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EL REY LEAR
GLOUCESTER. ¿Qué es eso que leíais? [EDMUND.] Nada, my lord.
GLOUCESTER.
¿No? ¿Y qué era entonces eso que necesitaba ser ocultado
tan celosamente en el bolsillo? Lo que es nada no tiene por qué ser ocultado. ¡ Veamos! ¡ Mostrad! No me harán falta lentes si de nada se trata.
[EDMUND.1
Sire, os lo ruego, perdonadme. Es una carta de mi herma
no que no he acabado de leer; y, por lo que he apreciado hasta ahora, no creo conveniente que la veáis.
GLOUCESTER. Dadme la carta, sire.
[EDMUND.]
Ofenderé tanto si la retengo como si la doy. El contenido,
a lo que entiendo, es censurable.
GLOUCESTER.
¡ Venga, pues, y veamos!
[EDMu~w.] Espero, por el bien de mi hermano, que escribiera esto como ensayo para comprobación de mi virtud.
GLOUCESTER. Esta política de respetar la edad, amarga la existencia de (Lee.) nuestros mejores años, y nos sustrae de nuestras fortunas
hasta que nuestra vejez no puede disfrutarlas. Empiezo a ver una inútil y absurda servidumbre en la opresión de la vieja tiranía, que nos domina, no porque tenga poder, sino porque la sufrimos. Ven hasta mí para que pueda hablarte más de esto. Si nuestro padre durmiera hasta que yo lo despertase, disfrutarías para siempre de la mitad de su renta. Y serías el bien amado de tu hermano.
Edgar.
¡ Conspiración! “...durmiera hasta que yo lo despertase”. “...disfrutarías de la mitad de su renta...” ¡Mi hijo Edgar! ¿Pudo su mano escribir esto? 6Concebirlo su corazón y su mente? ¿Cuándo os ha llegado? ¿Quién la trajo?
[EDwiND.I
No me ha sido traída, mi señor. He ahí la astucia. La en
contré en la ventana de mi gabinete.
GLOUCESTER. ¿Reconocéis la letra como de vuestro hermano?
[EDMUND.]
Si el contenido fuese bueno, my lord, me atrevería a jurar
que lo es; pero visto el mismo me gustaría creer que no lo es.
GLOUCESTER.
¡ Es suya!

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