CONT (2): España. La evolución de la identidad nacional • Autor:  Juan Pablo Fusi Aizpúrua 

Resumiendo, dice que España es una variable europea y hay que dilucidar dos cuestiones: 1) la formación de España como nación (obsesión de los hombres del 98) y 2) la constitución el Estado español contemporáneo, y añade:
"España surgió a principios de la Edad Moderna, casi como el arquetipo de nación; que nación, nacionalidad y nacionalismo son hechos históricos controvertidos, polémicos y de extraordinaria dificultad; que las naciones (España) fueron conceptos culturales y políticos, experiencias vividas, realidades cambiantes que la idea misma de esencia nacional (española, vasca, catalana) es un mito, que el nacionalismo como teoría de la nación y como sentimiento colectivo – y como consecuencia la cuestión nacional y los problemas nacionalistas – aparecieron sólo a finales del siglo XVIII y cristalizaron a lo largo del siglo XIX, cuando aparecieron los Estados nacionales, la opinión pública, los periódicos, los partidos políticos, las elecciones, las reacciones emocionales de masas.
Quiere introducirnos por los vericuetos de nuestra historia y a ello dedica los siguientes Capítulos:
• El II a la Monarquía hispánica a partir los Reyes Católicos, cuya unión fue principalmente dinástica, no adoptaron el título de Reyes de España. Es, sin embargo, bajo el reinado de los Austrias, cuando se constituyó en el primer imperio verdaderamente universal en la historia. Eso probaba, también, una sola cosa: "España había terminado por articularse (gradualmente, de forma casi natural) como nación. "A lo largo del siglo XVI, sigue diciendo, el uso de términos como España, rey de España, monarquía de España fue generalizándose en textos oficiales, monedas, tratados políticos, titulación de los monarcas en la misma literatura".
• Merece la nación ilustrada, el capítulo III de la obra. Fue el reformismo ilustrado el que articuló la nación española. Con el advenimiento de Felipe V, llegó un nuevo sentido del Estado y una nueva idea de la monarquía, "que en síntesis significó centralización del  Estado, reforzamiento de la autoridad monárquica, expansión de la burocracia administrativa, eliminación de privilegios, fueros, dietas, parlamentos y cortes provinciales, compilación, unificación y reforma de códigos y leyes civiles y penales, profesionalización y estatalización de los ejércitos, progresiva unificación de la Hacienda, mercantilistas de protección y fomento de la industria, la artesanía y el comercio nacionales".
• El gran problema de los siglos XIX y XX iba a ser articular un verdadero Estado nacional. Con esa denominación titula nuestro historiador el capítulo IV de su obra. A la complejidad del problema en sí mismo, se añaden en España algunos factores y circunstancias: 1) la simultaneidad de dos procesos: el desarrollo de una conciencia española verdaderamente nacional –un nacionalismo español sentimental y emocional- y la aparición de los prenacionalismos catalán, vasco y gallego; 2) la debilidad del nacionalismo sentimental español como fuerza de cohesión social y de vertebración del Estado español; 3) el desarrollo comparativamente tardío de una maquinaria moderna de gobierno y de administración; 4) los fuertes desequilibrios regionales que definieron la evolución de la economía española a lo largo de los siglos XIX y XX. Sin embargo, la España de la Restauración se fundamenta en una idea unitaria de España como nación.
• Dedica el capítulo V a la aparición de los nacionalismos que, según su criterio, respondió a razones extraordinariamente complejas. "En síntesis, esos nacionalismos fueron resultado de largos procesos históricos de consolidación de la identidad particular; resultado, por ello, de procesos igualmente largos de integración y vertebración regionales".

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