Av. María Cristina (antes Av. Pablo Iglesias)
Diciembre 2004. J. Azkárraga

Los Lugares de Memoria no tienen porqué ser espectaculares ni encarnarse en lugares privilegiados. El callejero urbano, por ejemplo, constituye un modesto pero nada desdeñable Lugar de Memoria. Colocar un nombre a una calle o plaza supone una elección y una imposición realizada por un órgano de poder.

       La calle constituye un lugar público, por lo que es potencialmente transformable en un foco de emisión de mensajes. En este caso el mensaje tiene como medio de difusión la denominación concreta de las vías públicas. La imposición de una determinada denominación corresponde a un centro de poder y su objetivo básico es perpetuar el recuerdo de una persona, un colectivo, acontecimientos históricos o fechas importantes. Por tanto, son «lugares» en los cuales se crea la memoria y donde se pone en funcionamiento paradigmas y símbolos que son receptáculos de contenidos ideológicos, están cargados de significados. Las calles adquieren así una elocuencia insospechada.
 


En la Guerra Civil el bando rebelde necesitaba afirmar su legitimidad. Esta la va a buscar en la tradición y, por ende, en una Historia muy selectiva. Se trata de un largo proceso con antecedentes. Los grupos creadores de ideología eran la Iglesia, miembros de Acción Española, Falange, etc., y juntos conformarán la ideología dominante en el bando nacional durante el período bélico impregnando todos los medios de transmisión de ideas. Las vías públicas urbanas experimentarán en sus denominaciones una evolución que reflejará los cambios internos que experimente el Poder.
Extracto de:
Los Lugares de Memoria de la Guerra Civil en un centro de poder: Salamanca, 1936-39 José I. Madalena Calvo, M. Carmen Escudero, Alfredo Prieto Altamira y José Francisco Reguillo . Editado por: Asociación Salamanca Memoria y Justicia
 


Calle Xativa, San Vicente

Calle Pintor Sorolla

Construcción de la Plaza de América
Calle Mayor en el Grao

Calle Cuba