Mecánica de trabajo

 

Cuando encontramos huellas aisladas o pistas (conjuntos de huellas en una secuencia) es importante ser conscientes de las ventajas e inconvenientes de los diferentes métodos de identificación y de obtención de datos adicionales (p.e., medidas) de las huellas. 

 

El procedimiento tradicional que sugieren las guías de rastros es identificar las huellas in situ con ayuda de la guía y/o clave. Se suele aconsejar también realizar bocetos o dibujos de las huellas, incluyendo las medidas pertinentes (ver toma de medidas) y, en ocasiones, tomar moldes de escayola. A la hora de dibujar las huellas algunos autores recomiendan utilizar papel de acetato para calcarlas lo más fidedignamente posible.

 

El intento de dibujar una huella tiene una gran virtud: educa la atención sobre la forma precisa de la huella mucho más que una simple comparación visual respecto a los modelos (dibujos, fotografías) que aparecen en la guía. No obstante, hacer una comparación visual in situ, incluso utilizando dibujos, entraña el riesgo de pasar por alto detalles sutiles, pero fundamentales, de las huellas. Quisimos poner de manifiesto este hecho con un sencillo experimento: enviamos la misma fotografía de unas huellas a diferentes biólogos y les pedimos que dibujaran las huellas tal y como las veían. El resultado fue el siguiente (ver ejemplo).

 

Podemos comprobar que aparecen discrepancias bastante sorprendentes respecto a lo que cada biólogo veía. Este sencillo experimento sugiere que, a menos que la persona sea muy avezada en la interpretación de rastros, utilizar los dibujos como única fuente de evidencia puede conducir a errores u omisiones en la percepción y toma de datos, particularmente si las huellas son pequeñas y/o no son nítidas (una situación bastante frecuente).

 

Por otra parte, el uso de moldes de escayola tiene interés cuando se desea obtener una colección de “positivos” de huellas-modelo de gran calidad, p.e., para una exposición. Sin embargo, desde un punto de vista científico el procedimiento es poco operativo, y su utilidad limitada, cuando hay una gran cantidad de huellas, particularmente de baja calidad y/o en sustratos que se desmoronan con facilidad.

 

Por tanto, el principal método que recomendaremos será tomar fotografías digitales de las huellas y las pistas siempre que se pueda, recordando siempre colocar una escala al menos en una de imágenes de cada tipo (es decir, la misma imagen con y sin escala). Actualmente este procedimiento es accesible para cualquier aficionado, dada la gran variedad de cámaras digitales baratas o teléfonos móviles cuya cámara fotográfica permite obtener imágenes de calidad aceptable.

 

 

El uso de la fotografía digital incluye múltiples ventajas

 

  1. Puede tomarse multitud de imágenes de las huellas y evaluar su calidad antes de abandonar el lugar.

  2. El registro de toda la información necesaria de la huella es muy rápido. Esto puede ser una ventaja si no se dispone de mucho tiempo.

  3. Las imágenes captadas son, por definición, más objetivas que cualquier dibujo; además, pueden almacenarse indefinidamente y discutirse ex situ.

  4. Si es necesario, las imágenes pueden ampliarse o tratarse posteriormente, incluso con programas generalistas (p.e., Powerpoint) para resaltar detalles. Resulta sorprendente la cantidad de pormenores que este procedimiento puede revelar y que podrían haber pasado desapercibidos en el campo.

  5. Como ilustraremos con numerosos ejemplos, en la mayor parte de casos se puede realizar una identificación ex situ cuando se desee utilizando (1) las fotografías obtenidas, (2) el programa PowerPoint y (3) un acceso a Internet para obtener la información adicional que se desee.

 

No obstante, la fotografía digital también tiene inconvenientes. Los más importantes son los siguientes:

 

  1. El procedimiento funciona mal en condiciones de escasa luminosidad (p.e., zonas muy umbrosas, el interior de cuevas u oquedades, o en el crepúsculo). En estos casos puede ser necesario utilizar el flash para tomar la fotografía, lo que tiende a eliminar las sombras que proporcionan la sensación de relieve en cualquier huella. Es decir, la huella “desaparecerá” en una fotografía tomada con flash y será extremadamente difícil recuperarla a posteriori (si es que es posible) mediante un análisis de imagen.

  2. Es fundamental recordar que la información de cualquier fotografía se agota en sus límites. Si uno ha tomado pocas fotografías, las ha tomado desde los ángulos equivocados, o sin resolución suficiente, no habrá forma de recuperar más datos sobre las huellas.

 

En definitiva, lo ideal sería combinar la fotografía digital con el registro de bocetos, dibujos y mediciones in situ. Si no se dispone de mucho tiempo recomendamos tomar fotografías como primera elección, excepto en el caso de que deba usarse flash.


Además de obtener imágenes o bocetos, se debe registrar siempre los siguientes datos básicos sobre cada huella o pista que se desee estudiar:

 

 

Localidad

Fecha

Hora

Tipo de sustrato (grano, grado de humectación, profundidad)

Vegetación inmediatamente circundante

Hábitat

 

 

 

 

 

 

Factores que inciden en la calidad de la huella