción. Todavía tenía esperanzas en ganar la guerra, ahora
      basadas en su convicción de que los británicos y estadounidenses
      no tardarían en romper con los soviéticos. Por otra parte, los
      soldados polacos que combatían junto a los aliados también
      reaccionaron con indignación al enterarse de los acuerdos, que
      suponían entregar parte del territorio polaco a la Unión
      Soviética. 
    
El Emperador Hirihito también conservaba cierto optimismo. Por
      esas fechas el ex primer ministro Fuminaro Konoe le recomendó
      iniciar negociaciones para terminar la guerra, pero Hirohito
      rechazó la idea, esperando al menos una gran victoria que lo
      situara en mejor posición para negociar.
    
Mientras Pest se encuentra en territorio llano, Buda está situada
      sobre varias colinas que los alemanes podían defender más
      fácilmente. Ese día cayó ante los soviéticos la ciudadela
      principal, situada en la colina Gellért, desde la cual los
      soviéticos podían bombardear toda la ciudad. Los alemanes se
      concentraban en apenas dos kilómetros cuadrados y estaban cada vez
      más acuciados por el hambre y las enfermedades. El día anterior
      los soviéticos habían establecido una cabeza de puente que les
      abría el acceso a otra de las colinas, y esa noche unos 28.000
      soldados alemanes y húngaros trataron de abandonarla rompiendo el
      bloqueo soviético acompañados de miles de civiles. La huida se
      organizó en tres oleadas, protegidas por una densa niebla. En
      realidad los soviéticos los habían detectado y les habían tendido
      una emboscada. La primera oleada logró, no obstante, aprovechar la
      sorpresa y muchos lograron escapar en medio de la confusión. Sin
      embargo, las otras dos fueron aniquiladas por la artillería, que
      provocó miles de muertos. No obstante, entre cinco y diez mil
      personas lograron salir del cerco y se dirigieron hacia Viena. No
      obstante, apenas 600 o 700 soldados alemanes lograron llegar a
      territorio seguro.
    
Las cien toneladas de oro que componían la reserva alemana fueron
      trasladadas desde Berlín a una mina de sal cerca de Eisenach.
    
Fuerzas canadienses capturaron la ciudad de Kleve, en el
      corazón de la línea Sigfrido. 
    
Un submarino alemán hundió un carguero belga (Persier) en
      el canal de La Mancha.
    
Destructores estadounidenses hundieron un submarino alemán en el
      océano Atlántico.
    
El 12 de febrero los soviéticos iniciaron una nueva campaña contra la bolsa de Curlandia atacando hacia Džūkste.
En Poznań las defensas alemanas habían ido cayendo una tras otra
      y ahora la guarnición estaba confinada en una ciudadela en el
      centro de la ciudad.
    
La resistencia comunista griega firmó con el gobierno el tratado
de
        Varkiza, por el que aceptaba entregar las armas a cambio de
      reconocimiento legal, elecciones libres y la eliminación de las
      fuerzas armadas y la policía de antiguos colaboradores con los
      nazis. Pero no todos lo aceptaron. En especial, Aris Velojiutis lo
      consideró una traición y se retiró a las montañas junto con unos
      pocos seguidores para continuar luchando contra el gobierno y sus
      aliados británicos.
    
Bélgica sufría una crisis de abastecimiento de alimentos tras la
      liberación, lo que unido a otras decisiones del gobierno que
      fueron criticadas provocó el cese del primer ministro Hubert
      Pierlot, que fue sucedido por un gobierno de unidad nacional
      encabezado por Achille Van Acker. 
    
Perú declaró la guerra a Alemania y Japón.
    
El 13 de febrero submarinos
      estadounidenses hundieron un carguero japonés (Kotoshiro Maru)
      cerca de Japón y un submarino japonés cerca de las Filipinas.
    
La aviación estadounidense seguía bombardeando periódicamente la
      isla filipina de Corregidor, y ahora se unía una flota de cruceros
      y destructores.
    
En Birmania los británicos cruzaron el río Irrawaddy cerca de Mandalay
      (la segunda ciudad más importante del país) por dos puntos
      distintos y establecieron pequeñas cabezas de puente que los
      japoneses atacarían durante casi dos semanas.
    
Las tropas alemanas y húngaras que hasta entonces habían
      defendido Budapest se rindieron finalmente a los soviéticos. En
      total habían muerto 30.000 alemanes y 9.000 húngaros en la ciudad,
      mientras que 11.000 alemanes y 29.000 húngaros fueron hechos
      prisioneros. Los intentos de rescate habían provocado 8.000
      muertos, 26.000 heridos y 1.000 prisioneros. Las bajas soviéticas
      se estiman en unos 280.000 hombres. Una buena parte de los
      prisioneros de guerra que tomaron los soviéticos eran en realidad
      civiles que fueron arrestados tras la ocupación de la ciudad, para
      aparentar que se habían enfrentado a una fuerza considerablemente
      mayor y disimular así sus excesivas bajas. Desde principio de año,
      unos 32.000 alemanes y más de 500.000 húngaros habían sido
      llevados a la Unión Soviética como mano de obra esclava.
    
Giorgio Perlasca, que había estado salvando judíos haciéndose
      pasar por cónsul español, se las arregló para huir de Budapest
      cuando entraron los soviéticos y pudo llegar hasta Italia.
    
Los soviéticos completaron el cerco a Breslau, en Polonia. Ese
      día el Ejército Rojo entró en el campo de concentración de
      Gross-Rosen, en la Baja Silesia, previamente evacuado por los
      alemanes. Se calcula que en él habían muerto unas 40.000 personas.
    
Mienras tanto, en Bergen-Belsen, Anne Frank se encontró con dos
      antiguas amigas, con las que pudo conversar de vez en cuando a
      través de una valla. Auguste van Pels estaba con Anne y se
      encargaba de cuidar a su hermana Margot, que se encontraba muy
      enferma. Anne había perdido el pelo, estaba demacrada y con
      temblores. Dijo que estaba convencida de que sus padres habían
      muerto, y que por ello no quería seguir viviendo. (En realidad
      Otto Frank había sido liberado en Auschwitz.) Probablemente murió
      poco después a causa de una epidemia de tifus que mató a unos
      17.000 prisioneros. Murió un día después que su hermana.
    
Los partisanos yugoslavos expulsaron a los chetniks de Nevesinje.
    
El general Guderian se entrevistó con Hitler y logró que éste
      enviara al frente oriental al general Walther Wenck con un
      "mandato especial". Era un intento diplomático de obviar la
      ineptitud de Himmler, pero no salió del todo bien, pues Hitler
      envió a Wenck sin especificar su grado de autoridad.
    
A las 21:51 las sirenas anunciaron la inminencia de un bombardeo
      aliado en Dresde. Una primera oleada de aviones lanzó "árboles de
      Navidad", que era como los alemanes llamaban a las bengalas que
      guiaban al grueso de la fuerza. Entre las 22:13 y las 22:28 se
      lanzaron 881 toneladas de bombas. El resplandor de miles de
      incendios podía ser visto desde unos 100 km de distancia en tierra
      y unos 500 km desde el aire. Un testigo presencial, entonces un
      niño, relató así la noche:
    
Vimos cosas terribles: adultos incinerados reducidos al tamaño de niños pequeños, pedazos de brazos y piernas, muertos, familias enteras quemadas hasta la muerte, gente en llamas corrió de un lado a otro, autocares quemados llenos de refugiados, rescatistas y soldados muertos, muchos estaban llamando y buscando a sus hijos y familias, y fuego por todas partes, fuego por todas partes, y todo el tiempo el viento caliente de la tormenta de fuego arrojaba a la gente a las casas en llamas de las que intentaban escapar.
Los refugiados a los que se refiere eran alemanes que habían
      huido del avance soviético. Se calcula que en Dresde había
      entonces entre 100.000 y 200.000 de ellos. En total se calcula que
      murieron unas 23.000 personas.
    
El que había sido gran rabino de Roma, Israel Zoller, se bautizó
      y cambió su nombre por el de Eugenio Zolli, en honor del
      papa Pío XII (Eugenio Pacelli).
    
De regreso desde Yalta, Churchill y Roosevelt se entrevistaron
      separadamente con el rey Faruq de Egipto. La conversación con
      Roosevelt fue superficial, y el presidente le regaló un avión C-47
      para su colección de aviones. En cambio, Churchill le dijo que
      debía ocuparse urgentemente de mejorar las condiciones sociales de
      Egipto. Le dijo que en ninguna otra parte del mundo coexistían de
      forma tan evidente la extrema riqueza y la extrema pobreza.
      Churchill le sugirió que era una gran oportunidad para un joven
      rey como él dar un paso adelante y defender los intereses y
      mejorar las condiciones de vida de su pueblo. Faruq no consideró
      interesante la idea, pero se mostró interesado en saber si Egipto
      podría unirse a las Naciones Unidas. Churchill le respondió que,
      tal y como se había anunciado en Yalta, sólo los países en guerra
      contra el Eje podrían formar parte de la organización.
    
El 14 de febrero una división de
      infantería india tomó Pakokku, en Birmania, y cruzó el río
      Irrawaddy en un amplio sector. Desde allí atacaron Nyaung U
      y Pagan, pero el Ejército Nacional Indio defendió ambas posiciones
      con eficacia. Finalmente, los tanques y la artillería británica
      abrieron fuego desde el otro lado del río y forzaron la rendición
      de Nyaung U. Los defensores de Pagan también terminaron
      retirándose.
    
Un submarino alemán destruyó un carguero estadounidense (Horace
        Gray) en el Ártico, cerca de la costa Soviética.
    
Churchill visitó Atenas y desfiló por las calles de la ciudad en
      un coche descubierto acompañado por el arzobispo Damaskinos, donde
      fue aclamado por unos 40.000 atenienses.
    
Los partisanos yugoslavos entraron en Mostar y se inició un
      combate en la ciudad. Los alemanes fueron expulsados de la parte
      occidental.
    
Las tropas alemanas rodeadas en Breslau habían hecho varios
      intentos de romper el cerco, y ese día lograron crear un pasillo
      por el que algunos soldados y civiles lograron escapar, pero los
      soviéticos no tardaron en reconstruir el cerco. Por otro lado, los
      intentos soviéticos de penetrar rápidamente en la ciudad se vieron
      frustrados.
    
A la 1:05, mientras los equipos de rescate alemanes trataban de
      sofocar los incendios, volvieron a sonar las sirenas de Dresde.
      Llegaba una segunda oleada de aviones aliados. Los exploradores
      vieron que la magnitud de los incendios era tal que no
      consideraron necesario insistir en la misma zona y señalaron
      objetivos en el perímetro de la zona incendiada. Entre la 1:21 y
      la 1:45, un total de 529 bombarderos lanzaron más de 1.800
      toneladas de bombas. A las 12:17 otros 316 aviones bombardearon de
      nuevo la ciudad hasta las 12:30. Otros 115 bombarderos se
      confundieron y acabaron bombardeando otros lugares: 60 bombarderos
      estadounidenses atacaron Praga, y otros cayeron sobre Brux
      y Pilsen. En Praga hubo 701 muertos y 1.184 heridos. Los
      pilotos estadounidenses se disculparían varias veces por su error.
      Una investigación posterior determinó que no se trató de un error
      humano, sino que los instrumentos de navegación no funcionaron
      correctamente.
    
Se dice que Joseph Goebbels estuvo llorando de rabia durante
      veinte minutos desde que se enteró del bombardeo, para luego
      arremeter contra Göring (que seguía al frente de la Luftwaffe):
      Si de mi dependiera, llevaría a ese cobarde bueno-para-nada, a
        ese mariscal del Reich ante un tribunal. Ese
        parásito tiene buena parte de la culpa de todo esto, pues se lo
        debemos a su indolencia y a su amor por su propia comodidad.
      
    
Hitler también reaccionó con furia y ordenó ejecutar a un
      prisionero de guerra aliado por cada civil muerto. Pero varios
      miembros de su entorno, entre ellos Karl Dönitz y Joachim von
      Ribbentrop, le quitaron la idea de la cabeza. Es curioso que esta
      idea de Hitler la habían llevado a la práctica habitualmente los
      comunistas españoles durante la guerra civil. Fue una lástima que
      no tuvieran asesores nazis de los que aprender algo de
      civilización.
    
Fragatas británicas hundieron un submarino estadounidense cerca
      de las islas Faroe, en el Atlántico.
    
El 15 de febrero fuerzas
      estadounidenses desembarcaron en el puerto de Mariveles,
      al sur de la península de Bataán. Desde allí se dividieron en dos
      grupos, uno que avanzó por la costa occidental de la península
      hacia Bagac y otro por la oriental hacia Pilar. 
    
En Nueva Bretaña los australianos tomaron Kamandran tras
      unos breves combates en los que lograron tender una emboscada a
      los japoneses.
    
Los alemanes abandonaron Mostar y los comunistas, en cuanto
      tuvieron el control de la ciudad, arrestaron a siete franciscanos,
      los ejecutaron y arrojaron sus cadáveres a un río.
    
Los alemanes lanzaron una ofensiva desde Stargard, al
      norte de Polonia. Aunque la mayoría de las unidades no estaban
      preparadas en la fecha prevista para el ataque, una división lo
      inició igualmente y logró romper el cerco soviético a la ciudad de
      Arnswalde. 
    
El general Ernst Gonell, que estaba al mando de la
      guarnición alemana en Poznań, creía que tropas alemanas llegarían
      pronto a romper el asedio soviético, pero finalmente comprendió
      que no iba a ser así y, furioso, organizó una salida para esa
      noche con unos 2.000 soldados que se infiltraron en el cerco
      soviético en busca de ayuda. (En total, en la ciudad había casi
      48.000 soldados alemanes y húngaros, además de 25.000 policías y
      miembros de las SS.)
    
La Luftwaffe inició una misión de abastecimiento de
      comida y otros suministros a la guarnición de Breslau, donde
      estaban cercados unos 35.000 soldados y 80.000 civiles.
    
Los territorios yugoslavos que habían sido ocupados por Hungría
      pasaron ese día a ser administrados por un gobierno civil
      comunista (un Comité de Libereación del Pueblo). Hasta
      entonces habían estado bajo un gobierno militar dependiente de
      Tito, que se había encargado de llevar a cabo los arrestos, abusos
      y ejecuciones en masa típicos del comunismo, principalmente
      dirigidos contra la población de origen alemán y húngaro, pero
      también de servios y rutenos. Se calcula que unos 110.000 civiles
      alemanes fueron internados, de los cuales unos 46.000 murieron en
      cautividad.
    
Aviones aliados tenían que bombardear una planta de petróleo
      sintético situada cerca de Leipzig, pero como el objetivo estaba
      oculto por las nubes, atacaron un objetivo secundario, que no era
      sino la ciudad de Dresde. Esta vez las bombas cayeron sobre su
      periferia y sobre las ciudades cercanas de Meissen y Pirna.
    
Venezuela y Uruguay declararon la guerra a Alemania y Japón.
    
Al amanecer del 16 de febrero
      bombarderos estadounidenses atacaron una vez más la isla de
      Corregidor, y luego se produjo un ataque de una hora con
      bombardeos a baja altura y ametrallamientos. A las 8:33 lo que
      caía ya no eran bombas, sino un millar de paracaidistas que
      pillaron por sorpresa a los japoneses, y no tardaron en entablarse
      fieros combates. Al mismo tiempo los marines desembarcaban en la
      costa.
    
La marina estadounidense bombardeó Tokio y Yokohama. La aviación
      estadounidense hundió un carguero japonés (Iida Maru) cerca
      de la costa vietnamita.
    
Una lancha torpedera suicida japonesa hundió un barco auxiliar de
      desembarco estadounidense en Mariveles
    
Ese día se inició el grueso de la ofensiva alemana desde
      Stargard. El pasillo abierto el día anterior hasta Arnswalde fue
      ensanchado y los soviéticos tuvieron que retroceder 8 km. Otra
      línea de ataque expulsó a los soviéticos de Sallenthin y
      de Muscherin, pero fue detenida a unos 70 km de Küstrin,
      que era su objetivo. En otros puntos del frente el avance fue más
      reducido: 4 km hacia Liebenow y 1 km hacia Reetz.
      La aviación soviética hundió un carguero alemán (Emsstrom)
      en Brüsterort. 
    
El Ministerio de Propaganda alemán publicó una nota de prensa en
      la que denunciaba el bombardeo de Dresde y afirmaba que en la zona
      no había industria bélica, que era una mera ciudad cultural. No
      era cierto, pero también podría recordar que Hitler había
      prometido destruir todas las ciudades británicas que figuraban en
      la guía Beadecker (por su valor cultural).
    
Ese día llegó a Berlín el conde Folke Bernadotte,
      vicepresidente de la Cruz Roja Sueca. Se entrevistó con
      Ribbentrop, Himmler y otras personalidades nazis con objeto de
      llegar a un acuerdo para evacuar a Suecia o Dinamarca a los
      prisioneros de guerra escandinavos (noruegos y daneses). Himmler
      se opuso y Bernadotte rebajó su propuesta a que los prisioneros
      escandinavos fueran concentrados en un mismo campo en el que
      podrían recibir asistencia de la Cruz Roja. Los alemanes dijeron
      que estudiarían esa posibilidad.
    
Una fragata canadiense hundió un submarino alemán en el mar del
      Norte.
    
El 17 de febrero los estadounidenses
      tomaron el Hospital General de Filipinas, en Manila, donde
      liberaron a unos 7.000 civiles, así como dos campus de la
      Universidad de Filipinas. Al anochecer los japoneses trataron de
      romper el cerco a la ciudad, pero fracasaron. Para entonces
      quedaban unos 6.000 japoneses encerrados en la ciudad.
    
Un submarino alemán hundió un carguero estadounidense (Thomas
        Scott) en el mar de Barents. Corbetas británicas hundieron
      otro submarino alemán en la zona.
    
A las 4:00 el ejército alemán inició en Hungría un bombardeo de
      artillería que duraría dos horas, para después atacar las líneas
      soviéticas cerca de Für y Kürt. Los soviéticos
      sufrieron algunas derrotas, pero finalmente detuvieron el avance
      alemán.
    
El general Wenck regresaba al frente después de haber participado
      en una reunión en Berlín. Su conductor llevaba 48 horas en
      servicio, sin dormir, así que decidió relevarlo él mismo, pero se
      durmió al volante, chocó y resultó herido. Fue reemplazado por Hans
        Krebs y, aunque es discutible que con Wenck al frente las
      cosas hubieran resultado muy distintas, lo cierto es que la
      ofensiva alemana que acababa de empezar en Polonia perdió la
      iniciativa necesaria.
    
Un bombardeo estadounidense en Trieste hundió un acorazado alemán
      (Impero) y dañó otro (Conte di Cavour) que
      terminaría hundiéndose unos días más tarde.
    
Un submarino alemán hundió un petrolero británico (Regent Lion)
      en el estrecho de Gibraltar.
    
El 18 de febrero la aviación japonesa
      dañó un destructor estadounidense (USS Gamble) ante la
      costa de Iwo Jima. Pudo ser llevado hasta Saipán, pero los daños
      eran tales que no fue reparado.
    
En Manila los estadounidenses tomaron el estadio Rizal,
      que los japoneses habían convertido en un depósito de municiones,
      así como la fortaleza de San Antonio Abad. 
    
En la península de Bataán, las tropas estadounidenses que habían
      desembarcado en el sur entraron en contacto cerca de Bagac con las
      que descendían desde el norte.
    
Esa noche, a las 22:30, unos 500 japoneses lanzaron uno de sus
      estúpidos ataques Banzai contra las fuerzas
      estadounidenses en la isla de Corregidor. Los combates se
      prolongaron hasta el día siguiente, y terminaron con más de 250
      japoneses muertos, frente a 14 estadounidenses muertos y 15
      heridos. Al mismo tiempo se producía un nuevo desembarco
      estadounidense en otro punto de la isla, que estableció otra
      cabeza de playa.
    
La aviación soviética hundió un carguero alemán (Tolina)
      en el Báltico.
    
Los soviéticos lanzaron su ataque principal sobre Poznań. Como si
      estuvieran en la Edad Media, trataron de rebasar con escalas las
      murallas, pero los alemanes abatían a quienes lo intentaban desde
      los reductos de la fortaleza, que pronto se convirtieron en el
      objetivo central de los soviéticos.
    
En el norte de Polonia los soviéticos lograron contener el avance alemán. En el sur, en cambio, los alemanes tomaron Óriás-Puszta y avanzaron hacia Bátorkeszi. También ocuparon Köbölkút.
En Eslovaquia los soviéticos dieron por finalizada su ofensiva,
      en la que habían destruido 17 divisiones alemanas, con unos
      137.000 prisioneros. La mayor parte del territorio eslovaco estaba
      ahora bajo control soviético.
    
Con los soviéticos cada vez más cerca, Josef Mengele huyó de
      Gross-Rosen disfrazado de oficial alemán.
    
Los estadounidenses rompieron la Línea Sigfrido en Echternach.
    
En Italia el tiempo empezaba a mejorar y los aliados lanzaron una
      ofensiva de artillería contra las posiciones alemanas en la línea
      Gótica alrededor de Monte Castello.
    
La isla de Iwo Jima había sido bombardeada casi una vez al día
      desde principios de año. Los japoneses llevaban casi un año entero
      preparándose para enfrentarse a una invasión. Ésta tuvo lugar
      finalmente a las 8:59 del 19 de febrero,
      cuando la primera oleada de marines desembarcó en la costa
      meridional de la isla. No encontraron resistencia. En un silencio
      absoluto, las sucesivas oleadas de hombres y vehículos fueron
      tocando tierra, abarrotando la playa paulatinamente hasta que, a
      las 10:00, los japoneses abrieron fuego sobre ellos desde todas
      partes, con ametralladoras y morteros. Las piezas de artillería
      pesada emplazadas en el monte Suribachi aparecían tras
      unas puertas de acero, disparaban y desaparecían de nuevo antes de
      que los barcos estadounidenses pudieran bombardearlas. Los
      búnqueres estaban conectados por túneles, de modo que los que
      parecían silenciados gracias a los lanzallamas, al cabo de un
      tiempo se reactivaban por sorpresa. Pese a todo, con muchas bajas,
      los marines lograron descongestionar la playa y adentrarse en la
      isla. A las 11:30 llegaron al extremo del campo de aviación
      japonés, donde pudieron resistir una carga absurda de un centenar
      de japoneses. Al anochecer habían desembarcado unos 30.000
      marines. A bordo del buque de mando, el general Holland Mc
        Tyeire Smith recibía continuos informes de bajas y de las
      dificultades que estaban experimentando las fuerzas en tierra. En
      un momento dado le dijo a un corresponsal de guerra: No sé
        quién será, pero el general japonés que ha organizado este
        número es un bastardo muy listo. El "bastardo" era el
      general Tadamichi Kuribayashi, y sí que era más
      inteligente que la media de sus colegas, pues, además de haber
      organizado el eficiente sistema defensivo de la isla, había
      prohibido estrictamente las cargas banzai que los
      estadounidenses esperaron en vano. En su lugar, preparó ataques
      nocturnos con emboscadas y toda clase de tretas para causar el
      mayor número posible de bajas entre los invasores.
    
En la batalla de Iwo Jima intervinieron con éxito seis "locutores
      de claves", que eran indios navajos que transmitían mensajes en un
      código basado en su propio idioma, totalmente incomprensible para
      cualquiera. Durante los dos primeros días se transmitieron unos
      800 mensajes sin error alguno. Tras algunos incidentes, a cada
      operador navajo se le asignó un "guardaespaldas" para protegerlo
      de otros marines. En realidad tenían una segunda misión secreta, y
      era matar a su "protegido" si había riesgo de que fuera capturado
      por los japoneses, para proteger el código. Afortunadamente, nunca
      tuvieron que poner en práctica esa orden.
    
Mientras tanto, esa noche, en los pantanos de la isla birmana de
      Ramree, los cocodrilos causaron estragos entre los soldados
      japoneses acorralados por los británicos. Los soldados llegaron a
      hablar de un millar de muertos, aunque es una cifra bastante
      exagerada. Lo cierto fue que durante la noche no dejaron de oírse
      gritos de japoneses así como si estuvieran siendo devorados. En
      total, se calcula que de unos mil soldados japoneses que habían
      defendido la isla, aproximadamente la mitad logró huir al
      continente, mientras que de la otra mitad sólo 20 fueron
      capturados. Cuantos murieron entre dientes de cocodrilo y cuántos
      de otro modo ya es otra cuestión. El caso fue que a partir de ese
      momento la isla estaba ya bajo control británico.
    
Los soviéticos iniciaron un contraataque en el norte de Polonia,
      pero se estancó en un combate en las calles de Arnswalde.
    
En Prusia, tropas alemanas salieron de Kónigsberg, capturaron Metgethen
      y lograron unirse cerca de Gross Heydekrug con tropas
      procedentes de Pillau, con lo que formaron un pasillo que
      conectaba las dos ciudades.
    
En Hungría la ofensiva alemana iba bien. Búcs y
      Bátorkeszi fueron capturadas y limpiadas de tropas soviéticas. En
      Ebed fue rechazado un contraataque soviético. Desde
      Köbölkút capturaron Muzsla. Prárkány fue tomada por tropas
      que llegaron simultáneamente de Muzsla y Ebed. Desde allí un
      batallón tomó la aldea de Nana.
    
El 20 de  febrero submarinos
      estadounidenses hundieron un destructor japonés (Nokaze)
      cerca de Vietnam, un petrolero (Eiyo Maru) y un carguero (Daizen
        Maru) entre Borneo y Singapur.
    
En Manila los japoneses se habían retirado durante la noche se
      habían retirado al distrito amurallado de Intramuros. Para
      entonces los estadounidenses habían liberado el ayuntamiento,
      varias iglesias y el Hotel Manila. Fuera de Intramuros,
      los japoneses sólo retenían algunos edificios gubernamentales.
    
En Bougainville se inició una campaña de bombardeos aéreos sobre
      Rabaul, que a partir de entonces fue bombardeada al menos una vez
      al día siempre que el tiempo lo permitía.
    
Barcos británicos hundieron un submarino alemán cerca de la costa
      irlandesa.
    
El 21 de febrero, a las 18:45 fueron
      detectados 32 aviones japoneses que se dirigían hacia la flota
      estadounidense en Iwo Jima. Un avión se lanzó en picado contra el
      portaaviones USS Lunga Point, pero fue abatido a tiempo. A
      las 18:46 cinco aviones se lanzaron a la vez sobre el barco.
      Cuatro no lograron impactar el él, aunque uno de ellos patinó
      sobre la cubierta, provocando un pequeño incendio. El daño al
      barco fue mínimo, pero causó 11 heridos leves. No obstante, el
      quinto kamikaze cambió en el último momento su objetivo y
      se estrelló contra el portaaviones USS Bismark Sea
      provocando una gran explosión. Cuando el incendio estaba a punto
      de ser controlado, un segundo kamikaze se estrelló también
      matando a buena parte del equipo de extinción de incendios y
      destruyendo el sistema de bombeo de agua. Además se produjo una
      segunda explosión y el fuego ya no pudo ser controlado. Las
      municiones del portaaviones empezaron a estallar y una explosión
      sucedía a otra. A las 19:05 se dio la orden de abandonar el barco,
      que se hundió a las 21:15. En total hubo 318 muertos, algunos de
      hipotermia, y otros ametrallados por aviones japoneses. El
      portaaviones USS Saratoga también resultó dañado en el
      ataque, pero no se hundió.
    
Un submarino estadounidense hundió un carguero japonés (Tairiku
        Maru) en el mar de la China Oriental. 
    
En Corregidor los estadounidenses estaban rechazando numerosos
      ataques suicidas japoneses, que incluían la modalidad de soldados
      equipados con cinturones de explosivos, y que costaron unas 300
      vidas (japonesas, por supuesto). Algunos atacaban desde una red de
      túneles. Los estadounidenses vigilaban las salidas con
      lanzallamas. Finalmente adoptaron la técnica del verter gasolina
      en ellos, prenderle fuego y esperar hasta que dejara de percibirse
      actividad en el interior.
    
Para entonces, Bataán estaba ya bajo control estadounidense. Las
      bajas estadounidenses habían sido cuantiosas: 339 muertos y 688
      heridos. Los japoneses, por su manía de luchar hasta la muerte,
      contaron 2.400 muertos, 75 heridos y 25 prisioneros.
    
Los alemanes retiraron el grueso de sus fuerzas en el norte de
      Polonia, con lo que era una mera cuestión de tiempo que Pomerania
      quedara en manos de los soviéticos. En Hungría los alemanes
      contaron muchas bajas en un ataque a Köhidgyarmat, que fue
      tomada al anochecer.
    
El conde Bernadotte viajó de nuevo a Berlín, donde Himmler le
      comunicó que se había aceptado su propuesta de reunir todos los
      prisioneros escandinavos en un único campo, pero que los suecos
      tendrían que hacerse cargo del transporte. 
    
El destino de Alemania quedó sellado ese día, cuando la república
      de San Marino le declaró la guerra.
    
La aviación aliada hundió un carguero alemán (Porto Alegre)
      entre Noruega y Dinamarca. Dos cargueros noruegos (Austri y
      Gula) fueron hundidos también por aviones británicos cerca
      de la costa noruega.
    
Tropas brasileñas expulsaron a los alemanes de Monte Castello, en
      la línea Gótica, media hora antes de lo previsto y horas antes de
      que los estadounidenses lograran tomar el Monte della Torraca.
      
    
Un submarino alemán hundió un carguero islandés (Dettifoss)
      en el mar de Irlanda.
    
El 22 de febrero un submarino
      estadounidense hundió un petrolero japonés cerca de la costa de
      Vietnam.
    
Tras varios días de combates, los soviéticos habían logrado
      silenciar los reductos de
      
      Poznań, que durante mucho tiempo habían frustrado todo intento de
      penetrar la ciudadela. Uno fue silenciado con lanzallamas, y para
      otro los soviéticos no encontraron mejor medio que lanzar
      escombros hasta bloquear las líneas de fuego. Finalmente, esa
      mañana los tanques y cañones de asalto soviéticos entraban en la
      ciudadela. El general Gonell autorizó a sus hombres para que
      trataran de escapar, pero era demasiado tarde. Gonell se envolvió
      en una bandera y se disparó en la sien. Por la noche, los 12.000
      soldados alemanes que quedaban en Poznań se rindieron a los
      soviéticos.
    
A las 8:00 los soviéticos iniciaron un bombardeo sobre Breslau de
      dos horas y 40 minutos, tras el cual avanzaron hasta ocupar tres
      suburbios de la ciudad.
    
Los alemanes seguían avanzando en Hungría. Ese día tomaron Bart,
      tras duros combates, mientras los soviéticos se retiraban hacia Bény.
    
Esa noche 3.500 bombarderos escoltados por 5.000 cazas aliados
      bombardearon 200 objetivos en las redes de comunicación alemanas:
      estaciones de tren, muelles, puentes, etc. Algunas bombas cayeron
      en Suiza, donde hubo 21 muertos.
    
Ese día fue liberado Vianden, en Luxemburgo, lo que
      supuso la expulsión de los alemanes del país.
    
Torpederas alemanas hundieron dos cargueros británicos (Blacktoft
      y Goodwood) en el mar del Norte. Un submarino alemán
      hundió un carguero británico (Alexander Kennedy) y una
      corbeta canadiense que lo escoltaba (HMCS Trentonian) en el
      canal de La Mancha.
    
Barcos británicos hundieron un submarino alemán ante la costa
      española, cerca de Gibraltar.
    
El 23 de febrero un submarino
      estadounidense hundió un buque de escolta japonés (Yaku)
      frente a la costa de Vietnam.
    
 Los estadounidenses
      lograron rodear el monte Suribachi en el sur de Iwo Jima, si bien
      sabían que estaba conectado por túneles subterráneos con las
      posiciones japonesas situadas al norte de la isla. El fotógrafo Joseph
        John Rosenthal logró fotografiar a unos marines mientras
      plantaban una bandera en la cima del volcán, y la foto fue
      reproducida en miles de periódicos y revistas. Fue la única foto
      que ganó el premio Pullitzer el mismo año en que fue
      tomada.
Los estadounidenses
      lograron rodear el monte Suribachi en el sur de Iwo Jima, si bien
      sabían que estaba conectado por túneles subterráneos con las
      posiciones japonesas situadas al norte de la isla. El fotógrafo Joseph
        John Rosenthal logró fotografiar a unos marines mientras
      plantaban una bandera en la cima del volcán, y la foto fue
      reproducida en miles de periódicos y revistas. Fue la única foto
      que ganó el premio Pullitzer el mismo año en que fue
      tomada.
    
A las 4:00 un batallón estadounidense montó en 54 vehículos de
      tracción por orugas y llegó sin ser detectado hasta unos 3 km del
      campo de prisioneros de Los Baños, en la isla de Luzón. El
      último tramo lo recorrieron a pie. Poco antes de las 7:00 un
      pelotón de reconocimiento tomó los puestos de vigilancia al norte
      y el oeste del campo, mientras guerrilleros filipinos mataban a
      los guardas japoneses. A las 7:00 descendieron paracaidistas y en
      una lucha de unos 15 o 20 minutos los estadounidenses se hicieron
      con el control del campo. En total, unos 400 soldados y 800
      guerrilleros sometieron a los cerca de 200 japoneses que
      custodiaban el campo, tomados por sorpresa, y liberaron a 2.147
      prisioneros, civiles y militares. No lejos de allí, a lo largo del
      río San Juan, había acampados más de 8.000 soldados
      japoneses, que fueron atacados por una fuerza de distracción, para
      evitar que acudieran al campo. Algunos prisioneros no querían
      marcharse, así que los estadounidenses incendiaron las cabañas
      para persuadirlos. Los heridos, las mujeres y los niños fueron
      montados en vehículos de tracción por orugas, que se habían
      acercado hasta el campamento y los demás formaron una columna que
      se dirigió hacia la playa, cuando las fuerzas que atacaban el río
      San Juan vieron que la columna llegaba a la playa, se retiraron a
      la defensiva para reconstruir la cabeza de puente sobre el río de
      la que habían salido. Los estadounidenses contaron 3 muertos y 2
      heridos. Los filipinos 2 muertos y 4 heridos, los japoneses unos
      70 u 80 muertos. Entre los liberados se encontraba Lois
        Kathleen McCoy, una niña que había nacido tres días antes, y
      Frank Buckles, un veterano de la Primera Guerra Mundial,
      que había sido capturado como civil en Manila.
    
A las 7:30 los estadounidenses iniciaron el asalto a Intramuros,
      en Manila. Tras un bombardeo con 140 cañones, penetraron en el
      distrito por grietas abiertas en las murallas. Durante el
      bombardeo, los japoneses mataron a un millar de rehenes, hombres y
      mujeres, que retenían consigo. Los combates se prolongaron durante
      varios días.
    
A punto de que venciera el plazo fijado en Yalta, Turquía se unió
      a los aliados y declaró la guerra a Alemania y Japón.
    
La Luftwaffe hundió un carguero estadounidense (Henry Bacon) en el mar de Barents. Un submarino soviético hundió un carguero alemán (Göttingen) en la costa de Letonia.
Esa tarde, la ciudad alemana de Pforzheim sufrió uno de
      los bombardeos más devastadores de toda la guerra, en el que
      murieron unos 17.400 de sus habitantes, en 31.4% del total. Unas
      30.000 personas tuvieron que usar cocinas públicas para comer,
      porque sus casas habían sido destruidas.
    
Adolf Galland fue encargado de organizar una unidad de la Luftwaffe
      para oponerse a los cada vez más frecuentes bombardeos aliados.
      Göring apreció su esfuerzo por familiarizar lo más rápidamente
      posible a los pilotos con los Me 262, aunque sólo disponía de
      momento de 16 aparatos y 15 pilotos.
    
El acorazado alemán Conte di Cavour se hundió en Trieste
      a causa de los daños que le había provocado unos días antes un
      bombardeo estadounidense. Ese día el general alemán Karl Wolff
      entabló contacto con un funcionario estadounidense en Suiza, Allen
Welsh
        Dulles, para negociar una posible rendición de las fuerzas
      alemanas en Italia.
    
Un submarino alemán hundió un carguero canadiense (Point Pleasant Park) cerca de Sudáfrica.
El 24 de febrero submarinos
      estadounidenses hundieron un submarino japonés y dos cargueros (Tatsumomo
        Maru y Uzuki Maru).
    
Esa noche 174 bombarderos estadounidenses llevaron a cabo el
      primer bombardeo efectivo de Tokio, lanzando bombas incendiarias a
      baja altura, que destruyeron unos 3 km2 de la ciudad.
    
La aviación estadounidense bombardeó también Singapur. De un
      total de 116 bombarderos, 105 llegaron hasta la ciudad y dejaron
      en llamas el 39% de una zona de almacenes cerca de un muelle. Los
      estadounidenses perdieron un único avión que se estrelló en el mar
      al quedarse sin combustible de regreso a la India.
    
Ese día en Meiktila se celebraba una reunión de altos
      oficiales japoneses que discutían la posibilidad de un
      contraataque al norte del Irrawaddy. Un oficial destinado en el
      monte Poppa avisó de que unos 2.000 vehículos británicos se
      acercaban hacia Meiktila. Se trataba de una división india que
      había navegado desde Nyaung U hasta Taungtha, y ahora
      continuaba el trayecto por tierra. Sin embargo, algún japonés
      consideró que la cifra debía de ser errónea y le quitó un cero, y
      así, el informe que llegó a Meiktila hablaba de 200 vehículos.
    
El primer ministro egipcio, Ahmad Maher Pacha, acababa de
      anunciar en el Parlamento una declaración de guerra contra
      Alemania y Japón. Cuando estaba abandonando la cámara, se le
      acercó un joven de 28 años llamado Mahmoud El Essawy,
      quien le estrechó la mano, sacó una pistola y le disparó tres
      veces gritando que había traicionado a Egipto con la declaración
      de guerra. Essawy era miembro de los Hermanos musulmanes, 
una
      organización que había sido fundada hacía ya 18 años por el que
      entonces era un estudiante llamado Hassan al-Banna. Había
      empezado siendo una mera organización religiosa, pero poco a poco
      había ido creciendo e implicándose en la política, especialmente a
      raíz de la revuelta palestina, hacía ya una década. Su oposición a
      la presencia británica en Egipto había llevado a al-Banna a
      aceptar financiación de la Alemania nazi, con la que compartía su
      aversión a británicos y judíos. Al-Banna consideraba que el Estado
      debía velar por la moralidad pública, recurriendo a la censura y a
      los castigos previstos por la ley islámica (decapitación,
      lapidación, amputación de manos o pies, flagelación, ...)
    
El primer ministro rumano, Nicolae Rădescu, había tratado de
      mantener a raya a los comunistas tratando de seguir el camino que
      había seguido Papandreu en Grecia, pero la situación era distinta.
      Ese día los comunistas organizaron una manifestación ante el
      palacio real para pedir su dimisión. Al mismo tiempo, agentes
      comunistas dispararon sobre los manifestantes y mataron a varios
      de ellos.
    
Los soviéticos ya habían controlado el ataque alemán en Pomerania
      y ese día abrieron una brecha de 60 km en las líneas alemanas al
      oeste de Grudziądz, por la que avanzaron casi 50 km. La
      ofensiva alemana había fracasado, pero convenció a los soviéticos
      de la necesidad de posponer el avance hacia Berlín hasta que
      Pomerania estuviera asegurada. Ese mismo día se inició la
      ofensiva, y los soviéticos avanzaron unos 20 km antes de que los
      alemanes pudieran detenerlos.
    
En Hungría los soviéticos habían protegido la ciudad de Kéménd
      imitando una técnica alemana de defensas antitanque, pero los
      alemanes lograron rebasarla en una intensa lucha y penetraron en
      la ciudad, donde se estableció un combate calle por calle. Los
      soviéticos volaron un puente sobre el río Garam, y luego
      tuvieron problemas para cruzar el río helado ante el avance
      alemán. La artillería soviética disparó contra los alemanes desde
      la orilla oriental del río sin preocuparse de la presencia de los
      propios soviéticos que trataban de vadear el río huyendo de los
      alemanes. Ese día los alemanes informaron de que la cabeza de
      puente soviética sobre el Garam había sido eliminada, y ése había
      sido el objetivo principal de la ofensiva, que terminaba así con
      éxito.
    
Esa noche casi 500 bombarderos aliados atacaron el muelle de
      submarinos de Hamburgo y dos refinerías de petróleo. Un carguero (Haukefjell)
      resultó hundido.
    
Ese día Hitler se reunió con los gobernadores nazis locales con
      motivo del vigésimo quinto aniversario de la presentación del
      programa del partido. Le temblaba ostensiblemente el brazo
      izquierdo y tuvo que dar su discurso sentado, en contra de su
      costumbre. Su discurso duró hora y media. Habló de la época
      "heroica" del partido y aludió a sus "armas milagrosas" que se
      estaban preparando y que podrían girar el curso de la guerra. Pero
      añadió que si finalmente Alemania perdía la guerra, eso
      significaría que el pueblo alemán no poseía el "valor interno"
      necesario y que él no sentiría la menor compasión por su
      destrucción.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (Oriskany)
      en el Atlántico, cerca de Gran Bretaña, pero fue hundido a su vez
      por fragatas británicas en el canal de La Mancha. La RAF
      hundió otro en la misma zona, un destructor hundió un tercero en
      el Ártico y un bombardeo estadounidense sobre Bremen hundió otros
      cuatro submarinos más.
    
El 25 de febrero submarinos
      estadounidenses hundieron un carguero japonés (Koho Maru) y
      un buque de escolta (Shōnan) en el
      mar del Sur de China.
    
En el ataque al campo de Los Baños, el segundo oficial japonés al
      mando, el teniente Sadaaki Konishi, había logrado escapar.
      Era famoso por su odio hacia los blancos y su crueldad con los
      prisioneros. Unos días más tarde de la liberación llegó a lo que
      había sido el campo con unos cuantos soldados y, al ver que no
      quedaba ningún prisionero, se dirigió a la ciudad de Los Baños y a
      otras ciudades cercanas en las que asesinó a unos 1.500 civiles,
      hombres, mujeres y niños, por posible colaboración con los
      estadounidenses, además de incendiar sus casas.
    
Los comunistas rumanos iniciaron una brutal campaña
      propagandística contra el primer ministro Nicolae Rădescu, al que
      acusaban de no perseguir debidamente a los fascistas.
    
Los estadounidenses entraron en Düren, en Alemania. La
      propaganda alemana publicó un panfleto con fotografías de dos
      niños quemados en Dresde, bajo el título de Dresde, carnicería
        de refugiados. 
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (Egholm)
      en el mar del Norte.
    
El 26 de febrero la aviación
      estadounidense hundió dos submarinos japoneses cerca de Iwo Jima y
      un destructor hundió un tercero.
    
Para entonces había terminado toda resistencia japonesa en
      Corregidor. Muchos japoneses —miles— se habían ahogado tratando de
      abandonar la isla a nado. Durante varios días se oyeron
      explosiones en el subsuelo: eran japoneses atrapados en túneles
      que preferían suicidarse antes que rendirse. Se calcula que
      murieron unos 6.600 japoneses, 50 resultaron heridos y 19 fueron
      hechos prisioneros. Otros 20 permanecieron ocultos y se rindieron
      meses después de que terminara la guerra. En cierta ocasión un
      tanque estadounidense disparó contra una cueva en la que se
      sospechaba que había japoneses escondidos, pero era un depósito
      que contenía toneladas de municiones. La explosión que se produjo
      mandó el tanque a varios metros de distancia y mató a sus
      ocupantes y a otros 48 soldados que andaban cerca. Las bajas
      estadounidenses en Corregidor habían sido de 207 muertos y 684
      heridos.
    
El vicealmirante Sanji Iwabuchi, al mando de las fuerzas
      japonesas en Manila, se hizo el hara-kiri al amanecer. Pese a
      ello, los japoneses siguieron ofreciendo resistencia. No habían
      tenido mucho éxito conteniendo a los estadounidenses porque habían
      estado demasiado ocupados matando civiles.
    
Finalmente, los japoneses en Meiktila comprendieron que las
      fuerzas británicas que se aproximaban a la ciudad no eran una
      simple incursión, y se prepararon para defender la posición. La
      ciudad está situada entre dos lagos, así que el frente que había
      que defender era relativamente estrecho.
    
El rey Faruq de Egipto nombró primer ministro a Mahmoud El
        Nokrashy Pasha, de la Wafd. Ese día Siria y el
      Líbano declararon la guerra a Alemania y Japón.
    
Tanques soviéticos se unieron a la ofensiva en Pomerania y
      penetraron 40 km en las líneas alemanas.
    
Esa noche Berlín fue bombardeada de nuevo, y otras 80.000
      personas quedaron sin hogar.
    
Por el oeste, mientras los estadounidenses avanzaban desde el
      Mosa hacia el Rin, más al norte tropas británicas y canadienses
      iniciaban una ofensiva similar por la Baja Renania.
    
 La aviación aliada hundió un carguero alemán (Arsterturn)
      en Kristiansand, en Noruega.
    
El 27 de febrero MacArthur, en nombre
      de Los Estados Unidos, traspasó la autoridad en las Filipinas al
      presidente Sergio Osmeña.
    
Un submarino estadounidense hundió un carguero japonés (Amato
        Maru) ante la costa de Vietnam.
    
Los soviéticos ocuparon Neustettin y rompieron el frente
      alemán en Baldenburg.
    
Un submarino alemán hundió un carguero noruego (Corvus) al
      oeste de las islas británicas, pero luego fue hundido a su vez por
      fragatas británicas junto con otro submarino.
    
Tras dos días de bombardeos, el 28 de febrero
      tropas estadounidenses desembarcaron en Palawan. Los japoneses
      apenas ofrecieron resistencia al desembarco. Los marines se
      extendieron rápidamente y llegaron a Puerto Princesa,
      donde descubrieron que los japoneses habían abandonado la ciudad
      para tomar posiciones en las montañas.
    
Elías Kazanjoglou era hijo de un comerciante griego que había
      vivido en la Constantinopla otomana, pero a sus cuatro años su
      familia había emigrado a los Estados Unidos, donde cambió su
      nombre por el de Elia Kazan. En los últimos años había
      destacado como actor y director teatral, y ahora estrenaba su
      primer largometraje: un drama titulado Lazos humanos, que
      fue estrenado en Manila ante las tropas estadounidenses destinadas
      en la ciudad. Las críticas fueron excelentes y la recaudación
      también.
    
En Birmania, los británicos atacaron Meiktila con el apoyo de la
      artillería y ataques aéreos. Al final del día dominaban una pare
      de la ciudad.
    
Arabia Saudí declaró la guerra a Alemania. Unas semanas antes, el
      rey Abdulaziz se había entrevistado con el presidente Roosevelt en
      el canal de Suez, donde un apretón de manos selló un acuerdo de
      suministro de petróleo a los Estados Unidos a cambio de protección
      al régimen Saudí.
    
Nicu Rădescu, el hijo del primer ministro rumano,
      que era comunista y había participado en la manifestación contra
      su padre unos días antes, le escribió una carta abierta en la que
      lo acusaba de haber ordenado disparar contra los pacíficos
      manifestantes.
    
Los estadounidenses capturaron Bitburg, en Alemania. En
      un discurso por radio, Joseph Goebbels afirmó que si Alemania era
      derrotada se quitaría con gusto la vida como hiciera Catón el
      Joven. La propaganda alemana estaba alertando a los alemanes que
      vivían en la parte oriental del Reich de lo que podían
      esperar si caían en manos de los soviéticos, y esto estaba
      provocando una serie de suicidios en masa.
    
Submarinos alemanes hundieron un carguero panameño (Alcedo)
      cerca de Islandia, otro británico (Norfolk Coast) en el mar
      de Irlanda y otro estadounidense (Soreldoc) entre Gran
      Bretaña e Irlanda.
    
El 1 de marzo la aviación
      estadounidense hundió cinco transportes (Daishin Maru, Hoshi
        Maru, Kinzan Maru, Taiken Maru y Toyosako Maru), un
      petrolero (Eisho Maru) y un barco de suministros (Kinezaki).
Un
      submarino hundió un carguero (Tateyama Maru) cerca de la
      costa japonesa.
    
Los estadounidenses ocuparon el edificio del Ministerio de Agricultura en Manila.
En contra de las previsiones de los generales británicos, la
      resistencia japonesa en Meiktila, aunque tenaz, no fue nada
      eficaz. Dos pelotones protegidos por un único tanque eran capaces
      de ir despejando un búnquer tras otro sin apenas bajas. Los
      japoneses, en un intento de suplir su falta de armas antitanque,
      ponían soldados en trincheras abrazados a bombas de aviación con
      la orden de detonarlas cuando pasara un tanque sobre ellos, pero
      unos pocos soldados británicos se encargaron de volar de un tiro a
      estas "armas antitanque suicidas".
    
Fuera del plazo establecido en Yalta como condición para ingresar
      en las Naciones Unidas, Irán declaró la guerra a Japón con efectos
      retroactivos al día anterior.
    
En Palestina, la colaboración de la Agencia Judía con la
      administración británica había logrado terminar con los atentados
      terroristas del Irgún. Yaakov Meridor fue capturado y enviado a un
      campo de concentración, pero a quien no habían logrado encontrar
      era a Menájem Beguín. Más aún, en una carta del Alto Comisionado
      al ministro británico de las Colonias decía: Desafortunadamente,
las
        listas de presuntos terroristas que confecciona la Agencia Judía
        sigue incluyendo a mucha gente que no tiene conexiones con el
        terrorismo, sino que meramente son indeseables por razones
        políticas para la Agencia Judía. Esto hace difícil a la policía
        separar las ovejas de las cabras. 
    
Stalin añadió más presión sobre el primer ministro rumano, Nicolae Rădescu, anunciando que la Unión Soviética no permitiría la devolución del norte de Transilvania a Rumanía si éste seguía al frente del gobierno. Más aún, representantes soviéticos le dijeron abiertamente al rey Miguel I que la independencia de Rumanía peligraba si no apartaba a Rădescu del gobierno. Finalmente Rădescu presentó su dimisión y, acosado por los comunistas, acabó pidiendo asilo en la embajada británica.
Más ejércitos soviéticos se unieron a la ofensiva en Pomerania, atacando desde Reetz. Los alemanes se retiraron hacia Stettin.
En su avance por Alemania, los estadounidenses capturaron Mönchengladbach,
      a medio camino entre la frontera neerlandesa y Düsseldorf.
    
Roosevelt informó en una sesión conjunta del Congreso sobre los
      acuerdos alcanzados en Yalta.
    
El presidente salvadoreño Osmín Aguirre había convocado
      elecciones, pero cinco de sus contrincantes se retiraron durante
      la campaña electoral acusándolo de estar haciendo lo necesario
      para asegurar que saliera elegido su favorito, el general Salvador
Castaneda
        Castro. Así, Castaneda ganó las elecciones con el 97% de los
      votos.
    
El 2 de marzo la flota y la aviación
      estadounidense iniciaron un bombardeo de 48 horas de las islas
      Ryuku. Un petrolero japonés (Nichirin Maru) resultó
      hundido.
    
Ese día, 64 bombarderos británicos despegaron con rumbo a
      Singapur, y 49 llegaron al objetivo. Bombardearon la base naval
      japonesa, si bien el fuego antiaéreo de los barcos japoneses
      limitó los resultados. Dos bombarderos fueron abatidos.
    
Colonia fue bombardeada por 858 bombarderos británicos.
    
Alemania conservaba ya pocos puntos de lanzamiento de bombas V-1
      desde los que alcanzar territorio británico, así que ahora eran
      empleadas para atacar bases aéreas en los Países Bajos. Por otra
      parte, ese día empezaron a caer en Gran Bretaña versiones
      modificadas llamadas F-1, con más espacio para el combustible que
      les permitiera recorrer mayor distancia y, como contrapartida,
      menos carga explosiva.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (King Edgar)
      y otro noruego (Novasli) al oeste de Gran Bretaña.
    
El 3 de marzo submarinos
      estadounidenses hundieron un dos transportes japoneses (Nissho
        Maru y Suiten Maru) en el Pacífico. La aviación
      hundió un petrolero (Yaei Maru) al sur de Formosa.
    
Los estadounidenses ocuparon el edificio del Ministerio de
      Economía en Manila. En Palawan empezaron a producirse fuertes
      enfrentamientos con los japoneses cuando los marines empezaron a
      penetrar en las colinas que se levantan a unos 16 km del puerto.
    
Los británicos expulsaron a los japoneses de Meiktila, si bien
      éstos empezaron a preparar un contraataque que les devolviera el
      control de la ciudad.
    
Finlandia descubrió ese día que había estado en guerra contra
      Alemania desde el 15 de septiembre del año anterior.
    
En el último año, el conflicto territorial entre polacos y
      ucranianos (superpuesto a la guerra) se había cobrado la vida de
      unos 30.000 ucranianos y entre 70.000 y 100.000 polacos. Ese día
      la resistencia polaca dio un paso más asesinando a más de 150
      ucranianos en Pawłokoma (hasta 366, según algunas
      fuentes).
    
Varios campos de concentración alemanes estaban saturándose con
      prisioneros procedentes de otros campos que habían tenido que ser
      abandonados a causa del avance soviético. Ese día llegaron unos
      2.000 judíos a un subcampo de Gross-Rosen, y fueron tenidos a la
      intemperie, bajo la nieve, durante dos días. Cientos de ellos
      murieron.
    
Las tropas canadienses que avanzaban por Alemania hacia el Rin
      tomaron Xanten y se unieron a las tropas estadounidenses
      en Geldern.
    
Bombarderos de la RAF fueron enviados a destruir una base de
      lanzamiento de misiles V-2 en un parque de La Haya, pero las
      coordenadas que se dio a los pilotos eran incorrectas, lo cual,
      combinado con las nubes y la niebla, hizo que las bombas cayeran
      sobre un barrio residencial colindante. Entre las 8:00 y las 9:00
      se lanzaron 67 toneladas de explosivos que provocaron grandes
      incendios. No había muchos coches de bomberos, ni tampoco
      bomberos, pues muchos habían sido empleados como mano de obra
      esclava por los alemanes y otros estaban escondidos para huir de
      eso mismo. Así que el fuego quedó descontrolado. Murieron 511
      civiles, incluyendo 8 bomberos. Además hubo 244 heridos y unas
      20.000 personas quedaron sin hogar. En cuanto los británicos
      descubrieron el error, los aviones volvieron para lanzar
      octavillas con disculpas. Churchill envió un mensaje mordaz al
      general Hastings Ismay pidiendo explicaciones por tan
        extraordinaria falta de puntería. 
    
Los alemanes estaban intensificando el lanzamiento de cohetes V-2
      como última medida desesperada para cambiar el curso de la guerra,
      o al menos para mantener la esperanza en los anuncios que hacía
      Hitler de próximas y poderosas "armas milagro". Sin embargo, las
      bombas V-2 se cobraron más víctimas en su proceso de fabricación
      (esclavos trabajando en condiciones infrahumanas) que explotando.
      Además, su producción requería recursos cada vez más escasos. El
      alcohol necesario para un lanzamiento requería destilar 30
      toneladas de patatas, en un momento en que la comida era escasa.
      Ante la falta de explosivos, algunas tenían únicamente cemento en
      su cabeza, confiando en que su mera energía cinética causara
      suficiente destrucción.
    
El 4 de marzo 159 bombarderos
      estadounidenses atacaron Tokio.
    
Ese día se completó oficialmente la liberación de Manila. La
      batalla por la capital filipina había dejado 1.010 soldados
      estadounidenses muertos y 5.565 heridos. Unos 200.000 civiles
      habían muerto, en parte por las bombas estadounidenses y en parte
      asesinados deliberadamente por los japoneses. Sólo en Intramuros
      se contaron 16.665 cadáveres de japoneses.
    
Un submarino estadounidense hundió un petrolero japonés (Palembang
        Maru) cerca de la costa vietnamita.
    
Arabia Saudí y Chile declararon la guerra a Japón.
    
Los soviéticos llegaron hasta el Báltico y las fuerzas alemanas
      en Pomerania quedaron divididas en varias bolsas. Unos 10.000
      alemanes habían quedado aislados en Kolberg. Ese día
      tropas soviéticas lograron entrar en la ciudad, pero fueron
      rechazadas. Luego los soviéticos tomaron la cercana ciudad de Köslin
      y desde allí empezaron a organizar un ataque a Kolberg.
    
Un periódico alemán fundado por Goebbels publicó un largo
      artículo en el que destacaba el sufrimiento y el daño cultural
      causado por el bombardeo de Dresde. La propaganda alemana influyó
      en la prensa británica que, distorsionando unas declaraciones de
      un oficial de la RAF, afirmó que el gobierno británico
      estaba recurriendo al bombardeo terrorista.
    
En el transcurso de una misión de bombardeo contra Aschaffenburg,
      seis bombardeos estadounidenses se desviaron por error y, creyendo
      que bombardeaban Freiburg im Breisgau, un objetivo
      secundario, en realidad lanzaron 12.5 toneladas de bombas y 12 de
      bombas incendiarias sobre Zürich, matando a cinco personas. Otros
      bombarderos atacaron Basilea, también por error.
    
En el frente occidental los estadounidenses habían establecido
      cabezas de puente sobre el río Elf, y desde ellas habían
      ocupado Euskirchen. Una división estadounidense logró
      abrir una brecha en las líneas alemanas e inició una carrera hacia
      el Rin.
    
La noche anterior la Luftwaffe había puesto en marcha una
      operación de ataque a gran escala contra Gran Bretaña. Unos 500
      cazas nocturnos habían despegado y habían cruzado el mar del Norte
      volando a baja altura. Pasada la medianoche se elevaron, arrojaron
      señuelos para los radares británicos y se dispusieron a
      interceptar a dos grupos de bombarderos de la RAF que
      regresaban de un bombardeo en Alemania. Un caza nocturno atacó a
      un bombardero aislado que regresaba de una patrulla. El avión
      resultó dañado, pero esquivó a su atacante y pudo aterrizar en una
      base cercana. Inmediatamente saltaron las alarmas y se activaron
      protocolos por los que todos los aviones en vuelo recibieron
      órdenes de dirigirse a bases alternativas más alejadas. No
      obstante, muchos bombarderos no recibieron la orden hasta las
      00:45, cuando ya habían sido detectados por los alemanes. El
      resultado fue una gran batalla aérea sobre territorio británico
      cuyo balance final fue de 24 aviones británicos destruidos y 9
      dañados frente a 22 aviones alemanes destruidos y 12 dañados. Los
      británicos contaron 18 pilotos y 17 civiles muertos y otros 12
      civiles heridos. Los alemanes contaron 45 pilotos muertos y 11
      heridos. Este resultado equilibrado era un fracaso para la Luftwaffe,
      pues sus recursos eran mucho más limitados, y el propósito de la
      misión había sido lograr una destrucción masiva de aviones
      enemigos. No habría un segundo intento. 
    
El 5 de marzo submarinos
      estadounidenses hundieron tres petroleros japoneses (Ryoei
        Maru, Seishin Maru y Tamon Maru) y un carguero (Shoyo
        Maru) en el Pacífico.
    
En Nueva Bretaña un batallón australiano inició una serie de
      combates contra los japoneses al cruzar el río Wulwut, con
      lo que entraron en un área dominada por varias colinas alrededor
      del monte Sugi en la que los japoneses se habían
      atrincherado.
    
Los soviéticos capturaron Köslin, en Pomerania.
    
La Wehrmacht empezó a reclutar a chicos de 15 y 16 años.
    
El 6 de marzo un ejército chino capturó Lashio, en Birmania.
En Rumanía el rey Miguel I se vio obligado a nombrar como nuevo primer ministro a Petru Groza, que no era comunista, pero estaba dispuesto a colaborar con ellos. El Partido Comunista Rumano estaba bajo la dirección de Ana Pauker, que había pasado cuatro años exiliada en la Unión Soviética y había regresado con el Ejército Rojo, pero no quiso ponerse al frente del gobierno. En su lugar, Groza creó un gobierno de coalición en el que los comunistas estaban en minoría, pero controlaban los ministerios clave para asaltar el poder: defensa, justicia e interior. Los demás ministerios quedaron, no obstante en manos de personas de otros partidos, pero elegidas por los comunistas entre los simpatizantes del comunismo.
La Wehrmacht inició una nueva ofensiva contra los
      soviéticos en Hungría. Hitler consideraba prioritario conservar
      Austria y la parte de Hungría que todavía estaba bajo control
      alemán, pues allí estaban los últimos pozos petrolíferos que le
      quedaban a Alemania, sin los cuales sería imposible continuar la
      guerra. Incluso afirmó estar dispuesto a sacrificar Berlín antes
      que Austria y Hungría. Por ello la operación "Despertar
        primaveral" había sido planeada con todo cuidado y
      organizada con el máximo secreto. Dos ejércitos alemanes atacaron
      simultáneamente desde el norte y el sur del lago Balaton,
      con el objetivo de alcanzar el Danubio.
    
Un bombardeo británico en Saßnitz (en Polonia) hundió un destructor y un buque hospital alemán (Robert Mohring).
El avance estadounidense hacia el Rin se estaba produciendo a una
      velocidad imprevista. Ello se debía en gran parte a la
      desorganización de los mandos alemanes. Hitler había prohibido la
      retirada al margen oriental, y muchos oficiales, enfrentados a la
      misión imposible de defender sus posiciones y temiendo la ira de
      Hitler si no defendían lo indefendible, enviaban información falsa
      sobre su situación, y daban órdenes imposibles de cumplir para
      descargar la responsabilidad sobre sus subordinados.
    
Ese día los estadounidenses entraron en Colonia, pero no pudieron impedir que los alemanes volaran el último puente sobre el Rin que quedaba en la ciudad. De los pocos puentes que quedaban intactos, uno estaba en Remagen, donde unos 800 soldados de una división alemana estaban cruzando al margen oriental.
Un parlamentario británico planteó varias preguntas al gobierno
      sobre la política de bombardeos en Alemania, en las que citaba
      varios "datos" procedentes de la propaganda alemana.
    
El 7 de marzo se constituyó en Yugoslavia un Gobierno Provisional de la Yugoslavia Federal Democrática, donde lo de "democrática" era la típica broma comunista de Josip Broz Tito, que fue reconocido por sí mismo como primer ministro. El que hasta entonces había sido primer ministro del Gobierno Yugoslavo en el Exilio, Ivan Šubašić, pasó a ser ministro de asuntos exteriores. Tito puso en su gobierno no elegido por nadie una mayoría de ministros comunistas o simpatizantes del comunismo.
Rumanía declaró la guerra a Japón.
    
Los alemanes empezaron a evacuar Danzig.
    
El puente sobre el Rin en Remagen seguía intacto.  El
      general alemán responsable de la zona había sido capturado el día
      anterior, y su sustituto, el mayor Hans Scheller, no pudo
      llegar a la ciudad hasta las 11:15. El oficial al mando de las
      tropas que defendían el puente era el capitán Willi Bratge,
      que estaba tratando de detener a los soldados que cruzaban el
      puente ordenándoles que se quedaran para defenderlo, pero la
      mayoría eran rezagados que marchaban por su cuenta y no le hacían
      caso. A las 12:56 un escuadrón de reconocimiento estadounidense
      llegó a una colina al norte de Remagen y contempló atónito cómo el
      puente seguía en pie. De hecho, sólo quedaban tres puentes sobre
      el Rin y ése era uno de ellos. Inmediatamente comunicaron la
      noticia por radio y dos oficiales se acercaron a la colina para
      verlo por sí mismos: las calles de Remagen estaban saturadas de
      vehículos alemanes que trataban de llegar hasta el puente, que
      estaba congestionado con vehículos, soldados, civiles e incluso
      con ganado. Ataques aéreos anteriores habían destruido los barcos
      que usaban los civiles para cruzar el Rin habitualmente, y ahora
      el puente era la única vía. La noticia llegó al general William
Morris
        Hoge, quien dio órdenes de capturar el puente lo antes
      posible. Podía ser una trampa tendida por los alemanes, pero
      también una oportunidad que no se podía dejar pasar. A las 13:50
      salieron las fuerzas encargadas de la misión (17 tanques apoyados
      por infantería), y media hora más tarde estaban avanzando por
      Remagen haciendo frente a escasa resistencia. Ante su avance, los
      alemanes se apresuraban más todavía a cruzar el puente. A las
      14:00 los tanques estaban ya cerca del extremo oriental del
      puente. El mayor Scheller tampoco tuvo éxito tratando de dar
      órdenes a las tropas alemanas que cruzaban el puente. Cuando quiso
      detener un vehículo que en el que viajaban cinco soldados y una
      ametralladora, éste aceleró.
    
Los alemanes dispusieron explosivos en el puente y a las 15:20
      activaron el detonador, pero no sucedió nada. Un cabo se ofreció
      voluntario para llegar hasta el puente y detonar manualmente los
      explosivos. A las 15:50 los tanques estadounidenses habían
      expulsado a los alemanes del puente. Entonces se produjo la
      explosión, pero cuando se disipó el humo, tanto los alemanes como
      los estadounidenses se sorprendieron al ver que el puente seguía
      en pie. Sólo había estallado una parte de los explosivos, y éstos
      eran más débiles de lo necesario (lo único que habían conseguido
      los alemanes) y no fueron suficientes para dañar gravemente la
      estructura. Un pelotón estadounidense cruzó el puente mientras los
      tanques se unían para cubrirlos disparando contra la artillería
      alemana que había en la orilla opuesta. Los soldados cortaron los
      cables de detonación y arrojaron los explosivos al río.
    
El sargento Alexander Albert Drabik fue el primero en
      llegar a la orilla opuesta del río, al frente de su pelotón. Había
      cruzado los 117 metros del puente en una carrera, con una única
      pausa cuando se produjo la explosión. Todos llegaron ilesos al
      otro extremo y allí se atrincheraron hasta que llegaron refuerzos.
      Bratge trató de organizar un contraataque, pero los tanques
      estadounidenses lo frustraron. Buscó a Scheller, pero no estaba.
      Entonces trató de escapar por un túnel hasta Osberg para
      organizar allí otro contraataque (en esos momentos temía más a
      Hitler que a los estadounidenses), pero se encontró con que los
      estadounidenses controlaban los dos extremos del túnel, donde
      estaban atrapados varios civiles y soldados, así que tuvo que
      improvisar una bandera blanca para rendirse. Por su parte, 
      el mayor Scheller había tratado de informar por radio y por
      teléfono de la pérdida del puente, pero nada funcionaba. Sólo pudo
      hacerse con una bicicleta y él mismo montó en ella para informar
      personalmente de lo sucedido. Sólo cerca de la medianoche el
      mariscal Walter Model pudo ser informado acerca de la captura del
      puente.
    
Por su parte, Omar Bradley fue informado a las 20:15 y el general
      Harold Roe Bull, ayudante en jefe de Eisenhower, le dijo
      que ese puente no aprovechaba para nada, porque no encajaba con el
      plan previsto, y Bradley le resopondió: ¿Y qué demonios quiere
        que hagamos?, ¿volarlo? Entonces Bradley telefoneó a
      Eisenhower, que estaba cenando en Reims, el cual decidió que si el
      puente no se ajustaba al plan, habría que ajustar el plan al
      puente, y ordenó enviar a Remagen cinco divisiones que ya no
      hacían falta en Colonia. Sólo entonces llegaron órdenes oficiales
      de conservar el puente. Hasta medianoche, sólo 120 soldados
      estadounidenses lo habían defendido. Si los alemanes hubieran
      organizado un contraataque adecuado, los habrían expulsado
      fácilmente, pero no lo hicieron. A la entrada del puente se puso
      un gran cartel que decía: Cruce el Rin sin mojarse los pies.
        Cortesía de la novena división armada. 
    
Fragatas canadienses hundieron un submarino alemán entre Gran Bretaña e Irlanda.
El 8 de marzo, en contra de las
      órdenes del general Kuribayashi, un capitán japonés ordenó una
      carga banzai en Iwo Jima con la que esperaba recuperar el
      monte Suribachi. Así, al anochecer, unos 1.000 soldados japoneses
      cargaron contra las posiciones estadounidenses provocando 90
      muertos y 257 heridos. Al día siguiente los marines contaron 784
      idiotas muertos. Mientras tanto, a lo largo del día los
      estadounidenses habían llegado al extremo norte de la isla, con lo
      que habían dividido en dos las fuerzas de Kuribayashi.
    
Las colinas de Palawan donde los japoneses habían ofrecido
      resistencia estaban ya limpias. La resistencia en la isla fue
      mínima a partir de ese momento.
    
Esa noche, un batallón indio realizó una incursión en la ciudad
      birmana de Mandalay. Los japoneses no tardaron en retirarse a la
      antigua ciudadela que los británicos llamaban Fort Dufferin.
    
En Pomerania los alemanes evacuaron la fortaleza de Marienburg, que llevaba dos días bajo amenaza de ser rodeadas por los soviéticos. El crucero Almirante Scheer tuvo que abandonar el Báltico oriental para reparar sus cañones, y partió llevándose consigo 800 civiles y 200 soldados heridos. Debía llegar a Kiel, pero un campo de minas lo obligó a dirigirse a Swinemünde.
En Kolberg los soviéticos recibieron refuerzos del Primer
      Ejército Polaco, al que le encargaron tomar la ciudad, pero un
      primer asalto fue rechazado, los alemanes suplían la falta de
      armas antitanque con la artillería de sus destructores.
    
Los alemanes volaron el puente sobre el Rin en Bonn. Tras haber
      reparado algunos desperfectos, a las 4:30 las tropas
      estadounidenses empezaron a cruzar el río por el puente de
      Remagen. Pronto aseguraron la ciudad cercana de Erpel y
      protegieron el puente con abundante artillería antiaérea. Al
      anochecer más de 8.000 soldados habían cruzado el puente y
      controlaban una cabeza de puente de 1.6 km de profundidad y 3.2 km
      de ancho.
    
Hitler se puso furioso cuando fue informado de la toma del puente
      de Remagen. Ordenó una investigación y decretó de antemano la pena
      de muerte para cualquiera que fuera hallado culpable de sabotaje o
      negligencia. También ordenó que la cabeza de puente tenía que ser
      destruida a toda costa. Göring llegó a pedir voluntarios para un
      ataque aéreo suicida contra el puente, pero incluso eso parecía
      inviable. Ese mismo día 10 bombarderos trataron de volar el
      puente, pero seis de ellos fueron derribados. A las 16:44 otros
      ocho bombarderos y un caza lo intentaron, pero sólo un avión
      sobrevivió. Media hora después atacaron otros ocho aviones, y
      todos fueron derribados.
    
Esa noche 312 aviones de la RAF bombardearon Hamburgo.
    
Los canadienses tomaron Xanten, en Alemania. 
    
El general Wolff se encontró en secreto en Lucerna con Allen W.
      Dulles y propuso un plan de rendición para las tropas bajo su
      mando en Italia.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (Lornaston)
      en el Canal de la Mancha.
    
Las islas del Canal seguían bajo control alemán. El oficial al
      mando de la guarnición alemana era el vicealmirante Friedrich
        Hüffmeier, que había organizado para esa noche una incursión
      a la costa francesa, a Granville, donde había un campo de
      prisioneros de guerra. A bordo de cuatro dragaminas, tres barcos
      armados, tres lanchas motoras, dos dragaminas pequeños y un
      remolcador, un soldados alemanes desembarcaron en Francia,
      pusieron minas en barcos británicos y uno noruego (en uno de los
      cuales mataron al capitán) y, mientras los barcos atacaban un
      cazasubmarinos estadounidense (en el que murieron 14 de sus
      tripulantes) otros soldados entraron en el Hotel des Bains,
      donde se alojaban varios oficiales estadounidenses y allí mataron
      a dos marines estadounidenses, un oficial británico y cinco
      miembros del personal militar que les ofrecieron resistencia. Poco
      después se retiraron llevándose consigo víveres y 67 prisioneros
      de guerra alemanes que habían rescatado.
    
Churchill envió un telegrama secreto a Roosevelt en el que le
      comunicaba su constatación de que, en contra de lo acordado en
      Crimea, Stalin había impuesto un régimen comunista en Bulgaria y
      ahora estaba haciendo lo mismo en Rumanía y Polonia. Merece la pena leer su análisis.
      Además, Churchill le propuso a Roosevelt lanzar a Stalin un
      terrible ultimátum: si no hacía lo necesario para garantizar
      elecciones libres en Polonia, se vería obligado a informar de ello
      al Parlamento Británico.
    
Japón tenía el control efectivo de la Indochina francesa, pero el
      almirante Jean Decoux seguía estando nominalmente al frente de la
      colonia y contaba con unos 65.000 soldados. El hecho de que el
      gobierno de Vichy ya no existiera y que Francia estuviera
      inequívocamente con los aliados no había cambiado en principio las
      tensas relaciones entre franceses y japoneses en la zona, hasta
      que el embajador japonés indicó a Decoux que, dado que una
      invasión aliada a Indochina era inevitable (?), el gobierno de
      Tokio deseaba organizar una "defensa conjunta" en Indochina, lo
      que más o menos podía interpretarse como que Japón quería el
      control sobre las fuerzas francesas en la colonia. Decaux puso
      objeciones, alegando que tal "plan de defensa" provocaría la
      invasión, pero concedió que que el control japonés sería admisible
      si la invasión se llegaba a producir realmente. El general Yuitsu
        Tsuchihashi, al mando de las fuerzas japonesas en Indochina
      (unos 55.000 hombres) no consideró suficiente esta respuesta,
      consideró que Decaux trataba de ganar tiempo y el 9 de marzo le presentó un ultimátum por el
      que las tropas francesas debían desarmarse. En los días previos
      había habido movimientos de tropas japonesas que dejaban claro que
      los japoneses iban a actuar. Decaux envió un mensaje al embajador
      japonés pidiendo nuevas negociaciones, pero llegó al edificio
      equivocado y Tsuchihashi, considerando que Decaux no había
      respondido al ultimátum, pasó a la acción. Esa misma noche tropas
      japonesas se presentaron en cada guarnición francesa exigiendo el
      desarme. En algunos puntos los franceses ofrecieron resistencia y
      se produjeron combates. En otros algunos franceses pudieron
      escapar y formar guerrillas, a las que se unieron algunos nativos,
      que preferían a los franceses frente a los japoneses.
    
Uno de los focos de resistencia más importantes fue Lang Son,
      en Vietnam, donde había una guarnición de 4.000 hombres bajo el
      mando del general Émile Lemonnier. Los japoneses lo habían
      invitado a un banquete. Lemmonier había rechazado la invitación,
      pero permitió ir a algunos de sus subordinados, que fueron
      inmediatamente arrestados y poco después la guarnición francesa
      era atacada con infantería y tanques. No obstante, los japoneses
      tuvieron que retirarse con bajas significativas.
    
En Hanoi el general Gabriel Sabattier tuvo tiempo de
      retirarse hacia la frontera con China antes de que los japoneses
      atacaran.
    
La aviación soviética hundió en Pomerania un carguero alemán (Borbeck)
      y un barco hospital (Meteor II) que estaba siendo usado
      para transportar tropas (en contra de las leyes de la guerra)
    
Los alemanes volaron el puente sobre el Rin en Urmitz. En
      Remagen los estadounidenses ya disponían de barcos para cruzar el
      Rin.
    
Los estadounidenses tomaron Bonn y Godesburg.
    
Como represalia por una emboscada que partisanos comunistas
      habían tendido unos días atrás a una columna de camiones militares
      de un comando fascista en el norte de Italia, 20 prisioneros de
      otra brigada comunista que habían sido hechos prisioneros a
      principio de mes fueron ametrallados en Salussola, después
      de haber sido brutalmente torturados. En realidad eran 21, pero
      uno pudo evitar la muerte atacando a la desesperada a los soldados
      que lo custodiaban y despeñandose por una colina.
    
Mussolini envió un sacerdote a Suiza con una propuesta de que
      Alemania e Italia se unieran con los aliados para combatir a los
      comunistas soviéticos. La propuesta no fue tomada en serio.
    
A las 6:00 los estadounidenses tenían cinco batallones antiaéreos
      vigilando el puente de Remagen. Sus instrucciones eran: "No os
        preocupéis por cuestiones de identificación. Si algo se acerca
        al puente, derribadlo." La aviación había organizado un
      paraguas defensivo que no sólo prevenía ataques por parte de la Luftwaffe,
      sino que también atacaba camiones y trenes alemanes en los
      alrededores. Los alemanes enviaron ese día 17 aviones contra el
      puente, de los cuales 13 fueron derribados.
    
El 10 de marzo a las 00:08 se inició
      un bombardeo sobre Tokio como nunca se había visto antes. Los
      primeros bombarderos en atacar crearon una cadena de incendios que
      dibujó una gigantesca X sobre una de las zonas más densamente
      pobladas de la ciudad (con más de un millón de habitantes).
      Después, cada grupo de aviones había recibido instrucciones de
      atacar un área distinta respecto de la X para asegurarse que todas
      las zonas recibían su parte. Un total de 279 bombarderos atacó la
      ciudad durante 90 minutos, durante los cuales lanzaron 1.665
      toneladas de explosivos. Cuando el humo cubrió completamente la
      zona prevista, algunos aviones tuvieron que bombardear otras zonas
      de la ciudad. Algunos pilotos necesitaron máscaras de oxígeno para
      resistir el olor a carne quemada. Las defensas de la capital
      japonesa fracasaron rotundamente. La artillería antiaérea escasa y
      poco efectiva, aunque derribó 12 bombarderos y dañó a otros 42 (de
      los aviones derribados, 5 cayeron al mar y sus pilotos fueron
      rescatados por submarinos). Los cazas japoneses no fueron guiados
      por estaciones de radar y las únicas bajas que ocasionaron fueron
      las de varios de ellos mismos, que se quedaron sin combustible y
      se estrellaron. En total, los estadounidenses contaron 96 muertos
      o desaparecidos y 6 heridos.
    
En tierra, las defensas civiles también fueron inefectivas. Había
      unos 8.000 bomberos pobremente equipados y sus técnicas no eran
      eficaces contra las bombas incendiarias. Al cabo de una hora de
      bombardeo, los bomberos habían desistido de controlar el fuego, y
      en su lugar se esforzaban por guiar a la gente a lugar seguro. Los
      civiles que optaron por quedarse en sus casas y combatir el fuego
      no tuvieron ninguna opción de sobrevivir. El número de muertos se
      acercó a las 100.000 personas, y cerca de un millón se quedó sin
      hogar. Muchos civiles que vivían en barrios bajos fueron acogidos
      en barrios acomodados, y así tuvieron ocasión de hacerse una idea
      de cómo vivían los ricos, y en algunos casos eso dio lugar a
      protestas y saqueos.
    
Un submarino estadounidense hundió tres transportes japoneses (Dokai
Maru,
        Keizan Maru y Sanka Maru) al sur del archipiélago
      japonés.
    
Tras tres días de bombardeos por parte de la flota, marines
      estadounidenses desembarcaron a 5 km de Zamboanga, en la
      península del mismo nombre situada al suroeste de la isla de
      Mindanao. La oposición japonesa fue mínima y la ciudad fue
      liberada rápidamente.
    
La aviación estadounidense hundió un petrolero japonés (Seishin
        Maru) ante la Indochina Francesa. Allí los japoneses
      lograron asaltar la fortaleza del general Lemonnier y lo
      arrestaron. Le exhortaron a que firmara una orden de rendición
      para todas las tropas a su mando en la zona, a lo cual se negó.
      Entonces le hicieron cavar una tumba (podía adivinar para quién) y
      le volvieron a exigir que firmara la orden. Se volvió a negar y
      entonces fue decapitado. Luego los japoneses ametrallaron a varios
      de los soldados franceses que habían capturado y decapitaron o
      mataron con la bayoneta a los supervivientes heridos. En total,
      544 franceses murieron en Lang Son, de los cuales 387 habían sido
      ejecutados por los japoneses después de haberlos capturado.
      Además, 1.832 soldados nativos murieron en combate (menos 103, que
      fueron ejecutados) y unos 1.000 fueron hechos prisioneros. 
    
Los soviéticos tomaron Elbing, en Pomerania.
    
Los soviéticos iniciaron una ofensiva contra la región checa de
      Moravia. La resistencia alemana fue grande. Durante el primer día,
      el Ejército Rojo apenas pudo avanzar 4 km.
    
Hamburgo sufrió un nuevo bombardeo.
    
El mayor Richard Bothmer fue juzgado por haber abandonado
      Bonn sin lucha. Fue degradado a soldado raso y condenado a cinco
      años de cárcel. Bothmer le quitó la pistola a un oficial del
      tribunal y se suicidó allí mismo.
    
Una división estadounidense cruzó el puente de Remagen bajo el
      fuego de la artillería alemana. Los médicos hacían lo imposible
      por retirar los heridos, e incluso los muertos, que bajaban la
      moral de los soldados. En palabras de uno de ellos: Tal vez
        haya un infierno en otro mundo, pero éste le está haciendo una
        dura competencia. Mientras tanto los ingenieros estaban
      construyendo otros puentes. Ese día un impacto directo mató a un
      oficial de ingenieros e hirió a otros 19. Un ingeniero diría: Mientras
estábamos
        construyendo ese puente, éramos fugitivos de la ley de las
        probabilidades. 
    
La aviación estadounidense hundió un submarino alemán al noroeste
      de Gran Bretaña.
    
Roosevelt comunicó al embajador estadounidense en Madrid que "nuestra
victoria
        sobre Alemania conllevará el exterminio del nazismo e ideologías
        afines", por lo que "no hay lugar en las Naciones Unidas
        para un gobierno fundado en los principios del fascismo". El
      embajador transmitió la idea inmediatamente al ministro español de
      Asuntos Exteriores. Lo que al parecer no aclaró Roosevelt era cómo
      iba a excluir de las Naciones Unidas ideologías afines al fascismo
      a la vez que incluía a la Unión Soviética.
    
Los japoneses seguían lanzando sus globos de papel sin tener
      ninguna confirmación de su efectividad, que era escasa, pero ese
      día uno cayó en el Estado de Washington y dañó unos cables de alta
      tensión que abastecían el sistema de refrigeración de tres
      reactores nucleares del Proyecto Manhattan. No obstante,
      los sistemas de seguridad permitieron restablecer el suministro
      eléctrico de forma casi instantánea. Que los globos los enviaban
      los japoneses estaba claro. De hecho, la propaganda japonesa
      "informaba" de que estaban causando miles de muertos, pero su
      lugar de lanzamiento seguía siendo un misterio. Se especulaba
      sobre si eran lanzados desde la propia costa estadounidense por
      partidas que llegaban en submarinos y se volvían a marchar, o si
      podían ser lanzados por prisioneros de guerra desde campos de
      concentración, o incluso desde los centros de internamiento de
      estadounidenses de origen japonés. Sin emindbargo, la arena de los
      contrapesos de los globos fue analizada por geólogos y biólogos.
      Los microscopios revelaron la presencia de ciertas especies de
      diatomeas (algas microscópicas) y otras criaturas marinas que
      probaban que la arena no venía de playas estadounidenses, sino
      japonesas. Los geólogos llegaron a señalar específicamente la zona
      de Ichinomiya, en Japón como origen de la arena. Esto fue
      confirmado por un reconocimiento aéreo, que detectó en la zona dos
      de las plantas de producción de hidrógeno empleadas para hinchar
      los globos.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (Baron
        Jedburgh) cerca de Bahia, en Brasil.
    
El 11 de marzo un portaaviones
      estadounidense resultó ligeramente dañado en Iwo Jima por un
      ataque kamikaze. El ataque fue un fracaso, pues de un
      total de 24 bombarderos, 13 tuvieron que regresar a la base por
      problemas en el motor y el resto sólo consiguió el resultado
      antedicho.
    
La censura japonesa trataba siempre de ocultar a los japoneses
      los desastres de la guerra, pero incapaz de negar la magnitud del
      bombardeo de Tokio, optó por lo contrario: por magnificar el
      ataque y el número de aviones enemigos abatidos. La prensa
      destacaba la inmoralidad del ataque. Para que la propaganda fuera
      realmente efectiva, es posible que se repartirían diccionarios
      entre la población civil para que pudiera buscar en ellos el
      significado de la palabra "inmoralidad", pues estaba claro que los
      militares japoneses la desconocían por completo, por lo que cabe
      suponer que la población civil compartiría ese desconocimiento en
      mayor o menor medida. Inevitablemente, la población japonesa
      empezó a sospechar —o a confirmar sus sospechas— de que la
      situación de la guerra era peor de la que pintaban los medios de
      comunicación. El gobierno japonés empezó a emplear técnicas
      represivas, incluyendo penas graves para los acusados de
      deslealtad o de difundir rumores.
    
Ese día Nagoya fue bombardeada por cientos de bombarderos
      estadounidenses.
    
En cuanto trataron de avanzar por la península de Zamboanga, los
      estadounidenses se encontraron con posiciones japonesas bien
      fortificadas en las colinas, con alambradas, campos de minas y
      toda clase de trampas. El terreno era demasiado accidentado para
      que pudieran usarse los tanques y el avance fue lento, apoyado por
      la aviación y la artillería de la armada.
    
El emperador vietnamita, Bảo Đại, había conservado el trono
      nominalmente bajo la colonización francesa, y también cuando los
      japoneses asumieron el control de facto del país. Ahora
      que los japoneses habían quitado de en medio a los franceses
      exigieron al emperador que proclamara la independencia de Vietnam,
      y así surgió el nuevo Imperio de Vietnam, 
      
En Birmania, los británicos tomaron Mongmit.
    
En Lituania la NKVD envió tropas (los llamados batallones de
      destrucción) a liquidar un búnquer de partisanos que habían pasado
      de combatir a los nazis a combatir a los comunistas. Estaba
      situado cerca de Kiauneliškis. Los partisanos lograron
      romper el cerco soviético y escapar dejando sólo siete hombres
      atrás, que siguieron resistiendo en el búnquer. Cerca había otro
      búnquer cuyos partisanos habían acudido a ayudar, y con ello
      delataron su existencia a la NKVD. Pronto fueron rodeados también.
    
Hitler realizó una visita al frente oriental en Bad
        Freienwalde, donde se entrevistó con el general Theodor
        Busse y sus oficiales, a los que rogó que contuvieran el
      avance soviético el tiempo suficiente para que las nuevas armas
      estuvieran preparadas, pero no aclaró a qué armas se refería.
    
Hamburgo fue bombardeada una vez más, ahora por 469 bombarderos
      estadounidenses. Uno fue abatido y 41 resultaron dañados. Dos
      cargueros (Carl y Electra), un petrolero (Orion) y
      dos submarinos alemánes resultaron hundidos en el puerto. Mientras
      tanto, 1.079 aviones de la RAF bombardeaban Essen, sobre
      la que arrojaron 4.700 toneladas de bombas.
    
Mientras tanto, el teniente general Rudolf Hübner inició
      la tarea que Hitler le había encargado de juzgar a los condenados
      a muerte por la negligencia que permitió a los estadounidenses
      capturar el puente de Remagen. El primer condenado fue el capitán
      Bratge. Hübner no sabía nada de leyes, y actuó a la vez como juez
      y fiscal, algo que la legislación militar alemana prohibía
      expresamente. Un oficial con conocimientos de derecho le ofreció
      un ejemplar del código de justicia militar, pero Hübner consideró
      que no lo necesitaba, porque estaba siguiendo órdenes de Hitler.
      Bratge había sido condenado a muerte, pero como había sido
      capturado por los estadounidenses, la sentencia no se pudo
      ejecutar. Pero luego le tocó el turno al mayor Scheller y al
      teniente Karl Heinz Peters, cuya pena capital también fue
      confirmada en el juicio.
    
Roosevelt respondió al telegrama que Churchill le había enviado
      tres días atrás, pero rechazó dirigirse directamente a Stalin como
      proponía el mandatario británico:
    
Sobre las negociaciones sobre Polonia en Moscú, estoy ciertamente de acuerdo contigo en que debemos mantenernos firmes en la interpretación correcta de la decisión de Crimea. Haces bien al suponer que ni el gobierno ni el pueblo de mi país admitirán participar en un fraude o en un mero blanqueamiento del Gobierno de Lublin, sino que la solución debe seguir el cauce previsto en Yalta. Hemos enviado instrucciones a Harriman [el embajador estadounidense en Moscú] (una copia de las cuales ha sido depositada en tu embajada aquí) para dirigir un comunicado a Mólotov dejando esto claro y, en general, siguiendo las líneas de las sugerencias del Foreign Office a las que hacías referencia. Doy por hecho que Clark Kerr [el embajador británico en Moscú] recibirá instrucciones similares. En estas circunstancias creo que sería mucho mejor esperar el resultado de estos pasos por parte de nuestros embajadores antes de que tú o yo intervengamos personalmente ante Stalin, principalmente porque ninguno de nuestros gobiernos está dispuesto a aceptar la interpretación de Mólotov. Creo que nuestra intervención personal habría que evitarla mientras que cualquier otra posibilidad de poner a raya al gobierno soviético no haya sido agotada. Por ello espero que no envíes ningún mensaje a Tío Joe en estas circunstancias, sobre todo porque me parece que algunas partes del texto que propones podrían producir una reacción muy distinta a la que pretendes. Por supuesto, estaremos en contacto estrecho sobre esta cuestión.
Roosevelt
El 12 de marzo un submarino
      estadounidense hundió un transporte japonés (Shori Maru) en
      el mar de la China Oriental.
    
En Vietnam los japoneses atacaron la guarnición francesa de Dong
        Dang. Los franceses resistieron la acometida. Aviones
      estadounidenses sobrevolaban de tanto en tanto Indochina en apoyo
      de los franceses, pero ese día confundieron con japoneses una
      columna de prisioneros vietnamitas y los bombardearon y
      ametrallaron, causando unas 500 bajas, entre muertos y heridos. En
      general, los bombardeos en Indochian no estaban afectando mucho a
      los japoneses.
    
La aviación estadounidense bombardeó las islas de Bukom y
      Sebarok, en la costa meridional de Singapur. Las nubes
      hicieron que los daños causados fueran escasos. Los japoneses
      veían con preocupación que los habitantes de Singapur no
      protestaban por los bombardeos. Por la cuenta que les traía,
      disimulaban su satisfacción, pero no se quejaban. Los bombardeos
      aliados eran lo suficientemente precisos como para atacar
      objetivos militares con mínimos daños sobre la población civil, y
      los japoneses no lograban impedirlos ni combatirlos de forma
      efectiva, así que eran vistos como una muestra de la superioridad
      aliada y de la cada vez más próxima liberación del yugo japonés.
      La propaganda japonesa intentó sin éxito cambiar dicha percepción.
      Mostraba películas de bombarderos aliados derribados, pero no
      convencían. Incluso trataron de sublevar a los musulmanes
      mostrando imágenes de los daños sufridos por una mezquita como
      consecuencia de dos bombardeos, pero tampoco funcionó.
    
En Birmania, los intentos de los japoneses de retomar Meiktila
      con ataques mal coordinados que fracasaban uno tras otro. Ahora
      trataron de atacar los campos de aviación desde los que se
      abastecía la guarnición británica.
    
El embajador estadounidense en Moscú informó a Mólotov de la
      posibilidad de que el general Wolff se presentara en Lugano
      a negociar la rendición de las fuerzas alemanas en Italia. Poco
      después Mólotov respondió que el gobierno soviético no tenía nada
      que objetar siempre y cuando representantes soviéticos
      participaran también en las negociaciones.
    
En Kiauneliškis, los partisanos rodeados en los dos búnqueres
      seguían resistiendo a los soviéticos. Éstos fueron atacados por
      sorpresa por un grupo de partisanos que acudió en ayuda de los
      sitiados, pero, por algún motivo, luego se retiraron sin
      rescatarlos. Se especula sobre si los sitiados se negaron a ser
      rescatados pensando que era una trampa o si los rescatadores
      juzgaron que continuar su avance era inviable.
    
La aviación soviética hundió un carguero alemán (Borbeck)
      en Pomerania.
    
Un ataque aéreo estadounidense sobre Swinemünde (en Pomerania)
      hundió cinco cargueros alemanes (Andros, Heiligenhafen, Hilde,
        Jasmund y Tolima) y un barco de pasajeros (Cordillera).
La
      aviación soviética hundió otro (Gerrit Fritzen) en el
      Báltico, ante Fehmarn.
    
Los comunistas polacos lanzaron un ataque contra Kolberg con
      tanques pesados y artillería.
    
La ofensiva alemana en Hungría no iba mal. Al sur del lago
      Balaton los alemanes habían logrado avanzar 10 km en las líneas
      defensivas soviéticas.
    
El difunto juez Roland Freiser fue sucedido al frente del
      Tribunal Popular por Harry Haffner. No tardó en absolver
      por falta de pruebas a Fabian von Schlabrendorff, el que había
      tenido el gusto de enviar a Freiser al infierno. A pesar de su
      absolución, fue internado en un campo de concentración. Freiser
      había condenado a la horca a Friedrich Fromm por su complicidad en
      el atentado del 20 de julio, pero Hitler había ordenado que fuera
      fusilado en su lugar. Ese mismo día se ejecutó la sentencia.
    
También fue el día en que fueron ejecutados el mayor Scheller y
      el teniente Peters. Se les propinó un tiro en la nuca y fueron
      enterrados allí donde cayeron.
    
Ese día empezaron a llegar al castillo de Friedrichsruh, a
      30 km de Hamburgo, los primeros vehículos de la expedición sueca
      que fue conocida como "los autobuses blancos", que se
      encargarían de reunir en el cercano campo de concentración de
      Neuengamme los prisioneros de guerra escandinavos retenidos en
      Alemania. El conde Bernadotte había logrado reunir 36
      autobuses-ambulancia, 19 camiones y otros vehículos junto con el
      equipamiento necesario, comida, combustible, etc., pues los
      alemanes no iban a aportar nada más que los prisioneros. Los
      autobuses se pintaron de blanco, con las cruces de la bandera de
      la Cruz Roja, con el fin de evitar que los aliados los
      bombardearan en sus trayectos, si bien el gobierno británico no se
      había comprometido a nada.
    
En Remagen ya había otros dos puentes operativos, y los
      ingenieros cerraron el original para reparar los daños que la
      artillería alemana había causado en él.
    
Un caza aliado ametralló una columna de coches en la que viajaba
      Mussolini, pero salió ileso.
    
El 13 de marzo la aviación
      estadounidense hundió un transporte (Masashima Maru)y un
      buque de escolta japonés en el mar del Sur de China.
    
A las 23:57 se inició un bombardeo sobre Osaka que se prolongó
      durante tres horas y media, en tres oleadas. El resultado fue de
      3.987 muertos y 678 desaparecidos. Un total de 274 aviones
      lanzaron 1.733 toneladas de bombas sobre la ciudad. Sólo se
      perdieron dos aviones, uno por accidente, y no hubo bajas. 
    
El rey de Camboya, Norodom Sihanouk, que tenía ahora 23 años, había pasado la guerra atendiendo a sus numerosas obligaciones, que incluían hacer deporte, rodar películas caseras y viajar por el país. Ahora que los japoneses habían disuelto la administración colonial francesa fue inducido a declarar la independencia del país, como había hecho unos días antes el monarca vietnamita Bảo Đại, y asumir el cargo de primer ministro a la vez que el de jefe del Estado del Reino de Campuchea, con lo que a partir de ese momento, además de hacer deporte, rodar películas caseras, etc., tuvo que firmar algunos papeles que le ponían delante.
A punto de quedarse sin municiones, los siete partisanos lituanos
      acorralados en Kiauneliškis, sabiendo que se estaba mejor muerto
      que en manos de los comunistas, usaron una granada de mano para
      suicidarse, aunque uno sobrevivió. En el otro búnquer, los
      soviéticos lanzaban granadas, pero los partisanos las cogían antes
      de que explotaran y las volvían a lanzar fuera. Finalmente los
      soviéticos llevaron morteros y granadas antitanque con las que
      enterraron el búnquer privándolo de ventilación, con lo que los
      partisanos murieron asfixiados.
    
El Ejército Rojo llegó al Báltico a unos 8 km de Kessel,
      que quedó así desconectada de Königberg. La bolsa de Heiligenbeil
      se estrechó un poco más. La reacción de Himmler no se hizo
      esperar: por prescripción médica, se retiró a un sanatorio para
      dirigir la guerra desde allí.
    
Un minisubmarino alemán hundió un carguero británico (Taber
        Park) en el mar del Norte.
    
El 14 de marzo la NKVD obligó a
      algunos habitantes de los alrededores de Kiauneliškis a que se
      ocuparan de los cadáveres que quedaban por el enfrentamiento que
      había tenido lugar entre los soviéticos y los partisanos lituanos.
      Contaron unos 300 cadáveres soviéticos y unos 70 partisanos. Los
      cadáveres de éstos fueron transportados a Švenčionys donde
      fueron exhibidos durante un día para mostrar los efectos de
      resistirse a la dictadura comunista. Luego fueron enterrados en
      una fosa común.
    
Los soviéticos tomaron Zvolen, en Eslovaquia.
    
El ataque polaco contra Kolberg había avanzado lentamente al
      precio de muchas bajas, pero finalmente fracasó. Los alemanes
      rechazaron una propuesta de rendición.
    
El "Despertar primaveral"  estaba cerrando los
      ojos. El ejército que atacaba al norte del lago Balaton iba muy
      retrasado respecto de los objetivos previstos, y el que avanzaba
      por el sur todavía iba más retrasado. Uno de los más destacados
      era la de Mohács, y estaba lejos de cumplirse, pues los alemanes
      se encontraron con una fuerte resistencia tanto por parte de un
      ejército búlgaro como por los partisanos de Tito. Las pérdidas
      eran elevadas. En el sur sumaban 15.117 bajas en ocho días. Al
      norte sólo quedaban 332 tanques de los aproximadamente 1.000 con
      los que habían iniciado la ofensiva.
    
Ese día Hitler ordenó usar cohetes V-2 para destruir el puente de
      Remagen. Era una medida desesperada, pues los misiles no tenían
      precisión alguna y era más fácil que cayeran sobre las posiciones
      alemanas que justamente sobre el puente.
    
Un submarino alemán hundió un carguero sueco (Magne) en el
      mar del Norte, pero fue a su vez hundido por un destructor
      británico y una fragata sudafricana.
    
El 15 de marzo, tras tres días de
      combates, los japoneses entraron en Dong Dang, donde 53 franceses
      supervivientes fueron decapitados o acuchillados con las
      bayonetas.
    
En Birmania llegaron a Meiktila aviones con refuerzos, que
      tuvieron que aterrizar en medio del fuego japonés, pero sólo dos
      aviones fueron destruidos, con 22 bajas.
    
Los comunistas polacos lograron ocupar una parte de Kolberg. Por
      su parte, los soviéticos iniciaron una ofensiva hacia Zoppot,
      una ciudad costera entre Gdingen y Danzig. En el sur de Polonia
      los tanques soviéticos rompieron el frente alemán al oeste de Oppeln
      y avanzaron hacia el sur, hacia Neustadt. Algunas fuerzas
      se desviaron para tomar Neisse.
    
Hacía año y medio se había creado la misión Alsos. Muchos
      creían que era un acrónimo, pero es una palabra griega que
      significa "arboleda" (grove, en inglés), en alusión al
      general Leslie Groves, director del proyecto Manhattan. El
      objetivo de la misión Alsos era recabar toda la
      información posible sobre el programa nuclear alemán. Cada vez que
      las tropas aliadas habían llegado a un lugar donde había algún
      centro científico importante, en Francia o en Italia, y ahora en
      Alemania, inmediatamente llegaban miembros de la misión Alsos,
      bajo el mando del coronel Boris Pash, para interrogar a
      científicos al respecto. En Francia e Italia habían encontrado
      poca cosa, pero habían obtenido evidencias de que los alemanes
      estaban experimentando con uranio y, especialmente en Estrasburgo,
      obtuvieron información sobre los lugares de Alemania donde
      probablemente se estaba llevando a cabo la investigación. La
      interrogación de algunos prisioneros permitió concluir que los
      alemanes estaban procesando uranio y torio en una planta en
      Uraniemburgo, cerca del campo de concentración de Sachsenhausen.
      Groves se encargó de que ese día la planta fuera bombardeada por
      unos 600 bombarderos, que lanzaron 1.500 toneladas de explosivos y
      178 toneladas de bombas incendiarias sobre la planta.
    
Ese día los "autobuses blancos" empezaron a recoger prisioneros
      escandinavos de diversos campos de concentración alemanes en un
      radio de unos 540 km alrededor de Neuengamme. A lo largo de siete
      misiones unos 2.200 daneses y noruegos fueron recogidos. En
      general, su estado de salud y de higiene era razonable.
    
Unos 12.000 soldados estadounidenses y 1.000 franceses iniciaron
      un ataque desde el Mosa hacia el Rin para controlar su margen
      occidental en un sector todavía bajo control alemán, entre
      Sarrebruck y Haguenau. Era inevitable que las fuerzas alemanas
      acabaran retirándose hasta la línea Sigfrido, pero la cuestión era
      cuánto resistirían el ataque. El frente alemán fue traspasado y se
      inició un lento avance hacia el Rin, obstaculizado por campos de
      minas y nidos de ametralladoras alemanes.
    
En Suiza el general Karl Wolff se reunió con el general
      estadounidense Lyman Lemnitzer y con el británico Terence
        Airey y abordaron un posible plan de rendición.
    
El primer oficial de alto rango que fue condenado en los juicios
      de "depuración legal" que estaban teniendo lugar en Francia fue el
      almirante Jean-Pierre Esteva, que había sido Residente
      General de Francia en Túnez. Fue condenado a cadena perpetua, y se
      libro de la condena a muerte porque el tribunal reconoció que
      había ayudado a miembros de la resistencia dos años atrás.
    
En Guatemala se aprobó una nueva constitución y Juan José Arévalo
      se convirtió en el nuevo presidente de la república. Francisco
      Javier Arana, Juan José Árbenz y Jorge Toriello, que hasta
      entonces habían gobernado en triunviato, fueron nombrados Jefe de
      las Fuerzas Armadas, ministro de Defensa y ministro de Hacienda,
      respectivamente.
    
En Hollywood tuvo lugar la ceremonia de entrega de los premios 
        óscar, dirigida por Bob Hope, como era habitual. Por primera
      vez fue retransmitida por radio. El premio a la mejor película fue
      para Siguiendo mi camino, que se llevó también el premio
      al mejor director (Leo McCarey) y el mejor actor (Bing Crosby). El
      óscar a la mejor actriz fue para Ingrid Bergman por su
      interpretación en Luz de gas. El óscar al mejor
      corto de animación volvió a ser para Tom y Jerry, esta vez
      por "Mouse trouble". 
    
El 16 de marzo los estadounidenses
      declararon Iwo Jima segura, a pesar de que el general Kuribayashi
      seguía resistiendo en un desfiladero de 640 metros de largo en la
      punta noroccidental de la isla. Esa noche la aviación
      estadounidense bombardeo por segunda vez la ciudad japonesa de
      Kobe. Las bombas incendiarias provocaron tormentas de fuego que
      mataron al menos a 8.841 personas. Más de 650.000 personas se
      quedaron sin hogar y las casas de cerca de un millón de personas
      se vieron dañadas. Durante el bombardeo 96 cazas japoneses se
      enfrentaron a los aviones atacantes, pero sólo tres bombarderos
      fueron abatidos, y no está claro que fuera por mérito de los
      japoneses. Dos pilotos fueron hechos prisioneros, juzgados y
      condenados a muerte por "bombardeo indiscriminado". Uno de ellos,
      el sargento Algy S. Augunus, aprovechó la ocasión que se
      le dio de pronunciar unas últimas palabras para decir:
    
No les odio a ninguno de ustedes, porque han cumplido con su deber igual que yo cumplí con el mío. Lo único que quiero decir es que esta maldita guerra terminará pronto y habrá paz para siempre. Eso es todo.
En Nueva Guinea los australianos tomaron a los japoneses los
      campos de aviación de But y Dagua. 
    
Los polacos lograron entrar en la ciudadela de Kolberg y los
      alemanes se concentraron en defender el puerto.
    
Los soviéticos iniciaron un contraataque en Hungría y no tardaron
      en devolver a los alemanes a las posiciones que ocupaban cuando
      iniciaron la operación Despertar primaveral. Pero Hitler
      todavía creía que podía lograr una victoria.
    
La aviación aliada hundió un submarino italiano (ahora bajo
      bandera alemana) en Monfalcone.
    
Bitche y Haguenau fueron liberadas.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico cerca de la
      costa occidental de Escocia.
    
El 17 de marzo un submarino
      estadounidense hundió dos cargueros japoneses (Ikomasan Maru
      y Nanking Maru) en Fuchow (China). Otro hundió un
      petrolero tailandés (Samui) en Kuala Terengganu
      (Malasia).
    
En Moravia los soviéticos sólo habían hecho retroceder entre 6 y
      12 km a los alemanes en un frente de unos 15 km de ancho. Los
      objetivos previstos no se estaban cumpliendo y las bajas eran
      cuantiosas.
    
La marina alemana completó la evacuación de la bolsa de Kolberg.
      Unos 75.000 civiles habían sido evacuados de la zona. Ese día se
      abandonaron las principales líneas de defensa dejando sólo un
      pequeño número de tropas para cubrir la retirada.
    
Un submarino soviético hundió un carguero alemán (Margarethe
        Cords) ante la costa danesa.
    
El teniente general Hübner juzgó a otros dos condenados a muerte
      por el caso del puente de Remagen. El juicio duró 20 minutos y los
      dos acusados tuvieron 45 minutos para escribir a sus familias
      antes de ser escoltados a un bosque cercano, donde fueron abatidos
      de un tiro en la nuca.
    
Ese día se lanzaron desde los Países Bajos 11 cohetes V-2 contra
      el puente de Remagen. Uno cayó en Colonia, unos 200 km al norte de
      su objetivo, otro en Oedingen, donde mató a tres soldados
      estadounidenses y a varios civiles alemanes, otro cayó en Remagen
      a las 12:20, pero a 270 metros del puente, donde mató a 3 soldados
      e hirió a otros 30. El puente siguió intacto. No obstante, a las
      15:00 acabó derrumbándose de forma inesperada, matando a 33
      ingenieros estadounidenses e hiriendo a 63. Pa entonces los
      estadounidenses ya habían construido otros dos puentes en las
      cercanías. Hasta el momento, unos 25.000 soldados estadounidenses
      habían cruzado el Rin.
    
Por la noche un escuadrón de seis submarinistas bajo el mando de
      Otto Skorzeny trató de poner minas en el puente. El agua del Rin
      estaba a unos 5 grados centígrados y los submarinistas tuvieron
      que desplazarse unos 17 km hasta llegar al puente. Cuando llegaron
      se enteraron de que se había derrumbado y Skorzeny ordenó que
      volaran otro de los puentes construidos por los estadounidenses,
      pero fueron descubiertos por una nueva arma secreta británica,
      unos tanques equipados con potentes focos. Dos hombres rana
      murieron de hipotermia, dos fueron abatidos y los otros dos fueron
      capturados. Sus verdugos vaciaron sus bolsillos, rompieron las
      cartas que habían escrito a sus familiares y los enterraron
      superficialmente en el lugar.
    
La aviación británica hundió dos cargueros alemanes (Iris
      y Remagen) y uno noruego (Log) en Ålesund
      (Noruega).
    
El 18 de marzo la flota estadounidense
      atacó 45 campos de aviación japoneses en Kyusu, la tercera y más
      meridional de las grandes islas del archipiélago japonés. Los
      japoneses respondieron con ataques kamikaze y
      convencionales que dañaron ligeramente dos portaaviones y más
      gravemente el USS Yorktown, que recibió un impacto que
      mató a 5 tripulantes e hirió a otros 26. Por otra parte, 110
      aviones japoneses fueron derribados.
    
Todos los colegios y universidades japoneses fueron clausurados y
      se dispuso que todos los japoneses a partir de los seis años
      colaboraran en el esfuerzo bélico en la medida de sus
      posibilidades.
    
La aviación estadounidense hundió un transporte (Kenyo Maru)
      y un petrolero japonés (Nansei Maru) en el mar de la China
      Oriental. Un submarino estadounidense hundió un carguero japonés (Tsukushi
        Maru) al sur del archipiélago japonés.
    
Entre Luzón y Mindanao hay un grupo de islas que conforman la
      región filipina de Visayas. Unos 23.000 guerrilleros
      filipinos bajo el mando del coronel Macario Peralta
      controlaban ya la mayor parte de Panay, y ahora se les unían los
      marines que empezaron a desembarcar sin oposición en Tigbauan,
      cerca de Iloilo, donde se concentraba la guarnición
      japonesa.
    
En Meiktila los japoneses estaban cada vez más cerca de las pistas de aviación, así que los vuelos tuvieron que ser suspendidos. Los suministros pasaron a ser lanzados en paracaídas.
Los alemanes evacuaron con éxito Kolberg. El 80% de la ciudad
      había quedado destruido. Los comunistas polacos contaron 1.206
      muertos y unos 3.000 heridos en sus filas.
    
El Almirante Scheer llegó finalmente a Kiel para ser
      reparado.
    
En el cielo de Berlín tuvo lugar una batalla entre 1.329
      bombarderos aliados y 700 cazas que se enfrentaron a los Messerschmitt
Me
        262, los aviones a reacción de la Luftwaffe, armados
      con cohetes. El resultado fue que los aliados perdieron 6 cazas y
      13 bombarderos, mientras que los alemanes sólo perdieron 2
      aparatos. Pese a ello, unas 3.000 toneladas de explosivos cayeron
      sobre la capital alemana.
    
A las 3:00 un destructor y dos torpederas alemanas regresaban de
      sembrar minas al norte de Córcega cuando la flotilla fue detectada
      por los radares aliados. Dos destructores británicos que
      patrullaban cerca acudieron en su busca. Los torpedos británicos,
      guiados por radar, impactaron en ambas torpederas. Una se quedó
      cubriendo la retirada de los otros dos barcos. Tras haber recibido
      40 impactos, se incendió y se hundió poco después de las 4:00. Los
      otros dos barcos seguían bajo el alcance del radar. La segunda
      torpedera no tardó en hundirse bajo el fuego de uno de los
      destructores. El destructor alemán logró huir con daños.
    
Ese día se estrenó en Madrid la comedia Tú y yo somos tres,
      de Enrique Jardiel Poncela. Unos meses más tarde se estrenarían El
pañuelo
        de la dama errante y El amor del gato y del perro.
      Además, su comedia Es peligroso asomarse al exterior fue
      llevada al cine.
    
Destructores estadounidenses hundieron un submarino alemán cerca
      de la costa canadiense.
    
A las 6:18 del 19 de marzo la flota
      estadounidense lanzó una oleada de 20 aviones hacia los campos de
      aviación de Kure, en Japón, pero 40 cazas japoneses salieron a su
      encuentro y se libró una batalla aérea en la que 6 aviones
      estadounidenses y 4 japoneses fueron derribados. A las 7:08,
      cuando el portaaviones USS Frankin estaba lanzando su
      segunda oleada de aviones, un avión japonés logró llegar hasta él
      sin ser detectado y lanzó dos bombas. Se desataron varios
      incendios y las bombas cargadas en algunos aviones estallaron. La
      tripulación logró salvar el barco, pero hubo 742 muertos y 265
      heridos. A las 7:10 otro avión logró lanzar una bomba sobre el
      portaaviones USS Wasp. El proyectil traspasó la cubierta y
      llegó hasta la cocina, donde mató a varios cocineros y ayudantes
      que estaban preparando el desayuno. Se desató un incendio que pudo
      ser controlado en 15 minutos, pero hubo 101 muertos y 269 heridos.
      A las 8:00 un kamikaze causó daños leves.
    
Mientras tanto, 158 bombarderos y 163 cazas llegaron a Kure,
      donde se encontraba una flota japonesa con al menos 3 acorazados,
      4 portaaviones y otros 10 barcos más. En portaaviones Ryūhō
      recibió el impacto de tres bombas y dos cohetes que causaron
      bastante daño y mataron 20 tripulantes. El acorazado Hyūga
      recibió un impacto que mató a 40 tripulantes, mientras que el
      acorazado Ise recibió dos impactos. El Haruna fue
      alcanzado por una bomba que causó daños leves. El Yamato
      fue alcanzado por una bomba que estalló en el puente. El
      portaaviones Kaiyō se inundó y estuvo a punto de volcar.
      El portaaviones Katsuragi también fue inundado y el Amagi
      recibió una bomba en la cubierta de vuelo. El crucero ligero Ōyodo
      recibió tres impactos y evitó hundirse gracias a que fue remolcado
      A lo largo del día, los combates aéreos acabaron con el saldo de
      14 aviones estadounidenses derribados frente a 25 japoneses.
    
El balance del ataque fue negativo. Teniendo en cuenta el número
      de aviones implicado, los daños en la flota japonesa fueron
      escasos. Ningún barco japonés resultó hundido y sólo un
      portaaviones de escolta y un crucero ligero habían sufrido daños
      de consideración. Ese mismo día Kobe y Nagoya fueron también
      bombardeadas.
    
Un submarino estadounidense hundió dos transportes japoneses (Hakozaki
        Maru y Tatsuharu Maru) cerca de Shanghái.
    
En Birmania los británicos tomaron Mogok.
    
La Unión Soviética informó a Turquía de que no tenía intención de
      renovar el pacto de no agresión que habían firmado en 1925 cuando
      expirara en noviembre. Stalin quería el control de los estrechos
      que conectan el mar Negro con el Mediterráneo.
    
Todos los submarinos alemanes desplegados en el Báltico
      recibieron órdenes de abandonar la zona y desplazarse hacia el
      oeste. La aviación soviética hundió un carguero alemán (Lisa
        Essberger) en Pomerania. El ejército Rojo había llegado a
      las afueras de Zoppot y los alemanes se habían tenido que replegar
      sobre Danzig.
    
Tras duras luchas en las ciudades de  Drávaszabolcs,
      Drávapalkonya y Drávacsehi, los soviéticos
      completaron su contraataque en Hungría. Como consecuencia los
      alemanes habían empezado a evacuar una cabeza de puente sobre el Drava
      en Donji Miholjac.
    
Albert Speer llevaba un tiempo tratando de convencer a Hitler de
      que dejara de ordenar la demolición de infraestructuras alemanas
      por el riesgo de que cayeran en manos enemigas, pues eran
      imprescindibles para prolongar el esfuerzo bélico. Hitler no sólo
      no le hizo caso, sino que ese día promulgó el Decreto sobre
        demoliciones en el territorio del Reich, en el que se leía:
    
Es un error creer que las instalaciones de transporte y comunicaciones, los centros industriales y los depósitos de abastecimiento que no han sido destruidos o que sólo han sido puestos fuera de servicio temporalmente puedan volver a utilizarse para nuestros propios fines cuando se haya recuperado el territorio perdido. El enemigo no nos dejará más que tierra quemada cuando se retire, sin prestar la menor atención a la población. Por lo tanto ordeno:
1) Todas las instalaciones de comunicaciones y transporte militar, centros industriales y depósitos de suministros, así como cualquier otra cosa de valor dentro del territorio del Reich, que puedan ser utilizados de alguna manera por el enemigo inmediatamente o en un futuro previsible para continuar la guerra deberá ser destruido. [...]
Speer quedó petrificado al leerlo y empezó a pensar que Hitler
      estaba loco. Sin embargo, no puso objeciones y logró que Hitler le
      encargara en exclusiva ponerlo en práctica. Pero lo que hizo fue
      convencer a generales y autoridades locales para que no lo
      aplicaran. No era la primera vez que este tipo de órdenes de
      Hitler no se cumplían. También había ordenado arrasar París antes
      de abandonarlo. El decreto fue conocido como el decreto Nerón.
      Ese mismo día los alemanes volaron todos los puentes sobre el Rin
      que todavía estaban en su poder.
    
Ese día los "autobuses blancos" iniciaron una segunda etapa en la
      recolección de prisioneros escandinavos, que llegó hasta campos de
      concentración más alejados, como el de Dachau o el de Mathausen, a
      distancias mucho mayores (Dachau estaba a unos 800 km). Los
      prisioneros que encontraron estaban en condiciones mucho peores
      que los anteriores. Una enfermera relató:
    
En mis doce años de experiencia como enfermera nunca había visto tanta miseria como la que me encontré aquí. Piernas, espaldas, cuellos llenos de heridas tales que un sueco medio habría estado de baja por una sola de ellas. En un prisionero conté veinte y no se quejaba.
La primera misión recogió 550 prisioneros. Sin embargo, en contra
      de lo acordado, los alemanes no dejaron a los suecos entrar en
      Neuengamme para atender a los prisioneros, porque no querían que
      se vieran las condiciones del campo. En su lugar, los prisioneros
      tenían que andar hasta los autobuses para reicibir alimento y
      asistencia médica.
    
Cuando terminó la guerra civil Española, Juan de Borbón, el
      candidato al trono de España, había alabado entusiastamente a
      Franco. Luego, al ver que éste no restauraba la monarquía, había
      tratado de relacionarse con la Alemania nazi para que ésta
      presionara a Franco a hacerlo, pero Hitler no se había mostrado
      interesado. Ahora que veía que Franco no tenía ninguna intención
      de reconocerlo como rey y que los aliados iban perdiendo la
      guerra, don Juan descubrió que:
    
Hoy, pasados seis años desde que finalizó la guerra civil, el régimen implantado por el General Franco, inspirado desde el principio en los sistemas totalitarios de las potencias del Eje, tan contrario al carácter y a la tradición de nuestro pueblo, es fundamentalmente incompatible con las circunstancias que la guerra presente está creando en el mundo. La política exterior seguida por el Régimen compromete también el porvenir de la Nación.
Esto es parte del Manifiesto de Lausana, que hizo público
      ese día, cuyo núcleo era el siguiente:
    
Por estas razones, me resuelvo, para descargar mi conciencia del agobio cada día más apremiante de la responsabilidad que me incumbe, a levantar mi voz y requerir solemnemente al General Franco para que, reconociendo el fracaso de su concepción totalitaria del Estado, abandone el poder y dé libre paso a la restauración del régimen tradicional de España, único capaz de garantizar la religión, el orden y la libertad.
La prensa española no se enteró del manifiesto, pero sí la BBC,
      que lo difundió.
    
Wissembourg y Lauterbourg fueron liberadas, con lo que la
      presencia alemana en Francia se reducía ya a unas pocas
      fortalezas, como Lorient, Saint-Nazaire y Dunkerque.
    
Un submarino británico hundió un carguero alemán (Sirius)
      en el mar de Noruega.
    
Lanchas alemanas hundieron dos cargueros británicos (Crichtoun
      y Rogate) en el mar del Norte.
    
En la conferencia de Yalta se había acordado que los Estados
      Unidos transferirían barcos a la Unión Soviética para que ésta
      estuviera en condiciones de declarar la guerra a Japón. Esto no
      sucedería hasta unos meses después de la derrota de Alemania, por
      lo que la transferencia (que incluía el adiestramiento de marinos
      soviéticos) debía hacerse en el más absoluto secreto. Cuando el
      plan acabó de concretarse, se había acordado que un total de 180
      barcos serían transferidos (30 fragatas, 60 dragaminas, 30
      barcazas de desembarco de infantería, 56 cazasubmarinos y 4
      factorías flotantes). El lugar elegido fue Cold Bay, en
      Alaska. Durante los últimos meses se había acondicionado una
      antigua base naval a la que ahora llegaba el oficial
      estadounidense al mando, el capitán William S. Maxwell.
    
El 20 de marzo la flota estadounidense
      se alejó un poco de Japón, pero siguió enviando aviones a destruir
      la aviación japonesa. En los dos días anteriores los pilotos
      estadounidenses afirmaron haber destruido 223 aviones en el aire y
      250 en tierra. Por la tarde la flota sufrió un ataque kamikaze.
      Un avión se estrelló sobre el destructor USS Halsey Powell,
      pero no causó daños relevantes. Más grave fue el daño que sufrió
      el portaaviones USS Enterprise a causa de un impacto
      accidental procedente de la artillería antiaérea de otro barco
      estadounidense. La cubierta de vuelo quedó inutilizada.
    
Los estadounidenses tomaron Iloilo en la isla filipina de Panay, y al mismo tiempo ocuparon la isla de Guimaras sin encontrar resistencia japonesa.
Un submarino estadounidense hundió dos petroleros japoneses (Hosen
        Maru y Nanshin Maru) cerca de la Indochina francesa.
    
Submarinos alemanes hundieron dos cargueros estadounidenses (Horace
        Bushnell y Thomas Donaldson) en el mar de Barents,
      cerca de la Unión Soviética.
    
Los soviéticos tomaron Braunsberg. La bolsa de
      Heiligenbeil estaba fragmentada en varios grupos de unidades
      alemanas faltas de personal.
    
Para entonces Hitler entendió que no había sido buena idea
      encargar tal responsabilidad a un inepto, y ese día sustituyó a
      Himmler por el general Gotthard Heinrici. Hitler confiaba
      cada vez en menos gente. Ese día Hitler apareció en un acto
      público de entrega de medallas a soldados de las Juventudes
        Hitlerianas. 
    
451 bombarderos y 355 cazas estadounidenses bombardearon el
      puerto de Hamburgo. Varios barcos fueron destruidos, entre ellos
      un submarino y dos cargueros (Isar y Nordwest).
    
Las tropas de Patton capturaron Maguncia, ciudad atravesada por
      el Rin. Patton se había propuesto cruzar el río antes que
      Montgomery. Más al oeste, franceses y estadounidenses capturaron Saarbrücken,
      junto a la frontera francesa. La Luftwaffe envió 300
      aviones, incluyendo algunos Messerschmitt 262, que
      provocaron daños menores antes de ser neutralizados por la
      artillería antiaérea, que abatió 8 aparatos.
    
Como reacción al Manifiesto de Lausana, Franco convocó el Consejo
      Superior del Ejército, que estuvo reunido tres días. El general
      Kindelán se mostró partidario de restaurar la monarquía, y la
      respuesta de Franco fue tajante: Mientras yo viva nunca seré
        una reina madre. 
    
El 21 de marzo los marines
      estadounidenses destruyeron el puesto de mando japonés en Iwo Jima
      con cuatro toneladas de explosivos.
    
Esa tarde 41 aviones japoneses trataron de atacar a la flota
      estadounidense, pero 150 cazas se encargaron de rechazarlos,
      provocando cuantiosas bajas. Los portaaviones Franklin,
        Enterprise y Yorktown se retiraron para ser
      reparados, si bien los daños del Franklin eran tales que
      ya no volvió a entrar en combate.
    
Los japoneses trataron de usar una nueva arma secreta, los Yokosuka
MXY-7
        Ohka (Yokosuka era la empresa que los fabricaba y Ohka
      significa cerezo en flor). Eran unos planeadores suicidas que
      debían ser transportados por bombarderos hasta la proximidad del
      objetivo, entonces los pilotos suicidas debían dirigir el
      planeador hasta apuntar bien al blanco para acto seguido activar
      un motor de propulsión que lanzaría el planeador imparable como un
      cohete. Ese día 16 bombarderos cargados con planeadores volaban
      hacia la flota estadounidense, pero cuando todavía estaban a casi
      100 km de la flota fueron interceptados por la aviación
      estadounidense, que los abatió a todos. Los pilotos notaron que
      los aviones japoneses volaban a una velocidad extrañamente baja y
      que llevaban una carga no menos extraña, pero no le dieron
      importancia.
    
Los estadounidenses ocuparon sin combatir la isla filipina de Inampulagan,
      en la región de Visayas.
    
En China se inició una gran batalla entre las provincias de Henan
      y Hubei.
    
La aviación estadounidense hundió dos cargueros japoneses (Fushimi
        Maru y Motoyama Maru) cerca de la costa vietnamita.
    
En Birmania los británicos habían planeado entrar en Mandalay a
      través de las alcantarillas, pero cuando lo hicieron se
      encontraron con que los japoneses habían abandonado la ciudad,
      también usando el alcantarillado en la dirección opuesta.
    
La aviación británica bombardeó Bremen y un destructor alemán
      resultó hundido. En Hamburgo 159 aviones destruyeron una refinería
      de petróleo, que quedó inutilizada hasta el final de la guerra.
    
La resistencia danesa llevaba un tiempo pidiendo a los aliados
      que bombardearan el cuartel general de la Gestapo en
      Copenhague. Durante un tiempo, los británicos se habían resistido
      por la dificultad de la operación, ya que el edifico estaba en
      pleno centro de la ciudad. Finalmente, tras varias semanas de
      preparación, con maquetas a escala del edificio para adiestrar a
      los pilotos, se llevó a cabo la operación, con tres oleadas de
      seis cazabombarderos volando casi a la altura de los tejados. En
      la primera oleada un avión chocó con una farola y cayó a tierra
      sobre una escuela, donde se desencadenó un incendio. Esto hizo que
      otros aviones creyeran que el edificio incendiado era el blanco y
      bombardearon la escuela también. El objetivo de la misión se
      cumplió con éxito: el cuartel general fue reducido a ruinas, los
      archivos de la Gestapo fueron destruidos, 55 soldados
      alemanes, 47 empleados daneses de la Gestapo y 8
      prisioneros  murieron, pero otros 18 prisioneros aprovecharon
      para escapar. Sin embargo, en el colegio cercano, 86 niños y 18
      adultos (en su mayoría, monjas) murieron.
    
El puerto de Venecia se había convertido en la principal entrada
      de suministros para la República Social Italiana, así que la RAF
      organizó una misión para bombardearlo. Recibió el nombre de Operación
        bombín, para recordar a los responsables que acabarían
      llevando bombín (es decir, que serían expulsados del ejército) si
      dañaban los monumentos de la ciudad. El bombardeo se hizo en
      picado, de modo que las bombas caían verticalmente sobre el
      puerto. Ningún edificio de la ciudad resultó dañado más allá de
      algunas ventanas rotas. Los civiles se subían tranquilamente a los
      tejados para ver el bombardeo. Varios barcos resultaron hundidos,
      al igual que la infraestructura portuaria, incluyendo un centro
      submarino para el adiestramiento de hombres-rana y torpedos
      humanos.
    
Submarinos alemanes hundieron dos cargueros estadounidenses (James
Eagan
        Layne y John R. Park) cerca de la costa británica.
    
Roosevelt recibió un telegrama de su embajador en la Unión
      Soviética, en el que decía: 
    
Debemos hacernos a la idea de que el programa soviético es establecer un totalitarismo que termine con la libertad y la democracia tal y como la conocemos.
El 22 de marzo el presidente
      colaboracionista de la Segunda República Filipina, José P. Laurel,
      que a finales del año anterior había abandonado Manila para
      refugiarse en Baguio, salía ahora rumbo a Taiwán.
    
En Birmania los británicos tomaron Myingyan tras cuatro
      días de lucha. Inmediatamente repararon el puerto y las vías
      férreas para incorporarlos a su red logística.
    
Los soviéticos habían sido informados de que las negociaciones
      con el general Wolff sobre la posible rendición de las tropas
      alemanas en Italia se estaban desarrollando sin la participación
      soviética, así que Mólotov escribió una carta al embajador
      estadounidense en la que se leía:
    
Durante dos semanas, a espaldas de la Unión Soviética, han tenido lugar negociaciones entre representantes del mando militar alemán y representantes del mando estadounidense y británico. El gobierno soviético considera esto absolutamente inadmisible.
Fue el principio de unas tensiones que dieron lugar a varios
      mensajes cruzados entre Roosevelt y Stalin. El presidente
      estadounidense negó en todo momento que se estuvieran produciendo
      negociaciones (sólo se estaba investigando la posibilidad de
      contactar con autoridades alemanas del nivel necesario para
      entablar negociaciones) y Stalin insistía con tacto en que sabía
      que no era así.
    
Ese día se fundó en El Cairo la Liga Árabe, integrada por
      Egipto, Iraq, Transjordania, Líbano, Arabia Saudí y Siria. Para
      celebrarlo fueron ahorcados Eliyahu Hakim y Eliyahu Bet-Zuri, los
      dos terroristas judíos que el año anterior habían asesinado a Lord
      Moyne. Murieron cantando la Hatikvah. 
    
La aviación soviética hundió un carguero alemán (Mendoza)
      en el Báltico.
    
Heiligenbeil fue atacada con bombas de fósforo.
    
Pavle Đurišić se había entrevistado con Draža Mihailović en
      Bosnia, donde Đurišić discrepó abiertamente de las decisiones que
      estaba tomando Mihailović. Éste quería volver a Servia (porque los
      comunistas le habían suministrado información falsa sobre que
      había un gran número se servios insatisfechos con los comunistas
      que podrían unirse a sus filas), mientras que Đurišić había
      decidido ir a Eslovenia para conseguir protección aliada frente a
      los soviéticos (que también eran aliados, pero está claro el
      matiz). Varios comandantes chetnik abandonaron a
      Mihailović para seguir a Đurišić. Para llevar a cabo su plan,
      Đurišić tenía que atravesar Croacia, así que entabló negociaciones
      con  Sekula Drljević, un montenegrino que
      había pasado la mayor parte de la guerra tratando de organizar un
      estado de Montenegro independiente con la ayuda de los alemanes y
      de la Ustacha, y aún no había perdido la esperanza. Ese día se
      firmó un acuerdo en Zagreb entre representantes de Drljević y
      Đurišić por el que éste reconocía a aquél como líder montenegrino
      supremo, así como a su gobierno no reconocido por nadie, y también
      la incorporación al ejército montenegrino de los chetnik
      montenegrinos. A cambio, Đurišić mantendría el mando del nuevo
      ejército y los heridos que viajaban con él recibirían asistencia.
    
En realidad, ninguno de los firmantes del pacto estaba siendo
      sincero. Lo que quería Drljević era fragmentar a los chetnik,
      que eran unionistas y se oponían a cualquier fragmentación de
      Yugoslavia, así como conseguir una posición de fuerza aparente que
      le diera influencia sobre los alemanes, la Ustacha quería
      usar el acuerdo para tender una trampa a Đurišić y capturarlo para
      ajustar cuentas con él, y Đurišić quería estar en condiciones de
      moverse hacia Eslovenia sin tener que enfrentarse a la Ustacha
      ni a las fuerzas del Estado Independiente de Croacia, con las
      que la Ustacha tenía buenas relaciones.
    
Los supervivientes de la operación Despertar primaveral
      se retiraron a Viena. Hitler puso a Albert Kesselring en lugar de
      Gerd von Rundstedt al mando de las tropas en el frente occidental.
      Las tropas alemanas en Italia quedaron bajo el mando del general Heinrich
von
        Vietinghoff.
    
Para entonces los estadounidenses habían construido un tercer
      puente sobre el Rin en Honningen, 9 km río arriba de
      Remagen. En su avance por el Palatinado, en los últimos cinco días
      Patton había capturado más de 68.000 alemanes. En principio, se
      había planeado que fueran las tropas de Montgomery las que
      cruzaran el Rin más al norte, mientras que las tropas
      estadounidenses al sur tenían que limitarse a mantener el frente
      en el río. Sin embargo, la toma de Remagen convenció a Eisenhower
      de que era posible aprovechar mejor la situación, así que ese día
      dio permiso a Patton para cruzar en Rin cuando estuviera
      dispuesto. Era justo lo que Patton estaba esperando. Se proponía
      aventajar a Montgomery y conseguir que Eisenhower le encomendara
      la dirección del avance por Alemania. Para eso tenía que actuar
      deprisa. En realidad, el día anterior, en previsión de que
      Eisenhower le daría el permiso que había solicitado, ya había
      dispuesto que sus hombres estuvieran preparados para cruzar el Rin
      esa misma noche, un día antes que Montgomery.
    
Patton se encontraba en Maguncia. Al sur el río Meno afluye al
      Rin, por lo que el lugar más adecuado para cruzar el río era al
      norte de la ciudad, pues al sur hacía falta cruzar dos ríos en vez
      de uno. Pero Patton sabía que los alemanes lo sabían, así que
      decidió simular un cruce al norte mientras el grueso de sus tropas
      cruzaba por el sur. Esa noche, las primeras embarcaciones
      empezaron a cruzar el Rin en Nierstein. No encontraron
      resistencia. Siete alemanes sorprendidos se rindieron y accedieron
      a remar ellos mismos, sin escolta, hasta el otro lado del río,
      para ser detenidos. En Oppenheim no fue tan fácil. Cuando
      las embarcaciones estaban a mitad de camino empezaron a recibir
      fuego de ametralladora. A medida que iban llegando a la orilla,
      los estadounidenses atacaban las posiciones alemanas y, tras media
      hora de combate, los alemanes se rindieron. A medianoche las
      distintas unidades se movían por el margen oriental del río
      organizándose y preparando ataques a las localidades cercanas.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (Empire
        Kingsley) en el Atlántico.
    
Ese día se estrenó Sin amor, una comedia protagonizada
      por Spencer Tracy y Katharine Hepburn. Las críticas fueron tibias,
      pero un estreno de Hepburn y Tracy siempre atraía público, y la
      recaudación no fue mala.
    
El 23 de marzo la aviación
      estadounidense hundió un transporte japonés (Kachosan Maru)
      en el que murieron 1.300 soldados y 122 tripulantes. Un submarino
      estadounidense hundió otro transporte (Doryo Maru) en el
      que murieron 262 soldados y 60 tripulantes. Un destructor embistió
      y hundió a un submarino japonés. La aviación estadounidense empezó
      una serie de bombardeos sobre Okinawa.
    
Tras varias semanas de intensa lucha, el centro de las líneas
      japonesas en Mindanao se quebró finalmente, y los estadounidenses
      pasaron los días siguientes despejando la zona. En Luzón los
      estadounidenses liberaron San Fernando.
    
En Birmania los británicos tomaron Wundwin.
    
Mihailović se enteró de acuerdo que Đurišić acababa de firmar con los separatistas montenegrinos y la Ustacha, e inmediatamente comunicó a los comandantes chetnik que Đurišić era un traidor y que no había que prestarle ninguna clase de ayuda. Al contrario, anunció un consejo de guerra contra él y añadió que informaría a los aliados de su alianza con la Ustacha. Al enterarse de esta reacción, Đurišić puso en marcha a sus hombres. Según el acuerdo firmado con Drljević, Đurišić estaba dirigiendo a soldados del "ejército montenegrino" y debía llevarlos a la región de Eslavonia, en Croacia, pero claramente se dirigía hacia el oeste, hacia Eslovenia. Drljević interpretó esto como una violación del acuerdo e informó a las autoridades croatas, que inmediatamente enviaron fuerzas (una mezcla de soldados croatas y la Ustacha) a una carretera en la que interceptarían el paso a Đurišić.
La aviación británica hundió un carguero noruego (Lysaker)
      y otro alemán (Rotenfels) ante la costa noruega.
    
Ese día Hitler aprobó una retirada al margen oriental del Rin,
      pero se daba la circunstancia de que apenas quedaban tropas
      alemanas en el margen occidental. Estaba defendido por 65 hombres.
    
Las fuerzas de Patton habían seguido cruzando el Rin sin grandes
      contratiempos. Las poblaciones vecinas cayeron sin apenas ofrecer
      resistencia y los contraataques alemanes fueron repelidos
      fácilmente. Los alemanes carecían de hombres y medios para hacer
      frente a la invasión. A lo largo de la mañana fueron cruzando
      tanques y destructores de tanques y por la tarde ya había un
      puente flotante abierto al tráfico. A medianoche la cabeza de
      puente se adentraba 8 km en el margen oriental del río. Ese día
      Patton informó a Omar Bradley de que sus fuerzas habían cruzado el
      Rin sin necesidad de apoyo aéreo, artillería o paracaidistas, y ya
      había capturado a unos 19.000 soldados alemanes. Esto lo decía con
      retintín, porque Montgomery había elaborado un minucioso plan para
      cruzar el Rin, que iba a ponerse en práctica esa misma noche, que
      requería todos esos elementos y más. Bradley, que compartía con
      Patton su animadversión hacia Montgomery, se aseguró de difundir
      la noticia en términos similares, para que la comparación fuera
      más odiosa.
    
En efecto, Montgomery había considerado que para cruzar el Rin
      necesitaba más de un millón de soldados, incluyendo paracaidistas,
      y más de 5.000 piezas de artillería, todo para enfrentarse a unos
      69.000 alemanes provistos de 45 tanques. La operación había sido
      precedida por una campaña de bombardeos aéreos destinada a
      destruir las infraestructuras y redes de comunicaciones alemanas.
      Finalmente, a las 21:00 una división empezó a cruzar el río cerca
      de Rees, si bien se trataba de una maniobra de distracción
      para alejar a los alemanes de otros dos puntos de cruce más al
      sur. Las primeras oleadas cruzaron el río sin encontrar mucha
      resistencia.
    
Tropas francesas atacaron un fuerte que dominaba el Paso del
        Pequeño San Bernardo en los Alpes, en la frontera entre
      Francia e Italia, que los italianos habían ocupado cinco años
      atrás.
    
Un submarino alemán hundió un carguero estadounidense (Charles
        D. McIver) ante la costa belga.
    
Un submarino alemán trató de embestir una fragata canadiense en
      el Atlántico, pero resultó dañado en la maniobra y la nave tuvo
      que ser hundida. Los supervivientes tuvieron que ser rescatados
      por otra fragata canadiense.
    
Ese día llegaron a Cold Bay los primeros representantes
      soviéticos para organizar el entrenamiento de marinos soviéticos.
      El capitán Maxwell consideraba que sería necesario un largo
      entrenamiento en tierra antes de que los soviéticos estuvieran en
      condiciones de empezar a entrenarse en el mar, pero los oficiales
      soviéticos no estuvieron de acuerdo y se negoció un plan de acción
      intermedio.
    
El 24 de marzo la aviación
      estadounidense atacó un convoy japonés cerca de Shanghái y hundió
      tres cargueros (Kaijo Maru, Koshu Maru y Soka Maru),
un
      buque de escolta y otros barcos menores.
    
Los marines estadounidenses sellaron con explosivos las cuevas
      del norte de Iwo Jima, que servían de refugio a los japoneses.
    
La aviación soviética hundió un carguero alemán (Butyardingen)
      en el Báltico.
    
El Ejército Rojo inició una nueva acometida en Moravia, esta vez
      con más éxito que la precedente. Atacando a la vez desde el norte
      y el este, las líneas defensivas alemanas fueron penetradas en un
      área de 20 km de ancho por 7 de profundidad. Un contraataque
      alemán resultó inefectivo.
    
La aviación aliada hundió un barco de pasajeros alemán (Robert
        Ley) en Hamburgo, un carguero (Weser) en Danzig y
      otro más (Thetis) en Noruega, junto con un carguero noruego
      (Sarp).
    
Montgomery continuaba con su operación de cruce del Rin. A las
      2:00 se inició el segundo cruce en Xanten, entre Wessel y
      Rees y posteriormente una división de infantería estadounidense
      cruzó al sur de Wessel. El bombardeo previo había causado tal
      efecto que apenas hubo resistencia. Las tropas se desplegaron en
      el margen oriental y tomaron las localidades cercanas también sin
      apenas oposición. A las 9:00 empezaron a despegar los aviones que
      transportaban paracaidistas, y sobre las 10:00 empezaron a tomar
      tierra. Montgomery había decidido que la misión requería dos
      divisiones de paracaidistas (una británica y otra estadounidense)
      que sumaban más de 16.000 hombres. Nunca tantos habían sido
      lanzados a lo largo de un mismo día en una misma zona. Sobre las
      14:00 todas las unidades habían alcanzado sus objetivos previstos.
      Las bajas fueron de unos 2.500 hombres, pero habían capturado unos
      3.500 soldados alemanes (el número de bajas alemanas se
      desconoce). Los paracaidistas habían capturado varios puentes
      sobre el Issel, aunque uno tuvo que ser destruido para
      evitar que lo retomaran los alemanes, habían capturado la ciudad
      de Hamminkeln, que era el objetivo de mayor importancia
      estratégica en la zona, y habían despejado varias zonas de la
      orilla oriental del Rin. A medianoche los paracaidistas
      estadounidenses ya habían tendido un nuevo puente sobre el río.
    
Ante el avance estadounidense y francés, las tropas alemanas en
      el Palatinado renano se replegaron a la orilla oriental del Rin,
      con lo que completaron la retirada que Hitler había autorizado el
      día anterior. En el transcurso de la operación los alemanes habían
      perdido 113.000 hombres, muchos de ellos hechos prisioneros. Los
      aliados habían contado 681 muertos y unos 4.500 heridos.
    
Ese día se estrenó el cortometraje de dibujos animados Vivir
        con plumas, de la serie Fantasías animadas de la Warner
        Bros, en el que aparece por primera vez el gato Silvestre.
      
    
El 25 de marzo, al amanecer, unos 300
      japoneses lanzaron una carga banzai en Iwo Jima, que dio
      lugar a una lucha de unos 90 minutos que se saldó con 53 japoneses
      muertos y 120 heridos. No fue una carga típica, pues se acercaron
      en silencio a un campamento estadounidense y aprovecharon la
      sorpresa y la confusión para matar a soldados en sus tiendas
      mientras dormían. Se dice que el general Kuribayashi dirigió el
      combate, pero desprovisto de sus insignias para luchar como un
      soldado más. Otras versiones dicen que se había hecho el kara-kiri
      esa mañana.
    
El año anterior, la NKVD había convertido un campo de
      concentración nazi en Rembertów (en Polonia) en un campo
      de concentración comunista, donde había estado recolectando
      anticomunistas polacos. A los habitantes de la zona, que podían
      ver desde lo lejos cómo los prisioneros eran tenidos a menudo a la
      intemperie y eran víctimas de malos tratos, los soviéticos les
      decían que los prisioneros eran alemanes, e incluso trataban de
      disimular dándoles órdenes en mal alemán. Ese día salió el primer
      tren con unos 1.000 polacos destinados a Siberia. La cuarta parte
      no sobrevivió a las condiciones del viaje.
    
Los soviéticos tomaron Heiligenbeil al asalto y la ciudad quedó
      casi completamente destrozada. La artillería soviética hundió un
      barco de pasajeros noruego (Leda) en la desembocadura del
      Óder.
    
Esa noche tropas soviéticas y húngaras lanzaron un ataque por
      sorpresa en el río Hron, un afluente del Danubio en
      Eslovaquia, abriendo una brecha en el frente de 17 km de ancho.
    
650 bombarderos escoltados por cazas atacaron Praga en 12
      oleadas. El objetivo eran tres campos de aviación militares y una
      zona industrial al este de la ciudad. Se eligió un domingo
      (domingo de Ramos) para que la mayor parte de las fábricas
      estuvieran cerradas y reducir así el número de víctimas civiles.
      El ataque provocó 235 muertos y 417 heridos. Además, 90 edificios
      fueron destruidos y más de un millar resultaron dañados. Los cazas
      de escolta abatieron un Messerschmitt 262 alemán.
    
El ejército de Patton cruzó el Rin al norte de Boppard.
      Más al este, ese día iniciaron un ataque contra la ciudad de
      Aschaffenburg, designada por Hitler como fortaleza, lo que
      significaba que no podía ser abandonada sin su permiso directo.
    
La cabeza de puente de Remagen intentó romper las líneas alemanas
      que trataban de contenerla presionando en todas direcciones con
      resultados diversos que resultaron en avances de hasta 19 km según
      la zona.
    
Ese día Churchill y Montgomery visitaron a Eisenhower. Después de
      comer fueron a una casa con vistas al Rin, en una zona que los
      alemanes habían dejado sin defensas en la orilla oriental. Cuando
      Eisenhower se marchó, Churchill, Montgomery y un grupo de
      oficiales estadounidenses y guardias armados cruzaron el Rin en
      una lancha y durante 30 minutos pasearon por territorio enemigo
      sin que nadie les molestara. Eisenhower diría más adelante que, de
      haber estado presente, nunca habría consentido semejante
      temeridad.
    
Poco después de la toma de Aquisgrán, los aliados establecieron
      un gobierno provisional. Con la mediación del obispo de Aquisgrán,
      pudieron ponerse en contacto con un grupo de empresarios, uno de
      los cuales, Franz Oppenhoff, se ofreció a ser nombrado
      alcalde. Su toma de posesión se hizo discretamente, sin
      fotógrafos, y el nombre del alcalde no fue divulgado, pues tenía
      parientes en la Alemania nazi que podrían sufrir represalias.
      Además, el periódico de las SS había avisado de que cualquiera que
      colaborara con el enemigo en territorio ocupado por los aliados no
      duraría ni un mes. Oppenhoff ya llevaba más de cuatro meses en el
      cargo, y se había estado ocupando de mantener a raya a los
      comunistas, pero ese día un comando alemán de las SS que se había
      lanzado en paracaídas unos días atrás llegó a la puerta de su
      casa. Estaba dirigido por Herbert Wenzel, y el segundo al
      mando era Josef Leitgeb. Le dijeron que eran pilotos que
      buscaban las líneas alemanas. Oppenhoff trató de convencerlos para
      que se entregaran, y entonces, al ver que Wenzel vacilaba, Leitgeb
      gritó "Heil Hitler" y disparó a Oppenhoff en la cabeza. En
      la huida, otro miembro del comando, Ilse Hirsch (una joven
      de 23 años) pisó una mina terrestre que la hirió al estallar y
      mató a Leitgeb.
    
La aviación británica hundió un carguero alemán (Priamus)
      ante la costa noruega.
    
Juan de Borbón pidió a los monárquicos que ocupaban puestos de
      responsabilidad en el régimen franquista que dimitieran de sus
      cargos, pero sólo lo hicieron dos de ellos: el duque de Alba, Jacobo
Fitz-James
        Stuart y Falcó, que era entonces embajador en Londres, y el
      general Alfonso de Orleáns y Borbón, que era inspector de
      las Fuerzas Aéreas. Franco envió dos emisarios a Juan de Borbón
      para informarle de que contaba con el pleno apoyo del Ejército, de
      la Iglesia, del partido único y de la mayoría de los monárquicos.
      El pretendiente tuvo que agachar las orejas y esperar otro momento
      que fuera más propicio.
    
Un submarino alemán hundió un carguero neerlandés (Pacific)
      cerca de la costa atlántica de Gran Bretaña.
    
El 26 de marzo se dio por concluida la
      batalla de Iwo Jima, aunque quedaban algunos grupos de japoneses
      escondidos en cuevas que en lo sucesivo hicieron poco más que
      robar comida a los estadounidenses para subsistir. La resistencia
      japonesa había sido enorme. En 36 días de campaña, los
      estadounidenses habían sufrido más de 26.000 bajas, entre
      ellas  6.800 muertos. Fue la única batalla en la que los
      marines sufrieron más bajas que los japoneses (unos 18.000 muertos
      y 216 prisioneros). Los japoneses creían estar sirviendo a su
      patria por su obstinación en luchar hasta la muerte, pero a largo
      plazo no fue así. Lo único que consiguieron con ello fue convencer
      a los mandos estadounidenses de que un desembarco en Japón
      provocaría una cantidad brutal de bajas, por lo que cualquier
      alternativa era preferible... e iban a encontrar una alternativa
      preferible.
    
El Escuadrón 731 del teniente general Shirō Ishii
      presentó un plan de guerra bacteriológica llamado Operación
        PX, en virtud del cual aviones japoneses rociarían ciudades
      de la costa Oeste estadounidense, como San Diego, Los Angeles y
      San Francisco con las bacterias causantes de la peste bubónica, el
      cólera, el tifus o el dengue. Sin embargo, el plan fue archivado
      al poco tiempo, sobre todo por la oposición del general Yoshijirō
        Umezu, basada principalmente en un argumento
      ético-humorístico: Si se pone en marcha una guerra
        bacteriológica, pasará de ser una guerra entre Japón y los
        Estados Unidos a una batalla interminable de la humanidad contra
        las bacterias. Japón se convertirá en el hazmerreír del mundo.
      
    
Ese día tropas estadounidenses desembarcaron en las islas Kerama,
      en el archipiélago de las islas Ryūkyū, al sur de Japón. Un
      submarino japonés torpedeó un destructor estadounidense (USS
        Halligan) que no se hundió, pero terminó embarrancando al
      día siguiente.
    
Un submarino estadounidense hundió un carguero japonés (Shinto
        Maru) en el Pacífico.
    
Unos 5.000 marines estadounidenses desembarcaron en la isla
      filipina de Cebú, en la región de Visayas. En la isla había unos
      15.000 japoneses, pero ninguno acudió a recibir a los invasores.
      Lo que sí que se encontraron fueron algunas trampas y campos de
      minas que causaron algunas bajas. Desde la cabeza de playa
      avanzaron hacia la ciudad de Cebú, encontrando por el camino
      pequeños focos de resistencia sin más propósito que el de retrasar
      el avance. Al anochecer habían llegado a unos 2.5 km de la ciudad.
    
Un destructor británico hundió un transporte japonés (Risui
        Maru) en el mar de Birmania. La RAF hundió un
      carguero japonés (Teshio Maru) en la misma zona.
    
Desde Heiligenbeil los soviéticos pasaron al puerto de Rosenberg,
      mientras los alemanes se refugiaban en la península de Kahlholzer
        Haken al tiempo que apresuraban la evacuación por mar. En
      Pomerania Gdingen caía también en poder de los soviéticos.
    
La aviación soviética hundió dos cargueros alemanes (Bille
      y Weser) en el Báltico.
    
En Moravia los soviéticos tomaron Wodzisław Śląski. En
      Eslovaquia tomaron Banská Bystrica, la que había sido el centro
      del alzamiento eslovaco que los alemanes habían sofocado el año
      anterior.
    
En Hungría tropas soviéticas, búlgaras y partisanos yugoslavos
      iniciaron una ofensiva para ocupar los campos petrolíferos al sur
      del lago Balaton que Hitler había tratado en vano de proteger con
      su Despertar primaveral.  
    
Un destacamento de la Cruz Roja Sueca llegó a Berlín para evacuar
      a las mujeres suecas casadas con alemanes. Un total de 1.400
      mujeres y niños salieron de la capital alemana.
    
La cabeza de puente de Remagen venció definitivamente la
      contención alemana y ahora avanzaba rápidamente.
    
Una división estadounidense tomó una base aérea alemana y se
      reunió con otra a las afueras de Frankfurt. Al entrar en la ciudad
      encontraron intacto un puente sobre el Meno que los alemanes
      habían tratado de volar sin éxito.
    
Las fuerzas de Patton cruzaron el Rin de nuevo en St Goar,
      unos 8 km al sur de Boppard. En Worms se formó una cabeza
      de puente más.
    
Patton había organizado una columna formada por 11 oficiales y
      303 soldados provistos de 16 tanques y otros vehículos bajo el
      mando del capián Abraham Baum con la misión de liberar los
      prisioneros de un campo de concentración en Hammelburg, para lo
      cual tenían que adentrarse unos 80 km tras las líneas enemigas.
      Ese día la columna llegó hasta una cabeza de puente en
      Aschaffenburg, donde el fuego enemigo destrozó varios vehículos,
      incluyendo uno de los tanques. 
    
Una fragata británica hundió un submarino alemán en el canal de
      la Mancha.
    
Un minisubmarino alemán hundió un carguero británico (Newlands)
      en el mar del Norte.
    
El 27 de marzo la aviación
      estadounidense inició la "Operación hambruna", consistente
      en vuelos nocturnos a media altura en los que se lanzaban minas
      con paracaídas en los puertos japoneses y en los estrechos de las
      principales rutas marítimas que seguían los japoneses para
      abastecer su archipiélago. La primera misión consistió en el
      minado del estrecho de Shimonoseki, que separa las islas
      japonesas de Honshu y Kyushu.
    
Hacía ya meses que Aung San se había convencido de que la
      "independencia" que los japoneses habían otorgado a Birmania
      costaba de distinguir de una ocupación opresora, y había ido
      reuniendo apoyos para cambiar de bando. (En palabras de uno de sus
      seguidores: Si los británicos nos chupaban la sangre, los
        japoneses nos muelen los huesos.) Finalmente, al frente del
      Ejército para la Independencia de Birmania, declaró abiertamente
      la guerra a los japoneses y una revuelta estalló a lo largo de
      todo el país. Al mismo tiempo que el ejército se rebelaba, de la
      población civil empezaron a surgir bandas de guerrilleros que
      combatían a los japoneses por su cuenta.
    
La aviación soviética hundió un carguero alemán (Saßnitz) en el Báltico.
    
En Moravia los soviéticos avanzaron 5km más hasta llegar a unos 2
      km del Óder en Bukau.
    
Los alemanes se ofrecieron a sacar de Neuengamme algunos
      prisioneros de otras nacionalidades para alojar prisioneros
      escandinavos, pero los "autobuses blancos" de la Cruz Roja
      tendrían que transportarlos a otros campos. Los suecos aceptaron y
      así unos 2.000 prisioneros fueron transportados a otros campos. En
      palabras de un militar sueco:
    
Ahora podíamos ver cómo trataban los alemanes a sus prisioneros en general, fanceses, belgas, neerlandeses, polacos y rusos. Era terrible. Esta vez los alemanes tuvieron que permitirnos entrar en el campo, pues muchos de los pasajeros no podían caminar la pequeña distancia que había entre los barracones y la carretera. De esos barracones fueron expulsadas unas criaturas que ya no parecían seres humanos.
Los estadounidenses cruzaron el Meno en Frankfurt bajo un intenso
      fuego enemigo y pasaron así a la parte septentrional de la ciudad.
      Para entonces los aliados tenían ya doce puentes sobre el Rin
      capaces de resistir el paso de tanques y otros vehículos pesados.
    
La columna del capitán Baum logró finalmente adentrarse en
      territorio enemigo, pero avanzaba lentamente, porque no se sabía
      dónde estaba exactamente el campo que buscaban, y había que ir
      preguntando a los locales. Además, había 15 mapas para 57
      vehículos. Un avión alemán detectó la columna y, adivinando su
      propósito, el campo fue protegido con algunos tanques. Finalmente,
      esa tarde la columna llegó a divisar el campo. En un primer
      ataque, abrieron fuego contra la sección ocupada por prisioneros
      servios, probablemente porque el uniforme que llevaban era
      parecido al alemán. El comandante del campo, el general Gunther
von
        Goeckel, pidió a uno de los prisioneros, el coronel John
        Knight Waters, que casualmente era yerno de Patton, que
      acompañara a un oficial alemán y otros prisioneros a pedir una
      tregua. Sin embargo, un soldado alemán que no estaba al tanto
      disparó sobre Waters antes de que el oficial le pudiera explicar
      lo que pasaba. Waters, herido en una nalga, tuvo que ser llevado a
      la enfermería.
    
Los prisioneros saludaron con alegría a los estadounidenses, pero
      Baum se dio cuenta entonces de que el campo estaba saturado y que
      no podía sacar de allí a todos los prisioneros. Con los vehículos
      que le quedaban, a lo sumo podría llevarse a 200. Dispuso que sólo
      los oficiales a partir de cierta graduación serían transportados.
      Los demás podían elegir entre quedarse en el campo o tratar de
      llegar al frente por sus propios medios. La mayoría, mal
      alimentados, optaron por quedarse. Waters, incapaz de moverse por
      su herida, también tuvo que quedarse. A las 10:00 se inició el
      camino de regreso hacia el frente. Sin embargo, en mitad de la
      noche, cerca de Höllrich, la columna cayó en una
      emboscada. Un tanque fue detrozado y los alemanes, respondiendo en
      inglés a los mensajes de radio que llegaban, lo usaron para atraer
      a otros tanques, que corrieron la misma suerte. En total cuatro
      tanques fueron destrozados. El avance nocturno había sido lento y
      había consumido demasiado combustible. Por ello, la columna tuvo
      que esperar al amanecer, para poder avanzar más rápidamente.
    
Unos días atrás unos 50 agentes británicos habían sido lanzados
      en paracaídas en el norte de Italia. Se habían reunido con algunos
      miembros de la resistencia italiana y con unos 70 prisioneros de
      guerra soviéticos que habían escapado de los campos de
      concentración en los que habían estado confinados. Ese día
      atacaron el cuartel general de un cuerpo del ejército alemán
      provocando más de 50 bajas. Los atacantes contaron 3 británicos
      muertos y cuatro británicos, dos italianos y un soviético heridos.
      El ataque contó con la presencia de un soldado escocés, David
        Kirkpatrick, vestido con kilt y tocando la gaita
      para que los alemanes comprendieran que eran británicos quienes
      les atacaban y no llevaran a cabo represalias contra la población
      local.
    
Los alemanes lanzaron los dos últimos cohetes V-2 desde el último
      punto de lanzamiento que les quedaba en los Países Bajos. Uno cayó
      en Gran Bretaña y el otro en Bélgica, provocando unos 200 muertos.
    
Fragatas británicas hundieron dos submarinos alemanes cerca de la
      costa escocesa.
    
Argentina declaró la guerra a Alemania y Japón. Hasta entonces
      había nadado entre dos aguas, porque Gran Bretaña había presionado
      para que permaneciera neutral, mientras que los Estados Unidos
      habían presionado para que se uniera a los aliados.
    
El 28 de marzo submarinos
      estadounidenses hundieron dos cargueros japoneses (Honan Maru
      y Nase Maru) y un barco de escolta (Mikura),
      mientras que la aviación hundió un petrolero (Asokawa Maru)
      y otro barco de escolta. Previamente, el Mikura había hundido un
      submarino estadounidense (USS Trigger).
    
En la isla de Cebú hubo combates cuando los estadounidenses
      ocuparon el aeropuerto, y también al tomar una isla en el puerto
      de Cebú. La ciudad de Cebú no tardó en ser liberada, pero seguían
      quedando tropas japonesas atrincheradas en los alrededores. Unos
      8.500 guerrilleros filipinos cooperaban con los estadounidenses en
      la isla.
    
En Bougainville los australianos habían ido avanzando hacia el
      sur sin apenas oposición, pero ese día tuvieron lugar dos
      incursiones japonesas, que trataron de infiltrarse por huecos en
      las líneas australianas, pero que fueron advertidas a tiempo y
      rechazadas. 
    
En Birmania oficiales japoneses hicieron balance de la situación
      en el asedio a Meiktila. La buena noticia era que habían destruido
      50 tanques británicos, la mitad de los que poseía la guarnición,
      pero la mala era que ello había costado 2.500 bajas y que apenas
      les quedaban 20 piezas de artillería. La conclusión fue que el
      sitio fue levantado y los japoneses se retiraron más al sur, donde
      esperaban contar con una mejor situación para frenar el avance
      británico. 
    
El día anterior tres políticos y militares polacos (entre ellos
      el general Leopold Okulicki) que se habían presentado ante las
      autoridades soviéticas para participar en las conversaciones que
      se estaban llevando en Moscú sobre el futuro político de su país
      fueron arrestados por la NKVD en Pruszków, y ahora les
      seguían otros 12, junto a uno más que había sido arrestado un
      tiempo atrás. En total, los 16 políticos fueron apaleados
      brutalmente y luego transportados a Moscú. Cuando Churchill se
      enteró del suceso le explicó a Roosevelt lo que estaba pasando:
      Stalin retrasaba la celebración de elecciones en Polonia para ir
      eliminando a la oposición por métodos diversos. Uno era ése:
      invitar políticos a Moscú para luego arrestarlos, condenarlos a un
      gulag y luego juzgarlos (o al revés, pero para el caso era
      lo mismo).
    
Tras el fracaso de la Operación Despertar primaveral,
      Hitler había autorizado la evacuación de Sarajevo, pues su defensa
      había dejado de tener valor alguno. Ésta empezó con el traslado de
      unos 3.000 soldados alemanes heridos. Ese mismo día los partisanos
      yugoslavos iniciaron un ataque contra la ciudad con unos 38.000
      hombres. Ese día Hitler destituyó a Guderian del Alto Mando
      alemán. Guderian era el último oficial que quedaba en el Alto
      Mando de los que había al inicio de la guerra.
    
El conde Bernadotte regresó a Berlín para continuar negociando
      con Himmler. La máxima preocupación ahora del jefe de las SS era
      trasladar prisioneros rápidamente para que no cayeran en manos de
      los aliados, y como eran demasiados para poder gestionarlos,
      finalmente accedió a que los escandinavos de Neuengamme fueran
      trasladados a Suecia. 
    
El avance de Montgomery no iba todo lo rápido que se esperaba. Dorsten
      no pudo ser tomada, pero los paracaidistas británicos lograron
      abrir un pasillo que permitió rebasarla por el norte. Se abría
      entonces la posibilidad de rodeara las tropas de Model en la
      cuenca del Ruhr. A la vista de los acontecimientos, Eisenhower
      decidió modificar el plan de la ofensiva. En cuanto la cuenca del
      Ruhr quedara rodeada, el noveno ejército estadounidense, que de
      momento estaba bajo las órdenes de Montgomery, pasaría a estar
      bajo el mando del general Omar Bradley. Cuando la bolsa del Ruhr
      hubiera sido reducida, las tropas de Montgomery pasarían a cubrir
      el flanco septentrional de Bradley, que pasaría a llevar la
      iniciativa del ataque.
    
Churchill y Mongtomery se opusieron. Churchill consideraba un
      objetivo de gran trascendencia política llegar a Berlín antes que
      los soviéticos, pero Eisenhower no estaba de acuerdo. Afirmó que
      sólo se lanzaría hacia Berlín si se lo ordenaban sus superiores o
      si surgía alguna razón militar de peso para ello, pero que de no
      ser así trataría de terminar la guerra lo antes posible. Puesto
      que en Yalta se había acordado repartir Alemania en cuatro partes,
      todo el territorio que se ocupara hacia el este, tendría que ser
      cedido posteriormente a los soviéticos, por lo que no merecía la
      pena el esfuerzo. El Estado Mayor estadounidense secundó a
      Eisenhower y se siguió su plan.
    
Mientras tanto, las tropas estadounidenses que avanzaban desde
      Remagen cruzaron el Lahn. Habían avanzado 80 km capturando
      miles de soldados alemanes. Por otra parte, ese día tropas
      estadounidenses cruzaron la frontera de Austria.
    
Durante la noche, los alemanes habían rodeado la columna de Baum,
      y en cuanto amaneció y empezó a moverse abrieron fuego sobre ella.
      Comprendiendo que no había posibilidad de atrincherarse, Baum dio
      la orden de "sálvese quien pueda". El enfrentamiento duró unos
      pocos minutos, tras los cuales la mayoría de los estadounidenses
      fueron apresados. El balance total fue de 32 muertos y 256
      heridos, desaparecidos o capturados. Además se habían perdido
      cinco tanques. Entre los heridos y apresados estuvo el propio
      capitán Baum.
    
Patton fue muy criticado por haber enviado una columna en
      condiciones precarias a liberar a su yerno. Él negó haber sabido
      que Waters estaba en Hammelburg, y que había organizado la misión
      por el riesgo de que los alemanes en retirada mataran a los
      prisioneros, pero una carta enviada poco antes a su esposa prueba
      que sí que lo sabía y que su propósito era precisamente el de
      liberar a Waters. Eisenhower se puso furioso cuando se enteró de
      lo sucedido.
    
La destrucción causada en el último bombardeo sobre Dresde había
      dado lugar a algunas críticas sobre el gobierno británico, y ese
      día Churchill envió una nota a su Estado Mayor en la que decía:
    
Creo que ha llegado el momento de revisar la cuestión de si debemos bombardear ciudades alemanas sólo para causar terror, aunque sea con otros pretextos. De otro modo, podríamos acabar ocupando un territorio completamente arruinado. [...] La destrucción de Dresde sigue provocando dudas sobre los bombardeos aliados. Mi opinión es que, en adelante, los objetivos militares deben estudiarse más estrictamente según nuestros intereses y no los del enemigo. El secretario de relaciones exteriores me ha hablado de este tema y creo que deberíamos concentrarnos más precisamente en objetivos militares como el petróleo y las comunicaciones en las zonas inmediatamente detrás del frente, en lugar de en meros actos de terror y destrucción sin sentido, por impresionante que sea.
Los bombardeos sobre Berlín continuaban. La mitad de los
      edificios había sido dañada y una tercera parte era inhabitable.
      Se calcula que los bombardeos habían causado unos 20.000 muertos.
      No eran muchos en comparación con los 23.000 de Dresde en un solo
      bombardeo, o los 40.000 de Hamburgo dos años atrás, también en un
      único bombardeo, o los 100.000 de Tokio unos meses atrás.
    
Un submarino alemán hundió un petrolero estadounidense (Oklahoma)
      en el Atlántico.
    
El 29 de marzo los estadounidenses
      desembarcaron en la isla filipina de Negros. En primer lugar
      desembarcó un pelotón por sorpresa cerca de Bacolod, que
      tomó un puente de acero sobre el río Bago, que separaba
      Bacolod del punto donde iba a tener lugar el desembarco principal,
      en Pulupandan. Así éste tuvo lugar sin oposición, y las
      tropas desembarcadas acudieron a reforzar las que defendían el
      puente. El avance fue rápido y ese mismo día los estadounidenses
      tomaron otros siete puentes.
    
La aviación estadounidense atacó un convoy japonés frente a la
      Indochina francesa y hundió un petrolero (Kaiko Maru) y dos
      barcos de la escolta. Un submarino hundió un tercer barco de
      escolta.
    
En el frente meridional de Bougainville hubo más incursiones
      japonesas que ponían a prueba las defensas australianas a la vez
      que trataban de aislar de su retaguardia a un batallón de
      infantería. Un sargento japonés capturado aseguró que las
      incursiones eran el preludio de un ataque masivo.
    
Ese día fueron evacuadas de Kahlholz y Balga las
      últimas tropas alemanas antes de que irrumpieran los soviéticos y
      capturaran los últimos restos de la bolsa de Heiligenbeil. El
      saldo final fue de unos 80.000 alemanes muertos y unos 50.000
      capturados. Por su parte, las bajas soviéticas fueron de unos
      150.000 muertos y unos 97.000 heridos o enfermos.
    
Ese día tropas soviéticas entraron en Austria.
    
Los estadounidenses cruzaron el Lippe al este de Wessel y
      alcanzaron las posiciones tomadas por los paracaidistas alrededor
      de Haltern.
    
Para entonces Frankfurt estaba ya bajo control estadounidense.
      Quedaban algunos focos de resistencia alemana, pero algunos
      soldados alemanes abandonaron la ciudad a instancias de los
      civiles, para evitar muertes innecesarias. El avance
      estadounidense desde Remagen giró hacia el norte, hacia Paderborn,
      mientras su flanco derecho era cubierto por las tropas de Patton,
      que avanzaban hacia Kassel.
    
Una torpedera alemana hundió un carguero noruego (Kommandøren)
      en Bergen.
    
Sir Arthur "Bombardero" Harris no había leído la nota de
      Churchill del día anterior, pero le habían contado lo que decía, y
      no le había gustado nada que Churchill calificara sus métodos de
      "terroristas", así que escribió una carta al Ministerio del Aire
      en la que decía:
    
En el pasado estaba justificado que atacáramos ciudades alemanas, pero hacerlo era repugnante y ahora que los alemanes están siendo derrotados por todas partes podemos dejar de llevar a cabo tales ataques. Ésta es una doctrina que nunca podría suscribir. Los ataques a ciudades, como cualquier otro acto bélico, son intolerables a menos que estén justificados por motivos estratégicos, pero es que están justificados por motivos estratégicos, en la medida en que tienden a acortar la guerra y salvan las vidas de los soldados aliados. A mi entender no tenemos ningún derecho a suspenderlos a menos que sea seguro que no tendrán este efecto. Personalmente, no creo que el conjunto de todas las ciudades que quedan en Alemania valgan tanto como los huesos de un granadero británico. El sentimiento que existe sobre Dresde podría explicarlo fácilmente cualquier psiquiatra. [...] Dresde era un conglomerado de fábricas de municiones, un centro de gobierno intacto y un punto clave de transporte hacia el este. Ahora ya no es nada de esto.
Lo de "los huesos de un granadero Británico" era una alusión a
      una frase de Bismark: "Los Balcanes en su conjunto no vale
        tanto como los huesos de un simple granadero de Pomerania."
      Varios oficiales británicos respaldaron a Harris y Churchill
      suavizó su nota.
    
Ese día cayó la última bomba V-1 en territorio británico. Lo hizo
      en Datchworth, y poco después su lugar de lanzamiento en
      los Países Bajos fue tomado por los británicos.
    
La aviación británica hundió un submarino alemán en el Atlántico
      y una fragata hundió otro en el canal de la Mancha.
    
James Stewart fue ascendido a sargento. Fue uno de los pocos
      estadounidenses que pasó de soldado raso a sargento en cuatro
      años.
    
El 30 de marzo los estadounidenses
      liberaron Bacolod, en la isla de Negros.
    
Los ataques japoneses en Bougainville se hicieron más frecuentes.
      Después de que tres ataques fueran rechazados, a las 13:00 se
      inició un cuarto precedido por fuego de mortero. Trece japoneses
      murieron, frente a un australiano muerto y dos desaparecidos. Las
      posiciones australianas se veían amenazadas y fueron enviados
      tanques, aunque avanzaban lentamente.
    
Los soviéticos entraron en Danzig.
    
En su marcha hacia Eslovenia, Đurišić cruzó el río Vrbas
      y tomó la aldea de Razboj, desde donde atacó Doline en la
      orilla derecha del río Sava. 
    
El conde Bernadotte entró por primera vez en Neuengamme. La
      misión de la Cruz Roja había recibido permiso para acceder al
      campo el día anterior, y los prisioneros escandinavos eran mal
      vistos ahora por sus camaradas de otras nacionalidades, por el
      trato de favor que estaban recibiendo. Un prisionero danés
      describiría más tarde la visita de Bernadotte:
    
Por primera vez en la historia de Neuengamme, los carniceros nazis Pauly y Thuman no eran los arrogantes y jactanciosos representantes de la raza superior, agitando sus látigos. Se acercaron como gatitos tras Bernadotte, repentinamente complacientes, serviciales y dóciles, rayando la adulación servil, la típica adulación tan distintiva de los carniceros de la raza superior, cuando se dieron cuenta de que tenían los días contados. Ahora estábamos seguros de que podríamos regresar a casa.
Ese día bombarderos estadounidenses atacaron las instalaciones
      portuarias de Bremen (donde hundieron 10 submarinos y 2
      cargueros), Wilhelmshaven (3 submarinos, 4 cargueros y el crucero
      Köln) y Hamburgo (3 submarinos). La RAF también
      bombardeó Hamburgo, y hundió 2 submarinos. 
    
Tropas de la misión Alsos llegaron a Heidelberg, donde
      capturaron a varios científicos alemanes. Los interrogatorios
      señalaron a Otto Hahn, que tenía su laboratorio en Tailfingen,
      mientras que Werner Heisenberg y Max von Laue estaban en Hechingen,
      mientras que un reactor de uranio que Heisemberg había construido
      en Berlín había sido trasladado a Haigerloch.
    
El mayor estadounidense Maurice Rose murió en combate
      cerca de Paderborn y, como represalia, sus tropas saquearon varias
      ciudades vecinas y mataron varios prisioneros de guerra alemanes
      (al menos 45). En general, los soldados aliados veían con
      frustración que los alemanes ofrecieran tanta resistencia cuando
      era evidente que tenían la guerra perdida, con lo que causaban
      muertes innecesarias, y el resentimiento era mayor cuando los
      civiles atacaban a los soldados. Así, Patton había ordenado
      destruir varias casas cuando un francotirador disparó contra uno
      de sus oficiales. Un manual aliado sobre técnicas para combatir
      guerrillas indicaba que había circunstancias en las que los
      oficiales podían tomar "medidas severas" contra civiles como
      respuesta rápida a ataques guerrilleros, aunque ello fuera
      contrario a las Convenciones de La Haya.
    
La aviación británica también bombardeó Menstad, en
      Noruega, donde hundió cuatro cargueros noruegos y uno alemán.
    
Una fragata británica hundió un submarino alemán cerca de la
      costa escocesa, completando la cifra de 19 submarinos que Alemania
      perdió en sólo un día.
    
El 31 de marzo destructores
      estadounidenses hundieron un submarino japones ante la isla de
      Okinawa. Ese día un batallón de marines desembarcó sin oposición
      en Keise Sima, cuatro islotes situados a unos 13 km de Naha,
      la capital de la isla de Okinawa. Allí instalaron varias piezas de
      artillería.
    
En Bougainville los tanques australianos llegaron al frente justo
      a tiempo para repeler un nuevo ataque japonés. Luego los tanques
      cubrieron el repliegue de la infantería australiana de vanguardia
      hasta posiciones seguras. Los jeeps que transportaban
      heridos cayeron en una emboscada y cinco australianos resultaron
      muertos. Luego se organizó un rápido contraataque en el que
      murieron 11 japoneses.
    
Los soviéticos tomaron Ratibor y Katscher, con lo
      que dieron por terminada la campaña de la Alta Silesia.
    
469 aviones británicos y canadienses bombardearon Hamburgo, donde
      resultaron hundidos dos cargueros alemanes (Martha Russ I y
      Stormarn) y varios submarinos en construcción. Los cazas
      alemanes abatieron 11 aviones.
    
Una división acorazada estadounidense completó un avance
      ininterrumpido de 64 km iniciado el día anterior hasta Beckum,
      en el que cortó dos de las tres líneas ferroviarias de la cuenca
      del Ruhr así como la autopista hacia Berlín. En Paderborn un grupo
      de estudiantes de las SS, armados con 60 tanques, ofrecieron una
      resistencia fanática que detuvo el avance estadounidense durante
      un día entero. 
    
Para esas fechas, los cuatro ejércitos estadounidenses presentes
      en Europa habían cruzado el Rin. Eisenhower transmitió por radio
      una propuesta de rendición a los alemanes.
    
Fuerzas francesas hicieron un nuevo intento de capturar el fuerte
      en los Alpes que no habían podido tomar unas semanas atrás, y
      fracasaron de nuevo.
    
 El 1 de abril
      se inició un desembarco en Okinawa. La oposición japonesa fue
      débil, lo cual no era de extrañar, teniendo en cuenta que en el
      frente podían verse soldados como los de la foto. El ejército
      había movilizado a niños entre 14 y 17 años, teóricamente
      voluntarios, pero en los colegios se les obligó a presentarse
      voluntarios y se falsificaron documentos cuando hizo falta. La
      mitad de los "voluntarios" acabaron muertos, algunos en ataques
      suicidas con bombas contra tanques.
El 1 de abril
      se inició un desembarco en Okinawa. La oposición japonesa fue
      débil, lo cual no era de extrañar, teniendo en cuenta que en el
      frente podían verse soldados como los de la foto. El ejército
      había movilizado a niños entre 14 y 17 años, teóricamente
      voluntarios, pero en los colegios se les obligó a presentarse
      voluntarios y se falsificaron documentos cuando hizo falta. La
      mitad de los "voluntarios" acabaron muertos, algunos en ataques
      suicidas con bombas contra tanques.
    
La flota estadounidense fue atacada por aviones kamikazes
      que impactaron en tres transportes y en una de las torretas del
      acorazado West Virginia, pero no provocaron daños graves.
      También se emplearon seis Ohka, es decir,
      planeadores-cohete suicidas. Al principio se pensó que uno de
      ellos era el que había impactado sobre el West Virginia,
      pero en realidad ninguno dio en el blanco. Ninguno de los
      planeadores que los había transportado regresó a la base. No
      obstante, los estadounidenses pudieron advertir en qué consistía
      la nueva arma japonesa. No sabían su nombre, pero le dieron uno
      muy descriptivo bastante parecido al real: Baka, que es
      una palabra japonesa que significa "idiota". Inmediatamente
      tomaron medidas para crear anillos defensivos que detectaran las
      parejas de aviones con planeadores, para abatirlos antes de que
      los planeadores se soltaran y activaran su motor cohete.
    
En el frente meridional de Bougainville un regimiento de
      infantería japonés intentó llegar hasta las posiciones
      australianas, pero se encontró el camino bloqueado con alambradas
      y tuvo que desviarse para cruzar el río Puriata. El cruze
      empezó a las 3:00, pero los australianos los vieron a la luz de la
      luna y abrieron fuego sobre ellos. Entonces intentaron improvisar
      un ataque, pero un batallón quedó aislado de su retaguardia. Al
      amanecer los australianos empezaron a disparar con morteros y
      causaron numerosas bajas. El regimiento tuvo que retirarse, salvo
      el batallón aislado, que no pudo encontrar el camino de vuelta
      hasta bien entrada la tarde. Sobre las 12:00, un regimiento de
      artillería japonés reconvertido en infantería empezó a moverse
      para atacar las posiciones australianas, pero fue detectado a
      tiempo y empezó a recibir fuego enemigo antes de estar en la
      posición de ataque. El ataque se inició a las 12:40, con un asalto
      que obligó a retroceder a la vanguardia australiana, dejando atrás
      a los heridos. Por la tarde los australianos organizaron un
      contraataque para restablecer el contacto con las tropas
      avanzadas, pero fracasó.
    
Un submarino estadounidense detectó en el estrecho de Taiwan el Awa
        Maru, un barco japonés que navegaba con bandera de la Cruz
      Roja que había salido de Singapur rumbo a japón, supuestamente
      transportando víveres para prisioneros de guerra y contaba con un
      salvoconducto aliado. En realidad, aunque se había visto cómo
      cargaba sacos de arroz en sus bodegas, la noche antes de su
      partida se vio también como el arroz fue descargado y sustituido
      por contrabando. Por otro lado, los japoneses habían proporcionado
      a los aliados una ruta falsa para el barco, que pasaba por un
      campo de minas japonés, probablemente pensando que los aliados
      serían tan miserables como los japoneses y que intentarían atacar
      el barco pese al salvoconducto. El caso fue que el submarino
      confundió el Awa Maru con un destructor y lo hundió. De
      las 2.004 personas a bordo, sólo una sobrevivió. Cuando el
      superviviente reveló la identidad del barco, el capitán del
      submarino, Elliott Loughlin, informó inmediatamente de lo
      sucedido. Loughlin fue sometido a un consejo de guerra en el que
      asumió toda la responsabilidad por el incidente, cuando lo hubiera
      tenido fácil para traspasarla a sus subordinados. El tribunal lo
      eximió de los cargos principales y lo condenó a recibir una carta
      de amonestación del Secretario de Marina, Chester Nimitz. Éste
      consideró que la pena había sido demasiado benévola y envió
      también cartas a los miembros del tribunal más dura que la que
      escribió a Loughlin. El gobierno estadounidense ofreció a Japón
      indemnizarlo con un barco similar al hundido.
    
Los partisanos yugoslavos habían reclutado medio a la fuerza a
      unos albaneses de Kosovo, que de dirigían a pie en tres columnas
      hacia Bar, donde debían recibir entrenamiento antes de
      marchar al frente. En un momento dado se produjo un incidente,
      cuya naturaleza varía según las fuentes, que llevó a los
      partisanos que vigilaban a los reclutas a disparar sobre ellos.
      Otro grupo de varios centenares de albaneses fue obligado a entrar
      en una mina cuya entrada fue sellada para sepultarlos vivos.
    
Tropas soviéticas capturaron la ciudad húngara de Sopron, en la
      frontera austríaca.
    
Poco después del mediodía, dos divisiones acorazadas
      estadounidenses se encontraron en Lippstadt, completando
      en cerco de la cuenca del Ruhr, donde se encontraban unos 370.000
      soldados alemanes pobremente armados. Model pidió suministros
      aéreos, pero la supremacía aérea aliada no lo permitía. Model
      llevaba días pidiendo permiso para retroceder y ahora empezó a
      pedir permiso para tratar de romper el bloqueo, que todavía era
      débil, pero Hitler se había negado y continuaría haciéndolo,
      exigiendo que las fuerzas en el Ruhr resistieran durante meses y
      retuvieran así al grueso del ejército aliado.
    
Las tropas estadounidenses llegaron ante Kassel, pero su avance
      fue detenido por fuego de artillería de largo alcance.
    
El 2 de abril un ataque kamikaze
      dañó un antiguo destructor estadounidense, empleado entonces como
      transporte (USS Dickerson) en Okinawa, provocando 54
      muertos. El barco tuvo que ser hundido unos días más tarde a causa
      del daño sufrido. La aviación estadounidense hundió un buque de
      escolta japonés entre el archipiélago japonés y Okinawa. Un
      submarino estadounidense atacó un convoy japonés en el mar
      Amarillo y hundió tres cargueros (Edogawa Maru, Nisshin Maru
      y Taijo Maru). 
    
Para entonces los estadounidenses controlaban ya toda la llanura
      costera de la isla de Negros. Los japoneses se habían retirado a
      las montañas en el interior de la isla, donde habían dispuesto
      fortificaciones y toda clase de trampas para los estadounidenses.
    
En Bougainville los japoneses se retiraron a la orilla opuesta
      del río Puriata para preparar un nuevo ataque. Durante los días
      siguientes el contacto con los australianos fue mínimo.
    
Los soldados croatas y la Ustacha atacaron a los chetniks
      de Đurišić en Razboj, provocando un gran número de bajas. Đurišić
      dirigió sus tropas hacia Topola. Aviones croatas lanzaron
      octavillas que instaban a los montenegrinos a abandonar a Đurišić
      y unirse a Drljević a la lucha contra los partisanos comunistas.
    
El ejército soviético atacó Bratislava y capturó el aeropuerto de
      Vajnory. Para entonces el presidente Tiso y el gobierno de
      la República Eslovaca ya habían abandonado la capital en dirección
      a Austria. En su avance hacia Chequia, los soviéticos cruzaron el
      Oder en Bukau y en Tworków y establecieron cabezas de
      puente. En el norte de Esolvaquia ocuparon Ružomberok.
      Mientras tanto, el Ejército Rojo se aproximaba a Viena, después de
      haber ocupado Wiener Neustadt, Eisenstadt, Neunkirchen
      y Gloggnitz. 
    
Una columna de la Cruz Roja Sueca salió de Neugammen para recoger
      los últimos prisioneros escandinavos de los que tenían constancia.
      El viaje fue muy complicado. En muchas ocasiones tenían que
      pararse para prestar asistencia médica a alemanes. Algunos de los
      prisioneros que buscaban habían muerto. En total rescataron a 75,
      de Vaihingen, Mauthausen y, sobre todo, de Dachau, donde
      encontraron 43 gravemente enfermos.
    
En Kassel los estadounidenses destruyeron la batería alemana que
      les había detenido hasta entonces. Al final del día habían ocupado
      los suburbios del sur y el oeste. Se inició un combate casa por
      casa, pero los alemanes eran demasiado pocos para resistir mucho
      tiempo. Tanques estadounidenses estaban en camino.
    
La aviación británica hundió dos cargueros noruegos en Sognefjord (Concordia y William Blumer).
Unos 2.300 soldados británicos habían cruzado durante la noche el
      lago Comacchio, en el norte de Italia, y se enfrentaron a
      una guarnición de 1.200 alemanes, que acabaron retirándose, aunque
      dejaron 946 prisioneros.
    
La RAF hundió un submarino alemán al suroeste de Irlanda.
    
El 3 de abril la aviación
      estadounidense bombardeó Hong Kong. Tres transportes japoneses (Heikai
Maru,
        Shozan Maru y Yokai Maru) y un barco de escolta (Manju)
      resultaron hundidos.
    
La aviación estadounidense bombardeó Kiel, donde tres submarinos
      alemanes, un carguero y un barco de entrenamiento resultaron
      hundidos.
    
Esa noche los alemanes destruyeron los grandes puentes sobre el
      Danubio en Bratislava.
    
Tras intensos combates en sus calles, Acchaffenburg se rindió a
      las tropas de Patton.
    
El 4 de abril la aviación
      estadounidense hundió un petrolero japonés (Kinyu Maru)
      cerca de Formosa.
    
En su afán por suicidarse de forma original, los japoneses
      lanzaron una lancha torpedera suicida contra un buque de
      desembarco estadounidense en Okinawa, que resultó hundido.
    
Đurišić fue atacado de nuevo en la región de Lijevče por
      las fuerzas croatas y la Ustacha. Tras haber sufrido cuantiosas
      bajas, organizó un contraataque y trató de negociar una tregua,
      pero su propuesta fue rechazada, lo que lo llevó a organizar un
      nuevo contraataque con todos sus hombres disponibles para la noche
      siguiente.
    
A los pocos días de la caída de Danzig, los soviéticos dieron por
      terminada su ofensiva en Pomerania. Con ambos flancos controlados,
      ahora nada impedía el avance sobre Berlín. Esa misma noche una
      flotilla de pequeños barcos alemanes logró evacuar unos 30.000
      civiles y militares del norte de Polonia a la península de Hela.
      En los primeros días de abril unas 265.000 personas habían sido
      evacuadas de Danzig a Hela.
    
Ese día los soviéticos expulsaron a los alemanes de la parte de
      Bratislava situada al norte del Danubio.
    
Para entonces ya no quedaban tropas alemanas en Hungría. Los
      restos de la operación Despertar primaveral se afanaban
      en organizar la defensa de Viena ante las proximidad del Ejército
      Rojo, que amenazaba con rodear la ciudad.
    
Un nuevo ataque aéreo sobre Kiel acabó con tres submarinos
      alemanes, un carguero (Axenfels), un petrolero (Mexphalte),
un
      barco de pasajeros (New York) y un barco hospital (Monte
        Olivia).
    
Ese día se descubrió el diario del almirante Wilhelm Canaris, el
      que había sido jefe del servicio secreto militar de Alemania.
      Hitler montó en cólera al leerlo y descubrir que quien había
      ocupado un cargo de tal responsabilidad en la represión de la
      oposición política había estado jugando en realidad un doble juego
      en contra de los nazis.
    
La aviación aliada hundió un carguero alemán (Feodosia)
      entre Dinamarca y Suecia.
    
El cerco a la bolsa del Ruhr quedó consolidado y, siguiendo el
      plan de Eisenhower, el noveno ejército estadounidense pasó de
      estar bajo el mando de Montgomery al de Bradley, e inmediatamente
      pasó a atacar la bolsa.
    
Ese día los estadounidenses encontraron escondidas en una mina de
      sal parte de las reservas de oro alemanas. No sólo había oro y
      papel moneda, sino también joyas y obras de arte robadas a judíos
      o en ciudades conquistadas.
    
También fue el día en que los estadounidenses entraron por
      primera vez en lo que había sido un campo de concentración alemán,
      en Ohrdruf. Los soviéticos que entraron en Auschwitz no
      debieron de encontrar nada que impresionara a unos comunistas
      curtidos, pero para los estadounidenses fue sobrecogedor encontrar
      montones de cadáveres, algunos cubiertos de cal y otros
      parcialmente incinerados. No lejos de allí estaba el campo de
      Buchenwald y los alemanes empezaron a organizar marchas de miles
      de prisioneros para evacuarlo.
    
La guarnición de Kassel se rindió a los estadounidenses, que
      hicieron 1.325 prisioneros.
    
Patton detuvo el avance de su ejército para que los otros dos
      ejércitos bajo el mando del general Bradley le alcanzaran, y así
      los tres llegaron a estar alineados norte-sur a la altura del río
      Leine.
    
Antes del amanecer, tropas estadounidenses habían cruzado el río
      Neckar silenciosamente y entraron en la ciudad de Helibronn.
      Cuando salió el sol, un batallón alemán contraatacó y terminó
      apretando a los estadounidenses contra el río. La pequeña cabeza
      de puente fue defendida por la artillería desde la orilla opuesta,
      mientras una división de refuerzo cruzaba el río en otro punto más
      al sur. El combate volvió a llevarse hasta las afueras de la
      ciudad. En un momento dado, un pelotón de las Juventudes
      Hitlerianas salió gritando hacia las líneas estadounidenses para
      rendirse mientras sus oficiales les disparaban para detenerlos. No
      obstante, en general la resistencia alemana fue intensa, y muchos
      soldados sólo se rendían cuando estaban a tiro de fusil.
    
El 5 de abril la aviación
      estadounidense hundió dos cargueros japoneses (Kine Maru y
      Tokai Maru) y dañó un petrolero (Kamoi) que terminó
      hundiéndose unos días más tarde. Un destructor estadounidense
      hundió un submarino japonés cerca de Okinawa.
    
Guerrilleros filipinos se habían apoderado de Malabang,
      en Mindanao y ahora la aviación estadounidense empezaba a usar su
      aeropuerto para bombardear posiciones japonesas basándose en la
      información suministrada por las guerrillas.
    
Tras un bombardeo nocturno a cargo de la artillería, a las 5:00
      los japoneses lanzaron su ataque definitivo sobre las posiciones
      australianas en el frente meridional de Bougainville. Durante unos
      80 minutos, alrededor de un millar de japoneses atacaron en varias
      oleadas. La vanguardia australiana se vio superada, pero el ataque
      se estancó debido a los obstáculos dispuestos por los australianos
      y la falta de equipamiento adecuado para superarlos. Rápidamente
      la situación se invirtió y los japoneses se vieron aislados por el
      fuego de la artillería australiana y unas ametralladoras bien
      situadas. Tras la típica carga suicida, los japoneses
      supervivientes se retiraron. Hacia las 8:30 los australianos se
      dieron cuenta de que habían huido. Pasado el mediodía iniciaron
      las tareas de limpieza para acabar con los grupos dispersos de
      japoneses que todavía quedaban en la zona. En total, de unos 2.400
      soldados japoneses que habían participado en la batalla en las
      últimas semanas, unos 650 habían muerto y cerca de 1.000 habían
      resultado heridos. Las bajas australianas fueron de 189 muertos y
      heridos.
    
La Unión Soviética comunicó a Japón, con los doce meses de
      antelación previstos, que no tenía intención de prolongar el pacto
      de neutralidad firmado en 1941. El comunicado explicaba que "la
prolongación
        del pacto se había vuelto imposible". Los japoneses
      ignoraban que Stalin se había comprometido en Yalta a declarar la
      guerra a Japón tras la rendición alemana, pero este aviso lo
      dejaba entrever, y causó gran inquietud, porque Japón estaba
      concentrando sus tropas en el sur, para hacer frente a un
      previsible desembarco estadounidense, y con ello el norte era
      vulnerable a un ataque soviético. Ese mismo día presentó su
      dimisión el primer ministro, Kuniani Koiso.
    
Los chetniks de Đurišić atacaron con cierto éxito las
      posiciones del ejército croata y de la Ustacha, llegando a
      tomar Aleksandrovac por un tiempo, si bien al anochecer
      fue recapturada por los croatas. Durante los combates, ambos
      bandos se vieron atacados por partisanos. Đurišić trató de llegar
      a un acuerdo con el general croata, pero éste exigió una rendición
      incondicional, así que la lucha se prolongó durante toda la noche.
    
Los soviéticos completaron la ocupación de Bratislava. Para
      entonces Jozef Tiso había encontrado asilo en el monasterio
      austríaco de Kremsmünster. Mientras tanto, el presidente
      de Checoslovaquia en el exilio, Edvard Beneš, había volado desde
      Londres hasta Košice, en Esolvaquia, a la que declaró
      capital provisional del país hasta que los alemanes fueran
      expulsados de Praga. Allí nombró primer ministro al
      Socialdemócrata Zdeněk Fierlinger, que hasta entonces
      había sido embajador en Moscú del gobierno checoslovaco en el
      exilio. Beneš empezó a poner en práctica un programa político
      acordado en Moscú para después de la guerra para implantar en el
      país una "democracia popular", que era la forma tan
      graciosa con la que los comunistas llamaban a las dictaduras
      comunistas, con un Frente Nacional que incluiría a
      comunistas y socialdemócratas, pero que vetaría de la vida
      política a otros partidos "molestos", sobre todo el Partido
        Agrario, y que preveía la nacionalización de grandes
      empresas, restricciones en la propiedad privada, etc. Este
      programa también llevaba a una dependencia de la Unión Soviética,
      especialmente en lo relacionado con la seguridad y la defensa. El
      ejército Checoslovaco sería instruido a imagen y semejanza del
      Ejército Rojo, incluyendo "oficiales de propaganda". 
    
El mariscal Pétain escribió una carta a Hitler, "jefe del gran
      Estado alemán", desde Sigmaringen, para pedirle que le permitiera
      regresar a Francia. Explicaba que se había enterado de que las
      autoridades francesas iban a instruir un proceso contra él y que
      deseaba estar en condiciones de "cumplir con su deber", y
      que "sólo en Francia podría responder de sus actos". No
      obtuvo respuesta.
    
La unidad de Galland se enfrentó a aviones estadounidenses con
      relativo éxito: abatió tres bombarderos.
    
El que fuera comandante del campo de concentración de Buchenwald,
      Karl-Otto Koch, fue fusilado en el propio campo por malversación,
      robo y otros delitos vinculados al ejercicio de su cargo. Su
      esposa, Ilse Koch, la bruja de Buchenwald, se fue a vivir
      con su familia.
    
Unos 3.000 soldados franceses atacaron a unos 1.500 soldados
      alemanes e italianos que defendían posiciones en Mont Cenis,
      en los Alpes. Lograron ocupar el que había sido su objetivo
      principal: Font-Froid, pero Fort de la Turra
      resistió la ofensiva.
    
En la isla neerlandesa de Texel se encontraba destinado
      un batallón de la llamada "Legión georgiana",
      compuesta por unos 400 soldados alemanes y unos 800 georgianos,
      que habían militado antes en el Ejército Rojo y habían preferido
      integrarse en la Wehrmacht en lugar de permanecer en un
      campo de concentración, y también algunos que se habían
      incorporado voluntariamente para combatir a los comunistas. Sin
      embargo, al final habían sido destinados al frente occidental y
      ahora corrían noticias de que iban a ser trasladados de la isla al
      continente para combatir a los aliados occidentales. Combatir a
      los soviéticos era algo que podía merecer la pena, pero a los
      británicos y estadounidenses no, así que esa noche estalló una
      revuelta. Poco antes de la medianoche los georgianos se rebelaron
      y ganaron el control de casi toda la isla. Unos 200 alemanes,
      tomados por sorpresa, perdieron la vida esa noche. La resistencia
      neerlandesa colaboró con los insurrectos.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (Gasray)
      en St Abb's Head.
    
El 6 de abril la aviación japonesa
      inició la operación Kikusui (agua de crisantemo) contra la
      flota estadounidense que atacaba Okinawa. Un total de 524 aviones
      de los cuales 297 eran kamikazes se lanzaron a un ataque
      masivo. A las 12:26 el destructor USS Haynsworth recibió
      el primer impacto. Poco después, el destructor USS Bush
      recibió un segundo impacto que acabó con el hundimiento del barco,
      y lo mismo sucedió con el destructor USS Colhoun, sobre el
      que se estrellaron cuatro aviones. Los destructores USS
        Newcomb, USS Leutze, USS Morris y USS
        Witter no se hundieron, pero sufrieron daños irreparables.
      En cambio, los daños en el USS Mullany y USS Rodman
fueron
      menores. El carguero Logan Victory también fue hundido por
      un kamikaze, mientras que Hobbs Victory explotaría
      al día siguiente a causa de los daños sufridos. El acorazado USS
        Maryland recibió un impacto, pero los daños no fueron
      graves. Otros barcos menores también resultaron hundidos o
      gravemente dañados.
    
Mientras tanto, un submarino estadounidense hundió un carguero
      japonés (Araosan Maru) mientras la aviación hundía dos de
      los barcos que escoltaban el convoy del que formaba parte cerca de
      la costa china, así como un destructor (Amatsukaze), que
      embarrancó, luego fue destrozado por una tormenta y finalmente fue
      hundido por los propios japoneses.
    
Un mes antes, el emperador Hirohito había preguntado a su Estado
      Mayor qué tenía pensado hacer la Armada para defender Okinawa del
      ya entonces previsible ataque estadounidense, así que la Armada se
      vio en el compromiso de enviar al acorazado Yamato y su
      escolta contra la flota estadounidense. Muchos comandantes
      japoneses pusieron objeciones al plan, y sólo lo aceptaron cuando
      fueron informados de la confianza que el emperador había puesto en
      la misión. A las 16:00 el Yamato, el crucero ligero Yahagi
      y ocho destructores zarparon de Tokuyama rumbo a Okinawa
      bajo el mando del almirante Seiichi Itō.
      Ante la escasez de combustible, se había ordenado que sólo se
      proveyera a los barcos del necesario para llegar a su destino y
      entablar combate, pero el personal portuario las desobedeció y
      proporcionaron todo el combustible disponible, aunque ni siquiera
      era seguro que bastara para garantizar el regreso. Dos submarinos
      estadounidenses divisaron la flota y la siguieron informando de su
      posición.
    
Las victorias británicas en Birmania habían permitido abrir una
      vía de suministro hacia China, y con el material recibido de los
      aliados los chinos se habían organizado para atacar a los
      japoneses. Éstos se dieron cuenta de la novedad cuando trataron de
      ocupar Hunan. Entraron en sus suburbios sin encontrar mucha
      resistencia, pero pronto se vieron atrapados en emboscadas y fuego
      de mortero. Además, los chinos tenían la superioridad aérea. Tras
      varias derrotas, decidieron retirarse, pero los chinos los
      persiguieron provocando muchas bajas. Las guerrillas locales
      actuaron también y los japoneses perdieron una gran superficie de
      terreno.
    
Una parte de las fuerzas de Đurišić habían quedado atrapadas
      entre los partisanos y los croatas y habían forzado el paso hacia
      el grupo principal. De unos 800, sólo 220 lo lograron.
      
      Đurišić abandonó la idea de apartar a los croatas de su camino y
      trató de pasar por uno de sus flancos con parte de sus hombres. A
      los restantes les dijo que fingieran cambiar de bando para unirse
      a los croatas y buscar la primera oportunidad para marchar hacia
      Eslovenia.
    
Los partisanos yugoslavos ocuparon Sarajevo.
    
Desde Bratislava, las tropas soviéticas avanzaron hacia Chequia y
      ese día empezaron a cruzar el río Morava. 
    
Tras cuatro días de bombardeo por parte de la artillería, los
      soviéticos iniciaron el asalto a Königsberg. La ciudad estaba
      rodeada por tres líneas defensivas. Los soviéticos atacaron en
      todas direcciones. Hacia el mediodía la línea exterior había
      caído, tanto en el norte como en el sur, y la segunda estaba muy
      debilitada en el norte. Los soviéticos aportaron tropas de reserva
      y tres horas más tarde la segunda línea fue atravesada por varios
      puntos.
    
Británicos y estadounidenses iniciaron la "ofensiva de primavera"
      en Italia con un fuerte bombardeo sobre las defensas alemanas en
      el río Senio.
    
Unos 2.000 soldados alemanes llegaron a la isla de Texel desde el
      continente y empezaron a barrer a los rebeldes georgianos.
    
Un barco británico de transporte de tropas (Cuba) fue
      hundido en el Canal de La Mancha por un submarino alemán, que a su
      vez resultó hundido por un destructor británico.
    
El 7 de abril, a las 10:00, casi 400
      aviones despegaron en varias oleadas de ocho portaaviones
      estadounidenses situados al este de Okinawa. Se dirigieron hacia
      la flota japonesa por delante de una flota formada por 6
      acorazados, 7 cruceros y 21 destructores, que entrarían en combate
      si la aviación no liquidaba la flota japonesa. Los primeros
      aviones llegaron hasta el Yamato alrededor de las 12:00.
      Las precauciones ante la aviación japonesa resultaron inútiles.
      Pronto se descubrió que la flota enemiga carecía de protección
      aérea. A las 12:34 el Yamato abrió fuego. Los aviones
      estadounidenses actuaron con gran coordinación. Los cazas
      distraían a la artillería antiaérea para que los bombarderos
      pudieran descender y lanzar su carga. A las 12:46 un torpedo
      impactó sobre el crucero Yahagi en su sala de máquinas.
      Todo el personal de la sala resultó muerto y el barco quedó
      inmovilizado. Esto permitió que fuera fácilmente alcanzado por
      otros 6 torpedos y 12 bombas en varias oleadas de ataques aéreos.
      El destructor Isokaze trató de acudir en su ayuda, pero
      fue gravemente dañado y no tardó en hundirse. 
    
Mientras tanto, a pesar de su gran velocidad y sus maniobras
      evasivas, el Yamato había sido alcanzado por dos bombas y
      un torpedo. Una de las bombas desencadenó un incendio que no pudo
      ser extinguido. Mientras tanto los destructores Hamakaze y
      Suzutsuki también quedaron fuera de combate, y el primero
      acabó hundiéndose. A las 13:20 llegó la segunda oleada de aviones,
      que se concentró sobre el Yamato. Para entonces había
      recibido el impacto de al menos 8 torpedos y 15 bombas. Los
      torpedos habían sido lanzados deliberadamente contra el lado de
      babor, para escorarlo hasta que volcara. Los mecanismos de control
      de inundaciones habían sido destruidos, así que, a las 13:33, en
      un intento desesperado de evitar que el barco volcara, los
      miembros del equipo de control de inundaciones inundaron
      deliberadamente las salas de calderas y de máquinas de estribor,
      para nivelar la nave. No se molestaron en avisar a los marineros
      que ocupaban dichas zonas, así que varios centenares de ellos
      murieron ahogados. El acorazado se niveló, pero el agua que lo
      inundaba ralentizó su movimiento. A las 14:00 el Yahagi
      volcó y se hundió. Los aviones se concentraron en el timón del Yamato,
      de modo que a las 14:02 iba a la deriva. El almirante Itō ordenó a la tripulación abandonar el barco
      y a los destructores que se dedicaran a rescatar supervivientes. A
      las 14:05 el Yamato se había detenido y empezaba a volcar.
      El almirante Itō se negó a abandonar el barco. A
        las 14:20 el barco estaba completamente boca abajo y empezó a
        hundirse. A las 14:23 se produjo una enorme explosión que
        derribó varios aviones estadounidenses que se habían acercado a
        ver el espectáculo. De los 2.332 tripulantes del acorazado,
        murieron 2.055. Mientras trataba de regresar a su base, el
        destructor Asahimo fue bombardeado y hundido. El Kasumi
        estaba tan dañado que tuvo que ser hundido por otros
        destructores.
      
Durante el transcurso de la batalla, la aviación
        japonesa atacó a la flota estadounidense, en una prolongación de
        la operación Kikusui. Sin embargo, los resultados no
        fueron comparables a los del día anterior. Sólo produjeron daños
        leves en el portaaviones Hancock, en el acorazado Maryland
        y daños más graves en el destructor Bennet. A cambio,
        los japoneses perdieron unos 100 aviones. Las pérdidas
        estadounidenses fueron de 97 muertos, 122 heridos, 10 aviones
        destruidos y los pequeños daños en la flota que acabamos de
        referir. Más de 4.000 japoneses murieron en la batalla, pero lo
        más relevante es que la flota japonesa había dejado de existir.
      
Ese día el primer ministro Kuniaki Koiso fue reemplazado por el almirante Kantarō Suzuki,
        que tenía ya 77 años.
      
Submarinos estadounidenses hundieron un crucero
        japonés (Isuzu) en el mar de Java.
      
Un bombardeo estadounidense destruyó la mayor
        parte de la fábrica de motores de aviones de Mitsubishi
        en Nagoya.
      
Los alemanes habían lanzado varios contraataques en Königsberg
      durante la noche, usando sus últimas reservas, pero los soviéticos
      lograron rechazarlos todos, con muchas bajas por ambas partes. Una
      mejora del tiempo permitió a los soviéticos emplear la aviación de
      la flota del Báltico. Algunos fuertes de los anillos defensivos
      que se habían resistido el día anterior fueron asaltados con
      lanzallamas, mientras que en otros se abrieron brechas en las
      murallas con explosivos. Se inició un combate casa por casa hacia
      la fortaleza central de la ciudad. El general al mando , Otto
        Lasch, viendo que todo estaba perdido, envió un mensaje por
      radio al cuartel general de Hitler, solicitando permiso para
      rendirse. La respuesta fue "luchar hasta el último soldado".
      
    
El intento de los chetniks de Đurišić de unirse a los
      croatas no funcionó. Fueron atacados por la artillería cerca de Razboj
      y luego por la infantería apoyada por tanques. Acabaron siendo
      rodeados y poco a poco se fueron rindiendo.
    
Hasta ese momento, los alemanes habían mantenido a los soviéticos
      fuera de los suburbios de Viena, pero finalmente lograron tomar
      algunas posiciones aisladas en el sur.
    
Ese día entró en acción el Comando Especial Elba, una
      unidad de la Luftwaffe formada por pilotos con escasa
      experiencia con una estrategia de ataque similar a la de los kamikazes
      japoneses pero quitando la estupidez de suicidarse. La idea era
      lanzar el avión contra un avión enemigo para estrellarlo, pero
      saltar en paracaídas antes del choque. Un total de 120 aviones—que
      no pilotos—suicidas salió a detener una oleada de bombarderos
      estadounidenses, pero el resultado fue deplorable: unos 90 aviones
      fueron abatidos y sólo 15 bombarderos enemigos fueron atacados, de
      los cuales sólo 8 fueron derribados. La primera misión del Comando
Especial
        Elba fue también la última.
    
La aviación aliada hundió un carguero alemán (Oldenburg)
      en Vadheim (Noruega).
    
Un submarino alemán hundió un carguero estadounidense (James
        W. Nesmith) en el mar de Irlanda.
    
El 8 de abril un subarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Ritsu Go) en el
      mar de la China Oriental.
    
La resistencia en Okinawa seguía siendo intensa. Esa noche los
      estadounidenses lograron tomar un promontorio a los japoneses,
      pero les había costado unas 1.500 bajas. Por su parte, las bajas
      japonesas fueron de unos 4.500 hombres.
    
Los alrededores de la ciudad de Cebú estaban ya libres de toda
      presencia japonesa, pero todavía quedaban muchos japoneses en
      otros sectores de la isla.
    
Los japoneses habían encarcelado al rey de Laos, Sisavong,
      hasta entonces un títere de los franceses, y su primer ministro,
      el príncipe Phetsarath, se vio presionado para declarar la
      independencia de Laos, que pasaba a formar parte de la Esfera
        de Coprosperidad de la Gran Asia Oriental.  
    
Ese día la República del Turquestán Oriental creó el Ejército
        Nacional de Illi, que recibió uniformes, armamento y
      entrenamiento de la Unión Soviética para combatir a los
      nacionalistas chinos.
    
En Königsberg las tropas soviéticas que atacaban desde el norte
      entraron en contacto con las que atacaban desde el sur, y se formó
      una bolsa de soldados alemanes aislada del centro de la ciudad,
      donde el general Lasch contaba con unos 40.000 soldados y rechazó
      una oferta de rendición. Los alemanes trataron de romper el cerco
      soviético atacando al mismo tiempo desde el centro de la ciudad y
      desde la bolsa secundaria, pero sin éxito. La aviación soviética
      causaba estragos.
    
Los soviéticos ocupaban ya los suburbios al oeste de Viena y
      estaban empezando a infiltrarse en los suburbios septentrionales y
      orientales. Mientras tanto, otras tropas rebasaban la ciudad y se
      dirigían hacia Linz y Graz. 
    
Hans von Dohnányi llevaba preso más de dos años, pero el diario
      de Canaris lo había incriminado definitivamente en el atentado del
      20 de julio. Por órdenes expresas de Hitler, un tribunal lo había
      condenado a muerte hacía dos días y así fue ahorcado en en campo
      de concentración de Sachsenhausen.
    
Los muelles de Hamburgo fueron atacados por 440 aviones de la RAF. 
Seis
      submarinos alemanes resultaron hundidos, además de un carguero (Albert).
    
Un ingeniero preso en Buchenwald, el polaco Gwidon Damazyn,
      había logrado construir una emisora de radio de onda corta, y ese
      día transmitió un mensaje en morse varias veces en inglés, alemán
      y ruso:
    
A los aliados. Al ejército del general Patton. Aquí el campo de concentración de Buchenwald. SOS. Socorro. Pretenden evacuarnos. Las SS quieren destruirnos.
De la transmisión en ruso se encargó el prisionero Konstantin
        Ivanovich Leonov. Tres minutos después de la que fue la
      última transmisión recibieron una respuesta:
    
KZ Bu [Campo de concentración de Buchenwald] Resistan. Corremos en su ayuda. El mando del Tercer Ejército.
Inmediatamente, los prisioneros tomaron las armas que habían
      logrado recolectar en los tres últimos años (una ametralladora y
      91 fusiles), asaltaron las torres de vigilancia, mataron unos
      cuantos guardias y pusieron en fuga al resto. Mientras tanto se
      recibió una llamada del cuartel general de la Gestapo en Weimar
      que anunciaba que se iban a enviar explosivos para eliminar todo
      vestigio del campo, incluyendo a los prisioneros. Un prisionero
      respondió que no hacía falta que enviaran explosivos, que el campo
      ya había sido volado (lo cual era falso, pero coló).
    
Los ingenieros estadounidenses tendieron un puente en una de las cabezas de puente sobre el Neckar al sur de Heilbronn, pero apenas lo habían cruzado una compañía de tanques y dos batallones cuando la artillería alemana lo destruyó.
La noche anterior varios grupos de paracaidistas británicos y
      franceses habían descendido en diversos puntos de los Países Bajos
      ocupados todavía por los alemanes, con el fin de tomar intactos
      varios puentes y canales de interés estratégico. Muchos de los
      objetivos se cumplieron con éxito. En total, hubo 34 paracaidistas
      muertos, 60 heridos y 69 hechos prisioneros. Los alemanes contaron
      300 muertos y 187 prisioneros.
    
Ese día se completó la construcción de un puente sobre el Rin en
      Wessel y se comprobó que soportaba el paso de un tren. Era el
      primer puente robusto que un ejército construía sobre el Rin desde
      los tiempos de Julio César. A partir de ese momento empezó a ser
      cruzado por trenes de 50 vagones cargados con suministros que
      tenían que reducir su velocidad a 8 km/h para evitar vibraciones.
    
Fragatas británicas hundieron dos submarinos alemanes en el
      océano Atlántico, cerca de la costa británica.
    
El 9 de abril destructores
      estadounidenses hundieron un submarino japonés cerca de la costa
      de Japón.
    
Un submarino estadounidense hundió un carguero japonés (Nikko
        Maru) cerca de la costa China. Murieron 668 personas a
      bordo.
    
Una lancha torpedera suicida japonesa lanzó un torpedo sobre un
      destructor estadounidense (USS Charles J. Badger)
      provocando daños graves, si bien no llegó a hundirse. No obstante,
      la lancha falló en su objetivo de suicidarse y escapó indemne.
    
Tropas estadounidenses desembarcaron en la pequeña isla de Busuanga,
      cerca de Palawan, mataron a 10 japoneses que encontraron allí y
      declararon la isla segura. En las montañas de la isla de Negros,
      la resistencia japonesa seguía siendo intensa. Tres regimientos
      estadounidenses iniciaron un avance para estrechar las posiciones
      japonesas, pero se encontraron con las típicas trampas y búnqueres
      que disponían los japoneses en las montañas de las islas. Éstos
      adoptaban una actitud defensiva durante el día y llevaban a cabo
      ataques por la noche.
    
El primer ministro griego, Nikolaos Plastiras, no acababa de
      contar con la confianza de los británicos, así que la prensa
      publicó una carta suya en la que unos años atrás había propuesto
      la intervención alemana para poner fin a la guerra greco-italiana
      que había tenido lugar cinco años atrás, y esto forzó su dimisión.
      El regente, Damaskinos de Atenas, puso a Petros Vulgaris
      al frente de un gobierno provisional.
    
La aviación soviética hundió un carguero alemán (Albert Jensen)
      cerca de la costa de Prusia Oriental.
    
Unos 300 aviones británicos bombardearon el puerto de Kiel y
      hundieron el crucero Almirante Scheer, además de dos
      submarinos.
    
Aviones británicos hundieron también dos submarinos alemanes
      cerca de Gotemburgo (Suecia) y otro más un poco más al
      norte, junto a un carguero (Carsten Russ).
    
El día anterior Wilhelm Canaris y otros implicados principalmente
      por su diario, entre ellos el pastor y teólogo Dietrich
      Bonhoeffer, fueron juzgados y condenados a muerte por traición, en
      un juicio sumarísimo sin testigos ni otras florituras superfluas.
      Al amanecer fueron conducidos desnudos hasta el patíbulo donde
      fueron ahorcados. Bonhoeffer había recibido varias ofertas de los
      guardias de la prisión en que había estado recluido durante año y
      medio, para sacarlo de allí, pero el teólogo las había rechazado
      para evitar represalias sobre sus familiares, algunos de los
      cuales estaban también encarcelados.
    
Ese mismo día fue ejecutado en Dachau de un tiro en la nuca el
      carpintero Georg Elser, que seis años atrás había tratado de
      asesinar a Hitler en Munich. Lo habían mantenido con vida hasta
      entonces con la intención de celebrar un juicio propagandístico
      cuando acabara la guerra, pero estaba claro que eso no iba a
      suceder nunca, así que Hitler ajustó cuentas. Con Elser fue
      ejecutado también el capitán Sigismund P. Best, secuestrado por la
      Gestapo en Venlo poco después del atentado y al que
      pretendían acusar de haber organizado el atentado de Elser.
    
Los alemanes habían consentido que parte de los expedicionarios
      de la Cruz Roja Sueca regresaran a su país y fueran relevados por
      daneses. Ese día una expedición sueco-danesa viajó hasta Berlín
      para rescatar unos 200 prisioneros que estaban confinados en
      cárceles ordinarias en lugar de en campos de concentración. Otra
      columna rescató a 211 prisioneros de las cárceles de varias
      ciudades.
    
Los estadounidenses tenían ya varias cabezas de puente sobre el
      río Leine e instaban a Omar Bradley a que autorizara el avance
      hacia el Elba. Para entonces los estadounidenses controlaban la
      mayor parte de Heilbronn.
    
Viendo que todo intento de resistir a los soviéticos era inútil, a las 18:00 el general Lasch envió emisarios para negociar la rendición de Königsberg, y ésta fue aceptada poco antes de la medianoche. Para entonces el 80% de la ciudad estaba en ruinas, en parte debido a bombardeos previos de la RAF y luego por el ataque soviético.
Los soviéticos estaban empezando a alcanzar el centro de Viena,
      pero los combates calle por calle todavía eran muy intensos.
    
A los bombardeos en el norte de Italia se unió la aviación. Desde
      las 15:20 hasta las 19:10 se lanzaron cinco andanadas de
      artillería de media hora alternadas con bombardeos aéreos. Tanques
      y vehículos lanzallamas fueron distribuidos por el frente. Al
      anochecer se inició el avance de la infantería india y
      neozelandesa.
    
Un carguero estadounidense (Charles Henderson) explotó
      mientras se descargaban en Bari las 2.000 toneladas de bombas que
      transportaba. La explosión mató a 360 personas y dejó 1.730
      heridos. Un carguero italiano que estaba junto a él (Lucia C.)
      también resultó hundido.
    
Un minisubmarino alemán hundió un petrolero estadounidense en el
      Escalda.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (Samida)
      en el canal de La Mancha.
    
El 10 de abril un submarino neerlandés
      hundió un petrolero japonés (Hosei Maru) en el estrecho de
      la Sonda.
    
Persiguiendo a los alemanes que se retiraban de Sarajevo, los
      partisanos yugoslavos habían tomado Visoko, Kakanj
      y ahora Busovača. Con esto dieron por concluida la campaña
      de Sarajevo.
    
Los soviéticos tomaron la ciudad eslovaca de Trenčín y
      cruzaron el río Váh al sur de la ciudad, a pesar de que
      los alemanes habían derruido todos los puentes antes de retirarse.
    
Un submarino soviético hundió un carguero alemán (Ilmenau)
      cerca de la costa de Letonia. Una lancha torpedera alemana hundió
      por error un carguero alemán (Neuwerk) que transportaba
      evacuados de Prusia Oriental. Murieron unas 960 personas. Sólo
      hubo 8 supervivientes.
    
En Viena los alemanes destruyeron todos los puentes sobre el
      Danubio excepto dos.
    
Las fuerzas estadounidenses iniciaron su avance hacia el Elba,
      que era el objetivo final de la campaña (aunque algunos oficiales
      aspiraban a llegar hasta Berlín).
    
Los estadounidenses liberaron Hanover. La aviación aliada derribó
      ese día 30 aviones a reacción Messerschmitt Me262, con lo
      que la Luftwaffe quedó definitivamente tocada y se
      abandonó cualquier esperanza de usarla con éxito en la defensa de
      Berlín.
    
El día anterior un batallón canadiense bajo el mando del mayor Christopher
        Vokes había entrado la ciudad alemana de Sögel, pero, tras
      haber rechazado varios contraataques en los que participaron
      civiles, Vokes ordenó destruir con dinamita el centro de la
      ciudad, y así se hizo.
    
La bolsa del Ruhr se estrechó más con la liberación de Essen.
    
La aviación británica hundió un carguero alemán (Hansa I)
      cerca de la costa sueca.
    
En Italia, al anochecer, los neozelandeses habían llegado al río
      Santerno, lo que suponía un avance de 5.6 km.
    
El ejército francés inició un nuevo ataque hacia el paso del
      Pequeño San Bernardo, en los Alpes. A la vez, los franceses
      atacaron el macizo de Authion, empezando con un bombardeo
      de artillería contra el Fort de la Forca, pero los
      proyectiles no eran adecuados y apenas dañaron las estructuras de
      cemento. Un batallón de infantería tuvo que detener su avance al
      encontrarse con alambradas protegidas por el fuego enemigo. Los
      combates se prolongaron durante todo el día y el saldo fue de 66
      muertos y heridos franceses a cambio de unas ganancias mínimas.
    
Un destructor y una corbeta británica hundieron un submarino
      alemán cerca de Saint-Nazaire, en Francia.
    
Los ataques kamikazes contra la flota estadounidense en
      Okinawa no habían cesado. El 11 de abril
      resultaron dañados el portaaviones Enterprise y el
      acorazado Missouri. El portaaviones Essex sufrió
      un daño en el casco bajo su línea de flotación.
    
En Mindanao los japoneses habían abandonado la zona de Malabang y
      se habían replegado hacia Parang. Ese día se produjo un
      nuevo desembarco estadounidense en la región de Visayas,
      concretamente en la isla de Bohol, donde contaban con el
      apoyo de la guerrilla local.
    
Ocho australianos desembarcaron durante la noche en la isla de Muschu,
      en la costa de Nueva Guinea, cerca de Wewak, con la misión de
      reconocer el terreno y capturar un oficial japonés para
      interrogarlo, todo esto como paso previo a una invasión de Wewak.
      Corrientes marinas imprevistas hicieron que las cuatro lanchas
      fueran lanzadas a tierra por las olas, de modo que se perdió buena
      parte del equipo. Los japoneses encontraron los restos e iniciaron
      una búsqueda con unos mil hombres. Siete de ellos fueron
      capturados, mientras que el octavo pudo huir cruzando a nado el
      canal de 3 km que separa la isla de Wewak, y desde allí tuvo que
      desplazarse por territorio enemigo hasta que más de una semana más
      tarde encontraría una patrulla australiana.
    
Muy diferente fue el resultado de una misión similar, en la que
      13 australianos desembarcaron en la isla de Ternate y rescataron
      al sultán, sus dos esposas, sus ocho hijos y el resto de su corte
      y los llevaron a Morotai. El sultán había permanecido hasta
      entonces secuestrado en su palacio por los japoneses. Sólo uno de
      los 13 australianos resultó muerto.
    
La aviación soviética hundió un barco hospital alemán (Posen)
      e hizo encallar un carguero (Moltkefels) en Prusia Oriental
      provocando entre ambos 800 muertos.
    
Los soviéticos entraron en Lanžhot, en Chequia, tras
      cuatro días de combates. La cuarta parte de sus casas había sido
      destruida.
    
Tropas estadounidenses habían avanzado 117 km en poco más de 24
      horas y habían alcanzado el Elba al sur de Magdeburgo, con
      lo que se encontraban a apenas 80 km de Berlín. Ese día las tropas
      de Patton liberaron Coburgo. 
    
A las 15:15 llegaron tropas estadounidenses al campo de
      concentración de Buchenwald. Desde ese día el reloj de la entrada
      marca permanentemente esa hora. Más tarde entraron en el campo de
      Langenstein, uno de los campos menores integrados en el
      complejo de Buchenwald. Allí fueron liberados unos 21.000
      prisioneros. Los estadounidenses dieron órdenes al alcalde de
      Langenstein de enviar comida y agua al campo y solicitaron la
      llegada urgente de servicios médicos.
    
Las tropas indias llegaron al Santerno cuando los neozelandeses
      ya habían empezado a cruzarlo. Por la noche lo cruzaron también
      tropas polacas.
    
Los alemanes iniciaron una sucesión de contraataques en el macizo
      de Authion, pero al final del día los franceses habían abierto una
      brecha en la línea defensiva y por la noche varias fortalezas
      fueron abandonadas y la guarnición de otra de ellas se rindió a
      los franceses.
    
España rompió sus relaciones diplomáticas con Japón, como
      consecuencia de las atrocidades cometidas por los japoneses en
      Manila. Al menos 66 misioneros españoles en Manila habían muerto
      durante la guerra, muchos de ellos asesinados por los japoneses.
    
Chile declaró la guerra a Japón.
    
Ese día se estrenó La zarina, una comedia dirigida por
      Ernst Lubitsch ambientada en la Rusia de Catalina la Grande. En
      realidad, aunque Lubitsch había dirigido los ensayos, había caído
      enfermo y el rodaje había corrido a cargo de Otto Preminger,
      un director nacido en Austria, que había emigrado a los Estados
      Unidos hacía una década y había alcanzado la fama en Broadway y,
      más tarde, como director de cine negro.
    
El 12 de abril nueve "bakas"
      atacaron la flota estadounidense en Okinawa. Uno partió en dos el
      destructor USS Mannert L. Abele. El destructor USS
        Jeffers logró abatir otro a 45 metros del barco, pero la
      explosión le provocó daños sustanciales. El destructor USS
        Stanly fue atacado por dos bakas. Uno lo atravesó y
      acabó explotando bajo el agua, mientras que el otro falló por poco
      (probablemente el fuego antiaéreo había matado al piloto) y se
      estrelló en el agua. Sólo uno de los aviones remolcadores regresó
      a la base. Los destructores USS Lindsey y USS Zellars
      fueron dañados gravemente por kamikazes "ordinarios". En
      Okinawa, durante la noche los japoneses lanzaron un ataque
      generalizado a lo largo de todo el frente meridional de la isla.
      Tras un fiero combate a corta distancia, los atacantes se
      retiraron.
    
Los partisanos yugoslavos (que entonces ya se hacían llamar
      Ejército Yugoslavo) rompieron las líneas defensivas alemanas y
      tomaron rápidamente Vukovar, Vinkovci y Županja,
      despejando el camino hacia Eslovenia y hacia la capital Croata.
    
La aviación soviética hundió un carguero alemán (Weserstein)
      en el puerto de Pillau, en Prusia Oriental.
    
La Orquesta Filarmónica de Berlín dio un concierto al que
      acudieron numerosos políticos y militares alemanes del momento. La
      última pieza interpretada fue el finale de El ocaso de
        los dioses, de Wagner, tras lo cual, miembros de las
      Juventudes Hitlerianas obsequiaron a los presentes con unas
      prácticas cápsulas de ácido prúsico. El suicidio se estaba
      poniendo de moda en Berlín entre las elites nazis.
    
El almirante Karl Dönitz organizó un grupo de siete submarinos
      alemanes que debía atacar el tráfico marítimo de Nueva York,
      mientras que otros dos submarinos debían dirigirse a aguas
      canadienses. El primer grupo recibió el nombre de Lobo de mar.
      Los aliados descifraron las órdenes emitidas y estaban al tanto de
      la salida y el destino de los submarinos. Sin embargo, hacía un
      tiempo que temían que los alemanes pudieran equipar a algunos de
      sus submarinos con plataformas de lanzamiento de cohetes V-2, y
      habían activado un plan de protección formado por dos "barreras",
      la primera de las cuales estaba formada por 2 portaaviones de
      escolta y 20 destructores, y la segunda por otros 2 portaaviones
      de escolta y 22 destructores.
    
Las tropas estadounidenses continuaban llegando a la orilla
      occidental del Elba. La resistencia alemana era impredecible: era
      inexistente en algunas zonas y muy potente en otras. Uno de los
      mayores focos de resistencia resultó ser Leipzig, donde los
      alemanes habían dispuesto un cordón de baterías antiaéreas que
      usaban contra las tropas terrestres causando graves daños.
      Eisenhower ordenó a Patton que detuviera su avance en el río Mulde,
      como consecuencia de un acuerdo con los soviéticos para establecer
      una frontera geográfica fácilmente identificable para evitar
      choques accidentales entre estadounidenses y soviéticos.
    
Heilbronn, prácticamente en ruinas, estaba ya libre tropas
      alemanas, y los estadounidenses habían levantado allí un puente
      sobre el Neckar.
    
Impactado por los informes que recibió, Eisenhower quiso ver
      personalmente el campo de concentración de Ohrdruf, y allí llegó
      acompañado de Patton y Bradley. Luego envió un informe al general
      Marshall:
    
Mientras recorría el campo me encontré con tres hombres que habían sido prisioneros y que, por una u otra artimaña, habían logrado escapar. Los entrevisté a través de un intérprete. La evidencia visual y el testimonio verbal de hambre, crueldad y bestialidad fueron tan abrumadores que me dejaron un poco enfermo. En una habitación, donde estaban amontonados veinte o treinta hombres desnudos, muertos de hambre, George Patton ni siquiera quiso entrar. Dijo que enfermaría si lo hacía. Hice la visita a propósito para estar en condiciones de dar pruebas de primera mano de estas cosas si alguna vez, en el futuro, surgiera una tendencia a calificar estos informes de mera propaganda.
Patton escribió en su diario:
En un cobertizo había una pila de unos 40 cuerpos humanos completamente desnudos en las últimas etapas de emaciación. Habían sido rociados con algo de cal, no para destruirlos, sino para eliminar el hedor. Cuando el cobertizo estuvo lleno —supongo que su capacidad sería de unos 200— los cuerpos fueron llevados a un pozo a una milla del campamento, donde fueron enterrados. Los reclusos afirmaron que 3.000 hombres que habían recibido disparos en la cabeza o que habían muerto de hambre habían sido enterrados desde el 1 de enero.
Cuando empezamos a acercarnos con nuestras tropas, los alemanes pensaron que convenía eliminar las pruebas de su crimen, por lo que hicieron que algunos de los esclavos exhumarn los cuerpos y los cologaran en una gigantesca plancha compuesta por vás de tren de 60 cm colocadas sobre cimientos de ladrillo. Vertieron brea sobre los cuerpos y luego encendieron un fuego con carbón y madera de pino bajo ellos. No tuvieron mucho éxito en sus operaciones, pues había un montón de huesos humanos, cráneos, torsos carbonizados encima o debajo de la plancha, que debían sumar varios centenares.
También llegaron periodistas al campo de Buchenwald y ese mismo
      día la CBS transmitió por radio el informe de uno de sus enviados.
      Mientras la prensa soviética había mencionado superficialmente la
      liberación de Auschwitz, Eisenhower puso especial interés en que
      las evidencias de los crímenes nazis fueran atestiguadas y
      difundidas por los periodistas.
    
La RAF hundió tres cargueros noruetos (Dione, Nordsjø y Traust) y uno alemán
      (Kalmar) en Porsgrunn (Noruega). Un submarino
      británico hundió otro alemán cerca de Bergen.
    
En Italia, mientras una división británica cruzaba el Santerno,
      otra avanzaba bordeando el lago Comacchio, donde encontró
      resistencia por parte de los alemanes en un puente cerca de Menate.
    
Ese día terminó la batalla de Authion. Los franceses habían
      abierto un camino desde Francia hacia el norte de Italia. El
      balance fue de unos 200 franceses y 100 alemanes muertos.
    
Una buena parte de los Países Bajos seguía bajo control alemán.
      Esa noche los británicos y los canadienses lanzaron una ofensiva
      contra Arnhem, que debía haber sido liberada en la operación Market
        Garden, pero no había sido así. El combate se inició con un
      monumental bombardeo por parte de la artillería y la aviación. A
      las 23:45 una compañía cruzó el río IJssel y encontró una
      oposición escasa en el margen oriental.
    
Fragatas británicas hundieron un submarino alemán en el mar de
      Irlanda.
    
El presidente Frankiln D. Roosevelt se había retirado a La
        pequeña Casa Blanca, una residencia que tenía en Georgia
      para descansar unos días antes de dirigirse a San Francisco a la
      conferencia inaugural de las Naciones Unidas. Allí estaba posando
      para un retrato sentado en una silla cuando dijo: ¡Tengo un
        terrible dolor de cabeza! A continuación se desplomó hacia
      adelante en la silla y fue llevado a su dormitorio. Murió a las
      15:35, víctima de una hemorragia cerebral, a los 63 años. El
      vicepresidente, Harry S. Truman, fue llamado a la Casa Blanca,
      donde Eleanor Roosevelt le dio la noticia. Truman respondió: ¿Hay
algo
        que pueda hacer por usted? y ella le contestó: ¿Hay algo
        que podamos hacer por usted?, porque es usted el que tiene un
        problema ahora. En efecto, Truman no estaba hecho para ser
      presidente. Le gustaba demasiado pasar su tiempo jugando al póquer
      y bebiendo bourbon y su carácter era más espontáneo y
      ordinario de lo que requería el cargo. Él mismo era consciente de
      ello y no tuvo reparos en decírselo a unos periodistas al día
      siguiente. Lo hizo en estos términos:
    
Muchachos, si rezáis alguna vez, rezad ahora por mí. No sé si alguna vez os ha caído encima un montón de heno, pero cuando me dijeron lo que pasó ayer, me sentí como si la luna, las estrellas y todos los planetas hubieran caído sobre mí.
A las 19:00 prestó juramento como trigesimotercer presidente de
      los Estados Unidos. Entre los numerosos homenajes que la radio
      estadounidense le dedicó ese día a Roosevelt destacó el programa
      de Orson Wells:
    
El no necesita homenajes y quienes lo amamos no tenemos tiempo para lágrimas [...] Nuestros hijos y hermanos combatientes no pueden parar esta noche para señalar la muerte de quien dará nombre a la era en que vivimos.
El 13 de abril los estadounidenses
      llegaron a la punta más septentrional de Okinawa. En el frente
      meridional se repitió un ataque como el de la noche anterior, que
      también acabó siendo rechazado.
    
Los japoneses retomaron la ofensiva en Hunan.
    
La aviación soviética hundió un carguero alemán (Karlsruhe)
      en la península de Hela.
    
Tras la caída de Königsberg, la presencia alemana en Prusia
      Oriental se concentraba en la península de Sambia. Una oferta de
      rendición quedó sin respuesta, tras la cual los soviéticos
      empezaron a bombardear el frente con la artillería y con la
      aviación. Luego la infantería avanzó y tomó Rauschen, en
      el extremo septentrional de la península. Las fuerzas alemanas
      situadas al norte se vieron obligadas a retroceder hasta Palmnicken,
      donde fueron destruidas.
    
Los soviéticos cruzaron el río Morava cerca de Hodonín,
      que fue tomada ese día.
    
En Viena una flotilla soviética llegó por el Danubio y desembarcó
      en ambas orillas del río tomando intacto uno de los dos puentes
      que quedaban sobre el río en la capital austríaca. Ese mismo día
      los últimos alemanes que defendían la ciudad se rindieron a los
      soviéticos. La ciudad estaba sin abastecimiento de agua, gas o
      electricidad, y proliferaban bandas (tanto de austríacos como de
      extranjeros) que desvalijaban las casas de los civiles indefensos.
      Los primeros soldados soviéticos que entraron en la ciudad
      tuvieron un comportamiento razonable, pero con la segunda oleada
      llegaron los típicos violadores y saqueadores comunistas que
      sembraron el pánico durante varias semanas.
    
Un tren que transportaba unos 4.000 prisioneros que los alemanes
      habían sacado de un campo de concentración ante el avance
      estadounidense tuvo que detenerse cerca de Gardelegen
      porque las vías estaban dañadas. Los guardias de las SS eran muy
      pocos, así que tuvieron que reclutar fuerzas de las Juventudes
      Hitlerianas y otras organizaciones locales para manejar a los
      prisioneros. Ese día, cerca de un millar de ellos, que estaban
      enfermos o demasiado débiles para continuar el camino andando,
      fueron llevados a un granero. Luego los guardias bloquearon las
      puertas y prendieron fuego a la paja, previamente rociada con
      gasolina. Algunos prisioneros trataron de escapar de las llamas
      cavando bajo las paredes del granero, pero muchos de ellos fueron
      abatidos al salir. Algunos, no obstante, lograron escapar.
    
Los estadounidenses habían establecido cabezas de puente sobre el
      Elba y esperaban permiso para avanzar hacia Berlín.
    
En los Países Bajos los británicos habían empezado a construir un
      puente sobre el IJssel a las 00:50. Una segunda oleada cruzó el
      río bajo un intenso fuego enemigo, pero luego avanzó rápidamente
      hacia Arnhem. A las 8:45 estaba habilitado el puente por el que
      empezaron a pasar tanques a la otra orilla del río. Los alemanes
      defendieron Arnhem durante todo el día, pero al caer la noche los
      británicos estaban ya preparados para entrar en la ciudad al día
      siguiente.
    
El cuerpo de Roosevelt fue transportado en tren hasta Washington D.C. Miles de personas se acercaron a las vías para presentar sus respetos.
El 14 de abril un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Juzan Maru)
      junto a la isla coreana de Jeju y dejó parcialmente
      hundidos en aguas poco profundas dos buques de escolta en los que
      murieron 173 tripulantes. Otro hundió otros dos cargueros (Kako
        Go y Shonan Maru) en el mar de Java.
    
Un ataque kamikaze dañó el destructor USS Sigsbee
      en Okinawa. Siete aviones portadores de bakas fueron
      abatidos antes de que los lanzaran. En la isla tuvo lugar, por
      tercera noche consecutiva, un nuevo ataque nocturno japonés, pero
      fue el último. Los japoneses concluyeron que los estadounidenses
      eran vulnerables a las infiltraciones nocturnas, pero que
      concentrar muchos soldados en un ataque era contraproducente por
      su mayor potencia de fuego, así que volvieron a su anterior
      estrategia defensiva.
    
El teniente estadounidense Emerson Hunt fue capturado por
      los alemanes cerca de Gardelegen, y logró convencerlos de que
      tanques estadounidenses se dirigían hacia la ciudad, lo que hizo
      que la guarnición alemana se rindiera sin lucha. Los
      estadounidenses llegaron antes de que los alemanes hubieran tenido
      tiempo de incinerar y enterrar los restos de la matanza que habían
      llevado a cabo el día anterior.
    
Las tropas canadienses del mayor Vokes habían ocupado la ciudad
      de Friesoythe. Durante el combate, unos 50 soldados
      alemanes habían atacado la base en la que se encontraba el
      teniente coronel Frederick Wigle, el cual acabó muerto.
      Corrieron rumores (probablemente falsos) de que Wigle había muerto
      a manos de un civil. Vokes se puso furioso al enterarse de la
      muerte de Wigle. Llamó a uno de sus ayudantes, el teniente coronel
      Mackenzie Robinson, y le dijo: Mac, voy a demoler esta
        condenada ciudad. Diles que vamos a arrasar este jodido sitio.
        Haz que la gente salga antes de sus malditas casas. Robinson
      obedeció, pero convenció a Vokes de que no pusiera nada por
      escrito. En realidad, los hombres del batallón que había dirigido
      Wigle ya habían empezado a incendiar Friesoythe por su cuenta,
      pero en cuanto llegó la orden de Vokes la tarea se llevó a cabo de
      forma sistemática, con lanzallamas y granadas de fósforo, durante
      más de ocho horas. Situaciones similares, normalmente no tan
      radicales, se daban con cierta frecuencia por estas fechas.
    
Precisamente, el día anterior el obispo von Galen se había
      dirigido a las autoridades militares estadounidenses para
      protestar por las violaciones de mujeres que llevaban a cabo los
      soldados soviéticos y polacos y por los actos de pillaje nocturno
      por parte de los británicos y estadounidenses.
    
Los estadounidenses liberaron Bayreuth.
    
Toda la zona de la bolsa del Ruhr situada al norte del río había
      sido ya liquidada. Y ese día el quinto y el noveno ejército
      estadounidense se encontraron en Hattingen, con lo que la
      bolsa al sur del río fue dividida en dos. Cada día los
      estadounidenses hacían miles de prisioneros.
    
A lo largo del día los británicos tomaron la mayor parte de Arnhem, que estaba completamente en ruinas. Mucho más al norte de los Países Bajos tropas canadienses estaban llegando al centro de Groningen.
La gran duquesa Carlota de Luxemburgo regresó de su exilio en
      Londres.
    
Fuerzas polacas liberaron Imola, a unos 30 km al sur de
      Bolonia. Los combates se trasladaron al río Sillaro.
      Intervinieron entonces los estadounidenses, tras un bombardeo a
      cargo de 2.000 bombarderos pesados y 2.000 piezas de artillería.
    
Más al norte, los británicos habían avanzado desde el Santerno
      hasta el río Reno, y habían llegado a cruzarlo en Bastia, pero un
      contraataque los había obligado a retroceder. La división que
      avanzaba desde Menate se había detenido en un intento de cruzar el
      canal Fossa Marina. 
    
Una torpedera alemana hundió por error un submarino alemán en la
      costa septentrional danesa.
    
Ese día tuvo lugar en la Casa Blanca el funeral del presidente
      Roosevelt.
    
Un submarino alemán hundió un carguero belga (Belgian Airman)
      frente a la costa de Maryland.
    
A lo largo de los últimos cinco días habían ido llegando a Cold
      Bay otros tantos barcos mercantes soviéticos, cada uno de los
      cuales transportaba casi 500 soldados que debían ser entrenados
      para manejar los barcos que los Estados Unidos iban a ceder a la
      Unión Soviética como ayuda para la guerra contra Japón. En total
      habían desembarcado 2.358 soldados, que se sumaron a los 1.350
      estadounidenses presentes en la base.
    
El 15 de abril los estadounidenses se
      encontraron con una gran resistencia japonesa en la isla filipina
      de Jolo, alrededor del monte Dajó, donde unos 3.700
      japoneses hacían frente a un regimiento de infantería apoyado por
      la guerrilla filipina.
    
El general francés Marcel Alessandri seguía atrapado en la
      Indochina Francesa sin posibilidad de llegar a China. La falta de
      provisiones y las enfermedades le obligaron a desarmar y dispersar
      a sus tropas vietnamitas, lo que enfureció a franceses y
      vietnamitas por igual. Los soldados coloniales estaban lejos de
      sus hogares, y muchos fueron capturados por los japoneses. Otros
      se unieron a las guerrillas comunistas. Las tropas francesas
      siguieron su camino abandonando paulatinamente vehículos y
      municiones.
    
El ejército búlgaro había atravesado Hungría y finalmente
      estableció posiciones defensivas en Eslovenia, cerca de la
      frontera con Yugoslavia.
    
Una expedición de la Cruz Roja rescató 524 prisioneros
      escandinavos de las cárceles de Mecklenburgo. Otra recogió 423
      judíos escandinavos de Theresienstadt y emprendió un peligroso
      camino de regreso a Neugammen, que afortunadamente no se cobró
      ninguna vida. Poco después los judíos pudieron ser evacuados a
      Suecia.
    
Los estadounidenses descubrieron casualmente en Gardelegen el
      granero aún humeante en el que habían sido quemados vivos los
      prisioneros de guerra dos días antes. Encontraron 1.016 cadáveres
      y entrevistaron a varios prisioneros que habían logrado escapar.
      (En total, se encontraron vivos siete polacos, tres soviéticos y
      un francés.) Ese mismo día el New York Times y el Washington
        Post informaron del suceso, y recogieron el testimonio de un
      soldado estadounidense, que había declarado:
    
Nunca había tenido tan claro por qué estaba luchando. Antes de esto uno podría haber dicho que estas historias eran propaganda, pero ahora sabes que no lo eran. Ahí están los cuerpos y todos esos individuos están muertos.
Ese mismo día tropas británicas y canadienses entraron en el
      campo de concentración de Bergen-Belsen. Encontraron allí unos
      60.000 prisioneros enfermos y desnutridos junto con unos 13.000
      cadáveres sin enterrar. Llevaban varios días sin recibir agua o
      comida. El periodista de la BBC Richard Dimbleby llegó con
      los británicos y dio cuenta de lo que vio:
    
Aquí, sobre un acre de tierra, yacían muertos y moribundos. No se distinguían los unos de los otros. Los vivos yacían con la cabeza apoyada en los cadáveres y en torno a ellos se movía una espantosa y fantasmal procesión de gente demacrada, sin nada que hacer y sin esperanza de vida, incapaces de apartarse, incapaces de mirar el terrible paisaje que los rodeaba. Allí habían nacido niños, cosas marchitas y diminutas que no podían vivir. Una madre, enloquecida, le gritó a un centinela británico que le diera leche para su bebé, y puso el pequeño niño en sus brazos. Él abrió el paquete y se encontró con que el niño llevaba varios días muerto. Ese día en Belsen fue el más horrible de mi vida.
Unos 15.000 prisioneros estaban en mejores condiciones porque
      habían llegado recientemente al campo, y se dedicaron a matar a
      unos 170 Kapos, es decir, prisioneros que los nazis habían
      seleccionado como supervisores del resto de prisioneros. Los
      británicos arrestaron únicamente al comandante del campo, Josef
        Kramer, y al resto del personal lo usaron para poner orden
      en el campo, repartir alimentos y enterrar a los muertos. La tasa
      de mortalidad en los días anteriores y posteriores a la liberación
      era de unos 500 prisioneros al día.
    
 Entre el personal del campo se
      encontraba el doctor Fritz Klein, que había pasado más de
      un año en Auschwitz experimentando con prisioneros, y que luego se
      dedicó a separar prisioneros en condiciones de trabajar de los que
      debían ser enviados a las cámaras de gas. Es el que está en el
      centro de la foto, enterrando cadáveres en una fosa común por
      orden de los británicos. Más adelante se haría célebre su
      respuesta cuando le preguntaron cómo conciliaba sus actos con sus
      obligaciones éticas como médico:
Entre el personal del campo se
      encontraba el doctor Fritz Klein, que había pasado más de
      un año en Auschwitz experimentando con prisioneros, y que luego se
      dedicó a separar prisioneros en condiciones de trabajar de los que
      debían ser enviados a las cámaras de gas. Es el que está en el
      centro de la foto, enterrando cadáveres en una fosa común por
      orden de los británicos. Más adelante se haría célebre su
      respuesta cuando le preguntaron cómo conciliaba sus actos con sus
      obligaciones éticas como médico:
    
Mi juramente hipocrático me exige extirpar un apéndice grangrenoso del cuerpo humano. Los judíos son el apéndice grangrenoso de la humanidad. Por eso los extirpé.
La entrada de los soviéticos en Austria comprometió la liberación
      del país, pero ese día Eisenhower ordenó a Patton que desplazara
      sus fuerzas hacia el sur, siguiendo el Danubio, hasta Linz y
      Salzburgo y el centro de Austria.
    
Walter Model había rechazado la sugerencia por parte de sus
      subalternos de rendir la bolsa del Ruhr, pues sabía que Hitler no
      lo autorizaría. En su lugar, lo que hizo fue disolver su ejército.
      Aconsejó a sus hombres que se deshicieran de sus uniformes y que
      se mezclaran con la población civil. 
    
En Italia los estadounidenses empezaron a avanzar hacia Bolonia y
      el valle del Po. La resistencia alemana era intensa, por lo que el
      avance era lento.
    
Fragatas británicas hundieron dos submarinos alemanes cerca de
      las islas británicas.
    
El 16 de abril un ataque kamikaze
      en Okinawa hundió el destructor estadounidende USS Pringle
      y dañó irreparablemente los destructores USS Bryant y USS
        Hardling. Por su parte, submarinos estadounidenses hundieron
      cerca de Japón un buque de escolta japonés y dos cargueros (Manryu
        Maru y Toko Maru).
    
Seis aviones con bakas atacaron la flota estadounidense
      en Okinawa. Sólo regresaron dos de ellos, pero ningún baka
      impactó en su objetivo.
    
Una división de infantería estadounidense asaltó la isla de Iejima, cerca de la costa de Okinawa, donde la resistencia japonesa incluyó hasta mujeres armadas con lanzas.
En Palawan se produjo un nuevo desembarco estadounidense, cerca
      de Balabac, que no encontró resistencia alguna.
    
En Cebú, los japoneses se retiraron a las regiones montañosas más
      inaccesibles.
    
La artillería costera soviética en Pillau (en Prusia Oriental)
      hundió un submarino alemán.
    
El día anterior había salido de la península de Hela un convoy
      con más de 20.000 soldados y civiles alemanes. Uno de los barcos,
      el buque hospital Goya, fue torpedeado por un submarino
      soviético, y se hundió en 7 minutos llevándose consigo a más de
      6.000 personas. Sólo hubo 183 supervivientes.
    
Tras dos intentos fallidos a causa del mal tiempo en días
      anteriores, 18 bombarderos británicos atacaron Swinemünde, donde
      se encontraban los cruceros Lützow y Prinz Eugen,
      el primero de los cuales resultó hundido, pero como las aguas no
      eran muy profundas, su cubierta quedó sobre el nivel del mar y la
      artillería del barco pudo seguir en uso.
    
A las 2:00 unos 22.000 cañones soviéticos de largo alcance
      abrieron fuego sobre un amplio frente sobre el Oder. El mariscal
      Gueorgui Zhúkov había iniciado la ofensiva que debía llevarle a
      conquistar la capital alemana. Contaba con un millón de hombres,
      3.000 tanques y casi 17.000 cañones. Su plan era abrirse paso por
      las colinas de Seelow, pero el general Heinrici, a partir
      de los reconocimientos que Zhúkov había llevado a cabo los días
      previos, había adivinado sus intenciones y por ello la noche
      anterior había retirado casi todas sus tropas de la zona, por lo
      que el bombardeo apenas tuvo efecto alguno. A las 3:20 más de 100
      proyectores iluminaron el campo de batalla, pero las nubes de humo
      reflejaban la luz, con lo que los soviéticos no veían nada y, al
      contrario, los alemanes podían ver sus siluetas. Heinrici organizó
      hábilmente un contraataque que frustró las expectativas de Zhúkov
      de un avance rápido. Stalin tampoco quedó satisfecho y ordenó al
      mariscal Iván Kónev, cuyas tropas se encontraban más al sur, que
      girara hacia el norte y tratara de llegar él también hasta Berlín.
      El resultado fue que Zhúkov y Kónev entraron en una competición a
      ver quién entraba antes en la capital alemana.
    
La aviación soviética hundió un carguero alemán (Cap Guir)
      cerca de la costa sueca.
    
Los alemanes empezaron a evacuar el campo de concentración de Flossenbürg.
      Los 1.700 prisioneros judíos fueron separados del resto y
      obligados a caminar más de 6 km hasta una estación, donde fueron
      subidos a un tren de mercancías. La aviación estadounidense
      ametralló el tren y los guardias huyeron momentáneamente. Luego
      regresaron y mataron a los prisioneros que habían sido heridos por
      los aviones y el viaje continuó.
    
Mientras tanto los estadounidenses iniciaron el asalto a
      Nuremberg. Al final del día habían capturado algunos de sus
      suburbios.
    
Ese día capituló la guarnición alemana de Groningen. Unos 5.200
      soldados alemanes fueron hechos prisioneros, mientras que unos
      2.000 habían huido hacia el norte. En Otterlo, cerca de
      Arnhem, se produjo un contraataque alemán, pero fue rechazado.
      Tropas canadienses llegaron al mar del Norte cerca de la frontera
      entre Alemania y los Países Bajos, con lo que los soldados
      alemanes en los Países Bajos quedaron atrapados. 
    
Antes incluso de haber recibido la orden del general Model, las
      distintas divisiones alemanas atrapadas en la bolsa del Ruhr
      empezaron a rendirse a los aliados.
    
Tras varios días de combate, los sucesivos ataques aéreos habían
      hecho su efecto sobre las defensas alemanas y esa noche los
      británicos pudieron cruzar por dos puntos con relativa facilidad
      la Fossa Marina, en el norte de Italia.
    
Un submarino alemán hundió un petrolero británico (Athelduke)
      en el mar del Norte, cerca de Newcastle, pero fue hundido a su vez
      por un destructor británico. Otro petrolero (Gold Shell)
      fue hundido por un minisubmarino alemán.
    
Uno de los destructores estadounidenses enviados a localizar el
      grupo de submarinos Lobo de mar detectó uno de ellos cerca
      de las Azores. En colaboración con un segundo destructor empezó a
      lanzar cargas de profundidad y a las 0:33 el submarino se hundió.
      Poco después el radar detectó a otro de los submarinos del grupo
      que trataba de huir. A las 4:04 resultó hundido también.
    
El 17 de abril unos 50 aviones
      japoneses atacaron la flota estadounidense en Okinawa. A las 8:30
      el destructor USS Laffey abatió un bombardero y poco
      después cuatro bombarderos abandonaron su formación para lanzarse
      directamente sobre él. Dos fueron derribados y los otros dos se
      estrellaron en el mar. Justo a continuación fue derribado un
      quinto avión que se acercaba ametrallando el barco. Diez segundos
      después fue abatido otro avión que lanzó una bomba. Ésta estalló
      bajo el agua e hirió a algunos tripulantes del USS Laffey con la
      metralla. Se produjo un pequeño incendio en el barco que fue
      rápidamente controlado. A las 8:42 otro avión fue derribado
      mientras se acercaba al barco. No impactó en él pero rozó la
      cubierta dejando en ella un reguero de combustible antes de caer
      al mar. A las 8:45 otro avión se estrelló contra el barco
      provocando tres muertos y destrozando varios cañones. Un almacén
      entró en llamas. A continuación otro avión se acercó ametrallando,
      se estrelló contra una torreta y se desintegró cuando su bomba
      hizo saltar por los aires un almacén de pólvora, lo que provocó un
      gran incendio. Otro avión que se acercaba fue incendiado por el
      fuego antiaéreo y se estrelló sobre una zona ya incendiada del
      barco. Casi al mismo tiempo otro avión arrojó una bomba que mató a
      varios tripulantes y atascó el timón del destructor. Finalmente
      dos aviones más impactaron contra el Laffey. 
    
Mientras tanto la aviación estadounidense iba derribando otros
      aviones que amenazaban al destructor. Un avión japonés, perseguido
      por un caza estadounidense chocó contra un mástil del Laffey
      y cayó al agua, pero el caza que lo perseguía también chocó contra
      la antena del radar y cayó al mar, si bien el piloto pudo ser
      rescatado. Un bombardero japonés pudo lanzar su bomba antes de ser
      derribado, y ésta impactó sobre el barco. La escena se repitió a
      continuación, y la segunda bomba destruyó otro cañón y mató a sus
      artilleros. Otro caza estadounidense se situó entre dos
      bombarderos japoneses, derribó al que tenía delante y fue
      derribado por el que tenía detrás, que a su vez fue derribado por
      los cañones del Laffey. 
    
El caso fue que el Laffey sobrevivió al ataque a pesar de
      haber recibido cuatro bombas, seis impactos kamikazes y
      varias ráfagas de ametralladora. En total hubo 32 muertos y 71
      heridos. En un momento dado, un oficial había preguntado al
      capitán Frederick Becton si daba la orden de abandonar el
      barco, y su respuesta fue: ¡No! ¡No abandonaré el barco
        mientras haya al menos un cañón que pueda disparar!, y no
      oyó cómo un vigía decía en voz baja: Y si puedo encontrar un
        hombre que dispare. El Laffey fue remolcado hasta
      Okinawa, donde recibió algunas reparaciones de urgencia y más
      tarde navegaría hasta los Estados Unidos para ser reparado en
      profundidad. Permanecería en servicio varias décadas y fue
      conocido como El barco que nunca morirá. 
    
En Mindanao desembarcaron más tropas estadounidenses, cerca de
      Malabang para asegurar un campo de aviación.
    
Tras su última derrota al sur de Bougainville, los japoneses
      habían establecido una nueva línea defensiva al sur del río Hongorai.
      Los australianos se habían tomado unos días de descanso, pero
      ahora reanudaban su avance. Calculaban que había unos 10.500
      japoneses en la parte sur de la isla, de los cuales unos 2.300
      estaban en el frente. El teniente general Tsutomu Akinaga
      había recibido órdenes de retrasar lo más posible el avance
      australiano hasta el río.
    
El emperador vietnamita Bảo Đại formó un gobierno con Trần
        Trọng Kim como primer ministro. Era un profesor de historia
      de 62 años que se había resistido a aceptar el cargo por su edad y
      por su nula experiencia en política, pero al final aceptó.
    
Pavle Đurišić se vio atrapado y no tuvo más opción que rendirse a
      los croatas. Fue desarmado y enviado a Stara Gradiška,
      donde se encontraba el resto de sus tropas capturadas previamente.
      A partir de aquí se le pierde el rastro, pero parece que la Ustacha
      lo ejecutó en el campo de concentración de Jasenovac junto con
      varios de sus oficiales.
    
Al amanecer, las tropas de Zhúkov habían destruido el la primera
      línea de defensas establecida por Heinrici en las colinas de
      Seelow, aunque con cuantiosas pérdidas de hombres y tanques. Con
      ello había avanzado apenas 6 km y ahora acometía la segunda línea
      alemana, que cayó también al cabo del día, lo que permitió a
      Zhúkov avanzar otros 5 km, pero con muchas más pérdidas. Mientras
      tanto, Kónev atacaba desde el sur el flanco alemán, defendido por
      el mariscal Ferdinand Schömer.
    
En Flossenbürg empezó la evacuación de los prisioneros que no
      eran judíos. Unos 2.000 de ellos salieron del campo a pie con
      destino a Dachau.
    
Nuremberg era una de las ciudades alemanas que, junto con
      Leipzig, más resistencia estaba ofreciendo al avance
      estadounidense. Ese día fueron capturados algunos puntos clave de
      su periferia, incluyendo su aeropuerto. La artillería empezó a
      bombardear el casco antiguo de la ciudad.
    
En Italia tropas brasileñas liberaron Montese. Los
      británicos tomaron Bastia y se dedicaron a ampliar la cabeza de
      puente sobre el Reno para permitir el paso de los tanques.
    
Walter Model recibió a un emisario estadounidense bajo bandera
      blanca que solicitó su rendición, pero el general se negó
      aludiendo a su juramento de lealtad hacia Hitler. Ese día
      Düsseldorf fue liberada por los estadounidenses sin apenas
      resistencia.
    
En los Países Bajos los estadounidenses liberaron Ede
      tras 24 horas de combate. Los alemanes en retirada provocaron una
      gran inundación al romper los diques de un lago artificial. Los
      aliados contemplaron con preocupación la posibilidad de que los
      alemanes causaran estragos en el país provocando inundaciones
      similares, y se plantearon tratar de llegar a algún acuerdo con
      ellos para evitarlo.
    
Churchill se refirió a Roosevelt en el Parlamento británico como
      "el mejor amigo estadounidense que jamás hemos conocido y el
        mayor defensor de la libertad que jamás haya traído ayuda y
        bienestar del nuevo al viejo mundo". 
    
Ese día se rindió la guarnición alemana de Royan, una de
      las pocas fortalezas que resistían en la costa atlántica francesa,
      cuya guarnición se había reducido a 120 hombres.
    
También fue el día del estreno de Salomé la embrujadora,
      la película que lanzó a la fama a una actriz y bailarina
      canadiense de 23 años llamada Margaret Yvonne Middleton,
      que había adoptado el nombre artístico de Yvonne De Carlo.
      El éxito le valió ese mismo año el papel protagonista del western
        La dama de la frontera. 
    
El 18 de abril destructores
      estadounidenses hundieron un submarino japonés cerca de Okinawa.
    
Los mariscales Zhúkov y Kónev endurecieron su ofensiva para
      llegar a Berín. Las escasas fuerzas alemanas apenas podían hacer
      más que ralentizar su avance. Kónev capturó Forst. 
    
El general Wolff se entrevistó con Hitler y le informó de las
      negociaciones que según Roosevelt no estaban teniendo lugar entre
      él y los estadounidenses para la capitulación de las fuerzas
      alemanas en el norte de Italia. Hitler le ordenó que lograra
      mejores condiciones. 
    
En su avance hacia Bratislava, el ejército soviético fue detenido
      en Rajhrad, a 15 km de Brno. Sin embargo, a las 22:00
      alcanzaron la aldea de Ořechov, a 12 km de Brno, que quedó
      así bajo el alcance de la artillería soviética. Algunos tanques
      llegaron hasta la ciudad, pero fueron destruidos rápidamente.
    
Ese día el campamento danés de la Cruz Roja en Friedrichsruh fue
      ametrallado por cazas aliados. Cuatro conductores y una enfermera
      recibieron heridas leves y diez vehículos fueron destruidos. En
      los días siguientes se producirían más ataques, a consecuencia de
      los cuales morirían un conductor y 25 prisioneros. Por esas fechas
      1.216 prisioneros enfermos daneses y noruegos habían podido ser
      evacuados a Suecia.
    
Avanzando hacia Hamburgo, una división británica capturó Welle
      y Tostedt. La aviación aliada hundió un carguero alemán (Pollux)
      en Hamburgo.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (Filleigh)
      y otro noruego (Karmt) en el canal de La Mancha. Otro
      hundió un petrolero británico (Empire Gold) y un carguero
      estadounidense (Cyrus H. McCormick) cerca de la costa
      francesa. Otro hundió un petrolero estadounidense (Swiftscout)
      cerca de Carolina del Norte.
    
Los estadounidenses lograron acceder al casco antiguo de
      Nuremberg.
    
Los británicos ocupaban ya todo el territorio entre Argenta
      y el lago Comacchio, lo que precipitó la retirada de los alemanes
      hacia el margen septentrional del Po, abandonando equipos y
      armamento en su huida. Mussolini trasladó su gobierno a Milán,
      acompañado por su amante, Clara Petacci.
    
El 19 de abril submarinos
      estadounidenses hundieron dos cargueros (Daisei Maru y Hagane
        Maru) cerca de las costas japonesas. Otro (Kaiyo Maru)
      fue hundido en el mar Amarillo.
    
Decididos a vencer la tenaz resistencia japonesa en Okinawa, los
      estadounidenses emplearon simultáneamente 324 cañones, a los que
      se unieron acorazados, cruceros y destructores junto con la
      aviación, que arrojó napalm, cohetes, bombas y ráfagas de
      ametralladora sobre las posiciones japonesas.
    
Los comunistas yugoslavos amenazaban Zagreb, la capital del
      Estado Independiente de Croacia, y Ante Pavelić renunció a
      defenderla e inició una retirada hacia Austria. Decenas de miles
      de soldados croatas iniciaron una marcha hacia el norte sin un fin
      determinado. Sin embargo, un millar de soldados de la Ustacha
      dirigidos por los hermanos Ivan y Petar Rajkovačić
      se atrincheraron en la ciudad de Odžak y 24 aldeas
      vecinas, en la frontera entre Bosnia y Croacia, y se dispusieron a
      cerrar el paso a los comunistas. Ese día se produjeron los
      primeros enfrentamientos.
    
Al amanecer los soviéticos se encontraban a menos de 60 km de
      Berlín y ya no había fuerzas alemanas que se interpusieran entre
      ellos y la capital alemana, salvo algunas unidades aisladas y las
      que defendían la propia ciudad. Hasta entonces los soviéticos
      habían contado unas 20.000 bajas, entre muertos y heridos y habían
      perdido casi 3.000 tanques. Por el contrario, Heinrici había
      manejado sus fuerzas sustancialmente inferiores en número con gran
      habilidad y la mayor parte de ellas se había retirado
      ordenadamente hasta Berlín. Esa noche 79 bombarderos de la RAF
      bombardearon Berlín.
    
Tanques alemanes penetraron las líneas soviéticas, cuyos soldados
      estaban agotados, destruyeron varios tanques y retomaron Ořechov.
    
Unos 16.000 prisioneros del campo de Flossenbürg salieron en tren
      hacia Dachau. Ese día fue ejecutado en Dachau el general Charles
      Delestraint.
    
De Neuengamme salieron en autobuses blancos 4.255 prisioneros
      daneses y noruegos, que fueron evacuados a Dinamarca.
    
La aviación aliada hundió un carguero alemán (Dammtor) en el Elba. La RAF hundió un submarino alemán entre Suecia y Dinamarca.
Eisenhower telegrafió al general Marshall para pedir que una delegación de congresistas estadounidenses y periodistas visitaran los campos de concentración liberados en Alemania. Ese mismo día el presidente Truman autorizó el proyecto.
En Italia los británicos entraron en contacto con los
      estadounidenses que atacaban Bolonia, con lo que la ciudad quedó
      rodeada. La resistencia italiana declaró una insurrección general
      en el norte de Italia y se produjeron combates entre nazis y
      partisanos en Turín, Génova y muchas otras ciudades. Los alemanes
      se prepararon para abandonar Milán. Esa noche aviones
      estadounidenses lanzaron 226 paracaidistas italianos en diversos
      puntos al sur del Po para desorganizar la retirada alemana en
      coordinación con los partisanos.
    
 Destructores estadounidenses hundieron uno de los dos submarinos
      que se habían separado del grupo Lobo de Mar para operar
      en Canadá.
    
William Colepaugh y Erich Gimpel habían sido sometidos a un
      consejo de guerra y condenados a muerte por espionaje, pero el
      presidente Truman les conmutó la pena por la de cadena perpetua.
    
 El 20 de abril los estadounidenses y
      guerrilleros filipinos empezaron a rastrear las montañas de Cebú
      para acabar con cualquier japonés que se atreviera a asomarse. No
      obstante, unos 8.500 soldados japoneses permanecieron escondidos
      en cuevas y otros lugares remotos, sin dar señales de vida.
    
La aviación soviética hundió dos cargueros alemanes (Altengamme y Königsburg) en el Báltico.
Hitler cumplió 56 años, y para celebrar la ocasión recibió la
      visita de Himmler, Goebbels, Göring, Ribbentrop, Speer, etc.
      Muchos de ellos habían estado esperando con ansia el aniversario
      del Führer para poder marcharse discretamente de Berlín
      una vez hubieran cumplido con su visita de rigor. El más leal en
      esos momentos era Goebbels, que denunció como traidores al general
      Walter Model y a los hombres a su cargo, que habían renunciado a
      combatir en la cuenca del Ruhr.
    
Por alguna razón, los años no le sentaban bien a Hitler. Se le
      veía nervioso y deprimido, en muy mal estado físico. A las 11:00
      recibió como regalo del Ejército Rojo un magnificente bombardeo
      sobre Berlín que se prolongaría ininterrumpidamente durante los
      días siguientes. Las fuerzas de Zhúkov empezaban a rodear la
      capital por el norte y por el este, mientras que Kónev se abría
      paso desde el sur. Hitler ordenó la activación de la Operación
        Clausewitz, el plan previsto para la defensa de Berlín, que
      establecía entre otras cosas que la capital del Reich será
        defendida hasta el último hombre y hasta la última bala. 
Ese
      día salió de su búnker y, en el jardín de la Cancillería en
      ruinas, entregó la Cruz de Hierro a varios niños soldados de las
      Juventudes Hitlerianas. Goebbels había llenado las calles de
      Berlín de pintadas del estilo de:
    
Cada alemán defenderá su capital. Detendremos las hordas rojas ante los muros de nuestro Berlín. ¡Intentadlo y los detendréis!
Los estadounidenses habían rodeado el casco antiguo de Nuremberg.
      La resistencia alemana era tal que hubo que emplear la artillería
      y la aviación. La máxima autoridad en la ciudad era Karl Holz,
      que estaba acorralado en la comisaría de policía. Se le dieron
      cuatro oportunidades de rendirse pacíficamente, pero finalmente
      murió cuando los estadounidenses asaltaron el edificio. A las
      11:00 las tropas alemanas se rindieron y por la noche la bandera
      estadounidense ondeaba en la Adolf Hitler Platz. 
    
Leipzig también se rindió esa mañana.
    
Hamburgo, en cambio, aún resistía. Ese día los británicos
      liberaron Daerstorf, a unos 18 km de la ciudad y luego Vahrendorf,
      a unos 3 km. Sin embargo, en ese punto se detuvo el avance.
    
El político austriaco Karl Renner había promovido el voto
      favorable a la anexión de Austria al Reich alemán, y luego
      se había ofrecido a colaborar con los nazis, pero su oferta había
      sido rechazada y había permanecido apartado de la política. En
      cuanto los soviéticos empezaron su ofensiva contra Viena Renner se
      había puesto en contacto con el general Fyodor Tolbukhin,
      quien telegrafió a Stalin para informarle de que había un político
      austriaco interesado en colaborar. Stalin ya había diseñado el
      gobierno que iba a elegir democráticamente el pueblo austriaco
      para después de la guerra, pero un canciller que hubiera
      permanecido en Austria le pareció mejor opción que la de políticos
      exiliados. Ese día, sin consultar con los demás aliados, Stalin
      dio instrucciones a Renner para que organizara un gobierno
      provisional.
    
Tropas alemanas salieron de Ořechov y rodearon varias unidades
      soviéticas en Popůvky, pero carecían de efectivos
      suficientes para reducirlas.
    
Mussolini concedió una entrevista en Milán a un periodista de su
      confianza. Declaró que Italia resurgiría de nuevo, pero que para
      él todo había terminado.
    
En Francia se rindió otra de las fortalezas de la costa
      atlántica, la de Verdon-sur-Mer.
    
Ese día se estrenó El cuerno suena a medianoche, una
      comedia dirigida por Raoul Walsh y protagonizada por Jack Benny,
      que resultó un completo fracaso. Fue el final de la carrera
      cinematográfica de Benny. Siguió apareciendo en películas,
      interpretando papeles menores, o incluso a sí mismo. No obstante,
      Benny siguió siendo muy popular por sus programas de radio. El
      fracaso de esta película sería en el futuro un tema recurrente de
      sus chistes y gags. 
    
También fue el día del estreno de El hijo de Lassie, una
      secuela de Lassie vuelve a casa, protagonizada también por
      el perro Pal y en la que tuvo su primer papel protagonista un
      actor británico de 21 años llamado Peter Sydney Ernets Lawford.
    
Tras días de intensa lucha, el 21 de abril
      la isla de Iejima fue dada por segura, y en ella los
      estadounidenses emplazaron una nueva base aérea con la que podían
      atacar Japón.
    
Al igual que estaban haciendo los nazis, la Ustacha había pasado
      las últimas semanas tratando de ocultar las evidencias de sus
      asesinatos en masa en el campo de Jasenovac. Los prisioneros en
      mejor estado de salud habían sido obligados a cavar fosas comunes
      en las que enterrar los cadáveres, muchos de los cuales fueron
      incinerados previamente rociándolos con petróleo. Aunque habían
      contado con algunos hornos crematorios y cámaras de gas, éstos
      habían sido un tanto rudimentarios, y por lo general habían
      empleado otros métodos más "artesanales". A menudo los verdugos se
      jactaban de sus crímenes haciéndose collares con ojos y lenguas de
      sus víctimas.
    
Los partisanos se acercaban y ese día la Ustacha mató a las 700
      mujeres que quedaban en el campo. Todavía seguían vivos algo más
      de mil hombres, que esa noche planearon una revuelta.
    
 Hitler todavía veía posibilidades de salvar
      Berlín. Cuando se enteró de que el general Theodor Busse
      había logrado rechazar a los soviéticos en Cottbus (a unos
      100 km al sur de Berlín) le ordenó que conservara la ciudad y que,
      con sus fuerzas, rodeara y destruyera las fuerzas de Kónev que le
      habían rebasado. Luego debía avanzar hacia el norte para atacar a
      Zhúkov por el sur, mientras el general Felix Steiner
      atacaba desde el norte. Para ejecutar su plan debían usarte todos
      los hombres, todos los tanques, todos los aviones y, en suma,
      todos los recursos disponibles. El hecho de que Steiner contara
      apenas con unos 10.000 hombres y unas docenas de tanques, mientras
      que Zhúkov contaba con unos 100.000, no le parecía un serio
      inconveniente. Por otro lado, Busse a duras penas resistía en
      Cottbus, y Heinrici le hizo notar que, si no se retiraba
      inmediatamente, sería él quien quedaría rodeado por los
      soviéticos. Heinrici no dudó en contradecir a Hitler al afirmar
      que era imposible que Busse se dirigiera al noroeste de Berlín, y
      que no había más opción que retirarse hacia el oeste. Dijo también
      que si Hitler no lo autorizaba, pediría ser relevado del mando.
      Ciertamente, Busse no pudo cumplir las órdenes de Hitler y Steiner
      ni siquiera se molestó en intentarlo, alegando que carecía de
      hombres suficientes. Hitler quedó perplejo cuando recibió esa
      noche la petición de Heinrici de retirar sus tropas a una posición
      que quedaba al oeste de Berlín, pues no estaba informado de que ya
      había retrocedido un buen trecho sin habérselo consultado. Esa
      noche los tanques soviéticos alcanzaron las afueras de Berlín.
Hitler todavía veía posibilidades de salvar
      Berlín. Cuando se enteró de que el general Theodor Busse
      había logrado rechazar a los soviéticos en Cottbus (a unos
      100 km al sur de Berlín) le ordenó que conservara la ciudad y que,
      con sus fuerzas, rodeara y destruyera las fuerzas de Kónev que le
      habían rebasado. Luego debía avanzar hacia el norte para atacar a
      Zhúkov por el sur, mientras el general Felix Steiner
      atacaba desde el norte. Para ejecutar su plan debían usarte todos
      los hombres, todos los tanques, todos los aviones y, en suma,
      todos los recursos disponibles. El hecho de que Steiner contara
      apenas con unos 10.000 hombres y unas docenas de tanques, mientras
      que Zhúkov contaba con unos 100.000, no le parecía un serio
      inconveniente. Por otro lado, Busse a duras penas resistía en
      Cottbus, y Heinrici le hizo notar que, si no se retiraba
      inmediatamente, sería él quien quedaría rodeado por los
      soviéticos. Heinrici no dudó en contradecir a Hitler al afirmar
      que era imposible que Busse se dirigiera al noroeste de Berlín, y
      que no había más opción que retirarse hacia el oeste. Dijo también
      que si Hitler no lo autorizaba, pediría ser relevado del mando.
      Ciertamente, Busse no pudo cumplir las órdenes de Hitler y Steiner
      ni siquiera se molestó en intentarlo, alegando que carecía de
      hombres suficientes. Hitler quedó perplejo cuando recibió esa
      noche la petición de Heinrici de retirar sus tropas a una posición
      que quedaba al oeste de Berlín, pues no estaba informado de que ya
      había retrocedido un buen trecho sin habérselo consultado. Esa
      noche los tanques soviéticos alcanzaron las afueras de Berlín.
    
Por su parte, Himmler estaba tratando de salvar el cuello por su
      cuenta. Ese día se entrevistó nada menos que con un representante
      sueco del Congreso Mundial Judío, para discutir la liberación de
      los judíos internados en campos de concentración. Hasta ese
      momento las instrucciones de Himmler a los comandantes de los
      campos habían sido que ningún prisionero tenía que ser rescatado
      con vida por los aliados. Ahora explicaba que los hornos
      crematorios en los campos de concentración habían sido construidos
      para contener epidemias de tifus, y que los campos de Auschwitz y
      Bergen-Belsen se habían caracterizado por unas altas tasas de
      supervivencia. Finalmente se llegó a un acuerdo que permitió que
      los autobuses blancos rescataran a unos 20.000 judíos.
    
Fuerzas polacas del ejército de Kónev se habían desviado hacia
      Dresde, pero los alemanes descubrieron fisuras en su disposición
      cerca de Bautzen y lograron incomunicar a los polacos (unos 90.000
      hombres frenta a unos 50.000 alemanes) de las tropas soviéticas en
      su retaguardia. En un primer momento el general polaco, Karol
      Świerczewski, insistió en seguir adelante con su plan
      de tomar Dresde, a pesar de que sus líneas de comunicaciones
      estaban rotas, y esto aumentó la desorganización. Las fuerzas
      polacas quedaron divididas en cuatro bolsas. Muchas unidades
      acabaron rodeadas y aniquiladas.
    
Mientras tanto unos 9.000 prisioneros de Neuengamme estaban
      siendo subidos a bordo de cuatro barcos viejos, el Deutschland,
      el Cap Arcona, el Thielbek y el Athen. No
      estaba muy claro cuál era el destino de esos prisioneros.
      Estuvieron días en el puerto sin recibir agua ni comida.
    
También los prisioneros de Sachsenhausen estaban siendo
      evacuados. Desde el día anterior, unos 33.000 prisioneros fueron
      forzados a caminar hacia el noroeste. Las SS mataban a los muchos
      que caían exhaustos por el camino. 
    
Adolf Galland fue felicitado por su centésimo avión enemigo
      derribado. Ese día recibió la inesperada visita de Göring, quien
      había descartado sus reticencias pasada hacia él. Se despidió
      diciéndole:
    
Le envidio, Galland, por entrar en acción. Ojalá fuera algunos años más joven y estuviera menos gordo. Así con gusto me pondría bajo su mando. Sería maravilloso no tener más preocupación que la de luchar bien, como en los antiguos tiempos.
Ese día Göring abandonó Berlín para dirigirse a una casa que
      tenía en Obersalzberg.
    
Fuerzas francesas liberaron Stuttgart.
    
Un oficial estadounidense seleccionó unos cientos de habitantes
      de Gardelegen y los obligó a enterrar debidamente a las víctimas
      de la matanza que había tenido lugar unos días antes. Durante los
      días siguientes unos 586 cuerpos fueron exhumados de zanjas y
      otros 430 fueron sacados del granero en el que habían sido
      quemados y fueron depositados en tumbas individuales.
    
Tropas francesas se encontraban ya a unos 60 km de Sigmaringen y,
      al amanecer, tropas de las SS y miembros de la Gestapo,
      siguiendo órdenes de Hitler, se llevaron al mariscal Pétain, a su
      esposa y a varios colaboradores hasta un castillo situado en Leutkirch
im
        Allgäu, donde se alojaban refugiados de todas clases, entre
      ellos los niños de un orfelinato de Berlín. El camino fue difícil,
      pues las carreteras estaban congestionadas por soldados que se
      retiraban de todas partes y los aviones aliados ametrallaban de
      tanto en tanto. En el castillo sólo encontraron tres habitaciones
      disponibles. Una se la quedaron Pétain y su esposa, otra la
      ocuparon dos altos oficiales militares y el resto de acompañantes
      tuvieron que dormir en colchones tirados en el suelo en la
      habitación restante. 
    
Walter Model había tratado de evadir el cerco estadounidense al frente de una pequeña columna, pero había fracasado. Había sido informado de que los soviéticos lo habían condenado por crímenes de guerra, concretamente por la muerte de medio millón de personas en campos de concentración de Letonia y por la deportación de otros 175.000 como mano de obra esclava (parece ser que a los comunistas no les gustaba que les copiaran sus técnicas). Ese día se disparó en la cabeza en un bosque. Para entonces los estadounidenses habían capturado 325.000 prisioneros alemanes en lo que había sido la bolsa del Ruhr.
Tropas polacas liberaron Bolonia, donde sólo quedaban algunas
      unidades alemanas aisladas. La población local recibió
      calurosamente a los polacos.
    
Destructores británicos hundieron un submarino alemán al oeste de
      Irlanda.
    
El 22 de abril los estadounidenses
      desalojaron a los japoneses del monte Dajó, en la isla de Jolo.
      Las bajas fueron de unos 35 muertos y 125 heridos frente a unos
      2.000 muertos japoneses. Una pequeña flota de cañoneras remontó el
      río Mindanao, en la isla homónima, y tomó Kabacán.
      Las guarniciones japonesas cercanas huyeron hacia el norte. El río
      Mindanao se convirtió en la principal vía de suministro
      estadounidense. Un desembarco en la isla de Pandanan,
      cerca de Palawan, no encontró oposición. Con esto terminó la
      campaña de Palawan. Las bajas estadounidenses habían sido de 12
      muertos y 56 heridos, frente a 900 muertos japoneses y 140
      heridos. Como era habitual quedaban bastantes japoneses ocultos en
      lugares inaccesibles de las montañas, algunos de los cuales fueron
      siendo detectados y liquidados lentamente en las semanas
      siguientes.
    
Un submarino alemán hundió un carguero soviético (Onega)
      en el mar de Barents.
    
Unos 600 prisioneros de Jasenovac se rebelaron, pero sólo 54
      lograron escapar. La Ustacha mató a todos los demás y quemó todas
      las instalaciones. Se estima que unas 100.000 personas habían
      muerto en el campo, mayoritariamente servios, pero también gran
      número de judíos y gitanos, así como algunos disidentes políticos.
    
Hitler fue informado de que las órdenes para llevar adelante el
      magnífico plan que había diseñado el día anterior no se habían
      cumplido: Ni Steiner ni Busse habían atacado a los soviéticos como
      él había ordenado. En ese momento sufrió un ataque de nervios.
      Trató de traidores e incompetentes a sus generales y por primera
      vez declaró que la guerra estaba perdida. Anunció que él se
      quedaría en Berlín hasta el final y que se pegaría un tiro.
      También dijo que Göring estaría en mejores condiciones que él para
      negociar un acuerdo de paz. El general Jodl sugirió que el
      ejército del general Wenck podría dejar el frente occidental en el
      Elba, dirigirse a Berlín y unirse a Busse para contener a los
      soviéticos. Hitler, más tranquilo, dictó órdenes al respecto para
      Wenck y para Heinrici. Ese mismo día le preguntó al doctor Werner
        Haase por la forma de suicidio más segura. Hasse le sugirió
      tomar una cápsula de ácido prúsico para acto seguido dispararse en
      la cabeza. Goebbels, para mostrar su lealtad a Hitler, se mudó ese
      día con su mujer y sus seis hijos a un búnquer colindante al del Führer.
      
    
Finalmente el general Świerczewski ordenó a sus tropas de
      vanguardia que se alejaran de Dresde y que auxiliaran a la
      retaguardia acosada por los alemanes. Durante un tiempo quedó
      incomunicado y Kónev envió a dos de sus ayudantes a ver cómo
      estaba la situación. Éstos restablecieron las comunicaciones y
      durante un tiempo Świerczewski fue destituido por incompetente.
      Kónev envió ocho divisiones soviéticas (más de 20.000 hombres)
      para contener la ofensiva alemana en Bautzen.
    
La aviación británica hundió un carguero alemán (Neukuhren)
      en la costa danesa.
    
Bernadotte recibió permiso para sacar de los campos de
      concentración a los enfermos de cualquier nacionalidad, no sólo
      escandinavos. Ese día una columna de 15 ambulancias dirigidas por
      el doctor Hans Arnoldson llegó a Ravensbrück para evacuar
      a las mujeres enfermas. Cuando llegó al campo de concentración,
      éste estaba en estado de caos, pues todo el campo iba a ser
      evacuado ante la proximidad de los soviéticos. Arnoldson aceptó
      llevarse a las 15.000 mujeres que había en el campo, a pesar de
      que eso era el triple de lo que podía albergar la flota completa
      de autobuses blancos. De momento las ambulancias se llevaron a 112
      mujeres enfermas y, al llegar a Lübeck, Arnoldson se puso en
      contacto con Bernadotte para informarle de que necesitaba todos
      los medios de transporte posibles. 
    
Los soviéticos entraron en el campo de concentración de
      Sachsenhausen, donde sólo quedaban unos 3.000 prisioneros.
    
Hay muchos testimonios de que los prisioneros polacos "liberados"
      por los soviéticos en Alemania y que intentaban regresar a su país
      eran a menudo objeto de robos por parte de los soldados soviéticos
      así como de los prisioneros de guerra soviéticos liberados. Las
      violaciones de polacas "liberadas" eran frecuentes y no era raro
      que acabaran también asesinadas por sus "liberadores". Con las
      mujeres alemanas la situación era peor.
    
 El número estimado de
      mujeres alemanas violadas por los soviéticos oscila entre las
      decenas de miles y los dos millones. En muchos casos una misma
      mujer podía ser violada hasta 70 veces. Las edades de las víctimas
      oscilaban entre los 8 y los 80 años. Hay testimonios soviéticos
      que explican que, cuando el Ejército Rojo entraba en una
      población, los soldados disponían extraoficialmente de tres días
      para saquearla y violar indiscriminadamente. A partir del cuarto
      día ya podían ser castigados por ello. La foto muestra un ejemplo
      de dos mujeres y tres niños "liberados" por los soviéticos en
      Königsberg.
El número estimado de
      mujeres alemanas violadas por los soviéticos oscila entre las
      decenas de miles y los dos millones. En muchos casos una misma
      mujer podía ser violada hasta 70 veces. Las edades de las víctimas
      oscilaban entre los 8 y los 80 años. Hay testimonios soviéticos
      que explican que, cuando el Ejército Rojo entraba en una
      población, los soldados disponían extraoficialmente de tres días
      para saquearla y violar indiscriminadamente. A partir del cuarto
      día ya podían ser castigados por ello. La foto muestra un ejemplo
      de dos mujeres y tres niños "liberados" por los soviéticos en
      Königsberg.
    
También los soldados estadounidenses cometieron violaciones, si
      bien en mucha menor proporción. Se calcula que unas 11.000 mujeres
      alemanas fueron violadas por estadounidenses. Muchas de estas
      violaciones quedaron impunes, aunque algunas fueron a juicio,
      sobre todo si el violador era negro. Por otro lado, así como el
      violador típico soviético terminaba matando o abandonando en mal
      estado a su víctima, había casos relativamente frecuentes de
      estadounidenses que, después de forzar a una mujer, le daban
      comida a cambio, convirtiendo así la violación en una especie de
      prostitución forzada, que no deja de ser una violación, pero en la
      que al menos la víctima recibe una contrapartida. Dos años más
      tarde, cuando fue permitido por la ley, unas 14.000 mujeres
      alemanas se casaron con soldados estadounidenses y se marcharon
      con ellos a los Estados Unidos. Esto no puede interpretarse en
      general como que muchas de las relaciones fueron en realidad
      consensuadas, pues en muchos casos, para una mujer alemana de la
      época, aceptar un marido estadounidense podía ser su única forma
      de supervivencia, por lo que no le quedaba mucho margen de
      elección.
    
Un caso en el que es posible comparar el comportamiento de los
      soviéticos con el de los estadounidenses es el de Austria. Según
      fuentes de la policía austriaca de 1946, más del 90% de los
      crímenes denunciados en territorio ocupado por los soviéticos los
      habían cometido soldados soviéticos, mientras que en el territorio
      ocupado por los estadounidenses el porcentaje no llegaba al 7%.
    
Los prisioneros evacuados de Flossenbürg habían viajado a pie y
      en camiones hasta Neunburg, donde algunos se habían
      reunido con los judíos que habían sido evacuados con anerioridad.
      Ese día sus guardianes desertaron.
    
Los soviéticos tomaron Opava, en Checoslovaquia.
    
Leutkirch im Allgäu fue bombardeada por aviones aliados y los
      alemanes anunciaro a Pétain que tenían que marchar hacia Bregenz,
      pero Pétain se negó a salir de su habitación, decidido a esperar
      la llegada de los aliados. Finalmente los alemanes le propusieron
      llevarlo hasta la frontera suiza y Pétain aceptó.
    
Un batallón de tanques estadounidense atacó la cudad alemana de Lippach,
      defendida por unos 300 miembros de las SS, muchos de ellos de
      apenas 16 años. Tras la batalla, 36 prisioneros fueron ejecutados
      en el acto. Otros 25miembros del mismo batallón encontraron un
      almacén de bebidas alcohólicas, se emborracharon y mataron a otros
      10 prisioneros de un tiro en la nuca. Luego violaron a unas 20
      mujeres del pueblo.
    
Las tropas estadounidenses empezaron a cruzar el Danubio en
      Austria.
    
En Italia los estadounidenses llegaron al Po en San Benedetto
      y ese mismo día los británicos empezaron a cruzarlo en Ficarolo.
      Mientras tanto los franceses avanzaban por los alpes. Ese día,
      tras un fuerte bombardeo de artillería, liberaron Larche,
      con lo que aislaron varias fortalezas enemigas de su retaguardia.
      Por la noche cayó Roche la Croix, tras una breve lucha.
    
En las primeras horas del día, la "primera barrera"
      estadounidense contra el grupo de submarinos Lobo de mar
      encontró y hundió otro de los submarinos del grupo. Esa noche los
      tres submarinos supervivientes recibieron la notificación de que
      el grupo quedaba disuelto y que cada uno de ellos debía situarse
      entre Nueva York y Halifax. Poco después se ordenó a otros tres
      submarinos que hasta entonces habían actuado independientemente
      que se situaran entre Nueva York y el Cabo Hatteras. Los
      estadounidenses captaron y decodificaron los mensajes de radio con
      estas instrucciones, y aumentó la preocupación de que estuvieran
      planeando un ataque con bombas V-1 o V-2 a la costa
      estadounidense. La primera barrera se retiró a puerto y la segunda
      ocupó su lugar.
    
Un submarino japonés hundió un carguero soviético (Pavin
        Vinogradov) cerca de la costa de Alaska.
    
El 23 de abril un submarino
      estadounidense hundió otro alemán en el mar de Java.
    
Los soviéticos ocuparon Uraniemburg, pero es poco probable que
      encontraran nada aprovechable de las investigaciones nucleares
      alemanas gracias al bombardeo estadounidense del mes anterior. La
      ciudad había recibido tal cantidad de bombas que hoy en día es la
      ciudad más peligrosa de Alemania, por el número de bombas sin
      explotar que permanecen en ella.
    
El general Groves se había encontrado con un problema delicado a
      la hora de continuar con la misión Alsos, y era que los
      centros de investigación alemana a los que tenía que acceder
      estaban en el territorio asignado a los franceses. Un intento de
      cambiar la asignación resultó inviable, dado que no se podía
      explicar el motivo, así que hubo que cambiar de estrategia. Hasta
      ese momento, los participantes en la misión Alsos llegaban
      a sus objetivos detrás de las tropas estadounidenses, y ahora
      tenían que penetrar en territorio alemán para adelantarse a los
      franceses. El plan era llevarse todo lo posible y destruir el
      resto. Así se hizo. El día anterior una columna estadounidense se
      había abierto paso hasta Haigerloch, que fue ocupada sin
      resistencia, y ahora llegaban los científicos de la misión
        Alsos. Allí encontraron una puerta en la ladera de una
      montaña que cerraba el paso a una cueva en la que encontraron lo
      que un técnico alemán aterrorizado describió como una "máquina de
      uranio". Aunque no tenía uranio, era un reactor nuclear listo para
      entrar en funcionamiento. Un científico alemán reveló que el
      uranio estaba escondido en la paja de un granero cercano. Los
      ingenieros estadounidenses tardaron dos días en desmantelar el
      reactor.
    
Las tropas de Kónev entraron en contacto con las de Zhúkov.
      Puesto que éstas todavía no habían tomado Berlín, la "carrera
      hacia Berlín" terminó en empate.
    
El día anterior, el general Jodl había comunicado a un alto
      oficial de la Luftwaffe Karl Koller, el anuncio de
      Hitler de que pensaba suicidarse, señalando su observación de que
      Göring negociaría la paz mejor que él. Esto era acorde al decreto
      secreto que había firmado cuatro años atrás nombrando a Göring
      como su sucesor. Koller consideró oportuno volar directamente
      hasta Oversalzberg para transmitirle a Göring la noticia. Si
      Göring tenía que ponerse al frente del país, convenía que lo
      supiera cuanto antes. Göring quedó desconcertado. Si hacía algo en
      calidad de sucesor de Hitler se le podría acusar de traición, pero
      si no hacía nada se le podría acusar de dejación de funciones.
      Releyó su copia del decreto de Hitler, que no sólo lo nombraba su
      sucesor en caso de muerte, sino que también le atribuía la máxima
      autoridad en caso de que Hitler hubiera perdido su libertad de
      acción. Göring entendía que, desde el momento en que Hitler había
      decidido morir en Berlín, se había incapacitado a sí mismo para
      gobernar, y así lo entendieron también las personas a las que
      consultó. Sin embargo, para no dar un paso en falso, decidió
      enviarle un telegrama a Hitler con un texto cuidadosamente
      pensado:
    
Mi Führer:
El general Koller me ha entregado hoy un informe basado en lo que le comunicó el Coronel General Jodl y el general Christian, según el cual usted habría hecho referencia a mí en ciertas decisiones y habría enfatizado que yo, en caso de que fuera necesario entablar negociaciones, estaría en mejor situación que usted en Berlín. Estas opiniones fueron tan sorprendentes y serias para mí que me sentí obligado a suponer que, si a las 22:00 en punto no recibo respuesta, usted habrá perdido su libertad de acción. Consideraré entonces cumplidas las condiciones de su decreto y actuaré por el bienestar de la Nación y la Patria. Sabe lo que siento por usted en éstas las horas más difíciles de mi vida y no puedo expresarlo en palabras. Dios le proteja y le permita a pesar de todo venir aquí lo antes posible.
Su fiel Herman Göring.
El telegrama llegó a las 0:56 y los asesores de Hitler se
      dividieron entre los que lo vieron razonable y los que lo
      entendieron como un intento de golpe de Estado. A lo largo del día
      Hitler recibió informes de que Göring había enviado telegramas a
      otras autoridades nacionales. En particular, uno a Ribbentrop en
      el que le decía que si no recibía noticias suyas o de Hitler antes
      de medianoche, a partir de ese momento debía responder ante él
      (Göring). Según Albert Speer, el telegrama hundió a Hitler en una
      gran depresión. Ese día recorrió con Speer la cancillería en
      ruinas y el ministro admitió que no había ejecutado su "decreto
      Nerón" de destruir todas las infraestructuras alemanas. Pero a
      esas alturas Hitler lo consideró una insignificancia. Luego Speer
      salió de Berlín hacia Hamburgo.
    
Os pido que luchéis por vuestra ciudad. Luchad con todo lo que tengáis, por el bien de vuestras mujeres y vuestros hijos, vuestras madres y padres. Vuestros brazos están defendiendo todo lo que siempre hemos querido, y a todas las generaciones que vendrán después de nosotros. ¡Sed orgullosos y valientes! Sed ingeniosos y astutos. Vuestro Gauleiter [Goebbels] está entre vosotros. Él y sus colegas permanecerán entre vosotros. Su mujer y sus hijos están aquí también. Él, que en una ocasión capturó la ciudad con 200 hombres, ahora usará todos los medios para galvanizar la defensa de la capital. La batalla por Berlín debe ser la señal para que toda la nación se alce en armas.
Otro mensaje radiado a todo el país afirmaba que Hitler estaba en
      el frente, en Berlín, y que permanecería en la capital a pesar de
      los rumores. Los aliados sospechaban que era falso, y que Hitler
      estaría probablemente en Baviera, la zona más segura de lo que
      quedaba del Reich en esos momentos.
    
El día anterior se había presentado ante Hitler el general Helmuth
        Weidling, al que Hitler había ordenado fusilar a causa de
      una información falsa según la cual había huido del frente. El
      informe que presentó impresionó a Hitler hasta el punto de que
      ahora lo ponía al frente de la defensa de Berlín. Weidling diría
      poco después que hubiera preferido el fusilamiento antes que
      semejante "honor". En Berlín no quedaban más que unos 45.000
      soldados, y Weidling se tuvo que apoyar además en reservistas de
      más de 50 años y en miembros de las juventudes hitlerianas, de
      entre 14 y 18 años. Ese mismo día los soviéticos entraron en el
      sureste de la ciudad. 
    
Himmler se entrevistó en secreto con el conde sueco Folke
      Bernadotte en el consulado sueco de Lübeck y le pidió que actuara
      de intermediario para negociar la rendición de las fuerzas
      alemanas en el frente occidental. Afirmó que Hitler se suicidaría
      en breve y, erigiéndose en representante del país, pidió a
      Bernadotte que informara a Eisenhower de que Alemania deseaba
      rendirse a los británicos y estadounidenses, y además proponía que
      la Wehrmacth se uniera a ellos para defender Berlín de los
      soviéticos. Bernadotte —pensando probablemente en la cara con que
      le iban a mirar cuando repitiera esa propuesta— le preguntó si
      podía presentar esa propuesta por escrito y Himmler lo hizo
      inmediatamente.
    
El expediente de Hanna Solf había sido destruido en el bombardeo
      que mató al juez Freisler, y finalmente fue puesta en libertad
      junto con su hija por un error burocrático.
    
El ejército soviético que se dirigía hacia Bratislava recibió
      refuerzos que ya no hacían falta en Viena, rompió las líneas
      alemanas y se dirigió hacia Brno.
    
El príncipe Bernardo de los Países Bajos había logrado que lo
      aceptaran en la RAF (en sus entrenamientos había
      destrozado dos aviones durante el aterrizaje, pero al final se
      había convertido en un piloto competente que había sobrevolado
      Europa bombardeando puestos de lanzamiento de bombas V-1, entre
      otros objetivos). También había ayudado a la resistencia
      neerlandesa y actuaba como secretario de la reina Guillermina. El
      Parlamento neerlandés lo había nombrado "general honorario", pero
      la reina borró personalmente lo de "honorario" en el decreto y así
      se convirtió en general "de verdad". El ministro de defensa no
      objetó nada a tal irregularidad y así quedó la cosa. Más de tres
      millones de neerlandeses estaban todavía en territorio bajo
      control alemán, en una bolsa aislada. Esto suponía que la hambruna
      que asolaba el país les afectaría más severamente y además los
      alemanes habían roto ya algunos diques para obstaculizar el paso a
      los aliados. Si continuaban con esa política, arrasarían el país.
      Por todo ello, Bernardo había pedido a Eisenhower que negociara
      una tregua con los alemanes en territorio neerlandés. Cuando
      Eisenhower le respondió que no tenía autoridad para ello, Bernardo
      se había dirigido directamente a Churchill y a Roosevelt, y ese
      día, finalmente, el generl Marshal dio su autorización.
    
Los estadounidenses entraron en el campo de concentración de
      Flossenbürg, donde encontraron unos 2.500 prisioneros. Algunos más
      fueron liberados en las cercanías, en marcha hacia Charm.
      De los 1.527 prisioneros encontrados en el hospital del campo,
      sólo 1.208 sobrevivieron a los días siguientes a la liberación.
      Entre los prisoneros que los alemanes habían matado por no estar
      en condiciones de ser evacuados y los que murieron en las marchas
      forzosas, sumaban unos 7.000. Unos 2.000, no obstante, llegaron a
      Dachau.
    
Dos columnas de "autobuses blancos" llegaron a Ravensbrück. Una
      partió con 786 mujeres, principalmente francesas, y otro con otras
      360.
    
Los alemanes vovieron a presentarse ante Pétain, ahora
      acompañados de un funcionario suizo que llevaba un permismo de
      tránsito por Suiza para el mariscal para que llegara a Francia.
      Pétain salió con su esposa un séquito de unas diez personas más.
      Mientras tanto los franceses entraban en Sigmaringen y empezaron a
      arrestar a otros franceses que habían colaborado con el gobierno
      en el exilio organizado por los alemanes.
    
La aviación británica hundió un carguero noruego (Ingersecks)
      en la costa de su país.
    
Los paracaidistas italianos lanzados al sur del Po terminaron con
      éxito su misión. Habían matado a 481 soldados alemanes y habían
      capturado a otros 1.083. Además habían capturado varios tanques y
      otros vehículos, habían cortado 77 líneas telefónicas, habían
      tomado tres puentes intactos, habían volado un depósito de
      municiones entre otras acciones. A cambio habían contado 31
      muertos y 10 heridos. Los estadounidenses cruzaron el Po y
      avanzaron hasta acercarse a Verona.
    
En los Alpes los franceses seguían tomando fortalezas. La de Saint-Ours
        Haut se la encontraron abandonada, pero la de Saint-Ours
        Bas tuvo que ser tomada al asalto.
    
El 24 de abril los estadounidenses
      entraron en Baguio, donde había estado el gobierno de Laurel tras
      haber abandonado Manila, y que los japoneses habían abandonado
      hacía dos días.
    
A lo largo del mes, los británicos habían ido ganando terreno a
      los japoneses en Birmania, más allá del río Irrawaddy, hasta
      ocupar Letse y Seikpyu. Ahora su vanguardia fue
      atacada con un intenso fuego de artillería desde una colina, que
      fue finalmente capturada. Se encontraron 39 cadáveres japoneses en
      el campo de batalla.
    
La aviación soviética hundió un carguero alemán (Huelva)
      en Letonia.
    
Berlín estaba ya completamente rodeada por los soviéticos. Varios
      distritos de la periferia de la ciudad estaban ya en sus manos. A
      las 6:20 unos 3.000 cañones y morteros descargaban sus proyectiles
      sobre Berlín. 
    
El general Busse había llamado a Wenck para confirmarle que
      trataría de romper el cerco soviético a su ejército hacia el oeste
      y reunirse con él, como había ordenado Hitler, pero que luego no
      regresaría a Berlín, sino que cruzaría el Elba y se entregaría a
      los estadounidenses. Wenck estuvo de acuerdo y envió sus tropas al
      encuentro de Busse. Esa noche atacó a los soviéticos en Treuenbrietzen.
      
    
El avance alemán hacia Bautzen seguía teniendo éxito. Ese día los
      alemanes rodearon y destruyeron buena parte de una división
      soviética, a la vez que rescataba algunas unidades que habían
      quedado aisladas en la ciudad. En los días siguientes recuperarían
      la ciudad en una serie de combates casa por casa, pero el avance
      más allá de Bautzen se vio frenado por la falta de combustible.
    
Ese día fue el campo de Dachau el que inició el traslado a pie de
      más de 6.000 prisioneros en las condiciones habituales: los que no
      podían aguantar el viaje eran abatidos en el camino.
    
El mariscal Pétain llegó a Suiza e inmediatamente pidió ser
      enviado a Francia. Ese día cumplió 89 años.
    
El ejército de Patton alcanzó el Danubio y se dispuso a cruzarlo.
      Las tropas alemanas que quedaban en el sur de Alemania empezaron a
      rendirse por decenas de miles. En muchas ciudades se enarbolaron
      banderas blancas. A poca distancia del frente, siguiendo a las
      tropas de Patton, iba Marlene Dietrich, participando en actos de
      entretenimiento para los soldados. Un gag que repetía a
      menudo se lo había enseñado Orson Welles: afirmaba que tenía la
      capacidad de leer la mente, se acercaba a un soldado y le decía
      que se concentrara en lo que le venía a la mente, y luego se
      alejaba diciendo "Oh, piensa en otra cosa, no podría decir
        eso." Cuando le preguntaron por qué se arriesgaba de ese
      modo, su respuesta fue: Por decencia. (Dietrich había
      nacido en Berlín.) Billy Wilder dijo que Marlene Dietrich había
      estado más veces en el frente que Eisenhower.
    
En Italia el ejército alemán quedó rodeado en Bolonia. Los
      partisanos italianos liberaron Parma y Reggio Emilia. En Génova
      los alemanes hundieron la flota que les quedaba, incluyendo cinco
      destructores y dos submarinos.
    
La RAF hundió un carguero alemán (Tübingen) entre
      Suecia y Dinamarca.
    
Eisenhower recibió la propuesta que Himmler le había hecho a
      Bernadotte dos días antes, pero no se la tomó en serio. Ese día el
      canciller de Hacienda británico presentó los presupuestos ante el
      Parlamento, y anunció que el año anterior el gasto había superado
      los seis billones de libras esterlinas por primera vez en la
      historia, lo que suponía un déficit de 2.825 libras esterlinas.
      También estimó el coste de la guerra hasta marzo en 27 billones de
      libras.
    
Un submarino alemán hundió un carguero británico (Monmouth
        Coast) cerca de Irlanda.
    
La flota estadounidense en el Atlántico detectó uno de los
      submarinos que habían pertenecido al grupo Lobo de mar,
      que logró hundir uno de los destructores (USS Frederick C.
        Davis), para luego ser perseguido durante diez horas y
      finalmente hundido. El capitán Paul Just y otros 32
      tripulantes fueron hechos prisioneros.
    
En 25 de abril un transporte
      estadounidense logró hundir un submarino japonés cerca de Okinawa
      con una única carga de profundidad que acertó de lleno en su
      objetivo.
    
Los soviéticos entraron en Pillau, y así terminó la campaña de
      Prusia Oriental, que les había costado 126.000 muertos y 458.000
      heridos. Unos 220.000 alemanes fueron hechos prisioneros.
    
El Ejército rojo cruzó el Oder cerca de su desembocadura, lo que
      le permitió avanzar hacia los puertos alemanes de Stralsund y
      Rostock, en el Báltico.
    
Una torpedera soviética hundió un carguero alemán (Emily
        Sauber) en el Báltico.
    
Los soviéticos atacaban la última línea defensiva de la capital alemana, basada en el metro de Berlín. Ya no había ninguna perspectiva de salvar la ciudad. Lo máximo que se podía hacer era retrasar su caída. Por la noche empezaron a atacar el aeropuerto.
Ese día envió un telegrama a Göring en el que le decía que había cometido alta traición y le daba la opción de dimitir de todos sus cargos "por motivos de salud" a cambio de salvar su vida (con lo que, realmente, sería por motivos de salud). Göring se apresuró a dimitir, pero Martin Bormann, el secretario de Hitler, ordenó a las SS de Obersalzberg que lo arrestaran.
Esa noche Busse hizo un primer intento de romper el cerco
      soviético en dirección a Baruth.
    
Los polacos lograron estabilizar un frente en Bautzen.
    
Tanques soviéticos llegaron a las afueras de Brno por el este,
      mientras otras unidades llegaban desde el sur.
    
Una nueva columna de autobuses blancos llegó a Ravensbrück y se
      llevó a 706 mujeres francesas, belgas, neerlandesas y polacas. Por
      el camino la columna fue atacada por aviones aliados que causaron
      25 muertos. Otras salieron en un tren con 50 vagones de mercancías
      a 80 mujeres por vagón. En unos pocos días unas 7.000 mujeres
      habían sido transportadas desde Ravensbrück hasta Dinamarca, y
      desde allí hasta Suiza.
    
El teniente primero estadounidense Albert Kotzebue cruzó
      el Elba en una barca con tres hombres en una misión de
      reconocimiento y lo que encontró en la otra orilla fue un grupo de
      soldados soviéticos bajo el mando del teniente coronel Alexánder
        Gordeyev. Fue el primer encuentro entre tropas
      estadounidenses y soviéticas. Poco después otra patrulla bajo el
      mando del teniente segundo William Robertson se encontró
      con un grupo de soldados soviéticos bajo el mando del teniente Alexánder
        Silvashko en un puente destruido cerca de Torgau.
    
El coronel estadoundense George Lynch dirigió estas
      palabras a los habitantes de Gardelegen:
    
A los alemanes les han dicho que las historias sobre las atrocidades alemanas eran propaganda aliada. Aquí podeis verlo por vosotros mismos. Algunos dirán que los nazis fueron los responsables de este crimen. Otros señalarán a la Gestapo. La responsabilidad no es de ninguno de los dos. Es la responsabilidad del pueblo alemán... Vuestra supuesta raza superior ha demostrado ser superior únicamente en el crimen, la crueldad y el sadismo. Habéis perdido el respeto del mundo civilizado.
La misión Alsos había llegado a Hechingen, pero Heisemberg ya no
      estaba allí. Ahora sus fuerzas rodeaban el Instituto de
        Química Kaiser Guillermo, en Tailfingen y arrestaban a Otto
      Hahn. Cuando le preguntaron por informes sobre su trabajo secreto
      sobre el uranio, respondió: "Los tengo todos aquí", y
      entregó unos 150 informes. Se encontraron 1.5 toneladas de uranio,
      varios barriles de agua pesada y abundante documentación, y todo
      ello se transportó en camiones. Luego las entradas a las
      instalaciones fueron voladas para que no las encontraran los
      franceses. Hahn y otros colegas fueron llevados a un castillo en
      ruinas en Versalles.
    
A las 9:30, 375 bombarderos estadounidenses escoltados por más de
      un centenar de cazas británicos y estadounidenses aparecieron
      sobre Obersalzberg, donde se encontraba el Berghof de
      Hitler. A algunos pilotos les habían dicho que Hitler se
      encontraba en el búnquer de la residencia, pero no está claro que
      el alto mando lo creyera realmente. En realidad, el plan para
      bombardear el Berghof se remontaba a los días del
      desembarco en Normandía, pues se creía que Hitler estaba
      dirigiendo desde allí la respuesta alemana, pero el general Henry
Harley
        Arnold, el responsable estadounidense de los bombardeos en
      Europa, se había opuesto con varios argumentos, entre los que
      figuraba el hecho de que consideraba a Hitler como uno de sus más
      inestimables colaboradores. Así lo expresó en su diario:
    
Nuestra arma secreta es Hitler, así que no bombardeéis su castillo. No permitáis que resulte herido. Queremos que siga cometiendo errores.
Tras haber superado algunos problemas técnicos, a las 9:51 empezó
      el ataque de la primera oleada, que lanzó varias bombas tallboy
      con la esperanza de destrozar los búnqueres. La segunda oleada
      atacó a las 10:42. El Berghof sufrió daños leves, pero las
      casas que tenían en la zona Martin Bormann y Hermann Göring fueron
      destruidas, pero Göring había sido trasladado, siempre bajo
      arresto, a un castillo que poseía en Mautendorf. En la
      propia localidad de Obersalzberg hubo 31 muertos, algunos de ellos
      niños. Dos bombarderos fueron derribados por la artillería
      antiaérea. Cuatro de sus tripulantes murieron y los restantes
      fueron hechos prisioneros, pero no tardarían en ser liberados.
    
Mussolini se entrevistó con el cardenal Ildefonso Schuster,
      que trataba de mediar con los partisanos la rendición pacífica de
      los fascistas, pero poco antes de la llegada de Mussolini, el
      general Wolff le había comunicado al cardenal que estaba a punto
      de llegar a un acuerdo con los aliados, pero que no admitían sino
      la rendición incondicional. Schuster se lo comunicó a Mussolini y
      éste, sintiéndose traicionado por los alemanes, se levantó y puso
      fin a la entrevista. Los partisanos se estaban acercando a Milán,
      así que ese mismo día disolvió su gobierno y abandonó la ciudad
      acompañando a una columna alemana con su amante, Clara Petacci, y
      otros líderes fascistas. Se dirigía a Como, para pasar a Suiza
      desde allí, donde pensaba tomar un avión a España. Ese mismo día
      los partisanos entraron en Milán y publicaron este decreto:
    
Los miembros del gobierno fascista y aquellos líderes fascistas que son culpables de haber suprimido las garantías constitucionales, destruido las libertadoes del pueblo, creado el régimen fascista, comprometido y traicionado al país, llevándolo a la catástrofe actual, serán castigados con la pena de muerte.
Turín también estaba ya en manos de los partisanos tras cinco
      días de disturbios.
    
En los alpes, la resistencia italiana había cesado y los
      franceses se preparaban para pasar a territorio italiano.
    
La aviación estadounidense hundió un submarino alemán cerca de la
      costa atlántica francesa.
    
 Ese día se inició en San Francisco la Conferencia
      de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional,
      a la que asistieron 850 delegados de 50 países que, junto con sus
      asesores, personal auxiliar, etc., sumaban unas 3.500 personas, a
      las que se sumaron unos 2.500 representantes de medios de
      comunicación y observadores de organizaciones diversas. El
      propósito principal de la conferencia era redactar una carta
      fundacional de la Organización de las Naciones Unidas,
      basada en los acuerdos previos alcanzados por las grandes
      potencias en reuniones previas, especialmente en Dumbarton Oaks y
      en Yalta. El mapa muestra en azul claro los países fundadores y en
      azul oscuro sus colonias o protectorados. Polonia no estuvo
      representada porque no tenía gobierno en esos momentos.
Ese día se inició en San Francisco la Conferencia
      de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional,
      a la que asistieron 850 delegados de 50 países que, junto con sus
      asesores, personal auxiliar, etc., sumaban unas 3.500 personas, a
      las que se sumaron unos 2.500 representantes de medios de
      comunicación y observadores de organizaciones diversas. El
      propósito principal de la conferencia era redactar una carta
      fundacional de la Organización de las Naciones Unidas,
      basada en los acuerdos previos alcanzados por las grandes
      potencias en reuniones previas, especialmente en Dumbarton Oaks y
      en Yalta. El mapa muestra en azul claro los países fundadores y en
      azul oscuro sus colonias o protectorados. Polonia no estuvo
      representada porque no tenía gobierno en esos momentos.
    
Finalmente, la propuesta de Stalinde que cada república de la
      URSS fuera considerada como un miembro independiente de la ONU y
      la contrapropuesta de Roosevelt de que lo mismo sucediera con cada
      Estado de los Estados Unidos había acabado en el consenso de que
      se admitiera a Bielorrusia y a Ucrania para evitar un
      desequilibrio que, según Stalin, beneficiaba a los países
      occidentales. Por otro lado, la URSS se opuso a que Argentina
      fuera admitida, porque había permanecido neutral durante la guerra
      y había apoyado al Eje, pero muchos países latinoamericanos se
      opusieron a la inclusión de Bielorrusia y Ucrania si no se admitía
      a Argentina. Stalin decidió que en realidad Argentina le importaba
      poco y aceptó.
    
El presidente Truman no estuvo presente, pero intervino por teléfono en la sesión inaugural. Todavía no estaba en condiciones de participar en un acto de tales proporciones. Acababa de ser informado de que los aliados estaban desarrollando una nueva arma sin comparación con nada visto hasta entonces.
 El 26 de abril se produjo un nuevo
      desembarco estadounidense en la isla de Negros, cerca de Sibulan
      y atacaron a unos 1.300 japoneses atrincherados en las colinas que
      rodeaban Dumaguete. 
    
En Bougainville una serie de contraataques japoneses había
      logrado frenar el avance australiano hacia el río Hongorai, pero
      finalmente los australianos avanzaban de nuevo, con la aviación
      bombardeando y ametrallando las posiciones japonesas ante la
      infantería australiana así como un intenso fuego de artillería. La
      resistencia japonesa fue mínima y en dos días recorrieron la
      tercera parte de la distancia hasta el río, con sólo un herido.
    
En Nueva Bretaña el avance australiano se había detenido,
      afortunadamente para los australianos, pues tenían acorralada en
      Rabaul a una guarnición de 93.000 japoneses, un número muy
      superior al de las fuerzas australianas, pero los australianos no
      lo sabían y los japoneses tenían orden de no atacar a la espera de
      llevar a cabo un contraataque conjunto con la Armada, pero estaba
      el problema de que Japón ya no tenía Armada.
    
Durante los días anteriores, la artillería japonesa había atacado
      a varias brigadas británicas que avanzaban hacia Taungup,
      en Birmania. Tras haber identificado dos colinas donde estaban
      escondidos los japoneses, los británicos contraatacaron apoyados
      por la aviación, centrándose en una de ellas y, cuando sus
      ocupantes trataron de correr hacia la otra, fueron atacados en
      campo abierto. Finalmente tuvieron que retirarse a las laderas
      opuestas y los británicos tomaron las colinas. Un ataque nocturno
      causó confusión entre los británicos y cuatro acabaron muertos por
      fuego amigo.
    
Hanna Reitsch llevó a Berlín a su amante, el general Robert
        Ritter von Greim, al que Hitler había llamado a su
      presencia. Durante el aterrizaje resultó herido en un pie. El
      avión aterrizó en una pista improvisada cerca de la Puerta de
      Brandeburgo. Hitler promocionó a Greim a Mariscal del Aire y lo
      puso al frente de la Luftwaffe, en sustitución de Göring.
    
Esa noche Hermann Fegelein, el concuñado de Hilter, cogió dinero
      y ropa de civil salió del búnquer y se dirigió a un piso que tenía
      en la ciudad. Su intención era huir a Suecia con su amante.
    
El ataque de Busse hacia Baruth había empezado bien, y varios
      tanques soviéticos habían sido destruidos, pero los alemanes no
      tenían fuerzas suficientes para resistir un contraataque, y el
      intento acabó en un fracaso, con muchos alemanes capturados. 
    
En Bautzen la división polaca que había encabezado el avance
      hacia Dresde se encontró aislada y trató de retroceder para unirse
      al grueso de su ejército, pero los alemanes habían obtenido
      documentos con las órdenes polacas y conocían la ruta que iban a
      seguir, con lo que casi aniquilaron completamente la división. Un
      convoy de dicha división que trasladaba heridos sufrió una
      emboscada cerca de Horka y los alemanes ejecutaron a unas
      300 personas. Sólo hubo un superviviente.
    
Esa noche Weilding se presentó ante Hitler con un plan detallado
      para escapar de Berlín. Cuando hubo terminado de exponerlo, Hitler
      negó con la cabeza y dijo: Su propuesta es totalmente
        adecuada, pero ¿con qué finalidad? No tengo intención de vagar
        por los bosques. Me quedaré aquí y caeré al frente de mis
        tropas. 
    
Los soviéticos entraron en Brno, pero algunos barrios quedaron en
      poder de los alemanes.
    
Unos 10.000 prisioneros fueron obligados a salir de Dachau a pie,
      en tren o en camiones. El grupo mayor consistió en unos 7.000
      prisioneros que tuvieron que caminar hacia el sur durante varios
      días. Más de un millar moriría en el camino. Un prisionero llamado
      Karl Riemer logró escapar y fue al encuentro de tropas
      estadounidenses para informar de la existencia del campo.
    
El doctor Sigmund Rascher había sido evacuado de Buchenwald a
      Dachau, y allí fue fusilado por orden expresa de Himmler. Era
      culpable de experimentar brutalmente con seres humanos, pero fue
      fusilado esencialmente por haberle tomado el pelo a Himmler.
    
acusado esencialmente de haberle tomado el pelo.
    
Adolf Galland derribó dos bombarderos estadounidenses, pero luego
      su avión recibió un impacto que le obligó a realizar un aterrizaje
      forzoso y se lesionó la rodilla. Fue su última misión.
    
El mayor estadounidense Emil Fred Reinhardt se entrevistó
      en Torgau con el mayor soviético Vladimir Rusakov y
      acordaron una rueda de prensa para el día siguiente, para difundir
      la noticia del encuentro de sus respectivos ejércitos.
    
Los estadounidenses tomaron Bremen, tras una semana de combates.
    
Un regimiento alemán, apoyado por miembros de las Juventudes
      Hitlerianas, marinos y policías, salió de Hamburgo y atacó a las
      fuerzas británicas en Vahrendorf y llegaron hasta el centro de la
      ciudad, pero aparecieron tanques que los obligaron a retroceder. 
    
Tropas brasileñas desalojaron a los alemanes de Collecchio,
      al sur de Milán, que tuvieron que retirarse hasta Fornovo di
        Taro.
    
Partisanos italianos capturaron al general Wolff, que estaba
      negociando la rendición de Italia con los aliados, pero agentes
      especiales británicos y miembros del servicio de inteligencia
      suizo se encargaron de liberarlo. 
    
Pétain atravesó Suiza en tren, y durante el trayecto recibió
      muestras de afecto de la población. El viaje terminó en la
      localidad fronteriza suiza de Vallorbe. Al otro lado le
      esperaba el general Koenig con más de un centenar de soldados y
      policías armados, para proteger a Pétain de la resistencia
      francesa. El tren que había llevado al mariscal a través de Suiza
      avanzó un poco más hasta pasar la frontera y Pétain descendió.
      Saludo a los militares que le esperaban y se sintió desconcertado
      al ver que no se le devolvía el saludo. Luego tendió su mano a
      Koenig y éste, tras dudar un instante, se puso firme para evitar
      darle la suya. Otro tren llevó a Pétain y a su séquito hasta
      Paris, si bien tuvo que detenerse en Pontarlier porque los
      comunistas habían organizado una manifestación reclamando la
      muerte del prisionero, y arrojaron piedras y golpearon el vagón en
      el que viajaba. Finalmente el tren llegó a París sin más
      incidentes. Pétain y su esposa fueron trasladadas a Fort
        Montrouge, al sur de París, mientras que el resto de su
      séquito fue encarcelado en la prisión de Fresnes. La esposa de
      Pétain no estaba arrestada, pero quiso acompañar a su marido en
      todo momento.
    
El 27 de abril un carguero
      estadounidense (Canada Victory) ue hundido en Okinawa como
      consecuencia de un ataque kamikaze que provocó tres
      muertos. Una lancha suicida dañó un destructor USS Hutchins,
      que tuvo que ser remolcado, pero no llegó a ser reparado.
    
En Mindanao los estadounidenses tomaron Digos, sin que
      los japoneses pudieran hacer gran cosa, pues estaban preparados
      para resistir un ataque por mar, pero no uno por tierra, desde la
      retaguardia. Desde allí los estadounidenses avanzaron hacia Davao,
      la capital de la isla.
    
En Birmania los británicos estaban ya a 64 km de la capita,
      Rangún. Sin embargo, su avance se detuvo en Pegu, donde
      empezaron a encontrar resistencia. Los japoneses habían dispuesto
      minas y trampas para frenar el avance de los tanques.
    
Los soviéticos capturaron Potsdam, cerca de Berlín.
    
En Berlín rebasaron la última línea defensiva de Berlín. Los
      alemanes ya sólo controlaban el centro de la ciudad. El búnquer de
      Hitler perdió la comunicación por radio. Para dar órdenes al
      exterior contaban únicamente con algunas líneas telefónicas, y
      para informarse de lo que pasaba en el exterior sólo contaban con
      los programas de radio. Ese día los soviéticos apresaron a unas
      2.000 mujeres y las pusieron a quitar piedras del aeropuerto para
      que los aviones soviéticos pudieran usarlo.
    
Las fuerzas de Busse encontraron un hueco en las líneas
      soviéticas y algunas unidades pudieron salir del cerco antes de
      que fuera cerrado. La aviación soviética causó estragos. Hitler
      fue informado de que Busse estaba tratando de abrirse paso hacia
      el oeste en lugar de hacia Berlín, en contra de lo que había
      establecido. Envió varios mensajes ordenando un giro hacia Berlín,
      pero no recibió respuesta.
    
La mayor parte de las tropas de Kónev recibieron órdenes de
      dirigirse hacia Praga, con lo que el honor de ocupar Berlín
      quedaba atribuido de antemano a Zhúkov.
    
Himmler se reunió en Rheinsburg con Karl Dönitz, Wilhelm Keitel y
      Alfred Jodl para discutir el curso de la guerra cuando la caída de
      Berlín se veía ya como inevitable. Himmler presidió la reunión en
      calidad de representante del Führer, pues tras la caída en
      desgracia de Göring era considerado el sucesor más probable.
    
Ese día los tenientes Robertson y Silvashko se fotografiaron
      dándose la mano sonrientes en Torgau. Los gobiernos
      estadounidense, británico, francés y soviético emitieron
      comunicados simultáneos en los que reafirmaban su intención de
      destruir completamente el Tercer Reich. 
    
Los alemanes que habían atacado Vahrendorf el día anterior
      tuvieron que regresar a Hamburgo dejando atrás 60 muertos y 70
      prisioneros.
    
Karl Renner formó un gobierno en Austria y proclamó la
      independencia de Austria respecto de Alemania. Tanto él como sus
      ministros estaban "protegidos" y vigilados por la NKVD. Gran
      Bretaña y los Estados Unidos, temiendo que Stalin estaba haciendo
      en Austria lo mismo que en Polonia, no reconocieron el nuevo
      gobierno.
    
Tropas estadounidenses llegaron a Milán, que ya estaba en poder
      de los partisanos. En Génova los alemanes todavía conservaban una
      parte de la ciudad, pero se rindieron en cuanto llegaron los
      estadounidenses, unos 14.000 hombres.
    
La columna alemana con la que viajaba Mussolini fue detenida por
      un grupo de partisanos cerca del pueblo de Dongo. Los
      comunistas identificaron a un dirigente fascista, y exigieron a
      los alemanes que les entregaran a todos los italianos que viajaban
      con ellos a cambio de dejarles continuar su camino. Poco después,
      Urbano Lazzaro descubrió a Mussolini en uno de los coches.
      Más tarde describiría así el momento:
    
Su cara era como cera y su mirada vidriosa, pero, en cierto modo, ciega. Leí en ella agotamiento, pero no miedo. Mussolini parecía completamente falto de voluntad, muerto en espíritu.
Mussolini fue llevado a Dongo, donde pasó la noche en un
      barracón. El socialista Sandro Pertini, uno de los
      organizadores de la insurrección del norte de Italia, anunció en
      la radio de Milán:
    
El jefe de esta asociación de delincuentes, Mussolini, mientras, amarillo de rencor y de miedo, trataba de cruzar la frontera suiza, ha sido detenido. Debe ser entregado a un tribunal del pueblo para que lo juzgue rápidamente. Esto es lo que queremos, aunque pensamos que un pelotón de fusilamiento es un gran honor para este hombre. Merecería que lo mataran como a un perro sarnoso.
Pero, si Pertini quería matarlo tras un juicio, los comunistas
      seguían viendo eso de los juicios como meros formalismos
      burgueses, y consideraban más práctico prescindir de ellos. Luigi
        Longo, uno de los principales dirigentes comunistas en
      Milán, ordenó a los partisanos Walter Audisio y Aldo
        Lampredi que fueran a Dongo y mataran a Mussolini. Según el
      propio Longo, la orden que le dio a Audisio fue: Ve y dispara.
      Más adelante Leo Valiani afirmó que la sentencia de muerte
      contra Mussolini la dictaron esa noche en una reunión él mismo,
      Sandro Pertini, Emilio Sereni y Luigi Longo.
    
La iniciativa del príncipe Bernardo de los Países Bajos culminó
      finalmente en el establecimiento de una tregua en la que los
      alemanes autorizaron que la aviación aliada suministrara alimentos
      a los civiles neerlandeses.
    
Pétain y su esposa llegaron por la mañana a Fort Montrouge
      y se convirtió en el único prisionero de la fortaleza. Fue
      recibido por el capitán Joseph Simon, que estaba al mando
      del lugar, y lo primero que le dijo fue: "Me arrojaron piedras
        cuando estaba en el tren." Koenig se despidió de Simon
      dándole la mano, pero rehusó de nuevo dársela a Pétain.
    
El capitán Paul Just y los tripulantes de su submarino que habían
      sido hechos prisioneros habían sido llevados a una base
      estadounidense en Argentia, donde fueron "interrogados"
      con todos los medios imaginables para averiguar lo antes posible
      si los otros submarinos que estaban actuando cerca de la costa
      estadounidense llevaban misiles. Fueron sometidos a aislamiento,
      agotamiento, palizas, etc.
    
El 28 de abril cuatro bakas
      atacaron la flota estadounidense en Okinawa, pero ninguno
      consiguió impactar en un objetivo. De los aviones que los
      transportaban sólo uno regresó.
    
Por esas fechas la Ustacha atrincherada en Odžak había matado
      unos 630 partisanos y había destruido un batallón yugoslavo.
    
En el camino del ejército soviético hacia Rostock se encontraba
      la ciudad alemana de Demmin. Tenía más de 15.000
      habitantes, pero su población en esos momentos era casi el doble
      debido a la afluencia de refugiados procedentes del este. Los
      nazis habían obligado a mujeres, niños y ancianos a cavar una gran
      zanja antitanque al este de la ciudad, pero ahora que se acercaban
      los soviéticos empezaban a huir. Los dirigentes nazis confiscaron
      coches de bomberos y escaparon en ellos hacia el oeste, al igual
      que la policía y algunos civiles. El resto de la población civil
      quedó a merced de los soviéticos, y emplazó una bandera blanca en
      la torre de la iglesia.
    
Hitler destituyó a Heinrici, por haberse negado a obedecer la
      orden de defender Berlín a toda costa, y lo sustituyó por Helmuth
      Weidling. Heinici fue llamado a Berlín, y hubiera cumplido la
      orden si el capitán Hellmuth Lang no lo hubiera convencido
      para dirigirse a Plön, asegurándole que si iba acudía a
      Berlín lo matarían como habían hecho con Rommel (que había sido
      ayudante de Heinrici y luego comandante de Lang). Ese mismo día
      Heinrici se entregó a los británicos.
    
Por la tarde la BBC difundió la noticia de que Himmler había
      hecho una propuesta de paz a los aliados que había sido rechazada.
      La transmisión fue recibida en el búnquer de Hitler, y éste
      recibió atónito la noticia. Montó en cólera y afirmó que era el
      peor acto de traición que jamás había visto. Luego mandó llamar a
      su enlace con Himmler, que no era sino su concuñado, Hermann
      Fegelein, y entonces se descubrió que no estaba. La Gestapo
      recibió la orden de buscarlo por Berlín, acusado de deserción. Por
      la noche fue encontrado en un piso, borracho y con una mujer
      extranjera, que fue arrestada bajo sospecha de espionaje. Fue
      llevado al búnquer y se le organizó inmediatamente un consejo de
      guerra esa misma noche. Sin embargo, el juicio no pudo celebrarse.
      Fegelein seguía borracho, chillaba, gemía, vomitaba, insistía en
      que únicamente respondía ante Himmler, no ante Hitler...  El
      manual del ejército establecía que ningún soldado podía ser
      juzgado si no estaba en condiciones de defenderse, y Hitler
      admitió que el juicio no podía celebrarse. Por ello condenó a
      Fegelein a muerte sin juicio.  Eva Braun intercedió por su
      cuñado ante Hitler, pero éste fue inflexible.
    
Busse intentó de nuevo romper el cerco soviético hacia Baruth,
      ahora por dos puntos, desde Halbe y desde Teupitz.
      Nuevamente no fue posible una salida en masa, pero algunas
      unidades pudieron deslizarse entre las líneas soviéticas. Por la
      noche hubo un tercer intento desde Halbe que logró crear un
      pasillo hacia el oeste y los alemanes se centraron en mantenerlo a
      toda costa. La situación era caótica. Los soldados más jóvenes
      desertaban y se escondían en casas de civiles, e incluso
      disparaban contra otros soldados si intentaban arrestarlos. Busse
      logró reunirse con el ejército de Wenck. Algunos de sus hombres
      acabaron desmayados de agotamiento. Pero no podían detenerse, pues
      los soviéticos les pisaban los talones y tenían que moverse
      rápidamente hacia el oeste para entregarse a los estadounidenses.
    
Ritter von Greim y Hanna Reitsch salieron de Berlín en un pequeño
      avión con destino a Plön. Hitler había ordenado a von Greim que se
      asegurara de que Himmler era restado así como de que la Luftwaffe
      acudía a bombardear a los soviéticos que rodeaban Berlín. Los
      soviéticos que vieron el avión temieron que en él se estuviera
      escapando Hitler. Reitsch había instado en vano Hitler a que
      saliera de Berlín.
    
Wenck informó de que sus tropas habían sido detenidas por los
      soviéticos en Potsdam y que había tenido que retirarse hacia el
      oeste, pero se dedició no informar de ello a Hitler, que seguía
      manteniendo la esperanza de que llegaran refuerzos. Para entonces
      los alemanes controlaban únicamente una banda de 5 km de ancho y
      15 km de largo en Berlín.
    
En la ciudad de Dachau hubo una revuelta armada, protagonizada
      por prisioneros que habían escapado del campo de concentración
      cercano, a la que se sumó una compañía de la milicia civil
      alemana. A las 8:30 los rebeldes tomaron el ayuntamiento de la
      ciudad, pero las SS aplastaron la revuelta en unas horas. Un
      representante de la Cruz Roja negoció la rendición del campo, y
      esa noche los prisioneros se rebelaron también.
    
Los británicos iniciaron su asalto sobre Hamburgo. En los bosques
      cercanos a la ciudad capturaron unos 2.000 alemanes. En el
      interior de la ciudad encontraron una fuerte resistencia de
      soldados, policías, bomberos y miembros de las Juventudes
      Hitlerianas.
    
La RAF hundió un submarino alemán en Kiel.
    
Clara Petacci había pedido que la llevaran con Mussolini, y con
      él se reunió en Dongo a las 2:30 más o menos. Los partisanos
      habían arrestado a unos 50 dirigentes fascistas con sus familias,
      luego fueron llevados a una granja cercana para esconderlos y
      evitar que fueran rescatados por los fascistas o por los aliados.
      Al amanecer llegaron a Dongo Audisio y Lampredi, donde se
      encontraron con Bellini delle Stelle, el cabecilla de los
      partisanos locales. Audisio le pidió la lista de los prisioneros
      fascistas que custodiaba y marcó en ella los nombres de Mussolini
      y Petacci para que fueran ejecutados. Bellini delle Stele preguntó
      bajo qué cargos se iba a ejecutar a Petacci, y Audisio replicó que
      ella había sido su asesora y que era tan responsable como él. Eran
      comunistas, así que no hacía falta ninguna averiguación adicional.
      Audisio, Lampredi y otros partisanos marcharon a la granja,
      sacaron a Mussolini y a Petacci, los llevaron a las afueras del
      pueblo de Giulino de Mezzegra, los sacaron del vehículo,
      les hicieron ponerse ante una pared y a las 16:10 Audisio les
      disparó con un subfusil.
    
Audisio trató más adelante de maquillar su actuación. Afirmó que
      se había celebrado un juicio en Dongo con un tribunal compuesto
      por Bellini delle Stelle, Aldo Lampredi, Urbano Lazzaro y Micchele
      Moretti y él mismo como presidente, en el que no hubo objeciones a
      las ejecuciones propuestas, pero Lazzaro negó que tal juicio
      hubiera tenido lugar y ya se sabe cuál es el valor de la palabra
      de un dirigente comunista (el de un comunista de a pie es sin duda
      más fiable). Audisio también dijo que había dado la oportunidad a
      Petacci de bajarse del coche, pero que se había negado. Por
      último, Audisio contó que Mussolini había muerto mostrando
      cobardía, mientras que Lampredi contó que había aceptado sereno la
      muerte y que sus últimas palabras fueron: "apunta al corazón".
      Por la noche los cadáveres fueron cargados en una camioneta para
      llevarlos a Milán.
    
A las 18:00 los brasileños atacaron en Fornovo di Taro a las
      fuerzas alemanas que habían huido de Collecchio. A las 22:00 los
      alemanes enviaron emisarios para pedir un alto el fuego. 
    
El 29 de abril un submarino
      estadounidense hundió un petrolero japonés (Daishu Maru)
      cerca de la costa japonesa. La aviación hundió dos submarinos
      japoneses cerca de Okinawa.
    
Un submarino británico hundió un petrolero japonés cerca de Siam.
    
A pesar de una lluvia torrencial que se había desatado en Pegu,
      los británicos ocuparon los pueblos de los alrededores y se
      dispusieron a atacar la ciudad.
    
Fragatas británicas hundieron dos submarinos alemanes en el mar
      de Barents.
    
Poco después de la medianoche, Hitler se había casado con Eva
      Braun. Al firmar el acta matrimonial, Eva Braun escribió Eva
        B, e inmediatamente tachó la B para completar Eva
        Hitler. Luego los recién casados se habían retirado a sus
      habitaciones, donde dieron una fiesta con un modesto desayuno,
      mientras la secretaria de Hitler mecanografiaba su testamento
      privado y su testamento político, dictados poco después de la
      ceremonia. En su testamento político, firmado sobre las 4:00,
      explicaba que él nunca había querido la guerra, y que ésta había
      sido provocada por el sionismo internacional y sus colaboradores,
      y que se había perdido por la deslealtad de los generales de la Wehrmacht.
      Luego se refería a su decisión de suicidarse para "no caer en
      manos de sus enemigos", ni de las masas ávidas de un
        espectáculo organizado por los judíos. En una segunda parte
      nombraba presidente del Reich (el cargo que había
      ostentado Hindenburg) a Karl Dönitz y canciller a Joseph Goebbels.
      Göring y Himmler quedaban desposeídos de todos sus cargos.
      Goebbels añadió un apéndice al testamento político en el que
      afirmó que se negaba categóricamente a obedecer la orden de Hitler
      de abandonar Berlín, pues se sentía obligado a permanecer a su
      lado por razones de humanidad y lealtad personal. 
    
Esa mañana Hemann Fegelein fue ametrallado en el sótano de la cancillería.
Hitler hizo que el doctor Hasse envenenara a su perra Blondi,
      para comprobar la efectividad de las cápsulas de ácido prúsico que
      estaba recomendando a todos los de su entorno. Hitler no presenció
      el acto, pero luego acudió a contemplar en silencio unos instantes
      el cadáver del animal.
    
Dönitz recibió un telegrama de Martin Bormann en el que le
      informaba de la destitución de Himmler y de la orden de arresto
      contra éste que había dado Hitler.
    
Entre los últimos defensores del búnquer no sólo había alemanes,
      sino que a Berlín habían acudido unos 500 franceses del "Batallón
      Carlomagno", bajo el mando del comandante Henri Frenet, y
      unos 300 españoles de lo que había sido la División Azul, bajo el
      mando de Miguel Ezquerra. 
    
Ante el avance soviético, Wernher von Braun y su equipo de
      ingenieros se había trasladado a primeros de mes hasta Oberammergau,
      en los Alpes Bávaros, donde las SS vigilaban a los 450
      especialistas con órdenes de ejecutarlos si había riesgo de que
      cayeran en manos de los enemigos. Sin embargo, von Braun había
      convencido al oficial al mando de las SS para que permitiera
      dispersar el grupo entre las ciudades de la zona para que no
      fueran un blanco fácil para los bombarderos estadounidenses. Ese
      día los estadounidenses liberaron Oberarmergau y capturaron a la
      mayor parte del equipo de von Braun, pero él y algunos otros
      lograron escapar hasta Austria.
    
Tropas estadounidenses entraron en el campo de concentración de
      Dachau. Unos 30.000 prisioneros fueron liberados. Como de
      costumbre, los estadounidenses encontraron centenares de cadáveres
      de prisoneros apilados y en estado de descomposición. Parece ser
      que algunos guardias de las SS fueron asesinados después de
      haberse rendido, algunos por los prisioneros liberados, ayudados
      por los soldados estadounidenses, que les proporcionaron armas, y
      otros por los propios soldados, pero los detalles no llegaron a
      investigarse, porque cuando se plantearon las acusaciones el
      gobernador militar de Baviera era Patton, y no vio nada irregular
      en los informes que le llegaron.
    
Por esas fechas los estadounidenses habían liberado Garmisch,
      en la frontera entre Alemania y Austria. Allí vivía Richard
      Strauss. Cuando el teniente Miton Weiss entró en ella,
      Straus bajó por una escalera y se presentó diciendo: Soy Richard
      Strauss, el compositor de El caballero de la rosa y Salomé.
      Weiss era músico y asintió en reconocimiento. 
    
La RAF inició la Operación Maná, por la que se se
      lanzaron alimentos a la población civil neerlandesa en territorio
      ocupado.
    
Los alemanes (una división entera) se rindieron a los brasileños
      en Fornovo di Taro. En una semana los brasileños habían tomado
      como prisioneros a 14.700 soldados, 800 oficiales y 2 generales.
    
Sobre las 3:00 llegaron a Milán los cadáveres de Mussolini,
      Petacci y otros líderes fascistas, que fueron arrojados al suelo
      en la plaza de Loreto. Allí la gente los golpeó, los escupió, les
      arrojó verduras, etc. durante un tiempo hasta que fueron colgados
      boca abajo del techo de una gasolinera, para que pudieran
      apedreados más cómodamente. El día anterior un partisano había
      reconocido a Achille Starace, que había sido un dirigente
      notable del Partido Nacional Fascista. Lo llevaron a la plaza de
      Loreto para que viera lo que quedaba de su duce y, apenas
      le hubo saludado, le pegaron un tiro y lo colgaron en la misma
      fila. La llegada de tropas estadounidenses puso fin a la diversión
      y los cadáveres fueron llevados a una morgue. Posteriormente
      fueron enterrados en tumbas sin marcar en un cementerio al norte
      de la ciudad.
    
Hitler fue informado de la muerte de Mussolini, aunque es posible
      que le ahorraran los detalles.
    
El mariscal Rodolfo Graziani había salido con Mussolini en su
      huida hacia Suiza, pero luego se había separado de la columna
      alemana y así logró salvar su vida. Finalmente se había rendido a
      los estadounidenses y ahora un representante suyo firmaba la Rendición
        de Caserta, junto con representantes de los generales Karl
      Wolff y Heinrich von Vietinghoff. El alto el fuego tendría lugar
      tres días más tarde. Wolff trató de justificar la rendición a
      Berlín (para la que no había recibido ninguna autorización)
      explicando que había sido necesaria para prevenir una revolución
      comunista en el norte de Italia. Por su parte, Vietinghoff se
      había rendido porque sus tropas se iban a quedar sin municiones ni
      otros suministros en cuestión de días.
    
Tropas británicas llegaron a Padua, donde se encontraron con que
      los partisanos habían encerrado a los 5.000 alemanes que había en
      la ciudad.
    
Las últimas tropas italianas en los Alpes abandonaron el
      territorio francés y ese mismo día los franceses ocuparon las dos
      últimas fortalezas que éstos habían abandonado.
    
La aviación británica hundió un submarino alemán cerca de
      Irlanda.
    
Johnny Weissmuller protagonizó una nueva entrega de su personaje
      titulada Tarzán y las amazonas. Tras dos entregas en las
      que Jane no aparecía, Maureen O'Sullivan fue finalmente
      reemplazada por Brenda Joyce. 
    
El 30 de abril un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Miho Maru) en el
      mar Amarillo.
    
Un escuadrón australiano desembarcó en la pequeña isla de Sadau,
      próxima a la isla de Tarakan, que a su vez está cerca de
      la costa de Borneo. No había japoneses en la isla, así que no hubo
      incidentes, más allá de un destructor sobre el que impactó una
      mina. El objetivo del desembarco era preparar un apoyo para los
      ingenieros que al día siguiente tenían que eliminar los obstáculos
      en la playa de Tarakan donde se iba a producir un desembarco
      mayor. Desde hacía dos días, torpederas iluminaban la playa por la
      noche para que los japoneses no pudieran reparar los desperfectos
      en las defensas causados por los bombardeos que estaban teniendo
      lugar desde hacía dos semanas. Mientras tanto, los dragaminas iban
      limpiando la zona de minas.
    
Los británicos lanzaron su ataque principal sobre Pegu. Los
      japoneses demolieron los puentes sobre el río Pegu,
      inundaron campos volando depósitos de agua para evitar que la
      ciudad fuera rodeada y ofrecieron una tenaz resistencia ante la
      que los británicos hicieron pocos progresos.
    
La vanguardia del ejército soviético llegó a Demmin y, al ver la
      bandera blanca en la iglesia, tres negociadores se acercaron al
      borde de la zanja antitanque y prometieron que la ciudad se
      libraría del saqueo protocolario si se rendía sin lucha.
      Obviamente, no era más que la palabra de unos comunistas, carente
      de valor alguno, pero un descerebrado no tuvo mejor ocurrencia que
      abatir a tiros a los negociadores. Las pocas unidades de la Wehrmacht
      que quedaban en Demnin se retiraron media hora más tarde y volaron
      tras de ellos los puentes que conectaban la ciudad con su entorno
      (está rodeada por tres ríos), con lo que los civiles quedaron
      atrapados.
    
Más tarde los soviéticos empezaron a entrar en la ciudad sin
      resistencia, confiados además por las banderas blancas que
      adornaban las calles, pero varios de ellos fueron abatidos,
      principalmente por miembros de las Juventudes Hitlerianas. Un
      testigo contó como un tal Gerhard Moldenhauer, después de
      haber disparado contra un soviético, explicó: "Acabo de
        disparar a mi mujer y a mis hijos. Ahora sólo quiero matar
        algunos rusos."  Al principio, los soviéticos fueron
      extendiéndose por la ciudad tranquilamente, pero por la noche
      empezó el saqueo, la destrucción y las violaciones, que se
      prolongaron durante tres días. Las primeras víctimas fueron las
      tiendas de bebidas alcohólicas, pero luego se dieron a violar a
      mujeres de todas las edades, rociaron los edificios con gasolina,
      les prendieron fuego y montaron guardia para que nadie tratara de
      extinguir los incendios.
    
En Berlín quedaban unos 10.000 defensores. Helmuth Weidling
      informó a Hitler de que los soviéticos estaban a menos de 500
      metros del búnquer y que la guarnición se quedaría sin municiones
      esa noche. Más tarde Hitler y Eva Braun se despidieron de los
      ocupantes del búnquer y sobre las 14:30 se retiraron a sus
      habitaciones. El adiestrador de perros de Hitler sacrificó a los
      dos perros de Eva Braun y a los cachorros de Blondie. Hacia las
      15:30 se oyó el sonido de un disparo. Tras esperar unos minutos,
      el criado de Hitler y Martin Bormann entraron en la habitación y
      encontraron los cuerpos sin vida de Eva Braun, que había muerto
      envenenada y de Hitler, que se había disparado en la sien con su
      pistola. De acuerdo con las instrucciones que había dado, los
      cuerpos fueron llevados al jardín de la Cancillería e incinerados
      con petróleo. Los cadáveres ardieron desde las 16:00 hasta las
      18:30, y los restos fueron enterrados en el cráter de una bomba.
      Luego Goebbels envió al general Hans Krebs para tratar de
      negociar con Zhúkov.
    
Goebbels quedó muy afectado por la muerte de Hitler. Dijo que
      saldría a pasear por el jardín de la cancillería hasta que lo
      matara una bomba soviética. Al final no lo hizo, pero afirmó: "para
nosotros
        todo está perdido y sólo nos queda el camino que ha elegido
        Hitler. Seguiré su ejemplo." 
    
A las 18:00 los soviéticos empezaron a asaltar el Reichstag,
      el Parlamento alemán, defendido por unos 1.000 alemanes. El
      edificio había permanecido en ruinas desde el incendio que había
      sufrido en 1933, pues al parecer los nazis nunca habían llegado a
      adivinar qué utilidad podría tener un parlamento. Esto facilitó a
      los defensores organizar trincheras entre los escombros. Los
      soviéticos lograron entrar en el vestíbulo principal, pero allí
      eran víctimas fáciles de los alemanes, que les disparaban desde
      posiciones elevadas, así que el vestíbulo empezó a acumular
      cadáveres soviéticos. Finalmente cambiaron de estrategia y
      trataron de buscar una forma de llegar a los pisos superiores sin
      pasar por el vestíbulo.
    
Stalin quería que el Reichstag fuera tomado a tiempo para
      celebrarlo el 1 de mayo. Aviones soviéticos trataron de arrojar
      banderas sobre él para que pareciera que los soviéticos habían
      llegado a tomar el edificio y sacar una foto, pero no funcionó.
      Zhúkov recibió un informe de que soldados soviéticos habían
      llegado a ondear una bandera en el edificio, y así lo anunció,
      pero cuando llegaron periodistas soviéticos se encontraron con que
      los alemanes tenían a los asaltantes a raya, fuera del edificio.
      Sobre las 22:40, un soldado llamado Rakhimzhan Qoshqarbaev
      logró emplazar una bandera en el tejado amparado en la oscuridad,
      pero precisamente por eso no pudo hacerse ninguna foto, y al día
      siguiente los alemanes la habían quitado. En cualquier caso,
      hubiera sido una foto fraudulenta, pues el edificio seguía en
      poder de los alemanes. (También hay quien se plantea que toda esta
      historia puede ser mera propaganda soviética.)
    
Los soviéticos entraron en el campo de concentración de
      Ravensbrück, donde encontraron unos 3.500 prisioneros enfermos y
      desnutridos.
    
Karl Dönitz, sin saber todavía lo sucedido en Berlín, fue a ver a
      Himmler para pedirle explicaciones sobre las órdenes que había
      recibido sobre él desde Berlín el día anterior, a lo que Himmler
      respondió que eran noticias falsas.
    
Los estadounidenses liberaron Munich. En Hamburgo William Joyce
      grabó su último programa de radio como Lord Haw Haw. No es
      seguro que llegara a emitirse. En la grabación se aprecia que
      estaba borracho y su discurso es errático. Reprochó a Gran Bretaña
      que hubiera llevado la guerra más allá de contener a Alemania y
      advirtió sobre la amenaza soviética. Terminó con un Heil
        Hitler y adiós. 
    
Los soviéticos tomaron Ostrava y Žilina en
      Checoslovaquia.
    
Los partisanos yugoslavos habían llegado a cruzar la frontera con
      Italia y rodearon Trieste. 
    
La aviación estadounidense hundió un submarino alemán cerca de la
      costa francesa.
    
Los Estados Unidos y Gran Bretaña manifestaron que aceptaban la rendición de las tropas italianas en el norte de Italia, pero no como una capitulación de la República Social Italiana (Graziani había firmado en calidad de ministro de defensa) ya que nunca la habían reconocido como Estado.
Destructores estadounidenses hundieron un submarino alemán cerca
      de la costa de Carolina del Norte.
    
El capitán Just, poco antes de caer inconsciente en un
      interrogatorio, dio algunos detalles sobre el grupo de submarinos
      Lobo de mar, pero no aclaró si las sospechas de que los
      submarinos llevaban misiles eran ciertas o no.
    
El 1 de mayo submarinos
      estadounidenses hundieron un transporte (Chowa Maru) cerca
      de la costa de Japón. La flota británica, en cooperación con la
      aviación inició una nueva serie de bombardeos sobre Okinawa.
      Algunos kamikazes atacaron, pero los portaviones
      británicos tenían cubiertas blindadas, así que el daño que
      causaron fue mínimo.
    
Como estaba previsto, fuerzas australianas, estadounidenses y
      neerlandesas desembarcaron en la isla de Tarakan, como
      primer paso para invadir Borneo. El objetivo era tomar un campo de
      aviación para usarlo como base para operaciones posteriores. Tanto
      Tarakan como Borneo llevaban sufriendo bombardeos preparatorios
      desde hacía más de dos semanas. La operación se inició con un
      intenso bombardeo aéreo y naval. A las 8:00 se inició el
      desembarco propiamente dicho. Al anochecer se había establecido
      una cabeza de playa de unos 2.6 km que se extendía hasta unos 1.8
      km tierra adentro, hasta las colinas cercanas a la ciudad de Tarakan.
      Aunque la resistencia japonesa fue leve, en parte gracias a los
      bombardeos de las semanas anteriores, por la noche actuaron
      algunos francotiradores. En total hubo 11 muertos y 35 heridos.
    
Esa mañana, patrullas británicas descubrieron que los japoneses
      habían abandonado Pegu (el día anterior el comandante japonés
      había recibido la orden de abandonar la ciudad para reforzar
      Rangún y defenderla hasta la muerte). Los británicos tendieron
      puentes rápidamente sobre el río Pegu y continuaron su avance
      hacia la capital birmana.
    
Mientras tanto paracaidistas británicos fueron lanzados a unos 3
      km de un lugar cercano a Rangún donde los japoneses tenían
      instalada una batería de artillería a orillas del río Rangún.
      En el descenso no encontraron oposición. Luego avanzaron hacia la
      posición japonesa y esperaron a que la aviación llevara a cabo un
      bombardeo preliminar. Sin embargo, la aviación bombardeó y
      ametralló a los propios británicos causando bastantes bajas. Como
      consecuencia, se detuvieron los bombardeos, y los paracaidistas
      avanzaron en medio de una lluvia torrencial hasta la batería
      japonesa. Llegaron a ella sobre las 16:00 y se inició un combate a
      corta distancia. Algunos búnqueres japoneses fueron desalojados
      con lanzallamas. Finalmente la batería fue tomada dejando unos 40
      japoneses muertos.
    
En Demmin, la población reaccionó ante los saqueos y violaciones
      de los soviéticos con una oleada de suicidios en masa para
      "liberarse" de los soviéticos. Usaron pistolas, hojas de afeitar,
      venenos, hubo quien se ahorcó, quien se arrojó a uno de los ríos,
      hubo familias que se arrojaron atadas al agua, madres que se
      sumergieron con una roca atada y con sus niños en brazos... Se
      calcula que hubo alrededor de un millar de suicidios, más las
      víctimas de la "liberación" soviética. Por otro lado, Demmin no
      fue un caso aislado. En Berlín hubo más de 4.000 suicidios entre
      abril y mayo, y también se contaron por cientos en muchas otras
      ciudades. En Stolp in Pommern también rondaron el millar.
    
El general Krebs se entrevistó con Zhúkov antes de las 4:00, y
      fue informado por el general Krebs de la muerte de Hitler. Ante la
      propuesta de un alto el fuego para entablar negociaciones de paz,
      Zhúkov respondió que sólo aceptaría una rendición incondicional.
      Krebs, sin autorización para aceptar tal contrapropuesta, regresó
      al búnquer, Goebbels anunció que, en tales condiciones, sólo cabía
      proseguir la lucha.
    
A las 10:53 Dönitz recibió un telegrama de Martin Bormann y a las
      15:18 otro de Goebbels en el que le confirmaba la muerte de Hitler
      sin aclarar que se había suicidado, y le anunciaba su nombramiento
      como presidente. Entre sus primeras disposiciones estuvo la de
      acelerar la evacuación de tropas y civiles desde Curlandia, para
      librarlas de los soviéticos.
    
A las 21:30 Radio Hamburgo hizo pública la muerte de Hitler y a
      las 22:26 Dönitz leyó un comunicado por radio en el que decía que
      Hitler había muerto "esta tarde, luchando a la cabeza de sus
        tropas contra el bolchevismo" (aunque sabía que había muerto
      el día anterior).
    
Esa noche Goebbels hizo que un dentista de las SS inyectara
      morfina a sus seis hijos y luego, cuando estuvieron sedados, Madga
      Goebbels les puso una cápsula de ácido prúsico entre los dientes y
      les cerró la mandíbula para romperla.
    
Sobre las 20:00, Joseph y Magda Goebbels salieron del búnquer al
      jardín de la cancillería y, cerca de donde había sido enterrado
      Hitler, él disparó a su mujer y luego se disparó a sí mismo. Según
      algunas versiones, previamente habían mordido una cápsula de ácido
      prúsico. El ayudante de Goebbels había esperado cerca hasta que
      oyó los tiros y luego se acercó a los cádáveres y, siguiendo
      órdenes previas, disparó varias veces sobre el cuerpo de su jefe.
      Luego los cuerpos fueron rociados con petróleo e incinerados, pero
      no fueron enterrados. Un mes atrás, una familiar de Magda Goebbels
      le había oído decir que no quería que sus hijos crecieran oyendo
      que su padre había sido uno de los mayores criminales del siglo y
      que la reencarnación podía proporcionarles una vida futura mejor.
    
A las 23:00 un grupo de los ocupantes del búnquer trató de romper
      el cerco soviético y escapar. Iba dirigido por el general Wilhelm
        Mohnke, pero muy pocos lograron su objetivo y pudieron
      rendirse más tarde a los estadounidenses, la mayoría murieron o
      fueron capturados. Martin Borman murió (probablemente se suicidó
      con una cápsula de ácido prúsico), mientras que Mohnke fue
      apresado.
    
Uno de los mayores líderes nazis a los que se le perdió
      completamente el rastro fue Heinrich Müller (Gestapo Müller).
Se
      le había visto ese día en el búnquer, y desde entonces no se supo
      más de él. Alguien le había oído decir: Conocemos muy bien los
        métodos de los rudos. No tengo la menor intención de dejarme
        apresar por los rusos. No hay ningún indicio de que hubiera
      sobrevivido, así que lo más probable es que muriera en el intento
      y su cadáver hubiera pasado inadvertido entre otros tantos.
    
Ese día los estadounidenses entraron en Braunau am Inn, el lugar
      de nacimiento de Hitler. También llegaron hasta Weilheim, donde
      permanecía cautivo el regente húngaro Miklós Horthy, que pasó de
      ser prisionero de los nazis a ser prisionero de guerra de los
      estadounidenses.
    
Los partisanos yugoslavos tomaron la mayor parte de Trieste,
      aunque los alemanes continuaron ofreciendo resistencia en algunos
      sectores de la ciudad, apoyados por chetniks. 
    
La aviación estadounidense se unió a la operación de lanzar
      suministros a la población neerlandesa bajo ocupación alemana.
      Unos 500 soldados de una división alemana se rindieron ese día en
      los Países Bajos.
    
El 2 de mayo submarinos
      estadounidenses hundieron un carguero japonés (Rezikan Maru),
un
      petrolero (Toryu Maru) y un barco de escolta (Ojika)
      en el mar Amarillo.
    
Tras haber rechazado algunas incursiones nocturnas de los
      japoneses, los australianos y neerlandeses atacaron el aeropuerto
      de Tarakan, donde los japoneses habían dispuesto numerosas cargas
      explosivas que dificultaron el ataque.
    
Los británicos avanzaban ya imparables hacia Rangún, y no
      tardaron en descubrir por qué el avance les estaba resultando tan
      fácil. Un avión de reconocimiento que sobrevoló la capital birmana
      no vio signos de japoneses y, en cambio, sí que vio un mensaje
      sobre la azotea de una cárcel pintado unos prisioneros de guerra
      que decía, aproximadamente, "Los japos se han ido, moved el
        culo". El avión aterrizó, pero dañó una de sus ruedas de
      modo que ya no podía despegar otra vez. La tripulación caminó
      hasta la prisión, donde cerca de un millar de prisioneros les
      informaron de que los japoneses se habían ido hacía ya unos días.
      Luego la tripulación tomó una barca para navegar por el río Rangún
      hasta las posiciones británicas e informar de que el campo estaba
      despejado. A lo largo del día las tropas británicas fueron
      entrando en la ciudad y empezaron a poner orden, pues desde que
      los japoneses se habían marchado se estaban produciendo saqueos y
      desórdenes.
    
A las 6:00 Helmuth Weilding se rindió y a las 8:23 fue llevado
      ante Zhúkov. A las 8:45 firmó la rendición incondicional de Berlín
      y pidió a todas las fuerzas alemanas que abandonaran el combate lo
      que provocó un gran número de suicidios. Los soviéticos entraron
      en la Cancillería del Reich. En el búnquer, el general
      Krebs y otros oficiales se suicidaron de un tiro en la cabeza, y
      los demás ocupantes se rindieron a las 9:00, cuando llegaron los
      soviéticos.
    
En cuanto tuvieron la ciudad bajo control, los soviéticos
      arrestaron a cualquiera que vistiera uniforme, lo que incluía
      bomberos y ferroviarios, por ejemplo, y así unos 180000 hombres
      fueron obligados a marchar hacia el este como prisioneros de
      guerra. Mientras tanto, una unidad especial de la NKVD se puso a
      buscar los restos de Hitler.
    
 Con la ciudad pacificada,
      los soviéticos escenificaron la foto de un soldado izando la
      bandera comunista en el Reichstag que no habían podido
      tomar durante el combate. La identidad del soldado que posó es
      discutida, porque fue el primero que pasaba por allí y al que le
      ordenaron que subiera. Luego la retocaron poniéndole humo de
      fondo, para que pareciera más heroica y, lo que fue más
      importante, en la foto se ve un segundo soldado que parece llevar
      un reloj en cada muñeca, lo que sugería a que había participado en
      un saqueo, así que borraron los relojes de la foto antes de
      publicarla. No obstante, se sugirió que uno de los relojes podía
      haber sido en realidad una brújula de pulsera. (La foto de la
      izquierda es la versión original, en la que se aprecian las dos
      manchas blancas circulares en las muñecas del segundo soldado.)
Con la ciudad pacificada,
      los soviéticos escenificaron la foto de un soldado izando la
      bandera comunista en el Reichstag que no habían podido
      tomar durante el combate. La identidad del soldado que posó es
      discutida, porque fue el primero que pasaba por allí y al que le
      ordenaron que subiera. Luego la retocaron poniéndole humo de
      fondo, para que pareciera más heroica y, lo que fue más
      importante, en la foto se ve un segundo soldado que parece llevar
      un reloj en cada muñeca, lo que sugería a que había participado en
      un saqueo, así que borraron los relojes de la foto antes de
      publicarla. No obstante, se sugirió que uno de los relojes podía
      haber sido en realidad una brújula de pulsera. (La foto de la
      izquierda es la versión original, en la que se aprecian las dos
      manchas blancas circulares en las muñecas del segundo soldado.)
    
Hitler había designado como primer ministro a Goebbels, que no
      estaba en condiciones de ejercer el cargo, así que Dönitz formó un
      gobierno dirigido por el hasta entonces ministro de hacienda, Lutz
Graf
        Schwerin von Krosigk. Albert Speer se mantuvo al frente del
      Ministerio de Industria. El gobierno se reunió en Eutin,
      pero ante el avance británico Dönitz se reunió con Krosigk,
      Himmler y Keitel para discutir un nuevo emplazamiento urgente.
      Himmler propuso Praga, que era la mayor ciudad europea en manos
      alemanas, y más cercana a los estadounidenses con los que todavía
      aspiraba a negociar, pero Dönitz no quiso ni oír hablar de
      instalar su gobierno fuera de Alemania. Finalmente optó por
      establecerlo en las instalaciones de una academia naval en Flensburg,
      cerca de la frontera con Dinamarca. Himmler dio por sentado que
      seguía al frente de las SS, pero Dönitz se mostró reservado. Una
      buena parte de las SS seguían fieles a Himmler, así que adoptó una
      actitud ambigua hacia él a la espera de los acontecimientos.
    
Ese
      
      día entraba en vigor la rendición de Caserta, de la que Dönitz no
      había sido informado. Recibió la noticia con sorpresa e
      indignación, pues la capitulación había sido negociada en vida de
      Hitler contraviniendo sus órdenes. El plan de Dönitz era organizar
      una rendición escalonada que permitiera retirar hacia el oeste la
      mayor parte de tropas y civiles, para evitar que cayeran en manos
      de los soviéticos, pero para ello era necesario que Alemania
      continuara formalmente en guerra. Kesselring se opuso a respetar
      el acuerdo, pero cuando se enteró de la muerte de Hitler ya no
      puso objeciones. En cualquier caso, Vietinghoff cumplió lo
      acordado y la rendición de Caserta fue un hecho.
    
Entre los alemanes que lograron con éxito evitar a los soviéticos
      estaba Karl Plagge, que desde Vilna había logrado desplazarse
      hacia el este y ese día se rindió a los estadounidenses. En
      cambio, el capitán Wilm Hosenfeld había sido capturado por los
      soviéticos a principios de año, con lo que ya estaba condenado en
      un juicio que tardaría cuatro años en celebrarse.
    
La flota alemana empezó a ser destruida deliberadamente. En Kiel
      fue hundido el crucero Admiral Hipper, en Wilhelmshaven
      fueron hundidos 19 submarinos, otros 15 en Travemünde, y
      otros 7 en lugares diversos. La aviación británica hundió otros
      tres en Lübeck y en Kattegat.
    
Los británicos llegaron al campo de Neuengamme, pero lo
      encontraron totalmente despejado. Las SS acababan de evacuar a los
      últimos prisioneros. Muchos de ellos (más de 7.000) continuaban
      hacinados en barcos en Lübeck.
    
Pierre Laval había tratado de conseguir asilo en Suiza, pero le
      había sido denegada la entrada al país. Ese día salió en avión de
      Feldkirch, en Austria, junto a la frontera Suiza, con
      dirección a Barcelona.
    
El coronel Pash y su equipo de la misión Alsos llegó a Urfeld,
      donde, en colaboración con fuerzas de una división de infantería
      estadounidense, lograron que los 700 alemanes que defendían la
      ciudad se rindieran (afortunadamente, porque durante el tiroteo
      los soldados de infantería fueron reclamados para otra misión y
      sólo se quedaron siete de ellos). Así Pash pudo entrar en Urfeld y
      detener a Werner Heienberg en su casa.
    
Tropas estadounidenses detuvieron una marcha de prisioneros
      sacados de Dachau que pretendía llegar hasta Austria. Varios
      cientos de prisioneros fueron liberados.
    
Un soldado estadounidense iba solo en bicicleta por una carretera
      austriaca cuando un individuo le salió a su encuentro y en un
      inglés rudimentario le dijo: Soy Magnus von Braun, mi hermano
        inventó la V-2. Queremos rendirnos. Poco después Wernher von
      Braun hizo una declaración a la prensa en la que ponía en
      evidencia el peligro obvio de que la Unión Soviética acabara
      teniendo armas demasiado poderosas:
    
Sabíamos que habíamos creado un nuevo medio de guerra, y la cuestión de a qué nación, a qué nación victoriosa estábamos dispuestos a confiar nuestra creación, era más que nada una decisión moral. Queríamos ver al mundo a salvo de otro conflicto como el que acababa de atravesar Alemania y consideramos que sólo entregando tal arma a un pueblo que se guía, no por las leyes del materialismo, sino por el cristianismo y la humanidad, podíamos ofrecerle tal seguridad al mundo.
Lo que no quedaba claro era dónde había estado su moral cuando
      puso el arma al servicio de los nazis.
    
La mayor parte de los 13.000 chetniks que luchaban junto
      a los alemanes en Trieste aprovecharon la llegada de fuerzas
      neozelandesas para rendirse a ellas y así no caer en manos de los
      partisanos comunistas. Los alemanes siguieron combatiendo.
    
El primer ministro irlandés, Éamon de Valera, visitó al embajador
      alemán para presentar sus condolencias por la muerte de Adolf
      Hitler. El primer ministro portugués, António de Oliveira Salazar,
      envió un telegrama a Alemania para expresar también sus
      condolencias. Fueron los únicos jefes de gobierno del mundo que lo
      estimaron oportuno. En Portugal, además, las banderas oficiales
      ondearon a media asta en señal de luto.
    
El 3 de mayo un destructor estadounidense (USS Little) resultó hundido en Okinawa y otro (USS Aaron Ward) quedó gravemente dañado en las islas Kerama como consecuencia de un ataque kamikaze.
Fuerzas estadounidenses entraron en la ciudad de Davao, en
      Mindanao, sin encontrar apenas resistencia. Los japoneses se
      habían retirado destrozando antes la ciudad todo lo que pudieron.
    
Un dragaminas japonés hundió un submarino estadounidense (USS
      Lagarto) en el golfo de Siam.
    
Dönitz envió al almirante Hans-Georg von Friedeburg al
      cuartel general de Montgomery en Lüneburg con una oferta
      de rendición de las fuerzas del norte de Alemania, incluyendo las
      que se oponían al avance soviético. Montgomery respondió que no
      podía aceptar la rendición de las fuerzas que luchaban en el
      frente oriental, y que éstas debían rendirse a los soviéticos,
      pero que las fuerzas británicas podían aceptar la rendición de
      tropas alemanas que estuvieran huyendo hacia el oeste. Tras
      discutirlo con Eisenhower y el gobierno británico, Montgomery se
      reunió de nuevo con la delegación alemana y dijo:
    
Deben ustedes entender tres cosas: En primer lugar, deben rendir incondicionalmente ante mí todas las fuerzas alemanas en Holanda [...] Schleswig-Holstein y en Dinamarca. En segundo lugar, cuando lo hayan hecho, estaré en condiciones de discutir con ustedes las implicaciones de su rendición: cómo dispondremos de las tropas rendidas, como ocuparemos los territorios rendidos, como trataremos a los civiles, etc. Y el tercer punto: si no están de acuerdo con el punto 1, la rendición, entonces continuaré con la guerra y estaré encantado de hacerlo.
Y luego añadió, como si se le acabara de ocurrir: Todos sus
        soldados y civiles podrían morir. Von Friedeburg pidió 48
      horas para considerar esa oferta y Montgomery le dio 24.
    
Ese día, siguiendo instrucciones de Dönitz, la ciudad de Hamburgo
      se rindió a los británicos. Antes 9 submarinos fueron hundidos
      deliberadamente en el puerto. Otros 46 fueron hundidos en Kiel,
      otros 17 en Lübeck, otros 4 en la desembocadura de Wesser y otros
      13 en varios puertos del Báltico. Dos más fueron hundidos con casi
      toda su tripulación en un ataque aéreo británico. La RAF
      hundió también en Kiel cuatro cargueros (Energie, Inster,
        Inserburg, Irmtraud Cords y Wolgast) y un petrolero
      (Leda). En Lübeck la RAF hundió tres barcos
      cargados con prisioneros evacuados principalmente de Neuengamme,
      el Cap Arcona, en el que murieron unos 5.600 prisioneros,
      el Thielbek, en el que murieron otros 2.750 y el Deutschland,
      cuyos 2.000 ocupantes pudieron ser sacados del barco antes de que
      volcara y se hundiera. Durante los 30 años siguientes irían
      llegando a la costa cadáveres y fragmentos de esqueletos de las
      víctimas. Los barcos estaban repletos. Esa misma mañana unos 800
      prisioneros (principalmente mujeres y niños) que habían llegado en
      autobuses blancos desde Stutthof y Mittelbau-Dora
      habían sido rechazados en el Cap Arcona porque no cabía
      absolutamente nadie más, así que las SS los habían ametrallado en
      la playa o los habían golpeado hasta matarlos.
    
En el Báltico, la RAF hundió también cinco cargueros (Dorpat,
        Dwarsee, Erna Gaulke, Musketier y Vega) y otros dos
      cargueros (Pallas y Vega) y un petrolero (Taifun)
      en la costa noruega. Además, los alemanes hundieron en Kiel el
      crucero Emden.
    
Los dos días anteriores, los guardias de las SS del campo de
      Mauthausen habían organizado marchas de prisioneros para llevarlos
      a Sankt Georgen, pero en ambas ocasiones los devolvieron
      al campo al cabo de unas horas. Finalmente desertaron y dejaron a
      los prisioneros abandonados. Al poco llegaron unos milicianos
      desarmados y una unidad improvisada de policías jubilados y
      bomberos huidos de Viena, que tomaron el control del campo, pero
      dejaron que los prisioneros se organizaran como quisieran. 
    
Hanna Reitsch y Robert Ritter von Greim habían sido capturados
      por los estadounidenses. En un interrogatorio, cuando les
      preguntaron por su salida de Berlín, ambos declararon que había
      sido el día más negro de sus vidas, al no poder morir junto al Führer.
      Reitsch añadió: Todos deberíamos arrodillarnos en reverencia y
        oración ante el altar de la patria... y cuando le
      preguntaron a qué se refería con "el altar de la patria", aclaró
      que al búnquer del Führer en Berlín. 
    
La familia de Hanna Reitsch había huido de Silesia con los
      soviéticos en los talones y se había refugiado en Salzburgo. Pero,
      tras haber oído rumores de que los refugiados iban a ser devueltos
      a sus lugares de origen, en su caso en la zona ocupada por los
      soviéticos, el padre de Reitsch mató de un disparo a su esposa, a
      su hija (hermana de Hanna) y a los tres hijos de ésta antes de
      suicidarse.
    
Las últimas fuerzas alemanas se rindieron en Trieste ante los
      neozelandeses (no a los comunistas yugoslavos).
    
El presidente irlandés Douglas Hyde visitó al embajador alemán
      para expresarse sus condolencias por la muerte de Hitler.
    
Ese día se estrenó la Batalla de San Pietro, un
      documental de 32 minutos dirigido por John Huston sobre una
      batalla que había tenido lugar cerca de Nápoles. Su realismo era
      inusitado, pues mostraba primeros planos de soldados
      estadounidenses muertos, y escenas en las que los cadáveres eran
      metidos en bolsas. Algunos oficiales mostraron reservas a que los
      reclutas vieran el documental, por miedo a dañar su moral. Sin
      embargo, el general George Marshall defendió el documental
      alegando que era adecuado para los entrenamientos, pues la visión
      de la muerte llevaría a los soldados a tomarse más en serio su
      entrenamiento. Algunos militares acusaron a Huston de que el
      documental era antibélico, y Huston replicó que si alguna vez
      había rodado un documental probélico debería ser fusilado. Eso no
      le hizo ganar muchas simpatías en el ejército.
    
Ese día se estrenó también El valle del destino, un drama
      romántico protagonizado por Gregory Peck, que recibió críticas
      tibias, pero que fue un éxito de taquilla.
    
El 4 de mayo la flota estadounidense
      en el pacífico sufrió una oleada de ataques kamikazes. Dos
      destructores (USS Luce y USS Morrison) resultaron
      hundidos en las islas Kerama, y 278 marines se hundieron en ellos.
      Un portaaviones de escolta (USS Sangamon) quedó
      inutilizable. Siete bakas atacaron a la flota en Okinawa.
      Uno impactó en el puente de un destructor (USS Shea) y
      causó daños graves y bajas. Otro (USS Gayety) fue dañado
      por un baka que le cayó cerca, aunque no llegó a impactar
      en él. Sólo uno de los aviones remolcadores pudo regresar a su
      base. Por otro lado, una lancha torpedera suicida dañó un carguero
      estadounidense (USS Carina). En Okinawa los japoneses
      trataron de llevar a cabo un desembarco detrás de las líneas
      estadounidenses, para lo que buena parte de la artillería de la
      isla fue sacada a campo abierto para apoyar el desembarco, pero
      fue un fracaso, la artillería estadounidense destruyó un gran
      número de piezas japonesas.
    
Un submarino estadounidense hundió un carguero japonés (Shinpen
        Maru) cerca de la costa japonesa.
    
La ciudad polaca de Breslau llevaba ya casi 80 dias bajo el
      asedio soviético. En ese tiempo, los soviéticos habían matado
      causado unos 6.000 muertos y 23.000 heridos y habían tomado unos
      40.000 prisioneros, aunque ellos mismos habían sufrido unas 60.000
      bajas. Los civiles muertos en la ciudad rondaban los 80.000. La
      resistencia alemana estaba encabezada por el gautelier Karl
        Hanke, que había sido nombrado expresamente por Hitler, cuyo
      fanatismo era proverbial. Ese día varias autoridades eclesiásticas
      pidieron al general Hermann Niehoff que rindiera la ciudad
      a los soviéticos, pero Hanke prohibió a Niehoff cualquier
      conversación ulterior con los clérigos. Comunistas alemanes
      distribuyeron panfletos por la ciudad en los que instaban a la
      población a dejar de luchar y a no tener miedo del Ejército Rojo,
      cuyos soldados llegaban como liberadores. Pero Hanke no se
      caracterizaba por su sentido del humor y se tomó en serio los
      panfletos (tal vez fuera el único en hacerlo) e hizo ejecutar a 17
      alemanes responsables de su distribución.
    
A las 18:00 el almirante von Friedeburg regresó al cuartel
      general de Montgomery y a las 18:30 se firmaba la rendición de las
      fuerzas alemanas en el noroeste de Alemania, Schleswig-Holstein y
      Dinamarca, incluyendo los barcos en dichas zonas, con efecto a las
      8:00 del día siguiente. Montgomery, que nunca desperdiciaba la
      ocasión de apuntarse méritos, se aseguró que de la ceremonia de
      rendición se llevara a cabo ante periodistas de la BBC, con dos
      micrófonos ante él.
    
La cláusula de la rendición de la flota alarmó a Dönitz, cuyo
      objetivo principal era seguir evacuando tropas y civiles para
      librarlos de los comunistas, pero consideró que los barcos que ya
      hubieran zarpado en el momento en que la rendición entrara en
      vigor podrían continuar su viaje y no serían obligados a regresar
      a territorio amenazado por los soviéticos. Más aún, juzgó que los
      británicos tardarían un tiempo en hacerse con el control del
      territorio rendido, y ello permitirá continuar unos días con la
      evacuación.
    
Dönitz ordenó que cesara toda acción de la flota submarina. Trece
      submarinos alemanes fueron hundidos cerca de Flensburg, otros dos
      en Kiel y otros tres en otras bases navales alemanas, además de
      otros dos que fueron hundidos por la aviación británica. La RAF
      hundió también 7 cargueros (Bolkoburg, Else Hugo Stinnes,
        Grudziadz, Helga Schröder, Ostwind y Swakopmund) en
      diversos lugares así como un barco de pasajeros que estaba siendo
      usado para la evacuación de Prusia Oriental. La aviación soviética
      hundió un transporte (Orion) que llevaba a Copenhague a la
      tripulación de un antiguo acorazado que se había hundido
      recientemente por el impacto de una mina.
    
Los estadounidenses liberaron Innsbruck, Salzburgo y Berchtesgaden.
      En Mattsee (Austria) encontraron la Corona de San
        Esteban, una reliquia medieval de valor incalculable, y que
      fue transportada a los Estados Unidos para evitar que cayera en
      manos de los comunistas.
    
En Hamburgo, el corresponsal de guerra británico Wynford
        Vaughan-Thomas retransmitió una parodia del programa de
      William Joyce de propaganda alemana. Joyce había escapado de la
      ciudad e iba camino de Flensburg.
    
También entraron en Obersalzberg, que fue saqueado de forma
      inusitada, en gran parte porque allí estaban las residencias de
      Hitler y otras personalidades nazis. En palabras de un periodista
      que llegó poco después:
    
No ha quedado la menor pieza para un museo sobre el gran criminal de guerra. Esparcidos por le mundo, a la gente le van a mostrar ya para siempre un servilletero o un pincho de pepinillos supuestamente utilizados por Hitler.
El que fuera canciller austriaco Kurt Schuschnigg, tras haber
      sido torturado y humillado por las SS, había sido trasladado al
      campo de concentración de Sachsenhausen, donde había recibido un
      trato preferencial respecto a otros prisioneros, luego había sido
      llevado a Dachau y finalmente a un campo al sur del Tirol, de
      donde las SS habían huido y y los pocos soldados alemanes que
      quedaron habían liberado a los prisioneros. Finalmente Schuschnigg
      encontró tropas estadounidenses y fue trasladado a Capri, donde
      sería liberado y desde allí emigraría a los Estados Unidos.
    
El 5 de mayo los australianos
      controlaban ya el campo de aviación de Tarakan. Los japoneses
      (quedaban unos 1.700) se habían retirado, como de costumbre, al
      interior de la isla, a las zonas más escarpadas e inaccesibles. En
      su avance, los australianos se encontraron con unos 7.000
      indonesios, mayoritariamente en mal estado de salud, que
      colapsaron los sistemas de atención neerlandeses que debían
      atenderlos. Pese a los bombardeos sufridos, la población local
      recibió a los australianos como liberadores y muchos de ellos se
      prestaron a trabajar como porteadores y para otras tareas.
    
Cuando Hitler destituyó a Himmler, había nombrado como su sucesor al frente de las SS a Karl Hanke, pero Hanke no se enteró hasta ese momento y la noticia fue la excusa perfecta para abandonar Breslau en un avión que había reservado para él, con destino a Praga. Por si acaso, iba vestido con uniforme de soldado raso de las SS.
El día anterior los soviéticos habían encontrado dos cadáveres
      carbonizados humanos junto a los de dos perros, que ahora eran
      exhumados. Sospechaban que podían ser Hitler, Braun, Blondi y su
      carrorro Wulf. Stalin vacilaba sobre si creer o no que Hitler
      estaba muerto y prohibió que trascendiera cualquier información
      sobre los hallazgos.
    
Finalmente, Dönitz informó a Himmler de que se proponía
      destituirlo de todos sus cargos, pero que le proporcionaría
      documentación falsa a él y a sus principales subordinados si
      desaparecían rápidamente.
    
Los alemanes seguían hundiendo su flota de submarinos. Ese día 66
      naves fueron hundidas en varios puertos del norte de Alemania.
      Otro más se hundió cerca de Flensburg en una colisión y otro
      encalló. Otros 19 submarinos fueron recuperados intactos por los
      aliados.
    
Dönitz difundió por radio una versión en alemán de la
      capitulación firmada ante Montgomery que difería en algunos puntos
      de la versión en inglés que éste había dado a la prensa. En su
      versión, la rendición no se extendía a la flota, ni a los
      territorios de Schlesvig-Holstein que rodeaban Flensburg. Además
      la rendición se describía como una tregua y no una capitulación.
      Además, la versión alemana permitía leer entre líneas el interés
      que Dönitz ponía en evitar a toda costa las rendiciones a los
      soviéticos, y esto aumentó las reticencias que Stalin ya tenía
      inicialmente hacia estas "capitulaciones parciales". Eisenhower se
      dio cuenta y prohibió más capitulaciones parciales. No obstante,
      para entonces, siguiendo la política de Dönitz, las fuerzas
      alemanas en Baviera y el suroeste de Alemania firmaron en Munich
      un acuerdo de rendición que entraría en vigor al día siguiente.
    
El mayor problema que tenía Dönitz era qué hacer con las fuerzas
      alemanas que se oponían a las soviéticas en lo que entonces era
      oficialmente el Protectorado de Bohemia y Moravia, es decir, la
      parte checa de lo que había sido Checoslovaquia. Había trazado el
      plan de disolver el protectorado para sustituirlo por un gobierno
      checo títere (que se consideraría así liberado de la ocupación
      alemana), el cual declararía a Praga ciudad abierta e invitaría a
      entrar en ella a las fuerzas de Patton, mientras los alemanes
      seguían teniendo a raya a los soviéticos. Era de sobra conocido
      que cada vez que Patton tenía un comunista a menos de diez metros
      le daba un ataque de urticaria, así que Dönitz esperaba que Patton
      se prestaría a negociar una rendición sin importarle las
      objeciones que pudieran poner los comunistas. Además, con un poco
      de suerte, podría generar una desavenencia entre los aliados mayor
      que la que tenían sobre Polonia.
    
Sin embargo, el plan de Dönitz se frustró debido a una revuelta
      espontánea que se produjo ese día en Praga. Personal de la Radio
        Checa empezó a transmitir en checo, lengua prohibida por los
      alemanes, anunciaron que los alemanes habían perdido la guerra y
      pusieron música de compositores checos, también prohibida. Unos
      miembros de las SS entraron en el edificio de la Radio Checa,
      pero no encontraron la sala de emisión. Al mediodía llegaron
      algunos policías checos que ayudaron a varios trabajadores a
      entrar en el edificio por el tejado burlando a los guardias de las
      SS que bloqueaban la entrada. La bandera alemana fue arriada en el
      edificio y sustituida por una checoslovaca y otra estadounidense.
    
Mientras tanto, en las calles empezaron a reunirse civiles que
      tacharon carteles alemanes y arriaron banderas alemanas. En los
      balcones empezaron a aparecer banderas checoslovacas, así como en
      las solapas de las chaquetas. Los funcionaros de los tranvías
      dejaron de aceptar los marcos alemanes como moneda de pago y de
      anunciar las paradas en alemán, como tenían ordenado. Algunos
      soldados alemanes fueron rodeados y asesinados. El general Karl
      Hermann Frank amenazó con disparar a los civiles que se reunieran
      en las calles, y aumentó el número de patrullas. Algunos soldados,
      intimidados, dispararon a gente congregada.
    
A mediodía desde la emisora de radio se hizo un llamamiento a la
      policía checa para que acudiera a echar a las SS del edificio. Se
      hicieron famosas las palabras: ¡Llamando a todos los checos!
        Venid todos a una. ¡Llamando a todos los checos! La policía
      checa controlaba las plantas superiores del edificio, y las SS las
      inferiores, pero estaban desorientados porque no lo conocían y no
      había ninguna señalización en él.
    
Multitudes de civiles desarmados arrollaron guarniciones alemanas
      y almacenes. Francotiradores empezaron a abatir soldados alemanes,
      los cuales también se cobraron víctimas entre los civiles.
      Aparecieron barricadas en las calles, y los alemanes tuvieron que
      recurrir al saqueo para hacerse con suministros esenciales. Los
      civiles lograron hacerse con miles de armas de fuego,
      lanzagranadas y hasta cinco vehículos blindados.
    
A pesar de estar peor armados, los policías lograron expulsar a
      las SS del edificio de la Radio Checa. A las 17:30, los
      miembros de las SS que seguían en su interior se tuvieron que
      rendir. El mariscal Ferdinand Schörner ordenó que varias unidades
      de las SS dejaran el frente soviético para sofocar la revuelta en
      Praga. La noticia de que los tanques alemanes se dirigían a la
      ciudad llegó hasta los insurrectos, y a las 19:22 se transmitió un
      llamamiento a los ciudadanos para que levantaran barricadas que
      contuvieran a los alemanes. Otro llamamiento en inglés y en ruso
      pidió que la aviación aliada atacara a las fuerzas alemanas que se
      dirigían a la capital. Al final del día los insurrectos dominaban
      la mayor parte de Praga al este del río Moldava. En particular,
      controlaban la emisora de radio, la central telefónica, varias
      estaciones ferroviarias y diez de los doce puentes sobre el río.
      Unos 3.000 prisioneros fueron liberados de una cárcel. 
    
Patton, que no estaba lejos, pidió permiso a Eisenhower para
      ayudar a los checos, pero Eisenhower, para no provocar un
      enfrentamiento con los soviéticos, le ordenó permanecer en Pilsen
      y permitir impasible que Praga sucumbiera ante las tropas de
      Kónev. Esa noche los insurrectos levantaron más de 1.600
      barricadas en la ciudad. Durante los días siguientes, unos 30.000
      checos (hombres y mujeres) combatirían a unos 40.000 alemanes
      apoyados por tanques, aviación y artillería.
    
La ayuda que los estadounidenses negaron a los sublevados de
      Praga se la otorgó el Ejército Ruso de Liberación, que tenía una
      división cerca bajo el mando del general Sergei Buyachenko.
      La resistencia le prometió asilo en Checoslovaquia para todos sus
      hombres y, en particular, que no serían repatriados a la Unión
      Soviética, donde ya estaban condenados a muerte. Andréi Vlásov se
      mostró reacio a dar ese paso, pero finalmente aceptó el plan de
      Buyachenko. 
    
Mientras tanto los soviéticos entraban en Brno, pero el Alto
      Mando cambió sus órdenes y estableció como objetivo prioritario la
      ocupación de Praga. En la campaña de Brno y Bratislava los
      soviéticos habían contado unos 17.000 muertos.
    
El día anterior, los guardias de las SS del campo de
      concentración de Ebensee, en Austria, habían dicho a los
      prisioneros que los estadounidenses iban a bombardear el campo y
      que tenían que meterse en los túneles para protegerse. Los
      prisioneros, que oían el sonido de los combates en la distancia,
      comprendieron que los estadounidenses estaban cerca y se negaron a
      salir de sus barracones. Unas horas más tarde los túneles
      explotaron. Probablemente los alemanes habían dispuesto explosivos
      con un temporizador para deshacerse de los prisioneros. Esa
      mañana, al despertarse, los prisioneros descubrieron que las SS
      habían huido del campo, y sólo quedaban algunos guardias alemanes,
      ancianos, armados con rifles. Mataron a 52 de ellos y esperaron la
      llegada de los estadounidenses.
    
Una unidad de la Luftwaffe que pasaba por Mauterndorf se
      enteró de que Göring estaba preso allí y aprovechó para liberarlo.
      Göring se apresuró a dirigirse hacia las posiciones
      estadounidenses para entregarse y ponerse a salvo tanto de los
      nazis como de los comunistas.
    
Dinamarca estaba ya libre de la ocupación alemana. La gente salió
      a celebrarlo a la calle en muchas ciudades. Prisioneros de guerra
      fueron liberados y organizaron desfiles. En Aarhus, varias
      mujeres danesas de las que se sabía que habían tenido relaciones
      con soldados alemanes fueron sacadas a las calles, las raparon y
      las obligaron a marchar para humillarlas. Algo similar sucedió en
      la zona de los Países Bajos que había estado hasta el final bajo
      ocupación alemana, donde se vieron mujeres rapadas y pintadas de
      naranja, colaboracionistas linchados, etc. En la isla de Texel, la
      Legión Georgiana seguía luchando contra los alemanes y
      éstos no se dieron enterados de la rendición, así que la lucha
      continuó.
    
En la isla danesa de Møn se encontró una barcaza cargada
      con 370 prisioneros evacuados del campo de concentración de
      Stutthof que había sido abandonada por los alemanes. Fue remolcada
      hasta el puerto. Sus ocupantes presentaban síntomas de disentería,
      tifus, tuberculosis y desnutrición, además de pulgas. 19 de ellos
      murieron poco después. Los demás se salvaron gracias al esfuerzo
      de los habitantes de la isla, que les proporcionaron rápidamente
      alimentos y asistencia médica.
    
Las tropas estadounidenses llegaron finalmente a Mauthausen. Para
      entonces los prisioneros habían matado ya a unos 30 guardias de
      las SS que no habían huido.
    
El gran muftí de Jerusalén, Amin al-Husayni había intentado
      entrar en Suiza para pedir asilo, pero le había sido denegado.
      Finalmente fue puesto bajo la custodia de las tropas francesas que
      ocupaban Constanza.
    
Von Friedburg llegó al cuartel general de Eisenhower en Reims. Y
      allí fue informado de que ya no aceptarían más rendiciones
      parciales, sino que únicamente podían discutir los términos de una
      rendición total en todos los frentes. Por otro lado, Dönitz
      también había enviado un emisario a Suecia, a través del conde
      Folke Bernadotte, para tratar de negociar por separado la
      rendición de las fuerzas alemanas en Noruega, estimadas en unos
      400.000 hombres.
    
Algunos submarinos alemanes seguían actuando en el Atlántico. Uno
      hundió un petrolero británico (Empire Unity) cerca de
      Islandia y otro un carbonero estadounidense (Black Point)
      cerca de Rhode Island, éste fue perseguido y hundido poco después.
      Ese día también resultó hundido otro de los submarinos que habían
      formado el grupo Lobo de mar. 
    
El reverendo Archie Emrson Mitchell era un pastor evangélico que
      se disponía a pasar un fin de semana en la montaña en Bly
      (Oregon) con su esposa embarazada Elsie y cinco niños de
      entre 11 y 14 años de una escuela de su iglesia. En un momento
      dado su esposa y los niños bajaron del coche y se pusieron a
      buscar un buen sitio para el pícnic mientras él buscaba
      aparcamiento en el pueblo. Los niños encontraron un objeto
      extraño, lo arrastraron y alguno de ellos le dio una patada.
      Entonces el objeto estalló. Los cuatro niños murieron
      inmediatamente, y la niña lo haría un poco más tarde. Cuando se
      produjo la explosión el reverendo se dirigía ya hacia ellos y
      encontró a su esposa envuelta en llamas, y murió mientras él
      trataba de apagarlas con sus propias manos. Unas horas más tarde
      llegaron militares y se hicieron cargo del objeto, que no era sino
      uno de los globos bomba lanzados por los japoneses. Debía de
      llevar varios días en el lugar. Fue el único que se cobró vidas,
      cuando los japoneses ya habían dejado de lanzarlos hacía más de
      una semana, ante la falta de evidencias de que estuvieran teniendo
      efecto alguno.
    
En Bougainville el avance australiano hacia el río Hongorai se
      había detenido por la presencia de un cañón oculto defendido por
      unos 100 japoneses, pero un tanque logró destruirlo. En la mañana
      del 6 de mayo los japoneses atacaron y
      se produjo un combate de unas dos horas y media en el que 58
      japoneses resultaron muertos, frente a un australiano muerto y 9
      heridos. A partir de ese momento los australianos pudieron
      continuar su avance sin oposición.
    
Un submarino estadounidense hundió un carguero japonés (Kinrei
        Maru) frente a la costa de Tailandia.
    
El general Gabriel Sabattier logró llegar a China tras haber
      recorrido 970 km. De los 5.000 soldados con los que había partido
      de Hanoi apenas le quedaban 2.000.
    
Las tropas del Estado Independiente de Croacia se retiraban a
      marchas forzadas hacia Eslovenia en busca de ejércitos
      occidentales ante los que rendirse. Por su parte, en Eslovenia
      había quedado un vacío de poder tras la retirada del ejército
      alemán. y los colaboracionistas locales huían a Austria con la
      misma finalidad. El gobierno de Ante Pavelić había organizado una
      retirada hacia el oeste de la población civil, él mismo cruzaba
      ahora la frontera eslovena. Algunos militares croatas y eslovenos
      creían que podrían llegar a un acuerdo con los aliados para
      expulsar a los comunistas de Yugoslavia.
    
El general Niehoff rindió Breslau a los soviéticos. Unos 45.000
      soldados alemanes se convirtieron en prisioneros de guerra.
      Mientras tanto, Karl Hanke había tratado de marchar de Praga a
      Alemania, pero por el camino había encontrado partisanos checos y,
      tras un combate, se rindió en Neudorf. No fue
      identificado, así que fue internado en un campo de prisioneros
      junto con muchos otros.
    
Los soviéticos llevaron al doctor Haase a identificar los
      cadáveres de Goebbels, su mujer y sus hijos.
    
La aviación británica hundió un submarino alemán entre Dinamarca
      y Suecia.
    
El sargento Heinrich Hitzinger salió de Flensburg en
      dirección a Baviera. Esto no tendría nada de extraordinario de no
      ser porque el sargento Heinrich Hitzinger había sido
      ejecutado hacía tiempo por derrotismo. El hombre que se hacia
      pasar por él era Heinrich Himmler. Se había afeitado la cabeza y
      su característico bigote y se había puesto un parche en un ojo.
      Iba acompañado de unos pocos oficiales de las SS que todavía le
      guardaban lealtad.
    
La Luftwaffe bombardeó Praga, con muchos menos aviones de
      los previstos debido a la falta de combustible. Logró inutilizar
      la emisora de la Radio Checa, pero 80 minutos más tarde
      los insurrectos continuaron transmitiendo desde lugares
      alternativos. A mediodía llegó a la ciudad un batallón del
      Ejército Ruso de Liberación, que atacó a los alemanes. Una
      patrulla de reconocimiento estadounidense se encontró con miembros
      del Ejército Ruso de Liberación y también con dirigentes checos, y
      entonces fue cuando los checos se enteraron de que los
      estadounidenses habían acordado con los soviéticos que Praga no
      sería liberada por aquéllos, sino invadida por éstos. Como
      consecuencia, los rusos comprendieron que los checos no podrían
      garantizarles el asilo que les habían prometido, y los políticos
      checos comprendieron que si llegaban los soviéticos y los
      encontraban en buenas relaciones con el Ejército Ruso de
      Liberación, acabarían todos liberados en un gulag. 
    
Finalmente los estadounidenses llegaron al campo de Ebensee. Un
      prisionero les mostró las pilas de cadáveres cerca del crematorio.
      Unos 300 prisioneros morían cada día de inanición. Los
      estadounidenses incautaron comida a los habitantes de la zona y
      prepararon sopa para los prisioneros. 
    
En Mattsee, los estadounidenses descubrieron y arrestaron a
      Ferenc Szálasi.
    
Hermann Göring se entregó a los estadounidenses cerca de Radstadt.
      Llegó hasta allí en su Mercedes-Benz, seguido de una comitiva de
      coches y camiones con toda clase de equipaje. Al entregarse posó
      sonriente ante las cámaras de los periodistas, bebió champán y
      conversó amistosamente con los oficiales estadounidenses. Cuando
      Eisenhower se enteró de tal confraternidad se puso furioso y
      Göring fue llevado inmediatamente a una casa en Augsburgo para ser
      interrogado. Durante su cautiverio se evaluó su coeficiente
      intelectual, que fue estimado en 138, muy por encima de la media.
    
Informado de la exigencia por parte de Eisenhower de negociar
      únicamente una rendición total, Dönitz envió a Reims al general
      Jodl, con instrucciones de dilatarlas todo el tiempo posible. Las
      negociaciones se prolongaron durante todo el día, hasta que
      Eisenhower se convenció de que Jodl estaba contemporizando.
      Entonces, a las 21:00, Eisenhower amenazó con cerrar el frente
      occidental a toda rendición alemana: todo soldado aleman que
      tratara de rendirse sería abatido, de modo que la única opción
      sería rendirse a los soviéticos. Esto entraría en vigor a la
      medianoche del día siguiente.
    
La resistencia japonesa en Mindanao era cada vez más intensa,
      pero, viéndose cada vez más acorralados, los japoneses empezaron a
      hacer el idiota, según su costumbre. El 7 de
        mayo los estadounidenses se enfrentaron a una carga banzai,
      que causó considerables bajas, pero que acabó como acababan
      siempre estas cargas: con muchos japoneses muertos y ninguna
      ganancia.
    
Desde principios de año operaba en Polonia una policía secreta
      polaca que colaboraba con la NKVD en detener, torturar, ejecutar y
      deportar peligrosos criminales sospechosos del delito de no
      simpatizar con los comunistas, especialmente los que habían
      luchado contra los nazis. En respuesta, habían surgido varias
      organizaciones anticomunistas polacas. En la aldea de Kuryłówka
      se encontraban unos 200 miembros de una de ellas, y allí acudieron
      unos 300 miembros de la NKVD. No está claro de si fueron porque
      conocían su presencia o si buscaban a unos desertores que habían
      abandonado el ejército comunista polaco para unirse a la
      resistencia. El caso fue que se produjo una escaramuza en la que
      la NKVD terminó retirándose dejando unos 60 muertos.
    
Bornholm es la isla danesa situada más hacia el este, en el
      Báltico, al norte del la costa polaca. Había sufrido bombardeos
      soviéticos, pero, dado que Dinamarca se había rendido a los
      británicos, el comandante de la guarnición alemana, Gerhard
        von Kamptz, se había negado a rendirse a los soviéticos, y
      había telegrafiado varias veces a Copenhague solicitando que al
      menos un soldado británico se desplazara hasta allí para poder
      rendirse según lo acordado. Ante la negativa de von Kamptz, la
      aviación soviética bombardeó y destruyó más de 800 casas de
      civiles en las localidades de Rønne y Nexø. La
      radio danesa no informó de lo que estaba sucediendo para no aguar
      las celebraciones de la liberación.
    
Los alemanes hundieron dos de sus submarinos en Cuxhaven.
    
En su avance hacia Zagreb, los partisanos yugoslavos sufrieron
      158 muertos y 358 heridos en su intento de apoderarse de Vrvibec.
      Mientras tanto, unos 12.000 soldados eslovenos, 10.000 alemanes,
      4.000 servios y 4.000 rusos no comunistas, acompañados de unos
      6.000 civiles eslovenos, trataban de llegar a Austria por el paso
      de Loibl en los Alpes. La carretera estaba colapsada con
      coches, camiones y carruajes. Desde el paso, la ruta continuaba
      hasta Hollenburg, donde había que pasar un puente sobre el río Drava.
      Soldados alemanes mantenían el puente abierto al paso, y al otro
      extremo estaban los británicos. Ese día los partisanos yugoslavos
      atacaron el puente para que los fugitivos no se perdieran las
      delicias del comunismo malográndose en las democracias
      capitalistas.
    
Espantado por el ultimátum de Eisenhower, a la 1:30 el general
      Jodl se comunicó por radio con Dönitz, quien le dio permiso para
      firmar una rendición incondicional, pero le indicó que tratara de
      acordar un plazo de 48 horas para que se hiciera efectiva, con la
      excusa de poder comunicarla a las posiciones alemanas más
      alejadas. A las 2:41 se firmó en Reims la rendición alemana, que
      tenía que hacerse efectiva a las 23:01 del día siguiente (hora
      británica de verano). 
    
Eisenhower había enviado al general Alexéi Antónov el
      texto que iba a ser firmado, pero no obtuvo respuesta antes de la
      ceremonia de rendición. El documento fue firmado por un
      representante soviético, pero unas seis horas más tarde llegó la
      respuesta del Alto Mando soviético que consideraba inaceptable el
      documento de rendición, por una parte porque el texto "no se
      ajustaba a las condiciones pactadas previamente por los aliados" y
      porque el representante soviético no había sido autorizado a
      firmar la rendición. No obstante, esto eran meros pretextos. Por
      una parte, los soviéticos querían era que la capitulación alemana
      se firmara en Berlín, para que ellos pudieran presumir
      adecuadamente y, por otra, estaban molestos porque sabían que
      Dönitz estaba transmitiendo órdenes por radio al frente oriental
      con indicaciones de huir hacia el oeste en la medida de lo posible
      mientras no se encontraran con tropas soviéticas que les exigieran
      la rendición. Los soviéticos querían que en el documento constara
      explícitamente que los alemanes debían permanecer en sus
      posiciones desde el momento de entrada en vigor de la rendición y
      esperaran la llegada de los soviéticos para entregar las armas en
      lugar de huir de ellos como de la peste. Eisenhower comunicó
      entonces a los alemanes que el documento firmado era provisional y
      que la firma definitiva tendría lugar en Berlín el día siguiente
      en un acto presidido por el mariscal Zhúkov, con un nuevo texto
      redactado por los soviéticos.
    
El caso era que las tropas alemanas y húngaras huían a toda prisa
      de los soviéticos en el frente húngaro. Las tropas del general
      Wenck habían logrado cruzar el Elba junto con un gran número de
      civiles que quedaron así a salvo de los soviéticos. Ese día se
      rindió a los estadounidenses, con un total de 195.000 soldados
      alemanes y 5.000 rusos del Ejército Ruso de Liberación. A media
      tarde, la división rusa que había acudido a Praga salió huyendo en
      busca de estadounidenses.
    
En su avance hacia Praga los soviéticos tomaron Meissen.
      En la capital checa los alemanes llegaron a la plaza de la Ciudad
      Vieja, uno de los centros de la insurrección, pero luego fueron
      expulsados.
    
Mientras tanto unos 5.000 soldados rusos fueron apresados por los
      soviéticos, junto a 195.000 alemanes, en Tangermünde. 
    
Los estadounidenses liberaron en Austria al rey Leopoldo III de
      Bélgica.
    
En los últimos meses, Vidkun Quisling había luchado con empeño
      contra la resistencia noruega, tomando y ejecutando numerosos
      rehenes, pero finalmente ordenó a la policía que no ofreciera
      resistencia al avance aliado, salvo en legítima defensa. Tras
      enterarse de la capitulación alemana, se puso en contacto con los
      dirigentes de la resistencia para negociar su propio arresto. Sus
      condiciones fueron que no quería ser tratado como un delincuente
      común, pero que tampoco quería un trato preferente, que quería un
      juicio con garantías y ser arrestado en una casa y no en una
      cárcel.
    
Las fuerzas alemanas en los Países Bajos se habían rendido dos
      días atrás, pero todavía no habían llegado tropas aliadas a
      Amsterdam. El día anterior la prensa había anunciado que en pocas
      horas llegarían fuerzas canadienses, así que la gente salió a
      celebrar la victoria y dar la bienvenida a sus liberadores.
      Fuerzas de la resistencia neerlandesa arrestaron a dos soldados
      alemanes, y uno de ellos se negó a entregar su pistola y disparó
      un tiro. Entonces, otros soldados alemanes que estaban acorralados
      en un club en la plaza Dam, se asomaron al balcón y ametrallaron a
      la multitud que se encontraba en la plaza. La multitud huyó
      despavorida y se inició un tiroteo de dos horas entre los alemanes
      y la resistencia. Cuando el fuego cesó, los alemanes se
      mantuvieron parapetados en el club. Unas 30 personas habían
      muerto.
    
Ese día se rindieron los 22.000 alemanes que resistían en La
      Rochelle.
    
Un submarino alemán atacó un convoy aliado en el mar del Norte y
      hundió un carguero británico (Avondale Park) y otro noruego
      (Sneland I).
    
España rompió sus relaciones diplomáticas con Alemania.
    
En un desierto de Nuevo México, cerca de la base aérea
      estadounidense de Álamo Gordo, se había levantado una plataforma
      de madera en la que se habían depositado 100 toneladas de TNT
      mezcladas con uranio. A las 4:37 se hizo estallar. Un avión
      observó la explosión desde 4.500 metros de altura. Desde tierra la
      observaron, entre otros, el general Thomas Farrell,
      ayudante del general Groves, y el físico Robert Oppenheimer. El
      propósito de este "experimento" era calibrar una serie de
      instrumentos de medida con una explosión de magnitud conocida, que
      generaría un nivel de radiación también conocido, de cara a
      estudiar los efectos de una explosión similar de una bomba atómica
      diseñada por el propio Oppenheimer. Éste había considerado que
      esta prueba era innecesaria, pero luego tuvo que aceptar que
      permitió llevar a cabo varias correcciones esenciales de varios
      instrumentos de medida.
    
Los polacos que se habían enfrentado a la NKVD en Kuryłówka
      habían huido para evitar represalias, pero los comunistas no
      necesitaban hallar a los culpables de un ataque para tomar
      represalias. Al día siguiente, el 8 de mayo,
      llegaron más fuerzas de la NKVD, incendiaron la aldea arrasando
      más de 200 casas. Seis personas fueron fusiladas y otras dos
      murieron en los incendios. Más de 900 personas quedaron sin hogar.
    
Cerca de  Pečovnik, en Eslovenia, había
      una mina de carbón que hasta hacía poco tiempo habían estado
      explotando los alemanes. Tito había ordenado a su ejército que la
      cerrara, a pesar de que la población local señaló que seguía
      siendo productiva y no había motivo para ello (aparte de que
      dejaba a muchos mineros sin trabajo). Los comunistas cumplieron la
      orden recibida y sellaron las entradas con cemento, pero antes
      aprovecharon para meter en los túneles a unos 12.000 croatas,
      entre ellos 2.000 mujeres y niños, que quedaron así sepultados
      vivos.
    
Los representantes alemanes de la Infantería, la Marina y la
      Aviación volaron hasta el cuartel general de Zhúkov en Karlshorst
      (un suburbio de Berlín) para firmar la capitulación alemana. Allí
      tuvieron que esperar hasta las 10:00, cuando llegaron los
      representantes occidentales. Entonces los aliados representaron
      una divertida comedia para entretenimiento de los alemanes. Los
      soviéticos habían preparado su propia versión del texto, pero ella
      sólo contemplaba la firma de Zhúkov y los representantes británico
      y estadounidense, pero en la delegación aliada estaba también el
      general Jean del Lattre de Tassigny, el jefe del Estado Mayor
      francés, y De Gaulle exigía que firmara también el documento. Se
      preparó una nueva versión que lo nombraba a él, con espacio para
      su firma, pero los soviéticos replicaron que no estaban dispuestos
      a aceptar más de tres firmantes aliados. Franceses, británicos y
      estadounidenses discutieron entonces entre ellos si cuestionaban
      esto a los soviéticos o si excluían a alguno de los tres, pero
      ninguno estaba dispuesto a ser excluido. Tras varias discusiones
      se llegó a un acuerdo: Eisenhower no había acudido a Berlín porque
      entonces tendría que haber presidido él la ceremonia, ya que era
      el comandante en jefe aliado, por encima de Zhúkov, pero los
      soviéticos querían que Zhúkov fuera el presidente. Por ello
      Eisenhower había enviado en su nombre a su ayudante, el mariscal
      británico Sir Arthur William Tedder, así que él tenía que
      firmar seguro. Como representante estadounidense iba a firmar el
      general Carl Spaatz, que estaba al mando de las fuerzas
      aéreas estadounidenses en Europa, y al final se decidió que tanto
      él como el general Lattre firmaran como testigos, y los soviéticos
      lo aceptaron. Pero la discusión supuso traducir y mecanografiar
      una versión tras otra, lo cual llevaba tiempo, así que los
      atónitos alemanes tuvieron que esperar hasta que les presentaron
      un documento definitivo, de modo que la firma se produjo unos
      minutos después de la medianoche, aunque se tuvo que hacer
      retrospectiva para cumplir con los tiempos previstos.
    
Los firmantes alemanes fueron el general Wilhelm Keitel como
      comandante en jefe de la Wehrmacht, Hans-Georg von
      Friedeburg como comandante en jefe de la Kriegsmarine y el
      general Hans-Jürgen Stumpff como representante de la Luftwaffe,
      ya que su comandante en jefe, Robert Ritter von Greim, estaba
      desaparecido, aunque no tardó en aparecer: Ese día fue capturado
      en Austria y las palabras con las que se identificó fueron: Soy
el
        jefe de la Luftwaffe, pero no tengo Luftwaffe.
    
Las fuerzas alemanas en Praga estaban bajo el mando del general Rudolf
        Toussaint, que también estaba tratando de organizar la
      retirada de sus fuerzas hacia el oeste antes de que llegaran los
      soviéticos, pero los insurgentes lo tenían atado de manos. Éstos,
      por su parte, tampoco estaban satisfechos con la situación, pues
      ya tenían claro que en lugar de la ayuda alidada que habían
      esperado, les iban a llegar tropas soviéticas. Se daba así la
      paradoja de que los insurrectos pretendían librarse de los
      alemanes y lo único que estaban consiguiendo con su insurrección
      era impedir que los alemanes pudieran retirarse. Tras varias horas
      de negociación, se acordó que, a partir de la medianoche, los
      checos dejarían pasar a los alemanes por Praga hacia el oeste y, a
      cambio, éstos dejarían sus armas. Por la noche llegó la noticia de
      que los soviéticos habían entrado a las 21:00 en el campo de
      concentración de Theresienstadt, cerca de Praga. Los soviéticos
      enviaron mensajes por radio exigiendo que todas las fuerzas
      alemanas depusieran las armas y se entregaran a partir de las
      23:00. Evidentemente no obtuvieron respuesta. Todos los alemanes
      estaban demasiado ocupados huyendo hacia el oeste.
    
Ese día se rindieron numerosas tropas alemanas, unas con más fortuna que otras. Los que tenían más fácil no se hicieron de rogar: en Noruega ya se habían ido produciendo rendiciones parciales los días precedentes, y ahora se completaba la rendición de los 400.000 soldados alemanes que había en el país, aás de 5.000 tropas alemanas y unas 600 italianas se rindieron a los británicos en el Dodecaneso. Unos 2.000 soldados indios que habían combatido junto a los nazis se rindieron a los franceses cerca del lago Constanza. Algunas tropas marroquíes francesas mataron unos cuantos indios en Immenstadt, pero los demás fueron entregados a los británicos para que los devolvieran a la India. Otros tuvieron que sudar para escapar de los soviéticos: unos 5.000 soldados pudieron rendirse a los estadounidenses en Tangermünde, otros 6.000 lo hicieron en Baviera, otros 9.000 soldados de infantería que unos días atrás casi habían sido acorralados por los soviéticos en la península de Hela había logrado llegar hasta las líneas estadounidenses en el Elba. Otros 15.000 procedentes de Berlín también lograron rendirse a los estadounidenses en Teplice. Sin embargo, una división de infantería formada por unos 5.000 alemanes había tratado en vano de cruzar el Elba y al final tuvo que rendirse a los soviéticos.
En Austria, unos 10.000 miembros de las Juventudes Hitlerianas lograron rendirse a los estadounidenses en Enns, mientras que otros 6.000 soldados lo hacían en Linz y otros 14.000 se rendían a los británicos en Klagenfurt. Unos 50.000 cosacos rusos bajo el mando de Hermann von Pannwitz que huía de Yugoslavia hizo caso omiso de todas las exigencias de rendición y se fue abriendo paso hacia las líneas británicas.
En Curlandia, el general Carl Hilpert no tenía
      escapatoria, así que trataba desesperadamente de negociar unas
      condiciones mejores con los soviéticos, mientras ganaba tiempo
      para que continuara la evacuación. Ese mismo día, a las 21:00
      salió de de la ciudad letona de Liepāja un convoy formado por 92
      barcos, grandes y pequeños, que transportaban unos 18.000 soldados
      y civiles. Torpederas soviéticas lograron detener algunos barcos
      pequeños, pero el resto logró ponerse a salvo de los comunistas.
      La evacuación continuó durante al menos una semana más. Unos
      150.000 civiles letones (que ya sabían lo que era vivir bajo el
      yugo comunista y no querían repetir) abandonaron el país como
      pudieron, en barcos pesqueros o acompañando a los alemanes, hasta
      Suecia o Alemania, desde donde emigrarían a diversos países del
      mundo, sobre todo Australia y los Estados Unidos.
    
Los alemanes hundieron siete submarinos más en varios puertos
      europeos.
    
Ante Pavelić reunió su gobierno en la ciudad eslovena de Rogaška
        Slatina y desde allí ordenó a las tropas croatas no rendirse
      a los partisanos, sino escapar hacia Austria. Para entonces los
      partisanos se apoderaban de Zagreb. Ese mismo día escapaba de la
      capital el primer ministro Nikola Mandić. Se calcula que en los
      últimos cinco años, la Ustacha había asesinado a unas
      7.000 personas en la capital croata, unos 2.000 acusados de ser
      comunistas, otros de ser judíos o gitanos, y antifascistas en
      general.
    
En Eslovenia los partisanos bloquearon el paso entre Ferlach
      y Hollenburg, cerrando la vía de escape de los miles de refugiados
      que trataban de llegar hasta los británicos. Rodeados, tanto
      civiles como militares trataron desesperadamente de abrirse paso a
      la fuerza para escapar de los comunistas.
    
El general Philippe Leclerc se encontró en Karlstein con
      un grupo de soldados prisioneros de la división Carlomagno.
      Leclerc les preguntó por qué vestían uniformes alemanes, y uno de
      ellos le replicó preguntando por qué vestía él un uniforme
      estadounidense. Leclerc dijo a los soldados que los custodiaban
      que se encargaran de ellos. Éstos lo interpretaron como una orden
      de ejecutarlos inmediatamente, y así lo hicieron. Los dejaron
      tendidos en el lugar hasta que tres días después los recogió un
      equipo de enterradores estadounidenses.
    
Oskar Schlinder logró salvar su vida, la de su mujer y la de su
      amante escapando de los soviéticos en coche (hasta que se lo
      requisaron los soviéticos) y luego en tren y a pie hasta Lenora,
      donde estaban los estadounidenses. Desde allí fueron a Passau,
      donde una organización judía les proporcionó un viaje en tren
      hasta Suiza. Estaba arruinado. Toda su fortuna la había gastado en
      sobornos y en suministros para los trabajadores judíos a su cargo.
    
El pretendiente carlista al trono de España, Javier I, había
      pasado por varios campos de concentración, entre ellos el de
      Dachau, donde un médico alemán lo había dado por muerto, pero un
      médico judío lo había curado haciéndole un trepanación sin
      anestesia. Evacuado de Dachau por los alemanes, acabó en un campo
      del Tirol, donde fue finalmente liberado por tropas
      estadounidenses procedentes de Italia.
    
Los canadienses llegaron finalmente a Amsterdam. Decenas de miles
      de personas se reunieron en la plaza Dam para celebrarlo. Los
      soldados alemanes que habían provocado el tiroteo del día anterior
      seguían parapetados, hasta que los canadienses los arrestaron para
      enviarlos a Alemania.
    
Millones de personas celebraron en el mundo el fin de la guerra en Europa. Winston Churchill anunció por radio la rendición alemana, que tendría efectos a partir de las 23:01 de ese día. Luego fue al palacio de Buckingham, donde una multitud reclamaba la presencia del rey Jorge VI, que salió al balcón con su familia y pidió a Churchill que se asomara junto a ellos para compartir las aclamaciones. A las princesas Isabel y Margarita se les permitió que salieran a la calle de incógnito para sumarse a las celebraciones. Luego Churchill se dirigió a su despacho, donde se dirigió a otra multitud congregada ante él:
Dios os bendiga a todos. Ésta es vuestra victoria. En nuestra larga historia, nunca habíamos visto un día más grande que éste. Todos, hombres y mujeres, habéis dado lo mejor de vosotros.
Luego pidió a Ernest Bevin (el ministro de Trabajo y
      Seguridad Nacional, que había sido el responsable de la
      organización del país durante la guerra) que se dirigiera él a la
      multitud, pero Bevin dijo: No, Winston, hoy es tu día, y
      empezó a cantar "Porque es un muchacho excelente", seguido
      por todos. 
    
Los soviéticos seguían bombardeando Bornholm, a pesar de que la
      guarnición alemana estaba dispuesta a rendirse ante los británicos
      de acuerdo con la rendición firmada ante Mongtomery. Unas 3.000
      casas de civiles resultaron gravemente dañadas.
    
En la ciudad argelina de Sétif las autoridades coloniales
      francesas habían autorizado una manifestación para celebrar el
      final de la guerra, a condición de que en ella no se lanzaran
      consignas políticas nacionalistas. Sólo se podían enarbolar
      banderas francesas y no se podían llevar armas. Pero los líderes
      nacionalistas aprovecharon la ocasión para organizar sus propias
      reivindicaciones. Poco después del amanecer las calles se llenaron
      con unas 10.000 personas que empezaron a cantar un himno
      nacionalista, luego empezaron a verse pancartas que decían
      "Queremos ser vuestros iguales", "Abajo el colonialismo", y poco
      después "Viva Argelia libre e independiente". A la cabeza de la
      manifestación surgió una bandera argelina. Un comisario de
      policía, furioso, quiere apoderarse de ella, pero lo lanzan al
      suelo, europeos que presenciaban la manifestación se lanzan a
      ayudarlo. En un momento dado se producen disparos (no se sabe
      quién empezó), y al final se llega a un tiroteo que termina con
      unos 28 europeos muertos (entre ellos el alcalde de la ciudad, que
      había tratado de poner orden) y unos 30 muertos y 50 heridos
      argelinos. La noticia de los disturbios se propagó y en aldeas
      vecinas estallaron revueltas al grito de yihad. Varias
      casas de colonos europeos fueron atacadas y algunos fueron
      asesinados, en algunos casos brutalmente.
    
En la ciudad de Guelma pasó algo similar por la tarde.
      Una manifestación teóricamente "patriótica" se convirtió en una
      reivindicación nacionalista que llegó hasta el lugar donde
      acababan de terminar las celebraciones francesas por el final de
      la guerra. Los europeos se asustaron al ver tantos argelinos
      juntos en la zona europea de la ciudad y trataron de dispersarlos.
      El subprefecto de la ciudad fue zarandeado por los manifestantes y
      lanzó un tiro al aire. Varios gendarmes lo imitaron antes de
      lanzar una carga en la que un argelino resultó muerto y otros seis
      heridos graves. La multitud entró en pánico y se puso en fuga. Los
      gendarmes les perseguían, y desde algunas casas, europeos
      disparaban contra los argelinos provocando varios heridos. Los
      gendarmes arrestaron a varios miembros de la organización
      nacionalista Amigos del manifiesto de la libertad, entre
      ellos su fundador, Ferhat Abbas, y registraron sus sedes
      en busca de documentación. Las revueltas se multiplicaron en
      numerosas ciudades argelinas.
    
El 9 de mayo dos destructores de
      escolta estadounidenses (USS England y USS Oberrender)
      resultaron hundidos en las islas Kerama como consecuencia de
      ataques kamikazes. 
    
Fritz Etchmann, un mecánico dental que había trabajado
      para el dentista de Hitler, recibió una visita de la NKVD. Le
      mostraron una caja de puros dentro de la cual había una mandíbula
      y dos puentes dentales. Le preguntaron si podía identificarlos
      como correspondientes a Hitler y, tras haberlos examinado,
      Etchmann respondió que eran de Hitler y de Eva Braun.
    
Los soviéticos llegaron al campo de concentración de Stutthof,
      donde encontraron unos cien prisioneros que habían logrado
      esconderse.
    
A las 4:00 llegaron a Praga las primeras tropas soviéticas. Casi
      no quedaban ya soldados alemanes en la ciudad, así que no les
      costó apenas apoderarse de ella. Los checos, creyendo ingenuamente
      que no podrían ser peores que los nazis, salieron a las calles a
      darles la bienvenida. Los comunistas convencieron a los checos de
      que los estadounidenses habían contemplado impasibles cómo los
      nazis sometían la revuelta de Praga, lo cual era cierto, pero
      olvidaron mencionar que fue así porque los comunistas habían
      exigido que se respetara la línea de demarcación pactada
      previamente y no intervinieran en territorio asignado a los
      soviéticos.
    
Ese día se rindieron unos 6.000 alemanes en los Países Bajos,
      unos 11.500 en la isla de Jersey, unos 12.000 en Guernsey, unos
      1.600 en Steyr (en Austria), unos 14.000 cerca de Fürstenfeld
      (Austria), otros 3.000 en Checoslovaquia. El mariscal Kesselring
      se rindió a los estadounidenses cerca de Salzburgo. No fue
      arrestado, sino que el general Maxwell Davenport Taylor lo
      trató con una exquisita cortesía, sin prácticamente limitar sus
      movimientos. Éstos, junto a la guarnición de Dunquerque (20.000
      hombres), fueron los afortunados del día, que pudieron rendirse a
      los aliados occidentales. Los 12.000 soldados que estaban en
      Bornholm, tras una breve escaramuza con las tropas soviéticas que
      desembarcaron en la isla, tuvieron que entregarse a los
      comunistas. Ese día los soviéticos empezaron también a apresar a
      los 135.000 soldados que quedaban en Curlandia.
    
El mariscal Tito emitió un mensaje por radio en el que instaba a todos los colaboradores [de los nazis] armados a rendirse, amenazando con una respuesta despiadada contra quienes se negaran a hacerlo. El problema es que nadie se negaba a rendirse. Lo que querían era rendirse ante alguien, no ya piadoso, pero, al menos, civilizado. Mientras tanto los partisanos iban cerrando las rutas de los civiles y militares que huían de Croacia. Ese día tomaron Maribor, con lo que cerraron el paso a una columna. Tropas búlgaras levantaron barricadas en los puentes sobre el Drava en Dravograd.
En Noruega la resistencia arrestó a Vidkun Quisling y lo retuvo
      en una comisaría de policía, donde estuvo estrechamente vigilado
      para evitar un posible suicidio. Luego fue llevado a una fortaleza
      en Oslo a la espera de juicio.
    
Hasta ese momento, Ion Antonescu y sus colaboradores habían sido
      relativamente bien tratados por los soviéticos en la fortaleza en
      la que estaban encarcelados, pero el 10 de
        mayo fueron trasladados a Moscú, donde sus condiciones de
      vida empeoraron sustancialmente.
    
En su travesía hacia Servia, Mihailović condujo a sus fuerzas
      (unos 4.000 hombres)
      
      hasta un profundo desfiladero para cruzar el río Jerezica
      cerca de Zelengora. Allí los partisanos pudieron atacar
      fácilmente con el apoyo de la aviación y la artillería. Ese día
      perdió casi la mitad de sus hombres.
    
El general Guderian logró rendirse a los estadounidenses. Una
      división de unos 25.000 voluntarios ucranianos que se habían unido
      a las SS lograron rendirse a los británicos en Italia, cerca de
      Rimini. Los 24.000 soldados alemanes que componían la guarnición
      de Lorient se rindieron a los franceses.
    
Finalmente, el general Hilpert tuvo que rendir a los soviéticos
      sus fuerzas en Curlandia (unos 165.000 alemanes y unos 15.000
      letones). Similarmente, unos 2.000 alemanes se rindieron a los
      partisanos en Croacia. En eslovenia los partisanos tomaron Celje,
      pero eran demasiado pocos para detener el torrente de tropas y
      civiles que huían hacia Dravograd, para pasar a Austria. Una
      división alemana acompañada de milicianos eslovenos y de civiles
      trató de abrirse paso entre los partisanos que bloqueaban el
      puente del Drava en Hollenburg. Previamente habían contactado por
      radio con los británicos, que se habían mostrado dispuestos a
      protegerlos de los comunistas si lograban cruzar el río.
    
El 11 de mayo el portaaviones
      estadounidense USS Bunker Hill quedó inutilizado en
      Okinawa por dos impactos sucesivos de aviones kamikaze con
      30 segundos de diferencia, que provocaron varias explosiones e
      incendios. Murieron 393 tripulantes y otros 264 resultaron
      heridos. Otros dos destructores (USS Evans y USS Hugh
        W. Hadley) también resultaron dañados, el primero por un
      ataque kamikaze convencional, y el segundo por un baka.
      
    
Los eslovenos lograron expulsar a los partisanos yugoslavos de
      Ferlach. Los partisanos sufrieron 180 bajas. Otras unidades
      partisanas fueron rechazadas y los refugiados croatas empezaron a
      cruzar el Drava para entregarse a los británicos. Sin embargo,
      unos 20.000 soldados alemanes tuvieron que rendirse a los
      comunistas cerca de Celje. Otras tropas croatas llegaron
      finalmente a Dravograd y encontraron a las tropas búlgaras
      bloqueando los puentes. Dos generales croatas intentaron negociar
      con ellos para que les permitieran pasar a Austria, pero los
      búlgaros les recomendaron que se dirigieran a Prevalje y Bleiburg,
      a unos 4 km. En Bleiburg los partisanos dejaron que los alemanes
      pasaran a Austria para rendirse a los británicos, pero los croatas
      fueron arrestados (unos 2.000).
    
El grueso de lo que quedaba del ejército alemán, unos 580.000
      soldados del Grupo de Ejércitos Central que no habían caído en
      manos de los soviéticos, se rindieron a los estadounidenses. Su
      comandante, el mariscal Ferdinand Schörner, había huido de Praga
      en avión unos días antes, presuntamente para organizar la defensa
      de un último reducto nazi en los Alpes. Al abandonar el avión
      viajó disfrazado de campesino, a pesar de que tiempo atrás había
      mandado fusilar a varios de sus hombres por usar ropa de civil. En
      Francia se rindió la guarnición de Saint-Nazaire (unos 28.000
      soldados).
    
Entre los desdichados del día estuvieron unos 7.000 soldados
      estonios que habían formado una división extranjera de las SS
      fueron capturados por partisanos checos en Mělník
      (Checoslovaquia) (algunos habían sido obligados por los alemanes a
      alistarse en el ejército, y muchos otros lo habían hecho
      voluntariamente para defender su país de los soviéticos, aunque
      habían terminado en Checoslovaquia). Los partisanos checos,
      después de que los estonios hubieran depuesto sus armas,
      torturaron y humillaron a muchos de ellos y luego los mataron. El
      número de muertos fue de al menos 500 o 1000, pero probablemente
      fue mucho mayor.
    
Himmler y unos pocos compañeros vagaba por Alemania sin tener
      claro adónde ir. A la sazón se dirigían hacia el sur, a Friedrichkoog,
      y de allí siguieron hasta Neuhaus, donde el grupo se
      separó.
    
En los últimos días, una delegación del gobierno belga había
      estado reuniéndose en Austria con el rey Leopoldo III, para
      estudiar su posible rehabilitación en el trono belga (pues el año
      anterior había sido declarado "incapacitado para reinar"). Le
      pidieron que anunciara públicamente su apoyo a la causa aliada y
      su compromiso con la democracia parlamentaria, pero no se llegó a
      un acuerdo.
    
Eisenhower ordenó que ningún soldado estadounidenses que hubiera
      combatido en África o en Europa fuera enviado al Pacífico.
    
El 12 de mayo un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Rekizan Maru) en
      el mar de la China Oriental.
    
Tras la muerte de Hitler, los aliados habían acordado no
      reconocer oficialmente el gobierno de Dönitz, pero Churchill no se
      acabó de alinear con esa decisión, y en su discurso del día de la
      Victoria había afirmado que la rendición había sido aceptada por
      "El gran almirante Dönitz, el Jefe de Estado alemán designado".
      Luego insistió en la conveniencia de mantener el gobierno de
      Flensburg para organizar la rendición de Alemania como país, más
      allá de su rendición militar. En realidad, lo que Churchill quería
      evitar era que los soviéticos crearan un gobierno comunista en
      Berlín y que lo presentaran como "el legítimo gobierno de
      Alemania" igual que habían hecho en Polonia. Eisenhower
      desconfiaba del gobierno de Flensburg, porque temía que pudiera
      ser una fachada tras la cual el propio Hitler (de cuya muerte
      todavía no tenía constancia) o Himmler, pudieran estar operando en
      la sombra. Con reservas mal disimuladas, había aceptado el
      criterio de Churchill de mantener relaciones con el gobierno de
      Dönitz, pero dejando claro que esto no significaba reconocerlo
      como jefe de Estado, sino meramente como un instrumento para
      organizar el abastecimiento, el desarme y la atención médica de
      las fuerzas armadas alemanas. Sin embargo, ese día, cuando
      finalmente se entabló contacto en Flensburg con el gobierno de
      Dönitz, los británicos pudieron comprobar que carecía de toda
      autoridad real, por lo que resultaba completamente inútil.
    
Los 10.000 soldados alemanes en Creta se rindieron a los
      británicos. Unos 12.000 afortunados soldados de una división
      croata de las SS lograron rendirse a los británicos en Sankt
        Veit an der Glan (Austria). También se rindió la guarnición
      de 11.755 soldados alemanes de Gernsey, con lo que se completó la
      liberación de las Islas del Canal.
    
Entre los desafortunados estuvieron los 6.000 hombres bajo el
      mando del oficial de las SS Carl Friedrich von
        Pücker-Burghauss. Tres días atrás habían logrado llegar,
      acompañados por civiles alemanes, hasta la zona entre Milin,
      Silvice y Čimelice, cerca de la línea de
      demarcación que separaba el territorio checo ocupado por los
      soviéticos del ocupado por los estadounidenses. Las rutas hasta el
      lado estadounidense estaban bloqueadas por partisanos checos, y
      los estadounidenses estaban devolviendo a los soviéticos los pocos
      soldados alemanes que lograban abrirse paso y cruzar la línea para
      entregarse. El día anterior los partisanos habían tratado de
      asaltar las posiciones ocupadas por Pücker-Burghauss, pero habían
      sido rechazados. Por la noche, finalmente, las defensas alemanas
      cedieron y a las 3:00 Pücker-Burghauss firmó una capitulación ante
      representantes estadounidenses y soviéticos, pero cuando vio que
      finalmente iban a ser los soviéticos los que se encargaran de su
      custodia, él y algunos de sus oficiales se suicidaron de un
      disparo.
    
Mientras tanto los partisanos yugoslavos habían formado una bolsa
      con los croatas, civiles y militares, que se agolpaban cerca de
      Dravograd en su intento desesperado de acceder a las líneas
      estadounidenses. Los británicos acababan de ocupar Bleiburg y
      también tenían tropas en Klagenfurt. La única esperanza de
      salvación para los croatas era romper el cerco y abrirse paso
      hasta cualquiera de dichas ciudades.
    
Para entonces los franceses ya habían sofocado las revueltas
      nacionalistas en Argelia, pero la cosa no quedó allí. La Legión
      Extranjera, junto a tropas marroquíes y senegalesas, se dedicaron
      a rastrear el país buscando simpatizantes de las revueltas
      nacionalistas y realizando, cuando procedía, ejecuciones sumarias.
      Las zonas menos accesibles fueron bombardeadas por la aviación o
      la armada.
    
El 13 de mayo submarinos
      estadounidenses hundieron un carguero japonés (Shinnan Maru)
      ante la costa japonesa y un petrolero (Yosei Maru) en el
      mar de Java.
    
La resistencia japonesa en Okinawa seguía siendo intensa. Ese día
      los estadounidenses lograron tomar una colina clave en el sistema
      defensivo de la ciudad de Shuri, que esperaban rodear. 
    
El sah de Irán nombro primer ministro a Ebrahim Hakimi.
    
A principios de siglo, un joven iraní llamado Ahmad Kasraví
      había abandonado sus estudios religiosos para interesarse por el
      pensamiento occidental, y se había vuelto muy crítico con las
      supersticiones y con el clero islámico. Ahora tenía 65 años y era
      un historiador de prestigio y había fundado el movimiento pakdini
      (de la fe pura), que había suscitado las críticas de muchos
      fundamentalistas islámicos. Recientemente había recibido en su
      casa de Teherán la visita de un joven de 22 años llamado Navvab
        Safaví, un joven de 22 años, estudioso del Corán, que trató
      de convencerlo de que abandonara su pensamiento "herético". Tras
      varias reuniones sin éxito, Safaví había fundado el "Colectivo
        de Lucha contra la Irreligiosidad", con el que aumentó su
      presión sobre Kasraví, aunque también sin éxito, por lo que el
      paso siguiente fueron las amenazas de muerte hasta que ese día
      Safaví y unos seguidores trataron de asesinar a Kasraví en una
      plaza de Teherán. Safaví fue encarcelado, pero al poco tiempo fue
      puesto en libertad gracias a la intervención de varios líderes
      religiosos.
    
Essa noche tropas croatas lograron romper el bloqueo partisano y
      abrirse paso hacia Bleiburg.
    
Los soviéticos encontraron en Praga al presidente Emil Hácha, que
      fue encarcelado inmediatamente.
    
Ese día fue arrestado el general Karl Wolff.
    
Winston Churchill fue entrevistado en un programa de radio de la
      BBC, y en un momento dado dijo:
    
Los accesos que los puertos y aeródromos del sur de irlanda podrían haber protegido fácilmente fueron cerrados por aviones y submarinos enemigos. Este fue, ciertamente, un momento mortal en nuestra vida, y si no hubiera sido por la lealtad y amistad de Irlanda del Norte, nos habríamos visto obligados a vernos las caras con el Sr. de Valera o desaparecer de la faz de la tierra. Sin embargo, con una contención y un aplomo con los que, me atrevo a decir, la Historia encontrará pocos paralelos, el gobierno de Su Majestad nunca puso una mano violenta sobre ellos, a pesar de que en varias ocasiones hubiera sido bastante fácil y natural, y dejamos que el gobierno de Valera festejara a su antojo con el gobierno alemán y luego con los representantes japoneses.
El 14 de mayo un kamikaze dañó el
      buque insignia de la flota estadounidense en Okinawa, el
      portaaviones Enterprise, que tuvo que retirarse para ser
      reparado. Hubo 13 muertos y 68 heridos.
    
La ciudad japonesa de Nagoya sufrió un nuevo bombardeo.
    
En Mindanao los japoneses intentaron una carga banzai,
      pero fue un fracaso: las ametralladoras estadounidenses acabaron
      con los atacantes antes de que llegaran a sus líneas, matando 73
      japoneses.
    
En Tarakan, tras cuatro días de combates, los australianos
      expulsaron a unos 200 japoneses de una colina con la ayuda de
      aviones que bombardeaban y, acto seguido, lanzaban napalm. La
      técnica resultó especialmente efectiva y se convirtió en la forma
      habitual de apoyo aéreo.
    
La aviación estadounidense hundió un carguero japonés (Dai
        Maru) cerca de Macasar.
    
Soldados croatas y milicianos eslovenos se acercaron a posiciones
      tomadas por los partisanos yugoslavos cerca de Poljana y
      pidieron que se les permitiera pasar hacia el oeste, para rendirse
      a los británicos en Klagenfurt. Los partisanos se negaron y se
      inició una batalla. Esa tarde, en un castillo cercano, se produjo
      un encuentro entre representantes británicos, yugoslavos y
      croatas. Los croatas volvieron a pedir paso libre para alcanzar
      las posiciones británicas y rendirse allí. Los yugoslavos
      arguyeron que la Ustacha había cometido crímenes de guerra
      en Yugoslavia y debía responder por ellos en Yugoslavia. Los
      británicos estuvieron de acuerdo y advirtieron de que sus tanques
      bloquearían la única vía de escape hacia el oeste. Mientras tanto
      la batalla continuaba.
    
Los soviéticos capturaron cerca de Plzeň, en
      Checoslovaquia a los 20.000 soldados del Ejército Ruso de
      Liberación dirigidos por el general
      
      Buyachenko. Andréi Vlásov fue encontrado escondido entre dos
      mantas en un coche y fue identificado por su propio conductor.
    
Ese día murió Heber Jeddy Grant, el presidente de la Iglesia de
      los mormones. Durante su mandato, no sólo había erradicado la
      poligamia entre sus fieles, sino que había promovido un código de
      salud que incluía la prohibición del tabaco, de las bebidas
      alcohólicas, el café y el té. Fue sucedido por George Albert
        Smith (de 75 años), nieto de un primo de Joseph Smith.
    
El 15 de mayo los japoneses
      abandonaron el aeropuerto de Wewak, en Nueva Guinea y se retiraron
      a las montañas situadas al sur. En Bougainville, los australianos
      ya controlaban toda la costa, excepto los extremos meridional y
      septentrional. En los últimos dos meses y medio la aviación
      australiana había arrojado de media al día unas 85 toneladas de
      explosivos sobre las posiciones japonesas.
    
A Poljana llegaron 20 tanques británicos que pusieron fin a los
      combates. Tras unas tensas negociaciones en las que los oficiales
      británicos dejaron claro que la única opción para los croatas y
      eslovenos era rendirse incondicionalmente a los partisanos, a las
      16:00 se produjo la rendición de unos 1000 alemanes, 15.000
      croatas, 11.400 eslovenos y 2.000 montenegrinos.
    
Mientras tanto, más de 25.000 refugiados habían conseguido
      abrirse paso hasta Bleiburg, mientras que otras 175.000 personas
      estaban en Yugoslavia tratando de seguir sus pasos. Sin embargo,
      las negociaciones entre británicos, partisanos y la Ustacha
      terminaron como era previsible: todos los refugiados quedaban a
      cargo de los partisanos que, con su sentido del humor
      característico, aseguraron a los británicos que los prisioneros
      serían tratados humanitariamente y que sólo los criminales
      políticos serían juzgados por tribunales.
    
Los prisioneros, tras haber sido desarmados, fueron organizados
      en columnas que fueron obligadas a alejarse de la frontera para
      internarse en territorio yugoslavo. En presencia de los británicos
      los partisanos se comportaron como personas con los prisioneros,
      pero en cuanto se alejaron de la frontera dejaron de suministrarle
      comida o agua, los despojaron de sus pertenencias, mataron a los
      que no podían caminar, e hicieron todas esas cosas que suelen
      hacer los comunistas en estas circunstancias. Hay testigos que
      hablan de muchedumbres obligadas a entrar en trincheras antitanque
      para ser ametralladas durante 15 o 20 minutos. También está el
      caso de más de 100 prisioneros encerrados en un depósito de agua
      que llenaron lentamente hasta que todos murieron ahogados... lo
      típico y previsible.
    
Nikola Mandić, el primer ministro del Estado Independiente de
      Croacia, logró entregarse a los británicos en la frontera con
      Austria, y pidió asilo político.
    
Finalmente Albert Kesselring fue arrestado y encarcelado en
      Luxemburgo.
    
Tras haber interrogado durante horas y horas a Wernher von Braun,
      los agentes de contrainteligencia estadounidenses lograron
      localizar 14 toneladas de documentos sobre los cohetes V-2 en
      Alemania, en la zona de ocupación británica.
    
El 16 de mayo un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Eiju Maru) en el
      mar Amarillo.
    
Nagoya fue bombardeada de nuevo. Fueron atacadas fábricas de
      motores de aviones de Mitsubishi, así como otras industrias
      bélicas, el arsenal, el puerto y las estaciones ferroviarias.
    
Dos días atrás el crucero japonés Haguro y el destructor
      Kamikaze habían salido de Singapur con la misión de llevar
      suministros y evacuar la guarnición de Port Blair, en las islas
      Andaman, que estaba bloqueada por la Royal Navy. Unos días
      antes se había intentado llevar a cabo la misión, pero los barcos
      habían tenido que regresar a Singapur para evitar el encuentro con
      una flotilla de destructores británicos que había salido en su
      busca. Ahora se repetía la misma situación: la aviación británica
      había descubierto a los barcos y cinco destructores británicos se
      dirigían hacia ellos. Una vez más, los barcos japoneses trataron
      de regresar a puerto, pero los destructores británicos habían
      logrado disponerse en forma de media luna y el Haguro cayó
      en la trampa (era medianoche y estaban en medio de una tormenta).
      El Haguro fue atacado simultáneamente desde varias
      posiciones. A la 1:25 recibió el primer impacto de un torpedo,
      unos minutos más tarde recibió otros dos procedentes de otro
      destructor, que detuvieron sus motores, luego recibió otros tres
      impactos de torpedos más casi una hora de fuego de artillería,
      hasta que a las 2:06 terminó hundiéndose con unos 900 de sus
      tripulantes. El kamikaze escapó con algunos daños. Uno de
      los destructores británicos también resultó dañado.
    
En el campamento del general Slim en Birmania se presentó sin
      previo aviso un hombre vestido con uniforme de oficial japonés.
      Resultó ser Aung San, que ofreció a Slim sus fuerzas hasta que los
      japoneses hubieran sido expulsados de Birmania.
    
Éamon de Valera respondió en un discurso por radio a la alusión a
      Irlanda que había hecho Churchill tres días atrás:
    
Me gustaría hacer una pregunta hipotética; es una pregunta que he hecho a muchos ingleses desde la última guerra. Supongamos que Alemania hubiera ganado la guerra, que hubiera invadido y ocupado Inglaterra, y que, después de un largo lapso de tiempo y muchas luchas encarnizadas, finalmente se hubiera visto obligada a admitir el derecho de Inglaterra a la libertad y a liberar Inglaterra, pero no toda Inglaterra, sino toda menos, digamos, los seis condados del sur.
Vamos a suponer que Alemania hubiera separado estos seis condados del sur, los que dominan la entrada a los estrechos, y hubiera insistido en retenerlos con miras a debilitar a Inglaterra en su conjunto y mantener la seguridad de sus propias comunicaciones a través del Estrecho de Dover. Supongamos además que, después de que hubiera sucedido todo esto, Alemania se hubiera visto envuelta en una gran guerra en la que pudiera demostrar que estaba del lado de la libertad de varias naciones pequeñas, ¿Dirigiría el Sr. Churchill, como un inglés que creyera que su propia nación tiene tanto derecho a la libertad como cualquier otra, no a la libertad sólo para una parte, sino la libertad para toda ella, dirigiría él, mientras Alemania todavía mantuviera la partición de su país y ocupara seis condados, su Inglaterra dividida para unirse a Alemania en una cruzada? No creo que el Sr. Churchill lo hiciera.
¿Pensaría que el pueblo de esa Inglaterra dividida debería avergonzarse de sí mismo si se mantuviera neutral en tales circunstancias? No creo que el Sr. Churchill lo pensara.
Puestos a hacer especulaciones hipotéticas, el Sr. de Valera podría haberse planteado también que habría sucedido si Irlanda hubiera estado situada al este en lugar de al oeste de Gran Bretaña. Porque en tal caso habría sido invadida por Alemania exactamente igual que Noruega y los demás países de Europoa occidental, y tal vez entonces El Sr. de Valera hubiera estado más interesado en que los aliados ganaran la guerra, y le habría entristecido menos la muerte de Hitler. El nacionalismo irlandés se había convertido en una ideología fanática, acomplejada, rencorosa, victimista y dispuesta a supeditar todo a su propia ideología egocéntrica. Y no estaba dispuesto a admitir competencia. Así, el gobierno irlandés había denunciado como "propaganda antinacionalista" un informe sobre las atrocidades de los nazis en el campo de concentración de Bergen-Belsen, y durante toda la guerra había evitado acoger refugiados judíos en el país mediante todo tipo de obstáculos, oficiales o extraoficiales. Al fin y al cabo, los judíos no eran irlandeses. ¿Por qué tendría nadie que lamentar la suerte de un no irlandés? ¿no hubiera merecido la pena el holocausto si a cambio Alemania hubiera podido acabar con Gran Bretaña? Para un "buen" nacionalista irlandés, las respuestas a estas preguntas eran obvias, aunque a la vez pudieran ser inconfesables.
El 17 de mayo un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Chosan Maru) en
      el Pacífico.
    
Tropas francesas desembarcaron en Beirut para recuperar el
      control del Líbano.
    
Dinamarca rompió sus relaciones diplomáticas con Japón.
    
El 18 de mayo la aviación estadounidense hundió un carguero japonés (Enkyo Maru) en Corea. La artillería costera japonesa dañó un destructor estadounidense (USS Longshaw) que terminó encallando en Okinawa y posteriormente fue hundido por otros barcos estadounidenses. En la isla los estadounidenses lograron tomar una colina defendida por unos 1.000 japoneses que dejó definitivamente expuesta la ciudad de Shuri.
Los estadounidenses empezaron a entregar a los partisanos
      yugoslavos a los croatas que habían logrado llegar hasta los
      alrededores de Bleiburg y que habían sido alojados en varios
      campos de internamiento de la zona. A los afectados se les dijo
      que los enviaban a Italia. Ante Pavelić se había separado a tiempo
      de la masa de refugiados croatas y no había sido internado. Ahora
      llegaba a la ciudad austriaca de Leingreith, donde su
      mujer y sus hijas estaban viviendo desde finales del año anterior.
      Ese día Ferdinand Schörner se entregó a los estadounidenses, pero
      éstos, unas semanas más tarde, lo entregarían a los soviéticos.
    
Ese día se estrenó El hombre del sur, una película de
      Jean Renoir que trata sobre las dificultades de una familia
      humilde que trata de crear una plantación de algodón en Texas. La
      película fue criticada y boicoteada en varios Estados sureños
      porque daba "una visión sórdida de la vida en los Estados del
        Sur". No obstante, hubo algunas organizaciones, como Las
        Hijas Unidas de la Confederación, que vieron esa "visión
      sórdida" como un elogio y defendieron la película porque sus
      personajes ejemplificaban los mejores atributos del Sur, como
        el coraje, la valentía y el amor por la tierra. 
    
El 19 de mayo barcos de guerra
      japoneses dañaron con cargas de profundidad un submarino británico
      (HMS Terrapin) en el mar de Java. El submarino pudo llegar
      hasta Australia, pero no pudo ser reparado.
    
Los australianos ya controlaban la isla de Tarakan, y se
      dedicaban a limpiarla de soldados japoneses aislados.
    
Tropas francesas estaban tratando de recuperar el control de
      Siria, y ese día se produjeron manifestaciones nacionalistas en
      Damasco que terminaron con disturbios en los que no hubo muertos,
      pero sí varios heridos por armas de fuego.
    
Desde la ocupación de Praga por los soviéticos, los comunistas
      habían organizado un Tribunal Popular Extraordinario que
      había tenido tiempo de emitir unas 20.000 sentencias, de las
      cuales el 7% eran de pena de muerte o cadena perpetua, por
      traición o colaboración con los fascistas.
    
En Gran Muftí de Jerusalén, Amin al-Husseini, fue trasladado a
      París por las autoridades francesas, donde fue puesto bajo arresto
      domiciliario. Los franceses lo trataban con cautela porque
      estudiaban la posibilidad de usarlo para reconstruir la influencia
      francesa en Oriente Medio. Los británicos también estaban
      interesados en él, como posible mediador para resolver el
      conflicto entre árabes y judíos en Palestina.
    
Ese día se estrenó Los toreros, una película de Stan
      Laurel y Oliver Hardy. La Fox había decidido dejar de
      producir películas de serie B, pero la película de Laurey y Hardy
      tuvo tal éxito en taquilla que les ofrecieron hacer una excepción
      sólo para ellos, pero los cómicos rechazaron la oferta y
      decidieron tomarse unos años de descanso.
    
El 20 de mayo dos destructores
      estadounidenses (USS Chase y USS Thatcher) quedaron
      inutilizados en Okinawa como consecuencia de ataques kamikaze.
      
    
En Bougainville, los australianos iniciaron un avance hasta la
      orilla del río Hongorai, para cruzarlo. La aviación ametralló las
      posiciones japonesas durante 20 minutos y luego la infantería
      avanzó hacia el río mientras la artillería despejaba el camino.
      Sobre las 16:00 los tanques empezaron a cruzar el río sin que los
      japoneses lo advirtieran. Al final del día casi todas las unidades
      habían conseguido los objetivos previstos. 
    
En Alepo se produjeron más disturbios contra la ocupación
      francesa, que terminaron con varios soldados muertos y algunos más
      heridos. Como respuesta, las tropas francesas dispararon contra
      unos manifestantes en Damasco. Esto a su vez generó protestas que
      desembocaron en varios días de combates en Hama y Homs.
    
El gobierno soviético anunció que se negaba a reconocer el
      gobierno de Flensburg, en el fondo porque le escocía la actitud
      manifiesta que había adoptado de retrasar la rendición para librar
      de los comunistas al mayor número posible de alemanes. La revista
      de humor soviética Pravda dijo:
    
En los Países Bajos los alemanes habían seguido luchando contra las tropas georgianas que se habían insubordinado en Texel, hasta que finalmente llegaron los canadienses a poner orden y tomaron como prisioneros a los 4.000 alemanes y los 228 georgianos supervivientes que se habían escondido de los alemanes, algunos amparados por granjeros locales, que serían deportados a la Unión Soviética y acabarían en gulags.Continúan las discusiones sobre el status de la banda fascista que rodea a Dönitz. Varios círculos aliados destacados considerarán necesario hacer uso de los "servicios" de Dönitz y sus colaboradores. En el Parlamento británico, esta banda ha sido descrita como la 'Administración Dönitz'…. Un reportero de la prensa reaccionaria de Hearst ha calificado el alistamiento de Dönitz como "un acto de sagacidad política". Así, un escribano fascista ha considerado oportuno hacer causa común con el discípulo merodeador de Hitler. Al mismo tiempo, la prensa fascista de ambos lados del Atlántico ha puesto de manifiesto las condiciones de Alemania en 1918, cuando los derechistas alemanes inventaron cuentos de hadas similares de caos inminente. Luego, las unidades intactas del ejército alemán se utilizaron para nuevas aventuras en el este, inmediatamente después de la capitulación. La presente campaña tiene objetivos similares. Muchos círculos reaccionarios alrededor de los aliados se oponen a la creación de una nueva Europa sobre la base de la Conferencia de Crimea. Estos círculos consideran la preservación de los estados fascistas y los caldos de cultivo como un medio para frustrar las aspiraciones democráticas de todas las naciones amantes de la libertad.
El 21 de mayo los estadounidenses
      liberaron la ciudad de Malaybalay en Mindanao.
    
La NKVD había internado en el campo de concentración de
      
      Rembertów varios oficiales polacos y estaba previsto otro
      transporte a Siberia para unos días más tarde, así que, el día
      anterior, parientes de los prisioneros habían llevado al campo
      grandes cantidades de bebidas alcohólicas que "inesperadamente"
      fueron requisadas por los guardas, e invitaron a una fiesta al
      comandante del campo. Pasada la medianoche, con buena parte de los
      guardias borrachos, la resistencia atacó la instalación y en unos
      25 minutos logró liberar a los prisioneros, que se dispersaron por
      los bosques y las localidades cercanas. Unos 100 heridos fueron
      evacuados en dos camiones. Unos 40 prisioneros murieron
      ametrallados mientras trataban de escapar. Las cifras de muertos
      de la NKVD varían según las fuentes, entre 15 y 68. Ninguno de los
      miembros de la resistencia resultó muerto, aunque hubo tres
      heridos.
    
A lo largo del día los soviéticos peinaron la zona en busca de
      los prisioneros y lograron atrapar a 27 de ellos, principalmente
      alemanes que no habían sabido dónde ir. A lo largo de los días
      siguientes otros 50 fueron capturados y ejecutados al momento. En
      Moscú, Lavrenty Beria ordenó una investigación especial, cerró el
      campo, destituyó a su comandante y ordenó una revisión de otros
      campos similares.
    
Himmler y dos de sus ayudantes fueron arrestados en un puesto de control establecido por ex-prisioneros de guerra soviéticos. No fue identificado, pero llamó la atención el perfecto estado de su documentación (falsa) y su exquisito aseo personal, nada frecuente en soldados fugitivos.
Una convención del Partido Laborista británico aprobó dejar de
      apoyar el gobierno de Churchill y forzar la convocatoria de
      elecciones.
    
Humphrey Bogart se había divorciado de su tercera esposa hacía
      unos meses y ahora se casaba discretamente con Lauren Bacall.
    
El 22 de mayo los australianos ya
      habían rebasado el Horongai en Bougainville y, aunque todavía
      quedaban algunos grupos de japoneses amenazando sus líneas de
      comunicaciones, pudieron empezar ya las tareas de "limpieza" de la
      zona. El cruce del río había costado 106 muertos a los japoneses y
      13 muertos y 64 heridos a los australianos.
    
Los partisanos yugoslavos ejecutaron cerca de Brežice a
      más de 2.000 soldados alemanes que se habían rendido en Celje. Los
      desnudaron, los ataron en grupos con cable telefónico, les
      dispararon y los enterraron en una trinchera. Por estas mismas
      fechas estaban teniendo lugar matanzas similares de croatas
      repatriadas desde Bleiburg cerca de un campo de tránsito situado
      en Tezno. Un testigo lo relataría así:
    
Los prisioneros estaban alineados al borde del agujero donde yacían los cadáveres anteriores. A continuación, fueron saqueados de sus pertenencias. Finalmente, los cien prisioneros fueron ametrallados. Vi esta matanza desde una distancia de cien metros o menos. Algunos de los prisioneros se tiraron al suelo y escaparon del fuego de la ametralladora. Fingían estar muertos, pero los partisanos iban de un cadáver aparente a otro y pasaban sus bayonetas por todos los que sospechaban que estaban vivos. Los gritos rasgaron el aire, proporcionando una prueba sombría de que quienes habían esquivado el fuego de la ametralladora no habían eludido la muerte por mucho tiempo. Las nuevas víctimas fueron arrojadas al hoyo encima de los cadáveres anteriores. Luego, los partisanos dirigieron varias ráfagas más de ametralladora hacia la pila de cuerpos, solo para asegurarse de que no habían dejado a nadie con vida.
Esta escena se repitió una y otra vez durante una semana. Se
      calcula que el número de víctimas se eleva a unas 15.000. Más
      adelante, el gobierno de Tito ordenaría cubrir las fosas con
      tierra y plantas y la zona fue oficialmente calificada como
      "cementerio militar", pero se prohibió toda manifestación de duelo
      en el lugar.
    
Los estadounidenses capturaron a Joachim Peiper.
    
Para entonces los franceses ya habían sofocado cualquier amago
      contestatario en Argelia. El ejército organizó ceremonias en las
      que los argelinos debían prosternarse ante la bandera francesa y
      recitar a coro consignas como: Somos perros y Ferhat Abbas es
        un perro. Después, algunos —tal vez los que parecían menos
      convencidos de lo que habían dicho— fueron apartados y asesinados.
      Las estimaciones de argelinos asesinados por los franceses son muy
      variadas, pero apuntan a más de 10.000.
    
La Ustacha seguía resistiendo en
      
      Odžak un ataque de los partisanos tras otro. El 23 de mayo Tito envió la aviación, que
      empezó a causar estragos, aunque la mayoría de las víctimas fueron
      civiles.
    
Para entonces los soviéticos ya habían arrestado a todos los
      soldados alemanes que se habían rendido en Curlandia, unos
      180.000, de los que se hizo cargo la NKVD.
    
Un oficial británico se presentó en el cuartel general de Dönitz
      y pidió hablar con los miembros de su gobierno. Poco después
      Dönitz, von Friedeburt y Jodl fueron llevados al barco que servía
      de cuartel general a la delegación aliada en Flensburg y allí
      fueron informados de que quedaban bajo arresto y que su gobierno
      quedaba disuelto. Se ordenó que los prisioneros fueran registrados
      desnudos, por si escondían cápsulas de veneno. Von Friedeburg se
      adelantó y se suicidó. Alemania quedó sin ninguna clase de
      gobierno nacional.
    
En un campo de interrogatorios civiles, el capitán británico Thomas
        Selvester inició un interrogatorio rutinario a un
      prisionero, cuando de repente éste se quitó el parche que llevaba
      en el ojo, se puso sus gafas redondas, declaró ser Heinrich
      Himmler y pidió hablar con el general Eisenhower o Montgomery. El
      sorprendido capitán telefoneó inmediatamente a su cuartel general
      y le indicaron que lo primero que debía hacer urgentemente era
      ordenar un registro minucioso para prevenir cualquier forma de
      suicidio. Himmler fue llevado a una casa confiscada en Luneburgo
      que los británicos estaban usando como cuartel y por el camino los
      soldados lo trataron con muy poca cortesía. Al llegar, hicieron
      que se desnudara para que un médico lo inspeccionara. Himmler
      estaba cada vez más impactado, pues no esperaba que alguien de su
      rango pudiera recibir semejante trato. Cuando intentó mirarle el
      interior de la boca se resistió. El doctor vio algo entre sus
      muelas y le metió la mano. Himmler le mordió y luego masticó la
      cápsula de cianuro de potasio que escondía en la boca. Se intentó
      provocarle el vómito y realizarle un lavado de estómago, pero fue
      inútil. Quince minutos después yacía muerto. Fue enterrado en una
      tumba sin marcar, y todavía hoy se ignora su paradero.
    
Ante la ruptura de la coalición de gobierno por parte de los
      laboristas, Winston Churchill presentó su dimisión ante el rey
      Jorge VI. Luego volvió a Downing Street y, unas horas más
      tarde, el rey lo llamó para pedirle que formara un nuevo gobierno
      provisional hasta que se celebraran las próximas elecciones. El
      nuevo gobierno estuvo formado por miembros del Partido
      Conservador.
    
Ese día se estrenó Juego de pasiones, una película
      romántica protagonizada por Van Johnson y Esther Williams. Fue la
      séptima película más taquillera del año, aunque las críticas no
      fueron buenas. El crítico cinematográfico del New York Times dijo:
      La señorita Williams luce su traje de baño maravillosamente y
        tiene una buena figura en el agua, pero ahí termina su talento.
      
    
El 24 de mayo 550 bombarderos
      estadounidenses descargaron 4.500 toneladas de bombas incendiarias
      sobre Tokio.
    
En Okinawa los estadounidenses cruzaron el río Asato y
      entraron en las ruinas de Naha, la mayor ciudad de la
      isla, que encontraron prácticamente desierta.
    
Los japoneses, no satisfechos con haber inventado las cargas
      suicidas, los aviones suicidas (kamikaze), los cohetes
      suicidas (ohka) y las lanchas torpederas suicidas, esa
      noche emplearon por primera vez en Okinawa paracaidistas
        suicidas. Una compañía de paracaidistas fueron lanzados en Yomitan
      (en territorio controlado por los estadounidenses, sin posibilidad
      de escapar). Iban armados con ametralladoras y explosivos, y
      destruyeron depósitos con 260.000 litros de combustible, así como
      nueve aviones y dañaron otros 29 antes de que los mataran a todos
      menos uno, que logró regresar a territorio seguro varias semanas
      más tarde. Los estadounidenses perdieron dos hombres.
    
La aviación yugoslava seguía bombardeando las posiciones de la Ustacha
      alrededor de Odžak. El cuartel general, situado en una escuela de
      Vlaška Mala fue completamente destruido. La Ustacha
      planeó evacuar la zona rompiendo el cerco por dos puntos la noche
      siguiente. Un grupo lo haría desde Odžak, donde tenían el
      hospital, y evacuarían a los heridos, y otro desde Vlaška Mala. 
    
Los británicos habían terminado de repatriar a los refugiados
      croatas en Bleiburg y ahora les llegaba el turno a los servios y
      montenegrinos. 
    
Robert von Greim se enteró de que iba a ser entregado a los
      soviéticos y se suicidó con la con la consabida cápsula de cianuro
      que todo nazi que se preciara llevaba consigo esos días.
    
Gran Bretaña solicitó a Francia la extradición de Amin
      al-Husseini, argumentando que era un ciudadano británico que había
      colaborado con los nazis, y figuraba en la lista de criminales de
      guerra. Sin embargo, Francia no atendió la petición.
    
El 25 de mayo la flota estadounidense
      en Okinawa sufrió un ataque aéreo en el que aviones kamikaze
      destruyeron un antiguo destructor reconvertido en transporte (USS
        Barry) y hundieron otros barcos menores. También atacaron 11
      bakas, pero el mal tiempo hizo que algunos regresaran a su
      base sin haber intervenido y los restantes no consiguieron
      impactar en ningún barco.
    
Un submarino estadounidense hundió un carguero japonés (Toryu
        Maru) en el mar de la China Oriental. Otros dos (Nittei
        Maru y Shinto Maru) fueron hundidos por submarinos
      británicos, en Borneo y en el mar de Java, respectivamente.
    
Esa noche los croatas cercados en Odžak trataron de llevar a cabo
      su plan de romper el cerco de los partisanos. Unos 700 croatas
      lograron salir de Vlaška Mala y se dirigieron hacia Potočani
      y Lipa, donde continuaron luchando como guerrilleros. En
      Odžak los defensores de la fortaleza Nuića Štala lucharon
      hasta el último hombre (sabían que no ganaban nada rindiéndose a
      los comunistas). Otros que lograron escapar hacia Prud
      acabaron siendo rodeados y apresados. Los partisanos entraron en
      el hospital de Odžak y asesinaron brutalmente a los heridos que
      encontraron, civiles y militares. Luego mataron a todos los
      civiles que encontraron y los arrojaron a una fosa común. 
    
Ese día se estrenó El reloj, un drama romántico dirigido
      por Vincente Minnelli y protagonizado por Judy Garland y Robert
        Walker. Durante el rodaje, Walker se enteró de que su mujer,
      Jennifer Jones, le engañaba con el productor David O. Selznick y
      pidió el divorcio. A menudo Garland lo encontraba borracho en un
      bar y tenía que ocuparse de quitarle la resaca para dejarlo en
      condiciones de rodar la mañana siguiente. Por su parte, Garland
      era cada vez más adicta a los antidepresivos que le suministraba
      el estudio y los medicamentos para mantener su peso. Tras haber
      finalizado una aventura con Orson Welles, se había enamorado de
      Minnelli y ambos se casarían unas semanas más tarde. La película
      fue bien recibida por la crítica y produjo beneficios razonables,
      pero menores que los de otras películas de Garland. Al público le
      decepcionó que no cantara.
    
También se estrenó El ladrón de cuerpos, protagonizada
      por Boris Karloff y Bela Lugosi. Era la tercera película del
      director Robert Wise, que hasta entonces había trabajado
      en montaje (Orson Welles le había encargado el de Ciudadano
        Kane), y ahora empezaba a dirigir películas de serie B. Unos
      meses más tarde estrenaría El juego de la muerte, sobre un
      hombre que caza humanos en su isla privada.
    
El 26 de mayo un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Kotobuki Maru)
      en el mar de la China Oriental. El 27 de mayo
      un submarino estadounidense hundió un carguero japonés (Kinei
        Maru) cerca de la costa japonesa. Los estadounidenses
      liberaron Santa Fe, en Luzón.
    
En Bleiburg empezó la repatriación de los refugiados eslovenos,
      unos 11.000 militares y 600 civiles. Los comunistas se dedicaron a
      apalearlos por el camino y a asesinarlos de diversos modos. Miles
      de ellos fueron arrojados a cuevas, pozos y barrancos cerca de Kočevski
        Rog. Otro punto de ejecución fue Huda Jama. En las
      cercanías había una mina en cuyos pozos los partisanos iban
      arrojando eslovenos. A veces les disparaban antes, a veces les
      daban un golpe de pico o de martillo en la cabeza, a veces los
      arrojaban vivos en grupos de unos 20 o 30 y luego tiraban una
      granada al pozo, etc. Cualquier forma de juicio previo a la
      ejecución era claramente innecesaria, ya que las víctimas no eran
      comunistas.
    
El 28 de mayo dos kamikazes
      atacaron los destructores estadounidenses USS Dresler y USS
        Lowry. El primero fue abatido por la artillería de ambos
      barcos y la aviación, el segundo trató de impactar contra el Lowry,
      pero falló y acabó chocando con el Dresler, donde provocó
      graves incendios. A pesar de ello, el destructor logró abatir
      otros dos aviones que se lanzaban sobre él, pero a las 7:03 otro
      logró impactar con tal fuerza y en tal ángulo que el destructor
      volcó y se hundió en apenas 50 segundos. Esto hizo que el número
      de bajas fuera elevado: 158 muertos y 52 heridos.
    
La isla filipina de Negros estaba ya bajo control estadounidense,
      y se empezaron las labores de búsqueda de japoneses aislados.
    
En un campo de prisioneros cerca de Lienz (Austria) se
      encontraban unos 2.500 cosacos que habían combatido a los
      soviéticos junto a los nazis. Ese día los británicos se
      dispusieron a entregárselos a los soviéticos y, aunque les
      aseguraron justo lo contrario, los cosacos adivinaron sus
      intenciones. Un periodista austriaco relató así lo sucedido:
    
El primero en suicidarse, ahorcándose, fue el editor cosaco Evgenij Tarruski. El segundo fue el general Silkin, que se pegó un tiro [...] Los cosacos se negaron a subir a los camiones. Los soldados británicos, con pistolas y porras, comenzaron a usarlas, apuntando a la cabeza. Primero sacaron a los hombres del grupo y los arrojaron a los camiones. Los hombres saltaron. Los volvieron a golpear y los arrojaron al suelo de los camiones. Nuevamente saltaron. Los británicos luego los golpearon con las culatas de los rifles hasta que quedaron inconscientes y los arrojaron, como sacos de patatas, en los camiones.
Unos soldados del Servicio de Inteligencia estadounidense
      encontraron en Flensburg a un hombre desaliñado que descansaba
      tras haber cortado algo de leña. Entablaron conversación con él en
      francés y en inglés. A uno de ellos le sonó su voz, y le preguntó
      si era William Joyce (Lord Haw, Haw). El hombre se llevó la
      mano al bolsillo para sacar un pasaporte falso, pero uno de los
      soldados, pensando que iba a sacar un arma, le disparó en una
      nalga. En efecto, resultó ser Joyce, que fue entregado a la
      policía militar británica.
    
El año anterior, Piotr Krasnov se había entregado a los
      británicos en Austria, quienes le prometieron no entregarlo a los
      soviéticos. Ese día fue entregado a los soviéticos, en parte
      gracias a la actuación de Kim Philby, un miembro del
      servicio de inteligencia británico que en realidad trabajaba para
      la Unión Soviética.
    
Por esas fechas también fue capturado Amon Göth, que fue
      encontrado en un manicomio en Bad Tölz, donde había sido
      internado hacía unos meses después de que un juez de las SS lo
      hubiera declarado enfermo mental.
    
Ese día salió de Cold Bay el primer convoy de barcos
      estadounidenses transferidos a la Unión Soviética (tres dragaminas
      y cinco dragaminas auxiliares).
    
El 29 de mayo la aviación
      estadounidense lanzó 2.570 toneladas de bombas sobre Yokohama, que
      arrasaron el 85% de la ciudad.
    
Un submarino estadounidense hundió dos cargueros japoneses (Kuretake Maru y Tenryo Maru) cerca de la isla de Sajalín, en los que murió más de un millar de soldados japoneses.
Un ataque kamikaze causó daños irreparables a un destructor
      estadounidense (USS Shubrick) cerca de la isla japonesa de
      Tori-Shima.
    
En Okinawa los estadounidenses tomaron el castillo de Shuri,
      después de haber constatado que los japoneses se habían retirado
      inadvertidamente de Shuri hasta su última línea defensiva, en la
      península de Kiyan. 
    
En Mindanao los estadounidenses rompieron las defensas japonesas
      de Davao y capturaron las ciudades de Tacunan, Ula,
      Matina Biao y Magtuod. 
    
En Borneo los japoneses organizaron un segundo traslado de
      prisioneros a pie desde el campo de Sandakan hasta Ranau. Esta vez
      salieron 536 prisioneros custodiados por unos 50 japoneses. En
      Sandakan quedaban tan solo unos 250 prisioneros, demasiado débiles
      para emprender el viaje.
    
Tropas francesas irrumpieron en el parlamento sirio y trataron de
      arrestar al presidente Shukri al-Kuwatli, pero logró escapar. Los
      franceses incendiaron y bombardearon el edificio y cortaron la
      electricidad en Damasco. Además cerraron la frontera con Jordania,
      Iraq y el Líbano. La capital siria fue saqueada.
    
Al-Kuwatli logró escapar en un carro blindado británico y envió
      un mensaje a Churchill pidiendo su intervención en Siria.
      Churchill le respondió que haría lo que pudiera, pero que sus
      relaciones con de Gaulle no pasaban por su mejor momento. Unos
      meses atrás, Churhill había dicho al alguien de su confianza:
    
De Gaulle es un gran peligro para la paz y para Gran Bretaña. Tras cinco años de experiencia, estoy convencido de que es el peor enemigo de Francia en sus dificultades [...] es uno de los grandes peligros para la paz en Europa. [...] Estoy seguro de que a largo plazo no se podrá llegar a ningún entendimiento con el general de Gaulle.
El hecho de que Alemania estuviera oficialmente sin gobierno
      hacía que muchos alemanes continuaran con sus rutinas de trabajo
      inalteradas. Era el caso de Mina Wörle, la enfermera jefe
      de una institución psiquiátrica cercana a Munich, que se acercó a
      la cama de Richard Jenne, un niño de cuatro años
      clasificado como "idiota" (esto es un término médico) y le
      administró la inyección letal que procedía en estos casos. Tenía
      experiencia en ello, pues, según declararía más adelante, había
      hecho lo mismo más de 200 veces anteriormente. El niño había
      ingresado en el hospital hacía unos meses, y se le había sometido
      a una dieta calculada para que llegara a un estado de debilidad
      que pudiera explicar su muerte. El certificado que se iba a enviar
      a sus padres la atribuía al tifus. Probablemente Jenne fue la
      última víctima del programa de eutanasia nazi. Se calcula que unas
      200.000 personas habían sido asesinadas en Alemania y otras
      100.000 en países ocupados como consecuencia de la Acción T4.
      
    
El 30 de mayo un submarino
      estadounidense hundió un carguero japonés (Hokoku Maru) en
      el estrecho de la Sonda.
    
El gobierno checoslovaco había aprobado un plan para expulsar del
      país a la minoría de origen alemán. Ese día los alemanes de Brno
      que no eran trabajadores (todas las mujeres y los varones de menos
      hasta 14 años o de más de 60) fueron obligados a marchar hacia
      Austria. En total eran 18.072. Para seleccionarlos la policía
      aprovechó un censo que habían hecho los alemanes para el
      racionamiento de la comida, en el que se distinguían grupos según
      etnia y raza.
    
El 31 de mayo un avión estadounidense
      hundió un submarino japonés cerca de Okinawa.
    
La aviación estadounidense bombardeó ininterrumpidamente la
      ciudad de Taihoku en Taiwan desde las 10:00 hasta las
      13:00, sin encontrar prácticamente ninguna resistencia. En total
      se arrojaron unas 3.800 bombas. El número de muertos superó las
      3.000 personas y decenas de miles quedaron sin hogar. 
    
T.V. Soong volvió a ocupar el cargo de primer ministro de la
      república China, sucediendo a Chiang Kai-shek, que siguió siendo
      el presidente.
    
Tras haber recibido informes de que la actuación del ejército
      francés había provocado más de un millar de muertes en Siria,
      Churchill envió un mensaje a de Gaulle que decía:
    
Para evitar un choque entre las fuerzas británicas y francesas, le pedimos que ordene inmediatamente a las tropas francesas un alto el fuego y que regresen a sus cuarteles.
Ese día se estrenó Regreso a Bataán, protagonizada por
      John Wayne y Anthony Quinn, ambientada en la batalla de Bataán,
      que había tenido lugar tres años atrás. Wayne estrenaría también
      ese año otra película bélica, No eran imprescindibles,
      dirigida por John Ford, y una del oeste: Dakota.
        
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